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OLEAJE Revista de creación literaria Tertulia “Buero Vallejo” Año I-nº 1. Julio2008. Dirección: Natalia Benítez de Tena. e-mail: NATBET13@ yahoo.es

Consejo de redacción: Natalia Benítez de Tena. María Alonso Ordás, Alfonso Enríquez de Salamanca, Carmen Louzan. Han colaborado en este número: María Alonso Ordás, Pilar Aranda, Natalia Benítez de Tena, Cibeles, Rosario de la Cueva, Evelio Domínguez, Juan Durán Velasco, Alfonso Enríquez de Salamanca, Teresa de Jesús Gómez, Juliana Mallén, Prado Martínez, Alejandro Palacios Cabanillas. Colaboración especial: Isabel Díez Serrano.

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PRÓLOGO Oleaje, nace hoy con el propósito de dar a conocer los trabajos realizados por el grupo literario Buero Vallejo. Nuestra revista es el resultado de aunar una misma ilusión, la de escribir. En estas páginas encontrarás relato y poesía fundamentalmente, pero también hay espacio para la reflexión y el ensayo. Nuestro Oleaje no es otro que la palabra, palabra que siempre lleva una carga emocional determinada, con la que cada uno de nosotros expresa su fantasía o su realismo; y en muchas ocasiones, ese inmenso bagaje personal que guardamos a través del tiempo y no podemos contener, sino que necesitamos plasmarlo en el papel. Por todo ello, encontraremos distintos y diversos estilos; desde el poema más profundo al más sencillo, desde la medida y la rima, al verso libre, desde el relato realista, al cuento fantástico. Escribir, no es solo fruto de la imaginación, sino que forma parte de nuestra experiencia personal y única, de nuestro mundo interior, de nuestra forma de enfrentar la vida… de nuestros sueños. Hoy dejamos aquí nuestro Oleaje: ése que un día nos golpeó fuerte, ése otro que nos balanceo, suave, cómo una caricia; aquél que nos obligó a nadar contra corriente, o el que definitivamente, nos trajo a la orilla sorteando toda clase de mareas. Así será nuestro trabajo, nuestro Oleaje, con el que deseamos llegar a buen puerto. Queremos agradecer a la Biblioteca Pública Buero Vallejo, el seguir abriéndonos su casa para trabajar en este proyecto, y a su Directora María Vicente Arias Sánchez. Y como no, a nuestra querida Revista Oriflama, de la que todos procedemos, y que nos impulsó a continuar; y a su Directora Isabel Díez Serrano que tánto luchó por ella, y con la que pasamos tan buenos momentos. Nuestro agradecimiento también a MUNIMADRID por el espacio que hoy nos concede. Natalia Benítez de Tena.

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OLEAJE

No es la última ola con su salado peso la que tritura costas y produce la paz de arena que rodea el mundo: es el central volumen de la fuerza, la potencia extendida de las aguas, la inmóvil soledad llena de vidas. Pablo Neruda (del Gran Océano)

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SANGRE Y SILENCIOS

Dormida en su dolor, rotos los diques. Las sombras, las palabras. Y la mujer que yace. Y el silencio.

Y el transcurrir del día. Y la mañana. Adolorida está. Señales en su pecho. Y en sus brazos. Señales.

Y el tirano detrás y ella tan débil. Y el olor de la sangre. Y la palabra muerta. Y las voces vacías.

Y el muro de arrogancia. Y las horas que aparcan. Sombras. Silencios. Sangre. Mañana. Y el hoy que no termina.

Y el llanto que no cesa.

Volver a ser de nuevo para no volver nunca. Y la inmensa cadena que jamás se termina.

Y uno más uno y veinte y así hasta cuatrocientos. Y más, hasta que el número deje de ser contado.

Y se pierdan las voces. Y el valor. Y la sangre. Y nuevamente el llanto.

Y el tirano. Y el muro. Y la cadena. Nuevamente las sombras. Hasta que la Esperanza deje de ser palabra y se vista de negro.

Y se termine el mundo.

María Alonso Ordás

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A Natalia

AMIGA No estamos en tu piel y no es posible sentir por ti, cubrir tus emociones, tu dolor no es el nuestro, tu consigna no es tampoco la nuestra. Pegados a tu sombra, en la penumbra, nuestras voces responden en silencio, no podemos calmarte, no logramos encontrar la palabra necesaria. Mas estamos aquí y únicamente podemos regalarte un pensamiento, una sonrisa, acaso una mirada, y un solo nombre: amiga. María Alonso Ordás

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Galope de caballos en los cielos,

almas que no lleváis espuelas altas.

Galope de caballos en las nubes sin bridas y sin alas.

Galope de mis sueños

por el aire ¡Decidme, quién os ata!

Natalia Benítez de tena

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NO ES OTOÑO No es otoño tan sólo un día cualquiera en que la Tierra tiene hambre de cerezas oscuras. Esta Tierra que ayer acarició mi cuerpo hoy se nutre de peces y de pájaros. Ignoro si algún viento se ha quedado esperando mis párpados, si este cercano árbol da oxigeno a mis venas, ignoro si duermo, o simplemente sueño. Y sé, que no es otoño,

tan sólo un día cualquiera, en que el agua inmensa, incontenible anega los rincones., y no discurre , espera como niña asustada tapándose los ojos y la boca, gritando enloquecida… y sé que no es otoño, tan sólo un día cualquiera. Natalia Benítez de Tena.

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TUS MANOS Tus manos son los lienzos que cubren mis heridas, son retazos de brisa que refrescan mi rostro, y ese inmenso pañuelo que enjuga esta infinita lágrima. Tus manos son palomas que vuelan donde las mías no alcanzan. Son tus manos los mundos donde habito, los espacios donde escribo mi historia. Son tus manos, todo lo que perdí, todo lo que me falta. Serán tus manos mías aun en la distancia, serán sólo tus manos.

Natalia Benítez de Tena

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LA ISLA INALCANZABLE

Como todas las tardes, aquellos dos amigos salieron a pasear por el acantilado. Eran muy aficionados a la pesca, pero hacía mucho tiempo que los peces no aparecían por aquellas aguas. Ni las sofisticadas cañas de pescar les proporcionaban la menor alegría. De pronto vieron, a lo lejos, un hermoso pez plateado. -¡Mira!... bajemos a la playa; tal vez haya más. -Estás soñando, puede ser uno de esos peces virtuales con que pueblan ahora nuestros mares, para dar alegría a los pescadores como nosotros. Poco a poco, se fueron metiendo mar adentro; la resaca les arrastró hasta un islote pelado y solitario. Ya no pudieron volver. -Y ahora ¿qué? No podremos salir de aquí jamás. -Tu siempre tan pesimista, en cuanto nos echen en falta vendrán a recogernos. Confía. -Pero ¿cómo? Hace cinco años, la comunidad taló el último árbol, con el que hicieron la última barca, que ahora está en el museo nacional.

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-Pues yo no me resigno, habrá que pensar algo. Gritaron con todas sus fuerzas, durante toda la noche. Tiraron las cañas al mar, con la esperanza de que la marea las arrastrara con un mensaje de socorro. A la mañana siguiente todo el pueblo en la playa, con pancartas y altavoces les animaba. “Os rescataremos”. ¡Ánimo amigos! No tenemos balsas, pero sí muchos héroes anónimos, que formarán un arrecife humano, por el que podréis regresar. Los dos amigos se pusieron muy alegres y optimitas. Estaban salvados, -¿Lo ves? –Dijo el más decidido- Preparémonos deprisa para que, en cuanto lleguen aquí emprender el regreso sin mirar atrás. -¡Un momento! Pero ese arrecife… Esas cabezas sobre las que pondremos nuestros pies… se hundirán para siempre. –Dijo al otro con angustia- -¿Y quieres privarles de la oportunidad y la gloría de ser héroes? Se hundirán de todas formas. -No sé si puedo hacerlo… Prefiero quedarme aquí –Contestó en voz baja- En cuanto divisaron el arrecife humano, sólo uno se lanzó al agua; un poco acobardado al principio, pisando más y más fuerte, conforme avanzaba a su meta. Una sola vez miró atrás, para ver si su amigo le seguía. La isla estaba en silencio, el horizonte en calma. Siguió adelantando con paso firme, los brazos en alto para guardar el equilibrio, lo que le daba un aire triunfal. Cuando llegó a la playa, le recibieron como a un héroe. La multitud rugía de entusiasmo, hacía mucho tiempo que no pasaban una tarde tan emocionante y divertida. Se oyeron algunos gritos de “torero…torero”, aunque los más jóvenes no sabían muy bien que significaba. Tras varios días de homenajes y banquetes, las autoridades le erigieron una estatua en el parque, para conmemorar el acontecimiento. Y el hombre famoso ya no volvió a los acantilados para escuchar el rumor de las olas, o descubrir algún pez plateado, prefería pasear por el parque, por las cercanías de su estatua y oír el murmullo de la gente: “mira…es él…es él”. Nadie mencionaba a su amigo. Él también lo había olvidado. Pasado algún tiempo, aquella muchedumbre voluble e inconstante, empezó a cansarse de la estatua, y le hicieron blanco de toda clase de burlas…le ponían disfraces…letreros…hasta que la olvidaron.

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En los días claros bajaban a la playa a contemplar una pequeña isla incrustada en el horizonte, desde la que se elevaba una columna de humo que, agitada por el viento parecía que se retorciera de risa; pero como estaba muy lejos nunca la podrían alcanzar. En fin señores,-dijo el guía al grupo de turista- Esta historia que acaban de escuchar, ha venido transmitiéndose de generación en generación, y hace muchos años que figura en las principales guías turísticas. Sigan un poco más adelante y pronto podrán admirar la estatua más famosa de la ciudad. No ofrece duda, porque es la única. Los que están sentados en los bancos no son estatuas. Después bajaremos a la playa para contemplar la isla. Merece la pena vivir para verla. Parece una joya que brilla a la puesta del sol. Algunos dicen, que allí habita un hombre feliz. Especie extinguida, o quizás jamás existió. Cada cual es libre de pensar lo que prefiera, pues nunca lo sabrá. En cuanto al humo dejemos a los expertos que descifren su mensaje. El pueblo por si acaso dice que ríe. Por favor los que padezcan algún, tipo de alergia, procuren no meter los pies en el agua; y no se quiten las mascaras antigás. Y una última advertencia: al pasar por los acantilados, tengan mucho cuidado de no caerse. No disponemos de peces, ni barcas, ni héroes ni nada. Hace mucho tiempo que no hay mareas ni resacas y jamás alcanzarían la isla, Pasen un buen día señores. Ha sido un placer recibirles en nuestra hermosa y tranquila ciudad. Cibeles

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CUMBRES BORRASCOSAS Lontananza de niebla, páramos pantanosos, rocas evanescentes con sugerentes formas de almenados castillos. El oloroso brezo, el vuelo de la falda enganchado en el risco, la negra cabellera, pupilas de azabache y un alma atormentada. -¡Heatcliff, regresa, la eternidad es demasiado desafío para vivirla sola!

Lágrimas que no erosionan el granito. Y el recuerdo, el recuerdo. La mansión en la colina, dos jinetes galopan, juventud, ilusión y su amor contra el viento. El olor de aquel mozo de cuadra era un dulce elixir que enardecía la sangre. Lo que fue, ya no es. Lágrimas que no erosionan el granito. La lluvia que fustiga con sus púas de plata.

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La cumbre se oscurece. Se aleja la heroína, sola entre la borrasca. La heroína romántica que oculta su pasión bajo su parda capa. Y se extingue la tarde igual que la esperanza. Rosario de la Cueva

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ME QUEDO CON TU VOZ COMO UN LATIDO Me quedo con tu voz como un latido, me quedo con tu última mirada, me quedo con tu adiós como una espada que fustiga mi pecho dolorido. Me voy como el sinsote que en su nido ha perdido en batalla infortunada. Me voy, pero me queda la alborada de este sueño que no doy por perdido. Me quedo en el desierto de tu ausencia sin un punto tener de referencia para palpar tu piel, y así no puedo revivir este amor en la distancia, mas como fe me ofrece la constancia como el río me voy , pero me quedo. Evelio Domínguez

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TE NECESITO AHORA

Adivino tus pasos sobre el azul de un sueño, y me muero de ausencias después que te has marchado.

Pobre iluso que busca cariño en las alturas y tirita de frío colgado de un celaje.

La distancia se asusta de su propia distancia, y yo me asusto al verte tan lejos de mi mano.

Distancia y lejanía me suenan a tristeza, como algo inaccesible que no se ha de alcanzar; yo te quiero cercana, circundando mi espacio;

te quiero en los caminos por donde van mis versos, te quiero en todas partes donde mis ojos miren,

donde palpen mis dedos, donde mi voz te alcance. Mas no digo mañana, te necesito ahora,

cuando enfría mi alma la nieve del olvido, cuando sólo mi almohada conoce mis quimeras. Mañana será tarde para los dos, ¡quién sabe!

Alguna vez llegaste a visitar mis predios; yo te esperé anhelante, con mi mano extendida,

tu miraste al poniente y regresaste al mar. Son cosas de la vida, pero no las comprendo.

Tu sigues navegando ya casi a la deriva, yo sigo aquí en la orilla, en esta eterna espera, sintiendo que en mi pecho arden lavas de nieve.

Quiero ganarle al sueño las horas que me roba,

porque las necesito para pensar en ti. este deseo intacto de mi imaginación,

me hace volar en alas de una pasión salvaje, inventado contigo amaneceres nuevos.

Mas no digo mañana…

¡Te necesito ahora!

Evelio Domínguez

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NADA DE NADA Regreso del futuro que he vivido sin detenerme casi en el presente. Hacia el pasado voy, naturalmente a rescatar mis sueños del olvido. Si nada soy, en nada convertido en la nada quisiera estar latente allí donde nostalgia no se siente, donde está la palabra sin sonido. De lo poco que fui, nada me queda no sé si soy gusano o soy la seda. Si alguna estrella soy, pero apagada que alumbré tal vez otro momento. Aquí vivo feliz, porque sustento el orgullo final de no ser nada. Evelio Domínguez.

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A ISA POR S. VALENTIN Eres campo de trigo amarillo

que brisa suave mece complacida. Eres tranquilo mar sin nubarrones donde mi débil barca ennoblecida del sol recibe rayos cariñosos. Sigue así, magnífica deidad, remanso de sin par fresca dulzura. Seguro estoy contigo, verde prado; no decaerá mi alma en la andadura pues marcas el camino entre las matas.

Eres lumbrera tibia de la luna que ilumina el campo por la noche con sus haces de luz evanescente. Eres tesoro mío con derroche que alimenta mi ser con alegrías. Mi deber es colmarte de alabanzas, ensalzar tus virtudes duraderas y proclamar al mundo que te quiero con frases y palabras verdaderas.

Espero que te gusten, son sinceras. Alfonso Enríquez de Salamanca

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CANTO A DOS CHOPOS LOMBARDOS

Tengo ante mí dos chopos elegantes. No son, en realidad, únicas plantas, los más grandes y hermosos ejemplares en este nuevo parque pucelano. Pero brillan al sol mirando al cielo. Sus ramas verticales me enaltecen y me animan a ver el lado bueno, el sempiterno impulso que me ofrecen cual ejemplo de canto en sol mayor. Su visión es un himno de alegría, dos flechas dirigidas al triunfo. Verde plata ,vigor sin aspaviento, invitación perenne a superarme cuando me siento débil sobre el barro y oscura la victoria se presenta. El hecho de crecer, chopos insignes, significa derrota de las dudas, las mías como hombre y como artista. Cuando Febo incide con orgullo en las hojas henchidas de su luz todo el alma suspira de emoción. Siento calma ungida con alivio, deleite de sonata "in tempo lento". Y el murmullo de céfiros benignos acrecienta la paz de verde brío, tranquila y sosegada mas pujante. No armonizan los chopos con la muerte. Para mí son el arpa de la vida, la fuente inmaculada del amor y el signo natural de la existencia. ¡Populus alba y nigra os bendigo! Alfonso Enríquez de Salamanca

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VOLVERÁS El bosque está en silencio y tú aún dormido, en esta hora embrujada, en que la aurora se está desperezando en su lecho de sombras que, en la noche la ha tenido aprisionada, como yo te tuve a ti entre mis brazos. Cuando ella al fin del lecho se libere y surja radiante en toda su hermosura, también tú escaparás lejos, muy lejos de mis amantes brazos, que se quedan, igual que la noche se ha quedado, llorosa y triste, resignada a que se convierta en día y haga inconstante miles de locuras. La mañana, va volando por el azul del cielo, con explosión de luces y colores. Se baña en los arroyos cristalinos, bebe en las fuentes y retoza, corre por los bosques, locamente, sin tregua, sin descanso. Es muy joven aún y el placer la embriaga. Tú también en la radiante mañana de tu vida, has corrido tras el placer; loco, jugando y bebiendo sin medida en todas las fuentes del camino. En ninguna de ellas todavía, ha llenado tu boca el sabor amargo del hastío. En la tarde caliente ardorosa, esa aurora que despertó tan joven, comienza ya a sentir el peso de las febriles horas que ha vivido, de todas las locuras cometidas. Eso mismo que a ti te está ocurriendo, has perseguido sin freno los placeres, y sientes que ese fuego, lo mejor de tu vida ha consumido.

La noche sabe bien de esas locuras, cometidas por su insensata aurora, le traerán el cansancio y el hastío, y al final de la larga jornada vendrá el inevitable crepúsculo. Volverá en busca del reposo, a ese lecho de sombras que la invita. Igual que tú volverás, amado, agotado y dolorido, después de tus locas correrías, que te han dejado el alma y cuerpo quebrantado. Volverás a buscar entre mis brazos, el reposo, el descanso y el olvido. Teresa de Jesús Gómez

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A mi madre CATORCE DE NOVIEMBRE Cubren los caminos nieve con escarcha, aparece tu cara. Flores moradas, blancas, pálidas a ras de suelo, no sé como se llaman. Un catorce de noviembre Dios te apartó de mi lado, hoy dan sombra los cipreses a tu lápida. Se rompió el cielo y llevó mis alegrías. Algunas veces, tu alma pisa mi casa, entonces cientos de pétalos abren sus párpados y desprenden rocío de su cascada de perlas. Activo el dolor, el generoso sol abre la ventana a mis oraciones. Te las envío a ti, madre. Juliana Mallén

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MANANTIALES Se funden las estrellas, fluyen los manantiales brotando el agua. Desde montes calcinados hasta aquí llega tan clara…

Se mantiene sobre hondas de dulzura el prodigio de la balsa pasa tranquila, es un sueño después de tanto mimarla, va soñando río abajo, se le enreda la maleza y la sonrisa se apaga Nuestro corazón se lleva en su melodía constante antes de llegar al Tajo. Juliana Mallén.

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A CHARO Me ha revelado el viento, errante enamorado, que arribado en su puerto ancló en su pensamiento la mirada de Charo. Hay en ella nostalgia de puertos añorados lejos en la distancia que reflejan los sueños en sus ojos castaños.

Gaviota que al firmamento en un vuelo de alborada remonta mi pensamiento en sus alas plateadas. Si algún día el desamor te sumerge en el olvido este amante soñador guarda para ti, mujer, un paraíso escondido. Yo quise brindar contigo y en una ofrenda de amor. Mis ilusiones fallidas se ahogaron en la bebida del brindis del perdedor. Prado Martínez

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A LA HIEDRA Circundado de árboles ya vetustos y añosos se erguía aquel castillo en otro tiempo hermoso. Enclavado en la loma. se alzaban sus pilares y crecía la hiedra cubriendo sus ruindades.

Embellece murallas olvidadas que convirtió su fiel enredadera con su tapiz sublime en jardines de eterna primavera. ¡Como tú, quién pudiera audaz y expiatoria dignificar malezas para alcanzar la gloria.! Prado Martínez

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¿QUÉ SERÁ LA FELICIDAD? ¿Será felicidad un fin mundano, será un éxtasis de algo muy profundo será necesidad del ser humano o a saber si locura de este mundo? ¿Será una incontinencia de la mente de un insaciable espíritu faustiano, será un útil refugio permanente o será voz de canto fatuo y vano? ¿Será ausencia total de sufrimiento un beso que suspende los sentidos, será dicha de un mágico momento o ser blanco certero de cupidos?

¿Será danza, una música, un anhelo una puesta de sol, un alborozo, será vuelo de un pájaro en el cielo o será una emoción llamada gozo?

¿Serán auras de vida y aficiones, pensamientos robados a los sueños, la suma de pequeñas ilusiones o sentidas quimeras y diseños?

O tal vez sea aquello que se tiene, en el cofre que guarda los sentidos y que nunca se ve lo que contiene

por andar en la vida muy perdidos.

Alejandro Palacios Cabanillas

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UN GORRIÓN EN MI VENTANA

SONETO

En tanto contemplaba la mañana, la mirada perdida en lontananza vino a dar con saltitos una danza

un curioso gorrión de clase urbana.

Vuelve, —le dije—, vuelve, que mañana en señal que me das tanta confianza,

yo te dejaré el agua y la pitanza en el verde alféizar de mi ventana.

Y le pondré a tu danza melodía,

porque hará de mi vida cotidiana razón de ahuyentar melancolía.

Te esperaré con celo, y con más gana,

me diré al ver nacer un nuevo día: ¡Anda, asómate ahora a la ventana!

Alejandro Palacios Cabanillas

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Poeta invitada: Isabel Díez Serrano. Traer a nuestras páginas a Isabel Diez Serrano, es además de una satisfacción, un orgullo. Ella no es sólo una excelente poeta, sino que ha sido nuestra Directora en la etapa anterior y por consiguiente nuestra amiga. -Isabel, ésta es tu casa, tus páginas, tu Revista. Hoy, como hace un tiempo volvemos a escribir juntos.

ISABEL DÍEZ SERRANO (Nota bibliográfica) Poeta, narradora, crítica literaria, Promotora cultural. Obra: 23 libros publicados. En cincuenta Antologías de España y América. Poemas traducidos a inglés, italiano, ruso, japonés… Poemas musicalizados. Fue Presidenta de la Asociación Prometeo de Poesía. Colabora en revistas especializadas tanto en papel como en la red. Dirigió durante ocho años la Tertulia-Taller de Poesía Príncipe de Asturias. Actualmente dirige la Tertulia-Taller “Villa de El Escorial”, donde reside y la revista de creación literaria ORIFLAMA

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YO NO SÉ si alguna vez nací en el vientre del mar, si los peces han sido mis hermanos. Pero sé, bien me sé que fui agua y yodo, salitre y marejada de frondosos azules. Soy, la quebrada orilla, la ola que se enciende al primer desafío.

Como hay mares que mueren con los ojos redondos, los peces panza arriba en la playa desierta donde ronda la luna. Ese latido de las aguas, lejos, es el ojo de un pez por donde el mar pasea. La fuente original se desflora en gemido. La mañana es salobre. Casi líquida. Azul. Mis manos son milagro que navega las ondas. Nuestras manos gaviotas que atraviesan océanos. Hoy el agua está dulce, tan amable y tan lenta… El mar, ese secreto, un profundo secreto que al hombre no confía; --¡el mar, la mar!— pájaros marineros desde lo alto claman. Y tú y yo en la otra orilla, desnudos con rumor de algas y de sal contemplando el espejo de aquel temblor primero. Isabel Díez Serrano de: “Primero temblor”. 2007

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UN DÍA FUE MI GRITO rompiéndose el cristal entre mis huesos, un claro despertar y una sonrisa implícita en los ojos, esa voz tan urgente que oscilaba como péndulo histórico diciendo sí, diciendo no, diciendo ¿qué verdades? Y al fin, la encrucijada, el túnel, la salida, asumir que fui gota y río roca y arena sin nunca haber dejado de ser mar. de: “Primero temblor”. 2007

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QUIZÁS FUI DE LA ESTIRPE DEL DRAGÓN y ahora después de sacudidas las escamas no puedo regresar imantada en el nuevo paraíso de los cuatro elementos. Igual que los arroyos van al río y el río sigue al mar. Yo, si del mar nací y vine a la deriva hasta la tierra donde el fuego y el aire, después de haber soñado, después de despertar habré de reencontrarme con el cielo. Principio y fin. ¿Y el mar? de: “Primero temblor” 2007

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TUVIMOS CALOFRÍOS FRENTE AL MAR. En él estaba Dios, estaba, la Voz del infinito que deambula. Creímos que allí estaba, tan sólo allí, junto a nosotros, para nosotros solos y hasta creímos oír sus pasos en la arena según nos desplazábamos. Ahora, en esta Villa Leal, sopla el viento más fuerte y de nuevo está Dios, más grande, más auténtico, más escalofriante si lo piensas, allá, sobre las nubes del Abantos, acá, bajo la sombra de los pinos. Por fuerza el dolor íntimo, dolor universal, cual diminutas gotas de diamante, se esfuma al saberte contemplado, te abraza esa Gran Voz iluminada, sabes que está contigo, te sostiene, valle, río, montaña… La Voz, esa Gran Voz, es tu voz cuando la Voz te llama. de:”De Madrid al cielo pasando por El Escorial” 2008

LA MIRADA INTERIOR Y EL MONTE QUE RODEA armoniza el paisaje que devuelve el frescor de su cima. Baja la niebla. Qué quietud en el aire, no interrumpe la labor de escribir, la labor de pensar, la labor… Tarde o temprano se abrirán las rosas, las verbenas ya cuelgan, hermosean. Cómo no hablar de amor en esta hora en que la vida nace, se despierta, palpitante de júbilo, donde el miedo no fue no seguirá apuntando. Todo se halla en actitud de espera… Y ayer, la luna roja llamada “luna azul” permaneció encendida hasta cerrar los ojos. Y derramaba perlas en todas las ventanas. ¿Adónde estabas tú? de: “De Madrid al cielo pasando por El Escorial” 2008-

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Y BIEN SABEMOS QUE “LA VIDA ES SUEÑO” porque soñamos hasta despertar. Despertar de vivir, de desatar la ilusión, ya que el mundo es tan pequeño. Y si la vida quemas como leño que arde y su fin es calentar. Si el amor armoniza tu cantar, armonizas al otro y a tu dueño. Los sueños, sueños son, pero el vivir en este mundo cruel y desvalido hacen que te despiertes con el ruido de los hombres, su llanto, su fruición. Y de tal suerte somos, como estamos porque somos tal vez lo que soñamos. inédito: 2008

SENTIMOS LA MIRADA ATENTA del infinito, pero no sabemos, pero no llegamos. Quedaos conmigo. inédito: 2008

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Y ahora hablaremos del mar

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MI DOLOR Como el dolor van las olas, crecen y mecen mi orilla, pasajeras incansables, me bañan o me salpican. Luego retornan de nuevo a su blanca espuma líquida.

Yo con el dolor convivo, lacerando mis heridas, dolor que es tan solo mío, que me moja las mejillas, como las olas, saladas, que jalona mi rutina de nubes y de montañas, de mar azul, de conquista, de los placeres logrados, de las penas consentidas. Yo, como el dolor, soy fuerte, que la pena es pena mía. Que nadie avale mis horas ni facilite mi huida, que yo estoy con uña y carne del dolor comprometida. Como el dolor van las olas ondas de luces perdidas; que este dolor, por ser mío nadie comente o maldiga, pues no comparto con nadie el dolor de mis heridas. María Alonso Ordás

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NACIMIENTO DE UNA ISLA ( Dedicado a David y Ana, futuros padres) 8 de julio EL BESO Se le volcó a mi padre el corazón. La tierra se llenó de besos blancos y rojos, como rosas recién abiertas en unos labios tiernos. Y yo ando loco, ebrio y ciego por un rastro de agua, que estoy muerto de sed, ¡ beso de fuego! Agosto EL MAR Sumergido, desnudo. En el hueco más hondo he pasado de beso a batirme sin alas, a espesarme, a asomarme en fragmentos. Yo quisiera que el mar me prestara más tiempo.

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Septiembre EL CORAZON Sumergido, desnudo, dormido, despierto. Roca de sangre. Voz del silencio. Dale con fuerza, con fuerza, sin miedo. Y que cierre ya el mar esta puerta de dentro Noviembre LA ISLA Agua dulce de mar que te lavas con las sonrisas de mis primeros sueños, y las fijas en olas para envidia del sol y del viento. Mar que manejas barcos de seda para cruzar la orilla del hambre al alimento. Mar que me acunas con aire de tu garganta a mi lecho. Este aire que a veces te oprime cuando antojan mis giros, mis movimientos, y te estremeces al recordar que un día tú serás quien despida el invierno, quien empuje a ras de las olas una montaña de besos, a la luz, al primer grito, al primer latido del tiempo. Mar abatido, Mar, Mar de Madre, abrázame ahora sumergido y eterno. Pilar Aranda

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MADRE MAR Me dais la libertad profundas aguas extensas como brazos de madre. ahora sé que nací entre corales, alumbrada de estrellas, acunada por peces y vestida de algas.

Ahora sé de qué materia son mis manos, qué movimiento dio compás a mi pulso, qué grito, qué sonido guardan las caracolas, quién me ciñó las alas y ascendí entre la espuma. Hoy asoman a mis ojos los antiguos colores de mi origen. Estoy aquí, al borde de tus aguas, distantes y cercanas, tan partes de mi ser, aquí donde regresaré, donde me llamaran pronunciando mi nombre. Natalia Benítez de Tena.

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EL MAR, LA MAR Puertas al mar no le pongas, déjalo libre en su cama, de su coral no dispongas pues el mar a la mar ama. Es la mar del marinero, es el mar del pensador, ofrecen amor y esmero, de cualquiera son dador. Porque la mar que se mece o ese mar que el agua agita al marinero adormece en el pensador milita. Juan Durán Velasco

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LOS MARES ME MIRABAN

Los mares me miraban con grandes ojos verdes, sus abiertas pupilas claridad reflejaban, al mandar alegría de amor tornasolado, trayendo servidumbre de cantoras cascadas. Donde se balancean las danzarinas notas,

sostén de las canciones de conciertos y causa, recorren los confines donde las olas rompen en raros litorales que engalanan las playas.

La audiencia que componen sensibles peregrinos que llevan los mensajes de las risas que captan, en insondables fondos, posada del silencio la luz de los corales la oscuridad traspasa.

Los fieles servidores en las profundidades vigías en los lechos que los tesoros guardan, estrellas y luceros, bajan a esos abismos, los corales ensayan triunfantes serenatas.

Y llegan los del coro mostrando sus cantares, árbitros del concurso montados en las rayas, que ordenan los desfiles que mandan las ballenas, les siguen los marrajos, se orientan por las flautas.

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Las gambas y cangrejos… tocando los timbales, así invertebrados preciosos se engalanan, las anguilas brillantes, pequeños chipirones… todos cantan y bailan, loando a mares bravas.

Que donan los amores de madres a sus hijos, al plancton pequeñito y al que lo come abrazan, sin distinción de especies, tamaños o colores para todos baladas las caracolas cantan. Pero a mí me miraban como llenos de dudas, me ofrecían belleza para que yo plagiara, el enigma y encanto, que daban a la tierra

corazones inmensos, la poesía amaban. Juan Durán Velasco

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