PÁGINAS LITERARIAS

EL CINCUENTENARIO DELSURREALISMO ENCANARIAS

y SUSANTECEDENTES

Dibujo de Osear Domínguez

Vivir el surrealismo, en contra de los que creen sólo en la ilusión de la reali­dad, es vivir de verdad. Si tuviese que hablar sobre este llamado estilo, y sobreAgustín Espinosa, debería pasearme entre las butacas, no dar cara al público yproyectar sobre la pantalla de plata a la imagen de sus dioses, los cuadros de suspintores y gritar de vez en cuando algunos de sus poemas. Es largo el camino quehe recorrido desde entonces, el entonces infantil en que lo intuí, y han sidomuchas las veces que lo he escenificado en el aula, ex-aula y en la prensa.

Sobre la pantalla aparecerían las imágenes trucadas de Charles Chaplin /Greta Garbo, los dibujos de Ramón y García Larca, las portadas de Hoja Azul,los cuadros de Juan Ismael, los de su época azul, sobre el signo de Viera, Lanza­rote, Nuevo Mundo, Greguerías, La Rosa de los Vientos, Gaceta de Arte... elmundo se iría ampliando para esos pobres seres que no sueñ.an.

El drago de Oscar Domínguez crecería y crecería en unos dibujitos animadosy la's gentes hojearían un cómic sobre la novela Crimen, de Agustín Espinosa.

Maullaría el gato de Plácido Fleitas y se oiría el grito del pavo de piedra deEduardo Gregario, mientras el alcalde con sombrero de copa recibía los pésamesen el entierro de la sardina del Norte y del Sur con escritura automática y oidor dela Real Audiencia. La Gaceta, la Escuela y el Instituto Pérez Galdós admirába­mos a Néstor pintando una pitasavila del poema de la tierra mientras una graba­ción en off recitaba una sentencia de la Inquisición, versos de Pedro Salinas, y tex­tos de Giménez Caballero, música por la muerte de Tomás y de, Rafael y una cla­se de Agustín sobre el burro a través de la Literatura.

, He comenzado a escribir cuando ya Ubú. Re)' era una pieza vieja, entre dosguerras y es posible que sea el único alumno vivp de aquellos tiempos. Desdeluego no lo son los que lo fueron después de la guerra. Era ya otro mundo, ,aun­que él ya se hizo viejo,.mientras que el sun:ealismo está todavía vivo.

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, ANrONIO DE LA. NUEZ

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El surrealismo es el movimiento li­terario y artístico definido en 1924 porAndré Bretón como la tendencia delartista a expresar pensamientos libresde todo control ejercido por la razón yal margen de toda preocupación estéti­ca y moral.

La difusión del psicoanálisisfreudiano y el interés por el subcons­ciente contribuyeron a la formación ya la aparición del surrealismo, que ha­ce de la plasmación de los procesosoníricos su fundamental objetivo ma­nejando un complicado lenguaje dealusiones y símbolos. Por eso, abun­dan en las obras que siguen esta ten­dencia, imágenes aparentemente ab­surdas y desligadas unas de otras, peroque tienen una conexión lógica a nivelinconsciente, tal como ocurre en el len­guaje de los sueñ.os.

La .,generaclondelsurrealismofrancésy

Canarias

En la generaclOn del surrealismofrancés cabe destacar:

-André Breton, escritor y crítico,autor de los distintos Manifiestos delSurrealismo, que tempranamente apa­rece a la cabeza de todas las manifesta­ciones -artísticas de tipo surrealista quese celebran en Francia.

-Luis Aragón, que fundó la revistaLiteratura en colaboraciÓn con Bretony Soupault, desde la que defendió lassucesivas tendencias artísticas de van­guardia: cubismo, dadaísmo, surrealis­mo.

-Eugenio Grindel; más conocidopor el seudónimo de "Paul Eluard",es autor de República y Poésie et Veri­té. '

-Benjamín Péret, cuya poesía es de

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un acentuado lirismó ácido y desespe­rado, utiliza en su prosa los hallazgosde la "escritura automática". Partici­pó en la Guerra Civil espafiola en elbando republicano.

Estos autores toman contacto conCanarias a través de los islefios que vana París a recoger las últimas tendenciasartístico-culturales en boga.

Oscar Domínguez marchó a Parísen 1927, a los 21 afios de edad. Habíahecho pintura surrealista desde 1929,pero sería en 1934 cuando hace suentrada oficial en el grupo francés. Os­car Domínguez constituye en esa épocael lazo de unión, el nexo entre el am­biente cultural francés y el ambientecultural canario. "Le dragonnier desCanaries", como lo llamara Breton,por sus contactos con el grupo francés,hizo posible la Segunda Exposición In­ternacional del Surrealismo, organiza­da por la revista Gaceta de Arte que sehabía convertido en una de las guíasmás importantes del nuevo arte, conrepercusión en Europa.

En Canarias y fuera de ella,tendrán una gran importancia tresacontecimientos de orden cultural, re­lacionados con el surrealismo:

1. La aparición de la revista Gacetade Arte.

2. La Segunda Exposición Interna­cional del Surrealismo celebrada enTenerife.

3. La redacción y posterior publica­ción del Manifiesto Surrealista de1935.

El primer número de la revista Ga­ceta de Arte, fundada y dirigida porEduardo Westerdahl, aparece el día 1de febrero de 1932. Esta revista intro­duce en el Archipiélago una nuevacorriente: el experimentalismo, cuyosseguidores intentan conciliar todas lastendencias que se daban en este tiempoy en otras latitudes, especialmente elsurrealismo. Gaceta de Arte dedica unnúmero especial a Pablo Picasso y, en1935, organiza una exposición interna­cional de arte surrealista con la presen­cia de André Breton. Aunque no tieneuna línea estética uniforme, el surrea­lismo encuentra en sus páginas el me­jor cauce expresivo.

Hace 50 afios se celebró en Tenerifela primera exposición surrealista de Es­pafia. Más exactamente del 4 al 27 demayo del afio 1935, se abría la SE­GUNDA EXPOSICION INTERNA­CIONAL DEL SURREALISMO en elactualmente desaparecido Ateneo de Plácido Fleitas: GATO 1

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Círculo dé Bellas Artes de Tenerife".De algún modo esta sociedad fue el si­tio primero donde todos los proyectosse confabularon, la tertulia de discu­sión, el espacio habitable de una vo­luntad de crecimiento. Todos estoshombres poseían criterios muy distin­tos en los diversos niveles de las activi­dades del espíritu, pero no es difícil deencontrar unos pocos elementos coin­cidentes que lograran formar esa uni­dad urgente que el nacimiento de la re­vista requería.

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El nacimiento de"Gaceta de Arte"

La publicación de "Gaceta de Ar­te", revista internacional de cultura,comienza a vivir en febrero de 1932,con regularidad mensual, con cuatropáginas y formato de periódico, con sucolor blanco muy desvaído hacia elamarillo, dirigida por Eduardo Wes­terdhal, y sus redactores, FranciscoAguilar, Domingo López Torres, Os­car Pestana Ramos, José Arozena yDomingo Pérez Minik y su secretarioPedro García Cabrera, precio una pe­seta y "expresión contemporánea del

Santa Cruz de Tenerife. Esta exposi­ción constituye, dentro de los aconteci­mientos artísticos más relevantes de laplástica contemporánea, una fijaciónmundial de las actividades del movi­miento surrealista y se sigue recordan­do como uno de los hechos más impor­tantes acaecido en las islas Canarias,que significó una clara ruptura con losanteriores esquemas artísticos y cultu­rales. En ella se expusieron setentacuadros pertenecientes a los máximosrepresentantes del surrealismo interna­cional, entre los que destacan Dalí, Pi­casso, Miró, Max Ernst y el gran pin­tor tinerfeño Oscar Domínguez entreotros.

Oscar Domínguez fue uno de losalicientes más importantes de esta ex­posición, aunque asistieron grandespersonalidades entre las que hay quedestacar la del gran poeta surrealistaAndré Breton que acompañado de Jac­queline, su mujer, y Péret dieron va­rias conferencias.

La exposición fue acompañada deuna gran cantidad de fotos, de libros yrevistas surrealistas.

El Manifiesto Surrealista firmadoen octubre de 1935 por Agustín Espi­nosa, Pedro García Cabrera, EduardoWesterdahl, Domingo Pérez Minik yotros, constituye el documento másimportante que implanta de una mane­ra oficial el surrealismo en España. Pe­ro desafortunadamente este movimien­to se hundió al año siguiente cuandoestalló la Guerra Civil por dos razonesfundamentales:

1. Porque es muy difícil "hacer ar­te" en tiempo de guerra.

2. Porque el Manifiesto Surrealistatomaba posiciones contra la guerra, elfascismo, el arte y la literatura de pro­paganda y los falsos valores del pasa­do.

En el movimiento surrealista cana­rio destacan Emeterio Gutiérrez Albe­lo que, en su obra El enigma del invita­do, alabada por Agustín Espinosa, seentrega plenamente a la nueva escuela,con sus imágenes oníricas y sus extra­ñas ilaciones; Pedro García Cabrera;Juan Ismael González, que posee unadoble vocación, artística y literaria;Domingo López Torres; José María dela Rosa, y Agustín Espinosa, que fueuno de los más fecundos ingenios de laliteratura canaria de la época surrealis­ta y cuya obra Crimen ofrece todas lascaracterísticas de este movimiento.

CARMEN CUBAS

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13 31las PoI maS

Desde esta altura, para alcanzar elsurrealismo se necesitaba dar un gransalto, sufrir un naufragio, anegarse enuna indescriptible catástrofe. Llegadoeste instante los restos de este aconteci­miento podrían aproximarse al auto­matismo psíquico puro de André Bre­tón. No todos los poetas citados proce­dieron de la misma manera.

Agustín Espinosa logra escribir lamás seria novela surrealista de su tiem­po, "Crimen". Domingo López I

Torres se ahinca en este recinto de co­sas con la más procaz ingenuidad, ju­gándoselo todo a una carta, con el má­ximo de riesgos. Pedro García Cabre­ra escribirá los poemas más trágicosde'la conversión y Emeterio GutiérrezAlbelo, como en un cuadro de "Giaco­metti", sabrá unir la alucinación másdisparada con lo maravilloso y sunuevo sueño romántico. Por últimoJosé M~ de la Rosa, el más aséptico delequipo, se dispondrá a establecer unacierta conciliación entre lo abstractomás estudiado y. ¡m desaliño muyentrañable, el más antipreceptivo. Asíhasta Eduardo Westerdhal, un cons­tructor de poemas muy intrincadosentre la metáfora más fulgurante, laplástica informal de grave ruptura y lametafísica de una irrealidad escondida,coloquial e impenetrable. Juan IsmaelGonzález, pintor y lírico con su buenaherencia de "Poeta en Nueva York"bien amarrado al escolasticismo impe­rante de André Bretón y las salidas es­candalosas de Benjamín Peret.

Hay que pensar que la revista esta­ba hecha, mantenía su coherente itine­rario y su cédula de identidad estabamuy clara. Mientras, en el ánimo delos poetas y prosistas, a pesar de su ju­ventud, los treinta años, que llegabanhasta este tiempo nutridos de otroscontenidos, formas y creencias, se fra­guaba una radical revolución, en undesmantelamiento de muchos mitos,los restos de un naufragiQ y al renaci­miento de la euforia le acompaña unapresencia recién descubierta: el surrea­lismo.

LA SITUACION DE LOS POETAS

Ni Pedro García Cabrera, niAguStín Espinosa, ni Domingo LópezTorres, ni Emeterio Gutiérrez Albelo,ni José M~ de la Rosa, el grupo genera­cional más cumplido de esta erupciónlírica, ninguno de ellos sentía el menoraprecio por el "modernismo" ni porlos barroquismos tradicionales a loGóngora, ni por los impresionismosoptimismos, ni por Antonio Machadoo Miguel de Unamuno. Alguno queotro se consideraba cerca de Juan Ra­món Jiménez y su poesía honestamentedesnuda de tiempos pasados. Pero es­tuvieron en los primeros años más cer­ca de Rafael Alberti, García Lorca yPedro Salinas, dentro de la inicial posi­ción lúdica de los hombres del 27, consus nuevas imágenes, sus significadosjuegos y las subversiones personales enlas maneras de entender el mundo, laspalabras, el ritmo, entre la estilizaciónmás rigurosa y los vulgarismos más es­condidos con los refinamientos másincreíbles, y los módulos perdidosentre la abstracción más inocente y lavida más próxima.

tir todo lo que pasaba en España yqueríamos llegar a Madrid después deun recorrido por todas las capitaleseuropeas, muy especialmente a travésdel Arte, la literatura y la conducta.Aspirábamos a que nuestra individualhistoria no se asemejara a las denuestro Iriarte, nacido en el Puerto dela Cruz; O'Donell, el político; NicolásEstévanez, el ministro; Galdós o AngelGuimerá, todos esos canarios que semarcharon definitivamente de su mun­do insular y fueron atrapados por Cas­tilla y Cataluña. La figura de Tenerifeque nos atraía era Viera y Clavija, elinvestigador del siglo XVIII, que llegahasta París, que deja un montón delibros de toda índole, literarios ycientíficos, pero que no aparece en nin­guna historia de España.

La unidad se aglutinó por la con­vergencia política, todos eran socialis­tas democráticos, entre materialistasdialécticos más o menos desviados, hu­manistas o simplemente contestatariosdel medio social en que vivían, de par­tido o no, lo que es indiferente.

Todos también se sentían compro­metido~or el reconocimiento intelec­tual de Europa, ese privilegio, una sin­gular distinción civilizadora, en dondese admitía el puesto conjunto de laUnión Soviética, entendida como unatransformación necesaria que llevaríaa la más auténtica representaciónpolítica popular.

El grupo "Gaceta de Arte" era elúltimo escalón de un itinerario de re­vistas literarias, "La rosa de los vien­tos" y "Cartones" bien fundidas conaquél hormigueo de actitudes poéticasque inundó los postreros años de ladictadura de Primo de Rivera por todala geografía de España. La primeramucho más afinada dentro de las coor­denadas peninsulares, muy afín a lasmutaciones de la generación del 27, Yla segunda muy meti~a en una inéditainterpretación de las Islas Canarias, através de un más exigente valor geográ­fico, con un mayor sentido de losingredientes naturales, desde elhombre a la geología y el mar, hastaaquel momento estropeado por la lite­ratura y el arte regionalistas y una cien­cia falta de rigor.

Hasta este momento, de surrealis­mo, nada. El surrealismo no dejaba deser uno de tantos fenómenos culturaleseuropeos, como la expresión abstracta,la arquitectura funcional o la poesíacreacionista, lúdica, con cualquier pro­vocación inventora. Estos insularesnunca dejaron de ser españoles, aun­que el sentimiento de la mayoría deellos no fuera exactamente igual al deMiguel de Unamuno, Ortega y Gasset,o Manuel Azaña, los posibles maestrosde una "Inte!1igentzia".

En nuestra pretensión europea tancomprometida no dejábamos a nuestropaís detrás, la mentalidad de éste, la delos preclaros, esta palabra tan queridapor el maestro de la "Revista de Occi­dente", todos queríamos una Federa­ción de Estados en este viejo continen­te una ideología muy de la época, queya se acercaba al Mercado Común ac­tual, pero distinta, y radicalmentedesposeída del contenido de la Europade las patrias a lo Carlomagno, LuisXIV, o Napoleón, sin O.T.A.N. natu­ralmente.

"Gaceta de Arte", intentaba reba-

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Retrato de Juan Ismael realizado por Manolo Millares

Cincuentenario del surrealismo en Canarias

XISiempre tú, siempre tú.En las horas de todos los relojes.Toda tú, en el aire que respiro.Toda tú, declarada, sellalada J' evidenteen el aire que me cille.En el impulso que ordena mis pisadas.En el tic-tac de la sangre de mis venas.En la luz del alba al mediodfay de la tarde misma hasta la noche.En la ventana verde de mi cuarto.En el espejo oscuro en que me peino.En la blanca pared y en el techo,ese techo que baja lentamente hasta mi cama.y no poderte matar, mi vida,(¡~'ida mfa! ¡mi vida!) .dulce y amarga en uno.Medida exacta de mi sombra,la sombra misma de mi cuerpo.Catedrática perenne de una lección eternaen el aula deshabitadade mi corazón.

IXComo un loco caballo que contengoa duras penas y en feroz porffava este amor desbocado que te tengo

por tu olvido creciendo cada dfay en /fmites de muerte me sostengocon la vida en un hilo de agonfa.

Suena tu voz como una antigua piezacon las mismas palabras y mi nombreapretando en cintura mi cabeza,

comiéndome el terreno de ser hombre,perdiendo toda /fnea de entereza,perdiendo la emoción que nada asombre.

En el cuarto que estoy todo me dicealgo de ti tan vivo, tan presente,que tu recuerdo el corazón maldice.

Yen el espejo, tu mirada hiriente-espada de la sombra- me prediceque cargaré esta cruz eternamente.

Un sentimiento me clavasu más agudo recuerdo:el aliento de tu boca,la tibieza de tu seno.

Náufrago desesperado)' perdido sin remedioen isla desconocidacon orillas de silencio,siento que olvidado estoyde todos tus pensamientosen tierra no sellaladade tenebroso hemisferio.

El alma se me desprendea la busca de tu encuentro.

Ismael

delPoesías

pintorJuan

III

Donde vive tu nombre,en el mar y la noche,en la luz y en el viento,en la rama del árbol,en la tierra y la piedra.El hueco de tu forma,tu recuerdo que sientocomo grabado en sangre,y la ternura tristeque el corazón no nombra.Te pregona el paisajesobre todas las cosas,la pared de mi cuarto,mi camisa)' mi cuello)' mis abiertos poros,el gesto de tu mano,tu ligera pisada)' tu dulce sonido.

El peso de tu sombraal aire de tu nombre.

I

¡Qué pesadas soledades!¡Qué amargura da tu hueco!¿Dónde tu color)' forma?¿En dónde tu blando acento?¿Dónde tu mirada oscurade una violeta del cielo?

Tu pie de erguida azucenaen mi corazón lo siento.Las caricias de tus manos-palmeras de mi desierto­cillen crueles mi frente,tenazas de duro acero.

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