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Alfa Omega Nº 449/5-V-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL Fe y ciencia Fe y ciencia

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Alfa OmegaNº 449/5-V-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. NACIONAL

Fe y cienciaFe y ciencia

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Etapa II - Número 449

Edición Nacional

Edita:

Fundación San Agustín.Arzobispado de Madrid

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...y además

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

11 Ver, oír y contarlo

Aquí y ahora

12 Hallada la tumba de san Pablo.

13 40 años de la Gaudium et spes

Iglesia en Madrid

13 La voz del cardenal arzobispo:

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Exposición Inmaculada, en Madrid:

La Madre de Dios, en España

21 Mundo

El Papa ya trabaja por la unidad

22-23 La vida

24-25 El pequealfa

Desde la fe

28 La Iglesia recuerda, de nuevo,

que sólo hay un matrimonio.

29 Libros.

30 Televisión.

31 No es verdad.

32 Contraportada

SUMARIOΩΩAA

¿Qué sentido tiene el universo?Historia de las relaciones entre fe y ciencia.Científico y creyente

3-73-7

20/18-19

26-2726-27

Escriben el cardenal Carlos Amigo y monseñor Antonio Cañizares:

Sucesor de Pedro.

Un gozo creciente

20/18-19

Entrevistaal padre

Kolvenbach, Prepósito

General de la Compañía

de Jesús:«La elección del cardenal

Ratzinger era la mejor

y la más natural»

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¿Por qué el mundo es como es?¿Existe vida en otros planetas?¿Para qué nacemos y morimos?

¿Tiene sentido la vida? Si hay preguntas enel mundo que recorran a la misma veloci-dad caminos de tierra y autopistas; si existenreflexiones que tengan el mismo espacio enel alma de cualquier raza o cultura, si haypalabras que no distingan la lengua o la cen-sura…, son estas cuestiones fundamentales,enraizadas en lo más hondo del ser huma-no, en su ansia de verdad, que, desde que elhombre es hombre, surgen buscando res-puestas definitivas. «La sed de verdad estátan radicada en el corazón del hombre, quetener que prescindir de ella comprometeríala existencia», escribe Juan Pablo II en suencíclica Fides et ratio. Y es que no son po-cos los que han dado su vida buscando o de-fendiendo la verdad que han encontrado ya la que no han querido renunciar.

Sin embargo, el término verdad, hoy, esuna palabra caída en desuso. La verdad pa-ra la sociedad occidental del siglo XXI esrelativa, parcial, subjetiva, fragmentada, cri-ticada, despreciada, denostada. Cada cualha de tener una verdad, sea la que sea, con talde que se ajuste a su forma particular de en-tender la vida, y todos estamos obligados arespetar esa verdad, sin cuestionarla ni mos-trar indicios de tener un argumento en con-tra. Lo contrario sería de personas intole-rantes, y nadie quiere ser intolerante hoy endía.

En el ámbito de la ciencia y de la filoso-fía pasa lo mismo. Son ámbitos de conoci-miento que no escapan a las tendencias denuestros tiempos, y por eso nos encontra-mos con modos de pensamiento que se tie-nen por científicos y filosóficos que ya noparten del ansia de verdad, ni tienen comofin último el respeto a la vida humana, por-que la reducción del progreso a las nuevastecnologías ha ido mostrando al hombre co-mo el que tiene poder para hacer y desha-cer a su an-tojo.

Según uninforme, re-cogido porAciprensa,de los histo-riadores Ed-ward Larsony Larry Wit-ham, de laUniversidadde Georgia y del Instituto Discovery de Se-atle, respectivamente, hoy en día el 45% delos científicos en Estados Unidos niega laexistencia de Dios y se declara ateo; el 15%se declara agnóstico; y el 40% cree en unser supremo y en la existencia de la vidadespués de la muerte.

No es más que un fiel reflejo de la socie-dad en la que vivimos. Los científicos no

son personas especiales. Pero sí que es cier-to que la ciencia, tal como está planteadahoy día, puede influir sobre los hombres y sudestino, más que cualquier otra profesión.

¿Son compatibles ciencia y fe?

¿Pero, es compatible la fe con la cien-cia? ¿Cómo explica la fe hechos compro-bados y aceptados por la Iglesia como la

evolución? ¿Cómo explicar la magnituddel universo, la existencia del hombre, y lano existencia del mismo durante tanto tiem-po?

En contra de lo que muchos puedancreer e incluso manifestar abiertamente, co-mo en el caso del último best seller de DanBrown, Ángeles y demonios, la realidad esque la historia de la Iglesia está íntimamen-te ligada con el estudio de la ciencia. De he-cho, uno de los centros astronómicos más

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La relación entre la fe y la ciencia

«¿Qué sentido tiene el universo?»

¿Qué sentido tiene el universo?» «No se lo pregunte

a un físico. Pregúnteselo a un filósofo y a un teólogo.

Y allí encontrará una respuesta hermosa« »

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antiguos del mundo, el Observatorio Vati-cano, fue fundado por el Papa León XIII en1891. Pero ya mucho antes el Papa GregorioXIII había creado una comisión científica, enel año 1582, encargada de estudiar los ele-mentos necesarios para la realización de lareforma del calendario litúrgico. Desde en-tonces, la Iglesia ha apoyado constantementela investigación científica. Tres han sido los

Observatorios que han fundado diferentesPapas desde el siglo XVIII: el Observato-rio del Colegio Romano (1774-1878), el Ob-servatorio del Capitolio (1827-1870) y laEspécula Vaticana (1789-1821), todo ellocon resultados tan notorios como la prime-ra clasificación de las estrellas, según su es-pectro, por parte del jesuita Angelo Secchi.

El crecimiento de la ciudad de Roma yla contaminación provocaron que se tomarala decisión, en el año 1957, de trasladar elObservatorio, originariamente a la sombra dela cúpula de San Pedro, a 35 kilómetros dedistancia, en Castelgandolfo. Una vez allí,fue confiado a los jesuitas. Pero, con el tiem-po, también este Observatorio acusó losefectos de la contaminación luminosa, por loque, en 1993, el mundo científico pudo darla bienvenida al Vatican Observatory Rese-arch Group, situado en Tucson, Arizona (Es-tados Unidos). Hoy es uno de los centrosastronómicos más importantes del mundo.Una biblioteca, en Castel Gandolfo, con másde 22.000 volúmenes de incalculable valor,becas para estudiantes, revistas especializa-das, y el apoyo de instituciones privadas dis-puestas a financiar los proyectos de investi-gación promovidos por el Observatorio Va-ticano, son algunas de las pruebas que pa-recen dejar sin argumentos a quienessostienen que la Iglesia está en contra de lainvestigación científica.

Realidades complementarias

Y es que, teología y ciencia, si bien son re-alidades muy distintas, también son realida-des complementarias. Este argumento lo sos-tiene el padre jesuita Manuel Carreira, as-trofísico, colaborador de organismos como laNASA y el Observatorio Vaticano. «Debeser obvio –afirmó este científico en el trans-curso de una conferencia pronunciada en laUniversidad San Pablo CEU, en noviembrede 2002– que, del estudio de la materia ensu actividad, uno no puede extraer ningunaconsecuencia fuera de decir cómo actúa lamateria. Por tanto, preguntar si dice la cien-cia que Dios existe o no, es tan absurdo comopreguntarme si la mecánica del automóvil

me dice si El Quijote es una obra de gran va-lor literario o no. La ciencia no tiene nadaque decir de lo que no es actividad de la ma-teria. Por lo tanto, quien mantenga que laciencia dice que Dios no existe, tiene inme-diatamente que explicar con qué experimentose determina si Dios existe o no. No va a ha-ber respuesta. Por otra parte, la teología nome va a decir nada del comportamiento de lamateria. Ni me va a decir si la materia co-menzó hace más miles de millones de años omenos, ni si comenzó caliente o fría, en altadensidad o en poca. No le toca. La Revela-ción no es para evitarme a mí el trabajo cien-tífico. Hay una frase de san Agustín, que re-pitió el cardenal Baronio cuando el problemade Galileo: La Biblia no me dice cómo vanlos cielos, sino cómo se va al cielo».

Tras esta clara diferenciación del ámbitode estudio de la ciencia y de la teología, elpadre Carreira sostiene: «¿Qué relación pue-de haber entre ciencia y teología? Una re-lación de complementariedad. Esa sí, por-que cada una habla de una realidad parcial.Y, con diversas visiones parciales, se obtie-ne una visión más completa de la totalidad.Por ejemplo: ¿en qué puede la teología com-pletar a la ciencia? Puede completarla conayuda de raciocinios filosóficos acerca delas preguntas más básicas, como la que tra-ta del origen del universo». Y a partir deaquí, comienza el debate sobre la creación.El padre Carreira afirma, en este sentido,que la idea de la creación nos lleva a un pen-samiento filosófico, porque la creación co-mo tal no puede pertenecer al campo cien-tífico, ya que «todo problema científico seresuelve solamente a partir de condicionesiniciales y leyes de desarrollo. Si la condi-ción inicial es cero, no puede haber físicani puede haber desarrollo. Ahí es donde la fi-losofía y la teología dan una respuesta que vamás allá de la metodología experimental».

«¿Qué sentido tiene el universo? –se pre-gunta este científico–. No se lo pregunte a unfísico. Pregúnteselo a un filósofo y a un teó-logo. Yallí encontrará una respuesta hermosa».

El mundo acaba de asistir a la lenta ago-nía de Terri Schiavo, una mujer en estadovegetativo, condenada a morir de inanición

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La Historia de las relaciones entre fe y ciencia

Con respecto a la historia de las relaciones entre laIglesia y la ciencia, conviene recordar hechos

innegables. Los únicos que se esforzaron por salvar elacervo cultural de Grecia y Roma fueron los monjes de losmonasterios de Occidente: no sólo para preservar libros defilosofía, sino para transmitir toda la riqueza literaria ycientífica de aquellas épocas previas al cristianismo.Silenciar esto es tergiversar la Historia.

Las universidades europeas, centros de trabajointelectual en los que se apoya nuestro sistema educativosuperior, fueron una institución de la Iglesia, donde sedesarrolló la base de toda la cultura moderna. Aun lasciencias experimentales, en la medida en que eranposibles, se apreciaron y cultivaron: san Alberto Magno esel más conocido de aquellos filósofos naturales precursoresde los científicos modernos. Y al llegar al Renacimiento, elnombre de Copérnico –esgrimido a veces como unemblema de un cambio de punto de vista progresista– es elnombre de un eclesiástico, un canónigo polaco.

Los jesuitas del Colegio Romano fueron astrónomosserios y originales: ellos construyeron el primer refractorastronómico basado en los cálculos teóricos de Kepler,logrando un telescopio superior al de Galileo, modelo detodos los grandes refractores hasta el presente. Tambiénconstruyeron el primer telescopio refractor. Y fue un jesuitael primero en construir una montura ecuatorial. Tambiénfueron los estudios astronómicos de los jesuitas los quesentaron las bases para la reforma gregoriana delcalendario.

En polémicas con Galileo, los jesuitas correctamenteidentificaron la naturaleza astronómica de los cometas, encontra de las hipótesis de nubes de la alta atmósfera quesostenía Galileo. Más tarde, ya en el siglo XIX, el padreSecchi sentó las bases de la astrofísica con su clasificaciónespectral de las estrellas.

En el siglo XX, el abate Lemaitre, sacerdote belga, fue elprimero en proponer la hipótesis de la Gran Explosión (BigBang), como consecuencia de la teoría de la relatividad deEinstein, sugiriendo la edad del universo y su expansión enuna forma que todavía encuentra un apoyo reciente en lasideas de expansión acelerada sugeridas hace muy pocosaños.

En otro campo distinto, recordemos también que lasbases de la genética moderna se encuentran en los trabajosde Mendel, un monje agustino del siglo XIX.

Por último, ya es hora de que se deje de buscar unaconfrontación sensacionalista entre ciencia y fe en el casode Galileo. Estudios históricos rigurosos muestran lacomplejidad de relaciones personales y rivalidades deorden científico entre los personajes de aquel entonces, sinque haya una dicotomía simplista de buenos y malos. PeroGalileo jamás pasó un minuto en las cárceles de laInquisición, ni fue sometido a tortura o vejación alguna. Sucondena, por no cumplir su compromiso de enseñar elheliocentrismo como una hipótesis (aunque él,equivocadamente, creía poder demostrarlo), fue solamenteel imponerle estar en su casa y decir algunas oraciones. Ymurió atendido por una hija religiosa, y con la bendiciónpapal, mientras se confesaba hijo fiel de la Iglesia.

Manuel Carreira, S.J.

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por decisión de su marido y de unos jueces,basándonse en el argumento de la muertedigna, una tesis sentimental y engañosa queprovoca la falsa compasión y la identifica-ción inmediata con la víctima y con sus fa-miliares, que generalmente viven en una si-tuación de dolor que parece interminable.El miedo al sufrimiento y, especialmente,la falta de profundización en los términoseutanasia, o cuidados paliativos, provocanque las personas apoyen estas medidas, con-siderando que quien rechaza la eutanasia es-tá, en realidad, apoyando el sufrimiento yjustificando las muertes lentas y dolorosas,cuando no es así de ninguna manera. Sinembargo, parece haber intereses en manteneresta confusión, que pone en primer plano lapregunta: «¿Puede el hombre decidir sobrela vida o la muerte de otros hombres?» Enun mundo cada vez más materialista y conuna visión nada trascendente de la vida, larespuesta, de hecho, resulta afirmativa. Poreso la ciencia auténtica y la fe tienen mu-cho que aportar en el destino final del hom-

bre, y Juan Pablo II aludía a esto en la Fideset ratio, cuando decía: «En el ámbito de lainvestigación científica se ha ido imponiendouna mentalidad positivista que, no sólo seha alejado de cualquier referencia a la vi-sión cristiana del mundo, sino que, y prin-cipalmente, ha olvidado toda relación conla visión metafísica y moral. Consecuenciade esto es que algunos científicos, carentesde toda referencia ética, tienen el peligro deno poner ya en el centro de su interés la per-sona y la globalidad de su vida».

Lo realizable y lo admisible

Podría parecer evidente que el interésprincipal de la ciencia es el hombre y la vi-da... Pero, si esto mismo empieza a discu-tirse..., ¿qué pasa a ser lo importante, en-tonces, para un científico? Juan Pablo II, enla mencionada encíclica Fides et ratio, ar-gumenta que, si el cristianismo insiste en lanecesidad de acercarse a las doctrinas depensamiento actuales, es para prevenir «los

peligros que se esconden en algunas co-rrientes, hoy muy difundidas» de pensa-miento. En primer lugar, menciona el eclec-ticismo, para designar la actitud «de quienadopta ideas de diferentes corrientes filosó-ficas sin fijarse en su coherencia o conexión,o contexto histórico». Otro peligro, paraJuan Pablo II, es el cientificismo, una «co-rriente filosófica que no admite como váli-das otras formas de conocimiento que nosean las propias de las ciencias positivas». Y«esto lleva al empobrecimiento de la refle-xión humana, que se ve privada de los pro-blemas de fondo que el animal rationale seha planteado constantemente, desde el iniciode su existencia terrena. En esta perspectiva,al marginar la crítica proveniente de la va-loración ética, la mentalidad cientificista haconseguido que muchos acepten la idea se-gún la cual lo que es técnicamente realizablellega a ser, por ello, moralmente admisible».Éste ha sido el caso de Terry Schiavo y laeutanasia, y es el caso del aborto, de la ma-nipulación de embriones, de la clonación...

Finalmente, la encíclica Fides et ratio se-ñala como un peligro, en el pensamiento ac-tual, el «pragmatismo, actitud propia de quien,al hacer sus opciones, excluye el recurso areflexiones teoréticas o a valoraciones basa-das en principios éticos. Las consecuenciasderivadas de esta corriente son notables. Enparticular, se ha ido afirmando un concepto dedemocracia que no contempla la referenciaa fundamentos de orden axiológico y, por tan-to, inmutables. La admisibilidad o no de undeterminado comportamiento se decide con elvoto de la mayoría parlamentaria. Las con-secuencias de semejante planteamiento sonevidentes: las grandes decisiones morales delhombre se subordinan, de hecho, a las deli-beraciones tomadas cada vez por los órga-nos institucionales».

Por eso, sin referencias éticas y morales,fuertemente arraigadas en el corazón delhombre, la Humanidad puede dar pasos queconsidere como grandes progresos, cuando,en realidad, estos mismos pasos pueden sig-nificar, en un futuro, una gran derrota.

A. Llamas Palacios

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Científico y creyente¿Es incompatible ser científico y creer en Dios? Hemos acudido a prestigiosos investigadores de nuestro país,

y les hemos hecho estas preguntas:1. ¿En qué consiste su trabajo como científico?

2. ¿Cómo vive su fe desde su profesión?3. ¿Cree que los descubrimientos científicos alejan hoy al hombre de Dios?

«Investigar es descubrir la grandeza de Dios»

1Mi actividad de gestión en la Universi-dad San Pablo-CEU ha variado desde el

primero de septiembre del pasado año, fe-cha desde que tengo el enorme honor de serDecano de la Facultad de Farmacia de estaUniversidad. Previamente he tenido activi-dad de gestión, tras ser durante los dos añosprevios Vicedecano, pero sin duda a otro rit-mo y con menores responsabilidades. Estaactividad de gestión he de compatibilizarlacon mi labor docente e investigadora en lasáreas de Ecología y de Biología Vegetal.

2Creo que, siendo científico, la fe se pue-de vivir igual, si no mejor, que desde

cualquier otra faceta profesional. Hay unaidea, que desde luego yo no comparto, envirtud de la cual ciencia y fe son antagónicas,excluyentes, divergentes. Creo que esto es unerror: el problema de ese presunto antago-nismo no sería por causa de la fe ni de laciencia, sino más bien de algunos científi-cos, quienes rechazan el dato revelado y sedeclaran ateos, con sus consecuentes pre-juicios y vicios metodológicos. Hace pocoleía que algunos científicos suelen adoptar elateísmo como una postura natural del que-

hacer científico, cuando en realidad es unvicio de método que ha llevado a desarro-llar la ciencia en términos materialistas a lolargo del siglo pasado. La ciencia nos da elmodo de conocer la naturaleza mediante ob-servaciones, intuición, hipótesis, experi-mentos, razonamientos, y la fe es una invi-tación personal desarrollada a partir de laexperiencia del amor de Dios. Desde mi pun-to de vista, como científico, han de caminarjuntas. La ciencia y la fe son dos visionescomplementarias. Ambas tienen origen enuna realidad que las trasciende y que, por lomismo, es capaz de unirlas en su fin.

3Mi percepción es justo la contraria. Micampo de estudio es la Ecología, una

disciplina joven en la que se abordan lasinteracciones de los seres vivos entre sí ycon el medio abiótico en el que se desarro-llan. Es una ciencia de síntesis que se apo-ya en muchas otras, y que da una visiónholística de la naturaleza. Es un campo deestudio que permite encontrar la bella per-fección de la naturaleza, y de ahí su origenprimero. Para mí, el estudio de sistemascomplejos (ecosistemas) que contienen asu vez otros sistemas complejos (organis-mos) muestra, con su avance, la necesariaausencia del azar en el Origen Primero deluniverso. Y esto es válido para lo pequeño(átomos y partículas subatómicas, física)y para lo grande (el universo, cosmología yastrofísica), o para escalas intermedias (or-ganismos y ecosistemas, biología y ecolo-gía). Hay muchas y valiosas aportaciones aeste respecto de grandes científicos actua-les y del pasado, como Einstein, Heisem-berg, Schördinger, Newton, Copérnico, Ke-pler, o (por citar algunos mas próximos a midisciplina) Darwin, Linneo, o Von Liebig(quien, por cierto, definió la Ley de los Fac-tores Limitantes de aplicación en ecolo-gía).

Investigar, descubrir pequeños fragmen-tos del funcionamiento de la vida, de los sis-temas que la articulan por encima y por de-bajo del nivel organístico, es conocer la gran-deza de la obra de Dios, y creo que puede(y debe) hacerse sin miedo.

Agustín Probanza Lobo Decano de la Facultad

de Farmacia, de la Universidad San Pablo-CEU

Ciencia y fe: un problema moral

1Soy catedrático de Zoología. Realizo unafunción docente (enseñanza y asesora-

miento) y otra de investigación tanto puracomo aplicada.

2Vivo la fe en mi profesión con normali-dad. Compagino y uno en mi vida el tra-

to con Dios, el estudio y la investigación enel campo que cultivo. No encuentro contra-dicciones entre fe y ciencia. Pienso que,cuando aparecen esas contradicciones, sue-len responder a un reduccionismo científico,y desaparecen cuando se estudian seriamenteáreas afines al problema planteado, como laFilosofía o la Teología. Respecto a proble-mas éticos, éstos no dependen de la ciencia,sino de la concepción que se tenga del hom-bre.

3La ciencia como explicación y dominiodel mundo tiene un origen cristiano. Más

bien pienso lo contrario, la ciencia experi-mental responde a muy pocas preguntas im-portantes sobre el hombre o sobre el uni-verso. La ciencia nos ayuda a conocer mejorel universo y, por tanto, a su Creador; nosayuda a mejorar nuestra vida en múltiplesaspectos. Si la ciencia se utiliza mal, de-pende, no de la ciencia, sino del conceptoque se tenga del hombre. Opino que el sabercientífico es en sí mismo indiferente. Lo im-portante es lo que se haga con él, es un pro-blema moral.

Rafael Jordana Catedrático de Zoología

de la Universidad de Navarra

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«La ciencia puede serun sólido apoyo a la fe»

1La Facultad de Medicina de la Univer-sidad San Pablo-CEU imparte las Di-

plomaturas en Enfermería, Fisioterapia yPodología, y las Licenciaturas en Medicinay Odontología, esta última desde el próxi-mo curso académico 2005-2006. La orga-nización de programas docentes, teóricosy prácticos, en perfecta sincronía, requiereuna gran disciplina y respeto a la distribu-ción establecida de espacios y tiempos, es-pecialmente a los de los demás, y ello esposible gracias a poder contar con un pro-fesorado de larga experiencia anterior, enésta u otras universidades. Pero esto sólono sería suficiente; es necesaria la discretay eficaz colaboración de un importanteequipo de administración y de servicios deapoyo que son los silenciosos ejecutoresde los numerosos trámites intermedios im-prescindibles para que el conjunto funcio-ne con eficacia.

La armonía en que se desenvuelve la ac-tividad de este centro docente radica, engran medida, en las cualidades personalesy profesionales de cada uno de sus inte-grantes, pero llegado el momento del es-fuerzo integrador, de obtener el rendimientocorrespondiente al trabajo de un equipo, esindudable que el factor aglutinante que sub-yace es la coincidencia generalizada en losprincipios inspiradores del humanismo cris-tiano. Éste es el estimulante entorno de tra-bajo en que se desarrolla nuestra actividad.

2Soy de la opinión que la ciencia no só-lo no es un obstáculo, sino que puede

representar, en sus más variadas proyec-ciones, un sólido bastión de apoyo al de-sarrollo de la fe vivida en plenitud. Es unacuestión de convicciones, que no está enabsoluto reñida con la disposición más per-meable al conocimiento científico y su arro-llador avance. Bien es cierto que hay queentender la fe como un don de Dios, peroque, a su vez, debemos exigirnos, cuandomenos, el esfuerzo personal y la disposi-ción positiva del análisis y revisión de nues-tra posición propia ante cada una de las cir-cunstancias variables que en el orden inte-lectivo, emocional, espiritual o racional pu-ro conforman nuestro entorno.

3La ciencia en general, los fenómenoscientíficos como hechos puntuales ni

son, ni tienen que ser vistos como antagó-nicos a la fe. El avance imparable del co-nocimiento científico, que nos permite com-prender cada día un poco mejor los más ín-timos mecanismos del funcionamiento delos seres vivos, o del comportamiento de lamateria, enriquecerá la capacidad de com-prensión e interpretación de los hechos porla mente humana; pero no entiendo por quéel mejor conocimiento ha de resultar em-pobrecedor para la fe. Antes al contrario,me inclino a pensar que la mayor capaci-dad de introspección del razonamiento cien-tífico en lo anteriormente incomprendido oinextricable de los fenómenos naturales de-be ser, por su propia esencia, un mejor pun-to de apoyo para el entendimiento, auncuando resulta parcial o menor, de la in-mensa obra de Dios como Creador.

Eduardo López de la OsaDecano de Medicina

de la Universidad San Pablo-CEU

«El mundo creado es otro libro sagrado»

1Me incorporé a la Universidad de Nava-rra para iniciar la tesis doctoral en Bio-

química, hace casi 40 años. He enseñadodesde entonces la Biología molecular, es-pecialmente humana. Desarrollo embrio-nario, Evolución y Cerebro humano han si-do siempre mis asignaturas preferidas. Heinvestigado la producción de energía en losseres vivos, inmunología del cáncer, enfer-medades autoinmunes, y ahora células ma-dre de los tumores y tolerancia de la madreal embrión. Mi actividad se centra en estu-dios interdisciplinares de Antropología yBiología humana y Bioética.

2Intento que mi fe sea lo suficientementefirme y viva como para que llene de luz

mi trabajo como investigadora y profesora;mi fe está pensada en el día a día. Soy muyconsciente del don de la fe recibida. La rea-lidad de mi experiencia personal es que, nosólo no he tenido dudas, o contradicciones,sino que la fe ha sido la razón por la que he

comprendido en profundidad la unidad desentido que es cada ser humano. A veces asolas con Dios, otras veces en diálogo concolegas y estudiantes, esas preguntas eternasde cada hombre acerca de nuestro origen,del alma, quiénes somos o qué nos esperadespués..., han ido teniendo una respuestaque llena de paz, no sólo el corazón, sinotoda la actividad profesional.

3No. Las verdades acerca del mundo na-tural y de los hombres que se descubren

con el método de las ciencias llevan, de he-cho, a comprender mejor las obras de Dios,a darle adoración y alabanza. El mundocreado es, de hecho, y no metafóricamente,otro libro sagrado que habla del amor deDios al hombre. Cuando la ciencia es cien-cia, ayuda a descubrir el sentido natural, eldesignio de Dios. Otra cosa es cuando loshombres, empachados del poderío técnicoque esos conocimientos permiten, se quierenconvertir en creadores de sentido a su gusto.Las cuestiones importantes de la vida comola felicidad, la paternidad, el sufrimiento, lamuerte, se confían sólo a las soluciones téc-nicas, como si las personas sólo fuéramosun saco de moléculas. No deja de sorpren-derme que, ante este tipo de cuestiones, seconvoque a opinar y dar veredictos y solu-ciones a expertos científicos a los que no seles exige rigor ni en el uso de los datos cien-tíficos, ni mucho menos en su formación in-telectual y filosófica. Como no deja de sersorprendente que se descalifique la opiniónde un científico simplemente porque es cre-yente y se le suponen prejuicios religiosos.No existen conflictos fe-ciencia, sino unamentalidad materialista y cientifista que re-duce la realidad a los procesos materiales ytoda la verdad (y todo el misterio del hom-bre) a lo que la ciencia experimental diga.

Natalia López Moratalla catedrática de Bioquímica

y Biología Molecular, de la Universidad de Navarra

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n su primera Audien-cia general de losmiércoles, Benedic-to XVI, como lo ha-

cía Juan Pablo II, ha habladoen los principales idiomas;también en polaco; y tambiénen castellano, por vez prime-ra desde que es Papa. Y, entrelas cosas que ha recordadocon toda claridad, ha habladode «las irrenunciables raícescristianas de Europa». Ha pro-nunciado las dos erres de irre-nunciables con toda nitidez.Es de esperar que nadie seatreva a negarle autoridad aBenedicto XVI en todo lo quediga, pero, especialmente, enlo que diga sobre Europa.

Al Papa se le entiende todo

¿Recuerdan el tsunami?urante el último mes parece haber desaparecido de los mediosde comunicación realidades persistentes y trágicas: por ejemplo,el devastador tsunami que arrasó las costas del Pacífico. Son miles

y miles las personas sin hogar, como la madre que aparece en la foto; mi-les y miles los niños heridos o abandonados, como los de la otra foto, enla que aparecen durmiendo a la intemperie víctimas del terremoto de Su-matra. También a escala nacional persisten otras realidades que algunos pre-tenden olvidar: ¿se acuerdan ustedes de la Comisión del 11-M?

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a ciencia, que brota como un precioso tesoro de lainteligencia humana, ha traído bienes incontables ala Humanidad, precisamente cuando es humanacien por cien, no a medias, puesto que el ser huma-

no es indivisible: cuerpo y alma, mente y corazón indiso-lublemente unidos. En su más honda verdad, es imagenmisma de Dios. En el momento en que se rompe esta uni-dad, todo lo que surge del hombre, y la ciencia de un modoespecialísimo, termina por volverse contra el propio hom-bre. La Constitución Gaudium et spes, sobre la Iglesia en elmundo actual, del Concilio Vaticano II, lo expresó nítida-mente. Tras poner de manifiesto la «aspiración más pro-funda y más universal» de los seres humanos, que «anhelanuna vida plena y libre, digna del hombre», en la que tengan«a su propio servicio todas aquellas cosas que el mundomoderno puede ofrecerles tan abundantemente», observacon todo realismo cómo «el mundo actual se muestra, almismo tiempo, poderoso y débil, capaz de realizar lo mejory lo peor, pues tiene ante sí el camino hacia la libertad o laesclavitud, el progreso o el retroceso, la fraternidad o elodio», y es al hombre «a quien corresponde dirigir correc-tamente las fuerzas que él mismo ha desencadenado, y quepueden oprimirle o servirle».

La historia de la Humanidad, y particular y dramática-mente la del último siglo, el de los avances espectacularesde la ciencia y de la técnica, más allá de lo imaginable,¡bien que lo pone de manifiesto! Ahí están la penicilinaque cura enfermedades, o la bomba atómica que destruyepueblos enteros… Cada día que pasa, ¿no se pone más ymás de manifiesto hasta qué punto el hombre, dividido y en-fermo de la peor de las enfermedades, ¡la pérdida de laconciencia de sí mismo!, en lugar de poner las fuerzas queha desencadenado, precisamente con la capacidad recibidadel Creador, al servicio de su auténtico bien, se está dejan-do oprimir por ellas? Ahí están las bombas, más estreme-cedoramente destructivas incluso que las atómicas, por mu-cho que se quieran revestir de progreso, modernidad y to-lerancia, que matan a los niños en el vientre de su madre,e incluso antes, intentando fabricarlos cuando su dignidadsagrada exige engendrarlos, y atreviéndose a manipularlos,y destruirlos a capricho, ya desde su primer estado em-brionario. Nada tiene ya de extraño, pues, que tamaña bar-baridad se reproduzca con los que llegan a su estado de ve-jez, o de cualquier otra debilidad,pasando por todo tipo de abusosde los más poderosos sobre losmás indefensos. ¿Qué otra conse-cuencia lógica podría tener el ol-vido de la fe, sino el deterioro de larazón, hasta su práctica anulación?¿No es acaso la fe la luz que ilu-mina, en cada ser humano, la con-ciencia de sí mismo? Y, a oscuras,no podía suceder otra cosa que elhombre se quedara, no ya sin con-ciencia, sino sin lo más elementalde su humanidad, es decir, sin in-teligencia, y sin corazón. La con-secuencia no podía ser otra que lostotalitarismos –los más fuertes dis-poniendo de la vida de los más débiles–, que marcaron trá-gicamente el pasado siglo XX, y amenazan con marcar mástrágicamente aún el inmediato futuro. Los signos son cla-morosos.

La fe, ciertamente, no es un mero añadido que mejora alhombre –¡la ceguera ha llegado hasta pensar que lo estro-pea!–, es la quintaesencia misma de lo humano. Ya en el si-

glo II, san Ireneo afirmaba del ser humano, frente a la filo-sofía griega que lo consideraba compuesto de cuerpo y al-ma, que en realidad eran tres sus elementos constitutivos:cuerpo, alma y Espíritu Santo. No hace falta ningún acto defe ciega para reconocerlo como una plena evidencia. Bas-ta con el recto uso de la razón, que nos dice algo tan ele-mental como que la ciencia, y todo, es para el hombre, y no

al revés. La ceguera se producecuando la razón, ¡admirable ven-tana para contemplar la realidad,que nos desborda infinitamente!,se encierra en sí misma, reducién-dose, como si fuera la medida de larealidad –todo lo contrario del mis-terio infinito que tenemos ante losojos–. La esperanza, pues, antesque nada, está en el recto uso dela razón. Una esperanza a la quenos alienta el nuevo Papa Bene-dicto XVI, expresada con una cla-rividencia extraordinaria, de pala-bra y de obra, en el comentario–recogido en la contraportada denuestro número especial, de la se-

mana pasada– que hizo hace ya años, cuando siendo el car-denal Prefecto para la Doctrina de la Fe caminaba por la Pla-za de San Pedro, a quienes se le hicieron el encontradizo:«Para mí, como amigo de la razón, toda pregunta tieneque tener una respuesta; y como sacerdote, todo ser huma-no tiene el derecho a ser atendido». No hacen falta más co-mentarios.

CRITERIOS 5-V-2005 ΩΩ9 AA

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Vocacionesnativas

Cada año hay más diócesis enel mundo, como mínimo se

instauran unas veinte nuevas, loque explica que haya cada vezmás vocaciones a la vidaconsagrada y a la vidasacerdotal. Hay más novicios ynovicias, hay más seminaristasque se preparan para sersacerdotes. Hoy estamos en unmomento de gran esplendor enla vida de la Iglesia. Recuerdoque, cuando yo estaba en elSeminario, éramos 300seminaristas. Hoy en día esimpensable que en Europa hayaalgún Seminario con tal númerode seminaristas, porque Europaha bajado mucho en vocaciones.Pero si vamos a África, aAmérica, e incluso a Asia,observamos que existenSeminarios diocesanos dondehay más de 200 seminaristas, ycongregaciones de religiosos oreligiosas que tienen abundantesvocaciones. Las vocacionesnativas son una riqueza, no sólopara la Iglesia, sino también parala misma sociedad, y la razón esmuy sencilla, puesto que ellasaportan lo que más vale para laregeneración del ser humano, yes mucho más importante que lasalud del cuerpo, que es la saludy salvación del espíritu. Si elhombre madura en sí mismo,cuando el espíritu interior, lavida interior, la espiritualidadayudan a vivir y crecer endignidad, entonces laexperiencia humana se hace másauténtica y más verdadera.

Los jóvenes son esperanzaporque hay muchos que sientena Jesucristo como verdaderoMaestro. Hoy, cuando se estánviendo tantos maestros en lasociedad que no llenan elcorazón humano, sino más bienprovocan, por así decirlo, unvacío interior, más se estánecesitando ir a la búsqueda demaestros que llenenverdaderamente el espírituhumano.

El Hijo de Dios se ha hechohombre para estar entrenosotros, para llenar nuestra vidade paz, de alegría, de amor deDios. Y esto es lo queverdaderamente llena el corazónhumano. Muchos se sientenllamados a seguirincondicionalmente a Jesucristoy, por ello, son esperanza para laIglesia y para la sociedad.

+ Francisco Pérezarzobispo castrense

y director de las OMP

La ciencia, para el hombre, no al revés

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CARTASΩΩ10

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Me aprieta el zapato

Hace un año estrené unos zapatos y cada día me aprietanmás. Seguramente algunas de las personas que lean es-

tas líneas habrán visto el anuncio que promociona el cine es-pañol, con las imágenes de un niño que practica un depor-te y, en el momento crucial de un lanzamiento, le entra la de-pre porque su padre no está en las gradas. En ese momento,se levanta de entre el público un conocido actor y le dice alniño que se deje de bobadas, que no está en una películaamericana, sino española, y (más o menos) que allí esta-mos todos para apoyarle. He pensado que, con la marchaque lleva este Gobierno, tal vez no esté lejano el día en queel niño, aunque siga en España o como se llame, no puedaver en las gradas a su padre, porque éste no es más que unnúmero en un banco de semen, y su madre es, no ya unvientre de alquiler –con ser grave–, sino un alambique decristal o cualquier otro elemento de laboratorio. Me siguenapretando los zapatos. Creo que tendré que cambiar de za-patería.

Amparo Sancho TosValencia

Carga policial

He tenido noticia de la carga policial del 16 de marzoante el Congreso de los Diputados contra un grupo de

pacíficos ciudadanos que abogaba por los derechos de losniños frente a la adopción por parejas del mismo sexo y endefensa de la institución matrimonial entre hombre y mujer.Este acto desproporcionado y violento me produce ver-güenza e indignación. ¿En qué país vivimos? ¿Es éste un Es-tado policial? Si uno se manifiesta contra el PP lo puede ha-cer cualquier día y en cualquier circunstancia, llamandoasesinos a diputados y cargos públicos. Pero, ¡ah!, si se dis-crepa del dogma de ZP, estacazo que te crió.

Teresa García-Noblejas Santa-OlallaMadrid

Éstas son sólo algunos de los remitentes de cartas quehemos recibido en este mismo sentido: Rafael Lozano (Ma-drid), Begoña Cal de lara (Murcia), Ignacio Moreno Itu-rralde (Madrid), Eli Martín (Madrid), Pilar Herrero (Meli-lla), Gádor Joya (Madrid), Pedro Tudela (Barcelona), IgnacioOriol (Barcelona), Agustín Alonso (Madrid), Javier Prieto(Pontevedra), Carlos Lage (Madrid), Diego Polo (Baleares),Juan Fco. Jiménez (Madrid), Mercedes León (Cuenca), RafaelMasiá (Valencia), Dolores Anaya (Sevilla), Julián Rico (Ma-drid), Jorge de Castro (Madrid), José L. Álvarez (Málaga),Begoña Cal de Lara (Murcia), Marcos Gutiérrez (Granada),Marta Velarde (Madrid), Pablo Rodríguez (La Coruña), Ma-nuel Rubio (Madrid), Pituca Verdugo (Madrid), Victoria Ga-rudo (Madrid), Bartolomé Cuerda (Barcelona), Susana Mon-ge (Madrid), Alfonso Parrilla (Madrid), José González (Ma-drid), Amparo Colomer (Madrid), Carmina García-Valdés(Madrid), José Javier Castro (Madrid), Heliodoro Mira (Ma-drid), Elvira Monjo (Baleares), Eduardo Gonzalez-Gallarza(Madrid), Amparo Colomer (Madrid), Lucía Herrero (Ma-drid), Ramón García de las Heras (La Coruña), Marcos Gu-tiérrez (Granada), María Dolores Espinós (Barcelona), Fran-cisco Abad (Madrid), Humberto Pérez-Tomé (Madrid), JuliaJiménez (Madrid), Ángel Chillón (Madrid), José Falaguera (Va-lencia), Esteban Martínez (Granada), Alodia Gaudier Ga-zol (Barcelona), Dolores Puertas (Madrid), Carmen García(Madrid), Manuel Rodríguez (Madrid), Balbina García dePolavieja (Huesca), Pablo Delgado (Madrid), Francisco Jo-ya (Madrid), Juan Pedro Martín (Tenerife), Antonio Camps(Baleares), César López (Madrid), Cecilia Gonzalo (Lérida),Beatriz Soria (Navarra), Carmen Torija (Madrid), Francesc Ba-lada (Barcelona), Jesús E. Sánchez (Toledo), Juan Romera(Baleares), Santiago Mata (Madrid), M. Dolores de Mendo-za (Madrid), María Isabel Gutiérrez (Madrid), Luisa Mer-cedes Sánchez (Asturias), César Pastrana (Valladolid), Cla-ra Maldonado (Granada), Ana Santaularia (Barcelona), JuanFernández (Cádiz), María del Pilar Salazar (Madrid), Dolo-res Bosch (Barcelona).

TVE censuró la películabiográfica de Juan Pablo II

No nos merecemos un Gobierno que nos manipule ninos mienta. Estoy indignado al enterarme de una más

de las censuras y manipulaciones de los ZP y sus mani-pulaciones. TVEcensuró la películasobre Juan Pablo II.No respetaron al Pa-pa ni muerto. Éstosson los hechos: do-mingo 3 de abril 22horas. TVE comien-za a emitir la pelícu-la biográfica de JuanPablo II De un paíslejano, del directorpolaco Krzysztof Za-nussi (1981, Italia).Terminada su emi-sión por TVE, obser-vo que la cadena ita-liana RAIUNO aca-ba de comenzar aemitir la misma pe-lícula, en la que apa-recen numerosas es-cenas que en la emi-tida por TVE no apa-recían. En la versiónTVE desaparecieronescenas en las que

se muestran los procedimientos de la dictadura comunis-ta y otras de contenido religioso; por ejemplo, no aparecela ordenación sacerdotal clandestina de Juan Pablo II, noaparecen escenas de amenazas, violencia, intimidación ypersecución política, no aparecen escenas en las que re-salta la fe en la Eucaristía. Esta mutilación interesada de lapelícula me parece un hecho muy grave, además de unfraude a la audiencia.

María M. Pérez LópezSevilla

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

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VER, OÍR Y CONTARLO 5-V-2005 ΩΩ11 AA

En este clima social y político en el quenos encontramos, ha adquirido un inu-sitado protagonismo, principalmente en

ambientes especializados, el pensamientode quien es el Coordinador Federal de Cris-tianos Socialistas del PSOE y miembro delInstituto diocesano de Teología y Pastoralde Bilbao, Carlos García de Andoin, que hapublicado dos artículos recientes: Medita-ciones para un diálogo constructivo, en la re-vista de los jesuitas Sal Terrae 93 (2005)283-298, y Cristianismo y laicidad cara acara, en Iglesia Viva 221 (ene-feb 2005), delos que ofrecemos una significativa muestra,y así sabremos casi-todos a qué atenernos:

«Los acuerdos Estado-Iglesia son y se-rán de Estado a Estado. No podrán ser con-venios de colaboración con la Iglesia es-pañola. La Iglesia católica se organiza co-mo Estado vaticano como garantía de in-dependencia respecto al poder político. Estono es predemocrático, sino sabio principiode separación entre política y religión. Si asíno se entienden otras confesiones religiosases asunto de ellas. Los Acuerdos Estado-Iglesia no son dogma. Pueden ser denun-ciados y modificados. Hay puntos que pue-den ser mejorables. Ciertamente es obso-leto el régimen de presencia de la Iglesiaen el ejército, además de poco evangélico.Pero ello requiere un clima de diálogo. Po-dría ser necesaria una revisión pactada ylimitada de los Acuerdos. No obstante, haymaterias como la asignatura de Religiónen la escuela pública, el estatuto del pro-fesor de Religión o la financiación en lasque se pueden mejorar las cosas desde laperspectiva de la aconfesionalidad del Es-tado, sin necesidad de abrir el melón de losAcuerdos. (p. 63)

Es verdad que hay todavía en España de-masiados vínculos entre poder político y re-

ligión, particularmente en fiestas tradicio-nales. Parece necesaria una mayor separa-ción, pero de ahí a pretender eliminar cual-quier vestigio hay un trecho excesivo. Comoya hemos mencionado en el anterior apar-tado, la cuestión del papel de la religión ci-vil en una sociedad es demasiado seria comopara dar vaivenes a resultas de modas de éli-tes, o cabreos de sectores maltratados porla jerarquía, por justificados que puedan es-tar. Si han de generarse nuevas prácticas,como las ceremonias civiles de nacimien-to, que se impulsen, y en aquella medidaque adquieran un arraigo social, se institu-cionalicen. Pero no antes. La imposición ar-tificial del Estado no es buena consejera. Espreciso, pues, un debate cara a cara y aser-tivo, por parte del cristianismo emancipa-torio y partidario del diálogo con la moder-nidad, sobre el discurso y la agenda laicista.Hay propuestas que niegan de hecho la li-bertad religiosa en el espacio público. Si elespacio público es laico, lo que estamos dis-puestos a defender, no es en calidad de ce-rrado a lo religioso, sino en cuanto defensade una tradición de tolerancia, diálogo y li-bertad que incluya a lo religioso tambiéncomo factor de deliberación ética y de cons-trucción ciudadana. (p. 64)

Los obispos pueden discrepar sobre loacertado o no de la equiparación jurídica dela unión homosexual con el matrimonio he-terosexual. Ésta es, por ejemplo, la posiciónde Lionel Jospin, el socialista que fuera Pre-sidente de la República francesa. Pero nopueden convertir esta discrepancia en unabandera ideológica o en una batalla crucial.Porque no lo es. Lo más importante, si nosatenemos al seguimiento del Jesús de losevangelios, es la dignidad y la no discrimi-nación de la persona homosexual. Si la noequiparación hubiera sido defendida en el

marco de una actitud decidida contra la dis-criminación homosexual, o hubiera sido pre-cedida por una defensa del reconocimientolegal de la unión de hecho, hoy podría habertenido más credibilidad. El servicio de laIglesia es ofrecer esta concepción del amorde modo que pueda ser estímulo de creci-miento y referencia axiológica para la reali-zación del amor homosexual. (p. 67)

Meditaciones para un diálogoconstructivo

Particularmente, la Iglesia debe pregun-tarse si no debe tratar la cuestión de la ho-mosexualidad con más humanidad evangé-lica y de una forma menos ideológica. Escuestión discutible si debe o no llamarse ma-trimonio; pero de lo que no debe caber dudaes de que la Iglesia está en contra de la dis-criminación de la persona homosexual. Yque, puestos a elegir entre un amor preca-rio, sujeto a plazos, cerrado y privado, espreferible, desde la perspectiva cristiana, unamor fiel, basado en la entrega mutua yabierto a la sociedad y responsable con ella.(p. 293)

Los obispos no pueden hablar de paz yguerra, de terrorismo, de cárcel, de condones,de matrimonio, de paz, de nacionalismo, deeconomía, de impuestos, de aborto, de pa-dres, de escuela..., sin contar con los cris-tianos y cristianas laicos. Deben escucharnosen el ejercicio público de su ministerio. Laverdadera comunión no se construye sobre elsilencio ni sobre la exclusión del que di-siente. Urge que la libertad de opinión seauna realidad en el seno de la Iglesia. (p.294)».

José Francisco [email protected]

El espacio público ¿es laico?

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AQUÍ Y AHORAΩΩ12

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nave derecha, destruida por el terremoto delaño 433, y eleva el nivel del presbiterio, demodo que el sarcófago queda enterrado pordebajo del suelo. Sobre la tapa se depositametro y medio de mampostería y, encima,la losa de mármol con la inscripción incom-

pleta Paulo apostolo mart. Con la elevacióndel piso, se coloca el primer altar fijo de labasílica. En el mármol se abre un agujeroque comunica con el agujero del sarcófago.

Gregorio Magno, en torno al año 600, que-riendo equiparar la basílica paulina a la deSan Pedro, alza todavía más el presbiterio.Posteriormente, cuando la basílica sea re-construida en 1854, después del pavorosoincendio de 1823, el sarcófago quedará cu-bierto por una capa de cemento, mortero,arena y detritus varios, entre los que se en-cuentra una moneda de la época. Y sobre lasreliquias se posa el misterio.

Fruto del Jubileo

La decisión de buscar la tumba de sanPablo nace con el Jubileo del año 2000. Mu-chos peregrinos, católicos o no, buscabanvenerar las reliquias del Apóstol. El obispoMarcello Costalunga, administrador ponti-ficio de la basílica en aquella época, pidió,junto con el abad Paolo Lunardon, a la di-rección de los Museos Vaticanos el iniciode la investigación. Las excavaciones durandesde junio de 2002 hasta mayo de 2003.Entre el altar mayor y el antiestante de SanTimoteo, Filippi abrió una pequeña cavidadpara no dañar el presbiterio, y luego excavóun túnel horizontal de un metro de largo conlo que consiguió descubrir el sarcófago.

Luca Liverani

Las excavaciones en la basílica de SanPablo Extramuros, llevadas a cabo porlos Museos Vaticanos, han conducido

al descubrimiento, debajo del altar mayor,de un sarcófago romano al nivel de la antiguabasílica teodosiana, exactamente bajo la ins-cripción Paulo, apostolo mart, visible en labase del altar. El encargado de presentar eldescubrimiento es Giorgio Filippi, un ar-queólogo especialista que trabaja para losMuseos Vaticanos y que ha dirigido el equi-po encargado de las excavaciones. «Hemosdescubierto –ha declarado– un sarcófago ocontenedor de reliquias. Sabemos que es delaño 390, es decir, la época de la ampliaciónde la basílica constantiniana por parte de losemperadores Teodosio, Valentiniano II y Ar-cadio, cuando se sabía que los restos allí de-positados eran del apóstol Pablo».

El sarcófago tiene un orificio de una de-cena de centímetros, tapado sólo con un po-co de argamasa, ideado en su tiempo parapoder introducir pequeñas piezas de tejidoy convertirlas en reliquias al contacto conlos restos mortales. Bastaría remover la tapapara introducir una microcámara. Pero, porel momento, Filippi opina que «el descubri-miento es suficiente». Para comprender lagénesis de este hallazgo, hace falta encua-drar históricamente la basílica. Después de sumartirio en Roma, san Pablo es enterrado enun lugar de la Via Ostiense, en la tumba de laMatrona Lucilla, según la tradición. En tor-no al sepulcro, el emperador Constantinoedifica la primera basílica, hacia el año 320,de la que no se conserva nada en la actuali-dad. En el 390, el Triunvirato que guiaba elImperio romano por aquella época, Teodosio,Valentiniano II y Arcadio, deciden ampliar labasílica, tomando como modelo la basílica deSan Pedro. Las excavaciones y la investiga-ción documental han puesto de manifiestoque la colocación del sarcófago data de estaépoca. El Papa León Magno reconstruye la

Hallada la tumba de san Pablo

Recientemente se ha dado a conocer el descubrimiento del sarcófago con los restos mortales del apóstol san Pablo, justo debajo del altar mayor de la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma. Los detalles de este descubrimiento

los ha hecho públicos el diario italiano Avvenire

La decisión de buscar la tumba de san Pablonace en el Año Jubilar 2000. Muchosperegrinos, católicos o no, buscaban venerar las reliquias del Apóstol. El obispo Marcello Costalunga,administrador pontificio de la basílica,pidió, junto con el abad Paolo Lunardon,a la dirección de los Museos Vaticanosel inicio de la investigación

Basílica de San PabloExtramuros.Arriba, a la izquierda, el arqueólogo Giorgio Filippi

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AQUÍ Y AHORA 5-V-2005 ΩΩ13 AA

Al recordarse, recientemente, la sema-na pasada el 40 aniversario de laGaudium et spes con un Congreso

convocado por el Consejo Pontificio parala Justicia y la Paz, el Papa Juan Pablo II es-cribió un Mensaje en el que decía que «eldesafío ante el que se encuentra constante-mente la Iglesia consiste en recordar a todocreyente la necesidad de interpretar las rea-lidades sociales a la luz del Evangelio».

La Gaudium et spes fue promulgada porPablo VI, el 7 de diciembre de 1965, y –co-mo decía el lema de la conferencia celebra-da en Roma– podría sintetizarse como Elllamamiento a la justicia. De aquel docu-mento, por propuesta de los padres conci-liares, surgió el Consejo Pontificio para laJusticia y la Paz, presidido hoy por el car-denal Renato Martino, que tiene por misión«promover la justicia y la paz en el mundosegún el Evangelio y la doctrina social dela Iglesia».

«En ocasiones, los enormes progresos dela ciencia y de la tecnología pueden llevar aolvidar cuestiones fundamentales de justi-cia, a pesar de la aspiración común a unamayor solidaridad entre pueblos y a una es-tructuración más humana de las relacionessociales», constata en el Mensaje que dirigióel Papa a los participantes en el congreso,obispos, teólogos, y personas comprometi-das en diferentes sectores de la vida públicade los cinco continentes.

«La triste permanencia de conflictos ylas repetidas manifestaciones de violenciaen muchísimas partes del mundo constituyenla prueba, por contraposición, de la insepa-rable relación que existe entre justicia y paz,según la fundamental enseñanza propuestacon valiente claridad en la Gaudium et spes»,añadía el Papa. «Deseo reafirmar una vezmás que la paz es obra de la justicia. La pazauténtica sobre la tierra comporta la firmedeterminación de respetar a los demás, in-dividuos y pueblos, en su dignidad, y laconstante voluntad de incrementar la frater-nidad entre los miembros de la familia hu-

mana», reconocía el obispo de Roma. Y con-tinuaba: «La Iglesia no reduce a esto su en-señanza. El Concilio Vaticano II afirma quela paz es también fruto del amor, el cual so-brepasa todo lo que la justicia puede realizar.Es necesario no olvidar nunca la virtud delamor que lleva al perdón, a la reconcilia-ción, y que anima el compromiso cristiano afavor de la justicia».

En el Congreso intervino el entonces Pre-fecto de la Congregación para la Doctrinade la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, hoy SuSantidad Benedicto XVI, y explicó que laGaudium et spes anuncia que la «revelaciónde Dios prepara una nueva tierra, en la quevive la justicia, pero ésta no puede ser redu-cida a las categorías de este mundo». En su

Pasión, muerte y resurrección se encuentra«el triunfo de la justicia de Dios, que superalas leyes humanas».

«En el misterio del Viernes Santo, Jesús escondenado por la justicia terrena. Pero con laresurrección, la luz de la justicia divina ven-ce a la muerte, la piedra tumbal queda re-movida para siempre, y se revela el signifi-cado y el valor de lo terreno», añadió.

En declaraciones a Alfa y Omega, al con-cluir el Congreso, el cardenal Martino ex-plicó que, con la reciente publicación delCompendio de la doctrina social de la Igle-sia (actualmente en traducción al español), seha culminado un camino emprendido por laGaudium et spes para aplicar la propuestaevangélica a la vida social, que en estos mo-mentos se caracteriza por la globalización.

Jesús Colina. Roma

Cuadragésimo aniversario de la Constitución pastoral Gaudium et spes

Una llamada a la justiciaCuarenta años después, la Santa Sede ha relanzado el llamamiento a la justicia que lanzó el Concilio Vaticano II al publicar la Constitución pastoral Gaudium et spes,uno de los documentos de aquella cumbre eclesial, considerada por algunoshistoriadores como uno de los acontecimientos más influyentes del siglo XX

Más que mero bienestar

El camino que la Gaudium et spes comprende es el de la fraternidad, que es multilateral yomnicomprensiva. Se confunde bien común con bien público. Para la Iglesia, el bien común es el bien

para todos y cada uno de los hombres en cuanto que personas, por lo que no es asimilable ni a bienpúblico ni a bien estatal. No es un estado de bien estar, no es una situación de distribución de riqueza ode sanidad y educación. Es mucho más. Evidentemente, educación y valores son partes de un biencomún, pero no son el bien común. En la Gaudium et spes se encamina al bien común en laresponsabilidad de los Gobiernos, en la obligación de los ciudadanos a participar con todas sus fuerzaspara la consecución del bien común. Cuando hablamos de riqueza y pobreza se puede llamarcomunicación de bienes. Cuando hablamos de cultura e incultura, significa enriquecimiento humano. Esavanzar en esa senda en que cada uno será más capaz de encontrar su misión en el mundo.

José Tomás Ragaen Zenit

La paz auténtica sobre la tierra comporta la firme determinación de respetar a los demásindividuos y pueblos, en su dignidad

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IGLESIA EN MADRIDΩΩ12

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Viendo ya cercano el final del Sínodo,y echando un poco la vista atrás, he-mos querido conocer cuál es el ba-

lance de estas jornadas que, durante meseshan venido celebrándose en el Aula PabloVI, y en la capilla y las diversas aulas de laFundación Pablo VI. Para ello, hemos ha-blado con don Ángel Matesanz, SecretarioGeneral del Sínodo, que ha destacado va-rios aspectos interesantes, como la partici-pación de los miembros, tanto en los gru-pos de trabajo como en la Asamblea:

«Lo que valoran en primer lugar losmiembros del Sínodo, cuando hablan de suparticipación en él, es su experiencia en elgrupo de trabajo. Han sido 30 grupos for-mados por unas 20 personas cada uno, di-versas por su estado en la Iglesia (seglarescasados y solteros, sacerdotes, miembros decongregaciones religiosas, de institutos se-culares, de movimientos y asociaciones),diversas por su procedencia (distintos ba-rrios y pueblos de Madrid), diversas por laedad (los jóvenes ciertamente no eran ma-yoría, pero su número tampoco era insigni-ficante y se ha notado su aportación en ide-as y en algunos aspectos del desarrollo), di-versas por la mentalidad y la manera de com-prender y vivir en la Iglesia. En los grupos seha producido el conocimiento de personas,

ideologías y proyectos desconocidos y di-ferentes, y el reconocimiento mutuo comoIglesia. Son muchos los que han experi-mentado gozosamente que la Iglesia en Ma-drid es mucho más heterogénea y muchomás rica de lo que pensaban».

Además, don Ángel Matesanz quiso se-ñalar también la perseverancia de los gru-pos, que han estado reuniéndose durante va-rias semanas consecutivas: «Antes de em-pezar el Sínodo –explica su Secretario Ge-

neral–, les parecía a algunos que tener quereunirse once sábados era un obstáculo in-superable. Es explicable que quienes, sinhaber participado en los grupos de consulta,han sido miembros natos de la Asamblea, oexpresamente designados, no hayan podidoevitar compromisos anteriores. Sin embargo,aunque ningún día hayan acudido los 626miembros de la Asamblea, el alto índice departicipación de cada día refleja bien el in-terés y la fidelidad al compromiso asumi-do. Siendo la gratuidad tan completa y tanevidente, las razones para perseverar, díatras día, en el trabajo sinodal no pueden sermás que un amor muy grande a la Iglesia yun deseo muy generoso de servirla».

«En cuanto a los temas que han sido re-flexionados y debatidos –ha comentado donÁngel Matesanz–, ha quedado clara la ur-gencia de actuar en algunos campos. Si al-guien dice que las propuestas del Sínodo sonlo de siempre, tiene razón en gran medida. Elvalor de las propuestas no está en su origi-nalidad, sino en que tantos católicos en Ma-drid lo hayamos sentido como la necesidadapremiante para vivir y anunciar hoy elEvangelio. Por ejemplo, el encuentro per-sonal y comunitario con la Palabra de Dios,que supone comprenderla, acogerla, dejarque ilumine nuestra vida y nos muestre suverdadero sentido, actitud de conversión,disponibilidad para dejarnos transformar.Para que esto ocurra, hay que poner los me-dios que lo hagan posible, habrá que empe-zar a hacer algo en parroquias, comunida-des, asociaciones, movimientos, que hastaahora no se hace, habrá que cuidar muchola predicación y la celebración litúrgica.

Otro ejemplo, la atención a la familia,con todo lo que se refiere al apoyo a la ins-titución familiar, la relación de los esposos,la educación de los hijos, la defensa de lavida, el apoyo a las familias desestructuradas,o monoparentales, o que atraviesan una si-tuación difícil.

Otro ejemplo: la formación que necesi-tamos para poder dar testimonio de la fe yexplicarnos con claridad en medio de la so-ciedad en que vivimos; nadie lo va a hacer ennuestro lugar de trabajo, en la educación, enla vida de los barrios…»

Conclusiones de la Asamblea sinodal. El sábado 14 de mayo: Misa de clausura

Un primer balance del SínodoLa reunión del sábado23 de abril pasado fuela última ordinaria de la Asamblea sinodaldel tercer SínodoDiocesano de Madrid.En ella, se terminó de estudiar la quinta y última ponencia:Testigos de la caridad de Cristo. Respondeal porqué todos los quecreemos en Jesucristo, y queremos seguirlo en la Iglesia, estamosllamados también a servir a los más pobresy necesitados, en el cuerpo como en el alma..., llamados a la caridad: ¡Dios es caridad!Hemos hablado con don Ángel Matesanz,Secretario General del Sínodo:

Más sacerdotes para Madrid

El 17 de abril pasado, Domingo del Buen Pastor, tuvo lugar la or-denación de 13 nuevos sacerdotes del Seminario Conciliar de

Madrid: Alfredo, Jesús, Pedro Pablo, Andrés Esteban, Ignacio Javier,Miguel, Rubén, Pablo, Álvaro, Emilio, Francisco Javier, Miguel Ángely Fernando. La ceremonia, que se celebró en la Colegiata de San Isi-dro, estuvo presidida por el obispo auxiliar monseñor Fidel Herráez,y concelebrada por numerosos sacerdotes de la diócesis.

Asimismo, el próximo 14 de mayo, domingo, el señor cardenalordenará también 7 nuevos presbíteros: Daniel José, Antonio, Jenaro,Jaime, Ignace, Augusto y José Miguel, todos ellos del Seminariodiocesano misionero Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Al-mudena. La celebración tendrá lugar, a las 12 horas, en la Real Co-legiata de San Isidro.

Portada de la quintaponencia, último

de los textos para el Sínodo,

presentados en la Asamblea

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IGLESIA EN MADRID 5-V-2005 ΩΩ13 AA

Una misma escena evangélicaha ambientado las exequias denuestro amadísimo Juan Pablo

II en esta misma explanada de la ca-tedral de La Almudena hace poco me-nos de dos semanas –intensas de emo-ciones y fervientes de plegarias– y,hoy, la celebración de la Eucaristía deAcción de Gracias por la elección denuestro Santo Padre, Benedicto XVI:la del diálogo entre Jesús resucitadoy Pedro a orillas del Lago de Genesa-ret. «¿Simón, hijo de Juan, me amasmás que éstos?»... «Tú sabes que teamo»... «Apacienta mis corderos...Apacienta mis ovejas». Muchos sonlos aspectos que recordamos de la vi-da y ministerio de Juan Pablo II quehan suscitado nuestra veneración,nuestro cariño y nuestra gratitud im-perecedera. ¡No, no es fácil encontraren la historia reciente y en el pasado dela Humanidad una personalidad tanrica de facetas humanas! ¡Juan Pablose hacía querer! Pero hay una queconstituye la clave de explicación detodas las demás: su amor a Cristo has-ta el extremo.

También, en esta luminosa mañanamadrileña, al celebrar el gozo –¡elgaudium magnum!– de la elección deBenedicto XVI y del comienzo de suministerio petrino, vivas en nosotroslas jubilosas celebraciones de la Plazade San Pedro de los días 19 y 24, loque nos mueve y conmueve el cora-zón es el Sí de nuestro Papa a Jesús, elSeñor resucitado, como el de Pedro:«Es, en primer lugar, a Cristo, a quienrenuevo mi total y confiada adhesión».

Pedro no es un lujo para la Iglesiao una especie de anacronismo del que

se puede prescindir en la modernidad.Antes al contrario, las promesas delSeñor al respecto son inconfundibles eindefectibles: «Tú eres Pedro y sobreesta piedra edificaré mi Iglesia. Laspuertas del infierno no prevaleceráncontra ella...». Pedro es una necesi-dad vital y constitutiva para la Igle-sia. Nunca le ha faltado, nunca le fal-tará. Necesidad que hoy sentimos conuna peculiar sensibilidad. Sin el mi-nisterio de Pedro no es posible la uni-dad de la fe de pastores y fieles, su co-munión y la eficacia universal de laevangelización. ¡Cuánto han agrade-cido, especialmente los más sencillosy mansos de corazón –¡los jóvenes!–el magisterio del Romano Pontíficeen estos tiempos de intemperie espi-ritual: el de nuestro queridísimo JuanPablo II! Estoy absolutamente segu-ro que lo mismo ocurrirá con las pa-labras y las enseñanzas, siempre lu-minosas, de Benedicto XVI. Y nece-sitamos también al Papa para que vi-vamos unidos el tesoro de gracia ysantidad. ¡La unidad en la profesióny testimonio de la fe, la unidad en laesperanza y en la comunión de la ca-ridad es imprescindible para que elmundo crea y sea evangelizado!

Una Humanidad herida

También el mundo y el hombre ne-cesitan hoy a Pedro –¡al Papa!– comopocas veces en épocas pasadas de lahistoria de la Humanidad. Un mundoque se globaliza a pasos agigantados,también en torno a la destrucción de ladignidad del hombre, del matrimonioy de la familia, ofuscado por falaces

promesas de supuestos logros de li-bertad y de vida que, en realidad, con-ducen inexorablemente a una culturade la muerte, necesita de una instanciamoral y espiritual personalizada, dealguien que con la fuerza de Cristo seapor vocación y misión defensor delhombre y de su dignidad, promotorde paz y de reconciliación, de servi-cio a los más humildes: a los padresy madres de familia, a los niños, a losjóvenes y a los pueblos más empo-brecidos de la tierra; una persona quelibre e insobornablemente, imitandoal Buen Pastor, cargue sobre sus hom-bros con el peso de la Humanidad he-rida. ¡Son tantos los hombres extra-viados de nuestra época y tanto lasmalezas y desiertos en los que se hanperdido! El propio Benedicto XVI loconcretaba admirablemente en la ho-milía de la Eucaristía del pasado do-mingo en la Plaza de San Pedro. LaHumanidad de la actual hora de la glo-balización, ¡también en España!, ne-cesita a alguien que le recuerde confortaleza que «no es el poder el queredime, sino el amor». Ese alguien esPedro, y Pedro es hoy Benedicto XVI.

Uno de los momentos más emo-cionantes, vividos en estos días, esaquel en el que el Papa confiesa que nose siente, ni está solo. «La muche-dumbre de los santos de Dios me pro-tege, me sostiene y me conduce. Y meacompañan, queridos amigos, vuestraindulgencia, vuestro amor, vuestra fey vuestra esperanza». Yo quiero de-cirle al Papa, en nombre vuestro y detodos los católicos de Madrid, solem-nemente, con los que estoy seguro sin-tonizan todos los de España, que no

está solo; que no le dejaremos solo:que invocaremos fervientemente a losmártires y santos de España; que nocejaremos en nuestra oración a la Vir-gen Inmaculada, bajo las innumera-bles y entrañables advocaciones quele han dedicado los españoles de to-dos los tiempos.

Nuestra oración por el Papa

¡El Papa nos necesita! Necesita,sobre todo, nuestra oración. Leyendoestos días en el Libro de la Vida, desanta Teresa de Jesús, me he encon-trado con aquel pasaje en el que ellarecomienda la comunión de oracio-nes, la amistad de los que oran. A laSanta le preocupaba, antes que nada, lasuerte del alma: «Gran mal es un almasola entre tantos peligros. Parécemea mí que si yo tuviera con quién tratartodo esto, que me ayudare a no tornara caer, siquiera por vergüenza, ya queno la tenía de Dios». ¿Pero acaso noestá en juego, sin más, el bien de todaslas almas, el destino del hombre, quese arroga desde el poder la facultad deproyectar y regular el derecho a la vi-da, el trabajo, el matrimonio, la fami-lia, la sociedad, la política, la cultura,la sociedad, la patria..., como si Diosno existiese?

La Iglesia en Madrid, al finalizarsu tercer Sínodo diocesano, se sienteconvocada en lo más hondo de su sera configurarse más intensamente comocomunidad orante, formada por losllamados a la amistad con el Señor ycon los hermanos. El nuevo Papa nospide esa ayuda de nuestras oracionescon palabras dramáticas: «Rogad pormí, para que, por miedo, no huya an-te los lobos»; pero, a la vez, estimu-lantes, confiadas y gozosas: «Rogue-mos unos por otros para que sea el Se-ñor quien nos lleve y nosotros apren-damos a llevarnos unos a otros...» Sí,¡contad con nosotros!, querido SantoPadre, contad con nuestra oración, connuestra obediencia filial, que es for-ma eminente de obediencia a la vo-luntad de Dios que nos hace libres:¡sí!, la fuente purísima de la libertad.¡Somos tus amigos! Y viceversa, nodudamos ni un solo segundo de tuamistad fiel y de tu amor de pastor ypadre.

¡Querido Santo Padre, querido Be-nedicto XVI, os encomendamos, aNuestra Señora y Madre, la Virgen deLa Almudena! ¡De todo corazón! Losjóvenes de Madrid estarán contigo enColonia, el próximo agosto, en la XXJornada Mundial de la Juventud, parael encuentro de los jóvenes católicosde todo el mundo con el Señor: ¡Ire-mos juntos a adorarle!

+ Antonio Mª Rouco Varela

La voz del cardenal arzobispo

Todos necesitamos a Pedro

La más reciente foto del cardenal Rouco junto con el Santo Padre Benedicto XVI, al concluir su primera Audiencia General, el 27 de abril pasado

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TESTIMONIOΩΩ14

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por el Espíritu y nos convocó a escucharle, adejar ideas propias, para acoger la voluntadde Dios y llevar a los hombres la presencia vi-va del Señor. Entonces, el Papa Benedictonos explicó los signos, el palio y el anillo. Ynos hizo vivir la grandeza de la liturgia, querevela el misterio de Dios y del hombre in-disolublemente unidos, a través de peque-ños signos, como la lana del cordero y lasredes del pescador. A mi lado, un obispo seenjugaba las lágrimas cuando explicaba laparábola de la oveja perdida. El palio colo-cado sobre su espalda éramos nosotros, lle-vados por el Bendito, sobre sus hombros yacansados, pero fuertes para soportar el pesode la Iglesia que, a su vez, le sostiene. En laIglesia todo es reciprocidad: perdonamos ysomos perdonados; amamos y somos ama-dos; sostenemos a otros y somos edificados.El Papa nos lleva; nosotros le confortamos.Así se sintió él: gozoso de poder servirnosy mendigando nuestra oración.

A medida que hablaba, su mirada se di-lataba hacia horizontes cada vez más am-plios –«como una onda que se expande»,dijo–, al encuentro de los hombres que notienen fe. El buen pastor nos habló de lasotras ovejas, que viven alienadas en el marsalado de tantas servidumbres. Son más losque aún no creen en Cristo que los que cre-en, dijo Juan Pablo II en la Redemptoris mis-sio. Y Benedicto XVI nos quiso contagiaralgo de la santa inquietud de Cristo por bus-car al perdido, narrando cómo el Pastor se hi-zo cordero, y se despojó de su gloria parasalvar al mundo como crucificado. Quería

decirnos que la Iglesia no vive de la com-placencia de los que ya están dentro, sinodel ansia por ganar a los de fuera, y que sured no se romperá nunca si se trata de salvara la Humanidad entera. Vimos al Papa an-sioso por echar la red, en el nombre de Cris-to, como hizo Pedro, pescador de Galilea.

Al final, evocó el inicio de otro pontifica-do, el de su predecesor, para tomar de nuevosus palabras: «¡No temáis!... ¡Abrid de paren par las puertas a Cristo!» Nos interpeló atodos, a los poderosos de este mundo, a loscristianos y, en especial, a los jóvenes. Su dis-curso se convirtió, de repente, en una apela-ción a la conciencia personal, donde el hom-bre pone obstáculos a la gracia de Dios. Ynos recordó que Cristo no coarta nuestra li-bertad. No nos quita nada y lo da todo. Nosanimó a entregarnos a Él. Nos lo decía desdesu ya larga vida, sin imponer, con la autoridadde quien indica y expone la verdad. Con sua-ve persuasión, y con la fortaleza de quien nosha colocado sobre sus hombros para llevarnosa la Vida. Entonces recordé que Cristo ense-ñaba con calma, y hubiera continuado allí,escuchando sus palabras que fluían amable-mente de sus labios, venidas de lo eterno, yconfirmaban en mí la certeza de que allí es-taba Cristo hablando por su Vicario, y de queel hombre no está solo en el mundo, pues vi-ve acompañado de los santos del cielo y de latierra, como el Papa Benedicto, que podíainiciar su andadura confiadamente porque to-da la Iglesia, vivísima, estaba con él.

+ César Franco Martínez

Allí estaba él, sentado donde convergentodas las miradas, abrazado por la co-lumnata de Bernini, imagen de la Iglesia

que acoge a todas las naciones. Todo en él ha-bía sido preparado para este momento de losalbores del tercer milenio cristiano. Su voz, ca-denciosa, evocaba la del Buen Pastor en el mon-te de las Bienaventuranzas, desgranando ver-dades evangélicas, como un padre de familiaque reparte la ración a sus horas. Su figura, susgestos y palabras retrataban a quien se habíapresentado urbi et orbi como humilde trabaja-dor en la viña del Señor. Ahí estaba, ante todala Iglesia, el Papa Benedicto XVI. Era la piedraque daba consistencia al edificio: al material,tan imponente, de Miguel Ángel y Bernini, y,sobre todo, al edificio espiritual de toda la Igle-sia, pendiente de sus labios como un día, enNazaret, el pueblo pendía de la autoridad deJesús, el Cristo.

Sus palabras discurrían por las sendas de lasencillez evangélica: habló de Cristo, de la Igle-sia, de los hombres. Habló de la oveja perdida,de los desiertos –internos y externos– en losque el hombre agosta su existencia; del sufri-miento de tantos hombres y mujeres necesita-dos de amor y de misericordia. Habló de loshermanos separados y de nuestros hermanoshebreos, el pueblo de las irrevocables promesasde Dios. Y, en muy último lugar, nos dijo algode sí mismo: que era frágil, pobre, necesitado deDios y de la oración de toda la Iglesia, paraamar a Cristo y a los hombres, a cada hombreen concreto. Nos pidió plegarias para no huirante los lobos.

Hermosamente nos habló de la Iglesia, laIglesia viva que se había manifestado tan ra-diante a raíz de la muerte de Juan Pablo II, enquien habíamos podido tocar las heridas de lapasión del Señor. Lo hizo con la sencillez pro-pia de quien abre el Evangelio y deja que seexpanda su aroma. El Papa se presentó en laIglesia, unido a ella, sostenido por ella, la delcielo y la de la tierra, consolado por los santosdel cielo, petrificados de estupor sobre la co-lumnata de Bernini, y por los santos de la tierra,nosotros, los bautizados, amigos de Jesús. Oh,Dios mío, ¡con qué convicción nos hizo sentirel orgullo de la fe, la alegría de la vida resuci-tada, la necesidad de amarnos y sostenernosmutuamente, la certeza de que Dios ama a ca-da hombre! El hombre, sí, estaba en el hori-zonte de su mirada, el hombre camino de laIglesia, como nos ha enseñado a decir Juan Pa-blo II.

La santa inquietud

Enseguida pasó a los signos. No quiso darnosun programa pastoral. Celebrábamos la fiestade la fe, la presencia viva del Resucitado. Noquiso poner sordina al misterio descendiendoa consecuencias de orden práctico. El Papa que,siendo cardenal, afirmó que a la Iglesia le sobraorganización y le falta espíritu, se dejó llevar

Benedicto XVI (a vuela pluma). Escribe monseñor César Franco, obispo auxiliar de Madrid:

¡Con qué convicción noshace sentir el orgullo de la fe!

Un momento de la homilía de Benedicto XVI en la Misa de inicio de su pontificado,en la Plaza de San Pedro

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EL DÍA DEL SEÑOR 5-V-2005 ΩΩ15 AA

EEl hombre, cuando se entrega a las diferentes disciplinas de la Filosofía, la Historia, las Matemáticas y las Ciencias naturales, y se dedica a las artes, puedecontribuir muchísimo a que la familia humana se eleve a más altas concepciones de la verdad, el bien y la belleza y a un juicio de valor universal, y así

sea iluminada con mayor claridad por la admirable Sabiduría, que desde la eternidad estaba con Dios disponiendo todas las cosas con Él, jugando en el orbede la tierra, considerando entre sus delicias el estar con los hijos de los hombres. Con ello mismo, el espíritu humano, más libre de la esclavitud de las cosas,puede elevarse más fácilmente al culto y a la contemplación del Creador. Ciertamente, el progreso actual de las ciencias y de la técnica que, en virtud de sumétodo, no pueden penetrar hasta las razones íntimas de las cosas, puede fomentar cierto fenomenismo y agnosticismo cuando el método de investigaciónutilizado por estas disciplinas se considera, sin razón, como la regla suprema para hallar toda la verdad. Más aun, existe el peligro de que el hombre,confiando demasiado en los modernos inventos, crea que se basta a sí mismo y no busque ya cosas más altas. Sin embargo, estos lamentables resultados nodeben inducirnos a la tentación de no reconocer valores como el estudio de las ciencias y fidelidad exacta a la verdad en las investigaciones científicas, lanecesidad de trabajar conjuntamente en equipos técnicos, el sentido de la solidaridad internacional, la conciencia cada vez más viva de la responsabilidadde los expertos para ayudar e incluso proteger a los hombres, la voluntad de hacer más favorables para todos las condiciones de vida, especialmente paraaquellos que sufren privación de responsabilidad o pobreza cultural. Todo lo cual puede aportar alguna preparación para recibir el mensaje del Evangelio,que puede ser animada con la caridad divina por Aquel que vino a salvar al mundo.

Constitución Gaudium et spes, 57

Esto ha dicho el Concilio

Solemnidad de la Ascensión del Señor:

¿Y dejas, Pastor santo, …?Evangelio

En aquel tiempo, los once dis-cípulos se fueron a Galilea,

al monte que Jesús les había in-dicado.

Al verlo, ellos se postraron,pero algunos vacilaban. Acercán-dose a ellos, Jesús les dijo:

«Se me ha dado pleno poderen el cielo y en la tierra. Id y ha-ced discípulos de todos los pue-blos, bautizándolos en el nombredel Padre, y del Hijo, y del Espí-ritu Santo; y enseñándoles a guar-dar todo lo que os he mandado.

Y sabed que yo estoy con vo-sotros todos los días, hasta el findel mundo».

Mateo 28, 16-20

Un rasgo de la piedad cristiana moderna es el ha-ber puesto un énfasis tal en el ministerio terrenode Jesús, que la experiencia de la vida entre la As-

censión y el cielo es, ante todo, la de una ausencia. ¡Quéprivilegio tuvieron los que convivieron con Jesús, losque pudieron escucharle, verle! Mientras que a noso-tros, «¡cuán pobres ycuán ciegos, ay, nos de-jas!» Es un dolor tenerque comparar el maravi-lloso poema de FrayLuis con el cínico co-mentario de un mucha-cho a un sacerdote enuna burlona película ir-landesa: «¿Y tú, por quédas la vida por alguien aquien no has visto nun-ca?» Pero entre esos dostextos sucede la moder-nidad. En la película, elsacerdote no responde ala pregunta.

El dolor que expresael poema de Fray Luis escomprensible. Está de-trás de algunas reflexio-nes del evangelio de SanJuan. Algún himno desan Efrén –una de las na-nas que la Virgen le can-ta a su Hijo– supone quetambién los fieles del si-glo IV tenían envidia dequienes habían sido con-temporáneos de Jesús.Sin embargo, san Efrénle hace decir a la Virgen: «La Iglesia te ve, como te ve tumadre». E incluso más: que «la porción de los que esta-ban lejos –los que no han conocido a Jesús según la car-ne– ha sido mejor que la de los de cerca», gracias a la Eu-caristía. También San Juan afirma que, aunque el mun-do no ve a Cristo, «vosotros sí me veréis, porque yo vi-vo y vosotros viviréis».

Si se acentúa la ausencia de Cristo, la fe se hace im-posible como un acto de la inteligencia, plenamente hu-mano. Desde luego, la fe que queda no es la fe de la tra-

dición cristiana. Pues bien, en la modernidad, Dios espercibido sobre todo como ausente, y también Cristo.La fe se reclama para realidades de las que no se tiene ex-periencia. Y el deseo de Dios es, ante todo, el deseo de algo que falta. A partir de ahí, la Ilustración hará lo po-sible por eliminar o reducir ese deseo, y por ofrecer su-

cedáneos. Hay quienpiensa que toda la espi-ritualidad de esa religiónque es el capitalismoconsiste en una discipli-na del deseo: negar co-mo irreal, y destruir, tododeseo de algo que no sepueda comprar en elmercado. La violenciadel hombre contemporá-neo (sobre todo consigomismo) tiene ahí, desdeluego, una raíz evidente.

Y, sin embargo, la no-vedad que se introdujo enla Historia con la Virgen(con la Encarnación), yque continúa en la Igle-sia, es ésta: que adorar aDios coincidía para ellaexactamente con querera su Hijo, y hacer por Éllo que hace una buenamadre. La fe no es la afir-mación de algo ausente,sino el reconocimiento deuna presencia. El reco-nocimiento de Cristopresente en su pueblo(que es también su cuer-

po), en su palabra, en el sacramento. La gracia de sucompañía en la vida. Y el deseo de Dios, el deseo delcielo, no es el anhelo de lo que a uno le falta, sino de laplenitud de lo que ya se tiene (que es el ciento por uno).«No me buscarías, si no me hubieras encontrado» (sanAgustín). ¿Y si la escasa fecundidad de la misión cristianaen nuestra sociedad tuviera que ver con esto?

+ Javier Martinezarzobispo de Granada

La Ascensión del Señor. Ilustración de un manuscrito de Landesbibliotehelx, de Karlsruhe

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RAÍCESΩΩ16

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Exposición Inmaculada, en la madrileña catedral de la Almudena

La Madre de Dios, en España

Con motivo del CL aniversario dela proclamación del dogma de laInmaculada Concepción de la Vir-gen María, la Conferencia Episco-pal Española ha organizado, juntocon la Fundación Las Edades delHombre, la exposición Inmacula-da, que tiene lugar en la catedralde la Almudena, de Madrid, hastael 12 de octubre próximo. A lainauguración acudieron Su Alte-za Real la Infanta doña Elena, asícomo el cardenal arzobispo deMadrid, monseñor Rouco Varela,el Presidente de la ConferenciaEpiscopal Española, monseñor Ri-cardo Blázquez, y el Presidente dela Fundación Las Edades del Hom-bre, monseñor Rafael Palmero

Tríptico de Santa Ana.Castillo de Perelada(Gerona)

Inmaculada Concepciónde El Escorial. Murillo.

Museo del Prado, Madrid

En la rueda de prensa de presentaciónde la exposición Inmaculada, el Co-misario de la misma y Secretario dela Fundación Las Edades del Hom-bre, don Antonio Meléndez Alonso,

aseguró que «este evento hace coincidir ma-ravillosas expresiones del barroco andaluz,castellano y madrileño, y hace presente ma-tices de espiritualidad tan distintos como losque se han manifestado en los pueblos deEspaña. De este modo presentará, a travésdel desarrollo cronológico de los estilos ar-tísticos, cómo se ha ido conformando en la fedel pueblo español la Concepción Inmacu-lada de la Virgen María».

La muestra reúne 132 obras de arte pro-cedentes de 40 diócesis españolas, y contie-ne piezas románicas, góticas, renacentistas ybarrocas relacionadas con la figura de la In-maculada. Algunos de los autores más im-portantes que configuran esta exposiciónson: Alonso Cano, Alfonso X el Sabio, JuanMiranda, Fray Diego de León, Agustín Pu-yol, Marcos Sánchez, Mateo López, Lopede Vega, Juan Correa, Pedro Roldán, Isabella Católica, Francisco Pacheco, El Greco,Claudio Coello y Antonio Palomino, entreotros.

La muestra se desarrolla en cuatro capí-tulos, a los que se añaden una Introduccióny un Epílogo. La Introducción sirve de en-marque de la exposición, pues los visitan-tes pueden observar la Bula de la Definicióndogmática de la Concepción Inmaculada dela Virgen María. El Capítulo I lleva por títuloPara gloria de la Madre de Dios, y lo com-ponen seis piezas románicas que representana la Virgen en majestad; se presentan de tresen tres, escoltando dos bellísimas tallas con-trachapadas en plata. El Capítulo II recibeel título de Los balbuceos, y pretende, a tra-vés principalmente del gótico, hablar de lasprimeras formulaciones o expresiones de lafe en la Inmaculada Concepción. Sobresaleen este apartado la Cantiga nº 60, de las Can-tigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio,que ha sido cedida por la Biblioteca de ElEscorial.

El tercer Capítulo lleva por título A labúsqueda de su identidad. En él se observael recorrido de maduración de la fe del pue-blo en la Inmaculada Concepción. Destacanaquí varias tablas de pintura y dos tallas demadera policromada, pertenecientes, al Re-nacimiento, amén de un ejemplar de unaobra de Lope de Vega procedente de la Bi-blioteca Universitaria de Salamanca. El cuar-to y último Capítulo (Del esplendor a la De-finición dogmática) lo componen numerososdocumentos: el Testamento de María de Ara-gón, un Decreto de Isabel la Católica y otrode Carlos III, Votos de Villa y Tierra, coplaspopulares, juramentos de profesiones, códi-ces…, y varios lienzos, entre los que desta-

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ca la Inmaculada Oballe, de El Greco. Cie-rra la exposición la única obra moderna detoda la muestra: una pintura de sor IsabelGuerra, realizada para conmemorar esteaniversario de la proclamación del dogmade la Inmaculada.

Alfa y Omega

RAÍCES 5-V-2005 ΩΩ17 AA

Plano de la exposiciónen la catedral

de la Almudena.A la derecha:

Inmaculada niña, de Francisco Zurbarán.

Museo diocesano,Sigüenza (Guadalajara)

Virgen con el Niño. Pórtico del Perdón, catedral de Ciudad Rodrigo

Tríptico La Virgen de la rosa, de Campin. Museo Arqueológico de Huesca

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ESPAÑAΩΩ18

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Dos semanas atrás, la Iglesia, exten-dida hasta los confines de la tierra yla Humanidad entera, escuchó la no-

ticia del gaudium magnum por la elecciónde Benedicto XVI. Ese gozo se intensifica ycrece conforme pasan los días. Reiterando

mi acción de gracias al Señor y mi plegaria,hoy quiero evocar algunos de sus rasgos.

Hace unos años, Juan Pablo II le dedicóen público un elogio que no es frecuente es-cuchar a un Papa para referirse a alguien enplenitud de funciones: Infatigable buscador

de la verdad. Así es, ciertamente, nuestroquerido Papa, a quien tanto tiene que agra-decer la Iglesia en su etapa cardenalicia, ensu misión de enseñar, esclarecer, interpre-tar, defender y proponer la verdad, la ver-dad buscada y revelada, de la que no pode-mos disponer y que nos llega fielmente ysiempre actual por la Tradición viva.

El obispo, testigo de la esperanza

Confieso con alegría que, junto a él, heaprendido muy vivamente que ser obispo esser testigo de esperanza, testigo de la ver-dad que nos es dada por la revelación de Je-sucristo, en comunión con la tradición y ma-gisterio de la Iglesia. Como corresponde a lamisión apostólica, nuestro Papa ha sido, yes, con toda nitidez un maestro en la fe. Pre-sentar la verdad, garantizarla y defenderla, hasido uno de los aspectos que caracterizan suministerio y que hacen de él un testigo deesperanza en los tiempos actuales. Defen-der a los fieles del error que causa estragos,y conducirlos a la libertad de los hijos deDios por el conocimiento de la verdad, es

uno de sus grandes servicios a la esperanzaque no defrauda. Ser servidor de la verdadsin ambigüedades, promotor y difusor real dela verdad que nos hace libres, ha sido unade sus contribuciones inestimables a la Igle-sia y al mundo. Y esto no para condenar a na-die, sino para que los hombres renazcan ala verdadera esperanza y se salven por laVerdad. Esto lo seguirá haciendo con ma-yor razón, si cabe, en su ministerio de con-firmarnos en la fe.

Avanzar en la tradición

Fidelidad y reforma, tradición y progre-so son términos que definen, como hilo con-ductor, la admirable trayectoria de este fi-no y riguroso pensador, hombre de fe, hom-bre de Dios, hombre de Iglesia, que ha cum-plido, como pocos, la misión y ministerioteológico, en la segunda mitad del siglo XX,y ahora, en el nuevo milenio.

Benedicto XVI, infatigable buscador de la verdad

Un gozo crecienteEl arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor Antonio Cañizares, comparteaquí sus impresiones más personales sobre Benedicto XVI. Recuerda su importantepapel al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe y rememora cómoel entonces cardenal Ratzinger le explicó que ser obispo es ser testigo de la esperanza

Benedicto XVI, en su primera audienciageneral, en la Plaza de San Pedro, el miércoles 27 de abril pasado

Ser servidor de la verdad sin ambigüedadesha sido una de suscontribucionesinestimables a la Iglesia y al mundo. Y esto no espara condenar a nadie,sino para que los hombres renazcan a la verdadera esperanzay se salven por la Verdad

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ESPAÑA 5-V-2005 ΩΩ19 AA

Como teólogo y Prefecto de la Congre-gación para la Doctrina de la Fe, ha bebido«en la gran tradición de los Padres y maes-tros medievales, pero dialoga sin ningúncomplejo con las culturas de nuestro tiempo.La suya es una síntesis que no es fruto de laconciliación de extremos opuestos, o de larazón calculadora, sino que nace de la fe,acogida y vivida con gozo y seguridad enla comunidad de la Iglesia, y comunicadasiempre en un diálogo para el que se mues-tra especialmente dotado».

Pastor bueno conforme al corazón deDios, sencillo y prudente, humilde y sabio,no sólo es y ha sido el maestro lúcido que sa-be enseñar con sabiduría, y que ha cumplidocon su misión de enseñanza, crítica y dis-cernimiento, sino que ha sido, y es, tambiénel «testigo lúcido de los acontecimientoshistóricos. La unidad de ambas perspecti-vas y de ambas preocupaciones es un rasgocaracterístico de su labor».

En él encontramos a un intelectual nota-blemente dotado para el análisis y el discer-nimiento. En su dilatada y ejemplar laborpercibimos que lo único absolutamente esen-cial es la experiencia de la fe, vivida en el se-no de la Iglesia. Tan fino y agudo en la for-mulación teológica como en el sentido pas-toral, demuestra una ponderación y una be-nignidad extremas al referirse a las personasy a sus intenciones. Soy testigo privilegiadode ello cuando, por su misión dentro de laIglesia, ha tenido que hacer el discernimientoy examen de doctrinas o situaciones. Su con-fesión de fe, recia y bien fundamentada so-bre el cimiento firme de la tradición apos-tólica, no huele a defensa numantina, sinoque tiene el aspecto de una propuesta ale-gre y esperanzada, de cuya estructura ra-cional conoce las más íntimas articulacio-nes, pero ante la cual permanece como unservidor todavía asombrado y agradecido.

La Iglesia no teme al pensamiento

En él se articulan, como en pocos, esasdos alas, de las que nos habló en toda su ex-tensión y hondura, el Papa Juan Pablo II ensu encíclica Fides et ratio. Su fe es el hori-zonte, la luz y el estímulo, que le lleva aatreverse a pensar y a indagar las razonesdel mismo creer. Es una de las pruebas másfehacientes de que es necesario atreverse apensar y que, en la Iglesia, no se teme alpensamiento y a la razón cuando se ejercencon rigor y honestidad intelectual y con pa-sión por la verdad iluminada por la fe. Enél se cumple, como aliento y estímulo paratodos, que en la Iglesia no hay que despo-jarse, como diría Chesterton, de la cabeza, si-no que lo que ella nos entrega, la fe, la pa-labra revelada, es el mayor acicate y alientopara la razón, para la búsqueda y pasión porla verdad, para vivir el gaudium de veritate,el gozo de la verdad.

Hombre de la verdad, es, por lo mismo,una personalidad recia y libre. Desde luegono busca componendas fáciles en ningún te-rreno, ni hace concesiones al tendido de losespectadores de una cultura que quiereaplaudir a quienes se pliegan a ella. Por ellono calla a la hora de identificar los malesque afligen a la cultura de nuestros días.Tampoco teme que su juicio parezca severocuando afronta los fenómenos de quiebrade humanidad, cuyo origen detecta y sitúa enel olvido de Dios hoy, ni teme señalar la di-

solución interna de la comunidad cristiana;pero no olvida que las razones de un cris-tiano para esperar, no nacen de una nuevasituación favorable o de los aplausos del ten-dido, sino de la resurrección de Jesucristo, deJesucristo vivo presente en la Iglesia, dequien se muestra un testigo fiel e inque-brantable, sencillo y gozoso en los tiemposrecios que nos ha tocado vivir .

Riqueza inabarcable de la fe

Viendo el camino recorrido en su vida ycuanto constituye su testimonio y enseñan-za, uno encuentra en él el gozo inmenso y lariqueza inabarcable de la fe; y se compren-de, al mismo tiempo, que por esta riqueza,por su defensa y comunicación a los demás,uno lo dé todo y se dé enteramente a losotros, para que también compartan esta ale-gría y este tesoro; cabe traer a colación unaspalabras suyas que expresan esto de mane-ra diáfana: «Sólo si volviésemos a percibirdesde dentro la preciosidad de la fe, su gozode modo auténtico, como sucedía en la an-tigüedad pagana de parte de los primeroscristianos, sólo si volviésemos a estar ver-daderamente contentos de la fe, veríamosespontáneamente cómo la cosa más impor-tante sea defender esa perla preciosa, preo-cuparse de su esplendor, y reconoceríamoscomo la prioridad más alta de la misión epis-copal el compromiso por este tesoro».

Del gozo de este tesoro y de la verdad deestas palabras suyas, comprobamos, si-guiéndole de cerca, que esto merece todoslos esfuerzos del pastor, y la misma pasión ysufrimiento, que tan bien conoce en su pro-pia vida de pastor conforme al corazón deDios. Son palabras suyas las que ratifican,como testimonio experiencial, esto mismo:«La figura de Cristo nos muestra que Dios,

para ser pastor de los hombres, ha venidoÉl mismo sobre la tierra; que su ministeriopastoral le costaba la pasión del Hijo: sola-mente sufriendo con los hombres, amandocon ellos podía asumir por completo sus pro-blemas... Sólo así, a través del compromi-so del propio ser, se puede llegar a ser pas-tores para los hombres, pastores para la Igle-sia fundada y para fundar sobre la pasión deCristo».

Sentimos el gozo de ser Iglesia por el Pa-pa que recibe nuestro más vivo y amplioagradecimiento porhaber aceptado lapetición del Señor,expresada en alelección del Colegiocardenalicio, y, so-bre todo, por cuan-to está haciendo yestá dispuesto a ha-cer en favor de laIglesia y de loshombres de nuestrotiempo. Cuente connuestra cercanía,con nuestro apoyo ycon nuestra oración,que elevamos aDios como plegariaagradecida y súpli-ca en su auxilio paradesempeñar, a pesarde tantas dificultades y a veces, incluso, per-secuciones, ese gran e infatigable servicioque el Señor le encomienda para que la ver-dad, Jesucristo, el mismo ayer y hoy y siem-pre, nos iluminen y haga libres como a él,nuestro querido y admirado Papa, Benedic-to XVI.

+ Antonio Cañizares Llovera

Las razones de un cristianopara esperar no nacen de una nueva situaciónfavorable o de losaplausos del tendido,sino de la resurrección de Jesucristo, de Jesucristo vivopresente en la Iglesia

El cardenal Ratzinger, en la parroquia

de la que era titular

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MUNDOΩΩ20

5-V-2005AA

En medio de la solemnidad del momento y de las explicablesemociones que necesariamente se vivían, el nuevo Papa hizo quesu nombre fuera memoria y profecía. El recuerdo llegaba des-

de Benedicto XV, el Pontífice que tanto empeño puso en encontrarlos caminos del acercamiento entre los pueblos para evitar una con-tienda inútil. La profecía era muy clara: Benedicto XVI quería quesu pontificado estuviera marcado por la paz y la concordia, la re-conciliación y el amor fraterno.

Una cuestión repetida, tras la muerte de Juan Pablo II, ha sidola del perfil del nuevo Papa. Se quería tener un diseño, casi en detalle,de la figura del que pudiera ser elegido por el Colegio cardenalicio.Saltaron las opiniones y las encuestas, las predicciones y los deseos.Al final, siempre es el Espíritu Santo quien busca el mejor para laIglesia, aunque quiera valerse –¡qué grande es Dios!– de las me-diaciones humanas.

Las llaves y el timón

Como sucesor de Pedro, el Papa es el que ha recibido las llaves yel timón, para abrir los inagotables arcones de la misericordia de laIglesia, o para cerrar las puertas a lo que no cabe en la casa de la fi-delidad a Cristo. Es el timonel que debe guiar en la barca que es laIglesia, no siempre navegando en tiempos favorables, pero nuncaabandonada del viento del Espíritu.

Si su poder no es de este mundo, como lo dijo Jesús, tampocolo es el libro que el Papa emplea para dictar las lecciones de su ma-gisterio. En esta cátedra, solamente se imparte la doctrina de la fe, quees aceptación de lo que Dios ha revelado de sí mismo. De una maneraespecialmente clara e inconfundible, lo ha hecho en la vida, en la doc-trina y el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.

Maestro es, pues, el Papa de una fe que se hace comportamientoy vida. Por eso, se habla de la fe y de las costumbres. Porque quienmira y acepta a Dios, ha de hacer que su comportamiento moral seacoherente con aquello que se acepta como doctrina y que ha de em-papar por completo la vida cristiana. El Papa es ese maestro ine-quívoco, infalible, cuando proclama solemnemente una verdad yuna forma de aceptarla y vivirla.

Fe y razón

Juan Pablo II hablaba de las dos alas que necesitaba el hombre pa-ra poder asentar bien el conocimiento y elevarse hacia la cúspidede la verdad. Se trata de la razón y de la fe. Con el pensar y discurrirse buscan convencimientos lógicos y fundadas verdades que la in-teligencia descubre y acepta. Pero cuando la razón ha terminado sudiscurso y camino, todavía la fe continúa en el itinerario del acer-camiento a la verdad. Un pensador, coherente y leal con la ciencia,no puede poner barreras al discurrir del conocimiento, aunque sídeba reconocer que el trabajo de su pensamiento tiene un punto quesu investigación no acierta a sobrepasar.

En los carismas, esos poderes especiales y espirituales que Diosregala al Papa, está el de confirmar la fe de los creyentes. Es decir,el de hacer que nos sintamos tranquilos y seguros de estar en el buencamino. El Papa, con su magisterio, acerca a la verdad y ayuda avivir sintiendo la fortaleza que produce la fe en un Dios que es rocade asiento y pastor que guía y cuida del rebaño.

Los dos pulmones de la Iglesia

Fue el mismo Juan Pablo II quien dijo que la Iglesia, la únicaIglesia de Jesucristo, respiraba por dos pulmones: el de Oriente y elde Occidente. Roma es el signo de la unidad, y con el obispo de esadiócesis, la de Pedro, todas las demás Iglesias locales se sienten vin-culadas por una tal comunión, que la Iglesia católica universal sellama también romana. Aunque sea única y completa la Iglesia quevive en Roma, en Corinto, en Bagdad, en Compostela...

Quiso el Señor Jesús dar esta encomienda y oficio a Pedro: el deapacentar el rebaño. Y el Papa asume este ministerio: el de ser pas-tor universal de la Iglesia. El que cuida y gobierna con caridad pas-

toral, magisterio, ley y consejos, que ayudan al crecimiento y bue-na salud espiritual de todos los que han sido llamados a formar la Igle-sia de Jesucristo. Estas características del Papa, sucesor de Pedro, ma-estro de la fe, valedor de la esperanza, obispo de Roma y pastor uni-versal, no solamente no encierran al Pontífice en los límites de la Igle-sia, ni muchos menos que los de un Estado Vaticano, sino que sucarisma y ministerio se ofrece a todos los hombres y mujeres delmundo, de cualquier religión, o de aquellos que no profesan fe alguna.Buen ejemplo de ello lo tenemos en los últimos Papas, que han sidoreconocidos como auténticos modelos universales del trabajo porla paz, la unidad entre los pueblos, el asentamiento de la justicia...

De nuevo, Pedro ha puesto las manos de su sucesor en el timón dela Iglesia. Ahora se llama Benedicto XVI. Que sean siempre losvientos favorables del Espíritu los que llenen con fuerza todas y ca-da una de las velas de la nave de una sola Iglesia, aunque sea tanplural y diversa como son las culturas y los hombres y mujeres queviajan por la Historia. Hace unos días, nada más, ha quedado abier-to este capítulo que Dios va a escribir con Benedicto XVI, ahora elsucesor de Pedro.

+ Carlos Amigo

Sucesor de PedroEl cardenal Carlos Amigo, arzobispo de Sevilla, reflexiona, en este artículo, sobre el papel del sucesor de Pedro y explica su labor en el fortalecimiento de la fe de los católicos. El texto hace hincapié en la importancia de la unidad de las Iglesias

Benedicto XVIsaluda

a los participantesen su primera

Audiencia Generalel 27 de abril pasado

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MUNDO 5-V-2005 ΩΩ21 AA

Han pasado diecisiete días de la elec-ción del cardenal Joseph Ratzingercomo nuevo obispo de Roma, y la

Iglesia y el mundo ya son testigos de cómoestá aplicando, con el rigor y la precisiónque le caracterizan, el programa que se plan-teó en su primer mensaje al mundo. Bene-dicto XVI asumía tres objetivos funda-mentales: la promoción de la unidad en laIglesia católica, la unidad entre los cristia-nos, y la unidad y conciliación de la familiahumana.

En un símbolo hacia la unidad, Benedic-to XVI ha querido empezar su ministerio demanera inusual, visitando el 25 de abril latumba del Apóstol de las gentes, en la basí-lica de San Pablo Extramuros. En la cele-bración de la Palabra, aclaró que «la Igle-sia es por su naturaleza misionera, su tareaprimaria es la evangelización»; por eso, «alinicio del tercer milenio, siente con renova-da fuerza que el mandato misionero de Cris-to es más actual que nunca». Tras recordar elejemplo de Juan Pablo II, «un Papa misio-nero», imploró «que el Señor infunda tam-bién en mí un amor así para que no me que-de tranquilo ante las urgencias del anuncioevangélico en el mundo de hoy».

La unidad, desgajada entre los cristianosa causa de los cismas, es la otra prioridadque se planteó Benedicto XVI, y uno de susprimeros encuentros fue precisamente la au-diencia que, el mismo 25 de abril, ofreció atodos los representantes de las confesionescristianas que participaron en la misa deldía anterior, entre ellos, anglicanos, ortodo-xos y protestantes. Benedicto XVI tomó lapalabra para confirmar el compromiso ecu-ménico irreversible de la Iglesia católica,asumido con el Concilio Vaticano II.

El «camino hacia la plena comunión que-rida por Jesús para sus discípulos –recono-ció– implica una docilidad concreta a lo queles dice el Espíritu a las Iglesias, valentía,dulzura, firmeza y esperanza para llegar has-ta el final. Implica, ante todo, la oración in-sistente y con un solo corazón, para logrardel Buen Pastor el don de la unidad para sugrey». Por este motivo, el Papa pidió a todoslos representantes cristianos «que deis con-migo ejemplo de ese ecumenismo espiri-tual, que en la oración realiza sin obstáculosnuestra comunión».

El tercer objetivo planteado por el Papabávaro es que «la Iglesia quiere seguir cons-truyendo puentes de amistad con los segui-dores de todas las religiones, para buscar elbien verdadero de todas las personas y dela sociedad entera». El Pontífice dirigió «alos creyentes de las tradiciones religiosas,así como a todos los que buscan con corazón

sincero la Verdad, una intensa invitación aconvertirnos juntos en artífices de paz, enun recíproco compromiso de comprensión,de respeto y de amor».

Este deseo de paz –reveló después, en suprimera audiencia pública, el 27 de abril–le ha llevado a asumir su nombre de obispode Roma en recuerdo de Benedicto XV, «va-liente y auténtico profeta de paz» en plenaprimera guerra mundial. «Siguiendo sus hue-llas, deseo poner mi ministerio al serviciode la reconciliación y armonía entre los hom-bres y los pueblos, con el profundo conven-cimiento de que el gran bien de la paz es,sobre todo, un don de Dios, frágil y precio-so, que tenemos que invocar, defender yconstruir todos los días con la colaboraciónde todos», afirmó. Escuchaban estas pala-bras, entre otros, unos cien musulmanes detodo el mundo, reunidos por el Movimientode los Focolares, que, tras esa audiencia,confirmaron su deseo de promover el diá-logo entre civilizaciones.

Jesús Colina. Roma

Habla el Papa

Por qué Benedicto XVI

Al inicio de mi ministerio comosucesor de Pedro he sentido

asombro y gratitud a Dios, que meha sorprendido, ante todo a mímismo, al llamarme a esta granresponsabilidad. Pero también meda serenidad y alegría la certeza desu ayuda y la de su MadreSantísima.

Me siento apoyado, además, porla cercanía espiritual de todo elpueblo de Dios, al cual pido que mesiga acompañando con su oración.

Al reanudar las Audiencias de losmiércoles, quiero referirme alnombre elegido como obispo deRoma y Pastor de la Iglesiauniversal. He tomado el nombre deBenedicto XVI en relación con elPapa Benedicto XV, un valiente yauténtico profeta de paz ante eldrama de la primera guerra mundial.Como él, deseo ponerme al serviciode la reconciliación y armonía entrelos hombres y los pueblos, porque elgran bien de la paz es, sobre todo,un don de Dios, que hemos dedefender y construir entre todos. Elnombre Benedicto evoca, además,la extraordinaria figura de sanBenito. Él es un punto de referenciapara la unidad de Europa y lasirrenunciables raíces cristianas de sucultura y civilización.

(27-IV-2005)

El Papa ya trabajapor la unidad

En todos sus mensajes desde que fue elegido, el Papa Benedicto XVI ha resaltado que su objetivo es alcanzar la unidad tanto de los católicos como de los cristianos y de la Humanidad en su conjunto. En los primeros pasos de su pontificado,

ya trabaja por esta misión

Benedicto XVI durante

la AudienciaGeneral

del 27 de abrilpasado

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Cien números de El Rotativo

La Universidad San Pablo-CEU celebra el número100 de su periódico El Rotativo, realizado por los

alumnos de periodismo bajo la dirección de JoséRodríguez Vilamor: lo hace con una exposición querecoge las 140 mejores fotografías y páginas completasdel periódico universitario, bajo el título Y ya van 100.De periodicidad quincenal, tiene una tirada de 45.000ejemplares, sometidos a control OJD, y cuenta con unaversión digital actualizada. Tiene ediciones también enValencia y Alicante (Universidad Cardenal Herrera). Lacitada exposición se abrió el miércoles 27 de abrilpasado, y puede visitarse hasta mañana, viernes 6 demayo, de 9 a 14 y de 16 a 20 horas, en la Sala deexposiciones de la Universidad San Pablo-CEU, de Madrid(calle Julián Romea, 18).

Un regalo espiritual

Las Hermanas Clarisas de Lerma han editado, con ocasiónde la Pascua 2005, un espléndido triple CD que, bajo el

título Soy de Cristo, recoge 54 de las canciones con las quehabitualmente rezan y cantan durante Las Horas y en lasdiversas celebraciones litúrgicas. Los textos son muyescogidos, e inspirados en la Sagrada Escritura,especialmente en los evangelios, y en oraciones de la BeataMadre Teresa de Calcuta, Urs Von Baltasar, santa Teresa delNiño Jesús, Charles de Foucauld, Juan Pablo II, san Franciscode Asís, santa Clara, san Juan de la Cruz. Se trata de unauténtico regalo espiritual.

Día de las vocaciones nativas

El pasado 1 de mayo se celebró, organizado por lasObras Misionales Pontificias, el Día de las Vocaciones

Nativas, bajo el lema Riqueza de las Iglesias jóvenes. Enlos últimos años se observa un aumento significativo,14%, en el número de seminaristas mayores y desacerdotes en África; en Asia, un aumento del 12%.Durante el año 2004, la Obra Pontificia de San PedroApóstol, gracias a la recaudación de 2003, ayudó a untotal de 79.270 seminaristas. La generosidad de loscatólicos de todo el mundo logró que la recaudaciónmundial en 2003 aumentara un 6,7% respecto al añoanterior (en total, casi 39 millones de dólares). Gracias ala recaudación en España, fue posible el apoyo a 2.004proyectos en 22 países de todo el mundo. Como hadeclarado monseñor Francisco Pérez, arzobispoCastrense y Director Nacional de las Obras MisionalesPontificias, «las vocaciones nativas son una riqueza nosólo para la Iglesia, sino también para la mismasociedad».

Happening 2005

Ha tenido lugar el Happening 2005 en el Paraninfo de la Ciudad Universitaria, organizado porla asociación Atlántida. Este evento, que llevan a cabo jóvenes universitarios del

movimiento de Comunión y Liberación, abierto a todos, conjuga, desde hace quince años,conciertos, conferencias, debates, exposiciones y diversos concursos y competiciones, y suponeun encuentro que expresa la creatividad cultural de la fe cristiana. Este año se abordó el asunto

de las células madre, losnacionalismos, la paz...,además de actividadescomo conciertos de pop,concursos de baile, y demodo especial laexposición fotográfica quemarca el leit motiv delHappening 2005, con eltítulo, tomado deChesterton, La vida es unaaventura y sólo elaventurero lo descubre.

NombresEl Vicepresidente del Grupo Popular Europeo, don Jai-

me Mayor Oreja, ha sido encargado de organizaruna serie de actos en homenaje al Papa Juan PabloII. El primero de ellos tendrá lugar en Cracovia(Academia Pontificia de Teología), el próximo 9de septiembre.

Bajo el título Dios ha muerto..., ¿y ahora, qué? El dra-ma del humanismo ateo, se ha celebrado en Se-govia el Foro Universitario (FORUNIBER), de pri-mavera, que dirige don Andrés Jiménez Abad. Enponencias, mesas redondas y coloquios ha sidoabordado el tema del pensamiento moderno sobreel ser humano. Han participado los profesores Fer-nando Carbajo, Santiago Arellano, José Javier RuizSerradilla, y Andrés Jiménez Abad.

La Comisión episcopal de Migraciones, de la Confe-rencia Episcopal Española, ha hecho pública unanota de prensa en la que acoge con esperanza laapertura del proceso de normalización y la posi-bilidad de que un gran número de inmigrantes,que ya viven y trabajan entre nosotros, puedanconseguir unas mejores condiciones de vida y unamejor posibilidad de integración. Muestran su pre-ocupación ante las dificultades que este proceso es-tá trayendo consigo, y hacen una llamada a losempresarios, empleadores, Administraciones pú-blicas y a toda la sociedad para que, desde la fe enel Evangelio de Jesucristo, se sientan urgidos enel compromiso por la justicia.

La Universidad Abad Oliva-CEU, de Barcelona ha in-vestido como doctor Honoris Causa al profesordon Francisco Canals Vidal. A esta concesión sehan unido las Universidades de Santo Tomás, deManila (Filipinas), y la universidad FASTA (de Mardel Plata, Argentina), la Universidad Católica Ar-gentina Santa María, de Buenos Aires, y la Uni-versidad Santo Tomás, de Chile. El Rector Magní-fico de la Universidad Abad Oliva, profesor Alsi-na, destacó la importancia de la concesión de es-te primer doctorado Honoris Causa de laUniversidad a un maestro de referencia y a unapasionado del estudio, la investigación y la do-cencia. También elogiaron al profesor Canals, donGerardo Rocha, Presidente de la Corporación deSanto Tomás (Universidad de Chile), y don Alfon-so Coronel de Palma, Gran Canciller de la Uni-versidad Abad Oliva-CEU.

Monseñor Vicente Jiménez Zamora, obispo de Os-ma-Soria, ha sido elegido por los miembros de laComisión episcopal de Pastoral Social, a la quepertenece, nuevo responsable del Departamento dePastoral Penitenciaria.

Ha fallecido a los 92 años, en Pamplona, el egregio teólogo dominico fray Antonio Royo Marín. Susolidez doctrinal fue mundialmente reconocida ysus libros tuvieron, durante décadas, una espec-tacular difusión y aceptación. Desempeñó el papelde vanguardia y de protagonismo en la divulga-ción en lengua castellana, de las obras de santoTomás de Aquino, y muy especialmente de la Sum-ma Theologica.

La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) yla JOC (Juventud Obrera Cristiana) han hecho pú-blico, con motivo del primero de mayo, un co-municado en el que, como movimientos de la Igle-sia para la evangelización del mundo obrero, ex-presan su solidaridad y compromiso, y denuncianla realidad que el mundo obrero sigue hoy su-friendo. El pasado 24 de abril se celebró el Día dela HOAC, bajo el lema Ante la exclusión, trabajodigno, con la intención de ofrecer un encuentrocon el mundo obrero en el que ofrecer a Jesucris-to como única propuesta de liberación verdadera.

LA VIDAΩΩ22

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LA VIDA 5-V-2005 ΩΩ23 AA

Libros

José Manuel Otero Novas, ex ministro dela Presidencia y ex ministro del Gobierno

español, hoy al margen de lapolítica activa, siempre hademostrado su preocupaciónpor ella desde una visión nopartidista. Vuelve a hacerlode manera singular en esteensayo de 475 páginas, que,bajo el título Asalto alEstado, España debesubsistir, acaba de publicaren Biblioteca Nueva. Es uno

de los libros más lúcidos, sensatos yresponsables que se pueden leer hoy,escritos por un ensayista político, no sólo enEspaña, sino en Europa. En estas páginas,algunas de las cuales son de la mayoractualidad, como las referidas alnacionalismo o a la Unión Europea, hayplanteamientos de diverso caladointelectual y político: algunos, como el delfederalismo asimétrico, acaso más opinablesque otros, pero es innegable el rigor jurídicoy político de estas páginas que responden apreguntas tan acuciantes como si puedesubsistir el Estado si cede máscompetencias. Ofrece el libro un apéndiceque es un impagable memorandum paraquienes no han caído en la cuenta de que,aunque se mantienen las apariencias, elEstado español es ya sumamente débil, enpoderes y en voluntad de sobrevivir; y deque aún se le quiere más inoperante.Denuncia que hace tiempo estamosrecorriendo la senda confederal que suponenegar la nación española, con un Estadocomo mero instrumento al servicio de lasComunidades Autónomas.

Paidós Testimonios acaba de editar estaespléndida biografía –más que biografía–

que Stefan Zweig escribiósobre Erasmo de Rotterdam,con el subtítulo,suficientemente elocuente,de Triunfo y tragedia de unhumanista. El gran Erasmofue quizás el primer europeoconsciente de serlo: ése fuesu triunfo. Su tragedia fue lade su dificultad paradecidirse a actuar siguiendo

su lucidísima manera de ver la realidad; suindecisión fue tanta como su claridadmental. Erasmo sabe que «el espíritu libre eindependiente que no se deja atar porningún dogma y que evita tomar partido, notiene patria en la tierra». Fue, sin duda, lamás deslumbrante celebridad de su tiempo;hoy es poco más que un nombre. Susenemigos, en primer lugar, Lutero, le hansobrepasado. Su significado ha quedado encierto modo oculto y sepultado en laconciencia del presente, como quedan loscimientos bajo los edificios que seconstruyen sobre ellos. Sólo un escritor dela altura de Stefan Zweig puede hacer unadisección tan honda de un personajecreador de Occidente, que no fue de ningúnpartido porque sólo respondió de sí mismo.

M.A.V.

El chiste de la semanaMáximo, en El País

WWWW WWWW WWWWLas múltiples Instituciones de la Iglesia católica en España ya tienen su portal en Internet. El nue-

vo espacio virtual permitirá, no sólo un punto de enlace, sino también un lugar de encuentro.Además de los distintos canales y de las noticias, se puede escuchar la cadena de radio COPE.

http://www.planalfa.es

La dirección de la semana

La prensa que queremos

La Delegación diocesana de Medios de Comunicación Socialdel Arzobispado de Madrid, y el Consejo Diocesano de

Laicos, de la archidiócesis de Madrid, celebran, coincidiendocon la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, elpróximo domingo 8 de mayo, el V Encuentro Diocesano deComunicadores Sociales, dedicado al tema La prensa quequeremos. El encuentro se abrirá con la celebración de laEucaristía, presidida por monseñor Juan del Río, obispo de Jerezy Presidente de la Comisión de Medios de Comunicación Social,de la Conferencia Episcopal Española, quien también hablará enla presentación del encuentro. Otros ponentes serán ManuelMaría Bru, Lourdes Fernández, Consolación Isart, Justino Sinova,Pilar Cambra, Jorge Trías, Mariano González, José María Brunet,Paula Puceiro, Diego Contreras, Miguel Ángel Velasco, AlexNavajas, Txomin Pérez, Josetxu Vera, y María Rosa de la Cierva.

Homenaje a Juan Pablo II

Ésta es la portada del libro que la editorial Palabra hizo público alas pocas horas del fallecimiento de Juan Pablo II. Realizado por

la revista Mundo Cristiano, que dirige Darío Chimeno, recoge, conamplia ilustración, la crónica del fallecimiento, la biografía delPapa y distintas colaboraciones. Asimismo, la Delegación deJuventud de la diócesis de Madrid y el Departamento de Juventudde la Conferencia Episcopal Española organizaron un homenaje aJuan Pablo II el pasado martes, 3 de mayo, en el Colegio ObispoPerelló, de Madrid. Lo presidió el cardenal Rouco Varela,arzobispo de Madrid, y monseñor Manuel Monteiro, Nuncio delPapa en España. Asistieron jóvenes y animadores de juventud degrupos y parroquias.

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EL PEQUEALFAΩΩ24

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Texto: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Asun Silva

ucedía la tarde del 19 de abril, martes. Al principio nadie lotenía muy claro, y los presentadores de televisión, quetransmitían en directo desde el Vaticano, dudaban de si lafumata era negra o blanca. Finalmente, el color se fue aclarandoy poco a poco acabaron gritando: «¡Es blanca!»

Era blanca. Y la muchedumbre agolpada en la Plaza de SanPedro aplaudía emocionada. Teníamos nuevo Papa, nuevoVicario de Cristo en la tierra.

Al poco, el cardenal Protodiácono, Jorge Arturo MedinaEstévez, se asomaba al balcón de la basílica de San Pedro y

anunciaba al mundo entero la frase tan esperada:«Habemus Papam!» Y después, el nombre del Sucesor

de Pedro: «Joseph Ratzinger, y se ha impuesto elnombre de Benedicto XVI».No se trataba de un completo desconocido. El

cardenal Ratzinger había estado muy cerca de JuanPablo II durante su pontificado, y su rostro nos era

conocido. Sin embargo, pocas cosas sabíamos de supersonalidad. Hoy sabemos que es un hombre humilde ysencillo. Un hombre que se cocinaba su propia comida,hasta hace tan sólo unos días, que se preparaba las maletas,que no requería servicio de ningún tipo…, un hombre degustos y vida sencillos. Además, Benedicto XVI toca elpiano, pues la música tuvo siempre un lugar importante ensu familia. Su hermano, de hecho, es sacerdote y músico, y

dirige un coro en su país natal, Alemania. Y es que, aunquelleva más de veinte años viviendo en Italia, Benedicto XVI

nació en Marktl, junto al Inn, el Sábado Santo de 1927. Debidoa la profesión de su padre, gendarme, vivió en varias ciudades ypueblos durante su infancia, hasta que, en 1937, se establecióen una casa en Hufschlag. Los primeros años de la vida deBenedicto XVI coincidieron con la subida al poder en Alemaniadel partido nacionalsocialista, el partido nazi en su país, y con lasegunda guerra mundial. Como el nazismo de una ideologíatotalitaria, aquel que pensase distinto y se atreviese amanifestarlo, o no cumpliera las obligaciones ciudadanas que sehabían impuesto, podían correr graves peligros. De hecho, lostres hermanos Ratzinger, María, Georg y Joseph, tuvieron queprestar servicio obligatoriamente en diversas instituciones delpartido durante su juventud. En la guerra, Joseph fue reclutadotambién obligatoriamente para prestar servicio a su país, aunqueacabó desertando, sabiendo que con ello se jugaba la vida. Mástarde, cuando se ordenó sacerdote, en Alemania, siguióestudiando y estudiando hasta convertirse en un gran teólogo ypublicar muchos libros, que han servido, y siguen sirviendo, amuchos cristianos del mundo para entender y formarse más ymás en la fe.

FFrraasseess ddee uunn PPaappaa rreecciiéénn lllleeggaaddoo

¡¡TTeenneemmooss PPaappaa!!

S

Rogad por mí, para que aprenda a amar cada vez más al Señor.

Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada–absolutamente nada– de lo que hace la vida libre,bella y grande. Sólo con esta amistad se abren laspuertas de la vida.

¡Cuántas veces desearíamos que Dios semostrara más fuerte! Que actuara duramente,derrotara el mal y creara un mundo mejor.Todas las ideologías del poder se justificanasí, justifican la destrucción de lo que seopondría al progreso y a la liberación de laHumanidad. Nosotros sufrimos por lapaciencia de Dios. Y, no obstante, todosnecesitamos su paciencia.

No estoy solo. No tengo que llevar yo solo lo que, enrealidad, nunca podría soportar yo solo. Lamuchedumbre de los santos de Dios me protege, mesostiene y me conduce. Y me acompañan, queridosamigos, vuestra indulgencia, vuestro amor, vuestrafe y vuestra esperanza.

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Gracias por estar con nosotros desde elprincipio y hasta el final.

Luz María VelascoGracias, Juan Pablo II, por estos 26 años dealegría y felicidad. Aunque ya has muerto,siempre te rendiré homenaje. Pienso, aunque nohaya conocido a otros, que has sido uno de losmejores Papas de la Historia.

Enrique García de BlasJuan Pablo II, te doy las gracias por estos 26 añosy pico, por estar con nosotros, por acoger a todoel que lo necesitaba. Que Dios te lo pague en elcielo por lo bueno, lo amable y lo generoso quehas sido.

Emma Sánchez

Parroquia San Juan Evangelista. Sonseca(Toledo)

El Papa en Roma está / y en el Vaticanopermanecerá, / porque sus feligreses lo han

enterrado ya. / Todo el mundo lo quería; / el biensiempre hacía. / Por todo el mundo viajó / y subendición repartió. / A pobres y a ricos, / acristianos y a judíos, / a todos los quería / y suamor repartía.

Diego Peña

Juan Pablo II, / te quiere todo el mundo.Eres Papa viajero, / en la tierra, / como en elcielo. / Todos te recordamos / como el Papamariano. / A todos / les ofrecías tu mano. / Túhiciste Beatos / a los sufridores del pasado./ Papade espíritu joven, / siempre se supo, / por tuesperanza / en los jóvenes, / en el futuro. / No te olvidaremos; / fuiste gran persona,gran Pontífice. / Juan Pablo II, /te quiere todo elmundo.

Alejandro Román

Alumnos de 6º de Primaria del C.E.I.P. Juan XXIII (Zamora)

No fue al azar, / que tú fueras Papa. / ¡Cómoquerías a María, / y cuánto ella te quería!

Los que esperábamos el milagro, / ahora tumuerte nos sabe algo amargo. / Es normalquererte, / aun después de tu muerte. / La gentete fortalecía, / pero antes que eso, te quería. /Judíos o cristianos, / todos eran tus hermanos. /España te echará de menos, / no lo olvides, ¡tequeremos!

Andrea Contreras, 6º Primaria

Carta del Santo Padre desde el cieloQueridos jóvenes: Siento mucho no podercelebrar más con vosotros las JornadasMundiales de la Juventud.Os pido que sigáis siendo tan generosos comoconmigo, o más, con el próximo Papa.Aunque ya no esté aquí, sigo estando en elcorazón de cada uno de vosotros.

Quiero repetiros las mismas palabras quedije antes de subir a los cielos. Durantetoda mi vida he estado buscando a losjóvenes, y ahora ellos me buscan a mí;siempre me ha conmovido mucho. Seguidluchando por la paz y la justicia en el mundo,para conseguir que toda la Humanidad sea felizcreyendo en Dios.¡Muchas gracias!

Alba Moratiel Pellitero. 5º Primaria

Colegio Nuestra Señora de los Infantes. Toledo.

EL PEQUEALFA 5-V-2005 ΩΩ25 AA

JJuuaann PPaabblloo IIII:: ¡¡GGrraacciiaass!!Han sido muchas las cartas y las poesías que nos han escrito y

que nos siguen llegando, por parte de niños de todos los pueblos y ciudades de España, con su personalagradecimiento a Juan Pablo II por toda su vida de entrega

a la Iglesia y al mundo. Como es imposible quepubliquemos todas en un solo número, intentaremos resumirlas

en los próximos números. Aquí tenéis una pequeña muestra:

Concurso Un periódico de clase

Premios: La clase ganadora tendrá un premio estupendo para el auladel cole y otro para cada alumno participante.

Se valorarán: la redacción, los contenidos, el diseño, losdibujos, las fotografías, las secciones elegidas, la originalidad

Edad máxima para participar en el concurso: 14 años

Presentación: Mínimo 10 páginas en A4

Plazo máximo para entregar los originales: 27 de mayo. Elfallo del jurado se publicará en el Pequealfa a principios del mesde junio.

Con la colaboración de:

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DESDE LA FEΩΩ26

5-V-2005AA

Padre Kolvenbach, ¿cuál fue su primera impresión y susprimeros pensamientos al oír la noticia de la elección del car-denal Joseph Ratzinger como nuevo Papa?

No me sorprendió. Una vez que el Colegio de cardenales había ex-presado el deseo de continuidad, la elección del cardenal Ratzin-ger, colaborador íntimo de Juan Pablo II, con una larga experien-cia de profesor, pastor, teólogo y escritor, se presentaba como lamejor y más natural. Se puede añadir que su actuación durante el fu-neral y los días que precedieron a la apertura del Cónclave añadió pe-so a su candidatura y convenció a los que aún no le conocían bien.Los medios de comunicación también le dieron siempre un puesto depreferencia en la lista de los cardenales papables.

¿Qué actitud interna y externa debe tomar un jesuita antela elección de un nuevo Papa?

Con la ayuda de un ordenador, un jesuita de nuestros días puedesaber que el sucesor de Pedro aparece mencionado 77 veces en lasConstituciones de la Compañía de Jesús, con diversos matices de ex-presión: el Soberano Pontífice, la Sede Apostólica, el Santo Padre,el Vicario de Cristo, el Pontífice… La línea de autoridad está níti-damente establecida: la Compañía somete enteramente su juicio yvoluntad a Cristo Nuestro Señor y a su Vicario (Constituciones,n.606), poniendo todas nuestras fuerzas, primero, en la obedienciaal Sumo Pontífice, y después a los Superiores de la Compañía(n.547).

La Compañía de Jesús ha querido siempre ser un cuerpo mi-sionero y, conforme a la más reciente Congregación General, eljesuita se define como servidor de la misión de Cristo en el mo-mento presente, sobre todo allí donde el Señor no es conocido o esmal conocido. Desde el comienzo de la Orden, san Ignacio pedíaque, para no errar en la vía del Señor, el Pastor universal deter-minase las misiones en las que se empeñarían los jesuitas (n.605).Vivir esta pasión por la misión apostólica bajo el Papa Marcelo IIfue una fuente de alegría para san Ignacio. Alegría que dio paso auna situación dramática bajo su sucesor, Pablo IV. En ambos casos,Ignacio vivió con gran fidelidad, efectiva y afectiva, la sumisión quehabía prometido al Pastor universal. El jesuita de hoy encuentra enesta fidelidad de san Ignacio al Soberano Pontífice un alicientepara vivir su obediencia en el contexto de una eclesiología y mi-sionología más matizada de la que conocieron los primeros com-pañeros.

¿Qué rasgos destacaría de la personalidad eclesial de Bene-dicto XVI? ¿Y de su pensamiento teológico?

No son pocos los cardenales electores que han afirmado, una y otravez, que no buscaban tanto la opción de un programa cuanto la elec-ción de una persona. Benedicto XVI, por su parte, ha subrayado ensu primera homilía que no tiene otro programa que el de buscar la vo-luntad del Señor de la Viña.

El cardenal Ratzinger, teólogo sin par, se ha dado a conocer através de decenas de libros y centenares de artículos. Aunque yo nosoy teólogo profesional, sé que no puede ponerse en tela de juicio quela tradición de la Iglesia, la Sagrada Escritura, los Concilios, los Pa-dres de la Iglesia y los grandes escritores están presentes en los es-critos del cardenal Ratzinger como fuente inextinguible de las ri-

Entrevista al padre Kolvenbach, Prepósito General de la Compañía de Jesús

«La elección de Ratzinger era la mejor y la más natural»El Borgo Sancto Spirito –sede de los jesuitas en Roma y comunidad del Padre General–, aunque parece oculto a los ojos del peregrino, es protagonista también de la historia de Roma y de la Iglesia. Reconforta, al atravesar su puerta, el clima

de silencio, de seriedad y de austeridad que caracteriza el trabajo de la Compañía de Jesús en la Ciudad Eterna. La delicadeza con la que el padre Hans Peter Kolvenbach atiende siempre las preguntas de Alfa y Omega es proporcional

al interés de sus declaraciones, en este siempre nuevo tiempo de la Iglesia. En el Borgo uno percibe que los jesuitas son tan iguales, y tan distintos, que siempre sorprenden…

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DESDE LA FE 5-V-2005 ΩΩ27 AA

quezas que encierran las promesas del Señor. Una exposición deesas riquezas, elucidadas como lo hace el cardenal Ratzinger, llevanconsigo una llamada a la conversión. Sus primeras homilías como Be-nedicto XVI manifiestan una visión teológica que es verdadera-mente católica, con perspectivas que la colocan más allá de cualquierparcialidad de escuela.

¿Cuál ha sido su relación personal con Benedicto XVI? ¿Cuá-les considera que serán los grandes retos a los que tendrá que darrespuesta su pontificado?

Mi primer encuentro con Benedicto XVI tuvo lugar cuando élera arzobispo de Munich y los dos éramos miembros de la ComisiónInternacional Ortodoxo-Católica. Como Prefecto de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, a partir de 1983, dos o tres veces al año mellamaba para examinar juntos ciertos problemas y buscarles solución.Con frecuencia se trataba de problemas desagradables, que tocabanpuntos delicados de bioética y teología moral, del diálogo interreli-gioso o asuntos de eclesiología. Jamás vi que se comportara como uninquisidor. Es verdad que, cuando se ponían sobre el tapete cues-tiones de mayor importancia, la Congregación adoptaba su modohabitual de actuar, con el que quería salvaguardar los derechos delteólogo en cuestión y, al mismo tiempo, dar un juicio objetivo sobresu obra. Se trataba de un proceso, cuando tal vez hubiera sido másapropiado sustituirlo con una discusión fraternal entre personas queestaban al servicio de la misma Iglesia. De todos modos, cuandoconstaba que, en el fondo, el autor en cuestión buscaba el bien de laIglesia, el cardenal Ratzinger distinguía entre un texto que requeríacondena o corrección, y un teólogo acreedor a respeto. El cardenalse portaba con una gran serenidad, que sabía conjugar con amabili-dad y deferencia. Yo salía de estos encuentros con el futuro BenedictoXVI persuadido de que el sentir con la Iglesia había sido buscado y,en definitiva, había prevalecido.

¿Ha escrito una carta a los jesuitas con motivo del nombra-miento? ¿Qué les ha dicho en esa carta?

Me he dirigido por carta a todos los jesuitas tanto en el momen-to de la muerte de Juan Pablo II como en la elección de BenedictoXVI. La carta sobre Juan Pablo II era una invitación a dar gracias alSeñor por este gran Papa. La de la elección de Benedicto XVI era uneco de las primeras palabras del nuevo Papa, pidiendo nuestras ora-ciones para que pudiera cumplir la misión pastoral para la que habíasido elegido. Ambas cartas estaban escritas con el espíritu que nos li-ga, efectiva y afectivamente, al Vicario de Cristo en la tierra, comolo llamaba san Ignacio.

¿Qué papel juega la percepción del ministerio petrino en lacomprensión de la Iglesia en el pueblo cristiano hoy?

Fue Juan Pablo II quien, al término de la Eucaristía del primer díade su pontificado, definió lo que la Humanidad esperaba del minis-terio petrino. El Señor había confiado a Pedro la responsabilidadde indicar dónde se encuentra y dónde no se encuentra Cristo. Yacerca de lo que ocurra en el pueblo de Dios, toca al sucesor de Pe-dro, por el bien de la Iglesia y del mundo, confirmar a sus hermanosy hermanas en los sentimientos que fueron los del Señor. Antes de re-cibir su llamada a ser pastor universal, Pedro tuvo que confesar suamor –Pedro, ¿me amas?–, y así hacerse capaz de aumentar en laIglesia el amor del Señor y el cumplimiento de su mandamientonuevo. Pedro, que en Pentecostés recibió el Espíritu para anunciar almundo entero Quién es la Verdad, tendrá que ser en su sucesor la con-ciencia del mundo de hoy, y repetir, oportuna e importunamente, loque Dios creador y salvador quiere de los hombres y para los hom-bres. Esto explica –para dar uno entre otros muchos ejemplos– que,durante el último encuentro de religiones en Asís, un rabino confe-sara que sólo Juan Pablo II era capaz de reunir todas las religiones delmundo e invitarles a decir al unísono y en voz alta que nadie puedematar en el nombre de Dios.

¿Cómo calificaría que deben ser las relaciones entre el pa-pado y la vida religiosa?

El Concilio Vaticano II afirmó claramente que, sin la existen-cia de laicos y clérigos, la Iglesia era impensable. Por el contrario,en su forma presente la vida religiosa (la vida consagrada), a pesarde su innegable aportación a la santidad de la Iglesia, no puedeatribuirse esa imperiosa necesidad. Pero el Concilio reconocía en lavida consagrada un don del Espíritu a la Iglesia, con el fin de hacerpatente algunos rasgos de la persona de Cristo que el pueblo deDios puede dejar caer en el olvido. Citando sólo algunos ejemplos:los monjes nos recuerdan al Señor en oración; los franciscanos evo-

can la figura del Señor predicando pobreza; los jesuitas, al Señor enmisión… La vida consagrada no sólo pertenece a la Iglesia –y poreso mira en el sucesor de Pedro su pastor y superior–, sino quetambién existe para la Iglesia y se coloca dentro de ella, conscien-te de llevar a cabo un servicio urgido por el Espíritu que a través deella habla a la Iglesia.

El carácter profético y de gratuidad puede llevar a la vida consa-grada a situaciones incómodas, y ponerla en tensión con otras fuer-zas vivas de la comunión eclesial. De todos modos, no debe aspirara otra cosa más que a cumplir, con Pedro y bajo Pedro, su vocacióna recibir de él la confirmación y orientación que atañe a su modo, ins-pirado, de hacer presente la memoria del Evangelio y de su Señor.

Una última pregunta sobre Juan Pablo II: ¿qué herencia desu persona y de su pontificado resaltaría como testimonio parael futuro?

El funeral de Juan Pablo II ha sido un homenaje planetario. Susviajes, su conocimiento de lenguas, su facilidad para leer en públi-co las que no conocía, sus contactos y encuentros internacionales, jun-to con su don excepcional para comunicar el esplendor de la Verdady la solicitud por todas las miserias que afligen a la Humanidad, hi-cieron de él un pastor universal a nombre de su Señor. De un modoinolvidable, Juan Pablo II ha rendido testimonio de la misericordiade Dios y los derechos humanos; apoyando e iniciando diálogos detodo género, ha hablado como peregrino incontestable de la paz.En seguimiento de un pastor espiritual y políticamente universal,la Iglesia no puede encerrarse en la defensa de una minoría, que esimportante, pero que está amenazada. Tiene que proclamar desdelos tejados la verdad acerca de Dios, del hombre y del mundo, tal co-mo la ha recibido de su Señor, para que este mundo nuestro viva lavida verdadera. Ésta es la herencia que hemos recibido.

José Francisco Serrano

El Papa Pablo III aprueba

las Constituciones de la Compañía

de Jesús. Réplica de un lienzo

de Claudio Coello

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DESDE LA FEΩΩ28

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Hace dos semanas, el Congreso de losDiputados aprobó el proyecto de ley,promovido por el Grupo Socialista,

por el que se quiere equiparar las unioneshomosexuales con los matrimonios. El ob-jetivo es modificar algunos artículos del Có-digo Civil en los que, al hablar de matrimo-nio, se hacía alusión al hombre y a la mujer–único matrimonio posible– y sustituir estostérminos por cónyuges, de manera que seadmitan los matrimonios entre dos hombreso entre dos mujeres. Además, la norma tra-mitada en al Cámara permitirá a los homo-sexuales la adopción de niños, a pesar de lasprotestas de gran parte de la sociedad, queconsidera que debería primar el bienestardel niño, y el derecho a tener un padre y unamadre, frente al deseo de las parejas homo-sexuales de ser padres, o madres.

La Conferencia Episcopal Española emi-tió un comunicado en el que reitera los ar-gumentos que ya apuntó en el momento enel que se conoció la intención del Gobiernode don José Luis Rodríguez Zapatero. Des-de la Conferencia Episcopal se volvió a ha-cer hincapié en que, equiparar las unioneshomosexuales a los matrimonios, «consti-

tuye un error y una injusticia de muy nega-tivas consecuencias para el bien común y elfuturo de la sociedad».

La pérdida de valores

También han sido múltiples las protes-tas de obispos y arzobispos españoles quehan recordado que la ley no puede ir contrala moral. En este mismo sentido se pronun-ció el cardenal Eduardo Martínez Somalo,durante una cena ofrecida en la Embajadade España ante la Santa Sede, con ocasióndel inicio de pontificado de Benedicto XVI.En presencia de Sus Majestades los Reyes,los cardenales españoles , y políticos del PPy del PSOE, el cardenal riojano explicó sudeseo de que, en España, «se conserve siem-pre y acreciente el patrimonio de la digni-dad humana personal, familiar y social, losauténticos valores éticos, naturales y reli-giosos que pertenecen a la misma esenciade la persona y derivan de nuestras genuinasraíces humanas y vivencias espirituales».

Las protestas por la decisión del Gobier-no español han llegado de más altas instan-cias. En unas declaraciones publicadas por el

diario italiano Corriere della Sera, el car-denal Alfonso López Trujillo, Presidente delConsejo Pontificio para la Familia, expre-só su profundo malestar por la norma queda vía libre a los mal llamados matrimonioshomosexuales, y pidió a los funcionariospúblicos, concejales y ediles de los Ayunta-mientos españoles que se nieguen a celebrareste tipo de uniones apelando a la objeciónde conciencia, incluso a riesgo de perder susempleos.

Las duras respuestas por parte del Go-bierno no se hicieron esperar, y tanto el Pre-sidente, el señor Rodríguez Zapatero, comola Vicepresidenta, la señora Fernández dela Vega, recalcaron que los funcionarios es-tán obligados a cumplir la ley. Sin embar-go, son muchos los profesionales del Dere-cho y los juristas que consideran que la ob-jeción de conciencia es perfectamente apli-cable en este caso, del mismo modo que seaplica cuando un médico se niega a practicarun aborto o un farmacéutico decide no su-ministrar píldoras abortivas, las llamadaspíldoras del día después.

Son muchos los alcaldes y ediles, algunosde ellos, socialistas de distintos municipiosque han mostrado su intención de acogersea la objeción de conciencia para no celebrarmatrimonios entre personas del mismo sexo.Todos ellos explican que es una potestad, yno una obligación, la que tienen por su car-go. Y pueden declinar su ejercicio por mo-tivos religiosos. A pesar de las críticas pro-cedentes del Gobierno, que han tachado laobjeción de conciencia como una forma dedesobediencia civil, expertos en Derechoexplican que no habría ningún problema enque los alcaldes y concejales decidieran nocasar a homosexuales. No estarían negan-do un derecho, sino que estarían diciendo aesa pareja que tendrán que acudir a otra per-sona, a otro concejal para contraer matri-monio. Incluso si ningún concejal en unAyuntamiento quisiera casar a una pareja dehomosexuales, tampoco se les estaría ne-gando este derecho. No se les niega el dere-cho, sólo se aplaza hasta que un concejalquiera ejercer su potestad para casar a la pa-reja.

Para gran parte de la población, el Go-bierno del señor Rodríguez Zapatero co-mete un error al apresurarse tanto en laaprobación de una ley que supone una gra-ve transformación de la milenaria institu-ción del matrimonio. Incluso en el infor-me elaborado por el Consejo General delPoder Judicial se establecía que resultabamás conveniente elaborar una ley diferen-te y crear una nueva institución para reco-ger esta figura de la unión estable entre ho-mosexuales, tal y como se ha hecho en pa-íses como Francia.

María S. Altaba

Aprobada en el Congreso la Ley que equipara las uniones homosexuales a los matrimoios

La Iglesia recuerda, de nuevo,que sólo hay un matrimonioLa aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley por la que se equipara

las uniones homosexuales a los matrimonios ha suscitado una gran polémica que ha merecido incluso la énergica protesta del Presidente del Consejo Pontificio para la Familia. Un buen número de alcaldes y concejales ha declarado que

se acogerá a la objeción de conciencia para no celebrar ese tipo de matrimonios

Zapatero durante la sesión de control al Ejecutivo del 27 de abril

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DESDE LA FE 5-V-2005 ΩΩ29 AA

Punto de vista

Ciento quinceancianos valientes y libres

Me parece bastante secundario que amí me guste o no el perfil del nuevo

Papa. Me parece mucho más secundarioque el perfil –el verdadero– del nuevoPapa coincida con el que machacona-mente se han empeñado en repetir, sinmatices, determinados sectores.

Los mismos –muy significativos– que nocesaron de oponerse a Juan Pablo II, hastaque el inaudito plebiscito de todo elmundo –creyente o no– ha reconocido sugrandeza y, sobre todo, su coherencia.

Me admira la fortaleza y libertad deesos 115 ancianos que lo han elegido sinsentirse presionados por el nuevodogmatismo de pancarta y tópico, que noha dejado de repetir que se trataba –unadescalificación– de un conservador.Aumenta mi esperanza que elpensamiento fundamental de JoséRatzinger es su fe en la verdad frente alimperante relativismo. Fue su idea base enla homilía a los cardenales. Comocristiano, prefiero tener como guía y pastora quien se expresa así, que a lo contrario.

A Ratzinger, de los muchos cometidosque hay en la Iglesia, le encargaron de unomuy concreto: ser vigilante de la fe; evitarsus desvíos. A Benedicto XVI ( aunque seael mismo hombre) le encarga ahora elEspíritu Santo otro menester más amplio.Los que le conocen dicen que tiene, almenos, tres cualidades: hombre de Dios,muy inteligente y muy humilde. Tengo laesperanza de que sabrá comprender sunueva misión.

San Ignacio enseña que las escenasevangélicas hay que contemplarlas comosi presente me hallara. Me sitúo allí, juntoal lago Tiberíades, cuando Jesús preguntatres veces a Pedro si le ama. Y echa sobreél la terrible carga de llevar el mensaje alancho mundo, incluidos los sabios deRoma y Atenas. Quiero pensar que no seme ocurriría, entonces, discutir si Pedroera menos prudente que Tomás, o menoslanzado que los Zebedeo. Trataría deacercarme a él, con toda mi comprensión,para decirle que mucho ánimo y que, enlo que me necesitase, allí me tenía.

Venancio-Luis Agudo

L I B R O S

La edición en español del Compendio de la doctrina social de laIglesia es hoy, como quizá ayer y siempre, un libro imprescindiblepara el cristiano ocupado y preocupado por la fe y por su capa-

cidad de transformar la realidad. Si bien es cierto que, en el espaciopúblico, la política y la religión, por tanto la convicción como prin-cipio de actuación y no el consenso, que pertenece a otro orden, hansido sustituídas por la ética y la economía como motores de la cons-trucción social, y, por desgracia, del desarrollo de la persona, no lo esmenos que estamos necesitados de síntesis orgánicas, de esqueletos,de columnas vertebrales de la propuesta del Evangelio. La verdad, co-mo afirmó el reconocido filósofo, es sinfónica, y se debe manifetar co-mo tal a un mundo que se caracteriza por bajarse en la primera esta-ción de la apariencia. El Consejo Pontificio Justicia y Paz inició, enla época del cardenal Francois-Xavier Nguyên Van Thuân, la prepa-ración de un texto paradigmático que sirviera de brújula, de orienta-ción, de hoja de ruta a los católicos y a las instituciones católicas, res-pecto a los principios básicos de la doctrina social de la Iglesia. La lec-

tura atenta, reposada, meditada, incluso orante, del Compendio nos presenta una realidad que vamás allá del utopismo de las ideologías contemporáneas, o de la ausencia de ellas, y que conduceinevitablemente a la acción. Uno de los frutos primeros que nacen de la lectura de este libro es lailusión que genera la posibilidad de pensar en un mundo nuevo, según los designios del corazón deCristo. El protagonista del Compendio es Cristo, y su Evangelio, y el hombre, destinatario primeroy último de la salvación que es liberación. Este Compendio es el mejor antídoto contra los prejuiciossobre la Igleisa y sobre su actuación en el mundo.

Merece la pena que reproduzcamos, a modo de ejemplo, algunas líneas de este texto que res-ponden a problemas de actualidad con los que nos enfrentamos durantes estos días. Dice: «La so-lidez del núcleo familiar es un recurso determinante para la calidad de la convivencia social.Por ello, la comunidad civil no puede permanecer indiferente ante las tendencias disgregadorasque minan en la base sus propios fundamentos. Si una legislación puede en ocasiones tolerarcomportamientos moralmente inaceptables, no debe jamás debilitar el reconocimiento del matri-monio monogámico indisoluble, como única forma auténtica de familia. Es necesario, por tanto,que las autoridades públicas, «resistiendo a las tendencias disgregadoras de la misma sociedad ynocivas para la dignidad, seguridad y bienestar de los ciudadanos, procuren que la opinión públi-ca no sea llevada a menospreciar la importancia institucional del matrimonio y de la familia». Estarea de la comunidad cristiana, y de todos aquellos que se preocupan sinceramente por el bien dela sociedad, reafirmar que «la familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económi-ca, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de losvalores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestarde los propios miembros de la sociedad». Debemos, sin duda, agradecer al Consejo PontificioJusticia y paz este catecismo de Doctrina social, sobremanera, y su pronta traducción y edición anuestra lengua. Ahora nos toca el trabajo de difundirlo y hacerlo llegar hasta los confines del in-terés de muchos, católicos o no.

José Francisco Serrano Oceja

El que fuera Vicario de Pastoral de la diócesis de Salamanca, el sacerdote JuanJosé Calles, acaba de publicar su interesante tesis doctoral sobre el Camino

neocatecumenal, una de las realidades que el Espíritu del Señor ha regalado a laIglesia, en la época contemporánea, de mayor fruto pastoral. Este libro tiene un al-tísimo interés para quienes quieran conocer este Camino de iniciación cristiana, defuentes primarias, con la objetividad y el rigor de un excelente trabajo académi-co. En sus páginas se encuentran claramente explicadas las bases teológicas ypastorales y los procesos de este Camino, que lo es de toda la Iglesia

J. F. S.

Un camino de iniciación cristianaTítulo: El camino neocatecumenal: Un catecumenado parroquialAutor: Juan José Calles GarzónEditorial: Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca

La fuerza del Evangelio y la realidad socialTítulo: Compendio de la doctrina social de la IglesiaAutor: Consejo Pontificio Justicia y PazEditorial: Librería Editrice Vaticana

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Televisión

Las manos de Benedicto XVI

DESDE LA FEΩΩ30

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Salió el primer día al balcón con un gesto que yale delata como genuinamente suyo: las manos

amplias, abiertas, mostrando las palmas, en actitudde ahogar todos los secretos y comprometerse a re-velarlo todo. Las manos de Juan Pablo II se abraza-ban con firmeza a la balaustrada del balcón cuandodijo a la multitud aquello de «corregidme si me equi-voco»; ya se intuía que era un hombre que quería be-berse las masas para gritarles el fuego que le que-maba dentro. «El Señor –decía– me ha regalado eldon de sentirme a gusto delante de la gente». Lasmanos de Benedicto XVI son aéreas, góticas, frágiles,como La catedral, de Rodin, esa escultura blanquí-sima de dos manos unidas, con dedos como tene-dores que se alzan ingrávidos al cielo. Así son lasmanos de Benedicto XVI, acostumbradas al marfilde los pianofortes, a mover las páginas de los librosy acariciar el viento rosa de los bebés. Son manos dearena de playa, que se pueden pisar sin querer y de-saparecer con un barrido de mar. Es de los que no tesuelta si te agarra, y las agita y le bailan en las manosajenas. Es un Papa que se acerca de puntillas a lamultitud, parece que espera que lo empujen, comoel niño al que se le invita a recitar Platero delante dela familia. Cuando la cámara de televisión lo busca,se encuentra que el nuevo Papa lleva la emociónde un primerizo, y eso le concede un status de cor-dialidad imposible de superar. Tiene el don de mos-trarse como es, sin buscar los recursos que disimu-len su embarazo. En el ir y venir del precónclave setapaba la cara con las manos para evitar que las fo-tos delataran su reserva. En la Capilla Sixtina, cuan-do pronunciaron su nombre, se volvió a llevar lasmanos al rostro para mostrar la imposibilidad de su-ceder a Pedro. Por eso ha pedido ayuda a Dios pa-ra llevar adelante Su propósito, y el programa degobierno del nuevo Pontífice no es más que unaoración de súplica para que Él lleve a término loque en él comenzó. Pero Benedicto XVI es más de loque parece; su prodigiosa inteligencia, puesta al ser-vicio de Dios desde que oyera la llamada al sacer-docio, tiene la rara virtud de hacer accesible lo quepuede resultar ininteligible. Por eso, como carde-nal de la Iglesia, criticaba tanto esa burocracia ver-bal religiosa que todo lo vela y oscurece. La homilíade su primera misa fue tan emocionante en firmezay simplicidad que nos entusiasmó a todos. Ya noslo dijo: «El mundo se debate entre la paciencia deDios y la impaciencia del hombre», y elevaba alcielo su mano gótica.

Javier Alonso Sandoicaa

Gentes

Anselm Grün,benedictino y escritor

Nuestra vida está llena detesoros: la Creación, loshombres que nos rodean…Pero hace falta la mirada dela fe; así descubriremos que

el mayor tesoro habita dentro de nosotros:Dios mismo, su voz, que debemos saberescuchar. Hoy muchos buscan el consumoy el bienestar, pero es inútil si no sabesque Dios te ama tal como eres.

Alfonso Chinchilla,psiquiatra

La sociedad del bienestarestá obsoleta, desfasada;estamos alienados por unhedonismo insaciable. Lagente está cada vez más

acelerada, no tiene la paciencia de lacreatividad, y la ilusión ha descendidodrásticamente.

André Green, psicoanalista

Hay factores sociales quehan convertido la vida enalgo excesivamentecomplicado para laspersonas, y hay algunas

más frágiles que no lo pueden soportar. Enla sociedad actual hay una exigencia deviolencia permanente que los médicostratan de curar simplemente con Prozac.

El cardenalRatzinger en la celebración del Sínodoextraordinario de los Obispos

La personalidad riquísima del San-to Padre, entonces ya destacadado

cardenal Prefecto de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, con su asis-tencia y presencia enriquecedoras,contribuyó positivamente a los diálo-gos que el Sínodo extraordinario –enel XX aniversario del Concilio Vatica-no II, 1985– trajo consigo. Las reu-niones no fueron fáciles, pero la en-tonces reciente publicación del libroInforme sobre la fe contribuyó invo-luntariamente a crear un punto de re-ferencia: precisamente en este librodel señor cardenal. El lector se entre-gaba plenamente, mientras su aten-ción era poseída por el texto. La aten-ción era completa, se tenía la impre-sión de un silencio total que se impo-nía por sí solo. Por otra parte, paramoverse en una atmósfera eclesial-mente correcta, era necesario pensarcorrectamente. Es absurdo pensar quealguien se va abrir a Cristo sin tenerpresente el misterio de la Iglesia. Exis-te el riesgo de pensar en la Iglesia co-mo si se tratara de una entidad inter-nacional. Ello trae consigo notablesriesgos. Mientras se piense en la Igle-sia como una gran institución, habráque ser consciente de que, de institu-ciones, no se enamora nadie. La Igle-sia, por el contrario, podría y debíaser un polo donde nuestro amor seconcentrara. La verdadera identidadde la Iglesia se expresa en estas pala-bras: Creo en un solo Dios..., tambiénen su Hijo Unigénito... y en el Espíri-tu Santo.

Cándido Pozo, S.J.

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No es verdad

¿Dónde nos habíamos quedado? AgonizabaJuan Pablo II cuando escribí No es verdad, en elnúmero 444 de Alfa y Omega, hace ya un mes.Durante este mes, los acontecimientos eclesialeshan obligado a que los números de Alfa y Omegafueran monográficos, naturalmente. Al reanudaresta sección, son tantas las cosas que durante es-te mes no han sido verdad que necesitaría todo elsemanario y todavía me resultaría insuficiente,simplemente para aludir a cada una de ellas.

En primer lugar, no ha sido verdad y no esverdad, ni lo será nunca, la sarta de insensate-ces, dictadas unas veces por la malevolencia yotras por la pura y pretenciosa ignorancia, queen determinados medios de comunicación, casisiempre los mismos, han vertido determinadossujetos a caballo entre el rencor mal disimuladoy el resentimiento evidente. Los más atentos ob-servadores han tomado buena nota, en cualquiercaso, de un fenómeno lamentable: que los ta-bloides ingleses o alemanes, que ya sabemos to-dos a qué se dedican, hayan insultado al nuevoPapa, mal está, pero ya sabemos que cada unoda lo que tiene; pero lo específico y vergonzosode algunos medios de comunicación españoleses que los que se definen y consideran a sí mis-mos periódicos serios y responsables, los que sehartan de cacarear una pretendida ética profe-sional y de intentar dar lecciones a los demás dealgo de lo que carecen, han estado a la altura–mejor dicho, a la bajeza– de la cutrez y de lamugre de los tabloides insultantes. Spain is dif-ferent... Cualquier profesional del periodismodigno de tal nombre se avergüenza hasta la náu-sea de tal exhibición de indignidad y de anti-pro-fesionalidad. Como los hechos son mucho mástozudos que los más tozudos sujetos, el tiempo yel sentido común más elemental se encargaránde poner a cada cual en su sitio, especialmente atoda esa morralla de los tamayos, faus, magda-lenas, haros, ojeas, boffs, kungs, arias, vargas,etc., etc... y sus abochornantes derivados y com-puestos. Hay quien, incluso, ha conseguido ver enlas multitudes que, en la Plaza de San Pedro, re-presentaron a más de la mitad del mundo unamanifestación del poder romano. Como no soncapaces de ver la vida más que en términos depoder, cree el ladrón que todos son de su condi-ción; a lo mejor, pretendían referirse a la impre-sionante capacidad de plenitud humana que ofre-

ce Jesucristo y su Iglesia. Para ellos, eso es po-der... Bastante desgracia tienen con no ver másallá de sus narices.

Mingote, en la viñeta que ilustra este comentarioexplica mejor que mil palabras el impresionantegol que la hoz y el martillo le han metido al Pre-sidente Zapatero en unas elecciones vascas que,por la propia dinámica en la que se han desarro-llado, deberían ser inválidas; pero ya todo el mun-do sabe que hay otras motivaciones que nunca seatreverán a confesar, pero que son las que, pordesgracia, están haciendo que en España desapa-rezca, a pasos agigantados, el Estado de Derecho.Entre la alta abstención y los cientos de miles deexiliados forzosos de Vascongadas, más de la mi-tad de los vascos no pudieron participar en esaselecciones; de modo que, a partir de este hechoincontrovertible, todo lo que allí ocurra represen-ta, como mucho, a la mitad de los vascos.

Ley destructiva definió el todavía cardenal Rat-zinger ese bodrio que ha aprobado el Parlamento es-pañol sobre el imposible matrimonio de homose-xuales. Los pocos hijos que tienen los españoleshan sido desposeídos, en el Congreso de los Dipu-tados, de su derecho a tener un padre y una madre.Nunca el sectarismo alcanzó cotas tan repugnan-tes. La deslumbrante inteligencia del ministro deJusticia dice que no cabe la objeción de conciencia,porque –¡ojo al argumento!– hay que acatar lo quedecide el Parlamento; oiga, y entonces, ¿en quéconsiste la objeción de conciencia? Hay, ¿sabe us-ted?, un límite al juego político: los derechos fun-damentales de las personas y por encima del Par-lamento, y del Gobierno y del Estado están la fa-milia y la sociedad. Son nociones delprimer cursode Derecho y de Sociología que un ministro de Jus-ticia debería conocer. Y un alcalde de Madrid, tam-bién. Quizás convenga recordar que, además de laobjeción de conciencia, hay otro recurso legítimo delos ciudadanos contra los abusos de poder, que sellama objeción fiscal. Si quiere que a una niña de 10años le den la píldora del día después –¡de juzgadode guardia!–, píldora que, como todo el mundo sa-be, es un abortivo, que lo pague él de su bolsillo, nocon mi dinero. ¿Para cuándo las esperadas dimi-siones de los concejales que se dicen católicos?

Gonzalo de Berceo

DESDE LA FE 5-V-2005 ΩΩ31 AA

Con ojos de mujer

Tres semanas para la Historia

Este abril del 2005 nos ha traído tres semanaspara la Historia. Los tiempos mediáticos

modernos con su capacidad globalizadora noshan permitido vivir asomados a la plaza mayorde la cristiandad, donde se producíanacontecimientos conmovedores, primerotristes y dolorosos por la muerte de nuestroamado Juan Pablo II, y por último la granalegría de un nuevo Papa elegido en tiempobreve, con gran unanimidad entre loscardenales electores: Benedicto XVI, el Papasabio y santo que pedíamos a Dios y que tantasesperanzas abre.

Estos días que han conmovido al mundo y alas gentes de buena voluntad, nos han puestoante los ojos una Iglesia joven, libre y actual,llena de vitalidad, de fuerza, sin complejos, sintapujos. Y hermosa en sus liturgias llenas deunción y belleza, tanto en las procesionesacompañadas por la solemne unción delgregoriano, al trasladar los restos mortales deJuan Pablo el Grande, en esas Letanías de lossantos, o en el Veni Creator con que se abrió elCónclave, como en las santas Misas: la delfuneral y la de Por la elección del Pontífice.

Yo amo la liturgia de la Iglesia católica, meapena cuando sus ceremonias no se llevan acabo con la dignidad que deben tener, aunquetengan que ser sencillas y austeras y no seancomo las solemnes de estos días. Tenemos untesoro en nuestra liturgia, y, para mí, nadacomo el gregoriano. Si bien, claro está, quepara todos los días la lengua vernácula es lomás conveniente.

Pero no ha sido sólo eso; ha sido, sobretodo, la fuerza de la fe de la gente en la plazahoras y horas, primero velando la agonía deJuan Pablo el Grande, jóvenes y mayores,sacerdotes, monjas y laicos. Todos rezando. Yla devoción y mansedumbre de las gentes,multitudes, que quisieron despedirle yvenerarle sin importarle viajar, hacer colas,malcomer y maldormir, sólo por verle unaúltima vez y rezarle. Todos rezando.

Y, semanas después, también rezando paraque el Espíritu iluminase a los cardenaleselectores. Y bien que les ha iluminado y noshan dado un Papa, Benedicto XVI, a quien yaqueremos y por quien ya rezamos. Ver rezar ala gente esos días, es lo que más me haimpactado y me ha contagiado. Me lo handicho varios amigos. En efecto, la oración delos cristianos ha sido uno de los mensajesmejor captados en estas semanas para laHistoria, que ahora hay quienes quierendeslucir con leyendas negras sobre BenedictoXVI, que es un Papa sabio y santo.

Mercedes Gordon

Mingote, en ABC

Page 34: Nº 449/5-V-2005 SEMANARIO CATÓLICO DE INFORMACIÓN EDIC. … · de que se ajuste a su forma particular de en-tender la vida, y todos estamos obligados a respetar esa verdad, sin

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FUNDACIÓNCASA DE LA FAMILIA

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

arece que se ha consagrado el axioma de que más vale una buenaimagen que mil palabras. Esto tiene mucho de verdad, pero magni-fica el icono y olvida que las palabras tienen un extraordinario poderpara unir a las personas, o enfrentarlas. La Sagrada Escritura noshabla en diversas ocasiones de ello, así el apóstol Santiago nos dice:«De una misma boca procede la bendición y la maldición… La len-gua es un miembro pequeño, pero capaz de grandes cosas». San Pe-dro nos dirá, en su Primera Carta: «Si uno ama la vida y quiere verdías felices, refrene su lengua del mal y sus labios de la falsedad». Es-to no es sólo verdad en las relaciones interpersonales, sino que de-

be decirse de toda comunicación, sea del nivel que sea. Es por eso queestas citas, aplicadas a los medios de comunicación social, nos mues-tran cómo éstos pueden promover la verdad, la justicia, y el enten-dimiento entre los pueblos; pero, mal usados, pueden provocar da-ños enormes a la personas, a las instituciones y a los mismos pueblos.Siendo esto de vital importancia, quiso el inolvidable Juan Pablo IIque, este año, la XXXIX Jornada Mundial de las Comunicaciones So-ciales llevase por lema: «Los medios de comunicación al servicio delentendimiento entre los pueblos».

Hace cuatro décadas, el Concilio Vaticano II promulgó el De-creto sobre los medios de comunicación, llamado Inter mirifica,que en su primer párrafo dice: «Entre los maravillosos inventos dela técnica…, la Iglesia acoge y fomenta con especial solicitud aque-llos que… han abierto nuevos caminos para comunicar con extra-ordinaria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo». Puesbien, queda claro que la Iglesia no está contra los medios, ni ve enellos una amenaza a su tarea, sino que los acoge y los fomenta. Ade-más, ella debe utilizar los medios, tiene la misión de inculturar elEvangelio en la cultura que genera, y atender pastoralmente a losprofesionales de éstos. El Concilio no sólo habló del recto uso de losmedios de comunicación social y de la necesidad de la formación ca-tólica para el uso de los mismos, sino que, además, instituyó estaJornada Mundial en todas las diócesis del orbe con el fin de que «sevigorice el apostolado de la Iglesia en relación con los medios…, seadoctrine al pueblo de Dios sobre sus obligaciones en esta materia,se le invite a orar por esta causa y entregue una limosna…, parasostener y fomentar… las instituciones e iniciativas promovidas porla Iglesia».

Es necesario revitalizar esta Jornada entre nosotros, de tal maneraque tengamos presente que la nueva evangelización pasa por ha-cerse presente en este primer areópago del tiempo moderno.

Este año, cuando el Papa de la comunicación se nos acaba de ir,el mensaje que nos dejó para el domingo dedicado a las comunica-ciones sociales tiene sabor de última petición a los periodistas, pa-ra «que los hombres y mujeres de los medios asuman su papel paraderribar los muros de la división y la enemistad en nuestro mun-do». Porque no hay mayor servicio a la Humanidad que la palabra yla imagen promuevan la cultura de la vida y de la paz.

+ Juan del Río Martín obispo de Jerez

8 de mayo: Jornada de Medios de Comunicación Social

El poder de la palabra

El próximo domingo, 8 de mayo, se celebra la Jornada de Medios de Comunicación Social. Con este motivo, el obispo de Jerez, y Presidente de la Comisión episcopal de Medios de comunicación,monseñor Juan del Río, escribe resaltando el poder de la palabrafrente a los excesos de la imagen

La Iglesia y los medios El pasado mes de febrero, Juan Pablo II dirigióuna Carta apostólica a los responsables de lascomunicaciones sociales, en la que escribía:

Los medios de comunicación pueden y deben promover lajusticia y la solidaridad, refiriendo los acontecimientos de

modo cuidadoso y verdadero, analizando completamentelas situaciones y los problemas, y dando voz a las diversasopiniones. Los criterios supremos de la verdad y la justicia,en el ejercicio maduro de la libertad y de la responsabilidad,constituyen el horizonte dentro el cual se sitúa una auténticadeontología en el aprovechamiento de los modernos ypotentes medios de comunicación social.

Juan Pablo II

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