Mujeres:?b !

Maduras perojóvenes.Sabemos lo que querem(y cómo conseguirlo. Es mestamos dispuestas a luch¿duro por ello pero, eso sLdisfrutando de la vida.

t in de cuentas la vi-da empieza cuandose empieza ia vidar,dice con acierto unacanción. Y ta l veza los - i0 años se co-

mienza a vir.ir la propia vida. Conlos que antamos, pero sabiendo quees nliestra propia vida 1a qr"ie cuenta.Nos preocupa nuestro bienestar, elpresente es 1o que importa, el tu-turo \.a llegó... Por eso es una edadtan plena: tenemos un cuerpo aúrnjoven v un espíritr-r con más sabi-duría, preparado para la tblicidad.Las mujeres de -10 años sabemos loque queremos, conocemos nues-tros límites v los aceptamos parasnperarlos. ¿Cómo no \ramos a serimparables? En este sentido. la psi-cóloga y, coach Carmen Gin-rénezCuenca aiirma: <A las mujeres deesa Jecada vo l¡s l l irmo'rnrrjeres sincdad' , puei r iqucn s iendo iovenesv es ditícil ponerles años. Saben loque quieren y resultan muy sex\.s.Pueden dec id i r t ene r un h i j o otuni rse i r un h, ¡mbre rnas joverr . \todo lo harán con naturalidad por-qr-re están mur. bien en su piel>. Y escierto que sozamos de ciertzr pleni-tud, pero también tenemos que rér-noslas corr muchas cosas

La difíci l inserción en elmundo laboralHasta hace muy poco ésta era unaesféra e-xclusiyamente masculina.Nos incorporamos bajo las condi-ciones creadas e impr-restas por loshombres. <La mujer tiene una clobledificuitad, cum¡il ir con la mismaci ic¡c ic que \us compañcros pt ' roen un t r¿baio organizado a par t i rde esquemas, prioridades v menta-lidad distintos a los sur.os>, explicael psicólogo,igrge BaIracALbgs l:E,sta imposición dc'trabajar comoun hombre'sin perder téminidad esun desat-ío cotidiano. Barraca lvlai-ra I habla del''i n d r.mTTililE?li-reinu', con el clue se da nombre alpeligro psíquico que amenaza a lasmuieres muv eficaces, 1as cuales,pese a ser protbsionales bri l lantes,deseables esposas y madres amo-rosas, sienten toclo e1 tiempo queno dan Ia talla. Ser impecables enel trabajo, en e1 aspecto tisico y que

los niños se muestren perfectamen-te educados y estén bien atendidoses un listón muy alto, que puedeconducir a un estado de agota-miento y a hondos sentimientos deculpabilidad porque los resultados,como todas las realidades, nuncason los ideales. Se puede ser muybuena sin ser nerfecta.El co ach Roberto Molinari describela situación en los siguientes tér-minos: <Cuando un jefe de Recur-sos Humanos va a contratar a unamuje¡ piensa que si tiene problemasen casa, como su familia es priorita-ria, no prestará Ia atención debida altrabajo; que son hipersensibles, y esova en contra de ellas para adaptarsea los cambios en la empresa o llevaruna relación armoniosá con sus iefesy compañeros; que hay que trátar-Ia de forma diferente (a una mujerno se le puede hablar en los mis-mos términos que a un hombre). Yentonces, siempre prefieren contra-tar a un hombre>.Por otra parte, la idea de la exclusi-vidad sigue siendo fuerte. Durantemuchísimo tiempo la ecuación so-cial establecía "müjer = vida privada

Si las diferenciasentre hombres ymujeres perjudican anuestro sexo en todoel mundo, en Españase acentúan. Hacepoco más de 30 años,la mujerespañolarequería el consenti-miento de su maridopara realizar unaactividad remunera-da. Y mientras la tasade paro afecta porigual a hombres ymujeres en la UE

o doméstica; hombre = vida públicao profesional". Romper el prejuiciode la dedicación exclusiva no resultófácil, y Ia creencia era que una mu-jer que tenía actividades fuera desu casa necesariamente desatendíasu hogar. Y los empresarios siguencrevendo esto Dero a la inversa: "Si

adem¿s de trab,'ajar, tienes una fami-lia, no eres eltrabajadorque más nosconüene". En este sentido, Ia psicoa-nalista Cristina Alvarez declara: nlaverdadera lucha de Ia mujer, y a estaedad tenemos sobrados recursospara ello, es no sostener esa idea.Podemos v cueremos tener unavida doméitica y profesional (loshombres también), yeso es algo qrr.no hay que demostrárselo a nadie,salvo a nosoft as mlsmas>).

Un hogar armon¡oso y felizCuando se tienen hijos, ellos y Iafelicidad doméstica siguen siendo Iaprioridad, aunque en modo algunosignifican exclusiüdad (es priorita-rio estar sano, lo que no quiere decirque nos pasemos las 24 horas deldía ocupándonos de Ia salud). Noobstante, tengamos niños o ado-lescentes, nos reclamarán siempre.La cuestión estriba en cómo estarcon ellos y atenderlos sin renunciara otras cosas que nos importan.Giménez Cuenca comenta el casode una ejecutiva que fue a su tallerde coaching porque quería tenersu tercer hiio v se sentía desborda-da con las deinandas familiares ylaborales: <Lo importante es queahora tenemos conciencia de queestamos haciendo una eleccién.Reflexionamos y nos tomamos eltiempo para acomodarnos a lo quedeseamos. TaI vez, más jóvenesíbamos pa'Iante, sin pensar encómo nos sentíamos>.

(en Inglaterra es su-perior la masculina),aquíafecta abru-madoramente a lasmujeres (un 14,40lofrente a un Z60lo). Unestudio realizadoeste año por la Aso-ciación de MujeresProfesionales deEuropa concluye quehay una clara divisiónnone-sur y que sonlas europeas del surlas más perjudicadas.Así, en España sólo

hay 5 mujeres entrelos 103 consejeros delas emoresas multina-cionales (en Noruegason el 220lo). El Cen-tro Internacional deTrabajo y Familia afir-ma que se debe a laausencia de medidaspara conciliar la vidafamiliary profesional.También ocupamoselúltimo lugaren elnúmerode mujeresemorendedoras(apenas un 300/o).

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Mrjeres a los 40, imparablesPor su parte, Barraca Mairal sos-r ren e q ue ra rentffi-af i?e re-ner hiibs a partir de los 30, 35 ó 40años iambién supone un esfuerzomayor: cuesta más la gestación,el parto, el puerperio; hay.merrosenergra Para aguantar sln oor-mir... Y si a todo esto se suma eldeseo de seguir con una vocaciónprofesional, <cosa que no ocurríaen las generaclones anterlores, quesi volvían al trabajo era con loshijos ya criados, ahora, afortuna-damente, no se concibe la familiacomo el único reducto de la reali-zación femenina. Se comprende,entonces, por qué la presión en elámbito familiar es tan acusada>.

agrega. Por otra parte, si la familiaque hemos creado nos exige cons-tantemente atención, empezamos ahacer las paces, por lo menos asen-tamos una tregua honrosa, con lafamilia de la que provenimos. Noshemos hecho adultas del todo ynos relacionamos de igual a iguálcon nuestra madre. Al respecto,Giménez Cuenca afirma: nÉs másf;ícil ser amigas. Ella dejó de ser lamás fuerte, a la que había que en-frentarse para poder 'ser'. O la rela-ción se rompe, 'no me como más elcoco con mi madre', o la considerasuna hermana. Al haber alcanzadola plenitud adulta, se desdibuia lamádre; ya no decide en tu vida ni

siquiera haciéndote sentir mal <culpable por tus decisiones>.

¿Se trata de una etapacon cris¡s personales?A esta edad, la mujer experiment¿muchos y variados conflictos:o La cri3is de los 40 en versiórfemenina. <La famosa crisis delor40, que antes parecía ser un malestarmucho más frecuente en los hom.bres, ahora se encuentra con márasidüdad entre las mujeresr, sostie.ne Barraca Mairal. Cuando a est¿edffiTñs qEro somos felicesque no üvimos como deseamos, norangustiamos y queremos 'dar ulgiro'a nuestra vida. <Sin embargo

SiMna Epszteyn Bugni, de 45 años,lleva 18 de matrimonio y üene unahija de 12.Tnbaia como riep¡en€n-tante de su marido (<omediante).

<<Alos¡l0añosfue cuando despefté>

<Soy argentina y decidí emigrarhace 5 años. Entonces, tení.a 40 yfue como si de repente desperta-ra... Lo mismo que si me hubieradichoa mímisma'hasta aqui bastade inseguridadet de construir enla arena'y nos vinimos. Reconozcoque supuso un gran cambio y nosólo geográfico. Mevolví más dísci-plinada, cosa que es importanteporque yo trabajo sin horario y,además, atiendo la casa ya mi hija.Ahora como mejory hagogimna-sia, por lo que me veo más guapaque antes y estoy más contentacon mi imagen.Creoquesi bienseguimos buscando cosas, yo meatrevía cambiar de país... Ya no nosbuscamos a nosotras mismas: noshemos encontrado. Nos conoce-mosyesoda mucha paa.

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¿

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Ana Sánchez C¡artía, de ¡|() años,lleva casada 2l años, esama decasa yüene una hiia de 17 añosyun niñode 10.

<<Ahon llevo la üdaque me gusta)

<Puedo decir que es en estos mo-mentos cuando llevo la vida queme gusta. No sé qué hubiera sidodel niño si yo hubiese tenido quetrabajar fuera. Fue muy difícil conél: los prímeros 3 años no durmió y,como sufría de laringitg me pasa-ba las noches en vela cuidando deque no se ahogara. Luegq fue muyrebelde y era dificilísimo llamarlo alorden y que cumpliera con el cole.Mis 30 fueron demasiado agitados.Ahora he conseguido que hayabienestar en la familia. Y yo soymuyactiva. Hago cursot compar-to con mi marido su afición a lasestrellas, pinto, si mi hija se comprauna ñlda que me gusta, yo voy apor una tela y copio el modelq leomucho... Enfin, me lo paso bien.No mequitaría ni un soloaño>.

Crifina Jordana, de 41 años, estádivorti¡¡da.Trabaja en una empresaestatalyüene una hija de 19añosyunhijodeló.

<Empiezp.a a.eer que hehefto bien las cosas)

<Creo quees ahora cuando empie-zo a sentir la tranquilidad de hacer,y haber hechq las cosas bien. Meenorgullece que mis h'rjos estudien,que sean buenas personas... Es quefueobra mía,elpadre no participóen la familia. Fue muy duro para mí.Tienes que luchar contra tantas co-sas..., hasta con los pre.iuicios. Unamujer sola, para los hombres 'pideguena'y las mujereste ven comouna enemiga. Encontrar pareja escomplicadísimo; antes, entre losniños y el trabajq ni lo pensaba. Yahora que todo está más tranquilqes difrcil porque el miedo a sufrircuenta mucho... Sin embarge mesiento mejor con mi cuerpo. Y parael cuidado del ánimo, recuno a losamigos. Mis amigas íntimas son mitabla desalvación>r

Gema de Pablo, de ¡14 años, licen-ciada en Gencias de la Informaciónes agente inmol¡ilhrio, está soherayvive con su madre y una tía.

<6ersolten nosignifio estarsola>

<Con los años no me he vuelto másambiciosa en mitrabajq sino alrevés: en esta etapa de mi vidabusco la tranquilidad, las situacio-nes que puedo controlar. Me pare-ce que seva por la vida menos es-tresada. Yo a los 30 años conía paratodos los lados, no paraba un ins-tante. Ahora ya no. Disfruto muchode mifamilia, que la verdad es co-mo un clan: hermanat cuñadotsobrinos... Y mis amistades son to-das muy familiares también.Ser soltera no significa estar sola.5íque me gustaría tener pareja,pero no es una prioridad, ni algobásico para sentirme bien y serfe-liz No tengo vocación de andarbuscando pareja. Y sencillamente,tal vez sea porque lo que no setiene no se echa de menoor

los hombres siguen estando más'autorizados'a irse con una personamás joven, a cambiar de trábajo deforma radical o a satisfacer deseosde juventud. La mujer que hace esomismo es tachada de inconscienteo de abandonar a los hijos y a supareia o de no saber conformarseion su'üda ordenada'o, puntuali-za. Y asíafirma que es curioso có-mo, respecto a ese sentimiento demalestar con su vida, las casadasdicen envidiar a las solteras y és-tas a las casadas: nlas primeras sesienten atadas, creen que han des-perdiciado sus mejores años y queya no tienen la energía y el coraje deantes (los consumieron en la vidafamiüar); las segundas se ven solas,sienten elvacío de los hijosyentien-delqueya_se Iefueron también susmejores anos y que anora es muydi-ffcil construi¡ una familiar.o'¿Cuánto más?'. Casadas o solte-ras, a Ios 40 tenemos clara concien-cia de que hemos vivido pero notienen por qué ser los mejores añosIos que han pasado. Eso tenemosque decidirlo nosotras... Giménezeuenca resume : <La preocupacióna esta edad es el '¿cuánto más?'.Por ahora nos vemos estupendas,pero ¿cuánto tiempo más podre-mos aguantar el tipo?". Y en esoinfluve mucho la sociedad: <No eslo mismo viür en España, donde alos 60 años la mujer tiene una vidasentimental estable yni se planteacambiaro iniciar una relación, queen Inglaterra, donde a los 60 el ca-pítulo sentimental continúa abier-io y es frecuente establecer nuevasrelaciones de pareia>.o El 'síndrome úe Cenicienta'.Tenga nuestra crisis el color quetenga, hemos de tener muy claroque nuestra vida depende de no-sotras. Barraca Mairal nos pone eng ua rd i?EpffiZ'f 5índ rbme deCenicienta : nSe da en aquellas mu-jeres propensas a caer en estadosde ensoñación y que, ignorando larealidad de sus dificultades. creenque todo se arreglará por obrade un príncipe. En los casos másgraves, tienen la convicción de queun hombre muy valioso (un jefe,un alto empresario o un famoso)está secretamente enamoradode ellas y que, pronto, todo se sa-brá y estarán felizmente casadascon un millonario>.o Hábitos masculinos y dificul-tades sociales. Pero también, se-gún apunta este mismo psicólogo,Juegan en nuestra contra crertasactitudes que hemos importadodel ámbito masculino como por

-E I

Aesta edad, la relaciónde pareia sevivede

igual a igual, sin'roles'preconcebidos

ejemplo la adicción al alcohol o altabaco, y asimismo el estrés debi-do a un'ritmo vital agobiante, elmobbingo el acoso sexual. Todosestos problemas se manifiestan ennosotras mediante enfermedadesque se encuentran a medio cami-no entre lo físico y lo psíquico, esdecir, presentan una dimensiónpsicosómática bastante evidente.

Se trata de enfermedades como lafibromialgia, la fatiga crónica o elcolon irritable (cada año se diag-nostican en nuestro país 120.000casos nuevos de fatiga crónica).

El mejor momento paraapostar por una m¡smaExiste una película que no podemosPeroernos, que nos muestra como

somos caDaces de dar la 'lr¡elta a Iatortilla cuando todo parece perdi-do. Bagdad Café 2s una comediaque emPreza con oos mu]eres queatraviesan terribles crisis y nos hacevivir cómo salen de ellas apelandoa esas increíbles reservas femeninasque todas poseemos. uEl poder dela mujer es tremendo porque nosinteresan todos nuestros aspectos.A los 40 años ya hemos lográdo undesarrollo físico e intelectual perono nos quedamos ahí. Empezamosa interesarnos Dor nosotras desdeun punto de vista'espiritual', comoseres humanos. v estamos atentasa que nuestro lúgar en el mundosea un lugar de bienestar. Por eso,hacemos yoga , med i tac ión ,c o aching..>, afima Giménez Cuen-ca. Y nos lo explica mediante unaecuación muy sencilla: tenemos )

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La tasa deparo de laespañolalsupera er

un S,7o/ola rlas europe¡

bien de otros si no nos cuidam,primero a nosotras.iAlimentarnos de una forma saryequübrada.. Hácer 30 minutos de ejercicio.veces por semana.o Sonieíry, meior aún, reírnos c<bastante frecuencia.o Estar en contacto con la naturaletodo Io que nos sea posible.o Escogér algunos arnigos yculúvla relación.o Identificar los pensamientos detructivos en cuanto apaÍezcanlnuestra mente y sustituirlos ppensamientos positivos.o Aprender cosas, interesarnos palgo nuevo. Enriquecernos.o Creer, ahora más que nunca, q'querer es pooer.Sentirnos bien. ser felices... torestá en nuestras manos, porqu(los 40 años tenemos la fuerza ncesaria para vivir como queremv llevar adelante lo que cantalÑilro Bravo' <Que no aéabe el paisie con elhorizonte>. r

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ó

En tu ayudaRelr;u e rd a q u e pu ede s m a rcn rel teéfono 807 51 70 71, queoprece en la tarjeta de Ay vda Psicol@ica, paro reci bi rosistenciay hacer una consul-ta referente a lafamilia, lapareja, p ro bl e m as p si co ló-gicososociales.

En el mundo laboral,la mujerse hatenidoqueadaptara los patrones pre€s-tablecidos por la mentalidad masculina.

ideas, lasideasgeneransentimientos o Aceptar que somos las únicasylossentimienlosnoshacenactuar. respoñsables de alcanzar nuestroCuando hacemos terapi4 interveni- bienestar.mos sobre las ideas y, entonces, mo- o Ponernos a nosotras mismas co-dificamos el resto: ios sentimientos mo prioridad. No podremos cuidarque nos inducen a actuar y movemosde una manera determiliada. SobreIos sentimientos no podemos inter-venir directamente, pero sí sobre lasacciones. Hay que actuar 'como si';actuar más allá de lo que podamossenür o incluso pensar. Por ejemplo,aunque nonosveamos guaPas, $ ac-tuamos como tales,la respuesta querecibiremos de los ouos será la qué seda a una mujer atractiva. No es fácil,pero todas sabemos que alas mujeresse nos dabien esto.o 10 claves para sentirse bien.Pero ¿qué hemos de hacer para ad-quirir esa seguridad en nosotrasmismas? ¿Qué actitud debemosfomentar? Así como existen man-damientos religiosos, hay manda-mientos para sentirnos bien. Car-men Giménez Cuenca nos da 10pautas clave para lograrlo:

28009, Madrid.Telf.914 35 15 30..lnstituto de laMujer.Telf.913 63 8000 (Madrid)y gene-ral :900 19 10 10;www.mtas.es/mujer.o lnstituto Catalán dela Mujer.Telf.900 900120;www.gen cat.net/icdona..lnstituto Canario dela Mujer.Telf.928 3063 30 (Las Palmas);wwwicmujer.org..lnstituto Andaluz

de la Mujer. En www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer tienes todoslos teléfonos de losCentros de la Mujerandaluces. Telf. 95503 59 50 (Sevilla).. lnstituto Vasco de laMujer. Telf. 945 01 6700 (Vitoria-Gasteiz);www.ejgv.euskadi.net.o Ministerio deTra-bajo y Asuntos Socia-les: www.mtas.es.

oAsociación deMujeres NosotrasMismas.Madrid.Te1fs.914424991(Chamberí)y 914 778662 (Vallecas).oTaller decoachingLoexperienciadeamar nuestro cuerpo,dirigido porCarmenGiménezCuenca yFreya Bergren.Telf.678562466.

Alcalá, 117. Baio dcha.

EF hóxima semana: cocina. Platos rápidos y fá<iles... <on ayuda