portafolio jorge castilla-bambaren

J. CASTILLA – BAMBAREN (PERU)

www.artmajeur.com/castilla-bambaren

www.arteperu.100freemb.com

ESTUDIOS:

1977 Facultad de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú

1978 Taller de Dibujo Cristina Gálvez

1978 – 1979 Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima

EXPOSICIONES INDIVIDUALES:

1981 “De los Nictálope”, Galería 9, Lima

1982 “Historia Secreta”, Galería 9, Lima

1985 “Inmediaciones”, Galería 9, Lima

1986 “Pinturas y Dibujos”, Galería Camino Brent, Lima

1987 “Pequeño Formato”, Galería La Estación, Lima.

1988 “Serie Negra”, Galería Trapecio, Lima

1988 “Pinturas”, Galería Fórum, Lima

1989 “Pinturas”, Galería La Galería, Lima

1990 “En Blanco y Negro”, Galería Praxis arte internacional, Lima

1991 “Pinturas”, Galería Praxis arte internacional, Lima



1995 “Pinturas”, Galería Signos, Lima – Perú






2001 "Pinturas", Galería Praxis arte internacional, Lima

2002 "Pinturas y Dibujos", Galería Centro Cultural Ricardo Palma, Lima

2003 "Pinturas", Galería Centro Cultural Ricardo Palma, Lima

2004 "Pinturas y Dibujos", Galeria Dedalo , Lima

2008 “Pinturas“ , Galeria Dedalo , Lima

2009 “Pinturas” - Galeria Enlace Arte Contemporaneo,Lima

BIENALES INTERNACIONALES:

1989 II Bienal de Pintura de Cuenca - Ecuador

1991 XXI Bienal de Sao Paulo - Brasil

1992 VIII Bienal Iberoamericana de Arte, México DF.

1994 V Bienal de La Habana - Cuba

OTROS:

1987 “7 en el 87” – Vídeo realizado por el CICLA

(Consejo de Integración de la Cultura Latinoamericana)

1988 “I Encuentro Cultural de las Amazonias, Manaos, Brasil

(Representación peruana conjuntamente con H. Pazos)

1990 Cortometraje 35 mm. “Serie Negra”

Director Nelson García.

2005 Maskerade –made in Peru-3 artists –Galerie Labyrintum-Germany

INDIVIDUALES INTERNACIONALES:

2000 " Peruvian Phantom Forms", Barrister's Gallery - New Orleans , USA

2001 " Magie, Mythos, Metamorphose", Galerie Labyrintum - Germany

2003 “ Interne Feurer 1 “ – Galerie Labyrintum-Germany

2006 Bleckkirche – Iglesia mas antigua de Gelsenkirchen -Germany

J CASTILLA-BAMBAREN 3 VIDEO CLIPS IN youtube.com http://www.youtube.com/watch?v=F6RfpU0x4LU http://www.youtube.com/watch?v=NOiz-oJACg0 http://www.youtube.com/watch?v=CCjCs0VH9EY EL ARTE DE LA METAMORFOSIS Jorge Castilla-Bambarén es un importante artista peruano que ha exhibido sus pinturas en las siguientes Bienales Internacionales: 1991 XXI Bienal de Sao Paulo Brasil, 1994 V Bienal de la Habana Cuba, 1989 II Bienal de Cuenca, Ecuador y en 1992 la VIII Bienal Iberoamericana de Mexico. En el Perú ha realizado periódicas muestras individuales desde el año 1981. La pintura de Jorge Castilla-Bambarén es figurativa y reúne elementos de abstracción y geometría. Su estilo personal de pintar se ha nutrido de fuentes varias pero quizá las mas evidentes son: Expresionismo Alemán, Arte Prehispánico del Perú y Latinoamerica, el "Art Brut" y el Arte Africano y Oceánico. Las estructuras compositivas de sus cuadros demuestran también una interesante asimilación del lenguaje artístico del abstraccionismo e informalismo, esto va unido a un trazo y pincelada que permite reconocer la presencia del "Raw Art" como otra vertiente de influencia en su proceso creador. La suya es una forma

de expresión que podríamos llamar de síntesis de lenguajes racionales con expresionismos primitivistas.

LA ALQUIMIA

En sus pinturas Castilla-Bambarén ha integrado varios elementos figurativos sumando formas orgánicas, volumenes abstracto - geométricos con paisajes y espacios de naturaleza mágica. Algunas de estas obras parecen desarrollarse en un ambiente de colores en ebullición, el magma volcánico de un mundo en proceso de formación; además en sus cuadros, las figuras están planteadas en transparencia, permitiendonos ver el fondo, a la manera de un diálogo compositivo de los planos. Al dibujar a sus personajes el artista emplea el negro sobre fondo de color, las entidades o figuras de su inventiva están plasmadas en estado de metamorfosis y hallamos en ellas características de diverso origen , unificandose todo finalmente en lo antropomorfo. Sus cuadros están compuestos por elementos gráficos que son vinculables a la linealidad del diseño de las culturas precolombinas, indígeno selváticas, petroglifos y graffittis urbanos. También hay que tomar en cuenta que el artista ha pintado en algunas obras, masas y volúmenes expresionistas, semejantes a una cabeza–máscara y alusiones al cuerpo, al totem a la montaña. Todo esto, pertubadoramente balanceado por una extraña geometría de planos de color, que demuestran tambien su absorción del lenguaje abstracto – minimalísta. Castilla-Bambaren ha creado un arte que nos relaciona con aspectos mágico rituales desconocidos, con obras donde el artísta logra la mixtura alquímica de los diversos ismos del arte. En sus cuadros, JCB sintetiza de manera creativa y muy personal las formas expresivas del art brutt, arte infantil, raw art y lo mejor del arte informal, …su arte es como la sutil poesía de dibujar con el humo de una vela…. Tamara da Costa Brasil 2005

" EL TEJIDO SIMBOLICO " …En un rumbo creativo difícil de predecir por cuanto ha sido, desde sus inicios en 1980 uno de los artistas mas dados a absorber elementos de tendencias plásticas diversas asimilándolos como registros alternativos y simultáneos de una misma sensibilidad - la suya propia - , la pintura última de Castilla-Bambarén ha evidenciado una depuración a manera de revisión radical. Hasta 1990 la síntesis de elementos que caracterizaba a la pintura de Castilla-Bambarén parecía regida principalmente por un ánimo expresionista: por la deformación significativa de los seres que poblaban sus trabajos, por la aplicación a menudo patentemente nerviosa de la materia pictórica, y hasta por su creación de atmósferas en gamas cromáticas elegidas con clara intención. Este ánimo expresionista sustentaba, aparentemente, escenas de una

narración con una trama de imposible desciframiento, que alimentaba el desasosiego en el observador. Luego vendría el descubrimiento de que sin abandonar los emblemas visuales desarrollados en el proceso, podía simplificarlos hasta transformarlos en signos mas concretos, incluso de una naturaleza mas próxima a la de un motivo recurrente, de un patrón seriado. Con esta nueva simplicidad, Castilla-Bambarén abrió posibilidades distintas de condensación y expansión de su lenguaje simbólico. El intento de sugerir símbolos puntuales por representación de seres-personajes en situaciones específicas, como respuesta a una necesidad narrativa, dio paso a la intención de hacer que cada tela fuera un símbolo integral de la pintura - como acto y creación conceptual - en relación con la vida. Quedaba así reconfigurada su propuesta en términos esenciales a su visión como pintor, en la cual la violencia como signo del comportamiento humano tiene un lugar preponderante. Sin dejar de lado el acrílico como medio de creación Castilla-Bambarén reafirma el carácter plano de su trabajo pictórico. El empaste vigoroso de la tela es ahora selectivo con frecuencia aplicado por áreas y alterna con tratamientos tan distintos como el manchado de la tela con pigmentos diluidos, o el sobado de la superficie con pincel gastado, o la incisión. En ciertos casos Castilla-Bambarén aplica fragmentos de tela de distinta trama y crea textura en la superficie. Genera así gran variedad de estímulos que construyen un ámbito de sensaciones táctiles que es, a su vez una nueva dimensión de significado. Puede que la narrativa haya sido desechada en su mayor parte también, pero los signos retienen un claro perfil ficticio de cuyo encadenamiento resulta una estructura simbólico-visual total, que actuaría cual transposición de la estructura del mito al espacio de la creación pictórica, como tejido esencial de la sensibilidad del artista. La representación de signos como el cráneo, tan sugerente de la noción de muerte-en- vida por una parte, y de otros que sugieren cuerpos animales o estructuras vegetales tiene así naturaleza de imperativo pictórico ante todo. Su presencia es coherente ya no por voluntarismo, como el que podría haber tras el deseo de hacer narrativa en pintura, sino al quedar concertada en el planteamiento que propone Castilla-Bambarén en cada tela. La coherencia visual del todo es lo que convence al observador de aquella carga ambigua de raigambre existencial en la obra, cuya resonancia puede entonces rastrearse al núcleo de representación que hay en cada signo. La representación va a menudo acompañada de divisiones en el campo visual, que insinúan una posibilidad de simetría - y por ende, de orden - que finalmente no es real. Ciertas seudo-simetrías recuerdan estructuras de religiosidad popular como la cruz de los caminos y sus símbolos de la Pasión. La división del campo permite un manejo atrevido del color, tal vez no tanto en contrastes violentos, sino al explotar la vibración, por la superposición de capas que siempre revela el color subyacente en torno a los elementos, aureolándolos. Es por ello que la pintura reciente de Castilla-Bambarén sugiere la conquista del equilibrio en relación con su obra anterior. Pero el momento de calma aparente sigue siendo inestable y hasta insinúa peligro. El artista maneja el color en función de su poder de alertar la sensibilidad (un rezago expresionista recontextualizado). La simplificación de formas y la interconexión de estas en la superficie pintada (aunque solo sea porque unas hacen eco de otras) sugieren con mas fuerza aún la desnudez de un hombre enfrentando la materialización de los mitos de la especie…

Jorge Villacorta

1994 J.Castilla-Bambaren y la imaginación de América Latina Calificar hoy a un artista de expresionista equivale a confesar que no se sabe que etiqueta ponerle, más aun si se utiliza ese término antepuesto del prefijo neo. Al hablar de neoexpresionismo hay un implícito reconocimiento: expresionismo es el nombre de un movimiento que ha comienzos del siglo XX se dió particularmente en Alemania pero que tuvo su gran antecedente en las obras de Van Gogh. Por lo tanto,

neoexpresionismo significa relacionar con aquella vanguardia a artistas posteriores. De esta manera, ese calificativo impide una real aproximación a ellos, a lo original de cada uno. Pero como se trata, por lo general, de clasificar –como quién agenda nombres en una libreta- la creación artística para contenerla a esta, y poder así dominarla, evitando que nos moleste, se ha instaurado, particularmente en América Latina, un vicio que es el de afrontar lo propio haciendo referencias a la historia del arte occidental y a los países llamados centrales. He hecho, esta aclaración como manera previa a abordar la obra de Jorge Castilla-Bambaren, a quién se lo suele calificar de neoexpresionista como si así se definiese algo respecto a su obra. Ni siquiera este término sirve –como en algunos otros casos- para señalar su pertenencia a una familia artística diferente de la geométrica, porque él también se nutre de esta experiencia. Con esta costumbre viciada se olvida la famosa sentencia de Rimbaud: “Yo es otro. Si el cobre se despierta clarín no es por su culpa”. El término expresionista pone el acento en el yo olvidándose de lo otro que deviene en el acto creativo. Así como uno sabe lo que va diciendo en la medida en que lo va formulando, el artista sabe la imagen que va enunciando en la medida que la va haciendo, y allí surge la sorpresa de la obra. Es así que Castilla-Bambaren, como auténtico artista que es, ha ido conociendo al otro Castilla-Bambaren, el que se va formulando a través de su obra: Él nos revela las presencias que nacen de su mano de pintor, de las cuales es el primer contemplador. Vienen del caos creador -lo que Gilles Deleuze define como “caos–germen”- y quedan así fijadas inmóviles ante nosotros (un nosotros que lo incluye a Castilla-Bambaren) como si fuesen eternas. Con fuerza y precisión, él las define como si viniesen de un cuento para niños, pero para esos infantes que lo somos todos, más allá de las edades. Estas presencias ominosas, amenazantes, él nos las presenta como si fuesen mascotas, ya que a lo largo de su vida ha ido tomando confianza con ellas. Su salvajismo es su dignidad de artista. Castilla-Bambaren se ubica frente al mundo como un primitivo, sintiendo que este lo excede. Pero en este caso, el “exceso de objeto”, del que habla Levi Strauss, es más cultural que natural. Al negro profundo y grueso del trazo definitorio de su imagen, el color categórico lo complementa (como el adjetivo al sustantivo). No obstante, la fuerza de las imágenes es tal que –como en otra ocasión lo ha hecho- puede definirlas en blanco y negro. Paradójicamente, ellas se estructuran con una presencia de piedra pese a su conformación orgánica. Su bestiario es la consecuencia de un hombre de América Latina –más precisamente de Perú, a cuyo pasado precolombino el homenajea en su hacer como si aun estuviera presente- que asume su contexto reinventándolo. Sus imágenes están más allá del drama de nuestro continente pero solo de él pueden haber nacido. ¿Se entiende ahora que el concepto de expresionismo individualista no le corresponde a su obra? Castilla-Bambaren pertenece al grupo selecto de artistas que contribuyen a imaginar a América Latina. Luis Felipe Noé

Buenos Aires, Argentina 2008

Pinturas de J. Castilla-Bambarén: La energía del deseo En El mundo como voluntad y representación, el filósofo Shopenhauer propone prestar atención a todo aquello que anima de forma vertiginosa el mundo natural: la voluntad de existir. El intelecto es, al respecto de esta fuerza que concebimos como vitalidad, de carácter secundario. Introducirse en el paraje de Castilla-Bambarén, poblado con seres elementales y fuerzas que pugnan por existir, como lo hace desde su fondo más oscuro la propia vida a través del deseo, es una experiencia que nos confronta íntimamente –demostraré a continuación por qué esto no es una fórmula retórica- . El

lugar desde donde emerge la voz del artista, es el mismo del ello freudiano, de aquel yo que no lleva pantalones y que es a la par tan a-culturado como universal; el fuero de nuestro salvaje poder, que nos hermana con el centro de la vida. La trayectoria de este interesante artista peruano-internacional, identificada con el art brut, revela una vocación, paradójicamente romántica, que es la misma que a través del paradigma de Russeau animaba tambien a Gauguin: en pos del ideal que no ha sido destruido por la cultura, el arte resplandece en el territorio de lo humano-demasiado humano. El mundo que nos presenta a través de su obra Castilla-Bambarén, es más real que el mundo de las convenciones sociales, es la “verdad incómoda” contra la que el casto y el burócrata no pueden hacer nada. Negar las fuerzas que animan la propia natura es como decirle al ojo abierto que no vea. Castilla-Bambarén sostiene una búsqueda tenaz que le ha conducido a un gran refinamiento y aplomo en la visión. La yuxtaposición de planos que el collage le confiere, ha renovado con mucha luz las densidades orgánicas que moran en sus cuadros. Resultado de esta cocina-Raw, el artista expone una hermosa rapsodia genitalizada hecha de luminosas y oscuras visiones del amor. Una verdadera victoria en el mundo de la materia. Vania Portugal Larco Lima-Peru 2009

…Ahí, en la obra de J.C.B., está toda la poética de la violencia y de la muerte, de la religión y de lo sobrenatural horrísonos que constituyen eso contra lo cual protesta J.C.B. con las armas de su creatividad límpida aunque duela poderosa por lo mismo que es ofensiva como un puñetazo. No se trata de un cuestionamiento, es una afirmación para cuya interpretación detallada se requiere un contacto biográfico con el autor que por lo mismo es el portador de esa contraparte enternecedora de la que, pictóricamente, se nos priva por ahora.

Mariano Querol Psiquiatra 1988 Peru

EL ATÁVICO SIGNO DE LA SENSUALIDAD

J. CASTILLA – BAMBARÉN El caso de Jorge Castilla-Bambarén (1959), fluido en la variedad de sus estudios a través de la

Universidad Católica, el taller de Cristina Gálvez y la Escuela Nacional de Bellas Artes,

adquiere singular relevancia desde el momento en que mantiene y otorga una férrea entrega y

solidez a sus temas. Una referencia de Siegel, escrita este año en México, nos dice que

encontrarse con la pintura del artista y apreciarlo no es algo que resulte difícil. “...Más allá de

esa superficie visual comenzamos a encontrar eso que hace a la obra (de este artista) muy

especial. Sus dedos se convierten en una extensión de su pincel (...), su obra es tan actual

como Altamira y tan actual como Internet”.

Las 19 obras que presentó en la galería Praxis de Barranco han sido concebidas en acrílico y

técnicas mixtas y su contenido nos conduce, una vez más, en el movimiento de una acción

figurativa de símbolos milenarios en la pintura rebelde y emblemáticamente aguerrida de una

actitud ancestral con un formulario personal y sensualmente moderno. Si bien lo ancestral

continúa, y dentro de ello lo tradicional, se perciben nuevos personajes y espacios impuestos y

devorados en un ropaje y dentro de un “blindaje” que comunican el enfrentamiento de un

esfuerzo como el agotamiento de los cuerpos saciados en un ritual en la violencia de la

sensualidad y el color.

Particularmente, no lo sentimos extraño. Si en el candente juego de los colores esta abierta

extensión de sus impulsos se condensan en un pictural condensamiento salvaje de sus trazos

gruesos y de encolerizado color. No vemos otra forma de iniciar estos apuntes para una obra

directa, que no se concede pausas a sí misma, pero que tampoco concede mayor espacio y

benevolencia a los demás. Y es cierto el hecho de que el arte puede surgir de un anhelo

estético o, como en este caso, de un fiero encuentro interior. Las figuras dominantes son los

felinos que resaltan en su enmascaramiento una velada y más pronunciada sensualidad en el

acento de lo femenino. Pero estos seres no sólo descienden a una futurología previsible. En lo

antiguo hay un “accordo” con lo histórico. En lo por-venir, un sentido fantasmal, andrógeno y

tubular.

Angeles, caballos, serpientes, pumas, se van encontrando, mimetizandose en rostros

humanos, difíciles –en apariencia- de comprender y entender dentro del símbolo en el que el

artista los ubica.

Esta “historia narrada” a trazo ancho es también el símbolo de la tierra como viejas, antiguas

bestias que en su metamorfosis abren sus afiladas bocas, se agrupan, conviven y se sueltan

molecularmente como el fluido posible, transformable en el plasma o en una desviación

genética proyectada y construida. Obras que alcanzan formato medio, elaboradas con intención y con gravedad y violencia del color, rescatando en él todas sus posibilidades, estas últimas obras de Castilla-Bambarén son la reafirmación de una “escuela” personal y solitaria. Definida en la fuerza del color y en el testimonio confrontante de la figuración activa, sus temas transitan en fuerte sintonía con el lenguaje icónico singular. Esta visión actual de su obra indica también un manejo mayor de contenido que pertenece algo más al concepto que a los resultados visibles que se obtienen de ella y del conjunto. Esta visión nos llega “arrojando” hacia nosotros su fuerza de singular sensibilidad.

Silvio de Ferrari Historiador Peru - 1996

EL NEO-EXPRESIONISMO DE CASTILLA-BAMBAREN

PINTURAS 1988

Y o admiro las pinturas de J. Castilla-Bambarén, en primer lugar porque demuestran un

obvio dominio sobre los distintos aspectos de lo pictórico: color, dibujo, expresión, espacio,

línea y composición.

En concordancia con los consejos de Gauguin cuando pintaba con los Nabis en el norte de

Francia, sus sugerencias a un miembro de este grupo, (Gauguin ya siendo respetado por ello

como maestro) estaban basadas en las propias investigaciones de Gauguin sobre la pintura y

grabado japonés: aspectos de la buena representación en dos dimensiones, con la que la tan

mentada pintura sofisticada de Occidente había evidentemente perdido contacto, a fines de

los años setenta y ochenta del siglo pasado. Estos aspectos fueron varios: en primer lugar, lo

plano: la pintura está hecha sobre una superficie plana de dos dimensiones; por esta razón es

(era) necesario evitar de algún modo la profundidad; línea o contorno debían ser definidos; el

color a su vez definido (lo cual debiera ser desde ahora la mayor preocupación de JCB), en

otras palabras, lo que Gauguin consideraba el color “analítico” de los impresionistas (con

quienes él empezó a pintar). Finalmente, lo que él esperaba y exigía de sus jóvenes amigos

los Nabis, era esa poderosa expresión que Gauguin encontró en el entonces llamado Arte

“Primitivo” de los “salvajes” de Africa, Oriente y Oceanía.

Las enseñanzas de Gauguin dieron fruto, pues los Nabis en su momento influenciaron a otros

grupos como los Post-Impresionistas y sus obras se fusionaron con las de los Expresionistas.

El Expresionismo, surgido de las investigaciones del antes mencionado Gauguin y de Van

Gogh, que hacía aparición en Europa Central a comienzos del siglo XX, se inspiró en los

desdichados “primitivos” artistas folklóricos de Rusia y de los Balcanes, rechazando la

burguesa “pintura de salón” de los herederos del arte del Renacimiento Italiano del siglo XVI,

considerado decadente. El Expresionismo, este retorno a la poderosa expresión plástica, era

prominentemente visible en la obra de Picasso, Beckmann, Nolde, Kirchner, Peckstein,

Meidner, Schiele, Kokoschka y Soutine.

Entre los pintores que posteriormente trabajaron en esta poderosa expresión plástica,

estuvieron los del grupo Cobra, de Dinamarca, Bélgica y Holanda (Jorn, Alechinsky y Appel). Y

recientemente han hecho su aparición internacional los Neo-Expresionistas, mayormente de

los Estados Unidos, Alemania e Italia, cuyos miembros han retornado a los grandes y muchas

veces inmensos formatos (llamados “públicos” en escala) de antaño, en sus excitantes obras

llenas de fuerza, color e impacto visual.

Si algunos visitantes de la exposición de J. Castilla-Bambarén, encuentran que ciertos

aspectos de las obras resultan turbadores por su a veces tétrica, oscura o incómoda

obsesionante presencia, es porque el pintor trabaja con toda la intención de dar duras

lecciones similares a un sermón, que muchas veces no son tranquilizadoras, de la misma

manera que un predicador sacude a una complaciente congregación, llamándole la atención,

porque sus palabras tocan nuestras conciencias culpables.

Encuentro que el arte J. Castilla-Bambarén posee todas las cualidades de la buena pintura

Expresionista, como se dijo antes, históricamente manifestadas por uno de sus grandes

fundadores: Paul Gauguin a los jóvenes Nabis (los Profetas en hebreo) cerca de cien años

atrás.

De éstas cualidades, para mí, la más difícil de alcanzar, es la de la verdadera expresión, en la

cual el pintor siente la libertad de abrir las compuertas de sus más profundos pensamientos,

sin temor a las consecuencias. Si este pintor en verdad posee todas las otras “herramientas”,

podría alcanzar ese nivel poco usual de realización artística: la maestría.

Siento que J. Castilla-Bambarén tiene un largo camino por delante, una vida de dedicación a

una profundamente sentida, valiente y buena pintura, que impresionará plásticamente en todo

el sentido de la palabra.

David Herskovitz

Pintor Perú 1988

"HOMO HOMINI LUPUS"

La pintura de Jorge Castilla - Bambarén no hace concesiones, no quiere complacernos; sigue en estos últimos años su camino solitario, mostrando su mitología macabra, haciendo ver cuan horribles somos los seres humanos. Es como un espejo de lo innatural, donde aparece "el otro", deshumanizado o - como dice el pintor - "bestializado". La recurrencia a la cabeza canina nos habla de las fábulas de conversión ("hombre-lobo") o de milenarios proverbios ("Homo homini lupus". Para Castilla - Bambarén el hombre es un depredador innato, para quien el proverbio no queda como literatura, sino que se encarna en la realidad misma del Perú. Y esta imagen es dolorosa y angustiante. Pintura monitoria por todo lo que descarnadamente nos recuerda, pero, también por lo que nos advierte, con un excelente dibujo, un extraño don de componer e inventar y un manejo desenfadado del color, que busca la exaltación timbrica para hacer mas patentes sus alucinantes escenas.

ALFONSO CASTRILLON - Historiador Perú 1989

CASTILLA – BAMBAREN EN BLANCO Y NEGRO

“ Uno de los privilegios prodigiosos del arte es que lo horrible, expresado artísticamente y el

dolor con ritmo y cadencia, llenen el espíritu de una alegría serena”

Charles Baudelaire

JORGE CASTILLA Bambaren (Peru, 1959), irrumpe en el panorama artístico en 1981,

después de un paso breve por las escuelas de arte. Este joven con una energía y violencia

inusitada constituye, sin duda, la manifestación más original de la plástica peruana.

En la muestra que viene de inaugurar en la Galería “Praxis” de Barranco, titulada “Blanco y

Negro”, Castilla presenta, quizás, el lado más descarnado. Su gesto artístico es de una

violencia extrema, mas que un gesto, es el ataque frenético que el artista infringe al medio

social y político que vive nuestro país.

En la superficie de sus lienzos va surgiendo una realidad desintegrada en gestos que tienen

más de catarsis liberatoria que de esteticismo. Las figuras, o cuasi-figuras, que resaltan de sus

violentas pinceladas son una sucesión de escenas alucinantes, de figuras de pesadilla que nos

comunican el dolor y la destrucción.

La técnica sumaria, en grado máximo, reduce las formas a simples pinceladas recreando

espacios y ritmos con inaudita expresividad. Su fuerza dramática no es menos fulgurante; el

horror de la represión cuyo color mortecino aparece solo lacerado por la evidencia fosforina de

las figuras con los brazos abiertos, de rostros escuálidos, de ojos salientes y gestos de

desesperada impotencia. Se trata de un documento, de un hecho actual que adquiere

significado por la objetividad con la que este pintor enfoca el tema de la violencia en nuestro

país; hombres sin rostros, que anulados sus rasgos humanos, se convierten en la apariencia

impecable de la muerte; hombres recién caídos en un amasijo de sangre y fango y otros que

están a punto de caer.

En sus obras la angustia deriva del ardor incontenible con que el suceso se desarrolla

directamente ante nuestros ojos; seres anónimos reducidos a una lúcida impotencia por el

horror de la muerte siniestra; por la violencia ciega, impersonal de quienes realizan una

matanza obedeciendo órdenes.

Lo que mas nos impresiona de Castilla Bambaren, sobre todo , es el color, o mejor aún la falta

de colores en la mayoría de las telas.

Así como algunos directores cinematográficos para dar mayor carga dramática a sus películas

se atienen al uso del blanco y negro, este pintor usa en sus cuadros solamente al blanco y

negro escalonados por una gama completa de grises desde los mas intensos y oscuros hasta

los claros y ocres.

Gracias a estos colores mesurados y sobrios toda la tensión dramática del cuadro parece

aplacarse como un largo canto triste y doloroso.

Raras veces en las galerías de arte de Lima se verifica una correspondencia plena entre

propósito iconográfico y medios técnicos: la simplificación de las imágenes lo consigue en una

alternativa informal donde los tonos singulares se hacen abstractos, mientras se exalta el

movimiento de las masas esenciales. Pinceladas puras dispuestas en trazos continuos y

regidas mediante una extraordinaria orquestación de tonos densos del blanco y negro, sólo

algunas veces, interrumpidos por acentos verdes. Las formas se vinculan en ritmos continuos,

logrados por el trazo marcado de las líneas.

La propia incidencia atmosférica desaparece y las figuras quedan prendidas en una materia

densa de calidad pictórica equivalente. Realidad y pesadilla se impulsan sin tregua hasta

identificarse en el contexto de una experiencia subjetiva muy inquietante, vivificada por la

lucidez de quien ha superado las posibles desviaciones de superestructuras naturalistas para

llegar al límite donde la realidad más exclusiva del yo se entronca con el visionismo o bien con

la liberación de los instintos donde lo horrible resulta bello y los placeres y sufrimientos, a

menudo, se confunden.

Los cuadros de este joven artista se convierten en un drama vivo del que todos nos sentimos

partícipes. Cerramos con una cita de Freud, “la muerte no puede ser accidental, tal vez su ser

halla encontrado en ella su plena realización”.

Jorge Bernuy

Artista y Periodista Perú - 1990

"LA MASCARA, EL DESTELLO" - entrevista al artista -

"Mi obra esta relacionada con la realidad en que estamos inmersos; la realidad golpea y deja huellas, el horizonte se toma en un destello explosivo, nuestros rostros traducen miedo, violencia, incertidumbre. Lo real palpita en mis obras y es durante un proceso creador (que siempre tiende a rebasarlo a uno) que surgen los frutos de lo imaginario. Otras veces el azar juega un papel muy importante en provocar la irrupción de imágenes en mis obras. Mi pintura integra lo figurativo y abstracto, busca hallar un equilibrio en la síntesis de lo real e imaginario; mi obra se ocupa del hombre en su condición de criatura bestializada por la situación contemporánea de violencia y caos; por eso en mis pinturas aparecen elementos y sensaciones motivadas por la sociedad en que vivo y muchas de ellas están pobladas por los fantasmas del presente, sin dejar de existir también una relación entre la influencia de las culturas precolombinas, el arte africano y mi deseo de traducir y quizá exorcizar lo que me rodea. Las obras en que trabajo giran en torno a lo que experimento en esta sociedad de muerte en que existimos y en la que a uno no puede dejar de preocuparle la ausencia de respeto a los derechos de los demás por parte de quienes en lugar de actuar con justicia actúan con prepotencia y abuso. En mis ultimas obras, el peso definitivo de lo existencial se ve traducido al blanco y negro, colores con los que experimento haciendo surgir una serie interminable de seres en violenta metamorfosis. A veces siento que mi pintura es comprendida y sospecho que los espectadores saben que hablo con un Arte que no es una ventana de evasión y que se asume mi pintura como la reflexión de un artista unido a la realidad, con obras en las que lo real e imaginario juegan un mismo papel: el de motivar la comunicación".

"ESCRITOS" - Revista de Psicología 1987

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