observación y auto-observación de clases

10
Observación y auto-observación de clases Carmelo Fernández Loya Objetivos de la observación L a observación ha sido desde siempre una de las fuentes del co- nocimiento humano pero es muy reciente su aplicación siste- mática al servicio de las situaciones educativas. Entendiendo, como es el caso, la observación de modo lato podemos considerar tres grandes objetivos: la investigación, la formación y la evaluación. Ya Agusto Conte señalaba la observación como uno de los cuatro métodos de investigación, junto a la comparación, el análisis históri- co y la experimentación. Pero en el terreno educativo es Flanders (1970) el primero que utiliza la observación de clases para determi- nar la interacción de profesores y alumnos en el aula. Este autor es- tudia la observación como “no participante”, es decir, el investiga- dor-observador se limita a recoger datos sobre lo que ocurre en el au- la que luego compara con otras clases del mismo profesor o de otros. Este es el modo tradicional de llevar a cabo la observación y al que haremos referencia en el presente artículo. Otro de los objetivos que se puede proponer quien realiza prácti- cas de observación en clase es el de la formación del profesorado. Como bien señalan Postic y De Ketele (1988) “la mayor parte de los programas de formación del profesorado prevén períodos de obser- vación”, que pueden ser de gran ayuda para profesores noveles o con poca experiencia, pero que también son provechosos para los profe- sores experimentados. En este último caso el objetivo puede ser la Cervantes Nº 2 Marzo 2002 D I D Á C T I C A

Upload: carmelo-fernandez-loya

Post on 26-Jun-2015

16.222 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Artículo de investigación sobre la observación y la auto-obsersavión en contextos educativos

TRANSCRIPT

Page 1: Observación y auto-observación de clases

Observación y auto-observación de clases

Carmelo Fernández Loya

Objetivos de la observación

La observación ha sido desde siempre una de las fuentes del co-nocimiento humano pero es muy reciente su aplicación siste-mática al servicio de las situaciones educativas. Entendiendo,

como es el caso, la observación de modo lato podemos considerartres grandes objetivos: la investigación, la formación y la evaluación.

Ya Agusto Conte señalaba la observación como uno de los cuatrométodos de investigación, junto a la comparación, el análisis históri-co y la experimentación. Pero en el terreno educativo es Flanders(1970) el primero que utiliza la observación de clases para determi-nar la interacción de profesores y alumnos en el aula. Este autor es-tudia la observación como “no participante”, es decir, el investiga-dor-observador se limita a recoger datos sobre lo que ocurre en el au-la que luego compara con otras clases del mismo profesor o de otros.Este es el modo tradicional de llevar a cabo la observación y al queharemos referencia en el presente artículo.

Otro de los objetivos que se puede proponer quien realiza prácti-cas de observación en clase es el de la formación del profesorado.Como bien señalan Postic y De Ketele (1988) “la mayor parte de losprogramas de formación del profesorado prevén períodos de obser-vación”, que pueden ser de gran ayuda para profesores noveles o conpoca experiencia, pero que también son provechosos para los profe-sores experimentados. En este último caso el objetivo puede ser la

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

D I D Á C T I C A

Page 2: Observación y auto-observación de clases

confirmación del buen hacer didáctico o la corrección de determi-nados fenómenos que entorpecen nuestra tarea docente.

Un último objetivo de la observación es el de la evaluación, es de-cir, la observación que llevan a cabo algunos centros de enseñanzapara controlar la calidad docente de sus profesores. Es necesariohacer una distinción entre los otros dos objetivos y éste último. Elobservador sólo va a juzgar en el caso de que tenga que evaluar; sisus intenciones son sólo investigar o formar, se limitará a recoger da-tos y no emitirá juicios sobre lo observado. En muchos casos el es-quema de observación y los instrumentos que emplearemos para re-alizarla serán los mismos independientemente de los objetivos quenos propongamos; serán, en cambio, estos últimos los que determi-nen el tipo de observación que realicemos. No obstante, utilizaremosunos métodos de recogida de datos u otros, y en mayor o menor gra-do, dependiendo de los objetivos que nos propongamos.

¿Por qué observar?

Todos conocemos las dificultades que podemos encontrar cuandoentramos en el aula. En el proceso de enseñanza-aprendizaje entranen juego una serie de factores y se producen una serie de fenómenosque ponen a prueba la capacidad de control del profesor. Si alguiennos observa, o si nosotros a través de algún medio podemos recogerdatos sobre lo que hacemos en clase, podremos intervenir, y confir-mar lo que hacemos bien o corregir lo que no nos parece adecuado.Es verdad que la experiencia nos ayuda a mejorar, “más sabe el dia-blo por viejo que por diablo” dice el proverbio, pero no hay duda deque si no desarrollamos una postura crítica y reflexiva hacia noso-tros mismos la rutina puede perjudicar seriamente la eficacia denuestra labor docente. Además, los profesores tenemos una oportu-nidad única para analizar nuestras clases. Como dice Cross (1988)“los profesores deberían considerar sus clases como laboratorios pa-ra estudiar cómo tiene lugar el proceso de aprendizaje en sus res-pectivas disciplinas”.

Pero también podemos acercarnos a las aulas de nuestros compa-ñeros y observar cómo trabajan ellos; esto puede servirnos para re-

OBSERVACIÓN Y AUTO-OBSERVACIÓN DE CLASES120

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 3: Observación y auto-observación de clases

solver problemas nuestros o para ayudar a nuestros compañeros aresolver las dificultades que hayan intuido previamente.

Instrumentos de observación

Cuando hablamos de observación de clases casi siempre nos refe-rimos al método directo, es decir, a la presencia de un observador ex-terno (normalmente un compañero de la misma materia de enseñan-za) que asiste a nuestra clase. Este método comenzó a adoptarse enel mundo anglosajón en los años cincuenta con el fin de que los es-tudiantes en prácticas aprendiesen a partir de un modelo, que era elprofesor titular.

Para actuar con una cierta eficacia, el observador debe armarse deuna serie de instrumentos que le sirvan para la recogida de datos du-rante el período de observación. Generalmente se trata de parrillas ycuestionarios. A modo de ejemplo proponemos en el Anexo un cues-tionario general para la auto-obsevación de una clase de E/LE. Ade-más, en Richards y Lockhart (1998) podemos encontrar numerosasmuestras de cuestionarios y parrillas.

En la confección de parrillas y cuestionarios, Openheim (1992) nosexpone una serie de fallos que no debemos cometer durante su ela-boración: que las preguntas no sean muy largas; no proponer dospreguntas en un mismo enunciado; no preguntar sobre proverbios,frases hechas...; evitar la doble negación; no emplear siglas y pala-bras de jerga; no usar palabras connotadas; evitar palabras ambi-guas; no utilizar términos valorativos; no usar palabras vacías de sig-nificado; evitar un cuestionario excesivamente largo.

Otro método, que podríamos denominar “paralelo” al de la obser-vación directa es el de la grabación en audio o en vídeo de la claseobservada. En este caso contamos con una serie de ventajas respec-to al método directo: posibilidad de repetición de lo grabado, focali-zación del análisis de determinados aspectos, transcripción de se-cuencias, etc. Pero también tiene sus inconvenientes. Uno de ellos esel que Labov (1969) llama “paradoja del observador”, que consiste enque el observador nunca sabrá si lo que observa corresponde a unasituación real de enseñanza o si el uso de una cámara o una graba-dora la está modificando. Desde luego que esto puede ocurrir tam-

CARMELO FERNÁNDEZ LOYA 121

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 4: Observación y auto-observación de clases

bién sin el uso de aparatos electrónicos, pero es cierto que la cohibi-ción de los agentes observados (alumnos y profesor) es mayor en es-te último caso.

Durante el visionado o la escucha de nuestras grabaciones es con-veniente que preparemos parrillas y cuestionarios que podemoscompletar de modo más exhaustivo, gracias a que podemos repetircuantas veces queramos lo observado.

En el caso de auto-observación podemos utilizar un instrumento delos llamados de observación indirecta. Estamos hablando del diario,y concretamente del diario del profesor. Para Richards y Lockhart(1998) el diario está formado por los escritos y notas tomadas por unprofesor después de haber realizado la observación o auto-observa-ción de una clase. Entienden, por tanto, estos autores el diario en unsentido amplio del término en donde caben “reacciones personales,preguntas u observaciones, descripción de aspectos significativos delas clases, ideas para analizar”. Si la redacción del diario se realizacon una cierta regularidad, como su misma definición indica, es po-sible hacer un seguimiento mucho más exhaustivo del desarrolloprofesional del profesor observado, o auto-observado, y de los fenó-menos que son objeto de observación. Pero también tiene sus pun-tos débiles. Es el caso de lo que se conoce como “nativización” o pér-dida de perspectiva y objetividad ante lo observado. Es obvio que unprofesor que se auto-observa, en principio tiene menos posibilidadesde captar todo lo que ocurre en el aula o concentrarse en los fenó-menos que le interesan debido a que está imbuido en su propia labordocente, pero además es muy fácil que no sea objetivo ante lo queobserva o que no posea la sensibilidad suficiente para abstraer los fe-nómenos que le interesan de la observación. El fenómeno de la “na-tivización” puede sufrirlo también un observador externo que cono-ce demasiado bien la realidad del aula que observa.

De todos modos, el diario es una técnica de observación muy opor-tuna para adentrarse en un mundo nuevo o poco familiar y se pre-tende recoger abundante material que puede servir más adelante.Además, la auto-observación permite al profesor comparar lo plani-ficado y lo que efectivamente se realiza en el aula.

OBSERVACIÓN Y AUTO-OBSERVACIÓN DE CLASES122

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 5: Observación y auto-observación de clases

¿Cómo observar?

A la hora de llevar a cabo una práctica de observación tenemos quetener en cuenta una serie de precauciones. Basándome en Richardsy Lockhart (1998) y en mi propia experiencia, expongo algunas de es-tas precauciones que conviene adoptar antes, durante y después dela práctica de observación.

• Antes.- Un observador es un invitado.- Su función no es juzgar, evaluar o criticar al profesor.- Es necesario ponerse de acuerdo sobre el cómo, cuándo y por

qué observar con el profesor titular.• Durante.

- Es importante que el visitante pase totalmente desapercibido.- El visitante deberá ser agradecido y cortés.- Tomará notas y recopilará información de forma discreta.

• Después.- Las informaciones recogidas por el visitante serán privadas y

confidenciales.- Los visitantes no nombrarán al profesor titular al redactar sus

informes.- Las informaciones recogidas estarán a disposición del profe-

sor titular si éste lo solicita.Pero además tendrán que tomarse en consideración otras condi-

ciones como el ambiente en el que se realiza la observación, es decir,el centro y el aula con sus facilidades y dificultades para desarrollarla práctica, el número y el tipo de alumnos y, por último, los mate-riales con los que contamos. Todas las informaciones que podamosrecoger antes de comenzar la observación nos serán de utilidad, nosólo para salvar los imprevistos que nos puedan surgir durante lamisma, sino también para que, al analizar los datos recogidos, poda-mos llegar a conclusiones más precisas.

¿Qué observar?

Como ya hemos dicho anteriormente, son muchos los fenómenosy factores que entran en juego en las clases de lenguas segundas. Co-mo se ha podido ver hasta ahora, nosotros hemos centrado la obser-

CARMELO FERNÁNDEZ LOYA 123

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 6: Observación y auto-observación de clases

vación en el profesor y en su modo de enseñar en este tipo de clases,pero también se puede observar exclusivamente a los alumnos comohacen, por ejemplo, Pavone (2001) y Bozzaro (2001) con los niños dela escuela elemental y media italiana. Pero siguiendo con nuestrospropósitos iniciales vamos a intentar determinar algunos aspectosque se pueden observar en la clase de español como lengua extran-jera (E/LE).

En principio si queremos que nuestra observación sea eficaz tene-mos que seleccionar un objetivo concreto de observación o como di-cen Postic y De Ketele (1988) “delimitar el campo de observación”.No obstante, para profesores en prácticas y con poca experiencia, sepuede empezar con una observación o auto-observación general, si-guiendo por ejemplo las indicaciones del Anexo. Pero incluso paraeste tipo de profesores, y sobre todo para aquellos que ya tienen ex-periencia, debemos marcarnos objetivos mucho más concretos. Po-demos empezar, por ejemplo, intentando resolver lo que creemosque “no funciona” en nuestras clases. Bastará con que nos pongamosde acuerdo con un compañero para realizar un intercambio de ob-servación centrado en el fenómeno que queremos observar siguien-do los pasos señalados. Esto en el caso de la observación al serviciode la formación. Pero también podemos realizar una investigaciónetnológica basada en la observación, aplicando la metodología em-pírico cualitativa. En este caso conviene que nos documentemos másy que seamos mucho más rigurosos tanto en la recogida de datos co-mo en su posterior análisis, sobre todo, porque al final de nuestrotrabajo tendremos que elaborar, como mínimo, un informe que po-dría ser leído por otros.

Algunos de los aspectos que podemos observar en las clases deE/LE son los siguientes:

· Inicio y cierre de la clase.

¿Cómo empezamos la clase? ¿Saludamos a los alumnos? ¿”Perde-mos” un cierto tiempo para relajar el ambiente? ¿Recordamos lo quehicimos en la clase anterior? Etc. // ¿Nuestra clase acaba porque seha acabado el tiempo? ¿Concluimos la clase recordando todo loaprendido? Etc.

OBSERVACIÓN Y AUTO-OBSERVACIÓN DE CLASES124

Cervantes Nº 2 Febrero 2002

Page 7: Observación y auto-observación de clases

· Uso de la L1 (lengua materna) y de la LE en clase y lenguaje

utilizado por el profesor.

¿Hacemos un uso excesivo de la L1 de los alumnos, en el caso deque sean grupos monolingües? ¿Usamos siempre la LE aunque nues-tros alumnos no entiendan lo que decimos? ¿Qué tipo de LE usamosen clase, es adecuado al nivel de nuestros alumnos? Etc.

· Papel del profesor en la clase.

¿Quién o quiénes son los protagonistas de nuestras clases? ¿Losalumnos? ¿El profesor? ¿Hacemos un uso exagerado de la palabra ennuestras clases? Etc.

· Destrezas que se practican en clase.

¿Sólo practicamos una destreza en cada clase? ¿Intentamos que sepractiquen todas las destrezas en una misma clase? ¿Ponemos másénfasis en las destrezas llamadas “activas” (expresión oral y escrita)o en las “pasivas” (comprensión oral y escrita)? Etc.

· Actividades en clase.

¿Las actividades que proponemos a nuestros alumnos los motivan?¿Son atractivas? ¿Nosotros mostramos entusiasmo no fingido antelas mismas? ¿Son significativas? ¿Tienen aplicación fuera del con-texto escolar? Etc.

· Interacción alumno-alumno y alumno-profesor.

¿Empleamos mucho tiempo de la clase en discursos unidireccio-nales, profesor-alumnos? ¿Nuestros alumnos trabajan en parejas ogrupos? ¿Los seguimos durante este trabajo? Etc.

Estos son sólo algunos ejemplos de lo que podemos observar en laclase, vistos de modo muy simple y con algunas sugerencias para ex-plotarlos. Es muy importante que, cuando vayamos a observar un fe-nómeno determinado de la clase de E/LE, nos informemos y nos do-cumentemos lo más posible y, sobre todo, tengamos una base teóri-ca del fenómeno en cuestión de acuerdo con una metodología cohe-rente con nuestra forma de enseñar. De este modo los instrumentosque elaboremos (cuestionarios y parrillas) serán mucho más preci-sos y más eficaces en el momento de la recogida de datos.

Como colofón a esta breve exposición sobre la observación y auto-observación en las clases, en general, y de E/LE, en particular, megustaría comentar tres características que, en mi opinión, debe po-

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

CARMELO FERNÁNDEZ LOYA 125

Page 8: Observación y auto-observación de clases

seer todo aquel que pretenda llevar a cabo una práctica de observa-ción. Se trata de la actitud, el tiempo y la flexibilidad profesional.

Tenemos que adoptar una actitud crítica pero al mismo tiemporespetuosa hacia nuestra tarea docente y hacia la de los compañerosque observemos. Además, nuestras críticas, que mejor llamaríamosconsejos, deben ser siempre constructivas y siempre acompañadasde la cortesía debida.

Uno de los primeros inconvenientes que percibimos cuando pone-mos en marcha una práctica de observación es el de la cantidad detiempo empleado. La preparación, el desarrollo y el posterior análi-sis de los datos recogidos conllevan un empleo de tiempo que en mu-chos casos resulta problemático. De ahí que el primer paso, el de lapreparación de la observación, sea decisivo a la hora de ser precisosy eficaces para “perder” el menor tiempo posible en los otros dos pa-sos sucesivos. De todos modos, no nos debe desanimar este obstá-culo ya que una buena práctica de observación puede ser extraordi-nariamente productiva.

Tanto durante el desarrollo de nuestro período de observación co-mo durante el análisis de los datos recogidos y la “puesta a pruebade la propia acción”, como señalan Postic y De Ketele (1988), tene-mos que adoptar una postura flexible y permeable ante lo que ob-servamos. Está demostrado que una buena dosis de reflexión sobrelo que ocurre dentro de las aulas influye decisivamente en la moti-vación. Por tanto, con la puesta en marcha de prácticas de observa-ción combatimos eficazmente un peligroso enemigo de todo profe-sor: la rutina. Poner en tela de juicio nuestra labor docente es algoimprescindible en el camino de perfeccionamiento continuo que tie-ne que acompañar a nuestro desarrollo profesional.

OBSERVACIÓN Y AUTO-OBSERVACIÓN DE CLASES126

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 9: Observación y auto-observación de clases

Anexo

GUÍA DE AUTO-OBSERVACIÓN

1. Comienzo de la clase.

¿He sido puntual?¿Me he familiarizado con los alumnos?¿He recordado lo que hicimos en la clase anterior?

2. Objetivos.

¿He logrado los objetivos que me había marcado?¿He cambiado de objetivos durante la clase?¿Han sido adecuados los objetivos para mis alumnos?

3. Programación y puesta en práctica.

¿He preparado la clase de acuerdo con los objetivos?¿He llevado a la práctica lo que había preparado?Si he cambiado algo, ¿por qué lo he hecho?¿Los cambios han sido justificados?

4. Contenidos de la clase.

¿Las actividades han sido efectivas?¿He intentado integrar más de una destreza en cada actividad?¿Qué destrezas han practicado los alumnos en la clase?¿Alguno de los alumnos no ha entendido las instrucciones después de expo-nerlas?

¿El tiempo para la realización de las actividades ha sido suficiente?¿El contenido era adecuado para el nivel de los alumnos?¿Alguna actividad no me ha dado el resultado esperado? ¿La sustituiría porotra?

¿Los materiales que he usado eran atractivos?¿Las actividades estaban bien secuenciadas y facilitaban la asimilación?

5. Cierre de la clase.

¿He acabado la clase de forma brusca?¿He recordado a los alumnos lo que quería que aprendiesen?¿La clase ha terminado con la sensación de haber completado algo?¿La clase ha acabado con eficacia, sin tiempos muertos ni actividades de re-lleno?

CARMELO FERNÁNDEZ LOYA 127

Cervantes Nº 2 Marzo 2002

Page 10: Observación y auto-observación de clases

Bibliografía

ALLEN, D.; RYAN K., Microenseñanza: una nueva técnica para la formación y el

perfeccionamiento docentes. Buenos Aires: Ed. El Ateneo, 1976.

BALLESTEROS, C.; FORNS, C.; LLOBERA, M., “Observación de Clases. Investigación ydesarrollo profesional” Asignatura del Máster a distancia de E/LE de la U. B.

Barcelona: Universitat de Barcelona. Sin publicar.

BOZZARO, P.,”Strumenti e valutazione”, Scuola insieme, nº 4. Catania: Tecnica del-la Scuola, 2001.

CROSS, K.P., In search of zippers en RICHARDS, J. C.; LOCKHART, C. (1998) Estrate-

gias de reflexión sobre la enseñanza de idiomas. Cambridge: Cambridge Uni-versity Press. Trad. J. J. Zaro,1998.

DE KETELE, J.M., Observar para educar. Observación y evaluación en la prácti-

ca educativa. Madrid: Ed. Visor, 1984.

DOTRAS, A. M., “La observación de clases como medio de autoformación” Curso

de formación de profesores de E/LE. Alcalá de Henares: Universidad Antoniode Nebrija, 1997.

FLANDERS, N. A., Análisis de la interacción didáctica. Madrid: Ed. Anaya, 1970.

LLOBERA CÀNAVES, M., “Conceptos Básicos” Asignatura del Máster a distancia de

E/LE de la U.B. Barcelona: Universitat de Barcelona. Sin publicar.

OPENHEIM, A. N., Questionnaire Design, Interviewing an Attitude Measurement.London: Pinter, 1992.

PAVONE, M., “I contesti educativi”, Scuola insieme, nº 4. Catania: Tecnica dellaScuola, 2001.

POSTIC, M.; DE KETELE, J.M., Observar las situaciones educativas. Madrid: Ed.Narcea, 1988.

RICHARDS, J. C.; LOCKHART, C., Estrategias de reflexión sobre la enseñanza de

idiomas. Cambridge: Cambridge University Press, 1998. Trad. J. J. Zaro.

SCHRATZ, M. (1922) Researching while teaching: an action research in higher

education. en RICHARDS, J. C.; LOCKHART, C., Estrategias de reflexión sobre la

enseñanza de idiomas. Cambridge: Cambridge University Press, 1998 Trad. J.J. Zaro.

WALKER, R. (1989) Métodos de investigación para el profesorado. Madrid: Ed. Mo-rata.

OBSERVACIÓN Y AUTO-OBSERVACIÓN DE CLASES128

Cervantes Nº 2 Marzo 2002