percepciones sobre crianza y disciplina parental en una
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Percepciones sobre crianza y disciplina parental en una vereda de un municipio en Cundinamarca*
Luis Fernando Soler Muñoz Estudiante Maestría en Salud Pública, Universidad de los Andes
Diego Iván Lucumí Cuesta
Profesor asociado de la Escuela de Gobierno, Universidad de los Andes Director de proyecto de grado
RESUMEN
(Descriptivo) En este artículo se exploró las percepciones de un grupo de familias
rurales e instituciones municipales a cerca de la crianza y la disciplina que ejercen los
cuidadores sobre los niños en edad escolar, en una vereda de un municipio de
Cundinamarca. Es un estudio cualitativo basado en el análisis de percepciones de un grupo
de niños, sus cuidadoras y personas que trabajan en instituciones del municipio. Se
estableció una comparación entre perspectivas en torno a las prácticas, creencias y prácticas
de la crianza. Los resultados muestran una percepción generalizada del uso de la disciplina
punitiva para disciplinar, sin embargo se percibe que en la vereda se ejerce la disciplina
inductiva de forma cotidiana por parte de los niños y cuidadoras.
Palabras claves: Crianza, disciplina parental y castigo.
ABSTRACT
(Descriptive) In this article, we explored the perceptions of a group of rural families
and municipal institutions about the upbringing and discipline that caregivers exert over
school-age children in a village in Cundinamarca. It is a qualitative study based on the
analysis of perceptions of a group of children, their caregivers and people working in
municipal institutions. A comparison between perspectives was established around the
performs, beliefs and practices of parenting. The results show a generalized perception of
the use of punitive discipline to discipline, however it is perceived that in the path the
inductive discipline is exercised on a daily basis by children and caregivers.
Keywords: Parenting, parental discipline and punishment.
Tabla de contenido abreviada:
-1. Introducción, -2. Métodos, -3. Resultados, -4. Discusión
INTRODUCCIÓN
La crianza ejercida por los padres y otros cuidadores está estrechamente relacionada
con el estado de salud, nutrición y desarrollo físico y psicológico de los niños1 (Myers,
1993).
La disciplina parental es crucial en la crianza de los niños porque permite moldear el
carácter y enseñar el autocontrol y conductas aceptables del niño (Papalia, Olds &
Feldman, 2007). Un aspecto importante de la crianza es el enfoque de las prácticas para
disciplinar a los niños (Theunissen, Vogels & Reijneveld, 2014). Estas prácticas ayudan a
los niños a desarrollar el juicio, el sentido de los límites, el autocontrol, la autosuficiencia y
una conducta social positiva (Butchart et al, 2006). Sin embargo, el ejercicio de algunas
prácticas de disciplina parental se han asociado a importantes consecuencias negativas en la
socialización del menor, incluyendo autoconcepto negativo (Musitu & Garcia, 2004),
comportamiento antisocial (Russell y Russell, 1996) y consumo de sustancias psicoactivas
(Diez & Peirats, 1997).
En este estudio se exploraron dos clasificaciones de la disciplina parental: la
punitiva y la inductiva (Straus & Fauchier, 2007). La disciplina punitiva (castigo verbal y
físico) fomenta un modelo de agresión (Burk, et al, 2011), mientras que la disciplina
inductiva (basada en el diálogo formativo y en el razonamiento) ayuda a desarrollar
habilidades empáticas en el niño (Krevans & Gibbs, 1996).
Para la Academia Americana de Pediatría (1998), el castigo se considera una forma
de ejercer disciplina punitiva y es una de las prácticas de crianza más usadas por los padres,
madres y cuidadores en todo el mundo. La disciplina punitiva, específicamente el castigo 1Siguiendo las normas gramaticales cada vez que se utilice la palabra “niño” y “niños” se estará refiriendo a los niños y a las niñas sin que esto afecte la distinción de género. * Este artículo se basa en la investigación realizada por el autor con recursos propios. Realizado entre enero y noviembre de 2017.
físico, se convierte en un problema de salud pública cuando alcanza niveles de maltrato,
porque perpetúa la violencia de una generación a otra al aumentar el riesgo de que las
víctimas utilicen el castigo físico en la edad adulta. Además, el uso del castigo físico se ha
relacionado con una variedad de consecuencias negativas para los niños, incluido el
maltrato infantil, la externalización de problemas de comportamiento y la desaceleración
del desarrollo cognitivo (Gershoff, 2002; Merrill et al., 2005).
Según UNICEF (2014), seis de cada diez niños en el mundo sufren maltrato físico
diariamente. Este porcentaje representa aproximadamente a mil millones de niños que
sufren en su mayoría una combinación de castigos físicos y psicológicos por parte de sus
cuidadores. De acuerdo con el informe mundial sobre la violencia contra niños y niñas, “en
América Latina y el Caribe la violencia contra los menores de edad al interior de las
familias se manifiesta principalmente por medio del castigo físico como forma de disciplina
(Pinheiro, 2006)”.
En Colombia se ha logrado posicionar el tema de la infancia y la familia en las
últimas décadas. Los Derechos de los Niños se ratificaron en la Constitución Política de
1991, la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños y, la Ley de Infancia y
Adolescencia de 2006. Sin embargo, según cifras de la Encuesta Nacional de Demografía y
Salud (2015), el 26.2% de las mujeres y el 15.8% de los hombres manifestaron que castigan
o han castigado a sus hijos e hijas con golpes o con objetos. La alcaldía del municipio de
Cundinamarca en donde se llevó a cabo este estudio, reconoció que los niños y
adolescentes son el grupo con más problemáticas identificadas, destacándose el maltrato
infantil, la violencia intrafamiliar y el aumento del abandono de los niños, entre otras.
Dichas problemáticas se relacionan con las formas de socialización de la familia, la crianza
y la disciplina parental.
Los límites entre el castigo y el maltrato no están bien definidos y es común que
algunas situaciones en las que se ejerce disciplina parental basada en el castigo físico, se
pueden convertir en maltrato y, por ende, en violencia intrafamiliar (Sauceda. et al, 2006).
Para Zolotor (2014), el castigo físico debe incluirse en la discusión sobre el abuso infantil
porque se asocia con numerosos daños al bienestar del niño, incluyendo los adversos al
desarrollo y al comportamiento y porque, está estrechamente asociado con el abuso físico
infantil. Sin embargo, se ha concluido también que existen algunas estrategias para ejercer
la disciplina parental. Una de ellas es la disciplina inductiva que se caracteriza por hacer
que el niño se sienta responsable de su comportamiento, abordando las cogniciones
relacionadas con lo correcto y lo incorrecto, y los efectos de la mala conducta en los demás,
e incluye la fijación de límites paternos, explicando y sacando ideas del niño (Straus &
Fauchier, 2007).
En la literatura consultada se evidencia que entre los mecanismos de disciplinar, el
castigo físico constituye el más estudiado y debatido, con un gran número de estudios (Day,
Peterson & McCracken, 1998; Gershoff, 2002). En Colombia, se han adelantado estudios
relacionados con el castigo físico desde la mirada de algunas disciplinas de las ciencias
sociales, específicamente la psicología y trabajo social. Estos han abordado el castigo físico
desde los diferentes estilos parentales de la crianza, particularmente en la primera infancia,
en áreas urbanas y desde la mirada de los padres de familia, educadores y en algunos casos,
desde la mirada de los niños (Sáenz, et al. 2014; Aguirre, 2015; Martínez, Ochoa &
Viveros, 2015). Generalmente han sido las voces de los padres y madres las que se han
tenido en cuenta y en algunos casos los puntos de vista de los docentes, niños y noñas.
Por lo anterior, se realizó un estudio cualitativo con enfoque ecológico que buscó
explorar las percepciones de un grupo de familias rurales (niños y cuidadores) e
instituciones municipales a cerca de la crianza y la disciplina que ejercen los padres y
cuidadores sobre los niños de seis a diez años de edad en una vereda de un municipio de
Cundinamarca. Para cumplir con el objetivo se plantearon las siguientes preguntas: ¿Cuáles
son las prácticas, creencias y pautas de crianza relacionadas con la disciplina parental? y
¿Cómo se relacionan las percepciones de los niños, cuidadoras y personas de las
instituciones alrededor de las prácticas, creencias y pautas que están relacionadas con la
disciplina parental y la crianza?
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de tipo cualitativo a través de un estudio de caso
simple (Yin, 1994) durante los meses de julio y agosto de 2017, con el fin de explorar las
percepciones a cerca de la crianza y la disciplina parental. Por medio de un muestreo
extremo (Patton, 1990), se tomó como caso una vereda de un municipio de la zona norte de
Cundinamarca.
El caso
La vereda se caracteriza por ser una de las más pequeñas, cercanas al centro poblado
del municipio y de alta densidad poblacional. Habitan aproximadamente 450 personas
conformadas en 140 familias. Sus habitantes son campesinos típicos de clima frío. La
vereda cuenta con una junta de acción comunal y la escuela los cuales son el puente con la
institucionalidad del municipio. Según la alcaldía municipal la economía de la vereda se
basa en cultivos como la papa, la arveja y el maíz.
Los participantes
Los participantes del estudio se dividieron en tres grupos: los niños, las cuidadoras y
el personal de las instituciones. Participaron quince niños entre seis y diez años de edad
estudiantes de la escuela primaria ubicada en la vereda; diez cuidadoras, madres y abuelas,
y siete funcionarias pertenecientes a la escuela, la comisaría de familia y la secretaría de
desarrollo social, quienes tenían contacto directo con la comunidad de esta vereda.
La selección de los participantes fue intencional. Los niños, niñas y cuidadoras
expresaron su voluntad a partir en una reunión en la escuela, donde se informó el objeto,
alcance y características del estudio. El proceso para seleccionar la vereda y los
participantes, fue guiado por el equipo de la comisaría de familia y profesora de la escuela.
Técnicas utilizadas para la recolección de información
Se utilizaron tres técnicas de recolección de información: entrevistas semi-
estructuradas dirigidas a cuidadoras, profesora y profesionales de comisaría de familia, un
grupo focal con el equipo de gestoras de la secretaría de desarrollo social y, con los niños se
usó el cuento inconcluso, que es una estrategia que permite capturar las representaciones
sociales y las percepciones a partir de la construcción de una narración cuando el
investigador da el encabezado del cuento (Urmeneta, 2010). Esta estrategia se utilizó
inicialmente con dos niños como prueba piloto, posteriormente el instrumento se modificó
para que el investigador diera el inicio de cada párrafo y poder utilizarla con el resto de
niños.
Todas las entrevistas fueron grabadas con el consentimiento de las participantes. La
actividad con los niños se realizó con el acompañamiento de una psicóloga. Para mantener
la confidencialidad, el cuento fue anónimo y, para ello, lo depositaron en una urna sellada.
La participación de los niños fue asentida y consentida. Esta investigación estuvo avalada
por el Comité de Ética de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes (Aval
dado el 23 de mayo de 2017).
Categorías de análisis
Para Aguirre (2000), la crianza implica tres procesos psicosociales: las pautas, las
prácticas y las creencias acerca de la crianza (Ver tabla 1.)
Tabla 1. Categorías de análisis Categorías Definición Preguntas
Prácticas
Acciones o comportamientos intencionados y
regulados, orientados a garantizar la supervivencia,
crecimiento y desarrollo psicosocial que facilitan los
aprendizajes y permiten a los hijos reconocer e
interpretar el entorno que les rodea.
¿Qué hace usted cuando su hijo
no le hace caso?
Creencias Son las explicaciones que dan los padres sobre la
manera como orientan las acciones de sus hijos.
¿Por qué razón castiga de esa
manera a su hijo?
Pautas
Se definen como un canon al actuar, que por lo general
es restrictivo y poco flexible. Sin embargo, se puede
transformar en el transcurso del tiempo.
¿Cómo hace el hombre (padre)
para disciplinar a los niños?
Fuente: Aguirre (2000).
Para el análisis se utilizó el método inductivo propuesto por Huberman y Miles,
modificado por Ulin, Robinson y Tolley (2006). Una vez obtenidos los textos transcritos se
realizó una inmersión de los datos que consistió en hacer lectura y relectura de la
información. Luego, se procedió a realizar la codificación de los temas fundamentales. Para
esto se utilizó el software de análisis de datos cualitativos NVivo 10 de QSR International.
Dentro de la categoría de “prácticas” se propusieron dos subcategorías: la disciplina
punitiva y la inductiva.
En la disciplina punitiva se incluyó el castigo físico, el castigo verbal y el retiro de
privilegios. El castigo físico, entendido como el uso de actos para disciplinar o castigar al
niño que puede ir desde palmadas, golpes y empujones hasta lanzar objetos al niño (Ferrari,
2001). El castigo verbal definido como las declaraciones de desaprobación para alterar el
comportamiento indeseado (American Academy of Pediatrics, 1998), incluyendo el castigo
humillante entendido como el hecho de abusar verbalmente, ridiculizar, aislar o ignorar
(Harper, et al. 2002). El retiro de privilegios se entiende como la eliminación de ciertos
privilegios cuando no se cumple la norma o conducta establecida (Straus & Fauchier,
2007).
Dentro de la disciplina inductiva se incluyó el diálogo formativo y la recompensa
social. El diálogo formativo reconoce la relación comunicativa como un mecanismo de
evaluar y educar (Plascencia, 2009). La recompensa social incluye las prácticas de las
cuidadoras que apuntan a fortalecer los comportamientos deseados y que pueden ser
verbales o físicos (Theunissem, Vogels & Reijneveld, 2015).
Respecto a las creencias sobre la crianza, emergieron dos categorías: las
relacionadas con los sentimientos de los niños ante las maneras de disciplinar y, la forma en
que las cuidadoras justifican el castigo.
En cuanto a las pautas de crianza emergieron categorías que dan cuenta del rol que
juega el hombre en la disciplina.
Una vez identificadas las categorías, se hizo una presentación detallada para cada
uno de los sistemas del modelo ecológico propuesto (microsistema y mesosistema) con el
propósito de reducir la información a sus puntos esenciales. Posteriormente, se realizó un
análisis general de los resultados, buscando interconexiones de las percepciones de los
diferentes grupos de participantes. Finalmente, se realizó la interpretación global de la
información, en la que se buscó explicar el significado esencial de los datos y las
categorías, las conexiones y contradicciones.
RESULTADOS
Prácticas de crianza relacionadas con la disciplina parental
La información brindada por los participantes reveló dos maneras en que se ejecuta
la disciplina parental: la punitiva y la inductiva (Ver tabla 2.).
Tabla 2. Prácticas de crianza relacionadas con la disciplina parental
Tipos de
disciplina
parental
Subcategorías Participantes Uso de la práctica
Disciplina
punitiva
Castigo físico
Niños Refieren que es la forma más usual en que cuidadores
ejercen la crianza.
Cuidadoras
Para ellas no es frecuente este tipo de castigos. Algunas
afirman que acuden al castigo físico cuando ya han aplicado
otros mecanismos.
Personal de las
instituciones
Refieren que es la primera y más usada de las maneras de
ejercer disciplina.
Castigo verbal
Niños Es la segunda forma más común en que se ejerce disciplina
en sus casas.
Cuidadoras Es el segundo mecanismo más usado para este grupo de
participantes.
Personal de las
instituciones
Igual a los dos grupos anteriores, es el segundo mecanismo
más usado.
Retiro de
privilegios
Niños Después del castigo físico y verbal, los niños refieren que
este tipo de disciplina es muy frecuente en su familia.
Cuidadoras Para este grupo de mujeres, el retiro de privilegios es una
forma muy útil y efectiva para disciplinar a sus hijos.
Personal de las
instituciones
Perciben que en la vereda las cuidadoras no acuden a este
mecanismo al momento de disciplinar a los niños.
Disciplina
inductiva
Diálogo
formativo y
recompensa
social
Niños Para ellos es la forma menos usada por las cuidadoras para
ejercer disciplina.
Cuidadoras Según este grupo, este es el primer mecanismo al que
acuden a la hora de disciplinar a sus hijos.
Personal de las
instituciones
Para este grupo, estos mecanismos no se usan o se usan de
manera muy incipiente.
Fuente: Elaboración propia.
Para los niños entrevistados, el castigo físico es el más usado por los padres para
ejercer la disciplina. Por ejemplo, la mayoría refirieron que cuando se portaban mal, sus
cuidadores frecuentemente acudían a los golpes.
“Cuando me porto mal me pegan con el cinturón, me pega mi papá con un palo,
con una chancla”.
Las cuidadoras de los niños también reportaron que usan el castigo físico cuando
han agotado otras instancias o lo hacen sistemáticamente porque es la única forma en que
los niños les hacen caso. Algunas afirman que sólo ejercen castigo físico cuando consideran
que la falta cometida por el niño ha sido muy grave.
“Les digo que tienen que hacer caso, ya cuando no me hacen caso cojo una
chancla, y ahí sí hacen caso (Risas)”.
Así mismo, las personas entrevistadas de las instituciones refieren que las familias
de la vereda ejercen la disciplina principalmente por medio del castigo físico.
“Usualmente acuden el castigo físico, el refuerzo para ellos es hacer que los hijos
hagan caso con el castigo físico, si no encuentro una correa encuentro un palo, sino
encuentro un palo encuentro un cable, o si no el palo de la escoba. Sí, ejerciendo el
castigo físico dejando marcas y heridas. Secuelas”.
Además del castigo físico, es una constante en los relatos de los participantes el uso
del castigo verbal. Los cuidadores tienden a usar amonestaciones verbales como una forma
de castigo para alterar los comportamientos no deseados de los niños, por medio de los
gritos, groserías y amenazas. Los niños participantes afirman que, aparte del castigo físico,
sus padres los castigan de manera verbal. Algunos manifiestan que el castigo físico va
acompañado del castigo verbal.
“Cuando me porto mal me regañan, gritan y me pongo triste”
Por su parte, las madres y cuidadoras refieren disciplinar a los niños a través del
castigo verbal con gritos y regaños, caracterizados por discursos que buscan canalizar la
energía sin contener ninguna directriz e instrucción. En algunas ocasiones usan los gritos y
los regaños para evitar el castigo físico. De vez en cuando esos regaños y gritos van
acompañados de groserías e insultos.
“Por ejemplo, uno ve en la escuela que las mamás los tratan a las patadas, vaya
hágame esto, vaya chino no se qué, y ¡no!, mejor dicho, y no”
Las personas entrevistadas pertenecientes a las instituciones, refirieron que los
cuidadores acuden al castigo verbal como una de las maneras más próximas para ejercer la
disciplina.
“Pues yo pienso que la forma más inmediata que utilizan, es inicialmente a través
del regaño. Todo el tiempo pues como regañando: “no haga”, “¡no! Pero nunca les
explican de pronto por qué”.
En tercer lugar, está el retiro de privilegios como una forma de reprender por medio
de la restricción de un estímulo agradable que se aplica después de la conducta indeseada.
Tanto los niños como las madres y cuidadoras reconocen esta forma de disciplinar.
“Cuando me porto mal me regañan y me ponen un castigo de no ver tele por una
semana”.
“Con Juan2 una vez rompió algo en el colegio y le dije que si volvía a hacer daños
o le iba mal en el estudio no lo volvía dejar ir a jugar”.
A diferencia de lo que refieren las cuidadoras y los niños, el personal entrevistado
de las instituciones refieren que el uso del retiro de privilegios por parte de las cuidadoras
en la vereda no es usual.
“Para ellos no existe el castigo de reprimir cosas que les agrade o que les guste”
Con relación a la disciplina inductiva, las mamás y cuidadoras reportaron un mayor
uso de esta forma de disciplinar; sin embargo, los niños, aunque la mencionan, no la
consideran tan usual.
2Losnombresonficticiosyhansidocambiadosparaguardarelanonimatodelosparticipantes.
“Cuando me porto mal me regañan pero me corrigen, qué es lo que yo debo hacer y
lo que no debo hacer”.
“¿Qué hace cuando su hijo hace algo incorrecto?: Lo regaño, vuelvo y les explico
que es lo que está mal, qué no se debe hacer, y qué es lo que se debe corregir o se
debe hacer”.
Respecto a las personas entrevistadas por parte de las instituciones no manifiestan
otras maneras de ejercer la disciplina, para ellas las familias de la vereda solo ejercen el
castigo físico y verbal.
Por último, sobre la recompensa social, todos los niños identificaron por parte de
sus cuidadoras un mecanismo de recompensa social cuando se portaban bien. De igual
forma, las cuidadoras afirmaron aplicar recompensas sociales más que materiales. La
mayoría de los mecanismo de refuerzo positivo están relacionados con el juego y la muestra
de cariño y afecto.
“Cuando me porto bien me abrazan y me felicitan. Juegan conmigo”
“Por ejemplo, los mando a un mandado y que me hagan el favor, yo les digo
gracias mis amores, Dios y la Virgen me los acompañe más, o así. Pero darles
cualquier cosa no, pero les agradezco, eso sí”.
Sin embargo, cuando se indaga a las personas de las instituciones a cerca de la
recompensa social, refieren que estos no son frecuentes dado que a los cuidadores se les
dificulta demostrar cariño a sus hijos.
¿Se evidencia los refuerzos positivos en la crianza? – “Difícilmente, tal vez (voy a
ser algo exagerada) no existe por la misma cultura que se ha generado. Tal vez
aquellos que lo hacen porque han tenido un espacio más abierto a la civilización, a
la comunicación, a la apertura de que, de que existen otras maneras de educar,
pero muy pocos”.
Creencias en la crianza relacionadas con la disciplina parental
Disciplina punitiva
Las percepciones que tienen los niños, madres, cuidadoras y personal de las
instituciones sobre la forma en que los padres ejercen la disciplina generan una serie de
creencias sobre lo que es disciplinar.
Los niños expresan sus sentimientos de acuerdo a las prácticas de crianza de sus
padres, específicamente a la forma en que se aplica la disciplina. Por lo tanto, para cada
mecanismo hay unas percepciones y sentires diferentes (Ver tabla 3.)
Tabla 3. Expresión de sentimientos por parte de los niños ante las prácticas de disciplina ejercida por padres y cuidadores.
Mecanismos para ejercer la crianza Extractos de los relatos de los niños
Disciplina punitiva
Castigo físico
“Cuando hago algo mal, me regañan, me pegan y me pongo triste. “Cuando me porto mal me “vacean”, me pegan con un cinturón y me pongo bravo”.
Castigo verbal “Cuando me porto mal me regañan, me gritan y me pongo triste”.
Retirada de privilegios
“Cuando me porto mal me castigan, me regañan, y no me dejan hacer mis cosas favoritas, por ejemplo jugar con los carros y la bici y eso me pone triste”.
Disciplina inductiva
Diálogo formativo
“Cuando me porto mal me regañan, pero me corrigen: qué es lo que yo debo hacer y lo qué no debo hacer. Y eso me pone de buen ánimo”.
Recompensa social “Cuando me porto bien me dan un dulce o me llevan a pasear o a jugar y eso me pone feliz”.
Fuente: Elaboración propia.
Las creencias de las mamás y cuidadoras sobre la forma de disciplinar a los niños
giran alrededor de argumentos que justifican su forma de proceder, que de alguna manera
se legitiman porque hacen parte del conjunto de creencias de la sociedad. Por ejemplo, para
el castigo físico y verbal las creencias de estas mujeres se pueden agrupar en tres formas de
justificarlo: el castigo es necesario para criar bien a un niño; el castigo, si se ejerce de
manera suave, es inofensivo para el niño; y se debe acudir al castigo físico después de
haber agotado las otras formas de disciplinar.
En cuanto a la creencia de la necesidad del castigo físico en la crianza, las mujeres
expresaron frases como:
“Pero, pienso que de vez en cuando una que otra palmadita, una que otra
trancadita duro es necesaria. Pues en últimas eso ayuda a que se críen bien”.
Con relación a la intensidad del castigo físico, las madres y cuidadoras refirieron:
“Si es algo que ellos cometieron grave, pues los reprendo, pero tampoco los
reprendo muy duro, si no pues una palmada y ya”.
En cuanto al haber agotado los otros mecanismos de criar, afirmaron:
“yo no digo que no les he pegado, porque yo les he pegado a ellas, pero yo digo
que hay veces que uno les pega pero porque ellos cometen una falta y uno debe
reprenderlos, porque hay veces ellos con palabras hay veces ellos no entienden,
¿sí?”.
En cuanto al retiro de privilegios, las cuidadoras refieren usarlo porque es más efectivo,
dado que para el niño es más grave el hecho de prohibirles hacer algo que les divierte y les
guste, que el hecho de ser regañados o golpeados.
“Una vez no me hizo caso, entonces yo le dije; papito que no puede ir donde su
abuelita a jugar y eso a él le dolió muchísimo. Claro, a él le dolió en el alma”.
A pesar de que muchas cuidadoras acuden al castigo físico y verbal, algunas de ellas
refieren sentimientos de culpa después de aplicar estos tipos de castigo.
“Una vez le pegué duro con un cinturón, bien duro, y eso me dolió más que…”.
Disciplina inductiva
Algunas cuidadoras creen que estas formas de disciplinar son más útiles a la hora de
reprender a los niños por dos razones; consideran que cuando al niño se le habla
asertivamente y de buena manera, el niño entiende y obedece; y porque, de alguna manera,
no quieren repetir la forma en que ellas fueron criadas.
“Entonces a veces uno no, yo no, no castigo, como le dijera a su persona,
pegándole con palos o eso, pero sí hablando y explicando las cosas, no como mi
papá me castigaba”.
Con relación a la recompensa social algunas madres y cuidadoras creen que
actualmente hay más confianza para expresarle sentimientos de amor a los niños y que
aplicar recompensa social en la crianza hace que los niños se sientan felices. Sin embargo,
algunas de las mamás mencionan que para ellas es difícil expresar palabras de felicitaciones
a sus hijos.
“Como ahora con mis dos niños que hacen algo bien, uno les da felicitaciones o un
abrazo, mientras que antes no se tenía esa confianza para hacerlo”.
Las personas de las instituciones creen que el castigo físico y verbal son los
mecanismos más usados y preferidos por los padres y cuidadores. Refieren que los padres
acuden a ellos porque creen es la forma más efectiva y fácil de criar a los hijos.
“Yo digo que no hay papá que no le pegue al hijo”.
“Usualmente ejercen el castigo físico, para ellos la forma de hacer que los hijos
hagan caso es con el castigo físico”.
Las entrevistadas que hacen parte de las instituciones creen que en la vereda no es
frecuente que se ejerzan otras formas de disciplina parental diferentes a los castigos físicos
y verbales, en parte porque culturalmente no es común expresar los sentimientos a los niños
y tener una comunicación afectiva con ellos.
“A veces, de pronto les cuesta dar un abrazo, o dar un beso o decirles: hijo yo lo
quiero mucho, yo lo amo mucho”.
Pautas de crianza relacionadas con la disciplina parental
Una de las categoría emergentes más relevantes por su recurrencia en los relatos en
término de pautas fue la forma en que se percibe el papel del hombre en la disciplina
parental de los hijos. En la tabla 4. se registran algunos diálogos de los participantes en
torno a cómo perciben el papel del hombre en la forma de disciplinar. Tabla 4. Algunas percepciones a cerca del papel del hombre a la hora de ejercer disciplina
Niños Madres y cuidadoras Personas de las instituciones “Cuando me porto mal me Pegan con el cinturón, me pega mi papá con un palo, con una chancla”.
“Entonces los coge a Juan y a Luis, ahorita ya no pero eso primero los cogía y les daba con lo que tocara”. “Hay dios mío, ese no, ese es el problema, mis hijos no han conocido la mano del papá, ese no les pegó para nada”.
“Se comunican más con la mamá, el papá siempre le tienen un poco más de distancia. El acercamiento y la confianza lo llevan con la mamá, el acompañamiento, de sus preguntas de sus inquietudes pues porque la apertura de la mamá es de mayor confianza, de comprensión, de respeto hacia ellos”.
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a los relatos de los niños ellos hacen explícito que el papá es quien ejerce
el castigo físico, en el resto de mecanismos de disciplina parental no lo nombran.
Gran parte de cuidadoras perciben que a la hora de ejercer la disciplina, el hombre
cumple roles que marcan dos extremos. Por un lado, algunos hombres ejercen roles
autoritarios manifestados en una disciplina basada en el maltrato físico y verbal y por otro,
algunos son permisivos y laxos a la hora de disciplinar a sus hijos.
Para la personas entrevistadas de las instituciones el rol del hombre dentro de la
crianza y la disciplina es casi ausente y en algunos casos intervienen aplicando disciplina
punitiva.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue explorar las percepciones de un grupo de familias rurales
(niños y cuidadoras) e instituciones municipales a cerca de la crianza y la disciplina que
ejercen los padres y cuidadoras sobre los niños de seis a diez años de edad en una vereda de
un municipio de Cundinamarca. Para esto, se plantearon dos preguntas: la primera, ¿Cuáles
son las prácticas, creencias y pautas de crianza relacionadas con la disciplina parental? y
una segunda pregunta; ¿Cómo se relacionan las percepciones de los niños, cuidadoras y
personas de las instituciones alrededor de las prácticas, creencias y pautas que están
relacionadas con la disciplina parental y la crianza?
Las percepciones de los participantes a cerca de las prácticas que usan los
cuidadores para disciplinar a los niños se agruparon en dos tipos de disciplina parental; la
disciplina punitiva y la inductiva. En cuanto a la disciplina inductiva las familias de la
vereda utilizan el castigo físico, el verbal y la retirada de privilegios. Respecto a la
disciplina inductiva es usual que en la vereda las cuidadoras acudan al diálogo formativo y
la recompensa social. Respecto a las creencias de los participantes, los resultados se
muestran de acuerdo a los grupos entrevistados. Por un lado, las creencias de los niños
fueron analizadas desde la forma en que expresan sus sentimientos. Las creencias de las
madres y cuidadoras circundan alrededor de la justificación del castigo físico y verbal. Por
su parte, las personas de las instituciones entrevistadas creen que el castigo físico y verbal
son los mecanismos más usados por los cuidadores y perciben que son la forma más
efectiva y fácil de criar a los hijos. Por último, como pauta de crianza se priorizó el rol del
hombre en la disciplina parental.
Prácticas
En cuanto a la disciplina punitiva las familias de la vereda utilizan el castigo físico,
el verbal y la retirada de privilegios. Respecto a la disciplina inductiva es usual que en la
vereda las cuidadoras acudan al diálogo formativo y la recompensa social.
Con relación al castigo físico los niños y las personas de las instituciones refieren
que es el método al que acuden los padres como primera opción para ejercer la disciplina.
Estos datos se relacionan con un estudio sobre castigo físico realizado en nueve países
(incluido Colombia) en donde se encontró que más de la mitad de todos los niños habían
experimentado este tipo de castigo (Lansford et al., 2010).
Por su parte, las cuidadoras entrevistadas refieren que el castigo físico lo practican
en cierta medida, pero no es la primera opción para disciplinar, encontrándose una
divergencia con las percepciones de los niños y personas de las instituciones. Esto es
particularmente importante en el caso del castigo corporal, ya que cuando se pregunta a los
niños sobre sus experiencias, a menudo hay discrepancias con los informes de los padres y
cuidadores (Vittrup & Holden, 2010). En este caso, esta discrepancia puede sugerir dos
situaciones; la primera tiene que ver con el carácter del ámbito privado y sensible del tema
y por otro, la situación de vulnerabilidad a la que se expone la entrevistada, dado que
reconoce que el castigo físico tiene alcances legales.
En cuanto al castigo verbal todos los participantes de este estudio percibieron que es
un mecanismo para disciplinar usado en la vereda que con frecuencia se implementa
acompañando al castigo físico. El uso generalizado y frecuente del castigo verbal por parte
de los cuidadores fue explicado en una revisión sistemática que examinó la relación entre la
disciplina parental y el cumplimiento del niño, que concluyó que el castigo verbal,
acompañado de respuestas negativas no verbales de sus padres, hacía que aumentara el
nivel de cumplimiento del niño (Owen, Slep & Heyman, 2012).
Con relación a la retirada de privilegios, las cuidadoras acuden a este mecanismo de
disciplina parental por su efectividad, información que concuerda con un estudio realizado
por Barkin et al. (2007) donde se demostró que los padres y madres encuestados acuden a
la retirada de privilegios para disciplinar a sus hijos en edad escolar como forma efectiva de
reprender a sus hijos.
Respecto a los mecanismos inductivos es importante resaltar que tanto los niños
como las madres y cuidadoras reconocen estas formas de ejercer la disciplina. Este aspecto
es clave en la crianza de los niños de la vereda porque los enfoques positivos de crianza que
no incluyen la disciplina parental física, gritos y regaños son importantes para reducir la
probabilidad de que un niño experimente la violencia doméstica en edad adulta (Afifi, Mota
& MacMillan, 2017). En un estudio que abordó la relación entre la crianza y
el comportamiento prosocial de los niños, se concluyó que los padres que ejercen una
disciplina inductiva no coercitiva, basada en el diálogo tienen hijos que son relativamente
más prosociales que los hijos de padres que ejercen disciplina punitiva (Knafo & Plomin,
2006).
Además, los niños y cuidadoras perciben que en su proceso de crianza se incluye la
recompensa social, más no material. Algunos estudios revisados han concluido que la
recompensa social basada en elogios aumenta la probabilidad de que los niños cumplan con
los límites impuestos (Marchant, et al., 2004; Matheson & Shriver, 2005) lo que podría
convertirse en un estímulo para que los padres refuercen esta forma positiva de disciplinar a
los niños.
Creencias
Las percepciones de los niños sobre la forma en que son castigados implican sus
repuestas emocionales, como la ira, la culpa y la alegría (Patrick & Gibbs, 2012). Con
relación al castigo físico y verbal, los niños refieren sentimientos de tristeza e ira. Esta
situación concuerda con algunos estudios en los que se entrevistaron a niños que refirieron
sentir dolor físico, emocional miedo y enojo ante el castigo corporal y verbal (Saunders &
Goddard, 2007 & Gershoff, 2002). Los resultados que surgieron indican que el castigo
físico y verbal son una experiencia cotidiana y que trae consecuencias emocionales en los
niños. Sin embargo, los niños participantes expresan sentimientos de felicidad y bienestar
ante mecanismos inductivos. Estos resultados concuerdan con un estudio realizado en
México en donde se entrevistaron a niños en edad escolar para conocer su opinión acerca
de la disciplina parental y el castigo, quienes opinaron que el diálogo es una vía legítima
para sancionar y es la técnica mejor percibida por parte de los niños (Plascencia, 2009).
A pesar de que las percepciones de los niños alrededor del castigo físico y verbal
son negativas, las madres y cuidadoras tienden a justificarlo con creencias de tipo “el
castigo es necesario para criar bien a un hijo”. Un estudio realizado en Brasil en 2009
demuestra que los cuidadores reconocen que la práctica del castigo físico es legítima
(Donoso & Ricas, 2009). Igualmente, se concluyó que el 65% de las mujeres incluidas en
un estudios en EE. UU. asumen que el castigo físico es una herramienta disciplinaria
necesaria en la crianza (Child Trends, 2015).
En el presente estudio las cuidadoras creen que si el castigo físico es leve o suave,
este no va a ser perjudicial para el niño. Esta forma de pensar por parte de las cuidadoras es
preocupante dado que el uso del castigo físico en cualquier intensidad puede convertirse en
un factor de riesgo para maltrato infantil y violencia intrafamiliar, entre otras razones
porque no hay una línea que trace el límite entre el castigo físico leve y el fuerte (Flores &
Schirmer, 2006). Además, las cuidadoras legitiman el castigo físico cuando creen que es
efectivo después de haber agotado todas las instancias sin encontrar respuesta positiva.
Estas mismas creencias la tuvieron un grupo de encuestados en un estudio realizado en EE.
UU. donde opinaban que el castigo físico es una estrategia disciplinaria efectiva y no
produce efectos negativos (Taylor et al, 2016).
Es importante resaltar que a pesar de que las cuidadoras acuden al castigo físico,
muchas de ellas refieren que al aplicar este tipo de castigo se sienten culpables y se
arrepienten, es decir, entienden que al golpear a su hijo le están causando daño. Esta
información converge con lo que Bessa, et al. (1989) describe respecto a que el castigo
físico es usado de forma incontrolada, más como un alivio para la persona que está
golpeando que como un medio para imponer disciplina parental.
Las cuidadoras respecto a la disciplina inductiva creen que es útil porque el niño
entiende a “las buenas” y porque es una forma de no repetir la historia experimentada con
el castigo físico. Algunos estudios han encontrado que el diálogo formativo se percibe
como la técnica más justa y emocionalmente más sensible por parte de las cuidadoras que
otras técnicas disciplinarias (Barnett, Quackenbush y Sinisi, 1996).
Con relación a la recompensa social las cuidadoras consideran que es una forma
común y legítima en la vereda para incentivar a los niños a comportarse de manera
adecuada, haciéndolos sentir bien y felices. Sin embargo, algunas de las cuidadoras
mencionan que para ellas aún es difícil expresar palabras de felicitaciones y elogios a sus
hijos. En concordancia, un estudio realizado en México encuestó a un grupo de cuidadores
rurales encontrando que no había un patrón claro de muestra de afecto, los cuidadores se
inclinan a expresar afecto brindando apoyo cuando los niños los necesitan, más que
expresando muestras de cariño y afecto (Van, et al, 2012). Esta situación pone en
manifiesto la necesidad de abordar otro tipo de recomendaciones a la hora de explicar y
aconsejar a las cuidadoras sobre la crianza de sus hijos, dado que las formas de expresar
afecto, en algunas familias de la vereda, no es por medio de la verbalización.
Es importante resaltar que las personas entrevistadas por parte de las instituciones
no refieren que en la vereda las familias acudan a la disciplina inductiva porque demuestra
que la institución no reconoce que las cuidadoras de la vereda ejercen mecanismos
positivos para disciplinar y desconocen potencialidades que pueden ser reforzadas a la hora
de educar y acompañar los procesos de crianza de la vereda.
Pautas
Un aspecto interesante a resaltar fue la no participación del hombre en este estudio,
todas las participantes, incluidas las personas de la institución fueron mujeres, esto puede
ser una muestra de la falta de participación del hombre en los escenarios que tienen que ver
con la crianza de los niños. Lo anterior corrobora la información brindada por los
participantes quienes refirieron que el rol que ejerce el hombre en la disciplina parental y
crianza, en general, es percibido como un rol que está ausente. Esta afirmación es soportada
por un hallazgo en un estudio que buscó relaciones entre las actitudes de las mujeres sobre
la violencia doméstica y el castigo. En este estudio que incluyó a 25 países de ingresos
medios y bajos y que incluía una muestra de 85.999 personas, se tuvo que retirar de la
muestra la variable hombre porque solo el 1% de los cuidadores fueron hombres (Lansford
et al, 2014). Igualmente, en el estudio realizado en Boyacá por Triana, Ávila y Malagón
(2010) sobre patrones de crianza y cuidado de niños y niñas, la figura paterna se
constituye en la gran ausente de las narraciones de las rutinas diarias de las participantes
en el estudio.
Los niños y cuidadoras en sus relatos dejaron implícito que el hombre cuando
participa en la disciplina parental lo hace por medio de mecanismos punitivos. Por su parte
las personas de las instituciones refieren que el rol del hombre se ausenta de la crianza de
sus hijos. Lo anterior demuestra que el rol del padre en la disciplina parental de la vereda se
percibe como una figura que está ausente en el proceso de crianza cotidiano y que aparece
esporádicamente para corregir con mecanismos punitivos. Aunque en las investigaciones
sobre el uso del castigo por parte del hombre y de la mujer sugieren que las mujeres usan
con más frecuencia que los hombres el castigo corporal y verbal (Fauchier y Straus, 2007),
esto se puede relacionar a que en promedio las mujeres pasan más tiempo con los niños y
tienen más responsabilidad con su cuidado diario que los hombres (Day, Peterson &
McCraken, 1998).
Tanto los niños, como las cuidadoras y personal de las instituciones encuentran que
el hombre no ejerce mecanismos de diálogo formativo y recompensa social, esta labor se
asigna a las cuidadoras generalmente. Aunque el rol del padre en Colombia se ha ido
transformado para alcanzar un papel más participativo en la crianza de los niños, esta
transformación no ha sido uniforme, por ejemplo; en contextos urbanos el padre se ha
incorporado significativamente en los procesos de crianza, pero en sectores rurales esta
transformación ha sido lenta y aún subsisten la tradiciones patriarcales muy marcadas
(Páez, 1984) lo que explica los hallazgos de este estudio enmarcado en comunidad rural.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
A pesar de que se buscó participación del hombre en el estudio ninguno se interesó
en participar, por lo tanto en este estudio se explora solo las percepciones de las mujeres
cuidadoras. Esta situación además de ser una limitante, confirma la poca presencia del rol
del hombre en escenarios relacionados con la crianza de los hijos.
La herramienta utilizada para explorar las percepciones de los niños limitaba el
nivel de respuesta e imposibilitaba indagar más allá de las respuestas registradas en el
papel. Sin embargo, se procuró diseñar la herramienta lo más amigable posible para el niño,
se dio espacio suficiente entre los párrafos y se dedicó tiempo suficiente en lograr que todos
los niños entendieran el objetivo del ejercicio. Además se creó un entorno en el que los
niños se sintieran cómodos, intentando entender y solucionar las necesidades de los niños.
A pesar de esta limitación, los niños pudieron expresarse y compartir sus experiencias
abiertamente, dándonos una idea de su mundo.
En cuanto al análisis de la información, una limitación tiene que ver con la
caracterización de los participantes, dado que no se tuvieron en cuenta las diferencias del
sexo de los niños. De igual manera, no se tuvo en cuenta la edad y educación de las
cuidadoras y personas de las instituciones en el momento del análisis. Entre otras cosas esta
situación se dio por la necesidad de obtener información general de la vereda, no obstante,
los relatos se relacionan entre sí y no se evidenció un patrón extremo entre ellos.
Existe el riesgo de que la motivación de respuesta por parte de los participantes
pueda verse afectada por la deseabilidad social, por la cual podrían infravalorar algunas
formas de disciplinar y sobrevalorar otras. También existe la posibilidad de que algunas
familias con elevado nivel de castigo punitivo haya no deseado participar, lo cual dejaría
por fuera del estudio los casos más relacionados con violencia intrafamiliar. Sin embargo,
se espera que este efecto sea pequeño porque las respuestas de los padres se recopilaron de
manera anónima y se explicó a los participantes el alcance del estudio. Además, por la
disposición y apertura al diálogo con el investigador y la relación de confianza que se
construyó con cada una de las participantes.
RECOMENDACIONES
El presente trabajo aporta elementos de análisis para la construcción de estrategias dirigidas
a mitigar el escalamiento del maltrato infantil y la violencia intrafamiliar y su transmisión
intergeneracional en la vereda seleccionada. Las recomendaciones se brindan por niveles
del sistemas ecológico.
Microsistema (Familia)
El ejercicio de la crianza de un niño en etapa escolar parte por reconocer que en esta
etapa los niños son tomadores de decisiones independientes y entienden y asumen los
límites y alcances que se les impongan. Por lo anterior, se hace necesario vincular a los
niños en la formulación y reformulación de las reglas familiares dado que el niño tiene la
capacidad de debatir, de ser imparcial y tener conciencia de lo que es justo y no (Ateah,
Secco & Woodgate, 2003). Además, nunca se debe hacer que los niños sientan que el amor
de los cuidadores esté condicionado a su buen comportamiento.
Mesosistema (Instituciones)
Es importante reconocer que existe un abanico de posibilidad para ejercer la crianza
de los niños de forma inductiva, muchos de ellos reconocidos y usados por las cuidadoras.
Se hace necesario implementar estrategias encaminadas a reforzar estos mecanismos para
entender las razones por las cuales se usan y que impulsa a las cuidadoras a
implementarlos.
Resulta clave fomentar el trabajo inter y trans-sectorialidad para abordar las
falencias que existen en la crianza de los hijos. Los puntos de vista del sector salud,
protección y educación son fundamentales a la hora de brindar soluciones integrales que
mejoren la calidad de vida de los niños de la vereda. Éstos profesionales desempeñan un
papel fundamental en la implementación de política públicas para la infancia y tienen la
responsabilidad de garantizar los derechos del niño como estado y como sociedad. Cabe
enunciar que la comunidad, incluidos los niños y cuidadores son un sector importante a la
hora de planear intervenciones intersectoriales.
Se debe hacer una traducción para la planeación, implementación y evaluación de la
política pública a nivel local, teniendo en cuenta su ruralidad y su contexto histórico-social.
Para esto es necesario contar con la opinión y participación de los niños, las mujeres
cuidadoras, pero también de los hombres quienes han estado ausentes en escenarios de
crianza de cara a la comunidad.
Es importante enfatizar los esfuerzos en analizar y entender las creencias y las
pautas alrededor de la crianza y la disciplina parental, ya que son dos categorías que están
arraigadas cultural y socialmente en los cuidadores y generalmente dan cuenta de las
prácticas que se ejecutan en los hogares.
Por último, una recomendación que surge del hecho de socializar con las
cuidadoras, de haber tenido el privilegio de entrar a sus casas y haber escuchado sus
valiosos relatos; fue haber entendido que más que madres y abuelas son mujeres que tienen
sueños, que quieren ser reconocidas y valoradas. Por lo anterior urge la necesidad de
escuchar a estas mujeres, reconocerlas y empoderarlas.
CONCLUSIONES
Las percepciones de los participantes alrededor de la crianza y disciplina parental de
la vereda están enmarcadas en creencias firmes de que la disciplina punitiva
(específicamente el castigo físico) es necesaria en la crianza y cuando se ejerce de manera
leve es inofensiva para los niños. Esta percepción está muy marcada en las personas de las
instituciones. Sin embargo, los niños y las cuidadoras perciben que existen otras formas de
disciplinar, menos coercitivas y más positivas, como el diálogo formativo y la recompensa
social, que podrían impactar en la disminución del maltrato infantil y la violencia. Es
importante resaltar que las cuidadoras son conscientes de los beneficios que tienen en los
niños y estos lo perciben como una acción que produce bienestar.
La crianza y disciplina parental de los niños en la vereda es asumido en gran parte
por la mujer, mientras que el hombre se ha mantenido al margen y su rol como padre que
ejerce disciplina se limita en algunas ocasiones a ejercer castigo físico y verbal.
Se hace necesario implementar acciones y estrategias de intervención
intersectoriales, que incluyan la participación de la comunidad, específicamente la
participación de los hombres. Estrategias enfocadas en reforzar las creencias y prácticas de
disciplina inductiva que las cuidadoras vienen ejecutando, así como intervenciones que
reconozcan el rol de la mujer en la crianza y la capacidad de los niños en participar en la
toma de decisiones de las familias.
Este estudio no pretende juzgar las prácticas que usan los cuidadores de la vereda,
pero si reconocer que existen diferentes formas de aplicar disciplina parental, que las
creencias que se tienen alrededor de la mismas son claves para implementar acciones que
busquen mitigar las problemáticas de maltrato infantil y violencia intrafamiliar.
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La crianza y la disciplina de los niños: Una manera de definir el futuro de Villapinzón, Cundinamarca.
El límite entre el castigo físico y verbal y el maltrato infantil es imperceptible. Estos tipos de castigo se relacionan con el maltrato infantil y la violencia intrafamiliar, entre otros. La Política Pública de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia del departamento de Cundinamarca busca garantizar el cumplimiento y la protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y enfatiza en la prevención y erradicación del maltrato infantil y la violencia intrafamiliar. La Alcaldía Municipal de Villapinzón, Cundinamarca, tiene la tarea de concretar dicha política a nivel local, todo un reto cuando el castigo físico y verbal hacen parte de los métodos sociales y familiares para disciplinar a los niños.
Algunas definiciones
Maltrato infantil
“Es toda forma de perjuicio o de abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentra bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo” (14).
Castigo físico
Disciplina punitiva
Disciplina inductiva
La investigación concluyó que en la vereda predomina y se considera útil el uso del castigo físico y verbal para disciplinar y criar a los hijos, sin embargo, los niños, niñas y cuidadoras opinan que también se ejercen otros tipos de disciplinas que no tienen que
ver con los regaños y los golpes. Se perciben que son útiles y aportan a una mejor relación intrafamiliar.
“La forma más fácil de disciplinar a los niños en la vereda es coger al niño y castigarlo físicamente. No con una palmadita, si no, que son castigos fuertes que ya se sobrepasan” El anterior es un fragmento del relato brindado por una persona perteneciente a una institución del municipio de Villapinzón a cerca de su percepción sobre la forma de criar y disciplinar en una vereda de Villapinzón.
Según el Plan de Desarrollo Municipal 2016 -2019 y el documento de diagnóstico de los niños, niñas y adolescentes (2016) de Villapinzón, los problemas más graves que se han identificado en relación con la niñez del municipio son; el maltrato infantil causado por su propia familia, la violencia intrafamiliar y el abandono de los niños.
La presente nota de política resume los resultados y recomendaciones de política de la investigación llamada “Percepciones sobre la crianza y la disciplina parental en una vereda de un municipio de Cundinamarca. Un estudio de caso”. Este proyecto explora las percepciones de un grupo de familias rurales e instituciones municipales a cerca de la crianza y la disciplina que ejercen los padres y cuidadores sobre los niños de seis a once años de edad en una vereda del municipio de Villapinzón Cundinamarca.
“El uso de actos físicos para disciplinar o castigar al niño, que puede ir desde palmadas, golpes y empujones hasta lanzar objetos al niño (5)
Está basada en el castigo verbal y físico y fomenta un modelo de agresión (3).
Basada en el diálogo formativo y en el razonamiento, ayuda a desarrollar habilidades empáticas en el niño (8).
Acerca del autor: Luis Fernando Soler. Estudiante de maestría en salud pública. Universidad de los Andes.
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“Pienso que de vez en cuando una que otra palmadita, una que otra trancadita bien duro es necesaria. Pues en últimas eso ayuda a que se críen bien”.
La frase anterior es un extracto de uno de los relatos de una de las madres de una vereda de Villapinzón, que refleja que el castigo físico es legítimo y se usa cotidianamente para corregir a sus hijos. Según UNICEF (2014), seis de cada diez niños en el mundo sufren maltrato físico a diario, la mayoría de estos niños sufren una combinación de castigos físicos y verbales. Este maltrato ocurre principalmente al interior de las familias por medio del castigo físico y verbal (Pinheiro, 2006). En Colombia el 26.2% de las mujeres y el 15.8% de los hombres afirman que castigan a sus hijos con golpes y objetos (ENDS, 2015).
La Política Pública de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia del departamento de Cundinamarca busca garantizar el cumplimiento y la protección integral de los derechos de los
niños, niñas y adolescentes. Esta política reconoce que la crianza y disciplina inductiva son elementos cruciales para que un niño sea protegido del abandono, negligencia y maltrato y
tendrá un impacto positivo en personas con comportamientos no agresivos y respetuosos hacia los demás a lo largo de la vida. Además, esta política incluye un lineamiento de acciones que
deben ir encaminadas a la protección frente al abandono, negligencia, maltrato, abuso y violencia intrafamiliar.
El reto de implementar la Política Pública de Primera Infancia y Adolescencia.
La disciplina familiar es crucial en la crianza de los niños porque permite moldear el carácter y enseñar las conductas aceptables del niño (Papalia, Olds y Feldman, 2007), es decir, la disciplina en los niños es un determinante de la personalidad del adulto. Un aspecto importante de la crianza es la forma que usan los padres, madres y cuidadores de los niños para disciplinarlos (Theunissen, Vogels & Reijneveld, 2014). Hay formas de disciplinar a los niños que repercuten positivamente en ellos (Butchart et al, 2006). Sin embargo, hay otras que tienen consecuencias negativas en el desarrollo y futuro de la infancia (Musitu y Garcia, 2004).
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Lo anterior significa que todos los municipios del departamento son garantes de los derechos de los niños, niñas y adolescentes para que estos crezcan y vivan con altos niveles de felicidad, amor, comprensión y bienestar. Pero además, significa que los municipios deben propender por promover unas prácticas de crianza y disciplina que mitiguen los problemas de violencia contra los niños. Esto se materializa por medio del Plan de Desarrollo Territorial con acciones que den cuenta de los objetivos que traza la Política Departamental.
El relato de este niño de ochos años nos muestra que el castigo físico y verbal esta en la cotidianidad de la familia, pero sobretodo, nos muestra que lo afecta y lo percibe como algo negativo. El relato del niño también es el reflejo de que el cumplimiento del objetivo de la Política Pública de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia departamental es un reto para Villapinzón Cundinamarca.
“No me gusta cuando en mi casa me pegan y me regañan, eso me pone muy triste”
El Plan de Desarrollo Municipal de Villapinzón en su apartado de primera infancia, infancia y adolescencia propone el programa “Infancia y adolescencia, define tu vida y el futuro de un pueblo”. Dicho programa busca disminuir la violencia intrafamiliar a través de la prevención de la vulneración de los derechos de la infancia y adolescencia del municipio de Villapinzón. Las acciones propuestas están encaminadas a promover patrones de crianza, de relación bajo principios y valores, apoyo a la familia y prevención de matoneo, maltrato y trabajo infantil, entre otras. Además, estas acciones están dirigidas a los adolescentes, padres de familia, hogares de bienestar, sector educación y otros.
Sin embargo, cumplir el objetivo de la Política Pública de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia departamental es un reto para Villapinzón Cundinamarca. Así lo demuestra una de los fragmentos brindado por un niños de ocho años participante en el estudio.
Lo anterior, se refuerza con algunas cifras manejadas por la Comisaría de Familia que demuestran que el problema de maltrato infantil y violencia intrafamiliar esta latente y es apenas la punta del iceberg dado que se presenta al interior de los hogares Villapinzón.
Las voces y visiones de los participantes del proyecto presentadas en esta nota de política convergen en el argumento de que el castigo físico y verbal es necesario en la crianza y disciplina de los niños. El argumento anterior está muy marcado especialmente en las percepciones de las personas que trabajan en las instituciones que participaron en el estudio. Sin embargo, los niños y las cuidadoras perciben que existen otras formas de disciplinar, menos coercitivas y más positivas, como el diálogo y la recompensa, que podrían impactar en la disminución del maltrato infantil y la violencia intrafamiliar. Por ejemplo:
Otras formas de criar y disciplinar en la vereda
Testimonio de niña de 10 años: “Cuando me porto bien me abrazan y me felicitan. Juegan
conmigo y eso me hace feliz”
Testimonio de mujer cuidadora: “Por ejemplo, los mando a un mandado y que me hagan el
favor, yo les digo gracias mis amores, Dios y la Virgen me los acompañe más, o así. Yo les
agradezco, eso sí”.
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A nivel familiar:
ü El ejercicio de la crianza de un niño en etapa escolar parte por reconocer que en esta etapa los niños son tomadores de decisiones independientes y entienden y asumen los límites y alcances que se les impongan.
ü Vincular a los niños en la formulación y reformulación de las reglas familiares (el niño tiene la capacidad de debatir, de ser imparcial y tener conciencia de lo que es justo y no).
ü Nunca se debe hacer que los niños sientan que el amor de los cuidadores esté condicionado al buen comportamiento.
A nivel institucional:
ü Es importante reconocer que existe un abanico de posibilidad para ejercer la crianza y disciplinar sin tener que acudir al castigo físico y verbal, muchos de ellos reconocidos y usados por las cuidadoras de la vereda.
ü Es necesario implementar estrategias encaminadas a reforzar estos mecanismos, más allá de limitarse a hacer énfasis de los efectos negativos del castigo físico.
ü Se debe hacer una traducción de la política pública a nivel local, teniendo en cuenta su ruralidad y su contexto histórico-social.
ü Resulta clave fomentar el trabajo intersectorial para abordar las falencias que existen en la crianza de los
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hijos. Los puntos de vista del sector salud, protección y educación son fundamentales a la hora de brindar soluciones integrales que mejoren la calidad de vida de los niños de la vereda. Cabe enunciar que la comunidad, incluidos los niños y cuidadores son un sector importante a la hora de planear intervenciones intersectoriales.
ü Se debe tener en cuenta la opinión y participación de los niños y las niñas a la hora de planear, implementar y evaluar los programas y estrategias incluidas en la Plan de Desarrollo Municipal.
ü Urge la necesidad de promocionar la participación del hombre en la crianza; involucrarlo dentro de los procesos de planeación e implementación y en todas las actividades, estrategias que se planteen para abordar las problemáticas que hay alrededor de la crianza de los niños.
ü Además, se hace necesario comprender el estado actual de las normas sociales y las creencias relacionadas con la crianza entre los profesionales que trabajan en el campo.
ü Por último, una recomendación que surge del hecho de socializar con las cuidadoras, de haber tenido el privilegio de entrar a sus casas y haber escuchados sus valiosos relatos; fue haber entendido que más que madres y abuelas son mujeres que tienen sueños, que quieren ser reconocidas y valoradas. Por lo anterior urge la necesidad de escuchar a estas mujeres, reconocerlas y empoderarlas.
Dado que el plan de desarrollo es un mapa de ruta que muestra las vías para alcanzar los objetivos de la Política Pública de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia, se hacen las siguientes recomendaciones para aportar elementos de análisis para la construcción de estrategias dirigidas a mitigar el escalamiento del maltrato infantil y la violencia intrafamiliar y su transmisión intergeneracional en la vereda seleccionada:
Referencias: 1. Alcaldía Municipal de Villapinzón Cundinamarca. (2016). Plan de Desarrollo Municipal. 2. Alcaldía Municipal de Villapinzón Cundinamarca. (2016). Juntos construyendo el futuro de nuestros niños, niñas y adolescentes. Villapinzón Cundinmarca. 3. Burk, L., Armstrong, JM., Park, JH., Zahn-Waxler, C., Klein, MH., Essex, MJ. (2011). Stability of early identified aggressive victim status in elementary
school and associations with later mental health problems and functional impairments. J Abnorm Child Psychol. 2011;39:225-38 4. Butchart, A., Harvey, A., Mian, M., Fürniss, T. (2006). Preventing child maltreatment: a guide to taking action and generating evidence. WHO and
International Society for the Prevention of Child Abuse and Neglect, Geneva. 5. Ferrari, A. (2001). The impact of culture upon child rearing practices and definitions of maltreatment. Child Abuse Negl; 26(8):796–813. 6. Gobernación de Cundinamarca, (2015). Política Pública Departamental de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia. Cundinamarca al tamaño de las niñas,
niños y adolescentes: generaciones para la paz. 7. Krevans, J., Gibbs, JC. (1996). Parents’ use of inductive discipline: rela- tions to children’s empathy and prosocial behavior. Child Dev. 1996;67:3263-77. 8. Ministerio de Salud y Protección Social, Profamilia (2015). Encuesta Nacional de Demografía y Salud, Tomo II. Componentes de salud sexual y salud
reproductiva. 9. Musitu, G. y García, F. (2004). Consecuencias de la socialización familiar en la cultura española. Psicothema, 16, 288-293. 10.Papalia, D. E., Olds, S. W. y Feldman, R. D. (2007). Human development (10a ed.). Boston: McGraw-Hill. 11.Pinheiro, S. (2006). Informe mundial sobre la violencia contra los niños y niñas. Fondo de las Naciones Unidas, ONU. 12.Theunissen, M., Vogels, A., Reijneveld, S. (2015). Punishment and Reward in Parental Discipline for Children Aged 5 to 6 Years: Prevalence and Groups at
Risk. Academic Pediatrics. Volume 15, Issue 1, January–February 2015, Pages 96-102 13.UNICEF (2006). Convención sobre los derechos del niño. Disponible en: www.unicef.es/derechos/ docs/CDN_06.pdf 14.UNICEF, (2014). Informe Niños en peligro. Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas.