página_12 __ la ventana __ criminología mediática

Upload: jimena-ramirez-casas

Post on 06-Apr-2018

226 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Pgina_12 __ La ventana __ Criminologa meditica

    1/1

    Imprimir | Regresar a la nota

    La ventana | Mircoles, 26 de octubre de 2011

    m edios y comunicacin

    Criminologa mediticaRoberto Samar cita al juez Ral Eugenio Zaffaroni para avanzar sobre el tema de la criminologameditica.

    Por Roberto Samar *

    Un tipo de relato recorre la mayora de las producciones de las industrias c ulturales: se basa en la idea central de una sociedad bipolar,donde los buenos luchan contra los malos. En ese esquema no hay posibilidad de cambio, slo son posibles soluciones c oercitivas:la eliminacin del mal o bien el encierro por tiempo ilimitado de quien lo represente. Ese discurso se replica en series, dibujitos,videojuegos y pelculas, y con el tiempo inciden en nuestra subjetividad y nuestra f orma de percibir la realidad.

    En ese sentido, segn el juez de la Corte Suprema Ral Eugenio Zaffaroni, la criminologa meditica crea la realidad de un mundo de

    personas decentes f rente a una masa de criminales identificada a travs de estereotipos, que conf iguran un ellos separado del restode la sociedad, por ser diferentes y malos.

    Lo complejo es que ese relato aplicado a las polticas de seguridad nos lleva a pensar que en la crc el estn detenidos los malos de lasociedad. Por lo cual vivimos en la fantasa de que si hay ms detenidos estamos en una sociedad ms s egura.

    El detalle es que el sistema penal no detiene a los malos, sino que afecta directamente a las pers onas con carencias (s ean derecursos econmicos, intelectuales, de capacidad laboral). Porque el sistema de detencin se aboca a los casos ms f ciles y a losque cuentan con menos herramientas para defenderse. A simismo, en el imaginario colectivo de nuestra sociedad se asocia la f igura de

    jvenes de los barrios c arenciados c on ese lugar del peligro y del mal que acecha, lo c ual es funcional a esa misma selectividad delsistema penal.

    Para ilustrar las vulnerabilidades de nuestra poblacin detenida, en el informe del Sistema Nacional de Estadsticas sobre EjecucinPenal del ao 2007 se sostiene que en el plano educativo, el 47 por ciento tiene slo el primario completo y hay un 23 que ni siquiera

    logr terminarlo. Asimismo, el 55 no tena profesin ni oficio al momento de la detencin. En el mismo sentido, cabe aclarar que el 58 por ciento de los detenidos son procesados, es decir son tcnicamente inocentes.

    Sin embargo, otra idea que se encuentra muy naturalizada es que, de manera lineal, con ms detenciones obtenemos ms seguridad.Pero los nmeros indican otra cosa. Internacionalmente, para comparar los niveles de inseguridad y v iolencia se utiliza la tasa dehomicidios, y a que prcticamente no contiene subregistros.

    Nuestra tasa es de 5,4 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes. Esta c ifra es inferior al 5,8 de Estados Unidos, y al el 28,5de Brasil. (Fuente: Naciones Unidas, Office on drugs and crime, International homicide statistics, w w w .unodc.org/documents/dataa nd-analysis/IHS-rates-05012009.pdf ). Pero nosotros tenemos 134 detenidos cada 100 mil habitantes. Estados Unidos tiene 751 detenidos yBrasil 220. Claramente, no hay un relacin lineal entre las detenciones y la cantidad de homicidios, ya que tenemos menos homicidios ymenos poblacin encarcelada.

    Otra consecuencia directa de este discurso es que tiende a estigmatizar a la persona que padeci una situacin de encierro. Si

    representa el mal, cuantos ms aos de detencin mejor, y ojal que nunca recupere la libertad. Para este paradigma, el detenido esun delincuente, no una persona que delinqui en un momento particular. Ese pensamiento no deja posibilidad al cambio ni da lugar aesquemas de inclusin soc ial pospenitenciaria. Este discurs o del miedo cierra puentes. Obviamente, la falta de r edes de inclusin y dealternativas es func ional a la reincidencia y al aumento de la violencia.

    Paralelamente, este discurso har que la gente atemorizada se asle, abandone los espacios pblicos, se traslade a barrios privados yprofundice su individualismo. Es decir, que tienda a desvincularse de los dems. En consecuencia, se debilita el tejido social y s eprofundiza la segmentacin de la poblacin.

    Como conclusin, es necesario tener presente que ni los discurs os de entretenimiento que circulan en los medios masivos decomunicacin son neutrales, muchas veces inciden en la construccin de las subjetividades y en la naturalizacin de falsas soluciones.Probablemente, generar otros disc ursos y prcticas inclusivas sean pilares importantes en la tarea de cons truir una sociedad mssegura para todos.

    * Licenciado en Comunicacin Social, docente de Filosofa Poltica Moderna UNLZ.

    2000-2011 www.pagina12.com.ar | Repblica Argentina | Todos los Derechos Reservados

    Siti o desarrollado con software li bre GNU/Linux .

    26/10/2011 Pgina/12 :: La ventana :: Criminolog

    pagina12.com.ar//26-179790-2011- 1/1