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65 “La naturaleza es un caos maravilloso, que exige desentrañar ese orden que la sustenta”. Max Beckmann (citado en Zahn, 1961) Oscar Ríos Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso _ Académico Universidad Diego Portales. Architect, Universidad Católica de Valparaíso _ Academic Universidad Diego Portales. Las sombras anchas y rotundas son la marca reco- nocible del arte de Eduardo Vilches. Celebraciones y denuncias, dibujos y grabados en blanco y negro, di- seño gráfico, fotografía y clases de color, maestro de maestros. Un arte donde el cielo y la tierra se recom- ponen, se descomponen, cuando Chile está triste, pero se vuelven a componer cuando aparece su primavera. La fotografía del cementerio de Punta Arenas va a ser para Vilches su primavera metafísica austral, también podríamos afirmar —citando a Matta— su “primavera-vez”, sintetizando y reconstruyendo frag- mentos de paisajes iluminados por el color. El ojo de Vilches arma historias rediagramando arqui- tecturas y naturaleza, domesticando así el artefacto para que quede impregnado del lenguaje y la voluntad del artista. Así, la fotografía se aleja de su condición obvia, que es la repetición calcada de la realidad, para indagar en la construcción de mundos posibles en los múltiples formatos que ofrece su técnica. La técnica, como sabemos (la techné griega), son las astucias para atrapar el espíritu y el alma de un pai- saje que no debe ser solo una descripción. Vilches uti- liza sus astucias como artista en los dibujos escuetos del paisaje, en las fotografías de cementerios, en las xilografías y grabados que forman parte del lenguaje reconocible y único de su obra. Cómo no recordar esa “Aeronave” (1967) certera, precisa y a la vez leve que flo- ta enmarcada en un formato de cielo blanco de papel. Digamos entonces que el mundo es mirado una y otra vez, pero solo es atrapado cuando su complejidad, densidad y peso son traspasados y decantados por la observación. La síntesis de unos trazos en un croquis o una fotografía de Vilches es también una suerte de “retrato” de una operación sustractiva. Este retrato que parte de una realidad cargada se convierte en una in- vención de la representación como síntesis y levedad. El dibujo conquista al interior del formato de papel su derecho a representar una síntesis del mundo; la fotografía, por su lado, determina el formato, delimi- ta los bordes de aquello que queda atrapado como fragmentos de mundo. Es por eso que para Vilches la operación crucial es el recorte elegido para armar su propio paisaje, aquello que queda adentro, protegido, vigilante y custodiado por sus bordes. Lo elegido como esencial en la fotografía de Vilches se hace leve frente a una realidad cargada de infor- mación o peso. Paradójicamente, la imagen elegida adquiere el peso y espesor concentrado de la sínte- sis porque ha eliminado esos ripios de la realidad. El ojo analítico de Vilches nos regala la poética de un mundo que domestica la naturaleza ahí donde los cipreses canadienses se transforman en de- dos vegetales esculpidos, fuertes como una roca. Dedos apuntando al cielo, recogiendo sombras terrenales e iluminándose de color. Dedos como columnas de Brancusi, también torres metafísicas de Giorgio de Chirico. Un paisaje de blancas cruces que se atraviesan con recato, un angelito escapado de una iglesia o una arquitectura encontrada por los últimos rayos de luz. La escritura de sombras, rasgos típicos de la obra vilcheana, junto a otras cruces enigmáticas y misteriosas que desaparecen en su propia contradicción de luz y sombra. Realidad e invención, sin embargo, se necesitan para dar existencia a ese artificio de ficción que es la cons- trucción de una imagen en un formato. La imagen resultante de la obra de Vilches siempre ha sido “ver primero”, es un “ver antes” para fijar el arte. Son invenciones que se han independizado de la realidad; son entidades autónomas cargadas de símbolos y significados, ahí donde la ficción traspasa poéticamente a la realidad del fenómeno físico. Naturaleza, artificio y domesticación según EDUARDO VILCHES NATURE, ARTIFICE AND DOMESTICATION ACCORDING TO EDUARDO VILCHES Referencias Zahn, L. (1961). Kleine Geschichte Der Modernen Kunst. Fráncfort del Meno: Ullstein. DESTACADOS

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Page 1: Naturaleza, artificio y domesticación según EDUARDO · PDF fileinternacionales, tales como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Estocolmo, el Deutsche Bank

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“La naturaleza es un caos maravilloso, que exige desentrañar ese orden que la sustenta”. Max Beckmann (citado en Zahn, 1961)

Oscar Ríos Arquitecto, Universidad Católica de Valparaíso _ Académico Universidad Diego Portales.Architect, Universidad Católica de Valparaíso _ Academic Universidad Diego Portales.

Las sombras anchas y rotundas son la marca reco-

nocible del arte de Eduardo Vilches. Celebraciones y

denuncias, dibujos y grabados en blanco y negro, di-

seño gráfico, fotografía y clases de color, maestro de

maestros. Un arte donde el cielo y la tierra se recom-

ponen, se descomponen, cuando Chile está triste, pero

se vuelven a componer cuando aparece su primavera.

La fotografía del cementerio de Punta Arenas va a

ser para Vilches su primavera metafísica austral,

también podríamos afirmar —citando a Matta— su

“primavera-vez”, sintetizando y reconstruyendo frag-

mentos de paisajes iluminados por el color.

El ojo de Vilches arma historias rediagramando arqui-

tecturas y naturaleza, domesticando así el artefacto para

que quede impregnado del lenguaje y la voluntad del

artista. Así, la fotografía se aleja de su condición obvia,

que es la repetición calcada de la realidad, para indagar

en la construcción de mundos posibles en los múltiples

formatos que ofrece su técnica.

La técnica, como sabemos (la techné griega), son las

astucias para atrapar el espíritu y el alma de un pai-

saje que no debe ser solo una descripción. Vilches uti-

liza sus astucias como artista en los dibujos escuetos

del paisaje, en las fotografías de cementerios, en las

xilografías y grabados que forman parte del lenguaje

reconocible y único de su obra. Cómo no recordar esa

“Aeronave” (1967) certera, precisa y a la vez leve que flo-

ta enmarcada en un formato de cielo blanco de papel.

Digamos entonces que el mundo es mirado una y otra

vez, pero solo es atrapado cuando su complejidad,

densidad y peso son traspasados y decantados por la

observación. La síntesis de unos trazos en un croquis

o una fotografía de Vilches es también una suerte de

“retrato” de una operación sustractiva. Este retrato que

parte de una realidad cargada se convierte en una in-

vención de la representación como síntesis y levedad.

El dibujo conquista al interior del formato de papel

su derecho a representar una síntesis del mundo; la

fotografía, por su lado, determina el formato, delimi-

ta los bordes de aquello que queda atrapado como

fragmentos de mundo. Es por eso que para Vilches la

operación crucial es el recorte elegido para armar su

propio paisaje, aquello que queda adentro, protegido,

vigilante y custodiado por sus bordes.

Lo elegido como esencial en la fotografía de Vilches

se hace leve frente a una realidad cargada de infor-

mación o peso. Paradójicamente, la imagen elegida

adquiere el peso y espesor concentrado de la sínte-

sis porque ha eliminado esos ripios de la realidad.

El ojo analítico de Vilches nos regala la poética de

un mundo que domestica la naturaleza ahí donde

los cipreses canadienses se transforman en de-

dos vegetales esculpidos, fuertes como una roca.

Dedos apuntando al cielo, recogiendo sombras

terrenales e iluminándose de color. Dedos como

columnas de Brancusi, también torres metafísicas

de Giorgio de Chirico. Un paisaje de blancas cruces

que se atraviesan con recato, un angelito escapado

de una iglesia o una arquitectura encontrada por

los últimos rayos de luz. La escritura de sombras,

rasgos típicos de la obra vilcheana, junto a otras

cruces enigmáticas y misteriosas que desaparecen

en su propia contradicción de luz y sombra.

Realidad e invención, sin embargo, se necesitan para

dar existencia a ese artificio de ficción que es la cons-

trucción de una imagen en un formato.

La imagen resultante de la obra de Vilches siempre

ha sido “ver primero”, es un “ver antes” para fijar el

arte. Son invenciones que se han independizado de

la realidad; son entidades autónomas cargadas de

símbolos y significados, ahí donde la ficción traspasa

poéticamente a la realidad del fenómeno físico.

Naturaleza, artificioy domesticación según EDUARDO VILCHESNATURE, ARTIFICE AND DOMESTICATION ACCORDING TO EDUARDO VILCHES

Referencias

Zahn, L. (1961). Kleine Geschichte Der Modernen Kunst. Fráncfort del Meno: Ullstein.

DESTACADOS

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6766 DISEÑA DESTACADOS

Estas fotografías fueron tomadas en dos etapas. La primera, en octubre de 2009, durante un viaje de cinco días en que Vilches realizó un breve taller de color en Punta Arenas para la Universidad de Magallanes y una asesoría para el parque etnobotánico Omora en Puerto Williams. La segunda etapa fue en noviembre de 2010, cuando Vilches realizó un segundo taller de color durante quince días para artistas visuales y artesanos.

«Mucho había oído de lo singular que era el cementerio, pero todo quedó chico al poner mis ojos en él. Los cipreses, verdaderas esculturas vivientes, me impactaron profundamente, tanto como el diseño del camposanto, muy ordenado y con una arquitectura de muy buena calidad» (E. Vilches, comunica-ción personal, 15 de octubre, 2014).

Vilches, quien describe esos quince días de trabajo como intensos y apasionantes, tomó las fotogra-fías con una cámara Nikon D60 digital, «lo que me permitía ver instantáneamente lo fotografiado y poder así desarrollar diferentes ideas sin perder el hilo» (E. Vilches, comunicación personal, 15 de octubre, 2014). De vuelta en Santiago, el artista enfrentó un largo proceso de selección para darle coherencia al conjunto.

«Esta vez mi trabajo no fue en blanco y negro porque no solo estaba ante un problema de formas, sino de ambiente, el que está determinado fundamentalmente por el color» (E. Vilches, comunicación personal, 15 de octubre, 2014).

Las imágenes publicadas en este artículo formaron parte de la exposición “Fotografías” realizada entre los meses de mayo y junio de 2014 en Galería D21, Santiago.

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6968 DISEÑA DESTACADOS

«... Los cipreses, verdaderas esculturas vivientes, me impactaron profundamente, tanto como el diseño del camposanto, muy ordenado y con una arquitectura de muy buena calidad». E. Vilches

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7170 DISEÑA DESTACADOS

Un paisaje de blancas cruces que se atraviesan con recato, un angelito escapado de una iglesia o una arquitectura encontrada por los últimos rayos de luz.

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7372 DISEÑA DESTACADOS

La escritura de sombras, rasgos típicos de la obra vilcheana, junto a otras cruces enigmáticas y misteriosas que desaparecen en su propia contradicción de luz y sombra.

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Eduardo Vilches (Concepción, 1932)

Es Licenciado en Arte con mención en Grabado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Realizó estudios de color en el Departamento de Arte de la Universidad de Yale con una beca de la Comisión Fulbright.Desde 1961 es profesor en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde actualmente es Profesor Emérito. Desde 1993 es profesor en la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Finis Terrae. Ha hecho clases en otras siete instituciones.Creó y diseñó, con sus respectivas metodologías, los cursos básicos y avanzados de la especialidad de grabado, como también los cursos de Historia del Grabado y Color Avanzado en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile.Entre 1971 y 1973 creó y dirigió un taller de grabado para niños de extrema pobreza de Santiago, con asistencia en terreno de sus estudiantes, iniciativa inserta en el programa Nueva Pedagogía de la Vicerrectoría de Comunicaciones de la PUC.Su obra ha sido expuesta en importantes espacios y bienales, entre los que destacan: Museo de Arte Moderno (Río de Janeiro, 1960); VIII Bienal de São Paulo (1965); Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid, 1972); Museo de Arte Moderno (Nueva York, 1974) y Museo Nacional de Bellas Artes en Santiago, Chile (1996).Sus trabajos están presentes en las colecciones de más de 20 instituciones internacionales, tales como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Estocolmo, el Deutsche Bank y el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago.

B. A. in Fine Arts, with a degree in Engraving from Pontificia Universidad Católica de Chile. He studied colour at Yale University’s Art Department with a Fulbright Grant.Since 1961, he teaches at Pontificia Universidad Católica de Chile´s School of Art, where he is presently Professor Emeritus. Professor since 1993 at Universidad Finis Terrae School of Visual Arts. He has taught in seven other institutions.He created and designed, with their corresponding methodologies, the basic and advanced courses of the engraving speciality, as well as the courses in History of Engraving and Advanced Colour at Pontificia Universidad Católica de Chile School of Art.Between 1971 and 1973 he created and directed an engraving workshop for children living in extreme poverty in Santiago, with attendance in site by his students, an initiative that was part of the New Pedagogy program of Vicerrectoria de Comunicaciones PUC.His work has been exhibited in important spaces and biennales, among them: Museo de Arte Moderno (Rio de Janeiro, 1960); VIII Biennale São Paulo (1965); Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid, 1972); MoMa (New York, 1974) and Museo Nacional de Bellas Artes in Santiago, Chile (1996).His works are present in the collections of over 20 international institutions, such as MoMa New York, The National Museum, Stockholm, Deutsche Bank and Museo Nacional de Bellas Artes in Santiago.

DNA«Esta vez mi trabajo no fue en blanco y negro porque no solo estaba ante un problema de formas, sino de ambiente, el que está determinado fundamentalmente por el color». E. Vilches