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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA Año XXIX, Nº 58. Lima-Hanover, 2do. Semestre de 2003, pp. 131-156 PERLONGHER EL NEOBARROSO Y SUS HOMOSEXUALIDADES ANTI-NEOLIBERALES Christian Gundermann Mount Holyoke College Ya en 1977, la brillante “Carta abierta” a la Junta, de Rodolfo Walsh (un análisis político-económico que le costó la vida a su au- tor), disipó cualquier duda acerca del propósito principal de la dicta- dura militar, a saber, la apertura del mercado nacional al sistema del capital transnacional. Los militares eliminaron a los que se opu- sieron a este cambio estructural, convirtiéndolos en desaparecidos. El ingreso de las grandes empresas transnacionales produjo la des- regularización de los sueldos y la pérdida de control por parte de los obreros sobre la remuneración y las condiciones laborales que ellos habían logrado durante la primera presidencia de Perón 1 . Concomi- tante a la imposición de tal estructura económica fue la intensifica- ción de la “cultura de consumo” 2 . Como base psíquica del mercado (y paralelamente a otras culturas capitalistas tardías), se forjó una intensa cultura mediática del deseo. En cuanto motor de un consu- mo intensificado, el sujeto neoliberal es propulsado por el “mandato” del deseo, o sea, el clásico mandato superegoico burgués de renun- ciar al placer (producto de la cultura decimonónica finisecular) para acumular en vez de consumir, se convierte en un mandato de con- sumir gozando 3 . Es en este sentido que la dictadura, a pesar de su fachada arcaica (por ejemplo, el empleo de discursos tradicionales como el de un cristianismo conservador) es un fenómeno esencial- mente posmoderno. Por cierto, la dictadura misma, desde su facha- da ideológica reaccionaria, persiguió a los homosexuales 4 . Sin em- bargo, dentro de este escenario del deseo como ideología y mandato explícitos en el neoliberalismo, la homosexualidad llega a ocupar una posición emblemática como puro “deseo del deseo” 5 . Se alegoriza así el desanclaje del paradigma de consumo neoliberal respecto de cues- tiones de reproducción material, por la vía de una aparente desvin- culación del deseo homosexual de la materialidad de la reproducción. La ecuación pareciera ser la siguiente: la economía neoliberal, ab- sorbida en la pura especulación bursátil sin sustento en una pro- ductividad industrial, se quiere liberada de la “suciedad” de las lu- chas de clase generadas por el proceso de producción. La homo-

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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA Año XXIX, Nº 58. Lima-Hanover, 2do. Semestre de 2003, pp. 131-156

PERLONGHER EL NEOBARROSO Y SUS HOMOSEXUALIDADES ANTI-NEOLIBERALES

Christian Gundermann Mount Holyoke College

Ya en 1977, la brillante “Carta abierta” a la Junta, de Rodolfo Walsh (un análisis político-económico que le costó la vida a su au-tor), disipó cualquier duda acerca del propósito principal de la dicta-dura militar, a saber, la apertura del mercado nacional al sistema del capital transnacional. Los militares eliminaron a los que se opu-sieron a este cambio estructural, convirtiéndolos en desaparecidos. El ingreso de las grandes empresas transnacionales produjo la des-regularización de los sueldos y la pérdida de control por parte de los obreros sobre la remuneración y las condiciones laborales que ellos habían logrado durante la primera presidencia de Perón1. Concomi-tante a la imposición de tal estructura económica fue la intensifica-ción de la “cultura de consumo”2. Como base psíquica del mercado (y paralelamente a otras culturas capitalistas tardías), se forjó una intensa cultura mediática del deseo. En cuanto motor de un consu-mo intensificado, el sujeto neoliberal es propulsado por el “mandato” del deseo, o sea, el clásico mandato superegoico burgués de renun-ciar al placer (producto de la cultura decimonónica finisecular) para acumular en vez de consumir, se convierte en un mandato de con-sumir gozando3. Es en este sentido que la dictadura, a pesar de su fachada arcaica (por ejemplo, el empleo de discursos tradicionales como el de un cristianismo conservador) es un fenómeno esencial-mente posmoderno. Por cierto, la dictadura misma, desde su facha-da ideológica reaccionaria, persiguió a los homosexuales4. Sin em-bargo, dentro de este escenario del deseo como ideología y mandato explícitos en el neoliberalismo, la homosexualidad llega a ocupar una posición emblemática como puro “deseo del deseo”5. Se alegoriza así el desanclaje del paradigma de consumo neoliberal respecto de cues-tiones de reproducción material, por la vía de una aparente desvin-culación del deseo homosexual de la materialidad de la reproducción. La ecuación pareciera ser la siguiente: la economía neoliberal, ab-sorbida en la pura especulación bursátil sin sustento en una pro-ductividad industrial, se quiere liberada de la “suciedad” de las lu-chas de clase generadas por el proceso de producción. La homo-

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sexualidad (sobre todo masculina), a su vez, es la sexualidad libera-da de la materialidad de un cuerpo ligado a la reproducción; la homo-sexualidad se transforma en símbolo de un deseo que existe y se propaga por sí mismo6. Una de las más contundentes formulaciones de este paradigma se encuentra en la novela policial El tercer cuer-po (1990) de Martín Caparrós. Su trama arranca de un escándalo que irrumpe a fines de los ochenta en torno a un espeluznante acto de corrupción y traición cometido por los militares en complicidad con el sistema financiero durante la Guerra de Malvinas. Al final de la novela, el protagonista detective (Jáuregui) ha encontrando la clave de su investigación sobre el acto de traición: un especulador bursátil que maneja toda la información acerca del caso a partir de una pantalla de computadora y asimismo maneja los personajes in-volucrados en este caso como si fueran meros títeres. La homo-sexualidad de Jáuregui, la cual había quedado más bien implícita o insinuada en el curso de la novela, irrumpe finalmente en una fas-tuosa escena de sexo entre él y el especulador extranjero, coronando así el desenlace sobre el gran negocio detrás de las políticas milita-res, con una alegoría sobre las bases simbólicas de esta economía: una homosexualidad bizantina (el especulador tiene dos esclavos orientales que bañan a los hombres y los masajean durante su acto sexual) desvinculada de toda cuestión social y material7. De hecho, la novela capta la falta de perspectiva futura de este nuevo sistema financiero, y hasta sus dimensiones suicidas, a partir de otro cliché potencialmente prejuicioso: el especulador extranjero dice tener SIDA8. La interrogante que pretendo abordar en este artículo gira en torno de las estrategias de textos que desarrollan formas de resis-tencia melancólica, por un lado, contra la cultura de deseo y consu-mo y, por otro, contra la extraña exclusión del cuerpo concreto que se lleva a cabo en esta cultura neoliberal (a pesar de su constante cosquilleo con el deseo que ciertas formas idealizadas del cuerpo de-ben inspirar). Especialmente me interesa una serie de textos poéti-cos de Néstor Perlongher de fines de los ochenta sobre el deseo homosexual, los cuales dialogan y entran en conflicto directamente con los estudios queer en la academia estadounidense acerca del es-tatus del deseo como supuesta dinámica subversiva y liberadora dentro de las políticas por la liberación homosexual. A partir de los textos de Perlongher, desarrollaré una crítica de las políticas del de-seo, reivindicadas por la mayoría de los teóricos queer en EE.UU., y argüiré que el éxito de estas políticas (canonizadas en la academia norteamericana durante la década del noventa como uno de los pro-ductos más innovadores de su maquinaria teórica) se debe a su co-incidencia con el paradigma económico dominante de los noventa9. Dicho de otra forma, en vez de ser marginales o desafiadoras, estas políticas queer se conforman a la dinámica hegemónica de la cultura neoliberal de los noventa (y con su arraigo en la academia donde los estudios queer son puro “capital”, subiendo la cotización de las es-

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trellas dentro del sistema de la academia de “excelencia”10) e incluso participan de su avance falsamente “globalizador”, es decir, impe-rialista, al presentarse como modelo liberador universal. Perlongher se opuso explícitamente a esta imposición concep-tual y política desde EE.UU. y desarrolló, en su poesía neobarrosa, un modelo de subjetividad homosexual que interrumpe los flujos de-seosos (los cuales se acomodan con la ideología hegemónica neolibe-ral). Esto lo llevó a cabo, primero, a partir de una insistencia temá-tica y formal en las muertes y los cadáveres que asentaron este modelo libidinoso en el Río de la Plata y que siguen vagando en sus aguas barrosas; y, segundo, a partir de la insistencia en prácticas homosexuales que no se conforman con la proyección de una homo-sexualidad integrada al mercado neoliberal. El “barro” rioplatense (contaminado con los vestigios de la desaparición y ejecución de mi-les de opositores políticos) literalmente “enchastra” los logros de un modelo económico que se quiere limpio, liso y llano como el infinito fluir de la metonimia del deseo11. Como será menester demostrar en detalle, el tipo de deseo homosexual que cultivan los textos de Per-longher hace hincapié en el cuerpo en cuanto materialidad cruda y constituye una interrupción metafórica al sistema neoliberal12. Contextualizadas dentro de la historia de la represión militar y el establecimiento del modelo económico neoliberal en la Argentina, mis lecturas de los textos de Perlongher pretenden contribuir a lo que Donald Morton esboza como una teoría homosexual de izquier-da:

my argument is […] that struggle for queer emancipation must be re-connected to questions of the mode of production and class and therefo-re transformative economic change; that “freedom” must be re-understood not as the freedom to fantasize (desire) but as freedom from need; that because of historical circumstances, same-sex relations have now taken their place in liberal Western democracies not as a legitima-te necessity, but as an “alternative lifestyle”–for those who can afford it (Morton 4).

Por cierto, muchos de los intereses del poeta rioplatense se con-centran en aquellas prácticas del éxtasis (ya sea de forma sexual, religiosa o inducida por drogas) que, para Morton, forman parte de una cultura de lo irracional, la cual, desde la perspectiva del marxis-ta ortodoxo, es burguesa y debe ser criticada y superada13. Para di-sipar de antemano cualquier motivo de confusión, Perlongher nunca fue marxista ortodoxo ni tampoco peronista de izquierda, aunque sí insistía en participar en el cauce de los eventos durante los años tumultuosos asociados con la tercera presidencia de Perón, claman-do, por ejemplo, que el Frente de Liberación Homosexual debía asis-tir activamente a la recepción de Perón en Ezeiza el 20 de junio de 197314. Incluso, a principio de los setenta, cuando militaba como trotskista, el poeta cultivaba formas de disidencia que le cerraron el

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camino a la ortodoxia marxista y que produjeron entre el FLH, do-minado por el liderazgo agresivo de la “Rosa Luxemburgo” (nombre de guerra de Perlongher), y las agrupaciones guerrilleras (sobretodo las FAR y Montoneros) aquel intercambio rocoso que Rapisardi y Modarelli apodaron como “diálogo de sordos” (153). Sin embargo, es la obsesión en su obra y vida con la materialidad del cuerpo y de los actos físicos la que posibilita un cuestionamiento del papel del deseo homosexual neoliberal, aunque Perlongher pro-duzca su cuestionamiento desde adentro de las (¿anti?)políticas del deseo. Por un lado, el poeta fue uno de los precursores de los para-digmas pos-estructuralistas, sobre todo del deleuzianismo, del que se dice que fue su orfebre rioplatense15. Al mismo tiempo, sobre todo a partir de sus evocaciones de una “Evita montonera,” a la vez blasfemas y fieles al “‘ala contracultural’ de la generación del 73” (Prosa plebeya 10)16, en las palabras de Ferrer y Baigorria, Per-longher “no quiso sustraerse a una imagen radical de la política, y eso en un ambiente que se consolaba con la suposición de la ‘caída de los grandes relatos de la Modernidad’, corte carré que se estilaba en el ambiente intelectual porteño en la década del 80” (Prólogo, Prosa plebeya 11). Particularmente en su obsesión con el cuerpo de Evita se mani-fiesta la “investidura” problemática del poeta dentro del peronismo. La particularidad con que se reivindica la discursividad fuerte de los setenta en la obra de Perlongher se encuentra precisamente en la manera y la frecuencia con que resurge en ella la figura de Evita. La fundación del Frente de Liberación Homosexual de la Argentina en agosto de 1971 (precedido por el “Grupo Nuestro Mundo” en 1969), en la cual Perlongher desempeñó un papel protagónico, se produjo a raíz de la politización y contestación generalizada que encontró su símbolo más significativo en el Cordobazo del 69. El FLH intentó in-tegrarse con el peronismo de izquierda hacia fines de la dictadura de Lanusse y durante el retorno del peronismo al poder. Los miembros del FLH respaldaron al proceso revolucionario cuyo símbolo capital fue Evita. El eje de la obsesión de Perlongher con la figura de Evita, una obsesión decididamente paródica en el cuento “Evita vive”, pa-reciera replantear el difícil vínculo de las políticas homosexuales con los movimientos revolucionarios nacionales, no su oposición incondi-cional a éstos como la postula el modelo teórico asumido por la aca-demia norteamericana a la hora de la derrota de la nación latinoa-mericana a manos de la globalización neoliberal17. En 1973, Perlongher afirmaba que “la lucha por la libertad sexual no se libra aisladamente sino que se da en el marco de la lu-cha por la liberación nacional y social” (La voluntad II, 106)18. En su artículo “Historia del Frente de Liberación Homosexual de la Argen-tina”, el poeta resume esta “convivencia” (plagada por la homofobia virulenta de la izquierda revolucionaria) y explica el objetivo del FLH como una lucha por “lograr que la izquierda incorporara las reivindi-caciones homosexuales a sus programas” (Prosa plebeya 78). Per-

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longher también deja en claro, refiriéndose a los “Puntos Básicos de Acuerdo”, establecidos por el FLH en estos días, que la agenda polí-tica de la agrupación coincidía plenamente con los objetivos de una revolución socialista: en este documento, “se caracteriza el modo de opresión homosexual ‘heterosexual compulsivo y exclusivo’ vigente como propio del capitalismo y de todo otro sistema autoritario, se llama a la alianza con los ‘movimientos de liberación nacional y so-cial’ y con los grupos feministas” (Prosa plebeya 78). Leída desde el imaginario antinacional homosexual que domina el paradigma queer en los noventa, la caricatura de Eva como prostituta, la descripción de su deseo por un “enorme negro”, pareciera ser exclusivamente un gesto iconoclasta de un “puto” irreverente contra la entronización y canonización de Evita como “santa”, o sea, una de las “chabacaner-ía[s] que lleva a cabo Perlongher” más allá de “cualquier reclamo social” (Freidemberg 155f). El vejamen del homosexual como queer, es decir, como pura desestabilización estructural de cualquier for-mación discursiva; como “fractura propicia” (véase Molloy xi). Tal lectura, sin embargo, no tiene en cuenta ni las declaraciones vitriólicas del poeta contra la contradictoria mezcolanza de políticas identitarias y teorías desconstructivistas del modelo de liberación gay norteamericana; ni tampoco toma en serio la identificación ca-riñosa del hablante con Eva. Resulta indispensable plantear que Perlongher reivindica, en su vuelta recalcitrante a la figura de Evi-ta, la integración de los intereses homosexuales (la identificación con Evita y el deseo de ella por el hombre sexualizado) con el aspec-to proletario y anticanónico que también los Montoneros reclama-ban en su rótulo “Si Evita viviera, sería Montonera”: la vulgaridad de Eva Perón, sus orígenes humildes, su irreverencia para con las clases altas, como golpe bajo contra la expectativa de que la pareja presidencial deba representar las clases oligárquicas y patricias. A diferencia del paradigma norteamericano queer dominante, el mode-lo de liberación homosexual reclamado por Perlongher no permite que se desvincule la liberación homosexual del proyecto revoluciona-rio basado en las reivindicaciones materiales de las clases trabaja-doras19. Las prácticas extáticas que explora el poeta en sus textos, mu-chas de las cuales mantienen viva la euforia generalizada de los ex-perimentos sociales a principios de los setenta (momento inaugural del movimiento de liberación homosexual trotskista en la Argenti-na), no deben necesariamente entrar en conflicto con un proyecto izquierdista anti-neoliberal y materialista, aunque desafíen la racio-nalidad reclamada por la ortodoxia marxista. Se trata, pues, de res-catar algo de la mano del “orfebre” rioplatense de las teorías del de-venir deseoso (y recuérdese que el oficio “áureo” ya implica de por sí una materialidad sucia repudiada por el neoliberalismo). Se trata, entonces, de rescatar un concepto del deseo que no haya sufrido, o que al menos haya sobrevivido, el impacto de la neoliberalización de la (homo)sexualidad; un deseo corporal que se resista contra su in-

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tegración en el pensamiento único y las dinámicas del mercado glo-balizado y su cultura de las sustituciones mercantiles.

Lacan, el paradigma del deseo fundacional, la revolución abortada, el neobarroco

Para Lacan, la inserción del sujeto en el orden simbólico es la operación más básica para la construcción del sentido, o sea, para la posibilidad de que haya cultura. Apoyándose en la teoría de Ja-kobson sobre el principio de la contigüidad que define la metonimia, Lacan conceptualiza la metonimia como resbaladero de un signifi-cante al otro. Asimismo la metonimia representa la expresión es-tructural de la inserción del sujeto en el orden simbólico del lenguaje, ya que significa la posibilidad de todo significante de ser sustituido en una cadena infinita de significantes. La metonimia misma no cruza la barra que existe entre el significante y el significado (Écrits 164). La relación entre significantes (y recuérdese aquí que el símbolo S que Lacan le asigna al sujeto es sinónimo al del significan-te) está vedada del significado, o sea, no cruza al campo del signifi-cado. Si la barra entre significado y significante (la cual es cruzada por la función metafórica) es el efecto de la castración del sujeto, porque le prohíbe al sujeto el acceso al objeto, la erección de la barra (o sea, de la prohibición, de la castración) depende del establecimien-to previo del deseo metonímico: sin que exista deseo, no se lo puede prohibir. No obstante, la construcción del sentido, es decir, de cultura, también depende de una operación metafórica20. El significante “cruza” al campo del significado que le subyace, es decir, significa, mediante la metáfora (Écrits 200). A diferencia de la cadena me-tonímica, que constituye una horizontalidad, la maniobra metafóri-ca se realiza en un movimiento vertical. La metáfora produce senti-do a través de la relación del significante con el significado (verti-calmente), y no a través de la relación del significante con otros sig-nificantes (horizontalmente) como es el caso en la metonimia. Sin embargo, esta operación metafórica es posible solamente debido a una estructura metonímica lógicamente más básica que mantiene la separación entre sujeto/significante y objeto/significado. Para po-sibilitar el sistema de significación metafórica, el sujeto tiene que desear, y deseo es siempre “deseo por otra cosa” (Écrits 167), y, por lo tanto, el constante desplazamiento horizontal en la metonimia. A través de este planteamiento, es decir, al asumir estructuralmente la primacía de la metonimia en el psiquismo, Lacan establece el de-seo –deseo como movimiento de sustitución que nunca alcanza a ningún objeto, porque en el momento mismo en que lo alcanza, ese objeto deja de ser objeto del deseo– como base de la subjetividad misma. El papel fundamental del deseo en el sistema lacaniano se aduce aquí como paradigma de una clase de pensamiento que predomina

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hoy en la academia neoliberal y que forma la base de la contribución a este pensamiento que hicieron los estudios queer21. Desde una perspectiva marxista, el privilegio otorgado por Lacan al deseo (es-tructuralizado como metonimia) representa una ofuscación de la historicidad del deseo y de sus usos políticos (véase Marx 216). De acuerdo a Marx, la primacía del deseo es un producto superestruc-tural, efecto de la acumulación de plusvalía, e históricamente el fenómeno fundacional de la clase burguesa. De acuerdo con Marx, la necesidad material (por ejemplo, el hambre) le es primaria al deseo (por un objeto inalcanzable). De hecho, la cultura burguesa del deseo (el mundo de la mercancía) como superestructura se construye so-bre la base de una falta de cumplimiento de las necesidades básicas de la clase obrera. La clase obrera es explotada, es decir, sus nece-sidades básicas no son cumplidas, con el fin de extraer la plusvalía que está en la base de la cultura de la mercancía. Postular, pues, como lo hace Lacan, que la estructura del deseo tiene una primacía transhistórica sobre la necesidad (abordada en el concepto de la demanda en Lacan, que precede la inserción del sujeto en el orden simbólico y queda, por lo tanto, fuera de la “cultura” y la historia) es ofuscar la producción histórica de una cultura del deseo, basada en la explotación de las clases obreras22. En la era neoliberal, se trata de una intensificación de esta dinámica mercantil, y, asimismo, de una extensión del fetiche de la mercancía al cuerpo humano mismo. Además, la teoría de Lacan implica la absoluta inmutabilidad de es-ta estructura, debido a que el sujeto tendría que dejar de ser sujeto, volverse psicótico, deshacer su inserción en el mismo orden simbóli-co, para cambiar el orden económico que apuntala su construcción como sujeto. Aunque Perlongher siempre fue más deleuziano que lacaniano en sus propias lecturas, he elegido poner su poesía en diálogo con el pensador psicoanalista, considerando la teoría de este último acerca de la primacía del deseo, expresada a través de la oposición entre metonimia y metáfora. Esta manera de proyectar el concepto de una cultura propulsada por el deseo (y, a la vez, este síntoma ide-ológico de un antimaterialismo histórico) es sugerente para enten-der concretamente los movimientos semánticos y sintácticos de la poesía del argentino. Para expresar el procedimiento poético en términos lacanianos, la obsesión con los cadáveres en la escritura de Perlongher pone en marcha una operación metafórica, la cual cruza la barra hacia lo Real, dejando interrumpido el fluir de las contigüidades metonímicas del deseo. La tendencia en la literatura crítica ha sido, a partir del deleuzianismo explícito de Perlongher, de ver en él el practicante del puro rizoma, del flujo des-jerarquizado, o sea, para traducirlo a la terminología lacaniana, de la metonimia. Me propongo mostrar, co-mo diría un deleuziano, que en Perlongher hay tanto árbol y raíz como rizoma23. Es la reinserción de la función metafórica en su len-guaje la que provee la intervención política más interesante, ya que

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obstaculiza y frena los flujos deseosos, flujos que no han sido sino absorbidos por un mercado totalizador. Como queda tajantemente ejemplificado en “Cadáveres” (un poema en que cada verso termina en la frase “Hay cadáveres”), Perlongher se vale muchas veces de los cuerpos muertos para pro-ducir este efecto metafórico. El poeta, sin duda, se inspira en el ba-rroco en cuanto al procedimiento poético (la contaminación de la vi-da, del deseo, por la muerte, el memento mori), una herencia que él transforma conscientemente en “neobarroso” y que se ha comenta-do ampliamente en la literatura crítica24. Sin embargo, y acudiendo a los propios términos usados por Perlongher en relación a su pro-yecto neobarroso, “las auríferas pompas del barroco cubano chapo-teando, al transmigrar, en la lama del estuario” (Perlongher, citado en Freidemberg 155), con su estética “enchastrada” y con su con-taminación del Eros por una muerte particularmente sucia –cuestión que en “Cadáveres” empieza a esbozarse estéticamente-, debe ser replanteada a partir del contexto de la desaparición, como bajo fondo de la obsesión con el cadáver. Así, la obsesión del poeta con la materialidad cruda del cuerpo interviene en el contexto de los estudios queer norteamericanos desde uno de los sitios paradigmáti-cos de producción de la globalización neoliberal: la última dictadura argentina.

Desaparición, deseo y función metafórica

El permanente vagar de los cadáveres en los poemas de Per-longher no se entiende, como insinúa Jorge Panesi, sin tener en cuenta la máquina melancolizante de la desaparición, cuyas vícti-mas nunca recibieron su entierro simbólico (Panesi 49). En este sentido, la poesía de Perlongher contribuye a la elaboración de la fi-gura del desaparecido en el imaginario izquierdista argentino y, des-de mi punto de vista, participa activamente de lo que Nicolás Casu-llo ha denominado necesidad de “navegar” por el inmenso “Leteo” de la reciente historia argentina con el fin de reconstruir la discursivi-dad fuerte de los setenta (“Una historia” 30). La discursividad políti-ca, enterrada en la Argentina tras el terror y la desaparición, resur-ge en la poesía de Perlongher en su reclamo particular de integrar la liberación homosexual con los objetivos de una revolución amplia. Esta dimensión política apuntaría a la exigencia de cambiar las ba-ses de la productividad material y de la distribución de la riqueza en la sociedad. A menudo, este aspecto político de la obsesión de Per-longher con la muerte, los muertos y la materialidad del cuerpo (un cuerpo muerto o en proceso de morirse) se pierde en una literatura crítica que se limita a un análisis de las superficies barrocas y lúdi-cas de la poesía del poeta, sin integrar estas lecturas con el contexto histórico. Freidemberg habla de los “despliegues hipermaterialistas y deliberadamente hurgadores” de su gesto poético (Freidemberg 155), pero luego llega a la conclusión que este gesto, “y en general, el

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de los neobarrocos, tiende a demoler cualquier reclamo social”, re-sumiendo que, por lo tanto, la “actitud de Perlongher no es la de quien cuestiona lo que enseña la historia oficial: se trata de ‘desmon-tar’, desbaratar, a la historia misma en tanto relato y sugerencia de profundidad en el tiempo” (Freidemberg 156). A mi juicio, esta des-cripción es poco diferenciada y posmoderniza la obra de Perlongher indiscriminadamente. Especialmente la insistencia en la función metafórica del lenguaje lo distingue de un tal desmontaje completo de toda posibilidad historiadora. Ya la primera estrofa de “Cadáveres” presenta el paradigma de la contaminación del deseo por la muerte e incluso la irrupción de la función metafórica, aunque esta última surge todavía como mera sugerencia: “Bajo las matas/ En los pajonales/ Sobre los puentes/ En los canales/ Hay cadáveres”. En los dos primeros versos, hay una clara alusión a los territorios de la homosexualidad callejera y, aún más, la imagen de los “pajonales” juega con una segunda signi-ficación, la de las “pajas” que se hacen los transeúntes bajo dichas “matas”25. En un fluir monótono (repitiendo cuatro veces la misma estructura sintáctica: preposición, artículo, sustantivo) se desen-vuelve la metonimia del deseo para luego ser interrumpida por la frase “Hay cadáveres”, la que se repite cincuenta y cinco veces co-mo último verso de cada estrofa a lo largo del poema. En la segunda estrofa, se expanden las asociaciones del flujo metonímico: “la trilla de un tren que nunca se detiene”, “la estela de un barco que naufra-ga”, “una olilla, que se desvanece”. En la cuarta estrofa, el poema nombra el lugar de los cadáveres en una alusión que no parece igno-rante del discurso lacaniano mismo: “En lo preciso de esta ausencia/ En lo que raya esa palabra/ En su divina presencia/ Comandante, en su raya/ Hay cadáveres”. El juego de la rima entre ausen-cia/presencia, un atrevido “fort-da” como lo canonizó el mismo Freud, prepara el camino para la presencia del psicoanálisis en es-tas líneas: la raya que existe en la palabra misma (lo que la raya o escinde), es el lugar de los cadáveres. No es difícil reconocer en esta raya la barra entre significado y significante que postula Lacan pa-ra el funcionamiento del sistema simbólico. Sin embargo, el Coman-dante hace su aparición como para dejar en claro que no se trata de cualquier tipo de cadáver, ni tampoco de cualquier raya. La palabra rayada es tanto la divina, la universal, la que sostiene la Ley del Pa-dre, como la de un Comandante concreto e histórico. Sin que se lo di-ga explícitamente, la raya concreta es la de la locura de la desapari-ción. El procedimiento metonímico en “Cadáveres” es fácilmente re-conocible a nivel de la semántica. Los constantes deslices, por ejemplo, entre los términos terrenales mata, pajonal, paja, cañave-ral, matorra, manea, tropa, campesina, gaucho, guacho, leche de chancho, o, de los términos marítimos canal, estela, barco, olilla, muelle, malecón, pescador, cangrejal, barquillo (para luego conti-nuarse, por una semántica falsa, sugerida por la fonética, hacia el

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barquillero, la garrapiñada, y otra vez hacia la paja “que el barqui-llero se obliga a hacer”), ese fluido deslizar de un término al otro de-ntro de los campos semánticos (un flujo que, a veces, se pasa “de la raya” hasta palabras inventadas como “en el tepado de la que se despelmaza”), flota sobre un trasfondo libidinoso (sostenido por la asociación de estos dos campos, el terrenal y el marítimo, con la homosexualidad) que se ve interrumpido por la frase afirmativa so-bre los cadáveres, la cual cierra cada estrofa. Perlongher lleva el mismo procedimiento de una metonimia del deseo, interrumpida por la metáfora de los cadáveres, al nivel sintáctico, construye una sin-taxis del desliz. La típica estructura de esta sintaxis es el encade-namiento sucesivo de cláusulas relativas (que… que… que) o de fra-ses preposicionales (la… de la… del… de la…) que se extienden poten-cialmente al infinito:

Precisamente ahí, y en esa richa de la que deshilacha, y en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y en el desdén de la que no se diga que no piensa, acaso en la que no se dice que se sepa… Hay cadáveres

Los “cadáveres” realizan su función tajante (enfatizada por la mayúscula con que esta frase hace su aparición cada vez) al cortar la sintaxis “desbordante”, este encadenamiento fluido. En algunas estrofas, la frase queda literalmente truncada: “…modas/pasadas como mejas muertas de las que/ Hay cadáveres”. En la siguiente estrofa, el juego metonímico tiene su correspondiente fonético en la transformación de “fiolo” (lunfardo para proxeneta) en “fiordo” (haciéndole elogio, de paso, al poeta Osvaldo Lamborghini), apro-visionando otra vez al campo semántico marítimo con su funda-mento libidinoso:

Está lleno: en los frasquitos de leche de chanchos con que las campesinas agasajan sus fiolos, en los fiordos de las portuarias y marítimas que se dejan amanecer, como a escondidas, con la bombacha llena; en la humedad de esas bolsitas, bolas, que se apisonan al movimien-to de los de Hay cadáveres

Como en los ejemplos anteriores, esta estrofa también termina con una brusca interrupción de la sintaxis continua de la estrofa por la frase “Hay cadáveres”. Los cadáveres cumplen con una función metafórica según la definición lacaniana, ya que representan el cru-ce simbólico por “la barra” hacia lo Real. Digámoslo claramente:

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“hay cadáveres” es una metáfora, como cualquier intento de verba-lizar el horror del terrorismo de estado. De hecho, no es que los cadáveres de los desaparecidos (enunciados y, por lo tanto, enun-ciables) sean ya de por sí lo Real, sino que su mención verbal consti-tuye una metáfora que puede llegar a apuntar hacia la verdad polí-tica suprimida de esa sociedad (la argentina del 82) al cruzar el len-guaje metafóricamente hacia lo indecible de dicha cultura. Para que la metáfora sea verdadera (para que “traiga” algo del más allá, algo del ser al que el sujeto del lenguaje ha perdido derecho), debe parar el continuo murmullo de las cadenas de la significación. Así la metáfo-ra irrumpe hacia la verdad. Perlongher pone en evidencia en estos versos, hasta a nivel sintáctico, la interrupción que produce el em-pleo de una verdadera metáfora, en el sentido lacaniano, como len-guaje que cruza la barra y crea un sentido nuevo.

Materialidad cruda y los estudios queer neoliberales

En la estrofa de “Cadáveres” en la que se habla de las campesi-nas y los agasajos que ellas les proporcionan a sus “fiolos”, ya se di-buja la relevancia que adquirirá la figura del “enchastre” en el desa-rrollo de este poema, aunque, eso sí, no ocupa un papel tan central como en algunos poemas posteriores. Asimismo, se habla en esta estrofa de “Cadáveres” de “bombachas llenas”, una “plenitud” que provoca la sospecha de que se trata de excrementos en parte, por-que las que llevan las bombachas llenas parecen hacerlo “como a escondidas”. Ante todo se produce una mezcla íntima de posibles actos sexuales –anunciados ya por el término “fiolos” y sostenidos por los términos marítimos (primero “fiordo” como transformación sonora de “fiolo”, luego “portuarias” y “marítimas”), los cuales re-anudan la semántica del deseo homosexual de las primeras estro-fas– y el enchastre de evacuaciones ventrales. La bombacha llena tiene su correspondiente en la “humedad de esas bolsitas”, en “bo-las” que, como si fueran objetos fálicos, “apisonan al movimiento” de algo que se pierde sintácticamente gracias a la interrupción por parte de la metáfora de los cadáveres. La “hipermaterialidad” en Perlongher caracterizada –como se ve aquí en “Cadáveres”– por su obsesión por el cuerpo sucio, con el cuerpo descompuesto, en proceso de putrefacción (como en los va-rios textos sobre Eva Perón), así como la ocurrencia frecuente de quiebres en el flujo metonímico del lenguaje y el “enchastre” de los lenguajes del deseo, son todos elementos que requieren la inserción de la obra del poeta en un contexto de resistencia melancólica co-ntra la des-materialización y, en última instancia, contra la des-historización posmodernas. Digo melancólico, en parte, porque en estas irrupciones y huellas sucias “sobreviven” aquellos que no pu-dieron ser simbolizados como “muertos” porque están desapareci-dos; por otra parte, porque Perlongher trabaja aquí con lo residual de una cultura que, desde la perspectiva hegemónica neoliberal, debe

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desaparecer. En un sentido más específico, los enchastres “neoba-rrosos” del poeta son respuestas a la des-materialización del cuerpo en las nuevas utopías gay que llegan a dominar las sexualidades su-damericanas a partir de los años ochenta26. La obsesión con los cadáveres en la obra de Perlongher (siempre teniendo en cuenta la especificidad del trasfondo histórico argentino de la dictadura, el cual, a su vez, también interactúa de manera compleja con los desarrollos históricos globales), requiere contextua-lizarse en relación al nexo entre el triunfo del modelo neoliberal a ni-vel de la economía global y la liberación homosexual según el modelo identitario/anti-identitario norteamericano. Este, en analogía con el triunfo del neoliberalismo, llega a dominar, e incluso borrar, todo modelo distinto a lo largo de los años ochenta y noventa e imponerse como modelo único y global de liberación. Por primera vez, desde que la homosexualidad se había constituido como identidad hacia fines del siglo XIX, logró el movimiento homosexual la relativa integración social, sobretodo en EE.UU. y Europa Occidental. Este éxito, sin embargo, se debe menos a una supuesta permisividad moral de la sociedad posmoderna y más a los cambios en la concepción de la productividad (en las sociedades avanzadas ya no se produce nada) y a la importancia del consumo en la sociedad neoliberal27. El sujeto posliberal, como ha argüido Slavoj Zizek, es uno cuyo único manda-miento es el goce, base de la sociedad de consumo28. Es en esta co-yuntura que el modelo de liberación gay, basándose en el deseo para establecer su identidad como grupo, ha podido contribuir, e integrar-se, al proyecto mayoritario29. Tal como el sujeto dromológico de Virilio, el sujeto posliberal de Zizek ve perforada su relación con la alteridad. El sujeto gay ocupa una posición protagónica en este desarrollo que, al igual que en la conceptualización de Virilio, apunta a una creciente movilidad e in-tensificación temporal30. El deseo gay neoliberal, al intensificar su velocidad, coincide con un proceso de salirse del enganche y encierro de la subjetividad misma. Un temible proceso de inversión o des-naturalización, incluso des-materialización, en analogía a lo que La-can formuló como primacía del deseo sobre la necesidad física, ha puesto la imagen por encima de lo que ella representa. Virilio teoriza este desarrollo sobre todo como efecto dromológico, producido por la tiranía de los medios masivos de comunicación: “la actual revolución de las transmisiones (interactivas) ocasiona, a su vez, una conmu-tación del medio ambiente urbano, en el que la imagen prevalece so-bre la cosa de la que es imagen” (La velocidad 33f). Como el dinero desanclado, “flotante”, del capitalismo financiero según Jameson (un dinero que ya no es capital de trigo, de carne o de petróleo, por-que borra esta huella de la materialidad)31, la imagen en la sociedad neoliberal se ha independizado y des-materializado. Veamos primero hasta qué punto la teoría queer contemporánea se ha infundido con estos desarrollos, e incluso los reivindica para sus metas “liberacio-nistas” (sobre todo el de la preponderancia de la imagen), para luego

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retornar a los textos de Perlongher, los cuales se proponen como antídotos, reinscribiendo la materialidad que en aquella nueva teoría quedó borrada. A partir de esta materialidad, asimismo, se reinscri-be también una relación con el “otro” en cuanto “otro”, no en cuanto mero reflejo del “yo”. El cinismo con que Perlongher constata la “desaparición de la homosexualidad” (en el momento histórico de su supuesto triunfo político y académico) en el artículo homónimo, se convierte en su poesía en estrategia melancólica de no dejar que ella desaparezca, basándose en una corporalidad que bordea lo necrófilo y que subvierte, a cada momento, el dominio de la imagen limpia, chata, fragmentada y des-materializada. En las reflexiones de Earl Jackson sobre el cine de Pedro Al-modóvar y la pornografía homosexual, el sujeto gay logra “the sus-pension of the primacy of ‘reality’ over ‘artifice’, and the transgres-sive mobility of identifications” (Jackson 42). Uno de los procedi-mientos técnicos que se utiliza para desprender al sujeto de su fondo material y movilizarlo hacia su disolución es la velocidad facilitada por las nuevas tecnologías mediáticas, por lo cual, precisamente, cabe dudar del carácter “transgresivo” de estas identificaciones en un contexto cultural en que esa velocidad se ha vuelto hegemónica. Transgresión acaso deba entenderse, pues, como dinámica van-guardista en vez de subversiva o crítica. Discutiendo la teoría clási-ca del aparato como constituyente de la identidad del espectador, Jackson plantea que el sujeto gay, a diferencia del espectador clási-co (heterosexual) deshace la sutura del cine tradicional: “because gay men identify with the dissolution of their ‘selves’, it is hardly surprising that the corollaries to suture are rather anarchically po-lisemic” (Jackson 141). Una de la técnicas que discute Jackson –una movilización y desestabilización extrema de la posición del es-pectador a favor de su identificación explícita y consciente con el propio aparato cinematográfico en toda su artificialidad– se consti-tuye en la aceleración temporal (de las tomas y del montaje), esce-nificando la supuesta disolución de la coherencia del “yo” homo-sexual32. El resultado es una relación con el otro como idéntico al, o “in-diferente” del, yo; de hecho, la alteridad misma del otro se eclipsa en el goce homosexual, ya que el “yo” se proyecta libremente entre las posiciones de la cámara, el espectador y el protagonista, ocu-pando todas a la vez. El énfasis descomunal que pone Jackson en la imagen mediática para la fundación (la cual, paradójicamente, coin-cide con su propia fundición) de identidades homosexuales hiper-móviles (las cuales pretenden soslayar el encierro identitario me-diante la velocidad y son, por tanto, definidos como identificaciones móviles y no como identidades) recuerda, una vez más, el dicho de Virilio sobre la tiranía de la imagen instantánea (real time) y su vínculo con la vigilancia totalitaria. La paradoja entre fundación y fundición simultáneas de una esencia homosexual (Jackson habla de una identidad en el punto de fuga) representa el tipo de complejo identitario/anti-identitario contra el que Perlongher dirige su cinismo

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melancólico (clamando contra la “desaparición de la homosexuali-dad”), en primer lugar porque esta paradoja se constituye en la eli-minación de un cuerpo concreto a favor de una imagen mediatizada. Aunque Jackson no sea el más ilustre de los teóricos de la nueva academia queer, he reparado en sus planteamientos porque en ellos se condensan muchas de las tendencias más cuestionables a partir de las cuales ésta se hace parte del pensamiento neoliberal33. Es in-teresante que, aunque Jackson nunca lo diga explícitamente, la “movilidad transgresiva” de las identificaciones (bajo la tiranía de la imagen omnipotente, diría Virilio) excluya todo lo táctil. El otro como diferente se elimina a partir de la imagen, cuando la imagen es desde ya definida como reflexión narcisista:

Since the AIDS crisis there has been a marked increase in both solo male masturbation films and videos, and the limitation of sexual prac-tices to masturbation within the audiences. Masturbation as a microso-cial act, and one whose aim is both self-gratification and the sexual stimulation of others, makes autoeroticism intersubjective, and transfi-gures the masturbating man in the opening scene of Law [La ley del deseo de Pedro Almodóvar] into an embodiment of being-for-itself-for-others… (Jackson 175)34.

Este pasaje del texto de Jackson valga como transición para volver a la poesía de Perlongher (sobre todo la publicada en el poemario Hule) la cual se dirige contra la desaparición de la homosexualidad concreta y pre-neoliberal. Mientras Jackson documenta y celebra una forma de homosexualidad que, debido a la preponderancia en ella de la imagen, se constituye como telesexualidad, es decir, una forma “dis-creta” de erotismo que elude todo contacto físico entre los cuerpos35, Perlongher hace evidente su radical desencanto con los desarrollos políticos y culturales (y la hecatombe del SIDA) en los ochenta y principios de los noventa, y, como contrapartida, vierte todo ello en la reivindicación de una sensualidad concreta y táctil. El primer texto de Hule, “Preámbulos barrosos”, un poema en prosa, es un verdadero festín del enchastre, un meterse (de manera táctil: hasta el lenguaje imita el tacto) en lo más hondo de la corpo-ralidad sexualizada. Con virtuosidad sonora y semántica, el poema tantea el límite entre erotismo y asco:

…se rasgaba el satén de las esperas flatulentas, de las borlas de nalga abochornándose en la bombacha de laqué. Bombeé, aspiré el orujo en la estampida tibia, estampilla en estampas de Gobel, lino sudado en la vertiente ácrata del soba, sobar bajo los ábacos la cuenta cristalina de la transpiración, agror marino en el azor marrano delicuesce […] si el olor, olor fiero, olor de macho en la soirée de bolas, algo peludas, infla-madas por la inminencia del ardor, del merdar, del dolor del merdar y ser merdado en la lisura de ese acuario…

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En la era del SIDA, el contacto con la materialidad sexual evo-cada en estas líneas ya no es “posible”; la experimentación con los límites de la subjetividad en medio de esta materialidad (aquí en el contacto oral/genital/anal), celebrada por la revolución sexual que forma uno de los fundamentos del movimiento de liberación homo-sexual en los años sesenta y setenta, parece haber encontrado su punto de decadencia. Sin embargo, esta materialidad en Perlongher es todavía imaginable, cuando en el escenario de Jackson ni siquiera ya se la puede pensar. La sensibilidad física, descrita en este texto poético, se opone en todo sentido a la de la escena masturbatoria estéril que reivindica Jackson como viable y subversiva. El escena-rio de Jackson, para Perlongher, sería parte de la “desaparición” de la homosexualidad, o de la de cualquier sexualidad. En “La desapari-ción de la homosexualidad”, el poeta plantea, en un tono cínico, las posibilidades que ofrecería el condón: “Me arriesgaría a postular que la reacción de gran parte de los homosexuales frente a las campa-ñas de prevención está siendo la de dejar de tener relaciones sexua-les en general, más que la de proceder a una sustitución radical de las antiguas prácticas por otras nuevas ‘seguras’, o sea con forro” (Prosa plebeya 89). Me parece importante este planteamiento para contrariar la idea de que el escenario jacksoniano, con su des-materialización del cuerpo, es la única e inevitable respuesta al im-pacto de la epidemia. Teniendo en cuenta el “forro” de Perlongher, queda claro que esta desmaterialización tiene menos que ver con el SIDA y más con las telesexualidades neoliberales que se inscriben en la homosexualidad como una forma de vanguardia mediática. Sin embargo, hule, obviamente un tema central del poemario homónimo –un material que, además, está íntimamente ligado al del “forro”–, ocupa una posición ambigua en el ideario del poeta. La ma-terialidad misma de la sustancia gomosa, por un lado, ofrece la po-sibilidad de ser erotizada micro-estructuralmente, como es el caso con tantas otras sustancias artificiales como el “nylon”, el “banlon”, el esmalte revlon, las bombachas “laqué”, etc. Después de todo, el hule como una especie de piel artificial representa una de aquellas “lisuras” fluidas que también llevan olores, “mucílagos”, “líquidos rancios” etc. Por otro lado, el hule parece cargar una negatividad profunda que lo asocia con la represión, la tortura, la desaparición y el olvido, como es el caso del poema “El hule”. En “El hule”, se dice que “Ahora desean que el olvido baje sus cortinillas de hule/ (efecto humo) en el pantano”. El siguiente pasaje concretiza el efecto aisla-dor, antiséptico, separador de la sustancia, transformando el hule en emblema de la consabida merma de la esfera pública como “zona de contacto” durante la dictadura y luego en el neoliberalismo. El hule así resurge como agente del olvido, de la represión, del silencio forzado:

…yacencia suspendida, parentear, al paréntesis, la biela, yela la grela el tul, quieren que baje, yo, olvidar,

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el fragmento de prosa, parrafado sudor en el sudario, rastro de ínclita musaraña incli nación Ahora desean que el olvido caiga como flecos de una cortina de hulo, o de humo, sobre el pozo: que no se diga: ni se pregunte: naides ha de andar rondeando

El andar rondeando, en cuanto forma de deambular por los luga-res públicos, está asociado, dentro de la poesía de Perlongher en ge-neral, con las dinámicas metonímicas del deseo, con los flujos deseo-sos, con el rozar de las pieles. En los tres primeros versos, el flujo sonoro de las rimas internas entre “biela”, “yela” y “grela” (las últi-mas dos palabras son neologismos) queda interrumpido –¿efecto de la cortina de hule?– para ceder el paso a un yo, aislado entre comas cual genitales envueltos en goma. Esta asociación sexual no es for-zada, puesto que, en este poema, hasta en un contexto que refiere sin mucha ambigüedad a la tortura a partir del hule (“desperdigados dientes en el hule”)36, resurge la posibilidad de una sexualidad maso-quista (“anos que se recaman en la estaca”), aunque esta lectura se abra sobre todo por el conocimiento previo del lector acerca de tales escenarios de penetración estilizados como eróticos en otros textos del poeta. En todo caso, el aislamiento “huleficado” del yo de estas líneas lleva a una forma de fragmentación, marcando la escritura misma como la que debe olvidarse tras el hule, la cual, finalmente, corta la palabra “inclinación” en dos. ¿La inclinación a la escritura? ¿La inclinación como lo que, hoy por hoy, se llama generalmente “preferencia sexual”? La nación (por lo menos, la del nacionalismo falso de los tortura-dores) emerge de este destrozo de la inclinación del hablante: un na-cimiento violento a partir de su “incli”, que tal vez sea su “ingle” des-trozada. El rondear, actividad callejera, nocturna inclinación homo-sexual en la que figuran prominentemente las ingles de los partíci-pes, queda prohibido u olvidado tras la cortina de hule. El hule, en-carnación del mal, engendra aquí separaciones sintácticas a partir de los dos puntos, un staccato de la dicción castrense que grita órdenes: “que no se diga, ni se pregunte”. Pero aún en un entorno tan dominado por la semántica de la tor-tura, el hule retiene algo de la erótica corporalidad con la que el poemario entero brega detrás de mantas de goma. Las metáforas de las penetraciones del cuerpo al final del poema se deslizan cada vez más ambiguamente hacia el erotismo. El hule en el que se en-cuentran los dientes “desperdigados” (se sugiere que es una especie de mordaza que lleva la víctima durante la tortura eléctrica) se convierte como “el hule les cubría” en “ese chulé del paso ponzoño-so”. Un “chulé”, que contiene ortográficamente el hule y reproduce

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parte de su fonología, es un “duro” (una moneda), pero la asociación del duro se retoma luego desde el imaginario de una penetración (por un objeto “duro”): primero como “yertas que encabritan”, luego se habla de “anos que se recaman en la estaca”, y finalmente se dice que estos anos “renuevan en el torno de ese fierro el repecho del hades”. Claramente, el texto continúa tejiendo su semántica de la tortura. Pero incluso el “repecho del hades” –figura de la muerte si la hay y reflejo de las metáforas de la desaparición y de los vuelos de la muerte que trabó el texto anteriormente (“con camiones de canto rodado apilaron los bultos en la sombra”)– en conexión con la ima-gen de una penetración anal, vuelve a erotizar esta tortura bajo el signo del hule. El hades asoma su “cara” también en cuanto “viento de hades” en otro poema de la colección, “Latex”, un poema que, sin lugar a dudas, retrata un acto sexual. En el contexto de una lectura que traza las formas en que el poe-ta contraría las des-materializaciones de los estudios queer, causa de la “desaparición” de la homosexualidad, el poema “Latex” (otra “reencarnación” del hule) resulta particularmente propicio, ya que en él el poeta encara abiertamente el tema de la imagen mediática que domina el deseo sexual posmoderno. A partir del título “Latex”, el poema describe una penetración anal bajo el signo del SIDA, pero el resultado es diametralmente opuesto al escenario que recomienda el tecnófilo Jackson, el imaginario de una comunidad masturbatoria, cuyas fantasías están mediatizadas por la industria pornográfica.

En el brilloso látex envainada la turgencia plegando espejos riza los vellos que descuellan para no derramar el ronroneo de la sal-pica-dura. Sal pica dura! Porque rasgando el aflojado limo ásperas púrpura iluminas, ciegas emanaciones sulfurosas azu- lan el banlon calloso de la interioridad, si al trueque de los flujos irriga, viento de hades, el sinuoso pachuli de embestida cenagosa, mucílagos toman la sordidez de los murciélagos, índigas supuraciones corren el foco de la foto, tijereteando la película con la canilla del descarne, el chorro de ceniza rancia, raso sobre la losa, rosa pálido. (Latex)

El poema repite e intensifica la estética del enchastre, estilizan-do la irrupción de la muerte en medio del acto sexual. Enchastre aquí es una contaminación con la muerte. La acumulación de imá-genes mortíferas o, en todo caso putrescentes, es agobiante: ciegas

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emanaciones sulfurosas (las cuales también repiten el “sulforoso acuario” del imaginario de la tortura en “El hule”), viento de hades (transposición del “repecho del hades” de “El hule”), índigas supura-ciones (reflejo de los “moretones glaucos”, y de las moscas que “re-zumaban las tres delicuescente goce de tonturas” en “El hule”), cho-rro de ceniza rancia y murciélagos (animal en que se convierten los vampiros, seres que existen en un limbo entre la vida y la muerte). La muerte acecha en cada una de las metáforas que retratan la pe-netración anal en este texto. El latex, o sea, el condón, le otorga un aspecto brilloso a la super-ficie de la “turgencia”, la que, sin embargo, de pronto se contamina en su derrame con la limosidad de su decadencia. La emulsión vi-da/muerte se logra hasta tal punto que la “pica dura” (a la cual, en cuanto símbolo fálico, o “pija dura”, se le opone la muerte) se ahoga en una “salpicadura” tan abarcadora que se requieren guiones para que se distinga la “pica” (dura) de la mojadura que produce. De hecho, el poema se esfuerza por contaminar el carácter fálico de la “pica dura”, nombrando al miembro viril en su pasaje más sobresa-liente en la medida que simultáneamente lo ahoga en el líquido que lo convierte en “aflojado limo”: es decir, entre dos guiones que lo res-paldan como una prótesis en medio de una salpicadura. La embestida del falo en “Latex” es cenagosa, limosa. En cuanto “canilla”, produce un “descarne”. En otras palabras, aunque clara-mente le queda algo de falicidad (una falicidad mortífera, por cierto), las “índigas supuraciones” que produce aquel “descarne” tienen el efecto inusual (para visiones pornográficas, y para representacio-nes falocéntricas) de “correr el foco de la foto”. Más aún, la falicidad del falo –garante del enfoque y de la perspectiva ideal del espectador bajo los regímenes visuales de la cultura occidental– se vuelve co-ntra el mismo medio de la representación, “tijetereando la película” con la misma “canilla del descarne”. En este gesto, el texto de Per-longher, privilegiando “ciegas emanaciones” sobre “el foco de la fo-to”, se dirige contra la hiper-visualidad de la cultura posmoderna (avatar, como se observó más arriba, del sujeto dromológico) y es-pecialmente de la cultura homosexual como la define Jackson. Si bien el texto vive bajo el dominio de la muerte –omnipresente en cuanto contagio y mezclándose, a cada paso, con la herencia mortí-fera de la dictadura–, el poeta reivindica todos aquellos actos eróti-cos que traen de vuelta al cuerpo concreto: el tacto, las secreciones del cuerpo, los olores, hasta los ruidos producidos por el contacto en-tre los cuerpos. Recuérdese una vez más lo que tiene que decir Viri-lio sobre la creciente importancia del cibersexo en la era dromocrá-tica: “Gracias a estas copulaciones de quienes ya no son ‘cónyuges’, la estética de la desaparición se borra a su vez ante la ética de la necesaria desaparición del ‘prójimo’, del esposo, del amante, en favor de ese ‘lejano’ que Nietzsche ayer nos recomendaba amar” (La velo-cidad 137). Es a partir de su estética sucia y táctil que Perlongher contribuye a que el “forro” no sea suplantado “de lejos” por el pre-

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servativo electromagnético37.

A modo de síntesis

En este artículo he intentado esbozar las líneas históricas y polí-ticas que veo como importantes coordenadas para el estudio del len-guaje poético de Perlongher. Dentro de estas coordenadas, me ha parecido importante señalar que la obra de Perlongher, actuando dentro del paradigma de las políticas y estéticas del deseo, desarro-lla formas de resistencia contra la apropiación de estos lenguajes por parte de la ideología hegemónica neoliberal. Sus producciones poéticas asumen una significación específica en cuanto a la historia de la persecución y desaparición de la cultura de izquierda a la que el autor pertenecía, a pesar de su intercalación problemática con la misma debido a su militancia homosexual. La resistencia del poeta contra la formulación de las políticas del deseo en el neoliberalismo tiene relevancia como un aporte al cultivo de una alternativa a los estudios (homo)sexuales dominantes en la academia norteamerica-na, un modelo de estudios que se presenta globalmente como proto-tipo o hasta único modelo a calcar. Perlongher mismo se entendió como contribuyente a este campo teórico. Además, me ha importado señalar la interrelación entre la histo-ria argentina y los cambios políticos y culturales a nivel global. En el caso de la poesía de Perlongher, es especialmente relevante tener en cuenta la posición “vanguardista” que ha ocupado la homosexua-lidad en los últimos veinte años como subjetividad posliberal y dro-mológica. He pretendido demostrar que la obra del poeta argentino produce una resistencia melancólica contra la dromologización del sujeto homosexual.

NOTAS

1. Remito a la discusión de José Nun de los cambios estructurales desde la concepción de un estado benefactor basado en una sociedad del pleno em-pleo en los años cincuenta, una concepción que “iba a empezar a mostrar sus grietas en la década del ’60 y a tambalearse cada vez más con las cri-sis de los años siguientes, que instalaron como datos la desocupación ma-siva y a la fragmentación de la estructura ocupacional” (Nun 993).

2. El emblema de este desarrollo fue el argentino de clase media que viajaba a los grandes shoppings de Miami dos veces al año en plena dictadura mili-tar. En el caso argentino, desde luego, se trata de una cultura de consumo peculiar, puesto que la riqueza argentina se basa en la acumulación de una enorme deuda externa, la cual financió la anestesia de la clase media me-diante la llamada “plata dulce” y conllevó la destrucción intencional de la productividad industrial del país.

3. Véase “Is There a Cause of the Subject” de Zizek, recopilado en la colección Supposing the Subject, editado por Joan Copjek. El investigador esloveno plantea que “In the pos-liberal societies, however, the agency of social re-pression no longer acts in the guise of an internalized law or prohibition

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which requires renunciation and self-control; instead, it assumes the form of a hypnotic agency which imposes the attitude of ‘yielding to temptation’, that is, its injunction amounts to a command: ‘Enjoy yourself!’ An idiotic en-joyment is dictated by the social environs which includes the Anglo-American psychoanalyst, whose main goal is to render the patient capable of ‘normal’, ‘healthy’ pleasures. Society requires us to fall asleep into a hyp-notic trance…” (89f).

4. Ya en 1974, el lopezreguismo prefigura la homofobia virulenta de los mili-tares. De hecho, en su publicación El caudillo se llamaba a la extermina-ción de los homosexuales (véase Rapisardi y Modarelli 158).

5. En Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura, Rapi-sardi y Modarelli explican esta mercantilización dentro de los países anglo-sajones, en los que se prefigura la despolitización del movimiento homo-sexual que luego también ocurrirá en otras partes. Los autores resumen es-te proceso como “una batalla por preservar o crear mercados”, la cual luego se condensa en una “admonición pragmática: ‘Nadie se excitará sexualmen-te de ahora en más en un lugar considerado público, sin tener que pagar por su arrebato, y de eso se ocuparán los empresarios de nuestra revolu-ción” (23).

6. Fue Fredric Jameson en su ensayo “Culture and Finance Capital” quien, basándose en la teoría de Giovanni Arrighi, conceptualizó una tercera eta-pa del capitalismo (subsecuente a la designada de “Imperialismo” por Le-nin): la del capitalismo que se repliega sobre sí mismo, abandonando la producción industrial y produciendo asimismo una segunda abstracción del dinero: “At this point, a third stage begins […]. Speculation, the withdrawal of profits from the home industries, the increasingly feverish search, not so much for new markets (these are also saturated) as for the new kind of pro-fit available in financial transactions themselves and as such– these are the ways in which capitalism now reacts to and compensates for the closing of its productive moment. Capital itself becomes free-floating. It separates from the ‘concrete context’ of its productive geography. Money becomes in a second sense and to a second degree abstract […] Now, like the butterfly stirring within the chrysalis, it separates itself off from that concrete bree-ding ground and prepares to take flight. […] Now this free-floating capital, on its frantic search for more profitable investments will begin to live its life in a new context […] in the form of speculation itself: spectres of value, as Derrida might put it, vying against each other in a vast work-wide disem-bodied phantasmagoria” (The Cultural Turn 141f). Resulta extrañamente sugerente la metáfora de la “mariposa” que emplea Jameson, dado un con-texto en que una determinada forma de homosexualidad (la de un sujeto gay liberado de la (re)productividad social) llega a ocupar la posición de emblema de esta nueva forma de capitalismo.

7. El aspecto problemático de la puesta en escena de la homosexualidad neo-liberal por parte de Caparrós es, desde luego, que la improductividad deca-dente, vinculada con la pulsión de la muerte (SIDA, falta casi suicida de perspectiva futura), la cual describe correctamente la constelación neolibe-ral, se dejaría proyectar, en la lectura de algunos lectores homofóbicos y a partir de los estereotipos culturales sobre la homosexualidad masculina, como esencial a la homosexualidad misma, no a su momento neoliberal.

8. A partir de su concepto de “guerra pura”, Virilio desarrolla la idea de la creación de un Estado absoluto (y mundial), propulsado únicamente por la tecnocracia castrense. La eterna “preparación de la guerra” estrangula la

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sociedad civil, la cual ha caído en un estado de subdesarrollo alarmante. El estado que ha vendido sus ciudadanos a la “guerra pura” (una guerra que ya no precisa de la humanidad) es un Estado suicida (Pure War 170).

9. Mi crítica a los estudios queer como disciplina neoliberal debe una parte de su alcance a las ideas de Donald Morton, explayadas en “Pataphysics of the Closet: Queer Theory as the Art of Imaginary Solutions for Unimaginary Problems”. En cuanto a la transformación del movimiento tanto como de la teoría queer hegemónica en los años noventa, Morton plantea: “While it ori-ginally represented itself as a staunch and implacable enemy of mainstre-am bourgeois life, Queer Theory is now recognized as nothing but an ideolo-gical maneuver to enable the assimilation of queers to mainstream econo-mic practices, which is to say, the assimilation of those on the sexual mar-gins to the free market […] it was nothing but a tool for assimilating queers to the new pos-national capitalist workforce, the kind of workforce required by capitalism in its current global and transnational phase” (Morton 5).

10. Véase en este contexto el libro The University in Ruins, una discusión de la neoliberalización de la academia en los noventa, cuando los debates académicos están cada vez más despojados de contenido y la “visibilidad” de un estudioso depende de capacidades parecidas a las de las estrellas de la industria del entretenimiento. La “cotización” de un investigador acadé-mico como “acción” en el mercado académico, desvinculada de cualquier consideración intelectual, sigue patrones parecidos a los descritos por Ja-meson en el término “free-floating capital”.

11. El verbo transitivo "enchastrar" (con su correspondiente sustantivo mascu-lino "enchastre") significa, en el castellano rioplatense, el acto de ensuciar, manchar o contaminar. En este sentido, posee la connotación de algo caóti-co o desordenado, tal como en la siguiente frase: "Mirá el enchastre que hiciste de tu lindo pantalón nuevo, esta todo pegajoso".

12. Para la teorización de la distinción entre metáfora y metonimia, véase la siguiente seccíon que trabaja directamente con los conceptos establecidos por Lacan.

13. Morton plantea al respecto: “The materialist critique concludes […] that an ‘adult’ subject is one who accepts the conditionality of life (and sees the no-tion of ‘free love’ as the idealist illusion it is) and understands his own ne-eds and desires in relation to those of others; and that the subject of the ‘sublime’ closet (for whom the needs of others is irrelevant) is a narrowly self-interested, pathologized, infantile, self-addicted (eigensüchtig) subject who constantly proposes illusory (pataphysical) solutions to material social problems” (Morton 51).

14. Véase Rapisardi y Modarelli. Según el testimonio del militante homosexual del PC, Héctor Anabitarte, “Perlongher insistió. No éramos peronistas, pero sabíamos que todo en ese entonces pasaba por la izquierda del movimien-to. Era nuestra técnica trotzkista clásica. Apenas llegados a Ezeiza, nos metimos en una columna de la JP” (156f).

15. En su Prólogo a la antología de ensayos de Perlongher, titulada Prosa ple-beya y publicada póstumamente por los compiladores, Christian Ferrer y Osvaldo Baigorria, entre otros, se valen de este término (“orfebre”), un término que se presta para caracterizar al poeta porque combina la finesa del oro con su “enchastre”, connotado en la subversión anal freudiana del metal precioso por los excrementos: “Su guía no fue Freud, tampoco Lacan –mediums porteños– sino Gilles Deleuze, con cuyos conceptos cinceló una orfebrería personal, y es por esa apropiación –y no mimetismo– que su in-

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vestigación sobre la prostitución masculina resalta como un nocturno in-transferible” (Prosa plebeya 9).

16. Otro ejemplo que ilustra el enganche paródico, pero cariñoso, de Perlongher con Evita Perón es la siguiente anécdota: durante las negociaciones inten-sas entre Montoneros y el Frente de Liberación Homosexual, Perlongher funcionó como principal mediador y ofreció su casa como lugar de encuentro. Como recuenta uno de los testimonios en Fiestas, baños y exilios, “Ahí era tanto el ir y venir de los muchachitos, que empezó a llamar a su casa la Fundación Rosita, porque era casi un símil de la de Eva Perón” (Rapisardi y Modarelli 154).

17. Véase la colección de ensayos Hispanisms and Homosexualities, compilado y editado por Silvia Molloy y Robert Irwin. En la introducción de los compila-dores, se plantea el rechazo de la categoría de la nación por parte de los in-tegrantes del proyecto de Molloy y Irwin: “Relations between nationalities and sexualities are uneasy at best; between nationalities and homosexua-lities, they are downright problematic, even personally dangerous, as many of us growing up in Hispanic cultures, came to learn. If, as an academic dis-cipline, Hispanism is suspicious of queer studies, in its larger sense […] it has always been downright unfriendly to queers. […] Several essays in this volume address the vexed intersection of the national and the homosexual in different Hispanic cultures…” (Molloy xii). Los investigadores, por lo tan-to, sugieren que “Hispanism […] was begging, one might say, to be queered. To visit sexual dissidence on it at this point is not an impertinent gesture but a destabilizing move, a propitious fracture” (xi).

18. En una entrevista del año 1973, recopilada en La voluntad, Perlongher afirma que “nosotros consideramos que la lucha por la libertad sexual no se libra aisladamente sino que se da en el marco de la lucha por la liberación nacional y social” (La voluntad II, 106). La homofobia recalcitrante del pe-ronismo, sin embargo, pronto llevó a la quiebra esta alianza deseada por el FLH.

19. Rapisardi y Modarelli también hacen hincapié en que, a diferencia del mo-vimiento gay estadounidense, el FLH insistió en la cercanía a la izquierda revolucionaria (168).

20. Habría que añadir que se trata aquí de estructuras conceptuales, no de se-cuencias temporales, porque, como es sabido, es el pensamiento lacaniano que insiste en la dependencia mutua de las dos funciones, o sea, en el hecho de que el deseo depende de la prohibición.

21. En su crítica de los estudios queer neoliberales, Donald Morton suministra una lectura más amplia de lo que llama “post-al theory”. Según el teórico, toda la teoría burguesa a partir del romanticismo y Nietzsche peca de esta ofuscación entre necesidad y deseo: “I call attention to the manner in which various contemporary theorists foreground the concept of ‘desire’ to the ex-clusion of the concept ‘need’ […] When, for example, Deleuze and Guattari write that ‘Desire is not bolstered by needs, but rather the contrary; needs are derived from desire: they are counterproducts within the real that desi-re produces’, the politics of this move is to deconstruct Marx, who prioritizes need over desire. […] When the anti- and post-Marxist revisionists or left queer theorists argue that there is a ‘dialectical’ relation between need and desire, their notion of the ‘dialectical’ is identical with the notion of the ‘dif-ferential’ in the Derridean sense – there is no way to argue for a determina-te relation between need and desire. […] The queer left’s slogan about the

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dialectical relation of need and desire is, in short, an ideological ruse, a mo-ve to make any questioning of desire impossible” (Morton 6f).

22. En el cuarto seminario sobre las relaciones de objeto, Lacan elabora su con-cepto de “demanda” (“apel”) como vocalización de la “necesidad” (“besoin”) biológica (el hambre). La demanda constituye un tipo de precursor al deseo (“désir”). Lo que le falta, sin embargo, son las dimensiones de exceso o de-masía que caracterizan al deseo. Esto remite a la inserción del sujeto en el orden simbólico y a su vinculación con la producción de “plusvalía”. La de-manda se dirige siempre hacia algo alcanzable (por ejemplo, comida), el de-seo hacia algo inalcanzable, produciendo un exceso, una demasía (véase Le séminaire IV 182ff).

23. Christian Ferrer llamó la atención acerca de la importancia del pensamien-to de Deleuze en Perlongher. En “Escamas de un ensayista”, plantea lo si-guiente al respecto: “Si puede afirmarse que el deleuzismo es en este país algo más que otra fantasía francesa es porque en Perlongher encontró un orfebre” (183). Un ensayo central para entender el enganche del poeta con Deleuze es “Los devenires minoritarios” (Prosa plebeya 65).

24. Véanse, por ejemplo, los ensayos “Un fervor neobarroco”, de Roberto Eche-varren, “Imperar sobre el polvo”, de María Gabriela Mizraje y “Detritus”, de Jorge Panesi, todos reunidos en la colección Lúmpenes Peregrinaciones.

25. La homosexualidad callejera constituye uno de los ejes de los intereses del poeta. Además de dedicarse a la poesía, Perlongher también se recibió de antropólogo en la Universidad de San Pablo (Brasil). Su ensayo extenso y más conocido, basado en su tesis doctoral, explora la prostitución masculi-na en San Pablo (“O negocio do miché: Prostituição viril em São Paulo”).

26. En el artículo “La desaparición de la homosexualidad”, escrito en 1991, Perlongher pone en evidencia una especie de cinismo melancólico respecto de los más recientes desarrollos culturales en torno a la homosexualidad, los cuales la han sacado de la marginalidad creativa que ha nutrido su propia obra y la han puesto en el centro de la nueva sociedad neoliberal. La homosexualidad del tipo que se impone desde EE.UU., según el poeta, es “la de los gays a la moda norteamericana, de erguidos bigotitos hirsutos, desplomándose en su condición de paradigma individualista en el más ab-yecto tedio (un reemplazo del matrimonio normal que consigue la proeza de ser más aburrido que éste) […]. La homosexualidad se vacía de adentro hacia afuera, como un forro” (Prosa plebeya 88f).

27. Obviamente, se trata de generalizaciones o exageraciones cuando se dice que en las sociedades avanzadas ya “no se produce nada”. En términos económicos reales, el cuadro es bien más complejo, ya que, por sólo dar un ejemplo, parte del Tercer Mundo ha sido “importada” a las naciones metro-politanas mediante enormes flujos de inmigración. Sin embargo, hay una tendencia de lo que Jameson llama “finance capitalism” a concentrarse en las naciones “centrales”. Además, al hablar de la posición de la homosexua-lidad respecto del nuevo imaginario cultural neoliberal, me refiero a repre-sentaciones simbólicas de la economía. A nivel simbólico, la importancia de la productividad (simbolizada por la pareja heterosexual reproductiva en los años cincuenta, por ejemplo) ha diminuido drásticamente a favor del consumo, cuyo emblema llegó a ser el hombre homosexual.

28. Véase “Is There a Cause of the Subject” de Zizek, especialmente p. 89. 29. Cabe añadir que se trata de la integración de homosexuales de clase me-

dia, los que con más facilidad asientan hogares con dos fuentes de ingreso independientes y, por tanto, con mucha posibilidad de consumo.

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30. Véase, por ejemplo, uno de los libros claves de los Estudios queer de princi-pios de los noventa, The Epistemology of the Closet, de Eve K. Sedgwick, donde se plantea y se elogia la mayor “movilidad” de las identidades homosexuales en comparación con la relativa fijeza identitaria de las pro-puestas feministas (especialmente p. 62f). El sujeto queer, en otras pala-bras, dispone de una mayor velocidad interactiva, produciendo, como se verá más abajo, su propio ocaso como sujeto gracias a esta aceleración libi-dinosa e identitaria.

31. Véase Jameson, The Cultural Turn 142ff. 32. “The interfusion of sexuality and its representations are articulated in the

tensions among the scene’s psychosomatic, technological, and diegetic cons-tituents. The shots of [Taylor’s] penis as he masturbates are intercut with close-ups of the cameras as they fire and rewind, and with medium-to-close shots of the light umbrellas as the flashes ricochet off them. As [Taylor] ap-proaches orgasm, these syncopated cuts become tighter and more frenetic, the cameras ‘shoot’ more rapidly, and the flashes increase in frequency and in effect on the image” (Jackson 147).

33. En Homos, Leo Bersani, por ejemplo, llega a conclusiones parecidas a las de Jackson, celebrando el narcisismo homosexual como una forma de des-materialización que implica una relación in-diferente para con el otro (véase p. 122ff). Como a Jackson, a Bersani le tiene sin cuidado cualquier efecto económico de esta in-diferencia des-materializada al desarrollar, como pa-radigma, su tema de una subjetividad revolucionariamente in-diferente a partir de un personaje literario de André Gide, quien le compra sexo “indi-ferente” a muchachos callejeros en Argelia por poco dinero. El acto llega a ser revolucionario (por in-diferente), porque cuesta poco. Bersani elige no preguntarse a quién le cuesta poco. En otro contexto, Jackson advierte que la supuesta transgresividad visual entre identificación y deseo que caracte-riza la subjetividad homosexual (y que desmantela toda división entre su-jeto y objeto) ha sido aprovechada por la propaganda comercial con gran éxito (el hombre homosexual quiere ser lo que desea, por tanto, quiere ad-quirir el cuerpo que desea mediante la moda etc.), pero el investigador tiene tan poco inconveniente con este aprovechamiento que se refiere ingenua-mente al uso comercial de su modelo revolucionario como ejemplo ilustrativo de la importancia y eficiencia de éste (Jackson 132). La exclusión de todo interrogante económico no es un simple olvido, sino uno de los síntomas más graves de la academia neoliberal. Otros teóricos que operan con pare-cidos modelos celebratorios de una subjetividad narcisista gay son Cesare Casarino y Lee Edelman.

34. Es revelador el hecho de que, una vez más, Jackson soslaye, en su referen-cia a los primeros planos de La ley del deseo, el tema de la remuneración del actor que se masturba en la película de Almodóvar. De principio a fin, y como síntoma más llamativo de este texto teórico, cualquier repercusión económica de los modelos de subjetividad propuestas por el teórico queda eludida.

35. En el pensamiento de Virilio, el término “dis-creto” siempre ocurre en oposi-ción a “con-creto”. “Dis-creto” connota una cualidad mediatizada, una simu-lación mediática de presencia, desapareciendo el cuerpo concreto. Considé-rense en este contexto también los planteamientos de Virilio sobre la rele-gación del deseo sexual a la distancia: “…lo mismo que el vuelo del aparato supersónico permite sobrevolar la tierra nutricia y la geografía de los conti-nentes, la ‘teleoperación’ del amor-de-reacción les permite a los miembros

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de la pareja superar su proximidad recíproca sin riesgo de contaminación, suplantando de lejos –es el caso decirlo– el preservativo electromagnético por la frágil protección del condón” (La velocidad 139).

36. El texto está marcado profundamente por las imágenes que evocan la tor-tura, el asesinato y la desaparición. De hecho, las referencias más obvias a la dictadura (como “arrastraron corolas por el fango del delta, con camiones de canto rodado apilaron bultos en la sombra, penumbra enardecida por destellos de noctiluca que enloquece (el pánico) el destrozo de napas de lejía en la irreconocible pantalla de la piel, los moretones glaucos…”) terminan por contagiar casi todas las metáforas del poema.

37. Esta imagen de una suplantación del condón por la cibertecnología también le corresponde a Virilio (véase La velocidad 139).

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1 R e m ito a la d iscu sió n d e J o sé N u n d e lo s ca m b io s e stru ctu ra le s d e sd e la co n ce p ció n d e u n e sta d o b e n e fa cto r b a sa d o e n u n a so cie d a d d e l p le n o e m p le o e n lo s a ñ o s cin cu e n ta , u n a co n ce p ció n q u e “ib a a e m p e za r a m o stra r su s g rie ta s e n la d é ca d a d e l ’6 0 y a ta m b a le a rse ca d a v e z m á s co n la s crisis d e lo s a ñ o s sig u ie n te s, q u e in sta la ro n co m o d a to s la d e so cu p a ció n m a siv a y a la fra g m e n ta ció n d e la e stru ctu ra o cu p a cio n a l” (N u n 9 9 3 ).

2 E l e m b le m a d e e ste d e sa rro llo fu e e l a rg e n tin o d e cla se m e d ia q u e v ia ja b a a lo s g ra n d e s sh o p p in g s d e Mia m i d o s v e ce s a l a ñ o e n p le n a d icta d u ra m ilita r. E n e l ca so a rg e n tin o , d e sd e lu e g o , se tra ta d e u n a cu ltu ra d e co n su m o p e cu lia r, p u e sto q u e la riq u e za a rg e n tin a se b a sa e n la a cu m u la ció n d e u n a e n o rm e d e u d a e x te rn a , la cu a l fin a n ció la a n e ste sia d e la cla se m e d ia m e d ia n te la lla m a d a “p la ta d u lce ” y co n lle v ó la d e stru cció n in te n cio n a l d e la p ro d u ctiv id a d in d u stria l d e l p a ís.

3 V é a se “Is T h e re a C a u se o f th e S u b je ct” d e Z ize k , re co p ila d o e n la co le cció n S u p p o sin g th e S u b ject, e d ita d o p o r J o a n C o p je k . E l in v e stig a d o r e slo v e n o p la n te a q u e “In th e p o s-lib e ra l so cie tie s, h o w e v e r, th e a g e n cy o f so cia l re p re ssio n n o lo n g e r a cts in th e g u ise o f a n in te rn a lize d la w o r p ro h ib itio n w h ich re q u ire s re n u n cia tio n a n d se lf-co n tro l; in ste a d , it a ssu m e s th e fo rm o f a h y p n o tic a g e n cy w h ich im p o se s th e a ttitu d e o f ‘y ie ld in g to te m p ta tio n ’, th a t is, its in ju n ctio n a m o u n ts to a co m m a n d : ‘E n jo y y o u rse lf!’ A n id io tic e n jo y m e n t is d icta te d b y th e so cia l e n v iro n s w h ich in clu d e s th e A n g lo -A m e rica n p sy ch o a n a ly st, w h o se m a in g o a l is to re n d e r th e p a tie n t ca p a b le o f ‘n o rm a l’, ‘h e a lth y ’ p le a su re s. S o cie ty re q u ire s u s to fa ll a sleep in to a h y p n o tic tra n ce …” (8 9 f).

4 Y a e n 1 9 7 4 , e l lo p e zre g u ism o p re fig u ra la h o m o fo b ia v iru le n ta d e lo s m ilita re s. D e h e ch o , e n su p u b lica ció n E l ca u d illo se lla m a b a a la e x te rm in a ció n d e lo s h o m o se x u a le s (v é a se R a p isa rd i y Mo d a re lli 1 5 8 ).

5 E n F iesta s, b a ñ o s y ex ilio s. L o s g a y s p o rteñ o s en la ú ltim a d icta d u ra , R a p isa rd i y Mo d a re lli e x p lica n e sta m e rca n tiliza ció n d e n tro d e lo s p a íse s a n g lo sa jo n e s, e n lo s q u e se p re fig u ra la d e sp o litiza ció n d e l m o v im ie n to h o m o se x u a l q u e lu e g o ta m b ié n o cu rrirá e n o tra s p a rte s. L o s a u to re s re su m e n e ste p ro ce so co m o “u n a b a ta lla p o r p re se rv a r o cre a r m e rca d o s”, la cu a l lu e g o se co n d e n sa e n u n a “a d m o n ició n p ra g m á tica : ‘N a d ie se e x cita rá se x u a lm e n te d e a h o ra e n m á s e n u n lu g a r co n sid e ra d o p ú b lico , sin te n e r q u e p a g a r p o r su a rre b a to , y d e e so se o cu p a rá n lo s e m p re sa rio s d e n u e stra re v o lu ció n ” (2 3 ).

6 F u e F re d ric J a m e so n e n su e n sa y o “C u ltu re a n d F in a n ce C a p ita l” q u ie n , b a sá n d o se e n la te o ría d e G io v a n n i A rrig h i, co n ce p tu a lizó u n a te rce ra e ta p a d e l ca p ita lism o (su b se cu e n te a la d e sig n a d a d e “Im p e ria lism o ” p o r L e n in ): la d e l ca p ita lism o q u e se re p lie g a so b re sí m ism o , a b a n d o n a n d o la p ro d u cció n in d u stria l y p ro d u cie n d o a sim ism o u n a se g u n d a a b stra cció n d e l d in e ro : “A t th is p o in t, a th ird sta g e b e g in s […]. S p e cu la tio n , th e w ith d ra w a l o f p ro fits fro m th e h o m e in d u strie s, th e in cre a sin g ly fe v e rish se a rch , n o t so m u ch fo r n e w m a rk e ts (th e se a re a lso sa tu ra te d ) a s fo r th e n e w k in d o f p ro fit a v a ila b le in fin a n cia l tra n sa ctio n s th e m se lv e s a n d a s su ch – th e se a re th e w a y s in w h ich ca p ita lism n o w re a cts to a n d co m p e n sa te s fo r th e clo sin g o f its

p ro d u ctiv e m o m e n t. C a p ita l itse lf b e co m e s fre e -flo a tin g . It se p a ra te s fro m th e ‘co n cre te co n te x t’ o f its p ro d u ctiv e g e o g ra p h y . Mo n e y b e co m e s in a se co n d se n se a n d to a se co n d d e g re e a b stra ct […] N o w , lik e th e b u tte rfly stirrin g w ith in th e ch ry sa lis, it se p a ra te s itse lf o ff fro m th a t co n cre te b re e d in g g ro u n d a n d p re p a re s to ta k e flig h t. […] N o w th is fre e -flo a tin g ca p ita l, o n its fra n tic se a rch fo r m o re p ro fita b le in v e stm e n ts w ill b e g in to liv e its life in a n e w co n te x t […] in th e fo rm o f sp e cu la tio n itse lf: sp e ctre s o f v a lu e , a s D e rrid a m ig h t p u t it, v y in g a g a in st e a ch o th e r in a v a st w o rk -w id e d ise m b o d ie d p h a n ta sm a g o ria ” (T h e C u ltu ra l T u rn 1 4 1 f). R e su lta e x tra ñ a m e n te su g e re n te la m e tá fo ra d e la “m a rip o sa ” q u e e m p le a J a m e so n , d a d o u n co n -

te x to e n q u e u n a d e te rm in a d a fo rm a d e h o m o se x u a lid a d (la d e u n su je to g a y lib e ra d o d e la (re )p ro d u ctiv id a d so cia l) lle g a a o cu p a r la p o sició n d e e m b le m a d e e sta n u e v a fo rm a d e ca p ita lism o .

7 E l a sp e cto p ro b le m á tico d e la p u e sta e n e sce n a d e la h o m o se x u a lid a d n e o lib e ra l p o r p a rte d e C a p a rró s e s, d e sd e lu e g o , q u e la im p ro d u ctiv id a d d e ca d e n te , v in cu la d a co n la p u lsió n d e la m u e rte (S ID A , fa lta ca si su icid a d e p e rsp e ctiv a fu tu ra ), la cu a l d e scrib e co rre cta m e n te la co n ste la ció n n e o lib e ra l, se d e ja ría p ro y e cta r, e n la le ctu ra d e a lg u n o s le cto re s h o m o fó b ico s y a p a rtir d e lo s e ste re o tip o s cu ltu ra le s so b re la h o m o se x u a lid a d m a scu lin a , co m o e se n cia l a la h o m o se x u a lid a d m ism a , n o a su m o m e n to n e o lib e ra l.

8 A p a rtir d e su co n ce p to d e “g u e rra p u ra ”, V irilio d e sa rro lla la id e a d e la cre a ció n d e u n E sta d o a b so lu to (y m u n d ia l), p ro p u lsa d o ú n ica m e n te p o r la te cn o cra cia ca stre n se . L a e te rn a “p re p a ra ció n d e la g u e rra ” e stra n g u la la so cie d a d civ il, la cu a l h a ca íd o e n u n e sta d o d e su b d e sa rro llo a la rm a n te . E l e sta d o q u e h a v e n d id o su s ciu d a d a n o s a la “g u e rra p u ra ” (u n a g u e rra q u e y a n o p re cisa d e la h u m a n id a d ) e s u n E sta d o su icid a (P u re Wa r 1 7 0 ).

9 Mi crítica a lo s e stu d io s q u eer co m o d iscip lin a n e o lib e ra l d e b e u n a p a rte d e su a lca n ce a la s id e a s d e D o n a ld Mo rto n , e x p la y a d a s e n “P a ta p h y sics o f th e C lo se t: Q u e e r T h e o ry a s th e A rt o f Im a g in a ry S o lu tio n s fo r U n im a g in a ry P ro b le m s”. E n cu a n to a la tra n sfo rm a ció n d e l m o v im ie n to ta n to co m o d e la te o ría q u eer h e g e m ó n ica e n lo s a ñ o s n o v e n ta , Mo rto n p la n te a : “Wh ile it o rig in a lly re p re se n te d itse lf a s a sta u n ch a n d im p la ca b le e n e m y o f m a in stre a m b o u rg e o is life , Q u e e r T h e o ry is n o w re co g n ize d a s n o th in g b u t a n id e o lo g ica l m a n e u v e r to e n a b le th e a ssim ila tio n o f q u e e rs to m a in stre a m e co n o m ic p ra ctice s, w h ich is to sa y , th e a ssim ila tio n o f th o se o n th e se x u a l m a rg in s to th e fre e m a rk e t […] it w a s n o th in g b u t a to o l fo r a ssim ila tin g q u e e rs to

th e n e w p o s-n a tio n a l ca p ita list w o rk fo rce , th e k in d o f w o rk fo rce re q u ire d b y ca p ita lism in its cu rre n t g lo b a l a n d tra n sn a tio n a l p h a se ” (Mo rto n 5 ).

10 V é a se e n e ste co n te x to e l lib ro T h e U n iv ersity in R u in s, u n a d iscu sió n d e la n e o lib e ra liza ció n d e la a ca d e m ia e n lo s n o v e n ta , cu a n d o lo s d e b a te s a ca d é m ico s e stá n ca d a v e z m á s d e sp o ja d o s d e co n te n id o y la “v isib ilid a d ” d e u n e stu d io so d e p e n d e d e ca p a cid a d e s p a re cid a s a la s d e la s e stre lla s d e la in d u stria d e l e n tre te n im ie n to . L a “co tiza ció n ” d e u n in v e stig a d o r a ca d é m ico co m o “a cció n ” e n e l m e rca d o a ca d é m ico , d e sv in cu la d a d e cu a lq u ie r co n sid e ra ció n in te le ctu a l, sig u e p a tro n e s p a re cid o s a lo s d e scrito s p o r J a m e so n e n e l té rm in o “fre e -flo a tin g ca p ita l”.

11 E l v e rb o tra n sitiv o "e n ch a stra r" (co n su co rre sp o n d ie n te su sta n tiv o m a scu lin o "e n ch a stre ") sig n ifica , e n e l ca ste lla n o rio p la te n se , e l a cto d e e n su cia r, m a n ch a r o co n ta m in a r. E n e ste se n tid o , p o se e la co n n o ta ció n d e a lg o ca ó tico o d e so rd e n a d o , ta l co m o e n la sig u ie n te fra se : "Mirá e l e n ch a stre q u e h iciste d e tu lin d o p a n ta ló n n u e v o , e sta to d o p e g a jo so ". 12 P a ra la te o riza ció n d e la d istin ció n e n tre m e tá fo ra y m e to n im ia , v é a se la sig u ie n te se ccío n q u e tra b a ja d ire cta m e n te co n lo s co n ce p to s e sta b le cid o s p o r L a ca n .

13 Mo rto n p la n te a a l re sp e cto : “T h e m a te ria list critiq u e co n clu d e s […] th a t a n ‘a d u lt’ su b je ct is o n e w h o a cce p ts th e co n d itio n a lity o f life (a n d se e s th e n o tio n o f ‘fre e lo v e ’ a s th e id e a list illu sio n it is) a n d u n d e rsta n d s h is o w n n e e d s a n d d e sire s in re la tio n to th o se o f o th e rs; a n d th a t th e su b je ct o f th e ‘su b lim e ’ clo se t (fo r w h o m th e n e e d s o f o th e rs is irre le v a n t) is a n a rro w ly se lf-in te re ste d , p a th o lo g ize d , in fa n tile , se lf-a d d icte d (eig en sü ch tig ) su b je ct w h o co n sta n tly p ro p o se s illu so ry (p a ta p h y sica l) so lu tio n s to m a te ria l so cia l p ro b le m s” (Mo rto n 5 1 ).

14 V é a se R a p isa rd i y Mo d a re lli. S e g ú n e l te stim o n io d e l m ilita n te h o m o se x u a l d e l P C , H é cto r A n a b ita rte , “P e rlo n g h e r in sistió . N o é ra m o s p e ro n ista s, p e ro sa b ía m o s q u e to d o e n e se e n to n ce s p a sa b a p o r la izq u ie rd a d e l m o v im ie n to . E ra n u e stra té cn ica tro tzk ista clá sica . A p e n a s lle g a d o s a E ze iza , n o s m e tim o s e n u n a co lu m n a d e la J P ” (1 5 6 f).

15 E n su P ró lo g o a la a n to lo g ía d e e n sa y o s d e P e rlo n g h e r, titu la d a P ro sa p leb ey a y p u b lica d a p ó stu m a m e n te p o r lo s co m p ila d o re s, C h ristia n F e rre r y O sv a ld o B a ig o rria , e n tre o tro s, se v a le n d e e ste té rm in o (“o rfe b re ”), u n té rm in o q u e se p re sta p a ra ca ra cte riza r a l p o e ta p o rq u e co m b in a la fin e sa d e l o ro co n su “e n ch a stre ”, co n n o ta d o e n la su b v e rsió n a n a l fre u d ia n a d e l m e ta l p re cio so p o r lo s e x cre m e n to s: “S u g u ía n o fu e F re u d , ta m p o co L a ca n – m e d iu m s p o rte ñ o s– sin o G ille s D e le u ze , co n cu y o s co n ce p to s cin ce ló u n a o rfe b re ría p e rso n a l, y e s p o r e sa a p ro p ia ció n – y n o m im e tism o – q u e su in v e stig a ció n so b re la p ro stitu ció n m a scu lin a re sa lta co m o u n n o ctu rn o in tra n sfe rib le ” (P ro sa p leb ey a 9 ).

16 O tro e je m p lo q u e ilu stra e l e n g a n ch e p a ró d ico , p e ro ca riñ o so , d e P e rlo n g h e r co n E v ita P e ró n e s la sig u ie n te a n é cd o ta : d u ra n te la s n e g o cia cio n e s in te n sa s e n tre Mo n to n e ro s y e l F re n te d e L ib e ra ció n H o m o se x u a l, P e rlo n g h e r fu n cio n ó co m o p rin cip a l m e d ia d o r y o fre ció su ca sa co m o lu g a r d e e n cu e n tro . C o m o re cu e n ta u n o d e lo s te stim o n io s e n F iesta s, b a ñ o s y ex ilio s, “A h í e ra ta n to e l ir y v e n ir d e lo s m u ch a ch ito s, q u e e m p e zó a lla m a r a su ca sa la F u n d a ció n R o sita , p o rq u e e ra ca si u n sím il d e la d e E v a P e ró n ” (R a p isa rd i y Mo d a re lli 1 5 4 ).

17 V é a se la co le cció n d e e n sa y o s H isp a n ism s a n d H o m o sex u a lities, co m p ila d o y e d ita d o p o r S ilv ia Mo llo y y R o b e rt Irw in . E n la in tro d u cció n d e lo s co m p ila d o re s, se p la n te a e l re ch a zo d e la ca te g o ría d e la n a ció n p o r p a rte d e lo s in te g ra n te s d e l p ro y e cto d e Mo llo y y Irw in : “R e la tio n s b e tw e e n n a tio n a litie s a n d se x u a litie s a re u n e a sy a t b e st; b e tw e e n n a tio n a litie s a n d h o m o se x u a litie s, th e y a re d o w n rig h t p ro b le m a tic, e v e n p e rso n a lly d a n g e ro u s, a s m a n y o f u s g ro w in g u p in H isp a n ic cu ltu re s, ca m e to le a rn . If, a s a n a ca d e m ic d iscip lin e , H isp a n ism is su sp icio u s o f q u e e r stu d ie s, in its la rg e r se n se […] it h a s a lw a y s b e e n d o w n rig h t u n frie n d ly to q u e e rs. […] S e v e ra l e ssa y s in th is v o lu m e a d d re ss th e v e x e d in te rse ctio n o f th e n a tio n a l a n d th e

h o m o se x u a l in d iffe re n t H isp a n ic cu ltu re s…” (Mo llo y x ii). L o s in v e stig a d o re s, p o r lo ta n to , su g ie re n q u e “H isp a n ism […] w a s b e g g in g , o n e m ig h t sa y , to b e q u e e re d . T o v isit se x u a l d issid e n ce o n it a t th is p o in t is n o t a n im p e rtin e n t g e stu re b u t a d e sta b ilizin g m o v e , a p ro p itio u s fra ctu re ” (x i).

18 E n u n a e n tre v ista d e l a ñ o 1 9 7 3 , re co p ila d a e n L a v o lu n ta d , P e rlo n g h e r a firm a q u e “n o so tro s co n sid e ra m o s q u e la lu ch a p o r la lib e rta d se x u a l n o se lib ra a isla d a m e n te sin o q u e se d a e n e l m a rco d e la lu ch a p o r la lib e ra ció n n a cio n a l y so cia l” (L a v o lu n ta d II, 1 0 6 ). L a h o m o fo b ia re ca lcitra n te d e l p e ro n ism o , sin e m b a rg o , p ro n to lle v ó a la q u ie b ra e sta a lia n za d e se a d a p o r e l F L H .

19 R a p isa rd i y Mo d a re lli ta m b ié n h a ce n h in ca p ié e n q u e , a d ife re n cia d e l m o v im ie n to g a y e sta d o u n id e n se , e l F L H in sistió e n la ce rca n ía a la izq u ie rd a re v o lu cio n a ria (1 6 8 ).

20 H a b ría q u e a ñ a d ir q u e se tra ta a q u í d e e stru ctu ra s co n ce p tu a le s, n o d e se cu e n cia s te m p o ra le s, p o rq u e , co m o e s sa b id o , e s e l p e n sa m ie n to la ca n ia n o q u e in siste e n la d e p e n d e n cia m u tu a d e la s d o s fu n cio n e s, o se a , e n e l h e ch o d e q u e e l d e se o d e p e n d e d e la p ro h ib ició n .

21 E n su crítica d e lo s e stu d io s q u eer n e o lib e ra le s, D o n a ld Mo rto n su m in istra u n a le ctu ra m á s a m p lia d e lo q u e lla m a “p o st-a l th e o ry ”. S e g ú n e l te ó rico , to d a la te o ría b u rg u e sa a p a rtir d e l ro m a n ticism o y N ie tzsch e p e ca d e e sta o fu sca ció n e n tre n e ce sid a d y d e se o : “I ca ll a tte n tio n to th e m a n n e r in w h ich v a rio u s co n te m p o ra ry th e o rists fo re g ro u n d th e co n ce p t o f ‘d e sire ’ to th e e x clu sio n o f th e co n ce p t ‘n e e d ’ […] Wh e n , fo r e x a m p le , D e le u ze a n d G u a tta ri w rite th a t ‘D e sire is n o t b o lste re d b y n e e d s, b u t ra th e r th e co n tra ry ; n e e d s a re d e riv e d fro m d e sire : th e y a re co u n te rp ro d u cts w ith in th e re a l th a t d e sire p ro d u ce s’, th e p o litics o f th is m o v e is to d e co n stru ct Ma rx , w h o p rio ritize s n e e d o v e r d e sire . […] Wh e n th e a n ti- a n d p o st-Ma rx ist re v isio n ists o r le ft q u e e r th e o rists a rg u e th a t th e re is

a ‘d ia le ctica l’ re la tio n b e tw e e n n e e d a n d d e sire , th e ir n o tio n o f th e ‘d ia le ctica l’ is id e n tica l w ith th e n o tio n o f th e ‘d iffe re n tia l’ in th e D e rrid e a n se n se – th e re is n o w a y to a rg u e fo r a d e te rm in a te re la tio n b e tw e e n n e e d a n d d e sire . […] T h e q u e e r le ft’s slo g a n a b o u t th e d ia le ctica l re la tio n o f n e e d a n d d e sire is, in sh o rt, a n id e o lo g ica l ru se , a m o v e to m a k e a n y q u e stio n in g o f d e sire im p o ssib le ” (Mo rto n 6 f).

22 E n e l cu a rto se m in a rio so b re la s re la cio n e s d e o b je to , L a ca n e la b o ra su co n ce p to d e “d e m a n d a ” (“a p e l”) co m o v o ca liza ció n d e la “n e ce sid a d ” (“b e so in ”) b io ló g ica (e l h a m b re ). L a d e m a n d a co n stitu y e u n tip o d e p re cu rso r a l d e se o (“d é sir”). L o q u e le fa lta , sin e m b a rg o , so n la s d im e n sio n e s d e e x ce so o d e m a sía q u e ca ra cte riza n a l d e se o . E sto re m ite a la in se rció n d e l su je to e n e l o rd e n sim b ó lico y a su v in cu la ció n co n la p ro d u cció n d e “p lu sv a lía ”. L a d e m a n d a se d irig e sie m p re h a cia a lg o a lca n za b le (p o r e je m p lo , co m id a ), e l d e se o h a cia a lg o in a lca n za b le , p ro d u cie n d o u n e x ce so , u n a d e m a sía (v é a se L e sém in a ire IV 1 8 2 ff).

23 C h ristia n F e rre r lla m ó la a te n ció n a ce rca d e la im p o rta n cia d e l p e n sa m ie n to d e D e le u ze e n P e rlo n g h e r. E n “E sca m a s d e u n e n sa y ista ”, p la n te a lo sig u ie n te a l re sp e cto : “S i p u e d e a firm a rse q u e e l d e le u zism o e s e n e ste p a ís a lg o m á s q u e o tra fa n ta sía fra n ce sa e s p o rq u e e n P e rlo n g h e r e n co n tró u n o rfe b re ” (1 8 3 ). U n e n sa y o ce n tra l p a ra e n te n d e r e l e n g a n ch e d e l p o e ta co n D e le u ze e s “L o s d e v e n ire s m in o rita rio s” (P ro sa p leb ey a 6 5 ).

24 V é a n se , p o r e je m p lo , lo s e n sa y o s “U n fe rv o r n e o b a rro co ”, d e R o b e rto E ch e v a rre n , “Im p e ra r so b re e l p o lv o ”, d e Ma ría G a b rie la Mizra je y “D e tritu s”, d e J o rg e P a n e si, to d o s re u n id o s e n la co le cció n L ú m p en es P ereg rin a cio n es.

25 L a h o m o se x u a lid a d ca lle je ra co n stitu y e u n o d e lo s e je s d e lo s in te re se s d e l p o e ta . A d e má s d e d e d ica rse a la p o e sía , P e rlo n g h e r ta m b ié n se re cib ió d e a n tro p ó lo g o e n la U n iv e rsid a d d e S a n P a b lo (B ra sil). S u e n sa y o e x te n so y m á s co n o cid o , b a sa d o e n su te sis d o cto ra l, e x p lo ra la p ro stitu ció n m a scu lin a e n S a n P a b lo (“O n e g o cio d o m ich é : P ro stitu içã o v iril e m S ã o P a u lo ”).

26 E n e l a rtícu lo “L a d e sa p a rició n d e la h o m o se x u a lid a d ”, e scrito e n 1 9 9 1 , P e rlo n g h e r p o n e e n e v id e n cia u n a e sp e cie d e cin ism o m e la n có lico re sp e cto d e lo s m á s re cie n te s d e sa rro llo s cu ltu ra le s e n to rn o a la h o m o se x u a lid a d , lo s cu a le s la h a n sa ca d o d e la m a rg in a lid a d cre a tiv a q u e h a n u trid o su p ro p ia o b ra y la h a n p u e sto e n e l ce n tro d e la n u e v a so cie d a d n e o lib e ra l. L a h o mo se x u a lid a d d e l tip o q u e se im p o n e d e sd e E E .U U ., se g ú n e l p o e ta , e s “la d e lo s g a y s a la m o d a n o rte a m e rica n a , d e e rg u id o s b ig o tito s h irsu to s, d e sp lo m á n d o se e n su co n d ició n d e p a ra d ig m a in d iv id u a lista e n e l m á s a b y e cto te d io (u n re e m p la zo d e l m a trim o n io n o rm a l q u e co n sig u e la p ro e za d e se r má s a b u rrid o q u e é ste ) […].

L a h o m o se x u a lid a d se v a cía d e a d e n tro h a cia a fu e ra , co m o u n fo rro ” (P ro sa p leb ey a 8 8 f).

27 O b v ia m e n te , se tra ta d e g e n e ra liza cio n e s o e x a g e ra cio n e s cu a n d o se d ice q u e e n la s so cie d a d e s a v a n za d a s y a “n o se p ro d u ce n a d a ”. E n té rm in o s e co n ó m ico s re a le s, e l cu a d ro e s b ie n m á s co m p le jo , y a q u e , p o r só lo d a r u n e je m p lo , p a rte d e l T e rce r Mu n d o h a sid o “im p o rta d a ” a la s n a cio n e s m e tro p o lita n a s m e d ia n te e n o rm e s flu jo s d e in m ig ra ció n . S in e m b a rg o , h a y u n a te n d e n cia d e lo q u e J a m e so n lla m a “fin a n ce ca p ita lism ” a co n ce n tra rse e n la s n a cio n e s “ce n tra le s”. A d e m á s, a l h a b la r d e la p o sició n d e la h o m o se x u a lid a d re sp e cto d e l n u e v o im a g in a rio cu ltu ra l n e o lib e ra l, m e re fie ro a re p re se n ta cio n e s sim b ó lica s d e la e co n o m ía . A n iv e l sim b ó lico , la im p o rta n cia d e la p ro d u ctiv id a d (sim b o liza d a p o r la p a re ja

h e te ro se x u a l re p ro d u ctiv a e n lo s a ñ o s cin cu e n ta , p o r e je m p lo ) h a d im in u id o d rá stica m e n te a fa v o r d e l co n su m o , cu y o e m b le m a lle g ó a se r e l h o m b re h o m o se x u a l.

28 V é a se “Is T h e re a C a u se o f th e S u b je ct” d e Z ize k , e sp e cia lm e n te p . 8 9 .

29 C a b e a ñ a d ir q u e se tra ta d e la in te g ra ció n d e h o m o se x u a le s d e cla se m e d ia , lo s q u e co n m á s fa cilid a d a sie n ta n h o g a re s co n d o s fu e n te s d e in g re so in d e p e n d ie n te s y , p o r ta n to , co n m u ch a p o sib ilid a d d e co n su m o .

30 V é a se , p o r e je m p lo , u n o d e lo s lib ro s cla v e s d e lo s E stu d io s q u eer d e p rin cip io s d e lo s n o v e n ta , T h e E p istem o lo g y o f th e C lo set, d e E v e K . S e d g w ick , d o n d e se p la n te a y se e lo g ia la m a y o r “m o v ilid a d ” d e la s id e n tid a d e s h o m o se x u a le s e n co m p a ra ció n co n la re la tiv a fije za id e n tita ria d e la s p ro p u e sta s fe m in ista s (e sp e cia lm e n te p . 6 2 f). E l su je to q u eer, e n o tra s p a la b ra s, d isp o n e d e u n a m a y o r v e lo cid a d in te ra ctiv a , p ro d u cie n d o , co m o se v e rá m á s a b a jo , su p ro p io o ca so co m o su je to g ra cia s a e sta a ce le ra ció n lib id in o sa e id e n tita ria .

31 V é a se J a m e so n , T h e C u ltu ra l T u rn 1 4 2 ff.

32 “T h e in te rfu sio n o f se x u a lity a n d its re p re se n ta tio n s a re a rticu la te d in th e te n sio n s a m o n g th e sce n e ’s p sy ch o so m a tic, te ch n o lo g ica l, a n d d ie g e tic co n stitu e n ts. T h e sh o ts o f [T a y lo r’s] p e n is a s h e m a stu rb a te s a re in te rcu t w ith clo se -u p s o f th e ca m e ra s a s th e y fire a n d re w in d , a n d w ith m e d iu m -to -clo se sh o ts o f th e lig h t u m b re lla s a s th e fla sh e s rico ch e t o ff th e m . A s [T a y lo r] a p p ro a ch e s o rg a sm , th e se sy n co p a te d cu ts b e co m e tig h te r a n d m o re fre n e tic, th e ca m e ra s ‘sh o o t’ m o re ra p id ly , a n d th e fla sh e s in cre a se in fre q u e n cy a n d in e ffe ct o n th e im a g e ” (J a ck so n 1 4 7 ).

33 E n H o m o s, L e o B e rsa n i, p o r e je m p lo , lle g a a co n clu sio n e s p a re cid a s a la s d e J a ck so n , ce le b ra n d o e l n a rcisism o h o m o se x u a l co m o u n a fo rm a d e d e s-m a te ria liza ció n q u e im p lica u n a re la ció n in -d ife re n te p a ra co n e l o tro (v é a se p . 1 2 2 ff). C o m o a J a ck so n , a B e rsa n i le tie n e sin cu id a d o cu a lq u ie r e fe cto e co n ó m ico d e e sta in -d ife re n cia d e s-m a te ria liza d a a l d e sa rro lla r, co m o p a ra d ig m a , su te m a d e u n a su b je tiv id a d re v o lu cio n a ria m e n te in -d ife re n te a p a rtir d e u n p e rso n a je lite ra rio d e A n d ré G id e , q u ie n le co m p ra se x o “in d ife re n te ” a m u ch a ch o s ca lle je ro s e n A rg e lia p o r p o co d in e ro . E l a cto lle g a a se r re v o lu cio n a rio (p o r in -d ife re n te ), p o rq u e cu e sta p o co . B e rsa n i e lig e n o p re g u n ta rse a q u ié n le cu e sta p o co . E n o tro co n te x to ,

J a ck so n a d v ie rte q u e la su p u e sta tra n sg re siv id a d v isu a l e n tre id e n tifica ció n y d e se o q u e ca ra cte riza la su b je tiv id a d h o m o se x u a l (y q u e d e sm a n te la to d a d iv isió n e n tre su je to y o b je to ) h a sid o a p ro v e ch a d a p o r la p ro p a g a n d a co m e rcia l co n g ra n é x ito (e l h o m b re h o m o se x u a l q u ie re se r lo q u e d e se a , p o r ta n to , q u ie re a d q u irir e l cu e rp o q u e d e se a m e d ia n te la m o d a e tc.), p e ro e l in v e stig a d o r tie n e ta n p o co in co n v e n ie n te co n e ste a p ro v e ch a m ie n to q u e se re fie re in g e n u a m e n te a l u so co m e rcia l d e su m o d e lo re v o lu cio n a rio co m o e je m p lo ilu stra tiv o d e la im p o rta n cia y e ficie n cia d e é ste (J a ck so n 1 3 2 ). L a e x clu sió n d e to d o in te rro g a n te e co n ó m ico n o e s u n sim p le o l-

v id o , sin o u n o d e lo s sín to m a s m á s g ra v e s d e la a ca d e m ia n e o lib e ra l. O tro s te ó rico s q u e o p e ra n co n p a re cid o s m o d e lo s ce le b ra to rio s d e u n a su b je tiv id a d n a rcisista g a y so n C e sa re C a sa rin o y L e e E d e lm a n .

34 E s re v e la d o r e l h e ch o d e q u e , u n a v e z m á s, J a ck so n so sla y e , e n su re fe re n cia a lo s p rim e ro s p la n o s d e L a ley d el d eseo , e l te m a d e la re m u n e ra ció n d e l a cto r q u e se m a stu rb a e n la p e lícu la d e A lm o d ó v a r. D e p rin cip io a fin , y co m o sín to m a m á s lla m a tiv o d e e ste te x to te ó rico , cu a lq u ie r re p e rcu sió n e co n ó m ica d e lo s m o d e lo s d e su b je tiv id a d p ro p u e sta s p o r e l te ó rico q u e d a e lu d id a .

35 E n e l p e n sa m ie n to d e V irilio , e l té rm in o “d is-cre to ” sie m p re o cu rre e n o p o sició n a “co n -cre to ”. “D is-cre to ” co n n o ta u n a cu a lid a d m e d ia tiza d a , u n a sim u la ció n m e d iá tica d e p re se n cia , d e sa p a re cie n d o e l cu e rp o co n cre to . C o n sid é re n se e n e ste co n te x to ta m b ié n lo s p la n te a m ie n to s d e V irilio so b re la re le g a ció n d e l d e se o se x u a l a la d ista n cia : “…lo m ism o q u e e l v u e lo d e l a p a ra to su p e rsó n ico p e rm ite so b rev o la r la tie rra n u tricia y la g e o g ra fía d e lo s co n tin e n te s, la ‘te le o p e ra ció n ’ d e l a m o r-d e -re a cció n le s p e rm ite a lo s m ie m b ro s d e la p a re ja su p era r su p ro x im id a d re cíp ro ca sin rie sg o d e co n ta m in a ció n , su p la n ta n d o d e le jo s – e s e l ca so d e cirlo – e l p re se rv a tiv o e le ctro m a g n é tico p o r la frá g il p ro te cció n d e l co n d ó n ” (L a v elo cid a d 1 3 9 ).

36 E l te x to e stá m a rca d o p ro fu n d a m e n te p o r la s im á g e n e s q u e e v o ca n la to rtu ra , e l a se sin a to y la d e sa p a rició n . D e h e ch o , la s re fe re n cia s m á s o b v ia s a la d icta d u ra (co m o “a rra stra ro n co ro la s p o r e l fa n g o d e l d e lta , co n ca m io n e s d e ca n to ro d a d o a p ila ro n b u lto s e n la so m b ra , p e n u m b ra e n a rd e cid a p o r d e ste llo s d e n o ctilu ca q u e e n lo q u e ce (e l p á n ico ) e l d e stro zo d e n a p a s d e le jía e n la irre co n o cib le p a n ta lla d e la p ie l, lo s m o re to n e s g la u co s…”) te rm in a n p o r co n ta g ia r ca si to d a s la s m e tá fo ra s d e l p o e m a .

37 E sta im a g e n d e u n a su p la n ta ció n d e l co n d ó n p o r la cib e rte cn o lo g ía ta m b ié n le co rre sp o n d e a V irilio (v é a se L a v elo cid a d 1 3 9 ).