paul mattick - el marxismo y la nueva física (1960)

Upload: pablo-toro-f

Post on 13-Oct-2015

12 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Herman Gorter

Paul Mattick - El marxismo y la nueva fsica Pg. 11 de 11

Paul MattickEl marxismo y la nueva fsicaEscrito en 1960 y publicado en Comunismo anti-bolchevique, Merlin Pres, 1978. Traducido del ingls con apoyo de la versin gallego-portuguesa de Comunistas de Conselhos de Galiza. El conflicto entre el Este y el Oeste, aunque involucra diferentes ideologas, tiene poco que ver con conceptos diferentes de la realidad fsica. Las ideologas difieren porque difieren los intereses materiales y sociales; la realidad fsica es, por otro lado, completamente la misma para todos los combatientes. Con todo, en ambos campos la lucha ideolgica es llevada a las ciencias naturales -en el Este, en la forma de una defensa de retaguardia del materialismo dialctico; en el Oeste, en la asercin de que el materialismo dialctico es la verdadera raz del conflicto entre Este y Oeste, porque l es la base de la creencia fantica de los marxistas de que el mundo est destinado a caer en sus manos espontnea e inevitablemente.

Ambas partes insisten, por supuesto, en que sus interpretaciones cientficas del mundo externo estn libres de toda carga ideolgica. Mientras que para los cientficos y filsofos del Este el conjunto de la fsica moderna parece verificar el materialismo dialctico, para los del Oeste el marxismo se presenta completamente anticuado, debido a que la idea del determinismo ha desaparecido. El mismo trmino materialismo es rechazado como perteneciente al siglo pasado. Durante la vida de Marx, se seala, nada se saba de la fsica relativista y atmica de hoy; la materia era, en esa poca, lo que nuestros sentidos transmitan; la medicin fsica trataba con las propiedades de las cosas perceptibles por los sentidos, lo que ya no es acertado.

Marx, por supuesto, tena slo la ciencia natural de su perodo a su disposicin; pero los cambios en la ciencia desde entonces no afectan a sus teoras. Marx no acu el trmino materialismo dialctico, sino que us la palabra material para designar las condiciones bsicas y primarias de toda la existencia humana. La dialctica de Hegel constituyera meramente el punto de partida de la crtica de Marx de la sociedad capitalista. sta fuera importante para Marx a causa del enorme sentido histrico sobre el que fue fundada, y porque disuelve todas las concepciones de una verdad final, absoluta, y de un estado final, absoluto, de la humanidad correspondiente a aquella.

El materialismo que Marx encontr no era histrico, y la dialctica entonces en boga no era materialista. Poniendo a Feuerbach contra Hegel y a Hegel contra Feuerbach, Marx desenvolvi su propio concepto de desarrollo social, para el que Friedrich Engels acu el trmino materialismo histrico. Esta concepcin materialista de la historia no provena del determinismo fsico derivado de la mecnica newtoniana; al contrario, se desarroll, por medio de la dialctica, en oposicin directa al materialismo basado en la mecnica newtoniana. Excluy la idea de que la historia humana fuese determinada por leyes naturales situadas por encima, tanto mecnicas como dialcticas. Aunque reconociendo las interrelaciones entre los hombres, la sociedad y la naturaleza, consista, primero de todo, en una teora de los hombres y de la sociedad.

Sin embargo, desafortunadamente, el persuasivo poder del materialismo histrico o dialctico -como vino a ser conocido- fue lo suficientemente grande para arrebatar incluso a Engels, que habl de su validez universal. Mientras algunos crticos tolerantes encontraron esto simplemente entretenido, los que tenan menos buena disposicin usaron este exceso de celo como excusa para rechazar el conjunto del marxismo justamente como una raridad del misticismo alemn. Pero, mientras tanto, la nocin de la universalidad del proceso dialctico no es defendible, ni es esencial para el marxismo, el cual no pierde nada de su fuerza omitindola. Marx, de cualquier modo, no se preocup de la dialctica de la naturaleza. No obstante, no son las ideas de Marx, sino el marxismo, como ideologa del ascendente movimiento obrero europeo y de los autoproclamados Estados socialistas del bloque de poder oriental, el que nutre al anti-marxismo occidental. Y es por esta razn que la lucha entre el Este marxista y el Oeste anti-marxista, aunque real, no nos dice nada sobre la validez o invalidez del marxismo para nuestra poca.El marxismo como ideologa EL mundo precapitalista estaba agitado por la cuestin de la primaca del espritu o de la naturaleza. Aquellos que afirmaban la primaca del espritu sobre la naturaleza comprendan el campo del idealismo. Los otros, que consideraban la naturaleza como primaria, pertenecan a las diversas escuelas del materialismo. En oposicin tanto a las condiciones como a las ideologas religiosas del pasado feudal, la clase media revolucionaria era materialista. Consideraba la naturaleza como la realidad objetivamente dada, y el hombre como determinado por leyes naturales. Las ciencias naturales tenan que explicar su vida y acciones y, con la funcin de su cerebro, sus sensaciones y conciencia. Liberada de las supersticiones religiosas, la ciencia se dedic al descubrimiento de las leyes naturales, y la mecnica newtoniana sirvi como base para la creciente conviccin de que todos los fenmenos naturales seguan reglas causales definidas.

El materialismo de la clase media radical perdi su urgencia ideolgica con el establecimiento de la burguesa como clase dominante. La emancipacin de la ciencia natural de la teologa no poda extenderse a la emancipacin de la sociedad de la religin. Como Napolen lo expres: En cuanto a m me concierne, la religin no es el misterio de la creacin sino el misterio de la sociedad. La religin vincula la idea de la igualdad con el cielo e impide as la masacre del rico por el pobre. La sociedad depende de la desigualdad de ingresos, y la desigualdad de ingresos de la existencia de la religin.. La coexistencia de ciencia y religin en el difcil mundo burgus encontr soporte ideolgico en las interpretaciones idealistas de los resultados posteriores del desarrollo cientfico.

Los materialistas tempranos, o los filsofos naturalistas (Francis Bacon y Thomas Hobbes), estaban convencidos de que, a travs de la experiencia de los sentidos, y a travs de las actividades intelectuales derivadas de ella, sera posible conquistar un conocimiento absolutamente vlido del mundo externo. Este optimismo se desvaneci con John Locke, que consider este conocimiento limitado por la misma intervencin de las ideas. l solamente lo pens vlido en la medida en que las ideas estaban efectivamente en conformidad con las cosas. A pesar de las sensaciones y las ideas relacionadas con el mundo externo, este mismo mundo no poda ser realmente conocido. Immanuel Kant acept la proposicin de que las realidades ltimas (la cosa en-si) no son cognoscibles, y que el conocimiento emprico se restringe a las formas subjetivas en las que el hombre se hace consciente del mundo objetivo. Fue por esta razn que l considerara la necesidad de conceptos apriorsticos, los cuales traeran orden a la experiencia y la haran inteligible. Los conceptos de tiempo, espacio y causalidad eran invenciones de la mente humana y, aunque no verificables empricamente, eran no obstante necesarios para la ciencia, la filosofa y la actividad humana efectiva. En su estructura esencial, el mundo era, entonces, el producto de la idea. Y justo como la teora materialista del conocimiento se convirtiera para muchos materialistas en la teora materialista de la realidad, as para muchos idealistas la teora idealista del conocimiento se convirti en la teora idealista de la realidad.

En un intento de llevar la representacin materialista del mundo objetivo al proceso de conocimiento mismo, Ernst Mach se opuso tanto al nuevo idealismo como al viejo materialismo. Insisti en que nosotros no podemos construir las propiedades de la naturaleza con la ayuda de suposiciones autoevidentes, sino que estas suposiciones deben ser tomadas de la experiencia. Pero, una vez que todo conocimiento procede de las sensaciones y no puede ir ms all de las sensaciones, ste no puede hacer declaraciones sobre la realidad objetiva; puede meramente llenar los huecos de la experiencia mediante las ideas que la experiencia sugiere. Aunque l se opuso al punto de vista kantiano, tambin rechaz el materialismo mecanicista y consider su mundo objetivo de materia, espacio, tiempo y causalidad como concepciones artificiales. El empirismo crtico de Mach apoy, aunque no intencionadamente, una tendencia idealista ascendente en la filosofa de la ciencia.

EL revisionismo marxista, es decir, el desarrollo exitoso de organizaciones obreras dentro de los lmites del capitalismo y la esperanza, relacionada con aquello, de una transicin puramente evolutiva del capitalismo al socialismo, condujo a la prdida de un ateismo militante ms temprano y a una aceptacin ambigua de la tendencia idealista ascendente en la forma del neokantismo. Los socialistas radicales comenzaron a defender el viejo materialismo de la burguesa revolucionaria contra el nuevo idealismo de la clase capitalista establecida y sus adherentes en el movimiento obrero. A los socialistas rusos esto les pareci de particular importancia, dado que el movimiento ruso, an en la orilla de la revolucin burguesa, emprendi sus luchas ideolgicas en gran medida con los argumentos de la burguesa revolucionaria occidental. La intelligentsia, ampliamente procedente de la clase media, form la punta de lanza del movimiento y estaba inclinada de modo completamente natural a adoptar el materialismo de la clase media occidental para sus propios propsitos, esto es, para la tarea de oposicin a la ideologa religiosa que daba soporte al feudalismo zarista.

Debido a que, para Ernst Mach, la ciencia tena su origen en las necesidades de la vida, sus ideas tuvieron una cierta atraccin para los socialistas. Algunos revolucionarios rusos, Bogdanov en particular, intentaron combinarlas con el marxismo. Ellos ganaron alguna influencia en el Partido Socialista de Rusia y Lenin se dispuso a destruir esta influencia con su libro Materialismo y empiriocriticismo. El elemento subjetivo en la teora del conocimiento de Mach se convierte, en la mente de Lenin, en una aberracin idealista y un intento deliberado de reavivar el oscurantismo religioso. Era la insistencia de Mach sobre el carcter derivado, abstracto, del concepto de materia lo que perturbaba a Lenin particularmente, porque para l, como para los materialistas tempranos, el conocimiento era solamente el que refleja la verdad objetiva; o sea, la verdad sobre la materia. Pensaba que la reduccin de la realidad objetiva a la materia era necesaria para el reconocimiento incondicional de la existencia material de la naturaleza fuera de la mente.

La existencia independiente del mundo exterior no era negada por Mach. l meramente apuntaba que nuestro conocimiento a este respecto est limitado porque se limita a la experiencia sensible. Pero Lenin encontraba incondicionalmente cierto que a toda teora cientfica corresponde all una verdad objetiva, algo absolutamente as en la naturaleza. Para l, el materialismo dialctico ya haba descubierto lo que la naturaleza es y hace, si no todava completamente, en cualquier caso aproximadamente. Desde el punto de vista del moderno materialismo, o marxismo -escribi- los lmites relativos de nuestra aproximacin al conocimiento de la verdad absoluta objetiva estn histricamente condicionados; pero la existencia de esta verdad es incondicionada, tanto como el hecho de que estamos continuamente aproximndonos a ella. Con el descubrimiento de la sustancia y el movimiento del universo, todo lo que quedaba por hacer era proceder, en cada campo separado del conocimiento, de acuerdo con los principios establecidos para la naturaleza como un todo. Uno poda, entonces, no fallar en tener una prctica cientfica conforme con la realidad objetiva, justo como sta ltima estaba destinada a mostrarse en cada verdadero esfuerzo cientfico. La dificultad con esto es, claro, que es imposible aplicar el criterio de la prctica a la teora del universo, por no hablar del hecho de que nadie conoce lo que es la naturaleza como un todo. Era de este modo como Lenin extenda el materialismo histrico al materialismo dialctico. La naturaleza haba tenido una historia y su patrn dialctico de desarrollo fue progresivo, en el sentido de que se haba desarrollado a partir de lo inorgnico, a travs de lo orgnico, la mente y la conciencia. La materia no es un producto de la mente -escriba Lenin- sino que la mente misma es slo el producto ms elevado de la materia. El mundo era una masa material eternamente en movimiento y desarrollo que refleja una conciencia humana progresiva. La historia humana es un producto de la historia universal. En cierto sentido, esto es cierto y se sigue de la admisin de la existencia del mundo exterior independiente de la existencia humana. Y est claro que la conciencia presupone la existencia del cerebro.

Pero es tambin cierto, como Marx sealaba, que la cuestin de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva no es una cuestin de la teora, sino una cuestin prctica. En la prctica los hombres deben probar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad del su pensamiento. La disputa sobre la realidad o irrealidad del pensamiento aislada de la prctica es una cuestin puramente escolstica. Las teoras atomistas de los antiguos griegos, por ejemplo, no estaban basadas en hechos experimentales, sino que eran parte de una filosofa csmica especulativa y fueron opuestas y vencidas por otras escuelas filosficas sobre bases puramente filosficas. Esto ya no puede repetirse, pues la teora atmica de hoy est basada en el experimento y en el tratamiento matemtico, en una prctica cientfica en resumen, capaz de verificar la validez de la teora. No fue la mera especulacin, sino el trabajo de qumicos y fsicos, lo que condujo de la teora atmica a la nuclear, a la nueva fsica y a la nueva filosofa asociada a ella. Todo conocimiento real del mundo externo es el producto de la actividad terica y prctica de los hombres en el mundo actual. Pero este conocimiento producido por los hombres no puede nunca ser ms que un conocimiento producido por los hombres; no es la verdad absoluta, es solamente la verdad sobre esa parte del universo actualmente accesible a los hombres, sobre la que ellos pueden trabajar y verificar sus teoras. Y como su conocimiento se acumula con el desarrollo histrico, lleva a la continua modificacin del conocimiento por medio del conocimiento adicional y, a veces, a descartar teoras, hechas superfluas por las teoras que hacen referencia a los nuevos descubrimientos.

El declive del movimiento obrero occidental radical, y el xito del bolchevismo ruso, trajeron con ello una identificacin casi completa de la versin especficamente leninista del marxismo con el marxismo propiamente dicho. Debido a que la Revolucin rusa fue simultneamente una revolucin "burguesa" y una revolucin "proletaria" -en el sentido de que las precondiciones para el socialismo estaban ausentes, mientras que el capitalismo liberal ya no era posible- ella condujo a una forma de capitalismo de Estado que poda ser designada como socialismo solamente porque era algo distinto del capitalismo de la propiedad privada. Pero las funciones atribuidas a la empresa privada y a la competicin eran ahora las funciones del Estado bolchevique. Apropindose de parte del producto social y distribuyendo los recursos productivos para la construccin de un aparato productivo ms amplio y una productividad ms elevada, los gobernantes bolcheviques se convirtieron en gestores del trabajo y del capital.

Mientras la tranquilidad mental capitalista y el necesario consentimiento de los obreros requiere alguna forma de acuerdo general sobre la indispensabilidad del capital y de la iniciativa privada, la nueva situacin rusa precisaba de una ideologa diferente que pudiese hacer aparecer los intereses de los gestores y de los gestionados como si fuesen idnticos. El marxismo poda, de algn modo, satisfacer esta necesidad, porque fue formulado durante la fase del capitalismo liberal. Pues ya no haba en Rusia capitalistas cualesquiera en el sentido tradicional; y en lo que respecta al gobierno, ste se caracterizaba a s mismo como el ejecutivo de la dominacin de la clase obrera.

Pero dado que slo los miserables estn inclinados a creer en una participacin igual de una situacin miserable, la 'elite' bolchevique encontr pronto que las diferenciaciones de los ingresos, sirviendo como incentivos para el mayor esfuerzo individual, podan volverse una bendicin para todos. Con el propsito de mejorar la vida de todos a largo plazo, era necesario mejorar inmediatamente la de algunos. As, una nueva clase vino a la existencia, basada en el control del aparato estatal y en los medios de produccin nacionalizados. Para acelerar los desarrollos productivos, tanto los incentivos positivos de poder e ingreso como los incentivos negativos de trabajo forzado y terrorismo fueron repetidamente mejorados. Con todo, cuanto ms divergan los intereses de los gestores y de los gestionados, ms insistentemente la ideologa proclamaba su identidad.

Bajo condiciones sociales relativamente estables, el control ideolgico puede ser suficiente para asegurar el status quo social. Bajo tales condiciones, designadas como una sociedad libre o democrtica, la lucha por las ideas acompaa a los conflictos sociales, y su estructura de clase es simultneamente negada y admitida. Tanto la existencia como la no existencia de relaciones de clase, por ejemplo, son incorporadas en conceptos tales como la movilidad social y la igualdad de oportunidades. El socialismo eliminara estas ambigedades, pues si no hay clases no hay modo de moverse de una clase a otra, y si no hay privilegios, no hay igualdad de oportunidades de la que tomar parte. La sociedad rusa, mientras est sustentando a una minora privilegiada, se adherir necesariamente al concepto de igualdad de oportunidades, pero no puede admitir la existencia de relaciones de clase sin destruir su etiqueta socialista.

Incluso si, sin miedo del utopismo, el socialismo marxiano nunca se hizo explcito, una cosa estaba clara an as: el socialismo implica una sociedad sin clases, no explotadora, y no meramente una relacin de clase modificada en un capitalismo modificado. En Rusia, la ideologa solamente puede reivindicar la ausencia de relaciones de clase. Con todo, los gobernados no pueden evitar ser conscientes de las condiciones existentes y de la ausencia de afinidad con la ideologa que prescribe el Estado. Esta ideologa no puede servir como un sustituto del control fsico directo, sino que es un aspecto del mismo -un instrumento del poder policial. La ausencia obligada de conflictos sociales no encuentra soporte, sino simplemente expresin, en la aparente unanimidad de ideas.

Fue en nombre del marxismo y del socialismo que los bolcheviques llegaron al poder, y en su nombre destruyeron a todos sus enemigos. An sus luchas internas por posiciones e influencia dentro de la jerarqua controladora deben expresarse en trminos marxianos -o como una adherencia o una desviacin sustentada de la ortodoxia, una vez establecida. La total desvinculacin del socialismo marxiano respecto de las condiciones rusas hace imposible cualquier cuestionamiento o discusin seria de la teora marxiana. El marxismo dogmatizado de Lenin debe ser aceptado como un artculo de fe. Slo de este modo puede ajustarse a las condiciones rusas. Y no es slo la utilizacin por Lenin del materialismo de la clase media en defensa del marxismo lo que indica el carcter semi-burgus, semi-proletario del bolchevismo y de la propia Revolucin rusa. Es tambin el concepto capitalista de Estado bolchevique del socialismo, la actitud autoritaria hacia la organizacin y la espontaneidad, el obsoleto e irrealizable principio de la autodeterminacin nacional y, finalmente, la conviccin de Lenin de que slo la intelligentsia de la clase media es capaz de desarrollar una conciencia revolucionaria y est, de este modo, destinada a dirigir a las masas. La combinacin de materialismo burgus y marxismo revolucionario que caracteriz la temprana filosofa bolchevique reaparece con el bolchevismo victorioso como combinacin de prctica neocapitalista e ideologa socialista.

Ciencia y sociedad

En la produccin social -escriba Marx, resumiendo su materialismo- los hombres entran en relaciones definidas que son indispensables e independientes de su voluntad; estas relaciones de produccin corresponden a una fase definida del desarrollo de sus fuerzas materiales de produccin. La suma total de estas relaciones de produccin constituye la estructura econmica de la sociedad -el fundamento real, sobre el cual se alzan las superestructuras legal y poltica y al que corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de produccin de la vida material determina el carcter general de los procesos sociales, polticos y espirituales de la vida. No es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino, por el contrario, su existencia social determina su conciencia.

Marx no se preocup de la dialctica o de cualquier otra ley absoluta de la naturaleza, porque para l la naturaleza fijada en aislamiento de los hombres, no es nada para los hombres. l trata la sociedad como un agregado de las relaciones en las que los productores viven con respecto a la naturaleza y a s mismos. Aunque la naturaleza existe independientemente de los hombres, existe efectivamente para los hombres solamente en tanto puede ser sentida y comprendida. El proceso de trabajo en sus diversas formas, incluyendo el trabajo cientfico, es la interaccin y el metabolismo entre los hombres y la naturaleza; ste domina, explota y altera la naturaleza, incluyendo la naturaleza del hombre y la de la sociedad. Las leyes de la naturaleza no se refieren a la realidad ltima, sino que son descripciones del comportamiento y regularidades de la naturaleza tal y como son percibidas por los hombres. Las percepciones cambian con el cambio del conocimiento y con el desarrollo social que afecta al estado del conocimiento. Los conceptos de la realidad fsica no se refieren slo a la naturaleza y a los hombres, sino tambin, indirectamente, a la estructura de la sociedad y al cambio social y, por consiguiente, histrico. Aunque relaciones sociales especficas, circunscritas a formas especficas de la produccin social, puedan encontrar reflejo ideolgico en la ciencia y afectar a sus actividades en cierta medida, la ciencia, como el proceso de produccin mismo, es el resultado de todo el desarrollo social previo y, a este respecto, es independiente de cualquier estructura social particular. Los conceptos de la realidad fsica pueden ser compartidos por sociedades estructuralmente diferentes. Y justo como diferentes tecnologas pueden evolucionar dentro de una estructura social particular como, por ejemplo, la actualmente denominada segunda revolucin industrial, del mismo modo un concepto de la realidad fsica puede ser reemplazado por otro sin afectar a las relaciones sociales existentes. Con todo, estos nuevos conceptos son an histricos en comparacin con los conceptos ms tempranos de la realidad fsica, asociados con previos y diferentes modos de produccin y relaciones sociales.

La ciencia en el sentido moderno se desarrolla simultneamente con la industria y el capitalismo modernos. La rapidez del desarrollo cientfico corre paralela al inexorable revolucionamiento del proceso productivo por medio de la acumulacin competitiva de capital. Hay una evidente conexin entre la ciencia, su aplicacin tecnolgica y las relaciones sociales predominantes. Aunque la ciencia moderna no es slo cuantitativamente, sino tambin cualitativamente, diferente de la ciencia rudimentaria del pasado, es a pesar de eso continuacin suya. Igualmente, la ciencia y la tecnologa del hipottico futuro socialista -no importa como cambie- puede basarse nicamente en todo el desarrollo cientfico y social previo. No hay una ciencia burguesa para ser reemplazada por una ciencia proletaria. Contra lo que se dirige la crtica marxista de la ciencia es la interpretacin ideolgica y la utilizacin prctica de la ciencia con un determinado carcter de clase, donde quiera y siempre que viole las necesidades y el bienestar de la humanidad.

Aunque la ciencia se esfuerza en la direccin de alguna hipottica objetividad ideal, la aplicacin de la ciencia est guiada por otras consideraciones. Como la utilizacin de otros recursos productivos y humanos, est subordinada a los requerimientos de las relaciones de clase que convierten el proceso de produccin social en formacin de capital. La utilizacin de la ciencia para la prevalencia de los principios del beneficio y del poder puede no afectar a la objetividad cientfica interna, pero afecta a la direccin de la exploracin cientfica. Debido a que no hay fin para la ciencia, y porque sus campos de exploracin son ilimitados, la ciencia puede elegir concentrarse sobre uno u otro. El nfasis sobre un campo especfico y una direccin particular depende de las necesidades, estructura y superestructura de una sociedad particular. En los siglos XVI y XVII haba una conexin evidente entre la concentracin en la astronoma y el desarrollo del comercio mundial. Hay una conexin evidente entre el nfasis presente en la fsica atmica y las actuales luchas militares imperialistas.

En los valores marxistas, el hombre es la medida de todas las cosas y la ciencia debe ser ciencia para los hombres. Como el socialismo implica el crecimiento ulterior de las fuerzas sociales de produccin, tambin implica el de la ciencia. Pretende aadir al principio de la objetividad cientfica el principio de la responsabilidad social. Y justo como rechaza la acumulacin fetichista de capital, tambin rechaza la ciencia por la ciencia. Esta actitud fetichista para con la ciencia, supuestamente basada en una innata necesidad humana de investigar la realidad ltima, realmente es slo otra expresin de la carencia de socialidad de la sociedad de clases y de la feroz competicin entre los cientficos mismos. La irresponsable, irracional y contraproducente falta de consideracin por la humanidad por parte de muchos cientficos hoy, que defienden su trabajo en nombre de la ciencia aun cuando no tiene a menudo ms propsitos que los destructivos, es posible slo en una sociedad que es capaz de subordinar la ciencia a las necesidades especficas de la clase dominante. La humanizacin de la ciencia presupone, no obstante, la humanizacin de la sociedad. La ciencia y su desarrollo es, de este modo, un problema social.Materialismo y determinismo

El marxismo, no siendo una teora del materialismo fsico y no estando ligado al determinismo newtoniano, no es afectado por la nueva fsica y microfsica. Es ms, Marx no tena modo, ni deseo, de rechazar la fsica del siglo XIX. Lo que distingua su materialismo histrico del materialismo de la clase media era su rechazo de la confrontacin directa entre el hombre individual y la realidad exterior, formulada por se ltimo, y su incapacidad para ver la sociedad y el trabajo social como un aspecto indivisible del conjunto de la realidad. Lo que una el marxismo con el materialismo de la clase media era la conviccin de que hay un mundo exterior independiente de los hombres y que la ciencia contribuye al conocimiento de esta realidad objetiva.

Mientras los marxistas aceptan el nfasis positivista en la experiencia, rechazan la nocin de que las sensaciones son la nica fuente de la experiencia -nocin que condujera a algunos a la esterilidad autocontradictoria del solipsismo y a otros al idealismo y a la justificacin indirecta de creencias religiosas. Aunque las percepciones sensoriales son percepciones de los individuos, los hombres han extendido el alcance y amplificado los poderes de sus sentidos en calidad tanto como en cantidad. Ms an, el conocimiento de un mundo exterior ordenado, en el que podemos actuar racionalmente, se deriva casi por entero de la sociedad. Los fragmentos descubiertos en las percepciones de los sentidos no crearan, por s mismos, ningn patrn ms que dentro del patrn cuyos contornos nos ha enseado la sociedad. De hecho, lo que nosotros percibimos con nuestros rganos de los sentidos est condicionado muy ampliamente por nuestra educacin -mediante la cual nuestros viejos y nuestros prjimos nos han enseado a observar.

El concepto de materia implica ahora algo diferente de lo que hace cien aos. Mientras para Lenin, y el materialismo de la clase media antes que l, la materia, compuesta de tomos, era la mismsima sustancia de la naturaleza, y para Mach los tomos eran un artificio mental no susceptible de experiencia sensible, la materia es ahora considerada como algo intermedio, porque la materia tal y como est dada a travs de nuestros sentidos aparece como un fenmeno secundario, creado por la interaccin de nuestros rganos de los sentidos con procesos cuya naturaleza puede ser descubierta slo indirectamente, a travs de las interpretaciones tericas de las relaciones observadas experimentalmente; en otras palabras, a travs del esfuerzo mental.

La materia fuera una vez concebida como consistente en tomos indivisibles. Este concepto perdi su validez por las recientemente descubiertas propiedades de la materia tales como la radioactividad. Se hall que las partculas materiales son capaces de desaparecer ocasionando radiacin, aunque la radiacin es capaz de condensarse en materia y de crear partculas. Einstein formul la transformacin de la masa en energa y, ahora, cuando se usa el trmino materia, incluye todos los fenmenos fsicos de que los hombres son conscientes. Han sido inventados mtodos experimentales que registran los efectos de los tomos y de las partculas elementales de las que estn compuestos. Estas partculas elementales pueden considerarse las ltimas unidades de materia -precisamente aquellas unidades en las que la materia se descompone bajo el impacto de fuerzas externas. Este estado de cosas puede resumirse as: todas las partculas elementales estn hechas de la misma sustancia -a saber, la energa... La materia existe porque la energa asume la forma de partculas elementales.

Estos descubrimientos no niegan la existencia objetiva de la realidad fsica, ni su manifestacin en cosas que, se considera, constituyen materia. Lo que sea que la ciencia pueda revelar como propiedades de la naturaleza, y sea la materia considerada real o irreal, como un fenmeno primario o secundario, ella existe por derecho propio y sin ella ningn inmaterialista estara all para negar su existencia. El mundo material es el mundo del hombre, totalmente independiente del hecho -hablando cientfica o filosficamente- de que el viejo concepto de materia sea insuficiente para dar cuenta de la realidad fsica.

La equivalencia de masa y energa, de luz y materia, extendi la dualidad onda-corpsculo -primero descubierta en la luz- a toda la materia. Como la luz, las partculas materiales pueden ser representadas como corpsculos o como ondas, y ambas representaciones son necesarias para explicar sus propiedades. De acuerdo con la teora del quantum de Max Planck, la radiacin no es continua pero, como la materia, puede ser tratada en unidades individuales. La emisin y absorcin de estas unidades involucra el principio de probabilidad. La aplicacin de la mecnica cuntica a los problemas de la estructura atmica por Niels Bohr y Werner Heisenberg llev al principio de incertidumbre, de indeterminacin, y al concepto de complementariedad. De acuerdo con ste ltimo, la descripcin de los micro-objetos, tales como electrones, requiere tanto del modelo de onda como del de corpsculo; aunque recprocamente excluyentes, tambin se complementan entre s. El principio de incertidumbre se refiere a la imposibilidad de afirmar con certeza tanto la posicin como el momento de una partcula de modo simultneo.

Debido a que en su totalidad los procesos elementales constituyen la realidad fsica, el carcter indeterminista, estadstico, probabilista de la fsica cuntica conduce a una negacin de la causalidad. No todos los cientficos estn, no obstante, dispuestos a reconocer la acausalidad como un aspecto fundamental de la naturaleza. Para Einstein, la teora cuntica en todas sus implicaciones pareca slo una improvisacin temporal -una expresin de nuestra ignorancia. Max Plank sostuvo que la hiptesis cuntica encontrara finalmente su expresin exacta en ciertas ecuaciones que seran una frmula ms exacta de la ley de la causalidad. Y Heisenberg especula sobre si la acausalidad es slo una consecuencia de la separacin entre el observador y el observado y no es aplicable al universo como un todo.

Aun cuando esto pueda ser, el problema solamente puede ser resuelto, si acaso por completo, por el trabajo cientfico posterior. Mientras algunos cientficos sostienen que detrs de las leyes estadsticas de la fsica cuntica se esconden, pero son discernibles, parmetros que obedecen las leyes de la fsica clsica, otros piensan que la causalidad en los fenmenos macroscpicos est ella misma basada en leyes de probabilidad. Mientras para algunos la causalidad gobern una vez absolutamente, ahora la casualidad gobierna absolutamente para otros. El marxismo, que no piensa en absolutos, acepta el estado de la fsica por lo que es, convencido de que, como cualquier otro estado previo, tambin es transitorio y no es el punto final del conocimiento fsico.

La mecnica newtoniana funcionaba bien sobre la escala macroscpica y humana de los fenmenos. El conocimiento conquistado sobre la realidad objetiva a travs de los nuestros rganos de los sentidos e instrumentos cientficos no afecta perceptiblemente a la propia realidad externa. En microfsica, sin embargo, la interaccin entre lo observado y el observador afecta a los fenmenos observados. Las impresiones sensoriales y los instrumentos implican una transferencia de energa (protones) que forma parte integrante del comportamiento de los objetos atmicos bajo observacin. Esta situacin ineludible, deplorada por algunos como la frontera delimitada a todo entendimiento de la realidad objetiva, induce a otros a declarar que la ciencia se sita entre el hombre y la naturaleza, y aunque los acontecimientos en el mundo de la naturaleza no dependan de nuestras observaciones de ellos, no obstante en la ciencia no estamos tratando con la naturaleza misma, sino con la ciencia de la naturaleza -esto es, con la naturaleza que ha sido pensada y descrita por el hombre.

Mientras este aspecto de la fsica cuntica es utilizado, demasiado frecuentemente, como un argumento contra el materialismo filosfico y como una evidencia a favor del idealismo, en cierto modo, y expresado de forma diferente, concuerda en lugar de eso bastante bien con el marxismo. Lo que se sita entre el hombre y la naturaleza tambin conecta a los hombres y la naturaleza. El marxismo, para el cual el conocimiento de la realidad objetiva implica la interrelacin indivisible entre el hombre, la sociedad y la naturaleza, no se preocupa de una realidad objetiva aparte de la reconocible por los hombres. Dado que no debera haber ningn camino a la objetividad absoluta, ese grado de objetividad alcanzable es la realidad objetiva para los hombres. El reconocimiento de que la naturaleza, y la naturaleza revelada por la ciencia, podran no ser la misma, nos compele simplemente al mayor grado posible de objetividad, dejando aparte por completo la cuestin de si conducir o no a un entendimiento de la realidad ltima.

La microfsica es uno de los esfuerzos humanos y, aunque conduzca a nuevos conceptos de la realidad fsica, no altera la situacin humana en el mundo macroscpico. La dualidad entre leyes estadsticas y dinmicas est en ltima instancia asociada a la dualidad entre macrocosmos y microcosmos, y esto debemos considerarlo como un hecho comprobado mediante el experimento. Sean satisfactorios o no, los hechos no pueden ser creados por las teoras y no hay ms alternativa que conceder a las leyes dinmicas sus lugares sealados, igual que a las leyes estadsticas, en el conjunto del sistema de las teoras fsicas. Espacio, tiempo, causalidad, derivan de la experiencia, siguen siendo guas seguras para la mayora de las actividades humanas, de modo completamente independiente de las teoras relativistas y atomistas de la realidad que pasen por encima o por debajo. Es totalmente cierto que la mecnica clsica seguir siendo el instrumento ms apropiado para resolver ciertas cuestiones, cuestiones que para nosotros son de la mayor importancia, dado que se refieren a nuestra escala de magnitud.

Nada se altera en esta situacin si la interpretacin determinista de la mecnica clsica es considerada tambin como una falacia. Puesto que la causalidad y el determinismo no se refieren a la naturaleza en su totalidad, sino a nuestra interrelacin con la naturaleza a travs de la cual descubrimos normas y regularidades que nos permiten esperar -y, de este modo, predecir- acontecimientos naturales con un grado de probabilidad cercano a la certeza. Aunque el precoz ideal de un conocimiento absolutamente cierto del mundo externo se desvaneci en la misma bsqueda de la objetividad cientfica, las leyes naturales que permiten la predictibilidad retienen su validez absoluta en la escala humana de la experiencia. Y mientras el entendimiento de los procesos atmicos implica probabilidad y estadsticas, la utilizacin de este conocimiento conduce a actividades predecibles, como si se basasen en relaciones causa-efecto. Del mismo modo, las nociones de la fsica clsica proporcionan una fundamentacin apriorstica para las investigaciones de la fsica cuntica, dado que solamente podemos llevar a cabo experimentos en el campo atmico con la ayuda de los conceptos de la fsica clsica.

Debido a que el indeterminismo gobierna la fsica cuntica, y la determinacin est descartada aun en la ciencia clsica ms simple, la de la mecnica, Max Born encuentra simplemente fantstico aplicar la idea del determinismo a los acontecimientos histricos. Con todo, el materialismo histrico, en tanto que reivindica capacidades predictivas, no reclama que estas capacidades se deriven de, o sean anlogas a, los procesos naturales, sino que estn basadas en leyes sociales de desarrollo fortificadas por la evidencia histrica. Para rechazar el determinismo social es necesario demostrar su imposibilidad en la sociedad y en la historia, no por analoga con los procesos fsicos. Haciendo esto ltimo, Born hace exactamente -solo que siguiendo el otro camino- lo que los pseudomarxistas estaban haciendo cuando descifraron leyes sociales de desarrollo dentro de la naturaleza. Si una analoga es mala, lo mismo es la otra.

La sociedad no se desarrolla y funciona por casualidad, sino a travs de las respuestas humanas a necesidades definidas. El hombre debe comer para vivir, y se debe trabajar para comer, el trabajo mismo conduce a un comportamiento regulado por parte del hombre y en conexin con su obediencia de, y con su lucha contra, los fenmenos naturales y sus regularidades. Cuando los hombres trabajan en grupos y sociedades, nuevas necesidades y nuevos regulamientos emergen del proceso de trabajo social. Con el incremento de la productividad, se desarrollan all relaciones sociales de clase y regulamientos sociales basados en ellas. Con el crecimiento ulterior de las fuerzas productivas de la sociedad, la determinacin del comportamiento humano por la necesidad externa disminuye, mientras que la determinacin por los ordenamientos sociales se incrementa. La determinacin es ampliamente un producto social; es el desarrollo social mismo lo que leva -con el reconocimiento de los requerimientos materiales y sociales de la produccin y la reproduccin- a la predictibilidad.

A causa del carcter socialmente producido de la determinacin social, Marx no es ni un determinista ni un indeterminista en el sentido usual de estos trminos. En su opinin, la historia es el producto de la accin humana, aun cuando los hombres sean los productos de la historia. Las condiciones histricas determinan el modo en que el hombre hace subsecuentemente la historia, pero estas condiciones histricas son ellas mismas el resultado de acciones humanas... El punto de partida bsico nunca es la historia, sino el hombre, su situacin y sus respuestas.

En la historia conocida, las etapas de la existencia humana y social son reconocibles a travs de los cambios en las herramientas, en las formas de produccin y en las relaciones sociales, que alteran la productividad del trabajo. Donde la produccin social se estanca, la sociedad se estanca; donde la productividad del trabajo se desarrolla lentamente, el cambio social es tambin retardado. Pero todo desarrollo previo es el resultado del progreso realizado en la esfera de la produccin y solamente es razonable esperar que el futuro tambin dependa de esto.

Esto indica poco a respecto de la transformacin efectiva del capitalismo al socialismo anticipada por Marx. Meramente predice que el socialismo es el prximo paso en el desarrollo de las fuerzas sociales de produccin, que incluyen la ciencia y la conciencia social. Toda estructura de clases, de acuerdo con Marx, tanto fomenta como retarda el desarrollo general de la produccin social. Lo fomenta en contraste con las relaciones sociales de produccin previamente existentes; lo retarda intentando hacer permanentes las relaciones sociales existentes. Relaciones sociales de clase determinadas estn circunscritas a niveles determinados de las fuerzas sociales de produccin en expansin -no obstante la superposicin de viejas y nuevas formas de relaciones sociales y modos de produccin. En la nuestra poca, es la relacin capital-trabajo, la base de todos los antagonismos sociales, la que traba el desarrollo social ulterior. Pero tal desarrollo requiere de la abolicin de los antagonismos sociales. Y dado que slo aquellos capaces de basar sus expectativas en una sociedad sin clases van probablemente a esforzarse por su realizacin, Marx vio en la clase obrera y en sus necesidades la fuerza de la emancipacin humana.

Aunque Marx estaba convencido del inevitable fin del capitalismo, no se confi a respecto del momento de su muerte. Esto dependa de la lucha de clases efectiva y era cierto slo sobre la asuncin de una continuacin del curso previo del desarrollo social. Los acontecimientos futuros pueden nicamente basarse en el conocimiento presente y las predicciones son posibles slo sobre la asuncin de que el patrn conocido del desarrollo pasado se mantendr tambin para el futuro. Puede que no; con todo, todo conocimiento justifica algunas expectativas y permite acciones que decidirn ellas mismas si las expectativas estaban justificadas o no. Cuando Marx habl del fin del capitalismo, tambin pens en los elementos de una nueva sociedad ya presentes y desplegndose en las entraas de lo viejo. El capitalismo no tena futuro porque su transformacin era ya un fenmeno observable. Entre tanto se desarrollase, ampliara todas sus contradicciones, de modo que su expansin era al mismo tiempo su decadencia, cuando se considera desde un punto de vista revolucionario en lugar de desde un punto de vista conservador.

La guerra ideolgica

Dado que no hay conexin entre marxismo y determinismo o indeterminismo fsicos, tampoco hay conexin real entre la guerra fra y los diferentes conceptos de la realidad fsica en el Este y en el Oeste. De hecho, qu posible conexin podra haber entre la indeterminacin de la fsica nuclear y los problemas sociales que cercan el mundo y causan sus movimientos polticos? Estas luchas sociales estaban perturbando el mundo antes de la emergencia de la nueva fsica y no pueden ser amainadas ni por la ciencia ni por la filosofa. Las relaciones polticas entre Este y Oeste no mejorarn simplemente porque los fsicos se abstengan de interpretaciones ideolgicas de su trabajo. Este trabajo, y su aplicacin prctica, es lo mismo en el Este y en el Oeste. Donde hay desacuerdo, ste carece de importancia, es decir, en las especulaciones acerca de qu revelar el conocimiento fsico del futuro. Algunos cientficos orientales no se molestan en bordar su trabajo con interpretaciones filosficas; otros intentan encajarlo en el esquema del materialismo dialctico, de modo que no viole la ideologa prescrita por el Estado en la que ellos pueden efectivamente creer, justo como los cientficos occidentales aceptan casi generalmente las ideologas dominantes en su propia sociedad.

En cualquier caso, la realidad es siempre ms fuerte que la ideologa, como se demuestra por la recurrente necesidad de incorporar los nuevos hallazgos de la ciencia y los avances de la tecnologa en las ideologas prevalecientes. Hubo un tiempo en el que los materialistas dialcticos rusos denunciaron la teora de la relatividad de Einstein como oscurantismo burgus, solamente, y ms bien aceleradamente, para venir a celebrarla como an otra manifestacin del materialismo dialctico. El espacio-tiempo, la mecnica de ondas, la estructura de la materia, en resumen, el conjunto de la fsica moderna ha sido convertida en otras tantas revelaciones de la dialctica de la naturaleza y de su sustancia material. El principio de complementariedad, es decir, el abandono de la imagen conceptualmente unitaria de los fenmenos atmicos, ha sido interpretado como an otro ejemplo del desarrollo dialctico por medio de la contradiccin y reconciliacin, esto es, como una lucha entre tesis y anttesis, produciendo la sntesis.

Hasta ahora, sin embargo, la sntesis es slo filosficamente anticipada por los materialistas dialcticos para satisfacer el criterio leninista de la verdad objetiva absoluta. Algunos cientficos orientales (no todos) reivindican simplemente que los fenmenos observados en la microfsica son completamente objetivos con respecto tanto a la onda como a la partcula, mientras que para algunos cientficos occidentales (no todos) estas son, en parte, subjetivas, a causa de la interaccin perturbadora y alteradora entre el observador y lo observado, y porque la onda tiene el carcter de una onda de probabilidad y no es considerada como una entidad objetiva. Por supuesto, los fsicos rusos admiten que la pura objetividad de los micro-objetos es slo parcialmente reconocible, pero acreditan que, en principio, ser posible establecer su plena objetividad encontrando caminos y medios para descontar la influencia del observador y sus instrumentos sobre los micro-objetos observados. La aplicacin de la energa atmica aparece para ellos como una prueba del carcter objetivo de los fenmenos atmicos.

Para los fsicos occidentales, todo lo que importa en la actualidad es la teora cuntica en su estado presente y los problemas que ocasiona. Esto, por supuesto, es tambin cierto para los cientficos rusos. Y puede de una vez admitirse que su bsqueda de una objetividad absoluta, sea o no realizable, parece una mejor hiptesis de trabajo que la resignacin subjetivista a un asumido lmite absoluto del entendimiento de la realidad objetiva por parte de algunos fsicos occidentales. No obstante, la energa atmica ha sido aplicada a ambos lados de las barricadas; la verdad pragmtica de la teora atmica se ha revelado completamente aparte del materialismo dialctico y del idealismo burgus.

A causa de que Lenin insistiera en la objetividad y validez universal de la causalidad, y debido a que el leninismo es la ideologa dominante, sta no puede ser negada muy bien por los fsicos rusos. No hay tampoco ninguna necesidad real de hacerlo, pues de acuerdo con el materialismo dialctico la causalidad no excluye, sino que implica la casualidad. La indeterminacin en la fsica cuntica, aunque reconocida, es explicada como provocada por las tcnicas experimentales y no por una ley fundamental de la naturaleza. Las diferencias entre los fsicos orientales y occidentales pueden entonces resumirse como diferencias relativas no a su trabajo, sino a las expectativas adicionales por parte de los fsicos orientales de que su trabajo vendr a verificar las asunciones del materialismo dialctico.

Estas asunciones, sin embargo, no se refieren a la victoria del socialismo sobre el capitalismo, sino meramente al restablecimiento de la causalidad para el conjunto de la naturaleza y a la reaceptacin del concepto de materia, en su sentido presente, como la sola base de todos los fenmenos existentes incluyendo la mente humana. Por supuesto, en cierto sentido, tales expectativas pueden ser consideradas como una expresin de un optimismo general asociado con el ascenso, xito y esperado triunfo del bolchevismo y su concomitante ideolgica, el leninismo. Con todo, es difcil ver cmo el materialismo dialctico en la fsica podra determinar las decisiones polticas de la gente de un modo o de otro, o podra ser considerado un instrumento de la lucha de clases.

Las ideologas son armas, pero en la era de la bomba atmica ya no son armas decisivas o incluso muy importantes. Tan poco como las naciones occidentales confan en la racionalidad y la naturalidad de sus relaciones socio-econmicas, justo igual de poco los marxistas orientales ponen su confianza en el curso dialctico de la historia -por no hablar del de la naturaleza- como el medio para la victoria final. Ambas partes confan, primero de todo, en su poder material. Esto slo puede ser de utilidad, claro, cuando el poder material encuentre soporte ideolgico, por cuya razn prsperos idelogos de ambos campos se encuentran en los listones de ingresos confortables. Pero su evaluacin profesional de la importancia y poder de las ideologas es slo una sobrevaloracin de su propia importancia.

Traducido por el

Crculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques

Max Born, El concepto de la realidad en la fsica. Boletn de los Cientficos Atmicos, Chicago, 1958. Vol. XIV, n 8, p. 320.

Ibid., p. 319

F. Engels, Ludwig Feuerbach, Nueva York, 1945, p.22.

M. Born, El concepto de la realidad en la fsica, p. 320.

B. Croce, Lebendiges und Totes in Hegels Philosophie, Heidelberg, 1909.

F. Engels, Ludwig Feuerbach, p. 31.

Alphonse Aulard, Histoire Politique de la Rvolution Franaise; Origines et Dveloppement de la Dmocratie et de la Rpublique (1789-1804), Paris, 1901, p. 734.

E. Mach, La ciencia de la mecnica, Londres, 1942, p. 27.

Materialismo y empiriocriticismo, Nueva York, 1927, p. 107.

Ibid., p. 107

Ibid., p. 63.

Ibid., p. 109.

Las Tesis sobre Feuerbach de Marx, en F. Engels, Ludwig Feuerbach, p. 73.

Una crtica ms extensa de las ideas cientficas y filosficas de Lenin se encontrar en Marxismo y filosofa, por Karl Korsch, y en Lenin como filsofo, por Anton Pannekoek.

Crtica de la Economa Poltica, Chicago, 1904, p. 11.

Manuscritos econmicos y filosficos de 1844, Mosc, p. 169.

El Capital, Chicago, Vol. III, p. 952.

V.G. Childe, Sociedad y conocimiento, Nueva York, 1956, p. 97.

M. Born, El concepto de la realidad en la fsica, p. 319.

L. d. Broglie, Fsica y microfsica, Nueva York, 1960, p. 68.

W. Heisenberg, De Platn a Max Planck, Atlantic Monthly, Boston, noviembre de 1959, p. 113.

W. Heisenberg, De Platn a Max Planck, p. 112.

M. Planck, Un estudio de la teora fsica, Nueva York, 1960, p. 64.

E. Borel, Espacio & Tiempo, Nueva York, 1960, p. 182.

Ver: M. Born, Vorausagbarkeit in der klasischen Mechanik. Physikalische Blatter, 1959, Heft 8.

W. Heisenberg, De Platn a Max Planck, p. 112.

El concepto de la realidad en la fsica, p. 320.

A. G. Meyer, Marxismo: La unidad de la teora y de la prctica, Cambridge, 1954, p. 10.

Crculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques - [email protected] - http://www.geocities.com/cica_web