ovnis-gran alborada humana(libro)

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  • Enrique Castillo Rincn

    GRAN

    ALBORADA HUMANA

    TOMO I

    Editorial Norte y Sur C.A.

    VENEZUELA

    Primera edicin: Abril 1995

  • ACLARATORIA NECESARIA

    Mi nombre de pila es Enrique de Jess Castillo Rincn y nac en San Jos de Costa Rica

    (Amrica Central) el da 24 de agosto de 1930.

    Este libro que Ud. Tiene en sus manos fue terminado de escribir en septiembre de 1976 en

    Bogot D.E. capital de la repblica de Colombia en Sur Amrica, y por mltiples razones,

    solo hasta ahora ve la luz pblica.

    Todos los acontecimientos en l consignados sucedieron en la realidad entre junio de 1973 a

    febrero de 1976, y estos eventos relatados con la mayor aproximacin posible a como

    sucedieron, no son el producto de una alucinacin, viaje astral u otro fenmeno de tipo paranormal. Sucedieron fsicamente entre este lapso de unos dos aos y medio.

    De estas experiencias participaron varias personas dignas de crdito: profesionales, comerciantes, amas de casa, estudiantes, empleados y hasta dos personas casi analfabetas.

    Todos los detalles, nombres, fechas y lugares, pueden ser verificados por los investigadores

    que se avoquen a ste fascinante reto.

    No soy mstico ni religioso. No pertenezco a ninguna de las religiones tradicionales y no soy

    ateo. Tampoco me he considerado elegido para salvar a la humanidad y detesto a los llamados contactados que se autoerigen seres especiales, escogidos por alguna divinidad para llevar algn mensaje a la sufrida y casi desgraciada raza humana.

    Las enseanzas y mensajes que aqu se consignan, deben ser tomados solamente como una

    voz de alerta entre los futuros acontecimientos que vivir la raza humana desde sta fecha (1995) al ao 2011.

    Tambin se hace necesario aclarar, que a la sombra de los contactados se han formado seudo-religiones convirtiendo en fanticos a los seguidores de estos lderes del parlamento extraterrestre, que por ello, los investigadores y cientficos con justa razn, desechan or lo que tienen que decir. He luchado a travs de estos 21 aos contra esa situacin, y no he permitido que a mi sombra o nombre, se establezcan grupos que slo sirven para ser

    manipulados al antojo del lder, argumentando que en algunos casos, los Hermanos del

    Espacio les revelan e instruyen, con el fin de ser escogidos para una seleccin depuradora de una raza que poblar la tierra. Aducen tambin, que esta estirpe de escogidos, sern evacuados a otros planetas para salvar y garantizar al futuro, la permanencia de la raza

    humana en la tierra. De hecho tales aseveraciones han fracasado varia veces, cuando EL COMANDO ASTHAR ha anunciado, con fechas, esta falsa evacuacin.

    Me convert en un humilde y modesto investigador del Fenmeno Ovni, para encontrar una

    respuesta lgica y racional no solo para mi experiencia, sino tambin a todo lo relacionado a nuestra historia y creencias, que a lo largo de los siglos ha perturbado constantemente a toda

    la civilizacin, sin poder encontrar una respuesta. He viajado por caso todo el mundo, asist a

    no menos de 12 Congresos de Fenmeno Ovni y Fenmenos Paranormales, he conocido y

    dialogado con los ms grandes investigadores del mundo, conoc sus teoras y conclusiones, he ledo los mejores libros que se han escrito sobre Platillos Voladores y la presencia

    (aliengena) extraterrestre en nuestro planeta. Me he sentido algunas veces totalmente

    despistado y otras, sintiendo tener la respuesta, y tambin por que no decirlo, creyendo tener en mis manos la panacea universal y la razn de: Por qu a m... ?

    Han pasado 21 aos y todava no conozco la causa o razn, de porqu me contactaron, fue una casualidad? Me seleccionaron al azar para ser portador de algn mensaje o sabidura proveniente de las estrellas? Cmo a un hombre de clase sandwche (clase media) como yo, me asignan una ingrata tarea, que me han acarreado burlas, calumnias, epteros y nombres de toda clase contra mi nombre y mi dignidad? Me han llamado farsante, charlatn, estafador y mentiroso, de haberme inventado una historia solo para vivir a costa de los

  • creyentes fanticos del fenmeno. Me he visto ensalzado y elevado a unos niveles que no me corresponden y hasta pblicamente han dicho, que yo soy un escogido de Dios y que El envi sus ngeles a contactarme.

    Se han dicho cosas terribles de m que no son ciertas y tambin se han dicho cosas muy buenas que tampoco son as. El verme de un momento a otro involucrado en un evento de tal

    naturaleza, y sin poderlo explicar, me convirti en un paria entre muchos de mis amigos. Algunas personas que me conocieron recin sucedido el encuentro, hoy aseguran soy un

    vivo con una historia muy bien inventada y tejida. Otros me establecen su creencia sobre la autenticidad de mis experiencias y me respetan y admiran, otros simplemente se asombran

    ante lo que no comprenden y callan.

    Hoy, recin iniciado el ao de 1995, estoy consiente de que este libro puede desencadenar

    fricciones entre los fanticos e los ovnis, pero el que me conoce de hace aos, sabe que aqu

    consigno muchas verdades sobre el desenvolvimiento de los falsos grupos de contactos y sus mensajes espirituales. No pretendo ser el portador de LA VERDAD eterna y tampoco soy

    un Maestro Espiritual ni gua de nadie.

    Solo quiero que la gente me deje ser lo que soy... un hombre con una experiencia diferente que solo muy pocas personas en el mundo han tenido que vivir, para bien o para mal. Por lo

    dems, seguir en mi bsqueda de los valores reales del espritu y la consecucin del

    Conocimiento que me dar la o las respuestas de esta Inter.-relacin de seres y espritus ms elevados, que a travs de la historia sin ya poder negarlo, han intervenido entre la eterna lucha

    del bien y el mal, unas veces actuando muy directamente, y otras muy sutilmente, para

    calibrar a todos los seres humanos, dndoos a conocer la Ley, y entregndole a los hombres e

    la Tierra el conocimiento que le dar finalmente el triunfo de la Paz sobre la violencia, del amor sobre el odio y la venganza, basados en el Conocimiento adquirido como base

    Fundamental para un nuevo estado mental, que nos deparar el saber y conocer las Leyes

    Universales que rigen, para fortaleza y Beneplcito del Espritu.

    Enrique Castillo Rincn

    Caracas Enero 5 de 1995

    PROLOGO

    Si este libro hubiese salido a la luz pblica cuando los eventos en l narrados tuvieron lugar,

    seguramente se habra considerado como una invencin del autor. El hecho de salir con

    bastantes aos de retraso, si bien le hace perder actualidad ya que las abducciones al estilo

  • de las que Enrique Castillo nos cuenta aqu, han ido aflorando por todas partes- tambin le

    hace ganar en credibilidad precisamente por lo mismo.

    Cuando hace dos dcadas los contactados narraban sus increbles experiencias, lgico era que nadie los oyese o que los tomase por alucinados. Sin embargo, hoy la opinin pblica y en concreto la Ovniloga estn mucho ms preparados para enfrentarse con hechos como

    estos, porque han aprendido mucho en los treinta y tantos aos largos que han pasado desde

    el avistamiento de Kenneth Arnold.

    A pesar de ello, hay que reconocer que alguno de los uflogos, no han sabido interpretar

    todos estos ingredientes dados que nos llegan de los contactos y siguen estudiando el fenmeno ovni en un nivel primario conjeturando y dogmatizando acerca de su lugar de origen, haciendo catlogos de las diferentes formas de las Naves Espaciales o coleccionando

    datos sin mayor importancia. Todo esto est muy bien, pero a mi entender, pertenece a los

    grados iniciales de la Ovniloga.

    No quiero decir con ello, que no hagan falta estos datos; son fundamentales en canto que de

    ellos podemos deducir otras realidades mucho ms importantes; pero es un gran error el

    quedarse en ellos sin avanzar, hacindolos el centro de toda investigacin, sin saber descubrir o por lo menos entrever- la realidad impresionante que est detrs de ello.

    Los que investigamos el Fenmeno Ovni, corremos constantemente el peligro de tomar en directo lo que dicen los contactos y con mayor razn los fenmenos que con nuestros propios ojos; es una reaccin completamente lgica, acostumbrados como estamos a traducir

    los datos que nos llegan a travs de nuestros sentidos. Sin embargo tenemos que estar

    siempre muy sobre aviso de que con el Fenmeno Ovni nos estamos asomando a otra realidad parafsica y hasta metafsica en la que los patrones por los que ordinariamente se rige el

    funcionamiento de nuestra mente no son los mismos, y si usamos sta sin ninguna cautela con

    toda seguridad llegaremos a conducirnos totalmente equivocados.

    Que los contactos caigan en esos errores es completamente lgico, ya que han estado en medio del vrtice de la accin y su psiquismo ha sido violentamente manipulado, de modo que no pueden sustraerse a las impresiones reales que han tenido. Pero ya va siendo hora de

    que muchos investigadores caigan en la cuenta de que lo que estamos viendo en el Fenmeno

    Ovni, es solo una especie de Smbolo o, si se quiere, una sombra de una realidad mucho ms

    vasta y misteriosa que es la que est detrs de todo.

    Hay contactos que se enfadan (no as Enrique Castillo) cuando lo oyen a uno hablar de esta manera, porque ellos estn seguros que lo que les ha pasado es real, pero la realidad final de toda la experiencia es diferente a lo que parece ser. Algo as como lo que sucede en la pantalla

    del radar: uno ve un pequeo punto luminoso movindose pero lo que en realidad se mueve

    no es un punto, ni es pequeo y probablemente tampoco es luminoso. Nadie niega que el hecho de ver un punto en la pantalla no es real, lo que se niega es o que se vea en la pantalla

    fuese exactamente igual a la realidad que lo causaba.

    Ante este libro tan fascinante como el que el lector tiene en mano, hay que tener esto muy presente. Creo por lo tanto, que todo lo que en l nos cuenta Enrique Castillo es algo que le

    sucedi en realidad. Sin embargo, lo que a m ms me interesa, es usar todo el conjunto de su

    experiencia para poder penetrar un poco ms en el sobrecogedor panorama que estamos descubriendo detrs del Fenmeno Ovni. Este conjunto misterioso y camuflado detrs de los

    hechos concretos de la abduccin, es mucho ms importante que los detalles de ella, a pesar

    de que hay que reconocer que los detalles que el autor nos cuenta son interesantsimos.

    Otro hecho que quiero hacer resaltar en este breve prlogo es que cada da que ha pasado uno

    se va convenciendo ms de que el Fenmeno Ovni, lejos de ser algo ligero una especie de hobby para espritus inquietos- es la clave para entender ms profundamente la razn de ser de la existencia humana y en cierta manera la clave para conocer un poco ms el

  • funcionamiento de todo el Universo, dndonos al mismo tiempo una idea mucho ms clara y

    mucho menos infantil de eso que la humanidad ha buscado siempre con angustia, que se llama Dios.

    Este debe ser el aspecto trascendente del Fenmeno ovni que muchos se resisten a admitir, entretenidos como estn en sus manifestaciones ms llamativas pero secundarias.

    En esta direccin es en la que se dirigen todos mis esfuerzos, y si bien es cierto que teniendo

    una meta as uno tiene que moverse con gran frecuencia en las esfera de otras ciencias inmateriales o abstractas, relacionando entre si muchas realidades del mundo del espritu y

    hasta en ocasiones olvidndose de los detalles pequeos y concretos que tanto valoran

    algunos uflogos, tambin es cierto que libros y experiencia como las de Enrique Castillo

    son la materia prima para elaborar las teoras y el punto de arranque para las

    incursiones por las ciencias y las religiones del espritu. Sin experiencias como las de

    Enrique Castillo, nunca hubiese podido llegar a las convicciones a las que ya hemos llegado.

    Por extrao que a algunos pueda parecer, todo el curso de la historia humana, todas las

    grandes corrientes culturales y religiosas, toda la divisin de la humanidad en razas diferentes,

    y en gran parte toda la enorme crisis por lo que en la actualidad est atravesando nuestro planeta, no solo tiene que ver directamente con el Fenmeno Ovni sino que son una

    consecuencia directa de l y en algunos aspectos no son sino manifestaciones. Comprendo

    perfectamente que esto pueda parecerles a algunos una idea delirante. Pero no tema el lector, porque ciertamente no voy a usar este prlogo en donde la amabilidad del autor me ha permitido entrar como visitante- para defender o propugnar mis ideas. Sencillamente las dejo

    ah para que el lector reflexione en alguna ocasin sobre ellas, sobre todo cuando se encuentre

    con que los hechos, dentro del fenmeno Ovni, no casan con ninguna de las teora oficiales.

    Cuando hace aos (1974), en un restaurante de Caracas, Venezuela, me reun por primera vez

    con Enrique Castillo y oa de sus labios la viva narracin de sus increbles aventuras, recuerdo que mientras lo escuchaba me deca a m mismo, cmo iba yo a lograr frenar su natural

    entusiasmo ante unos hechos tan fascinantes y su entrega a una causa tan grandiosa como la

    que l en aquel momento me presentaba.

    Cuando le expuse mi punto de vista acerca de todas sus experiencias me encontr con que, a

    pesar de toda la intensidad con la que haba vivido, su gran inteligencia, su tremenda

    memoria y su misma formacin profesional lo haban llevado ya a sospechar que tras los hechos que haba sido testigo y protagonista haba algo muy misterioso y profundo, que en el

    fondo le inquietaba. Creo que aquella conversacin nos ha servido no poco a los dos: a l,

    para caer en cuenta de que toda su experiencia era mucho ms compleja de lo que haba juzgado hasta entonces, y a m para corroborar las sospechas que ya entonces tena y para

    comparar sus datos con otros sucedidos en otras latitudes.

    Porque la realidad es que, a pesar del boicot que al Fenmeno Ovni le han declarado en

    diversas ocasiones, tanto las autoridades nacionales y mundiales como as grandes agencias de

    noticias, el nmero de los Enrique Castillo aumenta de da en da en el mundo entero.

    Salvador Freixedo Tabares

    San Juan de Puerto Rico 1980

    DEDICATORIA

  • A cuantos desde la fecha 1973 participaron como compaeros de grupo en la recepcin y

    publicacin de los mensajes, y que sin su ayuda esta informacin no fuese hoy el documento que es.

    A mis amigos en Colombia, Venezuela, costa Rica, Espaa, Alemania, Mxico y en todo el mundo donde encontr la fuerza de la amistad y la comprensin para entenderme.

    A mi esposa Gertrudis, una parte muy importante de mi vida, y con ella, a todos mis hijos. A mis hermanos Mayores, los hombres de las estrellas, que depositaron su fe en mi a travs

    de sus enseanzas, que hoy entrego a los hombres de la tierra en su alborada humana.

    A TODA LA HUMANIDAD PARA LA CUAL EXISTE Y SON ESTOS

    CONOCIMIENTOS, pues el mensaje lo significa...Quien enciende su lmpara, y la lee, y escudria, y aprende, todo lo dems se le dar por aadidura...

    Enrique Castillo rincn

    OPINIONES SOBRE ENRIQUE CASTILLO RINCN

    ANDREAS FABER KAISER

    Conoc a Enrique Castillo durante el desarrollo del Congreso Internacional del Fenmeno Ovni en Acapulco, Mxico en el ao de 1977. Antes haba odo hablar de l, pero una cosa es or y otra es conocer.

    Tuve la oportunidad de entrevistarlo dos veces en unin de mi compaera Mercedes Castellanos, iniciando as, mi primera investigacin de Enrique Castillo como "contactado" de los extraterrestres.

    Durante estas entrevistas, l contest a todas mis preguntas, inquisidoras algunas veces, con mucha precisin y muy seguro de lo que deca.

    A Enrique, segn nos cuenta, lo "contactaron" seres extraterrestres procedentes de Las Plyades el da 3 de Noviembre de 1973 cerca de una laguna a unos quiz, 80 kilmetros al norte de Bogot, la capital de Colombia en Sur Amrica. El fue invitado especial al Congreso en referencia como "contactado", para exponer su experiencia ante el pblico y los investigadores all presentes Por alguna razn de los investigadores, Enrique no pudo contar su experiencia, sino solamente a nivel privado y personal, como sucedi conmigo y con Mercedes. Estas entrevistas seran el inicio de una investigacin que yo esperaba continuar y que lamentablemente por varias razones no pude realizar. Sin embargo, Enrique demostr gran aplomo y seguridad a mis -hasta necias-preguntas. Enrique como "contactado" dar mucho que hablar, pues no es un individuo que se corta fcilmente y tiene una memoria prodigiosa junto a un carisma que no es frecuente entre los seres humanos. Adems, sus palabras y su historia sobre las experiencias vividas es muy convincente, sin caer en falsos misticismos o creencia de que es un "elegido" para salvar a la humanidad, cosa tambin frecuente entre los llamados "contactados". Me confes no tener una misin especfica con los Pleyadinos, y que lo que Texto1

    l hacia, era levantar conciencia entre la gente que lo escuchaban, para que a travs del conocimiento los seres humanos furamos mejores, no le vi ni un solo asomo de creerse especial o diferente.

    "Quiero que la gente me acepte como soy y no por mi experiencia con los Ets" -me deca-;

  • en l vi un hombre sencillo y seguro, me dio la sensacin de que deca la verdad, por mltiples explicaciones, todas coherentes y llenas de enseanzas muy fciles de entender. De lo que si estoy seguro, es que Enrique no es un loco ni un mstico baratero. Algo le ocurri y los investigadores debemos encontrar una respuesta, l mismo me confes no saber el porqu, de dichas experiencias.

    No estoy en posicin de asegurar sus experiencias; seguir investigndolo mientras pueda y la oportunidad se presente, ya que por la distancia donde l reside y la ma, nos separan miles de kilmetros.

    Enrique me dice que ha terminado su libro con todos los detalles de su experiencia. Ser una gran oportunidad para continuar la investigacin, no solo para m, sino para cualquier investigador, ya que la riqueza de detalles con que me cuenta su vivencia, es admirable. Adems entre l y yo, ha nacido una estupenda amistad que espero continuar sin menoscabo ni detrimento, en razn de que cualquier investigacin futura que yo pudiere acometer, la amistad con Enrique no se vea empaada, fuere lo que fuere, el resultado de la misma.

    A raz de habernos conocido, durante estos aos desde Acapulco en 1977. nos hemos cruzado varias cartas muy interesantes. He recibido de l, una con una Profeca que segn Enrique le dieron los Pleyadinos con el ttulo -muy llamativo por cierto- de "LOS NUEVE TIEMPOS QUE CAMBIARAN AL MUNDO".

    Lo ms significativo, a mi parecer, es la aparicin del SIDA, profetizado con 8 aos de anticipacin; debo hacer hincapi, que Enrique me envi los NUEVE TIEMPOS en el ao de 1980 (a l se los dieron, segn dice, en 1974/ 75) en donde se habla tambin de una guerra que se desarrollar entre pases rabes, y varios pases estaan involucrados, no teniendo gran duracin las hostilidades. Hoy, cuando escribo esta corta opinin sobre Enrique, se est desarrollando el "CONGRESO MUNDIAL SOBRE LOS GRANDES MISTERIOS DEL HOMBRE" en San Jos de Costa Rica, ao de 1985.

    Debo aadir que Enrique sorprendi a los cientficos e investigadores, y yo personalmente lo encuentro ms slido, ms humilde y seguro de s mismo, que cuando le conoc acompaado por su linda esposa Ana. Me concedi de nuevo, otras dos charlas muy interesantes sobre sus experiencias. Una en Texto2

    El lobby del Hotel don de se realizaba el Congreso (Hotel Iraz) y otra en una salita privada en donde Enrique fue ms preciso y contundente en sus afirmaciones. Hoy ms que nunca creo, que lo que Enrique cuenta le pas con los Ets, estar ms vigente que antes, pues finalmente se les ha puesto ms atencin a los "contactados" en base a las abducciones de seres humanos que se han sucedido con mas virulencia, no pudiendo ya negar la ciencia, estos acontecimientos de contactados, abducidos y mutilaciones de ganado, como se han venido desarrollando estos acontecimientos y no poder ya darle la espalda a un evento a nivel mundial, en donde quiz nos estamos juzgando la sobrevivencia del planeta.

    ANDREAS FABER KAISER Investigador y escritor espaol de prestigio mundial Autor de Sacerdotes o Cosmonautas'7, "Fuera de Control", "Jess vivi y muri en Cachemira", "Las nubes del engao" y otros Director por muchos aos de "Mundo Desconocido" San Jos de Costa Rica 1985 texto3

  • Carlos Vilchez N.

    Tena ya algn tiempo de haber empezado la investigacin del Fenmeno Ovni, cuando lleg a Costa Rica a finales del ao 1976, el Ing. Enrique Castillo Rincn, ofreciendo charlas y conferencias en algunos auditorios, en la radio y la televisin, relatando sus experiencias y afirmando haber tenido contacto directo con seres extraterrestres.

    Siendo un investigador apenas inicindose en el tema, no dej de ir a una sola conferencia de las cuales dictaba el Ing. Enrique Castillo Rincn, pues crea desde entonces que para hacer cualquier investigacin, no deba ni poda rechazar a priori algo que poda significar ms elementos de juicio para el estudio que estaba realizando. Ahora despus de aos de investigacin del Fenmeno Ovni, no dudo ni por un instante que para realizar una buena investigacin se necesita primero que todo, la disposicin para no rechazar o aceptar lo que se nos presente por ms inverosmil que esto parezca y segundo, que debemos aprender a or a las personas y no juzgarlas precipitadamente, ya que esto nos perjudica, por un lado, a nosotros mismos y por otro a la persona que estamos criticando.

    Ms tarde nos enteramos mi hermano y yo, que Enrique traa otra intencin adems de la de dictar conferencias y era que quena formar en Costa Rica un organismo o institucin para la investigacin del Fenmeno Ovni, tal y como lo haba hecho ya en otros pases (Venezuela, Ecuador, Colombia).

    Mi hermano Ricardo y yo tuvimos la oportunidad de conocer a Enrique y antes de que finalizara el ao de 1976, ya habamos formado la primera directiva provisional del ICICE (Instituto Costarricense de Investigaciones Cientficas y Exobiolgicas). Desde aquel momento naci una gran amistad, pero no por ello dejamos a un lado la investigacin, ya que desde entonces, Enrique ha sido sometido por mi hermano y por m a una investigacin de sus experiencias como "Hombre Contacto" y de su persona, la cual an no Texto4 Concluye. Esto Enrique lo ha sabido siempre, y en los cuatro aos que tengo de conocerlo no he encontrado en l mas que amistad, sinceridad, lealtad y una gran humildad, y en muchos casos, por qu no decirlo, ha sido como un gua para mis investigaciones, porque el que llega a conocer a Enrique se da cuenta que l es un estudioso de sus propias experiencias con un conocimiento y una memoria de las cosas que asombran y que estoy seguro que pocos hombres han logrado alcanzar.

    Puedo decir tambin, que mi vida cambi en gran parte desde que conoc a Enrique, pero no por el hecho de haber odo sus experiencias con extraterrestres, sino porque algo en l me llam la atencin sobre manera, y esto fue una frase que le escuch en una de sus conferencias: "ANTES DE INICIAR ESTA CHARLA QUISIERA DECIRLES QUE NO CREAN LO QUE AQUI VOY A DECIRLES, SINO MAS BIEN INVESTIGUENLO". Esto me ayudo en las investigaciones y me dio a la vez oportunidad de formarme un mejor juicio de su persona, porque indicaba que l no esperaba que le creyeran lo que estaba afirmando, sino que invitaba a las personas a la investigacin y a la meditacin de las cosas que iba a decir en esa charla. Despus me di cuenta de que esto era algo que Enrique acostumbraba hacer.

    Enrique nunca ha querido dogmatizar a nadie, sino ms bien, ha dado luz donde ha habido tanta oscuridad y esto ha ayudado a cantidad de personas a liberarse del escepticismo general que existe entre nosotros, como arma de defensa inconsciente a nuestra ignorancia en el Fenmeno Ovni y en muchos otros asuntos ms. Ha sido sometido dos veces a regresiones hipnticas y nunca se le ha encontrado algo que indique que haya dudas de sus afirmaciones, y en sus experiencias por ms increbles que estas parezcan.

    Por mi parte, creo que es mi deber decir que yo no dudo ni por un solo momento de las experiencias que dice Enrique haber tenido con seres extraterrestres, aunque esto desde luego no quiere decir que tengo que creer o que creo lo que l dice que le dijeron los extraterrestres; esto por una razn muy sencilla, siendo yo investigador del mencionado fenmeno y habiendo conocido a personas de otros pases que tambin afirman haber tenido

  • contactos muy similares en algunos casos a los de Enrique, estoy en posicin de cuestionar y de dudar en ocasiones lo que los extraterrestres les hayan podido decir o dar en forma de mensajes, ya sean mesinicos, apocalpticos o cientficos a los "contactados".

    Muchas cosas de las que ha relatado Enrique quisiera que fueran ciertas, otras, deseara que no lo fueran, pero sea como sea, creo que es una obligacin de cada ser humano, discernir, investigar, estudiar de una manera exhaustiva y poder de esta forma, sacar sus propias conclusiones. Texto5 Creo por conocimiento y por conviccin, que la amistad sincera, es decir, verdaderamente fraterna, es muy difcil de hallar, y muchas veces meditando sobre ello pienso en los pocos amigos que tengo pero uno de ellos, sin duda alguna es mi amigo y hermano, Enrique Castillo Rincn.

    Carlos Vilchez N. Investigador Costarricense, Autor de: "OVNI: Lo que Ud. jams sospecho", Miembro Junta Directiva del "Instituto Costarricense de Investigaciones Cientficas y Exobiolgicas" I.C.I.C.E. San Jos de Costa Rica, 1980 Texto6

    Ricardo Vilchez N.

    Si hubiera una palabra que pueda resumir la descripcin de una persona con las caractersticas del Ing. Enrique Castillo Rincn, esa sera "Integridad". A Enrique le conoc, no por casualidad, sino porque mis inquietudes como investigador del Fenmeno Ovni, me condujeron a l.

    Fue en octubre o noviembre de 1976, que lleg a Cosa Rica ofreciendo conferencias y charlas en todas partes, relatando sus experiencias con los extraterrestres. Desde esos momentos mi deseo por conocer todo lo que se relacionara con el fenmeno aument en una forma casi desmedida, una fuerza indescriptible me impulsaba a conocer ms sobre el Fenmeno Ovni.

    Fue as como conoc a Enrique, desde ese mismo momento comenz mi investigacin personal acerca de l, cules eran sus finalidades, que era lo que quera, qu haca y por qu lo haca. Plante la posibilidad de abrir una institucin que investigara el fenmeno Ovni y junto con l fui uno de los fundadores del ICICE, Instituto que en Costa Rica investiga todo lo relacionado con el fenmeno Ovni. Ya anteriormente, Enrique haba fundado el ICIFE en Colombia y el IVIFE en Venezuela, entidades afnes. Posteriormente cre el IEIFE en Ecuador y otro en Honduras.

    Desde el primer momento nos dimos cuenta de su honestidad y humildad. Muchas dudas tena yo, y lo interrogu muchas veces en forma descorts, pero l supo distinguir la curiosidad de la malicia.

    En su aspecto humano, es una de las mejores personas que conozco, aunque muchas veces no comprendo su forma de actuar que rompe con lo establecido; pero no soy nadie para

  • juzgar las actividades de los dems. Una de las cosas que ms me impresionan, es que sabe con certeza poco comn lo que hace y para qu lo hace. Se conoce un poco ms de lo que la mayora de la Texto7 Gente se conoce a s misma y es mejor ser humano que lo que la mayora de los humanos lo son. Tiene una mente clara y despierta y una memoria que asombra.

    Como "Hombre Contacto" que es, es el nico que se ha convertido en un incansable investigador del fenmeno Ovni; en Europa y en Amrica es reconocido como uno de los ms fidedignos y como uno de los hombres ms conocedores del fenmeno Ovni. Ha asistido a muchos congresos. Yo personalmente, he estado con l en Mxico, Venezuela y Costa Rica, conozco a su familia y amigos, y su vida es normal y comente como la de cualquier otra persona; sin embargo, desde el momento en que por primera vez vio dos naves extraterrestres en un volcn de Costa Rica, su forma de ver la vida con respecto a los que nos rodean es un poco diferente del comn de la gente. Sus fines ya no son los mismos, pues estos han variado hacia conceptos ms universales, ms humanos y menos egostas.

    De toda su fantstica historia con los extraterrestres, en lo que concierne a la persona de Enrique Castillo Rincn, estoy seguro que dichas experiencias se realizaron, de lo que no estoy seguro, porque no puedo estarlo, es de lo que le dijeron a l los extraterrestres, a ellos no los conozco y no puedo hablar por ellos, Enrique si los conoce y por eso hay que conocerlo y platicar con l.

    Muchas cosas malas se han dicho de l, toda clase de calificativos ha recibido: orate, paranoico, iluminado o profeta, son slo algunos de ellos. Pero pienso que esas opiniones slo pueden venir de personas ignorantes y desinformadas, porque una vez que se conoce a Enrique, uno se da cuenta enseguida que clase de persona es.

    Para m es un honor y una alegra haberlo conocido y no slo eso, sino que tambin el ser uno de sus amigos es un orgullo. A mi hermano, porque as lo siento le agradezco infinitamente, slo l sabe cunto...

    Ricardo Vilchez N. Investigador Costaricense. Autor del libro: "Democracia Consciente", "Todo Costa Rica", "Todo Caracas"; Sub-director del "Instituto Costarricense de Investigaciones Cientficas y Exobiolgicas" I.C.I.C.E. San Jos de Costa Rica, 1980Texto8

    DE VICTIMA A INVESTIGADOR

    Enrique ha fundado en Colombia y en Costa Rica, los dos ICIFE, Instituto Colombiano y Costarricense de Investigacin de los Fenmeno Extraterrestres) y tambin el IVIFE de Venezuela.

    Para l, la investigacin es una necesidad: o se dedica a ella, o se declara loco.

    l vivi una experiencia ovnstica: su cerebro registra un encuentro con un platillo, contactos con sus tripulantes, incluso una estancia a bordo del ovni. Sin embargo, se rehsa a admitir la realidad de esa experiencia. Enrique Castillo piensa que el fenmeno pudo implantar todo en su mente sin que participara fsicamente en el suceso. Es para probar algn da esa posibilidad, que se volvi investigador.

    Basta con enterarse de la objetividad de sus informes para tranquilizarse en cuanto a la cordura de algunos contactados. Pero con l, empezaremos a vislumbrar la malignidad potencial del fenmeno.

  • Pedro Ferriz y Christian Siruguet en su libro: "LOS HOMBRES DEL OVNI" Mxico, 1981

    Pedro Ferriz Investigador y escritor mexicano conocido internacionalmente, autor de: "EL ARCA PERDIDA DE NOE" y "LOS HOMBRES DEL OVNI" entre otros. Texto9

    Marjorie de Hollman

    Coma el ao de 1973 y a mediados de ste mismo ao tuve la oportunidad de conocer al Ing. Enrique Castillo, a raz de la inquietud ma sobre el Fenmeno Ovni, y con ocasin de haber asistido a varias Conferencias, alrededor de ste tema.

    Esta amistad se fue haciendo cada vez ms fuerte, mucho ms, cuando se decidi entre varios de los asistentes a las primeras conferencias, formar un Grupo con el fin de investigar y reunir datos sobre el fascinante tema de los Ovnis o Platillos Voladores.

    Al cabo de varias reuniones a las que asistimos con gran entusiasmo, tuvimos la oportunidad de que Enrique lograra establecer comunicacin teleptica con seres extraterrestres. Antes de esta ocasin, ya lo haba logrado Chela, miembro del mismo grupo con seres de Andrmeda.

    Habiendo presenciado tales contactos en tan interesantes reuniones y a medida que ellas se iban sucediendo todos los que seguamos paso a paso, su desarrollo, recibimos instrucciones, pautas y normas de conducta que fuimos siguiendo hasta comprobar la veracidad de los contactos.

    Sin embargo, la ms extraordinaria prueba de la existencia de seres extraterrestres se realiz entre las trece personas que conformamos aqul grupo, cuando se nos anunci que seramos testigos de un avistamiento en la Laguna de Fquene el da 3 de julio de 1974 previo el cumplimiento de determinados requisitos, que llevaramos a cabo. Siendo las 7 p.m. hora anunciada, tuvimos el privilegio de ser testigos de la ms grandiosa aparicin de un ovni a corta distancia del lugar del que nos encontrbamos. Es indescriptible la emocin que nos embarg a todos ante aquella maravilla. Texto10 Ntese que los all reunidos ramos personas serias, adultas y casi todos profesionales y comerciantes de reconocido prestigio en cuanto a solvencia profesional, moral y psquica.

    No se trat pues, de ninguna hipnosis colectiva ni de ningn fenmeno atmosfrico, puesto que tal avistamiento se realiz bajo condiciones estipuladas con bastante anterioridad, en las comunicaciones.

    Durante los dos primeros aos de consecutivas reuniones realizadas casi siempre en mi residencia y en las cuales obtuvimos comunicaciones, recibimos enseanzas de tipo espiritual y cientfico a causa de las cuales nuestras vidas se vieron verdaderamente afectadas, comprendiendo que tales conceptos tenan gran importancia en el comportamiento de la humanidad.

    Lo anterior enriqueci mis conocimientos, y mi vida particularmente tom sentido, al comprender y valorar al ser humano, siendo ms consecuente y tolerante tanto en aquella poca como hoy despus de haber transcurrido 6 aos de tan maravillosas experiencias.

    Creo firmemente en la existencia de seres superiores que pueblan diferentes planetas y galaxias del Universo, y doy testimonio de que tales sucesos fueron reales y verdicos, que modificaron la manera de pensar de cuantos participamos en esas comunicaciones telepticas que culminaron en los cinco (5) encuentros fsicos entre los Hermanos Mayores de Las Plyades y nuestro querido amigo y hermano Enrique.

    Hoy, ao de 1980, me siento una persona privilegiada al poder dar fe de stos acontecimientos en forma fehaciente, gracias a la feliz casualidad de haber trabado amistad

  • con Enrique, quien fue escogido para informar y divulgar el Fenmeno Ovni, luego que l mismo fue objeto de experiencias unipersonales, y con quin durante todo ste lapso he estrechado tales vnculos amistosos, compartiendo buenos y malos momentos en el esfuerzo de fundar y organizar el Instituto Colombiano de Investigacin de Fenmeno Extraterrestres (ICIFE), adems de muchsimas otras experiencias relacionadas con la Ovniloga y la existencia de Seres Csmicos que nos ayudan con sus enseanzas a tratar de lograr la verdadera convivencia de toda la Humanidad.

    Marjorie de Hollman Comerciante y Miembro del Grupo de Contacto con Los Pleyadinos. Bogot, Colombia. 1980Texto11 El caso Castillo Rincn sucedi fsicamente el 3 de noviembre de 1973, y proseguido en otras instancias de "contacto", personalmente valoro como una realidad concreta, porque las pautas de comportamiento Ovni, que he estudiado y sigo estudiando despus de 25 aos de investigaciones, me dan esa certeza.

    Desde 1975, ao en que conozco al protagonista, con quien me une gran amistad y cario, no he dejado de investigarlo en distintas circunstancias (i). Yhoyen 1985, a 12 aos del acontecimiento, cada vez ms voy encontrando la razn a la sin razn de este "contacto", fundamentalmente cambios, porque investigaciones que hice personalmente a otros "hombres-contacto" en distintas partes del mundo, me van ubicando cada vez ms en la realidad de estas "absurdas pero reales" abducciones de los extraterrestres (fuera de nuestro tiempo, nuestras ciencia, nuestra realidad cultural), nos van a ir dando cada vez mas la muestra de su existencia real en los distintos planos de su vivencia.

    Gracias por estar, Enrique.

    Fabio Zerpa

    Investigador Argentino, autor de varios libros entre otros: "Los Hombres de Negro" y "Dos cientficos viajan en Ovni". Director de la revista "Cuarta Dimensin" y fundador-director de la O.N.I.F.E. de Argentina. Caracas, Venezuela 1985

    (1) Porque esa es mi razn de ser y sentir, quiz para servir de testigo a lo que afirmara mi gran amigo Pedro Fentz... : FABIO ZERPA, la mquina de Investigar! Texto12 Aunque pienso que la manifestacin del Fenmeno Ovni es mayormente psquica que fsica, hay casos sin embargo, como el del "Contacto" Enrique Castillo Rincn, que me hacen pensar seriamente en una intervencin de Naves de procedencia extraterrestre de "tuercas y tomillos" con tripulantes de "carne y hueso".

    Sea de otros planetas o no el origen del fenmeno, la tesis de los procesos iniciticos tipo Ovni tambin funciona con Enrique Castillo. Pienso que todas las experiencias por las que hubo de pasar Enrique, en los aos subsecuentes a su primera experiencia tipo Ovni, son de carcter inicitico, encaminadas a conformar una nueva visin de la existencia y una apertura mental en Enrique, as como una personalidad slida, equilibrada, humanizada y noble.

  • Lie. Carlos Ortiz de la Huerta Investigador y escritor mexicano, autor de: "Contactos Extraterrestres en Mxico" Caracas, Venezuela 1978Texto13 KarI L. Veit

    El Ing. Enrique Castillo Rincn vino de Caracas representando a Venezuela, al "11 Congreso Internacional de Urologa" desarrollando en Wiesbaden-Alemania en 1975, del 31 de octubre al 2 de noviembre.

    Enrique Castillo Rincn es Fundador y Director del Instituto Venezolano de Investigacin de Fenmenos Extraterrestres (IVIFE) y fue el husped principal y refrendario del Congreso.

    Como "Hombre contacto" explic de su propia experiencia sus extraordinarios encuentros con UFOS (extraterrestre)s sobre el Volcn Iraz en Costa Rica en 1963. Posteriormente sus encuentros del Tercer Tipo, con ufonautas inteligentes, su descripcin muy viva y sus viajes con esos extraterrestres. Lo cual le vali gran atencin y muchos aplausos del pblico.

    Sigui posteriormente otra conferencia de sus propias investigaciones y su llevada a Washington D.C. donde fue estudiado por autoridades posiblemente "oficiales" durante varios das. Nos habl sobre el "Plan A en sus Tres Fases, Mensaje al Mundo", transmitido por el cientfico Krhisnamerck de Las Plyades y sus puntos de vista del Conocimiento y de la actuacin del ENEMIGO del mundo y la ayuda al Planeta Tierra. Su experiencia contena una visin muy elevada sobre el presente y el futuro del desarrollo de la humanidad en todas estas enseanzas.

    Los miembros organizadores del Congreso, delegados y participantes de 21 pases de tres (3) Continentes, quedaron sorprendidos y se les explic que a todos los que han recibido esta informacin para la Nueva Conciencia de las Fases mencionadas, seran frecuentemente contactados telepticamente y recibiran indicaciones o instrucciones. Se buscara a estos hombres frecuentemente, en muchos casos se realizaran contactos personales, posiblemente se haran proyecciones tridimensionales (hologrficas) yTexto14 Ayuda espiritual. En esta forma de actuar est la clave del futuro de nuestro planeta.

    Como organizador del Congreso, damos las gracias a nuestro distinguido husped, y le hemos inscrito como Miembro Honorario de nuestra Organizacin de Investigaciones UFO, noticia que fue recibida con mucho entusiasmo, por quien ha representado en forma altamente efectiva a Venezuela y Colombia.

    KarI L. Veit

    Investigador Alemn, director de la "ventla-verlag" y la UFO-Natchritchen de Wiesbaden, Alemania. Organizador de los Congresos Mundiales sobre el Fenmeno Ovni realizados en Wiesbaden. Alemania 1975 Texto15

    Luis Enrique Cullar B.

    Luego de transcurridos varios aos de haber participado de esa nada comn actividad de mi gran amigo Enrique Castillo, no he podido an establecer un criterio bien definido sobre el significado real de los acontecimientos. Slo estoy seguro de que los principios bsicos bajo los cuales fui educado no sufrieron alteracin, hasta el punto de llevarme a modificar mi conducta y mis costumbres cotidianas.

  • Conservo prcticamente intactos los valores que siempre consider esenciales para convivir en sociedad. Digo esto, por razn de que gran cantidad de personas que estuvieron involucradas en estos hechos, variaron mas o menos notablemente su actitud frente a la vida. Vi por ejemplo como de serenos e imparciales observadores, se tornaron en fanticos radicales de ideas supersticiosas y llegaron incluso hasta asignarse papeles profetices asumiendo posturas de angelical pedagoga.

    Hubo quienes retoman al primitivismo ritual y quienes acabaron por desprenderse de sus "BIENES TERRENALES", hasta el extremo de suicidarse econmicamente. Otros llegaban a ver a Enrique Castillo algo asi como un santo, situacin que al mismo Enrique le pareca en extremo ridicula, y por supuesto que a mi tambin. Era muy comn el sntoma de sublimar las frustraciones y hasta el mismo aburrimiento se converta en tiempo til para "meditar".

    En mi caso, no niego que hubo algn momento en que me sent "especial", pero a la larga no pude desechar ni un mnimo mis mundanas costumbres, mxime que no se trataba tampoco de desplazamientos exagerados de las costumbres normales. Es por este motivo por lo que me considero un observador bastante imparcial, si es que es posible serlo en algo.Texto16 A mi modo de ver, toda esta historia de Enrique Castillo y en la cual yo me vi tangencialmente involucrado, "adolece" de circunstancias macroabsurdas, digo as porque en los detalles, no se repara tanto como sucede con los aspectos generales. En primer lugar cabe la pregunta del porqu una persona tan COMUN Y CORRIENTE como Enrique Castillo y otras (como yo), tambin tan terriblemente comunes y comentes, debimos ser protagonistas de una situacin para la cual no poseamos ni pocos elementos de juicio? Por qu por ejemplo, no buscaron contacto aquellos seres extraterrestres con personas como el secretario de la ONU, o con el Sr. Isaac Asimov y tantos otros, ya fueran cientficos, o de alguna manera personas que por lo menos tuvieran un razonamiento ms claro y amplio respecto al mundo actual en sus mltiples aspectos...?

    La nica respuesta (y no descarto el hecho de que lo haga con el nimo de justificar los hechos) podra ser, que lo que ellos requeran era de una vivencia directa con la capa MEDIA de la clase media, y poder as calibrar las reacciones de gente completamente sacada del montn, sin que esto excluya el que haya efectuado tambin contactos con grupos de otros niveles del espectro social.

    De todos modos, es conveniente recordar que quienes mueven (como masas) los remos de esta parte de la sociedad, somos precisamente esos individuos annimos y la historia nos muestra adems, que somos lo depositarios inconscientes de las fuerzas motrices que impulsan los grandes cambios. Individualmente vistos, carecemos de importancia, pero en conjunto la cosa es diferente. Somos el pueblo de corbata, la doliente clase sndwich, en fin, la simple clase media, y como tal, somos quienes mejor representamos con nuestras reacciones, nuestras confusiones, nuestros ideales, nuestras falsas alegras y con nuestros temores tambin, a la gente del planeta.

    La lite intelectual, se encuentra en un extremo del espectro social y los primitivos (de Australia por ejemplo), en el otro. De ambos extremos es relativamente fcil conseguir informacin, porque su ubicacin, los define y su definicin los ubica. No es en realidad difcil imaginar que estos avanzados extraterrestres no necesitan de una vivencia directa para evaluar las reacciones de algunos de estos niveles extremos. En el primero, pueden disponer de gran bibliografa y su pensamiento se plasma innumerables veces en sus obras y en sus escritos, ya sean en artes, en ciencias o en literatura. Y en el segundo nivel, bastara con tomar algunas pelculas espordicamente, ya que las costumbres primitivas no varan ni en miles de aos, y sus actos mecnicos simples se repiten sin cesar. La clase social media si es mucho ms difcil de analizar, dado que sus caractersticas psicolgicas y emocionales son sumamente variables y es casi imposible de decir su evolucin, sobre todo tratndose de grupos pequeos, precisamente Texto17 Por no poseer una estructura mental definida y sus reacciones obedecen ms a ciertas extraas convivencias que ha condiciones firmes. Dependemos ms de lo inmediato (principalmente en lo econmico) que de lo filosficamente fundamental.

    No se trat nunca, como algunos quisieron suponer, de que furamos "personas especiales".

  • Cada quien puede, con todo su derecho creerlo as, porque siendo del montn no quiere serlo y qu mejor oportunidad que esa que nos brind el estimado amigo Enrique Castillo para "especializarnos". Este particular activamente en tan desacostumbrada faena, produjo el inevitable CRACK psicolgico, y an hoy da esa onda contina su expansin.

    En mi opinin, el experimento llevado a cabo por los extraterrestres en forma directa, les dio evidentemente sus buenos frutos, pues fue de esa manera como pudieron comprobarla diversidad de formas que toman las reacciones de nuestra psiquis humana ante tales hechos. De los efectos observados ellos pueden disponer ya de elementos valiosos para planificar mejor un futuro acercamiento a nuestra civilizacin. Calibraron nuestro autocontrol, nuestra capacidad de discernimiento y abstraccin, nuestros sentimientos variables (estamos con lo que nos conviene), nuestra magnfica disposicin para el fanatismo, nuestro grado de cultura e ingenuidad y en gran manera, nuestra inestabilidad emocional. En fin, debieron ser muchas las conclusiones que debieron sacar y no soy yo, ni mucho menos, el que pueda saber el resto porque estoy muy lejos de ser aliengena.

    Este tipo de experimentaciones es posible que las hayan hecho muchas veces, y no siempre de la misma manera. Se dira, que a ellos les sucede algo parecido a lo que les ocurre a nuestros psiclogos y psiquiatras, y es que como la mente humana no es esttica, porque si lo fuera se detendra en el progreso, es necesario comprobar de manera peridica las diferentes reacciones, mxime que para cada momento histrico (un momento histrico puede ser un mes), habr nuevas caractersticas psicolgicas que descubrir. De ser cierta esta hiptesis, sera interesante saber algn da qu conclusiones sacaron de sus observaciones. De todos modos, segn se sabe de lo que se relata de contactos de este tipo y de todos los dems tipos, ellos extreman sobre manera los cuidados en observarnos y analizarnos. Posiblemente para ellos, si la "condicin media" no es propicia, no establecern un contacto definitivo, pues podran alterar gravemente (y bajo su responsabilidad), el curso normal de nuestra evolucin psquica.

    Nuestros lderes, en la conservacin de las costumbres en tribus primitivas velan porque la civilizacin no interfiera en su organizacin y sus costumbres, so pena de crear un disloca miento en su sociedad, que para nosotros viene a ser algo as como una vieja biblioteca viviente; pero puede serTexto18 tambin cierto que ese dislocamiento sea necesario en el proceso evolutivo, y slo sea menester mantener esas costumbres arcaicas hasta que las hayamos estudiado. Los extraterrestres, de ser viable esta suposicin. sabrn en qu momento dislocar nuestras costumbres y creo, con firme conviccin, que eso depender bsicamente de dos cosas: 1.- Que estemos prximos a nuestra propia destruccin, 2.- Que estemos los suficientes maduros para asimilar sosegadamente (en el medio social medio), su civilizacin, dado lo cual y como estn las cosas eso si est bastante difcil.

    Una de las caractersticas muy especiales de Enrique Castillo, es su increble capacidad para estar siempre bien con todo el mundo, o por lo menos en lo que a l respecta, pues no es razonable descartar que alguien no se confabule con su amistad, pero en cuanto a l, siempre es para todos igual an para quienes en algn momento no fueron precisamente sus amigos. Carece por completo, y yo dira que casi rayando en lo anormal, de cualquier tipo de rencor o de ingratos recuerdos para con sus semejantes. Yo siempre le he criticado esa ingenuidad extrema, por que llega en ocasiones a asociarse peligrosamente. No me refiero con este trmino, a peligro en el sentido de la moral, sino que dada su actividad, fcilmente se le tergiversa y se le calumnia. Cuando hablamos de esto, slo se limita a sonrerme como interrogndome mi desconfianza.

    Nunca se le ve realmente abstrado ni por sus asuntos religiosos o esotricos. S le interesan, pero no ms que lo que le puede interesar cualquier otra cosa. Quiero decir exactamente, que esa no ha sido su primordial preocupacin. Siempre lo fue su profesin en electrnica, hasta que por accidente se vio enfrentado a esta nueva actividad, que no era precisamente su fuerte.

    El hecho de que para Enrique Castillo, nadie sea incmodo, ni antiptico, ni corto de entendimiento, ni fantico, ni irresponsable, ni nada por el estilo (an conociendo l estas caracterstica personalmente), aceptando por igual a todos y no viendo sino cualidades, pues las actitudes agresivas de los dems lo sorprenden sobremanera, hacen de l la persona ideal

  • para aglutinar a su alrededor un grupo completamente heterogneo de personas, sin que se interponga ningn tipo de predisposicin o de prejuicios, siendo por lo tanto un perfecto catalizador para obtener, estadsticamente hablando, una muestra tpica de una poblacin. Esa ha sido para m, y slo esa, la razn de haber sido escogido. Una razn bastante poderosa, y muy obvia adems.

    Toda mi exposicin se basa A PRIORI en el hecho de que Enrique Castillo sea UR autntico "contacto". Si lo es, esta argumentacin ma contribuira posiblemente a validarlo como tal, en el intento de reducir un poco mas las "dudas razonables". Si no lo es, por lo menos nos ha hecho pensar lo impensado, y en el devenir de las ideas esta me parece una idea muytexto19 interesante. De todos modos, y esto es bueno aclararlo, nada gan Enrique (y de esto si ha sido siempre muy consciente), metindose en tremendo lo hablando como "contacto".

    En su vida personal no obtuvo ni un cntimo de ganancia y eso si me consta personalmente. Mucho mejor le hubiera sido si contina con su profesin de electrnica; ahora antes bien, se ha ganado muchos problemas, confusiones y malentendidos a cambio slo de haber conocido mucha gente rara que no creo que lo beneficie en nada. Incluso familiarmente le ha acarreado complicaciones y sin embargo hasta el momento no ha dejado de exponer su experiencia. Sigue siendo hoy, igual que el da que lo conoc: un tipo muy simptico, bueno, sin complicaciones y sobre todo, un gran amigo. Bsicamente no ha cambiado su personalidad y eso es admirable dada su gran actividad, pues aunque en algunas pocas ocasiones me confes estar sumamente confundido y se crea utilizado, volva a retomarse y continuaba su labor, que para muchos de sus allegados y amigos, incluso para m, no tena ningn sentido, a menos claro est, que fuera un autntico "contacto".

    Las famosas contactaciones telepticas que se efectuaban, invariablemente contenan una tonalidad familiar para nuestro sencillo modo de pensar y se referan, unas veces en forma de parbola y otras de manera directa, a aspectos de inters general para todos nosotros y sobre temas que nunca llegaron a ser absurdos, aunque algunas veces si eran ciertamente sorprendentes. Se efectuaban con plena conciencia de parte de Enrique y los temas y las palabras lo mismo que las actitudes que l tomaba, estaban lejos de ser lo que Enrique en tiempo normal expresaba y era. No es persona afecta a exagerar sus sentimientos o a hacer shows msticos, ni a ver apasionadamente nada.

    Resumiendo lo dicho, es una persona bastante equilibrada y sin pretensiones de querer demostrar cosas sobrenaturales por cuenta propia, porque no sera capaz. Soy de la opinin (si mi opinin vale de algo), de que se le someta de manera seria y por un grupo de cientficos reconocidos mundialmente, bajo la vigilancia de expertos en esta materia, a un interrogatorio voluntario o bajo hipnosis, claro est si l est dispuesto, y develar por fin o esta gran verdad o esta gran farsa. No se perdera nada aparte de un poco de tiempo, pero sera algo que podra aportar a la humanidad datos ejemplares sobre los tan manidos extraterrestres.

    Luis Enrique Cullar B. Uno de los miembros del ltimo "Grupo de Contacto" con los extraterrestres. Actualmente vive en Venezuela. Caracas, Febrero 5 de 1980 Texto20 Dr. Francisco Aniceto Lugo

    iodo lo que yo pueda decir del Dr. Enrique Castillo Rincn puede no ser completamente imparcial, porque ante todo y por sobre todo soy su amigo personal. Los amigos nos vemos con ojos cariosos y solemos exagerar nuestras virtudes, pasando por alto no pocos defectos y flaquezas que nos aquejan.

    Con todo, en esta ocasin tratar de hacerme a la idea de que soy un ser de otro planeta para calibrarlo. Y lo primero que observo en l, es que es un hombre equilibrado, tanto fsica como mentalmente. Por lo tanto, hay que descartar la presuncin que pudo ser vctima de alguna alucinacin y tomado por verdaderas las experiencias que como "Hombre Contacto" nos relata. Nada de eso. Por otra parte, el libro tiene suficiente elementos de juicio para presentarse solo en el maravilloso escenario de la Ovniloga.

    Castillo est ubicado a igual distancia del misticismo enfermizo de algunos ovnfilos sin

  • ilustracin y de la objetividad obcecada de los cientficos tradicionales.

    Cuando el "contacto" Eugenio Siracusa, dijo a los ovnlogos de Colombia y miembros de la Directiva del ICIFE que Castillo era la reencarnacin de Lucas el Apstol, Castillo ri de muy buena gana al enterarse; y cuando un Astrnomo, en un foro radial en Caracas, sac a relucir los viejos argumentos de la ciencia tradicional acerca de la imposibilidad de la existencia de vida en otros mundos, sonri filosficamente. Tal es el hombre!

    Cuando me expreso as sobre esta clase de misticismo, no pretendo proscribir en absoluto los valores espirituales. Todo lo contrario, este vastsimo universo, en que nosotros estamos ubicados, est dirigido, o mejor an, autodirgido y hasta ahora soy el nico que proclamo pblicamente que lo primordial en l es una fuerza psquica universal, estando subordinada a ellas todos los otros aspectos o formas de la energa. La he denominado psquica, aunque no corresponde exactamente al concepto cabal, porque es lo ms aproximado a l, ya que no disponemos en el lxico de un trmino ms adecuado a las circunstancias.

    Ms continuemos refirindonos a las experiencias de Castillo. texto21 La Ovniloga es una Ciencia en embrin; es una ciencia de observacin en agraz y no experimental. De ah que los "contactos" sean nuestra mayor y mejor fuente de informacin.

    Nos encontramos as con que hemos tenido CONTACTOS CON EXTRATE-RRESTRES de las ms variadas y diversas clases y categoras, como era de esperarse tratndose de la multitud de mundos que nos rodea.

    Y nos encontramos as con un sin nmero de "contactos" desconcertantes, que tenemos que valorar, clasificar y coordinar hasta donde sea posible en un esquema armnicamente estructurado.

    Pero eso no es todo; el problema se nos hace muy agudo por cuanto nuestra aptitud cognoscente no est a la par con la complejidad de los fenmenos. Y luego intervienen en el problema deficiencias mentales nuestras que vienen de tiempos muy antiguos y que se manifiestan como ideas falsas seculares que tomamos por verdades inconclusas y que nos impiden formarnos concepto claro y preciso de los fenmenos que se investigan. Yo he descubierto que hay doce remoras que frenan intermitentemente el avance del conocimiento humano, impidindole que marche a ritmo acelerado. Tan impresionado me he encontrado por esta situacin, que he escrito un libro sobre el tema: "Los Doce Traumas del Pensamiento Humano", (indito).

    Ms hay otro aspecto en la labor ovnilgica de Castillo que yo considero de suma importancia. Me refiero a su lucha incesante por la difusin de la Ovniloga en un buen nmero de pases del continente Americano. Ha vivido a este respecto en un ajetreo constante. Esto no puede hacerse a menos que uno se entregue totalmente a una causa, a una idea, a un propsito, cualesquiera que sean las consecuencias para quien lucha por ese ideal absorbente, as sea el repudio, la crcel o la mismsima muerte. Esto l lo viene haciendo tesoneramente y sin descanso, convirtindose as prcticamente en un verdadero Mensajero Csmico.

    Dr. Francisco Aniceto Lugo Investigador, escritor y cientfico venezolano. Autor de ms de 20 libros sobre los temas ms diversos. Miembro de varias organizaciones cientficas internacionales. Falleci en Caracas, en 1982 Caracas, Venezuela 1981Texto22

  • CAPITULO I

    SIETE MINUTOS ETERNOS...

    El nmero de mundos de nuestra galaxia capaces de desarrollar algn tipo de vida basada en el oxgeno es de cien mil millones, es decir, uno por cada dos soles o estrellas de nuestro

    sistema solar...

    Puede atreverse an a afirmar alguien, despus de esto, qu el hombre es el Rey de la Creacin...?

    HAROLD UREY,

    Premio Nbel de Qumica

  • El intento por ubicar un comienzo, transport mis recuerdos a ese hermoso pas

    centroamericano, Costa Rica, del cual guardo imborrables sentimientos de gratitud. En el ao

    1963, ocupando un empleo en el departamento de mantenimiento de comunicaciones del I.C.E. (Instituto Costarricense de Electricidad), me correspondi estar en los trabajos de

    adaptacin e instalacin de las redes de comunicacin que uniran el pas con el mundo entero

    durante la visita del presidente de los E.E.U.U Jhon F. Kennedy. El presidente norteamericano, en misin de buena voluntad intervendra en la reunin cumbre de los jefes

    de estado centroamericanos para tratar asuntos relacionados con el futuro econmico y

    poltico de la regin.

    Por aquella misma poca, mi vida se desenvolva normalmente, combinando el ejercicio de

    mi profesin con las prcticas de Mormonismo (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los

    ltimos Das), religin a la cual me haba adherido algunos aos atrs. Lo hice como una forma de bsqueda para encontrar ese yo perdido, del cual todos en algn momento sentimos

    pero no podemos explicar. Satisfecho y contento de haber logrado cierto equilibrio a travs de

    los ejercicios impuestos por mis obligaciones la Iglesia, aprend a desenvolverme satisfactoriamente entre las ms encontradas tendencias, logrando darle paz y armona a mi

    existencia.

    Las labores previas a la conferencia avanzaron con rapidez, la sede de la arda por el calor de las mltiples actividades. Los agentes de seguridad adscritos al F.B.I. y destinados a la

    exclusiva proteccin del mandatario norteamericano, vigilaron celosamente a cuanta persona

    participaba en los preparativos. Enterndome, por su conducto, que la mayora de los presidentes de este pas norteo, para fortuna nuestra, haban empleado mormones algunas

    veces entre sus colaboradores ms prximos.

    Tal como estaba previsto, concluimos nuestro trabajo, la vspera de la llegada d Kennedy, y por tres das ms Costa Rica fue el centro de atencin internacional. A pesar de ser pocas las

    personas realmente enteradas de los verdaderos objetivos de la cumbre, el pueblo en general

    desbord su curiosidad intentando apreciar de cerca los detalles de la misma; adems, muchas cosas sucedieron aquel da. Entre ellas un leve temblor producido justo algunas horas despus

    de la llegada del os presidentes, que pas desapercibida para la mayora de los alegres

    habitantes de la capital. Debi haber una voz de la naturaleza, intentando llamar la atencin hacia algo a ocurrir en un futuro no muy lejano, y que sucedi en forma repentina.

    Semanas despus de haber culminado la conferencia, Costa rica se estremeci violentamente,

    crendose a su alrededor caos y confusin. No fue un temblor ms. A lo lejos, uno de los volcanes ms importantes del pas, el Iraz, levant una abundante columna de ceniza

    brotando de sus entraas, para cubrir la claridad del da y con ella sumir a Costa Rica en la

    desesperacin.

    La economa regional por excelencia, con cultivos de caf y banano, sufri el castigo de

    candentes gases sulfurosos que impregnaron plantaciones enteras de una gruesa capa de polvo volcnico. A consecuencia de esto, el comercio se resinti originndose una aguda escasez de

    productos de primera necesidad.

    El gobierno seriamente preocupado, adopt medidas tendentes a frenar los graves peligros encerados en estas erupciones, y nombr comisiones especiales para investigar la evolucin

    de la lava. Fueron llamados reconocidos vulcanlogos y tcnicos expertos en la prevencin de

    catstrofes naturales, que con rpido vistazo y sin perder tiempo diagnosticaron un embarazo

  • prematuro, pues de acuerdo a los ltimos clculos efectuados al crter, ste haba crecido un metro sobre los niveles normales.

    La mejor recomendacin entregada por estos cientficos fue la de evacuar cuanto antes los

    habitantes de la falda del volcn. Ellos saban que, en tanto el Iraz no arrojara su masa gnea, incluso San Jos corra peligro.

    Entre la s numerosas frmulas propuestas para aliviar la presin de sus entraas, dos hicieron

    carrera en los labios de los costarricenses. La primera consinti en provocar explosiones internas con T.N.T. y la segunda un poco ms osada, cubrir el crter con una amplia capa de

    lona para evitar la columna de ceniza, surgida todas las maanas.

    Los vientos que en su trayecto la llevaban hasta la capital, tardaban dos horas alfombrando las

    calles de un molesto manto de varios centmetros de espesor. Los caminantes protegan sus

    rostros con bolsas plsticas, teman de contraer alguna epidemia comn en esta clase de desastres.

    Como cualquier maldicin, las consecuencias no se hicieron esperar. Las escuelas cerraron

    sus puertas y la actividad laboral disminuy ostensiblemente.

    En las medidas de sus posibilidades, la guardia civil ide un plan de emergencia: se montara

    un puesto de vigilancia en las cercanas del crter reclutando miembros de la polica para informar minuto a minuto el movimiento de la lava, por si llegara a desbordar el crter.

    La caseta estara equipada con un sistema de telecomunicaciones, conectada a una central,

    desde donde se coordinara la evacuacin en caso de ser necesaria (se dispona de 2 a 3 horas).

    Una vez aprobado el plan, nuestro departamento en el I.C.E., recibi el encargo de levantar la red de comunicaciones. Nos dispusimos a cumplir el trabajo y segn lo ordenado

    planificamos convenientemente el itinerario escogiendo un domingo para realizar los clculos

    y las mediciones del caso.

    Aqul da, junto con dos ingenieros en a los cuales acompa en calidad de ayudante, nos

    dirigimos, cada uno en su jeep y por una magnifica carretera, al lugar fijado con anterioridad.

    Debimos ascenderlos 3.342 metros sobre el nivel del mar para llegar hasta la boca del volcn. Al hacerlo vimos mucha gente; entre ellos turistas impresionados y curiosos en busca de

    aventuras. Estas personas burlando la autoridad policial, lograron acercarse demasiado al

    crter poniendo en peligro sus vidas. Das antes, un hombre haba sido golpeado y muerto por un guijarro arrojado con violencia desde las profundidades del precipicio. Era difcil

    detenerlos.

    Ubicamos nuestro jeep en un costado del camino esperando algunos minutos mientras los

    curiosos y los miembros de la polica abandonaban el lugar, para as poder iniciar las

    investigaciones.

    Una corriente fra y cortante hel nuestros rostros, el panorama estaba despejado y sin nubes.

    El sol aun no se ocultaba y sus rayos molestaban nuestros ojos. A esa altura, el cansancio fue

    apoderndose de nuestros cuerpos y realizando un ltimo esfuerzo medimos y fotografiamos el terreno con sumo cuidado. Posteriormente y luego de una corta reflexin, elegimos el lugar

    en donde se construira la caseta de vigilancia.

    Caminar por el volcn era desesperante. A pesar de estar debidamente protegidos con unos trajes de asbesto, muy livianos y diseados para contrarrestar las inclemencias volcnicas, a

    cada paso emerga vapor caliente del suelo. Estbamos a en uno de los crteres mas grandes

    del mundo y sin embargo no era motivo de orgullo.

  • Decidimos regresar a San Jos lo ms pronto posible. Una ltima inspeccin y nuestro jefe se

    separ un buen trecho de nosotros. El volcn no cesaba de crujir. Mi compaero mir el reloj. 5:45 d el tarde. Me quit los guantes y proced a deshacerme del traje de asbesto. No haba

    comenzado, cuando el ingeniero ms prximo con fuerte grito llam mi atencin sobre algo

    en el horizonte.

    -Mira Castillo ese avin anaranjado!

    Observ detenidamente el objeto, que seguido de cerca por otro aparato muy similar, naveg silenciosamente hasta aproximarse al volcn. Nuestras primeras conjeturas se dirigieron a

    confundirlos con los aviones escoltas de la comitiva de Kennedy, pero al intentar

    identificarlos con ms precisin, fracasamos.

    Adems nos sorprendi bastante su forma de volar a ras de los riscos, por cierto, no muy

    frecuente en los aviones militares y comerciales de la poca.

    Faltando trece minutos para las seis de la tarde, se detuvieron a trescientos metros sobre el

    crter. Uno de los objetos, se dirigi al otro lado del volcn, parte trasera de la columna de

    cenizas.

    Mientras tanto, el objeto frente a nosotros, se descolg sbitamente unos metros en lnea recta

    hacia abajo, frenado en seco su cada vertical para comenzar a moverse como las hojas al desprenderse de las ramas.

    El otro aparato, recin hubo cruzado la zona de ceniza, realiz la misma maniobra hasta

    desaparecer de nuestra vista al otro lado del volcn, justo a los ojos de nuestro tercer acompaante, retirado a unos metros de nosotros. Ambos objetos, segn recuento hecho

    despus, formaron un remolino como si alguna hlice estuviera girando a gran velocidad.

    El ms cercano a nosotros, se estacion tres metros del suelo, a unos sesenta metros de

    distancia; de unos 45 metros de dimetro por 12 de altura, su forma era lenticular mostrando

    unos ojos de buey alrededor. Llevaba una cpula verdosa bien proporcionada en relacin al cuerpo color plomo y no vimos costura alguna sobre su limpia superficie. Al acercarse desde

    le horizonte daban la impresin de ser anaranjados o rojizos, pero al detenerse perdieron su

    coloracin.

    En ese momento lejos de experimentar miedo, con la voluntad completamente anulada, nos

    sentimos, primero, clavados al suelo y luego parados sobre un hormiguero, pues una fuerte

    piquia cubri nuestros cuerpos impidiendo intentar una retirada por dems prudente. Solo pudimos contemplar tranquilos tan importante espectculo unos segundos, porque a

    continuacin un agudo silbido hiri nuestros tmpanos producindonos un dolor casi

    insoportable. Se abri entonces una compuerta sobre la cpula, dando paso a un aparato semejante a un periscopio y sobre ese un objeto parecido a un martillo que giraba rpidamente

    produciendo una luz violeta, diferente a la luz azul filtrada por entre las ventanillas. El

    periscopio se elev un metro y luego se detuvo. Cremos estar siendo observados o tal vez fotografiados, pero fueron apenas sensaciones.

    En tanto giraba el martillo y a pesar del dolor de odos, escuchamos un tono musical de

    frecuencia baja, bastante rtmica.

    Conscientes de tos a nuestro alrededor, con los sentidos ms alertas que nunca, perplejos, y

    sin poder movernos, comenzamos a temer un desenlace fatal. No tard mucho una respuesta

    a nuestras inquietudes, porque en los minutes siguientes, otro molesto sonido rasg la distancia penetrando nuestros rganos auditivos y anuncindonos el fin de la funcin.

    Avisados por el cierre de una compuerta, el periscopio desapareci. En una fraccin de segundos el aparato ascendi unos metros como si hubiese cado hacia

  • arriba; rpido inclin un poco su cuerpo y se impuls hacia el infinito a una velocidad

    fantstica. La escolta le sigui en silencio, dejando a su paso una estela multicolor de gran variedad de tonalidades: primero un blanco-blanco, luego anaranjado, continuando su

    metamorfosis a un rojizo, a un azul intenso y desaparecer transformados en violeta.

    La velocidad imprimida por los aparatos vari notablemente sus formas, asemejndolos a

    huevos alargados. No volvimos a verlos ms. El viento, fiel y mudo testigo del avistamiento,

    comenz a soplar con violencia inusitada, forzando nuestras mentes a reaccionar.

    Instintivamente me sacud de ese letargo nocivo, al sentir un dolor agudo en mi hombro

    izquierdo. Me agache y al levantarme de nuevo, gir mi cabeza para observar a mi compaero

    que con su mano oprima vigorosamente el hombro. Lo solt dejndome unos segundos solo, sin pronunciar una palabra.

    El ingeniero jefe, por su parte, se acerc rpido, imprimiendo fuerza a su andar. En su cara se dibujaba el desconcierto y sobre una clera, como nunca haba visto en l.

    -Desgraciado yo, si eso no eran platillos voladores, dijo, lanzando lejos sus guantes y una

    impublicable maldicin.

    No puede negar no afirmar esa observacin, pero en bien de todos deje transcurrir unos

    momentos hasta los nimos no tuvieran de nuevo en su lugar. Cuando retorn la calma, intentamos explicar los detalles del avistamiento. Bastante frecuente en nuestros trabajos, fue

    fcil relacionar con un fuerte campo elctrico presumiblemente generado de los aparatos, el

    molesto hormigueo en todo nuestro cuerpo acompaado de la perdida total del movimiento de

    las extremidades superiores e inferiores.

    Pero no fue posible asignarle una naturaleza a estos objetos voladores, diferente a cualquier

    ingenio levandado por el hombre y conocido por nosotros. Con un sencillo clculo, pudimos saber la duracin del suceso: 7 minutos, tiempo suficiente para concederle un espacio en

    nuestras atribuladas memorias por la imposibilidad de olvidar el asunto.

    La siguiente inquietud estuvo relacionada con la conveniencia de contar la experiencia al

    pblico en general. Conscientes de lo impactante que sera para las mentes tradicionales

    comprender un hecho ajeno a la realidad misma de la vida, decidimos no intentar convencer a

    nadie, limitndonos a guardar como un secreto entre nosotros. Era ms difcil explicar que guardar. Nos inclinamos por esto ltimo y con la consecuente promesa de silencio cancelamos

    el incidente. Desafortunadamente las circunstancias nos haran cambiar de parecer. Ya

    entrada la noche con las oscuras sombras sobre el volcn, recogimos los equipos de medicin para iniciar el regreso a San Jos. A pocos minutos de haber comenzado, un extrao malestar

    se apoder de nuestros cuerpos, acarreando mareos y deseos de vomitar, obligando a todos a

    permanecer inmviles, hasta que desapareci.

    Temiendo haber recibido una fuerte dosis de radiacin proveniente de los aparatos, dirigimos

    nuestros jeep con gran rapidez al puesto de salud ms cercano, ubicado en Cartago, ciudad a

    45 minutos de Iraz. En el camino debimos detenernos varias veces, presa de mortificantes deseos de evacuar nuestros estmagos, aunque siempre con resultados negativos. Estas falsas

    alarmas, como si el ritmo de nuestros organismos se hubiera modificado temporalmente,

    produjeron verdaderas oleadas de miedo, acompaadas de lnguidos pensamientos de muerte.

    En el puesto de salud de Cartago, convencimos al mdico para que examinara y diagnosticara

    nuestros cuerpos, basndose en un posible envenenamiento originado por la inhalacin de

    gases volcnicos. Sin embargo no formul medicamento alguno, pero con sospechosa curiosidad por nuestro grado de excitacin decidi enviarnos a un examen ms completo en el

    hospital de San Juan de Dios de San Jos.

    Ya en el centro hospitalario de la capital, gracias a la oportuna intervencin de los mdicos de

  • turno, nos examinaron los ojos y la lengua obligndonos a beber un polvillo blanco vertido

    en un vaso con agua, despidindonos un poco despus con la seguridad de no haber encontrado huellas de males en nuestros cuerpos. Esto nos tranquiliz mucho, dndonos un

    bien ganado respiro en aquel agitado da.

    Siendo los jeep propiedad del I.C.E., fuimos a devolverlos a un lugar llamado Colima, muy

    cerca de San Jos y todava ms prximo al pueblo donde yo viva... San Juan de Tibs. La

    despedida con los ingenieros pas casi inadvertida, cada uno envuelto en sus propios

    pensamientos, dio la espalda a los otros, para perderse en el intrincado complejo de las preguntas sin respuestas.

    Llegu tarde a mi casa. No me senta cansado, slo quera pensar. Se lo cont todo a mi esposa Beatriz. No crey una sola palabra. Aquella noche medit como nunca antes lo haba

    hecho... impotente ante la avalancha de preguntas planteadas por mi curiosidad, relacionadas

    con la vida, con mis creencias religiosas y con los pocos conocimientos cientficos en mi haber.

    Me promet encontrar una respuesta lgica, que explicara con propiedad esos extraos

    aparatos aparecidos ente mis ojos y que luego se fueron sin dejar rastro distinto a nuestros molestos malestares fsicos.

    Creo, eso me pas en el Iraz en esos...siete minutos eternos!

  • CAPITULO II

    EMPIEZA EL ASEDIO

    Mediante tanteos, seleccionando las posibles falsedades demostradas, puede restablecerse el orden de los grandes acontecimientos que proporcionan un aspecto del pasado...

    ROBERT CHARROUX,

    En su libro Los Dueos del Mundo

  • Al da siguiente, finalizadas mis labores, sin pensarlos dos veces, corr a la librera

    Universal de San Jos, con la intencin de adquirir algn volumen que despejara mis dudas sobre el avistamiento del Iraz. El vendedor un poco confundido, sin poder aconsejarme,

    recogi de un viejo estante un empolvado libro cuyo ttulo pareca llenar el requisito exigido

    por mi naciente inters.

    Aquel libro El Caso de los Ovnis de Morris K. Jessups, fue mi primer contacto informativo con el mundo de los platillos voladores.

    De este y muchos otros, comprob que mi experiencia estaba lejos de ser nica, pero tambin

    me sirvi para conocer el concepto dividido de os cientficos, en cuanto a la autenticidad del

    fenmeno. Para algunos, no era sino la normal confusin de bien explicadas manifestaciones de la naturaleza o de artefactos pertenecientes a la recin comenzada carrera espacial de las

    potencias. Para otros, significaba el triunfo de la magia sobre los equivocados planteamientos

    de una ciencia vacilante e imperfecta.

    A decir verdad, ninguna de las explicaciones satisfizo en su totalidad mis interrogantes, pero

    deb contentarme con ellas ante la escasa informacin en nuestro limitado medio costarricense. En cuanto a mis investigaciones, siempre se realizaron a nivel de pasatiempo,

    pues careca de facilidades para enfrentarlas con ms seriedad. Este pasatiempo incluy la

    confeccin de muy bien dotados lbumes, plenos de noticias, recortes y fotos extradas de

    peridicos y revistas, algunas obsequiadas por el vendedor de la librera.

    De otro lado, a causa de mi nueva y accidental relacin con los platillos voladores, no pude evitar ser arrastrado por el ya incontrolable deseo de contar mi experiencia. Habiendo prometido su silencio, consult a mis compaeros de aventura, los cuales en acto de

    consideracin accedieron a dejarme en libertad para narrarla siempre y cuando omitiera sus

    nombres.

    Pienso que fue un intento inocente pero temerario, producto de la buena voluntad de mis

    deseos. Conociendo a fondo las consecuencias de quienes de una u otra manera enfrentaban

    las normas pre-establecidas de una sociedad rgida, vigilante de sus valores y celosa de sus costumbres, me anim a contar los detalles dl avistamiento. Que gran error fue cruzar los

    caminos de la religin y la ciencia sin otra compaa que los ojos de la inocencia.

    Los terribles mecanismos encaminados a defender los principios hilados en las profundidades

    de la mente de los oyentes comenzaron a funcionar casi automticamente, volcando sus

    energas contra algo que a mi modo de ver perteneca al campo de las impredecibles

    experiencias cotidianas. Si narr los sucesos del Iraz, lo hice con el nimo de informar y no con el propsito de dar explicaciones. Para mi desventura, el pblico nunca se detuvo a pensar

    en mis propsitos y como vulgar hereje la mayora interpuso sus voces para calarme. Una ola

    de risas y de explicaciones malintencionadas hirieron lo ms recndito de mis sentimientos obligndome a retirarme sin tener oportunidad de una justa defensa.

    Ese fue el precio de mi osada. Aunque algunas inteligencias se abstuvieron de comentar en

    voz alta sus opiniones, a mi odos legaron comentarios discretos de aceptacin relativa. Buen, no estuve completamente abandonado a mi suerte, pero la experiencia sirvi para actuar con

    prudencia en mis siguientes incursiones por el mundo de lo desconcertante.

    La persistente actitud de mis compaeros de trabajo, empecinados en demostrar lo tontas que

    resultaban mis historias, fueron haciendo mella en mi ya escasa voluntad investigativa y todo

    hubiera muerto definitivamente si no hubiera sido por algo que ocurri dos meses despus del avistamiento del Iraz.

    Una noche regres a mi casa en San Juan de Tebs, a pocos metros de la escuela Miguel Obregn donde realic los estudios primarios.

  • Bastante agotado, no tard en sumirme en un profundo sueo. A la una de la madrugada, un violento sonido retumb en mi cabeza. Despert sobresaltado y con un miedo indescriptible

    me arm de valor para indagar el origen del mismo. Era como un enjambre de abejas

    luchando encarnizadamente dentro de mi cerebro. A pesar de los intentos por disminuir sus efectos cubrindome los odos con las manos, la intensidad no disminuy ni un instante.

    Al ordenar mis pensamientos, record por un momento que antes slo una vez haba

    escuchado ese ensordecedor zumbido: cuando estuve en el Iraz, frente a los aparatos volantes.

    Recorr el lugar con la mirada. Mi esposa dorma y no se dio por enterada del asunto. Rpido me puse de pie y tomando un viejo palo de escoba (tem alguna desgracia) camin por la casa.

    En sus habitaciones, mis hijos descansaban plcidamente, ajenos a cuanto estaba sucediendo.

    Visiblemente afectado por terribles pensamientos, sin saber que hacer, regres a mi alcoba y al intentar abrir la ventana, los zumbidos cesaron por completo. Un sudor fro resbal por mi

    espalda acompaado de leves temblores por todo el cuerpo. Al fin la calma haba retornado.

    En la maana tomando caf con mi esposa, intent preguntarle discretamente sobre lo acontecido la noche anterior. No me atrev a hacerlo directamente. Sin embargo ella al

    instante, dedujo hacia donde me diriga y con cierta violencia cort de raz la charla.

    _Los ovnis te tienen psicosiado, me dijo.

    Qu poda responderle, tampoco yo conoca la respuesta. Cuando quise en ese momento, que

    ella entendiera la inexplicable secuencia de hechos promovidos por ese algo desconocido e impenetrable a mi limitada inteligencia.

    Claro est que, fuera lo que fuera ese algo, continu manifestndose abiertamente, aportando dosis calculadas de enigmticos acertijos dirigidos a confundirme cada vez ms.

    En la madrugada de ese mismo da, ya olvidados en parte los temores, un fuerte remezn interrumpi mi sueo. Beatriz, visiblemente perturbada, trat de llamar mi atencin hacia un

    extrao ruido que sacuda la casa sin contemplaciones. Al despertar, su pnico contribuy a

    formarme un terrible nudo en la garganta. La sorpresa me dej fro.

    Como en la noche anterior, tom una escoba vieja, y an en interiores, por el calor que haca

    en aquellos das, me aventur intentando desentraar la fuente que haca estremecer la casa.

    Los nios dorman y solamente tres seres estbamos conscientes en ese momento, mi esposa, que al borde de una incontrolable crisis nerviosa, me segua de cerca sin apartarse un

    segundo; El gato, con su hermoso pelambre esponjado, maullaba apoyndose en mis piernas,

    y cada instante diriga su mirada hacia los ojos, en un intento por comunicar el miedo reinante; el tercero era yo, impotente ante esa situacin, tambin a un paso de la histeria.

    Llegu al cuarto de bao. Todo vibraba. Los vidrios se sacudan sin misericordia, parecan

    querer salir de sus marcos para caer al vaco y quebrarse en mil pedazos. Las paredes bailaban al comps de la msica. Estbamos posedos por ese caos. Nuestros odos dolan hasta la

    desesperacin. Corr a la puerta muerto de miedo, y al abrirla desaparecieron los ruidos. Todo

    qued en calma. Haba pasado un minuto, a lo sumo dos.

    Cuando los hechos han sido extremadamente impactante, entonces es posible acudir a las

    comparaciones. Por eso, pude apreciar que ese horroroso zumbido haba sido ms agudo y

    fuerte que el anterior.

    Sal al jardn a mirar el hermoso cielo estrellado. Busqu en los rincones del oscuro horizonte

    en un esfuerzo por distinguir algo, no haba nada. Un viento suave, silencioso, golpeo mi rostro. Terriblemente avergonzado, observ mi cuerpo, mis manos, la escoba. Hasta donde

  • haban llegado las cosas. En ropa interior, el miedo me haba impulsado a perseguir la causa

    de los ruidos y las vibraciones, en el afn de encontrar una proteccin ante semejante suceso. Desde luego, mis acciones fueron automticas, inconscientes, de defensa.

    Regres a la casa para intentar serenar a mi esposa. Permaneca con la mirada perdida, temblando nerviosamente. No puede seguir durmiendo en ese raro amanecer. Record que al

    despertarme ella haba dicho:

    -Enrique, Enrique, estn aqu!

    Como si nada hubiera pasado, la vida continu y los das transcurrieron sin novedad. Nunca

    recib una respuesta, nadie la conoca y jams pude olvidarme del pnico experimentado en aquellos amaneceres de terror en Costa rica.

    Un buen da visit un amigo, antiguo compaero de colegio a quien suelo catalogar como uno de los compaeros de estudio ms inteligentes que he conocido, a Julio Acosta Jimnez le

    cont toda la historia. Con su acostumbrada y reflexiva actitud, atento, escuch sin perder

    detalle de los acontecimientos y luego de discurrir unos segundos dijo:

    -Te estn siguiendo, no hay duda.

    Julio es hoy jefe de Casillas del Correo nacional de Costa Rica y fue el quien primero planteo alguna desconocida pero intrnseca relacin entre los platillos voladores y yo. Desde luego,

    esto me caus sorpresa pues nunca esper una respuesta de estas proporciones, pero obr

    como un sedante y con excelentes resultados. Aquel amigo se convertira en mi tan buscado

    refugio de inquietudes y con l descubriramos porque no hemos tenido el criterio suficiente para desentraar sus misterios.

    Muchas personas han corrido la suerte de sufrir experiencias desconcertantes, pero la descoordinada y despreocupadas posicin de los medios de comunicacin, frustran cualquier

    intento por aclararlas.

    Una tarde, Julio y yo tomamos un taxi. Por casualidad, el tema de conversacin se orient de

    pronto hacia los objetos voladores. Concentrados en la discusin, olvidamos tomar en cuanta

    a la curiosa mirada del conductor a travs del espejo retrovisor. Atento a nuestras palabras, se

    decidi interrumpir la charla diciendo en tono grueso y confiado que l estaba construyendo un platillo volador. Segn pudimos deducir ms adelante pareca hacerle falta un motor de motocicleta para ver volar su ingenio por los cielos. Una profunda sonrisa aflor en nuestros

    labios sin poder reprimirla. En mucho tiempo no volvimos a or algo ms descabellado. Sin embargo nos entreg una tarjeta con sus seas particulares, hacindonos una cordial

    invitacin a su casa. Nunca lo hice y no recuerdo porqu. Lo ms seguro es que su ingenio

    nunca vol.

    Las espordicas conversaciones confirmaron la visible preocupacin y el inters por las

    personas por saber a ciencia cierta en que consistan todo ese cmulo de acontecimientos y

    experiencias sucedidos a un sin nmero de gentes y que nunca reciban una adecuada respuesta. Este fue uno de los motivos ms importantes que nos llevaron a tomar un grupo de

    estudio encargado de reunir y meditar las informaciones existentes y relacionadas con objetos

    voladores. Aquel grupo estuvo integrado por varios amigos (entre ellos Julio Acosta; el vendedor de la Universal; Felipe Segura, operario de mantenimiento de la Tropical Comisin

    Company, viejo conocido mo y otras personas cuyos nombres desaparecieron de mi

    memoria) unidos por los mismos intereses.

    Comenzamos recopilando todos los datos a nuestro alcance, por cierto, escasos debido a la

    ausencia de fuentes apropiadas de consulta, pero que compensamos enviando abundante

    correspondencia a prestigiosas organizaciones especializadas en el tema ovni. Dos de esas instituciones, la APRO y la NICAP respondieron nuestras cartas, asegurando que sus archivos

  • contenan algo ms de 20.000 casos investigados de gentes involucradas en algn tipo de

    avistamiento. Ya era algo para empezar a reflexionar seriamente.

    Comprendimos a conciencia la complejidad encerrada en estas investigaciones y la dificultad

    de plantear correctamente las preguntas para obtener respuestas adecuadas. Debimos acudir a ciencias afines en un intento por aclarar las teoras sobre la vida en el universo y su no menos

    enigmtica consecuencia: el hombre. Y no era algo tan sencillo como en un principio

    supusimos.

    Reunidos en una vieja buhardilla, aislada del molesto ruido exterior, predisponamos nuestros

    espritus a plantear amenas charlas, que muchas veces se prolongaron hasta altas horas de la

    noche. Desde luego, no tuvimos trascendencia alguna pero si satisfacciones que en parte clamaron nuestros voraces instintos por las cosas raras. Entre las muchas conclusiones, una

    llam nuestra atencin: la mayora de los misterios lo son, por la mnima informacin que

    tiene el pblico de sus correspondientes explicaciones y que unido a la frtil imaginacin de las mentes no cultivadas, agigantan las proporciones del mismo.

    A eso deba las despreocupadas noticias aparecidas en los diarios de todo el mundo. Pero

    exista otro agravante: Los millares de informes derivados de personas pertenecientes a distintos niveles sociales e intelectuales, referentes a apariciones de desconocidos objetos

    voladores, maniobrando en distintas formas y que nunca recibieron adecuada atencin por

    parte de los expertos. El problema ha persistido desde entonces.

    A pesar nuestro, algunos inconvenientes frustraron nuestro deseo de seguir reunindonos: la

    continua acumulacin de interrogantes no resueltas, la falta de nuevos elementos

    informativos, la rutina (precoz enemiga de espritus no- cientficos) y las diferentes ocupaciones que ocuparon gran parte del tiempo, os obligaron a disolver el grupo.

    As termin un esfuerzo honesto, ausente de portentosos descubrimientos y estril en conclusiones pero satisfactorio para nuestras intenciones.

    Desde luego, no hice de lado mi pasatiempo, pero tampoco le volva a poner mayor atencin del que normalmente se le concede. Con el nacimiento e mi hija Asurayama (naci en San

    Jos, el 13 de mayo de 1964), deb dedicarle ms tiempo a mi hogar, un poco abandonado por

    mis pro