política y ciudadanía digital: los migrantes venezolanos y sus comunidades virtuales … ·...

Comunicación y música: mensajes, manifestaciones y negocios Universidad de La Laguna, diciembre de 2018

ISBN-13: 978-84-16458-93-6/ D.L.: TF-799-2018 / DOI del libro: 10.4185/cac144 Página | 319

Libro colectivo enlínea: http://www.revistalatinacs.org/18SLCS/libro-colectivo-2018.html

Política y ciudadanía digital: los migrantes

venezolanos y sus comunidades virtuales

en México

Roberto Alejandro López Novelo – Universidad Anáhuac México –

[email protected]

José Luis Flores Torres – Universidad Anáhuac México –

[email protected]

Raúl Santos Morales – Universidad Anáhuac México –

[email protected]

Abstract:

La política, entendida desde una perspectiva amplia, se refiere a todo aquello

que compete o resulta importante para la ciudad. Ésta disciplina se relaciona

con los diferentes modos y/o formas de comunicación existentes en cada

época; concebir a la política, solo en el marco de la gobernanza o desde la

perspectiva de las instituciones formales hoy resulta insuficiente en un entorno

sociotécnico en el que las nuevas herramientas digitales han nutrido la manera

en la que la ciudadanía participa en los asuntos de la política y en donde

incluso fenómenos que no tienen nada de novedosos (como la migración y la

actividad político electoral) se ven trastocados como consecuencia del nuevo

paradigma tecnosocial derivado de Internet.

Un ejemplo de esto lo constituye el caso de los migrantes venezolanos, que

ante la compleja situación política y económica por la que atraviesa Venezuela,

han decidido salir de su país, buscando oportunidades de desarrollo en

distintos países, entre ellos México. Resulta pertinente señalar que este

fenómeno migratorio en concreto reviste características particulares pues forma

parte de la diáspora venezolana que, según el diario El País (2018), desde

2015 ha movilizado a más de 1 millón y medio de venezolanos fuera de su país

debido ante todo a la crisis política por la que atraviesa dicha nación.

Así, fenómenos como la migración venezolana, son atractivos para la

investigación en comunicación, ya que un número importante de miembros de

http://www.revistalatinacs.org/18SLCS/libro-colectivo-2018.html

mailto:[email protected]






esta colectividad, recurren a la conformación de comunidades virtuales para

establecer, por una parte vínculos de contacto y ayuda mutua y por la otra

informarse y opinar acerca de lo que sucede su país de origen. El caso de los

migrantes venezolanos, constituye entonces un ejemplo de acción política

comunitaria en red organizada de manera colectiva e inteligente a partir de las

herramientas proporcionadas por las tecnologías digitales, para así constituirse

como una comunidad de apoyo y de protesta política.

Keywords:

Comunicación; Política; Internet; Ciudadanía; Comunidades Virtuales;

Participación.

Introducción

La política, entendida desde una perspectiva amplia, se refiere a todo aquello

que compete o resulta importante para la ciudad (o polis como la entendían los

griegos). Así, esta disciplina (arte o técnica) se constituye de antemano

compleja e íntimamente relacionada con los diferentes modos y/o formas de

comunicación existentes en cada época. Concebir a la política, solo en el

marco de la gobernanza o desde la perspectiva de las instituciones formales

hoy resulta insuficiente en un entorno sociotécnico en el que las nuevas

herramientas digitales han nutrido la manera en la que la ciudadanía participa

en los asuntos de la política y en donde incluso fenómenos que no tienen nada

de novedosos (como la migración y la actividad político electoral) se ven

trastocados como consecuencia del nuevo paradigma tecnosocial derivado de

Internet.

Un ejemplo de esto lo constituye el caso de los migrantes venezolanos, que

ante la compleja situación política y económica por la que atraviesa Venezuela,

han decidido salir de su país, buscando oportunidades de desarrollo en

distintos países, entre ellos México. Resulta pertinente señalar que este

fenómeno migratorio en concreto reviste características particulares pues forma

parte de la diáspora venezolana que, según el diario El País (2015), desde

2015 ha movilizado a más de 1 millón y medio de venezolanos fuera de su país

debido ante todo a la crisis política por la que atraviesa dicha nación.





Fenómenos como la migración venezolana, tienen hoy en día características

particulares, pues una parte importante de esta colectividad recurre a la

conformación de comunidades virtuales para establecer, por una parte vínculos

de contacto y ayuda mutua y por la otra informarse y opinar acerca de lo que

sucede su país de origen.

De esta manera, esta red conformada en internet desarrolla una fisonomía que

va más allá del apoyo comunitario que tradicionalmente despliegan este tipo de

colectividades. Así el discurso político de protesta e inconformidad sería

entonces la característica que da notoriedad a estos entornos digitales. El

caso de los migrantes venezolanos, constituye entonces un ejemplo de acción

política comunitaria en red organizada de manera colectiva e inteligente a partir

de las herramientas proporcionadas por las tecnologías digitales.

Ante esto, el objetivo del presente texto, es explorar el modo en el que hoy en

día la comunicación digital impacta en la forma en la que migrantes

avecindados en México, provenientes de Venezuela, establecen formas de

socialización en entornos virtuales, auxiliándose para ello de las herramientas

de la comunicación digital proporcionadas por Internet, para así constituirse

como una comunidad de apoyo y de protesta política.

Contexto

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define a un migrante

(2017) como cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado a través

de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de

residencia independientemente de: 1) su situación jurídica; 2) el carácter

voluntario o involuntario del desplazamiento; 3) las causas del desplazamiento;

o 4) la duración de su estancia.

A esto habría que agregar que la migración, vivida en el contexto actual,

trastoca su significado puesto que integra nuevas posibilidades y formas de

relación pues hoy en día es una realidad que muchos migrantes, hacen uso de

Internet para generar redes de contacto, ayuda e identificación. Por esta razón

es fundamental entender el fenómeno de la migración desde la complejidad,





examinándola a partir de escenarios variados, como lo cultural, lo social y lo

global, desde el contexto del nuevo paradigma tecnosocial generado a partir de

Internet.

Respecto al caso de la diáspora venezolana, Bermúdez, en el Informe sobre

Movilidad Humana Venezolana (2018, p.4) la analiza como un fenómeno de

movilidad humana en el cual se distinguen las siguientes caracterizaciones: es

un proceso complejo, porque las razones para emigrar emergen entre dos vías:

voluntarias o forzadas, y la temporabilidad va desde lo pendular, es decir, ir y

venir a los países fronterizos (especialmente Colombia) hasta la decisión

definitiva de marcharse del país por un largo período.

Parte de esta movilización se ha asentado en México en donde datos

aparecidos en el periódico El País (2018) señalan que entre 2015 y 2017 ha

incrementado la migración de venezolanos en un 104% y los refugiados llegan

a 32 mil. Esta diáspora impacta a mexicanos y venezolanos pues asuntos

como empleo, educación y vivienda se suman a las múltiples problemáticas

existentes en México. Por ello las comunidades virtuales se constituyen como

espacios colectivos para dar cabida a los múltiples problemas que viven estos

migrantes.

Cabe mencionar que la irrupción de migrantes en México es extensa y muchos

de ellos utilizan Facebook para constituirse como grupo pues representa una

plataforma accesible para dar cabida a estas comunidades. En concreto

podemos observar que los venezolanos están agrupados en varias

comunidades como por ejemplo las redes: Venezolanos Unidos en México

(VUM), Venezolanos en México, Venezolanos en México 16K y Venezolanos

viviendo en México.

Aquí vale la pena puntualizar que el fenómeno migratorio analizado coincide

con la celebración de los procesos electorales federales más competidos en la

historia de México en este 2018 en donde resultó triunfador el candidato

izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Así migración venezolana y

procesos electorales parecen inscribirse en un entorno de cambio global en

materia tecnológica, social y económica, lo cual visiblemente está impactando





la manera en la que tradicionalmente la ciudadanía toma parte en la discusión

política.

Tal como lo señala Raúl Trejo Delarbe (2016, p. 57) al indicar que en América

Latina, como en otras regiones, hoy en día no hay movimiento social o político,

de relevancia nacional, que no utilice las redes sociodigitales, ya que estas

tienen un alcance significativo en cuestión de usuarios y una diversificación tal,

que permiten nuevos usos, entre ellos, los políticos.

El entorno de la tecnopolítica y las comunidades virtuales de migrantes

Es claro que por antonomasia la actividad política, entendida como una forma

más o menos pacífica para acceder al poder, y no solo como el espacio en

donde se generan las cosas importantes para la polis, siempre ha constituido

un binomio con las formas y los medios de comunicación existentes en cada

época. Por esto llama la atención el papel que ahora cumplen los recursos

digitales si se toma en cuenta que en la actualidad no solo posibilitan nuevas

formas de interacción sino también de participación ciudadana, colectiva e

inteligente. De acuerdo con Beas (2004) lo que está pasando en realidad, es

que Internet y la multiplicación de canales por los que se informan los

electores; y, lo que no es lo mismo, por los que los candidatos lanzan sus

mensajes, se convierten en un factor de disrupción en el ámbito de la política

(2004, p. 17).

En el caso de las comunidades virtuales de migrantes venezolanos en México,

Zafra Fernández (2018) enfatiza que su presencia es aún reducida pero en

crecimiento, y ha asumido una doble tarea: visibilizar los problemas que

atraviesa su país y ayudar a aquellos compatriotas que permanecen en

Venezuela, en una situación de precariedad y aislamiento obligado. A estos

dos quehaceres habría que agregar el papel que juegan estas plataformas

para auxiliar a migrantes que requieran ayuda u orientación, sean o no recién

llegados a México. Es decir la acción comunitaria generada en el entorno

virtual de las redes sociodigitales, al parecer, estaría engendrando formas de

participación política crítica e inteligente.





Todo ello en un cambio de contexto en el que se incuban nuevas formas de

socialización, relación, participación y colaboración ante la aparición de las

llamadas multitudes inteligentes que, como lo señala Rheingold (2004, p.18)

están formadas por personas capaces de actuar conjuntamente aunque no se

conozcan. Todo esto posibilitado por las oportunidades brindadas por las

tecnologías de información y comunicación que evolucionaron en el tiempo,

bajo distintas circunstancias y contextos.

En este caso el contexto nos dota de varias características fundamentales para

una mejor comprensión y aprovechamiento de las Tecnologías Digitales, entre

ellas: la multilinealidad, la interactividad, la colaboración, la inmaterialidad, la

omnipresencia, la libertad y la ciudadanía. (Trejo, 2006)

Es el entorno de la llamada tecnopolítica la cual hace referencia a la manera de

conceptualizar la actividad política, a partir del uso de las nuevas herramientas

de comunicación provenientes del entorno digital, en donde precisamente la

tecnopolítica, según Gutiérrez Rubí (2015, p.99) se abre paso como vía de

empoderamiento de la nueva ciudadanía; como el instrumento más fértil para

vivir la libertad, la autonomía, la privacidad y, también, la comunidad.

Es aquí en donde precisamente el sentido de comunidad se convierte en algo

vital en estas condiciones, pues las herramientas proporcionadas por las redes

sociodigitales viabilizan, sobre todo, nuevas posibilidades de asociación

creativas, inteligentes y colectivas a partir de las llamadas comunidades

virtuales en donde, de acuerdo con Moreno Minguez & Suárez Hernán (2010,

p.1) el espacio físico y temporal ya no supone una limitación, se desarrolla en

la sociedad virtual, el territorio espacial donde no hay fronteras y es planetario y

aparece cuando una comunidad real utiliza la telemática para mantener y

ampliar la comunicación.

Un ejemplo respecto a este sentido de comunidad lo constituye el caso de los

venezolanos avecindados en México pues es claro que al constituirse como

grupo en el ciberespacio construyen redes tanto de apoyo como de discusión

política que trasciende el terreno virtual.





Por ejemplo, al describir las acciones de las redes de venezolanos en México,

Zafra (2018) señala que la convocatoria a manifestaciones ciudadanas, la

conformación de redes de apoyo para el despacho de medicinas y alimentos a

Venezuela, el intercambio de consejos sobre temas de interés para los recién

emigrados (lugares para vivir, oportunidades de trabajo, asesorías migratorias),

y la discusión constante sobre las noticias del país, ocupan la agenda

conversacional de la comunidad Venezolanos Unidos en México. Todo en un

entono como el actual en donde, según Castells (2009, p.81) el terreno en el

que operan las relaciones de poder se ha construido primordialmente alrededor

de la articulación entre lo global y lo local y está organizado principalmente en

redes.

Una primera impresión sobre los usos políticos de Internet podría generarnos la

idea, de acuerdo a Castells (2006, p.443), de que al igual que los medios

tradicionales, Internet es más valorado por los políticos como instrumento para

difundir información a los medios y al público en general, esto se debe a que en

la actualidad en las redes sociodigitales se procesan conocimientos e ideas,

por medio de las cuales se crea o destruye la confianza, que es una de las

fuentes primordiales del poder (Castells, 2009, p. 41). No obstante pensar este

fenómeno solo a partir de los usos que los emisores hacen de estos recursos

resultaría limitado para problematizar los alcances de la tecnopolítica.

De hecho para Sierra Caballero (2013, p.23 ) el problema estratégico de las

políticas locales hoy en día, en la era de la globalización, es justamente cómo

evaluar y definir la participación para una nueva gobernanza que impacte

favorablemente en los procesos de desarrollo comunitario autónomos desde

una firme apuesta por la democracia participativa y pluralista. En el caso del

contexto latinoamericano, se hace visible que las prácticas de comunicación

autoritaria y clientelar, propias de la inestabilidad política predominante en esta

región (de democracias endebles), han permeado una opinión pública

mayormente apática para participar en actividades políticas.

No obstante con el inicio del milenio, el entorno digital empezaba a generar

formas de participación y creación colectiva que empataron, según Trejo





Delarbre (2016, p. 60), con una etapa de transiciones de los regímenes

autoritarios que todavía existían en las últimas décadas del siglo XX a los

sistemas políticos fincados en partidos competitivos y elecciones libres que,

con pocas excepciones, singularizan al escenario latinoamericano del nuevo

siglo.

Es necesario recordar que en las primeras dos décadas del siglo XXI “los

mensajes, las organizaciones y los líderes que no tienen presencia mediática

no existen para el público. Por tanto, sólo aquellos que consiguen transmitir sus

mensajes a los ciudadanos tienen la posibilidad de influir en sus decisiones de

forma que les lleve a posiciones de poder en el estado y/o a mantener su

control en las instituciones políticas”. (Castells, 2009, p.25-26)

Como se indicaba con antelación, en realidad el entorno de la tecnopolítica no

solo constituye un nuevo escenario o arena de interacción entre la ciudadanía y

las instituciones. La tecnopolítica es, a grandes rasgos, el generador de

entornos de participación colectiva en donde, como señala Gutiérrez-Rubí

(2015, p.99) nada volverá a ser como era hace ni siquiera un lustro, en política

o en comunicación. Nos encontramos en una dicotomía clara entre multitudes,

mareas y alianzas versus masas, movimientos y partidos. Las segundas,

tradicionales, están siendo desplazadas por las primeras, gracias a la red y a

nuestros dispositivos móviles.

Dicho de otra manera la gestión de la información en la sociedad red no solo

ha impactado la manera en que la ciudadanía se relaciona, sino que la

adquisición y administración del poder se ha visto impactada por las nuevas

tecnologías de información y comunicación. En este sentido, Castells (2012, p.

24) establece que la transformación del entorno de las comunicaciones afecta

directamente a la forma en la que se construye el significado, y por tanto, a la

producción de relaciones de poder.

Esto nos obliga entonces a revisar las nuevas características que adquiere el

poder dentro de este nuevo paradigma que es al mismo tiempo tecnológico y

social. Así, en principio Castells define al poder (2009, p.32) como la capacidad

relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las





decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezcan la voluntad,

los intereses y los valores del actor que tiene el poder, es decir, el poder se

ejerce bajo la coacción y construcción de significados a través de mecanismos

de manipulación simbólica. (Castells, 2012, p. 22)

Si analizamos el poder a partir de las capacidades relacionales, en el nuevo

paradigma sociotécnico generado por Internet y las redes sociodigitales,

podemos suponer que esta relación asimétrica se ve disminuida en el marco

del entorno generado por los medios digitales de amplia participación social en

donde la relación en red genera las posibilidades de desarrollar formas

discursivas descentralizadas. Para entender esto resulta fundamental tener en

cuenta que el espíritu de Internet, es ante todo de participación y de libertad ya

que de acuerdo a Antulio Sánchez (1996, p.54) por su carácter tecnológico,

Internet es único en su género, y por su facilidad de manejo y su imposibilidad

de controlarla desde un centro tiene una naturaleza rebelde.

Es decir la potestad que proporciona el administrar el qué, cómo, cuándo,

cuánto y a quién se comunica, se descoloca por así decirlo en la sociedad red

en donde esta forma de organización social (mediante redes) fomenta el

establecimiento de actores participantes que se constituyen como nodos

interconectados de manera reticular y descentralizados en donde los políticos y

líderes de opinión de élite no son más que nodos más o menos importantes en

el esquema de las redes sociodigitales. En términos de Pisani y Piotet (2009)

en este contexto se presenta el fenómeno de la Alquimia de las Multitudes, que

se refiere a la participación de los usuarios de la red en diversas actividades

que se reflejan no sólo en el mundo virtual sino también en el real.

Ante ello, pasar de una cultura política limitada y autoritaria a un escenario de

libertad en donde hay pocos controles sobre lo que se publica en la red,

conlleva riesgos si a esto sumamos la ausencia de una ciudadanía digital

plenamente constituida, entendida esta como el conjunto de normas de

comportamiento apropiado y responsable con respecto al uso de la tecnología.

El caso de Venezuela es bastante ilustrativo al respecto ya que no es un

secreto que uno de los reclamos más constantes dirigidos hacia el régimen





encabezado por el Presidente Nicolás Maduro es el referido a la falta de

garantías y espacios para la libertad de expresión, lo cual no es un asunto

menor en el escenario actual de aquel país, el cual como lo señalan Said-Hung

& Valencia Cobos (2017) está marcado por un creciente proceso de tensión

social que ha impulsado nuevos escenarios de comunicación, ajenos a los

tradicionales, que han sido aprovechados por los ciudadanos para la difusión

informativa de los diferentes acontecimientos ocurridos en dicho país.

En tal caso, los autores señalados se estarían refiriendo a que la propia

dinámica autocrática del régimen, ha dado paso a que determinados sectores

de la población busquen sustituir las formas de comunicación autoritaria y

restringida, difundidas desde instancias oficiales por la utilización de redes

sociodigitales como espacios de mayor libertad para la expresión de opiniones

entre los venezolanos. Así, tal parece la dinámica de las comunidades de

migrantes venezolanos en México, de alguna manera reproducen el trabajo

llevado a cabo en Venezuela por los llamados por Said-Hung & Valencia Cobos

(2017) nanomedios de movimientos sociales, es decir, nuevos escenarios

comunicativos donde las personas pueden transmitir sus causas o

reivindicaciones.

En tal sentido, en Venezuela influencers de las redes sociodigitales como

Gladys Seara, Neurokiller e Ideas Abstractas son ejemplos de este tipo de

nanomedios, pues en muchas ocasiones ceden el micrófono a los ciudadanos,

quienes son lo que en realidad cuentan sus historias y muestran cómo viven el

día a día de esta crisis humanitaria. Un caso aparte lo constituyen algunas

plataformas que operan en Twitter como Efecto Cocuyo y el Pitazo los cuales

se ha significado como una opción informativa crítica de la realidad venezolana

construida desde dentro de Venezuela. Por otro lado destaca el portal

dolarToday, de gran influencia en aquel país por sus análisis en asuntos

financieros, el cual es dirigido por venezolanos residentes en los Estados,

quienes han definido su medio como una alternativa informativa crítica ante el

régimen madurista.





Ante el descredito de los medios oficiales, la importancia que están adquiriendo

las redes sociodigitales en Venezuela, como formas alternativas (pero más

confiables) de acceder a la información se puede explicar en torno a lo que

Sierra Caballero (2013, p. 40) comenta sobre que son los ciudadanos, los

sujetos o multitudes, quienes gobiernan cada vez más la producción del campo

simbólico, de su propia narrativa y modelo de representación, al pasar de

consumidores a creadores culturales, protagonizando así algunas de las

principales transformaciones del nuevo ecosistema mediático desde que

renunciaran a ser solo espectadores inanes por el placer de hablar decir y

representar. Es esencial reconocer el papel de la tecnología digital en los

procesos de transformación actual, particularmente la tecnología de la

comunicación, a través de la cual se construye una comunicación consciente y

significativa. (Castells 2009, p. 50)

Por ello resulta de prioritaria importancia en este nuevo escenario político y

tecnológico, donde Internet y las redes sociodigitales se erigen como espacios

sociales autónomos y casi siempre alejados de los gobiernos que

históricamente han monopolizado los medios de comunicación (Castells, 2012),

generar nuevas miradas sobre los procesos de gobierno y de gobernanza pues

aquí los ciudadanos digitales estarán no solo atentos, informados y

participativos sobre el ejercicio del poder, sino que serán participes de nuevas

fenomenologías que requerirán abordajes que pasen del limitado marco

epistemológico tradicional desde el cual el fenómeno comunicativo suele ser

abordado.

Por ejemplo autores como Gutiérez-Rubí (2015) y Rheingold (2004) ponen

énfasis en que la transformación digital de la política no solo se estaría

generando desde Internet, sino en específico a partir de la tecnología móvil. Es

decir, los citados teóricos son observadores agudos de cómo se genera el

proceso en el que la life movile stlyle ha impactado en los quehaceres

cotidianos de la ciudadanía, incluyendo desde luego los asuntos referidos a la

participación política y la democracia. En muchos sentidos este modo de vida

está soportado por el poder de las TIC´s pues posibilita, de acuerdo a Wellman

(2008, p.1) que los individuos en red construyan puentes entre sus relaciones y





se conecten entre sí dentro y fuera de casa. No debemos olvidar que el ser

humano construye significados al interactuar con su entorno natural y social,

interconectando sus redes neuronales con las redes de la naturaleza y las

redes sociales. Esta interconexión funciona mediante el acto de la

comunicación. (Castells, 2012, p. 23)

Los migrantes venezolanos y sus comunidades virtuales en México

Es claro que la migración, entendida desde el actual contexto sociodigital,

integra nuevos elementos que de alguna manera trastocan la manera en la que

solía entenderse. Hoy en día es una realidad que el migrante, en muchos

casos, hace uso de Internet para generar redes de contacto, ayuda e

identificación. Por eso ahora muchos estudios sobre este fenómeno integran a

su análisis la manera en la que son usados los recursos digitales.

Así podemos en primera instancia distinguir en los estudios actuales sobre

migración al menos tres categorías relacionadas al uso de tecnologías de

información y comunicación, a saber:

• Migración Trasnacional. La cual según David Ramírez Plascencia (2016)

establece la existencia de redes –no solo tecnológicas como las de Internet

sino de contacto humano- que no solo se sitúan sino que atraviesan y transitan

entre el lugar de origen del migrante y el nuevo espacio al que llegan.

• Migración Circular. Ramírez Plascencia (2016) define la migración

circular como una forma particular de reubicación geográfica donde la gente

viaja a otro país pero sólo durante un determinado período de tiempo. En este

sentido las redes sociales de Internet posibilita a los migrantes mantener

amplias redes de contacto.

• La migración 2.0 la cual según Cecilia Melella (2015) está ligada

necesariamente a las redes sociodigitales y a las comunidades virtuales en

donde las posibilidades de colaboración y participación las convierten en un

recurso diaspórico y trasnacional.





En el caso de las comunidades virtuales de venezolanos en México podemos

distinguir claramente rasgos de los tres modelos de migración anteriormente

descritos, es decir, encontramos formas de migración centradas en el uso de

redes colaborativas propias de la tecnología 2.0 de Internet, lo cual permite a

los venezolanos establecer formas de comunicación, interacción e identidad,

por así decirlo flexibles ya que les permite adaptarse al nuevo entorno

mexicano y a la vez (re)vincularse a su lugar de origen a partir de las

narrativas.

Una primera observación a estas comunidades digitales de los migrantes

venezolanos nos permite distinguir la multiplicidad de usos que ahí se ven

reflejados, algunos de los cuales son, a saber: les ayuda a constituirse como

grupo con una identidad colectiva propia, les permite convertir a la red

sociodigital en escenario para la generación de formas de comunicación e

interacción entre pares (aunque algunos ciudadanos mexicanos llegan a

integrarse a estas colectividades), la generación de un espacio de construcción

e intercambio de redes de apoyo y solidaridad en donde se forja el capital

social que resulta fundamental para su constitución como espacio de

colaboración, la construcción de puentes de contacto con familiares y amigos

radicados en Venezuela y la posibilidad de compartir experiencias de migración

que viven cotidianamente en México.

Cabe señalar que hay que tomar en cuenta que algunas formas de interacción

generadas en estas plataformas, atraviesan lo digital ya que desde la red los

migrantes venezolanos buscan planificar acciones colectivas para llevarse a

cabo no solo dentro (como la ciberprotesta y el activismo digital en contra del

régimen de Nicolás Maduro) sino también fuera de la red (como jornadas de

recaudación de medicamentos y víveres para enviar a Venezuela).

Ante ello es claro que las comunidades virtuales de los venezolanos radicados

en México constituyen entornos digitales que dan cabida a formas de creación

política y comunicativa colectiva e inteligente en donde sus integrantes de

manera constante socializan tanto sus acciones de apoyo comunitario como su





postura política de protesta ante la situación de crisis humanitaria por la que

atraviesa el país sudamericano.

Lo anterior resulta trascendente en un entorno en el que según Boyd (2014,

p.11) a través de las redes sociales, las personas pueden compartir fácilmente

con audiencias amplias y acceder a contenido desde distancias mayores, lo

que aumenta la visibilidad potencial de cualquier mensaje en particular.

Las comunidades virtuales en el caso aquí analizado, se constituyen entonces

como el escenario de la diáspora venezolana que brinda ayuda al recién

llegado y conforma la atmósfera en la que se visibilizan cada vez más,

discursos críticos, virtuales, colaborativos y multinacionales ante la crisis por la

que atraviesa Venezuela.

Conclusiones

Reflexionar sobre el ejercicio de la política desde el escenario de los entornos

virtuales resulta hoy en día no solo necesario sino en extremo complejo si

tomamos en cuenta cómo esta actividad, nacida en el seno de la Atenas

clásica hace veinticinco siglos, sigue siendo entendida como antaño,

profundamente relacionada con la comunicación.

Migrar en el actual contexto estaría representando para muchos de los

venezolanos que han decidido dejar atrás su nación, una acción a la vez

política y comunicativa, que a su vez genera otras acciones del mismo orden.

La movilización por si sola representa una búsqueda de mejores oportunidades

de vida, pero al mismo tiempo materializa una postura política de rechazo al

llamado régimen bolivariano.

Constituirse como comunidad en el espacio virtual entonces estaría

significando para estos migrantes, una oportunidad para vivir este proceso

vinculándose en relaciones múltiples con sus pares avecindados en México, en

Venezuela o incluso con amigos o familiares que han decidido migrar hacia

otros países.





Respecto a los usos de Internet por ciudadanos latinoamericanos, Raúl Trejo

Delarbre (2016, p.58) señala que suelen enlazarse a y en Internet para

consumir y difundir información. También lo hacen para mirar, aprender,

comprar, entretenerse, relacionarse entre sí, de la misma manera que lo hacen

usuarios de la Red de redes en todo el mundo. Esto parece aplicar para las

formas de interacción que los migrantes venezolanos forjan en línea ya que no

podemos dejar de observar la manera en la que la tecnología constituye un

factor fundamental en la condición en la que este grupo vive su migración ya

que les permite generar estos espacios virtuales como formas de interacción

humana que poseen un gran valor simbólico y cultural al interior de esta

agrupación ya que en primera instancia les posibilita ponerse en contacto y así,

abrir la posibilidad de significarse como una comunidad con una identidad

colectiva propia y con la posibilidad de desarrollar lazos de ayuda que les

permita mejorar la forma de vivir su situación como migrantes.

De igual manera es conveniente subrayar que lo que sucede en la comunidad

de migrantes venezolanos, tiene impacto fuera de ésta. Como se señalaba con

anterioridad algunas narrativas plasmadas en el mundo virtual trascienden para

convertirse en acciones concretas en el mundo real como la recaudación de

medicamentos y víveres enviados a instituciones ubicadas en Venezuela.

Queda pendiente profundizar en el análisis de las formas que adquieren y la

magnitud que cobran estas modalidades de interacción al repercutir no solo en

el escenario virtual, sino además en la vida cotidiana de los migrantes

venezolanos.

Aquí resulta pertinente dejar claro que el uso de la tecnología digital no

convierte por si sola a una comunidad en un caso de tecnopolítica, ni asegura

mejores niveles de acceso a la información o democracia, ya que para que esto

suceda lo ideal es que se genere una suerte de ciudadanía digital informada,

participativa, ética y responsable que involucre y genere un entorno

cooperativo entre todos los miembros de la comunidad virtual.

El conflicto entonces radica en empeñarse en creer que la tecnopolítica solo

consiste en incorporar los usos y costumbres de la cultura política autoritaria al





nuevo escenario informacional. En tal sentido previene Rheigold que (2004,

p.27) la cooperación es una palabra bonita, y en sus mejores manifestaciones

es el origen de las mejores obras de las civilizaciones humanas, pero también

puede resultar desagradable si quienes cooperan persiguen fines inmundos.

El caso de las comunidades virtuales de migrantes venezolanos radicando en

México constituye un ejemplo de la manera en las tecnologías digitales

generan las posibilidades para construir una ciudadanía digital creativa e

interesada en mejorar las condiciones de vida del colectivo. Al mismo tiempo

resulta relevante observar el uso de estas plataformas como escenario de

protesta y rechazo al régimen encabezado por Nicolás Maduro.

Esto último de alguna manera muestra que las nuevas lides políticas se

estarían produciendo en los entornos virtuales, a partir de las capacidades

proporcionadas por la conectividad, la capacidad tecnológica, la generación del

conocimiento colectivo y la creatividad para provocar las mayores y mejores

adhesiones. Por esto es necesario insistir que las nuevas capacidades

relacionales estarían generando también nuevas narrativas, formas de

participación política y una suerte de ciudadanía llamada virtual.

No obstante conviene ser precavidos al pensar que la tecnopolítica, consiste

solo en cambiar la manera en la que son presentados los contenidos de la

actividad política. Esto podría genera un escenario confuso en donde fluyen

grandes cantidades de información, proveniente de diversos lugares, dirigida a

un púbico indefinido, que se expresa de variadas formas pero que en realidad

no dice mucho. En tal caso más que de tecnopolítica, tendríamos que estar

hablando en realidad de nuevas formas de autoritarismo político.

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