¿por qué tanto, señor? - las matas de madrid...son muchas las personas que no se relacionan...

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Algo más que sobrevivir Son muchos los observadores que, durante estos últimos años, vienen detectando en nuestra sociedad contemporánea graves signos indicadores de «una pérdida de amor a la vida». Se habla, por ejemplo, del «síndrome de la indiferencia» como uno de los rasgos patológicos más característicos de nuestra sociedad industrial. Son muchas las personas que no se relacionan activamente con el mundo, sino que viven sometidas pasivamente a los ídolos o exigencias del momento. Individuos dispuestos a ser alimentados, pero sin capacidad alguna de creatividad personal propia. Hombres y mujeres cuyo único recurso es el conformismo. Seres que funcionan por inercia, movidos por «los tirones» de la sociedad que los empuja en una dirección o en otra. Otro síntoma grave es «el aburrimiento» creciente en las sociedades modernas. La industria de la diversión y el ocio (TV, cine, sala de fiestas, conferencias, viajes, redes sociales...) consigue que el aburrimiento sea menos consciente, pero no logra suprimirlo. En muchos individuos sigue creciendo la indiferencia por la vida, el sentimiento de infelicidad, el mal sabor de lo artificial, la incapacidad de entablar contactos vivos y amistosos. Otro signo es «el endurecimiento del corazón». Personas cuyo recurso es aislarse, no necesitar de nadie, vivir «congelados afectivamente», desentenderse de todos y defender así su pequeña felicidad cada vez más intocable y cada vez más triste. Y, sin embargo, estamos hechos para vivir y vivir intensamente. Y en esta misma sociedad se puede observar la reacción de muchos hombres y mujeres que buscan en el contacto personal íntimo o en el encuentro con la naturaleza o en el descubrimiento de nuevas experiencias, una salida para «sobrevivir». Pero todos necesitamos algo más que «sobrevivir». Es triste que los creyentes de hoy no seamos capaces de descubrir y experimentar nuestra fe como fuente de vida auténtica. No estamos convencidos de que creer en Jesucristo es «tener vida eterna», es decir, comenzar a vivir ya desde ahora algo nuevo y definitivo que no está sujeto a la decadencia y a la muerte. Hemos olvidado a ese Dios cercano a cada persona concreta, que anima y sostiene nuestra vida y que nos llama y nos urge desde ahora a una vida más plena y más libre. Y, sin embargo, ser creyente es sentirse llamado a vivir con mayor plenitud, descubriendo desde nuestra adhesión a Cristo, nuevas posibilidades, nuevas fuerzas y nuevo horizonte a nuestro vivir diario. ¿Por qué huyo tanto de mí mismo, de mí misma?, ¿por qué huyo tanto de Dios?, ¿por qué prefiero vivir engañado sin buscar con más fuerza la luz? J.A. Pagola Lunes, 12: 19:30h. Curso de Biblia Martes, 13: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 14: 19:30h. Grupo R. Carismática Jueves, 15: 17:00 y 18:00h. Catequesis Viernes, 16: ABSTINENCIA 17:30h Celebración trimestral de II Comunión 19:25h. Viacrucis Sábado 17: 17:00h Película “LA GRAN FAMILIA” Pepe Isbert… Domingo, 18: DOMINGO V de Cuaresma. Eucaristías: 11:00 y 12:30h. Catequesis Ventas de TARTAS Pro Seminario 17:00h: Espectáculo + para niños Magia, cuentacuentos. Lunes, 19: FESTIVIDAD DE SAN JOSE Por la mañana: Homenaje a nuestros 2 centenarios DIA Y COLECTA DEL SEMINARIO Eucaristía. Solamente a las 19:00h “Si en muchos corazones, a veces, da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”. Papa Francisco, Cuaresma 2018 20:00h. Oración de la comunidad Lunes, 12 Simeón el Teólogo, Luis Orione. Is 65, 17-21 Sal 29 Juan 4, 43-54 Martes, 13 Rodrigo y Salomón, Nicéforo, Arabia, Sancha. Ez 47, 1-9.12 Sal 45 Juan 5, 1-16 Miércoles,14Matilde, Florentina, León, Pedro. Is 49, 8-15 Sal 144 Juan 5, 17-30 Jueves, 15 Luisa de Marillac, Raimundo de Fitero, Clemente Mª Hofbauer, Bto. Artémides Satti. Éx 32, 7-14 Sal 105 Juan 5, 31-47 Viernes, 16 Heriberto, Agapito, Esmeralda, Eusebia, Bto. José Gabriel Brochero Sab 2,1a.12-22 Sal 33 Juan 7, 1-2.10.25-30 Sábado, 17 Patricio, Alejandro, Gabriel Lallemant, Gertrudis de Nivelles, Bto. Juan Nepomuceno Zegrí. Jer 11,18-20 Sal 7 Juan 7, 40-53 ¿Por qué tanto, Señor? ¿Por qué tanto empeño en salvarme, cuando a veces pienso que no estoy perdido? ¿Para qué tanta sangre si tal vez no le doy valor? ¿Por qué una cruz si seguimos sin mirar al cielo? ¿Por qué un corazón tan blando cuando el nuestro es tan severo? ¿Para qué un estandarte de amor en Jesús si nos vamos por lo placentero? ¿Por qué tanta generosidad si encuentras cerrazón? ¿Para qué tu pan si no lo saboreamos con fe? ¿Por qué tu vino si, frecuentemente, no le damos valía? ¿Para que una pasión si vivimos sin compasión? ¿Por qué un calvario cuando preferimos la vida fácil? ¿Para qué subir a Jerusalén si preferimos los felices valles? ¿Por qué Cristo en la cruz si es mejor vida de luces y no de cruces? ¿Para qué alzar la mirada cuando nos seduce la simple bondad de la tierra? ¿Por qué te desprendes de lo que más quieres si somos insensibles? Muchas preguntas, Señor, para una única respuesta. Por el gigantesco y descomunal amor con el que Tú nos amas, Señor. ¿Hay mayor felicidad? J. Leoz 70º ANIVERSARIO Las Matas. Madrid - Año XV - 928 IV DOMINGO DE CUARESMA . CICLO B 11 marzo 2018 http://www.sanjoselasmatas.es

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Algo más que sobrevivir Son muchos los observadores que, durante estos últimos años, vienen detectando en nuestra sociedad contemporánea graves signos indicadores de «una pérdida de amor a la vida». Se habla, por ejemplo, del «síndrome de la indiferencia» como uno de los rasgos patológicos más característicos de nuestra sociedad industrial. Son muchas las personas que no se relacionan activamente con el mundo, sino que viven sometidas pasivamente a los ídolos o exigencias del momento. Individuos dispuestos a ser alimentados, pero sin capacidad alguna de creatividad personal propia. Hombres y mujeres cuyo único recurso es el conformismo. Seres que funcionan por inercia, movidos por «los tirones» de la sociedad que los empuja en una dirección o en otra. Otro síntoma grave es «el aburrimiento» creciente en las sociedades modernas. La industria de la diversión y el ocio (TV, cine, sala de fiestas, conferencias, viajes, redes sociales...) consigue que el aburrimiento sea menos consciente, pero no logra suprimirlo. En muchos individuos sigue creciendo la indiferencia por la vida, el sentimiento de infelicidad, el mal sabor de lo artificial, la incapacidad de entablar contactos vivos y amistosos. Otro signo es «el endurecimiento del corazón». Personas cuyo recurso es aislarse, no necesitar de nadie, vivir «congelados afectivamente», desentenderse de todos y defender así su pequeña felicidad cada vez más intocable y cada vez más triste. Y, sin embargo, estamos hechos para vivir y vivir intensamente. Y en esta misma sociedad se puede observar la reacción de muchos hombres y mujeres que buscan en el contacto personal íntimo o en el encuentro con la naturaleza o en el descubrimiento de nuevas experiencias, una salida para «sobrevivir». Pero todos necesitamos algo más que «sobrevivir». Es triste que los creyentes de hoy no seamos capaces de descubrir y experimentar nuestra fe como fuente de vida auténtica. No estamos convencidos de que creer en Jesucristo es «tener vida eterna», es decir, comenzar a vivir ya desde ahora algo nuevo y definitivo que no está sujeto a la decadencia y a la muerte. Hemos olvidado a ese Dios cercano a cada persona concreta, que anima y sostiene nuestra vida y que nos llama y nos urge desde ahora a una vida más plena y más libre. Y, sin embargo, ser creyente es sentirse llamado a vivir con mayor plenitud, descubriendo desde nuestra adhesión a Cristo, nuevas posibilidades, nuevas fuerzas y nuevo horizonte a nuestro vivir diario. ¿Por qué huyo tanto de mí mismo, de mí misma?, ¿por qué huyo tanto de Dios?, ¿por qué prefiero vivir engañado sin buscar con más fuerza la luz?

J.A. Pagola

Lunes, 12: 19:30h. Curso de Biblia Martes, 13: 18:00h. Equipo de CARITAS Miércoles, 14: 19:30h. Grupo R. Carismática Jueves, 15: 17:00 y 18:00h. Catequesis Viernes, 16: ABSTINENCIA

17:30h Celebración trimestral de II Comunión 19:25h. Viacrucis

Sábado 17: 17:00h Película “LA GRAN FAMILIA” Pepe Isbert… Domingo, 18: DOMINGO V de Cuaresma. Eucaristías: 11:00 y 12:30h. Catequesis Ventas de TARTAS Pro Seminario 17:00h: Espectáculo + para niños Magia, cuentacuentos. Lunes, 19: FESTIVIDAD DE SAN JOSE Por la mañana: Homenaje a nuestros 2 centenarios DIA Y COLECTA DEL SEMINARIO Eucaristía. Solamente a las 19:00h

“Si en muchos corazones, a veces, da la impresión de que la caridad se

ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una

nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”. Papa Francisco, Cuaresma

2018

20:00h. Oración de la comunidad

Lunes, 12 – Simeón el Teólogo, Luis Orione.

Is 65, 17-21 – Sal 29 – Juan 4, 43-54

Martes, 13 – Rodrigo y Salomón, Nicéforo, Arabia, Sancha.

Ez 47, 1-9.12 – Sal 45 – Juan 5, 1-16

Miércoles,14– Matilde, Florentina, León, Pedro.

Is 49, 8-15 – Sal 144 – Juan 5, 17-30

Jueves, 15 – Luisa de Marillac, Raimundo de Fitero, Clemente Mª Hofbauer, Bto. Artémides Satti.

Éx 32, 7-14 – Sal 105 – Juan 5, 31-47

Viernes, 16 – Heriberto, Agapito, Esmeralda, Eusebia, Bto. José Gabriel Brochero

Sab 2,1a.12-22 – Sal 33 – Juan 7, 1-2.10.25-30

Sábado, 17 – Patricio, Alejandro, Gabriel Lallemant, Gertrudis de Nivelles,

Bto. Juan Nepomuceno Zegrí.

Jer 11,18-20 – Sal 7 – Juan 7, 40-53

¿Por qué tanto, Señor?

¿Por qué tanto empeño en salvarme, cuando a veces pienso que no estoy perdido? ¿Para qué tanta sangre si tal vez no le doy valor? ¿Por qué una cruz si seguimos sin mirar al cielo? ¿Por qué un corazón tan blando cuando el nuestro es tan severo? ¿Para qué un estandarte de amor en Jesús si nos vamos por lo placentero? ¿Por qué tanta generosidad si encuentras cerrazón? ¿Para qué tu pan si no lo saboreamos con fe? ¿Por qué tu vino si, frecuentemente, no le damos valía? ¿Para que una pasión si vivimos sin compasión? ¿Por qué un calvario cuando preferimos la vida fácil? ¿Para qué subir a Jerusalén si preferimos los felices valles? ¿Por qué Cristo en la cruz si es mejor vida de luces y no de cruces? ¿Para qué alzar la mirada cuando nos seduce la simple bondad de la tierra? ¿Por qué te desprendes de lo que más quieres si somos insensibles? Muchas preguntas, Señor, para una única respuesta. Por el gigantesco y descomunal amor con el que Tú nos amas, Señor. ¿Hay mayor felicidad?

J. Leoz

70º ANIVERSARIO

Las Matas. Madrid - Año XV - nº 928 IV DOMINGO DE CUARESMA . CICLO B – 11 marzo 2018

http://www.sanjoselasmatas.es

Lectura del segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23 En aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo. Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías: «Hasta que la tierra pague sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años.» En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así dice Ciro, rey de Persia: “El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!». Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Sal 136

R/ QUE SE ME PEGUE LA LENGUA AL PALADAR SI NO ME ACUERDO DE TI.

Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R/ Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cantadnos un cantar de Sión.» R/ ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R/ Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre mis alegrías. R/

Te ofrecemos, Padre, todos los esfuerzos que estamos haciendo este tiempo de Cuaresma. Que respondamos a tu

invitación con la misma ternura con la que Tú amas al mundo.

+ Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10 Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo -estáis salvados por pura gracia-, nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En efecto, por su gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que

de antemano dispuso él que practicásemos. Palabra de Dios.

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Ester es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.» Palabra del Señor.

Estamos ante el domingo Laetare, el Domingo de la Alegría. Y así se ha llamado desde hace siglos este Cuarto de Cuaresma. Y ello por la palabra Laetare que iniciaba, en latín, la antífona de entrada sacada del Libro del Profeta Isaías. Hoy la Palabra de Dios rezuma misericordia. Pablo nos dice que consiste en una postración de su gracia y su bondad y, Juan a continuación, nos recuerda que tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para salvarlo. La Palabra nos sitúa ante una llamada de Dios a la confianza radical en su ternura sin límites. Todavía el Dios de la ternura misericordiosa es un “evangelio” insuficientemente descubierto por todos. Aún pesa más la imagen del Dios de la justicia retributiva que, airado, condena que la del Dios de la ternura agraciante y gratuita con justos y pecadores. A lo largo de la historia, Dios, ha hecho todo lo posible para manifestar que es un Dios de amor. Nos cuesta hacerla nuestra como expresión de su empatía con el sufrimiento y las injusticias. Jesús nos ofrece una intimidad que se manifiesta en nuestra vida con una nueva manera de vivir, de comportarnos, de querer el prójimo. Así debemos contemplar nuestra vida, desde el amor de Dios y abrirnos a una perspectiva más grande que nos llena de esperanza. Su amor no defrauda; es un amor concreto, es ternura con todas sus consecuencias. Esa ternura es salvación. Ese amor se nos ha hecho visible en Jesús; amor que es capaz de acercarse a la gente, abrazarla, tomarla de la mano…. Así se nos ha manifestado Dios, amando al mundo incondicionalmente. Aceptar esa imagen, esos propósitos de amor y salvación, es abrirse a la luz. En el amor de Jesús por nosotros vamos aprendiendo cómo comportarnos para que nuestras obras sean según Dios, es decir, manifestación de su misericordia. En la fidelidad cotidiana, aun en las cosas más pequeñas, irá creciendo la luz a nuestro alrededor y se disiparán las tinieblas. Muy a pesar de todos nuestros esfuerzos, de los avances actuales, a menudo sentimos la sensación de caminar entre sombras y luces. En ocasiones, las oscuridades son intensas; en otras, vivimos la experiencia del gozo de la luz. Nos gustaría poder dominar la vida, sus misterios, sus interrogantes… pero no lo logramos. Nicodemo representa en el relato a todo aquel que busca sinceramente encontrarse con Jesús. Por eso, en cierto momento, desaparece de escena, prosiguiendo Jesús su discurso para terminar con una invitación general a no vivir en tinieblas, sino a buscar la luz. Según Jesús, la luz que lo puede iluminar todo está en el Crucificado. La afirmación es atrevida. Nuestra mirada distraída no es capaz de descubrir en ese rostro la luz que puede iluminar nuestra vida en los momentos más duros y difíciles. Sin embargo, Jesús nos está mandando señales de vida y de amor. ¿Podemos ver y sentir el amor de Dios en ese hombre torturado en la cruz? Él es la luz capaz de curar las “cegueras humanas”, de darnos una visión nueva, un modo más profundo de penetrar en las cosas y los acontecimientos. Dios nos lo ofrece. Él es la luz para nuestro camino. Él pone luz en la vida más desgraciada y fracasada.