pÁginas locales del Área sudamÉrica noroeste... · ción de ser partícipe de las bendiciones...

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Abril de 2015 P1 MENSAJE DEL ÁREA PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE E l apresuramiento de la Obra de Salvación re- quiere trabajo. Trabajo de los líderes para que todos nos sumemos a esta gran ola (como la llamo el Elder Nelson) y también trabajo personal de cada uno de nosotros para sumarnos y salvarnos. 2 Nefi 2:16 nos enseña: “Por lo tanto Dios le concedió al hombre que obrara por sí mismo…” y en 2 Nefi 2:26 “…para actuar por sí mismos, y no para que se actúe sobre ellos” Muchas veces pienso que el principio del trabajo se refiere a mis responsabilidades tempo- rales y materiales. Pero esto es solo porque me olvido de la gran verdad revelada en D y C 29:34 “Por tanto, de cierto os digo que para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal”. Doctrina y Convenios es muy clara: Ninguna ocasión. Aun el mandamiento bien conocido dado a Adán y Eva en el Jardín de Edén “con el sudor de tu rostro comerás el pan…” (Génesis 3:19) encierra este prin- cipio espiritual de que debemos “obrar por noso- tros mismos”. Ya no será posible vivir en la Tierra, y menos aún, volver a Nuestro Hogar Celestial sin ser diligentes en nuestro trabajo espiritual y temporal. ¿Y cuál es la principal materia prima o ele- mento con el que realizamos nuestro trabajo? ¿Qué nos dice el Libro de Mormón al respecto? Alma 34:32 nos dice: “Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para com- parecer ante Dios; si, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra.” Es esta vida, ahora mismo, el tiempo que tenemos para prepararnos para su Segunda Venida. El Presidente Brigham Young nos recuerda: “El tiempo es todo el capital que tenemos en la Tierra…. Si lo emplean debidamente, les incremen- tara su tranquilidad, comodidad y satisfacción.” ¿Cómo estoy usando mi tiempo? ¿Estoy dejando que el Señor me guíe de lunes a lunes, o solo me acuerdo el domingo? El Apresurar la Obra de Salvación Requiere Trabajo Por el élder Joaquín Esteban Costa En un material publicado por la Iglesia para ayudarnos a usar nuestro tiempo sabiamente nos recomienda: 1. Haga una lista de tareas. Cada mañana escriba las tareas por hacer. Ponga nombres de a quién podría servir. 2. Ore. Derrame su corazón al Señor pidiendo guía. Escuche. Escuchar significa estar dispuesto a hacer lo que el Señor nos hace sentir, a pesar de que nos parezca imposible o muy trabajoso. 3. Priorice. Ahora el Señor le estará indicando, cuál es la tarea más importante de su lista. 4. Actúe. Fíjese metas. Trabaje con ahínco. Em- piece con la tarea más importante. 5. Informe. Cada noche, de un informe a Nuestro Padre Celestial. Vuelva a preguntar. Escuche. El élder D. Todd Christofferson también nos recuerda: “Dios ha diseñado esta existencia mortal de modo que nos exija un esfuerzo casi cons- tante.” Me hace mucho bien recordar esto. En mis momentos de debilidad, me pregunto: ¿Cuándo dejaré de tener estas presiones, este estrés? Pero cuando logro estar bajo la influencia del Espíritu Santo, recuerdo quien soy y el propósito detrás de estos esfuerzos. El élder Christofferson sigue enseñándome: “…Mediante el trabajo mantene- mos y enriquecemos la vida: El trabajo edifica y refina el carácter, produce belleza, y es el medio para servirnos unos a otros y a Dios.” “No serás ocioso…” dice D y C 42:42. Significa esto que ¿solo debemos trabajar? Yo creo que no. En el documento La Familia: Una Proclamación para el Mundo se nos promete que los matri- monios y las familias que logran tener éxito se establecen sobre los principios…” del trabajo y de las actividades recreativas edificantes” Siempre Élder Joaquín Esteban Costa

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A b r i l d e 2 0 1 5 P1

M E N S A J E D E L Á R E A

PÁGINAS LOCALES DEL ÁREA SUDAMÉRICA NOROESTE

El apresuramiento de la Obra de Salvación re-quiere trabajo. Trabajo de los líderes para que

todos nos sumemos a esta gran ola (como la llamo el Elder Nelson) y también trabajo personal de cada uno de nosotros para sumarnos y salvarnos.

2 Nefi 2:16 nos enseña: “Por lo tanto Dios le concedió al hombre que obrara por sí mismo…” y en 2 Nefi 2:26 “…para actuar por sí mismos, y no para que se actúe sobre ellos”

Muchas veces pienso que el principio del trabajo se refiere a mis responsabilidades tempo-rales y materiales. Pero esto es solo porque me olvido de la gran verdad revelada en D y C 29:34 “Por tanto, de cierto os digo que para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal”. Doctrina y Convenios es muy clara: Ninguna ocasión.

Aun el mandamiento bien conocido dado a Adán y Eva en el Jardín de Edén “con el sudor de tu rostro comerás el pan…” (Génesis 3:19) encierra este prin-cipio espiritual de que debemos “obrar por noso-tros mismos”. Ya no será posible vivir en la Tierra, y menos aún, volver a Nuestro Hogar Celestial sin ser diligentes en nuestro trabajo espiritual y temporal.

¿Y cuál es la principal materia prima o ele-mento con el que realizamos nuestro trabajo? ¿Qué nos dice el Libro de Mormón al respecto? Alma 34:32 nos dice: “Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para com-parecer ante Dios; si, el día de esta vida es el día en que el hombre debe ejecutar su obra.” Es esta vida, ahora mismo, el tiempo que tenemos para prepararnos para su Segunda Venida.

El Presidente Brigham Young nos recuerda: “El tiempo es todo el capital que tenemos en la Tierra…. Si lo emplean debidamente, les incremen-tara su tranquilidad, comodidad y satisfacción.”

¿Cómo estoy usando mi tiempo? ¿Estoy dejando que el Señor me guíe de lunes a lunes, o solo me acuerdo el domingo?

El Apresurar la Obra de Salvación Requiere TrabajoPor el élder Joaquín Esteban Costa

En un material publicado por la Iglesia para ayudarnos a usar nuestro tiempo sabiamente nos recomienda:

1. Haga una lista de tareas. Cada mañana escriba las tareas por hacer. Ponga nombres de a quién podría servir.

2. Ore. Derrame su corazón al Señor pidiendo guía. Escuche. Escuchar significa estar dispuesto a hacer lo que el Señor nos hace sentir, a pesar de que nos parezca imposible o muy trabajoso.

3. Priorice. Ahora el Señor le estará indicando, cuál es la tarea más importante de su lista.

4. Actúe. Fíjese metas. Trabaje con ahínco. Em-piece con la tarea más importante.

5. Informe. Cada noche, de un informe a Nuestro Padre Celestial. Vuelva a preguntar. Escuche.

El élder D. Todd Christofferson también nos recuerda: “Dios ha diseñado esta existencia mortal de modo que nos exija un esfuerzo casi cons-tante.” Me hace mucho bien recordar esto. En mis momentos de debilidad, me pregunto: ¿Cuándo dejaré de tener estas presiones, este estrés? Pero cuando logro estar bajo la influencia del Espíritu Santo, recuerdo quien soy y el propósito detrás de estos esfuerzos. El élder Christofferson sigue enseñándome: “…Mediante el trabajo mantene-mos y enriquecemos la vida: El trabajo edifica y refina el carácter, produce belleza, y es el medio para servirnos unos a otros y a Dios.”

“No serás ocioso…” dice D y C 42:42. Significa esto que ¿solo debemos trabajar? Yo creo que no. En el documento La Familia: Una Proclamación para el Mundo se nos promete que los matri-monios y las familias que logran tener éxito se establecen sobre los principios…” del trabajo y de las actividades recreativas edificantes” Siempre

Élder Joaquín Esteban Costa

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me llamó la atención y me detuve en esta última frase “actividades recreativas edificantes”. Mi ex-periencia en este punto es que si no le dedicamos preparación y trabajo a planear nuestras activi-dades recreativas, estas actividades no van a ser muy edificantes. Sí, tal vez sean entretenidas, pero cuánto más edificantes serán si esposo y esposa “trabajan diligentemente” para que ese momento, ese uso del tiempo familiar sea más productivo, más divertido y también más cercano a lo que Nuestro Salvador quiere.

El uso del precioso tiempo entre conyugues y en familia requiere de un sano trabajo y esfuerzo cons-tante de todos para hacer de los momentos juntos, momentos memorables y positivos. Nuevamente, el Elder Christofferson nos dice: “Una vida consagrada está llena de trabajo… pero siempre produce me-joras, establece orden, sostiene, eleva, impulsa”. Me atrevo a decir que lo contrario es también cierto: una vida consagrada al ocio, produce problemas, desorden, nos derriba, nos hace caer, nos detiene.

La vida de Jesús es un ejemplo para mí. No sabemos mucho de sus días antes de su bautismo, aunque gracias a la revelación moderna, en D y C 93:12 podemos aprender; “Y yo Juan, vi que no recibió de la plenitud al principio, más recibía de gracia en gracia”. Me imagino al Salvador antes de su vida pública trabajando diligentemente en cosas buenas. ¡Cuánto trabajo, cuanto tiempo bien priorizado nos ofreció el Salvador antes de llegar al momento de la Expiación eterna al final de sus días en la Tierra! Ya en su vida pública en la Tierra, se pueden contar 19 viajes entre Galilea, Judea, Samaria, incluso al norte a Tiro y Sidon. Un simple cálculo usando Google map nos da cientos de kilómetros caminados en los 3 años de trabajo del Salvador.

Nuestra Salvación requiere trabajo. Mi salvación requiere trabajo. D y C 131:6: “Es imposible que el hombre se salve en la ignorancia”. Salir de la igno-rancia requiere trabajo y esfuerzo. Si sigo ocioso sigo ignorante. Si uso mejor mi tiempo, priorizo mis tareas diarias con la guía del Señor y me pre-paro para volver a ver a mi Salvador.

Quiero conocer a Jesucristo mejor. Los mo-mentos en que estuve inmerso en el servicio

pude recibir de su amor. Los días en que puse en práctica los consejos para usar mi tiempo más sabiamente, logre acercarme a Jesús con más pro-fundidad. Sé que El me conoce. Sé que Jesucristo vive. Sé que debo trabajar y esforzarme para conocerlo más. ◼

Miembro de la Iglesia Obtiene ReconocimientoJustino RodriguezEstaca Hipódromo, Barranquilla, Colombia

Nos es grato compartir la noticia que salió en uno de

los periódicos de la ciudad de Barranquilla. Este joven llamado Luis Mendoza del Barrio Costa Hermosa, recibió la beca “Roble Amarillo” de la Universidad del Norte. Un reconocimiento por su gran desempeño en los estu-dios y las buenas calificaciones. Esta beca le permitirá realizar sus estudios en la carrera de ingeniería en una de las univer-sidades más importantes de la

Costa del Caribe Colombiano. Él es aún un joven de 17 años que cada domingo bendice la santa cena, cumpliendo con responsa-bilidad uno de sus deberes en el sacerdocio Aarónico. ◼

Invitamos a aquellos interesados a enviarnos sus artículos sobre su lectura del Libro de Mormón y sobre sus experiencias

con “la obra de salvación”.

Presidencia de Área:Élder Juan A. Uceda, PresidenteÉlder W. Christopher Waddell, Primer ConsejeroÉlder Carlos A. Godoy, Segundo Consejero

Editora: Lucy Torres

Responsable de Edición: Paulo Sánchez

Envíenos noticias o eventos a [email protected]

Las fotos, favor de enviarlas en archivo “jpg” de buena resolución y tamaño.

FUEN

TE: P

ERIÓ

DICO

EL H

ERAL

DO

¿Ha leído hoy?

¿Leerá mañana?

Aunque cumplí la meta de leer el Libro de Mormón en noviembre, escribo estas pala-

bras de agradecimiento en este día, ya que para mí esta es una fecha especial. Siento que en esta ocasión y gracias al impulso desde el área, he aprendido más este año que en otros años en que lo he leído. Esta vez me puse como meta escudriñar las escrituras. Eso me ayudó a enri-quecer mi comprensión de las mismas.

Soy un hombre sellado en el templo y padre de dos hijos que ya poseen el sacerdocio Aarónico. A pesar de las dificultades y pruebas de la vida cotidiana, siento la tranquilidad de la compañía del Espíritu Santo, que me dice cómo actuar. Hoy cumplo 36 años de pertenecer a la Iglesia. Puedo decir que mi familia es pionera de la Iglesia en nuestra ciudad, donde mis padres y mis ocho herma-nos conocimos el evangelio.

Me da una inmensa alegría sentir el gozo y la satisfac-ción de ser partícipe de las bendiciones prometidas para el mejoramiento de nuestra vida, a través de la lectura dia-ria del Libro de Mormón. Sé que la vida de mis hijos y de mi esposa será bendecida en cada momento. Oramos para que nuestros líderes sean bendecidos y que sus familias sean protegidas.

Reconozco la grandeza del Señor, y espero que mu-chos miembros de la Iglesia sientan la felicidad de culmi-nar sus metas, recibir las bendiciones prometidas, tener felicidad en su vida y ser ayudados y consolados por El Espíritu Santo en sus aflicciones.

Les agradezco la oportunidad que me brindan para expresar mis sentimientos. ◼

Mi lectura del Libro de MormónDavid García PérezPresidente Distrito Tuluá, Misión Cali Colombia

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El clóset de la virtudDaniel García PerezDistrito Tuluá, Colombia

El pasado 12 de enero de 2015, se llevó a cabo el evento llamado “CLÓSET DE LA VIRTUD”.

Esta actividad fue organizada por la presidencia de mujeres jóvenes del Distrito de Tuluá, Colombia y presidida por el Presidente Pricoli de la Misión Colombia Cali.

Al visitar las unidades del distrito, detectamos que algunas jóvenes asistían a las reuniones do-minicales de manera informal y sin cumplir las normas de las mujeres jóvenes. En otras ocasiones, algunas no asistían a la Iglesia por no tener la ropa adecuada. De allí surge la idea del “Closet de la virtud”.

La agenda incluyó actividades como: Explicación del programa especial de normas y el reglamento del evento, mensaje de la hermana Pricoli sobre la virtud, el modo de vestir y la apariencia. La asesora de modas, Liliana Guzmán, dictó una charla de ase-soría de imagen, etiqueta y protocolo. Ella se basó en el manual Para la Fortaleza de la Juventud. Habló a las jóvenes en cuanto a la forma de vestir,

tanto para las reuniones dominicales, como para eventos sociales. Hubo un desfile de modas, en el cual desfilaron cinco jovencitas. Ellas lucieron los vestidos que fueron recolectados entre todas las ra-mas de nuestro distrito durante los 6 meses previos a esta actividad. Recogimos en total 80 vestidos de todos los estilos. Los vestidos que no cumplían con las normas de la Iglesia fueron arreglados. A algu-nos vestidos que tenían los hombros descubiertos se les hicieron arreglos con sobrepuestos o chale-cos. De esta manera las jóvenes podrían compren-der la manera correcta de vestir como Santos de los Últimos Días.

A este evento asistieron 180 personas, resal-tando la asistencia de jovencitas menos activas, conversas e investigadoras. Gracias a la organiza-ción del evento, se contó con la participación de cada una de las presidencias de mujeres jóvenes de las ramas del distrito. Cada rama organizó un stand y relataban la historia de las mujeres jóvenes de su rama.

Durante esta actividad se sintió fuertemente la influencia del Espíritu, y se vio reflejada en los rostro de las jóvenes la inmensa felicidad que ellas sentían. Vimos su participación activa con

un espíritu de humildad. Sentimos el gozo de dar y de recibir, y del deber cumplido.

Qué alegría para esta presidencia ver el impacto de esta actividad en las jóvenes, pues las vimos lucir al siguiente domingo los vestidos ob-sequiados de la manera en la cual fueron instruidas.

Agradecemos a la presidencia del distrito Tuluá su apoyo en este evento, y a la presidencia de la mi-sión Colombia Cali por su participa-ción especial. Sabemos que esta es la obra del Señor y estamos dispues-tas a caminar la segunda milla con nuestros semejantes. Sabemos que el Señor vive, nos ama y quiere que todos volvamos a su presencia. En el nombre de Jesucristo, Amén. ◼

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Jóvenes al Rescate de sus AntepasadosNaira Belen ChavezBarrio Las Misiones, Estaca Piray, Santa Cruz, Bolivia

Nuevos Conversos al TemploHermana Alvarez y Hermana CrowMisión Lima Norte, Perú

Soy la secretaria de la organi-zación de las mujeres jóvenes

de mi barrio. Quiero compartir la maravillosa experiencia de la cual fui parte con los hombres y mujeres jóvenes de mi barrio. Ellos rescataron datos de sus antepasados para llevar los nom-bres y realizar la obra vicaria por ellos. Se sintió tan fuerte el deseo de ellos de poder hacerlo, que cada uno se esforzó por llevar no solo uno, sino varios nombres. Después de ello, en una reunión con nuestro obispo, algunos compartieron la felicidad que sintieron al entrar al templo, ya que para algunos era la primera vez. Me encantó estar allí con ellos y sentir el espíritu y testimo-nio que cada joven tiene sobre esta obra. Fue algo tan maravi-lloso que quisiera compartir con los demás. Todos los jóvenes y líderes aprendimos mucho más

sobre la importancia de realizar la obra vicaria por nuestros an-tepasados. Ellos están esperando

por nuestra ayuda. Estoy muy feliz por tener el privilegio de ser parte de esta maravillosa obra. ◼

El 24 de enero tuvimos una experiencia inolvida-ble. Fuimos con 16 nuevos conversos y llevamos

a cabo 49 bautismos en el templo. Estamos extre-madamente felices. Pudimos ver a Nancy y Susana, quienes se bautizaron hace solo un mes, entrar al templo para hacer estas ordenanzas. Sabemos que vamos a ver mucho más conversos entrando al tem-plo y quedándose en la Iglesia. Estamos agradecidas por todos aquellos que nos ayudaron a lograr esta gran experiencia. ◼

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Elevad hacia Mi todo pensamiento, no dudéis, no temáisLorena Tustón DávilaRama El Ejido, Distrito Ibarra, Quito, Ecuador

Como esposa, madre y profe-

sional, estos siete años de casada han sido una lucha en-tre lo que Dios dice y lo que el mundo desea de una mujer profesional. La presión social de aquellos que no conocen el evan-gelio, en ciertas ocasiones, me ha hecho pensar que el dedicar tiempo a mi hogar y a mis hijos, no es la me-jor opción para una mujer profesional como yo.

No olvidaré la experiencia que tuve hace unos años atrás. Recibí una buena oferta de trabajo. En ese momento tenía tres años como miem-bro de la Iglesia, dos años de haber

sido sellada en el Templo y un niño de un año. La oferta de trabajo a pesar de ser bien remunerada, no consideraba mi posición de miembro como la Iglesia ni la prioridad que tenía para mí la familia y los mandamientos de Dios. Después de mucha oración y ayuno, Dios me contesto, haciéndome sentir que aún no era el tiempo de trabajar. A pesar del deseo de desarrollarme profesionalmente,

decidí aceptar la voluntad del Padre y quedarme en mi hogar, con la esperanza de que habría otra oportunidad.

Y fue así, el tiempo de Dios nunca será igual al nuestro. Hace unos días acepté una oferta de tra-bajo que se adaptaba a mis condiciones de esposa y madre de dos hermosos hijos. Mientras los niños estudian en el horario matutino, yo podría utilizar aquel tiempo para mi desarrollo profesional. Todo parecía estar bien. Durante siete años me había preparado tanto por fe como por conocimiento. Me había preparado no solo en el ámbito espiri-tual, sino también, en el ámbito profesional, es-tudiando y mejorando las destrezas y habilidades con las que el Padre me dotó.

De pronto, cinco días antes de empezar a traba-jar, se me informó que el horario se cambiaría a la tarde. Esto era difícil con mi condición de madre y esposa. Nuevamente oré y medité, y aunque mis pensamientos me decían que acepte, mi corazón me decía que no. Efectivamente no acepté. Fue muy difícil, pero no me afecto tanto como aquella primera vez cuando que rechacé dicho trabajo. Estaba tranquila, sentía paz y sabía que todo es-taría bien. Sin embargo, tenía que luchar contra mí misma. En ese esfuerzo por lograrlo, luego de 2 días timbró el teléfono. Me sorprendí cuando descubrí que era para invitarme a trabajar en un horario perfecto para mí, mejor que si lo hubiera planeado.

¡Dios es tan grande! Solo Él conoce los de-seos de nuestro corazón y nuestras intenciones. Estoy muy agradecida por tener la promesa de Doctrina y Convenios 6:36, “Elevad hacia mí todo pensamiento; no dudéis; no temáis.” Ahora sé cómo actúa Nuestro Padre Celestial, como nos ayuda a pulirnos en cada experiencia, si confia-mos en Él. Sé que después de la prueba de fe, viene el milagro. No debemos temer ni dudar. ◼

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Madres e Hijas Trabajando JuntasKasandra MartinezBarrio Rosedal, Estaca Cobija, Cochabamba, Bolivia

Al igual que en todas partes del mundo, las mujeres jóvenes del Barrio Rosedal iniciaron

el trabajo de su Progreso Personal con las metas y proyectos que hay en cada uno de los ocho valores, tal como lo dice el lema “vivan de acuerdo a sus valores”. Este año se invitó a las hermanas de la Sociedad de Socorro a trabajar junto con las jóvenes en su Progreso Personal. El propósito era unir lazos con sus hijas y juntas recordar todos los principios esenciales que enseña este maravilloso programa de la Iglesia.

Después de una hermosa reunión espiritual, se entregaron los reconocimientos a las jóvenes y se dio la bienvenida a la nueva abejita, Michelle Bautista. Luego, se entregaron los cuadernillos de Mi Progreso Personal a las hermanas de la

Sociedad de Socorro del barrio. Las jovencitas, las líderes y hermanas de la Sociedad de Socorro se pusieron la meta de trabajar arduamente en su Progreso Personal, para juntas mantener la mira puesta en el templo.

La presidencia del barrio ven con mucha alegría que las hermanas y jovencitas tengan el deseo de trabajar en el Progreso Personal. Juntas puedan seguir creciendo espiritualmente y recor-dando su naturaleza divina, aferrándose más al evangelio.

Cada una de las jovencitas está muy agradecida por tener este programa en su vida que les ayuda a ser mejores miembros de la Iglesia y de la socie-dad. Esto les permite durante todo el año recordar que son una luz en el mundo. ◼

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Probadme Ahora en EstoEuvel Rodríguez RodríguezPresidente de Estaca Barinas, Venezuela

Pocas veces el Señor nos pide expresamente que le pro-

bemos. Desde joven aprendí a pagar mis diezmos, pero no fue sino hasta que contraje matri-monio que necesite “probar en esto” al Señor. Como la mayoría de los matrimonios jóvenes, mi esposa y yo enfrentamos grandes desafíos económicos al comienzo de nuestra rela-ción. En una ocasión, las cosas se pusieron muy cuesta arriba y nuestros escasos ingresos no fueron suficientes para pagar todas nuestras obligaciones.

Nos encontramos ante la difícil situación de tener que decidir entre pagar nuestros diezmos o nuestras obligaciones finan-cieras. Yo le expliqué a mi esposa que el pago del diezmo es una ley anual y por lo tanto podríamos posponer el pago por unas cuantas semanas. Sin embargo, ella con firmeza y ternura me dijo que el consejo de los líderes es que paguemos los diezmos tan pronto como recibiéramos nuestro salario. Aquella noche no llegamos a un acuerdo claro de los que debíamos hacer. A la mañana si-guiente, encontré que mi esposa había distribuido y engrapado todo el dinero con pequeños papelitos indicando para que lo usaríamos. Algunas cuentas se pagarían luego, pero el diezmo debía pagarse cada semana y sin falta. Fuimos testigos que la pro-mesa hecha a aquella viuda que vivía en Sarepta, aún permanece

para todos aquellos que con fe. “Traigan al alfolí los diezmos y las ofrendas”. Durante esos tiempos difíciles “la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija disminuyó”. Somos testigos que las ventanas de los cielos fueron abiertas y que las bendiciones fueron derramadas hasta ver una gran abundancia. Reconocemos que la salud con que crecieron nuestros hijos, y de la que aún hoy gozan, es la mayor manifestación de estas bendiciones. Aprendimos que el pago de los diezmos y ofrendas no tiene que ver con el dinero, no tiene que ver con la canti-dad que gano, sino más bien, con mi disposición de obedecer al Señor. Aprendimos a con-tribuir de forma generosa con cada renglón de la papeleta de donaciones.

Probamos al Señor al pagar nuestros diezmos y ofrendas y Él nos ha respondido siempre. Ese es mi testimonio y lo dejo en el nombre de Jesucristo, Amen. ◼

Euvel Rodríguez Rodríguez y Neidy Camacho de Rodríguez