nueve - (julio de 2010)

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Julio 2010 9.incertidumbre Cada vez compruebo que es creciente el nivel de incertidumbre mientras uno más cimienta su cosmovisión sobre algunas pretendidas certezas de la vida : el trabajo, los títulos, las pertenencias materiales, los logros intelectuale s… El asidero que tales fantasías proporcionan es puro humo, pura espuma, pura ilusión. Y cada vez es creciente el nivel de satisfacción que me entregan cosas de otro orden completamente distinto: la apreciación estética, los amigos, la familia, la música, el buen vino, la filosofía, el buen comerPor lo tanto, me aboco, con esta humilde obrilla anual de mi autoría a todas las cosas que le dan algún sentido palpable a mi vida, algo que recorre la piel, algo que no es una mera especulación para con el destino, algo que escapa de las ruedas del mecanismo… Intento unir, hoy, todo lo que me hace bien y mejor, y en eso, estás incluido. Y cada vez eso ocurre por esta época, en el frío julio marplatense, cuando nos acurrucamos sobre nosotros mismos, sondeamos en nuestra profundidad y contemplamos con misterio el silencio interior. Ahí, junto a la estufa, con la mirada perdida en la lluvia que tintinea melosamente en los tejados o impregna con astucia los cristales. Ahí lo escribo, y ahí lo leerás bien. Gonza

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Book of Poetry by Gonzalo Cipriotti (2010) Libro de Poesia

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Page 1: Nueve - (Julio de 2010)

Julio 2010

9.incertidumbre

Cada vez compruebo que es creciente el nivel de incertidumbre mientras uno más cimienta su cosmovisión sobre algunas pretendidas certezas de la vida: el trabajo, los títulos, las pertenencias materiales, los logros intelectuales… El asidero que tales fantasías proporcionan es puro humo, pura espuma, pura ilusión. Y cada vez es creciente el nivel de satisfacción que me entregan cosas de otro orden completamente distinto: la apreciación estética, los amigos, la familia, la música, el buen vino, la filosofía, el buen comer… Por lo tanto, me aboco, con esta humilde obrilla anual de mi autoría a todas las cosas que le dan algún sentido palpable a mi vida, algo que recorre la piel, algo que no es una mera especulación para con el destino, algo que escapa de las ruedas del mecanismo… Intento unir, hoy, todo lo que me hace bien y mejor, y en eso, estás incluido. Y cada vez eso ocurre por esta época, en el frío julio marplatense, cuando nos acurrucamos sobre nosotros mismos, sondeamos en nuestra profundidad y contemplamos con misterio el silencio interior. Ahí, junto a la estufa, con la mirada perdida en la lluvia que tintinea melosamente en los tejados o impregna con astucia los cristales. Ahí lo escribo, y ahí lo leerás bien.

Gonza

Page 2: Nueve - (Julio de 2010)

1. A veces (En donde presento mis vaivenes mentales y doy a sugerir que todo lo que soy yo en un momento determinado depende de la fase en que ese movimiento pendular se encuentre)

A veces, algo nuevo. Otras veces, sin embargo, la monotonía, la espera, la fila eterna. Unas veces desasosiego.

Lentitud, apatía, rechazo del momento actual. Y ciertas veces, sobresalto constante, sonrisas inescrupulosas, impulsividad frenética y caos.

Un rico caos. Hay veces apolíneas. Las hay también dionisíacas. Rectitud, certezas, legalidad y firmeza.

O, vino, metal, orgías y sueños reales. A veces me aburro mucho, como ahora, por ejemplo. Mi cara no expresa nada. Me siento quieto, sin deseo de nada más que de dormir y pasar el rato.

Pero también hay momentos en los que lloro de risa, salto de aquí para allá, charlo y discuto con placer. Cocino platos de cheff, me tomo unas cervezas heladas y soy feliz.

Y hay veces en las que no tengo ánimo ni para hacerme un té. Algunas veces tengo ganas de estar como estoy ahora. Y ahora mismo tengo ganas de sentirme como me siento en esas ocasiones.

Ignorar este vaivén, similar al de la marea por el ciclo de la luna, sería un terrible error. Si el camino ha de transitarse en equilibrio, parece ser necesaria una cuota igual de cada cosa.

De sonrisas y de lágrimas. De razón y de pasión. De sueño y de vigilia.

De proyecciones del deseo y de azares. De todo el espectro de experiencias que los astros nos conjuren, siempre recordemos esto: Habrá de ellas, iguales partes: unas veces valles, y otras crestas (de la ola de la vida).

Situarnos en la consciente aceptación de esta Ley (y saber domarla), nos pone de pie.

2. Blue Knight stood completely still on a million square meter of concrete flatness (En donde sostengo que la forma creada arbitrariamente también tiene, al menos, un sentido)

Las teclas generan una cierta música La rítmica crece conforme el discurso avanza

La rítmica mueve la idea del texto inmanente Su sonido no es consecuencia del texto Su sonido es el texto

La rítmica invade el campo del sentido La rítmica, pura métrica, marca el campo de los sentimientos

Late Fluye

Métrica Pura Métrica

Dando la esencia de la trascendencia

Las letras generan una cierta música Una matemática transparente El sustento es un laberinto

Una ecuación Y un amuleto

Page 3: Nueve - (Julio de 2010)

La rítmica no es sentido

Dicen, es un argumento Oh, Lord of Logic!

Sólo arquetipo Sin nexo externo

Blue Knight stood completely still on a million square meter flatness of concrete Couldn’t recall what he was seeing Mind unable to process

Such an extraordinarily big number Absolute quietness

No movement at all No time Instantly eternity

Las teclas generan cierta música Latiendo…

Ejecutada por Blue Knight Compuesta…

…¿Quién Sabrá Alguna

Vez Por Quién?

3. Save As (Aquí me pregunto si no somos cada vez más máquina y menos humanos, en una mezcla extraña de realidad y virtualidad, de virtualidad real o realidad virtualizada)

Soy un cyborg bio-mecánico. Mi vida es una cuenta de Facebook.

Soy casi el de las fotos. Soy el que teclea respuestas astutas. La maquinaria que me mueve, el código, soy yo mismo.

Eso, precisamente eso, actualiza información intermitentemente. Los datos me conforman.

Me desarrollo en espacios sin lugar. Soy una secuencia de cosas. O una colección: fotos, amigos, I like it´s, grupos, fans.

Logro ser yo en esto que estoy escribiendo. Soy una programación ejecutándose. ¿Soy casi como una computadora?

Mis preguntas encienden un motor de búsqueda. Infinita base de datos neuronal.

Relámpagos, centellas, sinapsis. Ideas que se conectan con mis ideas en un procesador. Soy, ahí, todo eso.

Soy, aquí, una rareza.

O al menos eso creo cuando estoy online…

Page 4: Nueve - (Julio de 2010)

4. The Ultimate Technology (En donde intuyo que la evolución de la técnica humana evoluciona hacia una apropiación completa del mundo físico por parte de la mente humana)

Uno de los destinos del hombre es la apropiación tecnológica completa. The Ultimate Technology Encarnar la máquina

Maquinizar la carne Neurochip

Pensar y hacer será efectivamente la misma acción. Mi pregunta hace algunos años era: ¿Será posible en el futuro desarrollar un aparato que

Mediante artilugios desconocidos Nos permita Convertir a música esa música cerebral que suena todo el tiempo?

Esa imagen que acabo de capturar, exacta, representada nítidamente Esa idea, hecha texto, editada, corregida, calcada incluso en la forma

Capturar como en una instantánea fotográfica La esencia estética de ese momento Conformar la hechura material de eso que fue…

…solo idea…

5. Aforismos (En donde presento algunos aforismos)

Siempre se acostumbra a usar el "se dice", "como dijera", "tal como afirma"

Y poco el "yo opino", "me parece que" Ni hablar del “yo creo”

-

Había un maestro que era el más sabio Él respondía a todas las preguntas Con silencio

-

En mi vida No pasa nada especial (Eso es peligroso) Supongo que es el invierno El invierno eterno - Me aburro

Me aburro de aburrirme Me aburro de aburrido que soy nomás

-

Page 5: Nueve - (Julio de 2010)

(Para Luis) Lo incierto

No me molestaría Si no tuviera

Algunas certezas -

O eres humano Y escapas – en soledad – de lo mundano

O eres solo animal Y te reúnes con la manada

6. Lluvia

(En donde mi verso se derrama lentamente por la superficie de tu pantalla y te sumerge bajo una llovizna de letras que me mojó a mí también – y a todos)

El sonido de la lluvia El lento derretirse de las cosas para transmutarse en agua

Debajo de la hiedra, un manchón de verde agua Y en un laguito de cemento

Infinitas ondas circulares de agua Un tintineo de agua disparejo, pero tan de lluvia

Un cielo gris agua que se mueve muy lento Muy, muy lento Todo se vuelve brillante como el agua

En un día de sol que no está, que es agua

Un tintineo parejo que armoniza Con una gota perdida que cae en teja sonora Con el eco lejano del charco del cordón

Con el desagüe que se pierde en torbellino de agua En infinita porción de este cielo que cae

La lluvia es siempre una lluvia Lluvia tranquila, pegajosa, melancólica, de árboles quietos, de ecos sonoros, de agua insistente

Lluvia rabiosa, lluvia que pega en la persiana, lluvia que viaja eones con el viento Lluvia con sol para casar a una vieja, para correr de la playa; lluvia de arcoíris Lluvia para pensar, multiforme, sonora, amorfa, muda, etérea, transparente

Lluvia del mar, gota gomosa convexa que rueda en el cristal y se cae Gota acuática, lupa del cielo, ventana en la gota que es un espejo De este cielo que se cae acá y allá; desterrada gota de sal

De mar. Lluvia

De agua de mar Shhh… Agua de lluvia Lluvia Lluvia de mar Shhh…

Lluvia de agua Shhh… Lluvia y soñar Shhh…

Shhhhhh…

Page 6: Nueve - (Julio de 2010)

7. Una tarde de marzo (En donde se transcribe una típica escena de día soleado y algo ventoso en el patio de mi casa) Hay dos o tres abejas libadoras y locas que sobrevuelan la lavanda

Saltando entre los distintos capullos Violetas (espigas zarandeadas por el viento). Los capullos de poniente rebosan de dulce néctar

Al refugio de un viejo pomelo maltrecho. El viento, titiritero incluso del noble pino, alienta la vida floral esta tarde.

Un bshhh constante, apagado, caliente, pesado, de irregular volumen. En crocante sonoridad, las infinitas hojas de un árbol anónimo también crujen con irregularidad. El rosal se tambalea elegante… de aquí… para allá.

Una abeja loca también lo persigue. Astuto motorcillo, nanoscópica ingeniería artrópoda de precisión y sonido particular: “…nnnnnngggggg…”.

La gata, curiosa fierecilla, no puede evitar estar alerta a la escena. El viento – viejo músico con su vibráfono – también sonoriza la tarde de marzo.

Las avispas quietas en su panal no quieren volar. El viento les impone un obstáculo fatal. Una posible odisea: de aire, no de mar.

8. La noche (En donde me pierdo habitualmente) Pareciera que la noche no nos quiere dejar ir…

Me retiene en sus sombras, en su silencio. Los límites indefinidos de las cosas me resultan familiares.

El eco sordo de unos pasos que viajan a través de la humedad. Un farol sólo que devela un círculo de luz en donde todo sucede en un amarillo cansado. La noche juega, obligándome a definir lo indefinido.

Obligándome a entablar amistad con el misterio. La noche es un momento de sigilo en que la fiera dominante husmea su territorio. El inmenso firmamento vacío de luz, con sus astros lejanos, nos devela

la insignificancia de nuestras historias. Camino o miro el túnel oscuro que conforma la noche.

Y me pierdo…

8. Tierra Duplicada (En donde todo se tergiversa, se confunde y se pierde. En donde el estado onírico invade la conciencia de la vigilia por unos minutos y deja estampada cierta impresión que es típica de otro sustrato de la realidad. En donde somos casi tan

libres en la creación como quisiéramos serlo.) …y de repente todos estamos codeando la barra de un puesto callejero que da a la playa. No sé si acabo de

llegar o estoy allí ya hace algún tiempo; me siento relajado, quizá por un atardecer que se insinúa cálido y veraniego: todos estamos en camisetas, algunos con gorras y ojotas, y otros tomando bebidas refrescantes.

Todos charlamos con palabras mudas. Gente llega y se va, hay dinamismo entre los parroquianos del puesto. La ciudad es Mar del Plata, pero no se ve como Mar del Plata. La costanera ha sido barrida por una fuerte tormenta y la línea urbana se ha desplazado decenas de metros hacia adentro, quedando toda la ciudad sobre un alto

acantilado formado por la fuerte mordida de la marea enloquecida. La nueva calle que bordea la costanera es una huella de tierra compactada por los automóviles. Pero como muchos peatones se reúnen sobre ella para mirar el desastre que ha hecho el mar, algunos automovilistas ansiosos

deciden bajar a la playa por una rampa de arena que han improvisado los pescadores y, entre oleada y o leada, aceleran

Page 7: Nueve - (Julio de 2010)

sus autos por la arena evitando el gentío. La maniobra es riesgosa: deben esperar la pausa que sucede a las cinco o seis olas seguidas para poder cruzar. Luego, más adelante, por otra rampa, suben y prosiguen su camino. En eso, mientras

algunos se llevan un pancho a la boca y otros charlan sobre el caos de la tormenta, un ciclista queriendo imitar la maniobra de los automovilistas, toma el atajo de la playa. El ciclista lleva un pasajero montado en el caño. Mientras

realiza su periplo, ante los ojos despreocupados de los que charlamos o comemos panchos en el puesto, una terrible ola blanca se aproxima y devora al ciclista cuando justo pasaba, allá abajo, por delante de nosotros. Entre la espuma se ven revueltos el ciclista y su pasajero (su novia o un amigo), y el manubrio de la bici. No se los vuelve a ver en la superficie y

nadie pregunta por ellos… a mí medio que se me anuda el pecho cuando veo venir la inmensa ola, pero luego, cuando la ola los engulle y todos permanecen inmutables, a la vez que sospecho de “algo”, me convenzo de que la suerte de estos dos me es – en algún sentido - indiferente….

Y es en este momento en que todos súbitamente se empiezan a olvidar de este incidente… algo pasa con el cielo… Pareciera como que se ha tornado algo más azulado, pero ya no como cuando la pálida cúpula crepuscular pasa

del celeste al azul noche, sino como cuando una flor azul madura y se tiñe de violeta, o como cuando una foto se oxida y aparecen lamparones (violetas en este caso). El cielo se ha vuelto un dibujo, es La Noche Estrellada, de Van Gogh. La bóveda azul-violeta-pintura también brilla; no un brillo disperso aquí o allá; no, es toda brillante, como si alguien la

hubiera encerado o laqueado… algo lechoso la impregna y la hace lucir vidriada . De repente alguien, con la cabeza inclinada, dice: ¿eh, eso no es La Tierra? Todos (ahora sí, dejamos nuestros panchos y vasos de coca) y dirigimos nuestra mirada arriba a la derecha. Efectivamente, flotando, allá arriba, hay un

disco que luce exactamente igual a como representamos nuestra Tierra. Verdes cuerpos continentales y grandes mares azulados; las formas, inconfundibles: allá América, aquí el Pacífico, ahí África,…quedamos boquiabiertos. Todos nos

olvidamos de los dos ciclistas (que ahora flotan entre la espuma revuelta pidiendo auxilio). Todos mirando arriba… Es la Tierra, sin ninguna duda; la Luna, un Sol poniéndose y… La Tierra. Todos mirando para arriba… Alguien dice (o yo pienso, no estoy seguro) sentirse “observado”, como si desde esa Tierra repetida, duplicada en nuestro mismo cielo, alguien nos

estuviera mirando a nosotros allí arriba, duplicados, pero en SU cielo. Incluso se perciben – mudas – lejanas voces que desde allí también se asombran de vernos aquí abajo, pitidos de celulares que avisan del extraño fenómeno, ondas de radio que se confunden en ese espacio tergiversado y no saben hacia dónde dirigirse… Todos mirando esa Tierra,

mirándonos, porque, como dijo uno, “si esa es la Tierra, ahora incluso nosotros mismos nos estamos mirando”. Allá arriba se veían lucecitas y un ocaso que formaba una medialuna gigante sobre esa Tierra duplicada y

suspendida en el cielo violeta y lechoso. Era raro… todos mirábamos, pero nadie comprendía qué pasaba. Quizá los ciclistas nos habían confundido. O los panchos eran demasiado buenos.

… Gonza [email protected]

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