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Los proyectos políticos: una propuesta para el estudio de los movimientos sociopolíticos en la historia Pablo Trejo Romo Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, vnam . De entrada quiero decir que en el ámbito de las ciencias sociales no existe duda en cuanto al status científico de la historia como disciplina. Esto ha sido en parte producto de una constante renovación —sobre todo en cuanto a sus métodos de trabajo— iniciada hacia la tercera década del presente siglo, lo que ha permitido que esta ciencia aporte interpretaciones globales en las que son fundamentales la cuantificación y la comparación acerca del actuar humano en las sociedades. De la historia podemos decir, al igual que de otras ciencias sociales, que es una disciplina que, ahora, ya no sólo describe sino que también propone. En efecto, la historia y sobre todo lo que actualmen- te ha dado en llamarse la Nueva Historia Política es una materia que se plantea y debe plantearse como un esfuerzo permanente que estudia y explica el acontecer histórico en el ámbito de la política y de lo político; pero también debe proponerse averiguar las soluciones del porvenir, es decir, del futuro. En este sentido, las aportaciones de la nueva historia política son cardinales para las ciencias sociales, y en particular para la ciencia política. Empero, el desarrollo de la historia política como doctrina, curio- samente, al igual que el desarrollo histórico, no ha sido lineal y progresivo. Durante el siglo pasado, la historia política ocupó un lugar predilecto en el conocimiento histórico. Desde el renacimiento hasta bien entrado el siglo XIX, la historia estuvo concebida principalmente como una historia política, diplomática y militar. Se le asignaba la tarea de reconstruir la evolución de los Estados y sus gobiernos. Sin embargo, posteriormente, en este siglo la historia política ha sido relegada y menospreciada.

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PabloTrejo Romo_Los Proyectos Políticos, Una Propuesta Para El Estudio de Los Movimientos Sociopolíticos en La Historia.

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  • Los proyectos polticos: una propuesta para el estudio de los movimientos sociopolticos en la historia

    Pablo Trejo Romo Facultad de Ciencias Polticas

    y Sociales, v n a m .

    De entrada quiero decir que en el mbito de las ciencias sociales no existe duda en cuanto al status cientfico de la historia como disciplina. Esto ha sido en parte producto de una constante renovacin sobre todo en cuanto a sus mtodos de trabajo iniciada hacia la tercera dcada del presente siglo, lo que ha permitido que esta ciencia aporte interpretaciones globales en las que son fundamentales la cuantificacin y la comparacin acerca del actuar humano en las sociedades.

    De la historia podemos decir, al igual que de otras ciencias sociales, que es una disciplina que, ahora, ya no slo describe sino que tambin propone. En efecto, la historia y sobre todo lo que actualmente ha dado en llamarse la Nueva Historia Poltica es una materia que se plantea y debe plantearse como un esfuerzo permanente que estudia y explica el acontecer histrico en el mbito de la poltica y de lo poltico; pero tambin debe proponerse averiguar las soluciones del porvenir, es decir, del futuro. En este sentido, las aportaciones de la nueva historia poltica son cardinales para las ciencias sociales, y en particular para la ciencia poltica.

    Empero, el desarrollo de la historia poltica como doctrina, curiosamente, al igual que el desarrollo histrico, no ha sido lineal y progresivo. Durante el siglo pasado, la historia poltica ocup un lugar predilecto en el conocimiento histrico. Desde el renacimiento hasta bien entrado el siglo XIX, la historia estuvo concebida principalmente como una historia poltica, diplomtica y militar. Se le asignaba la tarea de reconstruir la evolucin de los Estados y sus gobiernos. Sin embargo, posteriormente, en este siglo la historia poltica ha sido relegada y menospreciada.

  • Hacia la cuarta dcada de este siglo, algunos autores de la escuela de los Anuales consideraron a la historia poltica imposibilitada para alcanzar un status cientfico porque se consider que la historia poltica no abandonaba, justamente, su carcter de crnica y de narracin, debido a que sus asuntos principales eran la revisin de las manifestaciones voluntarias de la actividad humana, a las cuales se les consider como meros hechos singulares y accidentales, no sujetos a la comprensin de lo colectivo y regular que debera caracterizar al anlisis histrico.

    La historia poltica tambin dej de ser el centro de atencin de los historiadores franceses porque consideraron que era psicolgica, elitista, biogrfica, cualitativa, ideolgica, centrada en lo particular, narrativa y abocada al estudio de lo consciente y de las expresiones precisas y nicas. Todas estas caractersticas eran ajenas a los objetivos de la nueva orientacin de la historia como disciplina, que buscaba estudiar e interpretar los condicionamientos sociales, a la sociedad y a las masas que la integraban, as como analizar la materialidad social, lo inconsciente y la comprensin de los fenmenos histricos que se daban en la larga duracin.

    No obstante que la escuela de los Annales despreci la historia poltica, paradjicamente las aportaciones de esta corriente historiogrfica permitiran, ms tarde, el desarrollo de la historia poltica.

    No hay duda de que la principal aportacin de la escuela de los Annales radica en la renovacin del marco metodolgico del trabajo histrico, as como de las tcnicas de investigacin, que se han enriquecido con un arsenal de conocimientos, explicaciones, y conceptos que han aportado otras ciencias sociales; para el caso de la historia poltica los proporcionados por la ciencia poltica.

    El empeo por abandonar la descripcin de los hechos histricos para dar lugar a la interpretacin y explicacin de los mismos, as como la restauracin de la concepcin de tiempo y duracin, que por lo dems es una de las aportaciones ms importantes de la historia a las ciencias sociales (nos referimos desde luego a los conceptos de estructura, larga duracin, coyuntura, movimiento peridico y tiempo breve, aportados por Braudel y Labrousse), repercutieron favorable

  • mente en los enfoques de la historia poltica. Es decir, hubo un rompimiento con la idea de tiempo nico y lineal que fuera caracterstico de la concepcin causalista y evolucionista de la historia. La historia poltica sufri un trastocamiento al considerar el estudio de la voluntad humana en el tiempo breve, pero considerada dentro de los ritmos y duraciones propias de la coyuntura y estructura.

    Como bien lo seala Leonor Ludlow,

    [...] han sido fundamentalmente Julliard y Barret Kriegel los autores que han insistido sobre la necesidad de ampliar la temporalidad de las expresiones polticas en la historia [...] ir ms all del tiempo breve [...] para lo cual han debido modificar la concepcin de la poltica, al dejarla de observar como mero resultado de las intervenciones voluntarias, para situarla en el campo propio de la ciencia poltica.'

    Es decir, referir la historia poltica al estudio del Estado, o bien circunscribirla al anlisis del poder.

    El Estado y el poder, segn esta concepcin de la historia poltica, deberan permitirle a la misma introducirse en una temporalidad que no se refiere slo y exclusivamente a las rupturas, ya que es necesario reconocer en las formaciones polticas la diversidad de su duracin y ritmo.

    Julliard plantea la introduccin de nuevos problemas de estudio a la historia poltica como son estudios de opinin, los regmenes de elecciones y comportamientos electorales, las formas de lucha que manifiestan los grupos de presin, etctera para lo que la historia poltica puede recurrir a tcnicas de estudio de carcter cuantitativo.

    Barret Kriegel explica que el estudio de las estructuras polticas, como el Estado, debe realizarse a partir de la conjuncin de los tiempos, es decir del tiempo instantneo y aqul de la larga duracin. Su trabajo seala que la historia poltica como el resto del conocimiento histrico debe ser la ciencia del cmo y no del por qu, el estudio de los efectos y no de las causas. Segn Kriegel, la historia debe tomar en cuenta el acontecimiento, tanto por lo que destruye y quebranta como por lo que introduce y desarrolla.

    Creo que en un afn por seguir desarrollando una nueva historia

  • poltica, tanto los historiadores como los politlogos deben establecer y proseguir un dilogo cientfico para enriquecer mutuamente ambas disciplinas, toda vez que se ha reconocido y no quedan dudas respecto a la relacin estrecha y fundadora que existe entre el conocimiento histrico y el estudio de los fenmenos polticos.

    Hay que profundizar en el estudio de la historia desde una perspectiva poltica y usar la imaginacin cientfica y el conocimiento histrico para el anlisis del actuar poltico en la historia. Todo ello debe llevarnos a elaborar explicaciones, conceptos, definiciones e incluso categoras que nos permitan, por un lado, acercarnos cientficamente al conocimiento de los procesos histricos, y, por otra parte, nos ayuden a enriquecer la teora y metodologa de la ciencia de la historia. Labor que debe ser paralela al ejercicio de una valoracin y revaloracin de la teora de la historia y la historiografa, rescatando y desechando explicaciones y conceptos y supuestas verdades: Hay historiografas que nos sirven para interpretar el presente y hay formas de interpretar el hecho poltico contemporneo que nos sirven para enriquecer nuestra capacidad de interpretacin histrica,2 pero recuperando el conocimiento que nos permite entender mejor el pasado para comprender el presente y en parte para visualizar el futuro.

    Dentro de esta lnea de razonamientos considero y propongo que la historia poltica debe dedicarse en parte al estudio de los proyectos polticos que se han elaborado durante la gestacin y desarrollo de los movimientos sociopolticos a lo largo de la historia moderna; este estudio se propone como una manera de tener una completa apreciacin histrica de los movimientos sociopolticos, tanto a nivel nacional como internacional.

    Sugiero que con base en el estudio de los proyectos polticos es posible rescatar a la historia como construccin, como obra del hombre y de los hombres. El anlisis de los proyectos nos permite ponderar cabalmente el papel del individuo en la historia, y particularmente en los movimientos polticos que han transformado sensiblemente el desarrollo de las sociedades en los dos ltimos siglos, esto es de 1789 a la fecha.

    Estudiar a los movimientos polticos desde esta perspectiva nos introduce en el anlisis de los proyectos polticos que en torno al poder

  • y el Estado se han elaborado y propuesto en lo que se ha llamado la modernidad, inaugurada, por supuesto, por la revolucin francesa. Este magno acontecimiento es una rica veta susceptible de explotarse para ubicar y dilucidar los diferentes proyectos polticos que elaboraron y sustentaron los individuos y grupos que encabezaron a los movimientos sociopolticos.3

    A travs del estudio de los proyectos polticos no slo se pueden ubicar los intereses, las aspiraciones y las propuestas en torno al poder y el Estado, sino que adems pueden esclarecerse las ideas y proposiciones que tuvieron los actores polticos acerca de la democracia, las instituciones polticas, los partidos polticos y la manera de crearlos y establecerlos en el futuro inmediato; puede precisarse tambin el tipo de Estado y las formas de gobierno que adoptara la organizacin poltica futura.

    En principio, hay que estudiar las proclamas, los manifiestos y programas propuestos por los individuos y/o por los movimientos polticos en determinado momento histrico, pues consideramos que generalmente todo proyecto poltico es un programa, aunque no necesariamente todo plan o programa es un proyecto poltico.4

    Algunas veces el proyecto poltico no es explcito, sino que puede estar implcito en una obra terica o histrica, o en un trabajo analtico de determinado momento histrico, el que es y debe ser objeto de nuestro estudio.

    Podemos ubicar y estudiar a los movimientos sociopolticos en la historia a travs de sus proyectos, por lo que es fundamental considerar al proyecto poltico como un conjunto de lineamientos y propuestas que se plantean en un determinado momento histrico coyuntura poltica o crisis revolucionaria, con la finalidad de transformar, reformar o reafirmar el estado de cosas imperante en una sociedad dada. De aqu que tambin es importante encontrar y estudiar tanto los proyectos establecidos como los reformistas y los revolucionarios. Hay que concebir que el proyecto poltico es resultado del estudio de un momento histrico y de una acumulacin de conocimiento histrico, e incluso puede decirse que el proyecto poltico es una suma de proyectos individuales, de propuestas que se han elaborado en un tiempo orgnico.

  • Las propuestas se van acumulando en la coyuntura y son recogidas y retomadas por el individuo o por los individuos que van forjando el proyecto-programa de las organizaciones polticas y por ende de los movimientos sociopolticos.

    Es decir, un proyecto poltico va madurando a lo largo de la estructura, siguiendo a Braudel, pero este proyecto poltico se hace explcito con propuestas especficas en la coyuntura, por lo que deben rastrearse histricamente las races del proyecto.

    En el tiempo coyuntural peridico, podemos decir de relativa calma, el proyecto poltico se propagandiza como un conjunto de propuestas que pueden ser aplicadas en un futuro inmediato. En el tiempo corto, en este momento hay que poner especial atencin en el comportamiento de los movimientos sociopolticos, el proyecto poltico se plantea como los lineamientos inmediatos que deben seguir los movimientos sociopolticos.

    Aqu sealo que la coyuntura, ms all de lo planteado por Braudel, puede concebirse como una situacin histrica que muestra los puntos lmites en los cuales el rumbo del desarrollo histrico puede presentar virajes en su direccin, segn sean las voluntades polticas y sociales existentes. La coyuntura, desde una perspectiva poltica, debe comprenderse como la articulacin entre los proyectos de diferentes fuerzas sociales.

    Ello obliga a tratar de comprender este proceso como la dialctica entre constitucin y des-constitucin (de los movimientos sociopolticos, de las fuerzas polticas), que en sus proyectos en pugna constituyen la realidad y conforman el espacio para su reflexin terica como creacin cultural que implica conciencia y voluntad, reflexin y proyecto.5

    En este sentido, la ampliacin de la concepcin de la coyuntura en la que se elaboran los proyectos polticos y se redefinen y conforman los movimientos sociopolticos nos conduce, tambin, (y como una manera de ahondar en la perspectiva poltica del estudio de la historia), a ampliar nuestra concepcin de la poltica y lo poltico, lo que implica

  • [...] dejar de ver a la historia como una serie de situaciones lineales que se suceden progresivamente con algunas disrupciones (dentro de una dinmica que conduce necesariamente hacia el progreso) para entenderla como un proceso complejo de construccin de voluntades sociales, como un horizonte abierto de posibilidades hacia el futuro. Significa tambin un esfuerzo por comprender a la poltica ms all del quehacer operativo que la confina a la esfera del poder, para aprehenderla como conciencia de la historicidad del momento, como construccin de proyectos resolutivos en el plano de las contradicciones inmediatas.6

    En cuanto a lo poltico, podemos concebirlo como la articulacin dinmica entre sujetos, prcticas sociales y proyectos, cuyo contenido especfico es la lucha por dar una direccin a la realidad en el marco de opciones viables.

    Creo que una ampliacin en la visin de la historia, la poltica y lo poltico, permiten abrir los horizontes de la historia poltica.

    As tambin propongo, y sto no es nuevo, que la historia poltica debe abocarse no slo al estudio de los movimientos sociopolticos y los proyectos que han resultado vencedores en la historia, pues ello slo nos ofrece una visin histrica y una historia poltica parcial, sino que tambin debemos abocarnos al estudio de los movimientos sociopolticos y los proyectos que histricamente o polticamente fueron derrotados. Con esto debemos entender, obviamente, que la historia es el resultado de fuerzas sociopolticas vencedoras, pero tambin de fuerzas sociopolticas vencidas. La historia es, pues, producto de proyectos polticos triunfantes y/o realizados, y de proyectos polticos derrotados y por lo tanto no aplicados.

    Inclusive, en algunos casos, los movimientos sociopolticos vencedores incorporan a su proyecto demandas, propuestas y aspiraciones enarboladas y sustentadas por los movimientos sociopolticos derrotados, con miras a mantener y hacer ms estable su dominio poltico futuro.

    Por ltimo, sugiero que nuestra historia nacional sea estudiada y reinterpretada con base en la ubicacin y dilucidacin de los proyectos polticos que se han expuesto en los tres grandes momentos histricos

  • de nuestro pas: independencia, reforma y revolucin. Es cierto que esta periodizacin sugerida es la ms clara muestra de un tipo de historiografa; la historia poltica oficial, elaborada con el fin de justificar los proyectos y los xitos de planes polticos y econmicos de una clase social. Pero en tanto que no se proponga otra tarea que puede y debe enfrentar crticamente la nueva historia poltica los historiadores y politlogos estamos destinados a seguir indagando los asuntos histricos segn esta periodizacin.

    Si se considera lo antes dicho, el trabajo del historiador y del politologo, en parte y en lo sucesivo, con miras a desarrollar la nueva historia poltica, tienen ante s un campo de trabajo extraordinario, un magnfico horizonte histrico por escudriar.

    El anlisis de los movimientos sociopolticos a travs del estudio de los proyectos polticos en el pasado, permite a la historia poltica aportar y proponer proyectos para el futuro, y disear, por qu no?, programas y planes para la construccin de una mejor organizacin poltica futura.

    La historia poltica puede coadyuvar a sealar las orientaciones y trazar las perspectivas que, en cuanto a comportamiento poltico, puede seguir la sociedad.

    Labor que no es acientfica y utpica si se considera que puede desenvolverse en ntima relacin con la ciencia poltica.

    Para desarrollarse la historia poltica requiere del herramentaje terico de la ciencia poltica, as como sta necesita del vocabulario histrico de la historia como disciplina. Ambas doctrinas se alimentan y complementan.

    N O T A S :

    1. Vase Leonor Ludlow, uLa Historia Poltica: controversia sobre la dimensin de temporalidad, en Estudios Polticos, v. 6, nm. 4, Centro de Estudios Polticos de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales, un a m , octubre-diciembre, 1987, pp. 17-24.

    2. Vase: Sergio Bag, Entrevista, en Estudios Polticos, op. cit., p. 49.3. Es pertinente sealar que concebimos a los movimientos sociopolticos como aquellas

    fuerzas sociales y polticas que han suscitado luchas colectivas, que se han gestado y desarrollado a lo largo de la historia. Desde nuestro punto de vista, todas las luchas colectivas llevan mezclado un movimiento poltico y un movimiento social al mismo tiempo.

  • Conllevan y proponen, adems, en algn nivel, una dimensin cultural, si no alternativa por lo menos innovadora, crtica de lo existente. Aunque algunas veces dichos movimientos son conservadores, incluso, retrgrados.

    4. Vase Pablo Trejo, Notas aproximativas a la definicin de proyecto poltico (Historia y accin poltica), en Estudios Polticos, op. cit., pp. 25-30.

    5. Vase Hugo Zemelman, De la Historia a la Poltica. La experiencia de Amrica Latina, Mxico, coedicin Siglo XXI y Universidad de las Naciones Unidas, 1989, p. 96.

    6. Ibid., p. 18. -