Se derivaba del “proyecto vasconcelista”. Ahora el propósito era más ambicioso.

Intervención del Estado den la producción de libros de texto: 2 finalidades.

1) hacer extensiva la educación a todos los sectores sociales otorgando a los alumnos los ½´s indispensables para el aprendizaje.

2) asegurar una base cultural uniforme. Todo esto se lograría por 2 conductos: la

gratuidad y la obligatoriedad de textos. Con esto se avanzaba en el proceso de

democratización de la enseñanza.

A partir de sus contenidos se promovería el sentimiento nacionalista que coadyuvase a la integración de la sociedad mexicana.

Ellos se convertirían en el ½ ideal para lograr la difusión de una ideología determinada que estuviera acorde con los interese del Estado y la sociedad nacional (Unidad Nacional).

1959: Creación de la CONALITEG. Se trató de mantener la neutralidad ideológica

de los principios incluidos en la reforma del art. 3º constitucional de 1946.

Comisión a cargo de Martín Luis Guzmán, apoyado por colaboradores, entre ellos pedagogos y representantes de la opinión pública (directores de diarios) la finalidad de incluir a estos últimos era

comprometer a la prensa con el proyecto

Paralelo a la edición de los LT se inició la reforma a los planes y programas de estudio vigentes desde 1945. Se vislumbró la necesidad de

adaptarlos a las demandas reales de la población

Basados en la ideología de la escuela activa.

Convocatorias para la redacción de textos. Gratificacion $. No se obtuvieron los resultados

esperados. Baja calidad de los escritos. Escasa participación.

Comisión interna se encargó de elaborarlos.

Campaña de apoyo y propaganda en la prensa.

Obligatoriedad del uso de los libros de texto gratuitos

Prohibición de utilizar otros materiales no incluidos en las listas oficiales A raíz de estas posiciones del

gobierno hubo reacciones que desembocaron en movilizaciones.

En contra de la imposición del Estado para “adoctrinar” a los niños a través de los libros y a la influencia “comunizante” del contenido de los textos

Costo que significaba para el país Quienes?

Iglesia, Empresarios, partidos Políticos, Asociaciones de Padres de Familia.

Carácter único y obligatorio. Opositores: autores de textos, libreros y editores

Anticonstitucionalidad que lesionaba los intereses de algunos maestros que participaban en la industria editorial. Medios: desplegado, donde señalaban que:

la CONALITEG no tenía las facultades para prohibir el uso y venta de libros.

Se limitaba el poder creador de los autores. Se corría el riesgo de uniformar el pensamiento de

una generación de acuerdo alas ideas de unos cuantos autores.

Antipedagógico, porque reducían al maestro a mero repetidor de lecciones.

Un mismo libro no podía usarse en el ½ urbano y rural.

Ante esos “ataques” la SEP reitera el carácter obligatorio de los textos y establece sanciones paneles y administrativas (individuos/instituciones particulares), estas ultimas corrían el riesgo de ver revocada su concesión.

La UNPF rechaza imposición de textos gratuitos como únicos y obligatorios en las esc. part.

Señalaban que el decreto no hacía referencia a la obligatoriedad de las esc. part.

Aunque reconocían que se debían someter a los planes y programas, no así a los libros de texto.

PAN: Sus denuncias giraron en torno al carácter autoritario y antidemocrático del proyecto.

BMA: a partir de sus estudios vislumbraron: un anti constitucionalismo. Monopolio que lesionaba el

patriotismo cultural de la nación.

Básicamente se luchaba vs. el paternalismo estatal: Ya que se temía a la injerencia excesiva

del Estado en la vida social. Existencia de gérmenes del comunismo

en la educación publica. Se buscaba, en fin, reducir al máximo

la intervención del Estado en los planteles de enseñanza privada (trataban de recuperar su fuerza e imponer limites a la injerencia gubernamental)

Alianza Popular de Padres de Familia. Escritores. Intelectuales. Finalmente se llegó a una

conciliación. Consistió en:

Convocar nuevos concursos para la elaboración de los textos.

Los maestros podían recomendar libros complementarios.