ontología en orígenes
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Ontología en Orígenes, relación con la paideia griega en el desarrollo del pensamiento cristiano.TRANSCRIPT
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En realidad, los ideales culturales griegos y la fe cristiana se
mezclaron, por muy ansiosos que estemos de conservar unos
y otra. Haba, en ambas partes, un intenso deseo de penetra-
cin mutua, sin tener en cuenta, por ahora, lo reacio a asimilar-
se que eran estos dos lenguajes, cada uno de los cuales tena
sus diferentes maneras de sentir y de expresarse a s mismo.
Werner Jaeger.
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Aunque no es su objeto de estudio, en este pequeo ensayo supondremos las diferen-
cias entre los distintos sistemas ontolgicos como parte de un proceso de desarrollo
en la lgica cristiana, que se encontraba necesariamente dirigida hacia la resolucin
del conflicto entre dos trminos: fe y razn. Las similitudes las tenemos que entender
en el mismo sentido, como incorporacin a su propio discurso.
Dicha lgica en los primeros siglos despus de que los primeros evangelistas
se ocuparan de la traduccin al griego de las fuentes orales y escritas halladas origi-
nalmente en arameo tuvo que adaptar no slo el lenguaje sino tambin los significa-
dos de la nueva tradicin a los odos y las mentes de los pueblos de habla griega a fin
de hacer posible su aceptacin en el mundo helnico.1 Este hecho dio como resultado
una elevacin en la calidad de los textos y, consecuentemente, necesit de nuevas
inteligencias cuya capacidad estuviera a la altura de la transformacin.
Dos siglos antes de que se produjera el primer enfrentamiento entre las tradi-
ciones griega y cristiana, Filn2 haba tratado de demostrar que el judasmo poda ser
expuesto y entendido en los trminos de la filosofa griega.3 Pero como apuntbamos,
fue en el transcurso del siglo III que tuvo lugar la controversia entre eruditos griegos y
cristianos, lo encontramos en el Contra Celsum de Orgenes, o el Contra los cristianos
de Porfirio. En la defensa de la nueva matriz filosfica cristiana teolgica, podramos
precisar aparece la erudicin de quienes ya haban logrado que ambas tradiciones
encarnaran en un nico individuo, fue esta unin de ambos mundos en una persona la
que produjo la sntesis, muy compleja, del pensamiento griego y cristiano.4
Por otra parte, debemos mencionar la oportunidad que debi suponer para que
operase esta sntesis que la sociedad griega ya hubiera incorporado ideas monotes-
tas adems de un sentimiento religioso profundo, como notaron Sfocles queda
reflejado en el Edipo en Colono 5 o San Pablo cuando, al pasear por las calles de
Atenas, se encontraba a cada paso las seales de un pueblo sobremanera religioso.6
El gran renacimiento del platonismo durante el siglo II d.C. no se debe tanto a la inten-
sa labor de estudio erudito, cuanto al papel del divino Platn como suprema autoridad
1 Jaeger, Werner. CRISTIANISMO PRIMITIVO Y PAIDEIA GRIEGA. Mxico: FCE, 1965, Pg 58.
2 En Contra Celsum Orgenes dir que sus escritos le parecen tan logrados en distintos puntos, que
incluso los que filosofan entre los griegos quedaran atrapados por las cosas dichas, en las que no slo el estilo ha sido decorado, sino tambin los pensamientos, las doctrinas y el uso de las escrituras. 3 Op. cit. Pg 59.
4 Ibid. Pg 60.
5 En tal ciudad el sentimiento religioso tena profundas races Sfocles, EDIPO EN COLONO, 260.
6 Hechos XVII, 22.
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religiosa y teolgica. Dicho renacimiento lleg a su punto culminante en el llamado
neoplatonismo de la generacin de Orgenes.
Este es el contexto en el que hemos de analizar el marco ontolgico en el
pensamiento de Orgenes, un ambiente en el que las Ideas platnicas eran interpreta-
das como pensamiento de Dios.
Cabe aadir que la influencia del platonismo en la obra de Orgenes es materia
controversial. Durante la primera mitad del siglo XX se consider a Orgenes miembro
de la escuela platnica,7 autores recientes consideran su pensamiento radicalmente
diferenciado de ella o incluso antiplatnico8 y una tercera serie de investigaciones
reconocen una profunda influencia que ste habra instrumentalizado en favor de la
exgesis y la teologa.9 Nosotros nos mantendremos afines a esta tercera forma de
anlisis.
Por lo dems, numerosos testimonios tardoantiguos vinculan a Orgenes con
Platn y los autores platnicos. El discurso elogioso de uno de sus discpulos
en Cesarea, atribuido a Gregorio el Taumaturgo, relata cmo el maestro los
haca leer y estudiar con avidez las obras de las distintas escuelas filosficas, y
le atribuye una profunda familiaridad con los tratados que se conocan en la
poca. El de Porfirio es un testimonio ms explcito. En un fragmento de su
obra Adversus christianos, el discpulo de Plotino dice haber conocido a Orge-
nes el cristiano en su juventud. Lo describe como educado en las letras grie-
gas, cristiano en sus costumbres, pero helenizante en su doctrina acerca de
las realidades y de lo divino.10
Un esbozo del marco ontolgico origeniano situara la Trinidad en el primer
nivel de los , lugar donde las tres hipstasis divinas Padre, Hijo y Espritu
Santo formaran parte de una jerarqua descendente, como veremos ms adelante.
Este primer principio es descrito como uno y trino, lo absolutamente uno y trascenden-
te con respecto a lo creado, pero a la vez afirma un sistema de subordinacin en sus
relaciones internas.11 Padre, Hijo y Espritu Santo seran la bondad de modo esencial,
7Koch, H. (1932). Pronoia und Paideusis: Studien ber Origenes und sein Verhltnis zum Platonismus.
Berln/Leipzig: Walter de Gruyter. Pg. 268 Vid. Bastitta Harriet 2012 8 Edwards, M. J. (2002). Origen against Plato. Aldershot: Ashgate; Tzamalikos, P. (2006). Origen:
Cosmology and Ontology of Time. Leiden: Brill (Suplements to Vigiliae Christianae, 77). 9Crf. Jaeger, W. Op. Cit.
10 (Bastitta Harriet 2012) Para profundizar en el contenido de la doctrina acerca de los principios en
Orgenes vamos a basarnos principalmente en esta fuente, que a su vez extrae su fundamento princi-palmente de tres obras del pensador: Per Archn, Contra Celsum y el comentario In evangelium Ioannis. 11
Padre e Hijo son dos cosas por su hipstasis, pero una sola por el acuerdo, la consonancia y la identi-dad de su voluntad, Orgenes, Contra Celsum VIII, 12 (p. 529, 25-27)
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a diferencia de la bondad de modo adventicio o accidental de las cosas creadas en
tanto partcipes de la divinidad. En Per archn se habla de una bonitas compartida por
las tres personas, cuyo principio es el Padre, pero cuya naturaleza reproducen en s
mismos tanto el Hijo como el Espritu Santo sin alteracin, desemejanza o distancia.12
Ahora bien, se trata de un esquema causal derivativo en el que Orgenes sita al
Padre como fuente trascendente del ser para las otras dos hipstasis, slo el Padre es
Dios-en-s, mientras que el Hijo el Lgos no es el Dios, , sino simplemente
.
Acerca de la trascendencia absoluta de este primer principio, el alejandrino
parafrasea la sentencia de Repblica 509b sobre el Bien que se eleva ms all de la
esencia en dignidad y en potencia, refirindola a Dios. Y, por otro lado, sobre si pode-
mos llamar al primer principio afirmar de forma ambigua: decimos que el Dios
del universo simple, invisible, incorpreo o es intelecto () o est ms all.13
De esta forma lo llamar en cuanto a fuente de toda naturaleza intelectual o
intelecto siempre situndolo ms all del entendimiento, de la idea y de lo inteligible
como absolutamente simple y trascendente.14 El primer principio es como cierto inte-
lecto, un que no es .15
As entonces, el primer principio uno y trino, corresponde a las tres perso-
nas en una relacin jerrquica que no las divide. Siendo el Padre Dios-en-s ( ) el
que otorga el ser al Hijo () para que este se vuelva hacia la creacin por voluntad
de aqul convirtindose en instancia creadora. Esta instancia () en Orgenes
tambin en Filn no es ni material, ni carente de orden, ni puramente pasiva, sino
una primera creacin del Dios supremo que funciona a la vez como causa instrumental
de la segunda, la del mundo sensible (Bastitta Harriet 2012). Este principio, que es
adems el lugar donde se encuentra el Lgos, se correspondera con el mundo inteli-
gible de los platnicos.
Nosotros, que creemos al Salvador cuando dice: El Padre, que me ha envia-
do, es mayor que yo, y por esta misma razn no permite que se le aplique el
apelativo de bueno en su sentido pleno, verdadero y perfecto, sino que lo atri-
buye al Padre dando gracias y condenando al que glorificara al Hijo en dema-
sa, nosotros decimos que el Salvador y el Espritu Santo estn muy por enci-
12
Orgenes, Per archn I, 2, 13, 439461 (S.Chr. 252, pp. 140142). 13
Orgenes, Contra Celsum, VII, 38 (p. 491, 1-2) 14
Vid. Contra Celsum VI, 64 (p. 442, 69); VII, 45 (p. 498, 1932); In evangelium Ioannis XIX, vi, 37 (p. 305, 1317); Exhortatio ad martyrium XLVII (pp. 42.2943.18). 15
Cfr. Plotino, Enneades, VI, 8, 16, 1516; VI, 8, 18, 2122; vid. la introduccin de Santa Cruz y Crespo 2007, p. XXXIX.
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ma de todas las cosas creadas, con una superioridad absoluta, sin compara-
cin posible; pero decimos tambin que el Padre est por encima de ellos tanto
o ms de lo que ellos estn por encima de las criaturas ms perfectas.16
Orgenes entiende dos potencias divinas que actan sobre la creacin, una
demirgica y otra providencial, que estn ms all del tiempo y son el mismo Dios
en una dimensin no absoluta, sino relativa. Es necesario nombrar la distincin que
establece de forma ms precisa el autor entre Sopha y Lgos: La sabidura se entien-
de como un sistema de la contemplacin acerca de todas las cosas y de los pensa-
mientos, y el Lgos es captado como la comunicacin de las cosas contempladas a
los racionales.17 As reconocemos los modelos creados (, y )
en el seno de Sopha, y los seres racionales o espirituales ( ) que poseen una
comunicacin especial con el Lgos y cuya naturaleza fue hecha por Dios incorrupti-
ble, inteligente y afn a l. Estas realidades ( ) son las que al apartarse de la
unidad original en el Lgos, dieron lugar a ngeles, hombres y demonios; a la cada; y
tambin fueron ocasin para que Dios creara el mundo sensible y el tiempo. As, en-
contramos una distincin entre la primera creacin, de las naturalezas racionales, y la
segunda, que implica diversidad ontolgica y seala el inicio de la materia sensible, el
espacio y el tiempo (Bastitta Harriet 2012). El autor concibe la materia sensible como
creacin divina, no impura ni causa de los males, a pesar de que su creacin sea
consecuencia de la cada y de que su estado presente implique imperfeccin.
Para cerrar este marco mencionaremos la posicin filosfica origeniana ms
controvertida para la tradicin cristiana, la cual sostendra que el fin del mundo ser un
retorno a la unidad original.18
Para terminar, queremos llamar la atencin sobre el siguiente hecho: las simili-
tudes claras entre lo expuesto y la concepcin ontolgica de Escoto Ergena. Segn el
Irlands, la actividad Creadora es junto con la Ciencia el principal atributo divino.
Dios es como para los rficos principio, medio y fin del todo. Es por ello que si el
todo es la natura -Dios- podemos distinguir en ella cuatro aspectos segn los distintos
momentos de la actividad creadora: 1) uno increado que crea ( ), 2) uno creado
que crea (, , ), 3) uno creado pero no creador (segunda creacin, el
mundo y el tiempo) y, por ltimo, 4) uno que ni es creado ni crea (fin de los tiempos y
retorno a la unidad original). El primero de estos aspectos corresponde a la considera-
16
Orgenes, In evangelium Ioannis, XIII, 25 17
Orgenes, In evangelium Ioannis I, xix, 111 (p. 23, 2224) 18
Cfr. Per archn II, 1, 1, 1630 (S.Chr. 252, pp. 234236).
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cin de Dios como principio, el segundo y tercero a Dios como medio y el cuarto a
Dios como fin (de un movimiento de reditus) (Luduea 2005).
Bibliografa
Bastitta Harriet, Francisco. Tradicin platnica acerca de los principios. Dinoia, volumen
LVII, nmero 68, 2012: 141-164.
Edwards, Mark Julian. Origen against Plato. Aldershot: Ashgate, 2002.
Jaeger, Werner. CRISTIANISMO PRIMITIVO Y PAIDEIA GRIEGA. Mxico: FCE, 1965.
Koch, Hal. Pronoia und Paideusis: Studien ber Origenes und sein Verhltnis zum Platonismus.
Berln/Leipzig: Walter de Gruyter, 1932.
Luduea, Ezequiel. Processio u occulti manifestatio en Escoto Ergena. La Plata: Revista de
Filosofa y Teora Poltica, 2005.
Tzamalikos, Panagits. Origen: Cosmology and Ontology of Time. Leiden: Brill (Suplements to
Vigiliae Christianae, 77), 2006.