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MÉXICO Y LA GLOBALIZACIÓN FINANCIERA EUGENIO ANGUIANO ROCH EN LAS ÚLTIMAS DOS DÉCADAS DEL SIGLO XX se ha producido una especie de revolución financiera impulsada por los fenomenales avances tecnológicos habidos en materia de computación y telecomunicaciones, por las innova- ciones y la diversificación de los instrumentos financieros, y por la desregu- lación y liberalización de los movimientos de dinero y capital que han adop- tado muchas naciones. Los mercados financieros del mundo se integran hoy tanto en forma horizontal (los mercados de valores quedan enlazados las 24 horas del día) como vertical (el presente con el futuro). A esto se le conoce convencionalmente como mundialización o globalización financie- ra, que para muchas personas es sinónimo de apertura y liberalización eco- nómicas, y también condición necesaria para el desarrollo de las economías nacionales. En realidad, esta globalización viene acompañada tanto de oportuni- dades como de enormes riesgos, dado que la interdependencia de los mer- cados se da en condiciones de incertidumbre en cuanto a la estabilidad de las tasas de cambio entre unas monedas y otras, así como en medio de una creciente desigualdad en cuanto al ritmo de crecimiento y desarrollo eco- nómico que alcanzan los diferentes países del mundo. En teoría, una mayor integración de las economías nacionales en la economía global, lograda a través del comercio internacional de bienes y servicios, y del libre flujo de capitales, haría que cada nación se especializara en producir aquello para lo cual tiene mayores ventajas comparativas, y el capital se canalizaría hacia las actividades más rentables y atractivas a través de las fronteras nacionales. En ausencia de una movilidad internacional del trabajo y el factor tierra, todo esto tendría que llevar a una mejor asignación de los factores productivos, a la elevación de los ingresos de las poblaciones, y a la convergencia econó- mica entre países pobres y ricos, tanto en cuanto a niveles de ingreso per cá- pita, corno de empleo, rentabilidad y fortaleza económica. Lo que se ha visto en los últimos 20 años es que, junto al crecimiento explosivo de los activos financieros —de 1980 a 1999 el inventario global de acciones, bonos, depósitos bancarios y efectivo se ha incrementado más del 213

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MÉXICO Y LA GLOBALIZACIÓN FINANCIERA

E U G E N I O A N G U I A N O R O C H

E N L A S Ú L T I M A S D O S D É C A D A S D E L S I G L O X X se ha p r o d u c i d o u n a especie de

r e v o l u c i ó n financiera impulsada p o r los fenomenales avances t e c n o l ó g i c o s habidos en mater ia de c o m p u t a c i ó n y telecomunicaciones, p o r las innova­ciones y la d ivers i f icac ión de los ins t rumentos financieros, y p o r la desregu­lac ión y l i be r a l i z ac ión de los movimientos de d ine ro y capital que han adop­tado muchas naciones. Los mercados financieros de l m u n d o se in tegran hoy tanto en f o r m a hor i zon ta l (los mercados de valores quedan enlazados las 24 horas de l d í a ) como vert ical (el presente c o n el f u t u r o ) . A esto se le conoce convencionalmente como m u n d i a l i z a c i ó n o g l o b a l i z a c i ó n financie­ra, que para muchas personas es s i n ó n i m o de aper tura y l i b e r a l i z a c i ó n eco­n ó m i c a s , y t a m b i é n c o n d i c i ó n necesaria para el desarrollo de las e c o n o m í a s nacionales.

E n real idad, esta g l o b a l i z a c i ó n viene a c o m p a ñ a d a tanto de o p o r t u n i ­dades c o m o de enormes riesgos, dado que la in te rdependenc ia de los mer­cados se da en condiciones de i nce r t i dumbre en cuanto a la estabilidad de las tasas de cambio entre unas monedas y otras, así como en med io de una creciente desigualdad en cuanto al r i t m o de c rec imien to y desarrollo eco­n ó m i c o que alcanzan los diferentes pa í se s de l m u n d o . E n t e o r í a , una mayor i n t e g r a c i ó n de las e c o n o m í a s nacionales en la e c o n o m í a global , lograda a través de l comerc io in te rnac iona l de bienes y servicios, y de l l ib re f lujo de capitales, h a r í a que cada n a c i ó n se especializara en p r o d u c i r aquello para lo cual t iene mayores ventajas comparativas, y e l capital se c a n a l i z a r í a hacia las actividades m á s rentables y atractivas a t ravés de las fronteras nacionales. E n ausencia de u n a m o v i l i d a d in te rnac iona l de l trabajo y e l factor t ierra, todo esto t e n d r í a que llevar a u n a mejor a s i g n a c i ó n de los factores productivos, a la e l e v a c i ó n de los ingresos de las poblaciones, y a la convergencia e c o n ó ­mica ent re p a í s e s pobres y ricos, tanto en cuanto a niveles de ingreso per cá-pita, corno de empleo , r en tab i l idad y fortaleza e c o n ó m i c a .

L o que se ha visto en los ú l t i m o s 20 a ñ o s es que, j u n t o al crecimiento explosivo de los activos financieros —de 1980 a 1999 el inventar io g lobal de acciones, bonos, d e p ó s i t o s bancarios y efectivo se ha inc rementado m á s de l

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214 E U G E N I O A N G U I A N O R O C H FIXL-2

doble de r á p i d o que el P I B de las e c o n o m í a s ricas, al pasar de 12 bi l lones de d ó l a r e s a unos 80 billones— y a la creciente in terdependencia de los mer­cados financieros nacionales, los capitales se concent ran preferentemente en los mercados maduros (los Estados Unidos , C a n a d á , Eu ropa Occidental , J a p ó n y unos cuantos m á s ) , y só lo una parte complementa r i a va a los lla­mados "mercados emergentes" (unas dos docenas de naciones). El resto de l m u n d o , que hace m a y o r í a , y en donde la pobreza impe ra p o r falta de aho­r r o p r o p i o y po rque el capital extranjero l lega allí a cuentagotas, queda marginado. Es m á s , la misma g l o b a l i z a c i ó n financiera resulta m u c h o menos impres ionante , analizada como f lujo de capital neto , que cuando se mide como m o v i m i e n t o b r u t o de capital o como inventar io financiero. E n cuan­to a la universal idad de l capital, é s t a es hoy relat ivamente m e n o r que la que se o b s e r v ó en el m u n d o entre 1870 y 1914; aparte de que el grueso de l i n ­te rcambio financiero lo consti tuyen los bonos y las divisas internacionales —liquidez— cuyo m o v i m i e n t o d ia r io fue, en 1998, de 600 000 mil lones de d ó l a r e s para los bonos, y de dos bi l lones para e l d i n e r o . 1 J u n t o a esto, las i n ­versiones en acciones o las directas en fábr icas , equipos y similares resultan r idiculas . Los factores p r e c a u c i ó n y e s p e c u l a c i ó n son los predominantes en esa g loba l idad financiera, caracterizada, entonces, p o r la ince r t idumbre y la e s p e c u l a c i ó n .

E n e l presente ensayo se describe y analiza la naturaleza de l mercado fi­nanc iero m u n d i a l de fin de l siglo, con especial énfas is en sus repercusiones sobre los mercados emergentes, y sobre M é x i c o en par t icular . Se hace una r e f l e x i ó n sobre e l desequi l ibr io externo de la e c o n o m í a mexicana, que en ú l t i m a instancia es el desequi l ibr io entre las necesidades de i nve r s ión para e l c rec imien to y la insuficiencia de aho r ro i n t e r n o , y luego se presentan al­gunas consideraciones sobre los beneficios y costos que ha tenido para nuestro p a í s e l haberse "insertado" en la g l o b a l i z a c i ó n financiera, para ter­m i n a r c o n u n a p r o s p e c c i ó n de l desarrol lo e c o n ó m i c o de l p a í s en el fu tu ro cercano.

L A G L O B A L I Z A C I Ó N E C O N Ó M I C A

E l f e n ó m e n o de la g l o b a l i z a c i ó n consiste en u n a creciente in terdependen­cia e c o n ó m i c a de las naciones, que ha ven ido d á n d o s e a escala m u n d i a l y que abarca las 28 e c o n o m í a s que e l F o n d o M o n e t a r i o In te rnac iona l consi­dera avanzadas, 128 p a í s e s en desarrollo, y 28 que se ha l lan en t r a n s i c i ó n de

1 L a s cifras menc ionadas fueron tomadas de l semanar io The Economist, 23 de octubre de 1999, "School Brief. F i n a n c e : T r i c k o f Treat?"

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e c o n o m í a s socialistas que eran a e c o n o m í a s de mercado. Esta in terdepen­dencia se manifiesta en la fo rma de v o l ú m e n e s crecientes de transacciones extrafronterizas de bienes y servicios y de movimientos de capital , y en una cada vez m á s ampl ia d i fu s ión de la t e c n o l o g í a . Se supone que mientras me­nos o b s t á c u l o s arancelarios o insti tucionales existan para los movimien tos de esos tres componentes — m e r c a n c í a s y servicios n o factoriales, capital y t ecno log ía—, mayores s e r á n los beneficios para e l bienestar de los pa í se s , ya que la g l o b a l i z a c i ó n es esencialmente u n s i n ó n i m o de e s p e c i a l i z a c i ó n y de a m p l i a c i ó n de los mercados a t ravés de l comercio .

Duran te los 50 a ñ o s anteriores a 1914, la i n t e g r a c i ó n de la e c o n o m í a m u n d i a l era semejante al n ivel alcanzado al iniciarse el siglo X X I . Entonces, como ahora, la p r o l i f e r a c i ó n de mercados y e l cambio t e c n o l ó g i c o empuja­r o n hacia una i n t e r n a c i o n a l i z a c i ó n de l comerc io de bienes y de capitales, aunque en aquellos a ñ o s "grandes porciones de l m u n d o n o pa r t i c ipaban" 3

y el grado de avance de l transporte y las comunicaciones n o era comparable con el actual. De todas maneras, desde mediados de l siglo X I X hasta el esta­l l i d o de la Pr imera Guer ra M u n d i a l , la e x p a n s i ó n de las exportaciones de m e r c a n c í a s sobrepasaba considerablemente al c rec imiento real de la eco­n o m í a m u n d i a l ; 3.2% de inc remen to p r o m e d i o anual de las pr imeras, con­tra 2.7% anual de l segundo. Las exportaciones, como p r o p o r c i ó n de l pro­ducto m u n d i a l , alcanzaron su p u n t o m á x i m o en 1913, y esta r e l a c i ó n n o volvió a igualarse sino hasta 1970. 4

E n los ú l t i m o s 20 a ñ o s la e c o n o m í a m u n d i a l se ha hecho m á s abierta, lo cual es t a m b i é n u n ind icador de l grado de i n t e g r a c i ó n alcanzado a t ravés del comerc io in te rnac iona l de bienes y servicios ( impor tac iones m á s ex­portaciones) . C o m o se observa en e l cuadro 1, durante e l pe r iodo 1981-1990 d i cho comerc io c r e c i ó , en p r o m e d i o , u n poco m á s de u n p u n t o por­centual a r r iba d e l i nc r emen to de la p r o d u c c i ó n global ; y se calcula que en los siguientes diez a ñ o s e l comerc io c r e c e r á a casi e l doble d e l r i t m o de la p r o d u c c i ó n m u n d i a l . Esto hace que las impor tac iones m á s las exportacio-

2 L o s p a í s e s avanzados son: los 15 de l a U n i ó n E u r o p e a ; cuatro e c o n o m í a s de "reciente i n ­d u s t r i a l i z a c i ó n " de A s i a ( H o n g K o n g , C o r e a de l Sur , S ingapur y T a i w a n ) ; C a n a d á , J a p ó n y E s ­tados Un idos , y seis p a í s e s de varias regiones (Australia, Is landia, Israe l , N u e v a Zelanda, No­ruega y Su iza ) . D e los p a í s e s e n desarrol lo e s t á n 51 de Áfr i ca , 26 de As ia , 17 de l Medio Or iente y E u r o p a , y 34 de l "hemisferio occidental" (es decir , A m é r i c a L a t i n a y e l C a r i b e ) . L o s p a í s e s e n t r a n s i c i ó n son 19 de E u r o p a C e n t r a l y O r i e n t a l , m á s nueve de l C á u c a s o y de A s i a Centra l . V é a ­se t a m b i é n e l c u a d r o 2.

3 FMI, World Economic Outlook, mayo de 1997, p. 112. 4 Pau l B a i r o c h y R i c h a r d Kozul-Wright , "Globalization Myths: Some Histor ica l Reflections

on Integrat ion, Industr ial izat ion a n d G r o w t h i n the W o r l d Economy", UNCTAD, Discussion Pa­per n ú m . 113, m a r z o de 1996, p. 5.

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nes de bienes y servicios representen m á s de u n a qu in t a parte del p roduc to m u n d i a l . E n el pe r iodo 1981-1990, las exportaciones de m e r c a n c í a s de las e c o n o m í a s avanzadas crecieron (en vo lumen) a una tasa p romed io anual de 5.4%, mientras que la de los p a í s e s en desarrol lo fue de 2.9%; si esto se compara con el c rec imiento real de l P I B de 3 . 1 % , que es e l que tuvieron los p a í s e s desarrollados como p r o m e d i o anual para e l mi smo lapso, y el 4.2% de las naciones en desarrollo, se obt iene u n a tendencia de crecimiento de c o m e r c i o / p r o d u c t o similar a la de l "siglo de o r o " (a rml850-1914) de l l ib re comerc io .

A u n q u e el tema de este c a p í t u l o es e l de la m u n d i a l i z a c i ó n financiera, conviene de todas maneras hacer referencia a algunas de las ca rac te r í s t i cas de la i n t e g r a c i ó n comerc ia l de las d é c a d a s de los ochenta y noventa de l si­glo X X . E n p r i m e r lugar, el grueso de l in t e rcambio de m e r c a n c í a s y servicios lo real izan las e c o n o m í a s avanzadas, las que t a m b i é n concent ran la mayor parte de l p r o d u c t o m u n d i a l . E l G r u p o de los Siete, los pa í s e s m á s indus­trializados, representa 44% de l p r o d u c t o m u n d i a l y casi la m i t a d de las ex-

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portaciones totales de bienes y servicios, aunque apenas cuenta con 12% de la p o b l a c i ó n de la T ie r ra . C o m o contrapart ida, 76% de la p o b l a c i ó n de l m u n d o , que se localiza en 128 naciones en desarrollo, absorbe ú n i c a m e n t e 18% de las exportaciones de bienes y servicios, y 40% de la r iqueza global .

Si se considera las 28 e c o n o m í a s m á s avanzadas, la a s i m e t r í a resulta a ú n mayor, como puede verse en el cuadro 2, en el que los cá l cu lo s de l produc­to basados en la l lamada par idad de l poder adquisitivo de las monedas i n ­fla la p a r t i c i p a c i ó n de los pa í s e s en desarrollo en el P I B m u n d i a l , n o así en cuanto al valor de l comerc io in te rnac ional , que es tá m e d i d o en d ó l a r e s a precios de l mercado. Por e jemplo, de acuerdo con estas estimaciones de l F M I , la segunda e c o n o m í a m á s grande de l m u n d o , en t é r m i n o s de P I B total , s e r í a la de la R e p ú b l i c a Popular China, que r e p r e s e n t a r í a , s e g ú n la pa r idad de l poder adquisit ivo de l renminbi/dólar, 12% de la e c o n o m í a m u n d i a l , po r arr iba de J a p ó n y Alemania . Y la I n d i a p a r t i c i p a r í a en la e c o n o m í a m u n d i a l en una p r o p o r c i ó n casi s imilar a la de Alemania . Es obvio que el t a m a ñ o de las e c o n o m í a s de ambos pa í s e s as iá t icos t iene que ser grande pues corres­ponde a la p r i m e r a y segunda naciones m á s pobladas de l m u n d o , las que po r la e x t e n s i ó n de sus te r r i tor ios ocupan el tercero y s é p t i m o lugares m u n ­diales, respectivamente; pero si se t oma como referencia el ingreso per cá-pita, Ch ina y la I n d i a quedan relegadas a lugares similares a los de las na­ciones pobres ("de m e n o r desarrollo re la t ivo") .

O t r a ca rac t e r í s t i c a de l comercio m u n d i a l de bienes y servicios es que en las e c o n o m í a s avanzadas se ha p r o d u c i d o u n cambio en la estructura de l empleo y en la c o m p o s i c i ó n sectorial de l p roduc to en beneficio de los ser­vicios y en de t r imen to relat ivo de las manufacturas. Este proceso de desin­d u s t r i a l i z a c i ó n ha p e r m i t i d o que u n n ú m e r o creciente de pa í s e s en desa­r r o l l o se haya especializado en la e x p o r t a c i ó n de manufacturas, u t i l i zando para e l lo m a n o de ob ra poco calificada y m á s barata, lo que para los pa í s e s ricos supone una r e d u c c i ó n relativa de los salarios reales de sus trabajado­res no calificados y u n a mayor e s p e c i a l i z a c i ó n en los servicios, respaldada po r cambios t e c n o l ó g i c o s que elevan la p roduc t iv idad de la fuerza de tra­bajo especializada. O sea que, así como entre naciones avanzadas y pa í se s en desarrollo hay u n a clara tendencia al aumento de las diferencias en cuanto a niveles de ingreso per c á p i t a y a niveles de bienestar, den t ro de las eco­n o m í a s avanzadas se h a n acentuado las divergencias entre los salarios obte­nidos p o r la m a n o de obra n o calificada y los de la calificada. E n ambos ca­sos, la mayor i n t e g r a c i ó n comerc ia l registrada en el m u n d o ha reduc ido las posibilidades de convergencia entre p a í s e s o sectores avanzados, y pa í s e s o sectores atrasados.

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1 L a s participaciones e n e l PIB se ref ieren a las estimaciones de l FMI de l valor de l PIB me­dido e n l a par idad del poder adquisitivo de las monedas .

2 Es tados U n i d o s , J a p ó n , A l e m a n i a , F r a n c i a , I ta l ia , R e i n o U n i d o de la G r a n B r e t a ñ a y C a n a d á .

3 A l e m a n i a , Austria , B é l g i c a , D i n a m a r c a , E s p a ñ a , F i n l a n d i a , F r a n c i a , G r a n B r e t a ñ a , G r e ­c ia , I r l a n d a , Italia, L u x e m b u r g o , P a í s e s Bajos, Portugal y Suecia .

4 A l e m a n i a , Austr ia , B é l g i c a , E s p a ñ a , F i n l a n d i a , F r a n c i a , I r landa , Italia, L u x e m b u r g o , P a í s e s Bajos y Portugal .

5 C o r e a de l Sur , H o n g K o n g (RAE de C h i n a ) , S ingapur y T a i w a n . 6 A r a b i a Saudita, B a h r e i n , Egipto , E m i r a t o s Á r a b e s Un idos , I rán , Irak , Jordan ia , Kuwait ,

L í b a n o , L i b i a , O m á n , Qatar , Sir ia , Y e m e n , C h i p r e , Mal ta y T u r q u í a . 7 T r a n s c á u c a s o y As ia Centra l : A r m e n i a , A z e r b a i y á n , Georg ia , Kazajs tán, Mongol ia , R e ­p ú b l i c a Kirguisa , Tay ik i s tán , T u r k m e n i s t á n y U z b e k i s t á n . Fuente : FMI, World Economic Outlook, mayo de 1999, cuadro A (p. 128) e i n f o r m a c i ó n de cuadros B a D (pp. 129-136). Por ú l t i m o , só lo u n a m i n o r í a de p a í s e s en desarrollo ha p o d i d o ade­cuarse a la g l o b a l i z a c i ó n d e l comerc io y h a conver t ido sus exportaciones en e l i n s t rumen to para fomenta r e l c rec imien to e c o n ó m i c o . E n A m é r i c a La t i ­na, e l caso m á s notable de i n s e r c i ó n en e l comerc io in te rnac iona l ha sido e l

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mexicano , cuyas exportaciones de m e r c a n c í a s crecieron vert iginosamente en los ú l t i m o s cuatro a ñ o s , hasta l legar en 1998 a 117.5 m i l mi l lones de d ó ­lares, l o que hace de M é x i c o e l octavo mayor expor tador de l m u n d o (2 .9% de las exportaciones totales). Pero t a m b i é n las importaciones se dispararon, s iguiendo la tendencia secular de la e c o n o m í a mexicana, de u n a m u y ele­vada elasticidad de l ingreso de las compras de bienes al exter ior ; en e l mis­m o a ñ o de 1998, M é x i c o fue, s e g ú n datos de la O r g a n i z a c i ó n M u n d i a l de Comerc io (véase cuadro 3 ) , e l s é p t i m o mayor impor t ado r de l m u n d o ( 3 . 1 % del to ta l ) , con una tasa de c rec imiento entre 1997-1998 de 14%: m á s de l do­ble d e l aumento registrado en las exportaciones. Es decir, e l fantasma de l desequi l ibr io externo, t a m b i é n secular o estructural , se ha e rgu ido nueva­mente y obl iga al gob ie rno mexicano a establecer medios adecuados para fi­nanciar el déf ic i t en cuenta cor r ien te , que n o son otros que la c a p t a c i ó n de capital externo. Para la m a y o r í a de los 128 pa í se s en desarrollo que son miembros de la O M C , pa r t i cu la rmente los de mayor pobreza relativa y que sufren u n elevado endeudamien to externo, es m í n i m a la pos ib i l idad de aprovechar la creciente i n t e g r a c i ó n comerc ia l m u n d i a l .

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I N T E G R A C I Ó N D E L O S M E R C A D O S D E C A P I T A L

Desde pr inc ip ios de la d é c a d a de los setenta, las relativamente estrictas re­gulaciones financieras que e x i s t í a n en los mercados de los pa í s e s avanzados comenzaron a el iminarse, l o cual se s u m ó a la r e d u c c i ó n ocu r r ida en los costos de las transacciones de d ine ro y capital , causada po r la r e v o l u c i ó n de la i n f o r m á t i c a y las telecomunicaciones. Los flujos de capital comenzaron a crecer en fo rma sostenida, como lo p rueban indicadores tales como el m o n ­to de las transacciones extrafronterizas de bonos y acciones efectuadas en­tre residentes y no residentes en las siete e c o n o m í a s m á s industrializadas de l m u n d o .

C o m o puede verse en la siguiente r e l a c i ó n , el valor de dichas transac­ciones, m e d i d o como porcentaje de l P I B de l p a í s respectivo, ha exper imen­tado u n cambio exponencia l en casi todas las siete e c o n o m í a s m á s avanza­das de l m u n d o . Así, mientras que en 1970 en los Estados Un idos la compraventa b ru ta de bonos y acciones representaba só lo 2.8% de su P I B , 30 a ñ o s m á s tarde se elevaba a 89%, y en 1996 superaba al P I B en m á s de 50%, c o n u n valor total de casi 11 bi l lones de d ó l a r e s . U n a e x p a n s i ó n pro-porc iona lmente mayor o c u r r i ó en todas las otras potencias e c o n ó m i c a s , con e x c e p c i ó n de J a p ó n , en donde la r a z ó n d e c l i n ó entre 1990 y 1996.

C U A D R O 4

Transacciones extrafronterizas en bonos y acciones 1

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Por ot ra parte, los flujos de inversiones extranjeras directas ( I E D ) , que son u n reflejo de la e x p a n s i ó n habida a par t i r de los a ñ o s ochenta en las ope­raciones internacionales de las empresas mult inacionales, h ic ie ron m á s que cuadruplicarse entre 1984 y 1990. E n la d é c a d a de los noventa la tendencia de los flujos de I E D c o n t i n u ó en ascenso, con e x c e p c i ó n de l pe r iodo 1990-1992, cuando hubo una d e s a c e l e r a c i ó n de l crec imiento de los pa í ses indus­trializados, que hizo d i sminui r la corr iente in ternacional de I E D . S e g ú n u n es­tud io de la O C E D , tres factores expl ican esta e x p a n s i ó n de las inversiones: las I E D no las realizan ú n i c a m e n t e las grandes empresas, sino t a m b i é n u n cre­ciente n ú m e r o de negocios medianos que se ha convert ido en transnacional; la d ivers i f icac ión sectorial de las I E D se ha ampl iado considerablemente, con u n marcado incremento de la p r o p o r c i ó n que le corresponde al sector servi­cios, y e l n ú m e r o de pa í ses que son exportadores o receptores de I E D ha cre­cido considerablemente. 5

L a l ibe ra l i zac ión de las operaciones de la cuenta de capitales de muchos pa í ses , la r e v o l u c i ó n en la c o m p u t a c i ó n y las telecomunicaciones, la deseg­m e n t a c i ó n de los mercados financieros y la d ivers i f icación de los ins t rumen­tos b u r s á t i l e s han provocado u n inc remento ext raordinar io de las transac­ciones financieras, en cualquier f o r m a que se les mida . Por ejemplo, el p r o m e d i o diar io de operaciones en el mercado de divisas internacionales era, a mediados de la d é c a d a de los ochenta, de alrededor de 200 000 m i l l o ­nes de d ó l a r e s ; para 1995 h a b í a l legado a alrededor de 1.2 bil lones de dó la ­res diarios. Estas cifras, y su tendencia, resultan totalmente fuera de toda p ro­p o r c i ó n en cuanto a los montos de l iquidez necesarios para financiar las operaciones mundiales reales ( m e r c a n c í a s y servicios), en n ú m e r o s absolu­tos o en r e l a c i ó n con las reservas totales de divisas:

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M E R C A D O S F I N A N C I E R O S C R E C I E N T E M E N T E I N T E G R A D O S : ¿ S I G N I F I C A N

L O M I S M O Q U E U N M E R C A D O F I N A N C I E R O G L O B A L ?

Los datos relativos a I E D m á s inversiones en por ta fo l io , las que los residen­tes en varios p a í s e s desarrollados h a n hecho en el exter ior , son ex t raord i ­narios, como se observa en el cuadro 6. Las siete e c o n o m í a s m á s importantes de ese g rupo , encabezadas p o r los Estados Unidos , J a p ó n y Alemania , re­gis traron aumentos notables en cuanto a los flujos de inversiones extranje­ras directas y de por ta fo l io a pa r t i r de 1985, aunque en el caso j a p o n é s h u ­bo u n a r e d u c c i ó n de m á s de dos puntos porcentuales entre e l ú l t i m o lustro de los ochenta y el p r i m e r o de los noventa, como resultado de l casi estan­camiento de l c rec imien to o c u r r i d o en ese p a í s en los ú l t i m o s a ñ o s de l siglo X X . 6 E n Gran B r e t a ñ a , e l segundo cent ro financiero m u n d i a l y que en cier­tas operaciones b u r s á t i l e s e s t á m u c h o m á s internacional izado que los Esta­dos Unidos , las inversiones extranjeras directas y de por ta fo l io superaron el 10% de l P I B b r i t á n i c o ( m e n o r que el estadounidense, el j a p o n é s y e l ale­m á n ) , con u n a d e s a c e l e r a c i ó n entre 1985-1989 y 1990-1995.

6 E l PIB de J a p ó n c r e c i ó , e n t é r m i n o s reales, a u n a tasa promedio a n u a l de 4.0% e n el lap­so 1981-1990; fue la mayor de las e c o n o m í a s industrializadas maduras de l m u n d o . P a r a la d é ­cada 1991-2000, se est ima que ese crec imiento será de apenas 1% (datos de l FMI, World Eco­nomic Outlook, mayo de 1999) .

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Pero, a pesar de esos enormes v o l ú m e n e s de transacciones financieras internacionales —medidos ya sea p o r la compraventa de bonos y acciones entre residentes y n o residentes de los p a í s e s o p o r las operaciones de l mer­cado de d ine ro (medios de pago o divisas internacionales)—-, el grado de i n t e g r a c i ó n de l mercado de capital es m u c h o m á s l i m i t a d o que lo que los flujos bru tos sugieren. E n p r i m e r lugar, los movimien tos netos de capital in t e rnac iona l n o muestran la misma explosividad que los brutos, c o m o lo c o n f i r m a el hecho de que la suma de los saldos en la balanza en cuenta co­r r i en te de las e c o n o m í a s avanzadas ha pe rmanec ido en los noventa en tor­n o al 2 % p r o m e d i o anual de sus P I B , u n r i t m o de c rec imiento menor que el exper imentado en la é p o c a de l sistema mone ta r io de p a t r ó n oro . Ent re 1870 y 1914, los saldos en cuenta corr iente de las principales e c o n o m í a s 7 re­presentaban, en p romed io , entre 3 y 4 % de sus P I B , y Gran B r e t a ñ a l l e g ó a u n m á x i m o de 9%, lo que refleja e l c a r á c t e r m u c h o m á s abierto de la eco­n o m í a inglesa con respecto a la estadounidense, cuando a q u é l l a era e l cen­t ro financiero, c íc l ico y acreedor m u n d i a l .

E n cuanto a los flujos de inversiones extranjeras directas, aunque han crecido m á s de l doble de r á p i d o que el P I B de las 11 principales e c o n o m í a s exportadoras netas de este t ipo de cap i ta l , 8 const i tuyen só lo una p e q u e ñ a p r o p o r c i ó n de la i nve r s ión d o m é s t i c a ; asimismo, evidencias e m p í r i c a s mues­t ran que la f o r m a c i ó n b ru ta de capi tal ( F B C ) en los pa í s e s avanzados se fi­nancia b á s i c a m e n t e con recursos in ternos , y que las I E D apenas apor ta ron u n m í n i m o de 1.5% y u n m á x i m o de 6.5% de la F B C registrada entre 1970 y 1994. Esto ha sido in terpre tado p o r algunos especialistas 9 como la demos­t r a c i ó n de que, c o n todo y la re i terada g l o b a l i z a c i ó n financiera, en r i go r la m o v i l i d a d in ternacional de l capital sigue siendo baja, n o obstante la g ran i n ­n o v a c i ó n registrada en las telecomunicaciones, la var iedad y calidad de ins-

7 A l e m a n i a , Argent ina , Austral ia, C a n a d á , D i n a m a r c a , Estados Unidos , Franc ia , G r a n Bre ­taña , I tal ia , J a p ó n , N o r u e g a y Suecia . V é a s e e l anexo "Globalization i n Historical Perspective", de World Economic Outlook, mayo de 1997, FMI.

8 A l e m a n i a , B é l g i c a , C a n a d á , Estados U n i d o s , F r a n c i a , G r a n B r e t a ñ a , Italia, J a p ó n , P a í s e s Bajos, S u e c i a y Suiza; estos p a í s e s representan m á s de 80% de l inventario total de salidas de in­versiones extranjeras directas de l m u n d o . V é a s e FMI, World Economic Outlook, mayo de 1997, p. 61, g r á f i c a 27.

9 S igu iendo la l í n e a de l trabajo de M a r t i n Feldste in y C h a r l e s H o r i o k a , "Domestic Savings a n d In ternat iona l Capi ta l Flows", Economic Journal, vol . 90 (1980) , pp. 314-329, varias investi­gaciones h a n encontrado que hay u n a alta c o r r e l a c i ó n entre tasa de ahorro e i n v e r s i ó n , pero no entre tasas de i n v e r s i ó n y flujos netos de IED. U n r e s u m e n de estos estudios se puede con­sultar e n Goldste in y Mussa, ' T h e Integrat ion o f W o r l d Capi ta l Markets", y e n A l a n M . Tay lor , "International Capi ta l Mobility i n History: T h e Saving-Investment Relationship", NBER W o r k i n g Paper 5743 (Cambr idge , M a : Nat ional B u r e a u for E c o n o m i c Research , septiembre de 1996) .

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t runientos financieros y la l i be r a l i z ac ión de la cuenta de capitales de m u ­chos pa í se s .

Los analistas de l F M I han respondido a esto con el a rgumento de que la alta c o r r e l a c i ó n observada entre tasas de ahor ro i n t e r n o e i n v e r s i ó n no se contrapone a la idea de que existe u n elevado grado de m o v i l i d a d de l capi­tal, si se considera, entre otras cosas, que los mercados de m e r c a n c í a s e s t á n imperfectamente integrados, que la m a y o r í a de los p a í s e s apuntan al obje­tivo de mantener equi l ibrada la cuenta corr iente , o que los activos finan­cieros y los reales n o son perfectamente sustituibles. M á s a l l á de l debate sobre si la g loba l idad de l m o v i m i e n t o de capitales es m u c h a o poca, ya sea que se m i d a en t é r m i n o s brutos o netos, como porcentaje de l P I B o de la for­m a c i ó n b ru t a de capital fijo de las e c o n o m í a s m á s fuertes, o en compara­c ión con el p a t r ó n de cambio oro , es claro que, como dice el F M I , 1 0 los "mer­cados financieros han venido i n t e g r á n d o s e crecientemente, pe ro e s t á n m u y lejos de cons t i tu i r u n mercado global ú n i c o . A u n así, el grado de integra­c i ó n es lo suficientemente alto como para afectar el manejo y los resultados m a c r o e c o n ó m i c o s , regulatorios y de las po l í t i cas prudenciales" de p rác t i ­camente todas las naciones de l orbe.

L A G L O B A L I Z A C I Ó N F I N A N C I E R A Y L O S M E R C A D O S E M E R G E N T E S

L a ú l t i m a d é c a d a de l siglo X X se c a r a c t e r i z ó p o r la i n t e g r a c i ó n de varios pa í s e s en desarrol lo en el mercado m u n d i a l de capitales, c o n lo cual se ha modi f i cando sustancialmente el pe r f i l de las e c o n o m í a s deudoras, las que hasta p r inc ip ios de los a ñ o s ochenta se financiaban p r inc ipa lmente con c r é ­ditos otorgados p o r gobiernos de pa í se s desarrollados y de insti tuciones fi­nancieras internacionales como el Banco M u n d i a l y los bancos regionales de desarrollo. T a m b i é n los c r é d i t o s de los bancos comerciales internacio­nales comenzaron a fluir hacia los pa í s e s productores y exportadores de pe­t r ó l e o , o que mostraban d inamismo e c o n ó m i c o y relativa estabilidad mo­netaria, c o m o las e c o n o m í a s de Asia conocidas como p r i m e r a y segunda g e n e r a c i ó n de "tigres": Corea de l Sur, Taiwan, H o n g K o n g y Singapur; y Ma­lasia, Indonesia , Ta i l and ia y Fil ipinas, respectivamente.

Por su parte, los p a í s e s de A m é r i c a La t ina en t r a ron en la d é c a d a de los ochenta en s i t u a c i ó n de permanente crisis de deuda externa y de lento cre­c imien to e c o n ó m i c o , si n o es que de franco estancamiento. Esta s i t u a c i ó n estuvo marcada p o r la ca t á s t ro fe financiera de M é x i c o en 1982, y po r una to­tal falta de l iqu idez in te rnac iona l que o b l i g ó al gob ie rno mexicano a sus-

World Economic Outlook, mayo de 1997, p. 65.

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pender t empora lmente los pagos de deuda externa, a devaluar y a adoptar medidas extremas como el establecimiento de u n c o n t r o l de cambios y la inesperada n a c i o n a l i z a c i ó n de la banca comerc ia l privada. Esto se tradujo en severas restricciones de p r é s t a m o s al resto de los pa í se s de la r e g i ó n , va­rios de los cuales, p o r e jemplo Argen t i na y Brasil , se d e b a t í a n en medio de la h i p e r i n f l a c i ó n , devaluaciones y n u l o c rec imiento . Chi le sufr ía una grave crisis bancaria, cuya s o l u c i ó n d e m a n d ó fuertes recursos fiscales, pero al mis­m o t i e m p o o b l i g ó a la i n t r o d u c c i ó n , en la segunda m i t a d de la d é c a d a , de reformas estructurales importantes y a la aper tura de la e c o n o m í a a la com­petencia in ternac ional .

Pero fue e l r á p i d o crec imiento de las e c o n o m í a s as iá t icas , cuatro de ellas consideradas a fines de los ochenta como de "reciente industrializa­c ión" , basado en u n a notable e x p a n s i ó n de las exportaciones, l o que a b r i ó la puer ta para que los flujos de capital comenzaran a llegar a algunos de los pa í se s en desarrollo. Este hecho c o i n c i d i ó con e l de r rumbe de los r e g í m e ­nes socialistas de Europa Or i en t a l y e l consecuente abandono de los siste­mas e c o n ó m i c o s centra lmente planificados, y c o n la r ec t i f i cac ión de las es­trategias de crecimiento cerrado o de s u s t i t u c i ó n de importaciones seguidas con an te r io r idad p o r la m a y o r í a de las naciones en desarrollo, en las que el Estado h a b í a d e s e m p e ñ a d o u n papel de activa i n t e r v e n c i ó n en la vida eco­n ó m i c a .

L a c o n j u n c i ó n de l fin de l socialismo, la aper tura de la e c o n o m í a china, el desprestigio de l in tervencionismo de Estado, e l é x i t o de algunas econo­m í a s as iá t icas en las que el mode lo de fomen to de exportaciones h a b í a sido or ien tado e impulsado p o r los gobiernos, y la creciente in terdependencia comerc ia l y financiera de los pa í ses , d i o paso a u n a agresiva rev is ión de las po l í t i ca s e c o n ó m i c a s en boga, que se t radujo en la p lena r e i v i n d i c a c i ó n de la e c o n o m í a de mercado y de l l ib re comerc io m u n d i a l , basado éste en la d i ­vis ión in te rnac iona l de l trabajo.

E n 1990 se l levar ía a cabo una conferencia en la c iudad de Washington, D.C., auspiciada p o r e l Ins t i tu to de E c o n o m í a In t e rnac iona l de esa c iudad, a la que asistieron representantes de organizaciones e c o n ó m i c a s interna­cionales y miembros de diferentes comunidades a c a d é m i c a s y centros de es­tud io , p r inc ipa lmen te de los Estados Unidos . E l p r o p ó s i t o de la r e u n i ó n era analizar e l progreso alcanzado en A m é r i c a La t i na y e l Caribe en lo referen­te a la d i v u l g a c i ó n y a p l i c a c i ó n de reformas a c a d é m i c a s de corte l iberal , pro­puestas para superar la crisis sufrida p o r la r e g i ó n en los a ñ o s ochenta. A l fi­nalizar la r e u n i ó n se l o g r ó u n considerable consenso ( l lamado a par t i r de entonces e l "consenso de Washington") sobre diez ins t rumentos de po l í t i ca considerados esenciales para la r e g i ó n : d i sc ip l ina fiscal (es decir, e l imina­c i ó n de l déf ic i t p ú b l i c o como m e d i o de fomen to e c o n ó m i c o ) , p r i o r i d a d de l

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gasto p ú b l i c o en e d u c a c i ó n y salud, re forma t r ibu ta r ia , manejo de tasas de i n t e r é s positivas y determinadas p o r el mercado, tipos de cambio compet i ­tivos, p o l í t i c a s comerciales liberales, apertura a la i n v e r s i ó n extranjera, p r i ­vatizaciones, d e s r e g u l a c i ó n , y p r o t e c c i ó n a la p r o p i e d a d p r ivada . 1 1

E n la d é c a d a de los noventa se a c e n t u ó el cambio de paradigmas, de l d i -r ig ismo e c o n ó m i c o y la i n d u s t r i a l i z a c i ó n sobre la base de la s u s t i t u c i ó n de importaciones , a la idea de que la e c o n o m í a de mercado y la i n s e r c i ó n en la l lamada g l o b a l i z a c i ó n comercia l y financiera son la panacea para salir de l subdesarrollo. E n l o que respecta a la i n t e g r a c i ó n financiera, el p r inc ipa l cambio observado ha sido la llegada de capital extranjero pr ivado a varias naciones en desarrol lo, a las e c o n o m í a s en t r a n s i c i ó n de l socialismo al ca­pi ta l ismo, y a las de reciente i n d u s t r i a l i z a c i ó n , a todas ellas en v o l ú m e n e s m u y superiores a los observados an ter iormente . C o n esto, tales e c o n o m í a s en desarrollo, o "mercados emergentes", c o m o los califica e l F M I , 1 2 pueden financiar sus desequil ibrios seculares en cuenta cor r ien te c o n las inversio­nes privadas extranjeras directas y las inversiones en valores b u r s á t i l e s emi­tidos p o r los gobiernos o las corporaciones de esas mismas e c o n o m í a s en desarrollo.

E n esencia, cuando se habla de " g l o b a l i z a c i ó n " financiera y de su efec­to sobre las e c o n o m í a s en desarrollo, lo que quiere destacarse es la pr ivat i ­z a c i ó n o c u r r i d a rec ientemente en las transferencias de capital que los pa í ­ses superavitarios en balanza en cuenta cor r ien te , y t a m b i é n los que son exportadores netos de capital , hacen a las naciones en desarrollo. H i s tó r i ­camente, muchas de estas naciones financiaron sus desequil ibrios estructu­rales —es decir , solventar su insuficiencia de a h o r r o i n t e r n o y cubr i r las inversiones que les p e r m i t a n tener u n c rec imien to sostenido, l o suficiente­mente elevado c o m o para reduc i r la brecha que las separa de las e c o n o m í a s avanzadas— p o r m e d i o de p r é s t a m o s externos y c o n inversiones f o r á n e a s , tanto en activos físicos c o m o en valores b u r s á t i l e s . E l p r o b l e m a hasta la fe­cha es que la m a y o r í a de los P E D n o son lo suficientemente atractivos como

1 1 V é a s e la I n t r o d u c c i ó n de l estudio de l B a n c o M u n d i a l coord inado por Shad id Javed B u r k i y G u i l l e r m o E . Perry, intitulado "Más a l lá de l consenso de Washington", Washington, D . C . , 1998.

1 2 E l F o n d o l l a m a indist intamente e c o n o m í a s e n desarrol lo o emergentes a los 129 paí ­ses no avanzados que son miembros de l organismo. S i n embargo , The Economist, m á s realista, cons idera c o m o mercados emergentes ú n i c a m e n t e a 25 p a í s e s o e c o n o m í a s a los que se dirige e l capital internac ional : los ocho "tigres" de Asia , m á s C h i n a y l a Ind ia ; seis lat inoamericanos, entre ellos Bras i l , M é x i c o y Argent ina; seis europeos, de los cuales G r e c i a y T u r q u í a e s t á n cla­sificados por e l FMI c o m o "avanzados", y otros cuatro son " e c o n o m í a s e n t r a n s i c i ó n " (la R e p ú ­bl ica C h e c a , H u n g r í a , Po lon ia y R u s i a ) , m á s Egipto , S u d á f r i c a e Israel . L o s d e m á s son econo­m í a s pobres cuyo acceso al capital extranjero se l imita casi exclusivamente al que aportan otros gobiernos de p a í s e s ricos u organizaciones internacionales que otorgan p r é s t a m o s blandos.

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para que las empresas mult inacionales, los in te rmediar ios financieros y los inversionistas individuales destinen sus recursos a ellos, independiente­mente d e l p r e m i o (tasa de i n t e r é s ) que se les ofrezca, o de las perspectivas de luc ro .

A n ive l m u y agregado —que imp l i ca dificultades en el procesamiento de datos—, el Fondo Mone ta r io In te rnac iona l ha venido cuantif icando los flujos netos de capital que, en los a ñ o s noventa y en sus diferentes modal i ­dades, h a n estado m o v i é n d o s e hacia las e c o n o m í a s en desarrollo o emergen­tes. L a ú l t i m a i n f o r m a c i ó n disponible al respecto se presenta en el cuadro 7, en el cual se han e l iminado las cifras correspondientes a "otros mercados as iá t icos emergentes", a M e d i o Or ien te y a Europa , así como a los pa í ses en t r a n s i c i ó n de l socialismo a la e c o n o m í a de mercado, po rque se prestan a duplicaciones o son poco significativas para los fines de nuestro anál is is . T a m b i é n se ag lu t inaron los datos anuales de 1991 a 1995, en u n quinque­n io de l cual se calcularon los promedios a r i t m é t i c o s .

Es claro que en la d é c a d a de los noventa h u b o u n verdadero auge de entradas de capital en las e c o n o m í a s emergentes. E n los pr imeros cinco a ñ o s , e l ingreso p r o m e d i o neto anual de capital pr ivado extranjero al total de p a í s e s en desarrollo fue de 154 m i l mi l lones de d ó l a r e s , con una ten­dencia a l c rec imiento que se mantuvo hasta 1996, en que el flujo neto de capital p r ivado sa l tó hasta los 212 m i l mi l lones de d ó l a r e s , la m a y o r í a en for­ma de inversiones extranjeras directas e inversiones en por tafo l io , y con una salida neta de capital p ú b l i c o (amortizaciones de deuda p ú b l i c a ) .

C U A D R O 7

Mercados de e c o n o m í a s emergentes: flujos netos de capi ta l 1

(miles de mi l lones de d ó l a r e s estadounidenses)

Medio anual

2 2 8 E U G E N I O A N G U I A N O R O C H FJXL-2

1 F lujos netos de capital se refiere a inversiones netas directas, inversiones netas e n por­tafolio y otros flujos netos de i n v e r s i ó n de corto y largo plazos, inc luidos p r é s t a m o s p ú b l i c o s y privados. Mercados emergentes abarca p a í s e s e n desarrol lo , p a í s e s e n t r a n s i c i ó n , C o r e a de l S u r , S ingapur , la provinc ia c h i n a de T a i w a n e Israel . N o hay datos disponibles para l a RAE de H o n g K o n g .

2 D e b i d o a l imitaciones e n la i n f o r m a c i ó n , "otras inversiones netas" puede incluir algunos flujos oficiales.

3 E l signo negativo ind ica aumentos e n las reservas y e l positivo, p é r d i d a de reservas. 4 L a d i ferencia entre la cuenta corriente y la s u m a de flujos netos de capital privado, p ú ­

bl ico y v a r i a c i ó n de reservas equivale a la cuenta de capital y a errores y omisiones. 5 Inc luye C o r e a de l Sur , S ingapur y T a i w a n . N o hay datos disponibles para H o n g K o n g . 6 Se refiere a A m é r i c a L a t i n a y e l C a r i b e .

Fuente : e l a b o r a c i ó n h e c h a c o n base en: FMI, WorldEconomic Outlook, mayo de 1999, cuadro 2.5, pp . 40-41.

E n los datos de l cuadro 7 n o se alcanza a apreciar c o n c lar idad la fuerte con­c e n t r a c i ó n de las inversiones extranjeras en unos cuantos pa í ses o econo­m í a s , que deja a la mayor parte de los p a í s e s en desarrol lo al margen de ese benef ic io , p o r la s imple r a z ó n de que n o son sujetos atractivos de c r é d i t o o i n v e r s i ó n para los in te rmediar ios financieros que colocan los enormes fon­dos de a h o r r o generados p r inc ipa lmen te en las e c o n o m í a s avanzadas. N o obstante la carencia de i n f o r m a c i ó n p o r p a í s e s , es fácil advertir, p o r e jemplo , que Áfr ica recibe u n a parte m e n o r d e l capi ta l extranjero pr ivado,

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y que t iene que depender m á s de capital p ú b l i c o de l exter ior , para poder fi­nanciar su desequi l ibr io externo, que en 1998 y 1999 s u p e r ó o fue casi igual a los ingresos totales de capital externo. Es decir , se trata de u n a r e g i ó n , sal­vo Egipto y Sudáf r i ca , que para los fines de la g l o b a l i z a c i ó n financiera de los noventa n o f o r m a parte de los mercados emergentes.

O t r o aspecto impor t an te de la e x p l o s i ó n en los v o l ú m e n e s de capital extranjero que l legan a los mercados emergentes es su vola t i l idad . L a tre­menda c a í d a que se d i o en las entradas netas de capital a las e c o n o m í a s emergentes en 1998, y que empieza a dibujarse en 1997 (véase cuadro 7) , se d e b i ó a la crisis mone ta r ia y financiera que se i n i c i ó en Ta i l and ia en el se­gundo semestre de 1997, y en los meses siguientes se e x t e n d i ó a las hasta en­tonces d i n á m i c a s e c o n o m í a s as iá t icas , que h a b í a n ejercido la p r i nc ipa l a t r a c c i ó n de capital in ternac ional : Tai landia , Indonesia , Malasia, Fil ipinas, Corea de l Sur, Singapur, Taiwan y H o n g K o n g (precisamente las e c o n o m í a s que se eng loban en e l r u b r o "Asia: p a í s e s en crisis" de l cuadro 7 ) .

L a crisis financiera de Asia Or ien ta l , que en 1998 se c o n v i r t i ó en crisis e c o n ó m i c a en muchos de los pa í s e s de l á r e a (Corea de l Sur, Indonesia , Ma­lasia, Ta i landia , F i l ip inas) , a f ec tó al resto de los mercados emergentes, en­tre ellos los de A m é r i c a La t ina ("Hemisfer io Occ iden ta l" ) , p o r la simple ra­z ó n de que, cuando los in te rmediar ios financieros mundia les advierten u n margen de riesgo mayor que el "no rma l " en u n o , o unos cuantos, de los mercados emergentes, de inmed ia to re t i ran sus fondos de la to ta l idad de ellos, y los reasignan a los mercados financieros maduros , p r inc ipa lmente a los Estados Un idos . Eso es lo que se refleja en las cifras de l cuadro 7, donde se observa t a m b i é n que las I E D son las menos volá t i l es , dado su c a r á c t e r de activos fijos, en tanto que las otras formas de i n v e r s i ó n pr ivada cambian con una ve loc idad asombrosa, pasando de entradas netas de capital a enormes salidas de l mi smo . Estas son las inversiones e n divisas, en valores privados o p ú b l i c o s , y en operaciones de cober tura .

L a c o n c l u s i ó n que se desprende de l o o c u r r i d o en los a ñ o s noventa, en cuanto al c rec imien to y a la i n t e r n a c i o n a l i z a c i ó n de los mercados de dine­ro y capital , habidos en el m u n d o en el ú l t i m o q u i n t o de l siglo X X , es que de el lo h a n p o d i d o beneficiarse algunas de las e c o n o m í a s en desarrollo o en t r a n s i c i ó n s i s t é m i c a de Asia, A m é r i c a La t ina y Eu ropa ( m á s dos africa­nas) , en tan to que el resto de naciones en desarrol lo ha quedado al margen de sus beneficios. Por o t ra parte, la g l o b a l i z a c i ó n presenta opor tunidades y enormes riesgos, que se der ivan de la vo la t i l idad de l capi tal financiero, menor en e l caso de las I E D , y que en muchas e c o n o m í a s emergentes ha l le­vado a crisis de l iqu idez in te rnac iona l a finales de la d é c a d a de los noventa, seguidas p o r crisis bancarias que han contrarrestado las ventajas en u n p r i n ­c ipio obtenidas c o n e l acceso al capital extranjero abundante .

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M É X I C O : PAÍS D E U D O R SECULAR

Desde la o b t e n c i ó n de su independencia , e l Estado mexicano ha cargado c o n e l fardo de una permanente deuda externa, que l o hizo vulnerable en e l siglo X I X a presiones e intervenciones de potencias extranjeras. Duran te los 30 a ñ o s de l porf i r ia to , e l pa í s c o m b i n ó e l manejo de p r é s t a m o s externos al gob ie rno con una p o l í t i c a de a t r a c c i ó n de inversiones extranjeras direc­tas en ferrocarriles, m i n e r í a y p e t r ó l e o , p r inc ipa lmente , l o que p e r m i t i ó u n a era de crec imiento e c o n ó m i c o sostenido. E l estallido de la R e v o l u c i ó n i n t e r r u m p i ó los ingresos de capital extranjero y a g r a v ó e l endeudamiento ex te rno de l erario, debido a las indemnizaciones exigidas p o r los gobiernos de otros pa í ses , especialmente e l de los Estados Unidos , po r d a ñ o s que la guer ra c ivi l y las expropiaciones h a b í a n causado a sus ciudadanos y empre­sas radicados en M é x i c o .

C o n el reconoc imien to de l gob ie rno de Alvaro O b r e g ó n , a par t i r de los l lamados tratados de Bucarel i , e l endeudamien to p ú b l i c o externo que ve­n í a a r r a s t r á n d o s e desde antes de 1910-1920 q u e d ó consolidado, y se a b r i ó u n a nueva etapa de convivencia con el capital in te rnac iona l , al t i empo que se in ic iaba la c o n s t r u c c i ó n de l M é x i c o c o n t e m p o r á n e o , con la c r e a c i ó n de l banco centra l en 1925, las pr imeras grandes obras p ú b l i c a s en caminos, presas y otros proyectos de infraestructura. E l capital ex terno volvió a fluir, t an to en la f o rma de p r é s t a m o s bancarios comerciales y p ú b l i c o s , como de inversiones extranjeras directas en m i n e r í a , p e t r ó l e o , c o n s t r u c c i ó n y servi­cios tales como t e l e fon í a , e lec t r ic idad y comerc io . L a g ran crisis de l capita­l i smo m u n d i a l de 1929-1933 i n t e r r u m p i ó la c a p t a c i ó n de ahor ro ex te rno p o r par te de M é x i c o , y o b l i g ó a u n radical cambio de la estrategia de creci­m i e n t o , de la basada en la e x p o r t a c i ó n de materias pr imas a una p o l í t i c a comerc ia l y mone ta r ia proteccionista , a t o n o con la s i t u a c i ó n que prevale­c í a en e l m u n d o de los a ñ o s t re in ta . E n marzo de 1938, e l gob ie rno de l ge­ne ra l L á z a r o C á r d e n a s d e c r e t ó la e x p r o p i a c i ó n de los intereses petroleros estadounidenses e ingleses en M é x i c o , a r a í z de l desacato en que é s tos i n ­c u r r i e r o n ante u n fallo de la Suprema Cor te de Justicia, c o n lo cual nueva­men te se cer ra ron las fuentes de c r é d i t o ex te rno para M é x i c o y se contra­j e r o n las I E D .

C o n el estallido de la Segunda Guer ra M u n d i a l y la p a r t i c i p a c i ó n de M é x i c o en ella a pa r t i r de 1942, de l lado de las naciones aliadas y con u n a c o n t r i b u c i ó n m á s de c a r á c t e r p o l í t i c o que mi l i t a r , las divergencias causadas p o r la e x p r o p i a c i ó n pe t ro lera pasaron a u n p lano secundario. C o m o aliado de la c o a l i c i ó n de fuerzas que e n f r e n t ó y t e r m i n ó p o r der ro tar a las po ten­cias de Eje, nuestro p a í s p a r t i c i p ó en la Conferencia de Bre t ton Woods de

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1944, que s e n t ó las bases para la r e c o n s t r u c c i ó n de l sistema mone ta r io y financiero de la posguerra. M é x i c o fue u n o de los estados fundadores de l Fondo M o n e t a r i o In te rnac iona l y de l Banco In te rnac iona l de Reconstruc­c i ó n y Fomento , y en f u n c i ó n de los l incamientos aprobados p o r ambas ins­ti tuciones, en especial la p r i m e r a de ellas, se a d o p t ó el sistema mone ta r io todav ía vigente en el pa í s .

A l t e rmina r la guerra, la e c o n o m í a mexicana, que duran te e l conf l ic to b é l i c o h a b í a t en ido s u p e r á v i t comerciales y aun de balanza en cuenta co­r r iente c o n e l exter ior , c o m e n z ó u n a etapa de i n d u s t r i a l i z a c i ó n y de p lena n o r m a l i z a c i ó n de su p o s i c i ó n credi t ic ia in ternac ional . Ent re 1946 y 1954, el esfuerzo de i n d u s t r i a l i z a c i ó n se r e a l i z ó sacrificando la estabil idad de l t ipo de cambio y, p o r tanto, p u d i e r o n mantenerse niveles de pro tecc ionismo co­mercia l moderados. Las fuertes inversiones p ú b l i c a s , que impu l sa ron a las de l sector pr ivado, na tura lmente sobrepasaron la d i spon ib i l i dad de ahor ro in te rno , y se r e c u r r i ó en f o r m a creciente a la c a p t a c i ó n de capitales de l ex­ter ior . De 1954 a 1976, las autoridades h a c e n d a r í a s y e l Banco de M é x i c o adoptaron u n a p o l í t i c a de t i po de cambio fijo, relativa estabil idad financie­ra in te rna (déf ic i t fiscales "manejables" y c o n t r o l de la oferta mone ta r ia y de los c r é d i t o s bancarios mediante ins t rumentos directos) y de creciente pro­teccionismo comercia l , tanto en la f o rma de aranceles c o m o de controles cualitativos al in te rcambio de m e r c a n c í a s y servicios con e l exter ior . E l creci­mien to e c o n ó m i c o de esos a ñ o s fue e l m á s acelerado de la h is tor ia recien­te de l pa í s , con una tasa med ia anual de crec imiento de l P I B per c á p i t a a pre­cios de 1993 de 2.97%, duran te 21 a ñ o s ; 1 4 e l endeudamien to externo t a m b i é n a u m e n t ó , de niveles que n o l legaban a crear presiones serias a la capacidad de pago, hasta u n a s i t u a c i ó n incont ro lab le en 1976, que o b l i g ó a una d r á s t i c a d e v a l u a c i ó n monetar ia , luego de 22 a ñ o s de i namov i l i dad de una pa r idad de 12.49/12.50 pesos p o r c o m p r a y venta de d ó l a r .

Los siguientes seis a ñ o s estuvieron marcados p o r la bonanza petrolera, que p e r m i t i ó tanto la r e v a l o r i z a c i ó n sin precedentes de los precios m u n -

1 3 Se e f e c t u ó de l I o a l 22 de j u l i o de 1944 y part ic iparon 44 p a í s e s , inc luidos Checoslova­quia, Polonia , Yugoslavia y la U n i ó n S o v i é t i c a . E n j u n i o y j u l i o de 1946 se suscribieron respec­tivamente los acuerdos constitutivos de l FMI y de l BIRF, pero cuatro participantes e n la Confe­r e n c i a de Bret ton Woods n o los ratificaron: U n i ó n S o v i é t i c a , N u e v a Ze landa , H a i t í y L i b e r i a . L o s tres ú l t i m o s p a í s e s se a d h e r i r í a n m á s tarde a ambas instituciones.

1 4 L o s c á l c u l o s de PIB per c á p i t a se h i c i eron c o n base e n series de l producto interno bru­to de 1925-1998, y datos de p o b l a c i ó n de 1930 a 2000. E n el p r i m e r caso, las series e s t á n e n pe­sos corrientes, pesos de 1960 ,1980 y 1993; e n cuanto a p o b l a c i ó n , las series corresponden a la p o b l a c i ó n censal , los reajustes que hizo l a CONAPO e n 1995 y 1998 p a r a los a ñ o s noventa, y las estimaciones de C a b r e r a (1997) , Rubalcava (1998) y U r q u i d i (1994) . Datos y proyecciones de V í c t o r L . U r q u i d i .

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diales de los h idrocarburos de 1973 y 1979-1980, como el desarrollo de u n p rograma muy ambicioso para explotar y desarrollar importantes reservas de ese combustible localizadas en el sureste de M é x i c o , especialmente en la p la taforma m a r í t i m a . E n só lo c inco a ñ o s , M é x i c o p a s ó de p r o d u c i r 700 000 barriles diarios ( b / d ) de c rudo (mayo de 1975) a casi 2.2 mi l lones b / d ( ju­l io de 1980), c o l o c á n d o s e como q u i n t o o sexto (variaba) p roduc to r m u n ­dia l de p e t r ó l e o . Pero esto s ignif icó u n enorme gasto en inversiones, que se financió p r inc ipa lmente con c r é d i t o s que los bancos comerciales extranje­ros se apresuraron a otorgar , con avales m í n i m o s . L a deuda externa m e x i ­cana se d i s p a r ó y, a mediados de 1981, cuando se p rodu jo la c a í d a en los precios internacionales de l c rudo , e l gob ie rno de J o s é L ó p e z Por t i l lo en­f r e n t ó la peor crisis de l iquidez in te rnac iona l de los gobiernos posteriores a la R e v o l u c i ó n mexicana. Abruptas devaluaciones n o fueron suficientes pa­ra resolver el p roblema, y en agosto de 1982 se i n t rodu jo el c o n t r o l de cam­bios, se n a c i o n a l i z ó la banca pr ivada in t e rna y, finalmente, se d e c r e t ó la sus­p e n s i ó n de l pago de las obligaciones con e l exter ior . C o m o ya se d i jo , la crisis mexicana de 1982 tuvo repercusiones adversas en todos los ahora l la­mados mercados financieros emergentes de l m u n d o , en especial los de A m é r i c a Lat ina .

E l resto de la d é c a d a de los ochenta fue p e r d i d o para los fines de l cre­c imien to e c o n ó m i c o de l p a í s (en muchas naciones latinoamericanas, a los ochenta se les l lama la " d é c a d a de l desarrollo p e r d i d o " ) . E l P I B tota l , med i ­do a precios de 1993, c r e c i ó en M é x i c o a una tasa p r o m e d i o anual de 1.43% entre 1981 y 1989, y el per c á p i t a r e g i s t r ó una tasa negativa med ia anual de 1.27%; una acelerada in f l ac ión , que en el sexenio de M i g u e l de la M a d r i d a l c a n z ó u n p r o m e d i o anual de 84.5%, y u n a d e v a l u a c i ó n acumulada de l pe­so de 67% (1983-1988). E n d ic i embre de 1982, e l gob ie rno mexicano l o g r ó suscribir u n acuerdo de fac i l idad ampl iada con el F M I , que ev i tó la qu iebra f inanciera de l pa í s y, sobre todo, que se declarara la s u s p e n s i ó n defini t iva de las obligaciones financieras de M é x i c o c o n el extranjero. Así , se i n i c i ó u n comple jo p rograma de rescate de la e c o n o m í a mexicana, y de otras la t ino­americanas. L a crisis de los ochenta —de M é x i c o y de otras naciones— fue fundamenta lmente u n a crisis de deuda p ú b l i c a .

L A CRISIS M E X I C A N A D E 1982

Entre 1977 y 1981 la e c o n o m í a mexicana h a b í a exper imentado u n acelera­do c rec imien to —más de 8% de i nc r emen to p r o m e d i o anual de l P I B — , que fue posible gracias a la bonanza pe t ro le ra que trajo e l i nc remen to de los precios internacionales de l c rudo , a su vez causado p o r la r e v o l u c i ó n i r a n í ,

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que e m p u j ó los precios de los pr incipales marcadores ( I r á n 3 4 ° , Saudi Ara­b ia 39° y T í a Juana venezolano de 34° A P I ) de entre 12 y 13 d ó l a r e s p o r ba­r r i l , en d ic iembre de 1978, a 34.50 d ó l a r e s el b a r r i l base de la O P E P , en j u l i o de 1980 . 1 5 Las fuertes inversiones que Pemex r e q u i r i ó , para llevar a cabo su impresionante p rograma de e x p l o r a c i ó n y desarrollo, se financiaron c o n la llegada masiva de c r é d i t o s bancarios internacionales, muchos de ellos con­tratados p o r vía t e l e fón i ca , ante las expectativas creadas p o r la indus t r ia pe t ro lera de l pa í s .

Para 1981 ya se evidenciaba u n sobrecalentamiento de la e c o n o m í a , que se ref le jó en u n a e l e v a c i ó n de 28.7% de l í n d i c e de precios al consumi­do r al conc lu i r d i cho a ñ o , mientras e l déf ic i t de la balanza en cuenta co­r r ien te llegaba a los 12900 mi l lones de d ó l a r e s . E l gasto p ú b l i c o p r o s i g u i ó con su tendencia expansionista, de manera tal que para 1981 e l dé f ic i t fis­cal g lobal (gobierno y sector p ú b l i c o ) l l e g ó a representar 15% d e l P I B , al t i empo que los precios internacionales de l c rudo comenzaban a decl inar y, po r tanto, los ingresos fiscales y los derivados de las exportaciones petrole­ras se c o n t r a í a n r á p i d a m e n t e . U n a demanda externa d é b i l , acoplada a o b l i ­gaciones crecientes de l servicio de u n a deuda externa masiva, que a fines de 1982 era de 83 000 mi l lones de d ó l a r e s , m á s de l 60% contratada a co r to pla­zo, l levaron a u n a grave crisis de l iquidez .

E l gob ie rno de l presidente J o s é L ó p e z Por t i l lo i n t rodu jo varias medidas e c o n ó m i c a s para afrontar esa crisis, i nc lu ida la f l o t ac ión de l peso, que se ha­b í a man ten ido relat ivamente estable desde 1976, con u n a pa r idad que fluc­tuaba a l rededor de los 22 pesos p o r d ó l a r estadounidense. E n febrero de 1982, la pa r idad p a s ó a 26 75 y para marzo el peso se h a b í a desplomado a 45 po r d ó l a r . A p r inc ip ios de agosto se puso en o p e r a c i ó n u n t i po de cambio doble , c o n el que se esperaba detener la e s p e c u l a c i ó n con t ra las reservas bancarias; u n a pa r idad preferencial de 50 pesos p o r d ó l a r para las i m p o r ­taciones de al imentos, bienes de capital y otros productos esenciales, así co­m o para e l pago de intereses de la deuda de l sector pr ivado, y o t ra en flota­c i ó n l ib re . Esta a c c i ó n se r e f o r z ó con la i n t r o d u c c i ó n de u n c o n t r o l de cambios y, a pa r t i r de l 12 de agosto, se congelaron todos los activos en d ó ­lares que estaban depositados en cuentas de ahor ro o en inversiones de i n ­t e r é s fijo manejadas p o r los bancos comerciales, c o n v i r t i é n d o l o s a pesos, al t ipo de cambio preferencial .

1 5 E l p r i m e r gran impulso a l prec io m a r c a d o r de l barr i l de c r u d o o c u r r i ó d e s p u é s de la guerra árabe- i srae l í de octubre de 1973, que e l e v ó los precios de a lrededor de 3 d / b a 11.65 d / b (288% de a u m e n t o ) . E n los siguientes dos a ñ o s se ace leraron los trabajos de p r o s p e c c i ó n g e o l ó g i c a e n M é x i c o , que l levaron a u n a fuerte r e v a l o r a c i ó n de las reservas petroleras proba­das de l p a í s , a l t erminar l a a d m i n i s t r a c i ó n de L u i s E c h e v e r r í a .

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T o d o eso r e s u l t ó insuficiente para detener la compra de d ó l a r e s y la hu ida de capital. Se g e n e r ó u n mercado negro de divisas y, a mediados de agosto de 1982, e l d ó l a r se cotizaba en é l a 150 pesos. E l 18 de ese mismo mes, J e s ú s Silva Herzog , qu i en h a b í a sustituido a David Iba r ra como secreta­r io de Hacienda en el mes de marzo anterior, a n u n c i ó que M é x i c o n o p o s e í a los suficientes fondos para pagar e l servicio de la deuda p ú b l i c a —60 000 m i ­llones de d ó l a r e s o 72% de l endeudamien to externo to ta l—y viajó a Wash­i n g t o n a in ic iar negociaciones c o n el F M I y los bancos acreedores. Mientras tanto, en su i n f o r m e de gob ie rno de l I o de septiembre de 1982, e l presi­dente de la R e p ú b l i c a anunciaba la n a c i o n a l i z a c i ó n de la banca pr ivada i n ­terna, denunc iando que a t ravés de ella se h a b í a descapitalizado al p a í s . 1 6

E n el ú l t i m o tr imestre de 1982, la s i t u a c i ó n e c o n ó m i c a de l p a í s era ca­tas t róf ica : c o n t r o l de cambios y u n a p ro funda d e v a l u a c i ó n de l peso en el mercado negro; u n a i n f l a c ión anualizada de m á s de 90%; ingresos de capi­tal externo que h a b í a n v i r tua lmente cesado; e l déf ic i t ex terno en cuenta co­r r ien te se h a b í a r educ ido de manera d r a m á t i c a , merced a la pará l i s i s de la e c o n o m í a y al ajuste obl igado en la cuenta de capital; en suma, M é x i c o es­taba al borde de declararse en qu iebra in ternac ional .

N o fue sino hasta d ic iembre de 1982, d e s p u é s de l cambio de gobie rno , cuando las negociaciones c o n el F M I p u d i e r o n concluirse. Ent re los factores que p r o l o n g a r o n e l acuerdo, para i m p e d i r que u n a mora to r i a de pagos de la deuda mexicana se volviera acto uni la te ra l , estuvieron: la resistencia de l gob ie rno de L ó p e z Por t i l l o a aceptar las d rá s t i ca s medidas de ajuste, la de­t e r m i n a c i ó n de l mi smo F M I de cond ic ionar cualquier acuerdo de faci l idad ampl iada a u n a p lena c o o p e r a c i ó n d e l gob ie rno de M é x i c o c o n los bancos extranjeros acreedores, y la i n c e r t i d u m b r e causada p o r la n a c i o n a l i z a c i ó n de los bancos privados. Ya c o n M i g u e l de la M a d r i d instalado como presi­dente const i tuc ional de M é x i c o , q u i e n c o n f i r m ó a Silva H e r z o g c o m o se­cretar io de Hacienda, se finiquitó el acuerdo in te rnac iona l . Los 1400 ban­cos acreedores conced ie ron u n p r é s t a m o de 6 500 mi l lones de d ó l a r e s (que luego se redujo a 5 000 mi l lones ) , apor tando cada banco d ine ro en pro­p o r c i ó n al grado de e x p o s i c i ó n que t e n í a en el to ta l de los 25 000 mi l lones colocados en M é x i c o . Luego que esto se h u b o asegurado (15 de d ic iem­b r e ) , el F M I c o n c e d i ó al gob ie rno de M é x i c o u n p r é s t a m o de fac i l idad am­pl iada p o r D E G de 3 6 1 1 250000 (unos 3 960 mi l lones de d ó l a r e s ) , d isponi­bles en los siguientes tres a ñ o s .

1 6 S e g ú n el presidente L ó p e z Porti l lo, los mexicanos ricos h a b í a n c o m p r a d o propiedades fuera del p a í s p o r u n valor de 30 000 mil lones de d ó l a r e s y depositado e n bancos de Estados U n i d o s otros $14 000 mi l lones , agravando la crisis de l iquidez, mientras los bancos comercia­les de M é x i c o h a b í a n permit ido esta h u i d a de capital .

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N E G O C I A C I Ó N D E L A D E U D A Y A J U S T E E C O N Ó M I C O

L a crisis de la deuda p ú b l i c a externa mexicana de 1982 c o n t a m i n ó a la ma­y o r í a de los mercados emergentes y a fec tó sobre todo a las e c o n o m í a s la t i ­noamericanas. T o d o el resto de la d é c a d a h u b o una grave r e t r a c c i ó n de los c r é d i t o s bancarios a la r e g i ó n y e l flujo de capital privado extranjero fue m í ­n i m o . E n septiembre de 1983 se e f e c t u ó en Caracas, Venezuela, u n a confe­rencia regional sobre deuda externa, auspiciada po r la O E A , en la que se h i ­zo u n claro d i a g n ó s t i c o de la s i t u a c i ó n f inanciera de A m é r i c a La t ina y el Caribe: la deuda externa to ta l llegaba a 330 000 mil lones de d ó l a r e s , con obligaciones po r servicio de esa deuda de unos 45 000 mil lones . L a falta de confianza en L a t i n o a m é r i c a s ignif icó que los prestamistas internacionales cargaran m á r g e n e s extra a las tasas de i n t e r é s de referencia, las cuales su­b i e r o n considerablemente en los ochenta; así, p o r ejemplo, a mediados de 1983, los c r é d i t o s a Brasil pagaban 2V2% sobre la tasa L i b o r (tasa in terban-caria de oferta de Londres ) , M é x i c o 17 /8 , Argen t ina y Chi le 2 1 / 8 , e t c é t e r a .

De esa conferencia reg iona l s u r g i ó la idea de una a c c i ó n colectiva de los p a í s e s deudores para presionar a la c o m u n i d a d in te rnac iona l c o n el ob­j e t o de establecer condiciones de o p e r a c i ó n diferentes, pues de o t ra mane­ra las morator ias de pagos se v o l v e r í a n costumbre m á s que e x c e p c i ó n . Ve­nezuela, P e r ú , Brasil , A r g e n t i n a y M é x i c o crearon u n g rupo i n f o r m a l que p o s t u l ó varios cri terios y objetivos, entre los m á s importantes , que la r a z ó n deuda/servicios d e b e r í a establecerse de acuerdo con la capacidad de pago de cada pa í s ; que se est imulara a las inst i tuciones financieras estadouni­denses a otorgar financiamiento para exportaciones de los p a í s e s america­nos, y que los organismos internacionales colocaran mayores recursos y en condiciones m á s flexibles en los p a í s e s de la r e g i ó n . Este l lamado "consen­so de Caracas" fue in te rpre tado p o r algunos observadores y p o l í t i c o s c o m o u n i n t e n t o de fo rmar u n a especie de c á r t e l de deudores, cuya fuerza de ne­g o c i a c i ó n p o d r í a eventualmente consistir en u n a s u s p e n s i ó n colectiva de pagos de deuda externa —servicio y a m o r t i z a c i ó n — , l o cual d i s l o c a r í a e l mercado financiero in te rnac iona l .

F ina lmente nunca se c o n c r e t ó ta l t ipo de acciones de los deudores, por­que cada gob ie rno p r e f i r i ó , a la h o r a de la verdad, negociar con el F M I y sus bancos acreedores u n a salida e spec í f i ca para sus propias circunstancias, en lo referente a deuda y pagos . 1 7 N o obstante, la p r e s i ó n ejercida p o r los gran­des deudores la t inoamericanos, y de otras regiones, o b l i g ó al gob ie rno de

1 7 E n t r e 1983 y 1989 se rea l izaron numerosas conferencias de la OEA, e l SELA, la CEPAL, e l G r u p o de los 77, B a n c o M u n d i a l , etc., sobre e l p r o b l e m a de las naciones deudoras y la escasez de l iquidez internac ional que ellas afrontaban.

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los Estados U n i d o s a buscar soluciones a la crisis financiera de los p a í s e s en desarrollo, en c o m b i n a c i ó n con el F M I y otras insti tuciones afines, tanto i n ­ternacionales como regionales. E l p r i m e r esquema de rescate colectivo l o p l a n t e ó e l secretario de l Tesoro, James Baker, en la r e u n i ó n conjunta F M I -Banco M u n d i a l de l o t o ñ o de 1985; la idea o r ig ina l era aportar recursos a los PED de ingreso m e d i o ( léase los m á s endeudados) p o r 20000 mi l lones de d ó l a r e s , en u n pe r iodo de tres a ñ o s , a c o n d i c i ó n de que los beneficiarios efectuaran cambios estructurales a sus e c o n o m í a s nacionales, entre otros: "aumentar la dependencia en el sector pr ivado y reduc i r la de l sector p ú ­bl ico; acciones de l lado de la oferta para aumentar empleo , p r o d u c c i ó n y eficiencia; medidas orientadas al mercado para est imular la i n v e r s i ó n d i ­recta y las entradas de capital extranjero; t ipos de cambio y tasas de i n t e r é s orientadas p o r e l mercado; po l í t i c a s monetarias y fiscales só l idas para redu­cir desequil ibrios, i n f l a c i ó n y l iberar recursos para e l sector pr ivado [ . . . ] " . 1 8

E l l l amado Plan Baker fue rec ib ido con cier to pesimismo p o r parte de los pa í s e s deudores y de los foros que ellos h a b í a n cons t i tu ido para darle una s o l u c i ó n m á s e n é r g i c a a la pesada carga de la deuda externa. Sin em­bargo, se comenzaron a efectuar operaciones de t rueque de deuda p o r ac­tivos financieros en varios casos, entre ellos e l de M é x i c o . A l acuerdo de d ic iembre de 1982, concertado c o n el F M I , con los bancos comerciales i n ­ternacionales acreedores y con el Tesoro de los Estados Un idos , el gobier­no mexicano a g r e g ó o t ra n e g o c i a c i ó n en 1986-1987 de u n paquete de ref i -nanc iamiento c o n 210 bancos comerciales y dos facilidades contingentes con e l F M I . E n to ta l , se obtuvo d ine ro fresco p o r 7 700 mi l lones de d ó l a r e s , la m a y o r í a apor tado p o r bancos comerciales, en lo que se c o n s i d e r ó "el ma­yor p r é s t a m o de la h is tor ia o torgado a u n solo p a í s en u n a sola opera­c i ó n " . 1 9 A mediados de agosto de 1987 se h a b í a conc lu ido la p r i m e r a fase de la r e e s t r u c t u r a c i ó n de la deuda mexicana, 103 000 mi l lones de d ó l a r e s en ese a ñ o , y las operaciones de canje (Plan Baker) de acciones p o r nuevos valores se u t i l i za ron en f o r m a l imi t ada —unos m i l mil lones— porque el efec­to in f lac ionar io de este t i po de operaciones se c o n s i d e r ó m á s costoso que los beneficios derivados de r educ i r el t a m a ñ o de la deuda.

E l nuevo gob ie rno , e l de Carlos Salinas de Gor t a r i , que c o m e n z ó en d i ­c iembre de 1998, a c o m e t i ó u n a nueva fase de la r e e s t r u c t u r a c i ó n de la deu­da externa , jus to cuando se p o n í a en juego u n p l a n de al ivio financiero m á s ambicioso que el Baker, y que fue i n t roduc ido p o r Nicholas Brady, secretario del Tesoro de l t a m b i é n nuevo gobierno de los Estados Unidos , e l de George

1 8 V é a s e la parte sustantiva de l discurso de J a m e s Baker , de l 8 de octubre de 1985, e n Keesing's 1986, p. 34139.

1 9 Kees ing's 1987, p. 35498-A.

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Bush. E n marzo y abr i l de 1989, e l F M I y e l Banco M u n d i a l aprobaron , res­pectivamente, medidas tendientes a apoyar la estrategia de Brady, para ha­cer f rente a la deuda del 'Te rce r M u n d o " . D icha estrategia apuntaba a re­duc i r la deuda de los P E D , mediante concesiones que los bancos comerciales acreedores o t o r g a r í a n de manera voluntar ia , a t ravés de diversos esquemas, entre otros, r ecompra de deuda externa p o r los emisores de la misma en los mercados secundarios, t rueque de deuda p o r acciones, t rueque de deuda p o r deuda (en el que los bancos in te rcambiaban su cartera de c r é d i t o p o r otras obligaciones de mejor cal idad, especialmente bonos) y "swaps" de deuda p o r desarrollo ( c o n v e r s i ó n de deuda de cor to y mediano plazo a deu­da de largo plazo, con intereses l igeramente superiores a las tasas l í d e r e s de l mercado m u n d i a l ) .

Para que el mecanismo func ionara —es decir , que los bancos aceptaran rebajar las obligaciones de sus deudores a cambio de otros ins t rumentos de c r é d i t o o de operaciones de autocompra—, era fundamenta l que los orga­nismos monetar ios y financieros mult i la terales fondearan parte de las ope­raciones de "swap". Por eso el F M I a m p l i ó los derechos de g i ro de los P E D , y a b r i ó facilidades ampliadas y especiales de c r é d i t o para darles l iquidez a los gobiernos que se e n f r a s c a r í a n en las operaciones de t rueque. E l Banco M u n d i a l e s t a b l e c i ó nuevos l incamien tos para conceder p r é s t a m o s de largo plazo, que eran m á s liberales y flexibles que los acostumbrados hasta en­tonces. Estos recursos se o t o r g a r í a n condic ionados a que los deudores n o en t ra ran en suspensiones unilaterales de pagos de l servicio de sus deudas, y que apl icaran cambios estructurales: p r i v a t i z a c i ó n de empresas estatales, aper tura de sus mercados y de la cuenta de capital de las balanzas de pagos, e l i m i n a c i ó n de déf ic i t fiscales, e s t í m u l o s al sector pr ivado de sus respectivas e c o n o m í a s y fomento de la p r o d u c c i ó n , n o de l gasto.

E febrero de 1990, e l secretario de Hac ienda de M é x i c o , Pedro Aspe, h a b í a conc lu ido u n acuerdo c o n 450 bancos comerciales extranjeros, que se c o n s i d e r ó como el p r i m e r caso de a p l i c a c i ó n de l Plan Brady. E l p r o p i o Aspe estimaba que con tal acuerdo e l p a í s a h o r r a r í a a l rededor de 4710 m i ­l lones de d ó l a r e s anuales en u n p e r i o d o de cuatro a ñ o s , y explicaba q u é t i ­po de canjes h a b í a n aceptado los bancos acreedores, la m a y o r í a de los cua­les (49%) o p t ó p o r e l de conver t i r sus p r é s t a m o s a M é x i c o en nuevos bonos a la par y de largo plazo. E n los siguientes cuatro a ñ o s , la s i t u a c i ó n finan­ciera mexicana m e j o r ó deb ido a la r e e s t r u c t u r a c i ó n de la deuda externa ( a m p l i a c i ó n de l calendario de a m o r t i z a c i ó n y r e d u c c i ó n de pagos anuales p o r servicio) , aunque los bancos de jaron de o torgar nuevos c r é d i t o s . Sin embargo , las operaciones de t rueque de deuda p o r nuevos bonos guberna­mentales, así como los c r é d i t o s de fac i l idad ampl iada que n e g o c i ó e l go­b i e r n o c o n el F M I en 1989, y en 1992 en que se a m p l i ó e l venc imien to de l

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p r é s t a m o p o r otros tres a ñ o s , p e r m i t i e r o n que M é x i c o tuviera acceso a o t ro t ipo de capital extranjero: e l const i tu ido p o r inversiones extranjeras direc­tas e inversiones en cartera, tanto de papel financiero de l sector p ú b l i c o me­xicano c o m o de las empresas privadas.

L A I N S E R C I Ó N D E M É X I C O E N L A G L O B A L I Z A C I Ó N F I N A N C I E R A

Hasta la crisis financiera mexicana de 1982, que fue seguida de seis a ñ o s de estancamiento e c o n ó m i c o , e l p a í s h a b í a depend ido b á s i c a m e n t e de con­trataciones de c r é d i t o s gubernamentales c o n bancos comerciales, ins t i tu­ciones financieras internacionales — F M I , Banco M u n d i a l , B I D , etc.— y go­biernos extranjeros, p r i nc ipa lmen te e l de los Estados Unidos , para financiar e l dé f ic i t ex te rno (en los ochenta este déf ic i t t a m b i é n se c o r r i g i ó t empora lmen te median te devaluaciones y p o l í t i c a s e c o n ó m i c a s de rece­s ión) . E n los a ñ o s noventa se p rodu jo u n cambio radical en cuanto a la for­ma de captar capitales de l exter ior , al abrirse la e c o n o m í a nacional a los movimien tos internacionales de d ine ro y capital , reducirse las trabas a las inversiones extranjeras directas e indirectas, simplificarse las condiciones para la p a r t i c i p a c i ó n de capitalistas extranjeros en las inversiones en M é x i ­co, privatizarse muchas empresas estatales (no to r i amen te los bancos que h a b í a n sido nacionalizados en 1982 y T e l é f o n o s de M é x i c o ) y expandirse las operaciones b u r s á t i l e s de empresas privadas radicadas en e l pa í s , tanto en la Bolsa de Valores de M é x i c o como en bolsas d e l extranjero, p r inc ipa l ­mente la de Nueva York.

Este desplazamiento de c a p t a c i ó n p o r parte de l gob ie rno , o con aval gubernamenta l , de c r é d i t o s negociados con bancos extranjeros, a una m u ­cho m á s diversificada manera de atraer capi tal ex te rno se faci l i tó po r la entrada de algunas e c o n o m í a s en desarrol lo a ese nuevo m u n d o de la g lo­b a l i z a c i ó n financiera d e l que se e s c r i b i ó en apartados anteriores. L ibe ra l i -z a c i ó n comerc ia l y financiera, e c o n o m í a de mercado , s imp l i f i cac ión regla­mentar ia y j u r í d i c a e i n t e r n a c i o n a l i z a c i ó n de prestatarios y prestamistas fue el pa rad igma de los ú l t i m o s a ñ o s de l siglo X X , y parece que l o s e g u i r á sien­do en el nuevo m i l e n i o , a pesar de los enormes costos y las recurrentes c r i ­sis financieras que h a n azotado a las denominadas e c o n o m í a s o mercados emergentes . 2 0

2 0 E l FMI contabilizó 158 crisis cambiarías en el mundo, además de 55 desplomes mone­tarios y 54 crisis bancarias, en el lapso 1975-1997; de las primeras, 42 crisis ocurrieron en paí­ses avanzados y 116 en mercados emergentes (Perspectivas de la economía mundial, mayo de 1998, p. 89 ) .

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E n la d é c a d a de los noventa se p rodu jo en M é x i c o una radical trans­f o r m a c i ó n en mater ia de po l í t i c a e c o n ó m i c a . Se pr ivat izaron los bancos co­merciales nacionalizados en 1982, así como diversas empresas estatales, la m á s impor t an t e de ellas, T e l é f o n o s de M é x i c o . A l mismo t i empo se a c e l e r ó la aper tura al exter ior , comercia l y financiera, y se c o n c l u y ó e l Tra tado de L i b r e Comerc io de A m é r i c a de l N o r t e , entre M é x i c o , los Estados Un idos y C a n a d á . Las exportaciones comenzaron a crecer y a diversificarse, con u n aumen to notable de las ventas de manufacturas y u n a r e d u c c i ó n relativa de l componen te pe t ro lero de l to ta l expor tado .

L a deuda externa fue objeto de p e r i ó d i c a s reestructuraciones a t ravés de dist intos esquemas y eso s igni f icó , j u n t o c o n la p r iva t i z ac ión de T e l m e x y de los bancos, u n crec imiento notable de l mercado b u r s á t i l nacional y la i n s e r c i ó n de valores mexicanos en los mercados internacionales. " M é x i c o fue p i o n e r o —dice u n autor— en el proceso de g l o b a l i z a c i ó n de los merca­dos emergentes" , 2 1 con la p r i m e r a e m i s i ó n de bonos Brady en 1990 y con la p r i m e r a e m i s i ó n impor tan te de acciones de T e l m e x en la bolsa de Nueva York. Sin embargo, ese dudoso h o n o r de ser p ioneros n o se tradujo en u n ingreso de capitales extranjeros de la c u a n t í a esperada, o comparable con los flujos de capital que hasta 1996 l l egaron a la R e p ú b l i c a Popular China , Corea de l Sur y otros "tigres as iá t icos" .

L a eufor ia bu r sá t i l só lo sirvió para inf lar la verdadera naturaleza de l cre­c i m i e n t o de la e c o n o m í a mexicana que, p o r esos a ñ o s de 1991-1994, fue exaltada t r iunfa lmente po r la propaganda de l gob ie rno de Salinas de Gor-tar i c o m o el i n i c io de una era de c rec imien to sostenido y la promesa de en­trar en e l desarrollo postergado p o r m u c h o t i empo . E n p r i m e r lugar, si se comparan las tasas de crec imiento real alcanzadas en M é x i c o en esos cuatro a ñ o s , medidas p o r e l P I B a precios constantes, se con f i rma que efectiva­mente este ind icador c r e c i ó , en p r o m e d i o , a m á s de l doble de r á p i d o que en la d é c a d a pe rd ida de los ochenta, en la que e l P I B to ta l a u m e n t ó a u n p r o m e d i o anual de só lo 1.9% (véase cuadro 8 ) .

L A C R I S I S D E 1994-1995

E l a ñ o de 1994 fue u n o de los m á s d r a m á t i c o s en la his tor ia de los gobier­nos mexicanos posteriores a la R e v o l u c i ó n . C o m e n z ó en enero con el le­vantamiento armado en Chiapas de u n g r u p o que se d e n o m i n ó E jé rc i to Za­patista de L i b e r a c i ó n Nac iona l ( E Z L N ) —confl ic to que t o d a v í a n o se reso lv ía

T i m o t h y H e y m a n , Inversión en la globalización", BMV-ITAM, M é x i c o , 1998, p. xxi .

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al arrancar el año 2000— y prosiguió con el asesinato en marzo del candi­dato del PRI a la presidencia de la República, y en agosto con el homicidio del secretario general del mismo partido. A pesar de esos traumáticos acon­tecimientos, sobre todo el asesinato de Colosio, que afectó a la Bolsa de Va­lores más que los otros,22 la elecciones de 1994 para renovar poderes Eje­cutivo y Legislativo federales, y otros cargos de representación popular estatal y municipal, transcurrieron con normalidad y el partido oficial ob­tuvo un triunfo holgado, gracias a una campaña electoral que contó con un fuerte apoyo gubernamental, en forma directa e indirecta. Este último con-

2 2 Las acciones y bonos mexicanos tuvieron una aguda caída en Nueva York y Londres, "lo que a su vez deprimió los mercados de deuda latinoamericana... [la] confianza de los inver­sionistas en México ya había sido sacudida por la rebelión zapatista [...] y por el secuestro, a mediados de marzo, de Alfredo Harp Helú, presidente de Banamex-Accival [...]" (Keesing's 1994, p. 39905).

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sistió en u n a acentuada e l evac ión de l gasto p ú b l i c o que hizo subir e l P I B en 4.4% al t e rmina r 1994, la mayor tasa de c rec imien to de l sexenio de Salinas de Gor t a r i , pero que p r e s i o n ó sobre el t i po de cambio y e l déf ic i t en la ba­lanza en cuenta corr iente , el cual l l egó al t e rmina r ese a ñ o a casi 30 000 m i ­llones de d ó l a r e s . 2 3

Los focos amaril los de u n sobrecalentamiento de la e c o n o m í a nacional fueron ignorados po r e l gobierno , que mantuvo u n a r e t ó r i c a tr iunfalista to­do el t i e m p o y con el lo la euforia de inversionistas extranjeros en los valo­res b u r s á t i l e s mexicanos. C o n el cambio de a d m i n i s t r a c i ó n en diciembre, se hizo insostenible la ficción de u n c rec imiento con estabilidad imaginada, y en unos cuantos d í a s las reservas de l Banco de M é x i c o d i sminuyeron en 6.7 m i l mi l lones de d ó l a r e s , ante la apresurada l i q u i d a c i ó n que individuos e ins­t i tuciones h i c i e r on de sus inversiones en papel mexicano. Esta hu ida de ca­p i ta l o b l i g ó a Ernesto Zedi l lo , a los 20 d í a s de in ic iado su gobierno, a bajar el piso de la banda de flotación de l peso en 15%, lo cual a c e l e r ó el asedio cont ra la m o n e d a nacional , y el 22 de d ic iembre se a n u n c i ó e l abandono de bandas y la l ib re flotación de l peso, p o r u n pe r iodo de 60 d ía s . A l finalizar el mes, e l peso se h a b í a devaluado a l rededor de 30% y s e g u í a saliendo ca­pi ta l , a pesar de que el presidente d i o a conocer u n "plan de emergencia e c o n ó m i c a " y sus t i tuyó a su secretario de Hacienda.

L a d e p r e c i a c i ó n de l peso era inaplazable, pero , como se hizo de mane­ra brusca e inesperada, só lo inversionistas d o m é s t i c o s mejor informados o m á s nerviosos que los extranjeros la p rev ie ron ; la p é r d i d a de confianza de los segundos p r o v o c ó c a í d a s abruptas de la B M V y de los valores mexicanos. Los extranjeros p o s e í a n , al m o m e n t o de l desplome de l peso, alrededor de 70% de l to ta l de bonos nominados en pesos (cetes) y 80% de los tesobonos ( d ó l a r e s ) . Para evitar una s u s p e n s i ó n de pagos, e l gob ie rno n e g o c i ó con el F M I u n c r é d i t o de derechos de g i ro de urgenc ia y en enero de 1995 p a c t ó con los Estados Un idos u n paquete de rescate que se su sc r ib ió el 21 de fe­brero , en t re e l nuevo secretario de Hac ienda de M é x i c o y e l secretario de l Tesoro de los Estados Unidos .

D i c h o paquete estuvo compuesto de cuatro acuerdos mediante los cua­les se c o n c e d í a al gob ie rno de M é x i c o u n a l í n e a de c r é d i t o p o r 20 m i l m i ­llones de d ó l a r e s , tomados de l Fondo de Es t ab i l i z ac ión C a m b i a r í a ( F E C ) de l Tesoro (su u t i l i z ac ión n o requiere a p r o b a c i ó n de l Congreso) , y disponibles en f o r m a de "swaps" de monedas, de menos de u n a ñ o , tres a cinco a ñ o s , y p r é s t a m o s de hasta p o r diez. Las cartas de c r é d i t o de Pemex y otros recibos po r sus ventas de p e t r ó l e o al m u n d o q u e d a r o n c o m o colateral de los p r é s -

Keesing's 1995, pp. 40352-40353.

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tamos dados po r el FEC, y e l gob ie rno mexicano se s o m e t i ó a condiciones si­milares a las que ya h a b í a suscrito con el F M I , para obtener c r é d i t o s de "stand-by" y de faci l idad ampliada, pe ro ahora ante las autoridades de l Te­soro estadounidense.

Por su lado, el gobierno de Washington p r e s i o n ó al F M I para que le otor­gara recursos extraordinarios a nuestro pa í s , y o b l i g ó a sus socios de l G r u p o de los Siete a aprobar esos fondos y a abr i r o t ra l í n e a de c r é d i t o para Méx i ­co, a t ravés de l Banco In te rnac iona l de Pagos de Basilea. E n suma, se pu ­sieron a d isponib i l idad de l gob ie rno mexicano 52.76 m i l mil lones de d ó ­lares, integrados por: $20 m i l mi l lones de l Tesoro y la Reserva Federal de los Estados Unidos , $17.76 m i l mi l lones de l F M I , $10 m i l mi l lones del Banco I n ­ternacional de Pagos, m i l mi l lones aportados p o r p a í s e s lat inoamericanos y otros m i l mil lones p o r C a n a d á , y tres m i l mi l lones m á s provenientes de ban­cos comerciales extranjeros. Este fue e l paquete de rescate financiero m á s cuantioso de la his tor ia de los apoyos a los mercados emergentes, y só lo fue superado en el inv ie rno de 1997-1998, p o r los apoyos organizados para I n ­donesia y Corea de l Sur.

N o todo ese d ine ro anunciado fue u t i l izado a la postre, e incluso varias part idas fue ron retiradas pos te r iormente , pero su impac to p s i c o l ó g i c o fue suficiente para evitar una s u s p e n s i ó n de pagos de M é x i c o y u n a crisis de sis­t ema in te rnac iona l m á s seria que la de l ú l t i m o tr imestre de 1982. L a in ter ­v e n c i ó n de l gob ie rno estadounidense fue sin precedente, l legando incluso a u t i l izar u n ins t rumento dest inado a operaciones de apoyo a su p r o p i a m o n e d a y para situaciones cont ingentes nacionales ( a d e m á s de obl igar a sus socios b r i t á n i c o s y alemanes, que fue ron los m á s molestos con el expe­d ien te u t i l izado en el G-7 y e l F M I , a que se plegaran al esquema). Esa ac­t i t u d ref le jó claramente la d e t e r m i n a c i ó n p o l í t i c a de la Casa Blanca de i m p e d i r la qu iebra de u n nuevo gob ie rno mexicano , jus tamente al in ic iar ­se, en enero de 1994, la a p l i c a c i ó n d e l Tra tado de L i b r e Comerc io de A m é ­r ica de l N o r t e .

E n cuanto a M é x i c o , desde e l p u n t o de vista p ro toco la r io y p o l í t i c o los cuat ro acuerdos suscritos c o n el Tesoro de los Estados Un idos quedan para la h is tor ia c o n t e m p o r á n e a c o m o los m á s ind ignos y distantes de l concepto f o r m a l de s o b e r a n í a nacional . En t re otras cosas, e l gob ie rno mexicano acep­t ó que e l i d i o m a legalmente v á l i d o para los acuerdos fuera ú n i c a m e n t e e l i n g l é s , r e n u n c i ó e x p l í c i t a m e n t e a r e c u r r i r a t r ibunales internacionales en caso de controversia j u r í d i c a p o r e l c u m p l i m i e n t o de l o pactado, y estuvo de acuerdo en someterse a los t r ibunales de la c iudad de Nueva York, "o los que de te rminara" la o t ra parte. N o es este e l espacio para analizar con de­talle los textos de esos acuerdos c o n los Estados Unidos , que p e r m i t i e r o n la s a lvac ión de l gob ie rno de Zed i l l o , pe ro es difícil encont rar u n e jemplo si-

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mila r de s u b o r d i n a c i ó n y abandono de las formas m á s elementales de dig­n i d a d nacional , con tal de obtener los recursos que i m p i d i e r a n el h u n d i ­mien to d e l gobierno .

L A S C O N S E C U E N C I A S D E L A C R I S I S D E 1 9 9 4 - 1 9 9 5

E l impac to m á s impor t an te de la crisis financiera de d ic iembre de 1 9 9 4 , y del paquete de rescate que se c o n c e r t ó con el F M I y e l gob ie rno de los Esta­dos Unidos , fue sobre la e c o n o m í a real y la p o s i c i ó n financiera de l pa í s . Res­pecto a l o p r i m e r o , baste con s e ñ a l a r que la c o n d i c i ó n para tener acceso a c r é d i t o s ext raordinar ios de l Fondo y de la T e s o r e r í a de los Estados Unidos fue aplicar estrictas medidas de choque a la e c o n o m í a nacional — r e d u c c i ó n del gasto p ú b l i c o en cerca de 10%; aumento de l I V A de 1 0 a 15%; incre­men to i nmed ia to de 3 5 % en el precio de la gasolina y combustibles, segui­do de aumentos mensuales de 0 .8%; e l e v a c i ó n de 2 0 % a las tarifas e léc t r i ­cas; l í m i t e de 1 0 % de aumento al salario m í n i m o , etc.—, lo cual se tradujo en una d r á s t i c a c o n t r a c c i ó n de la demanda in t e rna y de l P I B .

E n 1 9 9 5 la e c o n o m í a h a b í a c a í d o , s e g ú n cifras oficiales de febrero de 1 9 9 6 , en 6 . 9 % en t é r m i n o s reales, la peor r e c e s i ó n de la his tor ia de l Méxi ­co m o d e r n o , desde el a ñ o de 1 9 3 2 (pos ter iormente se c o r r e g i r í a la dismi­n u c i ó n de l P I B a 6 .2%; de todas maneras fue la m á s grave c o n t r a c c i ó n , des­p u é s de la de la "gran d e p r e s i ó n " ) . L a in f l ac ión l l e g ó hasta 5 2 % , la tasa de desempleo abier to a l c a n z ó su m á x i m o nive l en 4 0 a ñ o s y la tasa de i n t e r é s l í de r de l mercado tuvo u n p r o m e d i o anual de 8 6 % , con picos durante 1 9 9 5 de m á s d e l 1 0 0 % anual . De una crisis de l iqu idez in te rnac iona l se p a s ó a una crisis e c o n ó m i c a y a una bancaria.

L a fuerte d e v a l u a c i ó n de la moneda , que para marzo de 1 9 9 5 h a b í a l le­gado a 5 4 % (med ida como la inversa de la tasa de cambio) , 2 4 y la violenta c o n t r a c c i ó n de l ingreso nacional p e r m i t i e r o n u n a m u y r á p i d a r e c u p e r a c i ó n y, para 1 9 9 6 , e l P I B registraba una tasa positiva de 5 . 2 % , seguida en 1 9 9 7 de u n i n c r e m e n t o de 7 % (cifra corregida pos te r io rmente y establecida en 6 . 8 % ) . E l efecto prec io —una fuerte d e v a l u a c i ó n que abarata exportaciones y encarece importaciones— m á s el efecto ingreso — c o n t r a c c i ó n del gasto y una r e d u c c i ó n p roporc iona lmen te mayor en compras al exterior— h ic i e ron posible la a p a r i c i ó n de u n s u p e r á v i t t empora l en la balanza comercia l y la casi d e s a p a r i c i ó n de l déf ic i t en cuenta cor r ien te .

2 4 Antes de l 20 de d ic iembre de 1994, e l tipo de cambio e r a US$1.00 = $3.4712; e l 2 de marzo de 1995 l a par idad e r a US$1.00 = $7.55.

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De la cautela gubernamenta l se p a s ó m u y r á p i d a m e n t e a la eufor ia y al t r iunfal ismo e c o n ó m i c o . E n enero de 1997, se p a g ó el ú l t i m o reembolso de l p r é s t a m o de cor to y med iano plazo que el Tesoro estadounidense h a b í a concedido a M é x i c o , con tres a ñ o s de adelanto, y en mayo el presidente C l i n t o n e f e c t u ó una visita de Estado a la c iudad de M é x i c o , durante la cual fe l ic i tó a su colega, el presidente Zed i l lo , p o r haber sacado al p a í s de la c r i ­sis de dic iembre de 1994, en só lo siete meses, mientras que —dijo Cl in ton—, para superar la anter ior crisis (1982), se r equ i r i e ron m á s de siete a ñ o s . Efec­t ivamente, si se comparan los ciclos e c o n ó m i c o s 1982-1985 y 1994-1998 (15 tr imestres) , la rapidez c o n la que se r e c u p e r ó e l P I B en e l segundo caso, c o n respecto al p r i m e r o , resulta sorprendente , toda vez que el f o n d o de l ciclo ( tercer tr imestre de 1995) fue mayor en 1994-1998 que en el ciclo anter ior . L o mi smo o c u r r i ó con la e v o l u c i ó n de la demanda in t e rna tota l y sus p r i n ­cipales componentes, consumo fami l ia r e i n v e r s i ó n total , y sobre todo c o n las exportaciones de bienes y servicios que, entre e l cuarto trimestre de 1994 (base 100) y el tercero de 1998, c rec ieron 80 puntos, en tanto que la ex­p a n s i ó n de las exportaciones, en e l c iclo de l p r i m e r tr imestre de 1982 al cuar to de 1985, fue de 50 puntos , y c o n a l t ibajos . 2 5

E l c rec imiento de l P I B se e m p e z ó a desacelerar a pa r t i r de 1997, arro­j a n d o tasas de 4.8 y 3.5% para 1998 y 1999, respectivamente, con u n a dis­m i n u c i ó n lenta pero sostenida de la i n f l ac ión , que se t iene como meta l le­var a 10% al finalizar 2000. L o preocupante de l caso es que, p o r la eno rme diferencia habida entre la tasa de i n f l a c ión en los Estados Un idos ( in fe r io r al 4 % en los ú l t i m o s ocho a ñ o s ) , p r i n c i p a l mercado de M é x i c o , y la de dos d í g i t o s de nuestro pa í s , e l efecto favorable de la d e v a l u a c i ó n de 1995 se ha pe rd ido , y M é x i c o vuelve a ser def ic i tar io en la balanza comercia l c o n el ex­ter ior . M á s preocupante a ú n es que la balanza en cuenta corr iente se u b i c ó en 1999 en to rno a los 13 000 mi l lones de d ó l a r e s de défici t , con p r o y e c c i ó n of ic ia l de m á s de 15 000 mi l lones de d ó l a r e s en 2000 (cuadro 9 ) .

Las autoridades resaltan que el déf ic i t ex terno era m u c h o menor , como porcentaje de l P I B , en 1999 que en 1982; que m á s de 80% de ese déf ic i t se financió en el p r i m e r o de los a ñ o s citados con inversiones extranjeras, d i ­rectas y en cartera, mientras que en 1982 és tas alcanzaban a cubr i r apenas 35% de l déf ic i t . N o obstante, la exper iencia de las c o r r e d u r í a s financieras internacionales que ope ran en mercados emergentes, como el mexicano, muestra que el i nd icador caba l í s t i co para de te rminar e l riesgo de inver t i r en u n p a í s es el m o n t o absoluto de desequi l ibr io ex terno y que, cuando ese

2 5 P a r a u n anál i s i s m u y completo de los dos ciclos de la e c o n o m í a mexicana , v é a s e Estu­dios económicos de la OCDE: México, 1999, c a p í t u l o I , e n especial las gráf icas 2 y 7, pp. 29 y 39, res­pectivamente.

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e= estimado; p= proyectado. 1 M é x i c o tiene u n r é g i m e n de tasa de cambio flexible, por lo que estas cifras son m e r a re­

ferencia p a r a c á l c u l o s p r e s u p u é s t a l e s . 2 Miles de barri les diarios.

Fuente: S e c r e t a r í a de H a c i e n d a y C r é d i t o P ú b l i c o , Economic Policy Guidelines for2000,11 de no­viembre de 1999.

m o n t o alcanza la cifra de diez m i l mi l lones de d ó l a r e s , las voces de cautela entre los in te rmediar ios financieros se i m p o n e n y comienzan a l imi t a r la co­l o c a c i ó n de fondos en el p a í s donde se registre tal déf ic i t , independiente­mente de l porcentaje de l P I B que és te represente . 2 6

2 6 U n reciente estudio de la c o r r e d u r í a financiera londinense Cazenove & Co. conf irma e m p í r i c a m e n t e que hay u n alto coeficiente de c o r r e l a c i ó n entre el t a m a ñ o de l d é f i c i t o supe­rávit en cuenta corr iente c o n e l exterior, de varias e c o n o m í a s emergentes de As ia y A m é r i c a Lat ina , y e l comportamiento de sus respectivos í n d i c e s accionarios . E n cambio , cuando el sal­do e n cuenta corr iente es de + / - 6 000 mil lones de d ó l a r e s , n o existe tal c o r r e l a c i ó n . L o s paí ­ses que t ienen u n comportamiento acc ionario pobre son los que, c o m o M é x i c o , registran u n déf ic i t de c u e n t a corriente de diez m i l mil lones de d ó l a r e s e n adelante, que arroja u n alto coe­ficiente de c o r r e l a c i ó n c o n e l comportamiento de l mercado de acciones, e n f u n c i ó n de las ta­sas de i n t e r é s vigentes e n los Estados Unidos ; mientras m á s elevadas sean é s tas , menores s e r á n las inversiones extranjeras e n valores mexicanos , por e l temor que despierta la existencia co­rrelativa de u n elevado d é f i c i t externo.

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E L F U T U R O : L A C A P A C I D A D D E M É X I C O

PARA A T R A E R C A P I T A L D E L E X T E R I O R

E n gobierno de M é x i c o se ha planteado u n cuidadoso manejo de l déf ic i t fis­cal y una po l í t i c a mone ta r ia restrictiva para 2000, que es u n a ñ o de transi­c i ó n . Con supuestos m á s o menos realistas —como que la e c o n o m í a esta­dounidense crezca a una tasa de 2.6% en t é r m i n o s reales, los ingresos p o r exportaciones y las entradas de capital externo sean superiores a los niveles de 1999 y que el precio in te rnac iona l de la mezcla de c rudo que expor ta M é x i c o alcance u n p r o m e d i o de 15.50 d ó l a r e s po r ba r r i l— se cree que se lo ­g r a r á una t r a n s i c i ó n sin las crisis padecidas por , al menos, las cuatro admi­nistraciones que p reced ie ron a la que concluye en noviembre de 2000. Las proyecciones de l gob ie rno federal aparecen en el cuadro 9, y de ellas cabe destacar la m a g n i t u d de l déf ic i t externo, en tanto que se plantea manejar u n desequi l ibr io fiscal m í n i m o .

Independ ien temente de que las proyecciones de l gob ie rno se confir­m e n en la real idad, cabe destacar que nuevamente el desequi l ibr io externo se c o n v e r t i r á , en los p r imeros a ñ o s de l siglo X X I , en la variable crucia l para poder crecer sin grandes sobresaltos. L a clave e s t á en saber si la e c o n o m í a mexicana s e r á l o suficientemente confiable como para que los inversionis­tas extranjeros sigan trayendo sus capitales en el v o l u m e n requer ido para que el déf ic i t ex te rno se pueda financiar sin los peligros de u n a abrupta de­v a l u a c i ó n . E n la p r e s e n t a c i ó n de los l incamientos de p o l í t i c a e c o n ó m i c a pa­ra 2000, de la SHCP, dados a conocer en noviembre de 1999 , 2 7 se ofrece u n a c o m p a r a c i ó n entre la p o s i c i ó n financiera vulnerable de 1994, previa al "error de d ic i embre" que condujo a la crisis financiera y luego a la e c o n ó ­mica, y la p o s i c i ó n que se p r e v é para 2000, y que presumiblemente s e r á m u ­cho m á s só l ida , s e g ú n la siguiente a p r e c i a c i ó n oficial :

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E l panorama ofrecido en la c o m p a r a c i ó n citada tiene e l defecto de con­siderar só lo puntos de referencia en el espacio, 1994 y 2000, y n o tendencias continuas; a d e m á s se trabaja con cifras proyectadas, n o reales. Es posible que las estimaciones en cuanto al peso de la deuda externa y sus amortiza­ciones, así como la c a p t a c i ó n de I E D , se puedan alcanzar este a ñ o , pero en una perspectiva m á s ampl i a la p o s i c i ó n de l p a í s parece ser m u y vulnerable . Dos elementos gravitan en cont ra de una expectativa de c rec imiento de la e c o n o m í a , a tasas reales superiores al p romed io anual logrado en el pe r iodo 1991-2000, que fue de 3.27%: u n a mayor p r e s i ó n en el déf ic i t externo, si es que la e c o n o m í a realmente se recupera y comienza a crecer a u n p r o m e d i o sostenido de 5% o m á s , y u n endeudamiento con el ex ter ior que, a pesar de su r e e s t r u c t u r a c i ó n , constituye u n a carga difícil para el fisco federal .

N o obstante que el to ta l de deuda externa acumulada representaba en 1997, s e g ú n los datos disponibles m á s recientes de l Banco M u n d i a l , 38% del P I B , u n nivel m á s bajo que el de la m a y o r í a de los otros p a í s e s desarro­llados miembros de la O C D E , 2 8 la e c o n o m í a mexicana es m u c h o m á s vulne­rable a los vaivenes de los movimien tos internacionales de capital que se d i r igen a los mercados emergentes. E l p rob l ema de la c a p t a c i ó n de inver­siones extranjeras es su vo la t i l idad y dependencia de factores que a veces es­capan de l c o n t r o l de u n a e c o n o m í a en l o ind iv idua l , c o m o ha sido e l con­tagio de las numerosas crisis financieras de los noventa. Por m u c h o que el mercado b u r s á t i l mexicano haya ten ido u n m u y favorable r e n d i m i e n t o en 1999, n o puede establecerse u n a estrategia de c rec imiento confiable, en e l supuesto de que la c a p t a c i ó n de ahorro externo pueda ser creciente y estable.

E l o t ro g ran p rob lema , que se f r a g u ó b á s i c a m e n t e c o n la crisis de 1994-1995, cuando las tasas de i n t e r é s subieron exorbi tantemente , es la enorme cartera de c r é d i t o s vencidos, en su m a y o r í a incobrables, que ha acumulado la banca comerc ia l de M é x i c o . Para resolver este p rob lema , se e s t a b l e c i ó , p r imero , el F o n d o Bancar io para la P r o t e c c i ó n al A h o r r o , conver t ido luego en Ins t i tu to para la P r o t e c c i ó n al A h o r r o Bancario, median te e l cual se con­vir t ió la cartera de c r é d i t o s bancarios vencidos en deuda p ú b l i c a . Muchos otros p a í s e s han t en ido que adoptar paquetes de rescate bancar io similares, ante las graves crisis de las inst i tuciones de c r é d i t o , motivadas o agravadas po r las crisis monetar ias y financieras; el costo de estos rescates, como por-

2 8 L a p o s i c i ó n de M é x i c o dentro de este grupo es muy pecul iar . P o r u n lado, es m i e m b r o pleno, pero c u a n d o se trata de resaltar e n e l contexto general e l pape l de l a OCDE, s ó l o se in­cluye a los 24 socios verdaderamente desarrollados, y M é x i c o pasa a formar parte del grupo de PED. E n t r e otras razones, esta d i f e r e n c i a c i ó n obedece a la neces idad de evitar distorsiones cuando se anal iza e s t a d í s t i c a s e indicadores e c o n ó m i c o s por grupos de naciones , s e g ú n su gra­do de avance.

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centaje de l P IB , va r í a desde 40% (para el caso ch i leno , 1982-1985) hasta 1 1 % (para el de la R e p ú b l i c a Checa, 1994). E n el caso mexicano, la estima­c i ó n de l costo de l rescate bancario es poco precisa —de l i a 14% de l P I B — porque e l proceso, que se i n i c i ó en 1995, t o d a v í a e s t á en marcha.

E n r igor , la e c o n o m í a mexicana t e r m i n ó el siglo X X c o n e l mismo pro­blema de excesivo endeudamien to externo con que l o c o m e n z ó . C o m o se puede apreciar en las cifras de l cuadro 10, elaborado con los datos m á s re­cientes disponibles de l Banco M u n d i a l (1999), en donde , si b i e n resalta u n mejoramiento en la tendencia de dos indicadores bá s i cos de deuda —deu­da total externa acumulada ( D T A ) en p r o p o r c i ó n a las exportaciones de bie­nes y servicios ( X B S ) y al P IB—, queda t a m b i é n claro que el pago anual de l servicio de la deuda externa osc i ló en la d é c a d a de los noventa en t o r n o a u n tercio de l to ta l de divisas ingresadas al p a í s (exportaciones de bienes y servicios). E l impac to de este servicio anual de deuda t iene u n doble signifi­cado; p o r u n lado, el pago de intereses en aumento moderado que con t r i ­buyen a inc rementa r e l déf ic i t de la balanza de pagos en cuenta corr iente , y p o r el o t ro , las amortizaciones de deuda con u n a tendencia de acelerado crecimiento (196% de 1991 a 1997).

L a contrapar te de las salidas de capital p o r intereses y amortizaciones son b á s i c a m e n t e las inversiones extranjeras tanto directas c o m o en cartera, que se supone const i tuyen la palanca p r inc ipa l para sostener u n a p o s i c i ó n de con t inuo desequi l ibr io externo. Allí se puede apreciar la vo la t i l idad de l flujo neto de inversiones en por ta fo l io (cuadro 10) , c o n e l de r rumbe de 1994 y 1995 (disminuciones de 68 y 85% respectivamente), y la relativa es­tabi l idad de las I E D . A pesar de esta vola t i l idad de los flujos de capital ex­tranjero que en t ran al pa í s , los ú l t i m o s dos gobiernos mexicanos han cifra­do su estrategia e c o n ó m i c a en captar fondos privados externos, ofreciendo premios y la imagen de u n a n a c i ó n financieramente estable, para soportar u n endeudamien to constante.

Para 1998, los datos de deuda externa tota l , presentados p o r la Secre­t a r í a de Hac ienda y C r é d i t o P ú b l i c o , s e ñ a l a n que el acumulado l l egó , al fi­nal de ese a ñ o , a 161 258 mi l lones de d ó l a r e s ( u n i n c r e m e n t o c o n respecto a 1997 de 7.73% en t é r m i n o s de d ó l a r e s a precios corr ientes) , l o que re­p r e s e n t ó 38.7% de l P IB . D e l to ta l adeudado al ex te r io r —y que t iene que pagarse c o n divisas—, 27.76% c o r r e s p o n d i ó al sector pr ivado n o bancario (44 762 mi l lones de d ó l a r e s ) ; la banca comerc ia l debe 15 821 mi l lones ( 9 . 8 1 % d e l to ta l ) , y e l resto, 100 675 mi l lones de d ó l a r e s , es deuda externa p ú b l i c a o garantizada p o r e l gob ie rno . A l m o m e n t o de cerrar este c a p í t u l o , no exis t ía i n f o r m a c i ó n comple ta oficial sobre la deuda externa tota l de l pa í s , pero la of ic ina en M é x i c o de la in te rmed ia r i a financiera M e r r i l l L y n c h estimaba que la deuda p ú b l i c a externa era de 83 100 mi l lones de d ó l a r e s

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(sin i n c l u i r deuda garantizada p o r e l gob ie rno) y que la i n t e rna e q u i v a l í a a 113600 mi l lones de d ó l a r e s , de los cuales 39 000 mi l lones c o r r e s p o n d í a n a valores gubernamentales netos (excluye valores de r e g u l a c i ó n monetar ia) y 73 000 mi l lones al I P A B . 2 9

Las repercusiones financieras de ambos tipos de endeudamien to —el externo total , p ú b l i c o y pr ivado, y e l solo endeudamien to p ú b l i c o , ex terno y d o m é s t i c o — son de d is t in to t ipo . E n cuanto a la deuda externa, l o i m p o r ­tante n o es que represente u n porcentaje de l P I B m e n o r que el de muchas otras e c o n o m í a s de la O C D E , c o m o destaca el gob ie rno mexicano, pues és tas t ienen m u c h o mayor capacidad de pago in te rnac iona l que M é x i c o , cuyo p rob l ema estructural es e l desequi l ibr io externo, que en 1998 fue de 15 958

L a cifra e n pesos mex icanos uti l izada p o r l a empresa citada p a r a l a d e u d a bancar ia fue

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mil lones de d ó l a r e s y en 1999 de m á s de 13 m i l mi l lones . Las crisis recu­rrentes de l p a í s han comenzado p o r problemas de l iquidez in ternacional , por e l lo la estrategia financiera se centra en hacer atractivo, a como d é l u ­gar, e l mercado mexicano para que vengan los capitales privados externos, pues son los que p e r m i t e n financiar el déf ic i t en cuenta corr iente y la sali­da de capitales p o r amortizaciones de deuda. Lamentab lemente esas inver­siones extranjeras son m u y volá t i les y especulativas, en lo referente a su co­l o c a c i ó n en valores bu r sá t i l e s , en tanto que las I E D , que son estables, han t end ido al estancamiento, como se puede observar en las siguientes cifras:

E l efecto de la deuda p ú b l i c a in te rna es diferente po rque su pago n o re­quiere de divisas internacionales, pero n o menos negativo para la e c o n o m í a nacional y la de los mexicanos de ahora y de las generaciones venideras. A l conclui r 1999, esta deuda in te rna total , convert ida en pesos, a s c e n d í a a u n b i ­l lón 124 617 mil lones , que representaba una qu in t a parte de l P I B n o m i n a l de ese a ñ o (45 bi l lones de pesos). L a corr iente de pagos que esta enorme deu­da d e m a n d a r á en los a ñ o s venideros s e r á m u y gravosa para los bolsillos de los contribuyentes y l i m i t a r á m u c h o la pos ib i l idad de usar e l gasto p ú b l i c o en obras de bienestar social o para impulsar inversiones bás icas en infraestruc­tura. Esto, si se quiere evitar u n déf ic i t fiscal de c a r á c t e r inf lacionar io .

C O N C L U S I Ó N

En los a ñ o s ochenta se c o n s o l i d ó entre las e c o n o m í a s de mercado avanza­das u n a i n t e r n a c i o n a l i z a c i ó n de los movimien tos de capital sin precedentes

de 725 378 mil lones, m u y c e r c a n a a la oficial de la SHCP, de 725 260 mil lones; para 2000, la obli­gaciones de l IPAB s u b i r á n a 844 160 mil lones de pesos, s e g ú n la m i s m a SHCP.

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en la his tor ia de l capitalismo. E n la siguiente d é c a d a , unas 25 e c o n o m í a s de A m é r i c a Lat ina, Asia, Áfr ica y Eu ropa Cent ra l y Or i en t a l se inser taron en esta g l o b a l i z a c i ó n financiera, pe ro t a m b i é n comercia l , lo que les p e r m i t i ó tener acceso a la creciente l iqu idez in te rnac iona l generada p o r los avances de la t e c n o l o g í a en telecomunicaciones y c o m p u t a c i ó n , l i be r a l i z ac ión e i n ­t e g r a c i ó n de mercados.

Las ventajas que ofrecen los crecientes flujos de inversiones extranjeras, directas y en cartera, a los p a í s e s o e c o n o m í a s receptoras son muchas, c o m o t a m b i é n los riesgos, toda vez que desde los a ñ o s setenta ha desaparecido e l v i r t u a l p a t r ó n de cambio d ó l a r y los t ipos de cambio re la t ivamente fijos, para dar lugar a r e g í m e n e s flotantes con diverso grado de l iber tad . Es jus­tamente esa coexistencia de u n flujo l i b re de recursos monetar ios y de capi­tal , y u n a inestabil idad e i n c e r t i d u m b r e en cuanto a los medios in ternacio­nales de pago, lo que ha dado lugar a la e s p e c u l a c i ó n , las operaciones de p r o t e c c i ó n , de futuros y de derivados y la elevada vola t i l idad de l mercado m u n d i a l de capital.

Para las e c o n o m í a s de reciente i n d u s t r i a l i z a c i ó n de Asia, europeas en t r a n s i c i ó n de l socialismo al capitalismo y otras en desarrollo, que son acepta­das como sujetos de c r é d i t o o destino de inve r s ión , la llegada de capitales p r i ­vados extranjeros significa que sus desequilibrios estructurales de balanza de pagos en cuenta corr iente (brecha a h o r r o - i n v e r s i ó n ) se pueden financiar ahora de una fo rma m á s diversificada, consistente en p r é s t a m o s de gobier­nos extranjeros, c r é d i t o s bancarios a gobiernos receptores y apoyos de orga­nismos internacionales especializados en ayuda preferencial y para e l desa­r r o l l o . Pero la creciente p r iva t i zac ión de los movimientos de capital de pa í ses acreedores a deudores se ha dado j u n t o a cientos de crisis c a m b i a r í a s , des­plomes monetarios, crisis bancarias y de endeudamiento internacional . Estos choques han afectado tanto a pa í s e s industrializados como a mercados emer­gentes, pero en estos ú l t i m o s la p é r d i d a acumulada po r los vaivenes entre au­ge y crisis ha sido mayor, en r e l a c i ó n con los recursos propios.

M é x i c o ha t en ido una e c o n o m í a secularmente defici taria y deudora , que a pa r t i r de mediados de los a ñ o s setenta e n t r ó en u n a era de crecimien­to in f lac ionar io cuyo desenlace fue u n a p r i m e r a gran crisis devaluatoria en 1982. E l resto de esa d é c a d a fue de estancamiento y de in f l ac ión , pe ro tam­b i é n de reajustes estructurales, que se p ro fund iza ron en los a ñ o s noventa. Fue t a m b i é n en esta d é c a d a cuando se rea l i zó una d r a m á t i c a apertura comer­cial y financiera que trajo como consecuencia u n cambio en la estrategia de c rec imien to : las exportaciones y la c a p t a c i ó n de inversiones extranjeras p r i ­vadas directas y en cartera se vo lv ie ron , respectivamente, la p r i n c i p a l varia­ble de impul so a la e c o n o m í a y e l p r i n c i p a l m e d i o para financiar e l dese­q u i l i b r i o ex terno y cerrar la brecha a h o r r o / i n v e r s i ó n .

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T a l aper tura n o se ha t raducido en o t ra ventaja clara, que la de haber­se efectuado reajustes estructurales indispensables para colocar al p a í s den­t ro de la tendencia e c o n ó m i c a prevaleciente en e l m u n d o . E n r igor , en los ú l t i m o s 20 a ñ o s ha habido estancamiento de la e c o n o m í a nacional y regre­s i ó n en l o referente a desarrollo (mayor pobreza y m á s bajos í n d i c e s de bie­nestar social). L o ú n i c o est imulante de la aper tura f inanciera y comercia l practicada es la r e c u p e r a c i ó n observada en el r i t m o de crecimiento desde la segunda m i t a d de la d é c a d a de los noventa. N o obstante, esta r e c u p e r a c i ó n muestra muchos puntos d é b i l e s que hacen dudar de las ventajas de depen­der ú n i c a m e n t e de la aper tura financiera para sustentar u n crecimiento si­m i l a r a l de 1954-1976, en las pr imeras d é c a d a s de l nuevo siglo.

Se precisa de profundos cambios para adecuar la e c o n o m í a real —la que p roduce , consume y ahorra— a la p o s i c i ó n actual de M é x i c o : u n i m ­por tan te expor tador y receptor de capital p r ivado extranjero en el m u n d o . L a n a c i ó n necesita volver a crecer a tasas anuales superiores al 5% y con ba­j a i n f l a c i ó n . Para lograrse esto se necesita u n a r e fo rma fiscal de fondo , re­activar e l consumo y el ahor ro in ternos , contar c o n u n a banca y u n sistema de i n t e r m e d i a c i ó n financiero sanos, elevar la p r o d u c c i ó n y el empleo. Es obvio que la i n s e r c i ó n de M é x i c o en la e c o n o m í a g lobal —comercial y fi­nanciera— es u n hecho irreversible y p o r e l lo se requiere contar con u n marco j u r í d i c o y u n sistema financiero nac iona l que puedan dotar a la eco­n o m í a de los ins t rumentos adecuados para enfrentar esos auges y depre­siones recurrentes que caracterizan la g l o b a l i z a c i ó n financiera.

N o existe s i t u a c i ó n m á s peligrosa para u n a n a c i ó n que la de funda­men ta r su c rec imiento en el endeudamien to constante, c o m o lo demostra­r o n las crisis de M é x i c o y de las e c o n o m í a s emergentes y de reciente indus­t r i a l i z ac ión de Asia, Rusia y Brasil en los a ñ o s noventa de l siglo X X . Que M é x i c o obtenga a l g ú n d í a la ca l i f i cac ión de "grado de i nve r s ión" , de n ingu ­na manera puede ser u n objetivo e c o n ó m i c o , c o m o tampoco l o es confiar en que la entrada de capital ex te rno pr ivado, d i rec to y en cartera, a l e ja rá e l pe l i g ro de nuevas crisis de l iqu idez in te rnac iona l . E n ú l t i m a instancia, e l atractivo en mercados como el mexicano t e r m i n a cuando se eleva la tasa de i n t e r é s de los t í t u lo s de deuda gube rnamen ta l estadounidense (bonos de T e s o r e r í a de 30 a ñ o s ) , o ante la pos ib i l idad de que se acabe el ciclo de e x p a n s i ó n e c o n ó m i c a que esa n a c i ó n , que a d e m á s , j u n t o con J a p ó n , es la e c o n o m í a m á s endeudada de l m u n d o (el endeudamien to famil iar y em­presarial en los Estados Un idos e l evó la deuda to ta l a 132% de su PIB, al con­c lu i r 1 9 9 9 ) . 3 0

3 0 V é a s e "Debt i n J a p a n a n d A m e r i c a : into the Whir lwind" , The Economist, 22 de enero de 2000, p p . 23-25.

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