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El Desarrollo del Pensamiento Sociológico Lic. Liz Rivera M.

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El Desarrollo del Pensamiento

Sociológico

Lic. Liz Rivera M.

ORIGENES DE LA SOCIOLOGIA

Nació entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, un período de cambios sociales dramáticos en las sociedades occidentales y en todo el mundo.

El mundo social que los europeos habían conocido durante siglos estaba desapareciendo, y la “edad moderna” había comenzado.

La sociología y la Edad Moderna

En el nacimiento de la edad moderna surgieron 3 acontecimientos importantes.

1° El surgimiento de la sociedad capitalista industrial urbana

2° el descubrimiento de las diferencias culturales.

3° agitación política e intelectual.

Primeros teóricos

El estudio objetivo y sistemático del comportamiento humano y de la sociedad es algo relativamente reciente, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVIII. Una evolución clave fue la utilización de la ciencia para comprender el mundo: la aparición de un enfoque científico produjo un cambio radical de perspectiva y de interpretación. En una esfera tras otra, las explicaciones tradicionales y de base religiosa fueron cayendo, para ser sustituidas por intentos racionales y críticos de adquirir conocimientos.

El origen de la sociología se enmarcó en un contexto definido por la serie de arrolladores cambios propiciados por las “dos grandes revoluciones” que tuvieron lugar en Europa durante los siglos XVIII y XIX. Estos transformadores acontecimientos cambiaron de forma irreversible la forma de vida que habían llevado los seres humanos durante miles de años.

La Revolución francesa de 1789 señaló el triunfo de ideas y valores seculares como la libertad y la igualdad sobre el orden social tradicional. Fue el inicio de una fuerza poderosa y dinámica que a partir de entonces se extendió por el mundo convirtiéndose en uno de los fundamentos del mundo moderno.

La segunda gran revolución comenzó en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, antes de surgir en el resto de Europa, Norteamérica. Ésta fue la Revolución Industrial, el amplio espectro de transformaciones sociales y económicas que rodeó el desarrollo de innovaciones tecnológicas como la energía de vapor y las maquinarias que propulsaba. El auge industrial produjo un enorme desplazamiento de campesinos, que dejaron de trabajar en la tierra para hacerlo en fábricas y en labores industriales, lo que generó una rápida expansión de las áreas urbanas y propició nuevas relaciones sociales. Cambió de manera espectacular el rostro de la vida social, incluyendo muchas de nuestras costumbres personales. Ejm, en la actualidad gran parte de la comida que ingerimos se producen de forma industrial.

La demolición de las formas de vida tradicionales hizo que los pensadores aceptaran el desafío de desarrollar nuevas interpretaciones tanto del mundo social como del natural. Los pioneros de la sociología se vieron superados por los acontecimientos que enmarcaban estas revoluciones e intentaron comprender tanto su aparición como sus posibles consecuencias.

Teorías sociológicas clásicas

Los teóricos a los que consideramos los fundadores de la sociología no creían ser los creadores de una nueva disciplina intelectual, sino que simplemente abordaron problemas públicos actuales.

Auguste Comte, filósofo nacido en el caos que siguió a la revolución francesa, buscaba los medios de poner bajo control el cambio social. A esta nueva ciencia la llamó “Sociología” haciendo uso por 1° vez de tal palabra.

Solo en la segunda mitad del siglo XIX y como parte de la demanda general de mayor conocimiento científico y una mayor educación, se reconoció a la sociología como una disciplina separada académicamente en las universidades europeas y los sociólogos se convirtieron en especialistas.

En el siglo XX la sociología (como campo especializado de la investigación) se extendió por todo el mundo.

Auguste Comte

Para Comte, la sociología era una ciencia positiva que debía aplicar al estudio de la sociedad métodos científicos rigurosos.

El positivismo sostiene que la ciencia debe centrarse solo en las entidades observables que se conocen directamente mediante la experiencia.

La sociología, según el enfoque positivista, puede producir conocimientos sociales basados en datos empíricos procedentes de la observación, la comparación y la experimentación.

La ley de los estadios señala que los esfuerzos humanos por comprender el mundo han pasado por tres estadios:

1) Teológico: Lo que guiaba el pensamiento era la expresión de la voluntad divina

 2) Metafísico: Desarrollo en la época renacentista, donde la sociedad paso a considerarse algo natural, no sobrenatural. 

3) Positivo: Propiciado por los descubrimientos de Copérnico, Galileo y Newton, alentó la aplicación de las técnicas científicas al mundo social. 

Adam Smith Teoría de la elección racional

Sostiene que en la forma de decisiones las personas optan por el curso de acción que les resulta más ventajoso.

Karl MarxConflicto de clases y la estructura del capitalismo

Señalo que el sistema económico de una sociedad modela todos los restantes aspectos de la vida social y genera un conflicto social persistente.

El poder en un sistema capitalista está en manos de los capitalistas, quienes dominan a los trabajadores. El único modo que tienen los trabajadores para superara su opresión es a través de la acción social planificada y de la revolución.

Emile Durkheim La solidaridad social

Se centró en las fuerzas sociales que cohesionan una sociedad, un fenómeno que él denominó solidaridad social.

La solidaridad mecánica se basa en valores, costumbres y creencias fuertemente compartidos.

La solidaridad orgánica es interdependencia basada en una compleja división del trabajo.

Enfatizó las relaciones funcionales entre diferentes partes de la sociedad y advirtió de los peligros de la anomia.

Max Weber Racionalización y status

Introduzco una conciencia de la naturaleza subjetiva de la vida social, por equilibrar el énfasis de Marx en las fuerzas económicas con un énfasis equivalente en la cultura, y por equilibrar el énfasis de Durkheim sobre la integración funcional con la atención al poder.

Para él, la tendencia fundamental de la edad moderna es una creciente racionalización de la acción social y de las instituciones sociales.

George Herbert Mead Interaccionismo Simbólico

Se centraban en la interacción cotidiana en lugar de en patrones sociales más amplios o de mayor escala. Mantenían que las personas se dirigen o responden a otras dependiendo de cómo interpretan las pistas que se proporcionan mutuamente, a partir de las cuales desarrollan una definición compartida de la situación social.

W. E. B. Du Bois Doble conciencia

Introdujo el concepto de doble conciencia y la creación de identidades, analizó el rol del conflicto colectivo en el cambio social, y enfatizó el esfuerzo humano por alcanzar ideales.

Perspectivas sociológicas mas recientes

A los primeros sociólogos les unía el deseo de comprender las cambiantes sociedades en las que habitaban. Sin embargo, no sólo querían mostrar e interpretar los impetuosos acontecimientos de su época. Lo más importante era su pretensión de desarrollar formas de estudio del mundo social que pudieran explicar el funcionamiento general de las sociedades y la naturaleza del cambio social. Sin embargo, como hemos visto Durkheim, Marx y Weber utilizan enfoques muy diferentes al estudiar el mundo social.

Estas diferencias de enfoque se han mantenido durante la historia de la sociología. Aunque los sociólogos estén de acuerdo en su objeto de análisis, con frecuencia lo abordan desde diferentes perspectivas teóricas.

Tres de las más importantes perspectivas teóricas de los últimos tiempos, el funcionalismo, los enfoques que se basan en el conflicto y el interaccionismo simbólico, entroncan directamente con Durkheim, Marx y Weber.

Funcionalismo

Emile Durkheim(1858-1917)

Auguste Comte(1798-1857)

Marxismo

Karl Marx(1818-1883)

Interaccionismo simbólico

George Herbert Mead (1863-1931)

Max Weber(1864- 1920)

El Funcionalismo

Sostiene que la sociedad es un sistema complejo cuyas diversas partes funcionan conjuntamente para generar estabilidad y solidaridad. La sociología tiene que investigar la relación que existe entre cada uno de los componentes de la sociedad y la que se da en el conjunto de ésta. Podemos analizar las creencias religiosas de una sociedad mostrando como se relacionan con otras instituciones de esa misma sociedad, pq los diferentes componentes se desarrollan en estrecha relación con los demás.

Con frecuencia los funcionalistas, entre ellos Comte y Durkheim, han recurrido a una analogía orgánica para comparar el funcionamiento de la sociedad con el de un organismo vivo. Señalan que las partes de una sociedad funcionan al unísono, al igual que lo hacen las del cuerpo humano, en beneficio del conjunto.

El funcionalismo recalca la importancia del consenso moral para el mantenimiento del orden y la estabilidad sociales. El consenso se da cuando la mayoría de las personas de una sociedad comparten los mismos valores. Para los funcionalistas, una sociedad está en su estado normal cuando hay orden y equilibrio: esa armonía social se basa en la existencia de un consenso moral entre los miembros de tal sociedad. Ejm. Según Durkheim la religión refuerza la adhesión de las personas a los valores sociales centrales y por ello contribuye al mantenimiento de la cohesión social.

Por años el pensamiento funcionalista fue la tradición teórica más relevante en sociología. Dos de sus partidarios más sobresalientes fueron Talcott Parsons y Robert Merton, ambos muy influidos por Durkheim.

En los últimos años su aceptación ha comenzado a verse mermada a medida que se revelaban sus limitaciones. Se critica a los funcionalistas porque hacen excesivo hincapié en los factores que conducen a la cohesión social, a costa de los que producen divisiones y conflictos.

Centrarse en la estabilidad y el orden supone minimizar las divisiones o desigualdades sociales, que se basan en factores como la clase, la raza y el género.

Tampoco se recalca mucho el papel que tiene la acción social creativa dentro de la sociedad. Muchos críticos comparten la idea de que el análisis funcionalista atribuye a las sociedades cualidades que no poseen. A menudo los funcionalistas hablan como si éstas tuvieran necesidades y objetivos, aunque estos conceptos sólo tienen sentido cuando se aplican a los seres humanos individuales.

Las perspectivas que se basan en el conflicto

Los sociólogos que utilizan las teorías del conflicto subrayan la importancia que tienen las estructuras dentro de la sociedad. También proponen un modelo global para explicar su funcionamiento. Sin embargo los teóricos del conflicto rechazan la importancia capital que atribuye el funcionalismo al consenso. Por el contrario hacen hincapié en la importancia social de las divisiones. De este modo, se centran en cuestiones como el poder, la desigualdad y la lucha. Suelen considerar que la sociedad se compone de grupos diferentes que persiguen sus propios intereses. La existencia de éstas implica la constante posibilidad de conflicto y que unos grupos se beneficien más que otros. Los teóricos del conflicto examinan las tensiones sociales que se registran entre los grupos dominantes y los desfavorecidos y pretenden comprender cómo se establecen y perpetúan las relaciones de control.

El sociólogo alemán Ralf Dahrendorf en su obra clásica Class and Class conflict in industrial society (1959) señala que los funcionalistas sólo tienen en cuenta una vertiente de la sociedad: la relacionada con los aspectos de la vida social en los que existe armonía y acuerdo. Las áreas que se definen por el conflicto y la división son igual de importantes o más.

El conflicto surge de los diferentes intereses que tienen los individuos y los grupos. Marx veía esa diversidad de intereses en términos de clase, pero Dahrendorf la relaciona con un contexto de autoridad y poder más amplio. Todas las sociedades se dividen entre los que tienen autoridad y los que, en general se ven apartados de ella, entre los gobernantes y gobernados.

Las perspectivas que se basan en la acción social

Estas prestan una mayor atención a la acción y a la interacción de los miembros de la sociedad a la hora de formar tales estructuras. Aquí se considera que el papel de la sociología es captar el significado de la acción y la interacción sociales, y no el de explicar qué fuerzas externas al individuo hacen que éste actúe como lo hace. Se centran en el comportamiento de los actores individuales o en cómo se relacionan éstos entre sí y con la sociedad.

Con frecuencia se señala que Weber fue el primer defensor de las perspectivas de la acción social. Aunque él reconoció la existencia de estructuras sociales como las clases, los partidos, los grupos de status, etc, sostenía que estas estructuras las creaban las acciones sociales de los individuos.

El interaccionismo simbólico

Surge de la preocupación por el lenguaje y el significado. Mead sostiene que es el lenguaje lo que nos hace seres autoconscientes, conocedores de nuestra propia individualidad y capaces de vernos desde fuera tal como lo hacen los demás. El elemento clave en este proceso es el “símbolo”, que es algo que representa otra cosa. Ejm, las palabras que utilizamos para denominar ciertos objetos son en realidad símbolos que representan lo que queremos decir.

La palabra taza es el símbolo que utilizamos para describir la vasija que nos sirve para tomar algún liquido. Los gestos o formas de comunicación no verbal también son símbolos. Hechos como saludar a alguien con la mano o hacer un gesto grosero tienen un valor simbólico. Mead indica que nos valemos de unos símbolos y una complicidad en nuestras interacciones con los demás. Como los seres humanos viven en un rico universo simbólico, casi todas sus interacciones conllevan un intercambio de símbolos.

El interaccionismo simbólico dirige su atención a los pormenores de la interacción interpersonal y a cómo se utilizan para dar sentido a lo que otros dicen o hacen.

Los sociólogos de este enfoque se centran en la interacción cara a cara que tiene lugar en la vida cotidiana. Subrayan el papel que desempeña esa interacción en la creación de la sociedad y de sus instituciones.

Aunque el interaccionismo puede darnos muchas ideas sobre la naturaleza de nuestras acciones en el curso de la vida social cotidiana, se le ha criticado por prescindir de cuestiones como el poder y la estructura dentro de la sociedad y como sirven éstos elementos para condicionar la acción individual.

EL Pensamiento social Peruano

La fundación de un pensamiento social moderno en el Perú, que se desarrolla desde fines del siglo XIX y perdura hasta los años cincuenta del siglo XX, coincide con la creación de la cátedra de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1896. Sin embargo, sólo significó un hecho subsidiario en el vasto debate de ideas generado en ese momento.

El establecimiento de un pensamiento social es la etapa clásica de las ideas sociales en el Perú, por el aporte a la comprensión de la sociedad que realizara la denominada generación del novecientos, por acercarse al conocimiento de la realidad nacional y formular alternativas para su desarrollo.

Desde posiciones diferentes destacan Francisco García Calderón, José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre y Jorge Basadre, en la actualidad todavía son leídos y admirados en las escuelas de sociología, aunque no en la misma intensidad

Durante la segunda mitad del siglo XIX predominaban dos corrientes en el pensamiento social peruano: el positivismo en filosofía y el biologicismo en las ideas sociales.

El positivismo significó cierto afán científico por estudiar la realidad, observar y acercarse a los problemas más urgentes del país, que implicaba el abandono de la tradición intelectualista y la sustitución por una perspectiva que enfatizaba en la modernización del país.

En cambio, el biologicismo representaba la herencia colonial que explicaba la organización social a partir de las premisas genéticas y de una superioridad y dominio natural de las elites criollas. Clemente Palma es el mayor exponente de las ideas racistas, en 1897 publicó El porvenir de las razas en el Perú.

Esta situación cambia radicalmente al finalizar la guerra con Chile, el Perú se encontraba en una crisis sin precedentes, su capacidad económica había sido destruida, estaba políticamente desarticulado y moralmente disminuido.

En los primeros años del siglo XX entramos nuevamente en un proceso de reorganización de la sociedad, esta vez bajo la hegemonía del capitalismo monopolista y del desarrollo de una economía de enclave. La fundación de un pensamiento social en el Perú responde al desarrollo de un proyecto de la modernidad, que de alguna manera ha significado el tipo de sociedad que se construyó durante el siglo XX. Propuesta que haría eco de la tradición de las ciencias sociales, en la medida que cuanto mejor se conoce la realidad social, mejores son las capacidades de modificarla, iniciada por Montesquieu y desarrollada por Comte y Durkheim, que luego ha tenido una gran vigencia.

El pensamiento social moderno peruano se desarrolla como parte de la po- lémica entre el positivismo y el biologicismo. Aunque no todos tuvieron posiciones claras al respecto, esbozaron las primeras explicaciones integrales de la sociedad y política en el país. En ese sentido se establecieron los fundamentos del análisis sociológico de la realidad nacional del Perú; sin embargo, todavía en gran parte se encontraban enlazados a una tradición caracterizada por una reflexión especulativa y ensayística. En ese contexto se desarrollan principalmente dos perspectivas.

La primera perspectiva, más conservadora, desarrolla una filiación positivista liberal y representa las expresiones más modernizantes de las elites peruanas. Destacan Francisco García Calderón y Víctor Andrés Belaunde.

El Perú contemporáneo (1907) de García Calderón es el iniciador del género de «estudio integral» sobre la realidad nacional. En este libro se analizan interrelacionadamente la historia, la coyuntura, las ideas, la economía, la política, la educación, la situación internacional y el porvenir. Por todo ello, se constituyó en el modelo de investigación de la realidad social del país para la generación del novecientos.

En ella se formula un diagnóstico dualista de la sociedad peruana signado por la diferencia y el contraste radical entre la costa y la sierra.

La costa es moderna, civilizada y sede de las elites criollas, mientras que la sierra representa el atraso, el aislamiento y el reducto de la población indígena. Como proyecto se plantea el desarrollo de una oligarquía ilustrada, cohesionada y modernizante, capaz de organizar e integrar la sociedad mediante la centralización estatal. No desconoce los aspectos económicos ni de la tierra, ni del problema indígena, pero destaca el papel de la difusión de nuevas tecnologías, la integración al mercado y la educación. Asume una perspectiva eurocéntrica que define las características y trayectoria europea como superior o mejor, mientras que lo nativo es visto como algo inferior y carente de valor. El paradigma racista sirve para argumentar una visión jerarquizada del indio en la sociedad, que por su condición requiere de un tutelaje transitorio y de la responsabilidad de las elites criollas. Sin embargo, donde la ideología racista se muestra con mayor plenitud, es cuando reconoce que el indio está condenado a desaparecer, en tanto ser racial y expresión del pasado colonial, por medio del mestizaje y cruce de razas. Aquí el mestizaje se muestra como una ideología basada en la premisa de la superioridad blanca del criollo y el desprecio a todo lo indígena que debe desaparecer.

La perspectiva más crítica del orden oligárquico tiene entre sus exponentes mayores a Manuel González Prada, Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui, quienes desarrollan verdaderas contribuciones originales y sugerentes al pensamiento social peruano.

González Prada inicia una crítica radical al racismo y a la dominación oligárquica, recogiendo principalmente una prédica moralista, y plantea la necesidad de reorganizar el orden social por medio de la integración social de la población indígena. Asimismo, desarrolla un sentimiento anticriollo de regeneración de la sociedad peruana.

Sin embargo, es la polémica Mariátegui-Haya, desde una perspectiva marxista, que se convierte en el centro de la discusión en los años veinte y el fundamento del pensamiento crítico hasta los años sesenta. Buscan la explicación de las especificidades peruanas en la historia, la estructura social y la cultura nacional. Víctor Raúl Haya de la Torre formula un proyecto de la modernidad original de acuerdo a las singularidades de la sociedad peruana, basándose en las posiciones dualistas formula, de un lado, la necesidad de la autonomía de la clase burguesa y, de otro, el desplazamiento de la oligarquía, dentro de un proyecto encaminado al desarrollo de un capitalismo nacional por medio de un «Estado antiimperialista».

José Carlos Mariátegui, de modo particular en 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana (1928), ofrece una perspectiva más analítica y científica de la sociedad peruana que permitió establecer bases firmes para una reflexión sociológica. Mariátegui considera que las teorías no «constituyen principios de consecuencias rígidas», más bien adquieren un contenido concreto en el estudio de la realidad nacional. Es importante señalar que desarrolla un diagnóstico de la sociedad peruana como una totalidad heterogénea, que constituye uno de los aportes más importantes y originales de su pensamiento, integra lo moderno y no moderno, recoge las múltiples combinaciones de formas históricas diferentes que coexisten y se articulan en un mismo espacio-tiempo: feudal, capitalista, formas socializantes y hasta elementos esclavistas, las cuales no se encuentran en oposición y menos aún se suceden unas a otras en un desarrollo lineal, más bien el sentido y unidad del sistema se define por la lógica del capital. Dicho estudio le permitió plantear una propuesta que no sea «ni calco ni copia» de otras realidades sino la búsqueda de un «socialismo indoamericano».

El pensamiento social moderno que se desarrolla en los años veinte, sobre el carácter de la dependencia, el Estado y las fuerzas sociales, fue el centro de la discusión en el Perú y América Latina.

Es el primer momento de una reflexión y contribución propia al desarrollo de las ideas latinoamericanas. Originalidad de propuestas que permitió tener vigencia hasta los años sesenta en la intelectualidad peruana. Cabe anotar que prácticamente los estudios sobre la realidad social desaparecieron desde 1930, se cayó en un período de esclerosis y paralización del pensamiento social hasta fines de los años cincuenta, como resultado de un momento de oscurantismo impuesto por los regímenes dictatoriales oligárquico- militares y del desarrollo de un proceso de dogmatización y repetición empobrecida de las ideas originales.