novena a la virgen de la paz

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LA ESPIRITUALIDAD DEL LAICO NOVENA A LA VIRGEN DE LA PAZ Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde que confiará en el nombre del Señor. (So 3,12) Un pueblo que confía en el nombre del Señor que es dichoso y bienaventurado en el sufrimiento, en el llanto, en el hambre y la sed de justicia, en la misericordia, en la limpieza de corazón, en la búsqueda de la paz, en la persecución. Un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes comprometido con el mundo aportando luz, sal, fermento, semilla y servicio en el amor. Un pueblo que es Cuerpo de Cristo y que se llama Iglesia del Señor. A este pueblo pertenecemos todos los que hemos sido incorporados por el bautismo y en el que la mayoría sois los fieles laicos. La acción misionera y evangelizadora de los fieles laicos en el ámbito propio que es el mundo no tendrá raíz y profundidad si le falta espiritualidad. La sola acción podría acabar en puro activismo o en un humanismo a secas. ¿Cuál es la espiritualidad del laico? El Sermón de la montaña, las bienaventuranzas que se ha proclamado en el evangelio de este domingo nos marca el camino. Profundicemos en este aspecto de la espiritualidad dejándonos enseñar por la Iglesia que es Madre y Maestra. El Concilio Vaticano II en la constitución dogmática Lumen Gentium n.31- 42 nos da tres concreciones: 1. La vocación a la santidad. Todos estamos llamados a ser santos como Dios Padre celestial es santo. No es una utopía, no es algo inalcanzable porque la gracia de Dios nos acompaña y nos ayuda a conseguirlo. Los laicos os santificáis en el mundo, en vuestras propias tareas. 2. El seguimiento de Cristo según los dones y carismas que habéis recibido cada uno de los fieles laicos. No ocultándolos, no enterrándolos sino poniéndolos al servicio de los demás.

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HOMILIA CON MOTIVO DE LA NOVENA A LA VCIRGEN DE LA PAZ

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Page 1: NOVENA A LA VIRGEN DE LA PAZ

LA ESPIRITUALIDAD DEL LAICO

NOVENA A LA VIRGEN DE LA PAZ

Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde que confiará en el nombre

del Señor. (So 3,12)

Un pueblo que confía en el nombre del Señor que es dichoso y

bienaventurado en el sufrimiento, en el llanto, en el hambre y la sed de

justicia, en la misericordia, en la limpieza de corazón, en la búsqueda de la

paz, en la persecución.

Un pueblo de sacerdotes, profetas y reyes comprometido con el mundo

aportando luz, sal, fermento, semilla y servicio en el amor.

Un pueblo que es Cuerpo de Cristo y que se llama Iglesia del Señor. A este

pueblo pertenecemos todos los que hemos sido incorporados por el

bautismo y en el que la mayoría sois los fieles laicos.

La acción misionera y evangelizadora de los fieles laicos en el ámbito

propio que es el mundo no tendrá raíz y profundidad si le falta

espiritualidad. La sola acción podría acabar en puro activismo o en un

humanismo a secas.

¿Cuál es la espiritualidad del laico?

El Sermón de la montaña, las bienaventuranzas que se ha proclamado en el

evangelio de este domingo nos marca el camino. Profundicemos en este

aspecto de la espiritualidad dejándonos enseñar por la Iglesia que es Madre

y Maestra.

El Concilio Vaticano II en la constitución dogmática Lumen Gentium n.31-

42 nos da tres concreciones:

1. La vocación a la santidad. Todos estamos llamados a ser santos

como Dios Padre celestial es santo. No es una utopía, no es algo

inalcanzable porque la gracia de Dios nos acompaña y nos ayuda a

conseguirlo. Los laicos os santificáis en el mundo, en vuestras

propias tareas.

2. El seguimiento de Cristo según los dones y carismas que habéis

recibido cada uno de los fieles laicos. No ocultándolos, no

enterrándolos sino poniéndolos al servicio de los demás.

Page 2: NOVENA A LA VIRGEN DE LA PAZ

3. En la vivencia de las Bienaventuranzas comenzando por la pobreza

de espíritu, porque el pobre de espíritu está abierto a Dios para

enriquecerse de él.

El bautismo os injerta en Cristo y de ahí brota vuestra espiritualidad, en la

unión íntima con el Señor en la vida cotidiana ejerciendo continuamente las

virtudes teologales: Fe, esperanza y caridad.

Meditando la Palabra de Dios para conocerlo mejor, para buscar su

voluntad en todo momento, contemplándolo en los hermanos que son

imagen y semejanza de Dios.

La vivencia de la Fe os libra de la servidumbre de las cosas materiales, os

entrega a la expansión del Reino de Dios y os anima a perfeccionar el

orden temporal con verdadero espíritu cristiano.

Dejarse marcar por el amor y la misericordia de Dios para vivir la caridad,

haciendo el bien a todos, no dejándose abatir en ningún momento por los

contratiempos. Amando a Dios y a los hermanos, porque el amor busca

agradar a Dios antes que a los hombres.

Un amor sacrificado hasta el extremo que está dispuesto incluso a padecer

persecución.

Este camino de espiritualidad se concreta en el aprecio y cultivo de las

virtudes humanas, algunas de ellas tan olvidadas o desprestigiadas:

La profesionalidad, el sentimiento familiar, el sentimiento cívico, la

honradez, el espíritu de justicia, la sinceridad, la delicadeza, la fortaleza de

espíritu.

La Virgen María es para vosotros un modelo de espiritualidad laical porque

Ella está constantemente unida a Cristo y es la mejor cooperadora a la obra

de rendición de Cristo Jesús.

En la Virgen María también encontramos los métodos que alimentan la

espiritualidad de fiel laico:

La oración asidua, en el silencio, en la quietud, con dedicación.

La Palabra de vida, savia que os alimenta a vosotros sarmientos de la vid de

Cristo.

Los sacramentos, fuentes frescas donde beber el agua viva de Cristo, muy

especialmente la Eucaristía, encuentro vivo con Cristo Resucitado.

En una vida simple, sin extremismos, pero haciendo presente a Cristo en

medio de nuestro mundo.

Page 3: NOVENA A LA VIRGEN DE LA PAZ

Pidamos en esta noche a la santísima Virgen de la Paz que interceda por

vosotros, fieles laicos, para que unidos a Cristo y a la Iglesia lleguéis a la

santidad de vida en la espiritualidad y la acción misionera.

Que así sea.