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1 PALABRAS DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA SABANA PARA EL ACTO DE APERTURA DEL AÑO ACADÉMICO 2019 Una transformación permanente de la Universidad que vivifica el Proyecto Educativo Institucional Apreciados todos: “No hay nada más permanente que el cambio”, cuántas veces hemos escuchado esta célebre afirmación de Albert Einstein. Y nos demos cuenta o no, queramos o no, los cambios están sucediendo. Hay cambios más drásticos, hay cambios más acelerados, hay cambios más inesperados; lo cierto es que, ante el cambio, la única posibilidad de supervivencia es la adaptación. Esto también lo hemos escuchado, quién no recuerda a Charles Darwin: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios”. Itinerario de una continua transformación

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PALABRAS DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA

SABANA PARA EL ACTO DE APERTURA DEL AÑO ACADÉMICO

2019

Una transformación permanente de la Universidad que vivifica el

Proyecto Educativo Institucional

Apreciados todos:

“No hay nada más permanente que el cambio”, cuántas veces

hemos escuchado esta célebre afirmación de Albert Einstein. Y

nos demos cuenta o no, queramos o no, los cambios están

sucediendo. Hay cambios más drásticos, hay cambios más

acelerados, hay cambios más inesperados; lo cierto es que, ante

el cambio, la única posibilidad de supervivencia es la adaptación.

Esto también lo hemos escuchado, quién no recuerda a Charles

Darwin: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más

inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios”.

Itinerario de una continua transformación

2

En el último quinquenio la Universidad ha emprendido profundas

transformaciones para adaptarse a las nuevas realidades que se

van configurando con los permanentes cambios en el entorno. Y

he aprovechado estos encuentros de comienzo de año, en los

que señalo los grandes derroteros institucionales, para hablarles

sobre dichas transformaciones.

Es así como, en el acto de apertura del año académico 2014, les

anunciaba la necesaria transformación en la gestión académica,

administrativa y financiera que afrontaría la Universidad

apalancada por el cambio tecnológico que se avecinaba en

relación con los sistemas de información institucional, que, para

ese entonces, no podían dar soporte al anhelado desarrollo

académico en materia de flexibilidad curricular,

internacionalización, virtualidad y a otros tantos propósitos de

desarrollo institucional.

Hoy, cinco años después, la renovación tecnológica en los

procesos institucionales es una realidad. La Universidad cuenta

con un sistema integrado, robusto y moderno implementado con

la solución de PeopleSoft de Oracle, que internamente

denominamos “SIGA”: SIGA Académico, SIGA Gestión Humana

3

y SIGA Financiero, y que sustenta importantes procesos como la

admisión, la inscripción de materias, la matrícula financiera, la

nómina, el presupuesto, la contabilidad, entre muchos otros.

Con esta renovación tecnológica introdujimos cambios

sustanciales no solo en la operación sino en la experiencia de

servicio, por ejemplo, en la manera como interactuamos y nos

comunicamos con nuestros estudiantes. Antes, la información y

los servicios disponibles en línea para los alumnos eran escasos

y cualquier trámite debía realizarse presencialmente haciendo

uso de formatos y documentos en papel (“Uga-Uga”). Ahora, los

estudiantes cuentan con un amplio portafolio de servicios en

línea a través del módulo de autoservicio en el SIGA Académico.

En los años venideros se ampliará la funcionalidad de SIGA con

la puesta en operación de soluciones tales como el BI (Business

Intelligence), el CRM (Customer Relationship Management), la

Gestión de Contratos y la Gestión de Proyectos.

Como parte de la transformación en la gestión, ese mismo año

les anuncié la reestructuración organizacional de las unidades

académicas (REUNA), cuyos principales propósitos fueron el

4

atender de manera adecuada el crecimiento que tuvo la

Universidad en diferentes ámbitos como los posgrados, la

investigación, la internacionalización; y el alinear la estructura de

las unidades académicas con la estructura del gobierno central

de la institución en busca de la unidad necesaria para continuar

por la senda de desarrollo señalada en nuestro plan estratégico.

Una de las principales novedades en esta reestructuración fue

sin duda la creación del cargo de Director de Profesores e

Investigación con la responsabilidad de seleccionar, vincular y

orientar el desarrollo de los profesores de la unidad académica,

acorde con el perfil de cada uno de ellos, en pro de su carrera

profesoral y del cumplimiento de los objetivos de la misma

unidad.

En esa Dirección se concentran todos los profesores de la

unidad, agrupados en departamentos académicos, desde donde

se prestan los servicios docentes a los programas de pregrado y

posgrado que lo demanden, no solo en la respectiva unidad

académica sino en la Universidad.

5

A la fecha, todas las facultades, los institutos y las unidades

académicas de carácter especial de la Universidad han

implementado REUNA y se encuentran en periodo de ajuste y

estabilización. Con lo cual están listas para avanzar al siguiente

nivel: la reestructuración de sus instancias de gobierno colegial,

asunto que se emprenderá este año simultáneamente con la

actualización de los órganos de gobierno colegial de nivel

central.

No obstante, el mayor reto de este importante cambio

organizacional continúa siendo la adaptación de las personas a

una estructura de tipo matricial, en la que se debe convivir con

varias líneas de autoridad, de la unidad académica y del nivel

central de la Universidad, lo que a veces genera confusión e

incomodidad pero que a la vez comprende enormes beneficios

en términos de alineación entre las unidades y los objetivos

institucionales, y en términos de agilidad organizacional para

la incorporación de cambios.

En mis palabras de inicio del año 2015, con el apoyo del profesor

Sofanor como recurso literario, presenté ante la comunidad

académica el programa Core Curriculum Persona y Cultura como

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respuesta de la Universidad de La Sabana a la necesidad de

ahondar en la formación no sólo de buenos profesionales sino de

buenos seres humanos, con fuertes principios y convicciones,

capaces de preservar la dignidad de la persona y de buscar la

verdad y el bien común, ante los vertiginosos e inquietantes

cambios sociales y culturales acaecidos en este siglo.

Con la introducción del core curriculum se emprendió una

desafiante transformación en un aspecto fundamental de la

promesa de valor de La Sabana: la formación integral de los

estudiantes.

Hoy, puedo dar parte muy positivo de los resultados de ese

cambio curricular, que el año pasado culminó su etapa de

implementación con el desarrollo del quinto módulo del

programa. De esta forma, en cada período académico, se

continuarán desarrollando los cinco módulos en los que está

estructurado el programa, abarcando las áreas de familia,

teología, ética, antropología y bioética, e impactando a más

5.000 estudiantes.

7

Recordemos, además, que este programa fue valorado por los

pares evaluadores del CNA (Consejo Nacional de Acreditación)

durante el proceso con miras a la más reciente renovación de la

acreditación institucional, quienes destacaron que “constituye un

logro importante la configuración de un núcleo común de

formación socio-humanística, el cual es ejemplo para el país.”1

Con este juicio externo y los logros evidenciados internamente,

la Universidad no puede menos que estar orgullosamente

convencida del impacto positivo del core curriculum para la

persona del estudiante y su entorno familiar y social.

El nuevo reto es entonces impactar con el programa Persona y

Cultura a otros públicos de la comunidad universitaria:

profesores, personal administrativo, estudiantes de posgrado.

En el acto de apertura del año 2016, les compartí algunos

detalles sobre la nueva edificación, el “Ad Portas” (puerta de

entrada a la Universidad y a la región Sabana Centro), que

empezaba a erigirse introduciendo una nueva perspectiva física

1 COMISIÓN DE PARES DEL CNA. Informe de evaluación externa con fines de reacreditación institucional Universidad de La Sabana, 2016, p. 19.

8

para nuestro campus y constituyéndose en la siguiente gran

transformación institucional.

Ya hace un año entró en funcionamiento una primera parte de

esta moderna edificación de 32 mil metros cuadrados construida

con estándares internacionales en seguridad humana,

iluminación, accesibilidad y diseño interior inspirados en la

persona, en sus necesidades y aspiraciones, consolidando así

un campus a escala humana, que, además, se constituye en la

expresión arquitectónica del desarrollo académico y cultural de

la Universidad. Recuerdo la descripción del Ad Portas que hizo

su arquitecto, Felipe Uribe de Bedout, quien usando el acróstico

de la palabra SABANA afirmó que se trata de un “Sistema de

Aprendizaje Basado en el Alma, la Naturaleza y el Arte.

Efectivamente, si bien el Ad Portas atiende al crecimiento

poblacional de nuestra comunidad universitaria que demandaba

más y mejores espacios, su mayor contribución es respecto al

desarrollo de los procesos de formación, con la disposición de

espacios académicos innovadores y altamente tecnológicos

ordenados a favorecer el aprendizaje activo y a mejorar la

experiencia académica de discípulos y maestros, generando

9

ambientes propicios para el estudio, la creatividad, la interacción

y la colaboración.

Hoy están en funcionamiento tres cuartas partes del edificio con

31 aulas, 4 laboratorios de Economía y Finanzas y más de 450

puestos de estudio; además de este solemne auditorio dispuesto

para cerca de 600 personas, en el que, desde mediados del

2018, hemos realizado importantes eventos académicos como la

Ceremonia de investidura de profesores titulares, la VIII Jornada

de socialización de resultados de investigación, las Ceremonias

de grado, entre muchos otros.

Gradualmente, en los próximos meses, entrará en

funcionamiento lo restante del edificio, con más espacios

académicos, entre los que resalto, el Living Lab (ecosistema de

innovación abierta dispuesto para la experimentación y la co-

creación) y la biblioteca satélite que entrará a robustecer el

Sistema de Bibliotecas de la Universidad.

De esta manera, culminaremos el primer gran proyecto en

desarrollo del Plan Maestro Urbanístico de la Universidad 2012-

2029, creado bajo la visión de una universidad “abierta a la

10

comunidad, integrada a su entorno y respetuosa de la

naturaleza”2

En el 2017, mis palabras de inicio de año aludieron a la siguiente

transformación que emprendería la Universidad: el

aseguramiento del aprendizaje como elemento ordenador de los

procesos académicos. Se trata de asegurar que los estudiantes

adquieran o desarrollen las competencias que hacen parte de la

oferta de valor de un programa académico y de la Institución.

En esa ocasión, les anuncié que la Universidad había

establecido los siguientes tres ejes curriculares, que son a la vez

atributos de la calidad académica de los programas, necesarios

para el aseguramiento del aprendizaje: 1) la coherencia

curricular, 2) la internacionalización y 3) la relevancia práctica.

La coherencia curricular, a través de la cual se garantiza que

todos los elementos curriculares (perfiles, objetivos de

aprendizaje, competencias, metodologías de enseñanza, entre

2 UNIVERSIDAD DE LA SABANA. Plan Maestro Universidad de La Sabana, Informe IV, octubre de 2012, p. 11.

11

otros) guardan correspondencia entre sí, tanto en el diseño como

en la gestión y la evaluación curricular.

La alineación de estos elementos se está efectuando en todos

los niveles curriculares, es decir, en asignaturas, programas,

unidades académicas y Universidad. Es de destacar el trabajo a

nivel de facultad realizado por Comunicación, cuyo resultado fue

la estructuración de un plan común para sus pregrados, al cual

se articuló el nuevo programa de Comunicación Corporativa.

Otro ejemplo que quisiera resaltar es el ejercicio que se

encuentra adelantando el programa de Medicina como parte de

su reforma curricular.

A la fecha, el 83% de los programas de pregrado y más del 60%

de los programas de otros niveles de formación cuenta con un

análisis de coherencia curricular.

En cuanto a internacionalización, la Universidad ha sido

reconocida en el país desde hace más de dos décadas por su

significativo aporte en diferentes tópicos tales como la

construcción de la taxonomía de internacionalización para la

educación superior, los destacados resultados en movilidad tanto

12

saliente como entrante, el papel protagónico en la Campaña

“Colombia: Challenge Your Knowledge" (iniciativa de varias

universidades acreditadas conjuntamente con el Ministerio de

Educación Nacional, ICETEX, Proexport y otros aliados

estratégicos, para promover internacionalmente a Colombia

como destino académico y de cooperación científica).

Pero, ahora, me referiré a la internacionalización curricular bajo

los nuevos lineamientos, en el marco del nuevo Modelo

Académico de la Universidad, es decir, a la incorporación en el

currículo de estructuras, contenidos y metodologías para el

desarrollo de un conjunto de competencias requeridas por los

estudiantes para desenvolverse en ambientes globales.

Desde hace más de dos años se viene implementando el

estándar de internacionalización de las especializaciones, el

cual estableció unos mínimos básicos para la

internacionalización de dichos programas, acorde con su

naturaleza y nivel de formación. La aplicación del estándar ha

permitido evidenciar un mejoramiento cualitativo de los niveles

de internacionalización de estos programas, tanto en casa con el

aprovechamiento de profesores internacionales como en el

13

exterior con la movilidad de sus estudiantes. Este año se

trabajará en los estándares para los demás niveles de formación,

los cuales, de la mano con la definición de las competencias

transversales de la Universidad relacionadas con

internacionalización, servirán de guía para mejorar la

preparación de nuestros estudiantes como ciudadanos globales.

Adicionalmente, se ha venido trabajando en el fortalecimiento de

capacidades de los profesores como encargados de la entrega

de los programas. En ese sentido, se han desarrollado

capacitaciones en el manejo de interculturalidad en el aula, así

como talleres sobre la internacionalización de las asignaturas.

Es de mencionar la experiencia de la Facultad de Enfermería y

Rehabilitación, que estableció como requisito dentro de la

Agenda Académica de los profesores, la internacionalización de

las asignaturas más allá de la incorporación de bibliografía

internacional, logrando que doce de sus profesores contaran con

profesores invitados en sus asignaturas durante el año pasado,

de manera virtual, enriqueciendo el trabajo en el aula y

evidenciando el aprovechamiento de las redes y de los pares

internacionales.

14

Otro caso para resaltar es el de la asignatura de Investigación de

Mercados del programa de Administración de Mercadeo y

Logística Internacionales, la cual se modificó para ser ofrecida

en conjunto con la Universidad de La Haya en Holanda. La

asignatura es dictada en conjunto por profesores de La Sabana

y profesores de La Haya y los estudiantes trabajan en equipos

interinstitucionales, de manera virtual, en proyectos de

investigación del mercado colombiano para empresas

holandesas.

El tercer eje curricular, la relevancia práctica, a través de la cual

se garantiza la aplicabilidad de lo aprendido por el estudiante

cuando deba enfrentarse a situaciones y problemas reales.

El avance de los programas en la búsqueda y puesta en marcha

de nuevas estrategias y recursos referentes a este atributo, por

supuesto, diferentes a las tradicionales prácticas académicas, es

realmente destacable. Ahora es habitual que nuestros

estudiantes estén participando en los Challenge Experience, es

decir, en actividades de innovación abierta para generar

alternativas de solución a necesidades y problemas reales que

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impactan a la sociedad, partiendo de un reto que plantea una

organización externa o la misma Universidad. Entre estas

actividades se encuentran los hackatones (que involucran el uso

de tecnologías para el desarrollo de la solución), también están

los concursos, las competencias, los maratones, por mencionar

algunos ejemplos de ambientes de experimentación en los que

los estudiantes pueden aplicar las competencias adquiridas y

potenciar su desarrollo.

Este año, la Universidad está incursionando en nuevos formatos

de Challenge Experience con uso de metodologías como el

design thinking para proveer soluciones innovadoras. En este

sentido, es de destacar que, hacia mediados de año, se llevará

a cabo un Challenge Experience Health enfocado en problemas

regionales.

Otro ejemplo de relevancia práctica son los proyectos aplicados

que desarrollan los estudiantes de las especializaciones del

Instituto Forum, en los cuales integran conocimientos y

competencias adquiridas en varias asignaturas. Al año se llevan

a cabo más de 300 proyectos aplicados.

16

Con este tipo de iniciativas aportamos al cumplimiento de la tarea

universitaria que nos fue encomendada por San Josemaría

Escrivá, inspirador de esta Universidad y fundador del Opus Dei,

quien declaró que: “...Es necesario que la Universidad forme a

los estudiantes en una mentalidad de servicio: servicio a la

sociedad, promoviendo el bien común con su trabajo profesional

y con su actuación cívica. Los universitarios necesitan ser

responsables, tener una sana inquietud por los problemas de los

demás y un espíritu generoso que les lleve a enfrentarse con

estos problemas, y a procurar encontrar la mejor solución. Dar al

estudiante todo eso es tarea de la Universidad”.3

De otra parte, para determinar el grado de cumplimiento de los

objetivos de aprendizaje que se está logrando al momento de la

entrega de los programas académicos, la Universidad introdujo,

dentro de su Modelo de Aseguramiento del Aprendizaje, la

evaluación formativa.

En esta materia, merece especial mención, a nivel de

Departamento Académico, el trabajo realizado por el

3 Conversaciones con San Josemaría Escrivá. Punto 74.

17

Departamento de Matemáticas en la construcción y aplicación de

un sistema de rúbricas que permitió valorar el desempeño

académico tanto de estudiantes como de profesores,

fomentando el aprendizaje y la autoevaluación, y que,

posteriormente, sirvió de referencia para el trabajo adelantado

por el Departamento de Química, que enriqueció dicho sistema

de rúbricas con sus propios aprendizajes. Dadas estas

experiencias positivas, la Facultad de Ingeniería se ha propuesto

extender el uso de estos instrumentos de evaluación formativa a

todos sus departamentos académicos. Invito a todos los

departamentos académicos de la Universidad a seguir este buen

ejemplo.

A nivel de programas académicos, debo destacar los sistemas

de rúbricas construidos por los pregrados de Enfermería,

Fisioterapia y la Licenciatura en Ciencias Naturales. Además, no

puedo dejar de mencionar a quienes fueron pioneros en el diseño

y la aplicación de sistemas de rúbricas para la evaluación

formativa de los estudiantes, mucho antes de institucionalizar el

Modelo de Aseguramiento del Aprendizaje con el que hoy cuenta

la Universidad; me refiero al Departamento de Lenguas y

Culturas Extranjeras con su Programa de Proficiencia en Inglés.

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Actualmente, la Universidad cuenta con un banco de 404

rúbricas de evaluación.

Ahora, el reto institucional es terminar de implementar y

consolidar los elementos del aseguramiento del aprendizaje en

todos los niveles curriculares, en un mediano plazo. En parte,

esto lo lograremos, compartiendo experiencias y proyectos de

aprendizaje, que nos permitan avanzar más rápidamente,

mediante la generación de espacios de interacción e integración

como el evento académico “Más apasionados por el

aprendizaje”, que en su segunda versión, realizada en noviembre

del año anterior, convocó a cerca de 140 personas de la

comunidad universitaria y en el que participaron invitados

externos como la Rectora del Gimnasio los Caobos, la Directora

Académica del Gimnasio Fontana y el Equipo de Learning One

to One del Colegio Fontán.

Pero tenemos un desafío aún mayor, centrar nuestro quehacer

académico en la solución de los problemas reales para

intensificar la contribución de La Sabana al progreso y a la

transformación de la sociedad, encaminándonos hacia una

19

universidad de tercera generación. Lo anterior, en

correspondencia con el querer fundacional de formar estudiantes

con mentalidad de servicio y orientados a la solución de

problemas (antes mencionado en palabras de San Josemaría), y

en desarrollo de la misión institucional que expresa que la

Universidad: “Se relaciona con todos los sectores de la sociedad,

y contribuye con legítimas soluciones a sus múltiples y complejos

problemas, mediante un trabajo interdisciplinario, competente y

solidario, resultado de la acción articulada de investigación y

docencia, que mira al bien común…”.

En el año 2018, con Watson, sistema de inteligencia artificial de

IBM, que se constituyó en uno de los íconos del inicio de la cuarta

revolución industrial (Industria 4.0) y a quien recurrí como

protagonista de mis palabras, les compartí en esa ocasión mis

reflexiones sobre este proceso de cambio que está

transformando a todas las industrias, incluido el sector educativo,

dada la convergencia de las tecnologías operacionales con las

nuevas tecnologías: el internet de las cosas; el blockchain, las

impresoras 3D; la realidad virtual, la realidad aumentada, el big

data, entre muchas otras.

20

En este contexto, recalqué el triple papel que nos corresponde

como Universidad: 1) como foco de saber superior, con visión

cristiana del hombre y del mundo, en el que estamos llamados a

iluminar a la humanidad frente a cambios como estos y sus

consecuencias, 2) como formadores de personas, a quienes

debemos preparar en todas sus dimensiones para el mundo de

hoy y el de mañana, y 3) como organización, con una misión y

unos fines, que tiene la responsabilidad de ser competitiva y

sostenible, y cuya supervivencia dependerá de la adaptación o

no a esta nueva realidad.

También los invité a descubrir cómo enfrentar y aprovechar esos

cambios, por ejemplo, integrando adecuadamente las nuevas

tecnologías a los procesos de aprendizaje y enseñanza,

promoviendo ante todo su aplicación ética y responsable.

Sabemos que todas las unidades han atendido esta invitación,

incorporando o ahondando en el entendimiento y en la aplicación

de las tecnologías de la industria 4.0. en sus respectivos campos

de acción. Son abundantes los ejemplos en el diseño y en el

desarrollo de la oferta académica, en los proyectos de

investigación, en los cursos y eventos académicos y más.

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Es de destacar una de las iniciativas institucionales referente al

establecimiento de la arquitectura organizacional para

desarrollar la analítica como capacidad, de tal manera que

podamos hacer uso exhaustivo de los datos, las técnicas

cuantitativas, los modelos matemáticos y las herramientas

informáticas para la gestión y la toma de decisiones en la

Universidad, con el propósito de lograr eficiencias, rentabilidad,

satisfacción de partes interesadas y mitigación de riesgos.

Hoy, la Universidad cuenta con un equipo de profesionales

dedicado a la analítica institucional, que está construyendo

modelos relacionados con las distintas variables estratégicas

para nutrir los ejercicios de análisis de información por parte de

las unidades y de los órganos de gobierno colegial, y que,

además, está formando y acompañando a “champions” o

personas de diferentes unidades académicas y administrativas

para que sean multiplicadores en la construcción y el uso de

modelos de analítica.

Algunos órganos colegiales de la Universidad, tales como la

Subcomisión de Mercadeo, la Subcomisión Financiera y la

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Subcomisión de Procesos de Apoyo para el Aprendizaje, están

gobernando hoy en día temas de mercado y de asignación de

recursos, usando técnicas y modelos de analítica.

ahora fundamental para la planeación, la gestión y el gobierno,

por eso, los invito a hacer parte de la construcción de esta

capacidad institucional.

En fin, las posibilidades y los retos de la Universidad en la

industria 4.0 son incontables. Para aprovecharlas en el marco de

nuestro Proyecto Educativo Institucional, es condición sine qua

non el fortalecimiento de la filosofía, la teología y demás ciencias

humanísticas, que merecerán una reflexión profunda y serena

que tendremos que abordar en un futuro cercano. Los exhorto a

seguir trabajando en esa dirección.

Como puede advertirse, no nos ha faltado la gracia del cielo ni el

talento humano en la tierra para conceptualizar y acometer las

transformaciones que hemos estimado necesarias, sin perder el

foco de nuestra misión e identidad, para adaptarnos a los

cambios en la sociedad y, en particular, a los cambios en la

educación superior.

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Hacia una transformación ágil e innovadora

El asunto ahora es que no basta con adaptarnos, tenemos que

adaptarnos ágilmente. Esto exige aumentar nuestra atención

respecto a lo que sucede en el entorno, estar más alerta,

desarrollar nuestra sensibilidad estratégica, para capturar

rápidamente las amenazas, los riesgos y las oportunidades, y

responder adecuada y oportunamente, en orden al logro de los

objetivos institucionales. Es más, para ser nosotros inductores

del cambio, garantizando la permanencia de nuestra identidad y

vivificando nuestro Proyecto Educativo Institucional como

Universidad y como obra de apostolado corporativo del Opus

Dei.

Esa agilidad estratégica también es requerida para asegurar,

de una parte, la eficiencia en las actividades maduras y de

presente de la Institución, y de otra, asegurar la exploración

permanentemente del futuro, lo que implica que desarrollemos y

consolidemos ciertas capacidades institucionales que nos

permitan crear elementos realmente diferenciadores y fortalecer

la generación de valor agregado en este nuevo contexto.

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En otras palabras, necesitamos que nuestro quehacer no solo

este orientado al desarrollo y a la mejora de los programas,

productos y servicios actuales de la Universidad, sino que

decididamente encaucemos nuestros esfuerzos a la creación de

nuevos productos y servicios, al ingreso a nuevos mercados, al

desarrollo de nuevas líneas de negocio, a la captura de nuevas

fuentes de ingreso; pero el mayor reto es que debemos hacerlo

de manera simultánea y equilibrada, a dos velocidades,

manejando la ambidestreza, esto es, la explotación de las

actividades actuales y la exploración de las nuevas

oportunidades.

Dicha explotación y exploración se debe liderar, gestionar, medir

y evaluar de manera diferenciada, entendiendo que en unos

casos se trata de mantener lo existente, en otros casos, de lograr

un sano crecimiento y en otros más, de generar nuevas

oportunidades.

Para lograrlo, es necesario abocarnos a una de las

transformaciones más profundas que hemos emprendido en la

Universidad. Me refiero a profunda porque concierne a la cultura

25

institucional, a los valores más arraigados compartidos por las

personas que conformamos esta comunidad, que rigen nuestro

comportamiento y que nos distinguen de otras organizaciones.

En nuestro actual entorno resulta prioritaria la generación

permanente y abundante de ideas transformadoras para lo actual

y para lo futuro. Pero esas ideas y su consecuente concreción en

proyectos, no puede seguir siendo el “asunto” de un reducido

grupo de personas, a quienes se cree responsables de ello por

su rol al interior de la organización, sino que debe surgir en todos

los niveles y estamentos de la Institución, desde cualquiera de

las personas que hacen parte de esta comunidad universitaria.

Por eso, lo que queremos y necesitamos es desarrollar la

capacidad de innovación y que ésta se constituya en uno de

los rasgos de nuestra cultura institucional.

De esta manera, se precisa el establecer una arquitectura

institucional (estrategia más estructura) para la identificación y

priorización de las necesidades, la estructuración y selección de

las iniciativas, la asignación de recursos para su

experimentación, la validación de los resultados, la definición

26

respecto a su implementación final, es decir, una arquitectura

institucional para la innovación.

Por otro lado, el desarrollo de la capacidad de innovación precisa

que se incorporen otros rasgos en la cultura institucional, de los

cuales mencionaré tres que considero clave.

El primero, la tolerancia al riesgo, para dejar madurar las ideas

sin descartarlas prematuramente por falta de resultados de corto

plazo, para destinar recursos económicos a sabiendas que en

muchos casos no habrá retorno de la inversión, para

experimentar admitiendo que muchas iniciativas no pasarán de

ser ideas inviables. En esto tenemos mucho que aprender de

nuestros investigadores, quienes formulan hipótesis en sus

trabajos investigativos, que al final resultan verdaderas o falsas,

y que, en ambos casos, tiene valor el aprendizaje generado.

El segundo rasgo, conexo al anterior, es la licencia para

equivocarnos. En nuestra cultura, crecemos con temor a cometer

errores, a vernos ingenuos o vulnerables, a tener que

retractarnos, a sentir vergüenza, y juzgamos implacablemente a

quienes se equivocan. El miedo y la desaprobación inhiben el

27

desarrollo creativo, nos inmovilizan. Necesitamos entender que

el equivocarnos permite descartar opciones, permite aprender,

permite avanzar, permite innovar. En definitiva, en un ambiente

controlado en donde los riesgos han sido gestionados, el

equivocarnos debe servirnos para acelerar el crecimiento.

El tercer rasgo para introducir en nuestra cultura institucional es

el trabajo colaborativo, que no solo se refiere a saber, querer y

poder trabajar con otras personas, de la misma unidad y de otras,

con el mismo rol y distinto, con carácter similar o con otro; sino a

compartir abierta y generosamente ideas, conocimientos,

prácticas, recursos, entre otros.

Sensibilidad estratégica, agilidad, ambidestreza, alineación,

capacidades, son algunos de los elementos clave para gestionar

la estrategia de cualquier organización, y he querido

incorporarlas en estas palabras, porque se constituirán en el

lenguaje común de La Sabana en los próximos años.

Es más, con el sentido de urgencia que se compadece con la

realidad que estamos viviendo, necesitamos que esos conceptos

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no solo sean parte de un lenguaje común sino una forma común

de gestión y de gobierno en la Universidad.

Estos conceptos y los modelos de la gestión estratégica que los

acompañan fueron elegidos por el Comité de Estrategia y la

Comisión de Asuntos Generales del Consejo Superior como

parte del trabajo adelantado en el 2018, y serán compartidos, en

primera instancia, al equipo directivo de la Institución en el curso

que desarrollaremos en el primer semestre de este año. ¡Cuento

con su participación!

A todos, los invito a hacer de La Sabana una universidad

protagonista no solo en términos de calidad sino de innovación.

Muchas gracias.

OBDULIO VELÁSQUEZ POSADA

Rector