n.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. cuando el...

14
N.° 81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 419 se obtiene una pequeña desviación, sensible tam- bién á la luz. c. Cuando la luz hiere los dos ojos, estando un polo en contacto con uno do ellos y el otro con el lóbulo óptico izquierdo, el resultado es casi el doble del producido por el choque de la luz sobre un ojo solamente, sea el derecho ó el iz- quierdo. Estos electos pueden explicarse por la oposición de los nervios ópticos en la comisura óptica. 5." Se ha examinado también un ojo de ser- piente, dando los mismos resultados que el de una rana. 6." La ley de la variación en la fuerza electro- motriz de la retina y del nervio óptico, se encuen- tra comprobada en los siguientes grupos del reino animal: los mamíferos, las aves, los reptiles, los anfibios, los peces y los crustáceos. 7.° Se han hecho muchas experiencias que prue- ban que la ley fisiológica do Fechner, de que antes hemos hablado, no depende sólo de la per- cepción del cerebro, sino, en parte, de la estruc- tura del ojo mismo. Los efectos que se verifican durante y después de la acción de la luz sobre la retina, tienen también lugar después que el ojo ha sido desprendido de todo lazo con el cerebro. Así, pues, la ley de Fechner no es, como se había su- puesto hasta ahora, función del cerebro solamente, sino también del órgano terminal, de la retina. 8." - Para apreciar las variaciones galvanoinétri- cas se ha empleado un nuevo método que puede ser útil en muchas investigaciones físicas y fisiológicas. Consiste en colocar á una distancia conveniente del galvanómetro, en vez de la escala gradual ordinaria, la superficie de un cilindro cubierto de papel, mo- viéndose alrededor de un eje horizontal, por medio de un aparato de relojería. La mancha de luz refle- jada por el espejo del galvanómetro la hace más pre- cisa la sombra de la lámpara del galvanómetro, que está ennegrecida en toda su superficie, á excepción de una mancha de unos tres milímetros de larga, en el centro de la cual se traza con hollin una línea ó una cruz. Naturalmente la imagen de esta línea ó de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin- dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna práctica, ser exactamente seguida por la mano del observador, armada con un ligero pincel mojado en tinta. El cilindro realiza una revolución completa en ochenta segundos: este tiempo ha sido dividido en cuatro partes iguales, representando cada una veinte segundos, por medio de cuatro líneas traza- das por intervalos iguales sobre el papel del cilindro. El primer espacio entro las líneas 1." y 2." repre- sentaba veinte segundos, durante los cuales el ojo estaba en la oscuridad, y la fuerza electro-motriz era representada por una linea recta; el segundo espa- cio, entre las líneas 2." y 3.*, representaba veinte segundos, durante los cuales se verificaba el efecto del choque de la luz, y la variación de la fuerza elec- tro-motriz oslaba indicada por una curva, sea á la derecha ó á la izquierda; el tercer espacio, entre las líneas 3." y i.*, representaba veinte segundos de acción continua de la luz, durante los cuales la fuerza electro-motriz crecía gradualmente; y, por último, el cuarto espacio, entre las lineas 4." y i.", línea de punto de partida, representaba veinte segundos, durante los cuales las fuerzas electro-motrices crecían primero con la retirada de la luz y decrecían después rápidamente. Los resultados de los experimentos son: 1.° Para los grupos de animales, como los mamíferos, las aves, los reptiles, los anfibios, los peces y los crustá" ecos, el choque de la luz sobre los ojos produce una variación que se eleva de 3 á 10 por 100 de la fuer- za electro-motriz, existente entre la superficie de la córnea y la sección trasversal del nervio. 2.° Esta alteración eléctrica puede ser trasmitida al cerebro. 3." Los rayos que consideramos mas luminosos son los que producen mayor variación. -i.° La alteración del efecto eléctrico, con una intensidad luminosa variable, parece seguir exactamente las relaciones dadas por la ley fisiológica de Fechner. 5." La al- teración eléctrica se debe á la acción de la luz sobre la estructura de la misma retina, como indepen- diente de la porción anterior del ojo, lo que elimi- na, por consecuencia, la suposición bastante natu- ral de que la contracción del iris podría producir un resultado semejante. 6." Es posible descubrir por la experiencia la significación física de lo que or- dinariamente se llama fatiga en el lenguaje fisioló- gico. 7." Por último, el método seguido en las in- vestigaciones puede emplearse en el estudio de los órganas especiales de los demás sentidos. JAMES DUVAL. (Lección dada en el Instituto lleal de la Gran Brelaña.) íQüE ES ECONOMÍA POLÍTICA' Como la ciencia de la Economía política crece diariamente en importancia y se ha hecho asunto de examen en las universidades y en el servicio pú- blico, deseo hacer algunas observaciones sobre su naturaleza y objeto. En las más de las grandes ciencias, tales como la astronomía, la óptica y otras, se han operado grandes cambios de opinión; el mismo conflicto de opiniones tiene lugar exacta- mente hoy en todo el mundo, por lo que se refiere á la Economía política; y deseo explicar la natura- leza de este conflicto, que fue originado por mi

Upload: others

Post on 14-Mar-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 419se obtiene una pequeña desviación, sensible tam-bién á la luz. c. Cuando la luz hiere los dos ojos,estando un polo en contacto con uno do ellos y elotro con el lóbulo óptico izquierdo, el resultado escasi el doble del producido por el choque de la luzsobre un ojo solamente, sea el derecho ó el iz-quierdo. Estos electos pueden explicarse por laoposición de los nervios ópticos en la comisuraóptica.

5." Se ha examinado también un ojo de ser-piente, dando los mismos resultados que el deuna rana.

6." La ley de la variación en la fuerza electro-motriz de la retina y del nervio óptico, se encuen-tra comprobada en los siguientes grupos del reinoanimal: los mamíferos, las aves, los reptiles, losanfibios, los peces y los crustáceos.

7.° Se han hecho muchas experiencias que prue-ban que la ley fisiológica do Fechner, de queantes hemos hablado, no depende sólo de la per-cepción del cerebro, sino, en parte, de la estruc-tura del ojo mismo. Los efectos que se verificandurante y después de la acción de la luz sobre laretina, tienen también lugar después que el ojo hasido desprendido de todo lazo con el cerebro. Así,pues, la ley de Fechner no es, como se había su-puesto hasta ahora, función del cerebro solamente,sino también del órgano terminal, de la retina.

8." - Para apreciar las variaciones galvanoinétri-cas se ha empleado un nuevo método que puede serútil en muchas investigaciones físicas y fisiológicas.Consiste en colocar á una distancia conveniente delgalvanómetro, en vez de la escala gradual ordinaria,la superficie de un cilindro cubierto de papel, mo-viéndose alrededor de un eje horizontal, por mediode un aparato de relojería. La mancha de luz refle-jada por el espejo del galvanómetro la hace más pre-cisa la sombra de la lámpara del galvanómetro, queestá ennegrecida en toda su superficie, á excepciónde una mancha de unos tres milímetros de larga, enel centro de la cual se traza con hollin una línea óuna cruz. Naturalmente la imagen de esta línea óde esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento derelojería, la mancha de la luz puede, con algunapráctica, ser exactamente seguida por la mano delobservador, armada con un ligero pincel mojadoen tinta. El cilindro realiza una revolución completaen ochenta segundos: este tiempo ha sido divididoen cuatro partes iguales, representando cada unaveinte segundos, por medio de cuatro líneas traza-das por intervalos iguales sobre el papel del cilindro.El primer espacio entro las líneas 1." y 2." repre-sentaba veinte segundos, durante los cuales el ojoestaba en la oscuridad, y la fuerza electro-motriz erarepresentada por una linea recta; el segundo espa-

cio, entre las líneas 2." y 3.*, representaba veintesegundos, durante los cuales se verificaba el efectodel choque de la luz, y la variación de la fuerza elec-tro-motriz oslaba indicada por una curva, sea á laderecha ó á la izquierda; el tercer espacio, entrelas líneas 3." y i.*, representaba veinte segundosde acción continua de la luz, durante los cualesla fuerza electro-motriz crecía gradualmente; y,por último, el cuarto espacio, entre las lineas4." y i.", línea de punto de partida, representabaveinte segundos, durante los cuales las fuerzaselectro-motrices crecían primero con la retiradade la luz y decrecían después rápidamente.

Los resultados de los experimentos son: 1.° Paralos grupos de animales, como los mamíferos, lasaves, los reptiles, los anfibios, los peces y los crustá"ecos, el choque de la luz sobre los ojos produce unavariación que se eleva de 3 á 10 por 100 de la fuer-za electro-motriz, existente entre la superficie dela córnea y la sección trasversal del nervio. 2.° Estaalteración eléctrica puede ser trasmitida al cerebro.3." Los rayos que consideramos mas luminosos sonlos que producen mayor variación. -i.° La alteracióndel efecto eléctrico, con una intensidad luminosavariable, parece seguir exactamente las relacionesdadas por la ley fisiológica de Fechner. 5." La al-teración eléctrica se debe á la acción de la luz sobrela estructura de la misma retina, como indepen-diente de la porción anterior del ojo, lo que elimi-na, por consecuencia, la suposición bastante natu-ral de que la contracción del iris podría producir unresultado semejante. 6." Es posible descubrir porla experiencia la significación física de lo que or-dinariamente se llama fatiga en el lenguaje fisioló-gico. 7." Por último, el método seguido en las in-vestigaciones puede emplearse en el estudio de losórganas especiales de los demás sentidos.

JAMES DUVAL.

(Lección dada en el Instituto lleal de la Gran Brelaña.)

íQüE ES ECONOMÍA POLÍTICA'

Como la ciencia de la Economía política crecediariamente en importancia y se ha hecho asuntode examen en las universidades y en el servicio pú-blico, deseo hacer algunas observaciones sobre sunaturaleza y objeto. En las más de las grandesciencias, tales como la astronomía, la óptica yotras, se han operado grandes cambios de opinión;el mismo conflicto de opiniones tiene lugar exacta-mente hoy en todo el mundo, por lo que se refiereá la Economía política; y deseo explicar la natura-leza de este conflicto, que fue originado por mi

Page 2: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

420 REVISTA EUROPEA.—12 DE SETIEMBRE DE 1 8 7 5 . N.°81

hace veinte años, pudiendo decir que la mayoría delos más eminentes economistas, lo mismo en Eu-iÉopa que en América, han declarado seriamente suadhesión al sistema que yo he expuesto.

Si un estudiante, deseando dar comienzo al estu-dio de la Economía política, tomara cualquier libro,encontraría sentado que la Economía política es lacioncia que trata de la producción, distribución yconsumo de la riqueza; otro libro le diría que laEconomía política es la ciencia de la riqueza; otrocomenzaría por decir que es la ciencia de los cam-bios. Ahora bien, todas estas son aseveracionesdogmáticas, y un estudiante en presencia, al pare-cer, de tan diversas afirmaciones sobre la misma na-turaleza de la ciencia, probablemente marcharíadescarriado.

Nada hay aparentemente en el nombre de la Eco-nomía política que pueda sugerir la idea, ya de quees la ciencia de la producción, distribución y con-sumo de la riqueza, ó ya de que sea la ciencia de loscambios; y en una ciencia tan joven como ésta, enla cual se ha producido tal conflicto de opiniones,los escritores debieran hacer alguna relación histó-rica del modo por el cual llegan á la conclusión de«pie la ciencia es uno ú otro. El propósito de las si-guientes observaciones es llenar este vacío y tra-zar el origen é historia de esta ciencia, y de lasideas referentes á su naturaleza y extensión.

Hay, sin embargo, ciertos principios generalesi leí razonamiento, los cuales regularán el curso dela investigación, y será de gran ventaja decir algu-nas palabras sobre este primer punto.

Todos los modernos cultivadores do la Economíapolítica sostienen que es una ciencia física, y quesus investigaciones deben ser conducidas de unmodo análogo á las de las otras ciencias de igualgénero. Dejando sentado que esto sea verdad, de-bemos considerar lo que es una ciencia física, yesto nos facilitará los medios de saber el métodogeneral con que se ha de construir una ciencia dela economía política.

Las condiciones generales y fundamentales deuna ciencia física son estas: Que debe aparecercomo un gran cuerpo de fenómenos, basados todosen una concepción general ó cualidad de la más uni-versal naturaleza. El propósito de la ciencia es des-cubrir las leyes de los fenómenos. Toda cienciadebe estar basada sobre ciertos conceptos que espreciso sean perfectamente generales, y sobre cier-tos grandes principios llamados por Bacon, Newton,llerschel y otros, axiomas, los cuales deben ser deigual modo completamente generales. Así la cien-cia de la mecánica trata de las leyes de los fenó-menos de la fuerza; la óptica de las leyes de los fe-nómenos de la luz; y así hay distintas cienciassobre el calor, la electricidad ó el sonido.

Si, pues, la Economía política es una ciencia fí-sica, puede establecerse que debe ser un grancuerpo de fenómenos, todos basados sobre un con-cepto único, cualquiera que él sea; y si es unaciencia de la misma generalidad que las otras cien-cias, es preciso que se halle basada sobre concep-ciones de la misma extensión y generalidad que lasde toda ciencia física. La cuestión, según esto, queha de considerarse, es:—¿Qué cuerpo de fenómenoses éste, basado todo él sobre una sola idea, al cualel nombre de la Economía política puede ser opor-tunamente aplicado? Y á más do esto, si hubieracierto acuerdo entre los economistas en cuanto ásu naturaleza general, ¿cuál es la mejor concep-ción de la ciencia, que pueda más claramente seña-lar su naturaleza y límites y su separación de otrasciencias, mostrando además su relación con el gransistema de las ciencias físicas?

Como todos los economistas, no obstante, con-vienen ahora en que la Economía política trata ex-clusivamente acerca de la riqueza, me propongotrazar, tan sucintamente como sea posible, la his-toria del nombre de la Economía política y los cam-bios de significación que ha sufrido; y después in-vestigaremos el significado que los escritores handado á la palabra riqueza durante dos mil años.

La primera vez que aparece el término Economíapolítica es en el tratado llamado en el segundo librode Aristóteles Oiconomos; pero todos los críticosdeclaran que está adulterado. La Economía se en-cuentra usada por este escritor, significando uningreso ó la adquisición de una renta. Dice queexisten cuatro clases de economía: la real, la satra-pial, la política y la doméstica. La significación delas dos primeras bien clara está, y como itóXií engriego quiere decir un Estado libre, opuesto á latiranía, la Economía política expresa en este pasajeel método por el cual un Estado libre alcanza algúningreso. Este es el único pasaje, que yo sepa, enque, entre los antiguos escritores, se haga menciónde este término, por lo cual es fuerza que venga-mos á los modernos tiempos.

La primera persona que en los tiempos modernosha usado de este término fue Monchretien, que vivióen los comienzos del siglo XVII; mas su obra noconsiguió llamar la atención. Muchos, después deéste, escribieron muy buenos tratados sobre pun-tos especiales; pero ninguno concibió jamás lá ideade que pudiera existir una ciencia general de laEconomía política.

La Economía política adquirió el carácter de cien-cia independiente en la mitad del último siglo enFrancia. Este país había sido conducido al estadomás lamentable de relajamiento y de miseria porlas guerras de Luis XIV, por la catástrofe final delproyecto del Mississipi, los efectos perniciosos del

Page 3: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 H. D. MACLEOD.—¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 421

predominio del sistema mercantil, la opresión de lanobleza y el peso de los impuestos. La pintura ter-rible de la tiranía social, de la crueldad y de laopresión bajo las que gimió el pueblo francés du-rante la primera mitad del siglo XVIII, puede verseen los escritores contemporáneos. Pensando sobrela intolerable miseria que afligía á su país, fue comoalgunos generosos y sensatos filósofos dieron á luzla idea de que es necesaria la existencia de una cien-cia natural, de algunos principios eternamente cier-tos, en lo que concierne á las relaciones sociales delgénero humano, cuya violación fuera la causa de lamiseria espantosa que contemplaban en su patria.Quesnay, el ilustre padre de esta ciencia, la dio elnombre de Derecho natural, y su objeto fue descu-brir y formar una ciencia abstracta de los derechosnaturales de los hombres en todas sus relacionessociales. Y esta ciencia comprendía sus relacionescon el gobierno, con la sociedad, y también con lapropiedad.

El término política, en francés, podía en ciertomodo servirla de nombre; pero esta palabra se de-dica tan exclusivamente al arte del gobierno, queQuesnay hubo de adoptar la denominación de Eco-nomía política para su nueva ciencia. Uno de suscontinuadores, Dupont de Nemours, propuso elnombre de Physiocracia, ó gobierno de la natura-leza; pero habiendo sido apropiada la palabra áciertas doctrinas de la escuela, señaladas hoy comoerróneas, ha caido en desuso, y el término Econo-mía política ha sobrevivido.

La ciencia de la Economía política, pues, comofue concebida por sus fundadores, abrazaba todo elcampo de las relaciones sociales de la humanidad,asi físicas como morales. «El derecho no ha sidocomprendido, dice (¿uesnay, porque ningún hombrede Estado, sacerdote ó filósofo, lo ha mostrado contoda claridad.» Su objeto, según esto, era suplir estadeficiencia de la Filosofía y descubrir las leyes deorden referentes á la libertad, á la autoridad y á lapropiedad.

Ahora bien, cualquier verdad que pudiera haberen la doctrina que mantiene la existencia de ciertasleyes naturales en las relaciones de los hombres yen su gobierno, es evidente que las bases trazadaspor los Economistas ó Fisiócratas no comprendíantan sólo una ciencia, sino una multitud de ciencias;pasaré sobre todas las parles sociales y políticasdel asunto, limitándome á sus doctrinas sobre lapropiedad.

Una de las partes de este vasto agregado de cien-cias, que los economistas llaman Economía política,la definen «producción, distribución y consumo dela riqueza.» Vamos á examinar ahora lo que quierensignificar con esto.

Por riqueza, como mostraré con toda extensión

más adelante, entienden ellos el producto nativo dela tierra que ha sido traído al comercio.

Hacen consistir la producción en recoger el pro-ducto nativo de la tierra para traerlo al comercio.

Pero como el produelo nativo de la tierra seencuentra muy raras veces acomodado para un usoinmediato, y tiene que sufrir ordinariamente muchasoperaciones, y pasa á través de varias manos antesde ser propio para el uso, llaman á todas estas in-termediarias operaciones y trasferencias, distribu-ción ó tráfico.

Por consumo entienden la última evolución, queconsiste en sacar el producto ya formado del co-mercio para dedicarlo á la satisfacción de las nece-sidades.

La evolución total del producto desde el produc-tor ó vendedor por los varios parajes do la distribu-ción y del consumo, se llama por ellos comercio ócambio.

Asi, el labrador cultiva el trigo y io presenta enel morcado; es el productor; lo vende al molinero,el cual lo muele y lo vende á su voz convertido enharina al panadero; éste amasa y cuece la harina yvende el pan á su parroquiano, á quien ellos llamanconsumidor.

La completa trasferencia ó los pasos que recorreel trigo del labrador hasta llegar al consumidor, re-cibe el nombre de comercio ó cambio.

Es de observar por esto, que en el lenguaje delos Fisiócratas, los que la dieron origen, la frase«producción, distribución y consumo de la riqueza»es absolutamente idéntica á cambio ó comercio.

También es digno de notar que el productor y elconsumidor son las dos partes esenciales en uncambio; el consumo, además, suele llamarse á me-nudo distribución.

Asi, pues, «producción, distribución y consumode 1$ riqueza», «producción y distribución de lariqueza», «producción y consumo de la riqueza»,son frases completamente idénticas, y significansimplemente cambio ó comercio.

Las doctrinas de los Economistas eran, sin em-bargo, erróneas en varios puntos, por lo cual se le-vantó una oposición contra ellos en Francia, Ingla-terra é Italia simultáneamente.

En 1776, Coudillac publicó su obra titulada Elcomercio y el gobierno, en la cual deiine la Econo-mía política como la ciencia del comercio.

En el mismo año publicaba Smith su Riqueza delas naciones. Ambas obras fueron escritas con elmismo objeto, esto es, para combatir las doctrinaserróneas de los Fisiócratas. Por tanto Smith no fueel fundador de la Economía política, como se hadicho con frecuencia, sino el fundador de la segundaescuela de Economía política.

Tampoco debe llamarse á su obra un tratado de

Page 4: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

422 REVISTA EUROPEA. 1 2 DE SETIEMBRE DE 1 8 7 5 . N.° 81

Economía política; él lo titula Investigaciones acercade la naturaleza y de las causas de la riqueza de lasilaciones. La idea que tenía sobre la significacióndel término Economía política, aparece claramente(.TI la introducción al libro IV. .

«La Economía política, considerada como unarama de la ciencia de! estadista ó legislador, sepropone dos distintos objetos: primero, suministrarabundantes subsistencias para el pueblo, ó, máspropiamente, ponerle en aptitud de proporcionarseestas subsistencias; y en segundo lugar, abastecerla riqueza pública con los ingresos suficientes parapagar todos los servicios del Estado. Se proponeenriquecer, á un mismo tiempo, al pueblo y al so-berano.»

Lo que esto quiere decir os lo siguiente: ante-riormente los hombres de Estado consideraban elcomercio como la única fuente de riqueza para unpueblo, y toda la legislación se formó con el fin depromover y desenvolver el comercio: después deesto, los hombres de Estado consideraron que laagricultura era el único origen de riqueza, y, segúnesto, las leyes promovieron y desenvolvieron laagricultura: entonces el sistema proteccionista pre-valeció bastante tiempo en este país; ahora vivi-mos bajo el sistema del libre-cambio: cada uno deestos sistemas debieran ser llamados Economía po-lítica, según Smith.

La obra de Smith está dividida en cinco libros, delos cuales los dos primeros constituyen lo que es-trictamente se denomina Economía política ennuestros dias. Y ¿de qué tratan estos libros? De laproducción y de la distribución. Pero el mismoSmith asevera que se hallan destinados á «investi-gar los principios que regulan el valor en cambio delas comodidades y satisfacciones.» Y Mac-Cullocli,su anotador, dice:—«Esta ciencia bien pudiera serllam:¡da la ciencia de los valores.»

Así, pues, los Fisiócratas decían que la frase"producción, distribución y consumo de la riqueza»significaba comercio ó cambio; Condillac manifiestaque la ciencia económica es la ciencia del comercio;y Smith y Mac-Culloch reconocen que es la cienciade los valores.

.1. B. Say, el fundador de la segunda escuela deEconomía política en Francia, restringió primero eltérmino á la producción, distribución y consumo dela riqueza. Asi dice:

«La política propiamente llamada, esto es, laciencia de la organización de las sociedades, hasido por largo tiempo confundida con la Economíapolítica, la cual se ocupa en estudiar cómo son for-madas, distribuidas y consumidas las riquezas quesatisfacen las necesidades del pueblo. No obstante,la riqueza es esencialmente distinta de la organiza-ción política. Bajo todas las formas de gobierno, un

Estado puede prosperar si esta bien administrado.Hemos visto enriquecerse naciones bajo las monar-quías absolutas, y también las hemos visto arrui-narse bajo el imperio de la democracia.»

Desde aquí en adelante, el término Economía po-lítica ha sido completamente separado de todo loconcerniente á la política, y confinado exclusiva-mente ala riqueza; la única cuestión verdadera quehay que resolver es, cuál de las dos definiciones«producción, distribución y consumo de la riqueza,»ó «la esencia de los cambios» es la mejor.

Condillac fue el primero que dio esta definiciónen 1776. El primer escritor en este país, que yosepa hubiera adoptado este concepto, es Whately,el cual dice, después de mostrar que la Economíapolítica sólo trata de las cosas en cuanto son objetode cambio:

«Por esta misma razón os quizá más convenienteconsiderar á la Economía política como ciencia delos cambios, que como ciencia de la riqueza na-cional.»

Y proponía sustituir su título por Cataláctica óciencia de los cambios. Este nombre, sin embargo,no ha sido aceptado, y más adelante demostraré queno hay razón para tal sustitución.

La verdadera cuestión que debe ser discutida es:¿Cuál de aquellas dos definiciones que Jos econo-mistas han considerado siempre como idénticas esla más comprensiva y aceptable en el dia de hoy? YMili hace algunas observaciones referentes á estepunto:

«En medio de un agregado tan complejo de cosasparticulares como el que forma el contenido de unaciencia, la definición con qire la expresamos raravez es aquella que un extenso y profundo conoci-miento del asunto presenta como la más adecuada.Hasta que nosotros conozcamos todos los detallesy particularidades por sí mismas, no es posible quelas condensemos y encerremos en una definicióngeneral... Así, pues, en tanto que las ciencias per-manezcan imperfectas, las definiciones han de par-ticipar de estas imperfecciones; y si las prime-ras progresan, las últimas progresarán del mismomodo.»

Estas observaciones nos parecen bien decisivas.Toda la discusión parece volverse hacia el signifi-cado y extensión de la palabra riqueza; y por miparte procederé á trazar la historia de la idea ó sig-nificado de esta palabra desde hace dos mil años.Porque cuando hayamos llegado á conocer qué cua-lidad general de las cosas es la que las constituyecomo riqueza, la ciencia de la riqueza no podrámenos de presentársenos como el conocimiento delas leyes que determinan los fenómenos de estacualidad.

Y la cuestión acerca del significado de la palabra

Page 5: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 423

riqueza no es una pura logomaquia, sino por el con-trario, la base de una gran ciencia, y ha tenido con-secuencias importantísimas en la historia de las na-ciones. Tenemos por imposible conocer la historiamoderna sin estudiar los diversos sentidos que estetérmino ha tenido. J. B. Say dice que de los dos-cientos cincuenta años que anteceden, cincuenta sehan gastado en guerras, que tuvieron por causa lassignificaciones de la palabra riqueza. Whatoly dice:

«Fuera bueno si las ambigüedades de esta pala-bra no hubieran hecho más que confundir á los filó-sofos. Una de ellas dio origen al sistema mercan-til... Los resultados han sido el fraudo, los doloresy la pobreza en casa, y la guerra y la discordiafuera... Durante siglos ha hecho más, y quiza lo hagatodavía, para retardar el progreso de la Europa,que todas las otras causas juntas.»

Storch dice:«En suma, donde ha sido menos funesta, retardó

considerablemente el progreso de la prosperidadnacional; en otras partes ha inundado la tierra desangre y ha despoblado y arruinado algunos deaquellos países, cuyo poder y opulencia se creyóque los llevaría al pináculo.»

El primer escritor, si no me equivoco, que da unadefinición de la riqueza, es Arristóteles. Dice (Ni-comaco. Etica, lib. iv, cap. i.):

áijía

« F nosotros llamamos riqueza toda cosa cuyovalor se mide con dinero.»

Encontramos en ésta una perfecta definición dela riqueza, basada sobre una idea general, la decambio, que forma una buena base para levantarsobro ella una ciencia; porque no hay duda que de-bemos tener una ciencia que trate de las leyes queregulan las relaciones de las cantidades cambiables,lo mismo que hay una ciencia que trata de los fe-nómenos de la fuerza, ó de la luz, ó del valor, ó decualquier otra cosa.

Así como una bellota es el germen que obliga ánacer y á desenvolverse una colosal encina, estasola sentencia de Aristóteles es el germen de dondeha salido toda la ciencia de la riqueza.

Habiendo recabado, pues, una buena idea gene-ral, debemos considerar ahora cuántos órdenes dis-tintos de cantidades existen, que comprueben estadefinición.

I. Hay cosas materiales, como las tierras, lascasas, el dinero, el ganado y otros innumerablesobjetos de esta naturaleza, sobre los cuales nonecesito detenerme, porque todos los aceptan comoriqueza.

II. Pero una persona puede vender su trabajo ósus servicios de muchas suertes, como abogado,como médico, como ingeniero, como profesor, etc.,

y cuando un hombre vende su trabajo por dinero,su valor se mide por dinero del mismo modo exac-tamente que si fuera trigo ó madera El trabajo es,pues, riqueza, según la definición do Aristóteles.

III. Existe además un tercer orden de cantida-des que puede entrar dentro de esta definición. Siuna persona poseo cien mil libras en billetes delBanco de Inglaterra, ó un millón en bonos del Te-soro ó en acciones de los Bancos de Londres yWeslminstor, se le considerará rico. Todas estascosas, pues, son una forma de la riqueza, distintassin duda de las otras dos; pero se compran y sevenden por dinero, y pueden entrar por esto en ladefinición de la riqueza de Aristóteles. Hay tambiénderechos puramente abstractos de varias clases, quepueden ser comprados y vendidos, tales como lapropiedad literaria, los privilegios de invención, elcrédito de un comercio, un patronato, etc.

Todos estos son derechos abstractos, completa-mente distintos y separados de toda moneda, y sinembargo, todos son una propiedad valuable, todospueden ser comprados y vendidos, y por eso, todosellos satisfacen la definición de la riqueza áe Aris-tóteles.

Hemos encontrado, según esto, tres distintos ór-denes de cantidades que satisfacen la definición dela riqueza do Aristóteles: la reflexión nos enseñaráque no hay nada que pueda ser comprado ó vendi-do, que no caiga dentro de uno de estos órdenes decantidades; os decir, ó es algo material, ó es algúntrabajo, ó es un derecho abstracto. Hay, pues, tresórdenes de cantidades, solamente tres, que puedanentrar en la definición de la, riqueza de Aristóteles.

Vamos á examinar ahora si algunos otros escrito-res de los tiempos antiguos han seguido y desen-vuelto esta definición.

Existe un notabilísimo tratado que corre bajo elnombre de Esquines Socrático, el cual se consideraunánimemente por los críticos como apócrifo, sibien muy respetables autoridades lo hacen pertene-cer á la primitiva escuela Peripatética. Se denominael Eryxias 6 la definición, de la riqueza,, y es nota-ble, sobre todo por ser probablemente el primertratado sobre un asunto exclusivamente económico.

Se ha hecho con la ocasión siguiente: Los Siracu-sanos habían enviado una embajada á Atenas. Pa-seando un dia Sócrates con sus amigos, uno deellos le mostró á uno do los embajadores comoel hombre más rico de Sicilia. Esto conduce á Só-crates á inquirir la naturaleza de la riqueza. Eryxiasdice que el hombre más rico es el que posee másdinero. Sócrates le pregunta inmediatamente ¿qu£clase de dinero.

¿Es el dinero de los Cartagineses que usan elcuero como moneda? El hombre que poseyera másde esto en Cartago, sería el más rico; pero en Ate-

Page 6: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

424 REVISTA EUROPKA. 1 2 DE SETIEMBRE DE 1 8 7 5 . N.° 81

ñas no lo seria más que si poseyera otras tantaspiedras de la montaña. En Lacedemonia el hierroinútil hace oficio de moneda; el que poseyera eneste país una gran cantidad de ello, sería rico; peroen cualquier otra parte no lo sería ciertamente.

Sócrates, entonces, después de largo argumen-tar, enseña que una cosa debe tomarse como rique-za ó nó, según sea ó nó necesitada y cambiable.Como Aristóteles, hace consistir la esencia de la ri-queza exclusivamente en la facultad de ser cambia-da. Y pregunta, si hay personas que ganan su vidadifundiendo la instrucción en varias ciencias. Ery-xias contesta que las hay. Sócrates entonces diceque aquellos que suministran la instrucción en estasciencias, ganan su vida cambiando algo de ollas porlas cosas necesarias, lo mismo que si fuera plata úoro. Y por esto dice que las ciencias son riqueza(al é7ti3-?i¡xai -^pr|jj.aia oOaai), por la misma razón quelo son la plata y el oro.

Ahora bien, este ejemplo incluye, por supuesto,el trabajo en todas sus formas y manifestaciones.Sócrates expresa que el cambio es la única esenciade la riqueza; que una cosa es riqueza en aquellosparajes y circunstancias en los cuales puede sercambiada, y que el trabajo es riqueza precisamenteporque se paga. Este diálogo, pues, tiene el propo-sito de mostrar que el segundo orden de cantidadesenumerado más arriba como cayendo dentro de ladefinición de Aristóteles—llamado trabajo,—estáincluido en la palabra griega ^pf,¡xa.

Vengamos ahora á la ley romana. En las Pandec-tas de Justiniano se asienta como fundamental estadefinición.

«Pecunia nomine, non solwm numerata pecunia,sed omnes res, tam soli quam mobiles, et tam cor-pora quamjura, continentur.»

«Bajo el nombre de riqueza, no sólo se incluye eldinero contante, sino todas las cosas, ya sean mue-bles ó inmuebles, las corporales lo misino que losderechos.»

Y hay otros varios pasajes análogos que no nece-sitan citarse, excepto uno de Ulpiano.

^Nomina eorwn qui sub conditione vel in diemdebent et emere et venderé solem/us. Ea enim res est,</%a emi et nenire potest.»

«Estamos acostumbrados á comprar y vender lasdeudas pagaderas á cierto dia ó bajo condición.Porque esto es riqueza que se compra y que sevende.»

1.a ley romana incluye expresamente todos aque-llos derechos que hemos dicho ya pertenecían altercer orden de .cantidades que entraban en la defi-nición de Aristóteles bajo los términos res, bona,pecunia y mera;.

lina de las divisiones de la propiedad en Romaes la de corporal é incorporal, esto es, el derecho

á una sustancia específica y material, tal como eldinero, las casas, las tierras etc., y un derechopuramente abstracto, como aquellos que ya hemosmencionado. Pero se incluyen ambas clases de pro-piedad bajo los términos res, bona, pecunia y mera;.

Durante varios siglos, después que Constantinohubo trasladado la silla imperial á Constantinopla,la corte permanecía latina, pero ia masa del puebloera griega; por consiguiente, aunque el idioma la-tino era el oficial para el pueblo, seguía ininteli-gible.

Por esto y porque las Pandectas y las Institucio-nes de Justiniano se publicaron en latín, todas lasdefensas en los tribunales se hacían en griego. LasPandectas latinas cayeron muy pronto en desuso, yfueron sustituidas en la práctica popular por las tra-ducciones, tratados y compilaciones griegas.

Por último, en los siglos IX y X se olvidaron porcompleto bajo la dinastía basiliana. Las Pandectas,las Instituciones y toda la legislación de Justinianofu6 rechazada como enteramente fuera de uso, yse publicó un nuevo Código ó Digesto en griego lla-mado las Basílicas, cuyo código fue en adelante laley del Imperio oriental, y ha permanecido hastalos tiempos presentes, como la ley común de todala población griega en el Oriente.

En las basílicas se conserva la definición romanade la riqueza.

TYp óvójjicra T&v ^p-rjijiáxtjjv úv |jtóvov xa ^p r^a ta ,illa návxa xct -/.ivnxá xal axivTiTa, xat xa <jio¡jt.axix.á>̂ ai xa Stxaia SriXcOiai.

«Bajo la palabra XP7)̂ 01 s e expresa, no sólo el di-nero, sino todas las cosas, muebles ó inmuebles,los derechos espirituales y los corporales.»

Así, pues, por declaración terminante en la ju-risprudencia griega, la palabra xP'ñH11* comprendelos derechos de todas clases; y por tanto, los tresórdenes de cantidades cambiables que ya hemosvisto cómo satisfacían la definición de la riquezade Aristóteles.

Todos los escritores de los tiempos antiguos opi-nan unánimemente que la esencia de la riquezaconsiste en que sea susceptible de cambio, y quetodo lo que se cambia es riqueza, cualquiera quesea su forma. También habían reconocido distinta-mente la existencia de tres formas de cantidadescambiables, las cuales pueden simbolizarse por laspalabras dinero, trabajo y crédito: el dinero tomán-dolo como tipo de las cosas materiales ó corpora-les; el trabajo, como tipo de todo género de servi-cios, y el crédito, como tipo de toda suerte dederechos. Y todos los cambios residen en la per-muta de estos tres órdenes de cantidades.

Preciso es que volvamos á los tiempos modernosy tracemos el significado que en ella se dio á la pa-labra riqueza.

Page 7: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 425

Cuando los hombres de la época presente comen-zaron á discurrir acerca de la riqueza, la hicieronconsistir únicamente en el oro y la plata, y la legis-lación de todos los países de Europa parecía que sehabía formado con el objeto de acumular la mayorcantidad posible de oro y plata en la nación. Vol-vimos á la fábula del rey Midas. Fue consideradocomo axioma en el comercio, por los más sabios es-tadistas y filósofos, que la ganancia de una parte esla pérdida de la otra; y, durante largo tiempo, lamitad de las guerras fueron promovidas por lasdisputas de las naciones sobre la adquisición deloro y la plata.

Por último, el absurdo de llamar riqueza única-mente al oro y á la plata fue percibido, y hacia elfin del siglo XVII fueron lomados como riqueza to-dos los productos de la tierra útiles al hombre, di-ciéndose comunmente que la riqueza era «la pro-ducción anual de la tierra y del trabajo.»

Los Fisiócratas, primera escuela de economistas,creían que todas las cosas necesarias para la con-servación y comodidad del género humano sonproductos de la tierra. A los productos consumidospor los productores mismos, los llaman bienes; perodenominan riqueza á los artículos que los produc-tores cambian. Así, uno de los más eminentes deellos (Bandeau) dice: «Se llama bienes á los objetosútiles y agradables propios para satisfacer nuestrasnecesidades, porque conducen á la conservación,propagación y bienestar de la humanidad sobre latierra.

Mas algunas veces estos bienes no son riqueza,porque no pueden ser cambiados por otros bienesó para procurarse otras satisfacciones. Los produc-tos naturales ó las obras de arte, las más necesariasy agradables, cesan de ser riqueza cuando perde-mos la facultad de cambiarlas y de procurarse otrosgoces por medio de este cambio. Cien mil pies delas más hermosas encinas del mundo no serían ri-queza en el interior del Norte de América, dondeno podríamos deshacernos de ellas por medio delcambio. La noción de la riqueza supone, según esto,dos cosas: primero, cualidades en los objetos quelos hagan propios para satisfacer nuestras necesi-dades y nuestros goces, cuyas cualidades los con-vierte en Menes; segundo, la posibilidad de cambiar-los, esto es, de proporcionarse con ellos otros bie-nes, y esta posibilidad es lo que los constituyecomo riqueza.»

Quesnay, el fundador de la escuela, dice:«Es preciso que distingamos entre bienes que tie-

nen valor en uso, pero no en cambio, y riqueza, ¡acual siempre ha de tener valor en uso y valor encambio. Por ejemplo: los salvajes de la Luisiana go-zan de muchos bienes, tales como la madera, lacaza, los frutos de la tierra, etc., que no son ri-

TOMO V.

queza, porque no tienen valor en cambio. Perodesde que se ha establecido algún comercio entreellos y los franceses, ingleses y españoles, unaparte de estos bienes adquirió valor en cambio, ydebe ser considerada como riqueza.»

Estos ligeros extractos muestran bastante clara-mente la noción que la Fisiocracia tenia de la rique-za. No es otra cosa que los productos naturales dela tierra, cambiados en el comercio. Su dogma fun-damental era que la única fuente de riqueza es latierra, porque, como ellos repetían continuamente,el hombre no es capaz de crear nada, y nada puedesalir de la nada.

Los Fisiócratas, según esto, hacen consistir laesencia de la riqueza en el cambio, aunque lo res-tringieran á los productos materiales de la tierra, ysostenían que todos los cambios son á la postre deproductos con producios.

Algunos de los Fisiócratas comprendieron queesta definición era defectuosa, porque si admitíanque la facultad del cambio es la esencia de la ri-queza, todo aquello que pudiere ser cambiado de-biera considerarse riqueza. Por lo mismo exponenalgunas razones para demostrar que el trabajo y elcrédito no deben ser tomados como riqueza: su ar-gumentación es demasiado prolija para que aquí laexaminemos; pero repetían principalmente lo quemás arriba hemos apuntado, esto es, que el hombreno puede croar nada y que nada sale de la nada.La doctrina, pues, de que toda riqueza se formacon los materiales del globo terráqueo debe ser lla-mada Fisiocracia.

Precisa que vengamos ahora á examinar las ideasde Smith.

Titula su obra Investigaciones sobre la natura-leza y las causas de la riqueza de las naciones,pero desgraciadamente no nos dice con precisiónlo que^él entiende por riqueza. Hay, sin embargo,una frase que aparece al fin de la introducción:—«La verdadera riqueza es el producto anual de latierra y del trabajo de la sociedad;» y por la multi-tud de veces que esta expresión se repite en toda laobra podemos presumir que manifiesta aproxima-damente su idea sobre el asunto.

Esta definición difiere de la de los Fisiócratas,porque contiene en absoluto todos los productosde la tierra y del trabajo, mientras ellos incluyensolamente aquellos productos de la tierra que pue-den ser cambiados.

La frase, además de esto, es algo ambigua, puesno nos expresa claramente si es el producto de latierra y el producto del trabajo separadamente loque forma la riqueza, ó el producto de la tierra ydel trabajo combinados.

Cualquier camino que tomemos, la expresión esdemasiado amplia; porque si se establece en abso-

33

Page 8: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

426 REVISTA EUROPEA. i 2 DE SETIEMBRE BE 1 8 7 5 . N.° 81

luto que los productos de la tierra y del trabajo,separados ó combinados, son riqueza, entonces losmás inútiles resultados de la tierra y del trabajo,asi como los más útiles, son riqueza, lo mismo laortiga que el trigo. Todo trabajo estéril seria, pues,riqueza. Si un número de trabajadores se emplea-ra en edificar una pirámide en el desierto de Sa-hara, esto sería riqueza; cuando los niños hacenamasijos con el barro, aumentan la riqueza del país.

Muchas otras objeciones podrían hacerse á estadefinición, pero es bastante lo dicho. La definiciónes también demasiado estrecha, porque el mismoSmith incluye, bajo el titulo de riqueza, muchas co-sas que no pueden con verdad ser llamadas «pro-ductos de la tierra y del trabajo.»

Así, bajo la denominación de capitales fijos, in-cluye las «aptitudes útiles y adquiridas de todos losmiembros de la sociedad.» La adquisición de estostalentos por la constancia del individuo durante sueducación, estudio ó aprendizaje, siempre producegastos verdaderos, lo cual viene á constituir un ca-pital fijo en su persona. Del mismo modo que esíostalentos forman parte de su fortuna, así acrecen lafortuna de la sociedad á que pertenece.

Por tanto, Smith clasifica las aptitudes humanascomo riqueza, y las aptitudes humanas no son ciertamente «productos anuales de la tierra y del tra-bajo.» Ahora bien, el ejercicio de las aptitudes per-sonales es el trabajo, de lo cual se deduce queSmith reconoce el segundo orden de las cantidadeseconómicas como riqueza.

Más adelante, bajo el término de capital circulan-te, hace incluir la moneda, y bajo el término mo-neda incluye explícitamente los billetes de banco,letras de cambio, etc. Entre otros pasajes, dice:

«Supongamos que diferentes bancos emiten do-cumentos de crédito pagaderos al portador por va-lor de un millón, reservando en sus cajas 200.000libras para responder de las demandas ocasionales.Resultará de esto que habrá en circulación 800.000libras en oro y plata, y 1.000.000 en billetes de ban-co, ó 1.800.000 de papel y moneda juntamente.»

Hace también observar que los créditos en elBanco de Amsteidam se llaman dinero del banco.Asi. pues, Smith, en este y en otros numerosos pa-sajes, coloca el papel de crédito bajo el mismo pióexactamente y con el mismo valor que el oro y laplata.

Por lo tanto, aunque Smith comenzó su obra conla noción fisiocrática de que la riqueza es el «pro-ducto de la tierra y el trabajo,» en el curso de ellase ve obligado á reconocer también como riquezalas otras dos clases de cantidades económicas, sinque se le haya ocurrido que estas doctrinas no secompadecen muy bien.

Cero está muy lejos de ser esta su sola incon-

secuencia; porque después de haber infiltrado en lamente de sus lectores la noción de que la riquezaes el producto de la tierra y del trabajo, y, portanto, que el trabajo y la materia son necesariospara la riqueza y el valor, dice que «si una guineano pudiera cambiarse por algo, no tendría más va-lor que un pedazo de papel.»

Después de todo, pues, Smith vuelve á la facul-tad del cambio como la verdadera piedra de toquede la riqueza; y fácil es notar que estas ideas fun-damentales de la riqueza no conciertan, porquehay muchas cosas que son producto de la tierra y eltrabajo y no son cambiables, y existen tambiénmuchas cosas cambiables que no son producto dela tierra y el trabajo.

Asi, la tierra misma y el trabajo son cantidadescambiables, y no son ciertamente «producto de latierra y el trabajo.»

La mitad de la obra de Smith se funda sobre eltrabajo y la materialidad como la esencia de la ri-queza, y la otra mitad sobre la facultad del cam-bio. Dos clases de escritores ha habido que siguie-ron, ya una parte, ya otra; Ricardo y sus continua-dores, que adoptaron el trabajo como esencia de lariqueza, y "Whately, que aceptó la facultad delcambio.

Pasando sobre otros escritores, podemos ya venirá Mili, que está reputado como lógico y filósofo.Está perfectamente convencklo de la absoluta ne-cesidad de verdaderas y fundamentales concepcio-nes en la ciencia, y vamos á ver si es más conse-cuente consigo mismo que Smith.

Dice: «Todos tienen una noción suficiente parael uso ordinario de lo que es la riqueza.

»No entra en el objeto de este tratado acudir álas sutiles definiciones de la metafísica, donde lasideas sugeridas por un término son determinadasinmediatamente para-los propósitos prácticos.»

Esta es una extraña afirmación en un lógico.Smith no tiene una noción suficiente de lo que es lariqueza, y ya veremos si el mismo Mili la tiene.

Dice: «Todas las cosas, pues, forman parte de lariqueza, la cual es susceptible de comprarse y ven-derse.»

Esta es una buena definición de la riqueza. Lamisma de Aristóteles exactamente. Considera comoriqueza todo lo que es cambiable, y, por lo tanto,necesariamente incluye los tres órdenes de cantida-des cambiables, dinero, trabajo y crédito; y laproducción de la riqueza consistirá en formar todacosa que pueda ser comprada. Un poco más ade-lante, sin embargo, en el mismo capítulo, quedamossorprendidos al llegar á este concepto: «Producciónde la riqueza: la extracción de los instrumentos dela subsistencia y placer del hombre, arrancados delos materiales del globo.»

Page 9: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 MACLHOD.—¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 427

De este modo, Mili ha cambiado por completo suconcepto fundamental de la riqueza. En el primerpárrafo afirma que reside únicamente en la facultaddel cambio; en el segundo, abandona enteramenteesta idea y cae en plena fisiocracia, comprendiendotoda la riqueza en los materiales extraídos delglobo!

Sorprende, en verdad, que un lógico no perci-biera que estas conclusiones son contradictorias,porque todas las cosas cambiables no son cierta-mente extraídas de los materiales del globo. Laprimera conclusión comprende el trabajo y los dere-chos como cantidades económicas; la segunda losexcluye enteramente, y de hecho excluye de la Eeoi-nomía el 95 por 100 de las cantidades cambiables.

Más adelante, en sus doctrinas, manifiesta toda-vía más inconsecuencia. Bajo el título de trabajoimproductivo, se ve obligado á considerar una vezmás lo que es la riqueza, y dice: «Es esencial en laidea de la riqueza el ser capaz de acumulación.»Aquí se introduce una nueva idea, porque el traba-jo, que es cambiable, se extingue en el mismo actodel cambio; no puede ser acumulado. Si, pues, seadopta esta nueva idea, es fuerza que excluyamosel trabajo de la definición de la riqueza.

Un poco más lejos, dice: «Ye preferiría, si estu-viera construyendo un nuevo lenguaje técnico, ha-cer la distinción, más bien sobre la permanencia,que sobre la materialidad del producto.»

Esta doctrina es la violación de uno de los prin-cipios fundamentales de la filosofía natural, la leyde continuidad,. Las cosas tienen todos los gra-dos de permanencia, desde la tierra que dura porsiempre, hasta las cosas que constantemente dis-minuyen de permanencia, tales como las casas, losrelojes, los vestidos, los alimentos, etc., hastael trabajo, el cual tiene el ínfimo grado de per-manencia. Todas estas cosas son capaces de sercambiadas un número vario de veces, hasta el tra-bajo, el cual no puede ser cambiado sino una. ¿Yen qué grado de permanencia y á qué número decambios vamos nosotros á trazar la línea entre loque es riqueza y lo que no lo es? Es imposibledecirlo. La ley de continuidad dice «que lo que esverdad sobre el límite, es verdad en el límite.»Ahora bien, el límite más bajo de los cambios con-siste en uno, y el grado más corto de permanenciaes lo que perece en el instante. El trabajo es cam-biable tan sólo una vez, y existe únicamente du-rante el acto de su ejercicio. Por las leyes funda-mentales de la filosofía natural, debe ser incluido,pues, bajo el título de riqueza.

Unas pocas líneas más abajo dice Mili:«Cuando hablo, pues, en este tratado de riqueza,

comprendo en ella la llamada riqueza material úni-camente.» Pero en la misma página dice:

«La habilidad, la energía y la perseverancia delos artesanos de un país, están reconocidas comoriqueza.» Y dice también: «El hombre, en sí mismo,no puede clasificarse como riqueza. Pero sus capa-jidades adquiridas, las cuales existen únicamentecomo medios y so han formado por el trabajo, caenperfectamente, según mi parecer, bajo esta deno-minación.»

¿Son las aptitudes y habilidades adquiridas de loshombres materiales? ¿Y se extraen aeaso de los ma-teriales del globo?

Es sorprendente que Mili estampara doctrinas tancontradictorias; y cuando dice que todos leñemosuna noción bastante clara de la riqueza, yo pregun-taría simplemente si él mismo la tiene.

Debo examinar ahora su doctrina con respecto alcrédito, el tercer orden de cantidades económicas,como quiera que el crédito ha sido objeto de nota-bles controversias en los tiempos modernos.

Demóstenes dice:el Sé ÍOOTO áyvoets 'óxi [itazn acpupu -r\ TEÜV [laaCiv

i<sx\ ¡J.£YÍ<TTTI i rpo; ^pt|p.aT¡!j|j.6v itSv av OL-jyoifltit.p.

«Si no supierais que el crédito es el capital másgrande de todos para la adquisición de la riqueza,debierais ser tenidos por ignorantes.»

Y muchos escritores han dicho lo mismo desdeentonces; entre otros Molón, un escritor francés:«Al cálculo de los valores en dinero debe añadirseel crédito del comerciante.»

Otro, Dutot, dice: «Un crédito bien manejado au-menta diez veces los fondos de un comerciante, ygana tanto por su crédito como si tuviera el décu-plo de dinero. El crédito es, por lo mismo, la ri-queza más grande que el hombre puede llevar sicomercio.»

Smilh, como ya he mostrado, clasifica el papel décréd^o bajo el título de capital, como materia detráfico; de hecho, todos los escritores del mundo,viendo que el comercio se expresa por medio delcrédito lo mismo que por la moneda, afirman que elcrédito es capital, sin dar, no obstante, un conceptopreciso de lo que os el crédito; ni aun trabajan ensu teoría para determinar sus verdaderos límites.

Un tlia, sin embargo, i. B. Say descubrió quetodo el mundo, desde Demóstenes hasta AdamSmith, había estado bajo una ilusión, y que decirque el crédito es capital es afirmar que la mismacosa puede estar en dos sitios á un tiempo! Todaesta contusión sale de la contradicción más absur-da. El mismo Say dice en una docena de pasajesque el crédito es capital; en otros ridiculiza estemismo concepto. Mas cuando nosotros comparamosestos diferentes pasajes, la causa de la contradic-ción aparece clara. Da á la palabra crédito una sig-nificación muy distinta en un sitio de la que le daen otro.

Page 10: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

428 BBVISTA EUROPEA.-—12 DE SETIEMBRE DE 1 8 7 5 . N.° 81

Los escritores superficiales, sin embargo, no to-mándose la molestia de comparar estos diferentespárrafos, acogen la inocente ironía de Say, y cons-tantemente repiten que los que sostienen que elcrédito es capital afirman que una cosa puede es-tar en dos lugares á un mismo tiempo.

Vamos á examinar ahora las doctrinas de Mili so-bre el crédito, y veremos si es consecuente consigomismo en cuanto á su naturaleza.

Su primera definición de la riqueza es «todo loque puede comprar alguna cosa.»

Observando todavía que el dinero no es todo elcapital, dice: «Todo lo que es susceptible de sercambiado por otra cosa es capaz de contribuir á laproducción en igual grado.» Por esto, sin indagarel significado de la producción, dice Mili que si losbilletes de banco pueden ser cambiados como lamoneda, contribuyen ala producción en el mismogrado que la moneda.

Encabeza su capítulo sobre el crédito de estemodo: «Del crédito como sustituto de la moneda.»Ahora bien, cuando una cantidad se emplea en sus-titución de otra, precisa que ambas sean de igualnaturaleza, no de la misma perfección forzosamente,pero sí de la misma especie, aunque en distintogrado. La moneda es una cantidad independiente yque se cambia; por consiguiente, si el crédito puedeser sustituto de la moneda, es preciso que sea una(santidad cambiable é independiente.

Más lejos, Mili, después de haber sentado que lariqueza es todo aquello que tiene el poder de com-prar algo, dice: «Aunque el crédito no tiene un po-der productivo, tiene un poder para comprar:» «elcrédito que debemos considerar ahora como un po-der para comprar;» y en una multitud de pasajes ha-bla del crédito suponiéndole este poder.

Si, pues, Mili dice que «la riqueza es todo lo quetiene poder para comprar alguna cosa»;

Y si dice que «el crédito tiene este poder»;Entonces el crédito es riqueza. Este es un silo-

gismo del cual ningún lógico en el mundo puedeescapar.

Además dice Mili:«La suma de poder de comprar que una persona

puede ejercitar, se halla compuesta de todo el di-nero que posee ó que se le debe (de todos los bille-tes de Banco ó letras de cambio que tiene) y detodo su crédito.

El crédito, en resumen, tiene exactamente elmismo poder de comprar que la moneda.»

Y habla del crédito trasferible de mano á mano,con lo cual reconoce de un modo manifiesto que elcrédito es una cantidad sustantiva y cambiable.

También dice: «Una tercera forma, en la que elcrédito se emplea como sustituto para la circula-ción, es la de los documentos promisivos.» «Una

carta-órden 6 pagaré, ó billete pagadero á la vista,mientras dure el crédito del expedidor, es ni másni menos que la moneda.» Según esto, Mili dice queel crédito tiene el mismo valor que el oro; por con-siguiente, es riqueza; y ¿cómo puede el crédito,derecho puramente abstracto, ser extraído de losmateriales del globo?

Algunas lineas más abajo dice: «Pero hemos vistoya que hay otras cosas, tales como los billetes deBanco y letras de cambio, las cuales circulan comomoneda y ejecutan todas sus funciones.»

Ahora bien, una de las funciones de la monedaes el ser usada como capital; y si los billetes deBanco, etc., ejecutan todas las funciones de la mo-neda, no hay duda que pueden usarse como capital;pero los billetes de Banco son crédito; luego elcrédito puede usarse como capital.

Mili admite, por tanto, que el crédito puede serusado como capital. Pero en un capítulo posteriordice: «El valor que se ahorra á la sociedad prove-yendo la moneda de un sustituto, es una gananciareal para los que lo ejecutan. Pueden usar veintemillones de capital circulante, sin que les cuestemás que la plancha del grabador. Si emplean estaaccesión á su fortuna como capital productivo, elproducto del p?ús se aumenta, y la sociedad quedabeneficiada lo mismo que si fuera otro capital cual-quiera de igual magnitud.

«Cuando la circulación del papel está provista,como en nuestro propio país, por banqueros y com-pañías de banca, se convierte casi todo él en capi-tal productivo.

«Siendo la profesión del banquero la de prestadorde metálico, la emisión de billetes no es más queuna simple extensión de su ocupación ordinaria.Los presta á los labradores, manufactureros y co-merciantes, quienes los emplean en varios negocios.Empleados de este modo, rinden, como cualquierotro capital, salarios al trabajo y provechos al ca-pital.

»E1 mismo capital en su larga carrera se con-vierte completamente en salarios, aun después dereemplazado por la venta del producto; de estemodo ofrece un fondo perpetuo de veinte millonespara el sostenimiento del trabajo productivo.»

En otro lugar dice: «Un efecto de este últimocarácter presentan algunas de las extensiones delcrédito, especialmente cuando aparece en forma debilletes de Banco ú otros instrumentos de cambio.Los billetes de Banco son emitidos primero en elcurso ordinario á los productores ó comerciantespara que los empleen como capital.»

Así, Mili en estos párrafos reconoce, tan distinta-

Page 11: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.°81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA.' 429

mente como es posible dentro del lenguaje, que elcrédito es un capital productivo, y, sin embargo,después de esta expresa declaración, se vuelveatrás y desprecia como imbéciles á los que dicenque el crédito es capital!

Comienza su capitulo titulado «Del crédito comosustituto de la moneda» en estos términos: «Lasfunciones del crédito lian sido objeto de muchoserrores y de mucha confusión en las ideas, comoningún otro principio de la Economía política.

»Como una prueba de las confusas nociones man-tenidas respecto á la naturaleza del crédito, pode-mos señalar el lenguaje exagerado que se usa fre-cuentemente respecto á su importancia nacional.El crédito tiene un grande, pero no mágico poder,como el vulgo supone; jamás podrá sacar nada denada. ¡Que á menudo se mira alguna extensión delcrédito como equivalente de una creación de capi-tal! (¿quién ha dicho más claramente que el mismoMili que el crédito es capital?). ¡Parece extraño quehaya necesidad de manifestar que el crédito, nosiendo otra cosa que la facultad de usar del dinerode otra persona, los medios de producción no pue-den ser aumentados por él, sino sólo trasferidos!

»E1 crédito no es otra cosa, pues, que una tras-ferencia del capital de mano en mano.»

La confusión sorprendente de ideas respecto á lanaturaleza del crédito es bien clara en los anterio-res extractos. En los primeros pasajes, Mili afirmaque el crédito es una promesa de pago, ó el dere-cho que se consigna en un papel bajo la forma deuna letra ó pagaré, los cuales asegura una y otravez que son una propiedad independiente y suscep-tible de cambio, del mismo valor que la moneda,que llena todas sus funciones y que por esto puedeser empleada como capital. En el segundo pasaje,Mili ya no piensa que el crédito es una promesa depago, sino una trasferencia del capital. Ahora bien,¿es un billete de Banco la trasferencia de un capi-tal? ¿Es una porción de propiedad sustantiva é inde-pendiente, que es de algún modo la misma cosa, lomismo que la trasferencia de alguna otra? ¿Es uncuartillo de vino lo mismo que la venta de un parde zapatos?

Después de esta exposición, bien claro apareceque no es Mili el llamado á despreciar á los otrospor sus nociones erradas y confusas del crédito: supropia obra es un ejemplo patente del error y con-fusión de ideas que existen sobre el asunto. Hemosnotado que él admite los billetes de Banco, las le-tras de cambio, etc., como encerrando el mismovalor que el oro, y siendo, por lo mismo, riqueza;pero aquellos documentos pertenecen al tercer or-den de cantidades económicas: ¿cómo pueden serextraídos de los materiales del globo?

Asi, pues, Smith, lo mismo que Mili, aunque en

alguna parte de sus obras dicen que la riqueza esmaterial y extraída de los materiales del globo, enotros pasajes reconocen el trabajo y los derechoscomo riqueza.

El resultado de todo es que precisa hagamos des-aparecer todas estas contradicciones y confusionessobre la idea de la riqueza y volvamos á la senci-llez y generalidad de los antiguos, esto es, que lasola esencia de la riqueza es el poder de ser cam-biada, y que existen tres órdenes de cantidadescambiables, determinadas por la moneda, el trabajoy el crédito.

Los Fisiócratas tan sólo admitían los productosmateriales dentro de la ciencia, y sostenían que to-dos los cambios son de productos con productos.La segunda escuela económica aceptaba el trabajocomo una cantidad cambiable, y Beccaria, un eco-nomista italiano, dice que los cambios son de pro-ductos con productos, de productos con servicios,y de servicios con servicios, admitiendo de estemodo la existencia de dos cantidades cambiables ytres especies de cambio. Pero yo he mostrado quehay tres especies de cantidades cambiables, y quelos derechos lo son lo mismo que los productos yel trabajo; por consiguiente, hay seis clases diferen-tes de cambio, y estas seis clases de cambio abra-zan todo el comercio en su más amplia acepción.

Habiendo separado ya estas contradicciones de laciencia, nos encontramos libres; y la primera cosaque debemos hacer ahora es tratar de buscar unnombre tan general que contenga estas tres formasde cantidades económicas, moneda, trabajo y cré-dito: este término general lo encontraremos en lapalabra propiedad.

Nada es más común que llamar á las cosas mate-riales, como las casas, las tierras, etc., propiedad;pero no es este el verdadero significado de la pala-b r a d a propiedad no es la cosa en sí misma, sino elderecho á ella, y jamás fue usada por los antiguosescritores ingleses para significar las cosas, sinolos derechos á las cosas.

En la ley romana, el derecho sobre todos losmiembros de la familia y todas sus posesiones,acumulado en el dominus ó cabeza de la casa, erallamado dominium. Después, cuando el rigor de lapatriapotestas se relajó algún tanto, se concedió ácada uno de los miembros de la familia un derechoá poseer, y este derecho se tituló proprietas: domi-niumid es I proprietas, dice Neracio, jurisconsultode la época de Trajano y Adriano.

Proprietas, por lo dicho, expresa el derecho deusar una cosa como nos plazca, vendiéndola, cam-biándola ó destruyéndola. Y los antiguos escritoresingleses emplean constantemente la palabra propie-dad en el solo sentido de un derecho. Así, Wiclif-fe dice: «Ellos hacen propiedad de los bienes divi-

Page 12: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

430 REVISTA EUROPEA.- -12 DE SETIEMBRE DE 1875. N.° 84

nos, donde la propiedad no puede existir, y preten-den no tener propiedad en los bienes mundanos,donde sólo la propiedad es legitima.»

Y Bacon también habla frecuentemente de la pro-piedad en las tierras y en los bienes; pero ni el niningún escritor de esta edad pensaron en llamar álas tierras y á los bienes mismos propiedad.

Cuando, según lo expuesto, observamos que lapalabra propiedad expresa un derecho y no unacosa, se esparce una luz bien clara por todo elasunto. Cuando se dice que uno tiene la propiedad.-.le tanto trigo ó de tanto oro, significa que tiene elderecho de usarlos como guste, vendiéndolos ócambiándolos; y cuando dos personas venden ócambian oro por trigo, cambian, sin duda, el dere-cho de usar el oro por el derecho de usar el trigo.l)ü este modo, el cambio de producios materiales esern realidad el cambio de derechos.

Sraith había observado ya que el trabajo y los ta-lentos de un hombre son su propiedad; es decir,i[ue él tiene el derecho de venderlos ó cambiarlos;y cuando un hombre conviene en trabajar para otromediante un estipendio, cambia sencillamente elderecho de exigir de él tanto trabajo por el derechode pedir tanto dinero. Esta clase de cambio, pues,también es un cambio de derechos.

Y cuando llegamos al tercer orden de las canti-dades económicas, hallamos que consiste en los de-rechos abstractos; por lo mismo, las tres formas delas cantidades económicas se reducen exclusiva-mente al término general de derechos.

Los Fisiócratas dicen que todos los cambios sonde productos con productos. Bastiat afirma que loscambios son siempre de trabajo con trabajo; masbion claro se ve ahora que todos los cambios son doderechos con derechos.

Cuando vemos ahora que la Economía política no(¡ene nada que partir con las cosas en sí mismas,sino tan sólo con los cambios de los derechos áellas, y que los jurisconsultos romanos denominanj'»ra,—derechos puramente abstractos,—como res,bona, pecunia y mera!, gcan parte de la oscuridad yconfusión se desvanecen. Porque estos jnra contie-nen los billetes de Banco, las letras y otra granvariedad de derechos. Hemos mostrado que Smithy Mili clasifican ambos estos créditos ó deudascomo riqueza y cspital, puesto que se compran y sevenden; y la cantidad de deudas circulantes ó decrédito es casi inconcebible en este país comer-cial. En el trascurso de 1874 pasaron por la Clea-Wng-House de Londres (una institución por mediode la cual los créditos se trasíieren de un Banco áolio) más de seis millones de libras en créditos; yesto es únicamente una parte del crédito que existeuu la actualidad. Estos seis millones de créditosproducen exactamente el mismo resultado que igual

cantidad de metálico; realmente, si este crédito noexistiese, hubiera sido necesario traer al comercioigual suma de moneda.

El hecho es que la propiedad afecta dos formas:la una es el derecho á una sustancia material queha sido ya adquirida, tal como la moneda que setiene, las tierras, las casas, etc., cuya propiedad sellama corporal; la otra es la propiedad ó derecho áalgún interés que se ha de poner en lo futuro, y estapropiedad se denomina en la ley romana, y en cual-quiera otro sistema de leyes, propiedad incorporal.Contiene dentro de sí el crédito de todas clases, losbilletes de Banco, las letras, la propiedad literaria,los fondos públicos, los privilegios de invención,las acciones de compañías comerciales, etc., etc.Mas ambas clases de propiedades pueden ser com-pradas y vendidas, y por eso caen ambas bajo el do-minio de la Economía política.

El grave defecto de Smith, Mili y otros escritoresde la segunda escuela de los Economistas, consisteen que omiten completamente esta especie de pro-piedad, la cual representa ahora un valor de muchosmiles de millones en este pais, y que ha aumentadoen una proporción inmensamente mayor que la pro-piedad corporal. Y en tanto que el concepto de lariqueza se halle infestado con la noción de «latierra y el trabajo» y con la de la materialidad, lanaturaleza de esta propiedad no puede ser com-prendida. Pero tan pronto como admitamos que lafacultad de ser cambiable es la única esencia de lariqueza y el valor, todas las dificultades desapare-cen y todas las operaciones de banca y de créditopueden sujetarse á las más estrictas leyes de laEconomía.

Supongamos que un comerciante posee tanto di-nero, procedente de los ahorros de su industriaanterior. Compra con él mercancías y obtiene unprovecho: recupera el dinero que ha gastado, y elsobrante es su provecho.

Pero como Mili dice acertadamente que su poderde comprar consiste en su dinero y en su crédito,suponiendo que él calcula que se puede obtener unprovecho, compra bienes y da en cambio- de ellossu promesa de pagar en un tiempo futuro. Vendelos bienes; paga la deuda, y el sobrante es suprovecho.

Ahora bien: la moneda y el crédito contienenambos un poder de comprar: un comerciante ó ne-gociante recaba igual provecho que compre conmoneda ó con crédito: por tanto, si la verdaderadefinición del capital es «algo que produzca unprovecho», el crédito es capital lo mismo que lamoneda. Cuando un comerciante trafica con mone-da, trafica con los productos acumulados del pasa-do; cuando comercia con el crédito, comercia conlos productos anticipados del porvenir.

Page 13: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

N.° 81 H. D. MACLEOD. ¿QUÉ ES ECONOMÍA POLÍTICA? 431

En realidad, los futuros provechos de todas cla-ses tienen un valor actual, y este valor actualpuede ser vendido y comprado, y puede trancarsecon él lo mismo que con la moneda.

El derecho presente á un pago futuro se llamacrédito, y, bajo la forma de billetes de Banco, le-tras, etc., puede ser vendido ó trasferido varias ve-ces hasta que son pagadas estas deudas, y entoncescesan de existir como derechos ó cantidades eco-nómicas. De este modo, la Economía contiene lomismo la propiedad material que la inmaterial.

Fácilmente se ve ahora cuál es la mejor defini-ción de la Economía política,—«la producción, dis-tribución y consumo de la riqueza,» ó «la cienciade los cambios.» Los Fisiócratas que inventaronambas expresiones y sostenían que eran equivalen-tes, restringieron, no obstante, los cambios porquesólo hablaban del cambio de los productos materia-les de la tierra; y «la ciencia de los cambios» esuna definición inmensamente más amplia y más in-teligible que «la producción, distribución y con-sumo de la riqueza.» Algunos ejemplos pondrán enclaro la diferencia.

Supongamos que yo poseo un pedazo de tierrasobre el cual necesita la población extenderse: latierra aumentará mucho de valor. Supongamos queyo vendo la tierra: estoes un cambio y un fenó-meno de valor; pero ¿en qué manera es la produc-ción, distribución y consumo de la riqueza?

Supongamos que yo escribo una obra popular ypuedo vender su propiedad á un editor: este es uncambio y un ejemplo de valor; pero ¿en qué ma-nera es la producción, distribución y consumo dela riqueza?

Supongamos que dos personas se convienen enejecutar algún trabajo, la una para la otra respecti-vamente: cada especie de trabajo puede ser va-luado en dinero; esto es un ejemplo de valor y uncambio, pero ¿de qué modo manifiesta la produc-ción, la distribución y el consumo de la riqueza?

Un banquero descuenta una letra á un parro-quiano por medio de sus propios billetes: esto estambién un fenómeno de valor y un cambio; pero¿es, por ventura, la producción, distribución y con-sumo de la riqueza?

Estos ejemplos, que podrían multiplicarse exten-samente, demuestran que el concepto «producción,distribución y consumo de la riqueza» es inteligibleúnicamente cuando se aplica á una clase de cam-bios, mientras la definición «ciencia de los cam-bios» puede aplicarse á toda clase de ellos, y es,en realidad, el nombre de una gran ciencia, tanvasta y general como la mecánica ó la óptica.

El primer nombre se acomodaría tan mal á lagran ciencia de los cambios, como los vestidos deun niño puestos á un gigante; y por esto, según

aquella observación de Mili, de que la definición deuna ciencia es preciso que se extienda cuando laciencia se desenvuelve, «la ciencia de los cambios»es la única definición adecuada á la Economía poli-tica en su más amplia extensión.

Además, adoptando esta definición, percibimos áprimera vista de qué modo constituye una cienciafísica. ¿Qué hay en el concepto, producción, distri-bución y consumo de la riqueza que pueda hacer-nos notar la semejanza con una ciencia física? Perotan pronto como adoptamos la definición «cienciade los cambios», comprendemos la razón de estasemejanza. Porque existiendo tres órdenes de can-tidades cambiables,, y por lo mismo seis especiesde cambios, el objeto de la ciencia es determinarlas leyes do los fenómenos que estos cambios pro-ducen, esto es, los cambios con las relaciones nu-méricas en que estas varias cantidades han de cam-biarse; y asi como hay una sola ley general quegobierna y rige los movimientos tte los cuerposcelestes y explica todos los fenómenos de la astro-nomía, es muy fácil demostrar que existe una solaley general que gobierna todos los cambios en lasrelaciones numéricas de las cantidades cambiables.Y de este modo tenemos creada una nueva cienciafísica, un nuevo cuerpo de fenómenos, basadostodos sobre una sola concepción, incluida bajo eldominio de las leyes generales.

Resta únicamente demostrar que no hay necesi-dad de cambiar el nombre de la ciencia, comoWhately propone, en catalactica (ciencia de loscambios). Cuando una ciencia ha adquirido un nom-bre en el uso popular, ninguna ventaja se obtienecambiándolo, aunque no sea este nombre el mejorque pudiera elegirse si la ciencia se formara denuevo. El nombre por el que la ciencia se conocees de poca importancia; el requisito más interesantees qji* su naturaleza y objeto se hallen definidosclaramente. Platón hace ya mucho tiempo que veíala idea de llamar geometría á la ciencia que tratadel movimiento de los cuerpos celestes; y aun hoylos franceses llaman á un gran analítico como Le-verrier, un gran geómetra. La trigonometría hace yabastante tiempo que se extiende más allá de la me-dida de los triángulos, y esto sucede en otros mu-cjios casos.

El nombre de Economía política, ó ciencia econó-mica, está tan firmemente arraigado en el espíritupúblico, que ninguna ventaja se obtendría cambián-dolo. Además de esto, no hay necesidad de hacerlo,porque su carácter está bien expresado en estenombre. Muchas personas suponen que oTxo; engriego significa una casa, y que un economista, portanto, es el dueño de una casa. Orxo;, sin embar-go, tiene una significación mucho más extensa quwla de una casa; significa propiedad, sustancia ó

Page 14: N.° 81 419 · 2008-07-25 · de esta cruz es reflejada del espejo sobre el cilin-dro. Cuando el cilindro gira por el movimiento de relojería, la mancha de la luz puede, con alguna

432 REVISTA EUROPEA. 1 2 DE SETIEMBRE DE 4 8 7 5 . N.° 81

estado de todas clases. Hornero, Herodoto, De-móstenes y Lisias, todos usan oVxo; en el sentidode propiedad en general. En el «Oiconomos» deJenofonte, Sócrates señala expresamente la dife-rencia entre oTVoc, que significa toda clase de pro-piedad, y ouía, que viene á significar una casa. Amás de esto, oTxo; es el término técnico, en la leyÁtica, para todos los bienes muebles ó inmueblesde un hombre, para todo estado y sustancia. Así,el gramático Ammonio dice:—OTXOÍ Xá-fetai -f¡ itoeuaoúcría.—OíV.o; significa propiedad.

Economía, pues, es el término más adecuado queha podido escogerse para denotar la ciencia quetrata de los cambios de la propiedad. Es preferibleaún á Economía política, porque determina quenada tiene que ver en la política, sino tan sólo enla propiedad. Puede ser denominada la ciencia delos cambios, la filosofía del comercio ó la teoría delvalor; todo ello viene á expresar la misma cosa.Por mi parte, he ofrecido esta definición para mos-trar sus relaciones con las otras ciencias físicas:

Economía es la ciencia que trata de las leyes quegobiernan las relaciones de las cantidades cambia-bles.

Y M. Michel Chevalier me ha hecho el honor demanifestar que es la mejor definición de la cienciapropuesta hasta ahora.

H. D. MACLEOD.Tr. p. A. PALACIO VALDES.

'The Contemporary Review.)

LITERATURA CONTEMPORÁNEA DE INGLATERRA.

E X P O S I C I Ó N DE LA OBRA DE M. ODYSSE BAROT I 1 ) .

Realizando uno de los propósitos señalados á lastertulias literarias que la sección de literatura delAteneo ha acordado celebrar un dia cada sema-na, voy á ocuparme hoy de un libro por muchosconceptos digno de llamar vuestra atención. Nopienso, ni extenderme en largas consideracionesacerca de los puntos que ese libro trata, ni hacerun juicio critico del mismo. Me limitaré á exponerossu contenido, excitando hacia él vuestra curiosidad,porque le creo digno de estudio para todos losamantes de las bellas letras.

El libro es la Historia de la literatura contempo-ránea en Inglaterra, por Odysse Barot, publicado enParís en los últimos meses de 1874. Pertenece á esegénero de obras que, sin profundizar seriamente los

{i) ñittoiredela litteraluve. conlemp: rOdyise Bjrol; París, Chorpuntier, 1874.

Atigleterre, pa

asuntos de que se ocupan y sin entregarse á proli-jas invesügaciones acerca de los mismos, aspiran áreunir en breves cuadros, trazados á grandes ras-;os,el movimiento científico, social ó literario, en un

orden y esfera determinados; género que constituyeuna especialidad del carácter francés, que se adaptacómodamente á la misión propagadora de ese ilus-tre pueblo, y que yo desearía ver más cultivado enEspaña, siquiera fuese por lo que contribuye á ge-neralizar nociones indispensables para todos, y porlo útil que serian sus circunstancias á aquellos queno pueden distraerse de los objetos que constitu-yen su tarea habitual en provecho de otros, que sólopor un medio de esta índole pueden serles some-ramente conocidos. Bajo el doble punto de vista delo que este género es y de lo que este género exige,el libro de Mr. Odysse Barot llena cumplidamentelas condiciones que podrían reclamársele. Golpesde vista rápidos é ingeniosos, cuadros completos delas diversas fases literarias de la Gran-Bretaña, ex-posición clara, lenguaje sencillo y elegante, gustodelicado en la elección de ejemplos y modelos, mé-todo llano y práctico, y una concisión tan discreta,en suma, que da á conocer sus vastos estudios res-pecto á la materia, y que le permite desenvolver enun corto número de páginas un asunto tan vasto yde tan extraordinario interés como el que consti-tuye el objeto de su libro.

Comienza éste por una Introducción histórica queabarca sucintamente desde Chaucer, el primer poetainglés digno de este nombre, hasta Byron, Shelleyy Burns; esto es, desde 1350 hasta 1830, y empiezamanifestando que la literatura inglesa excede en fe-cundidad, valor é importancia á la alemana, italianay española. Sin duda alguna esta proposición pre-sentada en absoluto es falsa, lo cual no obsta paraque pueda afirmarse que la literatura inglesa tieneuna verdadera, sólida y real importancia, como sedesprenderá, sin esfuerzo, de lo que va á indicarsemás adelante.

Después de la introducción mencionada y de al-gunas consideraciones generales que en parte estánrepetidas en distintos puntos de la obra, M. Odyssetrata de los poetas líricos; á seguida del teatro, delos novelistas, de los historiadores, de los filósofos,de los publicistas, y, por último, de la prensa, ter-minando su obra con un apéndice de modelos y tro-zos escogidos y un capitulo adicional, que es muynotable. Esta división de materias se encuentraajustada al número y á la variedad de las formas enque se desenvuelve la literatura en Inglaterra ennuestro tiempo. De ellas la más importante y en lasque más se ensaya la actividad de aquel pueblo son,aparte la filosofía, la poesía lírica, la novela, la his-toria y el periodismo. Acerca de estas, será conve-niente extenderse algo más para dar á conocer su