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Inicio Presentación Artículos Editorial / Internet Notas y comentarios Sesión del 13 de marzo de 1963 Negación expletiva Expletivo viene del latín expleo, "llenar". Término redundante y gramaticalmente superfluo de un enunciado. En determinadas estructuras sintácticas el adverbio de negación no puede tener un valor opuesto al de su semántica prototípica. Es decir, en ciertas construcciones, el no se emplea con valor afirmativo. En esos casos, la gramática tradicional habla de negación expletiva, espuria o pleonástica Artículo de Cristina Sánchez López, "La negación“, incluido en la "Gramática descriptiva de la lengua española " Ignacio Bosque y Violeta Demonte (eds.), Real Academia Española, Espasa Calpe, 1999, § 40.8 Se denomina negación expletiva, espuria o pleonástica aquella que no aporta un valor negativo real a la oración en que aparece, de manera que resulta, en cierto modo, redundante. En español es posible encontrar este tipo de negación, siempre representada por el adverbio no, tras verbos de duda o temos, en contrucciones comparativas, en oraciones temporales introducidas por hasta puntual, y en ciertas exclamativas de carácter retórico. Ejemplos: Juan teme que no vaya a suspender su examen de geometría [tras verbos de duda o temor] Más vale ser feliz con poco dinero que no desgraciado con mucho [en construcciones comparativas] No me iré de aquí hasta que no me hayas dicho lo que quiero oír [en oraciones temporales introducidas por hasta puntual] ¡Cuánto no habrá trabajado María para lograr ese puesto! [en oraciones exclamativas de carácter retórico] De hecho, parece que en la lengua antigua la presencia de negación expletiva estaba mucho menos restringida que en español actual, de manera que casi todos los inductores negativos la admitían. [...] La presencia de la negación expletiva tras verbos de duda y temor está asociada a la ausencia de la conjunción subordinante. Nótese que en las siguientes oraciones la presencia de la conjunción obligaría a interpretar la negación como no expletiva, en cuyo caso el objeto del temor o la duda sería una acción negativa. En cambio, si suprimimos la conjunción, la única interpretación posible es que lo que se duda o se teme es una acción positiva, lo que demuestra que se trata en tal caso de negación expletiva: Temo (que) no venga Pepe. Dudo (que) no tengas razón en lo que dices. Tenía miedo (de que) no se hubiese equivocado.

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Inicio Presentación Artículos Editorial / Internet

Notas y comentariosSesión del 13 de marzo de 1963

Negación expletiva

Expletivo viene del latín expleo, "llenar". Término redundante y gramaticalmente superfluo de un enunciado.

En determinadas estructuras sintácticas el adverbio de negación no puede tener un valor opuesto al desu semántica prototípica. Es decir, en ciertas construcciones, el no se emplea con valor afirmativo. Enesos casos, la gramática tradicional habla de negación expletiva, espuria o pleonástica

Artículo de Cristina Sánchez López, "La negación“, incluido en la "Gramática descriptiva de la lengua española"

Ignacio Bosque y Violeta Demonte (eds.),Real Academia Española, Espasa Calpe, 1999, § 40.8

Se denomina negación expletiva, espuria o pleonástica aquella que no aporta un valor negativo real a laoración en que aparece, de manera que resulta, en cierto modo, redundante. En español es posibleencontrar este tipo de negación, siempre representada por el adverbio no, tras verbos de duda o temos,en contrucciones comparativas, en oraciones temporales introducidas por hasta puntual, y en ciertasexclamativas de carácter retórico.

Ejemplos:

Juan teme que no vaya a suspender su examen de geometría [tras verbos de duda o temor]Más vale ser feliz con poco dinero que no desgraciado con mucho [en construccionescomparativas]No me iré de aquí hasta que no me hayas dicho lo que quiero oír [en oraciones temporalesintroducidas por hasta puntual]¡Cuánto no habrá trabajado María para lograr ese puesto! [en oraciones exclamativas decarácter retórico]

De hecho, parece que en la lengua antigua la presencia de negación expletiva estaba mucho menosrestringida que en español actual, de manera que casi todos los inductores negativos la admitían. [...]

La presencia de la negación expletiva tras verbos de duda y temor está asociada a la ausencia de laconjunción subordinante. Nótese que en las siguientes oraciones la presencia de la conjunciónobligaría a interpretar la negación como no expletiva, en cuyo caso el objeto del temor o la duda seríauna acción negativa. En cambio, si suprimimos la conjunción, la única interpretación posible es que loque se duda o se teme es una acción positiva, lo que demuestra que se trata en tal caso de negaciónexpletiva:

Temo (que) no venga Pepe.Dudo (que) no tengas razón en lo que dices.Tenía miedo (de que) no se hubiese equivocado.

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Lógicamente, es necesario también que la subordinada aparezca en modo subjuntivo. Ello se sigue delhecho de que sólo se permite la extensión del ámbito de la negación a la oración subordinada. Laimposibilidad de interpretar como expletiva la negación en Me temo no viene se debe a que el modoindicativo no incluye a la subordinada dentro del ámbito de la negación, y por tanto esta no puede tenervalor negativo implícito que se refleja en la presencia de la negación expletiva. [...]

La negación expletiva puede aparecer en el término de estructuras comparativas, especialmentecuando el término no es una oración flexiva.

María canta mejor que (*no) baila.Mejor sabe María cantar que no bailar.

Ha de cumplirse, además, el requisito estructural de que ninguna preposición puede mediar entre lanegación expletiva y la comparativa. De ahí que los comparativos léxicos que toman como término unSP, o las comparativas introducidas por de lo que no permitan negación expletiva.

Más vale tener que no desear.Prefiero tener a (*no) desear.Es mejor ganar poco que no perder el trabajo.Es preferible ganar poco en lugar de (*no) perder el trabajo.Juan era antes más simpático que no ahora.Juan era tantes más simpático de lo que (*no) es ahora.

En tercer lugar, admiten negación expletiva ciertas oraciones exclamativas encabezadas por unpronombre de cantidad con las que el hablante pondera enfáticamente una cantidad que presupone.

¡Cuánto no habrá trabajado María para conseguir ese puesto!¡Qué de dinero no tendrá para poder permitirse esos lujos!

De las dos oraciones anteriores se deduce que la cantidad ponderada, sea de trabajo o de dinero, hade ser abundante. Esta deducción, así como la presuposición de existencia de dicha cantidad, nocambio esté o no presente la negación. En cambio, si la exclamativa no es cuantitativa sino cualitativa,la negación ya no será expletiva. De ahí que el sentido de las oraciones siguientes, con o sinnegación, sea contrario:

¡Quién aguantaría a esos amigos tuyos! (implica: nadie)¡Quién no aguantaría a esos amigos tuyos! (implica: todo el mundo)

Para que admitan negación expletiva, las exclamativas de cantidad han de cumplir un requisitogramatical fundamental: el verbo ha de estar en futuro o condicional, tiempos ambos de reconocidovalor modal. De hecho, parece ser este valor modal lo que aporta un valor irreal a estas construccionesestrechamente vinculado a la posibilidad de tener negación expletiva.

Finalmente, las construcciones con hasta puntual permiten una negación expletiva que manifiesta deforma explícita el valor irreal o virtual de la oración que encabezan, valor que se sigue de la relaciónexcluyente mantenida respecto de la acción de la oración principal. Se observa esta negación en lossiguientes ejemplos:

Ana no se fue hasta que (no) llegó Pedro.No entregué el trabajo hasta (no) estar seguro de que estaba bien.

Creemos que el valor exclusivo del hasta puntual es responsable de que la subordinada denote unhecho irreal, lo que a su vez explica que esta oración tenga un sentido implícitamente negativo que

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puede manifestarse explícitamente en forma de negación expletiva.

El uso de negación espuria en este tipo de construcciones ha sido observado y sancionado pornumerosos gramáticos. Cuervo (1885: 488) afirma que se debe a una contaminación entre las frasescon hasta y con mientras no, cuyo sentido puede ser similar en Nos se vaya hasta que no le llamen yNo se vaya hasta que (no) le llamen. Similar opinión mantiene Kany (1945: 429). Otros autores, encambio, niegan que el uso de negación con hasta sea una anomalía. De “estigma sin base lingüísticaalguna” lo califica Morera (1986) y María Moliner (DUE, s. v.) afirma que no es un no superfluo nianfibológico.

Jacques LacanSesión del 10 de diciembre de 1958

Seminario "El deseo y su interpretación"

Ese 'no' expletivo que no es un 'no' expletivo, que es un 'no' absolutamente esencial para el uso de lalengua francesa, es el que se encuentra en la frase: "Je crains qu' il ne vienne" ("temo que el venga").Cada cual sabe que el "Je crains qu'il ne vienne" quiere decir "temo que él venga", y no que yo (je)temo que él no venga. Pero en francés se dice "Je crains qu' il ne vienne". En otros términos, elfrancés, en ese punto de su uso lingüístico toma, al 'ne', en alguna parte de su errancia, si así puededecirse, de su descenso de un proceso de la enunciación donde el 'ne' se ubica sobre la articulaciónde la enunciación, sobre el significante puro y simple, llamado en acto. Por ejemplo, en 'ne' de "Je nedis pas que je suis ta femme" ("no digo que soy tu mujer"), el 'ne' de "Je ne suis pas ta femme" ("nosoy tu mujer"). Sin ninguna duda no estamos aquí para hacer la génesis del lenguaje, pero algo estáimplicado aún en nuestra experiencia.

Lo que quiero mostrarles que nos indica la articulación que da Freud de la negación, es que implicaque la negación desciende de la enunciación al enunciado. Y cómo no sorprenderse, porque despuésde todo, toda negación en el enunciado implica una cierta paradoja, porque plantea algo que, paraplantearlo al mismo tiempo, digamos, en un cierto número de casos, como no existiendo parte algunaentre la enunciación y el enunciado, y en ese plano donde se instauran las discordancias, donde algoen mi temor adelanta el hecho de que él venga, y deseando que él no venga ("qu'il ne vienne pas")puede articularse de otro modo ese "temo que venga" ("Je crains qu'il vienne"), como un "temo quevenga" ("Je crains qu'il ne vienne"), abrochando al pasar, por así decir, ese 'no' (ne) de discordanciaque se distingue como tal, en la negación, del 'ne' forclusivo.

Ustedes me dirán: esto es un fenómeno particular de la lengua francesa. Lo evocaron oportunamentehablando del 'nicht' alemán y el 'not' inglés. Por cierto eso no es lo importante. Lo importante es que lalengua inglesa, por ejemplo, donde articulamos cosas análogas, a saber, lo que percibimos, y esto selos puedo demostrar aquí porque no estoy aquí para hacer un curso de lingüística, es algo análogo a loque se manifiesta en el hecho de que en inglés, la negación no puede aplicarse en forma directa alverbo, en tanto que es verbo del enunciado, el verbo designante del proceso en el enunciado. Nodecimos "I eat not", sino "I don't eat".

En otros términos, he aquí que tenemos huellas en la articulación del sistema lingüístico inglés, deesto: para todo lo que es del orden de la negación, el enunciado es llevado a tomar una forma, que escalcada sobre el empleo de un auxiliar; el auxiliar es típicamente el que en el enunciado introduce ladimensión del sujeto. 'I don't eat', ' I won't eat', o 'I won't go' que es, hablando con propiedad "yo no iré",que no implica sólo el hecho, sino mi resolución de sujeto de no ir, el hecho de que para todanegación, en tanto negación pura, algo como una dimensión auxiliar aparece. Y esto, en la lenguainglesa, es la huella de algo que enlaza esencialmente la negación a una suerte de posición original dela enunciación como tal.

Jacques LacanSesión del 17 de enero de 1962

Seminario "La identificación"

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Pichon señala, no sin pertinencia, que la división, la esquizo más común en francés, de la negaciónentre un "ne" por un lado, y un término auxiliar, el "pas", "personne", ("nadie"), "rien" ("nada"), "point"("no"), "mie" ("más"),"goutte" ("nada"), que ocupan una posición en la frase enunciativa qué queda porprecisar por relación al "ne" mencionado al principio, esto les sugiere particularmente al observar decerca el uso separado que puede hacerse de él, atribuir a una de esas funciones una significaciónllamada discordancial, y a la otra, una significación exclusiva.

Es justamente de la exclusión de lo real que estaría encargado el "pas", el "point", mientras que el"ne" expresaría esta discordancia a veces tan sutíl que no es más que una sombra y particularmenteen ese famoso "ne" que ustedes saben que he tenido muy en cuenta al intentar por primera vezjustamente demostrar ahí algo como la huella del sujeto del inconsciente, el "ne" llamado expletivo. El"ne" de ese "je crains qu'il ne vienne" ("temo que venga"), ustedes perciben que no quiere decir otracosa que "j'esperais qu'il vienne" ("ojalá que venga"), expresa la discordancia de vuestros propiossentimientos respecto de esta persona y vehiculiza de alguna manera la huella tanto más sugestiva porestar encarnada en su significante, ya que lo llamamos en psicoanálisis ambivalencia: "je crains qu'ilne vienne", no es tanto expresar la ambigüedad de nuestros sentimientos como mostrar cómo, poresta sobrecarga en un cierto tipo de relaciones, es capaz de resurgir, de emerger, de reproducirse, demarcarse en una apertura, esta distinción del sujeto del acto de la enunciación en tanto tal, porrelación al sujeto del enunciado. Incluso si no está presente a nivel del enunciado de un modo que lodesigne.

"Je crains qu'il ne vienne" es un tercero. Si se hubiera dicho "je crains que je ne fasse" ("temo que yohaga"), —lo que casi no se dice aún cuando es concebible—, estaría al nivel del enunciado; sinembargo poco importa que sea designable— ustedes ven por otra parte que puedo hacerlo volver aentrar- a nivel del enunciado; y un sujeto encubierto o no a nivel de la enunciación, representado o no,nos conduce a plantearnos la cuestión de la función del sujeto, de su forma , de lo que él soporta, y ano engañarnos, a no creer que es simplemente el "je" que, en la formulación del enunciado lo designacomo aquél que, en el instante que define el presente, porta la palabra.

El sujeto de la enunciación tiene tal vez siempre otro soporte. Lo que acabo de articular es que esepequeño "ne", aquí aprehensible bajo la forma expletiva, es ahí que debemos reconocer, hablandopropiamente en un caso ejemplar, el soporte, lo que no quiere decir, seguramente, tampoco que enese fenómeno de excepción debamos reconocer su soporte exclusivo.

Artículos en Internet

Cuestiones pragmáticas sobre la negación - Mar Garachana Camarero (Universidad deBarcelona), en redELE, Revista Electrónica de Didáctica / Español Lengua Extranjera, nº 12

Sintaxis de la negación (datos del andaluz)Algunos aspectos de la negación expletiva en italiano

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Jacques Lacan / Los Seminarios de Jacques Lacan / Seminario 6. El deseo y su

interpretación / Clase 4. Del 3 De Diciembre De 1958Es en todo caso, un movimiento que subsistirá por mucho tiempo, en el cual no seráintroducido nada nuevo a lo que hemos articulado aquí, concerniente a la relación de la líneasuperior con la inferior, a saber, lo que las mantiene fuera de la gramática en una ciertadistancia.

La gramática mantiene a distancia las frases como "que no sepa que estaba muerto", "noestá muerto que yo sepa", "no sabía que estuviese muerto". Es el temor de que estuvieramuerto. Todas esas formas sutiles van del subjuntivo, a un 'no' (ne), que el Sr. Le Bidus (?)llama de una manera verdaderamente increíble en un filólogo que ha escrito en Le Monde, elne expletivo. Todo esto es para mostrarnos que una parte de la gramática, en la parteesencial, las formas están hechas para mantener la distancia necesaria entre las dos líneas.

Les proyectaré, la próxima vez, sobre esas dos líneas, las articulaciones de las que se trata.Pero para el sujeto que todavía no ha aprehendido esas formas sutiles, está claro que ladistinción de las dos líneas se hace mucho antes. Hay condiciones exigibles que forman labase de la interrogación que les aporto hoy. Esta distinción está ligada a algo que no es unareferencia temporal, sino una referencia tensional, es decir, una diferencia de tiempos. Ven ahíla relación que puede haber entre eso y la topología del deseo.

Estamos ahí. El niño, durante un tiempo, está tomado en el juego de las dos líneas. ¿Qué esnecesario que pase, para que pueda producirse la represión? Dudo de engancharme en unavía que pareciese concesiva, en cuanto a apelar a nociones de desarrollo, que todo quedeimplicado en el proceso empírico, a nivel donde se produce necesariamente la intervención deuna incidencia empírica, de este accidente empírico, de lo que viene a retener, que precipita ensu forma, es de otra naturaleza.

Sea lo que sea, el niño descubre en un momento dado, que esos adultos reputados de conocertodos sus pensamientos, y aquí justamente no va a franquear ese paso, que de una ciertaforma podrá reproducir más tarde la posibilidad, que es la posibilidad que llamaremosrápidamente la forma llamada (ele)mental de la alucinación, que aparece esta estructuraprimitiva de lo que llamamos el fondo último del proceso de la enunciación, paralela alenunciado corriente, de la existencia de lo que se llama el eco de los actos, el eco de lospensamientos expresados.

Que el conocimiento de una Verwerfung, es decir, de eso de lo que voy a hablar ahora, nohaya sido realizado, es que el niño, en un momento, descubre que este adulto que conocetodos sus pensamientos , no los sabe para nada. El adulto no sabe; de qué se trata en elsueño, de que él sabe o no sabe que está muerto.

Veremos la próxima vez la significación ejemplar, en la ocasión de esa relación. Pero por elmomento, vamos a relaciónar esos dos términos en razón de que no hemos avanzadobastante lejos en la articulación de lo que va a ser tocado en la represión. Pero la posibilidad

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fundamental lo que no puede ser más que el fin de la represión, si es exitosa, es decir, nosimplemente que afecte lo no dicho de un signo, no que dice que no es dicho todo en el dejardicho, sino que, efectivamente, el no-dicho sea un truco(1), sin ninguna duda esta negación esuna forma tan primordial, que no hay ninguna duda de que en Freud la Verneinung aparececomo una de las formas más elaboradas de la represión. La coloca inmediatamente despuésde la Bejahung primitiva, por una posibilidad, e incluso por una deducción lógica y no genética.

La Verdrängung, represión, no puede ser algo tan fácil de aplicar, puesto que, si en el fondose trata de que el sujeto se borra, es claro que es muy fácil hacer aparecer en ese orden quelos otros, los adultos, no saben nada. Naturalmente, el sujeto que entra en la existencia, nosabe que, si ellos no saben nada, los adultos, como cada uno sabe, es precisamente porqueellos han pasado por toda clase de aventuras, las aventuras de la represión. El sujeto no sabenada de eso y, para imitarlos es necesario decir que la tarea no es fácil, porque para que unsujeto se escamotee él mismo como sujeto, es una vuelta de prestidigitación un poco másfuerte que otras que me ha llevado a presentarles aquí. Pero digamos que esencialmente y sinninguna duda, si vamos a rearticular los tres modos bajo los cuales el sujeto quiere hacerlo, enVerwerfung, Verleugnung y Verdrängung, la Verdrängung va a consistir en eso que, paragolpear de una manera que sea, si no durable al menos posible, lo que se trata de hacerdesaparecer de ese no-dicho, el sujeto va a operar por la vía del significante.

Es sobre el significante, y sobre el significante como tal que va a operar. Y es por eso que elsueño que he proferido la última vez, alrededor del cual seguimos dando vueltas, no obstanteque no lo haya reevocado completamente en el seminario de hoy, el sueño del padre muerto,es para eso que Freud articula a ese propósito, que la represión se asienta esencialmentesobre la manipulación, la elisión de dos cláusulas, "según su deseo", y "él no sabía que erasegún su deseo", "que fuese así según su deseo" ('voeu': deseo, voto) .

La represión se presenta, en su origen, en su raíz, como algo que en Freud no puedearticularse de otra manera que asentada sobre el significante.

No les he hecho hacer un gran paso hoy, pero es un paso más, porque es un paso que nos vaa permitir ver a nivel de qué clase de significante se asienta esta operación de la represión.Todos los significantes no son igualmente reprimibles, frágiles. Esto se ve en lo que he llamadodos cláusulas. Es de importancia esencial, y nos va a llevar a aquello que se designa cuandose habla de deseo en el sueño en primer término, y luego, de deseo a secas.

Jacques Lacan / Los Seminarios de Jacques Lacan / Seminario 6. El deseo y su

interpretación / Clase 5. Del 10 de Diciembre de 1958Esto nos lleva a algo que está ligado a la estructura más profunda del significante. Quisieradetenerme un instante todavía, ya que ese elemento, ese resorte del "yo (je) no digo" como tal,no por nada Freud, en su artículo de la "Verneinung", lo pone en la raíz misma de la frase másprimitiva en la que el sujeto se constituye como tal, y se constituye, especialmente, comoinconsciente.

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La relación de esa Verneinung con la Bejahung más primitiva, es algo que comienza aplantearse. Se trata de saber siempre lo que pasa al nivel más primitivo; ¿es, por ejemplo, elpar bueno o malo, según que elijamos o no, tal o cual de esos términos primitivos?. Yaoptamos por una teorizacion, toda una orientación de nuestro pensamiento analítico, y ustedessaben el rol que ha jugado ese término de 'bueno' y 'malo' en una cierta especificación de lavía analítica; es, por cierto, un par muy primitivo.

Sobre ese no-dicho, y sobre la función del ne (no) en el "Je ne dis pas(2)", "Yo no digo", es allíque me detendré un instante, antes de dar un paso más, porque creo que allí está laarticulación esencial. Esa suerte de no (ne) del "yo( je) no (ne) digo (dis) (pas)", que hace que ,precisamente diciendo que no se dice, se dice, cosa que parece casi una suerte de evidenciapor el absurdo, es algo en lo que tenemos que detenernos, recordando lo que ya les indiquécomo siendo la propiedad más radical, - si se puede decir- del significante. Y si ustedes seacuerdan, ya traté de llevarlos por vía de una imagen, de un ejemplo, mostrando a la vez larelación que hay entre el significante y una cierta especie de índice o de signo que he llamado :la huella que ya ella porta la marca de no sé qué especie de reverso de la impronta de lo real .

Les hablé de Robinson Crusoe y del Paso de la huella del paso (pas)(3) de Viernes, y nosdetuvimos un instante en esto: eso ya es el significante; y les he dicho que el significantecomienza no en la huella, sino en esto de que se la borre, y no es el haberla borrado lo queconstituye el significante; es algo que se plantea como pudiendo ser borrado lo que inaugura elsignificante.

Dicho de otra manera, Robinson Crusoe borra la huella del paso de Viernes, pero, ¿qué haceen su lugar? Si quiere guardar el lugar del pie de Viernes, hace falta, por lo menos, una cruz,es decir, una barra y otra barra sobre ella. Ese es el significante específico. El significanteespecífico es algo que se presenta como pudiendo ser borrado y que justamente, en esaoperación de borrado como tal, subsiste.

Quiero decir que el significante borrado se presenta ya como tal con sus propiedades de nodicho. En tanto que con la barra anulo ese significante, lo perpetúo como tal indefinidamente,inauguro la dimensión del significante como tal. Hacer una cruz , es precisamente lo que noexiste en ninguna forma de demarcación (reperage) de alguna manera permitida. No hay, quecreer que los seres no parlantes, los animales, no señalizan nada, sino que no dejanintencionalmente como he dicho, más que las huellas de las huellas. Volveremos, cuandotengamos tiempo, sobre los hábitos del hipopótamo. Veremos lo que deja sobre sus pasos apropósito de sus congéneres .

Lo que deja el hombre tras de sí, es un significante, es una cruz, es una barra, en tantobarrada, en tanto que recubierta por otra barra que, por otra parte indica que, como tal, estáborrada.

Esa función del nombre del 'no', en tanto es el significante que se anula a sí mismo, es algoque seguramente merece un amplio desarrollo. Es sorprendente ver hasta qué punto loslógicos , por ser, como siempre, demasiado psicólogos , han hecho en clasificación, en su

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articulación de la negación, han dejado extrañamente de lado lo más original.

Saben, o no lo saben; y después de todo, no tengo la intención de hacerlos entrar en losdiferentes modos de la negación. Quiero simplemente decirles que más originalmente que loque se puede articular en el orden del concepto, en el orden de lo que distingue el sentido de lanegación de la privación, etc; más originalmente, es en el fenómeno de lo hablado, en laexperiencia, en el empirismo lingüístico, que debemos encontrar en su origen lo que paranosotros es más importante. Y es por eso que sólo allí me detendría, y aquí no puedo al menospor un instante, no manifestar algunas investigaciones que tienen valor de experiencia, yespecialmente la que fue hecha por Edouard Pichon, quien fue, como saben, uno de nuestrosmayores psicoanalistas, que murió al comienzo de la guerra de una grave enfermedadcardíaca. Edouard Pichon, a propósito de la negación, ha hecho esa distinción de la cual esnecesario que tengan al menos una pequeña percepción, una pequeña noción, una pequeñaidea.

El se percata de algo; él habría querido, manifiestamente quería ser psicólogo; nos escribe quelo que él hace es una suerte de exploración de las palabras en el pensamiento.

Como cualquiera, él es susceptible de ilusiones sobre sí mismo, porque felizmente eso es loque hay allí de más débil en su obra: esa pretensión de remontar las palabras al pensamiento.Pero por otra parte, resulta ser un observador admirable; quiero decir que tenía un sentido dela materia (etoffe) lingüisteril, que hace que nos informe más sobre las palabras que sobre elpensamiento. Y en cuanto a las palabras, en cuanto a ese uso de la negación, esespecialmente en francés que se detiene sobre ese uso de la negación; y ahí no ha podidohacer ese hallazgo que hace esa distinción, que se articula en esa distinción que hace de loforclusivo(4) y lo discordancial(5)

Enseguida voy a darles ejemplos de la distinción que hace. Tomemos una frase como 'No haynadie aquí' ( Il n'y a personne ici). Esta es forclusiva: queda inmediatamente excluido que aquíhaya alguien. Pichon se detiene en lo que hay de remarcable, que cada vez que en francésnos la vemos con una forclución simple y pura, hace falta que empleemos dos términos, un 'no'(ne ) y después, algo que aquí está representado por el 'nadie' (personne), que podría serlo porel 'no' (pas): "no tengo dónde alojarlo " (quité ) .

Por otra parte ha destacado un gran número de usos del 'no' (ne) y justamente, los másindicativos allí, como en todas partes, los que plantean los problemas más paradójicos, semanifiestan siempre, es decir que, en primer lugar, jamás un 'no' (ne) puro y simple, o casinunca, es puesto en uso para indicar la pura y simple negación, lo que por ejemplo en alemáno en inglés, se encarna en el "nicht" o en el 'not' . El 'no' (ne) solo, librado a sí mismo, expresalo que Pichon llama una discordancia, y esa discordancia es precisamente algo que se sitúaentre el proceso del enunciado y de la enunciación.

Para decirlo todo, e ilustrar de qué se trata, voy a darles justamente el ejemplo sobre el cualPichon más se detuvo, efectivamente, pues es especialmente ilustrativo, es el empleo de esos'no' (ne) que la gente que no comprende nada, es decir, la gente que quiere comprender, llama

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el 'no' (ne) expletivo (expletif)(6)

Se los digo porque ya he acentuado esto la última vez, ya he hecho alusión a propósito de unartículo que me había parecido ligeramente escándaloso aparecido en Le Monde sobre el asíllamado "ne expletif".Ese 'no' expletivo que no es un 'no' expletivo, que es un 'no'absolutamente esencial para el uso de la lengua francesa, es el que se encuentra en la frase:"Je crains qu' il en vienne" (temo que el venga). Cada cual sabe que el "Je crains qu'il nevienne" quiere decir " temo que él venga", y no que yo (je) temo que él no venga . Pero enfrancés se dice "Je crains qu' il ne vienne". En otros términos, el francés, en ese punto de suuso lingüístico toma, al 'ne', en alguna parte de su errancia, si así puede decirse, de sudescenso de un proceso de la enunciación donde el 'ne' se ubica sobre la articulación de laenunciación, sobre el significante puro y simple, llamado en acto. Por ejemplo, en 'ne' de "Jene dis pas que je suis ta femme" (no digo que soy tu mujer), el 'ne' de "Je ne suis pas tafemme" (no soy tu mujer). Sin ninguna duda no estamos aquí para hacer la génesis dellenguaje, pero algo está implicado aún en nuestra experiencia.

Lo que quiero mostrarles que nos indica la articulación que da Freud de la negación, es queimplica que la negación desciende de la enunciación al enunciado. Y cómo no sorprenderse,porque después de todo, toda negación en el enunciado implica una cierta paradoja, porqueplantea algo que, para plantearlo al mismo tiempo, digamos, en un cierto número de casos,como no existiendo parte alguna entre la enunciación y el enunciado, y en ese plano donde seinstauran las discordancias, donde algo en mi temor adelanta el hecho de que él venga, ydeseando que él no venga (qu'il ne vienne pas) puede articularse de otro modo ese "temo quevenga" (Je crains qu'il vienne), como un "temo que venga" (Je crains qu'il ne vienne),abrochando al pasar, por así decir, ese 'no' (ne) de discordancia que se distingue como tal, enla negación, del 'ne' forclusivo.

Ustedes me dirán: esto es un fenómeno particular de la lengua francesa; lo evocaronoportunamente hablando del 'nicht' alemán y el 'not' inglés. Por cierto eso no es lo importante.Lo importante es que la lengua inglesa, por ejemplo, donde articulamos cosas análogas, asaber, lo que percibimos, y esto se los puedo demostrar aquí porque no estoy aquí para hacerun curso de lingüística, es algo análogo a lo que se manifiesta en el hecho de que en inglés, lanegación no puede aplicarse en forma directa al verbo, en tanto que es verbo del enunciado, elverbo designante del proceso en el enunciado. No decimos "I eat not", sino "I don't eat".

En otros términos, he aquí que tenemos huellas en la articulación del sistema lingüísticoinglés, de esto: para todo lo que es del orden de la negación, el enunciado es llevado a tomaruna forma, que es calcada sobre el empleo de un auxiliar; el auxiliar es típicamente el que enel enunciado introduce la dimensión del sujeto. 'I don't eat', ' I won't eat', o 'I won't go' que es,hablando con propiedad "yo no iré", que no implica sólo el hecho, sino mi resolución de sujetode no ir, el hecho de que para toda negación, en tanto negación pura, algo como unadimensión auxiliar aparece. Y esto, en la lengua inglesa, es la huella de algo que enlazaesencialmente la negación a una suerte de posición original de la enunciación como tal.

El segundo tiempo o etapa de lo que la última vez traté de articular ante ustedes, está

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constituido por esto: que para mostrarles por qué camino, por qué vía el sujeto se introduce enla dialéctica del otro, en tanto que ella le es impuesta por la estructura misma de esa diferenciade la enunciación y del enunciado, los llevé por una vía que hice, se los dije, expresamenteempírica.

No es la única. Quiero decir que introduzco allí la historia real del sujeto. Les he dicho que elpaso siguiente de eso por lo cual en el origen el sujeto se constituye en el proceso de ladistinción de ese yo (je) de la enunciación, con el yo (je) del enunciado, es la dimensión de nosaber nada. El comprueba en esto, que es sobre el fondo de que el otro sabe todo de suspensamientos, porque sus pensamientos son por naturaleza y estructuralmente, en (su) origen,ese discurso del otro, que descubre de hecho, que el otro no sabe nada de sus pensamientos.Ahí se inaugura para él la vía que es la que buscamos, la vía por donde el sujeto va adesarrollar esa exigencia contradictoria de lo dicho, y encontrar el difícil camino por donde hade efectuar ese no-dicho en su ser, y devenir esa suerte de ser con el que tenemos quevérnosla.

Un sujeto que tiene la dimensión de lo inconsciente, esto es el paso esencial que, en laexperiencia del hombre, nos hace hacer el psicoanálisis en relación a que después de largossiglos, la filosofía está en alguna medida, diría, cada vez más obstinada en proseguir esediscurso: el sujeto no es sino el correlativo del objeto en la relación de conocimiento. El sujetoes eso que está supuesto por el conocimiento de los objetos, esa suerte de extraño sujeto delque no sé ya dónde he dicho, que podía hacer los domingos de filósofo, porque el resto de lasemana, es decir, durante el trabajo, cada uno puede descuidarlo plenamente. Ese sujeto noes sino la sombra, en cierto modo, el doble de los objetos, ese algo que es olvidado en esesujeto; esto es, que el sujeto es el sujeto que habla .

Lo que cambia completamente la naturaleza de sus relaciones al objeto, es el punto crucial desus relaciones al objeto, que se llama, justamente, el deseo. Es en ese campo que tratamos dearticular las relaciones del sujeto al objeto, en el sentido en que son relaciones de deseo,porque es en este campo que la experiencia analítica nos enseña que debe articularse.

La relación del sujeto al objeto no es una relación de necesidad. La relación del sujeto al objetoes una relación compleja que, precisamente, trato de articular ante ustedes. Comencemos porindicar esto: es porque allí se sitúa esa relación de la articulación del sujeto al objeto, que elobjeto se encuentra siendo ese algo que no es el correlativo y correspondiente de unanecesidad del sujeto, sino algo que soporta el sujeto en el preciso momento en que debeencarar, si se puede decir, su existencia en el sentido más radical. Esto es que, justamente,existe en el lenguaje, es decir que él consiste en algo que está fuera de él, algo que no puedeasir en su naturaleza propia de lenguaje, sino en el preciso momento en que él, como sujeto,debe borrarse, evanescerse, desaparecer, tras un significante, que es precisamente el punto(de) pánico, si así podemos decirlo, alrededor del cual ha de engancharse algo, justamente, alobjeto de deseo que, en tanto tal, se engancha.

Alguien que no voy a nombrar para no hacer embrollo, un contemporáneo ya muerto, haescrito por ahí: "Si llegáramos a comprender lo que el avaro llegaría a saber, lo que el avaro ha

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perdido cuando se le roba su cofre, se aprendería mucho".

Esto es exactamente lo que debemos aprender, por nosotros mismos, y a enseñar a los otros.

El análisis es el primer lugar, la primera dimensión en la cual puede responderse a esapalabra; y porque el avaro es ridículo, es decir, mucho más próximo al inconsciente para queustedes puedan soportarlo, va a hacer falta que encuentre otro ejemplo más noble parahacerles asir lo que quiero decir.

Podría comenzar a articularles en los mismos términos que en su momento en lo concernientea la existencia, y en dos minutos me tomarían por un existencialista, y no es lo que deseo.

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Clase 22. Le désir de Pensée. 17 de Mayo de 1961Ya hemos encontrado este punto extremo . Y lo que quiero mostrarles, es que aquí estátraspasado. Lo hemos encontrado al final de la tragedia edípica, en el Mèphynai de Edipo enColona, ese "podría yo no haber sido" (puissais—je n'etre pas) que quiere también decir: nohaber nacido (n'etre pus né), donde, os lo recuerdo al pasar, encontramos el verdadero lugardel sujeto en tanto que es sujeto del inconsciente. Ese lugar es el Mè ese no tan particular delque no aprehendemos en el lenguaje más que los vestigios en el momento de su apariciónparadójica en términos como estos: "temo que él venga" (je crains qu' il ne vienne), o "antesque él aparezca" (avant qu'il n'apparaisse), donde aparece a los gramáticos como expletivo,cuando es justamente allí que se muestra la punta del deseo. No el sujeto del enunciado quees el yo (je), el que habla actualmente, sino el sujeto donde origina la enunciación.

Mè ephynai ese "no soy" (me fus-je), o ese "no fui" (ne fus-je), para estar más cerca, ese "noser" (n' être que equivoca tan curiosamente en francés con el verbo del nacimiento(7)), he aquídonde nos encontramos con Edipo Y qué es designado allí, sino que por imposición al hombrede un destino, de un intercambio de estructuras parentales, algo esta allí recubierto, que haceya su entrada en el mundo, la entrada en el juego implacable de una deuda. A fin de cuentas,él es culpable simplemente por esta carga que recibe de la deuda del Ate que le precede.

Desde entonces ocurrió otra cosa. El Verbo se encarnó para nosotros. Vino al mundo, y, encontra de la palabra del Evangelio, no es verdad que no lo hayamos reconocido. Lo hemosreconocido y vivimos de las consecuencias de este reconocimiento. Es eso lo que quisieraarticular para ustedes.

Es que para nosotros el Verbo no es simplemente la ley donde nos insertamos para llevar cadauno de nosotros la carga de esta deuda que hace nuestro destino, sino que abre para nosotrosuna posibilidad, una tentación de donde nos es posible maldecirnos, no solamente comodestino particular, como vida, sino como la vía misma donde el Verbo nos compromete, y comoencuentro con la verdad, como hora de la verdad. No estamos ya solamente al alcance de serculpables por la deuda simbólica. Es por tener la deuda a nuestro cargo que puede sernosreprochada, en el sentido más próximo que esta palabra indica. En fin, es que la deuda misma

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en la cual teníamos nuestro lugar puede sernos arrebatada, en la cual podemos sentirnos anosotros mismos, totalmente alienados. El Ate antiguo, sin duda nos hacía culpables de estadeuda, pero por renunciar a ella, como podemos hacerlo ahora, estamos cargados de unadesgracia que es mayor aún, que ese destino no sea ya más nada.

En resumen, lo que sabemos, lo que tocamos por nuestra experiencia de todos los días, es laculpabilidad que nos queda, la que palpamos de cerca en el neurótico. Es ella la que debe serpagada, justamente porque el Dios del Destino está muerto. Que ese Dios esté muerto está enel corazón de lo que nos es presentado por Claudel. Ese Dios muerto está aquí representadopor este cura proscripto que no nos es presentado, más que bajo la forma de lo que esllamado el Rehén, que da su título a la primera obra de la trilogía, figura de lo que fue la feantigua. Y el Rehén en manos de la politica, de aquellos que quieren utilizarlo para fines derestaurant(8).

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Clase 8. Del 17 de Enero de 1962¿Podemos contentarnos con situarlo así? Por un momento llevemos nuestra atención hacia lanegación misma. ¿Podemos así contentarnos con situar sus efectos en una simple experienciade su empleo? Llevarlos a este lugar por todos los caminos de una indagación lingüística, esalgo de lo que no podemos privarnos. Por lo demás, hemos ya avanzado en ese sentido, y siustedes lo recuerdan, se ha hecho alusión aquí desde hace tiempo a las observacionesciertamente muy sugestivas sino esclarecedoras, de Pichon o de Damourette, en sucolaboración para una gramática muy rica y muy fecunda, a considerar, gramáticaespecialmente de la lengua francesa en la cual sus observaciones vienen a puntualizar que nohay -dicen ellos-, hablando con propiedad, negación en francés. Oyen decir que esta fórmulasimplificada en su sentido de ablación radical, tal como ella se expresa en la caída de ciertasfrases alemánas, entiendo caída porque es el término nicht que al venir de una manerasorpresiva a la conclusión de una frase proseguida en registro permite al auditor permanecerhasta su término en la más perfecta indeterminación y profundamente en una posición decreencia; por ese nicht que la tacha, toda la significación de la frase se encuentra excluida delcampo de admisibilidad de la verdad.

Pichon señala, no sin pertinencia, que la división, la esquizo más común en francés, de lanegación entre un "ne" por un lado, y un término auxiliar, el "pas", "personne", ("nadie"), "rien"("nada"), "point" ("no"), "mie" ("más"),"goutte" ("nada"), que ocupan una posición en la fraseenunciativa qué queda por precisar por relación al "ne" mencionado al principio, esto lessugiere particularmente al observar de cerca el uso separado que puede hacerse de él, atribuira una de esas funciones una significación llamada discordancial, y a la otra, una significaciónexclusiva.

Es justamente de la exclusión de lo real que estaría encargado el "pas", el "point", mientrasque el "ne" expresaría esta discordancia a veces tan sutíl que no es más que una sombra yparticularmente en ese famoso "ne" que ustedes saben que he tenido muy en cuenta alintentar por primera vez justamente demostrar ahí algo como la huella del sujeto del

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inconsciente, el "ne" llamado expletivo. El "ne" de ese "je crains qu'il ne vienne" ("temo quevenga"), ustedes perciben que no quiere decir otra cosa que "j'esperais qu'il vienne" ("ojalá quevenga"), expresa la discordancia de vuestros propios sentimientos respecto de esta persona yvehiculiza de alguna manera la huella tanto más sugestiva por estar encarnada en susignificante, ya que lo llamamos en psicoanálisis ambivalencia: "je crains qu'il ne vienne", no estanto expresar la ambigüedad de nuestros sentimientos como mostrar cómo, por estasobrecarga en un cierto tipo de relaciones, es capaz de resurgir, de emerger, de reproducirse,de marcarse en una apertura, esta distinción del sujeto del acto de la enunciación en tanto tal,por relación al sujeto del enunciado(9). Incluso si no está presente a nivel del enunciado de unmodo que lo designe. "Je crains qu'il ne vienne" es un tercero; si se hubiera dicho "je crainsque je ne fasse" ("temo que yo haga"), —lo que casi no se dice aún cuando es concebible—,estaría al nivel del enunciado; sin embargo poco importa que sea designable— ustedes ven porotra parte que puedo hacerlo volver a entrar- a nivel del enunciado; y un sujeto encubierto o noa nivel de la enunciación, representado o no, nos conduce a plantearnos la cuestión de lafunción del sujeto, de su forma , de lo que él soporta, y a no engañarnos, a no creer que essimplemente el "je" que, en la formulación del enunciado lo designa como aquél que, en elinstante que define el presente, porta la palabra.

El sujeto de la enunciación tiene tal vez siempre otro soporte. Lo que acabo de articular es queese pequeño "ne", aquí aprehensible bajo la forma expletiva, es ahí que debemos reconocer,hablando propiamente en un caso ejemplar, el soporte, lo que no quiere decir, seguramente,tampoco que en ese fenómeno de excepción debamos reconocer su soporte exclusivo.

El uso de la lengua va a permitirme acentuar ante ustedes de una manera muy banal, no tantola distinción de Pichon —en verdad no la creo sostenible hasta su término descriptivo—;fenomenológicamente descansa sobre la idea inadmisible para nosotros, de que se puede dealguna manera fragmentar los movimientos del pensamiento. Sin embargo, ustedes tienen estaconciencia lingüística que les permite inmediatamente apreciar la originalidad del caso en elque ustedes tienen solamente, donde sólo pueden en el uso actual de la lengua —esto nosiempre ha sido así: en los tiempos arcaicos, la forma que voy a formular ahora era la máscomún; en todas las lenguas una evolución se marca como por un deslizamiento que loslingüistas intentan carácterizar por las formas de la negación. El sentido en el cual estedeslizamiento se ejerce —daré tal vez enseguida la línea general, pero por el momentotomemos el simple ejemplo de lo que se ofrece a nosotros muy simplemente— en la distinciónentre dos fórmulas igualmente admisibles, igualmente recibidas, igualmente expresivas,igualmente comunes: la del "je ne sais" con el "je sais pas". Ustedes ven, pienso enseguida encual es la diferencia, diferencia de acento. Ese "je ne sais" no deja de tener algún manierismo,es literario, es un poco mejor sin embargo que "jeunes nations", pero es del mismo orden. Sonlos dos Marivaux sino rivales (rivaux).

Ese "je ne sais", lo que él expresa, es en esencia algo absolutamente diferente del otro códigode expresión de aquél del "j'sais pas": expresa la oscilación, las vacilaciones, incluso la duda.No es por nada que evoqué a Marivaux: es la forma ordinaria sobre la escena donde puedenformularse las confesiones veladas. Al lado de ese "je ne sais" había que divertirseortografiando, con la ambigüedad dada por mi juego de palabras, el "j'sais pas" por la

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asimilación que sufre por el hecho de la vecindad de la s inaugural del verbo, la i del je que sevuelve una che aspirada, que es por allí una silbante sorda. El "ne" aquí tragado , desaparece:toda la frase viene a descansar sobre el "pas" pesado de la oclusiva que la determina. Laexpresión no tomará su énfasis de acentuación un poco irrisorio, incluso populachero en laocasión, justamente sino de su discordancia con lo que había expresado antes. El "j'sais pas"marca, si puedo decir, el golpe de algo donde al contrario, el sujeto sufre un colapso, seaplasta.

"¿Cómo pasó"?, pregunta la autoridad después de alguna triste desventura al responsable: "nosé" ("j'sais pas"). Es un agujero, una abertura que se abre en el fondo de la cual el mismosujeto desaparece, es tragado, pero no aparece aquí más en su movimiento oscilatorio, en elsoporte que le ha sido dado en su movimiento original. Sino al contrario, bajo una forma deconstatación de su ignorancia, hablando con propiedad, expresada, asumida, proyectada,constatada, es algo que se presenta como un no ser allí, como proyectado sobre unasuperficie, sobre un plano donde es como tal reconocible.

Y lo que aproximamos por esta vía, en esos señalamientos controlables de mil maneras, Portodo tipo de otros ejemplos, es algo de lo que debemos retener como mínimo la idea de unadoble vertiente. ¿Esa doble vertiente es verdaderamente de oposición, como Pichon lo da aentender, en cuanto al aparato mismo, es que un examen más profundo puede permitirnosresolverlo?.

Observemos en primer lugar que el "ne" de esos dos términos parece sufrir allí la atracción delo que se puede denominar el grupo de cabeza de la frase, en la medida en que esaprehendido, soportado, por la forma pronominal: ese pelotón de cabeza en francés, esllamativo en las fórmulas que lo acumulan, tales como "je ne le" ("yo no lo"), "je le lui" ("yo le"),lo que agrupado antes del verbo no deja de reflejar ciertamente una profunda necesidadestructural: que el "ne" venga ahí a agregarse, diría que no está ahí lo que nos parece másdestacable. Lo que nos parece más llamativo es esto: es que al venir a agregarse ahí, acentúalo que llamaré la significación subjetiva.

Observen en efecto que no es una casualidad si es a nivel de un "je ne sais", de un "je ne puis"("no puedo") , de una cierta categoría que es la de los verbos donde se sitúa, se inscribe laposición subjetiva misma como tal, que encontré mi ejemplo de empleo aislado del "ne". Hayen efecto todo un registro de verbos cuyo uso es apropiado para hacernos observar que sufunción cambia profundamente al ser empleados en la primera o la segunda o la tercerpersona. Si digo "je crois qu'il va pleuvoir" ("creo que va a llover"), esto no distingue de mienunciación que va a llover, un acto de creencia. "Creo que va a llover" connota simplementeel carácter contingente de mi previsión. Observen que las cosas se modifican cuando paso alas otras personas: "tu crois qu'il va pleuvoir", ("crees que va a llover"), apela mucho más a otracosa: aquél a quién me dirijo, apelo a su testimonio. "Il croit qu'il va pleuvoir" ("él cree que va allover"), da cada vez más peso a la adhesión del sujeto a su creencia. La introducción del "ne"será siempre fácil cuando viene a adjuntarse a esos tres soportes pronominales de ese verboque tiene aquí función variada: en el inicio del matiz enunciativo, hasta el enunciado de unaposición del sujeto; el peso de "ne" será siempre para llevarlo hacia el matiz enunciativo.

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"Je ne crois pas qu' il va pleuvoir" ("no creo que vaya a llover") está aún más ligado al carácterde sugestión disposicional que es el mío. Esto puede no tener absolutamente nada que ver conuna no-creencia, sino simplemente con mi buen humor.

"Je ne crois pas qu' il va pleuvoir", "je ne crois pas qu' il pleuve" ("no creo que llueva"), lo quequiere decir que las cosas no parecen presentarse demasiado mal.

Asimismo, al adjuntar a las dos otras formulaciones, lo que por otra parte va a distinguir otrasdos personas, el "ne" tenderá a "yo-izar" ("je-iser") aquello de lo que en las otras fórmulas setrata. "Tu ne crois pas qu' il va pleuvoir", "il ne croit pas qu' il doive pleuvoir" ("no cree quetenga que llover"). Es en tanto que están atraídos hace el "je" que estarán, por el hecho de laadjunción de esta particulita negativa, introducidos en el primer miembro de la frase.

¿Quiere esto decir que frente a esto, debamos hacer del "pas" algo que brutalmente connota elpuro y simple hecho de la privación? Sería seguramente la tendencia del análisis de Pichon, enla medida en que, en efecto, logra agrupar los ejemplos para dar todas las apariencias. Dehecho, no lo creo por razones que se sustentan en principio en el origen mismo de lossignificantes en juego. Seguramente, tenemos la génesis histórica de su forma de introducciónen el uso. Originalmente, "je n' y vais pas" ("no voy"), puede acentuarse con una coma: "je n' yvais pas, pas", si puedo decir; "je n' y vais, point": ni siquiera con un punto; "je n' y trouvegoutte" ("no encuentro nada") "il n'en reste, mie" ("no queda nada"); se trata de algo que, lejos;de ser en su origen la connotación de un agujero de la ausencia, expresa al contrario lareducción, la desaparición sin duda, pero no acabada, dejando tras ella, la estela del rasgomás pequeño, el más evanescente.

De hecho, estos términos fáciles de restituir en su valor positivo, al punto en que soncorrientemente empleados con este valor, reciben su carga negativa del deslizamiento que seproduce hacia ellos de la función del "ne", e incluso si el "ne" está elidido, es de su carga sobreellos que se trata en la función que ejerce. Algo, si se puede decir, de la reciprocidad, digamos,de ese "pas" y de ese "ne", nos será aportado por lo que sucede cuando invertimos su ordenen el enunciado de la frase.

Decimos —ejemplo de lógica— "no hay hombre que no mienta". Está allí el "pas" que abre elfuego ("pas un homme qui ne mente"), lo que trato aquí de designar, de hacerles aprehender,es que el "pas" para abrir la frase no juega absolutamente la misma función que le seríaatribuible, al decir de Pichon, si esta fuera la que se expresa en la fórmula siguiente: llego yconstato: "il n' y a ici pas un chat" ("no hay aquí ningún gato"). Entre nosotros dejenmeseñalarles al pasar, el valor esclarecedor, privilegiado, incluso redoblado del uso mismo de untal término: "pas un chat". Si tuviéramos que hacer el catálogo de los medios de expresión dela negación, propondría que pusiéramos en la rúbrica este tipo de palabras para constituir unsoporte de la negación, no sin considerarla una categoría especial.

¿Qué tiene que ver el gato en esta cuestión? Dejemos esto por el momento.

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"No hay hombre que no mienta", muestra su diferencia con este concierto de carencia, algoque es absolutamente de otro nivel y que está suficientemente indicado por el empleo delsubjuntivo.

El "no hay un hombre que no mienta" está en el mismo nivel que motiva, que define todas lasformas discordanciales, para emplear el término de Pichon, que podamos atribuir al "ne" desdeel "je crains qu' il ne vienne", hasta el "plus petit que je ne le croyais" (más pequeño de lo quelo creía"), o incluso "il y a longtemps que le ne l' ai vu" ("hace tiempo que no lo veo"), queplantean -se los digo al pasar- todo tipo de cuestiones que estoy obligado a dejar de lado por elmomento. Les hago observar al pasar que lo que soporta una fórmula como "hace tiempo queno lo veo" ("ll y a longtemps que je ne l'ai vu"), ustedes no pueden decirlo a propósito de unmuerto o de un desaparecido; "ll y a longtemps que je ne l'ai vu" supone que el próximoreencuentro es siempre posible.

Ven con qué prudencia el examen, la investigación de estos términos debe ser manejada, y espor esto que en el momento de intentar exponer, no la dicotomía, sino un cuadro general de losdiversos niveles de la negación, en la cual nuestra experiencia nos aporta entradas de matricesricas de distinto modo a todo lo que que se había hecho a nivel de los filósofos desdeAristóteles hasta Kant, y ustedes saben cómo esas entradas de matrices se llaman: privación—frustración— castración, son las que vamos a intentar retomar para confrontarlas con elsoporte significante de la negación tal como podemos tratar de identificarla.

"No hay hombre que no mienta", ¿qué nos sugiere esta fórmula, "homo mendax", este juicio,esta proposición que les presento bajo la forma tipo de la afirmativa universal, a la que ustedessaben quizás que hice ya alusión en mi primer seminario de este año a propósito del usoclásico del silogismo "todo hombre es mortal, Sócrates, etc." con lo que connoté al pasaracerca de su función transferencial.

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Clase 12. Del 7 de Marzo de 1962A partir de allí todo se ordena, particularmente en los casos particulares: en el todo, hay o nohay. Una oposición contradictoria se establece en diagonal, y es la única verdaderacontradicción que subsiste en el nivel del establecimiento de la dialéctica universal- particular,negativa- afirmativa, por el rasgo unario.

Entonces todo se ordena en el montón , el nivel inferior, hay o no hay, y esto no puede existirsino en la medida en que está constituido por la exclusión del trazo en estado de todo o de loque vale como todo en el piso superior.

Es entonces el sujeto, como se podía esperar, el que introduce la privación y por el acto deenunciación qué se formula esencialmente así: "¿podría ser que (no) haya mama?" ("se

pourrait-il qu' il n' y ait mamme ?'') - ne (no) que no es negativo, ne que es estrictamente de lamisma naturaleza de lo que se llama expletivo en la gramática francesa - "se pourrait-il qu' il

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n' y ait mamme? Pas possible, rien peut-être" ("¿podría ser que (no) haya mama? No esposible, nada quizás" ). Está allí el comienzo de toda enunciación del sujeto concerniente a loreal.

En el primer blanco del círculo se trata de preservar los derechos de la nada, arriba, porque; esél el que crea, abajo, el quizás, es decir la posibilidad. Lejos de que se pueda decir como unaxioma que todo real es posible —y está ahí el error asombroso de toda la deducción abstractade lo trascendental—, no es sino a partir de lo no posible que lo real toma lugar.

Lo que el sujeto busca, es ese real en tanto justamente no posible; es la excepción, y ese realexiste seguramente. Lo que se puede decir es que no hay justamente sino el no posible en elorigen de toda enunciación. Pero se ve que es del enunciado de la nada que parte. Paradecirlo todo, esto está ya reasegurado, esclarecido, en mi triple enuneración: privación:frustración, castración, tal como anuncié que lo desarrollaríamos el otro día, y algunos seinquietan de que no den lugar a la Verwerfung: está allí antes, pero es imposible partir de allíde una manera deducible. Decir que el sujeto se constituye primeramente como menos uno esalgo en lo que pueden ver que efectivamente , como se puede esperar, es como verworfwenque vamos a encontrarlo, pero, para percibir que esto es verdad va a ser necesario hacer ungran rodeo. Es lo que voy a intentar esbozar ahora.

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14. Del 13 de Marzo de 1963Ahora bien — y no pienso que esto sea traicionarlo— , como Kaufman tiene la inquietud dearticular algo bien preciso y centrado justamente en esos pavores chejovianos, creo queimporta subrayar que de ellos hago sólo un empleo lateral y en cierto modo dependiente enrelación con aquél que será llevado él mismo a efectuar más tarde en un trabajo.

Y al respecto, creo que antes de comenzar voy a hacer que aprovechen un pequeño hallazgo,debido también a Kaufman, que no es rusófono: en el curso de esta búsqueda encontró otrotermino, el más común por "yo temo", que según parece, es borocb . Se trata de la primerapalabra que ven escrita en estas dos frases; y a ese propósito Kaufman dio en advertir que, sino me equivoco, tanto en ruso como en francés, la negación llamada "expletiva", aquéllasobre la cual hice tanto hincapié —pues en ella encuentro nada menos que la huellasignificante en la frase de lo que yo llamo el sujeto de la enunciación, distinto del sujeto delenunciado— , que también en ruso existe en la frase afirmativa, quiero decir la frase quedesigna en el modo afirmativo el objeto de mi temor, lo que yo temo, no es "que éI no venga",es "que él venga", y digo: "que él no venga", en lo cual me veo confirmado por el ruso cuandodigo que no basta con calificar al"ne "expletivo de discordancial, es decir, con marcar ladiscordancia que hay entre mi temor: puesto que temo que él venga, espero que no venga.

Y bien, según el ruso, parecería que es preciso conceder todavía más especificidad — y estoresponde al sentido del valor que le doy— a ese "ne" expletivo; a saber, que lo que el mismorepresenta es efectivamente el sujeto de la enunciación como tal, y no simplemente susentimiento; porque en ruso la discordancia ya está indicada por un matiz especial, a saber,

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que el ZTOb ya es en sí mismo un "que no", pero marcado por otro matiz. Si comprendí bien aSmirnof, el b que distingue ese ZTOb del "que" simple, del ZTO que aparece en la segundafrase, abre, indica un matiz de verbo, una suerte de aspecto condicional, de modo que dichadiscordancia está ya marcada a nivel de la letra b. Lo cual no impide que el "no" de lanegación, por lo tanto todavía más expletiva, desde el simple punto de vista del significado,funciona sin embargo en ruso igual que en francés, dejando entonces abierto el problema desu interpretación, del que acabo de expresar cómo lo resuelvo.

Jacques Lacan / Los Seminarios de Jacques Lacan / Seminario 11. Los cuatro conceptos

fundamentales del psicoanálisis / Clase 5. Tyche y automaton. 12 de Febrero de 1964Pero entonces tengo por fuerza que preguntarme qué soy en ese momento -en ese instante,tan inmediatamente anterior y tan separado, en que empecé a soñar bajo ese golpe que,según parece, es lo que me despierta. Lo soy, que yo sepa, antes de que me despierte, avantque je ne me reveille -con ese ne, llamado expletivo, ya designado en alguno de mis escritos,que es el modo mismo de presencia de ese soy de antes del despertar. No es expletivo, esmás bien la expresión de mi impleancia cada vez que tiene que manifestarse. La lengua, lalengua francesa, lo define bien en el acto de su empleo. Si digo: Aurez-vous fini avant qu'il nevienne, "¿Habrá usted terminado antes de que él venga?", el ne indica que a mi me importaque usted haya terminado, quiera Dios que él no venga antes. Mientras que si digopasserez-vous avant qu'il vienne?, " ¿Pasará usted antes de que él venga?", sin el ne, estoysimplemente diciendo que si es así, cuando él venga, usted no estará.

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psicoanalítico / Clase 11. Del 28 de Febrero de 1968No es la misma cosa en lo más mínimo. La diferencia reside precisamente en el "no todos" quehace pasar el hecho que ponemos en suspenso que rechazamos el universal, lo que introducela definición en este caso del particular.

Hoy no voy a llevar más lejos esto, pero está bien claro que se trata de algo que ya heindicado, esbozado por numerosos rasgos de mi discurso, cuando insistí, por ejemplo, sobreque, en la gramática, en ninguna parte era más sensible el sujeto de la enunciación que en esene(10) lo que los gramáticos no saben —porque naturalmente los gramáticos son lógicos, esoes lo que los pierde; eso nos deja la esperanza de que los lógicos tengan una pequeña idea dela gramática en esto ponemos justamente toda nuestra esperanza acá, es decir, que es esto loque nos conduce al campo psicoanalítico— abreviando, a ese ne lo llaman expletivo, que seexpresa tan bien en la expresión, por ejemplo: estaré allá —o no estaré allá— antes que él (ne)llegue, empleado en un sentido que quiere decir exactamente: antes que él llegue; esúnicamente allí que eso toma su sentido; es "antes que él (ne) llegue" lo que introduce acá lapresencia de yo (moi) en tanto que sujeto de la enunciación, es decir en tanto que eso meinteresa, por otra parte es allí que es indispensable que yo (je) esté interesado en que él llegueo que él no llegue.

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No hay que creer que ese no sólo sea captable acá, en ese punto bizarro de la gramáticafrancesa donde no se sabe qué hacer con eso y donde además se lo puede llamar expletivo,lo que no quiere decir otra cosa que: después de todo tendría el mismo sentido si uno no sevaliera de él.

Precisamente todo está ahí: no tendría el mismo sentido. Lo mismo que en esa forma quetiene de articular la cuantificación que consiste en separar las carácterísticas y hasta, paramarcar bien el golpe, no expresar la cuantificación más que por esos signos escritos que son el para lo universal y el $ para lo particular.

Esto supone que lo aplicamos a una fórmula que, puesta entre paréntesis, puede sersimbolizada por lo que en general se llama función.

Jacques Lacan / Los Seminarios de Jacques Lacan / Seminario 19. .....Ou pire / Clase 5.

Del 9 de Febrero de 1972Bien, tienen acá una, típica: "Yo te demando me rechaces lo que yo te ofrezco", aquí nosdetenemos, porque espero que no haya necesidad de agregar nada para que eso secomprenda, es muy precisamente eso la "carta de a-muro", la verdadera, "rechazar lo que yote ofrezco", se puede completar para aquellos que por casualidad no hubieran nuncacomprendido lo que es la "carta de a-muro", "rechazar lo que yo te ofrezco porque eso no eseso". Ustedes lo ven, patiné, patiné porque ¡Dios mío!, es a ustedes que hablo, a ustedes queaman las conferencias. "Eso no es eso" (ca n'est pas ça) hay agregado "n" (ne). Cuando el nees agregado, no hay necesidad de que sea expletivo para que quiera decir algo, a saber lapresencia del enunciador, la verdadera, la correcta. Es justamente porque el enunciador noestaría ahí que la enunciación sería plena y que eso debería escribirse: "porque, no es eso"(c'est pas ça).

He dicho que aquí el divertimento era serio, ¿qué es lo que esto puede querer decir?. Enverdad busqué, me informé de cómo se decía "serio" en diversas lenguas. De la manera enque lo concibo no he encontrado mejor que la nuestra que se presta al juego de palabras. Noconozco bastante bien las otras como para haber encontrado lo que, en éstas, sería suequivalente. Pero en las nuestras, "serio", como yo lo entiendo, es "serial".

Jacques Lacan / Los Seminarios de Jacques Lacan / Seminario 19 (integrado) …O peor

(El saber del psicoanalista) / Clase 9. Del 9 de Febrero de 1972Bien, tienen acá una, típica: "Yo te demando me rechaces lo que yo te ofrezco", aquí nosdetenemos, porque espero que no haya necesidad de agregar nada para que eso secomprenda, es muy precisamente eso la "carta de a-muro", la verdadera, "rechazar lo que yote ofrezco", se puede completar para aquellos que por casualidad no hubieran nuncacomprendido lo que es la "carta de a-muro", "rechazar lo que yo te ofrezco porque eso no eseso". Ustedes lo ven, patiné, patiné porque ¡Dios mío!, es a ustedes que hablo, a ustedes queaman las conferencias. "Eso no es eso" (ca n'est pas ça) hay agregado "n" (ne). Cuando el ne

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es agregado, no hay necesidad de que sea expletivo para que quiera decir algo, a saber lapresencia del enunciador, la verdadera, la correcta. Es justamente porque el enunciador noestaría ahí que la enunciación sería plena y que eso debería escribirse: "porque, no es eso"(c'est pas ça).

He dicho que aquí el divertimento era serio, ¿qué es lo que esto puede querer decir?. Enverdad busqué, me informé de cómo se decía "serio" en diversas lenguas. De la manera enque lo concibo no he encontrado mejor que la nuestra que se presta al juego de palabras. Noconozco bastante bien las otras como para haber encontrado lo que, en éstas, sería suequivalente. Pero en las nuestras, "serio", como yo lo entiendo, es "serial".

Como ustedes ya saben, espero, un cierto número de ustedes, sin que yo se los haya dicho, elprincipio de lo serial es esta serie de números enteros que no se ha encontrado otro medio dedefinir que decir que una propiedad es transferible de N a N + 1 que no puede ser sino estaque se transfiere del 0 al 1, el razonamiento por recurrencia o inducción matemática, se dicetodavía.

Sólo que vean ahí el problema que he intentado aproximar en mis últimos divertimentos: ¿quése puede transferir del 0 al 1? ¡Está ahí la seda!. Es por lo tanto lo que me he dado como miraeste año cernir... o peor. No avanzaré hoy en este intervalo que de entrada es sin fondo, de loque se transfiere del 0 al 1: pero lo que es seguro y claro, es que al tomar las cosas 1 por 1,hay que tener seguridad. Pues cualquier esfuerzo que se haya hecho para logicizar lacontinuación de la serie de los números enteros, no se ha encontrado mejor que designar deesto la propiedad común, es la única, como siendo aquella de lo que se transfiere del 0 al 1.

En el intervalo, han sido, los de mi Escuela, advertidos de no faltar a lo que Roman Jakobsondebía aportar de luz sobre lo que es del orden del análisis de la lengua, lo que en verdad esmuy útil para saber adónde llevo ahora la cuestión. No es porque haya partido de allí parallegar a estos divertimentos presentes que debo considerarme atado. Es lo que seguramenteme ha sorprendido, entre otros, en lo que les aportó Roman Jakobson, es algo que concierne aeste punto de historia que no es de hoy que "la lengua" está a la orden del día. El les habló,entre otros, de un cierto Boetius Dacus, muy importante, él lo ha subrayado, porque articuló"suposiciones", pienso que al menos para algunos eso hace eco a lo que digo desde hacemucho tiempo acerca del sujeto, del sujeto radicalmente, lo que "supone" el significante. El lesdijo que ocurría que a partir de un cierto momento ese Boecio, que no es aquel que ustedesconocen, aquel ha extraído las imagenes del pasado, Dacus que se llama, es decir Danes, noes el bueno, no es aquel que está en el dicciónario Bouillet, que él había desaparecido, comoocurre por una pequeña cuestión de desviacionismo. De hecho él fue acusado de averroismo,y en ese tiempo no se puede decir que eso no perdonaba, pero podía perdonar cuando setenía la atención atraída por algo que tenía la apariencia un poco sólida, como, por ejemplo,hablar de "suposiciones" (suppositiones).

De modo que no es en absoluto exacto que las dos cosas estén sin relación y es lo que me hasorprendido. Lo que me sorprende es que durante siglos, cuando se tocaba a "lalengua" habíaque poner atención. Hay una letra que no aparece sino absolutamente al margen en la

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composición fonética, ésta que se pronuncia "hache". No toquen a la "hache", es lo que eraprudente, durante siglos, cuando se tocaba a la lengua. Porque se encontró que durantesiglos, cuando se tocaba a la lengua y bien, en el público, eso producía efecto, otro efecto queel divertimento.

Jacques Lacan / Los Escritos de Jacques Lacan / Escritos 2 / Seis / Subversión del

sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudianoEs decir que designa al sujeto de la enunciación, pero que no lo significa. Como resultaevidente por el hecho de que todo significante del sujeto de la enunciación puede faltar en elenunciado, aparte de que los hay que difieren del Yo [Je], y no únicamente Io que llamamosinsuficientemente los casos de la primera persona del singular, aunque se adjuntase sualojamiento en la invocación plural, incluso en el Sí Mismo de la autosugestión.

Pensamos por ejemplo haber reconocido al sujeto de la enunciación en el significante que es elne francés que los gramáticos llaman ne expletivo, término en el que se anuncia ya la opiniónincreíble de algunos entre los mejores que consideran su forma como entregada al capricho.Ojalá que la carga que le damos los haga retractarse, antes de que se verifique [qu'il ne soitavéré] que no comprenden nada ([en francés], si retiramos ese ne, el enunciado pierde su valorde ataque pues Yo [Je] me elide en lo impersonal). Pero temo así que acaben [qu'ils n'enviennent] por excluirme ([en francés] deslicémonos sobre esa n' y su ausencia, reduciendo eltemor alegado por la opinión de mi repugnancia a una aseveración tímida, reduce el acento demi enunciación a situarme en el enunciado).

Pero si empleando [en francés] el verbo matar, digo "tue", puesto que me apabullan, ¿dóndeme sitúa sino en el tú con el cual los mido? (nota(11))

No lo tomen a mal, evoco al sesgo lo que me resisto a cubrir con el mapa forzado de la clínica.

A saber, la manera justa de contestar a la pregunta: ¿Quién habla? cuando se trata del sujetodel inconsciente. Pues esta respuesta no podría venir de él, si él no sabe lo que dice, nisiquiera que habla, como la experiencia del análisis entera nos lo enseña.

Por lo cual eI lugar del inter-dicto, que es lo intra-dicho de un entre-dos-sujetos, es el mismodonde se divide la transparencia del sujeto clásico para pasar a los efectos de fading queespecifican al sujeto freudiano con su ocultación por un significante cada vez más puro: queestos efectos nos llevan a los confines donde lapsus y chiste en su colusión se confunden, oincluso adonde la elisión es hasta tal punto la más alusiva para reducir a su reducto a lapresencia, que se asombra uno de que la caza del Dasein no la haya aprovechado más.

Para que no sea vana nuestra caza, la de los analistas, necesitamos reducirlo todo a la funciónde corte en el discurso; el más fuerte es el que forma una barra entre el significante y elsignificado. Aquí se sorprende al sujeto que nos interesa, puesto que al anudarse en lasignificación, lo tenemos ya alojado bajo la égida del preconsciente. Por donde se llegaría a laparadoja de concebir que el discurso en la sesión analítica no vale sino porque da traspiés o

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incluso se interrumpe: si la sesión misma no se instituyese como una ruptura en un falsodiscurso, digamos en lo que el discurso realiza al vaciarse como palabra, al no ser ya sino lamoneda de cuño desgastado de que habla MaIlarmé, que la gente se pasa de mano en mano"en silencio".

Este corte de la cadena significante es el único que verifica la estructura del sujeto comodiscontinuidad en lo real. Si la lingüística nos promueve el significante al ver en él eldeterminante del significado, el análisis revela la verdad de esta relación al hacer de los huecosdel sentido los determinantes de su discurso.

Es la vía donde se cumple el imperativo que Freud aplica a lo sublime de la gnómicapresocrática: Wo Es war, soll Ich werden, que hemos comentado más de una vez y que dentrode un momento daremos a entender de otra manera.

Contentándonos con dar un paso en gramática: allí donde eso estuvo... ¿qué quiere decir? Sino fuese sino "ello" que hubiese estado (en aoristo), ¿cómo llegar allí mismo para hacerme serallí, por el hecho de enunciarlo ahora?

Pero el francés dice: Là oú c'était... [allí donde estaba]. Utilicemos el favor que nos ofrece deun imperfecto distinto. Allí donde estaba en este mismo momento, allí donde por poco estaba,entre esa extinción que luce todavía y esa eclosión que se estrella, Yo [Je] puedo venir al serdesapareciendo de mi dicho.

Enunciación que se denuncia, enunciado que se renuncia, ignorancia que se disipa, ocasiónque se pierde, ¿qué queda aquí sino el rastro de lo que es precise que sea para caer del ser?

Un sueño referido por Freud en su artículo: Los dos principios del suceder psíquico(12), nosentrega, unida al patetismo con que se sostiene la figura de un padre difunto por ser la de unfantasma, la frase: El no sabía que estaba muerto.

La cual nos ha servido ya de pretexto para ilustrar la relación del sujeto con el significante, poruna enunciación cuyo ser tiembla con la vacilación que recibe de su propio enunciado.

Si la figura sólo subsiste porque no se le diga la verdad que ignora, ¿qué sucede pues con elYo [je] del que depende esa subsistencia?

EI no sabía. .. Un poco más y sabía, ¡ah!, ¡que esto no suceda nunca! Antes que él lo sepa,que Yo [Je] muera. Sí, así es como Yo [Je] vengo allí, allí donde eso estaba: ¿quién sabía puesque Yo [Je] estaba muerto?

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Notas finales1 (Ventana-emergente - Popup)Reproducimos la frase en francés, en tanto hay un juego que se... en español, dado que la palabra 'dit' es 'dicho', y''dicho',2 (Ventana-emergente - Popup)La negación se realiza recién en el significante "pas" del par " ne-pas "3 (Ventana-emergente - Popup)"Pas" como en el "ne- pas".4 (Ventana-emergente - Popup)Galicismo por la lengua española del discurso jurídico, "preclusivo" .5 (Ventana-emergente - Popup)Neologismo de Lacan.6 (Ventana-emergente - Popup)"No vaya a ser que venga" es un ejemplo aproximado de este uso.7 (Ventana-emergente - Popup)N'étre(no ser) es homofónico con naître (nacer).(N.de los R.).8 (Ventana-emergente - Popup)En el original:"...pour—fina de reataurant.9 (Ventana-emergente - Popup)Confrontar El deseo y su interpretación, transcripción de J.B. Pontalis, Nueva Vision, Bs.As.,1970, pg. 14510 (Ventana-emergente - Popup)Ne: adverbio de negación: No. El ne expletivo se emplea en francés en una proposición subordinada demanera únicamente explicativa que es intraducible en español11 (Ventana-emergente - Popup)Juego de palabras: el pronombre francés tu, "tú", y el verbo tue, "mata", se pronuncian igual. TS]12 (Ventana-emergente - Popup)G. W., VIII pág. 237-8; B. N., II, pág. 495-8; A., XII, pág.223-31.