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PEDAGOGÍAS CRÍTICAS
La pedagogía crítica es una forma de enseñanza que pretende que los estudiantes
sean autocríticos de su propio aprendizaje que permita la transformación del
contexto social y la emancipación de los estudiantes de la clase política y
económica dominante y puedan así tener argumentos claros y coherentes para
desafiar y superar la dominación del conocimiento y puedan alcanzar una
Conciencia crítica.
Bajo este contexto, los maestros deben orientar a los estudiantes a cuestionar las
teorías y las prácticas que tradicionalmente se vienen impartiendo en las escuelas,
en la que los estudiantes están sumisos a lo que disponga el docente y a lo que
establezca el sistema educativo de un determinado contexto. En otras palabras el
maestro debe ser un dinamizador del conocimiento animando en todo momento a
los estudiantes a generar respuestas liberadoras tanto a nivel individual como
colectivo, las cuales ocasionen cambios en sus actuales condiciones de vida.
Esta pedagogía crítica tuvo como máximo exponente al educador brasileño Paulo
Freire quien fundamentaba su labor pedagógica en una corriente a la que el
denominaba pedagogía critica también conocida como pedagogía de la liberación,
la cual es un movimiento educativo que como se referencia arriba tiene como fin la
concientización de la condición social del individuo, que la adquiere mediante el
análisis crítico y reflexivo del mundo que la rodea.
La principal obra de Freire es Pedagogía del oprimido, donde es tratado este tema
en profundidad. Se refiere a la liberación de la pedagogía de la que somos presos
desde nuestros inicios en la educación lo que nos limita la posibilidad de creación
de nuestros propios conocimientos, fomentando la reproducción sin análisis ni
comprensión de los temas que se nos están enseñando
Otra obra pedagógica de Paulo Freire es "La educación como práctica de la
libertad" Freire expuso un número de innovaciones teóricas y prácticas
importantes en la pedagogía que han tenido un impacto considerable en el
desarrollo de la praxis educativa actual, especialmente en lo que se refiere a la
educación informal y a la educación popular. Diseñó una pedagogía de la
liberación, muy relacionada con la visión de los países en desarrollo y de las
clases oprimidas, con el objetivo de la concientización. Sus mayores
contribuciones son en el campo de la educación popular para la alfabetización y la
concientización política de jóvenes y adultos de la clase obrera. Sin embargo, la
obra de Paulo Freire va más allá de ese espacio y atañe a toda la educación,
siempre con el fundamento básico de que no existe una educación neutra. Según
su visión, cualquier educación es, en sí misma, política. Él mismo llamó a su
educación para adultos Pedagogía Crítica. Su Pedagogía del oprimido es uno de
los textos sobre educación que más se citan en la actualidad, especialmente en
Latinoamérica y África.
Nos podemos dar cuenta que el método de aprendizaje de Paulo Freire no es
simplemente de reproducir las palabras ya existentes, sino que éstas se crean y le
permiten hacer conciencia de la realidad para luchar por su emancipación, puesto
que algunos adquieren una conciencia ingenua en la que se dan cuenta de su
situación, sin embargo no se esfuerzan por modificarla, se sitúan en una actitud
conformista al considerarla como algo normal, incluso suelen adherirse a ella.
Otros individuos construyen su realidad y se liberan de la opresión pero
extrañamente se convierten en el polo contra el que luchaban.
El individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su
conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión que lo ha
insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos considerado, de la misma
manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del status
social que guarda contribuye a modificarlo, pero no es necesariamente una
concepción materialista sino cognitiva, cuya trascendencia se manifiesta en la
liberación de la opresión que se encuentra en el interior de la conciencia del
individuo justificando su presencia. Freire trata de que el individuo a través del
aprendizaje sistemático además aprenda a luchar por la superación y la crítica
constructiva.
La propuesta de Freire implica dos momentos distintos:
En el primer momento, el estudiante debe tomar conciencia de la realidad
que el individuo vive. Es decir, el estudiante debe ser capaz de comprender
que es un ser oprimido sujeto a las determinaciones que imponen sus
opresores en los distintos contextos donde se desenvuelve.
En el segundo momento, el oprimido debe tener iniciativa para luchar y
liberarse frente a los opresores, es decir, la situación vivida no se puede
quedar en la simple toma de conciencia de la realidad, por el contrario el
individuo debe tener la necesidad de combatir contra ese status que lo
priva.
Una característica actual de la educación es la narración y memorización excesiva
que se presentan en las aulas, pero no se analiza la esencia de ello, por ejemplo:
1945 marca el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero se desconoce cómo este
hecho influyó en nuestras vidas y las relaciones que establecemos en lo cotidiano,
por el contrario, simplemente se retiene la fecha. Esta situación, Freire la concibe
como si los alumnos fueran unos recipientes en los cuales se depositan los
conocimientos, así, el maestro es un depositario y los conocimientos son los
depósitos que realiza cotidianamente. La concepción bancaria de la educación
pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las
situaciones reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuando más
pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su
creatividad, estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los
opresores surjan como sujetos generosos.
Cuando el individuo no lucha por sus intereses y su emancipación cultural, social y
económica, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal situación
coincide con la educación que se imparte en las escuelas actualmente donde el
estudiante es un ser pasivo que solo acumula conocimiento, pero que es incapaz
de utilizarlo para solucionar problemas de su entorno inmediato. Sin embargo, la
pedagogía que propone Freire es opuesta a lo anterior, sugiere que el individuo
sea reflexivo y autocrítico, lo cual se alcanza a través de la liberación, para ello se
requiere que la educación deje de ser mecánica y unidireccional.
Partiendo de lo anterior, la educación liberadora en el individuo tiene que ser un
acto cognitivo en el que se comprenda y analice el contenido, superando la
división existente entre el maestro y el alumno; dejar de lado la relación
unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación integral de
ambos, puesto que los dos tienen elementos que aportar para la enseñanza, de lo
contrario si se pierde el sentido horizontal de la relación docente - estudiante, sólo
se convierte en un acto memorístico específico. El papel del educador reside en la
problematización del mundo próximo al oprimido, crear las condiciones apropiadas
para que el aprendizaje desarrolle nuevas expectativas avanzando más allá del
conocimiento común con el fin de alcanzar un carácter auténticamente reflexivo y
descubrir su propia realidad, provocando nuevos desafíos hacia la
autoconstrucción del mundo en que tengan participación real y directa sobre las
acciones que emprenden. Lo anterior requiere de problematizar al propio hombre
sin influir en su aprendizaje a través de experiencias artificiales.
En conclusión la pedagogía crítica pretende que el estudiante reflexione sobre su
propio aprendizaje, que sea crítico, que le busque sentido a la información que
recibe siempre enfocado a la causa y efecto de las cosas. Es decir, el estudiante
debe ser capaz de transformar su contexto desde lo social, lo político y
económico, y sobre todo no dejarse imponer modelos por la clase social
imperialista. Bajo este enfoque siempre hay que buscarle sentido a lo que se
aprende, no ser meramente una esponja que absorbe conocimiento, sino mirar la
forma como podemos transformar el contexto con ese conocimiento.
Freire nos ínsita también a no caer en la trampa de la falsa generosidad de los
opresores pues, en aras de perpetuar su dominio, hacen uso de sus recursos en lo
que pareciera una ayuda hacia los oprimidos pero que en realidad es una manera
de conservar su status dando a los oprimidos, migajas de humanidad.
Como punto de partida en el proceso de formación critico social del estudiante es
necesario tener claro que en la educación bancaria el alumno es considerado sólo
como un recipiente, una vasija a la que hay que llenar con los contenidos
aprobados por el maestro, este último, es quien posee el conocimiento, la
sabiduría y en quien reside todo el poder. Su palabra es la que dicta la manera en
que el individuo ha de formarse y su acto de enseñanza es visto como una
donación de quien posee el conocimiento hacia los ignorantes. Este tipo de
educación busca adaptar al individuo a la realidad y no en hacerlo capaz de
transformar su realidad.
Por el contario Paulo Freire pretende que el individuo se forme, no formarlo, para
ello propone que las situaciones de aprendizaje emanen de las vivencias que
constantemente enfrenta en su cotidianeidad, eludiendo las experiencias
artificiales en las que suela caer la educación actual, por el contrario propone
problematizar su vida para que se dé cuenta que requiere y puede alcanzar un
status distinto.