poemas de gerardo diego

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  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    1/12

    eleccin de poemas

    (GERARDO DIEGOPOETA ESPAOL)

    ________________________________________________________

    NDICE:

    A C. A. Debussy

    A Manuel Machado

    AbanicoAdis a Pedro Salinas

    Ahogo

    Amor

    ngelus

    Ante las Torres de Compostela

    Azucenas en camisa

    Bandeja

    Brindis

    Calataazor

    Cancin al nio Jess

    Caracol silencioso

    Columpio

    Continuidad

    Cuadro

    El Ciprs de Silos

    En mitad de un verso

    Esperanza

    Giralda

    GuitarraInsomnio

    La sombra del nogal

    Las tres hermanas

    Letrilla de la virgen Mara esperando la navidad

    Madrigal

    No verte

    Nocturno

    Nubes

    Otra casa aventada

    Palabras profticas

    Penltima estacin

    Primavera

    Reflejos

    Revelacin

    Ro Duero, ro Duero

    Romance del DueroRomance del Jcar

    Silencio

    A C. A. Debussy

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    2/12

    Sonidos y perfumes, Claudio Aquiles,

    giran al aire de la noche hermosa.

    T sabes dnde yerra un son de rosa,

    una fragancia rara de aafiles

    con sordina, de crtalos sutiles

    y luna de guitarras. Perezosatu orquesta, mariposa a mariposa,

    hasta noventa te abren sus atriles.

    Iberia, Andaluca, Espaa en sueos,

    lentas Granadas, frgiles Sevillas,

    Giraldas tres por ocho, altas Comares.

    Y metales en flor, celestes leos

    elevan al nivel de las mejillas

    lgrimas de claveles y azahares.

    A Manuel Machado

    Porque se llama Manuel

    y Machado se apellida,

    en su verso Muerte y Vida

    juegan partida y nivel.

    Quin vence? Tablas. Y l,

    banderillero de Apolo,

    supo, cant y est solo:

    ese poeta chapado

    que se apellida Machado

    y le llamaban Manolo.

    Adis a Pedro Salinas

    El cielo se serena

    Salinas cuando suena

    Cantan los verbos en vacaciones

    jaculatorias y conjugaciones

    Yo ser t sers l serLa imagen de ayer maana volver

    La imagen duplica el presagio

    Rezas cuando truena el trisagio?

    El mundo se envenena

    Salinas cuando no suena

    La msica ms extremada

    es el silencio de la boca amada

    Amar, amar y siempre amar

    haber amado haber de amar

    Y de la media de la abuela

    caen las onzas oliendo a canela

    El cielo se enrojece

    Salinas cuando te mece

    Era tu reino el del rubor

    Tanta hermosura alrededor

    Rosa y azul, azul y rosa

    Cuidado que no se te rompaY por tus ojos la borrasca

    y la ventisca y el miedo a las hadas

    El cielo se aceituna

    Salinas cuando te acuna

    No habis visto en flor el olivo?

    S no s no azar del subjuntivo

    Nunca visteis el otoo del ciervo

    no habis sabido deshojar un verbo?

    Llega diciembre y llora el roble

    y el cocotero de Puertopobre

    El mundo se espantaSalinas cuando no canta

    Cantan los verbos en la escuela

    Redondo est el cielo a toda vela

    Pedro Salinas Serrano? Falta

    Y los nios de pronto se callan

    Unos en otros buscan amparo

    Todo ms claro mucho ms claro

    El cielo quiere quererme

    Salinas cuando te duerme

    Ahogo

    Djame hacer un rbol con tus trenzas.

    Maana me hallarn ahorcado

    en el nudo celeste de tus venas.

    Se va a casar la novia

    del marinerito.

    Har una gran pajarita

    con sus cartas cruzadas.Y luego romper

    la luna de una pedrada.

    Neurastenia, dice el doctor.

    Gulliver

    ha hundido todos sus navos.

    Codicilo: dejo a mi novia

    un pual y una carcajada.

    AmorGngora 1927

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

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  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    4/12

    Y los hombres heridos

    pasean sus surtidores

    como delfines lricos

    Otros ms agobiados

    con los ros al hombro

    peregrinan sin llamar en las posadasLa vida es un nico verso interminable

    Nadie lleg a su fin

    Nadie sabe que el cielo es un jardn

    Olvido.

    El ngelus ha fallecido

    Con la guadaa ensangrentada

    un segador cantando se alejaba.

    Ante las torres ce Compostela

    Tambin la piedra, si hay estrellas, vuela.

    Sobre la noche biselada y fra

    creced, mellizos lirios de osada;

    creced, pujad, torres de Compostela.

    Campo de estrellas vuestra frente anhela,

    silenciosas maestras de porfa.

    En mi pecho ay, amor? mi fantasa

    torres ms altas labra. El alma vela.

    Y ella t? aqu, conmigo, aunque no alcanzas

    con tus dedos mis torres de esperanzas

    como yo estas de piedra con los mos,

    Contempla entre mis torres las estrellas,

    no estas de otoo, brralas; aquellas

    de nuestro agosto ardiendo en sueos fros.

    Azucenas en camisaA Fernando Villaln

    Venid a or de rosas y azucenas

    la alborotada esbelta risa

    Venid a ver las rosas sin cadenas

    las azucenas en camisa

    Venid las amazonas del instinto

    los caballeros sin espuelas

    aqu al jardn injerto en laberinto

    de girasoles y de bielas

    Una msica en nquel sustentadacabellos curvos peina urgente

    y hay slo una mejilla acelerada

    y una oropndola que miente

    Agria sazn la del febril minuto

    todo picado de favores

    cuando al jazmn le recomienda el luto

    un ruiseor de ruiseoresCuando el que vuelve de silbar a solas

    el vals de Ya no ms Me muero

    comienza a perseguir por las corolas

    la certidumbre del sombrero

    No amigos mos Vuelva la armona

    y el bienestar de los claveles

    Mi corazn amigos fue algn da

    tierno galope de corceles

    Quiero vivir La vida es nuevo estilo

    grifo de amor grifo de llanto

    Girafa del vivir Tu cuello en viloyo te estmulo y te levanto

    Pasad jinetes leves de la aurora

    hacia un oeste de violetas

    Lejos de m la trompa engaadora

    y al ralant vuestras corvetas

    Toman las nubes a extremar sus bordes

    ms cada da decisivos

    Y a su contacto publense de acordes

    los dulces nervios electivos

    Rozan mis manos ddivas agudas

    lunas calientes y dichosasSabed que desde hoy andan desnudas

    las azucenas y las rosas.

    Bandeja

    Nada ms

    Dejar la cabeza

    sobre la mesilla

    Y dormir con el sueo de Holofernes.

    Abanico

    El vals llora en mi ojal

    Silencio.

    En mi hombro se ha posado el sueo

    y es del mismo temblor que sus cabellos.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    5/12

    Brindis

    A mis amigos de Santander que festejaron

    mi nombramiento profesional.

    Debiera hora deciros: ?Amigos,

    muchas gracias, y sentarme, pero sin ripios.Permitidme que os lo diga en tono lrico,

    en verso, s, pero libre y de capricho.

    Amigos:

    dentro de unos das me ver rodeado de chicos,

    de chicos torpes y listos,

    y dciles y ariscos,

    a muchas leguas de este Santander mo,

    en un pueblo antiguo,

    tranquilo

    y fro,

    y les hablar de versos y de hemistiquios,y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratn

    (hijo),

    y de pluscuamperfectos y de participios,

    y el uno bostezar y el otro me har un guio.

    Y otro, seguramente el ms listo,

    me pondr un alias definitivo.

    Y as pasarn cursos montonos y prolijos.

    Pero un da tendr un discpulo,

    un verdadero discpulo,

    y moldear su alma de nio

    y le har hacerse nuevo y distinto,distinto de m y de todos: l mismo.

    Y me guardar respeto y cario.

    Y ahora os digo:

    amigos,

    brindemos por ese nio,

    por ese predilecto discpulo,

    porque mis dedos rgidos

    acierten a moldear su espritu,

    y mi llama lrica prenda en su corazn virgneo,

    y porque siga su camino

    intacto y limpio,y porque este mi discpulo,

    que inmortalice mi nombre y mi apellido,

    seael hijo,

    el hijo

    de uno de vosotros, amigos.

    Calataazor

    Azor, Calataazor,

    juguete.

    Tu puerta, ojiva menor,

    es tan estrecha,que no entra un moro, jinete,

    y a pie no cabe una flecha.

    Descabalga, Almanzor.

    Huye presto.

    Por la barranca brava,

    ay, y cmo rodaba,

    juguete,

    el atambor.

    Cancin al nio Jess

    Si la palmera pudiera

    volverse tan nia, nia,

    como cuando era una nia

    con cintura de pulsera.

    Para que el Nio la viera

    Si la palmera tuviera

    las patas del borriquillo,

    las alas de Gabrielillo.

    Para cuando el Nio quiera,

    correr, volar a su vera

    Si la palmera supiera

    que sus palmas algn da

    Si la palmera supiera

    por qu la Virgen Mara

    la mira Si ella tuviera

    Si la palmera pudiera

    la palmera

    Caracol silencioso

    Caracol silencioso

    en bsqueda del fuego

    de la red de obsidiana

    donde caen recuerdos

    del minsculo espejo

    garabato del tiempo

    tensa cuerda de luna

    en arpegios despiertos.

    Sombra clara y profundael margen de tu cuerpo.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    6/12

    Columpio

    A caballo en el quicio del mundo

    un soador jugaba al s y al no

    Las lluvias de coloresemigraban al pas de los amores

    Bandadas de flores

    Flores de s

    Flores de no

    Cuchillos en el aire

    que le rasgan las carnes

    forman un puente

    S

    No

    Cabalgaba el soador

    Pjaros arlequines

    cantan el s

    cantan el no

    Continuidad

    Las campanas en flor no se han hecho para los

    senos de oficina

    ni el tallo esbelto de los lpices remata en cliz

    de condescendencia

    La presencia de la muerte

    se hace cristal de roca discreta

    para no estorbar el intenso olor a envidia joven

    que exhalan los impermeables

    Y yo quiero romper a hablar a hablar

    en palabras de nobles agujeros domin del

    destino

    Yo quiero hacer del eterno futuro

    un limpio solo de clarinete con opcin al aplauso

    que salga y entre libremente por mis intersticios

    de amor y de odio

    que se prolongue en el aire y ms all del aire

    con intenso reflejo en jaspe de conciencias

    Ahora que van a caer oblicuamente

    las ltimas escamas de los llantos errantes

    ahora que puedo descorrer la lluvia

    y sorprender el beso tiernsimo de las hojas y el

    buen tiempo

    ahora que las miradas de hembra y macho

    chocan sonoramente y se hacen trizas

    mientras aguzan los rboles sus orejas de lobo

    dejadme salir en busca de mis guantes

    perdidos en un desmayo de cielo acostumbrado

    a mudar de pechera

    La vida es favorable al viento

    y el viento propicio al claro ascendiente de losfrascos de esencia

    y a la iluminacin transversal de mis dedos

    Un lbum de palomas rumoroso a efemrides

    me persuade al empleo selecto de las uas

    bruidas

    Transparencia o reflejo

    el amor diafaniza y viaja sin billete

    de alma a alma o de cuerpo a cuerpo

    segn todas las reglas que la mecnica canta

    Ciertamente las campanas maduras no saben

    que se cierran como los senos de oficinacuando cae el relente

    ni el tallo erguido de los lpices comprende que

    ha llegado el momento de coronarse de gloria

    Pero yo s lo s y porque lo s lo canto

    ardientemente

    Los dioses los dioses miradlos han vuelto sin

    una sola cicatriz en la frente.

    CuadroA Maurice Raynal

    El mantel jirn del cielo

    es mi estandarte

    y el licor del poniente

    da su reflejo al arte

    Yo prefiero el mar cerrado

    y al sol le pongo sordina

    Mi poesa y las manzanas

    hacen la atmsfera ms fina

    En medio la guitarraAmmosla

    Ella recoge el aire circundante

    Es el desnudo nuevo

    venus del siglo o madona sin infante

    Bajo sus cuerdas los ros pasan

    y los pjaros beben el agua sin mancharla

    Despus de ver el cuadro

    la luna es ms precisa

    y la vida ms bella

    El espejo domstico ensaya una sonrisa

    y en un transporte de pasincanta el agua enjaulada en la botella.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    7/12

    El Ciprs De SilosA ngel del Ro

    Enhiesto surtidor de sombra y sueo

    que acongojas el cielo con tu lanza.Chorro que a las estrellas casi alcanza

    devanado a s mismo en loco empeo.

    Mstil de soledad, prodigio isleo,

    flecha de fe, saeta de esperanza.

    Hoy lleg a ti, riberas del Arlanza,

    peregrina al azar, mi alma sin dueo.

    Cuando te vi seero, dulce, firme,

    qu ansiedades sent de diluirme

    y ascender como t, vuelto en cristales,

    como t, negra torre de arduos filos,

    ejemplo de delirios verticales,mudo ciprs en el fervor de Silos.

    En Mitad de un Verso

    Muri en mitad de un verso,

    cantndolo, florecindole,

    y qued el verso abierto, disponible

    para la eternidad,mecido por la brisa,

    la brisa que jams concluye,

    verso sin terminar, poeta eterno.

    Quin muriera as

    al aire de una slaba.

    Y al conocer esa muerte de poeta,

    record otra de mis oraciones.

    Quiero vivir, morir, siempre cantando

    y no quiero saber por qu ni cundo.

    S, en el seno del verso,

    que le concluya y me concluya Dios.

    Esperanza

    Quin dijo que se agotan la curva el oro el

    deseo

    el legtimo sonido de la luna sobre el mrmol

    y el perfecto plisado de los litros

    del cine cuando ejerce su tierno protectorado?

    Registrad mi bolsilloEncontraris en l plumas en virtud de pjaro

    migas en busca de pan dioses apolillados

    palabras de amor eterno sin

    carta de aterrizaje

    y la escondida senda de las olas.

    Giralda

    Giralda en prisma puro de Sevilla,

    nivelada del plomo y de la estrella,

    molde en engaste azul, torre sin mella,

    palma de arquitectura sin semilla.

    Si su espejo la brisa enfrente brilla,

    no te contemples ?ay, Narcisa?, en ella,

    que no se mude esa tu piel doncella,

    toda naranja al sol que se te humilla.

    Al contraluz de luna limonera,tu arista es el bisel, hoja barbera

    que su ms bella vertical depura.

    Resbala el tacto su caricia vana.

    Yo mudjar te quiero y no cristiana.

    Volumen nada ms: base y altura.

    Guitarra

    Habr un silencio verde

    todo hecho de guitarras destrenzadas

    La guitarra es un pozo

    con viento en vez de agua.

    Insomnio

    T y tu desnudo sueo. No lo sabes.

    Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,

    y t, inocente, duermes bajo el cielo.

    T por tu sueo, y por el mar las naves.En crceles de espacio, areas llaves

    te me encierran, recluyen, roban. Hielo,

    cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo

    que alce hasta ti las alas de mis aves.

    Saber que duermes t, cierta, segura

    ?cauce fiel de abandono, lnea pura?,

    tan cerca de mis brazos maniatados.

    Qu pavorosa esclavitud de isleo,

    yo, insomne, loco, en los acantilados,

    las naves por el mar, t por tu sueo.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    8/12

    La Sombra Del NogalHomenaje a Vicente Aleixandre.

    La sombra del nogal es peligrosaTupido en el octubre como bveda

    como cpula inmvil

    nos cobija e invita

    a su caricia fresca

    y van cayendo frutos uno a uno

    torturados cerebros nueces nueces

    Por las noches

    sombra de luna muerta de el nogal

    y van sucidndose una a una

    sus hojas quejumbrosas

    y pies desconocidos invisibleslas huellan las quebrantan las sepultan

    librndolas as

    del torbellino elico

    que azota a lo mortal abandonado

    sobre la haz funesta de la tierra

    impenetrable

    Pero quin pasa quin posa?

    De quin los pies piadosos redentores?

    Las Tres Hermanas

    Estabais las tres hermanas,

    las tres de todos los cuentos,

    las tres en el mirador

    tejiendo encajes y sueos.

    Y yo pas por la calle

    y mir Mis pasos secos

    resonaron olvidados

    en el vesperal silencio.

    La mayor mir curiosa,

    y la mediana riendo

    me mir y te dijo algo

    T bordabas en silencio,

    como si no te importase,

    como si te diese miedo.

    Y despus te levantaste

    y me dijiste un secreto

    en una larga mirada,

    larga, larga Los reflejos

    en las vidrieras borrosas

    desdibujaban tu esbelto

    perfil. Era tu figura

    la flor de un nimbo de ensueo.

    Tres erais, tres, las hermanas

    como en los libros de cuento.

    Letrilla De La Virgen MaraEsperando La Navidad

    Cuando venga, ay, yo no s

    con qu le envolver yo,

    con qu.

    Ay, dmelo t, la luna,

    cuando en tus brazos de hechizo

    tomas al roble macizo

    y le acunas en tu cuna.

    Dmelo, que no lo s,

    con qu le tocar yo,

    con qu.

    Ay, dmelo t, la brisa

    que con tus besos tan leves

    la hoja ms alta remueves,

    peinas la pluma ms lisa.

    Dmelo y no lo dir

    con qu le besar yo,

    con qu.

    Y ahora que me acordaba,

    ngel del Seor, de ti,

    dmelo, pues recib

    tu mensaje: he aqu la esclava.

    S, dmelo, por tu fe,

    con qu le abrazar yo,

    con qu.

    O dmelo t, si no,

    si es que lo sabes, Jos,

    y yo te obedecer,

    que soy una nia yo,

    con qu manos le tendr

    que no se me rompa, no,

    con qu.

    MadrigalA Juan Ramn Jimnez

    Estabas en el agua

    Estabas que yo te vi

    Todas las ciudades

    lloraban por ti

    Las ciudades desnudas

    balando como bestias en manada

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    9/12

    A tu paso

    las palabras eran gestos

    como estos que ahora te ofrezco

    Crean poseerte

    porque saban teclear en tu abanico

    Pero

    No

    T

    no estabas all

    Estabas en el agua

    que yo te vi

    No Verte

    Un da y otro da y otro da.

    No verte.

    Poderte ver, saber que andas tan cerca,

    que es probable el milagro de la suerte.

    No verte.

    Y el corazn y el clculo y la brjula,

    fracasando los tres. No hay quien te acierte.

    No verte.

    Mircoles, jueves, viernes, no encontrarte,

    no respirar, no ser, no merecerte.

    No verte.

    Desesperadamente amar, amarte

    y volver a nacer para quererte.

    No verte.

    S, nacer cada da. Todo es nuevo.

    Nueva eres t, mi vida, t, mi muerte.

    No verte.

    Andar a tientas (y era medioda)

    con temor infinito de romperte.

    No verte.

    Or tu voz, oler tu aroma, sueos,

    ay, espejismos que el desierto invierte.

    No verte.

    Pensar que t me huyes, me deseas,

    querras encontrarte en m, perderte.

    No verte.

    Dos barcos en la mar, ciegas las velas.

    Se besarn maana sus estelas?

    NocturnoA Manuel Machado.

    Estn todas

    Tambin las que se encienden en las noches de

    moda

    Nace del cielo tanto humo

    que ha oxidado mis ojos

    Son sensibles al tacto las estrellas

    No s escribir a mquina sin ellas

    Ellas lo saben todo

    Graduar el mar febril

    y refrescar mi sangre con su nieve infantil

    La noche ha abierto el piano

    y yo las digo adis con la mano

    NubesA Melchor Fernndez Almagro.

    Yo pastor de bulevares

    desataba los bancos

    y sentado en la orilla corriente del paseo

    dejaba divagar mis corderos escolares

    Todo haba cesado

    Mi cuademo

    nica fronda del inviernoy el quiosco bien anclado entre la espuma

    Yo pensaba en los lechos sin rumbo siempre

    frescos

    para fumar mis versos y contar las estrellas

    Yo pensaba en mis nubes

    olas tibias del cielo

    que buscan domicilio sin abatir el vuelo

    Yo pensaba en los pliegues de las maanas

    bellas

    planchadas al revs que mi pauelo

    Pero para volares menester que el sol pendule

    y que gire en la mano nuestra esfera armilar

    Todo es distinto ya

    Mi corazn bailando equivoca a la estrella

    y es tal la fiebre y la electricidad

    que alumbra incandescente la botella

    Ni la torre silvestre

    distribuye los vientos girando lentamente

    ni mis manos ordean las horas recipientes

    Hay que esperar el desfile

    de las borrascas y las profecas

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    10/12

    Hay que esperar que nazca de la luna

    el pjaro mesas

    Todo tiene que llegar

    El oleaje del cine es igual que el del mar

    Los das lejanos cruzan por la pantalla

    Banderas nunca vistas perfuman el espacio

    y el telfono trae ecos de batalla

    Las olas dan la vuelta al mundo

    Ya no hay exploradores del polo y del estrecho

    y de una enfermedad desconocida

    se mueren los turistas

    la gua sobre el pecho

    Las olas dan la vuelta al mundo

    Yo me ira con ellas

    Ellas todo lo han visto

    No retornan jams ni vuelven la cabeza

    almohadas desahuciadas y sandalias de Cristo

    Dejadme recostado eternamente

    Yo fumar mis versos y llevar mis nubes

    por todos los caminos de la tierra y del cielo

    Y cuando vuelva el sol en su caballo blanco

    mi lecho equilibrado alzar al cielo.

    Otra casa aventada

    Tambin aqu me han aventado la casa.

    No me dejaris una siquiera

    de aquellas pocas de mis nacimientos

    para que alguien pueda, al fin, vivirme,

    renacerme,

    despus que yo me muera?

    Cmo saber dnde se nace

    al amor, a la vida?

    Fiebre de incubacin: por ella supe

    que estabas otra vez naciendo.Pero no me obliguis a sealar:

    aqu fue.

    Ya que no me dejis portal y nido,

    respetad mi leyenda.

    Imprecisin, polmica os pido.

    Palabras profticasHomenaje a San Juan de la Cruz

    Arrastrar largamente la cola del desmayo

    sin miedo a una posible rebelin de fragancia

    Dejarse florecer durante el mes de mayo

    de aleles las manos los ojos de distancia

    Perdonar a la lluvia su vocacin profunda

    su amor de las estatuas su modelado egregio

    perdonarla aunque luego sepamos que se

    inunda

    de torsos mutilados el jardn del colegio

    Olvidar los perfumes que lloran los colores

    merecer los escorzos que renuevan el aire

    Dimitir abdicar coronas y esplendores

    corbatas fabulosas perdidas al desgaire

    Porque querido amigo ya todo se compensa

    mis deudas tus jazmines trastornos siderales

    el muerto que se estira el caracol que piensa

    y el ala de la trtola prolongando hospitales.

    Penltima estacin

    He aqu helados, cristalinos,

    sobre el virginal regazo,muertos ya para el abrazo,

    aquellos miembros divinos.

    Huyeron los asesinos.

    Qu soledad sin colores.

    Oh, Madre ma, no llores.

    Cmo lloraba Mara.

    La llaman desde aquel da

    la Virgen de los Dolores.

    Quin fue el escultor que pudo

    dar morbidez al marfil?

    Quin apur su burilen el prodigio desnudo?

    Yo, Madre ma, fui el rudo

    artfice, fui el profano

    que model con mi mano

    ese triunfo de la muerte

    sobre el cual tu piedad vierte

    clidas perlas en vano.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    11/12

    PrimaveraA Melchor Fernndez Almagro.

    Los das nios cantan en mi ventana

    Las casas son todas de papel

    y van y viven las golondrinas

    doblando y desdoblando esquinas

    Violadores de rosas

    Gozadores perpetuos del marfil de las cosas

    Ya tenis aqu el nido

    que en la ms ardua gra se os ha construido

    Y desde l cantaris todos

    en las manos del viento

    Mi vida es un limn

    pero no es amarilla mi cancinLimones y planetas

    en las ramas del sol

    cuntas veces cobijasteis

    la sombra verde de mi amor

    la sombra verde de mi amor

    La primavera nace

    y en su cuerpo de luz la lluvia pace

    El arco iris brota de la crcel

    Y sobre los tejados

    mi mano blanca es un hotel

    para palomas de mi cielo infiel

    ReflejosA Pedro Garfias

    En este ro lcteo

    los navos no suean sobre el lveo

    Como un guante famlicoel da se me escapa de los dedos

    Me voy quedando exhausto

    pero en mi torso canta el mrmol

    Una rueda lejana

    me esconde y me suaviza

    las antiguas palabras

    Cae el lquido frtil de mi estatua

    y los navos cabecean

    amarrados al alba

    RevelacinA Blas Taracena

    Era en Numancia, al tiempo que declina

    la tarde del agosto augusto y lento,

    Numancia del silencio y de la ruina,

    alma de libertad, trono del viento.

    La luz se haca por momentos mina

    de transparencia y desvanecimiento,

    diafanidad de ausencia vespertina,

    esperanza, esperanza del portento.

    Sbito, dnde?, un pjaro sin lira,

    sin rama, sin atril, canta, delira,

    flota en la cima de su fiebre aguda.

    Vivo latir de Dios nos goteaba,

    risa y charla de Dios, libre y desnuda.

    Y el pjaro, sabindolo, cantaba.

    Ro Duero, Ro Duero

    Ro Duero, ro Duero,

    nadie a acompaarte baja,

    nadie se detiene a or

    tu eterna estrofa de agua.

    Indiferente o cobarde

    la ciudad vuelve la espalda.

    No quiere ver en tu espejosu muralla desdentada.

    T, viejo Duero, sonres

    entre tus barbas de plata,

    moliendo con tus romances

    las cosechas mal logradas.

    Y entre los santos de piedra

    y los lamos de magia

    pasas llevando en tus ondas

    palabras de amor, palabras.

    Quin pudiera como t,

    a la vez quieto y en marchacantar siempre el mismo verso

    pero con distinta agua.

    Ro Duero, ro Duero,

    nadie a estar contigo baja,

    ya nadie quiere atender

    tu eterna estrofa olvidada

    sino los enamorados

    que preguntan por sus almas

    y siembran en tus espumas

    palabras de amor, palabras.

  • 8/10/2019 Poemas de Gerardo Diego

    12/12

    Romance del Duero

    Ro Duero, ro Duero,

    nadie a acompaarte baja;

    nadie se detiene a or

    tu eterna estrofa de agua.Indiferente o cobarde,

    la ciudad vuelve la espalda.

    No quiere ver en tu espejo

    su muralla desdentada.

    T, viejo Duero, sonres

    entre tus barbas de plata,

    moliendo con tus romances

    las cosechas mal logradas.

    Y entre los santos de piedra

    y los lamos de magia

    pasas llevando en tus ondaspalabras de amor, palabras.

    Quin pudiera como t,

    a la vez quieto y en marcha,

    cantar siempre el mismo verso

    pero con distinta agua.

    Ro Duero, ro Duero,

    nadie a estar contigo baja,

    ya nadie quiere atender

    tu eterna estrofa olvidada,

    sino los enamorados

    que preguntan por sus almasy siembran en tus espumas

    palabras de amor, palabras.

    Romance del JcarA mi primo Rosendo

    Agua verde, verde, verde,

    agua encantada del Jcar,

    verde del pinar serrano

    que casi te vio en la cunabosques de san sebastianes

    en la serrana oscura,

    que por el costado herido

    resinas de oro rezuman?;

    verde de corpios verdes,

    ojos verdes, verdes lunas,

    de las colmenas, palacios

    menores de la dulzura,

    y verde ?rubor temprano

    que te asoma a las espumas?

    de soar, soar ?tan nia?

    con mediterrneas nupcias.lamos, y cuntos lamos

    se suicidan por tu culpa,

    rompiendo cristales verdes

    de tu verde, verde urna.

    Cuenca, toda de plata,

    quiere en ti verse desnuda,

    y se estira, de puntillas,

    sobre sus treinta columnas.

    No pienses tanto en tus bodas,

    no pienses, agua del Jcar,

    que de tan verde te ailas,te amoratas y te azulas.

    No te pintes ya tan pronto

    colores que no son tuyas.

    Tus labios sabrn a sal,

    tus pechos sabrn a azcar

    cuando de tan verde, verde,

    dnde corpios y lunas,

    pinos, lamos y torres

    y sueos del alto Jcar?

    Silencio

    La voz, la blanca voz que me llamaba

    ya apenas entre sueos la adivino.

    Suena su son anglico

    cada da ms tmido.

    Bajo el agua del lago va enterrndose,

    va hundindose en el fondo del abismo.

    Los aos van tejiendo

    densas capas de limo.

    Ella se esfuerza por romper las ondas,

    por dejar su cristal en mis odos.

    Y yo apenas la escucho

    como un leve suspiro.

    Ms que la voz percibo ya el armnico.

    Ya ms que timbre es vacilante espritu.

    Me ronda, helado, mudo,

    el silencio infinito