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Este encuentro es parte de un proceso de discernimiento comunitario para la renovación de la Iglesia en Chile, también en nuestra Diócesis de Valparaíso.

Es el Espíritu Santo quien inspira el discernimiento. Habita en nuestro interior desde el momento del bautismo y nos constituye en Pueblo de Dios. Es Él quien hace nuevas todas las cosas, anima la historia y renueva la vida de nuestra Iglesia.

Ese mismo Espíritu está presente y se expresa en cada bautizado/a y en cada comunidad, por lo que todas y todos estamos llamados a descubrir la acción de Dios en estos tiempos y ser protagonistas de la renovación eclesial.

La sociedad cambió y seguimos haciendo lo mismo y de la misma forma que hace años atrás. Experimentamos un profundo cambio en nuestra sociedad que impacta las formas de vida y convivencia de las personas en todo sentido; nuestras comunidades no pueden estar ajenas a ello. Todo lo que pasa nos afecta y nos exige tomar conciencia de lo que está ocurriendo para descubrir la acción de Dios en medio nuestro y dejarnos interpelar por Él.

En este proceso de renovación eclesial es de suma importancia no solo revisar nuestras relaciones interpersonales y las estructuras, sino también discernir la presencia de Dios en nuestra historia.

Animados por el Espíritu que nos habla desde la realidad en que vivimos les invitamos a descubrir “¿Pa’ dónde va la micro?”. Aquí y ahora.

encuentro de discernimiento: signos de los tiempospa’ dónde va la micro

Muchas comunidades en toda nuestra diócesis de Valparaíso –¡y en todo el país!– están haciendo este mismo ejercicio de discernimiento. Los invitamos a hacernos llegar sus conclusiones y la evaluación de la experiencia en el sitio web www.obispadodevalparaiso.cl/especial_discernimiento para que juntos construyamos una nueva Iglesia.

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Materiales: Instrucciones (impresas)Mazo de 48 cartas (impreso)Tarjetas en blanco para recortarHoja de síntesis (impresa)LápicesAltar (cirio, mantel y Biblia)

PARTICIPANTES: Mínimo 4 personasMáximo 8 a 10 personas

Duración (recomendada) 2 horas

Lean todas las instrucciones

antes de comenzar.

Designen un/a secretario/a para

registro de sintesis.

Acuerden los tiempos a dedicar

para cada momento y cada

intervencion individual.

Rellenen la hoja de

“Caracterizacion del grupo”.

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tiem

posAntes de iniciar el encuentro, es recomendable preparar el lugar para

facilitar el diálogo y la acción del Espíritu Santo. Para ello, sugerimos un altar sencillo con un mantel, un cirio y la Biblia.

Encendemos el cirio que representa el fuego del Espíritu que nos susurra en este encuentro, tomando conciencia de que Él está en medio nuestro y es a quien queremos escuchar.

INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo, armonía de Dios, tú que transformas

nosotros. Danos la alegría de la resurrección, la juventud incesante del corazón. Espíritu Santo, armonía nuestra, Tú que nos haces un solo cuerpo, infunde tu paz en la Iglesia y en el mundo. Espíritu Santo, haznos artesanos de concordia, sembradores de bien, apóstoles de esperanza.

(Oración del Papa Francisco, Pentecostés junio 2019)

corazón… nos disponemos para escucharnos con respeto, para acoger aquello que vamos descubriendo y responder con todo nuestro ser a Jesucristo y su Reino, centro de la vida y misión de la Iglesia.

El cirio puede permanecer encendido durante la actividad.

Es muy importante tomar registro de la actividad y comprometer a una persona del grupo a transcribir la Hoja de síntesis en

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www.obispadodevalparaiso.cl/especial_discernimiento

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primer Momento: reconocer

Instrucciones:

A cada persona se le entrega una tarjeta en blanco para que, después del ejercicio que viene a continuación, escriba en una palabra o en una frase, el cambio o acontecimiento social o cultural que considera más

la comunidad y su servicio evangelizador.

El mazo contiene 48 cartas de las cuales 45 son preguntas y 3 cartas que forman la frase “REINO DE DIOS”.

Para comenzar, se disponen las cartas sobre una mesa con las preguntas hacia abajo y se mezclan. La dinámica consiste en descubrir las cartas hasta completar la frase “REINO DE DIOS”.

Un miembro del grupo comienza dando vuelta al azar una de las cartas. Si la carta corresponde a la palabra “REINO”, “DE” o “DIOS”, tiene derecho a dar vuelta otra carta buscando completar la frase. El grupo decide si deja la carta visible o la da vuelta nuevamente.

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posSi la carta corresponde a una pregunta,

la responde según lo indica la tarjeta. Es importante escuchar atentamente sin emitir opinión ni juicio mientras alguien habla; luego habrá tiempo para compartir.

No hay respuestas buenas o malas, el objetivo es tomar conciencia de cuáles son los cambios que como sociedad hemos vivido.

Continúa otro miembro del grupo con la misma dinámica anterior. Da vuelta una de las cartas y si obtiene alguna de las tarjetas que conforman la frase “REINO DE DIOS”, tiene derecho a buscar otra. Si obtiene una pregunta, responde según la indicación escrita en la tarjeta.

Continúa la dinámica del mismo modo hasta que encuentran las 3 tarjetas de la frase “REINO DE DIOS”. Logrado este objetivo, se dan vuelta las demás tarjetas y una persona del grupo las lee en voz alta para que todos y todas puedan escuchar. Si alguien quiere responder alguna de las preguntas puede hacerlo, respetando la dinámica del tiempo limitado para responder y cuidando no interrumpirse.

Antes de continuar la lectura de las instrucciones, hacemos la dinámica de descubrir el “Reino de Dios”.

La dinámica de las preguntas nos permite reconocer los cambios sociales y culturales que estamos experimentando

y cómo éstos afectan nuestra forma de relacionarnos, de vivir y de establecer prioridades. Reconocer y comprender esos cambios

nos ayuda ser concientes de que no podemos seguir haciendo lo mismo, ni dando las mismas respuestas si nuestro entorno y quienes lo

habitan ha cambiado. Los anhelos, los clamores, las búsquedas de sentido

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de las personas afectan nuestra forma de vivir y la convivencia social, por lo tanto, tienen que afectar también nuestra misión como comunidad y como Iglesia.

Se invita a que cada participante del grupo escriba en su tarjeta en blanco una palabra o frase que simbolice el cambio o acontecimiento social

para la vida de la comunidad y su servicio evangelizador.

Cuando todos tengan su tarjeta escrita, la comparten con el resto del grupo y si es necesario, la explican brevemente (máximo 1 minuto por persona. Pueden ayudarse de un cronómetro -reloj o celular-). No es momento de intercambiar opiniones, sino de dedicarnos a escuchar con atención aquello que va surgiendo.

Una vez que todos hayan tenido la oportunidad de participar, entre

comunidad.

Se registran en la Hoja de síntesis.

Frente a cada uno de ellos, nos preguntamos:

1. ¿Qué valoramos en cada uno de estos cambios o acontecimientos?

2. ¿Qué clamores, frutos o anhelos brotan en cada uno de ellos?

3. Si corresponde, ¿qué personas

estos cambios o acontecimientos?

Las conclusiones de las preguntas 2 y 3 se registran en la Hoja de síntesis.

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Recomendamos no superar los 40 minutos y procurar respuestas breves.

Insistimos en la importancia de mantener una actitud de escucha y contemplación de lo que va surgiendo en el grupo.

segundo Momento: interpretarInterpretar el querer de Dios desde

los cambios o acontecimientos que hemos reconocido.

Tomar conciencia de la presencia del Reino de Dios en medio nuestro es como sentir el viento y visualizar el camino que ha tomado. A veces es evidente, otras veces no nos damos cuenta. La acción del Espíritu de Dios se asemeja a este movimiento, a veces es evidente desde donde viene y hacia donde va y otras veces nos cuesta comprenderlo como acción de Dios.

Es el Espíritu quien anima la historia y es nuestra misión descubrir cómo, dónde o en quiénes está actuando Dios. Estos movimientos son lo que llamamos signos de los tiempos.

Reconocer lo que está sucediendo es importante no para juzgar si es bueno o malo, sino para profundizar e interpretar lo que Dios viene haciendo o expresando a través de los cambios o acontecimientos que hemos registrado.

Dispongamos nuestro corazón para acoger lo que Dios nos está diciendo. Ahora es momento de interpretar.

En este ambiente leemos alguno de estos textos bíblicos: Lc 10, 25-37 o Mt 14, 22-33 preguntándonos ¿De qué manera está presente Dios en todo lo que hemos descubierto?

Hacemos silencio para escuchar a Dios que nos habla a través de su Palabra. Nos preguntamos en la intimidad del corazón y haciendo eco de aquello que hemos reconocido en nuestro entorno ¿Qué nos está diciendo Dios?

Luego de un momento compartimos libremente lo que va surgiendo en la interpretación… Este ejercicio no debe superar los 30 minutos. Luego pasamos al tercer momento del discernimiento.

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tercer Momento: elegirCuestionar nuestras acciones y actitudes

a la luz de los signos de los tiempos

En nuestra historia, constatamos cómo las comunidades han respondido a las diversas problemáticas sociales que hay en su entorno. Sin embargo, ahora queremos ir más allá, revisar todo aquello “que siempre se ha hecho así”, pero que no responde necesariamente a lo que Dios le pide hoy a nuestra comunidad.

De lo que hemos interpretado como querer de Dios:

Las conclusiones de las preguntas 1 y 2 se registran en la Hoja de síntesis.

1. ¿Qué acciones de nuestra comunidad deberíamos asumir o replantearnos?

2. ¿Qué actitudes de nuestra comunidad debiéramos cuestionarnos?

3. ¿Qué pasos podemos comenzar a dar?

Así como hemos iniciado con la oración, terminamos este encuentro agradeciendo la experiencia vivida.

A ti Dios Uno y Trino

Te alabamos y te damos gracias

A ti Padre misericordioso, te damos gracias porque, en tu amor, nos has elegido para peregrinar juntos, en comunión como Iglesia de Valparaíso.

A ti Jesús, Hijo de Dios y hermano nuestro, siempre presente en nuestra historia, queremos acoger la palabra de tu madre pronunciadas en las Bodas de Caná, “hagan todo

lo que Él les diga”, y colocarnos a tu disposición dejándonos transformar por tu gracia.

A ti Espíritu Santo, fuente y dador de vida, sánanos de las heridas que tenemos, danos la capacidad de discernir y construir un camino pastoral para responder a las necesidades de nuestros hermanos, inspíranos con las palabras proféticas que enciendan un nuevo

ardor en nuestros corazones.

Y a ti María, Virgen y Madre, imploramos tu intercesión para que aprendamos a mirar con tus ojos, y para que siempre encontremos el vino de la caridad servidora, de la alegría

festiva, de la esperanza fortalecida y de sabernos siempre amados por Dios para caminar con confianza y dar frutos que permanezcan.

Amén