nativitat de sant quería que se llamase. joan baptista … ¿quién no se alegra con el nacimiento...
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Parroquia de san Eugenio y santa Inés Valencia
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Nativitat de sant Joan Baptista (B)
24 de juny de 2018
Cantos para la celebración:
• Entrada: Somos un pueblo que camina… 182D
• Ofertorio: Este pan y vino, Señor… 89
• Comunión: Este es el día en que actuó el
Señor… 88
• Despedida: Anunciaremos tu Reino, Señor 21
Oración colecta: Oremos (pausa). Ninguno sabe,
Padre, lo que se espera de un niño al nacer. Al
celebrar hoy el nacimiento de Juan Bautista,
queremos alegrarnos contigo porque ahora ya
sabemos la grandeza de su persona como precursor
de Jesús. Ayúdanos a sintonizar con su mensaje.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
PROCLAMACIÓ DE LA PARAULA
Primera lectura y evangelio. Los profetas como Jeremías e Isaías confesaban que fueron elegidos por Dios desde antes de nacer; del mismo modo se presenta la vocación de otros profetas y héroes del Antiguo Testamento, y lo mismo se dice de Juan el Bautista en el comienzo del evangelio de Lucas. La llamada de Dios es lo que dio sentido a toda la vida de estas personas.
Libro de Isaías 49, 1-6
Salmo 138:
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente
Segunda lectura. San Pablo, en su discurso en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, recordó que Juan el Bautista fue el último de los profetas enviados para preparar la venida del Salvador; su mensaje llega a todos los hombres para anunciarles que la salvación está cerca de ellos.
Libro de los Hechos de los apóstoles 13, 22-26
Evangelio según san Lucas 1, 57- 66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el
Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como a su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan». Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así». Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos se quedaron maravillados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y se fortalecía en el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a Israel.
Murillo: Nacimiento de san Juan Bautista. H. 1655.
Museo Norton Simon (California, EEUU)
Oración poscomunión: Oremos (pausa). Te damos
gracias, Padre nuestro, por el nacimiento de Juan
el Bautista. Con él la noche de la vida se llena de
esperanza y brilla en todas partes la llama de su
voz anunciando a Jesús. Te damos gracias, Señor.
¿Qué va a ser de este niño? Fernando Torres cmf / www.ciudadredonda.org
La fiesta de hoy está marcada por la alegría.
¿Quién no se alegra con el nacimiento de un niño? Por la
sencilla razón de que un niño recién nacido es signo de
esperanza. Es la vida que brota nueva. Es la primavera. Es
la promesa de futuro hecha realidad. El niño recién nacido,
sin hacer nada, cambia las relaciones de los esposos,
insufla nueva vida a los abuelos, genera una nueva forma
de estar en los otros hermanos. Y todos celebran esa
alegría. El Bautizo no es más que la expresión y la
celebración en cristiano de esa alegría vital que se origina
en todos los que viven de cerca, familiares y amigos, la
experiencia de la vida que puja por seguir, por crecer, de la
vida que quiere vivir. ¡Y qué mejor expresión de esa vida
que la criatura recién nacida!
Celebramos la natividad de Juan Bautista. La
alegría es, si cabe, mayor, porque la madre por su edad ya
no era fértil. También el padre era mayor. No habían sido
bendecidos con otros hijos. Con ellos se agotaba la familia,
la estirpe. La muerte amenazaba a aquella familia. Por eso
la alegría de aquel nacimiento fue mayor de lo normal. La
celebración sería por todo lo alto. No era para menos.
Todos se sentían llenos de esperanza. Podían mirar al
futuro con tranquilidad. Había un niño que
extendería la vida de la familia, que portaría su
nombre.
Y, entonces, surge la pregunta. ¿Qué
será ese niño cuando sea mayor? Un niño es
siempre una pregunta abierta. La respuesta se irá
dando con el paso del tiempo. Cuando crezca,
cuando madure, cuando forme él mismo una
familia, cuando con su trabajo contribuya al bien
común. ¿Qué será de este niño?
El futuro de un niño es siempre una
sorpresa. Y Juan fue una sorpresa para sus
familiares. Su vida no le llevó a hacer un trabajo
normal sino a alentar la esperanza del pueblo.
¿Qué trabajo mejor que alentar la esperanza de
los demás?
No se propuso a sí mismo como líder sino
que invitó a todos a mirar al que tenía que venir,
al que iba a colmar las esperanzas y deseos de todos. Juan
se convirtió en el precursor, en el que anunció la llegada
inminente del Salvador. No dijo a la gente que le mirase ni
que le siguiese a él, sino que señaló a Jesús e invitó a todos
a que le siguiesen.
Así se convirtió en modelo del evangelizador
cristiano. No se trata de colocarnos en el medio y decir que
nos miren y sigan a nosotros, sino de ayudar a todos a que
se encuentren con Jesús, a que descubran el Evangelio. Lo
nuestro es echarnos a un lado para que Jesús sea el
protagonista. Como hizo Juan.
Para la reflexión ¿Tenemos claro que Jesús es la fuente de nuestra
esperanza y de nuestra alegría? ¿Comunicamos con
nuestras obras, actitudes, forma de hablar, esperanza a las
personas que nos encontramos? ¿O nos dejamos llevar por
el pesimismo?
Precursores y santos / accioncatolicageneral.es
Este año, al ser domingo el 24 de junio, la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista prevalece sobre la celebración dominical ordinaria (…) Los datos biográficos de Juan, llamado “el Bautista” los encontramos en los evangelios. (…) En el Evangelio de la Misa del Día hemos escuchado el relato de su nacimiento, rodeado de diversos signos que hicieron que la gente se preguntara: ¿Qué va a ser este niño? Porque se notaba que la mano del Señor estaba con él. Y el niño iba creciendo y su carácter se afianzaba.
Pero nosotros no estamos celebrando a “Juan, llamado el Bautista”. Estamos celebrando a “San” Juan Bautista, estamos celebrando su santidad. ¿En qué
consistió esta santidad? En que respondió a la vocación de Precursor que el ángel del Señor había anunciado a Zacarías, como escuchamos en la 2ª lectura de la Misa del Día: Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión, y cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias”.
San Juan Bautista llevo a cabo la misión que Dios le había encomendado: con su estilo de vida, con su predicación, y con su valentía y coherencia, que le acabó
costando la vida. Por eso Jesús dijo de él que era más que profeta. Este es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare tu camino ante ti”. Porque os digo, entre los nacidos de mujer no hay nadie mayor que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él». (Lc 7, 2628)
La celebración de la Natividad de San Juan Bautista ha de suponer para nosotros un estímulo a seguir su ejemplo para avanzar en nuestro personal camino de santidad, como nos recuerda el Papa Francisco en su exhortación Gaudete et exsultate, con
esa actitud llena de coraje que suscitaba el Espíritu Santo en los Apóstoles, con audacia, entusiasmo, hablar con libertad, fervor apostólico (129). Un camino de santidad que pasa por ser también nosotros “precursores”, anunciando el Evangelio de palabra y obra, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto, sin miedo, como no lo tuvo San Juan Bautista. Necesitamos el empuje del Espíritu para no ser paralizados por el miedo y el cálculo, para no acostumbrarnos a caminar sólo dentro de confines seguros (133), para desplazarnos para ir más allá de lo conocido (135).
Intenciones de las eucaristías semanales
Miércoles día 27. En sufragio de los difuntos de la
familia Domínguez- Carbonell, de Pepita Molina
(6º aniversario) y de Demetrio Pérez.
Jueves día 28. En sufragio de Epifanio Esteban.
Viernes día 29. En sufragio de Ramón Casero.
Vuestro Párroco y el grupo de Liturgia os deseamos a todos