ovnis en la antigüedad r-006 nº extra - mas alla de la ciencia - vicufo2

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Page 2: Ovnis en La Antigüedad R-006 Nº Extra - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2

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mÉ sffi*ffi*m ffim*mámr, mr+ W*mfux*6t*m, fuemÉm fu=g=

ESDE los albores de la Huma-nidad, el hombre ha acepladocomo lógica la existencia de

fueaas inteligentes, de seres supues-tamente no humanos -{ioses, ánge-les, demonios y un sin fin de interme-diarios- que intervienen directamenteen el curso de nuestra vida sobre esteplaneta.

Loslextos y legados que en el cursode los tiempos han ido reflejando elacontecerde la Historia de la Humani-dad, eslán salpicados de testimoniosque ilustian la presencia permanentede objetos volantes, que evolucionande forma inteligente a baja altura sobrela superficie terrestre. La lista de talesavistamientos en todo el mundo y entodas las épocas, prueba que la actua-ción y la intervención de unao devariasinteligencias distintas de la nuestraJor-man parte integrante y continuada dela Historiade la Humanidad.

Si preslamos oídos al bioquímtco in-glés Francis Crid<-Premio Nobel en1962 por haber descubierlo la estruc-tura delADN-, habríamos sido crea-dos por una supercivilización del es-pacio que, en una época remota, oin-fectó" al planetaTierracon un microor-ganismo destinado a desarrollarse eneltiempo hasta llegar a ser lo que hoysomos los seres humanos. Otroscientíficos secundan este supuesto,como por ejem plo Vsevolod Troitsky,de la Acaderhia de Ciencias de laURSS, paraquien laTierraes un cam-po de experimentación de nuevas for-mas de vida, controlado por seres su-periores y desconocidos para noso-tros.

Los másantiguos legadosde la Hu-manidad parecen refrendar estos su-puestos. Aportaré solamente dosejemplos.

En el Popol Vuñ, el Libro del Consejo

CARRAS§Ode los indiosquichés,de lagran familiamaya, se dice: "Y los Maestros Gigan-tes hablaron, asícomo los Dominado-res, los Poderosos del Cielo: estiempode concentrarse de nuevo sobre /ossignos de nuestro hombre construido,de nuestro hombre formado, comonuestro sostén, nuestro nLttridor, nues-tro invocador, nuestro conmemora-dor. Haced, pues, que seamos invoca-dos, que searnos adorados, que sea-mos conmemoradas, por el hombreconstruido, el hombre formado, elhombre maniquí, el hombre moldea-do."

Algo simi lar recoge la Epopeya de laCreación, cuando pone en boca deldios creador y solar babilonio Marduklas siguientes palabras: "Produciré unsumiso Primitivo; "Hombre" será sunombre. Crearé un Obrero Primitivo.En él recaerá el servicio de /os drbses,para q u e el los pu ed an d escan sar tran -quilos."

Sigamos, pues, la pista histórica dela presencia de.estos supuestos dio-ses -en realidad, nada más que seresinteligentes tecnológicamente supe-riores a nosotros- en la atmósfera te-rrestre.

LOS TESTIMONIOS MASANTIGUOS

El volumen ll de la lntroducción a laciencia espacial, publicado por la Aca-demia delaFuerzaAérea de los Esta-dos Unidos, incluye un capítulo de es-tudio de losOVNls. Se afirmaallíliteral-mente q ue ../os OVN/s son obj etos ma-teriales que están, o bien pilotados ocontrolados por control remoto o porseres gue so n de fuera de este plane'ta".Y hambién se afirma que "lasvisio-nes OVNI parecen extenderse a lo lar-goyade cuarentay siete mil años".

Pero eltestimonio acaso más anti-guo que relaciona a los supuestos dio-ses con los Objetos Volantes No ldenti-f icados sea el que transm iten los aborí-genes de los montes Kimberley, en elnoroeste deAustralia. Cuentan que entiempos remotos sus dioses lrazaronsobre las rocas unos dibujos antropo-morfos de notabletamaño,los «wandii-nas">, con rostros carentes de boca yrodeadas sus cabezas de uno o dossemicírculos en forma de herradura,con f¡nas líneas que irradia el círculoexterior. Después de ello y de instruir alos nativos, los wandiinas o dioses setransformaron en serpientes mrticas yse refugiaron en charcos cercanos.Cuentan los nativos que de cuando encuando se les puede ver de noche enforma de "luces

que se mueven a granaltura".

A gran altura debió moverse tam-bién un desconocido aparato volador,

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inteligentemente guiado, hace ahoraunos once mil años. Asise desprendede los datos recogidos en los mapasde Piri Reis, que se conservan en elmuseo Topkapi de Estambul. Fuerontrazados en I5l3 por el almirante delas flotas turcas Piri Reis, y muestranfielmente los accidentes geográficosde las costas americanas, incluyendolos de la Antártida. Con la notable pe-culiaiidad de que en ellos el extremosur de la Tierra de Fuego enlaza pormedio de una estrecha lengua de tierracon la Antártida, allídonde hoy en díalas aguas del Estrecho de Drake enla-zan entre sí los océanos Atlántico yPacrfico. Cotejados los mapas con lasfotografías infrarrojas aéreas actualesque reflejan el perfilsubmarino, se lle-gó a la conclusión de que realmentehabía existido este puente de tierra en-treel continente sudamericanoy laAn-tártidaafinales de la última glaciación;o sea, hace ahora unos once mil años,Piri Reis había reseñado en sus mapascon asombrosa exactitud costas, islas,bahias y montañas que en parte hoyyano son visibles, sino que están cubier-tas por una consrderable capa de hielo.El propio almirante Piri Reis indicó, enlos textos explicativos de sus mapas,que parasu confección se habíaservi-do de otros mapas anteriores, entreellos uno requisado a un marino quehabí'a formado parte de las tripulacio-nes de Cristóbal Colón, y q ue f ue cap-turado en aguas peninsulares ibéricas.Debemos concluir que alguien trazócon perfección la orog raf ía terrestre deaquella zona del globo hace once milaños. ¿Quién fue? El cartógrafo ameri-cano Arlington H. Mallery afirmó ensu día que «no podemos imaginarnoscómo setrazó un mapatan preciso sinel concurso de la aviación".

ARTILUGIOS VOLANTES EN LAANTIGUA INDIA

Vimos anteriormente cómo en su li-bro sagrado PopolVuh los indios qui-chés de la gran familia maya decían denuestros creadores que éstos eranunos constructores. Damos ahora unsalto en la geografía y nos vamos a lalndia, en donde podemos leer en lagran epopeya sánscrita del Mahabha-rata que precisamente Maia, el cons-tructor, el ingeniero y arquitecto de losasuras, diseñó y construyó un gran ha-bitáculo de metal, que fue trasladado alcielo. Era solamente uno de tantos ha-bitáculos similares. Cada una de las di-vinidades lndra, Yama, Varuna, Ku-vera y Brahma, disponía de uno de es-tos aparatos metálicos y voladores.

El gran sabiq de la antigua tradición,Narada, explica que la ciudad volantede lndra se hallaba ininterrumpida-mente en el espacio. Estaba rodeadade una pared blanca que producía

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destellos de luz cuando el vehÍculo sedesplazaba por el firmamento.

Otros aparatos automát¡cos se des-plazaóan lrbremente bajo el agua y enlas profundidades de los océanos deunaforma similara los modernos sub-marinos.

El texto sánscrito del Mahabharatase refiere normalmente a los aparatos

volantes con el nombre de "vimanas."Pero hablatambién de grandes ciu-

dades -colonias- espaciales, degrandes ciudades submarinas y deci udades su bterráneas.

Arjuna, una de las divinidades, dis-pon ía de u n indestructjble vehiculo vo-lador anfibio, pilotado por su ayudanteMatali.

Text?s y legados de todos tos tiempos refteian elpaso de obietos voladores con comportamientointeligente en nuestra baia atmósfera.

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Todas estas construcciones y apa-ratos voladores, submarinos y subte-rráneos, están descritos en la epopeyadei Mahabharata con gran lujo de de-talles, con delalle de sus medidas ydescripción de sus características.

También Valmiki, el autor de la otra

En la página an-terlor, fragmentode los mapas delalmirante turco PiriReis. Junto a es-tas líneas, la dio-sa hindú lndra.Eajo estas líneas,representación deldios Brahma.

I Premio Nobel Francis Crick afirma que la vida

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gran epopeya hi nd ú, el Ramayana, noshabla con absoluta naturalidad de losvehiculos QUe -á voluntad de su pilo-to- volaban libremente por el aire.También eran metálicos y brillaban enelcielo.

OBJETOS VOLANTESINTELIGENTEMENTE GUIADOS,EN LOS TEXTOS BIBLICOS

Leemos en los textos bíblicos cómoel profeta Ezequiel nos narra su en-cuentro con un vehiculo volante que sele acercó tanto -lunto al río Quebar, enlas inmediaciones de Babilonia-, queincluso vio a uno de sus tripulantes, elcual le habló a él personalmente.

Esta visión que Ezequieltuvo, y queestá descrita con todo lulo de detallesen los textos bíblicos, fue detenida-mente analizada por el ingeniero de laagencia espacial norteamericana-(NASA)- Josef Blumrich, quienconcluyó que lo que vio el profeta fue,efectivamente, y sin ningún género dedudas, una nave volante. Tanto es asLque dicho ingeniero -director de laOficina de Construcción de Proyectosde la NASA- rediseñó elaparato des-crito por Ezequiely patentó algunos desus elementos.

También en la Biblia,la destrucciónde las ciudades de Sodomay Gomorrarefleja con precisión los efectos de unaexplosión atómica, anunciada a Lotpor dos emisarios que bajaron de lasalturas y comieron alimentos en casade su anfitrión.

Finalmente, en muchos pasajes delos te>tos bíblicos -comenzando porel libro del Exodo- se describen condetalle nubes inteligentemente guia-das. En el caso del libro citado, una deestas nubes -luminosa de noche y enforma de columna de humo de da-guía al pueblo de lsrael en su huida deEgipto. Esta nube indica el camino asegu ir, proporciona alimento, e inclusodesciende hasta el suelo para que sustripulantes (en este caso, el mismoYahvéh) pueda dar órdenes verbalesal caudillo de los hijos de lsrael, Moi-sés.

EL OVNI DE BELEN

La estrella de Belén, cuya apariciónestátan íntimamente ligada al fenóme-noJesús, es-como se puede repasaren los Evangelios- u¡¿ «s5f¡s/k» QUese mueve y que, además, tiene lafacul-tad de detenerse. No es extraño queuna estrella esté aparentemente "pa-rada" en elfirmamento, como pareceque lo están todas las que vemos nor-malmente, nr tampoco que una estrellase mueva, como es el caso de las estre-llas f ugaces o de los cometas. Lo que síse sale realmente de lo usual es queen la Tierra fue traída del espacio exterior.

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rl-l-t testimonio rnás antiguo que relaciona a /os

recoger en las montañas de la región de Kimberlev-

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(Austlalia).

te. Sobre esta nave, una potente luz seencendía de noche y se apagaba dedía. Una vez cada dóce años, ta navedaba unavuelta por el espacio. por es-to se la denomlnaba Nave de Luna oNave de las Estrellas." En su obra Ob-servaciones del Cielo, otro historiador,q ue vivió entre los años 960 y 1 279, nosda una imagen todavÍa más clara deesta nave del cielo, afrrmando de ella:.l-labía una gran nave voladora ex-ouesla en el Palacto de laVirtud bajo lao ^, astiade /osTang. Medía más de S0c es oe iargo, y resonaba como el hie-rra ¡ -ct cobre. reststiendo per-fecta--3-:e a 'a corrosión: se elevaba en elc e c cara retornar después, y asíconti-- ^ñ^^+^

_ D3. su parte, el hlstorador Zhang.Zuo, autor d ela Historia del Podery déa Cposlción escribe también qué "e/29 de Mayo del año 2, bajo el retnadooel emperador Kai Yuan, durante ta'toche aparecró una gran estrella mó-.r i. deltamaño de unacuba, quevotabaen el cielo del Norie, acompañada deotras estrellas más pequeñas;esto du-ró hasta el amanecer".

En otro texto, el Nuevo libro de tosTang, reza en su capltulo )Cfl, dedica-do a laAstronomía que "en el año 2, ba-jo el reinado del emperadoreuian-fu,dos esfre//as una rojay la otra btanca,que medían comodosveces lacabezade u n hom bre, se d t rig ieron u na j u nto ala otra a/ Sudeste. Una vez paratdas enel suelo, aumentaron lentamente detamaño y lanzaron luces violentas. Ataño siguiente, una estrella móvil brillóde día como una gran antorcha. Ten[ael tamaño de una cabeza. Habiendollegado del Nordeste. sobrevoló dut-cemente la región. para desaparecerf i n al m e nte e., o t re cc i ó n /Voroesfe".

En ciro Dasa]e de este mismo libropooe - cs, ?er'. "En Marzo del año 2, ba-

haga ambas cosas: moverse y parar-se. Yque, además, demuestre ser inte-ligente: "Salieron, y la es[reila que ha-bían visto en Oiente -podemos leeren los Evangelios- iba delante deellos, hasta gue se detuvo encima dedonde se hallaba el niño."

Se le ha querido dar una explrcaciónastronómica a este fenómeno de Ia lla-mada estrella de Belén, aduciendoque se habría tratado de la conjunción-tercera conlunción por aquellas fe-chas- de los planetas Júplter y Satur-no. En dicha conjunción, los citadosplanetas se unieron ópticamente en di-rección Sur. de tal manera que los ma-gos de Onente, en la ruta que seguíandeJerusalén a Belén, siempretenían aestos dos planetas que formaban unasola estrella delante de ellos. La estrellaiba efectivamente, como dicen losEvangel ios, preced iéndoles.

Hasta aquí, todo correcto. Pero si hu-bieran caminado siempre en la direc-ción que les ind¡caba esta conjunciónde Júpiter y Saturno -y dado que setrataba de un fenómeno extra-atmos-férico que, por tanto, por mucho queavanzasen los magos, srempre habríaestado situado por delante de ellos- adonde habrían llegado es a las aguaslitorales del Mar Rojo.

Pero no:se detienen a siete kilóme-tros escasos de Jerusalén. ¿Por qué?

Arriba Josef Blumrich, ingeniero de taNASA, afirrna que el profeta Ezequiel

describe fielmente en los textosbíblicos una nave espacial. Junto a

estas líncas, representación china deu'n carro volador.

Porque no iban en pos de la conjun-ción Júpiter-Saturno, sino de un obletobrillante quefinalmente se detuvo aba-ja altura encima del lugar en el que sehallaba el niño:Jesús. Un objeto vola-dor que se movía inteligentementedentro de nuestra atmósfera.

LOS HIJOS DEL CIELO

Los antiguos habitantes de China seautodenominaban hijos del cielo. y suliteratura clásica proporciona utaabundante selección de observacic-nes de objetos voladores desconoc -dos, con especificación muy concretadel momento histórico en que apare-ció cada uno de ellos.

U na de las refere ncias más a ntio u asque podemos hallar figüra en laóo:aCiencia Natural, que en el capÍtulo ce-cimo reza así "Bajo el reinado de X; J-hace aproximadamente cuatro "naños- fueron visfos dos so/es en ,'a r,-bera del rio Feichang, uno de /os :-a-les subía por el Este, mientras c_e e/otro bajaba por elOesle. Ambos pro-ducian un ruido como eltrueno.

En época mucho más rec ente, elescritor Wang Jia, que vivió ba.c a oi-nastía de los Tshin, relata en su rDroReencuentro una historia acaec Ja enel siglo lv antes de Jesucristo : " D r. rántalos treinta años del retnado ciei emDe-radorYao, una inmensa nave íiotabapor en ci ma de las olas del m ar c e aes-

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jo el reinado del emperadorTian Yu,cierta noche, una gran estrella surgiód e I a bóveda d el ci elo. Era ci n co vecesmás grande que un celemín y volabaen dirección del Noroeste. Descendióhastatreinta metros del suelo. Su parfesuperior lanzó luces de fuego de colorroio anaranjado. Sus luces llegaban amás de cinco metros. Se desplazabacomo una serpiente, rodeada de nu-rnerosas estre//as pequeñas que de-saparecieron en un abrir y cerrar deoios. Se vio una especie de vapor quesubía muy alto hasta el cielo."

Esta es solamente u na brevísi ma se-lección de cuanto puede leerse en loste>,fos clásicos chinos acerca de losOVNls.

TRAFICO AEREO EN LALITERATURA CLASICA DE LACUENCA MEDITERRANEA

Autores como Plinio el Viejo, PIu-tarco, Dio Cassio, Séneca, Cicerón o

Julio Obsequens fueron en menor omayor grado conscientes de que losdioses estaban guiando a los hombressobre la Tierra. Stn ir más lejos, en el li-bro octavo delaEneidA Virgilio hablade "ruedas que transpoftaban rápida-mente a /os dioses".

En el Prodigiorum Liber (el Libro delos Prodigios), el historiador Julio Ob-sequens recoge textos originales de

fiARHA§§$Cicerón, Tito Livio,'Séneca y otros.Podemos leer allí:

"S i e n d o có nsu/es Cayo Mario y Lu-cio Valerio, s e pud o ver en d iversos I u-gares de Tarquinia un obieto que se-mejaba una antorcha encendida quesúbitamente cayó del cielo. Hacia elan och ece r se v i o u n o bjeto vo I ad o r ci r-cular, parecido en su forma a un "cly-peL.ts" (el escudo redondo empleadopor los legionarios romanos) llamean-te, q ue cruzaba el cielo del Oeste haciaelEste."

También podemos leer allíque «enel territorio de Spoleto, en la Umbría,una esfera de fuego, de color dorado,cayó a tierra dando vueltas. Despuésparecía que aumentase detamaño, se

U, objeto voladorgue se movía intetigentementedentro de nuestra atmósfera fue el que conduio a

unos magos frente a Jesús de Nazaret.

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Arriba a la izda., el cuadro "La oración de los Magos" de El Bosco represen'tando la estrella de Betén como una bola ígnea. En el centro, alegoría china

de un carro volador. A ta dcha. y sobre estas líneas, representaciÓn técnica dela nave descr¡ta por el profeta Ezequiel según el técnico de la NASA JosefB!umrich.

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F,-l-l texto sánscrito del Mahabharata se refierehabitualmente a aparatos voladores de los dioses,a los que denomina "vimanas,.ron aterrorizados por el pánico, huyen-do precipitadamente."

Como consecuencia de la interven-ción de este poder aéreo, los sajonesse rindieron y decidieron en juramentosolemne su conversión al cristianismo.Por tanto, acatar las leyes de Carlo-magno.

AMERIGA: REESTRENO DELDRAMA DE MOISES

De Europa nos vamos a tierras nor-teamericanas. Porque si Yahvéh hizocaminar a Moisés con sus seguidores

r-i, r

elevó del suelo y ascendió hacia el cie-lo, en donde oscu reció al drsco del So/con su claridad cegadora. Despuésdesapareció en d i recció n al cu ad ranteEste del cielo".

Tito Livio también informa por suparte: "Nayes fantasmas han sido vis-tas.brillando en el cielo... Mientras queen eldistrito de Amiterno aparecieronen muchos lugares hombres con yes-tidos destellantes, de lejos y sin acer-carse a nadie."

Estos son solamente unos botonesde muestra de la abundante literaturaclásica que refiere este tipo de avista-mientos.

INTERVIENEN EN EL CURSO DENUESTRA HISTORIA

Hay momentos concretos a lo largode la Historia de la Humanidad en quefiguras u objetos que descienden delcielo intervienen en los asuntos de loshombres, e incluso llegan a decidirnuestras disputas en uno u otro senti-do. En algunas ocasiones, la ayuda hasido favorable al signo de la Cruz; sibien el motivo de este favoritismo senos escapa. Asíaconteció en las lu-chas de los cristianos contra los moros,y también -durante la conquista deAmérica- en las luchas contra los in-dios.

LA GLORIA DE DIOS

Una ocasión importante en que ma-nifestaciones concretas del cielo ayu-daron a los cristianos se dio en plenacampaña exterminadora de Carlo-magno contra los paganos sajones.Asílo explica claramente el monje Lo-renzo, en sus Annales Launssenses.Explica en esta obra histórica cómo lossajones se haban rebelado contra lastropas de los francos, y avanzaban ha-cia el castlllo de Sigisburg para con-quistarlo. La oposición de los francosfue dura, motivo por el cual los sajonesno pudreron culminar su gesta. Y lee-mos I iteralmente en la obra cilada: "En-lonces, cuando los sajones advirtieronque las cosas no iban a su tavor, co-m e n zaro n a co n stru i r an d am i o s d esd elos cuales pudiesen saltar valiente-mente alcastillo mismo. Pero Dios estan b ue no com o j u sto. Su peró su valo r,y el mismo dia en que prepararon elasalto contra los cristianos que vivíandentro del castillo, la gloria de Diosapareció en manifestación encima dela iglesia en el interior del castillo. Losq ue lo obseruaron, m u chos d e I os cu a-les aún viven hoy en día, dijeron quetenían el aspecto de dos grandes es-cudosdecolor rojo llameante,y que semovían por encima de la iglesia. Ycuando los paganos que estabanafuera vieron esfe slgnq cayeron se-guidamente en la confusión y queda-

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por el desreric :u'ante cuarenta años,el dios de los aze cas obligó a éstos auna caminata ce casr 3 000 kilómetrosantes de que har asen. en una peque-ña isla en medio de tago Texcoco, aláguila de su profecía oevorando a unaserpiente. Era el simDoro que indicabaque aquélla era su tierra de promisión.

Los paralelismos entre eléxodo delpueblo de lsrael y el éxodo del puebloaZeca comienzan con la personal idadmisma de los dos protagonistas, Yah-véh y Huitzilopochtli. Ambos querianser considerados como protectores eincluso como padres, pero eran tre-

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CÁfrRA§Eümendamente exigentes, implacablesen sus frecuentes castigos, y muy irrita-bles. Ambos les indicaron a sus pue-blos elegidos que abandonasen latie-rra que habitaban. Ambos acompaña-ron personalmente a sus protegidos alo largo de todo el peregrinaje. Yahvéhlo hizo, como ya vimos, en forma deuna curiosa nube o columna de fuegoy humo que les procuraba luz de no-che y sombra de día, o les señalaba elcamino que deban tomar. Huitzilo-pochtli, asu vez, acompañabaa los az-tecas en forma de un gran pájaro. Latradición afirmaquefue un águilao unagrulla blanca, que les iba indicando ladirección en la cual debían caminardesde las tierras de Arizona y de Utah

Auu,"n trazó a ta

hasta el emplazamiento de la actualcapitalde México.

Pero lo más curioso es que los dospueblos -israelitas y aZecas- trans-portaban una especie de caja sagradaque para ellos tenía una gran impor-tancia y que servía para comunicarsedirectamente con la divinidad. Los is-raelitas llevaban la famosa Arca de laAlianza,y losaZecas llevaban un cofre,

pertección la orografía

tal y como nos lo cuenta fray Diego Du-rán, historiador contemporáneo de laConquista: "Cuando llegaban a un lu-gar paraquedarse en éldurante algúntiempo, lo primero que hacían eraconstruir un templo que servía paraalojar el cofre en que llevaban a sudios".

LOS ESCUDOS VOLANTES DELOS TNDTOS HOP|

Si Carlomagno fue ayudado porunos escudos volantes y los aáecas-procedentes de Arizona- contaroncon el apoyo de una inieligencia quedominaba el vuelo, ambas circunstan-cias se repiten en la historia de los in-dios hopl -establecidos en la actualArizona-. Según explica su jefe WhiteBear, contaban sus antepasados quesus abuelos habitaban unas tierras si-tuadas al Oeste, o sea, en algún puntodel océano Pacífico. Al hundirse estastierras, unos seres descendidos de las

terrestre hace once mil años.

alturas-los lesayudaron a

En la página anterioralegoría china de un carrovolador. Junto a estaslíneas, representación delfamoso astronauta de latumba de Palenque. Arribaa la izda. Virgilio y laEneida. Sobre estas líneasel dios Huitzilopochtli.

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trasladarse al continente americano,en parte sirviéndose de escudos vo-lantes. Estos seres sabían además ta-llar grandes bloques de piedra, domi-naban eltransporte aéreo de estos blo-ques, yeran diestros en la construcciÓnde instalaciones subterráneas. Algomuy parecido a lo que nos narran -se-gún vimos- los antiguos textos sáns-critos.

OVNIs DURANTE LACONOUISTA DE AMERICA

Alguna inteligenciaseguÍa sobrevo-lando a los humanos en tierras ameri-canas siglos más tarde. Así, BernalDíaz del Castillo, cronista de HernánCortés, escribe en su Historla verda-dera d e I a con q u i sta de I a N u eva Espa-ña:"Diieron los indios mexicanos quevieron una señal en el cielo que era co-mo verde y colorada y redonda comorueda de carreta, y que iunto a la señalvenía otra rayay camino de hacia don-de sale e/ Soi yse venía a iuntar con laraya colorad a." Y u n poco más adelan-te'. "Lo que yo vi y todos cu antos q u i sie-ron ver, en el año 27 (1527) estaba unaseñal del cielo de noche a manera deespada larga, como entre la provinciadePánucoy laciudad deTezcuco,Y nose mudaba del cielo a una Parte ni aotra en más de veinte días."

Son una vez más solamente dospinceladas de Ios muchos objetos vo-lantes no identificados que -en estecaso- refieren las crónicas de Ia con-quista de América.

¿VIENEN DE SIRIO?

Cuentan los dogones, que habitanen tierras de la actual república africa-na de Mali, que, desde siempre, el ele-mento para ellos más importante en elfirmamento es una estrella pequeñaque gira alrededor de la gran estrellaSirio, el brillante astro que luce en laconstelación del Can Mayor. Por losestudios realizados de sus tradiciones,podemos afirmar que poseen este co-nocimiento por lo menos desde el si-glo xl, cuando la moderna astronomíano descubrró a Sirio Blue orbita alre-dedor de Sirio A y es invisible al simpleojo humano- hasta mediados del si-glo pasado. Los dogones conocían porlo menos siete siglos antes la existen-cia de Sirio B, siendo conscientes ade-más de que es invisrble. Pero, además,el dibujo ritual que ellos trazan paramostrar la órbita en que Sirio B gira al-rededor de Sirio A es absolutamenteidéntico al dibujo que ofrece el moder-no dragrama astronómico de la órbitade Sirio B alrededorde Sirio A. Los do-gonessaben ademásque Sirio B es uncuerpo exiraord i nariamente peq ueño.

1B

,,aI-os dogones conocían, gracias a sus dioseg /q

siglos antes de que fuera descubie4a porastró n o m o s of i ci al m e nte.

A la dcha.,cuadro rePre-

sentando unhecho acae-cido en laépoca me'dieval dondese visualiza-rcn en el cie-lo tres "so-les". En lapágina si-guiente, esfe-ra volante en

un cuadro dela época delmed¡evo.

A la izda., dibujomedieval repre-sentando bolas defuego en el cielo.En el centro a laizda., busto deAlejandro Magno.A su dcha., CayoJulio César.

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xisten demasiadas coincidencias entre el éxododel pueblo de lsrael y el éxodo azteca como paraatribuirlas a /a casualidad. En ambas ocasiones seaprecia la interuención de inteligenciasextraterrestres.

Y también aqui la astronomía oficialconfirma que Sirio B es una «enanablanca", una estrella pequeña. Tam-bién dicen los dogones que Sirio B esla estrella más pesada que existe. Yuna vez más, la ciencia confirma: ..Sr,no

B-a laqueellos llaman PoTolo-es, encuanto enana blanca, una estrella ex-traordinariamente densa, o sea, ex-traordinariamente pesada. Pero ade-más, y de acuerdo con la mitología de/os dogones, Po Tolo da una vuelta al-rededor de Sirio A cada cincuentaaños." Y confirma también aquíla mo-derna astronoma que Sirio B da unavuelta al rededor de Si rio A exactamen-te cada cincuenta años. Más asom bro-

so aún: durante sus festividades ritua-les, los dogones rinden honores al he-cho de que Po Tolo gire sobre símis-mo. ¿Cómo podían saber desde haceocho siglos -no los dogones, srno na-die- que las estrellas giran sobre supropio eje?

Cuando se les plantea a ellos estapregunta, afirman que un día llegaron

üAftrqAS§0unos seres procedentes del sistemade Sirio con la finalidad de instaurar lasociedad en la Tierra. De ellos proce-den sus conocimientos. Estos seresdesconocidos -a los que ellos llaman«tlot'tlos»-descendieron a la Tierra enu n arca q ue, antes de aterrizar, giaba ovolteaba en el aire. El alerrizale aconte-ció en el nordeste del país de los dogo-nes, y produjo un ruido importante aldescender el arca. Los dogones des-cri ben el alerrizale de forma muy g ráfi-ca'. «El arca se posó en la tierra seca delZorro y desplazó polvo, levantado porel remolino que causó. Laviolenciadelimpacto dejó el suelo rugoso. El arcaera co mo u n a I I am a q ue se apagó al to-car latierra." Es decir, erarolacomo elfuego y se volvió blanca cuando aterri-zó.

En eltintero se quedan centenaresde casos OVNI en la Antigüedad, en laEdad Media y en tiempos más recien-tes, hasta llegar a aquellos que cité alprincipio, vistos por Kenneth Arnold en1947.Para enumerar solamente a al-g u nos de los más im portantes, falta ha-blar de los Objetos Volantes No ldentif i-cados vistos porTutmosis lll el Gran-de, porAlejandro Magnoy porTimo-león (ambos en el siglo lV a.C), porCayo Julio César y por Pompeyo (si-glo la.C), y porConstantino elGrande(siglo lll). También la espada volantevista sobre Jerusalén en el siglo ly cita-da por Flavio Josefo. No hay que olvi-dar el cuadro La Madonna e San Gio-vannino, de la escuela de Filippo Lippi(siglo XV), en que junto a laVirgen apa-rece en el cielo un OVNI, ni el OVN|cita-do en los anales de la lnquisición, y quetransportó al Dr. Torralba en viaje deida y vuelta de Valladolid a Roma en1527. Deben recordarse igualmentelos fenómenos OVNI citados por Pe-dro deValdivia y por el cronista PedroCieza de León (siglo XVI), y por FrayJunípero Serra (siglo XVlll). No debenomitirse los cilindros voiantes vistossobre Nuremberg en el siglo XVl, la vi-ga aérea vista por Benvenuto Cellini,los globos ígneos que sobrevolaronBasilea también en el siglo XVl, la co-lumna brillante que se presentó lavíspera de la batalla de Lepanto, unavez más en el siglo XVl, los OVNIs queevolucionaron sobre Cataluña en1604, recogidos en el Diaride JeroniPuiades, ig uales ch ismes volantes vis-tos sobre el Mediodia de Francia en1621,|a hostia volante que sobrevolóBraga en 1640,1a bolavolante que so-brevoló Robozero, en Rusia, en 1 663, yfinalmente los 446 OVNIs descritos porel director del observatorio mexicanodeZacafecas en 1 883.

En absoluto, puede afirmarse -a lavista de este repertorio- q ue los OVNIsson una invención o un fenómeno ca-racterístico de nuestro siglo xx.

Andreas FABER-KAISER

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hipótes§s eier¡tífieas paneia§es p§amteam §1&"§evñs irat*rrogamtes. Fer* €§& §x3 *s irt É:mpcrt¿t?t*.Lo que realmente interesa es qete por fin existe ecn*iene ia de§ asxclto y mmdae smee§;mman:emt*informadc¡ eská en ecndBeiocae:¡ e§e nesar su cx§*t**:c§m" &§&§ &LL& es c*msc*er¡te de e§§* y pean

esa razér¡ deeidió afre¡ntarelretCI de §mfor"r*ar'& sexs §cctones smhr* §* situ¡ae*sm aet**§d* *c}r4*"xe

ha venido denonli¡'¡ándCIse ds rd"§&nar& gex"r*riea oue§f*m*mer¡c¡ *Vf'§X*" {.}r: equüpc de §*eric}dñs-tas e innestigadgres, ee¡e¡rd§made¡s p*r'r*a.r*stro *e>mpafien* Jev¡en $ierra, ha pe{arad<* *§ rffiurxde}

para Boder ofreeen !a r*ltin¡a h*ra" Yer:ga fa *ega*rüdad, querido lectsr, de que ticme §*§'1 §iL§s s§t&-

nos e! producto de un trebajo imáe*sc y r§grxrwsc> qese m&§ §ra §§ev*dq¡ a vaa'ie)* pafse* y que ns§perrnite ahora darle respuesta a mueheas de §as ix'rtenr*gamtes e¡a*e durante astss §:am estae$&

haeiéndose quienes se interesam p&r e§ asur¡to" M* c*r¡**em*s mimgum tnafualo de ñmrrest§ge*

c!ón ufológiaa de mayorentidaet quee§qex*aha¡r¿* §eofree*nm**" Fsrsa.e su*cstc,x*stoxter§*egotami mi¡ghs tr¡e§",&§. §é§e¡ abr* mL¡c\r&§ !nterncgante* que m*s*tras et*'§p*§effi?s* aBrora misrns ainvestlEar.

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