Un ferrocarril, que ya para la década del 80´ empezaba a ser olvidado y subyagado ante la implacable introducción de

diferentes sistemas mecánicos, que redundarían en la esfumación

de tal legado, no solo vial, sino cultural, económico y social.

El narcotráfico tan evidente y cotidiano en Medellín inicia sus

actividades de ilícitos en esta región, y deja sus secuelas de

ingobernabilidad, desesperanza y desarraigo en lo rural.

En el ámbito artístico, se podrían hallar ciertos aires de innovación y de

vanguardismo, por lo cual sería la Medellín del 70­­­­´la que le daría un

reconocimiento merecido a artistas como Débora Arango y Fernando Botero ante

sus inconmensurables producciones, que posicionaron a la ciudad en un

privilegiado lugar en el arte colombiano.