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Perú: Comentario al perro del hortelano Por Alberto Chirif Hubiera preferido que las reflexiones sobre este tema fuesen parte de una labor colectiva, expresada como pronunciamiento, a partir del análisis conjunto entre organizaciones populares, trabajadores de temas de derechos humanos y ambientales, políticos, estudiantes y humanistas en general. Así lo propuse en más de una oportunidad, pero veo que mi capacidad de convocatoria ha sido escasa. Espero que las presentes observaciones puedan motivar este análisis conjunto. Hace apenas una semana, el Dominical del diario El Comercio publicó un artículo llamado El síndrome del perro del hortelano, escrito por el presidente Alan García. Su contenido es simple y puede ser resumido como una propuesta general de privatización de recursos y paisajes naturales del país, la que, una vez producida, capitalizaría a la gente pobre y, sobre todo, a la rica, que con la seguridad jurídica de la propiedad podría invertir en la generación de empresas productivas. La propuesta no es nueva, ya que hace años fue lanzada por Hernando de Soto en su libro El otro sendero, quien fue tan lejos que incluso privatizó la autoría del texto, debida a dos personas más. También Mario Vargas Llosa fue un defensor de ella durante su campaña electoral a inicio de 1990. La diferencia entre la propuesta de estos personajes y la del presidente no sólo estriba en la mayor radicalidad de esta última, sino, sobre todo, en el hecho de que, hasta donde recuerdo, a ellos no se les ocurrió calificar de perros de hortelanos, ni de comunistas del siglo XIX enmascarados a quienes defienden los derechos de los pueblos indígenas y el manejo sostenible de los recursos. Como se sabe, la biodiversidad es el mayor recurso que tiene el Perú, uno de los 12 países megadiversos del planeta, que los pre-peruanos supieron administrar y desarrollar domesticando especies silvestres de la flora y fauna y creando complejos sistemas agrícolas para zonas que hoy aparecen como pobres y de baja productividad, como las laderas de los cerros y los desiertos de la costa. Esto sin olvidar, por supuesto, las civilizaciones amazónicas, quienes domesticaron otra serie de especies, como la yuca, incluso en su variedad venenosa, para convertirla en alimento benéfico para la gente; o crearon venenos de sabias fórmulas, como el curare y el barbasco, que les permiten cazar y pescar sin contaminar la carne de los animales. Más allá del tono, una de las cuestiones que más sorprende del referido escrito es el cambio en la orientación del pensamiento del presidente Alan García. Si en la segunda parte de su primer gobierno impulsaba la estatización de la banca como la solución para el país, ahora promueve la privatización a rajatabla de los recursos y paisajes naturales. Si antes prometía acabar con los services, que consideraba un mecanismo de explotación a los trabajadores, y abanderaba el crédito cero del Banco Agrario, ahora cuestiona la demagogia que dice: Hay que dar de inmediato todos los derechos a los trabajadores de la microempresa

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Per: Comentario al perro del hortelanoPor Alberto Chirif

Hubiera preferido que las reflexiones sobre este tema fuesen parte de una labor colectiva, expresada como pronunciamiento, a partir del anlisis conjunto entre organizaciones populares, trabajadores de temas de derechos humanos y ambientales, polticos, estudiantes y humanistas en general. As lo propuse en ms de una oportunidad, pero veo que mi capacidad de convocatoria ha sido escasa. Espero que las presentes observaciones puedan motivar este anlisis conjunto.Hace apenas una semana, el Dominical del diario El Comercio public un artculo llamado El sndrome del perro del hortelano, escrito por el presidente Alan Garca. Su contenido es simple y puede ser resumido como una propuesta general de privatizacin de recursos y paisajes naturales del pas, la que, una vez producida, capitalizara a la gente pobre y, sobre todo, a la rica, que con la seguridad jurdica de la propiedad podra invertir en la generacin de empresas productivas.La propuesta no es nueva, ya que hace aos fue lanzada por Hernando de Soto en su libro El otro sendero, quien fue tan lejos que incluso privatiz la autora del texto, debida a dos personas ms. Tambin Mario Vargas Llosa fue un defensor de ella durante su campaa electoral a inicio de 1990.La diferencia entre la propuesta de estos personajes y la del presidente no slo estriba en la mayor radicalidad de esta ltima, sino, sobre todo, en el hecho de que, hasta donde recuerdo, a ellos no se les ocurri calificar de perros de hortelanos, ni de comunistas del siglo XIX enmascarados a quienes defienden los derechos de los pueblos indgenas y el manejo sostenible de los recursos.Como se sabe, la biodiversidad es el mayor recurso que tiene el Per, uno de los 12 pases megadiversos del planeta, que los pre-peruanos supieron administrar y desarrollar domesticando especies silvestres de la flora y fauna y creando complejos sistemas agrcolas para zonas que hoy aparecen como pobres y de baja productividad, como las laderas de los cerros y los desiertos de la costa. Esto sin olvidar, por supuesto, las civilizaciones amaznicas, quienes domesticaron otra serie de especies, como la yuca, incluso en su variedad venenosa, para convertirla en alimento benfico para la gente; o crearon venenos de sabias frmulas, como el curare y el barbasco, que les permiten cazar y pescar sin contaminar la carne de los animales.Ms all del tono, una de las cuestiones que ms sorprende del referido escrito es el cambio en la orientacin del pensamiento del presidente Alan Garca. Si en la segunda parte de su primer gobierno impulsaba la estatizacin de la banca como la solucin para el pas, ahora promueve la privatizacin a rajatabla de los recursos y paisajes naturales. Si antes prometa acabar con los services, que consideraba un mecanismo de explotacin a los trabajadores, y abanderaba el crdito cero del Banco Agrario, ahora cuestiona la demagogia que dice: Hay que dar de inmediato todos los derechos a los trabajadores de la microempresa familiar o informal o hacer que el Estado d salud a todos sin que coticen y les d a todos una pensin mnima sin que hayan aportado. Coincidimos plenamente, seguramente como muchos otros, con la apreciacin del seor presidente que no hay que hacer demagogia al respecto.De acuerdo con la propuesta del presidente, todos los recursos deben ser transables, incluyendo tanto los de dominio pblico como los de dominio privado colectivo, vale decir, las tierras comunales. En realidad estas ltimas ya lo son, en virtud de una ley de Fujimori de 1995, y si las comunidades no han procedido a disolverlas y venderlas es porque se aferran a una opcin propia de vida para manejar y aprovechar sus propios territorios, ya que saben que la alternativa que les deja el sistema es engrosar las masas miserables de la ciudad y del campo, es decir, convertirse en verdaderos integrados al sistema, pero en la nica manera como ste incorpora a la poblacin rural al mercado: como espectadores de la riqueza ajena y, en los mejores casos, como ambulantes y subocupados. La otra razn porque las tierras de todas las comunidades no han sido privatizadas es porque las empresas no las encuentren rentables para sus fines.Afirma el seor presidente que la organizacin comunal fue creada por el virrey Toledo. En realidad lo que l hizo fue dar mayor impulso a las reducciones con la finalidad de liberar tierras y concentrar mano de obra, sobre todo para las minas, pero el ayllu, eje central que ha articulado la organizacin de ellas, no fue creacin suya, sino aporte propio. Por supuesto que a lo largo de los siglos esta organizacin se ha ido readecuando, tanto por imposicin del poder, incluyendo el republicano, como por necesidades de la gente de responder mejor a los nuevos retos.Si no son las tierras comunales el objetivo de la propuesta privatizadora del presidente, cules son los recursos posibles detrs de ella y hacia quin orienta su proclama? Aunque menciona las canteras y calizas denunciadas pero no trabajadas, la privatizacin no va a promover la minera. A las empresas les interesan los minerales y los hidrocarburos, pero no el subsuelo donde stos se encuentran, ya que despus de su agotamiento lo nico que quedar es un suelo deteriorado y contaminado. No obstante, cabe la pregunta de por qu el Estado, hoy conducido por el presidente Alan Garca, no caduca esos denuncios no trabajados, de acuerdo a los procedimientos establecidos por ley, para que puedan ser entregados a otros que postulen a ellos.Quines quedan en la lista? Los madereros y las empresas interesadas en controlar el agua, que no son slo las que la usan para regar tierras de cultivo sino tambin las dedicadas a la produccin y procesamiento de minerales metlicos. Estas ltimas requieren volmenes de agua y, sobre todo, que nadie las moleste con el tema de la contaminacin.La propuesta del seor presidente coincide con un proyecto ley para privatizar suelos con capacidad de uso forestal, dirigida a aqullos que han perdido su cubierta boscosa y a tierras eriazas. De acuerdo al Diccionario de la Academia de la lengua Espaola, eriazo, derivado de erial, es un adjetivo que se aplica a la tierra o campo sin cultivar ni labrar. Claro, en el Per estas caractersticas las cumplen muchas tierras, porque gran parte de ellas, en especial las de la Amazona, no son de vocacin agrcola sino forestal, lo cual no quiere decir que sean siempre tiles para la produccin de madera, porque con una orografa como la del pas, las ms de las veces deben cumplir un papel protector de cuencas y de procesos biolgicos.Hace poco, este mismo ao, se denunciaron varios casos de entrega de concesiones para reforestacin en bosque prstinos, situados principalmente en la frontera con Brasil. Estos sucesos, que ya hacen parte ya del inventario de los fraudes nacionales, dan pie a que formulemos algunas especulaciones sobre aplicaciones posibles de la norma. Por ejemplo, la destruccin de la capa boscosa para luego pedir la propiedad argumentando la intencin de reforestar. Por lo dems, una vez que una empresa acceda a la propiedad de tierras para reforestacin, la ley propuesta no prev ningn mecanismo para controlar el cumplimiento de esta finalidad.Las concesiones es su frmula actual ofrecen garantas ms que suficientes para que las empresas manejen los recursos de manera sostenible y ganen buen dinero, ya que ellas se entregan en extensiones de hasta 40.000 hectreas y por periodos de hasta 40 aos renovables, y renovables de manera indefinida. Esto no es garanta slida para ellas? El problema no es la garanta sino la mentalidad saqueadora de los madereros, quienes, segn seala Antonio Brack, explotan la madera como si se tratara de un recurso no renovable. El ejercicio del dominio sobre los bosques no ha sido ni es ningn problema para los madereros, sin importar que stos se encuentren en tierras comunales, reas naturales protegidas o tierras de cualquier categora bajo dominio del Estado. Con las primeras, hacen contratos leoninos, que adems de mseros pagos, destruyen el bosque, hbitat de animales que la gente consume. Adems, las dejan en deuda frente a SUNAT, porque los miles de pies de madera que se llevan son facturados a nombre de las comunidades, que de esta manera se convierten en primeros contribuyentes, sin haber visto ni el 1% del valor producido. En el caso de las tierras de dominio del Estado, sea cual fuese su categora, los madereros tienen incluso menores costos, que se reduce a una modesta coima o, en ltima instancia, en los pocos casos que la madera ha sido decomisada, a la compra de sta a precio de ganga y con el trasporte desde el lugar de incautacin hasta la ciudad pagado por el Estado. Si despus de todos estos beneficios quieren an la propiedad, no sospechar de otras intenciones es ya un exceso de inocencia.Las comparaciones que hace el seor presidente de la produccin de madera en Chile y Uruguay adolecen de falta de contexto, ya que en se trata de bosques templados y no tropicales, como los del Per, que son sembrados con especies exticas (pino y eucalipto) en tierras agrcolas de gran fertilidad, que en caso del primer pas fueron usurpadas por Pinochet a sus legtimos propietarios, los mapuches, que como indgenas originarios estaban all antes que los Garca y que los Prez, por citar una frase del presidente, dicha en uno de los Rimanaccuy que organizara durante su primer gobierno. Brasil, con ms del 50% de su poblacin en situacin de pobreza, tampoco es un buen ejemplo.En fin, no quiero extender ms estas reflexiones, pero s quiero sealar que la construccin de un pas con economa slida depende de medidas ms complejas que la privatizacin de sus recursos. Hacer que el Estado funcione con eficiencia y honestidad es una de ellas. Cito unos pocos ejemplos. En seis meses el Ministerio del Interior ha sido sacudido por dos escndalos vinculados con una licitacin de patrulleros. Que haya cinco muertos por vacunas de fiebre amarilla distribuidas por el Ministerio de Salud, me hace recordar a Vallejo: Jams, seor ministro de salud, fue la salud ms mortal.El respeto a los derechos de pueblos con organizacin social y econmica diferente a la hegemnica, es otra condicin para construir un pas sano. Tambin, por supuesto, el respeto a su integridad y su vida, sea que se trate de poblacin no contactada (no es no conectada, seor presidente) o contactada.La destruccin del medio ambiente por empresas mineras y de hidrocarburos no es un asunto del siglo pasado, sino muy actual. En el anterior gobierno, un ministro de Energa y Minas seal que el plomo en la sangre de los nios de La Oroya se deba a su costumbre de chupar lpices de colores en la escuela.La medida para reinyectar las aguas de formacin en el subsuelo tiene apenas un ao, y si bien ha sido dada por el Estado, no parti de su voluntad el impulsarla. Por el contrario, sus gestores, el pueblo Achuar y algunas instituciones sensibles al drama de la contaminacin del organismo de la gente y de su medio ambiente, tuvieron que lidiar con el Estado, en condiciones de franca desventaja, para lograr que sea aprobada.

Ms all de la maldicin de los recursosLunes, 19 de agosto de 2013Existe una amplia literatura econmica que habla de una maldicin para quienes poseen abundantes recursos naturales, tales como petrleo, minerales y productos agrcolas: stos tendran un menor crecimiento econmico que quienes no los poseen. A lo que se agrega una acentuacin en la desigualdad en la distribucin del ingreso.Uno de los males consiste en que la abundante entrada de divisas lleva a una sobre oferta de dlares y, por tanto, a un dlar barato. Por lo mismo, los bienes importados bajan de precio, perjudicando a la industria nacional y desincentivando nuevas inversiones. Esta es la enfermedad holandesa, por lo que pas en ese pas cuando se descubrieron grandes yacimientos de petrleo.Otro mal es el rentismo: los gobernantes se acostumbran a recibir facilito los dlares de las actividades extractivas, generando pereza fiscal: disminuye la preocupacin en recaudar los impuestos necesarios (se contentan con lo que tienen). Y estos grandes ingresos generan adiccin: los gobiernos incentivan la entrada continua de inversiones en recursos naturales para mantener el statu quo.Otra caracterstica es que la poca transparencia es el caldo de cultivo de la corrupcin. Esto no solo genera inequidad sino un gran malestar social. Por ello, a principios de este milenio se cre la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas, que rene a gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de transparentar y monitorear los pagos de impuestos que realizan las empresas. El Per es miembro pleno del EITI desde hace dos o tres aos.Sin embargo, hay quienes afirman que la existencia de todos estos males no lleva, necesariamente, a la maldicin. As, Paul Collier, economista de la Universidad de Oxford, dice en su ltimo libro El Planeta Devastado (Oxford University Press, 2010): la maldicin de los recursos naturales est limitada a los pases que tienen una gobernanza dbil. Por gobernanza se entiende un marco institucional que impida las malas prcticas y la pereza fiscal, lo que va de la mano con polticas econmicas y monetarias que, por ejemplo, impidan la apreciacin de la moneda (ah s estamos en falta). Si esto se hace, no habra la tal maldicin. Ms bien, nos debera interesar construir esa buena gobernanza, al mismo tiempo que esas buenas polticas econmicas y monetarias. As de fcil?No, porque incluso la aplicacin de lo sealado se desarrolla en un mbito muy distinto al de los impactos directos e indirectos en el medio ambiente y, tambin, en las poblaciones directamente afectadas. As, por ejemplo, la construccin de una represa en la amazona puede tener buena gobernanza pero muy malos impactos ambientales y sociales. Esta esfera, entonces, necesita una gobernanza ad hoc, como, por ejemplo, la consulta previa a las comunidades originarias y, tambin, la preservacin de la biodiversidad amaznica. El Per est retrocediendo en este terreno.Pero falta ms. La dependencia en la exportacin de unas pocas materias primas genera vulnerabilidad externa. Si disminuyen sus precios, bajarn los ingresos de divisas por exportaciones y, tambin, las utilidades de las empresas (eso reduce el canon minero y provoca las protestas que hoy vemos), lo que reducir los ingresos fiscales: tendremos balanza comercial negativa, dlar al alza y dficit fiscales.Suena conocido? Alguien escuch hablar de vacas ms flacas o menos gordas? Justamente por eso hay que ir ms all de las dos gobernanzas sealadas. Se trata de diversificar la base productiva y las exportaciones para reducir la excesiva dependencia en las materias primas. Es lo que han hecho los pases asiticos, a partir de polticas activas del Estado.Han pasado diez aos con viento a favor (y no se aprovech ese lapso para cobrar un impuesto a las sobreganancias) pero el 75% de las exportaciones del Per sigue siendo materias primas. Se pudo hacer mucho en este periodo, pero se prefiri el facilismo del piloto automtico. Ha sido esta una dcada perdida para reducir la vulnerabilidad? S.No hay, entonces, maldicin inevitable de los recursos naturales. Se necesitan buenas gobernanzas y, tambin, polticas que reduzcan la vulnerabilidad externa e impulsen la transformacin de la base productiva (all se insertan el gasoducto del sur y el polo petroqumico, que saldrn, para las calendas griegas?). De eso carecemos hoy.EL PERRO DEL HORTELANO DE ALANA propsito del artculo de Alan Garcia "El Sndrome del Perro del Hortelano". No se trata del que no come ni deja comer. Como lo cont mi abuelo, refirindose a su padre. Se trata de un perro fiel que cuidaba la huerta de su amo para que no se roben las hortalizas ni se coman las gallinas. Mi bisabuelo meda dos metros y dur casi 100 aos.

La extrema pobreza en el Per, es consecuencia de la ausencia de los espirales de creatividad social. Es simple. Los bienes materiales, impulsan mejores condiciones de vida saludables, y las personas saludables permiten mejores significados y nuevos conocimientos. Estos litmos, a la vez deben permitir mejores bienes materiales. Asi sucesivamene. Estos procesos, muy bien se aplican en pases desarrollados.

Los recursos naturales son parte de nuestros bienes materiales, la gente aprovecha sus beneficios, pero no los utiliza para generar nuevos conocimientos que permitan explotar mejor los nuevos recursos naturales. En un espiral de creatividad, debi existir: las empresas productivas, las escuelas tcnicas y de formacin y, los institutos de investigacin. Si utilizamos inversin que incluye capitales, conocimientos y tecnologia de otros lares y pases, para explotar recuros naturales en una regin nuestra, es obvio que las personas de esa zona, tambien se convierten en recurso natural con respecto a esos capitales y conocimientos. Pues, no son parte de un Espiral de Creatividad, por el contrario, sern vctimas de un Espiral de Corruptividad. Los resultados desastrosos de estos espirales de corruptividad, se ven a montones en todo el pas.

Alan Garca, no comprende la dinmica de la creatividad que impulsa el desarrollo de nuestros pueblos. Tiene una visin global distorsionada, es obvio que se inclina por ser parte de un espiral de creatividad de otros pueblos: el americano, alemn o japons. Ellos tienen los significados y los conocimientos, que si los utilizan para obtener mejores bienes materiales y por ende mejorar la calidad de vida de sus gentes y luego crear nuevos conocimientos. Vamos entendiendo la verdadera falacia que se vende con el "perro del hortelano" de Alan, no del perro fiel que cuida la huerta de su amo.

Veamos al interno del pas noms. Una gran acumulacion de bienes materiales, como en un barrio miraflorino, no es soporte para generar nuevos significados y conocimientos de las gentes que dieron origen con su trabajo a esos bienes materiales. Por lo tanto, no hay conocimientos nuevos para invertir nuevamente en explotar cada vez mejor los recursos naturales. Al no cerrarse el ciclo, los pobladores o familiares que se quedaron en el campo, sea en la campia costea, andina o selvtica, al quedarse sin el recurso, y no tener de retorno nuevos conocimientos y capitales que ellos manejen, aumentarn cada vez mas su pobreza, hasta quedar solamente con sus cuerpos esculidos en condiciones de vida materiales miserables. Es claro, que son los espirales de corruptividad los que nos ha llevado a la miseria de mas de la mitad de peruanos.

El espiral es simple: nuevos conocimientos (Investigacin), formacin masiva en los nuevos conocimientos (Escuelas Tcnicas y Escuelas de Formacin), aplicacin de estos conocimientos (Talleres, Empresas Productivas). Los productos y bienes creados, deben servir como base para seguir buscando nuevos conocimientos. Asi sucesivamente. Pero si la riqueza generada se lleva al exterior o despilfarra, sin invertirla en la creacin de nuevos conocimientos y tampoco en educar a millones de peruanos, asi como en mantenerse saludables; estamos frente a espirales de corruptividad. Eso es precisamente, lo que las polticas del "perro del hortelano" de por siempre vienen logrando, desde la epoca de la conquista espaola. Simplemente ahora, lo que buscan es hacer el espiral de corruptividad mas profundo. Hacer creer a la gente que extrayendo y vendiendo los recursos naturales, mediante inversin extranjera, lograrn su bienestar, niega la verdad que cualquier inversin es parte de un espiral de desarrollo, pero de quin? obviamente de otros pueblos que estn en otros continentes. Es una manipulacin falaz.

Nada es gratis, el desarrollo de los pueblos ser fruto del esfuerzo interno y, los capitales como componente de la inversin, cuando se requieran deben ser producto de nuestra orientacin y nuestros conocimientos. Si el capital viene orientado por conocimientos de otros pueblos, la inversin no es productiva para la gente, sino por el contrario es una inversin corruptiva.

Si el Presidente Alan Garca y sus ministros reflexionan sobre una experiencia sencilla, como producir ellos mismos su alimento diario, hacindose la idea que se encuentran en un lugar donde solamente tienen recursos naturales, se podrn dar cuenta que supervivirn aquellos que tienen los conocimientos para producir los alimentos, y si hacen investigacin, producirn cada vez mejores alimentos, pero si les roban sus alimentos o los despilfarran, sin meditar ni investigar, les sobrevendr la miseria humana. Cuntos peruanos realmente no producen ni siquiera lo que comen, pero si estan muy bien alimentados? Ahora comprendern que el perro del hortelano se anda robando los alimentos de quienes los producen.

Las tareas de los verdaderos gobernantes, de hombres y mujeres de las nuevas generaciones son GENERAR ESPIRALES DE CREATIVIDAD SOCIAL: BIENES MATERIALES DE CALIDAD - PERSONAS SALUDABLES - NUEVOS SIGNIFICADOS Y CONOCIMIENTOS. Asi como, impulsar la INVERSION PRODUCTIVA y no la INVERSION CORRUPTIVA.