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    :: portada :: N. Chomsky ::

    18-03-2013

    Puede la civilizacin sobrevivir al capitalismo?Noam ChomskyLa Jornada

    Hay capitalismo y luego el verdadero capitalismo existente. El trmino capitalismo se usacomnmente para referirse al sistema econmico de Estados Unidos con intervencin sustancialdel Estado, que va de subsidios para innovacin creativa a la pliza de seguro gubernamentalpara bancos demasiado-grande-para-fracasar.

    El sistema est altamente monopolizado, limitando la dependencia en el mercado cada vez ms:En los ltimos 20 aos el reparto de utilidades de las 200 empresas ms grandes se ha elevadoenormemente, reporta el acadmico Robert W. McChesney en su nuevo libro Digital disconnect.Capitalismo es un trmino usado ahora comnmente para describir sistemas en los que no haycapitalistas; por ejemplo, el conglomerado-cooperativa Mondragn en la regin vasca de Espaa olas empresas cooperativas que se expanden en el norte de Ohio, a menudo con apoyoconservador -ambas son discutidas en un importante trabajo del acadmico Gar Alperovitz.Algunos hasta pueden usar el trmino capitalismo para referirse a la democracia industrialapoyada por John Dewey, filsofo social lder de Estados Unidos, a finales del siglo XIX y principiosdel XX. Dewey inst a los trabajadores a ser los dueos de su destino industrial y a todas lasinstituciones a someterse a control pblico, incluyendo los medios de produccin, intercambio,publicidad, transporte y comunicacin. A falta de esto, alegaba Dewey, la poltica seguir siendo

    la sombra que los grandes negocios proyectan sobre la sociedad. La democracia truncada queDewey condenaba ha quedado hecha andrajos en los ltimos aos. Ahora el control del gobiernose ha concentrado estrechamente en el mximo del ndice de ingresos, mientras la gran mayorade los de abajo han sido virtualmente privados de sus derechos.

    El sistema poltico-econmico actual es una forma de plutocracia que diverge fuertemente de lademocracia, si por ese concepto nos referimos a los arreglos polticos en los que la norma estinfluenciada de manera significativa por la voluntad pblica. Ha habido serios debates a travsde los aos sobre si el capitalismo es compatible con la democracia. Si seguimos que lademocracia capitalista realmente existe (DCRE, para abreviar), la pregunta es respondida

    acertadamente: Son radicalmente incompatibles. A m me parece poco probable que la civilizacinpueda sobrevivir a la DCRE y la democracia altamente atenuada que conlleva. Pero, podra unademocracia que funcione marcar la diferencia? Sigamos el problema inmediato ms crtico queenfrenta la civilizacin: una catstrofe ambiental. Las polticas y actitudes pblicas divergenmarcadamente, como sucede a menudo bajo la DCRE. La naturaleza de la brecha se examina envarios artculos de la edicin actual del Deadalus, peridico de la Academia Americana de Artes yCiencias.

    El investigador Kelly Sims Gallagher descubre que 109 pases han promulgado alguna forma depoltica relacionada con la energa renovable, y 118 pases han establecido objetivos para la

    energa renovable. En contraste, Estados Unidos no ha adoptado ninguna poltica consistente yestable a escala nacional para apoyar el uso de la energa renovable. No es la opinin pblica lo

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    que motiva a la poltica estadunidense a mantenerse fuera del espectro internacional. Todo locontrario. La opinin est mucho ms cerca de la norma global que lo que reflejan las polticas delgobierno de Estados Unidos, y apoya mucho ms las acciones necesarias para confrontar elprobable desastre ambiental pronosticado por un abrumador consenso cientfico -y uno que noest muy lejano; afectando las vidas de nuestros nietos, muy probablemente. Como reportan Jon

    A. Krosnik y Bo MacInnis en Daedalus: Inmensas mayoras han favorecido los pasos del gobiernofederal para reducir la cantidad de emisiones de gas de efecto invernadero generadas por lascompaas productoras de electricidad. En 2006, 86 por ciento de los encuestados favorecieronsolicitar a estas compaas o apoyarlas con exencin de impuestos para reducir la cantidad de esegas que emiten... Tambin en ese ao, 87 por ciento favoreci la exencin de impuestos a lascompaas que producen ms electricidad a partir de agua, viento o energa solar. Estas mayorasse mantuvieron entre 2006 y 2010, y de alguna manera despus se redujeron. El hecho de que elpblico est influenciado por la ciencia es profundamente preocupante para aquellos quedominan la economa y la poltica de Estado. Una ilustracin actual de su preocupacin es laenseanza sobre la ley de mejora ambiental, propuesta a los legisladores de Estado por el Consejode Intercambio Legislativo Estadunidense (CILE), grupo de cabildeo de fondos corporativos quedesigna la legislacin para cubrir las necesidades del sector corporativo y de riqueza extrema. La

    Ley CILE manda enseanza equilibrada de la ciencia del clima en salones de clase K-12. Laenseanza equilibrada es una frase en cdigo que se refiere a ensear la negacin del cambioclimtico, a equilibrar la corriente de la ciencia del clima. Es anloga a la enseanza equilibradaapoyada por creacionistas para hacer posible la enseanza de ciencia de creacin en escuelaspblicas. La legislacin basada en modelos CILE ya ha sido introducida en varios estados.

    Desde luego, todo esto se ha revestido en retrica sobre la enseanza del pensamiento crtico-una gran idea, sin duda, pero es ms fcil pensar en buenos ejemplos que en un tema queamenaza nuestra supervivencia y ha sido seleccionado por su importancia en trminos deganancias corporativas. Los reportes de los medios comnmente presentan controversia entre

    dos lados sobre el cambio climtico. Un lado consiste en la abrumadora mayora de cientficos, lasacademias cientficas nacionales a escala mundial, las revistas cientficas profesionales y el PanelIntergubernamental sobre Cambio Climtico (PICC). Estn de acuerdo en que el calentamientoglobal est sucediendo, que hay un sustancial componente humano, que la situacin es seria y talvez fatal, y que muy pronto, tal vez en dcadas, el mundo pueda alcanzar un punto de inflexindonde el proceso escale rpidamente y sea irreversible, con severos efectos sociales yeconmicos. Es raro encontrar tal consenso en cuestiones cientficas complejas. El otro ladoconsiste en los escpticos, incluyendo unos cuantos cientficos respetados -que advierten que esmucho lo que an se ignora-, lo cual significa que las cosas podran no estar tan mal como sepens, o podran estar peor. Fuera del debate artificial hay un grupo mucho mayor de escpticos:cientficos del clima altamente reconocidos que ven los reportes regulares del PICC comodemasiado conservadores. Y, desafortunadamente, estos cient- ficos han demostrado estar en lo

    correcto repetidamente. Aparentemente, la campaa de propaganda ha tenido algn efecto en laopinin pblica de Estados Unidos, la cual es ms escptica que la norma global. Pero el efecto noes suficientemente significativo como para satisfacer a los seores.

    Presumiblemente esa es la razn por la que los sectores del mundo corporativo han lanzado suataque sobre el sistema educativo, en un esfuerzo por contrarrestar la peligrosa tendencia pblicaa prestar atencin a las conclusiones de la investigacin cientfica. En la Reunin Invernal delComit Nacional Republicano (RICNR), hace unas semanas, el gobernador por Luisiana, BobbyJindal, advirti a la dirigencia que tenemos que dejar de ser el partido estpido. Tenemos que dejarde insultar la inteligencia de los votantes. Dentro del sistema DCRE es de extrema importancia

    que nos convirtamos en la nacin estpida, no engaados por la ciencia y la racionalidad, en losintereses de las ganancias a corto plazo de los seores de la economa y del sistema poltico, y al

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    diablo con las consecuencias. Estos compromisos estn profundamente arraigados en lasdoctrinas de mercado fundamentalistas que se predican dentro del DCRE, aunque se siguen demanera altamente selectiva, para sustentar un Estado poderoso que sirve a la riqueza y al poder.

    Las doctrinas oficiales sufren de un nmero de conocidas ineficiencias de mercado, entre ellas el notomar en cuenta los efectos en otros en transacciones de mercado. Las consecuencias de estasexterioridades pueden ser sustanciales. La actual crisis financiera es una ilustracin. En parte esrastreable a los grandes bancos y firmas de inversin al ignorar el riesgo sistmico -la posibilidadde que todo el sistema pueda colapsar- cuando llevaron a cabo transacciones riesgosas. Lacatstrofe ambiental es mucho ms seria: La externalidad que se est ignorando es el futuro delas especies. Y no hay hacia dnde correr, gorra en mano, para un rescate. En el futuro loshistoriadores (si queda alguno) mirarn hacia atrs este curioso espectculo que tom forma aprincipios del siglo XXI. Por primera vez en la historia de la humanidad los humanos estnenfrentando el importante prospecto de una severa calamidad como resultado de sus acciones-acciones que estn golpeando nuestro prospecto de una supervivencia decente. Esos

    historiadores observarn que el pas ms rico y poderoso de la historia, que disfruta de ventajasincomparables, est guiando el esfuerzo para intensificar la probabilidad del desastre. Llevar elesfuerzo para preservar las condiciones en las que nuestros descendientes inmediatos puedantener una vida decente son las llamadas sociedades primitivas: Primeras naciones, tribus,indgenas, aborgenes. Los pases con poblaciones indgenas grandes y de influencia estn bienencaminados para preservar el planeta. Los pases que han llevado a la poblacin indgena a laextincin o extrema marginacin se precipitan hacia la destruccin. Por eso Ecuador, con su granpoblacin indgena, est buscando ayuda de los pases ricos para que le permitan conservar suscuantiosas reservas de petrleo bajo tierra, que es donde deben estar. Mientras tanto, EstadosUnidos y Canad estn buscando quemar combustibles fsiles, incluyendo las peligrosas arenasbituminosas canadienses, y hacerlo lo ms rpido y completo posible, mientras alaban lasmaravillas de un siglo de (totalmente sin sentido) independencia energtica sin mirar de reojo lo

    que sera el mundo despus de este compromiso de autodestruccin. Esta observacin generaliza:Alrededor del mundo las sociedades indgenas estn luchando para proteger lo que ellos a vecesllaman los derechos de la naturaleza, mientras los civilizados y sofisticados se burlan de estatontera. Esto es exactamente lo opuesto a lo que la racionalidad presagiara -a menos que sea laforma sesgada de la razn que pasa a travs del filtro de DCRE.

    (El nuevo libro de Noam Chomsky es Power Systems: Conversations on Global DemocraticUprisings and the New Challenges to U.S. Empire. Conversations with David Barsamian)

    Fuente:http://www.jornada.unam.mx/2013/03/17/index.php?section=opinion&article=022a1mun

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    http://www.jornada.unam.mx/2013/03/17/index.php?section=opinion&article=022a1munem/emhttp://www.jornada.unam.mx/2013/03/17/index.php?section=opinion&article=022a1munem/em