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    Universidad de ChileFacultad de Ciencias SocialesDepartamento de AntropologaEspecialidad de Antropologa Fsica

    Informe de Prctica Profesional

    Modos de vida en una comunidad alfarera deChile Central: sitio Fundo Esmeralda,

    San Pedro, Quillota

    Alumna:Andrea Saunier S.

    Profesorgua:Eugenio Aspillaga F.

    Supervisor MHAQ:Hernn valos G.

    Octubre Diciembre 2007

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    Dedicada a Nancy y Luis, mi ms preciado ejemplode amor, esperanza y sacrificio.

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    Agradecimientos

    Al equipo del MHAQ, especialmente a Pamela y Herman, por su constante apoyoy sabios consejos, que me han hecho crecer personal y profesionalmente.A Rodrigo, sanpedrino de alma y corazn, vivo ejemplo de la fuerza de los

    primeros habitantes de su tierra.A Juanita y Mtty, por su inagotable paciencia e incondicional apoyo, en la

    palabra y en el silencio, y por encontrar siempre la manera de hacerme sonrer.A Hernn, por compartir sus inquietudes e inspirar las mas, soportandoestoicamente interrogatorios interminables, por no rendirse en su tarea de

    maestro y por su generosidad a toda prueba.

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    ndice

    1. Introduccin 5

    2. Antecedentes 6a. Antecedentes de la investigacin 6b. Antecedentes del sitio y la Coleccin Fundo Esmeralda 7c. Antecedentes geomorfolgicos de la zona estudiada 21d. Antecedentes arqueolgicos de la zona estudiada 23e. Antecedentes bioantropolgicos de la zona estudiada 33

    3. Problema de estudio 34

    4. Objetivos 35a. Objetivo general 35

    b. Objetivo especfico 35

    5. Marco terico 36a. La bioarqueologa: estudios transdisciplinarios enarqueologa y bioantropologa. 36b. Estudio de Modos de Vida 39

    6. Material y Mtodo 43

    7. Factores tafonmicos en el Sitio Fundo Esmeralda 48

    8. Medidas de Conservacin en la Coleccin Fundo Esmeralda 53

    9. Resultados 57a. Procedimiento de rescate en terreno 57b. Perfil biolgico 67c. Perfil paleopatolgico 71

    10.Difusin

    11.Discusin

    12.Conclusiones

    13.Bibliografa

    14.Anexos

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    Introduccin

    El Museo Histrico Arqueolgico de Quillota (MHAQ), en sus diez aos defuncionamiento, ha reunido una amplia y prolfica coleccin de materialpatrimonial arqueolgico, bioantropolgico, antropolgico y artstico de la zona,sus alrededores y el resto del pas. Si bien casi todas estas reas de investigacin

    estn bajo la supervisin y asesoramiento de profesionales especialistas, una deellas se encuentra an sin ser abordada sistemticamente: la bioantropologa.

    Dentro de los sitios arqueolgicos investigados de manera sistemtica ycontinua por el equipo del MHAQ destaca Fundo Esmeralda, del que proviene lacoleccin bioantropolgica ms numerosa con la que cuenta el MHAQ. Desde elao 2001 hasta la actualidad se han realizado diversos salvatajes que han dejadoal descubierto la existencia en el lugar de un denso cementerio ocupado porcomunidades adscritas al Complejo Cultural Llolleo y a la Cultura Aconcagua. Lacercana espacial y temporal de ambas comunidades en el sitio planteainteresantes interrogantes en relacin con los lazos biolgicos y culturales que se

    establecieron entre ambos grupos y permite aproximarse al modo de vida de lascomunidades alfareras que habitaron el curso medio del ro Aconcagua,previamente a la llegada de los espaoles.

    El rescate, anlisis y conservacin de los restos seos humanos que se hanrecuperado en el sitio Fundo Esmeralda constituyen los objetivos de este trabajode prctica para optar al Ttulo de Antroplogo Fsico, apuntando a lareconstruccin del modo de vida de la o las comunidades presenten en el sitio,bajo una mirada bioarqueolgica. Esta investigacin constituye el primeracercamiento al modo de vida de las comunidades alfareras del curso medio delro Aconcagua, y es tambin una primera mirada con nfasis analtico y

    comparativo a las colecciones bioantropolgicas de la zona depositadas eninstituciones museolgicas.

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    Antecedentes

    a. Antecedentes de la investigacin

    El Museo Histrico Arqueolgico de Quillota (MHAQ) ha reunido una ampliay prolfica coleccin de material patrimonial arqueolgico, bioantropolgico yantropolgico de la zona central de Chile y el resto del pas. Dentro de este

    conjunto destaca la coleccin de restos materiales y seos humanos que se haformado a partir de las reiteradas campaas de salvatajes llevadas a cabo en elsitio Fundo Esmeralda desde el ao 2001 hasta la fecha.

    Considerando las caractersticas del conjunto de materiales y restos seosque conforman la coleccin que se detallan ms adelante, este sitio seconstituye en un aporte fundamental para comprender la secuencia cronolgico-cultural de la zona. En su momento, los materiales bioantropolgicos rescatadosdel sitio fueron estudiados por la arqueloga Pamela Brito, pero desde el ao2003 a la fecha permanecen en el depsito del MHAQ, sin que se continuaran losanlisis.

    Esta investigacin se plantea el desafo de continuar la comprensin delmodo de vida de las comunidades alfareras representadas en el cementerio deFundo Esmeralda, tomando como punto de partida la informacinbioantropolgica en el marco de la bioarqueologa. En un trabajo conjunto con elequipo del MHAQ, se retoma el estudio del sitio tambin a partir del trabajo enterreno, continuando con las tareas de salvataje de los individuos que anpermanecen inhumados en el lugar.

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    individuo E3FE an permanece en el sitio. La imagen 4 muestra la disposicinesquemtica de los cuerpos junto a la acequia y el perfil de excavacin.

    E1FE, que por su ofrenda cermica entregada tambin por trabajadoresdel predio, pudo ser adscrito a la Cultura Aconcagua, fue analizado

    bioantropolgicamente por la arqueloga Pamela Brito, quien lo caracterizcomo un individuo adulto (30 a 35 aos), masculino. El sujeto habra desarrolladouna considerable actividad fsica, y entre sus patologas se encuentra lamanifestacin de genu valgo, que gener un estrs en la articulacin de lacadera y la rodilla, y un probable diagnstico de treponematosis.Lamentablemente, con posterioridad a estos anlisis el crneo de E1FE se perdi,lo que impide confirmar este diagnstico, y las caractersticas de los huesoslargos no permiten sostener dicha afirmacin (Brito, en valos et al., 2001-2007).

    Imagen 2: Condiciones en las que se encontraron los esqueletos 2, 3 y 4 por el equipo del MHAQ.Los trabajos de ampliacin de la acequia de regado dejaron a la vista los restos en el perfil W de

    la zanja. En la imagen, los restos de E3FE (Gentileza de H. valos).

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    Imagen 3: Individuo 2, despejado y listo para ser levantado. El canal de regado discurreoblicuamente por la esquina superior izquierda (Gentileza de H. valos).

    Imagen 4: Disposicin de los esqueletos del sitio, representados por nmeros, junto a la acequia.T1 y T2 corresponden a las trincheras abiertas para las excavaciones

    Una segunda campaa, a mediados de octubre del ao 2000 permitidescubrir dos enterratorios ms: los individuos E5FE y E6FE, acompaados deabundante material cermico, malacolgico y ltico. El contexto funerariopermiti adscribir al primer individuo como perteneciente al Complejo CulturalLlolleo y, al segundo, a la Cultura Aconcagua. Tras el levantamiento de E5FEqued al descubierto otra tumba, cuyo esqueleto se denomin E7FE, tambinLlolleo. El rebaje de la trinchera de este ltimo hallazgo revel la presencia deotro cuerpo, E8FE. Durante dicha tarea tambin qued al descubierto, por eldesmoronamiento de la pared, el individuo E10FE. Ambos fueron rescatadosparcialmente (se terminaron de levantar en campaas posteriores). Los huesosdel primero de stos tambin fueron analizados por Brito, quien los caracterizcomo pertenecientes a un individuo masculino, de entre 23 y 27 aos, que habra

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    consumido una dieta hortcola evidenciada en el leve desgaste dental y lapresencia de caries oclusales. (Brito, en valos et al., 2001-2007)

    Las tareas de salvataje se reanudaron el ao 2003, etapa en la que serecuper al individuo E7FE del cementerio, previamente descubierto (Imagen 5).

    Imagen 5: Despeje y relevamiento de informacin del individuo E7FE (Gentileza de H. valos)

    A comienzos del ao 2007 se continu con el trabajo en el predio, esta vezcon la intencin de recuperar dos de los individuos identificados que an seencontraban in situ; E4FE y E3FE. La apertura de una nueva trinchera dej aldescubierto dos enterratorios ms, E9FE y E4FE, una mujer y un hombre adultos,ambos Aconcagua.

    Lamentablemente, la falta de recursos impidi continuar con el salvatajedel sitio y an permanecen en el lugar parte de los restos de los individuos E3FE yE10FE.

    El sitio tiene una extensin de unos 100 m de dimetro. No obstante, lostrabajadores del predio recuerdan el hallazgo de otros enterratorios a poco msde 300 metros del rea excavada, que corresponderan a otro sitio. Lasdescripciones indican que estos hallazgos podran ser adscritos a la CulturaAconcagua, lo que refuerza la idea de una fuerte ocupacin de la zona por partede estas comunidades y la importancia que pudo tener el lugar como rea decementerio.

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    La Coleccin Fundo Esmeralda: Ofrenda y ajuar

    Si bien esta investigacin se centra en el material bioantropolgico, seconsidera clave el registro de la informacin arqueolgica y medioambiental,pues sta es fundamental en una aproximacin bioarqueolgica al estudio del

    modo de vida de las poblaciones representadas en Fundo Esmeralda.Todos los materiales recuperados durante las etapas de salvatajes, ms las

    piezas entregadas por los trabajadores a lo largo de las cuatro temporadas deexcavacin se encuentran hoy en el Depsito del MHAQ. sta se compone delticos, restos seos zoolgicos, malacolgicos y piezas cermicas completas yfragmentadas. Desde su recuperacin, gran parte de ella ha permanecidointacta, mientras que slo una parte se ha limpiado y registrado. Del conjunto deindividuos, slo dos han sido analizados por una especialista (Brito, en valos etal., 2001 2007).

    La Figura 1 rene las fichas que resumen el inventario de la ofrenda queacompaaba a los individuos rescatados en el sitio. En las fichas se resume el nde registro MHAQ del esqueleto (Ind.), su adscripcin cultural (Adsc.), laprofundidad a la que se encontraba (Prof.), orientacin (Orient.) y posicin delcuerpo (Posc.2). Adems se consignan algunas observaciones y las imgenescorrespondientes a la ofrenda que acompaaba al esqueleto.

    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E1FE Adsc.: Aconcagua Prof: - 65 Orient: NE - SO Posc: EObs.: Restos seos y cermicos recuperados por trabajadores del fundoOfrenda

    Puco Aconcagua Salmn, contrinacrio exterior; N y R s/Bcon triparticin interior (C1FE,C1E1). Fechado (TL) en 980 105 dC

    Cuenco Rojo Engobadoexterior - interior (C2FE;C2E2)

    Fragmento malacolgicoperforado (harneo)

    Dibujo en planta-

    2La clave de posicin es: E = estirado; F = flectado; DCLD o DCLI = decbito lateral derecho oizquierdo; DCD = decbito dorsal; DCV = decbito ventral.

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E2FE Adsc.: PAT Prof: - 72 Orient: E - O Posc: FDCLDOfrenda

    Tembetcermico debotn con

    aletasrecuperado en

    harneo

    Lasca entera conmodificacin (-72 cm).

    A la derecha delIndividuo

    Lasca partida conmodificacin (-73cm). A la derecha

    del Individuo

    Raedera (- 73 cm) Ala derecha del

    Individuo

    Obs.: Se recuperaron otros lticos asociados al cuerpo: 1 raedera, (olivita/piroxita), 4lascas partidas sin modificacin, 10 cantos rodados partidos sin modificacin y 1

    fragmento de mano de moler (-58 cm)Dibujo en planta

    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E3FE Adsc.: PIT Prof: - 40 Orient: - Posc: -Obs.: Este esqueleto an no ha sido recuperado. Se encontr cuenta ltica de

    collar en harneo y una preforma de pendiente (Nivel: 40-50 cm). Suadscripcin se realiza en base a fragmentos cermicos recuperados enasociacin a su fosa.

    Ofrenda -Dibujo en planta -

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E4FE Adsc.: Aconcagua Prof: - 95 Orient: NE - SO Posc: EDCDObs.: -Ofrenda

    Fragmentos de probable Olla Caf alisado mediano exterior, caf-rojizo alisadointerior (C22FE; C1E4) a -73 cm de profundidad junto a la mano derecha del individuoDibujo en planta

    Fundo Esmeralda Ofrenda y Contexto

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    Ind: E5FE Adsc.: Llolleo Prof: - 95 Orient: NO - SE Posc: FDCV/FLIObs.: Aparentemente su inhumacin disturb la tumba del Individuo 8, que se

    encuentra por debajo de l.Ofrenda

    Jarro Caf pulido con asa cinta unincuello (?)-cuerpo (C11FE; C1E5- 110)

    Micromortero ltico (- 74 cm)

    Dibujo en planta

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E6FE Adsc.: Aconcagua Prof: - 100 Orient: N - S Posc: EDCV/ FLDOfrenda

    Puco Rojo alisadoC7FE; C1E6 (-100

    cm)

    Puco AconcaguaSalmn con

    trinacrio exterior,y cuatriparticin

    interior C8FE;C2E6 (-102 cm)

    Jarro Caf alisadocon asa cinta unin

    cuello-cuerpoC9FE; C3E6 (-95

    cm)

    Puco Caf-rojizoalisado C10FE; C4E6 (-

    99 cm)

    Puco Caf alisadoC3FE; C5E6 (-100

    cm)

    Jarro caf-rojizoalisado, asa cintaunin labio-cuerpo

    C4FE; C6E6 (-91cm)

    Olla Caf-rojizoalisado, asa tipo

    apndice deseccin

    subrectangularC5FE; C7E6 (-95

    cm)

    Jarro Caf-rojizoalisado, asa cinta

    maciza unin cuello-cuerpo C6FE; C8E6 (-

    92 cm)

    Obs.: en el rebaje del esqueleto se encontr una punta de proyectil de slex de baseescotada (temprana)Dibujo en planta

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E7FE Adsc.: Llolleo Prof: - 110 Orient: E - O Posc: FDCDObs.: -Ofrenda

    Jarro Caf pulido con asacinta unin cuello-cuerpo

    C12FE; C1E7 (-123).Fechado (TL) en 585 140

    dC

    Pulidor de piedra (basalto) Pulidor para cermica

    Dibujo en planta

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E8FE Adsc.: Llolleo Prof: - 115 cm Orient: ? Posc: ?Obs.: Inhumacin disturbada por el enterratorio del Individuo 5Ofrenda

    Jarro Caf pulido de paredes delgadas conbase hendida C13FE; C1E7 (-119)

    Jarro Caf pulido con reborde en la basedel cuello y asa cinta unin cuello-

    cuerpo, base recta C14FE; C2E7 (-125cm)

    Dibujo en planta

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    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E9FE Adsc.: Aconcagua Prof: - 98 cm Orient: NE - SO Posc: EDCVOfrenda

    Jarro Caf alisadocon 2 asas cintas

    macizas unincuello-cuelloC18FE; C1E9

    Olla N, R y Bs/Salmn, con 2asas cintas unin

    labio-cuello C20FE;C3E9

    Puco AconcaguaSalmn exterior;N, R y B s/Salmn

    interior C19FE;C2E9.

    Jarro Rojo engobadocon asa cinta

    pequea unincuello-cuello C21FE;C4E9. Fechado (TL)

    en 1300 65 dC

    Dibujo en planta

    Fundo Esmeralda Ofrenda y ContextoInd: E10FE Adsc.: PIT? Prof: - 95 cm Orient: ? Posc: ?Ofrenda

    Puco Aconcaguasalmn sin

    decoracin C15FE;C1E10

    Puco Rojoengobado C16FE;

    C2E10

    Olla (?) Caf AlisadoC17FE; C3E10

    Jarro Caf pulido,asa cinta unincuello-cuerpo(Aconcagua?)

    Obs.: Vasijas entregadas por Carlos Donoso, Administrador del predio

    Dibujo en planta

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    -Las distintas campaas de salvataje permitieron determinar que el rea

    hasta ahora intervenida contiene dos componentes de ocupacin alfarera. Poruna parte, una poblacin del PAT, adscribible al Complejo Cultural Llolleo, quedada las caractersticas de ocupacin registradas en el curso medio del ro

    Aconcagua, se sabe que destinan un rea para enterratorios dentro del rea dehabitacin (Falabella y Stehberg, 1989), lo que explica la presencia de elementosaislados tempranos en los niveles harneados sobre los individuos. Y por otra, unapoblacin del PIT, la Cultura Aconcagua, que se caracteriza por destinar un reaespecfica para cementerio independiente del rea habitacional (Durn yPlanella, 1989).

    No obstante, la totalidad de los ceramios recuperados completos osemifragmentados en el rea excavada forman parte de contextos funerarios, demanera que reflejan ms bien un mbito ritual que uno cotidiano. A excepcinde los individuos E2FE y E7FE, no es posible relacionar los materiales ofrendados

    con alguna prctica laboral en particular. En el caso de E2FE (masculino, 50+aos), los lticos que se encontraron asociados a su esqueleto podran indicar queste desarrollaba tareas de confeccin de instrumentos lticos y quizs laobtencin de recursos alimenticios (caza?). En el caso de E7FE (mujer de 20 a 25aos) la presencia de dos pulidores sugieren que sta manufacturaba cermica ydesarrollaba trabajos artesanales, tales como procesamiento en cueros ycestera. De la misma manera, los lticos recuperados junto a E5FE, como elmicromortero sugieren que era un hombre que probablemente destinaba tiempoimportante a la obtencin y procesamiento de recursos de recolecta.

    En cuanto a la calidad de la ofrenda, destaca el individuo E6FE

    (femenino, 18 20 aos) con 8 ceramios, a la que le sigue E9FE (femenino, 20 25 aos), con cuatro ceramios (Tabla 1).

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    Tabla 1: Resumen de la ofrenda y elementos asociados de cada esqueleto

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    c. Antecedentes geomorfolgicos de la zona estudiada

    La zona en estudio corresponde al curso medio de la hoya del roAconcagua, que origina la ltima cuenca del sistema de valles transversales en elcentro del pas. Este curso de agua se origina en la cordillera andina, por la unin

    de los ros Juncal y Blanco, y se extiende por 177 km hasta su desembocadura enConcn. Su extensin alcanza los 7163 km, con un gasto QM promedio de 39,00m/s. (Errzuriz et al., 1998)

    El curso superior del ro Aconcagua se define entre la zona de San Felipe yLos Andes. El curso inferior lo hace entre Tabolango y la desembocadura del roen Concn. El curso medio del Aconcagua se extiende entre la zona de Los Andesy Tabolango (Imagen 6), por una llanura aluvial cubierta de una frtil capa desuelo agrcola (Fuenzalida, 1961 y Espinoza y Caviedes, 1972, ambos en valos etal., 2007). A esta altura las aguas de este ro discurren con excesiva turbiedadpor cargas sedimentarias en suspensin y de arrastre de fondo (valos et al.,

    Ibid).En la actualidad el ro Aconcagua es utilizado principalmente para regar

    ms de 68.000 hs de tierras de uso agrcola.

    Imagen 6: El ro Aconcagua. En azul se marca el curso superior, en aguamarina el medio y enceleste claro el curso inferior, con su desembocadura en Concn (Tomada de GoogleEarth).

    Concn

    Tabolan o

    Quillota

    Los Andes

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    La zona de Quillota se encuentra a 120 msm, bajo un clima semiridotemplado con lluvias invernales (200 mm anuales en promedio). La temperaturapromedio en la estacin de Los Andes es de 14,3 C (Errzuriz et al., 1998)

    Las modificaciones que se desarrollaron en la geomorfologa de esta zona

    durante el Holoceno, afectaron de manera mucho ms leve al curso medio que ala desembocadura del ro (valos, 2007). La pendiente del Aconcagua hadisminuido a lo largo del tiempo, aumentando la sedimentacin en la zona(valos et al., Ibd). Esto, sumado a la consecuente formacin de lagunas de aguadulce y pantanos, ha generado las condiciones ideales, en cuanto a ladisponibilidad y riqueza de los recursos, para el asentamiento humano (valos,Ibid).

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    d. Antecedentes arqueolgicos de la zona estudiada

    La cuenca del Aconcagua ha sido siempre un lugar atrayente para elpoblamiento humano, as lo confirma la presencia de varios sitios prehispnicosque datan del Perodo Alfarero (300 aC al 1543 dC). No obstante, la investigacin

    en la zona ha sido bastante irregular, tanto en relacin con su constancia comocon la distribucin de las zonas estudiadas. Segn valos (2007): Despus de lasntesis efectuada en el Tercer Congreso de Arqueologa Chilena (1964), sobre la

    Arqueologa de la Zona Central, se produce una discontinuidad en los estudiosdel PAT en la cuenca del ro Aconcagua, no slo del curso inferior, sino del vallecompleto. Pero, ms an, si se compara el desarrollo de la investigacinarqueolgica en el curso superior e inferior de la cuenca se hace evidente que enel curso medio sta es deficiente y se han generado vacos importantes, tanto enel estudio del PAT como del PIT.

    El curso superior de la cuenca ha sido abordado principalmente a travs

    del estudio del Perodo Intermedio Tardo (valos, 2007), pero las investigacionesdel PAT han recibido un nuevo impulso en la zona a partir de los trabajosdesarrollados en la zona por Pavlovic (Pavlovic, 2000), Snchez, Troncoso y otros,en gran medida a travs de Proyectos Fondecyt. Segn estos investigadores,durante el PAT los contextos culturales de la zona se emparentan con contextosms propios de la zona del Choapa y de la vertiente oriental de Los Andes, adiferencia de lo que ocurre en el curso medio e inferior. En el Intermedio Tardo(PIT) se producira una interdigitacin cultural entre grupos afines a la CulturaDiaguita y otros ms ligados a los grupos Aconcagua, con una fuerte presencia enel curso inferior del valle (Troncoso et al., 2000). No obstante, estasinterpretaciones pierden cierta validez, pues carecen de estudios comparativos

    precisamente con los contextos arqueolgicos conocidos para los cursos medio einferior del ro Aconcagua.

    En el curso inferior del Aconcagua, durante las dcadas de los aos 50 y60 la investigacin se concentr en una serie de prospecciones llevadas a cabopor iniciativa del Centro de Estudios Antropolgicos de la Universidad de Chile.En ellas se habran distinguido cerca de 10 sitios, entre los que se contaba el sitioclsico Enap 3. Tras la excavacin de ste a fines de 1962 y principios de 1963(Berdichewsky, 1964), la investigacin se detuvo. Durante la dcada del 80 serealizaron dos rescates en Concn, uno llevado a cabo por J. M. Ramrez, CaminoInternacional (Ramrez, 1984 y 1989 en Carmona et al., 2001), y otro por Jaime

    Vera, Concn 11 (Vera, 1995). Ambos corresponderan a un solo sitio que laarqueologa hoy reconoce como Concn 11, que por aos ofreci el nico fechadopara el Bato en el valle del Aconcagua: 420 100 dC (Carmona et al., 2001).

    Tras estos rescates y slo a fines de los 90la investigacin se hace mssistemtica y constante mediante el desarrollo de una serie de EIA que conducena la excavacin de los sitios Patio 2 (Carmona, 1998), SBato 1 (Seelenfreund yWestfall, 2000 en Carmona et al., 2001), Los Eucaliptus (Carmona et al., 2001),

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    El Membrillar 1 y 2 (valos et al., 2006) y la reexcavacin de Enap 3. Estostrabajos han permitido reconocer una importante ocupacin Bato en ladesembocadura del ro Aconcagua durante el PAT, as como una clara presenciade la Cultura Aconcagua durante el Perodo Intermedio Tardo.

    Por su parte, las primeras aproximaciones a la arqueologa del curso mediodel valle corresponden a las menciones hechas por Oyarzn sobre la cermica yel cementerio de tmulos de Rautn (Oyarzn, 1934) y principalmente lasexcavaciones realizadas en el Estadio de Quillota por miembros de la SociedadFonck durante la dcada del 50 (Gajardo-Tobar y Silva, 1970). No es hasta finesde la dcada de los 90 que, de la mano de los Museos municipales de La Cruz yQuillota, se reactiva parcialmente la investigacin, a travs del salvataje devarios sitios amenazados por el progreso, entre los que se cuentan Aspillaga(valos, 1999), Arauco y Estadio de Quillota (valos et al., 2007) en Quillota,Fundo Esmeralda en San Pedro y Santa Rosa, Calle Santa Cruz (valos y Strange,1999) y Carolina en la comuna de La Cruz.

    En esta breve revisin se hace evidente que la investigacin en la zona delcurso medio del ro Aconcagua es un desafo. La riqueza de la misma, su altopoblamiento documentado desde el perodo alfarero temprano en adelante, suubicacin geogrfica estratgica, que la configuran como una zona de frontera,de trnsito y contacto entre culturalidades del Norte Semirido y de la ZonaCentral del pas y las manifestaciones particulares que cada grupo adquiere enesta zona, hacen de ella un objeto de investigacin fundamental para entenderla articulacin entre los grupos prehispnicos no slo del curso superior e inferiorde la cuenca, sino tambin de Chile Central.

    La secuencia cronolgica cultural del curso medio del ro Aconcagua seinicia en el Perodo Alfarero Temprano, a travs de la presencia de losComplejos Culturales Bato y Llolleo. La consolidacin de las innovacionesculturales introducidas a fines del perodo arcaico en las comunidades de la zonacentral del pas cristaliza en estos dos grupos. Segn el conocimiento actual,ambos grupos habran conformado en esta zona sociedades abiertas a lainteraccin, mezcla y traspaso de elementos culturales, lo que dificultarareconocer unidades claramente diferenciadas (valos, 2007). Por lo mismo, estarealidad no puede ser abordada a partir de elementos diagnsticos aislados, ya quelos distintos materiales no se comportan de manera similar en trminos deasociaciones recurrentes (Sanhueza, 2004).

    La Tradicin Cultural Bato (hoy Complejo Cultural, sensu Carmona et al.,2001) fue definida a partir de los trabajos realizados por Falabella y Planella enla dcada de los 80 en el sitio Arvalo 2, y de la sistematizacin por parte delas mismas autoras, de informacin proveniente de una serie de sitios excavadosdurante los aos 60 en la zona. Se le reconoce como una unidad polittica queconcentra una serie de elementos diagnsticos, como el uso de materialeslocales para la fabricacin de cermica, la cual se distingue por vasijas alisadasy pulidas de paredes pardo, rojas y negras, de paredes gruesas y con perfiles

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    Imagen 7: Materiales Bato recuperados del sitio arqueolgico Aspillaga 1. Fragmento cermico depipa y un tembet de piedra partido, uno de los dos recuperados en el sitio.

    Imagen 8: Materiales Bato recuperados del sitio arqueolgico Aspillaga 1. Dos fragmentoscermicos con decoracin tpicamente Bato: banda decorativa roja gruesa y hierro oligisto.

    Dos de los enterratorios recuperados durante la excavacin del sitioEstadio de Quillota, a fines del ao 1955 y principios de 1956, parececorresponder a un contexto funerario Bato, aunque su adscripcin no fueexplicitada por los autores. stos describen uno de los esqueletos (Individuo 3)como en posicin genuflexa lateralizada sobre el lado derecho, con ambasmanos sobre la cara, con la cabeza hacia el sur oriente y la cara hacia el oriente,a 75 cms. de profundidad. A su alrededor haba slo algunas piedras rodadas yningn ajuar funerario(Gajardo Tobar y Silva, 1970). Dichas caractersticas sonconsistentes con el patrn funerario Bato (Imagen 9).

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    Imagen 9: Esqueleto 3 del sitio Estadio de Quillota. Su patrn de enterratorio es consistente conlas prcticas Bato.

    En el sitio Fundo Esmeralda, se recuperaron tambin evidencias Bato: undiente humano (incisivo central inferior izquierdo) con evidencias claras de usode tembet (desgaste en bisel proximo distal y e inferosuperior; ver Munizaga,1966-67), y fragmentos cermicos con pintura roja y caf pulido, ms un tembetpartido (Imagen 10). Si bien estas evidencias se registraron en el materialharneado, y nunca asociadas a un enterratorio en particular, son datos

    importantes considerando el comportamiento de la sitios arqueolgicos del valle,donde se registran estratigrficamente muy cercanos, e incluso interdigitadas,ocupaciones Bato, Llolleo y Aconcagua. Este sera una caracterstica propia deBato y Llolleo al interior del valle (ver valos et al., 2007)

    Recientemente se rescat en la localidad de San Pedro (3 km al suroestedel sitio Fundo Esmeralda) un cementerio Bato, se trata del sitio San Pedro 2.Segn el equipo encabezado por Cristian Becker, se recuperaron ms de 50esqueletos, en su mayora flectados y sin ofrenda cermica. Las evidencias quese obtengan del estudio de este sitio aportarn en la comprensin de la dinmicadel Complejo Cultural Bato hacia el interior del valle.

    Imagen 10: Tembet de cermico de botn con aletas,partido, recuperado en Fundo Esmeralda.

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    En el curso inferior del ro Aconcagua la presencia Bato se ha fechadoentre los aos 40 y 915 dC. Lamentablemente, no existen fechas para lasocupaciones en el curso medio de la cuenca.

    Segn valos (2007) Hacia el 200 dC, el registro arqueolgico indica quese ha llegado a una situacin social en la cual se producen cambios

    fundamentales para la subsistencia de algunos de estos grupos (ComplejoCultural Llolleo), ligados a mecanismos de diferenciacin e identificacin

    grupales, que se expresan fuertemente en la produccin alfarera. Para esteautor, en ese momento empiezan a aparecer en el registro arqueolgicoelementos asociados a situaciones de identificacin social, como el tembet, ysituaciones sociales especficas (pipa), evidencias de un proceso que sedesarrolla lentamente y culmina con la presencia de dos entidades distintashacia el 200 dC, Bato, ya mencionado y el Complejo Cultural Llolleo. Desde elpunto de vista arqueolgico, en Llolleo hay una definicin de patrones culturalesque se dan reiteradamente en el tiempo y el espacio, un estilo de alfarera, usode adornos personales, patrn de entierro y explotacin de recursos, quegeneran elementos culturales reconocibles y marcan una identidad.

    El Complejo Cultural Llolleo se defini a partir de la excavacin de tressitios habitacionales en la desembocadura del Maipo: Tejas Verdes, Rayonhil ySanto Domingo 2, con cermica similar a la encontrada en otras localidadescosteras como el cementerio Llolleo y el fundo El Peral. La fase inicial del sitioLEP-C evidencia los primeros grupos Llolleo, propios de una fase inicial delComplejo que se extendera entre el 200 y el 500 dC, versus una fase deconsolidacin entre el 300 y 900 dC (Sanhueza, 2004).

    Los elementos ms diagnsticos de lo Llolleo son: a nivel de la cermica,la manufactura de vasijas o contenedores grandes, ollas medianas y pequeas deuso cotidiano, jarros simtricos y asimtricos y tazones. Las formas secaracterizan por perfiles compuestos, decoracin de inciso reticulado oblicuo enlas ollas, incisos delimitando campos con pintura roja, y varios tipos de incisos ymodelados zoomorfos, fitomorfos y antropomorfos, con modelado continuo decejas/nariz y ojos en forma de grano de caf. A stas se suman vasijasmonocromas sin decoracin, o con incisos, pintura roja sobre caf y zigzagueoperimetral de banda o estrellado. La presencia de asas puente, entierros enurna y formas similares al jarro pato, que vinculan este Complejo contradiciones del sur del pas. El tembet desaparece del conjunto de adornoscorporales, pero se mantienen los collares y pulseras de cuentas de lutita,concha, cobre o malaquita, tambin aparecen figuritas zoomorfas comocolgantes (Sanhueza, 2004).

    En paralelo al desarrollo de las comunidades Llolleo, el Bato mantendraun nfasis cazador recolector hasta finales del milenio. En el caso de losprimeros, las evidencias arqueolgicas sugieren una prdida de la importancia

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    de la caza y un aumento de la tecnologa de molienda, complementada conactividades agrcolas incipientes y nuevas tcnicas de pesca (valos, 2007;Sanhueza, 2004). Otra diferencia que se puede citar entre ambos grupos es elrol, ms simblico, que adquiere la cermica entre los Llolleo, para los cuales escomn ofrendar vasijas completas a los esqueletos depositados flectados, lateral

    o ventralmente (Sanhueza, 2004).La dispersin de los grupos Llolleo sera ms amplia y en ocupaciones ms

    densas que los Bato, abarcando una zona que va desde el valle del Choapa hastalas cercanas del Maule. Los fechados por TL indican una distribucin de esteComplejo entre los 200 aC y 900 dC (valos, 2007).

    En la zona en estudio se han registrado ocupaciones Llolleo en los sitiosCalle Santa Cruz (valos y Strange, 1999) y Santa Rosa, en La Cruz, y Aspillaga,Fundo Esmeralda y San Pedro 2 en Quillota. Otras piezas Llolleo, recuperadas enSan Pedro, se encuentran en el Museo de Historia Natural de Valparaso.

    Ambos sitios de La Cruz, Calle Santa Cruz y Santa Rosa corresponden aenterratorios de mujeres adultas, con deformacin craneana intencional,evidencias de quema en el caso del Sitio Santa Rosa, y acompaadas, cada una,de un ceramio completo y fragmentos del mismo material. Tanto el Sitio CalleSanta Cruz como Santa Rosa cuentan con dataciones por TL, las que arrojaronuna fecha de 555 140 dC para el primero, y de 680 100 dC para el segundo.

    Imagen 11: Fragmento de jarrito antropomorfoLlolleo recuperado en el sitio Aspillaga 1. Ntese

    la decoracin ceja/nariz continua y el ojo degrano de caf.

    En el sitio Aspillaga se recuperaron cuatro vasijas Llolleo, de las culesslo una (jarrito antropomorfo, Imagen 11) pudo relacionase a un enterratorio. Elcontexto funerario y su ubicacin estratigrfica, justo encima del nivel de lascrecidas del ro, es un elemento que comparte este enterratorio Llolleo con losde La Cruz ya mencionados. El fechado por TL del jarrito antropomorfo arrojuna data de 140 150 dC.

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    Los anlisis preliminares de los contextos y la materialidad recuperada deFundo Esmeralda han permitido reconocer, al menos, tres enterratorios Llolleo(E5FE, E7FE y E8FE). La datacin por TL de una pieza que acompaaba alIndividuo 7 arroj una fecha de 585 140 dC. (Imagen 12)

    Imagen 12:vasija Llolleo ofrendada a lacabeza del Individuo 7 de Fundo Esmeralda,

    fechada en 585 140 dC.

    Todas estas evidencias indican que Llolleo habit tempranamente el vallede Quillota desde el 140 al 680 dC (valos et al., 2007)

    Los estudios desarrollados en la zona del Aconcagua, particularmente apartir de la comparacin de sitios del interior (curso medio y superior) con otrosde la desembocadura del ro han llevado a proponer que en el curso inferior,

    Bato y Llolleo, a pesar de coexistir, habitan espacios separados, por lo que seregistran ocupaciones monocomponentes (por ej., Enap 3, Concn 11, LosEucaliptus y Patio 2), pero hacia el interior, sus ocupaciones se interdigitanespacial y materialmente, como lo demuestra el contexto de Fundo Esmeralda yAspillaga 1 (valos, 2007)

    Hacia el ao 800 dC se inicia un cambio en la dinmica cultural de la zonacentral de Chile, que lleva a la prdida de los conjuntos culturales quecaracterizaban a los Complejos Culturales Bato y Llolleo, segmentndose as elperodo conocido como Intermedio Tardo. Este drstico cambio lleva a ladefinicin de una nueva entidad cultural para el perodo posterior al ao 900 dC:

    la Cultura Aconcagua. Las ltimas investigaciones realizadas en ladesembocadura del ro Aconcagua (valos et al., 2007) han llevado a plantear laprobable relacin existente entre este evento y la ocurrencia de un cambioclimtico que se inicia hacia el 800 dC y se extiende hasta despus del ao 1200dC, con un peak entre los aos 1000 y 1100 dC, estructurando as un PATtemplado y hmedo versus un PIT clido y seco (valos, Ibid; Saunier et al.,2007).

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    An se desconoce cul habra sido el principal aliciente para el cambiocultural que se observa a partir del 900 dC. La cermica adquiere un rolidentitario mucho ms fuerte, la poblacin se distribuye en ncleos ms definidosy se observan en el registro evidencias de una mayor cantidad de poblacinhabitando la zona. Las comunidades son mucho ms sedentarias y con una

    horticultura ms establecida, habitando probablemente en conjuntos de familiasextensas. Se nota una mayor homogeneidad en los contextos adscritos a estegrupo ya sea en la costa como en el interior, aunque dicha coherencia serompera al comparar los contextos del curso superior de la cuenca. De todasmaneras, a pesar de la formatizacin de ciertos elementos, sobretodo de lacermica, se evidencia una variabilidad interna (Sanhueza, 2004)

    No hay evidencias de la transicin entre los grupos del PAT y del PIT, sinembargo, sitios como Estadio de Quillota, Aspillaga, Patio 2 y El Membrillar 1 y 2evidencian que los grupos Aconcagua habran estado habitando, al menos en elcurso medio e inferior del Aconcagua, los mismos lugares que sus predecesores.

    Los elementos tpicos de la Cultura Aconcagua, a nivel de la cermica, sonla fabricacin de varios tipos formales definidos: tipo Aconcagua Salmn (pastaanaranjada con decoraciones en color rojo y negro), cuya forma ms comn es elpuco Aconcagua, y el motivo de decoracin ms tpico es el trinacrio; jarros yollas que tambin pueden ser decorados con el trinacrio, o con decoracinajedrezada y bandas en el borde; tipo Aconcagua Rojo Engobado, con la mismavariedad formal de pucos, ollas y jarros; y tipo Aconcagua Pardo Alisadocermica domstica sin decoracin o con decoraciones plsticas. Tambin se hadescrito el uso de quincha para hacer cermica (Sanhueza, 2004). Otroselementos nuevos son introducidos a partir de la funebria: se destinan reas

    particulares a la inhumacin y los cuerpos son depositados en posicin extendida,ya sea decbito dorsal, ventral o lateral, comnmente bajo tmulos. Semantiene la ofrenda cermica en los enterratorios.

    La extensin geogrfica de las comunidades Aconcagua abarca desde lazona del valle del Aconcagua, por el norte, - aunque se han encontradoevidencias hasta el valle del ro La Ligua (valos et al., 1999-2000)- hasta elCachapoal por el sur. La poblacin parece concentrarse en el valle, siendo menosocupada la zona costera y cordillerana. Temporalmente, las evidencias msantiguas de presencia Aconcagua corresponden al ao 900. Las fechas ms tardasse distribuyen hacia el ao 1300 dC, momento previo a la llegada de los

    espaoles a la zona, y en el cual estos grupos estaban recibiendo la influenciainca a travs del contacto con comunidades Diaguita, lo que se evidencia por laaparicin de la tricroma en la cermica (Sanhueza, 2004).

    Los sitios de adscripcin Aconcagua reconocidos en el curso medio delvalle homnimo estn representados por las ocupaciones ms tardas de los sitiosEstadio de Quillota, que corresponda probablemente a un cementerio detmulos (Gajardo Tobar y Silva, 1970), donde el componente propio del PIT

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    abarcara desde Aconcagua hasta el momento de aculturacin diaguita-incaica;Aspillaga, donde se recuper un conjunto de cermica decorada de los tiposnegro sobre salmn, rojo engobada y tricroma engobada, pulidores de piedra yhueso para cermica, puntas de proyectiles, piedras horadadas y morteros; yArauco, sitio vecino a Estadio de Quillota, donde se encontraron 10 enterratorios

    Aconcagua. Una olla del sitio Aspillaga entreg una fecha de 1040 dC (valos etal., 2007)

    De la misma manera, en el sitio Fundo Esmeralda hay abundantesevidencias de la presencia de grupos Aconcagua, habitando en el mismo sectordonde antes lo habran hecho los grupos Llolleo (Imagen 13).

    Imagen 13: Puco Aconcagua ofrendado al Individuo 1 de Fundo Esmeralda, fechado en 980 105dC.

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    Fechados

    El conjunto de fechados obtenidos (TL) en el sitio Fundo Esmeralda sepresenta en la Tabla 2a y los fechados de otros sitios mencionados en elapartado anterior en la Tabla 2b.

    Tabla 2a: Fechados Sitio Fundo EsmeraldaE1FE Ceramio 1 (C1E1; C1FE) 980 105 dCE7FE Ceramio 1 (C1E7; C12FE) 585 140 dCE9FE Ceramio 4 (C4E9; C21FE 1300 65 dC

    Tabla 2b: Fechados Sitio Curso Medio del AconcaguaSitio Localidad Adscripcin Material Fechado

    Santa Rosa La Cruz Llolleo Jarro 680 100 dCCalle Santa

    CruzLa Cruz Llolleo Jarro fitomorfo 555 140 dC

    Aspillaga 1 Quillota Llolleo

    Aconcagua

    Jarro antropomorfo

    Ollita

    140 150 dC

    1040 100 dC

    Estadio deQuillota

    QuillotaLlolleo

    Aconcagua

    Jarro

    Vaso tricromo

    405 170 dC

    1420 45 dC

    El Membrillar 1 ConcnBato

    Aconcagua

    Caf pulido EM-1/3

    Urna / modeladoacordelado

    870 120 dC

    1480 55 dC

    El Membrillar 2 Concn Bato

    Aconcagua

    Caf alisado ext. int.

    Caf pulido / Esq. 5

    Rojo engobado ext.

    Cuello caf pulido ext.

    Rojo engob. bandanegra

    Negro alisado ext.- int.

    Cuello evert. Caf-roj.alis.

    Negro s/Salmn

    395 160 dC

    750 120 dC

    775 120 dC

    915 100 dC

    1100 100 dC

    1145 90 dC

    1370 65 dC

    1435 45 dC

    3Tomado de valos et al., 2007

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    Patio 2 ConcnBato

    Aconcagua

    Caf pulido

    Rojo pulido pintado

    210 170 dC

    1195 80 dCConcn 11 Concn Bato Concha 420 100 dC

    Los Eucaliptus Concn Bato Inciso lineal-punteadorojo

    Inciso punteado rellenoblanco

    Nivel asoc. a Esq. 1

    Tembet botn conaletas

    Figura zoomorfa

    Rojo negativo

    Hierro oligisto s/Rojo

    40 180 dC

    180 200 dC

    450 120 dC

    500 100 dC

    520 100 dC

    580 100 dC

    785 120 dCCalle 13 Concn Bato Caf pulido C-13/1 465 150 dC

    El Carrizo 1 Quintero Llolleo Jarro asimtrico Esq.1

    575 140 dC

    e. Antecedentes bioantropolgicos de la zona estudiada

    No se han registrado estudios de carcter bioantropolgico en la zonaestudiada, a excepcin de los anlisis preliminares realizados a dos esqueletos

    de Fundo Esmeralda (resultados nunca publicados) y a un anlisis realizado porJoyce Strange a los restos recuperados en el sitio Calle Santa Cruz, en la comunade La Cruz. ste corresponde a la caracterizacin de una mujer Llolleo de entre21 y 30 aos, enterrada en posicin flectada decbito lateral derecho, con lacabeza orientada hacia el sur y los pies hacia el norte. No se observ en ella lapresencia de deformacin craneana intencional, pero s de incisivo en pala. Eldesgaste que presenta es mnimo, lo que sugiere que sta consuma una dietablanda pobre en abrasivos, quizs con algn grado de contenido decarbohidratos, por la presencia de una caries oclusal en el primer molar inferiorizquierdo. No se registraron patologas en el poscrneo, a excepcin de ladeformacin de un cuerpo vertebral cervical. El aspecto general de los restos

    sugiere que corresponden a una mujer de baja estatura y no robusta (valos yStrange, 1999).

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    Problema de estudio

    La Coleccin Fundo Esmeralda que se encuentra actualmente depositadaen el MHAQ es una de las ms numerosas y completas que se han recuperadopara la zona del curso medio del ro Aconcagua. Su anlisis es fundamental paraentender:

    1) El modo de vida (sensu Constantinescu, 1997-8) de una comunidadagroalfarera de esta zona de Chile Central, y

    2) Las relaciones biolgicas y sociales que se dieron entre dos comunidadesculturales distintas, considerando que se encuentran en el lugar enterrados demanera interdigitada (en el plano horizontal y vertical) individuos de adscripcincultural Llolleo y Aconcagua.

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    Las evidencias que se puedan reunir respecto a estas dos interrogantes sonfundamentales para llenar vacos en la investigacin sobre la prehistoria de laCuenca del Aconcagua, la que se ha visto deprimida desde los aos 60, ypermitir adems conformar un cuerpo de informacin fundamental para

    establecer comparaciones con lo que est ocurriendo en las zonas geogrficasaledaas, ya sea el Norte Chico, la Cuenca del Maipo/Mapocho y el curso Inferiory Superior del Ro Aconcagua.

    El segundo problema citado es adems una pregunta muy atingente en eldesarrollo actual de la prehistoria de Chile Central, donde se est erigiendocomo una de las grandes interrogantes de la misma el origen de la CulturaAconcagua, y por ende, la naturaleza de sus relaciones con grupos prximos, yasea geogrfica o temporalmente (ver, por ejemplo, Cornejo 2006, en prensa).

    La hiptesis que gua esta investigacin, es que la interaccin de los

    individuos con el medio natural y cultural en el que se encontraban insertos,como comunidades biolgicas, geogrficas y temporalmente constituidas, dejhuellas en sus restos seos, y que a travs de un anlisis cientfico de carcterbioarqueolgico, y su interpretacin, es posible aproximarse a su modo de vida.

    Objetivos

    a. Objetivo general

    El objetivo de esta investigacin es reconstruir el modo de vida (sensuConstantinescu, 1997-8) de una(s) comunidad(es) agroalfarera(s) del curso mediode la Cuenca del Ro Aconcagua, a partir del anlisis antroposcpico de sus restosseos y de su interpretacin bajo el alero de las evidencias antropolgicas y

    arqueolgicas con las que tambin se cuenta, con una perspectiva diacrnica yun nfasis comparativo.

    b. Objetivos especficos

    Para responder a la interrogante central de esta investigacin se proponenlos siguientes objetivos especficos:

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    1. Elaborar un estado del arte de la Coleccin Fundo Esmeralda, encuanto a sus restos bioantropolgicos y arqueolgicos.

    2. Sistematizar la evidencia arqueolgica y bioantropolgica, con nfasisen esta ltima.

    3. Participar en el rescate de los restos seos de los individuos que an nose han recuperado.

    4. Anlisis bioantropolgico de los restos seos recuperados.

    5. Elaborar Fichas de Registro para el rescate de restos seos,levantamiento de informacin y manejo de los mismos en Laboratorio.

    6. Evaluar los factores tafonmicos y las medidas de conservacinaplicadas a los restos seos humanos en la zona objeto de estudio.

    7. Aplicar medidas de conservacin preventiva a los restos humanos de laColeccin Fundo Esmeralda.

    8. Comparar e integrar las evidencias obtenidas en un marco cronolgicoy geogrfico, local y regional.

    9. Difundir los resultados obtenidos dentro de la comunidad local.

    Marco terico

    a. Bioarqueologa: estudios transdisciplinarios en arqueologa ybioantropologa.

    Tal como sealan Armelagos y Van Gerven (2003) la identidad de nuestradisciplina [la bioantropologa] est definida por aquel pequeo espacio en el cuallo posible se une a lo significativo. La bioantropologa, como una rama de laantropologa, busca entender al hombre a partir del estudio de la interaccinentre la cultura y la biologa. Esta tarea puede abordarse tanto en poblacionesextintas como modernas, siendo las fuentes de informacin principales elmaterial biolgico humano, tejidos blandos, tejido seo, y la produccin cultural.

    En los anales del desarrollo de la antropologa fsica, tanto en EstadosUnidos como en Europa, el nfasis biomtrico, taxonmico y descriptivo sent las

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    bases para un desarrollo de la disciplina ms centrado en el anlisis biolgico queen el cruce de informacin entre las evidencias duras y el sustrato cultural. Engran medida los anlisis se orientaban a la descripcin de casos particulares, loque reflejaba la influencia histrica de la medicina en la disciplina. Labioantropologa se convirti entonces en una osteologa, donde el grueso de la

    investigacin se concentr en la descripcin de esqueletos de diversos orgenestemporales y geogrficos para establecer una clasificacin racial, y lainformacin cultural qued relegada a un tercer plano (Armelagos y Van Gerven,bid). Incluso en Chile, hasta la actualidad, esta posicin se mantiene, como bienlo expresa Constantinescu: Al trabajar los esqueletos de un sitio arqueolgico,el bioantroplogo slo hace una breve referencia al perodo y cultura a que seadscribe el sitio y, a algunos datos de inters particulares. Contina luego con lainterpretacin de la evidencia sea en base a estas generalidades(Constantinescu, 1997-8:48). La gran mayora de los estudios de antropologafsica desarrollados en Chile ven a la disciplina y su potencialidad informativacomo reducida exclusivamente a servir de apoyo al estudio mdico o

    arqueolgico, sin vislumbrar que es precisamente el nfasis integrador,multidisciplinario, interpretativo y propositivo que define a la bioantropologa, elque le da sentido a su existencia como una disciplina independiente.

    Consciente del estancamiento descriptivo que aquejaba a la disciplina enUSA, en 1951 Sherwood Washburn public un ensayo titulado The New Physical

    Anthropology, donde sugera que la introduccin de la puesta a prueba dehiptesis y de los conceptos de adaptacin y evolucin al programa deinvestigacin bioantropolgico habran de marcar un quiebre entre la viejaprctica y la nueva (Armelagos y Van Gerven, Ibd.). El cambio fue uncuestionamiento al reducido conjunto de mtodos y tcnicas utilizados hasta el

    momento en la investigacin, y la aceptacin de nuevas opciones en dichombito llev a plantearse nuevas dudas o a replantearse viejos paradigmas, a finde superar la mera osteologa.

    Despus de la reflexin terica que implic el manifiesto de Washburn, yaen la segunda mitad del siglo XX, surge el concepto de bioarqueologa4(Armelagos y Van Gerven, bid; Larsen, 1997; Luna, 2006), que reinterpreta labiologa esqueletal como fuente de informacin. Esto fue a la par del arribo delconcepto de Nueva arqueologa en la arqueologa, desde la dcada de los aos60 en adelante, y as se super el estudio de temas como la difusin ydescripcin histrico cultural simplista, para entender de qu manera los

    sistemas culturales se adaptaban al ambiente. De la misma manera que enantropologa fsica, el nfasis en el uso del mtodo cientfico en la arqueologamarc esta nueva mirada.

    4El trmino bioarqueologa fue utilizado por primera vez por el arquelogo Graham Clark en1972, para designar el estudio de los huesos de animales de sitios arqueolgicos, disciplinaconocida hoy como zooarqueologa o paleozoologa. Jane Buikstra redefini el concepto en 1977,y desde entonces se maneja como el estudio de los restos seos humanos de contextosarqueolgicos. No obstante, en Europa an se usa la antigua acepcin (Larsen, 1997).

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    La bioarqueologa ha sido definida como el estudio de los restos seoshumanos provenientes de contextos arqueolgicos (Larsen, 1997). Su elaboracinterica y metodolgica se funda en un acercamiento biocultural al anlisis de losrestos seos humanos de manera sinrgica entre la bioantropologa y la

    arqueologa, para la evaluacin de hiptesis de dicha naturaleza. En palabras deArmelagos y Van Gerven (op. cit.: 8): La biologa esqueletal incorpormetodologa que comparte con la arqueologa procesual para originar labioarqueologa () el poder de la bioarqueologa deriva de la unin entre elanlisis arqueolgico y esqueletal

    No obstante, es la bioarqueologa un hijo de la arqueologa o de laantropologa fsica? Es ms bien un esfuerzo transdisciplinario en la medida enque se utilizan mtodos y tcnicas particulares de cada disciplina para obtener lamisma informacin a partir de fuentes distintas, con el fin de probar hiptesis dendole cultural, que surgen histricamente en la arqueologa, pero que en la

    actualidad le pertenecen tanto a sta como a la bioantropologa

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    .En el concepto de bioarqueologa que aqu se propone, ni labioantropologa ni la arqueologa son exclusivamente instrumentos de anlisisuna de la otra. Como seala Constantinescu (op. cit.) ambas disciplinas carecende un marco terico apropiado para interpretar e incorporar la informacin quela otra puede ofrecer. An no est claro si el mtodo de extraamiento de lossupuestos metodolgicos y tericos de la bioantropologa al mbito arqueolgicoque esta autora propone, es la solucin ms apropiada a este problema, ya quedicha medida reduce nuevamente la disciplina a una biologa esqueletal humanacomo una tcnica usada por la arqueologa, tal como es la arqueobotnica o lapaleozoologa, excluyendo cualquier posibilidad de elaboracin terica por parte

    de la bioantropologa, y desconociendo que la mirada culturalista, integradora yproductora de nuevas sntesis es precisamente el rasgos distintivo de sta.

    El anlisis bioarqueolgico se sostiene en tres pilares fundamentales:perspectiva poblacional, reconocimiento de la cultura como una fuerzamedioambiental que afecta a, e interacta con, la adaptacin biolgica y unmtodo para testear hiptesis alternativas que involucren la interaccin entre lasdimensiones biolgicas y culturales de la adaptacin humana (Armelagos y VanGerven, op. cit.). La perspectiva poblacional es clave para caracterizar patronesde comportamiento, estilo de vida, condiciones de salud y enfermedad y otrosaspectos propios del fenmeno humano (Larsen, 1997) Conceptos como la

    adaptacin y la evolucin, implcitos en la interpretacin bioarqueolgica, la5Si se acepta la definicin de bioantropologa como el estudio del fenmeno humano a partir dela interaccin entre la biologa y la cultura, la bioarqueologa se ubica dentro de la disciplinacomo la rama que estudia las sociedades pasadas, mientras que otras especialidades, como laantropologa fsica de poblaciones vivas o la antropologa forense (an cuando su fin ltimo seasienta en el campo legal), aborda las comunidades actuales. Otras ramas de la disciplina, comola paleopatologa, demografa y biomecnica son ms independientes, pudiendo abarcarindistintamente sujetos de estudio pasados o presentes, o incluso abordando cambios ytendencias en un rango temporal amplio.

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    acercan a la Ecologa Cultural, corriente interpretativa ampliamente criticadapor el enfoque postprocesual, principalmente a travs del rechazopostmodernista a la teora evolutiva aplicada a las ciencias sociales y a lasinterpretaciones ecolgicas. El probar hiptesis de manera objetiva, un pilar dela propuesta bioarqueolgica, ha sostenido este enfoque casi intacto y an

    respetado.Saul, en 1976, suma a este nuevo conjunto terico los trminos

    osteobiografae historia de vida para dar cuenta del proceso interpretativo quepermite inferir las caractersticas de morbilidad/mortalidad de las poblacionespasadas a travs del anlisis de los grados de prevalencia de los indicadoresestrs biolgico a nivel esqueletal y dental, lo cual ofrece importanteinformacin sobre la interaccin individuo/ambiente/ comportamiento en unaperspectiva diacrnica. Esta aproximacin parte de la idea de que los restoshumanos arqueolgicos pertenecieron in vivo a un sistema que estuvo enconstante interaccin con el ambiente natural y social (Luna, 2006).

    No obstante, todo indica que hasta el momento el desarrollo de lasinvestigaciones bioarqueolgicas se ha visto truncado en la prctica. No siemprees factible encontrar una muestra de anlisis apropiado, en cuanto a nmero yconservacin, muchas veces no es posible realizar todos los anlisis necesarios,por tiempo y recursos. Ms an, en Chile se ha entendido muy tardamente laimportancia de la investigacin cooperativa entre la arqueologa y labioantropologa al abordar sitios arqueolgicos con enterratorios o al proponerestudios de ndole bioantropolgica en muestras arqueolgicas.

    Algunas aproximaciones al tema interesantes han sido los trabajos de

    Constantinescu sobre los restos seos humanos recuperados del sitio 10 PM 014Conchal Piedra Azul, correspondiente a un campamento base de poblacionescanoeras, cazadoras recolectoras y pescadoras de las cercanas de Puerto Montt(Gaete et al., 2004); de Andrade y Rebolledo (2006) en relacin al modo de vidade los grupos cordilleranos del Can del Maipo, Chile Central y lasinvestigaciones de valos et al., (2008), respecto del modo de vida Bato en elcurso inferior del ro Aconcagua. No se han registrado investigaciones con unobjeto de estudio similar al aqu ocupado, en gran medida por la conviccin deque la conservacin de los restos, por las condiciones del suelo y el trabajoagrcola que caracteriza la zona, son absolutamente deficientes en la zona einhabilitan cualquier estudio de antropologa fsica.

    El desafo que se plantea para el desarrollo de la disciplina en Chile pareceser insuperable a corto plazo, considerando las limitantes antes mencionadas,pero esto no debe ser excusa para detenerse en la investigacin. La elaboracinde un cuerpo de informacin apropiado, que se construye a travs de aportes oinvestigaciones puntuales (siempre que se tengan presentes, en lasinterpretaciones de los sitios, las limitantes inherentes a cada muestraestudiada) permitir luego sntesis e interpretaciones bioarqueolgicas de mayor

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    alcance. Larsen (1997) enfatiza la importancia de los estudios basados enmuestras pequeas, ya que colectivamente, ayudan a reconstruir la imagen dela variabilidad biolgica en las sociedades tempranas (Larsen, op. cit.). Noobstante, en nuestro pas cada vez se hace ms comn obtener numerosascolecciones de restos seos humanos, sobretodo bajo el desarrollo de EIA y la

    aplicacin de la ley n 17.288. Ejemplos de esto son los trabajos desarrollados el2003 en el proyecto Las Brisas de Santo Domingo, en Quebrada Tricao, donde serecuperaron numerosos individuos adscritos a la Cultura Aconcagua, lasexcavaciones llevadas a cabo entre febrero del 2005 y marzo del 2006 en laCatedral Metropolitana, las excavaciones en El Mauro, en la zona de construccinde un tranque de relaves minerales de la Minera Los Pelambres y el rescate delsitio San Pedro 2, en las cercanas de Quillota, entre otros. Entendiendo laspotencialidades y los alcances de una investigacin, tanto los proyectos queadoptan un enfoque poblacional, como el trabajo con muestras pequeas, seplantean como un aporte al desarrollo de la lnea investigativa propuesta.

    En este trabajo se parte de la base que un acercamiento al conocimientode las sociedades pretritas, a partir de de su biologa6, no puede hacerseabstrayendo al objeto de estudio de su contexto cultural, aprehendido por laarqueologa, a riesgo de practicar slo biologa; y que, como seala Borrero:nuestro primer objetivo cientfico es explicar la formacin del registroarqueolgico () para poder aspirar a interpretarlo. Al plantear la arqueologacomo el estudio del registro arqueolgico estamos incluyendo los restoshumanos (1995, en Constantinescu, op. cit: 32)

    6Entendiendo que con este concepto se abarcan todas las tcnicas y disciplinas de raz biolgicade las que se sirve la bioantropologa: demografa, antropologa gentica, paleopatologa,anatoma, fisiologa, biomecnica, etc.

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    b. Estudio de Modos de Vida

    En el marco de la bioarqueologa el concepto de modos de vida, segn loelaborado por Constantinescu (1997-8), propone tomar el conjunto de mtodos yteoras de la bioantropologa y llevarlas al contexto de la arqueologa, con elpropsito de hacer de los restos seos un nuevo tipo de fuente de informacinpara la reconstruccin e interpretacin del registro arqueolgico. Dentro de ste,los sitios que corresponden a cementerios o que incluyen enterratorios ofrecen lainstancia fundamental de incorporar ambos tipos de informacin, a fin de lograrinterpretaciones interdisciplinarias mucho ms fructferas.

    De esta manera, el modo de vida se define como: aquello que losmiembros de un grupo humano determinado, pertenecientes a una culturadeterminada hacen en su vida cotidiana (Constantinescu, op. cit.). A travs delreconocimiento de los patrones conductuales definidos por una comunidadcultural para operar en un ambiente fsico determinado, se accede alreconocimiento de la cultura reflejada en el organismo humano, la meta final dela bioantropologa y una instancia fundamental en la reconstruccinarqueolgica.

    Se propone el concepto de modos de vida como uno de los pilaresfundamentales de la investigacin bioarqueolgica, no slo por el alcance de su

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    anlisis7, sino porque tambin puede abordarse indistintamente desde labioantropologa y desde la arqueologa como una meta investigativa a la cualaportar desde instancias de trabajo ms puntuales y de menor alcanceinterpretativo.

    Se ha planteado la necesidad de cumplir con cuatro criterios bsicos parael estudio de modos de vida: el uso como fuente de informacin de esqueletos enbuen estado de conservacin para el anlisis paleopatolgico y morfofuncional,un acabado conocimiento del contexto arqueolgico en el cual se insertan dichosrestos e, idealmente, contar con informacin etnohistrica o histrica de lapoblacin en estudio, en el caso de los sitios de adscripcin ms tarda. Con estabase, la reconstruccin del modo de vida se centra en el estudio de los patronesde actividad a travs del anlisis de patologas morfofuncionales, demografa(perfil biolgico: sexo, edad al morir, patrones de natalidad, mortandad ycrecimiento poblacional, etc.), dieta y distancias biolgicas o genticas (Imagen14) en un esfuerzo integrador para entender qu hacan dichas comunidades

    (Constantinescu, op. cit.). En palabras de Larsen (1997): este enfoque escentral en la perspectiva biocultural ofrecida por los antroplogos debemosencontrar la manera de visualizar a las poblaciones pasadas como si estuviesenvivas todava y entonces preguntarnos qu informacin, obtenida del estudio desu tejido seo, nos permitir entender cmo funcionaban, como seres humanosvivos y como miembros de una poblacin

    La sinergia entre la arqueologa y la bioantropologa se hace evidente almomento de reconstruir los patrones de actividad. stos se definen como lasactividades reiterativas y culturalmente pautadas ejercidas por los miembros de

    7El concepto de modos de vida, como lo propone Constantinescu, abarca no slo el estudio delos patrones de actividad, sino tambin otras dimensiones de la adaptacin humana como ladieta, relaciones genticas y demografa. En la escuela norteamericana el concepto de lifestylehace referencia casi exclusivamente a los patrones de actividad, o sea, marcas que se registranen el esqueleto a partir de prcticas laborales (soldados, zapateros, etc.) o prcticas particularesrelacionadas con la obtencin y procesamiento de recursos (cazadores recolectores, chamanes,sacerdotes, moledoras, alfareros, pescadores, etc.) De esta manera ha sido tambin utilizado enel mbito forense, a fin de poder identificar individuos a partir de las huellas esqueletales quehan quedado por su trabajo. Un segundo trmino, que podra considerarse como acepcin demodos de vida es el de lifeway,mucho ms cercano a lo que se entiende por modo de vida eneste trabajo, que ha sido usado principalmente para reflejar el estilo de vida de las comunidadesindgenas de norteamericanas (ver p. e. Grim, 2001). Otro concepto similar, que refleja de mejormanera el modo de vida de una comunidad En Chile, el concepto de estilo de vida, otra

    acepcin de lifestyle, hace referencia principalmente al modo de produccin de la comunidad enestudio (cazadores recolectores, horticultores, agricultores), y aunque su anlisis deberaincorporar siempre otros criterios como las relaciones sociales, genticas y adaptacionesbiolgicas, aunque sea de manera tangencial, no es la norma. Larsen (1997) propone un enfoquemuy similar al estudio de modos de vida como behavioral inference, concepto central de suanlisis bioarqueolgico: Mi discusin del comportamiento no se limita a la actividad fsica; porel contrario, se considera en una perspectiva ms amplia, incluyendo () estrs fisiolgico,exposicin a agentes patgenos, heridas y violencia, actividad fsica, dieta y uso alimenticio y noalimenticio de la cara y la mandbula, reconstruccin de la dieta e inferencia nutricional ehistoria poblacional (Larsen, op. cit.: 5)

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    una comunidad, generalmente asociadas a las labores cotidianas de subsistencia,obtencin y preparacin de alimentos (Merbs, 1983, Lai y Lovell, 1992, Aspillaga,com. pers.) stos no pueden ser interpretados cabalmente sin el contraste con lainformacin artefactual de la comunidad estudiada (Peterson, 1996), categorade datos ofrecida por la arqueologa. No obstante, un instrumento puede ser

    utilizado de varias maneras y con distintos propsitos, y una aproximacin msprecisa a su significado dentro del sistema sociocultural del grupo se puedelograr a travs del anlisis de indicadores esqueletales. Lo mismo ocurre demanera inversa: en el anlisis seo se reconocen evidencias ambiguas deacciones reiterativas y enfermedades inespecficas (dada la variedad limitada derespuestas posibles del tejido seo), que pueden hacerse claras e informativas atravs del cruce con informacin arqueolgica.

    El estudio de los patrones de actividad, a partir del anlisis esqueletalmorfofuncional, es el punto de partida para la reconstruccin de los modos devida. Es una categora de informacin que permite conocer las actividades de

    subsistencia y obtencin de recursos bsicas y cotidiana, directamenterelacionados con los regimenes adaptativos humanos (Larsen, 1997) La carga detrabajo y la actividad tiene grandes repercusiones en la historia demogrfica deuna poblacin, actuando sobretodo en las tasas de fertilidad y en la calidad devida (Larsen, op. cit.).

    No obstante, la reconstruccin del perfil biolgico8y su incorporacin alperfil demogrfico, si bien es un tipo de informacin fundamental para entenderel tipo de adaptacin de una comunidad a su medio, no es simple. En los sitios decementerio los esqueletos recuperados no son siempre una muestrarepresentativa de la comunidad a la que alguna vez pertenecieron, la mortalidad

    no es azarosa y la conservacin de los restos tampoco (Wood et al., 1992; Wrighty Yodder, 2003). Por lo mismo, las conclusiones a las que se llega pueden serespurias y deben interpretarse teniendo en cuenta todas las observacionestericas realizadas, adems de incorporar la informacin tafonmica que puedehacer evidente los sesgos en la muestra.

    El perfil paleopatolgico, ms all de las enfermedades articulares ymusculoesqueletales que se relacionan directamente con los patrones deactividad, informa sobre las tendencias que dieron origen a un determinadoperfil demogrfico, la gentica de los individuos y, si es abordado con un nfasisclnico y forense, tambin da luces sobre la calidad de vida de los sujetos

    estudiados (Lai y Lovell, 1992) Se ha planteado una relacin directa entre lascondiciones de salud y enfermedad y la efectividad de la adaptacin de unacomunidad a su medio, social y cultural (Constantinescu, op. cit.).

    8 Se entiende aqu por perfil biolgico la reconstruccin del sexo, edad, ancestra y estatura.Puede hacerse a partir de un solo individuo o de un conjunto de stos, representativos de unacomunidad viva o extinta (Saunier, 2007a Ms.)

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    Los estudios orientados a reconstruir de dieta, ya sea a travs de anlisisarqueobotnicos, zooarqueolgicos, de istopos estables, elementos traza,patologas orales y dentales y estado nutricional, permite cruzar la informacinque ofrecen, sobre la subsistencia y adaptacin, los patrones de actividad yartefactos recuperados en los contextos habitacionales.

    El estudio de las relaciones biolgicas y genticas mediante del anlisis derasgos no mtricos y del material gentico es quizs una de las ramas msapasionantes del estudio bioantropolgico. Sin caer en el historicismo, este tipode anlisis se yergue como la contraparte biolgica de la observacin deinstancias de difusin, movilidad, contacto y cambio cultural, ayudandoprecisamente a evaluar la naturaleza de las relaciones que se dan entrecomunidades que geogrfica y temporalmente conviven, pero que se distinguendesde la arqueologa.

    Los cuatro pilares bsicos de la reconstruccin de modos de vida (demografa,

    patrones de actividad, perfil biolgico y perfil paleopatolgico) corresponden aanlisis bioantropolgicos. Su contrastacin con la informacin del universomaterial de la comunidad estudiada y la interaccin con el medio natural delsistema cultural de la misma sientan las bases de la investigacinbioarqueolgica, una aproximacin transdisciplinaria propia de las tendenciascientficas actuales.

    Imagen 14: Fuentes de informacin que permiten reconstruir el modo de vida de una comunidadarqueolgica (segn Constantinescu, 1997-8). La separacin de las mismas no implica que

    correspondan a categoras excluyentes, sino ms bien a distinciones operacionales para el anlisisbioarqueolgico (ver Saunier 2007a, Ms)

    Demografa

    Patronesde

    actividad

    PerfilPaleo

    patolgico

    Interaccincon elmedio

    Perfilbiolgico

    Culturamaterial

    Hombre

    Modos de vida

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    Material y Mtodo

    Los restos seos humanos corresponden a la Coleccin Fundo Esmeralda,de naturaleza arqueolgica y bioantropolgica, que se encuentra resguardada enel Depsito del MHAQ. sta comprende los restos esqueletizados de al menos 11individuos en distinto estado de conservacin, de adscripcin al ComplejoCultural Llolleo y Cultura Aconcagua, junto a los restos materiales obtenidos enel lugar, que incluyen restos cermicos, lticos, malacolgicos yarqueofaunsticos. Del total de los esqueletos se han considerado slo ocho para

    la reconstruccin bioarqueolgica del sitio, por ser los que cuentan con unacontextualizacin apropiada, buen estado de conservacin del tejido esqueletal ybuena representatividad esqueletal.

    La Coleccin Fundo Esmeralda fue ordenada y sistematizada, renombrandolos esqueletos como E (= esqueleto), X (n de la Coleccin con el que se lereconoce) y FE (iniciales del sitio al que pertenece: Fundo Esmeralda). Es ascomo, por ejemplo, E1FE refiere al Esqueleto 1 del sitio Fundo Esmeralda.

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    Los restos seos se analizaron antroposcpicamente a ojo desnudo, y encaso de ser necesario, con una lupa de un aumento mximo de 5X. Los datosfueron consignados en una ficha de registro de restos esqueletales (Ver Anexo 1),y cada observacin relevante se acompa de una fotografa tomada con una

    cmara Nikon Coolpix L4 o Sony Cibershot W80, en un tamao estndar de 2 y 7Mb, mejoradas con el programa editor de imgenes Picture Motion Browser2.0.05.16060.

    La reconstruccin del perfil biolgico de los individuos de la muestra siguilos estndares reseados en Buikstra y Ubelaker (1994), Ubelaker (1984) y laspropuestas resumidas por el Workshop of European Anthropologists (1980). Laidentificacin e interpretacin de la prevalencia de patologas de la comunidaden estudio sigui los criterios de Aufderheide y Rodrguez-Martn (1998),Brothwell (1981) y Larsen (1997, 2002). Tales autores tambin ofrecenherramientas para interpretar los patrones de actividad e indicadores laborales,

    adems de Merbs (1983).La edad se estim a partir de la observacin antroposcpica del desarrollo

    dental, la fusin de las epfisis, cierre de las suturas craneales y condicionesgenerales del esqueleto. La precisin que alcanza la determinacin de edad apartir de las suturas craneales ha sido ampliamente criticada (ver p. e.Hershkovitz et al., 1997), particularmente por la interaccin que se da entredicha estructura y las condiciones genticas y de salud de los individuosanalizados. No obstante, la existencia de mtodos estandarizados (Buikstra yUbelaker, 1994) sustenta su uso cuando no hay otras estructuras disponibles deanalizar (Bass, 1971). Todas estas partes del esqueleto se consideran apropiadas

    para esta tarea tanto en especimenes arqueolgicos como forenses (Buikstra yUbelaker, 1994; Rodrguez Cuenca, 1994; Skeletal Inventory Form Guidelines delArizona State Museum, 2004).

    La estimacin de la ancestra se realiza observando principalmente lascaractersticas craneales y dentales del individuo (Bass, 1971). El sexo de losindividuos se estima segn la forma del coxal, las caractersticas del crneo y larobusticidad general de los huesos largos cuando las otras estructuras no estndisponibles para un anlisis apropiado. La estatura de los individuos se calculasiguiendo las tablas de Genovs (1967), sugeridas para poblacin amerindiamexicana, corregidas por Del ngel y Cisneros (2002). Cuando los huesos largos

    no se encuentran completos, se estima la estatura mnima (Ej. "El individuo Xmeda al menos 1,56 mt.).

    El perfil paleopatolgico tiene que ver con una reconstruccin del historialde salud y enfermedad del individuo analizado. La tabla 3 presentaesquemticamente las enfermedades que son posibles identificar o inferir delanlisis antroposcpico de los restos seos, segn el grado de conservacin de losesqueletos, en este sitio en particular. Al menos en la zona estudiada no se han

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    registrado casos de momificacin (preservacin de tejidos blandos), por lo que sehan excluido las patologas que se notan en stos. A travs de este conjunto deanlisis podemos acceder a informacin sobre los patrones de actividad(enfermedades morfofuncionales) y la dieta, adems de permitirnos reconocerciertas caractersticas paleodemogrficas o de la historia de vida (sensu Hill y

    Kaplan, 1999).Tabla 3: Patologas posibles de identificar en los restos seo de Fundo Esmeralda, segn las

    condiciones de conservacin de los restos. Informacin modificada de Aufderheide y RodrguezMartin, 1998.

    Condiciones traumticas Fracturas

    Dislocaciones

    Heridas

    Alteraciones corporales

    Enfermedades Congnitas Craniosinostosis

    Espina Bfida

    Escoliosis

    Dislocacin congnita de la cadera

    Hipoplasias

    Hiperplasias

    Desrdenes circulatorios Aneurismas

    Osteocondritis

    Osteocondrosis

    Necrosis

    Osteoartropata hipertrfica

    Enfermedades articulares DJD

    DISH

    Osteoartritis

    Gota

    AS

    Enfermedades infecciosas

    Bacteriales

    Tuberculosis

    Lepra

    Treponematosis

    Osteomielitis

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    Causadas por hongos

    Causadas por parsitos Malaria

    Enfermedades metablicasDeficiencia de vitamina D

    Raquitismo

    OsteomalaciaEscorbuto

    Osteoporosis

    Desrdenes endocrinos Gigantismo

    Acromegalia

    Enanismo

    Problemas a la tiroides

    Desrdenes hematolgicos Anemia

    Mieloma mltiple

    Displasias esqueletales Acondroplasia

    Osteognesis imperfecta

    Neoplasias Osteoma del conducto auditivoexterno

    Osteoblastoma

    Osteosarcoma

    Condromas

    Tumores

    Lesiones metastticos

    Cistas

    Enfermedades de ladenticin

    Atricin

    TMJD

    Enfermedad periodontal

    Caries dental

    Hipoplasia del esmalte

    Los patrones de actividad de los individuos se reconstruyen considerandolos grupos musculares desarrollados (deducidos por las inserciones muscularesms prominentes en el esqueleto), y la impronta que stos han dejado en elesqueleto, adems de las lesiones que pueden ser consideradas como derivadasde actividades laborales (ver, por ejemplo, Lai y Lovell, 1992). El anlisis en

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    conjunto de estas estructuras ayuda a extrapolar cules eran las actividadescotidianas y reiterativas de los individuos en cuestin (ej. caminar en terrenoirregular, hiperextensin del antebrazo sobre el brazo, posicin de sastre, etc.),al mismo tiempo que arroja luces sobre las tareas que desarrollaban (nado, cargade peso, uso parafuncional de la dentadura), y las intervenciones corporales de

    valor social que se producan. Por lo mismo la interpretacin de los patrones deactividad debe necesariamente llevarse a cabo a la luz de las evidenciasarqueolgicas y medioambientales que contextualizan a la comunidad con la quese est trabajando (Merbs, 1983, Peterson, 1996, Lai y Lovell, 1992).

    Figura 2: Criterio visual paradistinguir el grado de desarrollomuscular de los individuos de la

    muestra. Insercin muscular delm. glteo mayor en cara

    posterior del fmur izquierdo.

    La evaluacin delgrado de desarrollo muscular de un esqueleto es claramente un problemametodolgico muy importante de resolver para llegar a conclusiones apropiadas

    en cuanto al modo de vida de un grupo. Para efectos de esta investigacin se haelaborado una tabla, basada en criterios visuales (que no deberan causarproblemas de comparabilidad, ya que se est trabajando un slo sitio) paraestimar el grado de desarrollo muscular (Figura 2). Esta se basa en el desarrollode la insercin del m. glteo mayor en el fmur y se distinguen tres estados(moderado, leve y alto) segn la rugosidad y elevacin de la superficie deinsercin.

    El cruce de informacin de carcter biolgico, paleopatolgico y lospatrones de actividad, sumado a las evidencias paleodemogrficas, arqueolgicasy medioambientales, ayudan a reconstruir de manera amplia, el modo de vida de

    la comunidad estudiada: su economa, subsistencia, relaciones sociales yculturales, roles sociales y de gnero, diferencias etarias y prcticas rituales(Larsen, 2002; Constantinescu, 1997-8; Merbs, 1983).

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    Factores tafonmicos del Sitio Fundo Esmeralda

    La Tafonoma es el estudio de la transicin de los restos biolgicos, desdela muerte del individuo y a lo largo de toda su evolucin post mortem. En el casode la Tafonoma Forense, rama aplicada al estudio de los restos seos humanos,se considera todo lo relacionado con la descomposicin, transformacin,conservacin, transporte, desgaste e infiltracin de los restos humanos desde lamuerte biolgica hasta su total desintegracin o conservacin natural o artificial,o hasta su fosilizacin (Reverte Coma, 1998)

    Al lidiar con restos bioarqueolgicos, lo ms apropiado es elaborar unperfil tafonmico que consigne los procesos que han sufrido y las situaciones quehan pasado los huesos hasta el momento de ser descubiertos. Este paso esfundamental en la investigacin para una entender las potencialidadesinformativas de los seos, una discriminacin en los anlisis de las patologas ypseudopatologas, y una correcta interpretacin de los patrones esqueletales enrelacin con el modo de vida. El Diagrama 1 presenta los factores extrnsecos e

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    intrnsecos que, actuando de manera sinrgica, determinan un grado deconservacin particular de los restos bioantropolgicos (Diagrama 1, segnReverte Coma, 1998).

    Diagrama 1: Factores tafonmicos a evaluar en muestras arqueolgicas

    El rea excavada del sitio arqueolgico se encuentra junto a un canal deregado que data de hace ms menos 100 aos, de manera que el principal factortafonmico que acta sobre los restos seos humanos recuperados es la humedad(Imagen 15 y 16). Un segundo factor es la presencia de pasto y maleza que creceen las paredes del canal y sobre la zona de los enterratorios, aunque laprofundidad que alcanzan las races de stas no supera los 30 cm. El campovecino al sitio corresponde en la actualidad a un tomatal, y nunca ha sidoocupado con cultgenos cuyas races lleguen ms abajo que dicho nivel.

    Factores extrnsecos

    HumedadVegetacin

    pHQumica del suelo

    Factores extrnsecos

    DietaGentica

    Consumo desustancias

    Contexto funerario

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    Imgenes 15 y 16: Paso del canal de regado junto al rea excavada. La primera imagencorresponde a la situacin del rea excavada y del canal de regado en el ao 2001 (Gentileza de

    H. valos) En la segunda imagen las flechas color naranjo sealan el canal de regado (a laderecha) y el curso accesorio para el paso del agua a los camellones del tomatal (a la izquierda).Al centro de la imagen, en el polgono naranjo se destaca la zona intervenida para el rescate de

    los individuos E4FE y E9FE

    La humedad acta sobre los restos biolgicos propiciando la pululacin y

    desarrollo de algas, moho, hongos y alterando la consistencia, aspecto y color delhueso. Los restos seos hundidos en tierra hmeda generalmente se impregnandel color de la matriz que los rodea o acaban por destruirse, ya que los cambiospor la humedad son intensos, haciendo al tejido seo frgil, friable y con laconsistencia de una caa seca. El periostio puede adquirir un color oscuro por lasalgas, moho y hongos (Reverte Coma, 1998).

    Los cursos de agua tambin pueden conducir a la prdida total o parcial delos esqueletos, removiendo segmentos de stos. Es probable que esto hayaocurrido en el sitio, aunque parece ser la mantencin del canal de regado(limpieza y ampliacin) la prctica que ha llevado a una prdida ms significativa

    de contextos funerarios.

    Efectivamente los esqueletos ms deteriorados por la humedad son E2FE,E7FE E8FE y E6FE, que se encuentran inhumados ms cerca del curso de agua. Laexcepcin parece ser E4FE, que tiene un buen estado de conservacin a pesar deque su perfil toca con la pared de la acequia. Al menos en los cuatro primeros esnotoria la exfoliacin del periostio y la presencia de manchas verdosas ynegruzcas producidas por la humedad (Imagen 17). A excepcin del Individuo 6

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    todos los otros mencionados han sido adscritos al Complejo Cultural Llolleo, y esinteresante notar un grosor diferencial de los huesos de stos sujetos versus la delos Aconcagua. Esta situacin se debera principalmente a la accin de lahumedad en el tejido seo, pero no se descarta que la nutricin y otrasdiferencias propias del modo de vida de ambas comunidades incidan tambin.

    Adicionalmente, la fragilidad de los huesos, que ha llevado a su altafragmentacin, ha dificultado el clculo de la estatura y la observacin deatributos claves para reconstruir el perfil biolgico y paleopatolgico de losindividuos.

    Imagen 17: tercio proximal del hmero izquierdo de E7FE, que muestra las manchasoscuras causadas por la humedad de la matriz en la que se encontraba depositada. Ntese

    adems en el extremo derecho la delgadez del hueso, a causa del deterioro en el tejido seoproducido probablemente por el mismo factor tafonmico

    Los individuos afectados por una remocin y prdida de segmentos delesqueleto post depositacin son E1FE, E2FE y E8FE. En el caso de los dos

    primeros sujetos, se deduce por su ubicacin que las labores de ampliacin delcanal de regado arrasaron con la cabeza, el trax y la extremidad superiorizquierda en el caso del primero, y la prdida de la cabeza en el segundo. Estasituacin fue, precisamente, la que permiti descubrir el sitio, al quedarexpuestos los esqueletos en el perfil del canal. E8FE presenta una remocin postmortem, aparentemente provocada por la inhumacin del individuo E5 sobre l,que se suma al deterioro de los huesos por la humedad.

    Las raicillas y las ramitas de pasto y maleza no han causado daosignificativo en los esqueletos. S se ha observado la ocurrencia de coloracindiferencial de los huesos en relacin con la posicin en la que fueron inhumados.

    Al respecto, destaca el caso de E9, mujer de 20 a 25 aos depositada en posicinestirada decbito ventral, cuya cara, hundida en la tierra hmeda, tiene unacoloracin ms oscura que el resto de sus huesos (Imagen 18).

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    Imagen 18: La lnea punteada marca una diferenciacin de color en la cara de E9FE, ms oscura.Esta porcin se encontraba hundida en la tierra hmeda, lo que determinara su tono distinto

    En cuanto a los factores tafonmicos intrnsecos distinguidos entre losesqueletos recuperados se puede mencionar la probable prdida de restos deindividuos subadultos, debido a la alta fragilidad de stos, sobretodo enambientes con alta humedad. Junto al individuo E10FE se encontraron restos desubadulto9, lo que lleva a sospechar que en el sitio tambin se inhumaronindividuos de dicho rango etario. No es posible descartar, sin embargo, queducho hallazgo sea azaroso y que haya un rea de enterratorio diferenciada paralos nios en el sitio, an no descubierta.

    Respecto del grosor de los huesos, llama la atencin que los individuos deadscripcin Llolleo exhiban un tejido seo ms fino que sus smiles Aconcagua. Seconsider la posibilidad de que esto se deba a un factor gentico pero,considerando que son los esqueletos ms afectados por la humedad y quefragmentos de ellos que se encontraban en buen estado presentaron unacondicin del hueso similar a los Aconcagua, esta posibilidad se descart.

    La tabla 4 resume los factores tafonmicos extrnsecos e intrnsecos queactuaron sobre los esqueletos recuperados.

    Tabla 4: Factores tafonmicos que actuaron diferencialmente sobre losesqueletos y estado de conservacin de los mismos

    Individuo Factores tafonmicos Estado de conservacinE1FE Prdida de parte del esqueleto por

    trabajos en el canal de regadoLos huesos presentes tienen muy

    buena conservacin

    9E11FE, no considerado en este anlisis por la ausencia de un contexto claro y el deterioro de loshuesos.

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    E2FE Prdida de parte del esqueleto portrabajos en el canal de regado

    Los huesos presentes tienen unaconservacin regular

    E3FE No excavado -E4FE Su fosa se encontraba junto a la

    pared de la acequia, alteracionespor efecto de la humedad

    Los huesos presentes tienen muybuena conservacin

    E5FE Su fosa se encontraba junto a lapared de la acequia, alteraciones

    por efecto de la humedad

    Los huesos presentes tienen unaconservacin regular

    E6FE El esqueleto fue depositado entierra hmeda, recibi la influencia

    de la humedad

    Los huesos presentes tienen unaconservacin regular

    E7FE Su fosa se encontraba bajo laacequia, alteraciones por efecto de

    la humedad

    Los huesos presentes tienen unaconservacin regular

    E8FE Su esqueleto fue disturbado por lainhumacin de E5. El esqueleto fue

    depositado en tierra hmeda,

    recibi la influencia de la humedad

    Los huesos presentes tienen unaconservacin regular

    E9FEEl esqueleto fue depositado en

    tierra hmeda, recibi la influenciade la humedad

    Los huesos presentes tienen muybuena conservacin

    E10FE No excavado -

    Medidas de conservacin aplicadas a la Coleccin

    Tras el rescate de los individuos en las distintas campaas de salvatajellevadas a cabo en el sitio entre el ao 2001 y el 2003, no todos los restospudieron ser limpiados ni recibieron medidas de conservacin. Dos de stos (E5FEy E6FE) se encontraban en bloque desde su levantamiento en el 2001 hasta la

    fecha actual.

    La dureza que adquiri la tierra de los bloques que contenan a losindividuos E5FE y E6FE hizo necesario despejarlos humedeciendo dicha matriz yremoviendo la tierra con brochetas de bamb. Luego los huesos fueron limpiadoscon agua potable y un cepillo fino, o pinceles en el caso de las piezas mspequeas. Los restos se dejaron secando a la intemperie, a la sombra (Imagen 19y 20).

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    Imagen 19:limpieza de los restos seos que se encontraban en bloque

    Imagen 20: secado de los restos tras su lavado.

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    Dichos huesos, as como los de otros individuos que haban sido limpiadospreviamente (E2FE, E7FE, E8FE, E10) fueron restaurados usando acetato depolivinilo (APV) diluido como adhesivo. Las piezas dentales no fueron pegadas alos alvolos correspondientes, para evitar que el polmero (APV) y el solventealteren el material gentico que puede recuperarse de ellos. Por la misma razn,

    se evit aplicar consolidante a menos que el hueso se encontrara altamentedeteriorado y dicha condicin dificultara la restauracin de las piezas. As, encaso de ser necesario, se us APV diluido en acetona al 20% (Imagen 21).

    Imagen 21: Aplicacin de consolidante a las piezas en las cuales el tejido seo est muy

    deteriorado

    En el caso de los dos ltimos individuos rescatados E4FE y E9FE, parte desus huesos, especialmente las costillas, esternn y coxis,