orientaciones para el manejo de estudiantes con conductas disruptivas 2

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Orientaciones para el manejo de estudiantes con conductas disruptivas, oposicionistas y/o desafiantes. Sugerencias Reforzar conductas positivas, destacando sus logros por sobre las conductas no deseadas. Es muy importante prestarle atención cuando está calmado, preguntarle cómo está, qué ha hecho, felicitarlo cuando hace algo bien, etc. Esto ayudará a que se sienta escuchado y reconocido por los demás. Favorecer participación en clases, favoreciendo el desarrollo de su autoestima y percepción de logro. Tono firme, pero cuidando el volumen de la voz al momento de llamar la atención. Ellos/as son muy reactivos al modo en que se dicen las cosas. En lo posible, tratar de resolver los problemas en privado, evitando el escarmiento público (frente al curso) ante su conducta. Evitar juicios de valor ante el comportamiento del niño/a, centrándose en las conductas (“estás haciendo mucho desorden”) y no en el estudiante (evitar: “eres un niño incontrolable”). Aunque no lo parezca, estos niños y niñas son muy vulnerables a los juicios que emiten los adultos. Frente a momentos de crisis, es importante mantener la calma y no reprender al niño con juicios personales. Los/as niños/as que responden de manera muy agresiva cuando están frustrados o enojados, pueden empeorar su conducta cuando se les llama la atención de manera muy enérgica. Es preferible hablarles en un tono calmado, aunque firme, velando para que no pongan en riesgo a otros/as compañeros/as o a sí mismos. Incluso, a veces es preferible que salgan de la sala para distraerse, correr o jugar con supervisión de un adulto.

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Orientaciones para manejo comportamiento

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Page 1: Orientaciones Para El Manejo de Estudiantes Con Conductas Disruptivas 2

Orientaciones para el manejo de estudiantes con conductas disruptivas, oposicionistas y/o

desafiantes.

Sugerencias

Reforzar conductas positivas, destacando sus logros por sobre las conductas no deseadas. Es muy

importante prestarle atención cuando está calmado, preguntarle cómo está, qué ha hecho, felicitarlo

cuando hace algo bien, etc. Esto ayudará a que se sienta escuchado y reconocido por los demás.

Favorecer participación en clases, favoreciendo el desarrollo de su autoestima y percepción de

logro.

Tono firme, pero cuidando el volumen de la voz al momento de llamar la atención. Ellos/as son

muy reactivos al modo en que se dicen las cosas.

En lo posible, tratar de resolver los problemas en privado, evitando el escarmiento público (frente

al curso) ante su conducta.

Evitar juicios de valor ante el comportamiento del niño/a, centrándose en las conductas (“estás

haciendo mucho desorden”) y no en el estudiante (evitar: “eres un niño incontrolable”). Aunque no

lo parezca, estos niños y niñas son muy vulnerables a los juicios que emiten los adultos.

Frente a momentos de crisis, es importante mantener la calma y no reprender al niño con juicios

personales. Los/as niños/as que responden de manera muy agresiva cuando están frustrados o

enojados, pueden empeorar su conducta cuando se les llama la atención de manera muy enérgica.

Es preferible hablarles en un tono calmado, aunque firme, velando para que no pongan en riesgo a

otros/as compañeros/as o a sí mismos. Incluso, a veces es preferible que salgan de la sala para

distraerse, correr o jugar con supervisión de un adulto.