por juan careia ponce€¦ · apenas lograron incluir el manto:)1 la corona en sus apresurados...
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oRUNIVERSIDAD DE MEXICO
Tjes, ~ndividualizandoa e~tos por completomedIante un acertado SIstema de caracterización personal, con un lenguaje yuna escala de sentimientos y reaccionesque corresponden exclusivamente a cadauno de ellos, sin que el autor pretendacOl;vertirlos en s!mbolo~ ~ntes de que adqUieran presencIa escemca como talescon lo que excluye toda posible abstrac~ción. Una vez realizada esta labor la historia se desenvuelve y soluciona dentrode la más estricta lógica, alimeI;tándosecon los distintos choques emotivos surgidos de !a situación conflictiva en la quese ha SItuado a los caracteres, situaciónque, por otra parte, está perfectamenteplanteada y motivada, con 10 que la progresión dramática Se logra de una manera fácil y natural. Y por último laconstrucción en escenas adquiere una indiscutible unidad gracias a la validez conque cada una de ellas parece provocadapor la anterior y a la exacta medida conQue independientemente han sido desarrolladas éstas, convirtiéndose la obra en uncí rculo perfecto que se cierra y se bastaen sí mismo.
De este modo Las manos sl/cias resultano sólo una obra de indudable interéspor la índole de los problemas abordadosen ella, sino también un excelente ejemplo de cómo debe servirse un buen dramaturgo de sus ideas para convertirlas enmaterial artístico, susceptible de ser juzgados desde un punto de vista exclusivamente teatral, estético.
La puesta en escena, a cargo de UllOde los varios grupos experimelltales patrocinados por la Gniversidad, a pesar delas naturales limitaciones de este tipode grupos, resulta bastante satisfactoria..Tebert Darien dirigió cuidadosamen te alos actores, imprimiendo a la representación .un ritmo nervioso y violento quecontnbuye a subrayar la efectividad dela obra, equilibrando con gran acierto eldesarrollo particular de cada escena y poniendo especial cuidado en matizar losdistintos aspectos de la caracterización,que tan claramente señala el autor. Sinembargo no pudo evitar un cierto acartonamiento, una ligera exterioridad en eltono general de la actuación, producidopor la frecuencia con que todos los acto! es repiten el mismo tipo de actitudes,aunqu~ es~e defecto se debe en gran partea la Illevltable falta de expe¡-iencia deéstos.
De los actores destacan muy especialmente Aarón Hernán, que alcanza un espléndido nivel interpretativo como Hoer(~erer, proyectando con justicia y naturahdad toda la atracción y el poder vitalde este espléndido personaje, y SergioBarrios, como Hugo, quien, a pesar deparecer algunas veces ligeramente envarado, logra vencer esta limitación y se colocó muy eficazmente dentro de' su angustiado .Y titubeante personaje. En tipoy muy bIen aprovechados Horacio Ruelar y Rubén Islas. como Slick v Georges.y muy equilibrado el resto del reparto.
La escenografía de GuilIermü Contreras, contribuye notablemente a la eficaciade la representación, gracias a la habilidadcon que el escenógrafo logró solucionar
AEPor Juan CAReIA PONCE
LAS MANOS SUCIAS
!\. Hernán. Destaca como Hoerderer
T
A PROXIMADAMENTE a diez años de S1l
estreno en México, esta reposiciónde una de las muy conocidas pie
zas de J ean Paul Sartre, cuando la ideología de la obra ha dejado de ser novedosa, para convertirse casi en una especiede lugar común, permite sin embargoapreciar mucho más libremente las evidentes cualidades que Sartre posee comodramaturgo, como literato.
N o queremos decir con esto que lasideas expuestas en la obra carezcan deimportancia o hayan perdido actualidado veracidad; pero un casi innumerablenúmero de ensayos, de comentarios, deestudios y teorías marginales, han puestotan repetidamente al alcance de toda clasede lectores la mayor parte de éstas, quetraer a cuento su significado o su importancia en esta nota parece totalmente innecesario. Baste con señalar que el problema de la libertad, la responsabilidad,la influencia del azar o el destino, etc.)se ponen a discusión tan frecuentementey con tanta intensidad como en las demás obras del autor. Pero aoarte de estolos distintos resortes dramáticos, los conflictos psicológicos personales, la líneaexterior de la acción, la técnica, ellenguaje, elegidos por el dramaturl!o para presentarlos, adquieren independientementeun enorme interés y demuestran con claridad que Sartre, cn sus obras de teatro,es por encima de todo y antes que nacla,un eficientísimo dramaturgo, plenamenteconciente de las exigencias escénicas, queintenta por sobre todas las cosas narrar10 más clara e intensamente posible.
En Las l1wnos sucias todos los elementos dramáticos necesarios al tema estánmagnificamente explotados. El conflicto~~ resar de ser de un orden eminentementemoral, o precisamente por esto, de acuerdocon la técnica realista elegida por el autor, se presenta a través de los persona-
mente realista, extraordinariamente inteligente y de delicadísima psicolgía. Esperamos con impaciencia Sonrisas de 1111.0.
noche dc verano, El séptimo scllo y Elocaso dr 1('/1 cirqu{'ro.
ESPAÑA
ALEMANIA
Comienza ya en México un aluviónde películas alemanas en cuya mayoría sepretende demostrar que los nazis no erannazis (películas que incluso nos haríandudar del propio Hitler), pero sólo dosnombres merecen la atención:
H eli1wt ](altll'lC'r
Las hazai¿as del cabo Ash, 111onpli. Gnt"lento verdadero, pero oue parece estarsehundiendo en la producción comercial dela nueva UFA. Sin embargo dejémosleot ra oportunidad.
G. W. Pabst
El último acto, Rosas pam Beltina,Aunque por alguna oscura razón firma aveces películas no realizadas por él (Rosas para Bcti'ina), el nombre de Pab~t
sigue unido a las realizaciones más brillantes y trágicas del cine. Su amor porel detalle resulta de una grandeza y emoción excepcionales.
Silenciosos l,-ossel1ini y Da Sica sóloqueda ...
Federico Fel/ini
La Strada, Los noches de Cab'ir'ia.Aunque los grandes aciertos de. sus películas no pertenecen solo a la II1terpretación de su esposa, quisiéramos confirmar su talento en una película sin Giulietta Massina.
y claro, queda además Luigi Visconti.'Pero cuando veremos por fin Senso?o
2R
ITALIA
J unto a los cuplés y a los nmos prodigio dos hombres hacen cine de verdaden este país ...
I A. Bardcm
CÓII/.'icos, La. m~tcrle de un c'ielista, Calle 1JWj'or. Abandonando un exceso devirtuosismo en el corte Bardem ha evolucionado un estilo a la vez clásico y muymoderno. Encuadres y originalidad admirables. Y una penetración conciente yamarga de la realidad que lo convierteen algo más que un simple gran director.
L G. Berlanga
B'/:eJ1'vcwido MI'. Nfarshall. Su fina li!{ereza y su humor substancioso y medidonos hacen desear vcr su última premiaclarealización: Calabuig.
De Inglaterra y Japón no hablaremos.La primera se ha quedado sin sus dos mcjores realizadores (Carol Reed, Alexander Mackendrick) y del segundo no llegan apenas películas a México. Tengamos sin embargo en cuenta el nombrede Mizoguchi.
.: y ?lIEXICO?
Esperemos que 1959 nos permita inciuir en 1Ina lista como esta varios nOnlbes que devuelvan a nuestro cine loselementos substanciales de que por ahorac~lrece: intención: arte, calidad. No es pedIr tilnto, despues de todo. Y hay g-enteque puede hacerlo ...
UNIVERSIDAD DE MEXtCO 29
La piel de nuestros dientes. Una escena con Carmen Rassols
¿POESIA PROSAICA?
Por Ernesto MEJlA SANCHEZ
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protagonista principal de Panorama desde L'I puente, puede considerarse si noperfecta si sumamente adecuada. A pesar de los defectos de dicción, que limi~an
indiscutiblemente sus posibilidades. Ruvinskis supo matizar esta interpretacióncon exactitud y buen gusto. Entre losmejores elebe contarse también EeluardoFajardo que ofreció una limpia yema·tiva interpretación de Peelro Crespo enEl Alcalde de Zalamea, a pesar de la limitación que para el lucimiento personalde los actores implicaba la excesiva dimensión del escenario natural elegidopara representar esta obra.
La mejor actriz fue Carmen Bassols.que como Sabrina en La piel de nllestrosdientes, hizo gala de una am.plísima gam:lde matices y efectos tanto cómicos comodramáticos, proyectando con formidableexactitud la enorme escala de situacionesa que se ve sometido este personaje dentro del des:lrrollo de la obra, permitiendoque estas fueran percibidas en toda suamplitud. También Isabela Corona, comoFanny, en El teque;io caso de Jorge Lívido, supo sacarle el debido partido a lasposibilidades de este personaje, proyectando con gran autenticidad sus distint:lscaracterísticas.
El mejor escenógra fa fue Antonio López Mancera que resolvió Con suma eficacia el problema que entrañaba el doble~cenario indispensable para la representación de M esas separadas, ambientandocon muy buen gusto su construcción escenográfica.
quiera religioso, en el sentido más devoto.El canta "el manto / ele la perfecta juventud", que de suyo es un "manto real",no imaginado, y "tu corona de \1amas,tu costumbre / de estar haciendo luz atodas horas". Es la joven amada queilumina el mundo en torno. Que hace eldía a su alrededor, como que está "sustentada a la sombra / de una corona límpida de oro". De ahí que esta poesía escrita a la luz de esa lámpara de juventud("mientras vienes escribo", dice el poeta)sea diurna, solar, luminosa, como desdehace tiempo no se acostumbra. Poesíabajo el día, que deja ver lo cotieliano elhoy ("Siempre que digo 'hoy', en Jo I~láshondo / de mí nace una lenta / lumbre").
Esta luz cotidiana ha llevado al poetaa cantar la vida diaria, la vida de todoslos días, a rehuir la noche, con el sueñoy sus sueños. Lo cotidiano. según opiniónmayoritaria, es prosaico (la prosa de lavida, se dice). El poeta se ha vuelto,aparentemente, prosaico, La prosa es explicativa, lógica, razonable; pero el poetacomienza el poema más cotidiano de sulibro con estas palabras: "Qué absurdoqué imposible". No obstante. lo cotidian~se impone, lo explicativo triunfa a veces:"en una alcoba / con paredes de espejos"(el subrayado es nuestro y suprimib!e)y en "la ropa que dejaste / colgada enuna percha" (ide'l1l, y recuerda el Tangodel 7Jilldo, de Neruda). Lo lógico luchacon lo poético: "Como nadie sabrá queme has querido, / nadie sabrá que medejaste"; "y no te sorprendiste / de encontrarme contigo". Pero irrumpe lo ilógico esplendorosamente: "porque te I1C-
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la representación, sino que además, salvócon gran habilidad las dificultades técnicas que entrañaba la obra elegida, laborpor la que su clasificación parece indiscutible.
El mejor actor fue vVolf Ruvinskis,cuya interpretacic'm de Eddie Carbone,
EL MANTO Y LA CORONA
"Mais le pode confesse, en tete ele PS'Jlché,qne la !,rose lui cofile aulanl qll·e les ven."SAl 'TE-BEUVE, La Fonlaine (Porlrailslilléraires) .
* Rubén BOllifaz lniío, U II/onlo ,. la.rorona, Universidad Nacional .Ant"lIlo1l1~ del'vléxico, 1958, 82 pp.
AFINES DE 1958 se publicó El mantoy la cOI'ona. * Mal tiempo paralibros y más para libros de poesía,
a pesar del empeño mercantil ele ofrecerlos como regalo navideño. Los criticasapenas lograron incluir El manto :)1 lacorona en sus apresurados balances literarios de fin ele año. señalanclo al pasaralgún viso del "manto", alguná joya elela. "corona", que Bonifaz Nuño por algúnmotivo escribe con mayúscula inicial, ysobre todo, su prosaísmo, delito mayoren estos días de fuegos artificiales. Estasnotas de buena fe, que su autor acostumbra ofrendar respetuosamente a los muertos, se vuelven necesarias cuando libroscomo El tránsito de fuego, de EuniceOdio, cosechan el más apretarlo silencio,o como El 11lanto 'V la coron[l, sólo unascuantas palabras verdaderas.
¿ Qué manto, qué corona canta el poeta?Desde luego, el título es simbólico y naelaliteral; en nuestra América ya no quedanmantos y coronas sino en las iglesias. vnuestro poeta no es un iglesiero. ¡li si-
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LOS MEJORES EN 1958
el problema que implicaban los ccmtinuoscambios de lug-ar y a la propiedad conque supo amb;entar cada uno de ellos.
La mejor obra mexicana llevada a escena durante 1958 fue El teque1"ío casode Jorge Lívido, excelente pieza de Sergio Magaña, en la que dentro del mal'COde una anécdota policíaca, de la que elautor se sirve como simple pretexto, seexponen varios conflictos de orden mo·ral de indudable originalidad, interés yautenticidad, desarrollados con suma dicacia técnica y una sinceridad y un valorindiscutibles. Desgraciadamente la deficiente interpretación escénica de esta pieza, impidió en parte que sus valores fueran debidamente aquilatados, lo que noobsta sin embargo para que sus méritosla hagan acreedora de esta clasificación.
La mejor obra extranjera. descontando las representaciones no siempre adecuadas, de algunos clásicos como Lopede Vega y Calderón de la Barca, fuePanorama desde el puente, de ArthurMiller, en la que el autor recrea con extraordinaria validez varios de los elementosfundamentales de la tragedia griega, dentro de un marco de drama realista conexactas motivaciones psicológicas y 'unformidable impulso dramático, sin olvidar el medio social. Junto a ella debe mencionarse también a La piel de 'fIlIestrosdientes, de Thorton Wilder, interesantisimo experimento dramático en el quese intenta y se logra hacer un resumenun tanto irónico, pero profundo y conmovedor de la historia de la humanidad,simbolizada por una familia en la quese encuentran varios de los caracteres básicos, a la que se somete a todas las catástrofes posibles.
El mejor director fue Juan José Gurrola, que supo guiar con admirable eficacia al grupo de teatro de la Escuela)¡acional de Arquitectura, en la puestaen escena de La piel de nuestros di7ntes,que desde un punto de vista general puede considerarse la mejor de todas las quetuvieron lugar este año. Gurrola no só' ologró un excelente nivel interpretativoen todos los actores que tomaron parte en