origen y evolución temprana de la vida

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1 ORIGEN Y EVOLUCIÓN TEMPRANA DE LA VIDA Dr. Arturo Becerra Bracho, Laboratorio de Microbiología en la Facultad de Ciencias, UNAM. Si bien, muchos autores han colocado al problema del origen de la vida como una de las preguntas más antiguas y generalizadas en la historia de la humanidad, cabe la pena señalar que no es hasta hace dos siglos, que el hombre cuenta con la intención y las herramientas conceptuales para abordar directamente el problema del origen de la vida. Antes de esto, es claro que la mayoría de las culturas más relevantes a lo largo de la historia, estuvieron inmersas en el problema, pero éste se planteaba como un asunto axiológico que pretendía dar identidad y solucionar los problemas existenciales de la comuna y no como un problema en el cual es necesario explicar las diferentes etapas y procesos que intervinieron en el inicio de la vida, así como su evolución. Existen importantes antecedentes históricos que sugieren a la generación espontánea como una de las primeras teorías que explicaron el origen de la vida, pero esta más que una explicación fue una relación de un mecanismo que establecía el incremento en el número de especies (en el mejor de los casos) y no como mecanismo que explicara el inicio de la vida. No es hasta que aparece el trabajo “Filosofía Zoológica” de J.B. de Lamarck, donde se utiliza a la generación espontánea como un mecanismo que incrementa el número de especies, pero ya dentro de una teoría evolutiva donde toma un lugar importante en el inicio del proceso evolutivo, ya que conformaba el primer peldaño de la escala zoológica (evolutiva). Bajo este tenor, es cómo la generación espontánea comienza a ser considerada como una explicación per se sobre el origen de la vida. Sin embargo, poco duró esta postura, ya que años más tarde, Luis Pasteur (en 1860), con la intención de demostrar que la generación espontánea no existe (y por ende desechar las teorías evolutivas, ya que en aquel momento formaba parte de ellas); desarrolla los célebres experimentos con matraces de cuello de cisne, con lo cual como el mismo lo dijo, la generación espontánea recibiría un golpe del cual nunca podría levantarse. Por lo tanto no es hasta 1924 cuando el libro “ Proiskhozhdenie zhiny” (el origen de la vida) transforma el problema del origen de la vida, llevándolo de una serie de discusiones especulativas a un objeto de investigación que posee una metodología con la cual se puede trabajar. Oparin propone que los primeros organismos fueron generados a partir de precursores orgánicos: “en lo fundamental, todos los animales, las plantas y los microbios están constituidos por las denominadas sustancias orgánicas. La vida sin ellas es inexplicable. Por lo tanto, la primera etapa del origen de la vida tuvo que ser la formación de esas sustancias, el surgimiento del material básico que después habría de servir para la formación de todos los seres vivos” (Oparin, 1938). Después de discutir el origen geocósmico de la Tierra y como los primeros compuestos orgánicos y las sustancias que formaron los geles coloidales podrían estar presentes en la tierra primitiva, Oparin aclara que el metabolismo (en el sentido amplio de la palabra) es lo que distingue lo vivo de lo no vivo. Para Oparin los primeros organismos no pudieron ser organismos fotosintéticos que prosperaron en una atmósfera de CO 2 y luz solar, sino organismos anaerobios fermentativos. Basado en observaciones astronómicas y la síntesis de hidrocarbonos de Mendeleyev, concluye que las primeras formas de vida surgieron de procesos que iniciaron en la síntesis abiótica de compuestos orgánicos y de la formación de la sopa primitiva (Lazcano, 1996). Si bien, parte de las ideas originales de Oparin, han sido superadas, su hipótesis sobre la emergencia de los primeros sistemas vivos sigue siendo aceptada y es el eje central de las nuevas hipótesis. Diferentes versiones sobre un origen heterotrófico se han propuesto a partir de la de Oparin, pero todas ellas están basadas en la idea de que la síntesis abiótica de moléculas orgánicas fue necesaria para el origen de la vida (tabla 1).

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Lectura para trabajo de origen de la vida

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Page 1: Origen y evolución temprana de la vida

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ORIGEN Y EVOLUCIÓN TEMPRANA DE LA VIDA

Dr. Arturo Becerra Bracho, Laboratorio de Microbiología en la Facultad de Ciencias, UNAM.

Si bien, muchos autores han colocado al problema del origen de la vida como una de las preguntas

más antiguas y generalizadas en la historia de la humanidad, cabe la pena señalar que no es hasta hace dos

siglos, que el hombre cuenta con la intención y las herramientas conceptuales para abordar directamente el

problema del origen de la vida. Antes de esto, es claro que la mayoría de las culturas más relevantes a lo largo

de la historia, estuvieron inmersas en el problema, pero éste se planteaba como un asunto axiológico que

pretendía dar identidad y solucionar los problemas existenciales de la comuna y no como un problema en el

cual es necesario explicar las diferentes etapas y procesos que intervinieron en el inicio de la vida, así como

su evolución.

Existen importantes antecedentes históricos que sugieren a la generación espontánea como una de las

primeras teorías que explicaron el origen de la vida, pero esta más que una explicación fue una relación de un

mecanismo que establecía el incremento en el número de especies (en el mejor de los casos) y no como

mecanismo que explicara el inicio de la vida. No es hasta que aparece el trabajo “Filosofía Zoológica” de J.B.

de Lamarck, donde se utiliza a la generación espontánea como un mecanismo que incrementa el número de

especies, pero ya dentro de una teoría evolutiva donde toma un lugar importante en el inicio del proceso

evolutivo, ya que conformaba el primer peldaño de la escala zoológica (evolutiva). Bajo este tenor, es cómo

la generación espontánea comienza a ser considerada como una explicación per se sobre el origen de la vida.

Sin embargo, poco duró esta postura, ya que años más tarde, Luis Pasteur (en 1860), con la intención de

demostrar que la generación espontánea no existe (y por ende desechar las teorías evolutivas, ya que en aquel

momento formaba parte de ellas); desarrolla los célebres experimentos con matraces de cuello de cisne, con

lo cual como el mismo lo dijo, la generación espontánea recibiría un golpe del cual nunca podría levantarse.

Por lo tanto no es hasta 1924 cuando el libro “ Proiskhozhdenie zhiny” (el origen de la vida)

transforma el problema del origen de la vida, llevándolo de una serie de discusiones especulativas a un objeto

de investigación que posee una metodología con la cual se puede trabajar. Oparin propone que los primeros

organismos fueron generados a partir de precursores orgánicos: “en lo fundamental, todos los animales, las

plantas y los microbios están constituidos por las denominadas sustancias orgánicas. La vida sin ellas es

inexplicable. Por lo tanto, la primera etapa del origen de la vida tuvo que ser la formación de esas sustancias,

el surgimiento del material básico que después habría de servir para la formación de todos los seres vivos”

(Oparin, 1938). Después de discutir el origen geocósmico de la Tierra y como los primeros compuestos

orgánicos y las sustancias que formaron los geles coloidales podrían estar presentes en la tierra primitiva,

Oparin aclara que el metabolismo (en el sentido amplio de la palabra) es lo que distingue lo vivo de lo no

vivo. Para Oparin los primeros organismos no pudieron ser organismos fotosintéticos que prosperaron en una

atmósfera de CO2 y luz solar, sino organismos anaerobios fermentativos. Basado en observaciones

astronómicas y la síntesis de hidrocarbonos de Mendeleyev, concluye que las primeras formas de vida

surgieron de procesos que iniciaron en la síntesis abiótica de compuestos orgánicos y de la formación de la

sopa primitiva (Lazcano, 1996).

Si bien, parte de las ideas originales de Oparin, han sido superadas, su hipótesis sobre la emergencia

de los primeros sistemas vivos sigue siendo aceptada y es el eje central de las nuevas hipótesis. Diferentes

versiones sobre un origen heterotrófico se han propuesto a partir de la de Oparin, pero todas ellas están

basadas en la idea de que la síntesis abiótica de moléculas orgánicas fue necesaria para el origen de la vida

(tabla 1).

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Tabla 1. Hipótesis contemporáneas sobre el origen de la vida (tomada de Lazcano 1996)

1. Origen heterótrofo

Oparin (1924, 1938) Evolución química y precelular. (heterótrofos –

anaeróbios)

Corliss et al (1981) heterótrofos hipertemofílicos , en ventilas

submarinas

Gilbert (1986) Mundo del RNA

Kauffman (1993) Teoría de la complejidad y auto- organización

De Duve (1991)

El mundo de tioester

2. Origen autotrofico y fijación de CO2

Wächtershuäser (1988) metabolismo quimioautotrofico basado en pirita

Una clasificación de las teorías contemporáneas sobre el origen de la vida se pueden observar de

manera más detallada en la figura 1 (Davis, 1996). Esta clasificación se divide en dos grandes grupos,

aquellas que proponen un origen extraterrestre de la vida y las más numerosas aquellas que proponen un

origen terrestre.

El concepto de panspermia fue sugerido por vez primera en 1908 por Arrhenius. Él especulaba que

las esporas provenientes de otros sistemas planetarios, fueron las semillas que al llegar a la Tierra dieron

origen a la vida en nuestro planeta. Recientes versiones de la teoría de panspermia sugieren que la vida

existió en otro espacio y fue transportada a la superficie planetaria por meteoritos, asteroides o cometas

(Irvine et al, 1980). Otras alternativas sugieren que dicho transporte se dio dentro de nuestro sistema solar

(Marte), ya que esto salvaría los largos periodos de transporte en el espacio interestelar. Estas teorías por

alguna razón sugieren que el origen de la vida fue más fácil en otros planetas que en nuestro sistema solar,

sin embargo, no explican como se originó en los planetas de origen.

Los ejemplos anteriores son teorías de panspermia al azar ya que existen otras propuestas (sin

evidencia alguna) de que la vida fue colocada en el espacio deliberadamente con el objeto de contaminación

de otros planetas, estas ideas serían catalogadas como panspermia directa. Sin embargo las hipótesis de

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panspermia, enfrentan una serie de problemas que son sumamente complicados de resolver (por ejemplo la

sobre vivencia de los organismos en su transporte), pero sobre todo, aunque aceptáramos esta propuesta como

un mecanismo plausible, existe una circunstancia, por la cual no creo que deba ser considerada como una

alternativa seria a este problema, y esto es que la panspermia no resuelve el problema del origen de la vida y

nos lleva al terreno de la especulación, ya que por el momento no tenemos evidencia alguna que nos permita

suponer que existió este fenómeno. Cabe mencionar que los meteoritos de origen marciano encontrados en la

Tierra, así como las posibilidades de que existieran condiciones para el surgimiento de la vida en Marte, han

dado nuevos adeptos a estas teorías.

Las teorías que asumen que la vida fue originada en la Tierra, sugieren que ésta se originó hace más

de 3.6 x 109 años. Las teorías para un origen en arcillas, proponen que los primeros organismos fueron

inorgánicos y evolucionaron de compuestos de cristales arcillosos (Cairns-Smith, 1965). Por medio de

procesos de selección natural los compuestos arcillosos fueron incrementándose en complejidad y

sofisticación bioquímica, donde los cristales de arcilla debieron funcionar como los primeros materiales de

información genética (gen primitivo) que fueron ensamblando moléculas orgánicas en sistemas replicativos.

Para esta teoría la evolución debió desarrollar sistemas orgánicos que fueron obviando la necesidad de las

arcillas. Independientemente de los problemas que presenta esta teoría, se ha encontrado que las arcillas

pueden catalizar oligómeros de RNA, sin embargo, este resultado no es una evidencia por si mismo a la

teoría, y sí una línea de investigación para la polimerización de macromoléculas.

La mayoría de las teorías para el origen de la vida en la tierra, supone un origen orgánico. Estas

teorías pueden ordenar, según la fuente orgánica de energía, los heterótrofos y los autótrofos que tendrían

como fuentes de energía un proceso inorgánico, los fototróficos, y quimiotróficos. El material orgánico pudo

ser producido en la superficie de la Tierra primitiva en una atmósfera reductora, este hecho ha sido

comprobado por los experimentos de Miller. Sin embargo, trabajos recientes han puesto en duda que la

atmósfera primitiva fuera altamente reductora (Kasting, 1993), lo cual disminuye radicalmente la obtención

de compuestos orgánicos, por lo que una alternativa es que gran parte de estos compuestos sean de origen

extraterrestre, por medio de meteoritos y cometas (Chyba y Sagan 1992). De cualquier manera el origen

exógeno o endógeno de los compuestos orgánicos no modifica radicalmente la teoría, aunque para varios

autores este hecho separa radicalmente las hipótesis (Orgel, 1998). El hecho es que tanto los experimentos de

química prebiótica como los compuestos encontrados en meteoritos han demostrado la producción de

moléculas orgánicas esenciales para el origen de la vida, en la Tierra primitiva. Esto genera el primer paso de

la teoría “estándar de la vida” (basada en Oparin), la evolución química, de la cual habría que explicar el paso

de la sopa primitiva al origen de sistemas autoreplicativos, donde el “mundo de RNA” tiene un papel central,

que a su vez seria antesala a la aparición de la síntesis de proteínas y los organismos DNA/proteínas.

Diferentes trabajos han sugerido un origen quimiotrófico de la vida a partir de ambientes

hidrotermales o geotermales (Corliss, 1981; Wächtershäuser, 1990) estos organismos utilizarían la energía

que se produce de la reacción:

4H2 + CO2 CH4 +2H2O + ΔE

FeS +H2S FeS2 + H2 (Wächtershäuser)

Organismos análogos a los antes mencionados, estarían representados por arqueobacterias y varios

microorganismos que metabolizan azufre o son metanógenas. Estas teorías requieren de fuentes hidrotermales

para reducción de gases como H2S y como fuente de energía química (redox) para la biogénesis.

Una fuente de energía alterna para las etapas tempranas de la vida, fue sugerida por Woese (1979),

donde sugiere que las primeras formas de vida eran fotosintéticas en una Tierra que poseía una densa

atmósfera de CO2 y agua. La fuente de energía primaria para la síntesis prebiótica debió ser la radiación solar,

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estos primeros organismos desarrollarían la habilidad de fotosintetizar produciendo su energía a partir de

materiales presentes en su ambiente. Sin embargo, esta teoría enfrenta una serie de problemas, como

justamente la radiación solar, la densidad de la atmósfera y las fuentes de agua en la Tierra primitiva, además,

implica una hipótesis nada parsimoniosa en términos evolutivos.