nuestros segundos padres
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"Nuestros segundos padres", Los Maestros
Viernes, 28 de Junio de 2013 16:08
Cinco de la mañana, los primeros rayos del sol entran por la ventana del cuarto del internado de
varones de la Escuela Normal Darwin Vallecillo de Chinandega, los pajaritos revolotean de un ventanal
a otro, indican que hay que levantarse. Al abrir la puerta se observa como esa iluminación refleja el
verde de las plantas que representan una nueva esperanza.
Al instante se escuchan las duchas abiertas que indican la preparación de los alumnos para un día más
de clases de los estudiantes que atiende la normal y que provienen de diferentes departamentos y
municipios de país. Minutos después por los pasillos se observa el reluciente azul y blanco que utilizan
los futuros educadores de nuestro país.
Las filas de jóvenes alegres, quienes ríen, conversan y juegan entre sí, se
dirigen a una sola dirección, el comedor de la escuela, es hora de los primeros
alimentos del día, con plato en mano uno a uno pasan retirando de manos del
personal de cocina y apoyo de sus mismos compañeros, los frijoles, queso
rayado, pan y el refresco. Es momento propicio para compartir entre ellos y
sus maestros. El ambiente hogareño se evidencia en cada espacio del local y
las conversaciones lo demuestran.
Son las 7:15 de la mañana, el timbre indica el inicio de la labor educativa, en las aulas la oración de
inicio forma parte esencial para crear un ambiente de paz y la certeza que nuevos conocimientos
formarán parte de su formación. En otro lugar del centro se desarrollan clases de educación física, la
tarea de hoy es presentar ejercicios por grupo, comenta el profesor Fernando Hernández.
Así uno a uno los grupos del II Año presentan su plan de clase con las
actividades a desarrollar y que buscarán como motivar a los niños cuando
estos educadores ejerzan en las aulas de clases.
Otro grupo de estudiantes, los varones con espadas en manos y vestidos de
soldados, junto a sus compañeras vestidas de princesas representaban la obra
teatral, La Bella Durmiente, como parte de la asignatura de Lengua y Literatura con cuentos para niños.
Al pasar las horas, los grupos con sus diferentes maestros, comparten los conocimientos, mientras otros
preparan sus clases en la sala de maestros o en el laboratorio donde investigan apoyados de las nuevas
tecnologías para planificar sus clases.
Mi vida en la Normal
Rosa Adela Domínguez, MarlingDinarte, Génesis Hernández y Jaime Tercero Ruiz, estudiantes de
segundo año, reunidos en las afueras del auditorio de la escuela comentaban como una experiencia
enriquecedora de crecimiento personal y profesional su estadía en la escuela donde habitan hasta el
retorno a sus hogares cada 15 días.
“Aún recuerdo cuando llegue aquí (a la normal) y la primera persona que mire fue a Norlan, el mejor
alumno de nuestro grupo y presidente de la sección. Espero que quedemos juntos para así estar en
confianza, le dije. Después hasta yo me impresione de cómo hable con él, parecía que lo conocía de
antes, así fue desde ese momento nos hemos tratado como hermanos, aquí todos los internos nos
tratamos, así, esto es como una gran familia”, relató con entusiasmo Jaime Tercero.
Entre gestos de libertad Tercero comentó, algunos de los cambios a partir de
esa llega al centro de formación, “yo antes tenía vergüenza de hablar en
público, bailar en los actos y hasta de participar, sentía que no decía nada
importante; hoy me siento con confianza en mí mismo; todo gracias a los
maestros que nos hacen saber que nosotros tenemos un valor y ese valor es el
que compartiremos con los niños en las aulas de clases”.
“Por eso es que decimos que los maestros son nuestros segundo padres, ellos nos aconsejan, nos cuidan
todo el día y hasta nos regañan un poco cuando hacemos las cosas mal”, -sonríe con timidez-, “eso si
nunca nos gritan, sino que lo hacen con mucho amor”, vuelve a reír. ¡Uf! si viera todo lo que he
aprendido aquí", reafirma.
La comparación del maestro como padre, es casi un común denominador entre
todos los estudiantes de la escuela.
MarlingDinarte, expresó que la atención de los maestros es casi total “ellos
siempre están atentos a ayudarnos en cualquier situación que nosotros
pasemos, sus consejos, apoyo y educación son evidente en cada uno”.
“Aquí nos están formando en valores de respeto, tolerancia y solidaridad, entre otros; además de ser
disciplinados, esforzados, entusiastas y creativos con nuestros futuros alumnos, sabemos que en
nosotros está que los niños quieren estar en la escuela”, explicó con propiedad.
Mi apoyo en la comunidad
Al avanzar en la conversación los educadores comparten que ya están
apoyando a su comunidad, enseñando a sus familiares, acción que les hace
enamorarse más de la profesión, donde se origina la formación académica de
todo ser humano y que han elegido como parte de su vida.
“Cuando yo llego a la mí comunidad a los 15 días, es bonito porque desde las primeras casa los niños
me dicen; maestra ahí llego para que me ayude con las tareas; ellos me miran ya como maestra y eso
me gusta!”, señaló con orgullo Génesis Rodríguez, procedente de una Comunidad de Cinco Pinos.
“Si es bonito que te digan maestros, a mi fue un sobrino que me dijo; el tenía problemas con la letra D,
yo le enseñe de una forma fácil. Pone un palito, ahora dibuja una pancita a la izquierda, ahora
pronuncia, dddd vez que fácil es, le dije, fue cuando me dijo gracias maestro”, comento Jaime Tercero
de manera orgullosa.
Qué me inspiró ser maestro
“Desde pequeño me gusto enseñar a los demás, en secundaria ya fue más serio eso, ayudaba a mis
maestros como alumno monitor; los chavalos me hacían caso, pues me miraban como una autoridad, yo
cuando estoy como maestro soy serio”, dijo entre risas Norlan Carvajal, “aquí igual trato de ayudar a
los compañeros en lo que pueda”, ratificó.
“Es más yo estuve en la universidad estudiando otra carrera, era más cerca de
mi casa en Somotillo, pero sentía que eso no era lo mío, por eso llegue tarde
aquí (la escuela normal) pero como me gusto, no me costó nivelarme con los
chavalos”, explicó.
“Es más le cuento que hubo gente que me dijo: ¿por qué vas a estudiar eso?,
mi hermano estudio también magisterio, aún no tiene plaza, pero siento que eso no importa porque lo
que me gusta es enseñar a los demás”, señaló.
En el caso de Génesis Hernández, fue porque fue a efectuar una sustitución a su hermana que es
maestra, “Los niños me decían maestra, eso es como algo grande, te sientes como una madre, los niños
te buscan porque confían en vos”.
“A mí me inspiró mi maestra Esperancita, así le decíamos de cariño, por como
ella nos daba clase. Le ponía entusiasmó a todo, las letras por ejemplo las
aprendimos cantando, eso me gustaba y yo dije quiero ser, así como ella, para
que a los niños les guste la escuela”, expresó MarlingDinarte.
Rosa Adela Domínguez con voz firme mencionó, “lo mío fue al ver y saber
que en mi comunidad El Zacatón, no había maestros, los que llegan son de otros lugares y se van los
fines de semana y los niños necesitan un maestro que les ayude permanentemente”.
“Pues yo lo decidí por mi papá, el quería ser maestro, pero como no habían condiciones económicas no
pudo realizar sus sueño, fue entonces que dije yo voy hacer lo que él no fue”, apuntó con tono firme el
joven educador Tercero.
Mi valoración de la educación
“La educación o enseñar a los niños es como llevar luz donde hay oscuridad, no saber leer o escribir es
como estar a oscuras, por eso creo que esta carrera es importante, así como todo lo que se está haciendo
para que los niños tengan acceso”, indicó Carvajal.
Domínguez por su parte valoró a la educación como el elemento esencial para lograr el desarrollo,
“todos sabemos que por las manos de nosotros los maestros, pasan todos los abogados, los ministros y
toda esa gente, por eso es que la educación es importante y más aún nosotros los maestros”.
Mi compromiso con la educación
“Partiendo de lo que hemos aprendido de nuestros maestros que nos han
inculcado que seremos buenos maestros, ese compromiso lo llevamos
marcado en nuestra mente y corazón, porque somos capaces de ser los
mejores, por nuestros niños y por nosotros mismo”, afirmó Domínguez.
Por su parte Génesis Hernández, destacó que su compromiso es ser una de las
mejores maestras, educando con calidad, dedicación a todos los niños que llegan a la escuela en
búsqueda de saber y de esa manera cambiar su vida y apoyando a la comunidad.
“Yo como todos aquí estamos comprometidos a ser los mejores maestros, para eso estamos aquí y
tenemos excelentes docentes que con esmero nos forman día a día en todos los aspectos”, fueron las
palabras de Jaime Tercero.
“Considero que el compromiso está desde aquí a estudiar con dedicación y ganas de aprender, no por
una nota, sino por los niños que algún día vamos a guiar; otro es que cuando estemos ahí, en el aula,
nos pongamos a nivel de esos niños educando con amor, como aquí lo hacen con nosotros, es decir
seguir con esta metodología”, explicó Carvajal.
El ambiente familiar durante el conversatorio es evidente, junto a las expresiones de buenos días que
continuamente se escuchan entre los estudiantes que pasaban por el lugar donde nos ubicamos.
A lo largo se observa la llegada de las autoridades de la escuela, el ambiente continúa igual parece que
llegará otra persona más de grupo, -¿Vos chavalo a qué hora, irás a dejar mi grabadora?- En tono de
más de broma que de llamado de atención dijo la profesora Ligia Pérez, directora de la escuela.
El timbre indica la hora del receso, momento propicio para que maestros y alumnos se reúnan, bajo la
sombra de los árboles frondosos, pues ahí se ubica el quiosco escolar; los estudiantes no pierden tiempo
y expresan las dudas a sus maestros,- vamos a ir a la escuela profesor-, se escucha a lo lejos.
Al otro extremo del quiosco, en la cancha deportiva la directora de la escuela
sentada en una banca de madera compartiendo con sus estudiantes. ¿Qué son
ustedes soldados o qué? pregunta a los estudiantes, las interrogantes giran en
torno a la preparación teatral que realizan los muchachos de tercer año.
El tiempo es oportuno y ambiente preciso para abordar a la directora, “esto es
parte del diario aquí, parece que no estamos, pero estamos pendiente de todo”, sonríe mientras observa
panorámicamente todas las instalaciones.
“Aquí todo es dinámico, nuestra función es formar docentes con calidad, cumplimos una misión que
desde hace 30 años viene realizando esta casa de estudios, formamos a nuestros muchachos de manera
integral durante todo el tiempo que pasan con nosotros, ellos están en clase de
7 a 4 de la tarde y más de la mitad que se albergan por 3 o 4 semana”, señaló
al describir la función de la escuela.
Detalló, que en los cursos regulares atienden a 274 estudiantes distribuidos en
2 primeros años, 2 segundos años y 3 terceros años, los que ya están en contacto con la comunidad al
realizar sus prácticas en las escuelas de aplicación y durante el último semestre de tercer año las
prácticas intensivas en otros centros.
Según Pérez, los estudiantes atendidos provienen de 23 municipios de la región educativa número II
que la componen los departamentos de León y Chinandega, lo que implica la presencia en una gran
cantidad de comunidades.
La directora destacó, que un tercio de la población de estudiantes procede de las zonas rurales alejadas
de los municipios y de familias vulnerables, por eso el internado atiende a una gran cantidad de
alumnos, donde los maestros e inspectores ejercen la función de los tutores o cuidadores.
Pérez agregó, que a esa preparación se integra la consejería escolar que tratan de inculcar a los
estudiantes, la necesidad de cada escuela para atender los conflictos de los niños junto a las biblitecas-
aulas que incentivan el amor a la lectura que mejora la capacidad lectora.
A los estudiantes también se les formó en atención y educación especial, por ejemplo en lengua de
señas, lo que les permitirá comunicarse cuando se presenten los estudiantes con esta discapacidad,
además de la atención a estudiantes con problemas.
Sin percibirlo las horas avanzan y llegan hasta las 4 de la tarde, momento en el
cual muchos estudiantes con cuaderno en mano ingresan a la biblioteca de la
escuela para realizar las asignaciones educativas indicadas por los maestros.
De igual manera, se observa la presencia de muchos maestros que investigan
más para impartir sus clases, Fernando Hernandez, con cuadernos en mano y
frente a una computadora, investiga o como el menciona prepara su clase de formación en valores. “Me
gusta presentar a los estudiantes películas que lleven a la reflexión”.
“Esto es parte de nuestra preparación diaria, que hace la vida de nosotros los maestros un poco agitada,
por el hecho de querer dar a los estudiantes lo mejor. Recordamos que somos formadores de los futuros
maestros de esta zona, por ello hay que darla toda en ese esfuerzo de manera constante y continuo”,
expresó con convicción el profesor Fernández.
Señaló con sentimiento de nostalgia y emoción, “ese esfuerzo ya lo estamos viendo cuando vamos con
los alumnos a las escuelas de aplicación. No hay palabras mágicas para definir lo que se siente para
encerrar ese sentimiento, lo que sí puedo decir, es que cuando están frente a los niños me siento
satisfecho, porque lo que has sembrado, cosechará pronto; estos chicos serán los formadores de los
profesionales del futuro”.
Por su parte Juliana Delgadillo, docente de psicología, recalcó que desde las aulas se vincula la teoría
con la práctica, explorando la vida de los niños, lo que permitirá ir desarrollando a mejorar el desarrollo
educativo.
“Motivamos a los estudiantes a ser creativos, ellos van vinculando todos los materiales del medio, lo
que permitirá que los muchachos vayan buscando alternativas para el desarrollo de las clases, lo que
nos garantiza que aunque no tengan los materiales impartan los contenidos los que nos llena de alegría
porque serán excelentes maestros”, destacó la maestra.
A las 6 de la tarde, llegó la hora de la cena y el apoyo de los estudiantes en las
labores de la cocina, se repite la rutina del desayuno, unos reparten los
alimentos, otros limpian los frijoles del día siguente, al pasar las horas y con la
llegada de los estudiantes el ambiente en el internado vuelve a recobrar vida,
las planchas para preparar el uniforme del día siguiente.
Así inicia el proceso educativo, el que se puede comparar con un río donde las acciones de los
maestros, hacen que los niños los admiren y deseen ser como ellos, convirtiéndose luego en
educadores, lo que garantiza la repetición del ciclo y con ellos la educación en nuestros país.
Como estas iniciativas que se trabajan en las escuelas normales se pueden encontrar muchas historias
en el sistema educativo, gracias al apoyo de nuestro Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional,
que busca la formación de los maestros que tendrán en sus manos las responsabilidad de formar a las
nuevas generaciones.
Maestros y maestras, con compromiso social, solidario y responsable, valores que fomenta el Gobierno
Sandinista y que se implementan en el sistema educativo y en la formación de los futuros educadores.
Comunicación Social