notas sobre la historia ecológica de américa latina

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    LA DIMENSIN AMBIENTAL EN EL DESARROLLO DE AMRICA LATINA56

    En este relato se expone lo que a juicio de los autores son las

    ilustraciones ms relevantes del comportamiento ecolgico de las culturasprecolombinas. Las civilizaciones hidrulicas basadas en la disponibilidadexcesiva de agua, y un complejo y acabado conocimiento bioecolgico; lacivilizacin Maya, poliproductores tanto agrcolas como silvo-ganaderos; yla organizada civilizacin Inca en donde predominaron las tecnologas dezonas ridas y semiridas.

    Es evidente que despus del descubrimiento se constatan variosperodos bien diferenciados. Hemos dividido esta poca en dos grandesperodos: en primer lugar, la conquista y la colonia y en segundo lugar elperodo que va desde la formacin de las nuevas naciones independienteshasta principios del presente siglo. Ms all no hemos querido avanzar porla complejidad creciente del proceso de d esarrollo.

    En el perodo de la conquista y colonia, se destac su caractersticafundamental: la aculturacin a toda costa y la ocupacin del territorio consus consecuencias en la a lteracin d e los ecosistemas.

    El perodo independiente indudablemente naci con un esfuerzode reestructuracin del poder en funcin del control de los recursosnaturales. Aqu el rol internacional de los nuevos Estados condicion tantola estructura productiva como las formas de uso de los recursos. Esteanlisis nos muestra a su vez, las principales facetas de la accin antrpicaen los ecosistemas.

    Con estas notas se quiere hacer resaltar la importancia del enfoqueecolgico en la historia de los pases latinoamericanos, al que no se le hadad o, o en algunos casos no se la ha querido d ar, la imp ortancia d ebida.

    1. La integracin ambiental de las culturas del perodoprecolombino

    La experiencia y el conocimiento de la naturaleza de los habitantes pre-hispnicos del continente se haba traducido en formas de control yadopcin con relacin al ambiente, las que se perdieron en parte por ladestruccin d e estas civilizaciones y por la aculturacin sufrida .

    El conocimiento basado en observacin de los procesos de lanaturaleza unido a una exacta evaluacin de los efectos de la accinhumana, hacen deducir que las civilizaciones precolombinas tenanincorporadas en su acervo cultural concepciones de ecologa emprica. Ello

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    camellones de los llanos de Moxos en Bolivia. La cultura de pantanos de

    Moxos volvi a examinarse en 1962-1966 por Denevan,10

    y Plafker,11

    yestructuras d e camellones fueron estudiad as en el N orte de Colombia,12 enSuriname y en Ecuador.

    Las amplias reas de Amrica Latina con excedentes de aguas fueronutilizadas para la produccin agrcola. De todos los sistemas descubiertos,es el de la Chinampa de Mxico, el que ms interesa destacar por susposibilidades tecnolgicas, su racionalidad ecolgica y por ser el nico queno ha ba desaparecido a la llegada d el europeo.

    La racionalidad ecolgica del sistema chinampa consiste enmanipular simultneamente el ambiente acutico y el terrestre. Del primerose obtiene agua, vegetacin flotante y arraigada para construir suelos y

    peces; del segundo 2 a 3 cosechas por ao de los cultivos principales (maz,frijol) y m ad era d e los rboles fijad ores del bord e del canal.

    La chinampa mexicana se caracteriza por un proceso de creacin desuelo orgnico sobre elevado como camelln en un ambiente acutico, conuna tcnica que usa ramas, lodo de fondos de pantano y abono orgnico.Incluye un proceso especial de construccin de almcigos donde cadaplntula es transplantada con su pan de tierra que incluye suficientesnutrientes para que llegue a la madurez productiva (los llamadoschapines). Se requieren tcnicas de control biolgico de malezas concultivos de entretenimiento, es decir, plantados para que seanconsumidos por las plagas, de control de plagas por cobertura con paja delos almcigos, construccin, fijacin y mantenimiento de canales, altadiversidad de cultivos, conocimiento de cortinas rompevientos, manejo defauna acutica (pesca planificada). El almcigo y el sistema de trasplantepor chapines (cubitos de suelo de 125 cm3), representan un sofisticado ycomplejo paso tendiente a transplantar con sistema radicular ntegro; cadaejemplar con su banco de nutrientes y a controlar enfermedades virosas,descartando p lantas enfermas.

    Las civilizaciones de manejo de excedentes de agua como la descritapermitieron una d ensidad de p oblacin rural de unos 150 habitantes/ km2,en superficies estimadas en 30 000 hectreas en San Jorge, en Colombia, y

    10

    W.M. Denevan, The Aboriginal Culture Geography of the llanos of Mojos, in Norheastern

    Bolivia,Amer. Antig. , 28, 1966, pp. 550-545.11 G. Plafker, "Observations on Archaeological remains in Northeastern Bolivia, Amer.

    Antig. 28, 1963, pp. 372-379.12

    J. Parson s y W. Bowen, "Ancient Ridges Fields of th e San Jorge River floodp lain". ColombiaGeogr. Rev. 56, 1968, pp. 317-343.

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    82 000 hectreas en el lago Titicaca. Ad ems, sustentar on en pa rte

    metrp olis de hasta 500 000 habitantes (Tenochtitlan).

    El sistema agrcola autosuficiente fue intensivo en mano de obrallegndose a ocupar 20 jornadas diarias por hectrea. La unidad familiarcon cierto exceden te comercializable se estima que era d e 800 m2.

    b) Civilizacin Maya

    El desarrollo de esta cultura se remonta de 600 a 300 aos antes deCristo, aunque el apogeo del primer imperio se estima que haya duradohasta el 300 o 900 D.C.13 Este imperio se desarroll en la regin de losbosques hmedos, pero se afirma que su sistema agrario se habradesarrollado en las tierras altas de Guatemala. Abarcaron hasta la selva delYucatn. Constituyeron u n estilo pre-hispnico adap tado como ningn otroal manejo del bosqu e y pu ede llamr sele agrosilvcola.

    Los mayas fueron policultores y, adems, de la tecnologa agrcolaandina (terrazas, riego), se los puede considerar una cultura basada en unprofundo conocimiento del manejo de la selva: desde rotacin y descansode la tierra en el sistema d e cultivo itineran te, hasta la tala selectiva d ejand orboles tiles (rbol d el chicle, ramn, cacao, ceiba, anona, chicozapote).

    La agricultura la hacan en pequeas abras, y de la selva manejadavecina sacaban med icinas, alimen tos y materiales de constru ccin.

    Todo el sistema de manejo de la selva y de la agricultura itinerante,se basaba en el conocimiento del ciclo fenolgico de ciertos rboles. Porejemplo, la tumba se haca cuando floreca el Cochlospermum sp; la quemacuando sus frutos se abran. Adems, practicaron la horticultura yfruticultura en sistemas d e varios pisos.

    Sobre las causas de la decadencia de este imperio hay variashiptesis, una de las cuales se basa en el agotamiento de las tierras y otra alefecto de mod ificaciones climticas. En todo caso las hiptesis basad as en elagotamiento no se compadecen con las cualidades conservacionistas que sele atribuyen a los Mayas.

    Alrededor del ao 1000 D.C. se produjo el renacimiento del imperio

    hasta el siglo XV en que continuas guerras lo hicieron dividirse en

    13

    S.G. Morley,La civilizacin M aya, Mxico, D.F., Fond o de Cultur a Econmica.

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    pequeos Estados. Este segundo imperio fundament sus sistemas

    agrcolas en los conocimientos d e sus antecesores.

    Parece ser que el Nuevo Imperio Maya influy en la civilizacin delos Toltecas. El imp resionante pero efmero imperio Tolteca se basaba en lostributos exigidos a sus conquistados y en un sistema de explotacinagrcola. En el siglo XIII se desmoron el imperio dando paso a la culturaazteca.

    c) Civilizacin Inca

    En Amrica del Sur el Imperio Inca cre una civilizacin de notablesrelieves cuyas caractersticas merecen especial mencin. El auge delImper io se ubica desd e el quinto Inca (Capac Yup anqu i, 1276-1361) hasta laconquista espaola.

    Dado que a la llegada de los espaoles el Imperio Inca se encontrabaen su apogeo, se pudo obtener mayores antecedentes de sus sistemasculturales. Por esta razn, a continuacin, se tratar con ms detalles losaspectos relevantes de los sistemas agrarios de esta cultur a.

    En primer lugar es necesario hacer luces sobre la cantidad dehabitantes de esta civilizacin. Como afirma Ponce Sangines,14 el temaconcerniente al monto d e la poblacin es objeto de controversia. Las cifrasfluctan notablemente entre 3 y 32 millones,15 pero la mayora de losautores ha dado cifras que varan entre 10 y 16 millones. Un exhaustivo

    estudio realizado en 1955 calcula que a fines del siglo XV la poblacin delimperio era de 12 millones.16

    La civilizacin Inca, al igual que la Maya, oper en distintasecorregiones, en distintos pisos trmicos y en distintas subregiones dehumedad dentro de cada piso trmico. Pese a que esta civilizacin ocupespacios muy diferentes la organizacin del imperio fue uniforme. Sueconoma, bsicamente agrcola, se fundaba en un comunismo agrario,rigurosamente aplicado que regulaba el derecho de los indios a las tierras,as como sus faenas e impuestos; por medio de una colonizacin metdicase consegu a que se cultivaran com arcas anteriormen te eriales.17

    14 Carlos Ponce Sangines, La cultura nativa, su entronque y sus rasgos principales, La Paz,

    Instituto Boliviano de Cultur a., 1975.15

    Angel Rosemblat,La poblacin indgena 1492-1950, Buen os Aires, Nov a Ed itorial, 1954.16

    Mario Puga,Los incas (sociedad y estado), Mxico, D.F., Edicion es Centauro, 1955.17

    Oscar Schneider, Geografa de Amrica Latina, Mxico, D.F., Fondo de Cultu ra Econmica, 1965.

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    El operar en distintas regiones diferenci fundamentalmente al

    imperio Inca de las civilizaciones de manejo de excedentes de agua, queoperaron en u n clima hom ogneo e hicieron poliprod uccin en cada pred io.Aqu las posibilidades fueron tan variadas que los cultivos bsicos eran elmaz en las reas de menos altura; la papa; la oca (Oxalis tuberosa), laquinua (Chenopodium quinoa), ulluco, caihua tarhui, en las zonas altas.

    En las reas de la costa, adems, de maz, al que se le sacaban doscosechas al ao, se cultivaba la yuca (Mamihot utilissima) y la batata ocamote (Beteta ed ulis).

    El cultivo industrial base era el algodn. Haban, adems, en la parteselvtica hmeda, importantes plantaciones de coca (Erythooxylos coca)para u so de todo el imperio.

    El punto central es que esta civilizacin al operar en un espectroambiental muy diverso tuvo como condicionantes ambientales la energadel relieve y la escasez de agua. Pero pese a la diversidad de condicioneslos incas nunca consiguieron dom inar la selva.18

    Un hecho notable del imperio incsico fue la tecnologa usada conrespecto al suelo y al agua. Dada la aridez del clima, se aplicaba riego enmuchas reas, lo que se poda realizar por las obras de acumulacin ycaptacin a nivel de conduccin del agua y por tecnologas en los sistemasde riegos a nivel predial.

    Con relacin al suelo, dada la geomorfologa existente, construanterrazas con el objeto de evitar el cultivo en pendiente. Adems, en la costauna prctica usual era abonar con productos del mar o con estircol decamlidos. En el interior, debido a que no exista abono y el estircol seusaba p ara combu stible, los suelos eran rotados y se les dejaba d escansar.

    Es importante destacar cuatro espectros sobresalientes del estilo dedesarrollo prehispnico de los imperios agrarios, tomando como ejemplo elincaico, aspectos que estn relacionados con la conservacin yracionalizacin del uso de los recursos.

    El primero es la eficiencia con qu e articularon distintas ecorregiones,es decir, zonas que esencialmente tienen las mismas condiciones climticas

    para p rodu ccin animal y vegetal, obteniendo alta d iversidad de p rodu ctos,y compensando las extracciones de una con los productos de otras

    18

    Jorge Enrique Hard vy, Ciudades precolombinas, Buenos Aires, Ediciones Infinito, 1964.

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    ecorregiones. Esto oblig a desarrollar una elaborada tecnologa de

    construccin y m anejo de un sistema d e carreteras de ms de 10 000 km qu eligaban, porque, Mendoza y Santiago con Tumbez, Cochabamba yLacatunga.19

    El segundo se relaciona con la dinmica organizativa en laagricultura, en trminos de una relacin dialctica entre los componentesindividuales mnimos (las u nidad es familiares) y la comunid ad comp uestade stos en conjunto, que administraba el territorio usufructuado por elloscomo una unidad.20 En realidad, el tratamiento cientfico que daban losIncas para resolver sus problemas de produccin y reproduccin, segnEarls 21 combinaba: a) una ciencia de orden de sistemas en general; b) unaciencia termod inmica d e las transferencias eficientes d e energas entre lasociedad y la naturaleza; c) una ciencia de comunicaciones que empleaba

    mecanismos sofisticados p ara establecer equivalencias en tre diversaszonas ecolgicas de prod uccin; y d) una astronom a que serva no slopara las mediciones propias de su rea del saber, sino de organizacincientfica de la sociedad en general.

    El tercer aspecto, tiene relacin con la orientacin y regulacincolectiva de la produccin andina. A este respecto, Mayer,22 seala: Loque ocurre en realidad es un constante proceso de interactuacin entre elindividuo y la comunidad en la cual las reglas de uso surgen de unconsenso comn de q ue sta es la mejor man era d e organizar la prod uccin,la posterior disconformidad de algunos que se organizan para contraveniry abiertamente cuestionar estas reglas, para luego elaborar un nuevoconcurso que incorpore los puntos propuestos para este grupo, y assucesivamente van conjugndose intereses individuales con los comunalesen el norm al proceso poltico del m anejo de los recur sos comunales.

    Este proceso dialctico de regulacin y readopcin del uso de losrecursos sirvi como base para estructurar un sistema que maximice losrecursos disponibles y los conservase. Todo esto dentro de la comunidad;

    19

    V.W. Hagen, sostiene que la carretera de la costa meda 4.050 km y la de la sierra 5.180.Vase Hagen, Vctor Wolfang von, Los reinos americanos del sol, segunda edicin,Barcelona , Ed itoria l Labor , 1968.

    20E. Mayer, Tenencia y control comunal de la tierra. Caso de Laraos (Yauyus)., Lima,Pontificia Universid ad Ca tlica , 1977.

    21J. Earls, La coordinacin de la produccin agrcola en el Tawentisuyu, Primer CongresoInternacional de Cultivos Andinos, Universidad Nacional San Cristbal-Huamanga eIICA, Ayacucho, Per, octub re d e 1977.

    22E. Mayer, Aspectos colectivos de la prod uccin and ina, Primer Congreso Interna cionalde Cu ltivos Andinos, Universidad San Cristbal-Hua manga/ IICA, Ayacucho, Per,octubre 1977, p. 33.

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    los investigadores poco aportan a las fuerzas de trabajo dispuestas para las

    tierras del Inca y par a las sacerdotales tierras del sol, as como a l estud io delos flujos de excedentes desde la comun idad a la clase dominante y la formade r egulacin de estos excedentes. Posiblemente explorar estos flujos, sobretodo en los pueblos dominados, explicara el sobreuso del suelo quehicieron d eterminadas comunidad es.

    El cuarto aspecto que se desea destacar, es la tecnologa empleada,que tendera a:23

    seleccin de cultivares;adecuacin fisicoqum ica d el suelo a cultivar;uso d e fertilizantes;creacin de herramientas que permitan mejorar y conservar la

    estructura del suelo;prcticas de riego;prcticas de laboreo destinadas a evitar la evaporacin y erosin delsuelo;tratamiento bioqumico de las semillas para obtener una mayorcosecha;tratam iento de las semillas par a evitar su infeccin;pr oteccin fitosanitaria m edian te cultivos asociados o intercaladoslaboreo intenso de cultivo;tcnicas de previsin metereolgicas y del clima, que inclua ladeterminacin de la poca de siembra y seleccin de variedades.

    De estas tecnologas, algunas eran dom inadas en tal profund idad que

    es necesario una mencin especial. Las previsiones climticas paracondicionar las fechas de cultivos y cosechas, demostraron que los Incastenan un acabado sistema basado en la tradicin y en la observacincientfica de la n atur aleza.

    A este respecto, el sistema inca d e prev isin d el clima se susten t ensiete grup os de variables, con intensificadores y restrictores.24 Las variablesdel tiempo como calor, lluvia, tormentas, nubes y vientos en funcin de susformas, colores, etc., fueron usadas para las previsiones inmediatas. Otrasvariables se refirieron al comportamiento del mar, a las fuerzas csmicas(brillo de las estrellas, etc.) y al comp ortam iento d e la faun a (hoy, etologa).

    23 R. Ant nez de Mayolo y E. Santiago, Previsin agroclimato lgica pre-hisp nica, Primer

    Congreso Internacional de Cultivos Andinos, Universidad San Cristbal-Huamanga/IICA, Ayacucho, Per , octubre d e 1977, p. 155.

    24R. Antnez de Mayolo y E. Santiago, Previsin agroclimatolgica pre-hispn ica, op. cit., p. 156.

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    Adems, las distintas reacciones de la flora autctona eran minuciosamente

    observadas (hoy denom inado comportamiento fenolgico).

    El otro aspecto tecnolgico relevante es el relacionad o con las fuen tesalimentarias y la nutricin, aspecto ligado a la estabilidad de losecosistemas. En efecto, el poblador pre-hispnico dispuso de una mayorvariedad de alimentos que los que actualmente se cultivan, pero, noobstante, utiliz un alto consumo de plantas silvestres y captur la fauna enforma planificada, lo que influy en la conservacin y mantenimiento deella (vicuas y guanacos) al mismo tiempo de abastecer de protenas alpoblador.

    Las prcticas alimentarias eran muy completas y consultabanconservacin, ablactacin y seleccin en base al poder nutritivo. Sorprende

    el crecimiento de cultivos o plantas cuyo poder nutritivo era muy alto.Adems, a ella sumaban un conocimiento fisiolgico avanzado. Al respectoAntn ez de Mayolo25 afirma que la comprobacin en cuanto al rend imientoenergtico puede ser sencillo, pero el conocer los efectos de respuestas alos alcaloides, esteroides y otros p rincipios activos contenid os imp licaba u nconocimiento fisiolgico profun do.

    El mismo autor incluye una tabla donde calcula la dieta inca percpita, obteniendo la cantidad de 2 420 cal muy su perior a la metainternacionalmente aceptada de 2 183. Aunque no se detalla la metodologaempleada lo que lleva a considerar un margen de error, la cifra tiende aconfirmar lo que es usual escuchar corrientemente: que los indgenas delImperio Inca tenan una alimentacin superior a los del actual mundocivilizad o d el rea altiplnica.

    Lo que modela del estilo del desarrollo incsico, fue unapoliproduccin integrada de distintas ecorregiones, la posibilidad deestablecimiento de un sistema social con clases de especialistas dededicacin exclusiva no ligados directamente a la produccin de alimentos(sacerdotes, artesanos, mineros) y una organizacin del universoproductivo en un ciclo anual, dentro del cual el calendario agrcola y lacaza, pesca y recoleccin p lanificadas, eran las facetas ms im por tantes.

    El estilo inca puede resumirse en intensivo de mano de obra, de altadiversidad productiva por ecorregiones, y de ajuste racional a la oferta de

    25

    R. Antnez de Mayolo y E. Santiago, La nutricin pre-hispnica, Primer CongresoInternacional de Cu ltivos Andinos, Universidad San Cristbal-Hua manga/ IICA,Ayacuch o, Per, octub re d e 1977, p. 172.

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    recursos con una combinacin de produccin agrcola intensiva, caza,

    pesca, y recoleccin.26

    Estos antecedentes dados sobre las poblaciones pre-hispnicas yparticularmente sobre la cultura Inca, llevan a concluir que hubiera sidoaltamente positivo el tratar de incorporar el acervo de conocimientos eintegrarlos a las disciplinas cientficas especficas. El largo camino deecologa ya haba sido r ecorrido hace siglos.

    2. La conquista y colonia: la destruccin para la nuevaestructura de expoliacin

    En el perodo de la conquista y colonia la forma en que Amrica Latina fueocupada por los nuevos dueos se bas en dos falacias fundamentales: laprimera, la creencia de que tanto la cultura como la tecnologa de lospueblos sometidos eran inferiores y atrasadas con respecto a la europea y,la segunda, que los recursos del nuevo continente eran prcticamenteilimitados. De esta forma se justific plenamente la destruccin yeliminacin d e las formas y sistemas preexistentes. Ad ems, al considerarselos recursos ilimitados, no hubo mayor preocupacin por la tasa deextraccin d e stos.

    a) Destruccin y colapso demogrfico

    El perodo colonial de la historia americana se caracteriza por la

    descomposicin de la estructura social y econmica de las culturas pre-colombinas, por la ocupacin del espacio por parte de los conquistadores y

    por el uso de las nuevas tierras. Este uso impuso nuevas formas de

    organizacin, introdujo tecnologas, desech sistemas de produccin

    tradicionales, estableci nuevas estructuras productivas.

    La diferenciacin en las formas de ocupacin del espacio en lossistemas adoptados se explica en funcin a las diversas estrategiasestablecidas por el europeo segn el rol minero y agrcola de cada regin yen p articular, en funcin d e la respuesta de los gru pos y culturas indgenas.En efecto, el desarrollo social y econmico de ciertas sociedadesprecolombinas y en particular la jerarquizacin y estructuracin del poder

    de estas sociedades posibilitaron la utilizacin parcial de esta organizaciny estructura y, sobre todo, el sometimiento del indio sedentario arraigado a

    26

    Vase para ms detalle: Duccio Bonava y Roggers Rabines, Las fronteras ecolgicas de lacivilizacin Andina, Amaru, No . 2, Lima, 1967.

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    la tierra. Pero, por otro lado el indio nmade, cazador o pescador, con una

    baja productividad y sin organizacin social ni costumbre de transferir elexcedente, no pu do ser asimilado a u n sistema sed entario lo que prod ujo suesclavizacin o el enfrentamiento entre los dominadores y los grupostnicos que se revelaron. Esta hiptesis parece explicar la actitud y posicinde los europeos, aunque deben tomarse en cuenta factores que dicenrelacin con la mentalidad espaola nacida de sus luchas por la expulsinde la dominacin rabe que fue transferida a Amrica. Como dice EnriqueFlorescano,27 Los ocho siglos que dur la reconquista de la pennsulaespaola fueron un antecedente importante, una preparacin histrica enla conquista y colonizacin de las tierras americanas. Cuando los espaolescomenzaron a invadir el Nu evo Mund o, emprendieron su conquista con laidea de propagar y defender la fe catlica, de extender los dominios de laCorona y gan ar fama, honra y riqueza p ara ellos. La reconquista peninsular

    les haba proporcionado, adems, una ideologa que justificaba suexpansin: la teora medieval sobre la justa guerra de cristianos contrainfieles.28

    Aunque hubo reas y regiones en donde se estructur unaorganizacin social en torno al desarrollo agrcola, en trminos generales,prim el sentido minero de la explotacin. La riqueza visible era laminera; los grandes imperios tenan una estructura de explotacin enfuncionamiento. Para poder apropiarse de esta estructura losconquistadores tuvieron inevitablemente que provocar una catstrofedemogrfica, cosa qu e sucedi en el siglo XVI.

    El nmero de indgenas se redujo abruptamente en todaLatinoamrica, tanto por la sofocacin de las rebeliones, por losdesplazamientos poblacionales, la desorganizacin de la produccin dealimentos y las epidemias. La destruccin y desarticulacin de las culturasvencidas tuvo caracteres de genocidio. Adems, de la matanza directa, unalto porcentaje mu ri debido a la introduccin d el paludismo, saramp in,viruela y fiebre am arilla.2930

    27

    Enrique Florescano, Colonizacin, ocupacin del suelo y frontera en el norte de NuevaEspaa, 1521-1751, Tierras N uevas, Mxico, D.F., El Colegio de Mxico, 1937, p. 43.

    28E. Florescano, cita aq u a Silvio Zava la,New Viewpoint on the spanish colonization of America,Filad elfia, University of Pennsylva nia Press, 1943; The frontier of Hispan ic America: TheFrontier of Perspective, Walter D. Wyman y C.B. Kroeber (eds)., Madison, University of

    Wisconsin Press, 1957, pp. 35-38.29 W. Borah, The historical demography of aboriginal and colonial Latin America: an

    attem pt at p erspective. Actas d el XXVII Congreso Interna cional de Am ericanistas, 1966.30

    W. Borah, The historical dem ography of aboriginal and colonial Latin America: an attemptat perspective, Population and Economics, Winnipeg, University of Manitoba Press, 1970.

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    Los datos de Denevan31 y Parsons,32 asignaban a Amrica Latina 150

    millones de habitantes. Santo Domingo, a la llegada d e los espa oles tena 8millones, cifra qu e se volvi a alcanzar r ecin en 1977 (Cook y Borah).33

    En todas partes la disminucin de la poblacin aborigen fueextraordinariamente abrupta, los nativos parecan morir con el aliento delos espaoles,34 Cook y Borah estiman una disminucin del 90 al 95% de lapoblacin original de Amrica Latina, es decir, un total cercano a130 000 000 de personas en un p erodo d e un siglo.35

    En la tierra caliente de las costas del Caribe, la despoblacin fuecompleta y dond e haba montaas contiguas, los indgenas escaparon a unnuevo ambiente (la tierra templada de media montaa). Hoy sobrevivenalgunas culturas de tierra caliente por encima del piso de caf en la Sierra

    Nevada de Santa Marta, Colombia, como los coguis, araucos y malayos,despus de 400 aos de adaptacin a una oferta ambiental totalmentedistinta a la de la preconquista.36 Se estima que la poblacin mexicana quehabra alcanzado los 16 millones en la poca de la conquista, estabaredu cida acerca de un dcimo de ese total, un siglo despus.37 En las IndiasOccidentales, las poblaciones fueron arrasadas en 50 aos y fue necesarioimportar indios esclavizados del continente. El Darin de Panam, hoydespoblado, aloj hasta 800 000 pobladores (Sauer).38 El valle del Sin, enColombia (Gordon),39 y la costa caribe de Costa Rica, tambin albergaronuna poblacin superior a la de hoy d a.

    31

    W. Denevan, The Aboriginal Population of Tropical America , Population and Economics,P. Dup rez (ed ). Winnip eg, University of Manitoba Pr ess, 1966.

    32J. Parsons, en, El uso de normas ecolgicas para el desarrollo en el trpico hmedoam ericano, UUCN , 1974.

    33S. Cook y W. Borah, Essays in Popu lation History: Mexico and t he Caribbean , Berkeley,University of California Press, 1974.

    34J. Parsons, El uso de normas ecolgicas para el desarrollo en el trpico hmedoamericano, IUCN, 1974.

    35El colapso demogrfico est am pliamente tratado en Eduardo Galeano,Las venas abiertas deAmrica Latina, cuar ta edicin , Mxico, D.F., Siglo XXI.

    36J. Morello, Proyecto de ecodesarrollo, Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.INDERENA-PNUMA , 1976.

    37 Celso Furtado, La economa latinoamericana desde la conquista Ibrica hasta laRevolucin Cubana , Santiago de Chile, Estud ios Interna cionales, Editorial Universitaria,

    1970, p. 21.38 C. Sauer, The Man and the Ecology of Tropical America", Proceedings, 9th. Pac. Sci.

    Congress, 20, pp.104-110.39

    B.L. Gordon, Human Geography and Ecology in the Sinu Country of Colombia.Iberoamericana, 39, Berkely, Un iversity of California Pre ss.

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    En esta declinacin, la desintegracin social desempe un papel por

    lo menos comparable con la introdu ccin d e enfermedades eu ropeas.40

    Elnadir del nmero de indgenas parece haber ocurrido en la mayora de lasregiones entre 1570 y 1650 (Parsons).

    Las consecuen cias d e la catstrofe demogr fica fueron la destruccinde actividades productivas ajustadas al ambiente, la desaparicin de laclase de los sacerdotes que tenan el conocimiento emprico msevolucionado y con ellos, de tcnicas y tcticas ecolgicamente ap rop iadas.

    b) Orgenes de los sistemas de tenencia predominantes

    La forma utilizada para llevar a cabo este poblamiento y ocupacintiene gran imp ortancia ya qu e dio origen a las formas embrionarias de u so

    de los recursos. Los modos de produccin creados trasuntaron los objetivosde las metrpolis.

    R. Mellafe41 al hacer alusin a los mecanismos de apropiacin de latierra se refiere al hecho de qu e los espacios cultivad os en los prim eros aosdel Virreinato del Per fueron mucho ms reducidos que las fronterasecolgicas del Imperio incaico. Ello por varias razones. Se abandonaronmuchas tierras nuevas ganadas a la selva o por la sequa que estaban acargo de los grupos de mitimaes colocados por los incas, debido aldesconcierto provocado por la conquista. Los indgenas tendieron a volvera sus tierras, dejando las nuevas aband onadas las que volvieron a ocuparsemu chos aos despus.

    Adems, de este fenmeno la irrupcin hispana rompi elaprovechamiento vertical de las economas andinas, desintegrando elautoabastecimiento que exista. El cambio de estructura y la disminucin de lapoblacin impidieron que las comunidades se ocupasen de reas ms alejadas.

    Debido a las razones expuestas y, en consecuencia, a la inexistenciade mercados agrarios, al principio no hubo avidez por la acumulacin detierras y posteriormente fue fcil apropiarse de los espacios abandonados.La conquista y la expansin en la poca colonial se realizaron en funcindel financiamiento privado de la empresa blica combinada con premios,concesiones, atribuciones y pr ivilegios para los conqu istadores.

    40

    C.O. Sau er, The Early Spanish Man, Berkeley, University of California Pr ess, 1966.41

    Rolando Mellafe, Frontera agraria; el caso del virreinato peruano en el siglo XVI, Tierras N uevas,Mxico, D.F., El Colegio de Mxico, 1973, pp. 11-42.

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    La Huesta Indiana (empresa privada de la conquista) estuvo

    regulada por el Estado y se basaba en la rpida recuperacin del capitalinvertido. Varias son las complejas formas de retribucin de los serviciosprestados; tres interesan en particular, pues son el origen de las relacionestcnicas y sociales de la agricultura y del latifundio latinoamericano y, porende del uso de los recursos: las mercedes, las donaciones directas y lasencomiendas. Las donaciones directas fueron concesiones otorgadas pordistintas causas, particularmente retribuciones de servicios de guerra. Eslgico que stas no se circunscribieran a los lmites establecidos, sino que,dado el poco control que se tena sobre ellas, se expandieran originandolatifundios.

    Las mercedes de tierras, con ttulo real, se otorgaron en u sufructo conla sola exigencia de que fuesen cultivables. La Corona se reserv la

    propiedad, pero al pasar de los aos estas extensiones fueron cercndose ypaulatinamente empezaron a considerarse propiedades privadas. Adems,la consolidacin de una clase dominante, normalmente interrelacionadaentre grupos latifundistas y mineros, sent las bases para legalizar laconcentracin de la tierra. La necesidad de transferencia de excedentesgenerados por la tierra influy en la ausencia de una mentalidadconservacionista.

    Las encomiendas se originaron, no en funcin del usufructo o de lapropiedad de la tierra, sino en la asignacin de un grupo de indgenas aalgn conquistador con el objeto de que ste le sirviera de proteccin y queposibilitara su educacin. La encomienda deriv a la usurpacin de lastierras de los indgenas y a la sobreexplotacin de ellas, al sometimiento delas indios a un rgimen esclavista y, consecuentemente, a la creacin de unexcedente econmico para el encomendero que le posibilit ascendereconmica y socialmente.

    Hubo variantes sobre estas formas bsicas que originaron laconcentracin de la tierra, pero tod as ellas tend ieron a establecer un sistemaseorial que fue la base de la estructuracin de clases en Latinoamrica. Ladeclinacin relativa de la minera, las transfusiones de intereses minero-agrcolas y, sobre todo, el estatus social preferencial del terrateniente,contribuyeron a consolidar esta estructuracin.

    c) Las estrategias del uso de los recursos

    Es necesario revisar cules fueron las principales caractersticas deeste perodo, en relacin a las actividades bsicas en la expansin de

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    ocupacin de la tierra en Hispanoamrica y, por ende, en la prioridad del

    uso d e los recursos.

    El inters de los espaoles en Amrica Latina se centr en lasregiones con mayores posibilidades en la explotacin de minerales. Mxicoy la regin del Altiplano, Per y Bolivia, atrajeron las principales empresasy esfuerzos.

    El desarrollo de Mxico de bas en el desarrollo de las minas deplata. Este desarrollo condicion la ocupacin del espacio circundante. J.Arlegui en sus Crnicas de la providencia de N.S.P.S. Francisco deZacatecas, en 1737 afirmaba: A tod os los minerales ricos que se d escubrenluego acuden (los espaoles) al eco sonoro de la plata ... y como el sito enque descubren es infructfero de los necesarios mantenimientos logran los

    labradores y criadores de los contornos el expendio de sus semillas yganad os, y como stos solos no p ued en d ar abasto al gento que concurre seven precisados otros, o por la necesidad o la codicia, a descubrir nuevaslabores y poblar nuevas estancias de ganado aun en las tierras de mayorpeligro de los brbaros, disponiendo Dios por este medio que aunque lasminas decrezcan, quedan las tierras vecinas con nuevas labores y estanciasbien poblad as y con suficiente comercio entre sus p oblador es.42

    El fenmeno descrito se repiti en Mxico en toda la faja de plata.Los descubrimientos de minas exigieron produccin de alimentos yadems, traccin animal para que funcionaran los ingenios metalferos y setransportaran las provisiones y productos. Esta accin transform el nortede Mxico subiendo desde el tringulo ciudad de Mxico, Guadalajara yZacatecas. En el mapa 2 se puede observar el desarrollo de la actividadagrop ecuaria en Mxico.

    En el siglo XVII el autoconsumo fue la actividad generalizada y basedel aumento poblacional. Pero este autoconsumo choc con la expansin delos cultivos de exportacin, los que hacan nor malm ente los latifun distas. Elau toconsum o tuvo como cultivos pr incipales el maz y los frijoles.

    Las Antillas espaolas se orientaron en un comienzo hacia elmercado mexicano en funcin de la ganadera. Pero, en el siglo XVIII seprodujo una expansin notable por la introduccin y el auge del tabaco ydel azcar, especialmente en Cuba. Ya no fue Mxico el destino de la

    pr odu ccin sino la Pennsula Ibrica.

    42

    Citado por Enrique Florescano, Colonizacin, ocupacin del suelo , op.cit.

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    Lo sucedido con las Antillas espaolas se repiti en toda

    Hispanoamrica: una forma de orientar la produccin desde cada coloniahacia Espaa, sistema que se tradujo en la fragmentacin de zonaseconmicas en que predominaba algn cultivo o rubro dado. Estaespecializacin econmica estuvo en parte influenciada por la notabledisminucin demogrfica del siglo XVII que indujo a modificacionessustanciales en el sector agrario. Se descartaron determinados cultivos queabsorban mano de obra, por otros ms extensivos. Esto sucedi en todaLatinoamrica y fue el primer paso para la creacin de una reestructuracinsocial: el reemplazo parcial de la comunidad indgena por la hacienda, launid ad de explotacin del suelo dirigida por los espaoles.

    En Amrica Central el crecimiento econmico fue ms lento que elconstatado en Mxico y las Antillas. En Guatemala, se consolidaron las

    grandes haciendas y comunidades indgenas fuertemente seorializadas. EnHonduras y Nicaragua slo es dable destacar la ganadera extensiva, y enCosta Rica, en funcin del aporte de los colonos gallegos, se desarroll, apartir de la mitad del siglo XVIII, una agricultura de autoconsumo. Elcomercio internacional se centr en el nico rubro de expor tacin: el nd igo.

    En la complejidad de Nueva Granada se entremezclaron funcioneseconmicas y geopolticas, bsicamente por ser el centro del poder militarespaol. Su principal producto de exportacin fue el oro. Su agricultura seorient al autoconsumo destacndose el trigo.

    Al este, Venezuela mostr en esta poca, mayor dinamismo eintegracin. Sus m s imp ortantes ru bros fueron el cacao, el nd igo, el caf yel algodn. La costa fue predominantemente plantada con cacao. En laperiferia montaosa y los llanos se desarroll una ganadera que posibilitexportar mulas y ganado para las Antillas y animales de consumo para lacosta.

    El Virreinato de Lima bas su economa en la minera, especialmentede oro y plata. Pero los grandes centros mineros en Alto Per, unidos a lasdecisiones de separaciones administrativas (Virreinato de la Plata) crearonuna economa, particularmente de subsistencia, basada, tambin en laactividad agrcola.43 Y aqu es dable destacar la diferenciacin notoria entrela costa y la sierra. En la costa se siguieron aplicando los antiguos sistemasde irrigacin realizndose una agricultura hacia el mercado

    hispanoamericano: aguardiente, vino, algodn, azcar y arroz. La sierra43

    Para m s d etalle sobre la estructura produ ctiva, vase Daniel J. Santama ra, La estructuraagraria del Alto Per a fines del siglo XVIII, Desarrolloe econmico, vol. 18, No. 72, BuenosAires, enero-marzo, 1979, pp. 579-596.

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    tuvo u na d oble funcin; por u n lado, atencin d e los centros mineros y, por

    otro, agricultura de subsistencia. Esta agricultura se bas en el maz y lapap a y u na ganad era muy p articular, de camlidos y ovinos. La agriculturatradicional sinti el impacto de las nuevas tecnologas. Como afirma PonceSangines, C.44 la introduccin del arado tirado por bueyes, con reja dehierro, repercuti en la preferencia para el cultivo de terrenos ms o menosamplios y algo llanos que posibilitaban la manipulacin, desdendose lasterrazas erigidas durante el perodo precolombino, dispuestas en los flancosde los cerros y que eran ms aptas por su mayor proporcin de materiaorgnica y en las cuales se empleaba el tirapie. De esta forma seabandonaron las laderas y las terraceras poco a poco fuerondesapareciendo. Posteriormente al volverse a ocupar no se respet estaclara medida conservacionista.

    En torno al Virreinato del Per estaba Quito y la Capitana Generalde Chile. La costa quitea se cultiv con cacao que se comercializaba atravs de Guayaqu il hacia ultramar. La sierra pred ominantemente indgenacontinu orientada hacia el autoconsumo; en ciertos microclimas se cultivel algodn y el trigo en las zonas ms fras.45

    Chile tena actividad, en el siglo XVIII, tanto en su minera como ensu agricultura. Amplias reas fueron cultivadas con trigo que se colocabaen el mercado limeo. La resistencia araucana dur tres siglos y significpara la Corona la mayor inversin de recursos materiales y humanoscuantiosos. El territorio araucano se incorpor considerable tiempo despusde la independ encia.

    En el Ro de la Plata, Buenos Aires canaliz la actividad delcrecimiento del litoral y de las tierras de su contorno y Santa Fe. La expansinganad era de estas reas se vio limitada por la accin d e los indgenas y slouna p arte de la pam pa h meda se trabaj en forma de haciendas.

    El este del Paran en el siglo XVIII creci en form a imp resionante. Lalabor de los jesuitas permiti disponer de mano de obre guaran pacificada.La produccin de las misiones se centr en la yerba mate y en el algodn.Despus de la expulsin de los jesuitas, Misiones decay notoriamente ytransfiri su anterior auge al Paraguay al que incluso lleg la expansinganad era d el sudeste brasileo.

    44

    Carlos Ponce Sangines, La cultura nativa, op.cit.45

    E.V.A. Miller, Agricultura l Ecuado r, Geographic Review, Nueva York, 1959, pp. 183-207.

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    Las tierras mediterrneas de alta aptitud tuvieron una marcada

    actividad econmica: Cuyo se especializ en la produccin de vinos yTucumn y las reas contiguas combinaron la produccin de cultivostropicales con una ganadera que serva tanto al Alto Per como al litoral yBuenos Aires.

    sta es la orientacin del uso de la tierra en Latinoamrica en lapoca de la colonia. Es necesario agregar que la relacin hom bre/ tierrafluctu notoriamente y qu e su d istribucin fue m uy dispar en el espacio yen el tiempo. Desde mediados del siglo XVI la poblacin volvi aexpandirse, pero a una tasa reducida. A mediados del siglo XVIII Mxicolleg a tener 3 millones de habitantes y m s d e 6 a pr incipios d el siglo XIX,Nu eva Granada lleg al milln de hab itantes a fines del 1700, ms d e med iomilln en Qu ito y cerca del milln en Chile.46

    d) Explicacin del deterioro de los ecosistemas

    En la conquista y la colonia la estrategia extractiva hacia la metrpolisse centr en la actividad minera. Aunque los cultivos tuvieron granimportancia para el autoconsumo y para la exportacin, las superficiescultivadas comparadas con las de hoy da, eran muy limitadas. La demandapara autoconsumo estaba circunscrita a las necesidades de una poblacinmuy reducida y la exportacin estaba supeditada al transporte y a laslimitaciones de la demanda internacional. Hay que recordar que la granexpansin de la frontera agrcola no se produjo en estos perodos sino que enla segunda mitad del siglo pasad o y, especialmente, duran te el actual siglo.

    La actividad agrcola, limitada en superficies se practic en torno alos ncleos urbanos y en las plantaciones para exportacin. Los sistemas deexplotacin y el convencimiento de contar con suelo ilimitadamente fueronfactores que influyeron en m todos cultu rales reidos con la conservacin.

    Nace la interrogante del porqu se constataron procesos erosivos enreas que ya tenan agricultura antes de la conquista ibrica. La respuestahay que buscarla en la integracin del medio ambiente que tenan lascivilizaciones precolombinas a sus procesos de desarrollo. El suelo, elbosque, el agua eran parte integrante de la cultura; conservarlos eraprolongar la vida. Para los colonizadores, estos recursos slo deban servirpara cumplir los roles complementarios de la explotacin minera.

    46

    Tulio Halperin Donghi, Historia contempornea de Amrica Latina, Madrid, AlianzaEditorial, 1970.

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    Cabe, adems preguntarse el porqu de tantos ecosistemas

    deteriorados en un perodo en que el principal proceso de artificializacinecosistmica, la agricultura era muy limitada. La actividad minerademandaba ingentes cantidades de energa, lo que indujo a utilizar losbosques. Todos los recursos forestales cercanos a las fundiciones fueronconsumidos. Las minas fueron abandonadas no porque se agotaran, sinopor problemas vinculados con volmenes de agua necesarios paraconcentracin y con agotamiento del recurso lea para fundicin.

    En el norte chileno la incidencia de la minera tuvo notablesrepercusiones en las transformaciones del paisaje. Como afirma PedroCunill G.:47 Primeramente, en cada mina y trapiche se asolaban losrecursos vegetaciones debido a las necesidades d el combu stible diario y a laalimentacin de las bestias. Debido a que con frecuencia se abandonaban

    estas minas por su agotamiento el proceso de destruccin de los parajes seiba repitiendo y/ o sucediendo intermitentemente.... Ms imp ortante anfue el despojo de la mad era local para u so de las fund iciones, que se aceleren el siglo XVIII. La localizacin d e estos ingenios d e fundicin, dispersos yen las proximidades de las minas, explica un acelerado proceso de tala dematorrales y rboles que servan como combustible, especialmente la jarilla( Adesmia atacamensis), algarrobilla ( Balsemocarpon brevifolium), algarrobo(Prosopis chilensis).

    Poco a poco se pas de combustible de rboles a lea de arbustales,tolares (la tola de la Puna) y aun a usar pastos perennes como el ichu (Stipaichu). No h ay mina antigua en Amrica Latina qu e no est rodeada de u nhalo peri-industrial de suelo desnudo sin combustible vegetal o concombustible de muy bajo valor calrico. Ya en 1546, el primer Virrey deNueva Espaa alertaba a su sucesor sobre la brusca cada de la oferta decombu stible vegetal en el valle de Mxico.

    El transporte de los productos hacia los puertos o entre poblados serealizaba a traccin animal por lo que era necesario tener caballos, mulas yasnos. Adems, el ganad o vacuno d e origen espaol ocup grand es nichosvacos o semivacos de rumiantes de alta biomasa. En efecto, desde lostrabajos de Simpson, hasta el reciente avance de estudios comparativos defrica y Amrica, ha llamado poderosamente la atencin por susimplicancias en la estabilidad de los pastizales, la ausencia en AmricaLatina de grandes rumiantes pacedores (adultos de 400 kg o ms). El

    bisonte americano no pas los lmites actuales de la frontera Mxico-USA.47

    Pedro Cunill Grau, Variables geohistricas en la destruccin de los parajes geogrficoschilenos, en Encuentro nacional sobre problemas del medio ambiente en Chile, ProyectoCEPAL/ PNUMA sobre Problemas del Medio Am biente en Amrica Latina, 1974.

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    ecolgicas fundamentales sobre ciertos cambios histricos de ecosistemas

    frgiles latinoamericanos. Por un lado, la desaparicin del pulso del fuegoen ecosistemas semiridos, por agotamiento de excedentes de biomasacombustible.49 Por otro lado, la invasin de ecosistemas leosos en antiguospastizales chaqueos, caribes y de la Caatinga y de las sabanas semiridasde Mxico y suroeste de Estados Unidos. Para ello, el vacuno vehiculiz ensu tracto digestivo la dispersin de semillas indozoicas. Entre losecosistemas d e instalacin reciente en pastizales frgiles, se destacan:

    Los mezqu itales y trup illares (consociaciones d e Prosopis juliflora)que son invasores de pastizales en Estados Unidos, Mxico y elCaribe colombiano-venezolano.

    Los hu izachales (consociaciones d eAcacia pennatula) de Mxico. Los vinalares del Chaco paraguayo-argentino.

    Los fachinales de Acacia, Celtis y Ruprechtia del Chaco y susequivalentes de la Caatinga. Los palmares jvenes de Copernicia en la Caatinga y el Chaco. La moderna expansin del espinillo o andubay en el oriente

    chaqueo y del caldn en el borde d e la Pampa.

    Las condiciones clima-edafolgicas aceleraron procesos dediseminacin, invasin y cicatrizacin. La eliminacin de las culturascaribes y taironas del trpico, fue seguida p or u na sucesin secun daria d eselva rapidsima. Lo anterior ha sido documentado por Gordon,50 enColombia, Bennet, en Pana m y Sauer.51

    En 100 aos, en el trpico se reconstituye una selva secundaria deOchroma (balso), Cecropia (embauba), Cordia y Swietenia (caoba). La rapidezde invasin de la selva en ex-cultivos indgenas de yuca y maz, puedeevaluarse pensando que Portobelo en Panam, estaba con selva secun dariacuando el pirata Dampier estuvo all en 1684, y no qu edaba seal alguna dela ciudad saqueada p or Drake 80 aos antes.

    Mientras tanto, el litoral martimo no dejaba de ser afectado por lapenetracin d e cazadores y pescadores. Pedro Cu nill 52 en su notable relatoya citado sobre lo sucedido en Chile afirma que a partir de fines del sigloXVIII se comienza a quebrar el equilibrio ecolgico por la feroz caza delcachalote (Physeter catodon), ballena ( Eubalaena australis), ballena azul

    49 Relaciones entre pastizales y leosas colonizadores en el Chaco Argentino, Buenos Aires,

    IDIA-INTA.50

    B.L. Gordon, "Human geography and ecology", op.cit.51

    C. Sau er, "The ma n and the ecology of tropical Amer ica"', op.cit.52

    Pedr o Cun ill G., Variables geohistricas , op.cit.

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    (Balaenoptera musculus) y otras especies de cetceos. Hacia 1788, tambin

    comenz la caza de pinipedios y cazadores norteamericanos e inglesesrpidamente arrasaron con los lobos de dos pelos (Arctocephalus australis).Este mismo autor calcula53 que a fines de la colonia entre 1788 y 1809 seexterminaron ms d e 5 millones de lobos.

    En conclusin, la conquista es el disturbio ms violento recibido porlas sociedades locales y por los biomas de Amrica Latina. No obstante queel conocimiento del impacto social y ambiental de la conquista ha estadotapado por un velo durante siglos, se ha empezado a hacer luces y aanalizar cuantitativamente el proceso histrico ms destructivo de laocupacin blanca de Am rica Latina.

    Sobre esa base, es aceptable afirmar que los cambios tnicos, sociales,

    culturales, ambientales y ecolgicos provocados por la conquista son slocomparables con los ocurridos en los ltimos 40 aos y en algunos puntosms importantes para Amrica Latina que este ltimo perodo en estosaspectos:

    destruccin de actividades productivas ecolgicamenteajustadas;

    destruccin irrecuperable de recursos culturales; desintegracin social; exportacin de enfermedad es para las que no haba m ecanismos

    de d efensa coevolutivos (incluso el palud ismo); exportacin de eslabones trficos nuevos de enorme impacto en

    biomas d e pastizales (vaca, caballo, perr o, cabra, oveja, porcino): destru ccin de bosqu es y selvas.

    Los resultados d e esa accin en los ecosistemas fueron:

    cambios extensos de cultivo a selva; cambios extensos de p astizal a arbustal; aparicin de ecosistemas o partes de ecosistemas inditos como

    la mediterraneizacin del valle central de Chile, de la Pampaargentina-uruguaya-brasilera, en cuanto a cultivos y malezas.

    53

    En base a los antecedentes dad os por Eugenio Percira Salas, en su estud io, Los primeroscontactos entre Ch ile y los Estados Un idos, 1971.

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    3. Desde la formacin de los nuevos estados hasta

    la crisis de 1930

    a) Caractersticas del perodo

    Las guerras napolenicas prod ujeron tal remezn en la estructura d elos imperios ibricos que fueron fundamentales para poner fin a la eracolonial. Adems, las profundas transformaciones econmicas sufridas enEuropa en el siglo XVIII incidieron en un cambio sustantivo en lasrelaciones de poder de los imperios. La apertura de nuevas reas alcomercio internacional posibilit la acumulacin de recursos financieros loque paviment el camino de la Revolucin Industrial.

    Las colonias, crecientes y algunas pujantes como Nueva Granada yRo de la Plata, necesitaban mercados para sus exportaciones eimportaciones de prod uctos manu facturad os. El mercantilismo eu ropeo p orsus barreras proteccionistas impeda la importacin de productoslatinoamericanos. Por otra parte Espaa no proporcionaba los productosmanufacturados que las colonias necesitaban. La estructura del ImperioEspaol, que se haba formado en torno a la explotacin minera, no habapodido readecuarse pese a los esfuerzos realizados tanto en la reformaeconmica como en la poltica administrativa. Y as, rpidamente lascolonias entraron en mov imientos de liberacin.

    Adems, en la independencia iberoamericana influy notoriamenteel surgimiento d e un a bu rguesa, bsicamente mercantil, europeizante que

    pretendi liquidar el pasado precolombino y colonial y que buscabaintegrar las distintas regiones en las corrientes del comercio internacionalen expansin.54

    Al respecto Sunkel y Paz afirman que la penetracin de laRevolucin Industrial a travs de un sector especializado de exportacinconforman un crecimiento de naturaleza diferente; ...Trtase siempre deuna actividad que descansa sobre la explotacin de ciertos recursosnaturales con que ha sido favorecida determinada nacin.55

    54

    En relacin a este tema , Celso Furtado cita a Arturo Urqu idi Morales, Las comun idadesindgenas y su perspectiva histrica, en Les problmes agraires des Amrique Latines, Paris,1967, quien destaca el espritu europeizante de los lderes de la guerra de laindependencia, op.cit.

    55Osvaldo Sunkel y Pedro Paz, El subdesarrollo latinoamericano y la teora del desarrollo.Mxico, D.F., Siglo XXI, 1970.

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    Aqu se centra la caracterstica fundamental de este perodo: el

    esfuerzo de las nuevas naciones para incorporarse al intercambiointernacional en base a la oferta de sus recursos naturales. Las economas,entonces, estuvieron estrechamente ligadas a las frecuentes y violentasvariaciones que experimentaron los mercados mundiales de productosbsicos. Sunkel y Paz afirman: Las interrelaciones estructurales entre elsector exportador y las actividades productivas ms importantes ymodernas del sistema econmico establecen as una estrecha relacin entrela inestabilidad de la activida d exportado ra y el resto de la econom a.56

    De esta manera, el trato dado a los recursos naturales sufri losavatares de estas inestabilidades. La apropiacin de los recursosproductivos por propietarios nacionales, en general, no influymayormente para que el tratamiento de los recursos siguiese siendo

    minero. En pocas de auge las posibilidades de enriquecimiento a cortoplazo sup editaron un a tasa d e extraccin d eteriorante.

    b) Poder y recursos naturales

    El nuevo poder se estructur en torno a la posesin de los recursosnaturales: tierra y minas. En Per, Bolivia y Mxico el poder del Estado fuepredominantemente minero. Per y Bolivia paulatinamente integraron elpoder de la minera con el de la tierra. Slo Mxico hizo excepcin la que semanifest en la profunda inestabilidad poltica del siglo pasado. En laseconomas mixtas como la chilena las burguesas tambin siguieron elcamino de la integracin minero-agrcola. En Chile, la Constitucin de 1833

    haba entregado la totalidad del poder del Estado a la fraccin latifundista,pero progresivamente el sector minero en funcin del excedente generadofue invirtiendo en la agricultura principalmente por la compra d e haciendas.

    En consecuencia, salvo el caso mexicano, el poder se estructur o entorno a la agricultura o en funcin de los acuerdos o la integracin entre losgrupos agrcolas y mineros. Este hecho fue sumamente importante en laocupacin del espacio y en la forma de intervencin a los ecosistemas, yaque los grupos latifundistas trataron los recursos de acuerdo a lasperspectivas poltico-econmicas. Pero, la fuerza del poder estatal no fuehomognea y centralizada. En el orden interno de cada pas, hubopresiones y lucha para establecer el dominio de una regin sobre otra. Dosfactores bsicos incidieron en ello: por un lado la imp ortancia econmica de

    un a regin con relacin a las otras y, por otr o lado la p osicin espacial de laregin como catalizadora o acopiadora de las producciones de las otras. La

    56

    Ibid., p. 64.

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    obtencin de una mayor importancia econmica dependi, en

    consecuencia, de la posibilidad de exportacin; as Per no tuvo mayoresproblemas, pero Colombia se debati en luchas intestinas. La ubicacin delpuerto de Buenos Aires fue fundamental para establecer el dominio de lazona litoral.

    La reestructuracin del poder tuvo una serie de tropiezos debido alas dificultades para reorganizar un sistema p rodu ctivo acorde a las nu evasinversiones en el mercado internacional. En este sentido la presenciainglesa, de gran importancia en la ruptura independentista, en el perodonaciente de las nuevas repblicas, se tradujo en la penetracin de susintereses y, por ende, en la formacin de los primeros vnculos dedep endencia. Estos vnculos fueron estrechnd ose cada vez ms de manerade crear sistemas de produccin acorde a la evolucin del desarrollo

    industrial ingls.

    La historia de los cambios polticos latinoamericanos est ntimamenterelacionada con el auge de determinados productos fundamentales quegeneraban el excedente econmico.57 As, en Venezuela, la hegemonaconservadora sucum bi debido a la crisis cafetalera. En Guatemala su rgi unnuevo estilo poltico cuando se desarroll la cultura cafetalera. Honduras yNicaragua dependieron del poder generado principalmente de la actividadganadera; El Salvador de la explotacin del ndigo; Mxico despus de suliberacin y pese a sus amplios recursos mineros, no pudo superar la crisisdel algodn y el pas se debati en largas luchas intestinas. En Costa Rica laestabilidad poltica se organiz en torno a una clase media de productorescafetaleros, los que resistieron cualquier intento de intromisin militar ysentaron las bases de u na d emocracia estable.

    Pases como Ecuador , Colombia, Brasil, parte d e Mxico y Venezu elatuvieron comportamientos dismiles de acuerdo a las variaciones deproductos tropicales. Al azcar y tabaco de siglos anteriores se agreg laexpansin del caf y del cacao. Los cultivos tropicales sirvieron paraefectivizar la ocupacin econmica de los territorios, pero sus formas deinsercin en las economas de los pases variaron notablemente. En Brasil,los productos tropicales jugaron un rol importante en el desarrollo; laestructura social dependi de su organizacin y los sectores de comercios yservicios se organizaron en torno a la actividad agrcola. Pero en otrospases, especialmente los centroamericanos, la organizacin de los cultivos

    de exportacin combin formas de insercin en la estructura econmica y

    57

    Para ms detalle, vase Armando Di Filippo, Races histricas de las estructurasdistributiva s de Am rica Latina, Cuad ernos d e la CEPAL, No. 18, Santiago de Ch ile, 1977.

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    de enclaves. stas no le dieron dinamismo al desarrollo y movieron flujos

    de exceden tes hacia los pases centro.

    La ampliacin de la frontera agrcola de todos estos pases enparticular en la primera mitad del siglo pasado, fue limitada. Los cultivostropicales ocuparon una reducida porcin de los suelos agrcolas,generalmente en el entorno de los puertos de embarque, Las reassubtropicales y templadas se organizaron normalmente en haciendas y laganad era fue u na actividad fundam ental. La p enetracin hacia las regionestropicales casi no se produjo y las selvas slo sirvieron como fuenteenergtica.

    Per desde mediados del siglo pasado dependi de su nuevariqueza: el guano. Al lado de esta explotacin pu ntual el pas entraba en u n

    proceso de liquidacin de las comunidades de tierras. Las haciendas de lacosta continu aron generand o excedentes a p artir del azcar y del algodn.A la decaden cia del guano sigui el auge del salitre en el sur.

    La guerra del Pacfico consolid la posicin chilena y cre gravesproblemas a la economa peruana. Los sectores mineros chilenos, casi sinconflictos, innovaron en una sociedad hegemonizada hasta ese entoncespor los latifundistas de la zona central. El auge salitrero, la aperturacreciente del mercado internacional y la ausencia de contrad icciones bsicasentre los grupos econmicos dominantes, hicieron de Chile un pas decrecimiento sostenid o y d e estabilidad poltica, slo rota en 1891 en la cortaguerra civil que culminara con el suicidio del Presidente Balmaceda.58 Elpoder se haba estructurado en torno a los latifundistas y la importanciarelativa de stos fue siempre mayor que lo que se la hubiera asignado p orsu control en la economa.

    Cuba segua siendo colonia de Espaa y su economa se basaba cadavez ms en el azcar. Sus bosques eran progresivamente devorados paraproducir la energa necesaria de los ingenios. La mano de obra esclava leperm ita resistir los avatares del mercado.

    En el resto del Caribe, la agricultura de exportacin sigui centradaen el azcar y en menor m edida en otros cultivos tropicales.

    El auge del caf influy notoriamente en las zonas de aptitud para

    cultivarlo como las de Brasil, Mxico, Colombia, Venezuela, El Salvador y58

    Para ms detalle, vase Carmen Cariola y Osvaldo Sunkel, Expansin salitrera ytransformaciones socioeconmicas en Chile: 1880-1930, CLACSO y Joint Committee ofLatin American Studies, Santiago de Chile.

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    La evolucin de la estructura productiva latinoamericana influy en

    el auge o decadencia de la hegemona de determinados grupos deterratenientes, en su capacidad para detentar parte del poder en lastransacciones polticas con otros sectores de la economa como la m inera ocon el capital financiero y con los comerciantes y exportadores. Estacapacidad de negociacin o dominio tuvo sus bases en los sistemas yformas de tenencia de la tierra originados desde la conquista y cuyaevolucin y consolidacin se realiz a lo largo de la colonia y del perodopostcolonial de las naciones independientes.

    Es evidente que dentro del marco histrico que se est exponiendo laestructuracin de la tenencia se consolid en Latinoamrica en torno a lasformas latifundistas. sta constituy el sistema bsico de dominacinsocial apoyado sobre tres elementos: el monopolio seorial sobre la tierra

    agrcola, la ideologa pa ternalista de la encom ienda y el control hegemn icosobre los mecanismos de intercambio pod er y representatividad.60

    c) Accin antrpica en los ecosistemas latinoamericanos

    La ocupacin del espacio latinoamericano y la forma que se usaronlos recursos naturales fundamentalmente agrcolas siguieron afectando enmayor o menor medida los ecosistemas latinoamericanos.

    Una caracterstica fundamental fue la penetracin: sta se hizopreferentemente desde el litoral, sea martimo o fluvial hacia el interior.Esta norma tiene varias excepciones. Los centros mineros se explotaron

    independientemente de la lejana de la costa. Adems, algunas reas declimas templados o incluso subtropicales pese a estar a gran distancia de lacosta, se poblaron y explotaron. Es el caso de las reas en torno a lasciudades de origen espaol como Tucumn, Salta, Santiago del Estero,Crdoba, etc.

    Otra caracterstica relevante de la intervencin de los ecosistemas esque sta se realiz preferentemente en reas templadas. Puede sealarse aeste perodo como el de la modificacin e intervencin de los ecosistemastemplados. La intervencin tropical se limit al rea de influencia de lascostas y a la implantacin de enclaves ecolgicos con el algodn, caf,cacao, azcar.

    60

    Antonio Garca, Dinmica de las reformas agrarias en Amrica Latina, Santiago deChile, Instituto d e Capa citacin e Investigacin en Reform a Agra ria (ICIRA), 1969, p. 7.

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    La organizacin y los sistemas de la agricultura tuvieron mucho

    mayor injerencia que la minera en la estructuracin social y ocupacin delespacio. El crecimiento de la industria minera de exportacin estuvoasociad o a la desnacionalizacin d e la misma, por lo qu e se desarroll, en lamayora de los casos, en sistemas d e enclaves.

    Pero donde se desarroll la minera, todos los recursos forestales dela periferia se talaron para ser usados en las fundiciones. Adems, todas lasreas de praderas se sobreexplotaron debido al sobrepastoreo queocasionar on los mu lares, asnos y caballares.

    En Chile, al desarrollo minero se asoci el auge de una agriculturaprivilegiada en cuanto a sus posibilidades de mercado en el Pacfico.Adems, el auge del salitre cre un polo interno de demanda de los

    productos del sur. Esto condicion la continua expansin de los cereales,particularmente el trigo. Amplias reas se incorporaron a este cultivo msall de la aptitud real del suelo. Toda la cordillera de la costa hasta lafrontera araucana del sur se sobreexplot, erosionndose gravemente. Lostrastornos ecosistmicos iniciados el siglo pasad o an persisten.

    Los araucanos haban sido la barrera inexpugnable que contena elavance hacia los densos y ricos bosques del sur de Chile. Slo pequeoscaseros y misiones haban penetrado al sur de Valdivia desde los fuertes.Ms de trescientos aos de lucha haban servido para preservar el nichoecolgico de este gru po tnico. La p enetracin d e la civilizacin se realizcon las enfermedades y el alcohol en una poblacin ya muy reducida. Lacolonizacin alemana penetr por el sur y fue preparada limpiando elbosque para hacer agricultura. El gran naturalista Claudio Gay escriba alrespecto, en 1852 ... no se encontr ms recurso que el de preparar elterritorio de Llanquihue (una provincia chilena), desembarazado de lamayor parte de sus selvas por un incendio que haba durado ms de tresmeses.61 En 30 a 40 aos desaparecieron cientos de miles de hectreas debosques de especies nobles como alerce (Fitzroya cuppressoides), araucaria( Araucaria araucana), varias especies de hayas o robles (Nothofagus sp.).Adems, raul, canelo, olivillo, etc.

    Bolivia bas su desarrollo en tres procesos sucesivos quedependieron directamente de la disponibilidad de los recursos naturales:primero, el desarrollo de la minera de la plata, ya analizada en el perodo

    colonial; segundo, la constitucin de la gran propiedad agropecuaria del

    61

    Claudio Gay, Agricultura chilena, Instituto de Capacitacin e Investigacin en ReformaAgraria ( ICIRA), Santiago de Chile, 1973. (Edicin original: 1862).

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    siglo XIX y, tercero, el desarrollo de la minera d el estao d esde com ienzos

    del siglo XX.62

    La gran prop iedad boliviana que n o estuvo ligada al rgimenagro exportador signific la destruccin del rgimen de comunidades. Estadestruccin tuvo notorias repercusiones en el Medio Ambiente. Lossistemas del productor de comunidades altiplnico que haban heredadotecnologas precolombinas de manejo y conservacin de los recursos,fueron desplazados p or las tcnicas europeas d e labranzas y d e man ejo deganado. Los frgiles ecosistemas altiplnicos, altamente vulnerables a laaccin antrpica, rpidamente se deterioraron. Las condiciones semiridasde ellos convirtieron a muchas reas en zonas con procesos crecientes dedesertificacin. La gran propiedad al hacer dependiente a los pequeosagricultores y apropiarse del excedente que generaban los oblig asobreexplotar el suelo. La fauna autctona de camlidos tuvo que compartirsus recursos forrajeros con los ovinos y en algunas regiones con los

    caprinos. Las vicuas fueron diezmadas debido a la alta cotizacin de sulana. A principios de este siglo esta especie ya podra considerarse en vasde extincin.

    Al respecto no p ued e dejar de m encionarse la continu a d epredacinque se realiz por efecto de la caza indiscriminada. Toda Amrica Latinafue afectada en la eliminacin de muchas especies. Segn Federico Albert63

    entre 1895 y 1900 se exportaron 1 685 400 pieles de chinchilla en el nortechico chileno; hoy d a esta especie slo se cra en cautiverio.

    En Per, las reas altiplnicas sufrieron un proceso similar alboliviano. En la costa, los cultivos de azcar y la explotacin del guano,aunqu e ms p untu ales, ocasionaron u n impacto de acorde con la intensidadque se realizaron.

    La incorporacin de los suelos de la pam pa h m eda a la ganadera seprodujo bastante tiempo despus de la independencia. Basta citar que en1872 la superficie cultivada (preferentemente con cereales) era de slo600 000 hectreas. Antes, las extensas pamp as hm edas y sem iridasestaban pobladas por ganado vacuno cimarrn. ste se reproducalibremente y continuaba diseminando las nuevas especies forrajeras. Lapr esin indgena h aca a su vez limitar la actividad agrop ecuaria. En 1875 lalnea de plazas fortificadas an estaban dentro de lo que hoy es la provinciade Buenos Aires.

    62

    Francisco Len, Las transformaciones rurales en Bolivia", Proyecto de Desarrollo SocialRural, Santiago d e Chile, CEPAL, octubre d e 1977. (Borrad or par a discusin).

    63Federico Albert, La Chinchilla. En Anales de la Un iversidad de Ch ile, 1900.

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    En aquella poca se fij el concepto de frontera agropecuaria: el

    lmite entre las colonias de europeos (casi todas espaolas) y las tierras delos indios libres. Hasta fines del siglo XIX tanto a un lado como al otro laactividad bsica era la ganadera. A un lado, la cra extensiva, al otro, lacaza del ganad o salvaje.

    La pampa sufri la paulatina transformacin del pastoreo. En lapampa semirida el efecto del sobrepastoreo se dej sentir rpidamente,pred ominando un a vegetacin de gram neas xerofticas y de baja densidad.En la pampa hmeda los sistemas de quemas y las plantas introducidascontribuyeron a transformar la vegetacin. Se propagaron muchasgramneas europeas y africanas. (Poa sp . Cynodon sp , Panicum sp ,Pennisetum,Digitaria sp ,Lolium sp ,Avena sp ,Hordeum sp), as como alfalfa.Las transformaciones alcanzaron tambin a la fauna. Los pacedores

    continuaron reemplazando y expu lsand o al guanaco, and y ciervo.

    En la banda oriental, en Uruguay, la pampa sufri las mismastransformaciones pero ms lentamente. La tradicin ganadera fue mayoraqu que en Argentina; slo en 1860 se empezaron a sembrar los primeroscultivos de trigo y maz p or colonos suizos.

    El interior argentino y particularmente sus antiguas ciudadesespaolas se convirtieron en polos de desarrollo basados en sus regionesnaturales. Las provincias de Mendoza y San Juan continuarondesarrollando la viticultura y fruticultura. Tucumn sigui durante el sigloXIX siendo el gran productor de mulares para el transporte y ganadovacuno; pero sus excepcionales condiciones climticas hicieron estaprovincia productora de caa de azcar. Santiago del Estero fue siempre laprovincia de trnsito. Tal como afirma B. Thomson, al no poseer atributosambientales se estanca ya que no constituye ecolgicamente espacio aptopara la expansin de la pampa hmeda.64 En Crdoba tambin tuvo augela cra del ganado mular para los mercados mineros de Per que seenviaban va Salta.

    La patagonia austral, poblada por indios Tehuelches y Onas (y enmenor medida por Alacalufes y Yaganes) se mantuvo como territoriovirgen hasta mediados del siglo pasado. Su desarrollo comienza con el augede los yacimientos aurferos, los que se agotaron rpidamente. A fines delsiglo pasado se introdujo el ovino cubriendo rpidamente todas las reas

    esteparias. El difcil equilibrio ecolgico en una regin de escasa

    64

    Brian Thom son, Periferia y m edio a mbient e: tres casos en A rgentina y Brasil (1870-1970),Revista Internacional de Ciencias Sociales, vol. XXX(1978), No. 3, Pa rs, UN ESCO, pp . 531-568.

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    temperatura, con suelos muy delgados, con vientos intensos y continuos,

    con escasa precipitacin y con una vegetacin predominantementeherbcea acorde a estas condicionantes, fue rpidamente alterado por laaccin selectiva d el ovino.

    En Brasil es donde ms se not la penetracin de las reas de climastemplados. A mediados del siglo XIX el sudeste de Brasil slo estabaocupado en los litorales marinos y fluv ial. A pa rtir de esta fecha comenz elmovimiento de la frontera en funcin de colonizaciones europeas y locales.Ya a principios de este siglo parte importante de los Estados de Ro Grandedo Sul y Santa Catarina se haban colonizado y empezaba pau latinamente adesplazarse la explotacin cafetalera de So Paulo al interior y a la partenorte de Paran.65

    A este respecto refirindose a la poca de fines de siglo TulioHalpern Danghi afirma: En Brasil el caf avanza sobre tierras nuevas,cuya fertilidad agota; la zona cafetalera es una franja en movimiento quedeja a su paso tierras semi devastadas; ya en el momento inicial de laexpansin paulista, zonas enteras del Estado de Rio de Janeiro llevan lahuella de una prosperidad pasada para siempre junto con el vigor de latierra que la explotacin cafetalera agota sin piedad.66 Los mrgenesamplios de la frontera agrcola cafetalera posibilitaron esta expansin porun largo lapso sin qu e se mellara el pod er de los grupos hegemnicos.

    En el nordeste la accin del hombre agrav considerablemente laconsecuencia de las secas. La fragilidad de esas reas ridas, intervenidasya el siglo pasado por sobrepastoreo, se vio agravada por sequas extremas.Esto cre serios problemas a reas ms hmedas de la costa o de la serranapor la emigracin masiva de la poblacin. (Slo entre los aos 1877 y 1879emigraron del Estado de Cear cerca de 150 000 personas a las que se lesllamaba flagelados o retirantes.)67

    Ya a fines del siglo pasado todo el polgono de las secas presentabagrandes extensiones con notorios procesos de erosin y adems, con unavegetacin deteriorada.

    El caucho se explot intensa y efmeramente en la Amazonia. Fueuna explotacin silvestre cuya decadencia se produjo debido a la mayorproductividad y menor costo de las plantaciones de Malaya e Indias

    65

    Vase Brian Thom son, Periferia y med io ambiente: , op.cit.66

    Tulio H alpern Danghi, Historia contempornea d e Amrica Latina, op.cit.67

    Oscar Schneider, Geografa de Amrica Latina, op.cit.

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    holandesas. En Ecuador, Per, Venezuela y Colombia los sistemas ms

    primitivos que los realizados por los siringueiros brasileos tuvieronnefastas consecuencias por la afectacin de grupos indgenas y ladestruccin d e los rboles.

    El caucho natu ral lo produ ce el rbol Goma d e Par (Hevea brasilensis)que es de primera calidad y Castilloa elstiva que es de calidad inferior. Afines del siglo pasado entre 1890 y 1910 esta actividad atrajo a ms demedio milln de habitantes. La explotacin de Hevea brasilensis (efectuadapor siringueiros) no afect mayormente a los rboles debido a que a stosse les someta slo a una sangra. Mientras que la explotacin de Casilloaelstica produjo serias alteraciones ya que los caucheros deban cortar elrbol. Cuando el caucho declin la poblacin se restableci y la selva cubrisus claros con especies cicatrizantes.

    Ms al norte, en Venezuela, a mediados del siglo pasado se cre unsistema de ocupacin de suelos agrcolas itinerantes de gran impacto en laconservacin de los recursos. El sistema de Conucos se origin despusde la abolicin de la esclavitud y al final de la cruenta guerra social.68 Eldesplazamiento de los campesinos de un lugar a otro, como forma deagricultura itinerante de subsistencia se bas en la utilizacin de losnutrientes de la vegetacin que se incorporaban al suelo mediante la rozay/ o quem a. De esta forma se aprovechaban ecosistemas creados en largosprocesos de evolucin. Aunque en estas reas la agricultura nunca sedesarroll e intensific, esta agricultura mvil fue muy deteriorante para elmedio pues se bas en un sistema absolutamente al margen de cualquiermedid a d e conservacin.

    En los llanos el ganado se reprodujo libremente a similitud de losucedido en la pampa hmeda con la diferencia que la apropiacin derebaos cre el sentido d e prop iedad territorial de los llanos.69

    Mxico, despus de la independencia, present un ritmo detransformaciones que afect los variados ecosistemas que posee. El norterido continu el lento proceso deteriorante de la ganadera extensiva,agravado por sequas extremas.

    La pennsula de baja California fue poblada en la segunda mitad d elsiglo pasado por latifundistas que intensificaron las explotaciones

    68 Armando Di Filippo, Races histricas , op.cit.69

    Germn Carrera Damas, Sobre el alcance y el significado de las polticas agrarias enVenezu ela du ran te el siglo XIX, Tierras N uevas, Mxico, D.F., El Colegio de Mxico, 1973,pp . 121-138.

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    ganaderas. Al sur volvi la caa junto al pltano, palmas, cocoteros y

    mangos. Muchas minas se abrieron repercutiendo esto en los escasosrecursos leosos.

    En la meseta central la prdida de las tierras ind genas en manos delatifundistas se tradujo ya a mediados del siglo pasado, en una expulsinde stos hacia reas marginales. Es en esta rea donde se manifest confuerza los pr ocesos erosivos agravad os por las cond iciones climticas.

    La llanu ra entre el Golfo y la Sierra Mad re Oriental, siempre atrajo laatencin por la riqueza de sus recursos naturales. El frente de agua oAnhuac fue siempre dominado y celosamente guardado por pueblosinvasores. Sal y algodn que eran los principales productos que losHu actecas enviaban al centro siguieron a fines del siglo XIX pr odu cind ose

    pero eclipsados por el petrleo. Los Huaxtecas, otro gran pueblo defensorde su nicho ecolgico tuvieron que retirarse definitivamente en funcinde la penetracin de intereses de alta influencia y podero.

    En la pennsula de Yucatn la intervencin ha significado laexplotacin de las maderas preciosas de sus selvas. A comienzos de sigloan vivan en territorio mexicano algunos grupos de indios libres.Centroamrica hay que dividirla en su zona atlntica y pacfica. Lascondiciones trridas de la primera sirvieron de freno a la penetracinirrestricta de este territorio. En el Pacfico la situacin fue diferente, puesaqu se introdu jeron m ayoritariamen te los cultivos tropicales.

    La historia de las islas del Caribe sigue las particularidades propiasde su relativo aislamiento en un marco diferente dada la diversa influenciainglesa, espaola, francesa y holandesa. En una misma isla, Hait, laseparacin en sus dos zonas culturales y los propios movimientoslibertarios se tradujeron en una relacin hombre tierra muy diferente y, enconsecuencia, en un trato dad o a los recursos tambin diverso.

    4. A modo de eplogo

    Los autores han tomado algunos aspectos relevantes que se hanconsiderado bsicos para poder interpretar pasajes de la historia deLatinoamrica desde una dimensin ecolgica.

    No han avanzado ms all de comienzos de siglo debido a lacomplejidad del tem a. La explosin d emogr fica, la crisis del 30, el conflictomundial ltimo, las readecuaciones del mundo capitalista, los impactos del

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    pr ogreso cientfico y tecnolgico, la creciente imp ortancia d e la en erga, etc.,

    son procesos y problemas tan am plios que escapan de las p osibilidades d eestas notas.

    Es necesario reflexionar sobre algunos aspectos. La prdida de casitodo el acervo cultural precolombino se ve agravada hoy da por elconflicto entre lo moderno centrado en un estilo de desarrollo en ascensoy lo tradicional. Mucho de lo tradicional contiene la amalgama de esteconocimiento precolombino con tecnologas y sistemas implantados por loscolonizadores.

    El costo en vidas humanas y en recursos, muchos de ellosdesapercibidos, para poder implantar el estilo de desarrollo ibrico, fuerealmente impresionante. La penetracin del estilo se realiz en funcin del

    desplazamiento del estilo anterior. Se utilizaron las estructuras de poder, laestratificacin social, los grupos y castas preexistentes para poderconsolidar las nuevas formas de p oder ascendentes.

    El largo perodo colonial se identific con una explotacin minerade los recursos naturales de Amrica Latina. Todo hacia la metrpolis ohacia el centro. La metrpolis slo debi implantar una organizacinsocial a veces armn ica, casi siempr e repr esiva, que le asegur ase el flujo deexcedentes.

    En el perodo d e las naciones indep endientes hubo un esfuerzo p aravertir las ventajas obtenidas de la posesin de los recursos naturales haciael desarrollo de ellas. De todas formas los esfuerzos chocaron con lasformas imperialistas del momento.

    Pese al esfuerzo por reencontrar las vas de desarrollo en elpatrimonio de cada una de las naciones, los principales modos deproduccin siguieron atentando contra la conservacin de los recursos. Enrealidad, la concepcin de la disponibilidad casi ilimitada de ellos, nopred ispuso para proyectar a largo plazo el deterioro a que se les someta.

    El desconocimiento de Amrica Latina de sus ecosistemas y de susfuncionamientos aceler procesos de deterioro que bien podran haber sidoaminorados o evitados. Este desconocimiento se remonta a la eliminacinde la inteligencia cuand o los conqu istadores llegaron a Amrica.

    Aunque este conocimiento hubiese existido, el aporte hubiese sidolimitado si no se hubiera conceptualizado la relacin sociedad-naturaleza,

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    no slo desde el punto de vista terico sino tratando de interpretar los casos

    concretos que se dieron.

    Por ltimo cabe reflexionar si esta historia no es sino la historia d e latasa de extraccin de los recursos naturales, de las formas forneas dedominacin, de las estrategias y las tcticas de penetracin del estiloascendente, de las transformaciones de la ecologa del paisaje. Es necesariointerrogarse sobre cul es el grado de afectacin y deterioro de losecosistemas, si cada da aumenta la poblacin y las necesidades, si la tasade extraccin se acelera, si se consolidan formas de penetracin del capitalforneo, si el nuevo estilo dep redador se intensifica.

    B. LAS CUENTAS DEL PATRIMONIO NATURAL YEL DESARROLLO SUSTENTABLE *

    1. El acercamiento entre la economa y la ecologa

    Se pensaba que muy pronto la contabilidad patrimonial desempeara unpapel protagnico en el instrumental econmico-ambiental. Sin embargo, laposibilidad de p onerla en p rctica se ha ido d iluyend o tanto a n ivel de lospa ses como de los organ ismos internacionales, debido a var ios factores quese analizarn ms ad elante.

    La idea de impulsar las cuentas patrimoniales, en especial del

    patrimonio natu ral, surgi cuand o se comprob qu e la tasa d e crecimientodel prod ucto interno bruto no tena p or qu estar relacionada con la tasa deconservacin de los recursos. Ms an, en muchas ocasiones se lograba unamayor tasa del PIB a costa del consumo del patrimonio natural,fenmeno qu e se daba sobre todo en p ases que basaban su desarrollo en laexplotacin de sus recursos naturales. Por ello comenz a plantearse lapregu nta d e por qu los sistemas de cuentas nacionales no detectaban esteproblema y que d eba hacerse para remed iar esta situacin.

    _________________

    * Extracto revisado del artculo de Nicolo Gligo Las cuentas del patrimonio

    natural y el desarrollo sustentable, publicado enRevista de la CEPAL

    , N 41(LC/G.1631-P), agosto de 1990.

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    Los sistemas de cuentas nacionales se establecieron cuando en las

    economas d ominaba el modelo m acroeconmico Keynesiano, p reocup adofundamentalmente del empleo. En este contexto se desestim laimportancia de los recursos naturales, pese a que, con anterioridad, elpensamiento clsico los haba considerado como uno de los tres factoresbsicos que generaban el ingreso. Los neoclsicos, a su vez, virtualmenteborrar on los recursos natu rales de su m odelo (Repetto y otr os, 1989).

    El instrumental de cuentas patrimoniales apareci, entonces, en unapoca en que se hizo indispensable acercar la economa a la ecologa,aspecto que se profundiza a continuacin con el objeto de entender laproblemtica de las cuentas patrimoniales.

    Las nuevas elaboraciones conceptuales han tendido a perfeccionar

    los mtodos de valorizacin de los recursos naturales y del medio ambientefsico. Sin emba rgo, lo anterior n o acerca la economa a la ecologa, sino qu ese reduce sencillamente al tratamiento de problemas ecolgicos mediantemetodologas nuevas o remozadas creadas dentro de las leyes tradicionalesde la economa.

    Este asunto es bsico si se quiere analizar el papel de las cuentaspatrimoniales ms all de su funcin como instrumento de integracineconmico-ambiental. Muchos d e los argum entos para impu lsar las cuentaspatrimoniales se han basado en la necesidad de contar con un lenguaje sies posible econmico, unidimensional que permita al planificador o a losencargados de formular la poltica, econmica, entender econmicamentelo que esta pasando con los recursos naturales y con otros elementos de lanaturaleza. No obstante reconocer que es m uy imp ortante tener un lenguajecomn, ms relevante an es entender en trminos de las cienciasnaturales qu est pasando con el patrimonio, cal es su evaluacin,cales son los cambios previsibles, interrogantes que debern respondersepara lograr una evaluacin clara de la sustentabilidad ambiental deldesarrollo. Obviamente, esta evaluacin deber ser integral, y por ende,mu ltidimensiona l e intercientfica.

    En otras palabras, y como ya se ha planteado en anteriores escritos, elobjetivo fundamental de las cuentas patrimoniales debe orientarse a que losresponsables de formular las estrategias y polticas de desarrollo posean uninstrumental que les permita conocer, entre otros aspectos, qu costo

    patrimonial tienen las diversas estrategias de desarrollo y cales son lastendencias de este costo. Tanto los instrumentos como las metodologas nodebern ser necesariamente uniformes, sino que podran adaptarse a las

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    determinantes ecosistmicas del territorio en estudio y a sus condiciones

    sociales.

    Es por ello que no deberan identificarse las cuentas patrimonialescon un simple esfuerzo d e bsqued a de un lenguaje econmico que definalos cambios de manera unidimensional asignndoles un precio a losrecursos naturales y a ciertos elementos de la naturaleza, lo cual, paradeterminados casos, podra ser un objetivo complementario.

    Este planteamiento no implica qu e no d eba abordarse la temtica dela valoracin econmica. Al contrario, se estima que sta es necesaria ysumamente til. Sin embargo, no debera constituir el nico instrumentalbuscado, sino que debera potenciar el uso de las metodologas eninformaciones fsicas. No obstante, es preciso tener en cuenta que la

    valoracin puede presentar serias limitaciones, ya que no existe en todo elpensamiento econmico ninguna tesis en que el valor o sustancia del valorde cambio mida las cualidades del valor de uso de las mercancas. Comoafirma Pedro Tsakoumagkos, la sustancia del valor puede ser tiempo detrabajo abstracto, placer subjetivo o cualquier otra cosa, pero nuncadirectamente las propiedades mismas de los objetivos de uso. Ahora bien,el objetivo perseguido por la poltica econmico-ambiental (y,consecuentemente, por la elaboracin de cuentas ambientales, tanto deexistencias como de flujos) es disear y poner en prctica estrategias quecontrarresten el deterioro de esas mismas cualidades. El clculo econmicoen s mismo no nos ofrecer nunca una medida de lo que estamosbuscando. Una medida directa, queremos decir. Ello se traduce en que laesfera de los procesos naturales y entre ellos los proceso