nosotros, los ciclos y el qi gong

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Nosotros, los Ciclos, y el Qi Gong Por Horacio Di Renzo Para el ser social, que vive en comunidad y en grupo, y que tiene contacto con el entorno natural, el concepto de “Ciclo” se le manifiesta en cada expresión de su vida y por lo tanto no le es ni extraño, ni ajeno a su existencia. Ese ser vive rodeado de ciclos. En su familia, envejece el abuelo y nace el nieto o sobrino. En su entorno siente en su piel los cambios del clima durante el año. En su propia carne sentirá a lo largo de su vida, el correr de los años y los cambios. En la sociedad actual, vivimos luchando en una batalla desigual (y necia) contra los cambios que se nos presentan. No queremos tener arrugas, desearíamos que todos los fines de semanas hubiera Sol, nos angustia la edad, somos viejos laboralmente a los 40 años…está todo patas para arriba! Cuánta locura! Gracias a Dios, en algún momento hubo pensadores como Lao Tse, y surgieron corrientes filosóficas

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Una pequeña reflexión sobre los ciclos, elemento vital para comprender el qi gong y saber más sobre nosotros y nuestra calidad de vida.

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Page 1: Nosotros, Los Ciclos y El Qi Gong

Nosotros, los Ciclos, y el Qi Gong

 Por Horacio Di Renzo

Para el ser social, que vive en comunidad y en grupo, y que tiene contacto con el entorno natural, el concepto de “Ciclo” se le manifiesta en cada expresión de su vida y por lo tanto no le es ni extraño, ni ajeno a su existencia.

Ese ser vive rodeado de ciclos. En su familia, envejece el abuelo y nace el nieto o sobrino. En su entorno siente en su piel los cambios del clima durante el año. En su propia carne sentirá a lo largo de su vida, el correr de los años y los cambios.

En la sociedad actual, vivimos luchando en una batalla desigual (y necia) contra los cambios que se nos presentan. No queremos tener arrugas, desearíamos que todos los fines de semanas hubiera Sol, nos angustia la edad, somos viejos

laboralmente a los 40 años…está todo patas para arriba! Cuánta locura! Gracias a Dios, en algún momento hubo pensadores como Lao Tse, y surgieron corrientes filosóficas que nos ayudaron a entender el universo, y por lo tanto, a entendernos a nosotros mismos.

Un Día es un Ciclo

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No fue por pura casualidad que los primeros relojes de mano fueron redondos…el ciclo del día se refleja en las agujas recorriendo un círculo, partiendo del cero y volviendo al cero, dejando claro que un día es por supuesto, nuestro ciclo más importante.

Durante el día, tenemos las cuatro fases: Pequeño Yin, Gran Yin, Pequeño Yang, Gran Yang. Iniciamos el día para dedicarnos a nuestras tareas. Debemos respetar el Yang, y darle nutrición para poder ejercerlo. Desayunaremos muy bien, alimentando también la mente, preparándonos para el día, proyectando y pensando la jornada.

Luego de un día de grandes esfuerzos, deberemos volver a casa, repararnos emocionalmente, abrazar a alguien, hablar con alguien, leer o escuchar música, o ver nuestro programa favorito…cenar, y dormir lo más que podamos.

Todo esto sería una verdadera obviedad, si no fuera porque en la realidad, raramente nuestros días – o los de mucha gente – son así.

Nos levantamos con deuda de sueño, debido a que dormimos con nuestros celulares encendidos, llevamos la compu a la cama, cenamos de más, y nos acostamos demasiado tarde. El desayuno raramente será nutritivo, y probablemente tampoco lo sea el almuerzo. Si somos jóvenes promesas laborales, los jueves saldremos a la noche para seguir a la manada – quién fue el sabio que inventó “salir los jueves” – o utilizaremos nuestro tiempo libre para hablar de trabajo, en pubs que nos seducen con ofertas de 2 x 1, en otro gran invento: el ritual del After Office, con las mismas personas con las que compartimos el día laboral.

Llegamos a casa, vivimos solos, no hablamos con nadie, cenamos las sobras de ayer o usamos el delivery, y nos dormimos con la notebook encendida en la cama.

(nota: actualmente en la ciudad de Bs As, el 51 por ciento de la gente vive sola)

No respetamos Yin y Yang. El sueño descuidado no alcanza para repararnos del esfuerzo del día. No será raro que si cumplimos muchos ciclos así, nos enfermaremos, envejeceremos rápido, y no seremos felices ni plenos.

Será que nos olvidamos de agradecer el día al levantarnos, o que simplemente, no estamos pensando en cómo estamos viviendo, cómo son nuestros días.

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Pero lo cierto es que el primer ciclo al que hay que prestar atención, repensar, y remodelar, es el Ciclo del Día.

Una Semana es un Ciclo

Por supuesto que si no hemos resuelto el primer punto (repensar y rediseñar el ciclo del día) nos será imposible trabajar nuestro segundo ciclo que es la semana.

Cómo mejorar el funcionamiento de una rueda, si no hemos corregido el eje de rotación…

La semana es todo un ciclo. Comenzamos el lunes sabiendo muy bien qué vamos a hacer cada día, para poder optimizar tiempos y esfuerzos. Planificamos nuestras tareas, le damos un momento a nuestros afectos y los ubicamos en algún punto de la semana. Respetamos Yin y Yang, dedicando la semana laboral al trabajo, y el fin de semana al descanso y la reparación.

Entendemos perfectamente que sin esa reparación, nuestro siguiente ciclo – la próxima semana – podría ser desastrosa. Llenos de energía, luego de un fin de semana hermoso, podemos encarar un nuevo ciclo productivo, en el que viviremos siete ciclos bien organizados que nos permitan estar despiertos cuando tenemos que trabajar, y poder dormir y descansar cuando tenemos que repararnos.

Nuevamente, la exposición que hemos hecho contrasta con nuestra realidad, o con muchas realidades.

Luego de un fin de semana atestado de actividad no deseada nos zambullimos en el lunes con nuestro peor rostro, deseando tener un día más de descanso, para poder a lo mejor, compensar todas las barbaridades que hicimos durante el finde que nos había

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tocado. El lunes comienza mal, lo cual será un arrastre que nos costará mucho revertir. O por el contrario, empezamos la semana a mil, trabajamos como locos produciendo muchos beneficios para la gran empresa que nos contrata, y cuando llega el momento de descanso, simplemente no podemos hacerlo, ya sea porque tenemos demasiados compromisos, o porque seguimos enchufados con el trabajo. Será el fin de semana – el supuesto “reparador” – la excusa para el exceso en la comida, en todo lo demás también. El ciclo que hemos creado, no tiene nada cíclico, es puro yang, puro gastar, nada de guardar.

De más está decir que como todas las semanas son más o menos así, no podemos esperar muchas cosas buenas de nuestro mes, año o vida completa. Deberíamos al menos, dentro de nuestra realidad y condiciones de vida, optimizar lo más que podamos este ciclo semanal, respetando un tiempo para la agenda, y otro para el descanso. Uno para la soledad, otro para lo social. Y por supuesto, dedicar tiempo al ejercicio, al Qi Gong.

Es muy importante entender por ejemplo, que aunque podamos mantener la luz prendida las 24 hs, siguen existiendo el día y la noche más allá de la burbuja en la que nos metemos.

Como siempre, no comprendiendo la ley del Tao, nos alejamos de él, o lo contrariamos y lo que recibimos a cambio no es otra cosa que lo que nosotros hemos hecho con nuestras vidas, con nuestros ciclos.

Un Mes es un Ciclo

Existen elementos sociales que nos ayudan a entender el mes. El sueldo, las cuentas…nos ayudan a ordenar el mes. Somos bastante aptos para administrar los números, porque sin esa administración nuestra vida sería lamentablemente sufrida. Eso nos permite organizar nuestra productividad, nuestra capacidad de ahorro, etc.

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El mes es un ciclo más largo que nos permite tener objetivos alcanzables, como por ejemplo “bajar dos kilos” o “este mes voy a ver más películas” o “leer más libros” o “reencontrarme con mis amigos o familiares”. El mes nos da tiempo para hacer las cosas sin tanta premura. Si nos organizamos podemos hacerlo mucho más agradable y placentero, productivo y reparador.

Ese mes nos permite hacer algún desarreglo un fin de semana, y no hacerlo el siguiente. Aprovechar algún feriado para disfrutar el “no hacer nada”. Un mes, para quien se piensa, es una gran cosa! Es una caja llena de sueños y proyectos. Este mes consigo novia. Este mes, simplemente sigo sano. Este mes pateo más alto o aprendo a utilizar el abanico.

Hablando de Qi Gong (aunque les juro que en mi cabeza, opino que no he estado hablando de otra cosa!!) si somos inconstantes, imaginemos qué puede pasar con nuestra salud, si dedicamos cada día, unos minutos al entrenamiento ordenado. Al cabo de un mes, sin duda habremos adquirido mucho, y aprendido mucho más.

El viaje del Qi Gong, durante un mes, se pone mucho más interesante.

Un Año, es un Ciclo

Que un año es un ciclo, lo entendemos todos. Que podemos ayudar mucho a que sea un hermoso ciclo, no siempre lo entendemos.

Se suele objetar que el año nuevo es “un día como cualquier otro”…pero permítanme defender la enorme importancia del año nuevo. Termina un ciclo, y empieza otro! Cómo va a ser un día como cualquier otro! En nuestro esquema mental, ese fin-principio nos permite reconciliarnos con los errores y carencias, repensar y reordenar el “nuevo ciclo”, nos ayuda a ser mucho más entusiastas, más felices. No caigamos en el error de quitarnos ese paradigma tan necesario como es cerrar un año y abrir otro.

Porque un año, es un ciclo.

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Como necesitamos exhalar para inhalar nuevamente, necesitamos cerrar un año para comenzar otro positivamente.

Díganle que un año no es un ciclo a un agricultor.

No hay mejor manera de comenzar un año, que tomándonos un día entero para pensar el año vivido, y crear el siguiente.

Una Vida es un Ciclo

Definitivamente, somos seres cíclicos. Pero la vida es un ciclo y si no lo entendemos así, sufriremos toda nuestra vida.

Cuando niños anhelaremos ser grandes para poder hacer todo lo que hacen los grandes. Hasta ahí, no hay mucho problema, ya que lo que anhelamos, está por venir.

Pero cuando somos jóvenes queremos seguir siendo adolescentes. Cuando tenemos treinta añoramos los veinte, y los cuarenta nos aterran. Las primeras arrugas del rostro nos causan sufrimiento, buscamos preservar la juventud por las razones equivocadas.

Envejecemos indignamente queriendo seguir siendo jóvenes…todo eso, si no entendemos que somos viajeros de un ciclo.

Podemos disfrutar nuestra juventud, ya que no volverá. Madurar sabiamente y aprovechar las incontables ventajas de ser más experto y sabio. Podemos envejecer con la vida resuelta disfrutando una época en la que no tenemos tantas prisas y posiblemente tengamos menos responsabilidades. Podemos aprovechar el tiempo mejor, ya que no es ilimitado…podemos hacer tantas cosas si entendemos que estamos de viaje a lo largo de un ciclo.

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La televisión nos muestra seres de plástico que han gastado fortunas, solamente para convertirse en extrañas criaturas de rostro de cera. Vemos gente de 60 años que se implanta siliconas en los pechos…qué cosa puede ser más absurda. Vemos cómo nadie está donde debería estar y por lo tanto, nadie es feliz, aunque todo el mundo dice serlo.

Por otro lado los medios nos prometen la felicidad enlatada, nos muestran que el placer no es otra cosa que adquirir bienes. Nos ponen el foco en lo efímero y nos alejan de lo que importa.

Cuando no se respetan los ciclos, los adultos no son ejemplo ni referentes de nada, los jóvenes no viven su edad, los viejos son descartados y los niños, abusados. Cuando no se respetan los ciclos, la vida se convierte en un verdadero infierno y lo peor es que nos la pasamos responsabilizando de ello a todos menos a nosotros mismos.

Disciplinas como el Qi Gong, el Yoga, etc. Nos ponen en contacto con otras disciplinas. Nos ayudan a entender la importancia de adquirir sabiduría, luego consciencia.

No existe ningún ejercicio que nos cure el mal de la ignorancia. No existe ningún Qi Gong que nos pueda salvar de la infelicidad, pero al mismo tiempo, todo el Qi Gong es una expresión viva de la sabiduría de oriente.

Al mismo tiempo que aprendemos técnicas y ejercicios, se nos alienta a adquirir algún tipo de sabiduría propia, que nos permita comprender el cómo de las cosas, los hechos, etc.

Cada vez que hacemos una respiración profunda, estamos viviendo un ciclo. Cada vez que practicamos, estamos ejercitando un ciclo. Cada vez que estudiamos descubrimos perlas de conocimiento que nos es dado no para verlo pasar, sino para “aprehenderlo”, tomarlo y utilizarlo de acuerdo a nuestra voluntad.

Porque todo ciclo necesita del ser, quien con su libre albedrío, se entrega al ciclo y completa la perfecta ecuación de la existencia.

Buena Práctica

Horacio Di Renzo