paula sibilia - la naturaleza digitalizada
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Paula Sibilia. La naturaleza digitalizada y El hombre post biolgico
La
naturaleza
digitalizada
y
el
hombre
post
biolgico
Paula Sibilia
RESUMEN
Las viejas metforas mecanicistas que inundaron el planeta en los ltimos tres siglos estn pasando de moda: el reloj y el
robot, por ejemplo, ya no son tan efectivos cuando se trata de definir el universo y al hombre. Tanto uno como el otro, al
parecer, estn dejando de ser mquinas para convertirse en otro tipo de entidades. Nuevos fenmenos y nociones
desafan las viejas categoras del mundo industrial desde el cdigo gentico hasta la inteligencia artificial, desde los
alimentos transgnicos hasta la clonacin , y sugieren que la naturaleza y el ser humano tambin estn ingresando en el
proceso universal de digitalizacin. Es una operacin tan metafrica y conceptual como real , que suscita reflexiones y
debates por su enorme importancia poltica, econmica y sociocultural.
El mundo y la naturaleza no son entidades estticas e impasibles. Las formas en que los pensamos y vivimos han sufrido
serias mutaciones a lo largo de la historia, y todo indica que tal proceso contina en marcha. Actualmente, impulsadas por
ciertos desarrollos de la teleinformtica y las ciencias de la vida, nuestras cosmologas atraviesan fuertes turbulencias. Al
mismo tiempo en que se extiende el horizonte digitalizante de los saberes y las tcnicas ms recientes, mientras las
hibridaciones orgnico electrnicas estn a la orden del da, parecen debilitarse las metforas de inspiracin mecnica
destiladas por la tecnociencia de la era industrial. Decaen as todas aquellas imgenes que, desde el siglo XVII hasta poco
tiempo atrs, sirvieron para explicar la naturaleza como un mecanismo de relojera y el cuerpo humano como una
mquina de huesos, msculos y rganos. Ahora esas metforas estn perdiendo su antigua hegemona, ceden su terreno
ante las nuevas imgenes de inspiracin digital e informtica que se imponen con creciente insistencia.
El siglo XVII suele invocarse como una fecha emblemtica: fue entonces cuando el universo comenz a ser percibido,
explicado y manipulado en trminos mecnicos. La ciencia de aquella poca, liderada por la fsica y la astronoma, se
dedic a observar un mundo que funcionaba de acuerdo con una serie de leyes precisamente definidas y universalmente
vlidas, con todas sus piezas complementndose en una orquesta de admirable rigor: un universo inspirado en la metfora
del reloj. Pero la pregunta por el origen estaba ausente de esa cosmologa mecanicista : desde los autmatas de Descartes
hasta la ley de gravedad de Newton, el sistema solar de Galileo y el hombre mquina de La Mettrie, para citar slo algunos
ejemplos, eran todas estructuras acabadas y en pleno funcionamiento, que eximan a los pensadores de la necesidad de
pronunciarse acerca de un asunto complicado: su origen. Dios, buen relojero, haba construido y dado cuerda al gran reloj
universal; despus de ese supremo acto inicial, el Creador se haba retirado discretamente, dejando la mquina en perfecto
ejercicio.
Sin embargo, la pregunta por el origen se hizo cada vez ms presente, propulsada por los impetuosos avances del
capitalismo industrial. Los misterios divinos que latan en ella y los peligros teolgicos que encerraba fueron perdiendo su
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fuerza amenazadora, y la sociedad occidental estaba dispuesta a desafiarlos a cambio de una explicacin adecuada para su
existencia. La respuesta lleg en 1859. Con la publicacin del libro de Charles Darwin, El Origen de las Especies, el mundo
del siglo XIX gan una legitimacin a la altura de sus necesidades, sometiendo a sus designios una de las reas que haba
opuesto ms resistencias a la mecanizacin universal: el reino de lo vivo. A pesar de las polmicas, la nueva teora ofreca
una cosmologa apropiada para la poca: el hombre emerga como un animal en feroz competencia con los dems y en
guerra por la dominacin para sobrevivir. Conceptos como los de seleccin natural, lucha por la vida y violenta eliminacin
de los ineptos justificaban, tambin, el nuevo orden sociopoltico y econmico.
As, la evolucin natural se presentaba como un equivalente cosmolgico de la mano invisible que comandaba el
mercado en la democracia liberal. De ese modo, el laissez faire postulado por Adam Smith para el mbito econmico
encontr su par en el mundo natural. La evolucin de las especies de la teora darwiniana tampoco tena un Autor, no
obedeca a un plan predeterminado, no posea una direccin fija, pero se mantena en estado de equilibrio permanente a lo
largo de las eras geolgicas. Un progreso lento y gradual hacia la perfeccin indefinida, convenientemente guiado por
criterios de utilidad y bien comn. El dinmico mundo darwiniano era imprevisible, ya que no contaba con la
proteccin de los dioses, pero estaba embarcado en una paulatina (y tranquilizadora) evolucin mecnica comandada por
las leyes inexorables de la naturaleza. De manera que todo se ajustaba a la perfeccin: el paradigma evolucionista estaba
en total concordancia con el individualismo moderno y con la sociedad competitiva del capitalismo industrial.
Para adecuarse a los ritmos y las exigencias del siglo XIX, la naturaleza haba sido reformulada. De las pginas escritas por
Darwin, surga como una feroz arena de lucha, en la cual el nacimiento era un accidente y la muerte la nica certeza
posible. Hoy, sin embargo, sabemos que el universo es otro. Esas dos aseveraciones estn en mutacin: ahora el
nacimiento puede ser planificado, y la muerte est dejando de ser una condena inexorable en el ambicioso horizonte de la
nueva tecnociencia. De modo que aquella naturaleza que acompa el desarrollo del capitalismo industrial y que poco
antes haba sido enigmtica, misteriosa y encantada se encuentra, una vez ms, en pleno proceso de reconfiguracin.
El siglo XXI irrumpe en un mundo en el cual las especies biolgicas se extinguen cotidianamente, como consecuencia de las
intervenciones tecno cientficas en la biosfera. La cuenta regresiva de la diversidad biolgica arroja cifras espeluznantes:
antes de la era industrial, la tasa de extincin de especies era de una cada mil aos; los plazos empezaron a disminuir ya a
principios de la industrializacin, y la seleccin que hoy elimina varias especies biolgicas por da no parece encuadrarse
ms en la categora de natural enunciada por Darwin a mediados del siglo XIX. Aquel mecanismo era lento por definicin:
la vieja Naturaleza demoraba un milln de aos para crear una nueva especie, que sola vivir entre dos y cuatro millones de
aos. Ahora no slo la extincin es infinitamente ms veloz: gracias a la ingeniera gentica, la creacin de nuevas especies
por medio de artimaas no naturales tambin promete convertirse en rutina.
En 1996 hace menos de diez aos, apenas un suspiro en trminos geolgicos empezaron a lanzarse en el planeta los
organismos genticamente modificados, tanto vegetales como animales. La gran mayora se produce en los laboratorios
de unas pocas empresas transnacionales, que luego tramitan sus patentes y los comercializan en todo el mundo.
Actualmente, miles de nuevos especmenes estn siendo engendrados en esos laboratorios, muchos de los cuales ya han
obtenido o estn aguardando sus respectivas patentes de propiedad intelectual. Se trata de una autntica carrera por la
creacin de productos innovadores, una de cuyas armas ms controvertidas es la biopiratera, con el firme anhelo de
obtener una buena posicin en los mercados globalizados del agrobusiness, por ejemplo. Pero la especie humana no est
excluida de este proyecto, como se sabe. Al contrario, el potencial de lucro que guarda su genoma es incalculable,
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especialmente para las reas biomdicas y farmacuticas, despertando ms expectativas (y polmicas) que cualquier otro
proyecto biotecnolgico.
Bajo este nuevo panorama, parece evidente la obsolescencia de aquellas viejas cosmologas emanadas por las chimeneas
de la era industrial. Junto con esa decadencia, surge la necesidad de una nueva narrativa cosmolgica, un relato oficial
capaz de explicar la dinmica de la evolucin artificial . Esa nueva visin no podr dejar de contemplar el accionar de esta
tecnociencia tan fuertemente vinculada al mercado, que ostenta una decidida vocacin ontolgica y una impresionante
capacidad de creacin, abandonando aquel reformismo lento y gradual que apuntaba al perfeccionamiento a largo plazo.
Sera este presente nuestro, entonces, el ltimo acto de una obra obsoleta conocida con el nombre de Naturaleza?
Estaramos ingresando, quizs, en la era de la post naturaleza ? De alguna manera, en los ltimos tres o cuatro siglos, la
vida y la naturaleza han sido tan afectadas por las proezas de la tecnociencia que parecen haber perdido su antigua
definicin. Y, necesariamente, la nueva versin de naturaleza que emerge de estos sacudones deber ser compatible con
el mundo contemporneo: un universo post mecnico y vertiginosamente informatizado .
La fsica fue un saber privilegiado durante buena parte del siglo XX; la biologa, en cambio, recin empez a destacarse
hacia el nuevo milenio, con el advenimiento de su vertiente molecular. Por eso, la teora darwiniana de la evolucin
permaneci largas dcadas a la espera de una explicacin fsica de la herencia; un paso fundamental, que finalmente fue
dado con la teora molecular del cdigo gentico. Como una fabulosa piedra de Rosetta universal, el alfabeto de la vida
empez a descifrarse cuando se supo que cuatro letras qumicas eran capaces de asumir infinitas combinaciones en la
doble hlice del ADN. Quien fuera capaz de comprender ese lenguaje, estara en condiciones de captar la esencia de
todos los organismos que habitaron el planeta, desde el primer ser vivo que apareci en la Tierra hace cuatro mil millones
de aos. Y ms: en cuanto lograsen dominar la misteriosa dinmica de esas cuatro letras, los cientficos podran alterar las
informaciones condensadas en los genomas de cada especie.
El cdigo de la vida es sumamente eficaz al compactar informaciones: miles de millones de letras se archivan en el interior
de las clulas, distribuidas ordenadamente en los diminutos filamentos orgnicos de su ncleo. As, la biologa molecular
contribuy para asentar y diseminar el modelo digital del cuerpo humano y de todo el universo vivo. Rpidamente, se
seal que la seleccin natural vena actuando, a lo largo de millones y millones de aos, sobre esa informacin archivada
en las clulas, fijando eventualmente alguna alteracin del material gentico que implicara una mutacin en la forma de
cada especie. Este pas a ser el modo de funcionamiento de la evolucin natural, tras sufrir una importante actualizacin
metafrica y conceptual, porque la teora presentada por Darwin el siglo anterior necesitaba adaptarse a la nueva retrica
informtica que invadi los laboratorios y el mundo en las ltimas dcadas.
Pero esta transformacin que convirti la vida en informacin no se detuvo all: dispar tambin una serie de implicaciones
que van mucho ms all de esa afinacin del foco de la seleccin natural en escala molecular. La nueva perspectiva no solo
permiti entender sino que adems contribuy a expandir los horizontes de otro tipo de evolucin: la artificial o
tecnolgica . Esto implica una posibilidad tan fascinante como aterradora: que los hombres puedan alterar el cdigo de la
vida con el objetivo de provocar determinados efectos. Se podra dispensar, as, la dependencia histrica de la evolucin
natural, con sus pocas confiables mutaciones aleatorias y sus lentos procesos de seleccin. He aqu lo que empieza a
denominarse evolucin post biolgica o post evolucin .
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Como resulta evidente, entonces, las nuevas propuestas de reinvencin de la vida bajo el horizonte digitalizante no afectan
slo al hombre, en su cuerpo y su subjetividad. El proyecto abarca toda la biosfera, ya que absolutamente todos los seres
vivos de la Tierra estn compuestos por la misma sustancia: el mismo tipo de informacin. Una metfora digital se insina
con vigor: podra decirse que se trata de software compatible . En el caso del chimpanc, por ejemplo, la diferencia con
respecto a los seres humanos ha sido cuantificada en slo el 1,6% del material gentico. Pero la equivalencia se puede
establecer con respecto a cualquier otro espcimen vivo, sea la mosca de la fruta, una zanahoria, un caballo o una vulgar
bacteria. Al final de cuentas, el hombre acaba de ser reducido a los tres mil millones de letras que componen su genoma, y
esos ingredientes bsicos son idnticos a los que componen a todos los dems seres vivos con los cuales comparte el
planeta. Como constata un especialista: el hombre no difiere de la bacteria E.coli debido a una qumica ms eficiente, sino
debido a un contenido de informacin mucho ms vasto (de hecho, mil veces mayor que la bacteria). 1 Retomando las
metforas informticas, podra decirse que el sistema operativo es el mismo para el hombre, la bacteria y todos los dems
organismos; slo cambia la complejidad del programa , cdigo o genoma de cada especie.
Esa equivalencia terica universal parece abrir el horizonte hacia una transmutacin de todas las materias. En cierto modo,
las experiencias que combinan y mezclan los componentes de organismos de diversas especies, alterando sus cdigos
vitales, transfiriendo informaciones de uno a otro o combinndolos con materiales inertes, evocan las ideas y las prcticas
de los antiguos alquimistas. Hoy la panacea universal y el elixir de la larga vida parecen a punto de ser descubiertos en los
laboratorios de biotecnologa, y uno de los mtodos utilizados para lograr dichas metas es la tcnica del ADN
recombinante, que permite efectuar la transmutacin de las materias vivas. Adems de la creacin de seres hbridos y
transgnicos, se inaugura una posibilidad indita: el diseo de nuevas especies y ejemplares quimricos, creaciones que
revelan la vocacin ontolgica de la tecnociencia de inspiracin digital. Practicando esta nueva alquimia de los genes, los
ingenieros de la vida pueden reconfigurar la naturaleza, manipulando y reorganizando las informaciones contenidas en los
cdigos de todos los seres vivos. Para explicitar aun ms la metfora digital, ahora los cientficos estaran en condiciones
de editar a gusto el software vital .
De esa forma, la barrera que siempre separ las diversas especies puede ser atravesada, superando la antigua escisin
entre naturaleza y artificio , una separacin radical que el pensamiento occidental oper hace milenios. Ya sean
divinizadas o demonizadas, lo cierto es que son ilimitadas las nuevas posibilidades de hibridacin, recombinando
informaciones orgnicas e inorgnicas por medio de la ingeniera gentica y la teleinformtica. Con todas estas
novedades, la Naturaleza est perdiendo su opacidad y su rigidez tpicamente analgicas . Ingresa as, ella tambin, en el
proceso de digitalizacin universal, alimentando las metforas de programacin y edicin digital del cdigo de la vida, que
ya empezaron a plasmar sus efectos en el mundo.
La aventura cartogrfica del Proyecto Genoma Humano, por ejemplo, un verdadero emblema de los saberes aqu
analizados, fue ampliamente divulgada como aquello que permitir desprogramar las enfermedades y la muerte, anular el
envejecimiento y desactivar el dolor. Una vez descifrada la programacin gentica de cada criatura, el gran sueo tecno
cientfico consiste en manipular la vida que la anima: corregir eventuales problemas, prevenir ciertas tendencias
probabilsticas y efectuar ajustes segn las preferencias del usuario portador consumidor.
1 EIGEN, Manfred. O que restar da Biologia do sculo XX?. In: MURPHY, Michael; ONEILL, Luke. (Org.). O que a vida?
50 anos depois: Especulaes sobre o futuro da Biologia. So Paulo: UNESP, 1997. p. 13 33.
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Es evidente, entonces, que nos encontramos ante una encrucijada, a enorme distancia de las viejas metforas mecnicas.
La ciencia clsica, que confiaba en el progreso gradual basado en las leyes lentas, sabias e inexorables de la Naturaleza,
asume nuevos tonos y ambiciones. Ya no se trata de perfeccionar el material gentico que la evolucin natural leg a una
determinada especie; ahora, el objetivo es proyectar y producir seres vivos con fines explcitos y utilitarios. La especie
humana es, lgicamente, la ms cotizada. Pero hay un detalle importante, que se olvida con demasiada facilidad en los
debates sobre estos asuntos: la maleabilidad es una caracterstica primordial del ser humano.
A lo largo de la era moderna, por ejemplo, los proyectos humanistas fueron tallando esa sustancia dcil por medio de la
educacin y la cultura. Como los hombres nacan incompletos, eran infinitas las posibilidades albergadas en la hoja en
blanco del futuro. A partir del substrato biolgico, su fundamento natural , cada hombre se poda construir, esculpir, pulir y
retocar. Segn las ms flamantes narrativas cosmolgicas, en cambio, ya no hace falta restringir tales procesos a los
mtodos lentos e imprecisos de la educacin y la cultura. Porque los nuevos saberes de inspiracin digital pretenden llevar
a cabo un programa mucho ms radical y efectivo de formacin. Cmo? Interviniendo directamente en los cdigos
genticos, que se presentan como los elementos determinantes de la gran mayora de las caractersticas humanas, tanto
fsicas como psquicas.
La post evolucin aparece, as, como una nueva etapa en la larga historia de produccin humana de la sociedad
occidental. Ese proceso siempre ha sido annimo, una creacin sin creadores, aunque guiada por intereses muy bien
determinados; un impulso biocultural y cronolgicamente variable, una estrategia histrica sin estrategas a la vista. Pero
ac hay otro detalle que suele quedar solapado en nuestro turbulento siglo XXI: la posibilidad de oponer resistencia a
dichos procesos es inalienable. Aunque hoy parezca una ambicin algo anticuada, siempre ser posible alterar el curso de
la historia, modificar sus rumbos, reinventar lo que somos. La construccin de cuerpos y subjetividades siempre ha sido un
proceso dinmico, fruto de intensas luchas en las redes de poder, con diversos intereses y fuerzas enfrentndose sin cesar.
Paradjicamente, en una poca que decreta el fin de la naturaleza y propone su reemplazo por un gigantesco laboratorio
tecno cientfico cuyos muros se resquebrajaron para abarcar el planeta entero, aquellas cuestiones cuyos orgenes y
eventuales soluciones antes se consideraban polticos o sociales , ahora se postulan como naturales . As, naturalizados ,
tales problemas se presentan como congnitos o genticos, inscriptos en la mismsima esencia de los cuerpos y las almas.
Y, curiosamente, la receta para corregir eventuales fallas apela a las intervenciones tecno cientficas en la
programacin de la vida.
Tras la perturbadora aceleracin de todos los fenmenos y procesos, los viejos mecanismos de la Naturaleza parecen
haber quedado obsoletos. Por eso, el rediseo tecno cientfico de los organismos vivos ya no obedece al menos, no
exclusivamente a aquellos rdenes arcaicos y parsimoniosos de la evolucin natural descripta por los bilogos del lejano
siglo XIX. Y, lgicamente, el hombre no est al margen de esa actualizacin tecno cientfica compulsoria que rige para
todos los seres vivos. Definidos como orgnicamente obsoletos, los cuerpos humanos deben someterse a las tiranas (y a
las delicias) del upgrade constante; no slo de su hardware corporal sino tambin de su software mental. Pero los alcances y
limites de esas reformataciones tienen una fisonoma bastante precisa: las tirnicas (y seductoras) directrices del mercado
son las encargadas de demarcarlas y redibujarlas constantemente.
La intencin de este trabajo es obvia y modesta: desnaturalizar todas estas cuestiones, desnudando su raz ntidamente
poltica e histrica. Es decir: inventada, y por lo tanto mutable. As como algn tiempo atrs el mundo era pensado en
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trminos mecnicos , como un gran reloj que poda (y deba) ser aceitado y perfeccionado en su funcionamiento regular,
hoy se lo comprende en trminos informticos : como un inmenso programa de computacin que puede (y debe) ser
editado y modificado en nombre de la eficiencia y otros valores mercadolgicos. Nada de esto es casual o inocente, y
todo tiene implicaciones de peso. Lejos de ser consecuencias naturales del progreso tecno cientfico o corolarios
inevitables del destino, los procesos aqu comentados responden a elecciones histricas muy concretas que involucran
serias decisiones polticas. Obedecen, por lo tanto, a las necesidades de un determinado proyecto de sociedad, que hoy
rige en buena parte de nuestro planeta globalizado y se encarga de generar ciertos tipos de saberes y poderes y no
otros , desencadenando ciertos problemas y proponiendo ciertas soluciones y no otros . Un mundo, en fin, que incita la
configuracin de ciertos tipos de cuerpos y subjetividades, al mismo tiempo en que sofoca otras modalidades posibles.
Una imagen bastante popular puede ayudar a comprender esta transicin. Inmerso en el ambiente fabril de la era
industrial, hace casi un siglo, el personaje de Charles Chaplin adquira gestos mecanizados y se contagiaba los ritmos de las
mquinas en la pelcula Tiempos Modernos. Era un cuerpo claramente compatible con los engranajes del mundo
industrializado. Un cuerpo que hoy ha quedado obsoleto: en nuestros tiempos posmodernos , ya no son sos los ritmos,
gestos y atributos que ms se cotizan, ni en el mercado laboral ni tampoco en todos los dems.
Entonces, cules son las formas humanas que se desarrollan y se estimulan actualmente? Una de las respuestas posibles
es simple, aunque sus aristas son sumamente complejas: sin duda, deben ser aquellas modalidades que demuestran una
mejor adaptacin a los circuitos integrados del capitalismo global, aquellas que la presente formacin socio histrica
requiere para poder funcionar correctamente. Es decir: aquellos tipos humanos capaces de propiciar la reproduccin
opulenta y complaciente de nuestro proyecto socioeconmico y poltico globalizado, reduciendo lo ms posible la
produccin de bugs, evitando la manifestacin de fallas y problemas de cualquier ndole. Para eso, nada mejor que
digitalizarlos: procesar, estimular y aderezar sus cuerpos y subjetividades para tornarlos compatibles con toda la
parafernalia teleinformtica que hoy comanda el mundo.