para mayores de cuarenta años

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Para Mayores de 40 uestra infancia Nuestra adolescencia Nuestra juventud Basado en hechos reales Por Mary Fuentes

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Entertainment & Humor


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Page 1: Para mayores de cuarenta años

Para Mayores de

40

Nuestra infanciaNuestra adolescencia

Nuestra juventud

Basado en hechos reales

Por Mary Fuentes

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Nuestra infancia en la Escuela

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A la escuela y… ¡Sin calefacción!Éramos pequeñas cotorras que se aprendían todo de

memoria.

Nos castigaban contra la pared con libros pesados en ambas ( dos manos ).

No se, si al tener esos libros tan pesados en nuestras manos,

su información pasaba directamente al cerebro y se quedaba en él,

yo al menos me quedé con los verbos, los ríos y las tablas de multiplicar.

Todavía los puedo repetir como un papagayo, puede que influyese el peso de los libros y la conexión

mano-cerebro.

Recibíamos capones, nos daban con la regla en la palma de la mano, y si tenías buenos reflejos y la esquivabas, te

podías encontrar con un buen bofetón. También nos tiraban de las orejas... A Algunos los dejo marcados, todo el que

pase de cuarenta y las tenga de soplillo.... Fijo que es de la generación.

Pero todo esto era por nuestro bien para que estudiáramos mas

y aprendiéramos mejor.

“La letra con sangre entra” o “Quien bien te quiere te hará llorar”

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Nuestra primera comunión...y la única.

Antes de hacer la comunión, teníamos que haber aprendido de memoria

todos los mandamientos de la fe católica, que eran muchísimos.

A pesar del tiempo pasado, puedo volver a componerlos...¡No los olvidé!.

Había que ir en ayunas para que te dieran la “hostia”, por supuesto...la consagrada.

Porque de las otras las recibías con mas frecuencia y daba lo mismo

si estabas en ayunas o habías picado algo.

Pero...¡Que ilusión!. Por un día eras protagonista de tu historia y... ¡Visible!.

Te convertías en la princesita que llevabas dentro o en el marinerito que tripulaba el barco.

Esto solo te pasaba este día, porque después volvías a ser invisible como antes.

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Nuestros días de “piscina”...En casa nos bañaban en una pila o en un barreño.

Te refregaban las orejas, las rodillas y los codo... con bastante energía.

¡Buf! ... ¡Que daño te hacían!.

Nos bañábamos en los ríos, en las rías, en las charcas y en los charcos.

Compartíamos el agua con ranas, sapos, aclaradores, salamandras, reptiles sin patas...

Y nos llevábamos a casa alguna que otra sanguijuela totalmente

adherida a nuestro cuerpo.

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Nuestros juegos infantiles... chicas

Jugábamos a la zapatilla por detrás (Del cielo caían judías...)

y al corro de la patata (Comíamos ensalada...). Yo no he conseguido aún entender el significado de las

letras de aquellas canciones, con el tiempo intenté comprender su contenido.

¿Llevaban algún tipo de moraleja?. ¿Porqué siempre aparecía la comida?.

Este pregunta surge porque “entendí” la moraleja del trato que recibíamos en la escuela...¡Era por

nuestro bien!¡En las canciones me pierdo!

En este caso sería por su bien, cuanto mas tontos...mejor.

Jugábamos a la gallinita ciega,

al escondite, al tejo, a la goma, a saltar la cuerda...

No podíamos jugar solos, todos los juegos requerían como mínimo dos pequeñajos, por lo que... ¡No

podíamos enfadarnos mucho! . Había que enfadarse lo justo, porque si no, te quedabas sin amigos.

Y ya era lo último que te faltaba...El rechazo de los tuyos.

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Nuestros juegos infantiles... de chicos

Jugábamos a las canicas, a las chapas, a la peonza, al aro,

a churro va, al futbol...

Todos los juegos requerían la calle y amigos para compartirlos.

Nos hacíamos zancos con botes, columpios , trepábamos a los árboles, nos tirábamos desde terraplenes, eso sí...

¡Las chicas no existían!.Solo las que parecían chicos y sabían pegarse.

Era frecuente salir lesionado, pero con un poco de agua oxigenada y un esparadrapo,

quedaba solucionado.

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Nuestra Televisión en Blanco y Negro

Un día llegó a casa una especie de caja que tenía gente muy pequeña dentro y hablaba.

También tenia muñequitos pequeños que se movían y... ¡También hablaban!.

¿Quién no quiso hacer un pequeño agujerito y cogerlos?.Bueno, pues nos dijeron que eso no se tocaba, solo se

miraba...¡Era la televisión!

Por fin llego a nuestros hogares este maravilloso aparato, en blanco /negro, con dos canales y con horario.

Empezamos a ser mas caseros, a compartir con nuestros progenitores la caja mágica.

Antes de existir este aparato nos íbamos a la cama cuando se “apagaban” las luces.

Tras su aparición nos mandaba a la cama una tal familia llamada “Telerin”.

Cuando en la “caja mágica” en una esquinita aparecían dos rombos,

nosotros debíamos desaparecer... ¡No éramos compatibles!

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Nuestros programas... ¡De todos!.

Este mágico invento trajo consigo algo muy importante,

aunque parezca contradictorio... Nos trajo la comunicación.

Podíamos hablar de lo mismo, porque veíamos y escuchábamos...lo mismo.Con TVE1 y TVE2, había poco donde elegir.

Vimos juntos...Un globo, dos globos, tres globos.

Los chiripitiflauticos.Los payasos Gabi, Fofo y Miliqui .

También Curro Jiménez, Crónicas de un pueblo y el Un, Dos, Tres.

Estos no eran de niños... pero los vimos, aquí no ponían los rombos.

Luego llego: Heidi con su amigo Pedro. También Marco que se fue a buscar a su madre.

.Puf!... Que mal se pasaba.

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Entramos en la adolescencia...¡Horror!Esta etapa hay que tratarla con aplomo, y con mucha

cautela...

De la EGB pasamos a la Universidad, es decir de ser niños invisibles pasamos a ser

mujercitas y hombrecitos visibles.

Con mucha memoria, por lo del colegio, y nulo conocimiento de nosotros mismos...

La Autoestima...por los suelos La sexualidad...en las nubes

¡Con la iglesia hemos topado!.

Con un silencio sepulcral sobre nuestra sexualidad.

Con una falta de afectividad por superar

Y con los “dos rombos” todavía en casa...¡Tierra trágame!

Mejor...Lo dejamos aquí

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Vamos a la juventud...Esto ya es otra historia,

porque eso de la pubertad...¡No se lo deseo a nadie!

Aquí empezamos a conocernos, aceptarnos y perfeccionarnos.

continuará