palacios, jesus - amanecer vudu i

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1AMANECER VUDURelatos De Horror y Brujera AfroamericanaSELECCIN DE JESS PALACIOSVALDEMAR 1993Para Pedro Duque, mi hermano en Regla Ocha, porque l sabe JESUS PALACIOSAmanecer Vud. Valdemar Antologas 3.2UN PRLOGO QUE ES UNA ADVERTENCIAVud! Dos simples slabas que despiertan en nuestra imaginacin el obsesivo sonido de los tambores, las cimbreantes figuras de bailarines posedos por oscuros dioses, dolos de barro atravesados por alfileres asesinos. Viejas pelculas en glamuroso blanco y negro, el lento desgranarse de los blues del pantano, los ojos en blanco de zombis y muertos vivientes, el ritmo frentico de la rumba, sangrientos sacrificios al pie de altares desconocidos... Bueno, bueno. Antes de seguir, una justa advertencia, una necesaria aclaracin: el Vud, como su hermana caribea la Santera, es mucho ms que esa imagen tpicamente de gnero que hemos evocado arriba. Son, de hecho, religiones populares afroamericanas cuya verdadera naturaleza abarca complejos fenmenos sociales, culturales, religiosos e histricos. No en vano los antroplogos optan, a la hora de referirse al Vud, por emplear la grafa francesa propia de Hait, escribindolo Vodoun, para diferenciarlo radicalmente del concepto popularizado por el cine y la literatura fantstica, que lo han convertido prcticamente en sinnimo de brujera y/o magia negra. Los interesados en la verdadera esencia de las religiones afroamericanas pueden, y deben, husmear entre las pginas que Alfred Mtraux, Roger Bastide o Wade Davis han dedicado al Vodoun haitiano, las que Zora Neale Hurston o Robert Tallan dedicaran al Vud y el Hoodoo que en justicia debera escribirse Jud del Sur de los Estados Unidos; las que Fernando Ortiz y Lydia Cabrera, entre otros escribieran sobre la Santera afrocubana, el diario de viaje del director de cine Henri Georges Clouzot a travs del Brasil, del Candombl y de la Macumba, o las ms recientes descripciones de la moderna Santera neoyorquina, escritas por la portorriquea Migene Gonzlez Wippler. Porque lo que ahora tenis entre las manos es un libro de relatos de horror. Todos estn, desde luego, relacionados con su lado ms oscuro y siniestro, con las prcticas mgicas, los hechizos y las maldiciones, las crnicas negras y los asesinatos rituales. Sera absurdo negar el atractivo morboso que ejerce sobre nosotros esa cara oscura del Vud. Ya la simple realidad de la existencia hoy da de religiones basadas en el sacrificio y las prcticas mgicas, no slo en pases tropicales y atrasados, como nos gustara creer, sino en el interior mismo de nuestras grandes ciudades, resulta francamente inquietante para el hombre presuntamente civilizado. Y es que quiz lo ms terrorfico del Vud sea cmo lo real y lo fantstico se entremezclan en l, de forma difcilmente discernible. No estamos ante fenmenos sobrenaturales incomprobables, ante paganismos ancestrales ya desaparecidos, ante criaturas ms bien mticas como vampiros y hombres lobo. Cualquiera que lo desee puede consultar las incontestables pruebas reunidas en torno al caso de Narcille Clovis, el fenmeno zombi ms documentado de Hait. Y, sin llegar a extremos melodramticos, cualquier turista avisado puede asistir a ceremonias y fiestas rituales a lo largo de todo el Caribe y buena parte de Sudamrica, visitar el Museo del Vud en Nueva Orlens, o comprar cualquier accesorio que necesite para sus hechizos santeros en las muchas botnicas del Harlem Hispano de Nueva York o de la Pequea Cuba de Miami. Son estos aspectos nicos, la contemporaneidad de una religin pagana procedente del Africa oscura y su posible poder real, los que han hecho del Vud uno de los temas predilectos de la literatura fantstica y de terror. Desde los tiempos de Weird Tales, en plena era dorada del pulp, el Vud es presencia continua en el cuento de horror y, aunque se eche quiz a faltar al arquetpico Hugh B. Cave, autor que residi largas3temporadas en el propio Hait, de las pginas amarillentas de los pulps hemos entresacado joyas como Madre de Serpientes de Robert Bloch, Palomos del Infierno del texano Robert E. Howard que aporta aqu el mito de la zuwenbi, verosmil invencin del propio Howard, Pap Benjamn de William Irish es decir, de Cornell Woolrich, y Desde lugares sombros de Richard Matheson. Junto a estos relatos de terror clsicos, encontraremos historias que les fueron narradas a viajeros e investigadores como autnticas y libres de cualquier duda. Attilio Gatti, Vivian Meik, el clebre William Seabrook que con su clsico Magic Island dej bien establecidas las bases de la leyenda negra del Vud haitiano, la periodista Inez Wallace, Lydia Cabrera, Raymond J. Martnez y el Dr. Gordon Leigh Bromley, aportan sus experiencias a veces personales de la realidad del fenmeno zombi, de la existencia de sectas secretas africanas y siniestros rituales necroflicos, del poder de los antiguos dioses de Africa, de las posesiones o montas, y de la terrible eficacia de hechizos y maldiciones. Algunos de los relatos que incluimos son estrictamente (!!!) verdicos, como ocurre con los escritos por el investigador de lo oculto Brad Steiger y su esposa, tanto Los espeluznantes secretos del Rancho Santa Elena, que narra los famosos sucesos de Matamoros que inspiraran tambin a Barry Gifford su novela Perdita Durango, como La pcima de amor comprada con sangre. Y especial atencin, por su realismo de puro y duro informe policial, merece Asesinado al pie de un altar vud!, la crnica de Richard Shrout que nos introduce en las oscuras relaciones que unen la prctica de la Santera con el narcotrfico y el hampa latina de Estados Unidos. Todo un episodio de Miami Vice. La mtica conexin entre el Vud y la msica popular queda ejemplificada tanto en el clsico Pap Benjamn, con su jazzstico y maldito Canto Vud, como en El Boogie del Cementerio de Derek Rutherford, un terrorfico Rockn Roll que hara estremecer de miedo al mismsimo Screamin Jay Hawkins. Y la presencia del cine de terror ms clsico la encontraremos en Yo anduve con un zombi, que diera pie convenientemente mezclada con Jane Eyre a la legendaria produccin de Val Lewton, dirigida por Jacques Torneur, adems de, nuevamente, en el relato de William Irish, llevado a la pequea pantalla por Ted Post en 1961, y vctima de toda una adaptacin inconfesa en el clsico de episodios Doctor Terror, producido por la britnica Amicus Films. Pero, cuidado, no en Zombi Blanco de Vivian Meik, sin relacin alguna con el film del mismo ttulo. Por cierto, he de confesar aqu que el ttulo de esta antologa lo hemos tomado prestado de Voodoo Dawn, la pelcula y novela de John Russo, con la que el coautor de La noche de los muertos vivientes quiso pagar su deuda con el Vud. No quiero dar paso ya a los misterios del Caribe y el Africa profunda sin otra advertencia: a pesar de nuestro criterio, digamos que geogrfico, los relatos no siempre se ajustan estrictamente a su rea territorial, y es que nuestra seleccin no pretende ser ni exhaustiva ni, mucho menos, ortodoxa. Como veris se mezclan en ella los relatos y los hechos reales, la crnica negra y los cuentos de fantasmas, el Vud, la Santera y hasta otros cultos ms terribles y desconocidos. Se trata tan solo de explorar y explotar ese lado ms siniestro, terrorfico y brujeril del Vud. Su leyenda negra muchas veces falsa, otras no, su folklore ms fantstico, su imagen ms pop. Yo, por mi parte, confieso que siento por el verdadero Vud y la Santera el mayor de los respetos y una gran simpata. Puede que vosotros, cuando hayis terminado de leer las pginas que siguen, tambin deseis profundizar ms en las religiones afroamericanas. Ya se sabe, si no puedes vencerles, nete a ellos.