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E l Jubileo de la Misericordia

alcanza uno de sus momen-

tos álgidos en la invitación

que el Papa Francisco nos

dirige para acercarnos al sacramento del

Perdón de los pecados. Justo antes de

partir hacia México en su viaje apostóli-

co, en el marco incomparable de una

basílica vaticana abarrotada por los

“misioneros de la misericordia”, y ante

los cuerpos de San Pío de Pietrelcina y

de San Leopoldo Mandic, dos de los

grandes apóstoles del sacramento de la

Confesión; el Santo Padre recuerda al

mundo que existe esperanza, porque la

misericordia de Dios se nos ofrece a

todos, sin excepción.

¿Cuáles pueden ser los principales

obstáculos para acoger esta invitación a

abrirnos a la misericordia? En mi opi-

nión, son tres.

El primero es la proyección en Dios de

nuestra propia desesperanza. sucede

que cuando en nuestras relaciones ha

primado el desengaño, la sospecha o el

temor; llegamos a generar una resisten-

cia interior, que se traduce en una incre-

dulidad hacia la posibilidad de un cam-

bio

La segunda dificultad en el pensamiento

contemporáneo es la contaminación del

concepto de misericordia por el relativis-

mo. En determinados contextos, se invo-

ca la misericordia negando la misma

existencia del pecado: “No existe peca-

do, ¡Dios es misericordioso!”. De esta

forma, se olvida que Jesucristo nos urge

en el Evangelio a la conversión y a dar

frutos de buenas obras.

Y el tercer obstáculo es la desconfianza

en el sacramento de la Confesión. En el

libro-entrevista recientemente publica-

do por Andrea Tornielli (El nombre de

Dios es misericordia), el periodista le

dirige a Francisco una pregunta muy

práctica: ¿Por qué es importante confe-

sarse con un sacerdote? ¿No bastaría

con arrepentirse y pedir perdón directa-

mente a Dios? Curiosamente, en su res-

puesta a esta pregunta, el Papa Francis-

co indica: “Somos seres sociales. Si tú no

eres capaz de hablar de tus errores con

tu hermano, ten por seguro que no

serás capaz de hablar tampoco con Dios

y que acabarás confesándote con el

espejo, frente a ti mismo. Confesarse

con un sacerdote es un modo de poner

mi vida en las manos y en el corazón de

otro, que en ese momento actúa en

nombre y por cuenta de Jesús.”

Si yo tuviese que elegir dos fotografías

entre las imágenes que mejor definen el

carisma del pontificado del Papa Francis-

co, me quedaría con la imagen en la que

besa con ternura el rostro terriblemente

deformado de un enfermo; y la imagen

del Papa confesándose. Son dos imáge-

nes tan impactantes como significativas,

que traducen lo que la Iglesia entiende

por Misericordia.

│ │

¿Cómo venimos a Dios? María de Magdala llegó

de madrugada a recordar la bondad del Señor y

embalsamar su cuerpo, seguro a paso lento y

doloso. Al encontrar la tumba vacía la Magdalena

siente la necesidad de correr y buscar a su Señor,

¿se habrán robado su cuerpo? Y los dos discípu-

los – Pedro y Juan – también corrían afligidos

ante la posibilidad de que las autoridades del

pueblo hayan cometido otro sacrilegio. Las carre-

ras en el evangelio de hoy, no son secundarias,

todos corren porque todavía no habían entendi-

do las escrituras, pero ellos ya han removido la

piedra fundamental que les impide una relación

intima con el Padre. ¿Corremos nosotros para

buscar a Jesús, o vamos a paso de funeral a su

encuentro? ¿Nos damos cuenta que tenemos

que remover la piedra en nuestro Corazón para

ser testigos de la Vida Nueva que Cristo nos rega-

la?

Los cuatro evangelios dan testimonio –desde distintos ángulos- de que María Magdalena es la primera en ver a Cristo resucitado. Seguro que llegaba acompañada de otras mujeres (Mt 28, 1ss;Mc 16,1ss; Lc 24, 1ss), pero al encontrarse con la novedad sale corriendo a avisarle a los apóstoles y es en la “carrera” que se encuentra con Jesús. Es en este encuentro que María Mag-dalena se convierte en apóstol para los apósto-les.

María Magdalena va sin miedo a la tumba empu-

jada por su amor, el sábado ha terminado y aho-

ra puede caminar. Lo mismo que estuvo presen-

te al pie de la cruz, esta presente en la tumba.

Interesante Jesús ocupa un intermediario huma-

no para que el discípulo amado crea sin haber

visto.

La pascua es perturbadora del orden establecido: la dinámica natural vida y muerte queda disloca-da con una dinámica nueva: vida-muerte-vida. Decía un autor que la Pascua es anarquía: “ni la muerte, ni la vida son ya lo que han sido hasta ahora. Nadie es simplemente lo que vemos. Y yo mismo ya no soy yo” (Maillot). En la pascua Cris-to resucitado no nos restituye una reliquia del pasado, ¡la tumba esta vacía!, sino que hace presente el futuro. Hermano, cae en la cuenta que el desbarajuste de aquel día se debió a que ni las mujeres ni los apóstoles han encontrado ya el pasado, solamente la vida nueva que nos da Jesús. P. Roberto J. Cortés

G racias a esta pregunta, mu-

chas mujeres, que estaban

barruntando una terrible sali-

da, la “salida final” para su

hijo, que sólo veían esa oscura puerta

para seguir caminando en su vida, vie-

ron encenderse una luz. Y en el fondo de

su corazón, era la luz que deseaban y no

podían alcanzar.

No quiero hablar del aborto, que sigue

siendo un problema muy serio para

mujeres, para adolescentes, para niños y

niñas que han destrozado su vida, han

cometido un error del que se siguen

lamentando, y ronda en su interior.

Quiero fijarme en esas tres palabras, tan

sencillas pero tan profundas, con un

potencial vivificador semejante a la reac-

ción en cadena de la bomba atómica.

Tres palabras que cambian, como míni-

mo, dos vidas, también cuando no van

dirigidas a una mujer embarazada.

Detrás de esa pregunta hay un deseo

sincero de ayudar a esa otra persona,

ese ser que reconozco semejante a mí,

tan maravilloso como yo, y que necesita

ayuda, también como yo, .

¿Te puedo ayudar? Es una pregunta, una

petición, un ofrecimiento que lleva con-

sigo el aprecio y el respeto al que está

frente a mí. Respetamos cuando mira-

mos al rostro del otro, a ese aspecto que

nos revela su humanidad, su dignidad, y

repetimos la acción, le volvemos a mi-

rar, nos fijamos. Fruto de ese re – mirar,

le ofrecemos nuestra ayuda, le tende-

mos la mano, y esperamos, de buena fe,

que el otro la reciba.

El que ofrece sinceramente una ayuda

también acepta, aunque sea con pena,

que el otro no se deje ayudar. No inva-

de, no atosiga, no fuerza, sino ofrece,

presenta, regala. Es la grandeza del

amor, que quiere al otro como es, en su

individualidad y sus circunstancias, en su

profunda libertad.

La pregunta, centrada en el otro, tiene

un efecto boomerang maravilloso: cuan-

do ayudas a otro te ayudas a ti. El ser

humano crece amando y siendo amado.

¿Te puedo ayudar…? A construir juntos

la familia, el entorno de trabajo, el fun-

cionamiento de esta empresa, privada o

pública, la buena marcha de nuestra

parroquia, nuestra familia y comunidad,

de esta institución, educativa, social, de

gobierno. No se trata de dar al otro cual-

quier cosa que pida, acríticamente y sin

criterio, sino de caminar juntos hacia el

bien común, ese bien centrado, no en

todas las personas, sino el bien de cada

uno, el bien de cada persona, que mere-

ce respeto a su dignidad.

José F. Vaquero

Monseñor José Ignacio Munilla

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│ │

Capilla de Nieve

No hay invierno ni hielo que detenga la celebración de la Misa. Así lo demostraron los

estudiantes católicos de la Michigan Tech University (Estados Unidos) que construyeron

una capilla de nieve en el campus y en la que incluso celebraron allí la Eucaristía.

La idea de construir esta capilla de nieve surgió durante el carnaval de invierno de la

universidad, en una competencia donde se realizaban esculturas de nieve.

La idea de la original construcción partíó del P. Hasse, párroco de St. Albert the Great

University, que realiza trabajo pastoral en esta universidad

Foro Europeo

“One of Us”

Las principales asociaciones en defensa

de la vida se reunirán el próximo 12 de

marzo en París (Francia) en el I Foro Euro-

peo One of Us. Se prevé que asistan miles

de personas que trabajan en defensa del

no nacido desde la concepción hasta la

muerte natural.

“La sociedad europea se encuentra en un

cruce de civilizaciones en el que destacan

los ciudadanos que impulsan los valores

humanos de los padres fundadores: res-

peto por la dignidad humana desde su

concepción a su muerte natural”, señalan

los organizadores.

La Conferencia Episcopal de Colombia

informó que cerca de 90 obispos hicieron

un alto a sus actividades en la Asam-

blea Plenaria en la ciudad de Bogotá y

estuvieron administrando el sacramento

de la Reconciliación a los fieles, en cerca

de 37 parroquias de Bogotá, dentro del

marco del Año de la Misericordia.

Esta no es la primera vez que se realiza un

evento de esta naturaleza para invitar a

los fieles a la confesión. En el mes de

octubre del 2015 unos 350 sacerdotes

bogotanos crearon la “Confesatón”, una

iniciativa para salir al encuentro de las

personas en un centro comercial y ofre-

cerles el sacramento de la Reconciliación.

Uno de los próximos viajes del Papa

podría ser a Armenia, según informa el

servicio de prensa de la sede de la Iglesia

Apostólica Armenia. Se trata de la sede

del Patriarca supremo y catholicós de

todos los armenios.

Desde hace tiempo se baraja una posible

visita del Pontífice a este país. Tendría

lugar finalmente en septiembre y ya se

estaría preparando, según el comunicado

de la Iglesia armenia.

En los últimos meses, los cardenales Kurt

Koch y Leonardo Sandri, respectivamente

Presidente del Pontificio Consejo para la

Promoción de la Unidad de los Cristianos

y Prefecto de la Congregación de las Igle-

sias Orientales, han efectuado visitas a

este país.

Se celebró en Ecuador una Misa de des-

agravio por la profanación de la imagen

de la Virgen María ocurrida los días 11 y

13 de febrero pasados en las ciudades de

Guayaquil y Quito respectivamente.

El suceso referido ocurrió durante el

concierto del cantante español Miguel

Bosé, quien utilizó, en ambas fechas, la

imagen de la Virgen como fondo para

colocar su rostro.

Audiencia Jubilar

sobre el compromiso

El Papa Francisco celebró el sábado 21 de

Febrero, la segunda Audiencia Jubilar del

Año de la Misericordia. Su catequesis

estuvo dedicada al “compromiso” y a su

relación en la vida del cristiano.

“También Dios se ha comprometido con

nosotros. Su primer compromiso ha sido

aquel de crear el mundo, y no obstante

nuestros atentados para destruirlo –y son

tantos–, Él se compromete por mantener-

lo vivo. Pero su compromiso más grande

ha sido aquel de donarnos a Jesús”, dijo

Francisco.

Misa de desagravio

El pasado domingo 14 de febrero los san-

tos Louis y Zélie Martin, padres de Santa

Teresa de Lisieux, fueron nombrados

patronos del Marriage Reality Movement

(Movimiento de Realidad Matrimonial) en

Estados Unidos.

“Los santos Louis y Zélie Martin son los

perfectos patronos para este movimien-

to. Son un modelo ejemplar de lo que

Dios quiere de un matrimonio: una voca-

ción para la vida y el amor”, dijo Richard

Caron, director ejecutivo del movimiento.

Este movimiento fue lanzado oficialmente

en septiembre del 2015 durante el En-

cuentro Mundial de las Familias en Fila-

delfia. Su objetivo es mostrar a las parejas

la verdad sobre el amor, la sexualidad y

ayudarlas a recuperar el sentido del ma-

trimonio y la unidad familiar.

Nuevos patronos Obispos colombianos

confesaron

Papa Francisco

podría visitar Armenia

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│ │

Ministerio de Intercesión

Miércoles 2 de Marzo, 7:30 pm

San Marcos Evangelista

7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD

Radiotón

Sábado 5 de Marzo de 8am a 12 pm

Escúchenos por la 1540 am o por

www.vidaenabundancia.net

y participe con su donación

para la evangelización.

Ministerio de Intercesión

Miércoles 17 de Febrero, 7:30 pm

San Marcos Evangelista

7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD

Gran Asamblea

Miércoles 9 de Marzo, 7:30 pm

San Rafael Arcángel

Falls Road and Dunster Rd, Rockville, MD

Asamblea de NiÑos - TLR

Para los que asistieron al retiro del 2015

Viernes 11 de marzo.

Info: 202.276.5651

Convivencia para niÑos - TLR

Domingo 13 de Marzo, 7 am a 12 pm

Info: 202.276.5651

Misa de sanación

Viernes 18de Marzo , 7:30 pm

Info: 3011.339.3630

Retiro de Iniciación para niÑos

Sábado 19 de Marzo, 8 am

San Marcos Evangelista

Info: 202.276.5651

Reunión para coordinadores

RCC

Miércoles 23 de Marzo, 7:30 pm

San Marcos Evangelista

7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD

Triduo Pascual

Jueves, Viernes y Sábado Santo

Jueves 24 al sábado 26 de Marzo

Infórmese en su Parroquia más cercana

Vigilia de resurrección

Sábado 24 de Marzo

10 :30 pm a 5 am

San Marcos Evangelista

7501 Adelphi Rd, Hyattsville, MD

S e acerca la fecha más importante

en el calendario litúrgico católi-

co: Semana Santa. Si has elegido

formar a tus hijos en esta reli-

gión, pues es coherente que la practiquen

activamente y la manera de lograrlo es

involucrando a toda la familia.

Es un periodo de tiempo lleno de diferen-

tes celebraciones y bastante simbolismo,

que podría ser un poco confuso para los

más pequeños. Se trata, entre otros suce-

sos, de la muerte de Jesús, del sacrificio

máximo, de la traición de un amigo cerca-

no, del sufrimiento de su madre, y luego

de la Resurrección, todos ellos conceptos

complicados para los niños más chicos.

Así que la idea es introducirlos poco a

poco, con actividades que los entretengan

y los informen, y con muchas historias.

Aquí te damos 10 sugerencias sobre activi-

dades para que tus hijos se involucren en

las celebraciones de Semana Santa:

1. El Domingo de Ramos, vayan a Misa y

lleven las palmas para ser bendecidas.

Explícales a tus hijos que no se tratan de

amuletos de la buena suerte, ni nada por

el estilo. Estas nos recuerdan cuando Jesús

entró triunfante a Jerusalén y fue recibido

como Mesías. Tenerlas en casa durante

todo el año simboliza que le damos la

bienvenida a Jesús en nuestros hogares. Es

un día alegre y triste a la vez, porque pese

a ser recibido en Jerusalén como un rey, se

acerca su muerte. Por ello el rojo es el

color que los sacerdotes llevan ese día, el

color real y el de la sangre.

2. Infórmate en tu iglesia a qué hora serán

las celebraciones. Acude temprano para

alcanzar buenos sitios y que los pequeños

observen lo que se lleva a cabo. Infórmate

como católico. Tu hijo te llenará de pre-

guntas y es bueno tener las respuestas a la

mano. Cuéntale los sucesos bíblicos como

historias. Si puedes conseguir una Biblia

para niños, aquellas que vienen con dibu-

jos, léanla sobre todo durante estos días.

3. Participen activamente. En algunas

iglesias, por ejemplo, el Jueves Santo –día

en el que se recuerda la institución de la

Eucaristía- los sacerdotes lavan los pies de

12 ‘apóstoles’, para recordar la humildad

de Jesús. Habla con tu párroco y ofrécete

como voluntario para ser uno de estos

apóstoles. Esto tendrá un gran impacto

sobre tu hijo y querrá saber más.

4. Hagan un Vía Crucis o participen de

alguno que ya esté organizado. Dibuja con

tus hijos cada estación y conversen sobre

ellas mientras lo hacen. Pueden realizar

uno en el jardín de la casa con toda la

familia y ponerse de acuerdo con los veci-

nos. Semana Santa es para vivirla en co-

munidad. Utilicen velas y canciones. Acér-

cate a tu párroco para obtener material

sobre el tema.

5. Elaboren crucifijos de diferentes mate-

riales, como cartón, plastilina o palitos de

madera y conversen sobre las últimas

horas de Jesús, su muerte y su triunfo

sobre esta. La muerte es un tema duro

para un niño, pero la de Jesús está llena de

esperanza.

6. Recuerden el dolor de María. Puedes

pedirle a tus hijos que la dibujen. Busca

canciones sobre ella y escúchenlas. Ten-

gan un momento de reflexión sobre ella.

7. Con tus hijos adolescentes, pueden ver

una película sobre el tema. Ese día, el Vier-

nes Santo, fomenta en tu hogar un am-

biente de serenidad y reflexión. Pídeles

que mantengan los volúmenes bajos.

8. Respeten el ayuno y la abstinencia,

dejen de comer carne durante el Viernes

Santo y recuerden compartir con los más

necesitados.

9. Hagan una gran celebración de Resu-

rrección: Si es posible, vayan a la misa de

gallo el sábado por la noche, si no, a la

misa el domingo. Tengan un banquete en

casa con toda la familia, que los chicos

sientan la felicidad de la Resurrección.

10. Participen de la fiesta de Pascua en su

parroquia, en algunas hay búsqueda de los

huevos de Pascua u otras celebraciones

familiares y que harán que los niños vayan

compartiendo en comunidad la alegría de

la resurrección de Jesús.

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L a Pascua es el tiempo de la

Iglesia. “Ahora os toca a voso-

tros”, parece decirnos el Señor

Resucitado cuando nos muestra

sus llagas -el ministerio eclesial de la cari-

dad, su Palabra -el ministerio eclesial do-

cente y su pan tierno y partido . Ahora nos

toca a nosotros y tenemos cincuenta días

consecutivos y todos los domingos del año

-la vida entera, en definitiva- para recono-

cer y ser testigos del Resucitado, la mejor

noticia y realidad de toda la historia de la

humanidad.

Sí, la Pascua es la vocación de la Iglesia. Es

su destino y su heredad. Somos ciudada-

nos del cielo, de un cielo y de una Pascua

que solo se pueden ganar en la tierra. La

cruz de Cristo nos redime, pero no nos

garantiza automáticamente la salvación

que hemos de lograr completando en

nuestra carne y en nuestra alma lo que le

falta a su Pasión redentora. Pasión y Pas-

cua se funde, de este modo, en una unidad

indivisible y santa.

Somos herederos de la Pascua, de una

Pascua a la que solo se llega desde la cruz.

La Pascua es el Calvario y la cruz es la glo-

ria. La muerte es la resurrección. El fracaso

es la victoria. El dolor es el gozo. La angus-

tia es la satisfacción. Es preciso saber morir

-no solo la muerte corporal y terrena, sino

también tantas pequeñas muertes cotidia-

nas al hombre viejo-

para poder resucitar.

Muriendo -sí- se resucita

a la vida eterna. La única

manera de vencer el

dolor y la tristeza es

dejar de amarlos, sen-

tenció con acierto un

escritor. Pero ello, todo

ello, solo desde Jesucris-

to crucificado y resucita-

do, en Quien y de Quien

hemos de aprender estas

diez actitudes claves para vivir la Pascua,

para dejar que la Pascua nos transforme:

1.- Una actitud de admiración y reconoci-

miento de la verdad de la Pascua:

¡Verdaderamente ha resucitado el Señor!

¡Aleluya! La verdad de la resurrección de

Jesucristo no es una fábula, una parábola,

una moraleja o un símbolo. Es una verdad

histórica, indestructible e invencible.

¡Verdaderamente ha resucitado el Señor.

Aleluya! La resurrección de Jesucristo es la

clave de bóveda de nuestra fe. Ha resucita-

do realmente, corporalmente, glorificada-

mente. Es también cierta y verdadera su

resurrección como lo fue su vida, su pa-

sión, su cruz y su muerte. Y al igual siempre

que su cruz siempre nos llama a la com-

punción, a la emoción, a la admiración y al

agradecimiento, lo mismo su resurrección,

tan auténtica una como la otra.

¡Verdaderamente, sí, ha resucitado el Se-

ñor. Aleluya!

2.- Una actitud de inserción en el misterio

de la cruz de Cristo: ¡Tu cruz adoramos,

Señor, y tu santa resurrección glorificamos.

Por el madero ha venido la alegría al mun-

do entero! No hay dicotomía entre el Cris-

to Crucificado y el Cristo Resucitado. Para

ello es preciso hallar el equilibrio entre la

cruz y la gloria.

Nos hemos pasado tantos años en la Iglesia

clavados en el Viernes Santo, plantados en

la contemplación de la Pasión, que ahora,

como si se tratara de un movimiento pen-

dular, nos hemos instalado con verdad y

también con demasía solo en la gloria.

Hasta ufanamente decimos estar solo pen-

dientes de la Pascua.

Y no hay Pascua sin Viernes Santo. Enton-

ces la resurrección tendrá consecuencias

en nuestra vida, comprendiendo progresi-

vamente la resurrección a la luz de la vida

de Cristo y recorriendo nuestra vida a la luz

de esta resurrección, a cuya “escuela”

hemos de acudir cada día, humilde, gozosa

y esperanzadora.

3.- Una actitud de novedad: Somos panes

nuevos, los panes ácimos de la Pascua.

Esta actitud consiste en saber ver y juzgar

con ojos y corazón nuevos. Ya les pasó a

los apóstoles. Ya les pasó a Pedro y a Juan.

Dudaron del anuncio de las mujeres y ne-

cesitaron ir al sepulcro, hallarlo vacío, con-

templar las vendas y el sudario. Y ver con

el corazón. “…y entonces vio y creyó, pues

no habían entendido la Escritura que anun-

ciaba que Él iba a resucitar de entre los

muertos”.

4.- Una actitud de confiada, esperanzada

y contagiosa alegría. La alegría es la carac-

terística de los textos bíblicos y litúrgicos

de la Pascua. La alegría es el grito, el cla-

mor de los testigos del sepulcro vacío y del

Señor Resucitado. Se trata de una alegría

exultante y a la vez serena, de una alegría

contagiosa y expansiva, de una alegría

confiada y esperanza. El “aleluya” de la

Pascua es etimológica y conceptualmente

alegría. ¡Claro que hay en la vida y en nues-

tra vida motivos para el pesar y la tristeza!

Los hay, sí, pero, ante todo y sobre todo,

ha de haberlos para la esperanza y la alegr-

ía. Cristo ha resucitado. Tiene sentido la

vida. Tiene sentido nuestra fe. El cristiano

de esta hora del siglo XXI habrá de ser

testigo de esta alegría con su propia alegr-

ía. Si siempre fue cierto que nada más

triste que un cristiano –un santo, dice el

refrán- triste, en medio de acosos y corta-

pisas al cristianismo y a la Iglesia, hemos

de ser alegres, hemos de transmitir que

esta alegría que nadie no ha de arrebatar.

5.- Una actitud de búsqueda y de escucha

de la Palabra de Dios. La escuela de la

Pascua tiene, por tanto, como primera

lección la escucha atenta, constante y

orante de la Palabra de Dios. Hemos de

regresar una y otra vez a la Biblia. Es la

fuente, el sustrato y el nutrimento capital

de nuestra fe y de nuestra vida. Los cristia-

nos -particularmente los católicos- no po-

demos ser los grandes desconocedores y

hasta prófugos de la Palabra de Dios,

Diez actitudes cristianas

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│ │

que es siempre viva y eficaz, actual, inter-

peladora, pensada para ti, para mí y para

todos. La Palabra de Dios es la gran peda-

goga, la gran educadora de nuestros ojos y

de nuestro corazón. Es la gran maestra y

descubridora de la Pascua, como aconteció

con los discípulos de Emaús.

6.- Una actitud de trascendencia: “Buscar

las cosas de allá arriba”. La escuela de la

Pascua, al purificar nuestra mirada y nues-

tro corazón, nos enseñar a mirar “más

arriba”, a buscar las “cosas de allá arriba”,

donde está Cristo el Señor. Nuestro mundo

y también los cristianos urgimos recuperar

la trascendencia. El progreso de la ciencia y

de la técnica, los altos niveles de bienestar

que disfrutamos en Occidente -al menos,

la mayoría de las personas- nos prometen

continuamente el paraíso en la tierra y nos

dejamos engañar pensando que estamos a

un tris de hallar aquí, en esta tierra, la

felicidad y la plenitud. Vivimos en el sofis-

ma del primer paraíso terrenal cuando la

serpiente engañó al primer hombre y a

primera mujer en la manzana del árbol de

la vida, del árbol del bien y del mal. No hay

más árbol de la vida que el árbol de cruz.

El, en Jesucristo crucificado, es el Bien, el

único bien vivo y verdadero. Y la tentación

y los tentadores son el mal. No nos confun-

damos y no nos dejemos confundir.

7.- Una actitud de renovada y profunda

espiritualidad y vida interior. Un cristianis-

mo renovado, vigoroso, robustecido, con-

fesante y apostólico es que, nutrido de la

Palabra de Dios, se abre y se recicla conti-

nuamente en la oración y los sacramentos.

A esta hora nuestra de secularismos y lai-

cismos la única respuesta válida es la que

brote de una vida interior, de la plegaria,

de la espiritualidad recia y encarnada. Para

“buscar las más de allá arriba”, donde está

Cristo el Señor, necesitamos rezar, fortale-

cer nuestra vida interior, revitalizar nues-

tras raíces cristianas, ahondar en la verda-

dera y propia identidad de nuestra fe y de

nuestra Iglesia en y desde la comunión,

sintiéndonos orgullosos de pertenecer a

ella.

8.- Una actitud propia de la condición del

discípulo. La escuela de la Pascua, desde la

Palabra y desde la búsqueda y cultivo de la

verdadera y apremiante trascendencia y

espiritualidad, es la escuela del discipula-

do. Para ser testigos antes hay que ser

discípulos. El discípulo es el que está a la

escucha y en la compañía del Maestro. Es

aquel que experimenta y conoce su sabi-

duría, su grandeza y su amor. Solo así el

discípulo hallará al Cristo total – no a un

Cristo a mi gusto o medida- y solo así el

discípulo se convertirá en apóstol, en mi-

sionero, en testigo. Nuestro gozo será

entonces tal que nos brotará y surgirá

espontáneo e irrefrenable el expandir y

transmitir con la fuerza de la propia vida y

de las obras al Cristo que se levanta y ca-

mina con las llagas y transido de gloria en

el alba del día sin ocaso.

9.- Una actitud misionera de apóstol.

Todo lo anterior nos convertirá así en

apóstoles y testigos. Pero nadie da lo que

no tiene. De ahí la importancia de ser ante-

s discípulos. Solo transformados nosotros

mismos podremos ser levadura nueva de

transformación para nuestra humanidad.

Cristo Resucitado nos llama a ser sus testi-

gos. “Nosotros somos sus testigos”,

repetían los apóstoles en aquellas horas y

días de la gran Pascua.

10.- Una actitud solidaria con todos los

que sufren, con todos los llagados, con los

tristes y sin esperanza. En la Pascua nos

espera el Resucitado, ¿dónde hallarlo? Lo

descubriremos también en nuestras llagas

y en las llagas de una humanidad dolorida

y anhelante de salvación y a quien hemos

servir en la caridad y a través de la

Eucaristía, el Cuerpo glorioso y llagado de

Jesucristo, el Pan partido y repartido para

la vida del mundo. Con los de Emaús

sintamos, cantemos y actuemos: “Te

conocimos, Señor, al partir el pan; Tú nos

conoces, Señor, al partir el pan”.

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│ │

Papa Francisco en México

En la Basílica de Guadalupe

Mirarla a ella, mirarla mucho y calmadamente, y decirle como hizo aquel otro hijo que

la quería mucho: «Mirarte simplemente, Madre, dejar abierta sólo la mirada; mirarte

toda sin decirte nada, decirte todo, mudo y reverente."

Ella nos dice que tiene el «honor» de ser nuestra madre. Eso nos da la certeza de que

las lágrimas de los que sufren no son estériles. Son una oración silenciosa que sube

hasta el cielo y que en María encuentra siempre lugar en su manto. En ella y con ella,

Dios se hace hermano y compañero de camino, carga con nosotros las cruces para no

quedar aplastados por nuestros dolores.

Mensajero de la Misericordia y de la Paz

Con los Jóvenes

Sí, son ustedes la riqueza de esta tierra.

Yo creo en Jesucristo y por eso les digo

esto: Él es quien renueva continuamente

en mí la esperanza, Es Él quien renueva

continuamente mi mirada. Es Él quien

despierta en mí, o sea en cada uno de

nosotros, el encanto de disfrutar, el

encanto de soñar, el encanto de trabajar

juntos. Es Él quien continuamente me

invita a convertir el corazón.

Me han pedido una palabra de esperanza,

la que tengo para decirles, la que está en

la base de todo se llama Jesucristo.

Con las Familias

Prefiero una familia herida, que intenta

todos los días conjugar el amor, a una

familia y sociedad enferma por el en-

cierro o la comodidad del miedo a amar.

Prefiero una familia que una y otra vez

intenta volver a empezar, a una familia y

sociedad narcisista y obsesionada por el

lujo y el confort. Prefiero una familia con

rostro cansado por la entrega a familia

con rostros maquillados que no han

sabido de ternura y compasión.

Antes de darles la bendición me gustaría

que oráramos en silencio todos juntos.

Cada uno sabe lo que le va a decir al

Señor, cada uno sabe de qué pedir

perdón, pero también les pido a ustedes

que en esta oración de silencio

agrandemos el corazón para poder

perdonar a la sociedad que no supo

ayudarnos y que tantas veces nos empujó

a los errores. Que cada uno pida a Dios,

desde la intimidad del corazón, que nos

ayude a creer en su misericordia.

El papa Francisco llegó a Cuba en una

escala previa a su viaje a México para

reunirse con el patriarca Kiril de la Iglesia

ortodoxa rusa. Tras más de dos horas de

reunión, Francisco y Kiril pronunciaron

declaraciones acompañados de las

autoridades de gobierno cubanas.

Ambos enviaron un mensaje de unidad y

firmaron un documento que contienen

"iniciativas viables que se pueden

realizar", según dijo el papa, en referencia

a la protección de cristianos en Medio

Oriente.

Con las Comunidades

Indígenas

En el corazón del hombre y en la memo-

ria de muchos de nuestros pueblos está

inscrito el anhelo de una tierra, de un

tiempo donde la desvalorización sea su-

perada por la fraternidad, la injusticia sea

vencida por la solidaridad y la violencia

sea callada por la paz. En esto ustedes

tienen mucho que enseñarnos, que ense-

ñar a la humanidad. Sus pueblos, como

han reconocido los obispos de América

Latina, saben relacionarse armónicamen-

te con la naturaleza, a la que respetan

como «fuente de alimento, casa común y

altar del compartir humano». Qué bien

nos haría a todos hacer un examen de

conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!,

perdón hermanos. El mundo de hoy, des-

pojado por la cultura del descarte, los

necesita a ustedes.

Encuentro Histórico

En el Centro de

Rehabillitación

Son las lágrimas las que pueden darle

paso a la transformación, son las lágrimas

las que pueden ablandar el corazón, son

las lágrimas las que pueden purificar la

mirada y ayudar a ver el círculo de peca-

do en que muchas veces se está sumergi-

do. Son las lágrimas las que logran sensi-

bilizar la mirada y la actitud endurecida y

especialmente adormecida ante el sufri-

miento ajeno. Son las lágrimas las que

pueden generar una ruptura capaz de

abrirnos a la conversión.

Esta tragedia humana que representa la

migración forzada hoy en día es un

fenómeno global.

Esta crisis, que se puede medir en cifras,

nosotros queremos medirla por nombres,

por historias, por familias.

En La frontera

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Era domingo, serían cerca de las dos de la

tarde, hacía mucho frío y estaba lloviznando

desde la mañana. Ya no venía nadie al local,

entonces mi señora y yo decidimos cerrar,

así ella terminaría el estofado que estaba

haciendo.

Es que con el almacén abierto, y los clientes

que entran y salen siempre almorzamos

tarde los domingos.

Yo e fui al comedor y me senté al lado del

ventanal que llega hasta el suelo, me puse a

sacar cuentas de lo vendido en el día, para

juntarlo a la semana y ver como hacía para

pagar la cuota del bando y varias facturas

pendientes.

De repente los vi junto al ventanal, dos niños

de aproximadamente 8 y 7 años, con abrigos

gastados y rotos.

- No tiene algunos diarios viejos que nos

regale? - Preguntaron temblando del frio.

Yo estaba tan ocupado, y llevaba rato

rezongando con las cuentas que no salían,

que les iba a decir que no y además porque

no tengo periódicos, pero los miré un poco

más detenidamente.

Calzaban unas sandalias con calcetines,

mojados y enlodados.

- Pasen, les voy a preparar una taza de

chocolate caliente.

No hubo ninguna conversación.

Las sandalias mojadas dejaron las marcas de

agua y lodo en la pequeña alfombra que está

en la entrada del ventanal.

Mi señora y yo les preparamos un chocolati-

to caliente con pan dulce; les servimos y

respondieron con una tímida sonrisa.

Luego yo volví a las cuentas y mi esposa a

arreglar algunos trastes en la cocina.

Pasaron unos veinte minutos sin apenas

darme cuenta, me llamó la atención el

silencio que había en la cocina.

Me asomé despacio… el niño mayor tenía

aún la taza, ya vacía, como queriendo apro-

vechar hasta el último calorcito para calen-

tarse las manos . El otro me miró y con voz

tímida me preguntó: - Usted es rico, señor?

- Que si soy rico, me preguntas? Jajaja No,

por Dios! - exclame mientras echaba un

vistazo a la puerta del fondo, que le faltaban

los pestillos, al piso, que es de linóleo, y

recordé que la pileta del baño estaba

quebrada hace ya varios meses.

- Pero sus tazas están completas y hacen

juego con los platos—dijo el niño. Su voz

sonaba a un hambre que ya no estaba en el

estómago. Luego se fueron, apretando unas

revistas contra el cuerpo para protegerse del

viento.

No nos dieron las gracias, no hacía falta, nos

habían dado mucho más que eso. Yo sonreía

mirando las sencillas tazas azules que hacían

juego con los platos que ya estaba lavando

mi señora.

Mientras mi esposa fue al comedor, yo

probé las papas y revolví el estofado; un rico

platillo con papas, un techo que me protege,

una frazada para taparme, un abrigo para

cubrirme, un trabajo seguro, todas esas co-

sas hacían juego con las tazas también.

Fui al comedor, y cuando mi esposa iba a

limpiar la alfombra donde estaban las huellas

de lodo de esas pequeñas sandalias le dije:

- Déjala así, mujer, no la limpies. Quiero

verlas. -Para que? Me pregunto ella.

Le respondí mientras la abrazaba: - Por si

algún día me olvido de lo rico que somos!

¡Con Espíritu de Alegría y servicio!

Milton Ulloa

Tel: 240-481-1965 [email protected]

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Publicación de la Renovación Carismática Católica de la Arquidiócesis de Washington

P.O. Box 14832, Silver Spring, MD 20911 Gerente: Tirone Benalcázar Director: José Cortés Jefe de Redacción: Mirtha Hunter Diseño y Diagramación: José Ignacio Ramón

Colaboradores: Padre Roberto Cortés-Campos y Edwin Méndez Publicidad y Ventas: 301-339-3630 Fotografía: Oscar González; www.istockphoto.com e-mail: [email protected] / Fax: 301-422-2213

El Jubileo de la Misericordia es una verdadera

oportunidad para entrar en profundidad

dentro del misterio de la bondad y el amor de

Dios. En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia

nos invita a conocer siempre más al Señor

Jesús, y a vivir de manera coherente la fe con

un estilo de vida que exprese la misericordia

del Padre. Es un compromiso que estamos

llamados a asumir para ofrecer a cuantos

encontramos el signo concreto de la cercanía

de Dios. Es decir, mi vida, mi actitud, el modo

de ir por la vida debe ser un signo concreto

de que Dios está cerca de nosotros. Pequeños

gestos de amor, de ternura, de cuidado, que

hacen pensar que el Señor está con nosotros,

está cerca de nosotros. Y así se abre la puerta

de la misericordia. Hoy quisiera detenerme

brevemente a reflexionar con ustedes sobre

el tema de esta palabra que he dicho: el tema

del compromiso. ¿Qué cosa es un

compromiso? Y ¿qué cosa significa

comprometerse? Cuando me comprometo,

quiere decir que asumo una responsabilidad,

y significa también el estilo, la actitud de

fidelidad , de particular atención con el cual

llevo adelante esta tarea. Comprometerse,

quiere decir poner nuestra buena voluntad y

nuestras fuerzas para mejorar la vida. A

partir del amor misericordioso con el que

Jesús ha expresado el compromiso de Dios,

también nosotros podemos y debemos

corresponder a su amor con nuestro

compromiso. Y esto sobre todo en las situa-

ciones de mayor necesidad, donde hay más

sed de esperanza. Pienso en nuestro com-

promiso con las personas abandonadas, con

aquellos que cargan pesadas minusvalías, con

los enfermos graves, con los moribundos... En

todas estas realidades nosotros llevamos la

misericordia de Dios a través de un compro-

miso de vida, que es testimonio de nuestra fe

en Cristo. Debemos siempre llevar aquella

caricia de Dios – porque Dios nos ha acaricia-

do con su misericordia – llevarla a los demás:

acercarnos con aquella caricia de Dios, que es

la misma que Él no ha dado a nosotros.

Lunes a Viernes

Los sábados:

8 – 8:30 a.m.

8:30 – 9 a.m.

9 – 10 a.m.

10 –11 a.m.

Y también los Domingos:

12 –1 p.m.

4–5 p.m.

Cómprelo ya en la Librería Ambulante de la Renovación Carismática

(240-505-4098)

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En este sencillo pero profundo libro, el padre

Roberto Cortés nos presenta una explicación

del Evangelio dominical de este ciclo “C”,,

que estaremos compartiendo durante este

año litúrgico. Siguiendo la pedagogía de la

“Lectio divina”, pasos concretos para mejor

reflexionar y orar con la Palabra de Dios, de

tal manera que desemboque en acciones

concretas y respuestas de conversión y

misericordia de nuestra parte.

El libro ofrece la lectura del Evangelio de cada

domingo, una motivación que enmarca la

vida en aspectos de la

Palabra, una reflexión

del Evangelio y un

apartado para la

reflexión y otro para la

oración, que llevarán al

lector al encuentro con

la Palabra de Vida y a

ser “la novia”, la Iglesia,

preparada para el banquete de la Eucaristía

dominical.

Lectura y oración recomendada para todos.

Cristian y Carolina nos presentan en

esta producción musical un recorrido

por diferentes temas musicales muy

acordes a este tiempo de final de la

Cuaresma y de Semana Santa.

Son en total 10 alabanzas, algunas de

ellas muy conocidas, como “Corónate”,

“Las siete vueltas”, “Ábrele tus manos”.

Incluye también una excelente musicali-

zación de la oración “Alma de Cristo” y

del “Himno de la Divina Misericordia”.

También que-

remos hacer

notar el tema

“El murió por

ti”, que le da

la identidad a

esta produc-

ción y que es

de autoría de Cristhian.

Una muy buena opción para compartir

en esta Semana Santa, que se acerca.

Papa Francisco. Febrero 21, 2016.

Padre Roberto Cortés Cristhian y Carolina