RONALD DORE

( La flebre de los

diplomas Educacion, cualificacion y desarrollo

FONDa DE CULTURA ECONOMICA MEXICO

, 1. LA ELABORACION DEL PROBLEMA

«El destino de la India esta siendo ahora modelado en sus aulas. Creemos que esto no es mera retorica... es la educacion la que deterrnina el nivel de prosperidad, bienestar y seguridad del pueblo.»

ESTA FRASE inicial del informe de la Comision India de Educaci6n resume las suposiciones de la mayoria de los escritores sobre educacion y desarrollo al empezar la de­cada de los afios sesenta.

Aquellos afios, el periodo de luna de miel de la inde­pendencia africana que vio ellanzamiento de la Primera Decada de Desarrollo de las Naciones Unidas, fueron los aiios de optimismo. La Conferencia de Addis Abeba por la Unesco estableci6 un plan grandioso para conse­guir la educacion primaria universal, obligatoria y libre en 1980. Una Conferencia en Karachi hizo 10 mismo por Asia. Los planificadores del material humane esta­ban acudiendo a las fundaciones y los organismos de asistencia. Tenian que inventar estrategias mediante las cuales los nuevos Estados pudieran amasar en el tiempo menor posible, el capital humane necesario para despe­gar hacia los tiempos modernos.

Los economistas habian acabado de «descubrir» la educaci6n. En la primera decada del pensamiento sobre desarrollo -la decada siguiente a la ola de la indepen­dencia asiiltica- se habia insistido sobre todo en la falta de capital fisico. Ese capital era el factor ausente que los donantes de fuera podian proporcionar para crear el im­petu necesario a un desarrollo autosostenido. Perc se descubrio pronto que el capital fisico no era suficiente.

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L~I capital concedido a Europa por el Plan Marshall, el capital otorgado al Japon para restaurar sus industrias devastadas, resulto productivo porque dichos paises dis­ponian de personas con el conocimiento necesario para hacerlo productive. Pero una inversion similar en Indo­nesia 0 Birmania que carecian de los ingenieros y los ejecutivos y tecnicos de los paises mas ricos, no produje­ron los mismos resultados. Y los econornistas descubrie­ron -0 realmente redescubrieron, pues Adam Smith nunca dejo al margen este punto- la importancia de los factores humanos complementarios, de la «inversion en recursos humanos».

Algunos de estos economistas se preocuparon mucho por demostrar la importancia de la educacion; de estu­dial' mediante diversas formas de calculo, la «tasa de rendimiento social» -el balance de los costos y benefi­cios que daba a la sociedad. Sostenian, por ejemplo, que «los gastos de la educacion... deben ser considerados co­mo una inversion, una inversion en genera humano... Los rendimientos de la educacion, individual y social­mente, son al menos tan elevados como los del capital fi­sico» (Vaizey y Debeauvais, 1961, p. 38).

Otros inventaron medios para averiguar en que espe­cializaciones deberian concentrarse los paises pobres. Les preocupaba menos la manera de ensefiar a agricul­tores, pescadores y pequefios comerciantes a ser mejo­res agricultores y pescadores y pequefios comerciantes. Su preocupacion consistia en producir en el tiempo mas breve posible, hombres para satisfacer la necesidad de expertos modernos: ingenieros civiles, directores de fa­bricas, arquitectos, doctores, contables, maestros. Afri­tania, decian, tiene ahora, en 1963, veintiseis ingenieros afritanianos. Hay otros veinticinco ingenieros expatria­dos y unas veinte vacantes. Si la industria crece en un 12 por 100 anual, los 65 puestos actuales para ingenieros

habra aumentado a 253 en doce afios, Y para tener la seguridad de que hemos sustituido a todos los expatria­dos y formado un cuerpo de 253 ingenieros africanders para 1975, y para permitir la posibilidad de que el 20 par 100 emigren, necesitamos un departamento univer­sitario que empiece en 1967 y produzca treinta y seis in­genieros africanders al afio desde entonces.

EL DUALISMO Y LA EXPLOSION EDUCATIVA

Todo era muy audaz, muy valiente y estaba planifica­do con una racionalidad impecable. Y el enfasis que los planificadores del material humano pusieron en la nece­sidad de «material humano medio y superior» coincidia mas 0 menos con 10 que la gente de los paises pobres de­seaba oil'. Ellos tarnbien veian ante todo el desarrollo co­mo una cuestion de construir y luego extender un «sec­tor moderno». Tenia que haber fabricas, oficinas del go­bierno, hospitales y c1inicasde planificacion familiar co­piados de las fabricas, las oficinas y las clinicas de los paises ricos; con personal similar que dominaria las mis­mas especializaciones, tendria los mismos objetivos, las mismas cualificaciones, la misma c1ase de ropa, gustos y modales que sus hornologos en los paises ricos. Las fa­bricas, las oficinas y las clinicas serian al principio lirni­tadas en numero: minusculas cabezas de puente de la modernidad en el mar de la «sociedad tradicional». El desarrollo consistiria en extender esa cabeza de puente hasta que las fuerzas invasoras de la modernidad hubie­ran dominado e impregnado el conjunto de la antafiona sociedad tradicional.

Las escuelas secundarias y las universidades presta­ban, por decirlo asi, el servicio de emigracion a la cabe­za de puente del sector moderno. Decidian a quien habia que introducir en el sector moderno y proporcionaban la

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\ 1I1l'III:lCi(')J} nccesaria para llevar una vida productiva dcntro de el. Quedaba sin embargo aun un papel que de­scrnpefiarian fuera de la cabeza de puente las escuelas primarias: eran medios para movilizar la gente de fuera en apoyo a la politic a del gobierno; tal vez podian mejo­rar la productividad agricola, incluso dentro de las res­tricciones irnpuestas porIa naturaleza de la sociedad tradicional; sobre todo proporcionaban los alumnos ne­cesarios para las escuelas secundarias. Las escuelas pri­marias eran el unico lugar donde se encontraban las for­mas de solicitud necesarias para penetrar en la zona de la cabeza de puente, el unico lugar donde se podia aprender como rellenarlas.

Las burocracias del mundo estan atestadas de planes de desarrollo equivocados, con sus objetivos incumpli­dos. Pero no muchos planes educativos corresponden a esta categoria. Sus objetivos -al menos los objetivos pa­ra la expansion secundaria- tienen muchas mas proba­bilidades de pecar pOI' exceso que POI' defecto en su rea­lizacion, Se moviliza una presion publica mucho mas fuerte en su favor, y no nos sorprende, pues la vida en el sector moderno ofrece atractivos muy considerables. En las antiguas colonias los patrones del sector moderno fueron establecidos por la adrninistracion colonial; el es­tilo de vida que establecieron, y los niveles de renta que 10 sostienen, han tendido a persistir despues de la inde­pendencia. En los ultimos afios de la decada de los se­senta el graduado ugandes que ingresaba en el servicio civil podia esperar que sus emolumentos fueran cincuen­ta veces mayores que la renta media per capita en Ugan­da. Incluso, en la India, despues de un periodo de inde­pendencia mucho mas largo, con una filosofia igualitaria mucho mas explicita, la proporcion era de doce a uno. l Quien no querria una visa para la zona de la cabeza de puente? l Que padre que pudiera pagarlo y que creyera

que su hijo tenia posibilidades, no querria mandarlo a una escuela primaria para ponerlo en la cola de los visa­dos? i,Que politico podia resistir la demanda de los pa­dres de mas escuelas secundarias a fin de aumentar el area de la cola? Aunque e1 numero de visados sea fijo y las solicitudes 10 rebasen, a nadie Ie gusta que se Ie diga a su hijo al terminal' la primaria que no se Ie tendra en cuenta y que ni siquiera puede quedarse esperando.

Incluso en niveles de empIeo mucho mas modestos el sector moderno es aun codiciable. EI salario minima en los empleos del gobierno en Tanzania -para un trabajo de obrero en el departamento de obras publicas que unos cuantos afortunados pueden conseguir con un cer­tificado de primaria- era aun en 1973 de 420 dolares al afio -alrededor de cinco veces la renta media per capita en Tanzania. Esa clase de trabajo proporciona una se­guridad que el agricultor quedepende de los caprichos de la lluvia puede envidiar; da acceso a cuidados sanita­rios y pensiones; los derechos y la dignidad del trabaja­dol' estan protegidos pOI' las leyes laborales y los sindi­catos reconocidos, pOI' los frutos de las victorias de los trabajadores europeos en sus luchas con los patronos encarnadas en las normas mundiales de la OIT y expor­tados a los paises en desarrollo como model os de un es­tado moderno y de como deberia estructurarse el sector moderno, la zona de cabeza de puente de la modernidad en un pais en vias de desarrollo.

l Quien no querria un visado para la cabeza de puente cuando la otra alternativa es tan tristemente distinta?

Y de ahi procede la explosion educativa. Los alista­mientos en todo el mundo en desarrollo han aumentado con rapidez. Cursos intensivos para formacion de maes­tros, suplencias de maestros no formados, doble turno en las escuelas, concesiones y subsidios a escuelas auto­gestionarias, aumentos en el numero de alumnos en ca­

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./;1 (I;I~;(" Y o(';lsiollalmente, en los paises mas audaces en :;11.'; expcrimcntos, el uso de monitores estudiantes; mul­tiples han sido los recursos aplicados a fin de satisfacer las crecientes demandas de escolarizacion,

LA LLEGADA DE LA DESILUSION

Se murmura que todas esas medidas y composturas traen consigo el peligro de un «deterioro en la calidad». Pero no es esta la causa de las dudas y desilusiones que en la decada de los setenta han sucedido al optimisrno educativo de los sesenta. Otras dos consecuencias de la explosion educativa pesan mucho mas en las mentes de politicos y administradores. La primera es la escalada interminable de los costos a medida que la proporcion ascendente de alistamientos se une a las consecuencias de las elevadas tasas de nacimientos y la reduccion de la mortalidad infanti!. Cada cohorte de nifios que llega ala edad escolar es mayor que la ultima, y mayor tambien la proporcion de ellos que quiere ir a la escuela. En mu­chos paises la educacion estaba ocupando del 10 al 15 por 100 de los gastos del gobierno al iniciarse los afios sesenta, y del 20 al 25 por 100 a fines de la decada, Se­gun la Unesco el gasto publico para la educacion equi­valia al 2,4 por 100 del producto nacional bruto en un pais normal en vias de desarrollo en 1960, y al 3,4 por 100 en 1970 (Unesco, 1973, cuadro 2.6).

El segundo problema preocupante y reconocido es el problema de los «educados sin empleo»; de aquellos que poseen 10 que se considera visados validos para penetrar en el sector moderno, pero que no han encontrado un Iu­gar adecuado donde instalarse. Las ideas de las perso­nas acerca de que cualificaciones encajan en que trabajos tienden a cambiar con el tiempo (como veremos despues con mas detalle) pero la mayoria de los ceilandeses con­

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vendrian aun en que ocho afios de educacion deberian bastar mas 0 menos para el desempefio de un trabajo manual y diez afios y un certificado de secundaria para un trabajo burocratico. Al empezar la decada de los aiios setenta, las escuelas estaban produciendo al afio al­rededor de 70 000 nifios con ocho afios de educacion, casi 100 000 con el certificado de secundaria elemental y otros 12 000 con certificados secundarios superiores. A! mismo tiempo el numero total de empleos disponibles a corto plazo no era en total superior a 70 000 y adem as los aspirantes decepcionados de afios anteriores se les unian en la competencia.

La paradoja de esta situacion consiste en que cuanto mas se agrava el para de la gente educada se hace mas fuerte la presion en favor de una expansion de las opor­tunidades educativas. Si habeis fijado Ia vista -0 10 han hecho vuestros padres- en un empleo del sector moder­no y descubris que vuestro certificado de secundaria ele­mental (junior)" no os 10 facilita, no se puede hacer nada sino seguir adelante y tratar de conseguir un certificado de secundaria superior (senior) y si tampoco vale, pasar a la universidad. Lo mas probable es que esta decision resulte sensata. El mecanismo de «escalamiento de cua­lificaciones» garantiza que si ya se esta en el rango de cualificaciones del sector moderno, se tienen mas opor­tunidades de conseguir algun empleo.

LA INFLACION EDUCATIVA

La forma en que trabaja el mecanismo cualificacion­escalamiento es mas 0 menos como sigue. Una com­

* Los niveles escolares ingleses y norteamericanos no corresponden con exactitud a los latinoamericanos 0 espafioles, Por eso decirnos secundaria 0

bachillerato elemental y secundaria 0 bachillerato superior. Estos niveles se asemejan tambien en cuanto a la edad del alumno y la duracion de los estu­dios. (N. del E)

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)I.l11LI dl' ;11/1(lhll~;CS pucde necesitar «norrnalmenre» un (("f I dlc;ldo de sccundaria elemental (junior) para con­dlle/ores que ganen 5 libras semanales y un certificado de sccundaria superior (senior) para los funcionarios que ganen 7 libras semanales. Pero como el numero de los que poseen certificados de secundaria superior es mucho mayor que los puestos disponibles para ellos, al­gunos deciden que 5 libras como conductor de autobus son mejor que nada, Entonces la compafiia les da prefe­rencia. Y muy pronto todas las plazas de conductores disponibles son ocupadas por quienes tienen el certifica­do de secundaria superior (senior): este certificado ha pasado a ser una cualificacion necesaria para ese tra­bajo.

No esta completamente claro por que los patronos perrniten que las cualificaciones suban de esta manera. La razon principal parece ser que son simplemente victi­mas propicias del difundido mito segun el cualla educa­cion «mejora» a las personas y por 10 tanto creen que reciben mas por su dinero si consiguen un certificado su­perior por cinco libras semanales en vel. de un certifica­do elemental. Algunos que han pensado mas antes de decidirse pueden defender su eleccion con la excusa de que los que acaban la secundaria superior han mostrado a1 menos mas perseverancia... Y en un pais que seleccio­na el ingreso en los ultimos afios de secundaria de acuer­do con pruebas academicas y no por el dinero, pueden tener razon en concluir que los que han aprobado los ul­timos afios son mas inteligentes y tienen menos probabi­lidades de fracasar. Incluso cuando la seleccion para la educacion secundaria se conciba totalmente segun el ni­vel econornico -como en paises como Filipinas 0 la In­dia donde cualquier empresario listo puede fundar una escuela secundaria-los duefios de los autobuses pueden descubrir que estos alumnos de ultimo afio, ya que vie­

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ncn de hogares mas acomodados, seran mas corteses y mas de fiar. 0 podria ser que ante cincuenta aspirantes a cinco plazas de conductores de autobuses, todos los cuales harian el trabajo igualmente bien, se simplifica to­do el proceso, si se toma solo en consideracion a las diez personas que posean certificados de secundaria supe­rior, y se da asi una razon objetiva y legitima a los otros cuarenta para negarles la plaza. (La ultima razon -el aspecto de la legitimidad- puede ser especialmente util si entre esos cuarenta se incluye a un candidato vago e inutil a quien un pariente latoso esta tratando de co­locar.)

Sea cual fuere la razon, esto ocurre. Los certificados de secundaria superior son los que logran las plazas de conductor de autobus, Los licenciados tienen asegura­das las plazas de oficinistas. La presion para seguir as­cendiendo la escala escolar se intensifica al mismo tiem­po que la presion sobre e1 gobierno para que edifique mas escuelas a fin de permitir a mas nifios que lleguen mas arriba, y es dificil verle limites al proceso, Puede que no pase mucho tiempo antes de que la empresa de los autobuses empiece a aceptar Iicenciados como con­ductores. £1 primer aspirante puede ser rechazado por un exceso peligroso de educacion ante la posibilidad ademas de que sea un resentido al haber caido tan bajo y de que tenga demasiado buen concepto de si mismo como para trabajar tan duramente. Pew en paises dan­de la libre empresa opera en el campo de la educacion superior es verosimil que ocurra. Como esos liccnciados superfluos son cada vez mas producto de colegios loca­les de baratillo, establecidos de cualqueir manera y utili­zando los servicios a poco precio de licenciados con titu­los posgraduados* y doctores sin empleo, es cada dia

* M.A.-masler, es el primer nivel de titulo posgraduado, seguido por el doctorado. (N. del E.)

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mas ob vio que no son en ningun sentido mas sofistica­dos intelectualmente que los que so lo tienen el certifica­do de secundaria elemental. Y como el umbral de em ­pleo de los licenciados se mueve lentamente hacia abajo en la escala del prestigio ocupacional , fa aceptabilidad de empleos co n paga inferior aumenta lentamente entre ellos. Una vez que lIeve unos afios establecido el hecho de que no ha y nada particular 0 humillante en que un li­cenciado acepte un empleo como mecanogran, con 7 li­bras semanales les sera mas facil a los que fracasen en esa eompeten cia colo ca rse pOI' 6 libras como dependien­tes de almacen, Y cuando ya estas ultirnas colocaciones sean aceptadas POI' licenciados, sera mas fac il que estos acepten un empleo de 5 libras semanales como conduc­tor de auto bus sin sent irse tan degradados que ello les impul se a desahogar su resentimi ento en sus c1ientes.

La rap idez del proceso de escalamiento hacia las cua­lificaciones 0 la devaluacion de los certificados (y pa r 10 tanto el nuevo aspecto del problema del paro de las per­sonas preparadas) varia de un pai s en vias de desarrollo a ot ro, POI' razones que conside rare en el capitulo VI; los difer entes paises se encuentran en diferentes etapas de este proceso. Todos los paises del sur de Asia estan en una fase avan zada : los de Africa occidental m as lejos que los de Africa or iental , etc., pero todos parecen mo ­verse en la misma direccion ,

Pero entonces, l que? , puede decir el lector. lPor que ha de SCI' esto un problema ? Sin duda toda esta educa ­cion es aun algo bueno. i,Q ue importa que el oficin ista que desempeiia un trabajo rutinario tenga la Iicenciatu ­ra? Sin duda hara mejor su trabajo. Sera seguramente una person a mejor, con mayo r riqueza cultural. Y si la ma yoria de los que dejan la escuela con eI certificado de secundaria elem ental nunca consiguen un empleo en el

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~ ;n: l o r mod ern o, cu ando eventualment e rec onozcan su .lcst ino y se con sagr en a sus ocupaciones ancestrales co­11\(1 agricul tor es, pescadores 0 pequefios comerciantes, scran sin dud a agr icultores y pescadores mejores y mas productivos; llevaran una vida cultural e intelectua l mas rica ; seran animales politicos ma s eficaces y respon sa ­hies, mejorcs padres para sus hijo s.

Los funcion arios del Min isterio de Educacion de mu­chos paises csta ran de acue rdo con esta opinion. Pero los funcionarios de Hacienda 0 del Ministe rio del Int e­rior da rian do s respu estas muy bre ves a estos argumen­ins . Primero, el costo de estas mejoras marginales en la operacion de los agr icultor cs y oficini stas es dem asiado alto. En Ghana, en 1971, la educacion de cada gradua ­do universitario costo al Estado m as de C 4 000 pOI' afio, ma s de doc e veces la renta nacional per capita (y 160 veces el co sta de un afio de esc uela prim aria de un nino; Williams, 1974, p. 335). Segundo, diri an, puede ser verda d qu e eventualmente las per son as eduea das sin empleo aceptaran su destino en el sector tradicional, pe ­1'0 el proceso de «enfriarlos» 0 desilusionarlos es fraudu ­lento y potencialmente peligroso. Se necesit a tiemp o pa ­ra conveneer a la gente de que si un certificad o de se­cundaria elem ental conseguia ta l 0 cual trabajo haee cinco afios, no ha y motivo para esperar 10 mismo ahora. E incluso si esta realidad es aceptada, la sensacion de haber sido perj udicado -Ia scns acion de tener derecho a un empleo que el sistema , es decir, el gob ierno, rechaza- persiste. Y la concentracion de busca dores de empl eo resen tidos en las poblacioncs puede ser politica­mente peligr osa, Y mas peligrosa aun, porque pose en un marco mas eficaz par a la organizacion , puede ser la frustracion anticipad a de preunivers itarios y universita­rios qu e yen el desemple o como la {mica salida que tie ­nen pOI' delante, La «rebe lion de la juventud» en Sri

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I .ank a en abril de 1971 es una leccion que no pueden 01­vidal' los dirigentes politicos de otros paises.

EDUCACION Y CUALIFICACION

Pero hay otra respuesta mas fundamentalmente desa­fiante al argumento de «sin duda, cuanta mas educacion mejor». Este segundo argumento asegura que el incon­veniente reside en que los llamados educados sin em­pleo, no han sido educados en realidad. Como tampoco los que ya tienen un empleo. Han ido ala escuela, si; pe­ro son victimas de un sistema de escolarizacion sin edu­cacion,

Un libro que se cita mucho a este proposito es e1 de Cyril Beeby: Quality of Education in Developing Areas (Calidad de la educacion en las areas en vias de desarro­110). Educador australiano y profundo conocedor de los paises en desarrollo, Beeby sugiere que los sistemas edu­cativos de todas las sociedades pasan por un proceso de evolucion similar. Empiezan con el aprendizaje de me­moria, tan querido por los maestros de escuela victo­rianos en Inglaterra; progresan a medida que los maes­tros toman confianza y estan preparados para contestar preguntas «fuera de programa», y pasan entonces a los modelos de ensefianza mas libres, centrados en el nino, y mas autonornos, reconocidos hoy como los mejores en las aulas de los paises ricos. La mayor parte de los pai­ses en vias de desarrollo se encuentran actualmente en la etapa del apredizaje de memoria, pero poco a poco saldran de ella.

Esta tesis es consoladora, en especial desde que Beeby ha hecho algunas sugerencias para acelerar el proceso. Los paises en desarrollo no tienen realmente que volver a hacer la revolucion de Dewey cada uno por

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su cuenta. Por desgracia parece que es equivocada. En

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1':,10, como en otras muchas cosas, el proceso de desa­rrollo de un pais que empieza deliberadamente a moder­nizarse a mediados del siglo xx es muy distinto al proce­::() de desarrollo menos deliberado que los paises ricos rx pcrimentaron en el siglo XIX. Marx no pudo equivo­carse mas, como sefialo Trotsky hace mucho tiempo, «uando dijo que «los paises industriales muestran a los paises menos desarrollados la imagen de su propio fu­iuro».

El efecto de la escolarizacion, la forma en que altera la capacidad y la voluntad del hombre para hacer cosas, dcpende no solamente de 10 que aprende 0 de la manera en que 10 aprende, sino tambien del par que 10 aprende. lista es la base de la diferencia entre la escolarizacion que es educacion y la que es solo cualificacion, es decir, un mero proceso de certificar (0 de «credencializar», como los sociologos norteamericanos han empezado a lIamarlo).

La mayoria de las personas, cuando hablan de «edu­cacion» piensan en un proceso de aprendizaje -bien me­diante una forrnacion disciplinada 0 por metodos experi­mentales mas libres y agradables- que tiene el «domi­nio» como objeto. Se puede buscar el conocimiento en si mismo, por el placer y el goce de utilizar la mente. Pue­de buscarse para satisfacer algun criterio de autorrespe­to: el muchacho que persiste en practicar la lectura para que tambien le toque leer la leccion en la Iglesia; el cien­tifico social adulto que quiere entender de computadoras para ponerse al nivel de sus colegas mas jovenes. Puede buscarse tambien para aplicarlo provechosamente: el hi­jo del comerciante aprende contabilidad a fin de ser un comerciante mejor y mas rico. Puede buscarse por res­peto a cierto concepto de una vocacion profesional -co­mo cuando el medico lee informes sobre los ultirnos des­! cubrimientos en urologia con objeto de ser un medico

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mejor y mas consciente de su formacion. En cualquier caso, aunque ese saber sea un fin en si mismo 0 se ad­quiera para aplicarlo, y aunque esa aplicacion sea prac­tica 0 un simple placer personal, 10 que cuenta es el do­minio de dicho conocimiento.

Por contraste, en el proceso de la cualificaci6n, el alumno no se preocupa de saber, sino de que Ie certifi­quen la sabiduria. No busca el conocimiento en si mis­mo, ni para su aplicacion constante mas tarde en una si­tuacion de la vida real, sino con el fin unico de repetirlo de una vez por todas en un examen. Y e1 aprendizaje y la repeticion son unicamente medios para un fin: el de conseguir un certificado que es un pasaporte para un empleo codiciado, una situacion, una renta. Si la educa­cion consiste en aprender a desempeiiar un empleo, la cualificacion consiste en aprender para conseguir el em­pleo.

La diferencia reside en 10 que ahora esta de moda lla­mar el «curriculum oculto». Lo que el educador esta di­ciendo implicitamente, y a veces explicitamente, a sus alumnos es: «Aprended esto 0 no sereis buenos medicos, habiles carpinteros, seres humanos plenamente desarro­llados, ciudadanos buenos y utiles; no sabreis como ga­naros la vida, no sereis capaces de apreciar los placeres superiores del arte 0 la poesia.» Lo que el cualificador dice a sus alumnos es «aprended esto 0 no tendreis la oportunidad de ser medicos 0 carpinteros; nadie os data con que vivir». El primero apela a las normas interiores de la conciencia y promete una plenitud conseguida por uno mismo; el segundo invoca arbitros exteriores, ame­naza con una exclusion, provoca ansiedad. El primero mantiene la relacion maestro-alumno como completa en si misma; el segundo hace depender a ambos de la tira­nia del tribunal.

Maslow, uno de los psicologos mas elocuentes y hu­

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'"I/I ...·;, ha expresado bien la diferencia al caracterizar el 'II! I ;IS!e entre la actividad autorrealizadora y la que se ,hill" a satisfacer necesidades de un nivel inferior. En

I~ .r.tividad autorrealizadora:

"(,,.) la satisfaccion produce una motivacion aurnenta­da, mas que disminuida, una excitacion que se eleva InilS que se reduce. Los apetitos se intensifican y as­.icnden. Crecen sobre sl mismos y en vez de desear ca­da vcz menos, la persona quiere mas y mas, pongamos I ior ejemplo, mas educacion.; Ese crecimiento es en si iuismo un proceso excitante y recompensador; por (';l'lI1plo: la satisfaccion de anhelos y arnbiciones, como Li de ser un buen medico; la adquisicion de especializa­ciones admiradas, como tocar el violin 0 ser un buen ('arpintero; el continuo aumento de la facultad creado­1":1 en cualquier campo; 0, 10 mas importante, simple­mente 1a arnbicion de convertirse en un buen ser hu­mano.»

[11~:illdo el hombre esta motivado deficientemente, y I! I" Tl'sidad (por ejemplo, de un certificado) puede solo

I ' .. 11 isfecha desde fuera,

«(, .. ) no puede decirse que se gobierne a si mismo, 0

i/IIC controle su propio destino. Debe recurrir a las Iucntes de las satisfacciones que necesita (oo.), debe .idaptarse y ajustarse siendo flexible y reaccionando y «.nnbiando para encajar en la situacion exterior. El es i:I variable dependiente: el media es la variable inde­pcudiente fija» (Maslow, 1973, pp. 241, 243).

! .1 .Iixuncion es familiar. La medida en que la presion I. I, ,:; cxamenes paraliza y deforma el proceso educati­

I':. lin viejo problema. Los colegios de bachillerato l'II!;IIIlCOS tienen abundancia de cualificadores como es­

l'I\'en profesor:

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.d 'aklilo que pucdo dar el curso A de quimica en cu.uro trimcstrcs, Cuatro nada mas. Tenemos que ir dcprisa. Tcnernos pruebas dos veces a la semana, pero VCl110S los resultados. Por ejemplo, el afio pasado tuve una beca en competencia abierta en Pembroke, Cam­bridge, una beca especial en Trinity Hall, Cambridge, y media docena de colocaciones*. He conseguido cator­ce puestos en los dos ultimos afios, y ademas esas be­cas. Me va bastante bien; mis resultados son buenos. Ensefiarnos para obtener resultados. Quiero "aproba­dos", becas y todas esas cosas. Exarnenes todo el tiem­po. y fuera los metodos de ensefianza, olvidar el aspec­to educativo... Por ejemplo, si un chico hace una pre­gunta puede plantear cuestiones interesantes; ahora bien, se podria perder mucho tiempo y explicar esas cuestiones y estaria bien. Pero no es nuestro estilo» (Jackson y Marsden, 1966, p. 51).

Este joven sincero muestra al menos cierto afan y cierta confianza en si mismo cuando se lanza a ser mas listo que los examinadores, y, sin duda, algo de esto se pega a sus alumnos y los beneficia. Pero aun esta gracia salvadora falta en la mayoria de las escuelas de los pai­ses en desarrollo. Para los maestros de estos paises me­nos confiados, los examinadores son tan temibles y auto­ritarios como para los alumnos. Tal vez resulta mas importante el hecho de que alIi solo los resultados excep­cionales llevan consigo la promesa de un empleo. En una atmosfera tan cargada de ansiedad (y que por otras razones discutiremos mas tarde), la necesidad de cualifi­car de forma mucho mas eficaz mata cualquier deseo in­cipiente de educar 0 ser educado, y hace que el efecto anticipador del examen final sea mucho peor que en la mayoria de los paises ricos. Durante una conversacion

* Quiere decir, un alumno suyo aceptado en la escuela Pembroke, de Cam­bridge, y otros alumnos colocados en puestos de trabajo. (N. del E.)

, ,\11 una profesora de civisrno muy inteligente en Sri I 11I\(:1, se le pregunto acerca del curso que estaba dando

.u : alumnos de dieciseis afios:

«J Que tipo de temas estudian en clase? »En realidad hay cuatro partes. Hay que hacer cua­

tro preguntas, una de cada parte. La primera trata de los departamentos del gobierno; la segunda de la de­mocracia, el feudalismo y el totalitarismo; la tercera sobre el gobierno de Ceilan, el Parlamento, el gobierno local, etc, y la cuarta acerca del gobierno britanico, la Commonwealth y las Naciones Unidas. Esta ultima es practicamente obligatoria. Hay una pregunta sobre ella todos los afios.

»No, yo no aludia a los examenespreguntaba si dis­cuten ustedes en clase asuntos del dia. Por ejemplo, la nueva Constitucion. Ayer habia muchas noticias en el pcriodlco sobre la abolicion del Senado. i Discutiran ustedes eso?

»j El Senado 1, si, El afio pasado, por ejemplo, habia tina pregunta acerca de 8i el Senado habia desempefia­do su papel tal como 10expuso la Comision Soulbury.

»No, yo me referia a si se salen ustedes alguna vez di' la enseiianza propiamente dicha orientada a los examenes, y hablan de las cosas que suceden en el pais.

»[Oh, no! Con estudiantes de esa edad,no creo que sea posible. No tienen una imagen clara.»

;i era una clase del decimo curso, la clase mas icnte de que el futuro de cada individuo dependeria

,I, I ,I 'ntificado de secundaria al final de esc afio. Al prin­'1,11 l de su carrera escolar, al cornienzo de la escuela ":Illaria, los maestros tienen aun algun tiernpo para

:II'J,;n-. Pew cada vez menos, en vista de que el efecto "il 'ipador del examen finalllega cada vez mas ala es­liI\:1 primaria. El examen selectivo del octavo curso de­

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cideefectivamente quien conseguira las codiciadas pla­zas cientificas. En muchos paises africanos los exame­nes finales del sexto curso determinan quienes tendran la oportunidad de recibir una educacion secundaria y quie­nes no; desde el tercer ana todo esta subordinado a la preparacion para esas pruebas. Por fin algunos adminis­tradores de la educacion bien intencionados, observaron que la mayoria de los nifios que llegan al quinto curso estan destinados, por los hechos ineludibles de la situa­cion del mercado laboral, a un futuro agricola, e incluye­ron en el programa la agricultura y otras asignaturas practicas, ~Pero que maestro ernpefiado en meter en la cabez a del mayor numero de alumnos temas arduos co­mo las matematicas y el ingles, puede darle mucho tiern­po a la agricultura? ~ Que nino querria reconocerse anti­cipadamente como fracasado en la carrera hacia el sec­tor moderno, manifestando algun interes en ese tema?

Los CUALIFICADOS Y LOS EDUCADOS

i.Que tiene, pues, de extrafio que los egresados de este genero de escolarizacion no sean, cuando se en­frian sus esperanzas de ascender al sector moderno y se establecen de nuevo en sus granjas, agricultores mucho mas innovadores y afortunados que los que no han ido a la escuela? ~Es acaso sorprendente que las frustraciones de los que abandonan la escuela y las de los graduados universitarios sin empleo, no hayan resultado ser seme­jantes a esa clase de tension fecunda que produce em­presarios de exito? Toda su escolarizacion los condi­ciono para ser empleados. Todo el sector moderno es un sector de empleados; su maestro empleado, representan­te del sector moderno en la aldea, ejemplifica en si mis­mo al empleado modelo. El futuro empleado ha aprendi­do a recibir ordenes, no a tener iniciativas.

i'l,r 10 menos los que consiguen los certificados y los , ,1\ I'lcos han sido entonees bien preparados. La orien­I,,, io n para empleados que dan las escuelas los habran I!plina preparado para sus futuras carreras. En forma

l"llln!;l<la habran aprendido las virtudes de la puntuali­, I II i, Ia regularidad, el trabajo esforzado, la conformidad

>II cl reglamento, la obediencia a las instrucciones de , .upcriores. Tal vez no sean cualidades importantes.

I' I' I son las cualidades mas requeridas en los miembros I, I;I~; burocraeias administrativas y ejecutivas a las que

kg encomendado la tarea de modernizar la sociedad. , 'I lie decir de la imaginacion, la creatividad, la hones­I.~d, la euriosidad y la determinacion de llegar hasta el

I 'IH II I de las cosas, el deseo de hacer un buen trabajo "pi :;j mismo? No, estas no son las eualidades que seran illlllJladas en dosis prolongadas en una escolarizacion

"wntada hacia la cualificacion; perc seran mas prolon­,,1;1:'; para aquellos situados mas arriba en los niveles

:. I. i 1'11Iieas y de cuyas iniciativas depende la mayoria. Si I I H »nbre logra su empleo en el servicio civil a costa de

I( icho 0 veinte afios de tediosa conformidad con los '1111:dcs impuestos por la escolarizacion orientada hacia I I «ualificaciones, ~quien puede censurarle si se con­II il" en el funcionario cauteloso que cumple sin alegria

! II (~S de su funcion? Si nunea ha tenido la oportuni­,II'!, la satisfaccion de aprender por el goce de aprender,

IIIW"II puede eensurarle si no es capaz de gozar traba­III' ill'! Si se le ha negado la posibilidad de experimentar I ,k,';intcresado altruismo del que es capaz el «autorrea­

.1.I"n, de Maslow, si toda su forrnacion ha consistido " 1:111 cjercicio egoista para asegurar su propio exito, JIII'"I) puede censurarle si presta mas importancia a su

"I 11II ~ aseenso burocratico que al trabajo verdadero par I , II .msforrnacion de su pais? Los que han visitado los . !Jlll';ierios del Tercer Mundo y han observado que son

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con frecuencia los asesores extranjeros los que siguen trabajando cuando sus colegas locales se han ido a casa, no deberian conceder a esos asesores demasiado merito, Son los afortunados, los que proceden de esos estratos privilegiados en que los nifios reciben aun una verdadera educacion y se hacen capaces de realizar un trabajo en­tusiasta autoiniciado y autodirigido que proporciona su propia satisfaccion: una experiencia privilegiada que las escue1as de los paises en vias de desarrollo ofrecen rara vez a sus alumnos.

Pero cuidemonos de presumir de mayores virtudes en nuestro propio sistema educativo, pues fue en las escue­las y universidades de los paises adelantados donde se inicio la rutina de las cualificaciones. Lo malo es que cuanto mas tarde en la historia del mundo empieza un pais su proceso deliberado de modernizacion 1, la enfer-

I Debo aclarar que cuando utilizo «modernizar» 0 «rnodernizacion» no suscribo ninguna de las teorias acerca del «caracter esencial» de la moderni­zacion como proceso de transforrnacion por el que todas las sociedades de­ben pasar de algun modo: proceso de racionalizacion, desencanto, burocrati­zacion, diferenciacion y reintegracion, usa creciente de los medios mecanicos, incremento de la conciencia exiliada, etc. Yo utilizo el verba «modernizar» en sentido estrictamente transitivo. Es 10que alguien Ie hace a algo. Digo «rno­dernizar» mejor que «carnbiar», cuando la persona que realiza el cambio considera dichos cambios como pasos hacia un estado mas «avanzado- en una escala que ve como un progreso. Los dirigentes del Tercer Mundo estan tratando de modernizar sus paises en gran medida, transforrnandolos a ima­gen de otros paises a los que consideran mas adelantados: a veces de acuerdo con prescripciones aun mas «avanzadas» de 10que los propios paises mas ri­cos llegaran 0 deberan llegar a ser.

Cuando, por ejemplo, can el ideal de la organizacion Ujamaa, de Nyerere, se ve la transforrnacion no como necesariamente mas avanzada sino solo di­ferente y unicamente nacional, yo no llamaria a eso modernizacion. Sin em­bargo, casi siernpre supongo que los objetivos a largo plazo de casi todos los lideres conscientes del Tercer Mundo estan conformados a imagen de los pai­ses industriales, que, si definieran explicitamente esas metas a largo plaza, re­sultarian una amalgama de elementos estereotipados tales como el poder pro­ductivo norteamericano, la baja tasa de crimen del J apon, la cohesion social sueca, la vitalidad artistica de Francia, etc ...

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IIl"d:HI aludida se instala en el en forma tanto mas defi­.uuva. Espero que los cinco capitulos siguientes sobre i1Il'!:llerra, Japan, Sri Lanka y Kenia 10 dernostraran.

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VIII. EDUCACION Y DESARROLLO: OSCILACIONES POLITICAS

SERIA UN error afirmar que el debate academico, cuyas vueltas y revueltas describimos en el capitulo anterior, no ha ejercido ningun impacto sobre los hombres practi­cos de la administracion educativa, quienes han seguido en su tarea de construir escuelas, elaborar programas y alterar los sistemas de calificacion, obteniendo y gastan­do presupuestos que son siempre menores de 10 que de­sean. Hoy dia los hombres practices se sienten menos inclinados que en tiempos de Keynes a «creerse exentos par cornpleto de cualquier influencia intelectual» cuando en realidad «son generalmente esclavos de algun econo­mista difunto» (Keynes, 1936, p. 337, ed. FeE, Mexico 1965). La mistica planificadora ha lanzado su hechizo: es raro que un Ministerio de Educacion, en el mundo en desarrollo, no tenga una oficina de planificacion 0 no mande a sus funcionarios a conferencias internacianales sobre ese tema en las cuales se rocen con economistas que no tienen nada de difuntos. El impacto real de las ideas acadernicas ha sido tal vez limit ado incluso en los planes burocraticos de los primeros anteproyectos, y mas limitados aun cuando dichos planes son filtrados a traves de las valvulas de presion de los diversos grupos de intereses durante el proceso de su transformacion en presupuestos y en politicas. (Curle ha hecho una buena descripcion -golpe a golpe- del proceso de transferen­cia de uno de esos planes; Curle, 1966.)

Sin embargo, si ha habido algun impacto. Por ejem­plo, la importancia dada a la expansion de la educacion secundaria 0 superior en el desarrollo de muchos paises

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pobres hacia la mitad de la decada de 1960, le debio al­go a las doctrinas de los planificadores de mana de obra acerca de la importancia estrategica de la mano de obra

I

I

Ide nivel medio y superior; doctrinas incorporadas en do­Icumentos como el plan de mano de obra asiatico, de la

UNESCO, debatido y respaldado par las reuniones de los ministros de Educaci6n asiaticos. Pero la aceptabili­dad de estas declaraciones y sus audaces objetivas de­pendian probablemente del hecho de que ya estaban sur­giendo fuertes presiones privadas en favor de una expan­sion de los estratos mas altos del sistema. El acuerdo mas reciente entre economistas y hombres practicos, se­gun el cual ha llegado el momento de un cambio que de mayor importancia a la educacion primaria, fue sefia­lado en el ultimo capitulo; aunque no se sabe quien in­fluyo en quien.

De todos modos hay un grado bastante grande de acuerdo en ambos mundos, el academico y el practice, acerca de cuales son hoy los principales problemas del sistema educativo en los paises en vias de desarrollo.

PRINCIPALES PROBLEMAS PERCIBIDOS:

LA EDUCACION PRIMARIA

1. En primer lugar viene, tal vez, el problema del len­to progreso en el movimiento para asegurar una educa­cion primaria basica a todos. Los paises han variado mucho en la importancia que dan a este objetivo relacio­nado con el desarrollo de la mana de obra de nivel me­dio y superior en el sector moderno, pero todo gobierno ha adoptado, al menos de palabra, 10 de «escuelas para todos». Y, en la escena internacional, las grandiosas Conferencias de Addis-Abeba y Karachi, en las que los gobiernos se comprometieron a lograr la educacion uni­versal para 1980, se ce1ebraron poco antes de que co­

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III

brara fuerza la insistencia sobre la planificacion de rna­no de obra en los niveles mas altos.

Muchos paises estan apenas procurando incrementar sus provisiones para emparejarse con el crecimiento de la poblacion, pero sin ningun aumento en las proporcio­nes de nifios escolarizados. La India, por ejemplo, que tiene ya alrededor del 13 por 100 de su poblacion asis­tiendo a la universidad, no lleva mas del 70 por 100 de sus nifios a la escuela primaria, y solo el 25 por 100 has­ta el final del quinto ana de primaria. En Paquistan la ci­fra en el primer curso no pasa mucho del 45 por 100. In­cluso en Filipinas, donde casi todos los nifios van a la escuela, solo alrededor de la mitad continuan hasta el fi­nal del sexto curso (ECAFE, 1974, p. 117). Estas cifras de Asia podrian coincidir can las de otros continentes.

Algunos paises muestran tasas crecientes de deser­cion en la escuela primaria. Hay economistas que aplau­den esto como una justificacion mas de su fe en la racio­nalidad del hombre. El desempleo de los que poseen un titulo 0 un certificado demuestra que la educacion no rinde; por tanto, los padres se muestran sensatos si se niegan a invertir en ella. En realidad la tasa creciente de abandonos es probablemente una indicacion de que la escuela primaria no se considera como un medio de de­sarrollo y enriquecimiento personal, un medio para con­vertirse en un miembro respetable de primera categoria de la propia sociedad, sino mas bien como el primer pa­so en la escala que conduce a un empleo en el sector mo­derno. A medida que la escalera se hace mas larga, cuando ya no se trata del certificado primario sino del secundario superior para garantizar cualquier posibili­dad de empleo, es comprensible que los padres se desa­nimen facilmente, en particular si descubren durante los primeros afios de escuela de su hijo que no anuncia el ti­po de promesa academica que ofrece verdaderas espe­

ranzas de que Begue muy arriba en la escala de los exa­menes.

2. Existe ya la preocupacion de que la idea de la edu­cacion primaria como «derecho basico», «preparacion basica para la ciudadania y para una vida productiva», sea superada por el concepto de primer peldafio en la es­cala de sus objetivos. Hubo un tiernpo, en los primeros dias de los nuevos estados independientes, en que los planes de mana de obra parecian elaborados sobre la hipotesis de que, de una manera 0 de otra, la tasa de de­sarrollo seria tan rapida que todos, 0 casi todos, los niiios que terminaran la primaria conseguirian empleos en el sector moderno; que de algun modo la Ley Say operaria para garantizar que la oferta de personas edu­cadas provocaria una demanda adecuada. Por 10 tanto no habia ninguna necesidad de pensar en la importancia que el programa de primaria tendria en relacion con la vida de la aldea. Muchos de los administradores de los nuevas estados recordaban probablemente intentos si­milares para introducir «programas debidamente orien­tados hacia la aldea» durante el reciente pasado colo­nial; recordaban con que energia fueron denunciados esos intentos como medios para conservar a un pueblo colonial subyugado en su papel subordinado de talado­res de arboles 0 aguadores. Ahora todo eso cambiaria. La escuela podia y deberia ser un agente de moderni­dad; deberia estar organizada muy claramente como preparacion para el sector de vida moderna, «realmente rnoderna».

Ahora la aritrnetica puramente dernografica de la si­tuacion esta empezando a abrirse paso lentamente. Se esta empezando a comprender que en la mayoria de los paises, bajo no importa que circunstancias, la clase de empleo para el que la escuela primaria prepara ideal­mente a los nifios, no puede ser en realidad proporciona­

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da a la mayoria de los que terminan la escuela primaria: no para mas de una cuarta parte en Sri Lanka 0 Kenia como hemos visto en los capitulos anteriores. lPueden 0

deben las escuelas primarias seguir dando un curso de induccion hacia los empleos del sector moderno? Si la mayoria de sus alumnos han de ser autoempleados con­tinuando las ocupaciones de sus padres como ensambla­dores, artesanos, pescadores y comerciantes lno se les podria impartir algo mas adecuado a sus posibles ocu­paciones futuras?

Esta cornprension llega con una revaluacion general de la estrategia dominante del desarrollo aparecida en los ultimos cinco afios, La critica del crecimiento del PNB como indicador del desarrollo 0 como objetivo de las medidas a tomar, se ha convertido en lugar comun, respaldado reiteradamente por el presidente del Banco Mundial que habla de «reforrnas institucionales para re­distribuir el poder economico» (McNamara, 1973, pagi­na 115), de «atencion primordial a la agricultura» como medio de lograr programas de desarrollo que mitiguen realmente la pobreza, eliminen la desnutricion y creen empleos; y, dentro de la agricultura, programas para be­neficiar a colonos y pequefios agricultores y no «al gran agricultor ya muy beneficiado» con un pie en el sector moderno. iibid., p. 66). En el campo de la salud ya no es una novedad que los hospitales de vidrio y acero de la capital, que pertenecen realmente al «sector moderno», han recibido una parte demasiado grande de los presu­puestos, mientras que los centros sanitarios rurales mo­destos, llevados por un personal adiestrado con poco costo y capaz de tratar la rnayoria de los males mas co­munes de la poblacion, han recibido demasiado poco (aunque el verdadero cambio de dicha situacion, con­tra la terca oposicion de la profesion medica, es otro asunto).

EI convencimiento de que las escuelas prim arias (en particular las escuelas primarias rurales que absorben la gran masa de la poblacion escolar en la mayoria de los paises en desarrollo) no estaban haciendo gran cosa por el verdadero futuro de la mayoria de sus hijos, coincidio con la revaluacion del desarrollo rural como nucleo esencial de las politic as de desarrollo en general, y con el descubrimiento de que las escuelas estaban aportando muy poco a el. De ahi la nueva demanda de adecuacion y pertinencia.

PRINCIPALES PROBLEMAS PERCIBIDOS:

EDUCACI0N SECUNDARIA Y SUPERIOR

3. EI tercer foco de preocupacion, el crecimiento del desempleo entre los ya educados, no necesita mayor ela­boracion en vista de 10 dicho en los capitulos anteriores.

4. Tampoco la necesita el cuarto: la solicitud impla­cable de mas escuelas secundarias y universidades a pe­sar del desempleo: presion practicarnente irresistible, in­cluso en paises que solo poseen sectores privados educa­tivos rninusculos, si son paises donde la competencia electoral es importante, y casi imparable donde la edu­cacion superior es una industria privada prospera,

5. Y en cuanto al quinto foco de preocupacion, la presion de los presupuestos educativos sobre los ingre­sos del gobierno (conjugados con el crecimiento de la poblacion y los intentos de elevar las normas de calidad, asi como de ampliar las oportunidades educativas), sera suficiente recordar las cifras de los gastos nacionales pa­ra educacion citados en la p. 24.

6. La preocupacion final merece mas elaboracion: se trata de la desilusion a proposito de la escuela vocacio­nal, que fue el remedio favorito recomendado cuando el problema del desempleo entre personas graduadas em­

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pezo a penetrar en la conciencia educativa a mediados de la decada de 1960. Se creyo entonces que el mal resi­dia en el «prejuicio academico» de la educacion tradi­cional. «Se ha afirmado con frecuencia que el problema del desempleo de los educados procede de la repugnan­cia de' los individuos cultos graduados a aceptar ocupa­ciones manuales y su persistencia en la busqueda irrea­lista de empleos de cuello blanco que consideran dignos de su categoria de "hombres educados?», escribio Foster en un articulo, muchas veces reimpreso, de 1963 (Fos­ter, 1963, p. 148). Se penso que, de algun modo, si se en­sefiaba a los jovenes especializaciones tuiles, la Ley Say garantizaria que encontraran empleos.

Se encuentra la misma creencia popular entre los nifios del sexto curso en Sri Lanka hoy; en especial en aquellos que han perdido por unos pocos puntos la oportunidad de entrar en la rama cientifica: los ingenic­fOS parecen tener pocas dificultades para encontrar em­pleas: por tanto, isi todo el mundo fuera ingeniero, todo el mundo tendria un empleo! Lo sorprendente es que el establishment educativo caiga en una logica similar, y no haya hecho las sumas sencillas que hubieran demos­trado la falacia subyacente, 0 incluso emprendido en­cuestas a fin de descubrir si habia muchas vacantes para tecnicos sin trabajo.

A pesar de todo ello, en los ultimos afios y en muchos paises se encaminaron esfuerzos especiales hacia la ex­pansion de la educacion tecnica. La mayoria de las ope­raciones de prestamo del Banco MundiaJ en el campo de la educacion en 1963, se aplicaron a la educacion tecni­ca. Para quienes salian de la escuela secundaria y de las secundarias vocacionales, los institutos tecnicos habrian de proporcionar alternativas viables a la prosecucion esteril de la educacion academica.

Se podria predecir el fracaso. La educacion secunda­

ria vocacional de tecnicos destin ados a la industria, tiene problemas en todas partes, especialmente el problema de lograr un equilibrio entre la ensefianza de especializacio­nes concretas, que pueden no ser las que correspondan a la demanda, y la de especializaciones mas generales, que puedan resultar pertinentes a muchas ocupaciones pero que no aumenten la competencia en alguna de elIas de forma importante. Adernas, a las escuelas vocacionales les cuesta mucho encontrar buenos profesores; si estos poseen buenas especializaciones tecnicas pueden sentir­se atraidos por salarios mas altos en la industria, parti­cularmente en paises en vias de desarrollo donde esas especializaciones son escasas.

Pero la principal ingenuidad del programa de la es­cuela vocacional, la falacia en donde flaqueo, fue desco­nocer el significado que las escuelas vocacionales adqui­ririan en sistemas escolares dominados por su funcion selectiva, y que giran por entero en torno al eje primaria­secundariauniversidad. Al menos en aquellos paises en los que la educacion, en todos los niveles, esta en gran parte costeada por los fondos publicos, puede suponer­se, sin riesgo de error, que nadie elegird voluntariamente el conseguir el certificado de tecnico si tiene la oportuni­dad de llegar hasta arriba y ganar como graduado uni­versitario un salario varias veces mayor. La corriente hacia arriba, implicita en el sistema, es demasiado fuer­te, Por tanto, es bastante segura la hipotesis de que el es­tudiante orientado hacia una corriente vocacional de «via muerta», ha side «relegado» a esa corriente porque no pudo lograr una plaza en las escuelas secundarias acadernicas que conducen a la universidad. Claro que muchos nifios de esas escuelas secundarias acadernicas tienen pocas esperanzas de entrar en la universidad. Sin embargo, esas escuelas tienen mas prestigio en tanto que vestibulo de la universidad. Ninguna retorica solemne

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del Ministerio de Educacion britanico pudo nunca per­suadir al publico de su pais de que se trataba de «la asig­nacion de nifios a diferentes corrientes de educacion se­cundaria -gozando todos de la misma estimacion- de acuerdo con sus aptitudes y capacidades», mas bien que de «pasar» 0 «fracasar» en el exam en de los once afios, Esto tiene tres consecuencias:

Primero, la sensacion de ser «relegado» crea una sen­sacion de ciudadania de segunda clase entre maestros y alum nos, que entorpece el aprendizaje efectivo.

Segundo, los estudiantes no se resign an a renunciar. Buscan una segunda oportunidad, esperando, contra to­da esperanza, que en el proximo nivel, digamos al entrar en la ensefianza media, puedan volver a la corriente principal, particularmente en paises como Filipinas don­de existe un amplio sector privado de ensefianza supe­rior. Las escuelas responden dandoles grandes dosis de educacion general academica a fin de que puedan seguir en la carrera y tarnbien, claro esta, porque eso concede prestigio. En consecuencia, incluso las escuelas vocacio­nales tienen a veces solo del 15 al 20 por 100 del tiempo de clase dedicado a temas autenticamente vocacionales, mientras los alumnos mas brillantes se concentran en los temas academicos y de hecho siguen al college y a la universidad.

Y tercero, el horror final: resulta que los patronos muestran poco interes en contratar a los graduados de las escuelas vocacionales y prefieren con frecuencia aceptar a los egresados de las escuelas secundarias acadernicas para formarlos desde el comienzo. Parece que esto se debe, en parte, a la pobre reputacion de la forrnacion en las escuelas vocacionales y, en parte, por­que si van a formar a un hombre, 10 que mas interesa a los patrones es su capacidad general para aprender. Y si X «paso» ala rama academica e Y «fallo» y qued6 rele­

gado a la vocacional, saben que conclusiones deben de­ducir.

Sin conmoverse, los funcionarios reunidos en la Con­ferencia de ministros de Educacion y de responsables de la Planificacion Economica en Asia, en 1971, incluye­ron en su resolucion sobre la educacion vocacional la piadosa esperanza de que hubiera mas «cornprension publica y apoyo para Ia educacion tecnica... a fin de ele­var el prestigio de la educacion tecnica» (UNESCO, 1971b).

SOLUCIONES

1. Mejorar el encauzamiento de las ambiciones

Si bien las percepciones de los problemas estan am­pliamente compartidas (10 que yo afiadiria a esta lista -el problema de 10 que las escuelas hacen para mutilar las mentes y los espiritus de los alumnos que terminan con «exito» sus estudios-, apenas tiene lugar en una lis­ta de «problemas generalmente percibidos», excepto ba­jo la rubrica sobre «la necesidad de mejorar la calidad»), las recetas varian. Tal vez pueden observarse tres posi­ciones bastante diferentes. La prirnera, la del mundano prudente, realista y conformista, encuentra su expresion clasica en los escritos de Philip Foster. Basicamente el punto de vista es el de que las cosas son como son, y son asi por muy buenas razones. Es perfectamente natural y sana que las personas quieran mejorar, LQue mal hay en ir a la escuela para conseguir certificados academicos sin sentido, como usted los llama? Si un certificado Ie consigue un salario cinco veces mayor que el de un cam­pesino, lno tiene eso bastante «sentido»? lQue puede ser mas preeminentemente vocacional que una «educa­cion que proporciona acceso a las ocupaciones de ma­

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yor prestigio y, 10 que es mas importante, al salario mas alto en la economia?» (Foster, 1963, p. 145). Las aspi­raciones materiales son la fuente y la sangre vital del de­sarrollo. Esta muy bien que los idealist as en torres de marfil desprecien el materialismo y la falta de sentido, pero son precisamente los esfuerzos que ese sistema pro­voca, los que pueden desarrollar a un pais. Y (afiadiria sin duda, porque sus principales articulos fueron escritos antes de que el dualismo se convirtiera en una preocupa­cion a la moda) si las personas que llegan a la cima 10 han logrado porque 10 merecen y porque el sistema las ha elegido por ser las mas adecuadas para desempefiar los primeros empleos, es logico que se hayan trasladado a un mundo distinto al de las aideas en que nacieron. i. Por que no habian de obtener, si estan desernpefiando un trabajo moderno como medicos 0 ingenieros plena­mente cualificados, el salario al que tienen derecho los ingenieros y medicos debidamente cualificados en la co­munidad internacional? Despues de todo, existe una di­vision entre los sectores tradicional y moderno; recono­cerlo es reconocer una realidad. ~ Por que un medico de Ghana habria de identificarse con un campesino del mismo pais, mas bien que con Ja comunidad internacio­nal de medicos? ~Hay alguna razon moral 0 practica que exija el nacionalismo -lnacionalismo, por favor!­como asunto de conciencia?

Y en cuanto al problema del desempleo de los gradua­dos, las leyes de la oferta y la demanda deben curarlo al final: las esperanzas de las personas se ajustan ala reali­dad. Lo que hay que hacer, tambien en nombre de la equid ad, es acelerar el proceso de ajuste haciendo que las personas paguen el costa real de la educacion que estan recibiendo, elevando el costo y reduciendo el ele­mento del subsidio publico, 0 por 10 menos convirtien­dolo en prestamo a Jos estudiantes pobres, Si la inver­

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sian en educacion resulta menos beneficiosa, menos gen­te se preocupara por recibirla (Blaug, 1972, pp. 43-6).

2. Superar el sistema formal

El segundo punto de vista es el que esta surgiendo co­mo la nueva ortodoxia del establecirniento educativo in­ternacional representado por la UNESCO, UNICEF y el Departamento Educativo del Banco Mundial. Se con­centra en traducir en terminos educativos la estrategia nuevarnente favorecida de «desde abajo hacia arriba», basada en la abrumadora prioridad del desarrollo rural. Aqui la palabra clave es educacion no formal, terrnino que se refiere a toda la ensefianza y aprendizaje delibe­rado, consciente y organizado (sin incluir el aprendizaje, no organizado, en familias y fabricas, conocido en Ia jer­ga tecnica como informal) que tiene lugar fuera de las escuelas: programas de extension agricola, desarrollo comunitario, educacion sanitaria, alfabetizacion de adultos, etc.

La esencia de la nueva estrategia consiste en aplicar todos los recursos posibles al fortalecimiento de esos programas no formales. Como dice un informe para el Banco Mundial preparado por el Consejo Internacional para el Desarrollo Educativo, tiene que haber «un acer­camiento radicalmente nuevo y flexible a la educacion formal e informal en las areas rurales..., sistemas rurales de aprendizaje coherentes y completos... que faciliten la transforrnacion y adelanto de las sociedades rurales y economicas... diversificando las experiencias de aprendi­zaje para todos los subgrupos de la poblacion rural, al margen de edad 0 sexo 0 de los resultados educativos previos... El sistema debe incluir una diversidad de me­dios para extender la educacion basic a, debe satisfacer

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las necesidades minimas de aprendizaje de toda la ju­ventud rural. .. y culminar en un nuevo tipo de universi­dad rural abierta... un centro productor de saber para el desarrollo rural». Y para «la integracion de la planifica­cion y las operaciones en areas rurales especificas ... cen­tros rurales de desarrollo conectados con redes de cen­tros de desarrollo y aprendizaje locales modestos» (Coombes y Ahmed, 1974, p. 229).

No nos sintamos desalentados por el peso de la jerga de la OND ni por su elevada proporcion adjetivo/nom­bre, que propaga generosamente los terrninos «total» , «integrado». «coherente», «bien concebido»; la aficion a la palabra «sistema» (aunque todavia, por suerte, solo «sistemas de aprendizaje», no aun «sistemas de transmi­sion de experiencias de aprendizaje»);debajo de todo esto hay buenas intenciones, impulsos generosos Y mu­cho sentido comun. Evidentemente habria mucho que decir respecto a la idea de invertir menos dinero en el sistema escolar formal con su marca decepcionante co­mo promotor del desarrollo rural, y mas aun al respon­der a las necesidades de las personas que realmente quieren 'aprender algo util, aunque no debemos reducir . los peligros de formalizar 10 no formal, 0 de cubrir el campo con ingenieros de sistemas de aprendizaje, sal­tando diariamente en sus jeeps «todo terreno» desdeIas ciudades de provincias, para comprobar y programar las necesidades de saber de los agricultores 0 de los «subgrupos seleccionados».

Sin embargo, 10 que no estaclaro es donde encaja en todo esto el sistema formal. Segun muchos de los defen­sores de la educacion no formal parece que debe ser aceptado como un mal inevitable. Ya se ha invertido de­masiado en dicho sistema para que sea abolido; y las posibilidades de cambiarlo radicalmente estan limitadas por el poder de todos los que han apostado a su favor;

aparte del hecho de que la tarea de seleccionar y prepa­rar a un numero determinado de jovenes para el sector moderno, ha de realizarse de algun modo. Mientras, di­rian, elaboren un sistema no formal paralelo yencaucen en el todos los recursos posibles.

Otros, rindiendose ante la existencia de las escuelas secundarias y terciarias como algo que esta por encima de toda redencion, esperarian incorporar por 10 menos la escuela rural primaria directamente a nuevos centros rurales de desarrollo; lugares donde niiios y adultos pue­dan aprender juntos 0 por separado, por las mananas 0

por las tardes, con profesores «acadernicos» norm ales 0

con el funcionario de sanidad local 0 el de extension agricola. Es raro, no obstante, que se piense tanto en el modo en que estas escuelas primarias transformadas de­ben eslabonarse can las escuelas secundarias; quienes estaran preparados para ello y como, y que efecto pro­duciran estas medidas sobre el funcionamiento cotidiano de las escuelas (hay una excepcion en Bennett, 1973).

3. Reorientacion del sistema formal

El tercer grupo de opinion (que se superpone al ulti­mo) es el que piensa que la reform a debe efectuarse den­tro del sistema formal; que con cambios sensatos se pue­de conseguir que la escuela primaria y la secundaria contribuyan de verdad a elaborar un modelo de desarro­llo que trate de llevar hacia adelante a toda la nacion en su conjunto y no simplemente de ampliar una cabeza de puente del sector moderno.

Estas han sido, en realidad las hipotesis de la mayoria de los intentos mas radicales para formar los sistemas escolares en los paises en desarrollo durante los ultimos quince afios. Por 10 menos sabemos algo de como fun­

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cionan esos intentos de reforma. En los tres proximos capitulos daremos un breve resumen de 10 ocurrido en Cuba. Tanzania y Sri Lanka.

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IX. LA REFORMA EN CUBA

CUANDO EL gobierno revolucionario alcanzo el po­der en 1959, Cuba no era un tipico «pais en desarrollo» como los que hemos estado considerando en este libro, al menos en un sentido crucial. No tenia un sistema edu­cativo que se expandiera con una tasa explosiva de ere­cimiento. Las matriculas de primaria eran menores de 10 que habian side; habian descendido de una cifra por en­cima del promedio latinoamericano hacia 1920 al 51 por 100, muy por debajo de ese promedio hacia la mitad de los afios cincuenta (Jolly, 1971, p. 212; Bowles, 1971, p. 479).

La expansion fue uno de los primeros objetivos de un gobierno revolucionario que creia con firmeza en la edu­cacion como uno de los primeros derechos innatos del hombre y como el cimiento de una sociedad nueva; ex­pansion que tenia, antes que nada, el proposito iguaIita­rio de incorporar al cuerpo civico y politico de la nacion a los que habian sido dejados al margen en la sociedad prerrevolucionaria. Educacion masiva fue la consigna: en la campafia de ese dramatico «aiio de la educacion» de 1961 casi todas las escuelas de la nacion cerraron pa­ra que maestros y alumnos pudieran dispersarse por to­do el pais y dar cIases de alfabetizacion. Se dice que las cifras del analfabetismo adulto se redujeron del 24 al 4 por 100 en eI curso de un solo aiio, y esta cima se sostu­vo ofreciendo nuevos cursos a los recientemente alfabe­tizados, los cuales, durante los siete afios siguientes, ele­varon a un tercio de millon la cifra de adultos con el ni­vel educativo equivalente a la graduacion de la escuela primaria (Gillette, 1972, p. 15). AI mismo tiempo, el nu­

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312

XV. IDEAS POSTERIORES: IGUALDAD Y DIVERSIDAD

EN LAS MODEST AS propuestas del capitulo XIII y en las reformas reales del sistema de educacion en China, se hallan irnplicitas algunas hipotesis bastante fundamenta­les acerca de la naturaleza de Ia vida social y la garna de motivaciones humanas que pueden ser movilizadas con fines colectivos. Por mi parte confieso que comparto, como el lector habra probablemente adivinado, una bue­na porcion del confuncianismo romannco del presidente Mao. Permitanme exphcar 10 que quiero decir.

ALGUNAS HIPOTESIS 0 SUPOSICIONES BASICAS

En primer lugar creo que e1 arnor aI saber es una no­ble cosa, que la curiosidad es uno de los mejores instin­tos humanos y que tarnbien 10 son 10 que podemos Ha­mar productividad, creatividad y artesania: el impulso y la capacidad de hacer crecer dos briznas de yerba donde solo crecia antes una, de escribir una novela, de aprove­char la energia de un rio de montana, de resolver un pro­blema tnatematico, 0 elevar en un 5 por IDOla eficien­cia de un radiador 0 de un sistema bancario. Admito, en otras palabras, un grupo de cualidades para las cuales es condicto» previa una inteligencia cultivada.

Una razon por la que considero esas cualidades de­seables es porque creo que ayudan a enriquecer la socie­dad. Estimo que Ia diferencia en la difusion de estas cua­lidades contribuye en sumo grado a explicar la diferen­cia entre rnodelos de desarrollo, por ejemplo, entre Sin­gapur e Indonesia 0 entre Punjab y Bihar. Y puesto que

la pobreza es un gran inhibidor de la felicidad humana, el cultivo y ejercicio de esas cualidades es par 10 tanto importante.

Pero tambien admiro dichas cualidades por ellas mis­mas: son virtudes. Y porque son virtudes, deberian ser su propia recompensa. Insisto en esto porque estimo ne­cesario distinguir entre esta serie particular de cualida­des ligadas a la inteligencia: curiosidad, y creatividad, y productividad, y artesania -cuaHdades que se manifies­tan en actividades autorrealizadoras-, y~ por otra parte, otras cualidades «instrurnentales» que tambien depen­den de la inteiigencia, como la astucia y la capacidad para manipular cosas y personas con objeto de adquirir para uno mismo riqueza, poder 0 prestigio. Con vistas a una discusion posterior, denominemos estos haces de cualidades -0 manifestaciones de inteligencia-, respec­tivamente, con los terrninos desvergonzadamente mora­listas de «autorrealizacion productiva» y «Iogro adquisi­tivo». Para mi esta es una distincion esencial, ya muy glosada en la literatura sobre «rnotivacion del logro» (vease, por ejemplo, McClelland, 1961).

Lo que antecede explica una de mis prermsas de va­lor. Antes de seguir adelante con otras, permitanme es­tablecer una serie de creencias factuales respecto al mis­mo fenorneno: «la inteligencia». Creo que en Ia mayoria de los pueblos la inteligencia, la potencialidad para ia autorrealizacion productiva y para el logro adquisitivo, estadistribuida con bastante desigualdad. Algunas per­sonas son brill antes; otras no tanto. Como el talento musical, 0 la irnaginacion, 0 la paciencia, 0 la perseve­rancia, la capacidad de razonar, y de recordar, y de per­cibir no esta igualmente repartida entre los hombres y las mujeres. En la mayoria de los pueblos las diferencias de dotes dentro del 70 0 el 80 par 100 de la po­blacion que posee un grado medio de estas cualidades

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no es tan marcado como para que las disposiciones so­ciales deban verse muy afectadas por estas diferencias. Pero la diferencia entre los mas dotados de inteligencia -el 2 0 3 e incluso el 5 por 100- y los que estan por de­bajo de la media, es bastante mayor, y produce una gran diferencia en Ia eficiencia de una sociedad y en su poder para crecer en productividad y en su capacidad para vivir en relativa arrnonia, si son los primeros los que vacian los cubos de la basura y los ultirnos los que toman las grandes decisiones 0 viceversa, (Esta ultima idea se llama «elitismo. y generalmente se considera mala.)

Acerca de la perturbadora pregunta sobre el grado en que la dotacion de inteligencia de una persona -diga­mos alrededor de los dieciseis afios en que es probable que tome las decisiones esenciales sobre su carrera y su trabajo- depende de sus genes 0 de su medio familiar y social, no tengo un criterio muy firme. La controversia es apasionada, la evidencia no del todo consecuente y las matematicas integradoras muy complejas', Sin em­bargo, en la medida en que alguien ajeno a ella pueda juzgarlo parece que el peso de la evidencia apoya a los que sostienen que la herencia desernpefia la parte domi­nante. Las reformas mas profundas -incluso la elimina­cion de Ia familia y la educacion de los nifios en ambien­tes identicos- dejarian aun una gama de variacion de capacidades en proporciones importantes (por ejemplo, una variaci6n en puntuaciones del IQ de mas de la mi­tad de las que se encuentran normalmente en las actua­les poblaciones britanicas 0 americanas). Seria todavia

I Vease, por ejemplo: Herrnstein (I973), p. I 17; Jencks (I972), apendice A: Bodmer (I 972), pp. 98-9: Jensen (1973), apendice: Mittler (1971), apendi­ce B; Wiseman (1967),5." parte. Menos inforrnativos, pero ilustrativos de los problemas y de la mayoria de las pasiones involucradas, son: los textos de Rex, Swift y Daniels y Houghton en Richardson y Spears (1972); Tort (1974); Mer/lie (1975); Muel (I975).

314

cuestion de saber quienes habrian de ser mozos de esta cion y quienes controladores del traflco en las estaciones del ferrocarriI.

Pero la cuestion de saber en que proporciones la he­rencia y el ambiente determinan que la inteligencia se utilice para la autorrealizaci6n productiva 0 para el 10­

gro adquisitivo, es muy diferente. Sabiendo que las va­riables de la personalidad tienen coeficientes de hereda­bilidad mucho mas bajos que las variables de capacidad mental (Mittler, 1971, p. 109) podemos deducir:

a) que el grado en que esta «direccionalidad» de la inteligencia queda determinada en el nacimiento es muy pequefio; el ambiente es mucho mas importante;

b) que la escuela puede ser un determinante tan im­port ante como la familia, dependiendo de toda clase de variables, pero principalmente del tiempo relativo pas a­do en cada ambiente y la explicitud de los esfuerzos mo­deladores del caracter en cada uno (ver p. 36 para el punta de vista de que la escolarizacion orientada hacia las calificaciones es mala precisamente porque conduce al logro adquisitivo autointeresado mas que a la auto­rrealizacion productiva);

c) pero que Ia posibilidad de cambiar esta «direccio­nalidad» mediante influencias ambientales empieza a disminuir rapidamente hacia la mitad de la adolescencia. En otras palabras, no es probable que resulte muy util proporcionar una educacion universitaria que estimule y ensanche en forma autentica la mente a personas que han sido condicionadas, en sus dace aiios de escolariza­cion previa, a aprender solo con objeto de ganar.

DESARROLLO SOCIAL Y DISTRIBUCION

DE LA INTELIGENCIA

Hasta aqui quedan establecidos algunos conceptos de

315

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la hipotesis en que se basara esta discusion, Ahora va­ el valor y la agresividad, y las reglas del juego perrnitcn mos a un segundo grupo de proposiciones referentes ala que el baron mas despiadado gane, puede muy bien con manera en que 1a distribucion de 1a inteligencia puede servar su poder sin que sus retadores 10 pongan a prue­variar en distintos tipos de sociedad. ba con demasiada frecuencia. Una sociedad que admira

EI primer pun to, bastante obvio, cs que cuanto mas sobre todo el talento mistico y poetico, y amontona po­sofisticada tecnologicarnente sea Ia sociedad y mayor la der y riquezas en sus bardos y druidas, sera igualmente difusion de la educacion, mas visibles seran las diferen­ estable. I cias de capacidad entre los hombres. Las diferencias de EI problema empieza en la familia. Una vez que un

I Italento musical 0 de facilidad para calcular se advierten estado legal queda establecido. los hombres de rango mucho menos en esas sociedades mas sencillas donde el mayor tratan de pasarselo a sus hijos, La situacion se unico instrumento es la voz humana y donde solo se em­ vuelve hereditaria. Eso aumenta eI problema de la legiti­plean los nomeros para contar ovejas, que en una socic­ midad porque es posible que el hijo del baron no sea va­ I,

IIIdad administrada por computadoras y modelos de deci­ ronil y valiente y lider de hombres, ni el hijo del bardo sion multiples. tenga mucho talento poetico 0 sensibilidad mistica.

Sin embargo, hay forrnas para que las sociedades de Y, en forma concomitante, cuanto mas compleja tee­nologicamente se vuelve una sociedad, mas depende su situacion hereditaria desigual puedan conservarse esta­supervivencia de colocar a sus miembros con mayor ta­ bles. La pompa y las circunstancias pueden cubrir mu­

chas deficienciasen la actuacion. Una divinidad puede lento en los puestos que exigen mayor inteligencia. Y es­proteger a un rey de tal modo que la gente ordinaria to tiene sus consecuencias en el orden establecido y en

su legitirnacion. bese la orla de su tunica sin advertir nunca sus pies de

La division del trabajo en toda sociedad, como sefialo arcilla. 'IUna segunda forma de resolver el problema es porhace tiempo Mencio, uno de los mejores confucianis­

tas, irnplica autornaticamente diferencias de poder y medio de la educacion. Las clases mas bajas pueden contar con muchos hombres de talento potencialmente prestigio. Las diferencias en la distribucion de cualquier

bien estirnado de cualquier clase, sea prestigio, 0 rique­ superior, pero si la oportunidad de aprender citas en la­ )

tin se concede solo a los de alta alcurnia, se puede asfi­zas, 0 esposas, necesitan ser legitimadas de un modo u otro si Ia sociedad ha de ser estab1e (y esto significa que xiar eficazmente cualquier peligro de que los arribistas

desarrollen pretension de convertirse en estadistas, Si los es probable que los que tienen mas que perder busquen hijos del labrador nunca tienen la oportunidad de apren­deliberadamente alguna razon que justifique su mayor

participacion a fin de no perderla). der los misterios de la medicion pueden llegar al cemen­No tienen que esforzarse mucho (Ia legitimacion se terio de Sil aldea «rnudos y sin gloria-" sin saber nunca

produce semiautornaticamenre) cuando las cualidades distribuidas desigualrnente, y que son admiradas de ma­nera mas intrinseca par la sociedad, son las que le con­ * De la poesia de Thomas Gray Elegy written in a country ducen a uno a la cima. Si la sociedad admira sobre todo churchyard (Elegia escrita en un cementerio rural), 1751. (N. del E.)

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cuanto se les ha engafiado, Y si al mismo tiempo se manda a los hijos de los comerciantes a escuelas que les ensefian a ser mejores comerciantes, y a los hijos de los campesinos a escuelas donde les ensefian a ser mejores campesinos -es decir, mas diligentes, leales y obedien­tes-, el problema de la estabilidad tiene un largo camino hacia su solucion.

Para esto es para 10 que se utilizaban principalmente las 'escuelas y las universidades en las sociedades tradi­cionales de Europa y del este de Asia. Pero a medida que estas sociedades se industrializaban las cosas tuvie­ron que cambiar. Se creaban de continuo nuevas ocupa­ciones que requerian nuevos conocimientos. En una 80­

ciedad menos rutinaria y siempre cambiante, el gobierno y la administracion requerian mas decisiones nuevas en nuevas situaciones. La ineficiencia se notaba mas: los conocimientos requeridos iban mas alla de la capacidad de los menos dotados de las clases superiores heredita­rias, para hacerlos minimamente competentes. Las ba­rreras de clase se hicieron mas fluidas: al principio por­que gente de niveles bajos encontro la forma de ganar mas dinero que aquellos que simplemente habian here­dado sus elevadas posiciones; y mas tarde porque algu­nos de elIos, bien dotados de talento natural, adquirieron conocimientos y especializaciones que les dieron un de­recho innegable a reclamar posiciones medias y altas en la sociedad. Las naciones en competencia empezaron a acelerar este proceso porque sus gobiernos veian la ne­cesidad de «movilizar los talentos de la nacion».

Y estos carnbios sociales conducian simultaneamente, a traves de procesos que seguian siendo misteriosos in­cluso para gente como Tocqueville, que tan habilmente describio la tendencia a un igualitarismo creciente; una tendencia en aumento que iba a cuestionar y resentir cualquier desnivel de poder, y prestigio, y riqueza que

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no estuviera justificado por difercncias uhvi;\C; dt, <11.dl

dades personales 0 de funciones sociaies. Por tanto, las sociedades industriales modernas y las

sociedades que pretenden convertirse en modemas e in­dustriales, tienen que lograr un dificil equilibria: tienen que conciliar de algun modo tres requisitos que no son

facilmente compatibles:

i) la necesidad de situar a las personas mas ca­paces en las tareas mas exigentes, incluyendo: a) la necesidad de identificar a esas personas, Y b) la necesidad de motivarlas a fin de que se preparen para ocupar Y desempenar esos trabajos;

ii) las exigencias del igualitarismo; iii) la limitaci6n inevitable de una forma de

igualdad; es decir que los que desempenan las ta­reas mas exigentes recibiran una participacion mayor de un bien muy estimado, el «paden>, Y rambien el prestigio inherente a este.

En general los soci61ogos hablan en forma figurada cuando dicen «la sociedad debe asegurar...», «la socie­dad debe conciliar.v.», y en consecuencia adquieren ma­la fama hablando como si asumieran una especie de vo­luntad colectiva cuya existencia rechazarian rapidamen­te al verse desafiados. Perc aqui estamos hablando de asuntos que estan sujetos cada vez mas a la decision co­lectiva. A medida que las [nerzaa del mercado crecen mas atenuadas en las sociedades industriales -0 no apa­recen en las que se encuentran en vias de desarrollo-, a medida que el establecimiento de la politica de rentas se parece mas y mas a la logica inexorable de la historia, el equilibrio entre esas tres fuerzas se presenta cada vez mas como un asunto para una decision politica central debatida. l,Como ha de ser dicha decision?

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320

"1 EL MUNDO PECADOR Y LA UTOPIA CONFUCIANA

Esencialmente, si se quiere, el problema debe encon­trar una «redefinicion de igualdad» aceptable, 10 que Bell llama, sin duda con razon «el problema central de valor de la sociedad posindustrial» (Bell, 1974~ p. 425). Contribuira mucho a aclarar la discusion, el que contra­pongamos dos patrones tipico-ideales, dos metodos para lograr la resolucion de estos requisitos en conflicto. El primero, el metoda del mundo pecador, es mas 0 menos nuestro actual sistema social basado en la hipotesis del Pee ado Original. El segundo, el metodo utopico y romantico confuciano, esta basado en la hipotesis de la Virtud Original.

Los elementos basicos del primero, el metodo del mundo pecador, son:

i) la seleccion social en parte a traves del traba­jo pero cada dia mas a traves de pruebas de cono­cimiento en la escuela;

ii) la relacion de otras recompensas can el po­der de modo que, a la larga, los que desempefian las tareas que exigen mas inteligencia, tambien ad­quieren mayor renta y prestigio, asi como mayor poder que otros;

iii) la motivacion a las personas para que com­pitan por los puestos superiores a traves de esta distribucion diferenciada de riqueza y prestigio, ademas de poder, dirigiendo de esta forma la inte­ligencia hacia ellogro adquisitivo, mas que hacia la autorrealizacion productiva;

IV) la satisfaccion de las exigencias del igualita­rismo: primero haciendo que las oportunidades para competir en la carrera hacia la cima sean 10 mas iguales posible; segundo, justificando las re­

cornpensas snperiores de los triunfadores por me­dio de criterios que~ aunque sean ambiguos, pon­gan el mayor enfasis en el esfuerzo realizado para superar los obstaculos selectivos «(...) en el nivel profesional por 10 menos, el tr abajo concienzudo es una condici6n necesaria para el exito y C..) si una igualdad aproximada de oportunidades ha permitido que una persona sc adelante mas que otra, ha ganado la recompensa desigual -ingre­sos, status, autoridad- que acornpafia al exito»; ibld., p. 432-433); tercero, reduciendo gradual­mente el pape! de la riqueza heredada y de los in­gresos no ganados en la determinacion de la dis­tribucion de la renta, y cuarto -una precondici6n para las otras tendencias igualitarias-', estable­ciendo varias formas de control democratico que institucionalizan el concepto de la «igualdad de condicion» de los ciudadanos tanto en el campo politico como en el industrial, y someten de hecho a los que taman decisiones, aunque sea de una manera muy indirecta, a algunas medidas de con­trol emanadas de las personas cuyas vidas son afectadas por sus decisiones.

En contraste, los elementos del sistema utopico son:

i) la se1ecci6n~ igualmente, a traves de la expe­riencia del trabajo; pero, en la rnedida en que esta sea insuficiente (como en la distribucion inicial de las oportunidades de carrera), a traves de pruebas de aptitud que explicitamente reconozcan que las dotes desiguales de inteligencia y otras cualidades deseables son, si no enteramente Innatas. par 10 menos ineluctables en la media adolescencia, cuando tienen lugar esos procesos iniciales de se­

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1 Ieccion: es decir, que reconozcan que dichas dife­ pensatorias» (Rawls, 1971, p. 124). Como Harry rencias relativas no pueden reducirse a traves del Johnson, a quien poeos tildarian de confuciano esfuerzo en cursillos cortos de preparacion 0 me­ rornantico, dijo en una ocasion en forma mas di­diante intentos de empollar para un examen; recta: «Si la pobreza y la desigualdad se conside­

ii) el divorcio entre las recornpensas de poder y ran problemas, debemos reconocer que los mas las demas recompensas (de riqueza y prestigio); pobres de nosotros y el que merece mayor ayuda

iii) la motivacion a las personas para que ocu­ de sus congeneres, es aquel a quien la naturaleza pen los puestos dificiles creando un clima social olvido dotar de cerebra, y que la manera de com­en que el desempefio con exito de estos puestos se pensarle es... darle mas dinero en vez del cerebra considera como una recompensa en si mismo, un que Ie falta.. (Johnson, 1972, p. 289.) cIima social que por 10 tanto encauce Ia inteligen­cia hacia la autorrealizacion productiva y hacia el Si la primera fuerza universal impulsora del primer ti­cumplimiento del deber social, mas que hacia el po de sociedad es el propio interes, el segundo tipo inten­

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logro del prapio interes. ta movilizar, al menos entre los que desempefian las ta­ I"

IV) la satisfaccion de las exigencias del iguaIita­ reas sociales mas importantes, una fuerza motivadora rismo: primero, en la forma en que otras loterias distinta: la que puede describirse como una version mas

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ill'11,j""IIla satisfacen, insistiendo en el elemento suerte en moderna y algo mas modesta del noblesse oblige 0 de la la distribucion del talento; segundo y tercero, me­ virtud confuciana torpemente traducida par los terrninos diante la misma elirninacion que en el «mundo pe­ «bondad» 0 «benevolencia». No es, sin embargo, la cad or» de la riqueza heredera y de los mecanis­ suerte de haber nacido en deterrninada posicion 10 que mos del control democratico, y cuarto, mas cIara­ se cree que trae consigo obligaciones, sino la suerte de mente, no permitiendo deIiberadamente que las haber nacido can el paquete de genes conveniente y en el distribuciones de poder, riqueza y prestigio coinci­ ambiente familiar estimulante que nos permita utiIizar­dan: pagando a los barrenderos mas que a los los al maximo. Los que Began a los primeros puestos no profesores y a los funcionarios civiles. Esto es son estirnulados a reclamar privilegios porque los mere­consecuencia naturalmente del valor dado al ele­ cen ni porque los han ganado con sus esfuerzos; mas mento suerte en la distribucion del talento. Como bien deberian sentirse humildemente agradecidos porque sefiala Rawls: «Nadie merece una mayor capaci­ el «destine» les ha «Ilarnado» a desempefiar trabajos in­dad natural ni merece un lugar inicial mas favora­ teresantes y que valen la pena. ble en Ia sociedad» (la cursiva es rnia), y en conse­ Hay diversas razones por las que yo preferiria la se­cuencia el sistema social deberia garantizar «que gunda a la primera clase de sociedad. Se deduce, en pri­nadie obtenga beneficios 0 perdidas debidos a su mer lugar, de 10 que he dicho ya acerca de la «autorrea­lugar arbitrario en la distribuci6n de dones natu­ lizacion productiva» como opuesta al «lagro adquisiti­rales 0 a su posicion inicial en la sociedad, sin ha­ vo». Una sociedad en que las personas tratan de hacer ber dado 0 recibido a cambio las ventajas com- bien un trabajo porque, si 10 hicieran mal, no estarian

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satisfechas consigo mismas, me parece a mi una socie­dad mejor que aquella en que las personas trabajan s610 can vistas a recompensas extrinsecas. Generalmente re­conocemos todo esto en casos extremos con nuestras historias repugnantes acerca de los medicos norteameri­canos que averiguan los medics financieros de un pa­ciente antes de realizar una operacion de urgencia; y sin embargo la rnayoria de nuestras disposiciones sodales se basan sabre la idea de que s610 los incentivos de dine­ro, poder ° prestigio pueden hacer que las personas usen su talento en beneficia de la sociedad.

Segundo, una sociedad basada en estos principios tendra con toda probabilidad un sistema escolar que proporcione una educacion autenticj; mas que un ejerci­cio de comnetencia en saltos de obstaculos con vistas a las calificaciones, y esto me parece en si mismo la sefial de una sociedad buena, completamente aparte de sus consecuencias rarnificadas.

Tercero, me parece una sociedad mas justa. He con­fesado mi admiracion por ciertas cualidades Iigadas con la inteligencia, Pero tambien adrniro las cualidades de compasion que producen trabajadores sociales pacien­tes y carifiosos y buenos maestros de nifios subnorrna­les, la creatividad del artista y del musico, la conciencia y artesania de los que hacen bien los trabajos sencillos, el valor del soldado 0 del pacifista que defiende su convic­cion minoritaria contra una sociedad hostil, No parece que los modelos de recornpensas monetarias que preva­lecen en la rnayoria de las sociedades correspondan a ningun criterio de equidad aceptable. Los trabajos que se consideran mas importantes y mejor pagados son tambien, en su mayor parte, los trabajos mas interesan­tes, los que ofrecen mayores oportunidades de autorrea­lizacion. ~Por que las personas que tuvieron suficiente suerte en la loteria de talentos y oportunidades para

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conseguir los trabajos mas interesantes -muchos de los cuales por su propia naturaleza les dan tambien mucho poder- habrian de esperar ademas que se les afiadan ri­quezas?

Y, cuarto, porque una sociedad asi haria menos pOI' cultivar el egoismo, y porque la variedad de recompen­sas estimadas se distribuirian de modo mas equitativo, cree que dicha sociedad (aunque hay consideraciones en contrario, vease mas adelante) tiene una mayor oportu­nidad de conseguir el tercer ideal de la Revolucion fran­cesa: la fraternidad. Deberia ser una sociedad mas co­operativa y menos dividida, permitiendo ala vez, porque reconoce explicitamente la diversidad de las dotes hu­manas, esa variedad de gustos y estilos de vida que los adversarios del igualitarismo (pOI' ejemplo, en todos los debates acerca de la escolarizacion total) afirman que sedan sacrificadas por cualquier concesion a sus defen­sores.

l,HASTA QUE PUNTa SERIA VIABLE EL «MUNDO PECADOR»?

Dejando aparte estas evaluaciones morales, puede sostenerse con razon que nos veremos forzados a adop­tar los arreglos sociales del tipo utopico confuciano ya que la alternativa -nuestro actual sistema convencional de asignar empleos y de motivar y recompensar el traba­jo- se esta volviendo cada vez mas ineficaz a causa de tres fuerzas en apariencia inexorables en las sociedades industriales modernas: el corporativismo, la riqueza ere­ciente y el igualitarismo.

Hablemos primero del corporativismo, entendiendo por tal una tendencia estructural mas que una ideo­logia, y una tendencia hacia 10 que Harris (1972) llama­ria corporativismo pluralista mas que estatista: la ten­

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dencia creciente a que la economia y la organizacion sean modeladas de acuerdo con los tratos hechos por grupos corporativos poderosos, mas bien que por el pe­so acumulativo de las decisiones de los individuos en los mercados y las urnas electorales. Quiza el nombre mas viejo de este proceso, burocratizacion, es aim mas ade­cuado.

La hipotesis de los econornistas politicos clasicos y de sus sucesores neoclasicos ha sido siempre que el bienes­tar social queda bien servido estimulando la capacidad adquisitiva; a traves de la mana invisible del mercado, los esfuerzos autodirigidos del individuo se encaminan al bien comun, y cuanto mayor sea la capacidad producti­va del individuo, rnayores seran su recompensa y su aportacion al bienestar de la sociedad. Esta disciplina de mercado funciona aim para el peluquero y para el duefio del pequeiio restaurante; y tal vez en forma indirecta pa­ra los que trabajaban en compafiias que producen para un mercado competitivo. Pero una proporcion cada vez mas alta de puestos de trabajo no se encuentra sujeta a a dicha disciplina. Cada vez trabaja mas gente en los servicios del gobierno, la educacion, la medicina nacio­naliz ada y tam bien en cornpafiias de negocios, burocra­ticamente organizadas y oligopolicas.

Puede haber, claro esta, mecanismos equivalentes dentro de esas organizaciones, que encaucen la ambi­cion adquisitiva individualista en bien de los fines de la organizacion: sistemas de incentivos materiales y desin­centivadores, La busqueda de «sistemas tan perfectos que nadie necesite ser bueno» ha sido infinita; desde los adversaries legalistas de los confucianos en la China clasica que daban prioridad a la Ley, no ala Moralidad (Waley, 1956, p. 155), hasta los que deseaban emprender «el camino capitalista» en oposicion al presidente Mao; desde los administradores cientificos tayloristas hasta

los disefiadores sovieticos de planes de incentivos mate­riales y la doctrina gerencial de McKinsey de centros de beneficios contabilizables. Pero en ultima instancia la eficacia de esos sistemas depende de que a alguien le preocupen de verdad. Debe haber dentro de la organiza­cion bastantes personas «buenas» que puedan trabajar par su autorrealizacion productiva can un sentido del deber mayor que el dellogro adquisitivo personal. De 10 contrario, las reglas de los planes de incentivos se esti­raran , y el «desplazamiento de las metas» convertira a la organizacion en una conspiracion para perseguir los intereses individuales a corto plazo de sus miembros. La mejor administracion civil se encuentra en los paises donde esas actitudes concienzudas y responsables frente al trabajo prevalecen mas, no en los paises donde los sistemas de incentivos estan trazados con la mas me­ticulosa ingenuidad. Son en general los paises de Euro­pa y de la esfera cultural confunciana en donde las tra­diciones educativas mas antiguas que valoran el conoci­miento por si mismo 0 par su aplicacion practica aim tienen cierta fuerza y aim sostienen los ideales del traba­jo por la autorrealizacion productiva,

Pero la paradoja del proceso de burocratizacion es es­ta: la tendencia misma hacia la burocracia -que, debili­tando la disciplina de mercado, hace de esas «actitudes interiormente dirigidas» una condicion previa necesaria para la eficiencia social- aumenta tarnbien la importan­cia de las calificaciones escolares, desvia imperceptible­mente a las escuelas de la educacion autentica y las con­duce al ritualismo de la consecucion de calificaciones y a la busqueda personal de un empleo (hacia ellogro de los certificados nccesarios para conseguir empleos, mas que hacia el conocimiento necesario para desempefiar­los) y asi prepara a los hombres, cada vez mas, para la autorrealizacion adquisitiva mas que para la autorreali­

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zacion productiva. Y, como se ha sostenido en el capitu­lo VI, los paises en desarrollo , cu ya pobreza provoca una mayor ne cesida d de funcionarios civiles y adminis­tr adores eficientes y entregados , estanya pOI' diversas raz on es mu y adelantados en este camino: sus escuelas incluso mas dedicadas a con seguir cali ficac iones, y su adrni nistracion civil y sus entidades estat ales mas pobla­das par qu ienes buscan su propio interes, gozando de prebendas a costa de la comunidad, sin que se turben mu cho sus conciencias.

Si el corporativismo tiene significado principalmente par a la motivacion lab oral de administradores y profe­sionales, la segunda tendencia, la de una mayor atluen­cia, afecta a la motivacion de la masa , mucho mayor, de quienes ocupa n empleos rutinarios subordinados. La mayor afluencia, combinada con el crecimiento del igua­litari smo y el colectivismo estatal, lIeva al establecimien­to de las polit icas de plen o empleo y a un gasto minimo de ben eficencia; el temor al despido, a la pobreza y al hambre, pierden su eficacia como medio para provocar el esfuerzo . Lo mismo ocurre con los incentivos materia­les positivos cuando significa n la diferencia entre conse­guir el televisor este afio 0 eI qu e viene, y no entre comer carne el fin de seman a 0 arregla rselas con un pedazo de pa n untado en sa lsa. En con secuencia, una proporcion mucho mayor de la fuerza laboral asciende la escala en la j erarquia de necesidades de Maslo w, y puede per­mitir se el lujo de preocuparse por las sa tisfacciones intrinsecas de su trabajo, par las oportunidades de auto­rrealizacion, el resp eto y la integracion en la so ciedad. Los intentos en las fabricas de a utomoviles de Suecia y Est ados Unidos para respo nder a est as nuevas necesida­des disefia nd o de nu evo las lineas de montaje, sacrifi­cando la eficiencia taylorista a fin de brindar a los hom­bre s m ayo res oportunidades de extraer satisfaccion del

tr abajo mismo, son pequ efios avisos, indicaciones de que la hipotesis de que una sociedad pu ede funcionar simplemente basada en los motive s del intere s adquis iti­vo del indivi du o no pu cde ya ser aceptada.

Y, tercero, la tendencia igual itarista ataca a .la vez la estructura de las recorn pensas diferenciales que se pens o siempre qu e el sistema requeria, y la estr uctura de auto­ridad que va con ella. La explic acio n del crecimiento del igualitarismo resulta dificil, Bougie estaba probabl ernen ­te en la verdadera pista (Bougie, ! 90 1) cuando 10 vic co­mo con secuencia de la mayor diferenciacion de la orga­nizacio n social, y de los roles sociales , y de la cre ciente diversidad del status social en las sociedades modernas, en comparacion con sistemas mils monoliticos en las so .. ciedades tradicio n ales ca paces de man te ner en vigor y legitimar la division total entre gobe rnantes y goberna­dos . Pero, sea cu al fuese la explicacion, 11'1 tendenc ia no se puede recha zar. Incl uso si vacilaramos en unirnos a Tocqueville y vel' en ella «un signa innegable de II':. vo­luntad de Dios » (To cqueville, 1954, p, 7) resulta dificil de safiar sus te sis aeerea de su natur aleza «predestina ­da» e inexorable. l,Sera quiza pruden te, pregunta Toe­qu eville, «el imaginal' qu e un movimien to soci al CUYi:l.S

causas se remo ntan tan lejos puede ser frenad o por los esfuerzos de una generacion", l,puede creerse que la de­mocracia qu e ha derrocado a l sistema feuda l y der rota­do a los reyes retrocedera ante comerciantes y capitalis­tas?» (ihid., p. 6) i,O - podemo s anadir- ante los me­ritocratas de elevados salar ie s?

En realidad , en este siglo, a medida qu e el igualitari s­mo ha cobrado fue rza (con el igualit arisrno culpable de ­los-qu e-tienen engrosando la marea del igualitarisrno envid ioso de-lo s-que-no-tienen) , su at aque ha pasado de los «capitalist as» y de la concen trac ion en las desigu al­dades de la riqueza, a otras for mas de desigualda d an­

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tafio aceptadas sin discusion. A medida que una propor­cion creciente de la renta personal deja de ser renta no ganada 0 beneficio, y las diferenciales en salarios y suel­dos constituyen una fuente cada vez mas importante de las desigualdades de renta, ha crecido la demanda de compresion de estas diferenciales, una demanda que el movimiento obrero organizado es cada vez mas capaz de reforzar. El grado a que ha llegado esta tendencia es materia de mucha discusion; hasta donde llegara es algo problernatico, pero la tendencia a largo plazo es bastan­te clara. Y hay inc1uso buenos motivos para esperar que se acelere.

«A medida que las disparidades han aumentado, a medida que la democracia se ha hecho mas tangible, las esperanzas de igualdad han aumentado aun mas deprisa, y las personas hacen comparaciones mas odiosas ("es posible que la gente sufra menos pero su sensibilidad esta exacerbada"), fenorneno conocido ahora cornunmente como "efecto Tocqueville". La re­volucion de las esperanzas crecientes es tarn bien la revolucion del resentimiento creciente.» (Bell, 1974, pagina 451.)

La consecuencia importante para el mundo pecador es que, a rnedida que las diferencias entre rentas gana­das disminuyen, los incentivos materiales que se supone motivan a las personas para prepararse con vistas a de­sempefiar los trabajos mas dificiles que requieren niveles mas altos de inteligencia y otras cualidades poco fre­cuentes, se han vuelto 0 llevan camino de vol verse me­nos eficaces; es probable que la autorrealizacion del in­teres adquisitivo no funcione ya como motivador eficaz en la misma forma de antes.

Otro aspecto de la tendencia igualitaria es la creciente inclinacion a no aceptar la autoridad sin discusion, Si

comparamos a los britanicos de 1975 con los de 1925 en todas las esferas de la sociedad -en la industria, la politica, el ejercito, las universidades, las escuelas, la fa­milia- veremos que el peso de la autoridad de aquellos que ocupan posiciones superiores, se ha debilitado; se puede esperar en mucho menor grado la obediencia autornatica (y, naturalmente, el cambio en las instituciones formativas, la familia y la escuela, refuerzan el cambio en otras esferas). En la industria, la direccion se ve obli­gada cada vez mas a pasar de las formas de adrninistra­cion par derecho divino a la administracion constitucio­nal. Los que ocupan posiciones de autoridad han de ex­plicar y consultar mas cada dia si sus decisiones han de recibir el consentimiento de sus subordinados. Ese con­sentimiento es mas dificil de obtener cuando existe la no­cion general de que el motivo do min ante del trabajo es la ganancia adquisitiva personal; por mucho que el di­rector dernuestre una cornpetencia tecnica superior, es probable que perdure la sospecha de que sus decisiones estan encaminadas a sus propios fines personales, no a las metas compartidas de la organizacion, Solamente donde existe la idea general de que los que tienen em­pleos interesantes y responsables asumen en realidad una actitud res ponsable y estan empeiiados en hacer un «buen trabajo» como fin en si mismo, es posible crear 10 que Fox ha Hamado recientemente una situacion de «al­ta confianza» (Fox, 1974), en la que la competencia tee­nica demostrada se acepta por sus propios meritos y las decisiones de los que poseen dicha competencia son re­cibidas sin gran suspicacia.

Dos UTOPIAS MAS

Hay entonces algunas razones para pensar que la utopia confuciana romantica no es, 0 no resultara en el

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futuro, demasiado irreal. Al menos puede rec1amar un realismo mayor que otras dos formas de utopismo roma.ntico que estan mas ditundidas.

La primera es el romanticismo del paraiso: posindus­trial, la creencia de que, de una U otra forma, «el proble­ma de la produccion sera resuelto». Optaremos todos par el crecimiento cera; el R&D cesara; las maquinas chorrearan abundancia; todo el mundo practicara auto­rrealiz acion sin preocuparse por ningun requisito social para que el sistema siga funcionando; el gobierno, la educacion, la cirugia cardiaca, todo podra ser reducido a tareas de rutina cuya carga sera compartida de forma mas 0 menos igual sin prerneditacion. La necesidad odiosa de clasificar y seleccionar personas, de emparejar los talentos con las funciones sociales, desapareceria. Podrernos, como predijo Marx en 1a Ideologia alemana, «cazar par la manana, pescar por la tarde, criar ganado par la neche, criticar despues de la cena, de acuerdo con nuestra inclinacion, sin volvernos nunea cazador, pesca­dar, pastor 0 critico».

Esta vision queda reflejada en Aprendiendo a ser, de la UNESCO, el gran manifiesto educativo que se supo­nia iba a ayudar al genera humane a aprestarse para la lucha y penetrar con la cabeza alta en el siglo XXI. Des­pues de deplorar, en terrninos que solo podemos aplau­dir, los males educativos y sociales de los metodos meri­tocraticos de separar las ovejas superiores de las cabras inferiores, sigue diciendo: «Continua siendo verdad que, en interes de lasociedad, se suele seleccionar usualmen­te a sus miembros mas capaces para desempeiiar tareas dificiles 0 responsables», y concede que este principia es muy valido en los paises en desarrollo con «su necesidad mas urgente de ejecutivos formados en economia y ad­mmistracion»: sin embargo, «este estrecho concepto de las capacidades humanas y de la relacion entre el indivi­

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duo y la sociedad puede, debe, y en cualquier caso sera superado» (Faure, 1972, p. 76).

Puede, debe y sera; la prediccion es fuerte. La estruc­tura econornica de esta sociedad ideal futura, queda, ay, sin explicacion,

El segundo tipo de romanticismo es hoy mucho mas cornun: es esa forma particular de romanticismo iguali­tario que niega la importancia de las diferencias huma­nas innatas. De nuevo Aprendiendo a ser nos propone su solucion contra la carrera competitiva del examen: la educacion reiterada, la educacion permanente:

«Una vez que la educacion se haee continua, las ideas respecto a 10 que es exito y fracaso cambiaran. Un individuo que falle a una edad y un nivel deterrnina­dos en el curso de su carrera educativa, tendra otras ill! oportunidades. Ya no se vera relegado para toda la vi­ II

da en el ghetto de su propio fracaso.» (IMd., p. 77.)

En resumen, nadie es tan tonto que no pueda ser me­dico 0 fisico nuclear si sigue tratando de serlo. Como un viejo educador optimista dijo en el J apon del siglo XVIII, algunas personas pueden caminar de Edo a Kyoto en quince dias, algunas en cuarenta e incluso en mas tiem­po, perc todo el mundo llega alIi por fin. En la sociedad britanica de hoy resulta cada vez mas dificil discutir las diferencias de inteligencia. Palabras como «pool of abi­lity» apenas pueden pronunciarse excepto con ironia, 0

entre comillas que piden disculpas, Es un tema eludido excepto por hombres como Keith Joseph que estan or­gullosos de ostentar una etiqueta de «derechas», 0 por hombres como Eysenck, que no pueden abstenerse de epater les naifs. Y cuando se observa el comedo doble pensamiento de esos igualitarios de la clase media que subliman la sensacion culpable de no merecer sus privi­

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legios, en una indignacion generosa contra las iniquida­des del sistema clasista y social, sin el cual todo el mun­do podria ser comodamente de la clase media como ellos; entonces se alegra uno un poco de que este cerca un Eysenck para tom aries el pelo. Claro que no estan, par su parte, desprovistos de razon, Si, como en el ki­butz israeli, la familia quedara eventualmente abolida y los nifios fueran educados en instituciones publicas, la situacion seria diferente, per a (vease antes p. 314) no tanto como para que la cuestion de quien vacia el cuba de la basura y quien construye las centrales nucleares pierda su importancia.

Asi que entre las diversas formas de utopismo roman­tieo considero que la que he Hamada confucianismo (y a la que hubiera llamado sin duda platonismo si hubiera tenido una educacion occidental en vez de una educa­cion china clasica) es la mejor. Claro que Confucio no tiene toda la razon, parque esos confucianos moralistas que querian que la sociedad fuera dirigida por la bon­dad, par esas personas que trabajaban par su autorreali­zacion y par un sentido.del deber social, no eran par­ticularmente explicitas (en realidad, aun menos que Platon) en sus demandas de igualdad de rentas, ni eran muy precisas respecto a de donde procedian esos «hom­bres superiares» a como surgian, Correspondio a las sinceras y puras hijas de la clase media de los cuadros «revolucionarios» de la cuarta clase del Tercer Curso Superior de la Escuela Media num. 1 de muchachas de Pekin el Ilevar esas ideas adelante. Llenas de culpabili­dad ante sus privilegios, odiando a sus padres par no ser autenticos trabajadores-eampesinos-o-soldados y ar­diendo en la urgencia de unirse a la lucha par la produc­cion, hombro can hombra can los campesinos en los campos de arroz, e inspiradas sin duda par la seguridad previa de la aprobacion del Gran Timonel, pusieron al

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dia la doctrina e insuflaron en ella el fuego autentico, ra­dical, igualitario. Sin embargo, el problema de la moder­na version china de la doctrina esta precisamente en la naturaleza romantica de su igualitarismo que complica enormemente el asunto de la seleccion social. La impor­tancia de las diferencias de capacidad innatas es abier­tamente rechazada; par 10 tanto, se suprimen las prue­bas explicitas de aptitud, y los juicios de potencial inte­lectual han de efectuarse sub rosa. Los unicos principios de seleccion manifiestos son, primero, el privilegio ads­criptivo del nacimiento en una familia de campesinos­trabajadores-soldados y, segundo, la pureza revolucio­naria. La definicion de esta ultima es un problema ob­via. Uno espera que el «amor a China» signifique 10 bien que se desempena el trabajo y la demostracion de ser, mediante las propias obras, un miembro uti! de la co­munidad. Uno feme que ese amar se mida con demasia­da frecuencia can la santurroneria Y la volubilidad can que se suele denunciar el error y proclamar la virtud.

LAS FALLAS DE LA UTOPIA CONFUCIANA

Pero ya es hora de considerar las objeciones obvias a la teo ria confuciana. La mas obvia es tambien la mas fundamental: ningun orden social basado en la hipotesis de la Virtud original funcionarta, porque precisamente el hombre no es originalmente virtuoso. Entre las princi­pales ideologias de nuestro tiempo, la premisa comun del marxismo y de la economia neoclasica es la hipotesis de que, en grado abrumador, el motivo mas fuerte de la actuacion humana, en todas las sociedades htstoricas conocidas, ha sido la prosecucion del interes material personal; a 10 que los neoclasicos. si no los marxistas, anadirian que siempre ha de ser asi. De igual modo, la tearia funcionalista de la estratificacion social sostiene

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que una jerarquia social en que exista una coincidencia entre la gradacion del poder, el prestigio y la renta es un rasgo universal en todas las sociedades; solo asi puede la sociedad motivar a los que son capaces de desem­pefiar puestos dificiles y responsables, y de emprender la costosa tarea de prepararse para aceptarlos. La expe­riencia de las sociedades comunistas se cita con frecuen­cia como decisiva: una encuesta reciente concluye que «las medidas tempranas que buscaban la nivelacion ge­neral de las rentas no han perdurado mucho porque las restricciones de la economia y la eficiencia tecnica han requerido diferenciales mas arnplias» (Lane, 1971, pagi­na 132; vease tarnbien Bell, 1974, p. 450).

Los economistas insisten en que el crecimiento de la burocracia ha constrefiido solo ligeramente y no ha alte­rado fundamentalmente las fuerzas que modelan las re­compensas del trabajo. Las escaseces relativas seran siempre la deterrninante importante y abrumadora. Da­da una demanda igualmente fuerte de la sociedad, esos empleos que requieren talentos que solo una minoria di­min uta po see, exigiran salarios mas altos que los em­pleas para los cuales se puede formar casi cualquiera. Solo cuando la disposicion a vaciar cubos de basura se haga tan escasa (en relacion con la necesidad de barren­deros que tiene fa sociedad) como la capacidad de en­seiiar sociologia (en relacion can la necesidad de la so­ciedad para aprender esa ciencia), los barrenderos ga­naran tanto como los sociologos.

Estos son argumentos de los que tenemos derecho a sospechar. El interes material sera un motivo dominante en sociedades cuyas instituciones se fundan en la hipote­sis de que las casas son asi. No existe el Hombre Origi­nal capaz de ser pecador 0 virtuoso. Los hombres actua­les, en la sociedad de hoy, estan modelados por la cultu­ra de dicha sociedad, cultura abocada en gran medida a

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acomodarse a la estructura institucional que hace funcio­nar esa precisa sociedad. Claro que la naturaleza huma­na establece limites a la gama de culturas posibles; es mas dificil (y requiere mucha mas coaccion vigilante) di­rigir un sistema social que exige el celibato de por vida a la mitad de sus miembros que la que permite el matrimo­nio libre. Pero la evidencia no concluye que Marx se equivocara al pensar que la potencialidad de la naturale­za humana era, respecto de la motivacion del trabajo, bastante amplia -10 suficiente para esperar que, cuando se pudieran asegurar medias de vida decentes para to­dos, seria posible crear una sociedad libre de la explota­cion alienadora y del antagonismo de clases, en la que hombres y mujeres podrian aprender a trabajar para su autorreaiizacion mas que para su autoenriquecimiento). Y si esto suena una pizca demasiado buena para ser ver­dad, por 10 menos es mas facil creer que en la mezcla de motivaciones del trabajo -dinero, autoexpresion, senti­miento del deber, y 10 que los regimenes comunistas Ha­man «incentivos rnorales», es decir, el ser alabados y re­cibir medallas- el equilibria podria alejarse decisiva­mente del dinero. Incluso en nuestra sociedad, con su ideologia materialista predominante, no esta siempre claro donde se encuentra el equilibria. Que el lector pregunte a sus amigos profesionales cuanto mas deberia ganar un peon de albafiil para que enos desearan dejar sus trabajos y ponerse a colocar ladrillos.

En cualquier caso el argumento de los funcionalistas, desde las caracteristicas universales de la estratificacion en todas las sociedades hasta la ineluctable necesidad funcional de dichos sistemas de estratificacion, no es va­lido. La explicacicn alternativa de Wrong (Wrong, 1959) acerca de la naturaleza universal de la estratifica­cion encajara igualmente con los hechos -es decir, que en todas las sociedades, aquellos que tienen el poder, los

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que toman las decisiones asignativas, simplemente pro­curan recibir una participacion mayor en las recompen­sas materiales. El analisis de Djilas del origen de la nueva clase privilegiada en las sociedades comunistas esta mas de acuerdo con la explicacion que con la teoria de los prerrequisitos funcionales del orden social y la efi­ciencia.

Claro que esc argumento puede ser tambien un fuerte desafio a la utopia confuciana. lPor que la «aristocracia natural» del talento comprobado, habria de ser mas so­bria que otras aristocracias? Si llegan a posiciones de control, i,por que se abstendrian de aprovechar ese con­trol en su asignacion de renta? Hay dos contestaciones posibles a esto, dos razones por las que puede «ser dife­rente esta vez». La primera es que la ideologia resultante del proceso de seleccion que les da mayor poder les pro­porcionaria una restriccion de ese mismo poder al que las elites anteriores no estuvieron sujetas, Pueden verse realmente como criaturas afortunadas que han de pagar su buena suerte sirviendo a la sociedad, y no como ga­nadores de una Iucha competitiva que merecen todo 10 que reciben. La segunda es que uno postula, par defini­cion, una sociedad moderna en la que el igualitarismo es una fuerza mayor de 10 que Jo ha sido nunca en las fases previas de la historia, Los controles democraticos, que son un producto de ese igualitarismo, podrian y debe­rian ser utilizados par los que carecen de poder para asegurar que los poderosos cumplan sus pretensiones y para que el principia compensador de pagar mas por los trabajos pesados se ponga realmente en vigor.

Por estas razones resulta dificil aceptar el argumento del pecado original como decisivo. Sin embargo, hay por 10 menos otros tres problemas inherentes a la utopia confuciana, que son muy serios.

El primero es la dificultad de institucionalizar un sis­

tema que determine explicitamente el futuro de las per­sonas de acuerdo con sus cualidades innatas, 0 al menos con sus cualidades en el momento en que el juicio se ha­ce en gran medida inalterable. El que Ie digan a uno que ha fallado en una prueba de capacidad es, en cierto mo­do, mas devastador emocionalmente que si le dicen que ha fallado en una prueba de conocimientos. El fracaso en esta ultima clase de examen le dice a un hombre: no has estado muy bien, renueva tus ideas; prueba otra vez el afio que viene. El fracaso en una prueba de capacidad le dice a un hombre: 10 siento, compafiero; no pertene­ces a este grupo; las carreras se corren con caballos. No es s610 10 definitivo del juicio, aunque evidentemente al­ga tiene que ver ; las pruebas de conocimientos «enfrian» el fracaso de modo mas gradual; las esperanzas tienen tiempo de ajustarse a las perspectivas; pocas personas pueden presentarse a su cuarto intento del exarnen 0 de nivel ordinario de matematicas con las mismas esperan­zas que al primero, Pero eso no es todo, Tiene tambien relacion con el lugar en el que las personas sienten el centro de la cebolla de Peer Gynt: el yo esencial, irre­ductible. Un fallo de voluntad, e1 no empefiarse bastante, es algo que uno puede perdonarse, algo un poco menos intrinseco al propio sentido del yo que el «no poseer la capacidad» para hacer algo. En uno de los pocos experi­mentos relacionados can esta cuestion, un psicologo ha demostrado que a medida que los nifios crecen se vuel­ven menos aptos -cuando juzgan a otros- a reducirse a condenar el fracaso y elogiar el exito, y tienden mas a emitir juicios morales sobre la base del esfuerzo, del «in­tenta» en vez del «puede». Sin embargo se sospecha que el proceso se invierte mas tarde y el «puede» cobra mas importancia en la edad adulta, al menos en Estados Uni­dos (Weiner, 1973). En cualquier caso, el juicio moral y la adrniracion no son 10 mismo (y otro tanto ocurre con

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culpa y verguenza, otro par de conceptos en los que se enredan los psicologos tratando de adararlos). Todos censuramos al hombre brillante y perezoso y elogiamos al obtuso perseverante. lPero cual prefeririamos ser? Todo ella es curioso, ya que no hay razon para que la capacidad de perseverar se considere cuestion de suerte genetic a como la inteligencia, pero el hecho es que se es­tablece una distincion,

Y por esta razon tiene que haber mucha resistencia social al uso de pruebas de aptitud, debido a la misma tend encia hacia un mayor «rcspeto por las personas», como sefiala la diferencia entre una Inglaterra en la que se ahorcaba a los hombres por robar ovejas y una Ingla­terra que ha abo lido la pena capital. Probablemente no carece de significado el hecho de que una amplia encues­ta sobre el usa de pruebas de aptitud para la seleccion de empleos en el mundo en vias de desarrollo (Ord, 1973) encuentre la mayoria de sus ejemplos de uso plenamente institucionalizado de las pruebas de inteligencia tipo, en Africa del Sur 0 en Nueva Guinea, lugares en don de es casi exclusivamente un grupo de expatriados blancos el que dirige la prueba y los negros quienes son escogidos mediante el proceso. Las pruebas de inteligencia estan bien cuando se usan de haut en bas, pero menos cuando se emplean entre nuestros iguales. Solian ser muy acep­tables para el ingreso en la escuela media britanica, ha­cia los afios treinta, cuando la clasc media efectuaba la seleccion entre la clase trabajadora. Con la abolicion del pago en esas escuelas locales despues de 1944, a medida que la clase media empezo a seleccionar a sus propios nifios mediante este metodo, su aceptabilidad disminuyo rapidamente.

Sin embargo, 10 que no se puede decir es hasta donde cambiaria esta situacion si hubiera un cambio en el siste­ma de estratificacion; si los que eran elegidos mediante

pruebas para los empleos mas dificiles, interesantcs y responsables, dejaban a la vez de recibir la promesa de salarios mas altos. Entonces, el prestigio inherente a la posesion de este tipo particular de capacidades conven­cionalmente llamadas inteligencia 0 liderismo lquedaria tan reducido que seria menor la mortlficante verguenza de oir decir que no se poseian?

Por mucho que un cambio en el sistema de recompen­sas pueda obviar esa dificultad, hay un segundo proble­ma debido al hecho de basar explicitamente la seleccion social en la suerte de la distribucion de genes que ningun cambio en la relacion renta/ocupacion puede remediar. Hablando en general, 10 que se recompensa se estima, Cuando el esfuerzo es recompensado, dicho esfuerzo sera una virtud. Una sociedad que devalua institucional­mente el esfuerzo, que no recompensa al que se supera, puede muy bien tener problemas para persuadir a sus miernhros de que el esfuerzo sigue siendo una virtud so­

cial. El tercer problema implicito en mi utopia es el proble­

ma de muchas utopias y antiutopias desde la Republica de Platen hasta 1984: el problema de la diversidad de la sociedad, de la division de la sociedad en alfas, betas y gamas: las personas de oro, de plata y de laton. Un as­pecto de este problema, brillantemente previsto en The Rise of the Meritocracy (El auge de la meritocracia), de Michael Young, es tal vez inherente a ambos tipos de so­ciedad: el mundo pecador y la utopia confuciana. Aun­que sc haga la seleccion por los metodos indirectos de prueba de capacidades mediante exarnenes de conoci­mientos 0 pruebas de capacidad explicit as, a 10 largo de las generaciones (al igual que, con el desarrollo de la li­hetacion de la mujer, se generan ahora mas matrirno­nios en las universidades y en los lugares de trabajo que en las salas de estar farniliares, de modo que los emparc

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jamientos estan mas en funcion de la inteligencia que de la mera clase social) aumentaran las disparidades de la inteligencia media entre diferentes grupos ocupaciona­les, la movilidad social disrninuira y surgira un nuevo sistema de castas, mas profundamente atrincherado, en virtud de su base biologica, que cualquier otro sistema de castas en la historia.

Pero el proceso tiene probabilidades de ser diferente en la utopia confuciana. La experiencia de Checoslova­quia durante la decada de los cincuenta, cuando tenia tal vez la distribucion de renta mas igualitaria de Europa, resulta instructiva (Gellner, 1974, p. 167). Los padres de la clase trabajadora estaban mucho menos preocupados de que sus hijos estudiasen mucho a fin de ingresar en las instituciones que conducian a empleos administrati­vos y profesionales. Se alegraban de que trabajasen en una factoria si de esa manera podian ganar tanto 0 in­cluso mas dinero. Por su parte, los padres de la clase media deseaban aim que sus hijos ingresaran en las ocu­paciones mas responsables, mas intrinsecamente satis­factorias y, a sus ojos, mas prestigiosas de la clase me­dia, aunque sus ventajas economicas fueran pequefias 0

negativas. La movilidad social se redujo. Algo parecido es probable que ocurra en cualquier

sociedad que se mueva hacia la utopia. Lo que se llama­ba antes la «direccionalidad» de la inteligencia -es de­cir, si las personas estan motivadas para usar la inteli­gencia en una actividad de autoexpresion 0 como medio de ganar recompensas extrinsecas- _es en gran parte cuestion de los valores que prevalecen en la familia, y en la mayoria de las sociedades hay diferencias obvias; es mas probable que el trabajo se considere como auto­rrealizacion en las familias de la clase media que tienen empleos interesantes, y como medios de conseguir dine­ro entre los nifios cuyos padres desempefian los empleos

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aburridos que nadie cuerdo elegiria por si I1lislllOS (;11111

que hay diferencias entre las sociedades en estc aspecto : los japoneses que hacen trabajos muy humildes tienen mas probabilidad de expresar un orgullo autentico por la forma en que «sirven ala sociedad» por medio de su trabajo, que sus nomologos ingleses; Dore, p. 246, 1967, p. 143).

Estas diferencias iniciales pueden ser perpetuadas en cualquier nueva utopia: no todos los nifios a quienes las pruebas designan como los «afortunados» que deberan conseguir los empleos interesantes, dificiles y responsa­bles -pero mal pagados- querran siempre aceptarlos. Por 10 menos esto retrasaria el proceso de selecci6n biologica y el establecimiento del estado meritocraticc de Michael Young. Es verosimil que los sindicatos ten­drian un liderazgo inteligente, 10 cual es menos probable en Inglaterra tal como esta constituida ahora. La clase trabajadora seria tal vez mas capaz de defender la nueva distribucion de rentas contra todos los intentos de los que toman decisiones para erosionarla. Pero es posible que fuera todavia una sociedad dividida, con mucha mas continuidad hereditaria de clase de 10 que es com­patible con la vision que tiene la mayoria de las personas de 10 que seria una buena sociedad (esto par 10 menos ocurriria en paises como Inglaterra 0 Francia con cultu­ras de clase agudamente diferenciadas, Ymucho menos en sociedades de cultura mas homo geneas como Japon).

Esto nos conduce a un problema final inherente a la utopia confuciana. i.Cuales serian los efectos, sobre la igualdad social, del divorcio entre la distribuci6n de po­der y la distribucion de rentas? Debemos suponer en la sociedad un nivel de igualitarismo Y sofisticacion sufi­ciente para garantizar que la riqueza no es ya un refuer­zo necesario de la autoridad. Hay que suponer que ya hoy es contraproducente para un director administratl­

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vo tener un Roll s, ademas de su Mini de todos los dias, especi almente para ir a la fabrica a fin de que «los hom­bres 10 respeten» (veanse Unger, 1974 , pp. 52-4). De otro modo la utopia confuciana no seria viable. Pero si tratamos de dirigir la sociedad med iante la bondad y el noblesse oblige, l,cuil1es serian las autopercepciones de los que tienen el poder? i,Ser an siempre conscientes de su suerte al tener los puestos interesantes y se sentir an satisfechos por su buena fortuna con un sentido de rno­destia apropiada ?, i,o sentiran de algun modo (como las personas brill antes tiend en a sentir) que «ellos» - ese yo esencial de cada uno- pueden reclamar credito por su brillantez, y que son realmente personas moralmente rectas al tomar sus deberes tan en serio, ha sta el punta de darla todo en sus pue stos de «mandarines» con tan poca esperanza de recompen sa material? l,Seran tan in­sufriblemente morales y arrogantes que la gente suspire por la vuelta de los Es tuardos? l,N o acabara la sociedad por descubrir que se necesita darle s un Roll s a cuenta de gastos a fin de que sus privilegios especiales adquieran un matiz de culpabilidad y presten un poco de modestia a su ejercicio del poder?

Y el otro lado de la moneda, l,cuales seran las auto­percepciones de aquellos a quienes la loteria de los talen­tos ha destin ado a los pue sto s de elevada renta, baj o in­teres y baja responsabilidad? l,Encontraran en sus ele­vadas rentas una compensacion real por su empleo de baj a respon sabilidad y baja satisfaccion intrinseca? l,0 descubriremos que ahora, en nuestra sociedad, la pose­sia n de una segunda casa y un yate confieren prestigio, no por si mismos, sino porque son con siderados como simbolos de ganancias, de poder, y que cuando esa rela­cion se rompe, el prestigio deja de adherirse a los simbo­los de con sumo y sigue firmemente Iigado a las posicio­nes ocupacionales? l,0 no sera que, en otras palabras,

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los puestos de baj o inte res y baja responsabilidad aca­bar an despoj ados no s610 del poder y de la op ortunidad de autorrealizacion, sino tambien del respeto social, en un grade tal que las sat isfacciones materialcs no puedan compensar? Rawls, que quer ria fundar su sociedad 30­

cia!mente justa en el princip io talento-igual-suerte, cornpensar-pa ra-igualar, de la uto pia confuci ana, cree que eso sucederia, No se pued e hac er que diferentes di­mensiones de desigualdad se cornpensen unas a ctras ; la verdadera igualdad solo pu ede obtenerse si ha y igualdad en cada dimension por separado, par ticularrnente en Ill. d imension mas fund am ental entre todas, Ill. del respeto de si mismo , Par es te motivo , R awls, siguiendo su prin­cipio hasta su conclusion logica, concluye que una 50 ­

ciedad justa tendria que renunciar a la ambicion de ap li­ca r al maximo su ta lento innato ; que habria que buscar la justicia a costa de un a mayor riqueza, de la insistencia en la eficiencia social y en los val ores tecnocr aticos (Rawls, 1971, p. 101).

Probableme nte tiene razon, Podemos tr at ar de rerne­diar la situac ion de acuerdo can Runciman y Bell, insis­tiendo en que ha y una diferencia ent re eI «respeto » basi­co que puede otorgarse a to dos en virtue de su humani­dad, y el «elogio » que se concede diferencialrnente en virtud de la ac tuacion (Bell, J974, pp, 456 -8). Pew es di­ficil sostenerlo. Es cierto que las sociedades difieren am­pliamente en el minima de respeto basico concedido a todos , as! como tambien en el minimo de bienestar rela­tivo a Ill. diferencia ent re rentas, Tocqueville queue abru­mado par la sensacion de esa diferencia cuando llevo par primera vez a America sus pe rcepciones francesas de la sociedad. Pcro asi como 110 existe un minimo de bienest ar «absolute », solo minimos soci almente relati­vos, asi tambien cs imposiblc prestar un sen tido absolu­to a la «igualdad basica de co nd icion» de Tocqueville.

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Una ren ta que satisface las necesidade s basicas no es di­ferente en su esencia de la renta recibida por el presiden­te del le I, ni 10 es el respeto minimo qu e uno recibe co­mo simpl e ciu dad an o brita nico del re speto concedido a un medic o 0 a un actor - al rnenos no se percibe subjeti­varn ent e como diferente-«, y eso es 10 que cuen ta .

LA VIA DILIDAD DE LAS AVENENCIAS

En el curse de esta explora cion me he co nven cido que debo red ucir mi entusiasmo por la uto pia confuciana. Perc cre o qu e ha side una manera util de explorar las cuestiones en discusion, Cu ando uno se mueve desde ti­pos idea les blancos y negro s y piensa en las complejida­de s de la s motivaciones humanas - si se reflexiona, por ejem plo, en las ocasion es en qu e se ha ap rovechado avi­dam ente la opo rtunidad de dar una conferencia por Ja razon au te nticamente alt ruists de que uno desea propa­gar cierto punta de vista, pero no se ha despreocupado enteramente de la mag nitud de la retribucion ofrecida, 0

de 1a manera en que las personas que d icen que realizan dete rminado tr abajo «solo po r el dinero», pare cen sin embargo dcscmpcii ar sus trabajos con una devocion que solo pu edc cxplicarse por el afan de autor realizacion 0

por un sentido del deber soc iaf-- , cuando se da uno cuen ­ta de estas complejidades de la rno tivacion, se cornpren­de tarnbien que en toda soc iedad modern a sc cialmente mo vil tiene qu e haber algun s forma de avenencia entre el mund o pecador y la utopia confuciana.

En otras pa labras, las modestas pr oposiciones del ca­pitulo xm siguen siendo proposiciones modestas, tadas, excepto el cambio en los modeJos de reclutamiento, Ese cambio particular, sus tituyendo la selecc ion y for macion previa a la car rera par la seleccion y forrnacion en el curso de la carrera, tiene que ser una ruptu ra abrupta

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(como 10 ha side en las do s socie d adcs l (U',; hi 11' , 11 \.' 11:; : 1

yado : China y T anz ania). Perc los otros cambios P ' l ~ den efec tua rse en mayor 0 rnenor grade ; ios instrurnen­tos de seleccion pueden cambial' del extrema de las pru e b as del «puro» conocirniento , a) extrema opuesto de la prueba de la «p ura » aptitud ; la racionalizaci6n social del exito puede moverse sutilmente desde una ins istencia abrumadora en lo s esfuerzos de los que as! ga.'lan y me­recen sus posiciones superiores y tienen derecho a todo 10 que pueden co nseguir , h acia un m ayor recono cimien­to de la suerte de los pr ivilegiados con el don de sus ex­cepci on ales capacidades, Que deberian sentirse apropia­damente agradecidos y hurnildes par ello: las recornpen­sas ec on6m icas por ocup ar los pu estcs «mas altos» do nde se to man las gr andes decisiones puedcn ser redu­cidas gr adualmente, y tal vez, si la infl acion y los pode­rosos sindicatos trabaj an con tcson en clio . pu eden lle­gar eventualmente mas alla del oun to <:0 que las diferen­cias con vencionales queden invertid as.

Pero no estoy seguro, sin embar go, de que haya nin­gun pun to de conciliacion feliz y esrab ic ent re el mundo pec ador y Ill. utopia ccnfuciana. C "ant':1 lil~ S se apega uno al mu ndo pecador, mas pro b abilidades sc tienen de verse prendido en los dilernas que ei a urnent c del corp o­rativisrno, Ill. riqueza y el iguaiitarismo traen consigo, y entonces el sistema se hace cad a vez rnenos via ble. Cuant o mas se acerca uno a 18. utopia confuciana, mas se advierten los peligros de la division, la arrogan cia mo­ral y la mut ilac ion fundamental de la dignidad ind ividual de una gran parte de la pob lacion.

Lo triste es que las pretensiones de igualdad y digni­dad individual, no se concilian faci lmente con Ill. diversi­dad del talento humane y con la necesidad creciente -a medida que la sociedad se vuelve mas cornpleja tecnolo­gicame ntc 0 se inicia un tardio empuje de desarrollo en

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el siglo xx en e! Tercer M undo- de tomar en cuenta esa diversidad at decidir quien ha ce que. Cierto mimero de especies en la historia del planeta ha n desaparecido porque han desar rollado caracteristicas que se han he­cho incompatibles con circunsta ncias amb ientales modi­ficadas. El lar go pescuezo en form a de tuba del diplodo­cus y su burdo ap arato digestivo no era n una com bina­cion imposible cuando vivia media vida en el agua de los pantanos ~ pero resulto bastant e antifuncional cuando los pantanos se secaron .

Y los historiadores natur ales del porvenir pueden juz­gar asi cI destine del hombre. Parece un desat ino par parte de alguien el hab er creado UE a especie con nuestra capacidad de envidia, de resentimiento, y can nuestra necesidad de rcvestir de dign ida d cierto nucleo esencial del yo, construido biologicam ente al mismo tiempo pa ra permi tir una tan arnplia diversidad de capacidades indi­vidua Ies. Esto no importaba ta nto cuando la dimen sion mas importa nte de las capacidade s diferenciadas , desde el pun to de vista organizativo -como ocurre actualm en­te con los mandri les->, eran la fuerza de voluntad y los muscu los. Las casas funciona ban porque los dotados Call mas fuerza pc dian impa nel' un orden soc ial a los demas . Y si la inteligencia j ugara en las modern as socie­dades tecnologicas el mismo pape! simple que la fuerza fisica y la voluntad jugaban en las sociedades primitivas , pod riamos !legar a una solucion de similar viabilidad de los problemas : los listos simplernente ganarian a los demas, Pew no ocurre asi, aun que s610 sea porque los listos no son tan listos, y los demas no somas tan ton­tos; las habilidades varian a traves de un amplio espec­tro y la mayoria de nosotros nos agrupamos en torna al pro medio. D e este modo, la tension entre la igualdad y la diversidad es cada vez mas aparen te,

Si el hombre sigue el camino del diplodocus y desapa­

rece de Ia faz de Ia Tierra, su fraeaso en reconeiliar el deseo de igualdad can la diversid ad de capacidades po­tenciales tendra mucho que ver en ella .

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