mounin, georges - historia de la lingüística
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5/28/2018 MOUNIN, GEORGES - Historia de la ling stica
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HISTORIA DE LA LINGSTICADESDE LOS ORGENES AL SIGLO XX
GEORGES MOUNIN
mBIBLIOTECA ROMNICA HISPNICA
EDITORIAL GREDOS, S. A.MADRID
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BIBLIOTECA ROMNICA HISPNICA
D i r i g i d a p o r DMASO ALONSO
III. MANUALES
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GEORGES MOUNIN
HISTORIA DE LA LINGSTICA
DESDE LOS ORGENES AL SIGLO XX
VERSIN ESPAOLA DE
FELISA MARCOS
iBIBLIOTECA ROMNICA HISPNICAEDITORIAL GREDOS, S. A .
MADRID
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Ca pt u l o pr ime r o
LA ANTIGEDAD
I . LA PREHISTORIA Y EL LENGUAJE
i . Un problema no lingstico. Desde sus primeros esta-
tutos (1866), la Sociedad de Lingstica de Pars estipulaba que
no aceptara ninguna comunicacin referente [...] al origen del
lenguaje. J. Vendrys, en su historial de la Sociedadconstata
que esta prohibicin no se ha retirado nunca (aun cuando no figu-ra ya en los estatutos de 1878)?. Su razn originaria era, segn
Vendrys,
el deseo de ponerse en guardia contra discusiones apasionadas, in-compatibles con la objetividad de la ciencia3.
Pero ms tarde se aadieron a sta razones propiamente lin-
gsticas; y Vendrys mismo en Le Langage (pp. 67) hace el
inventario de los argumentos que demuestran que no hay que es-perar nada ni del estudio de las lenguas antiguas ni. del de las
1 Cf. Orbis, p. 13. V. las referencias completas a la bibliografa delcaptulo, p. 105:
2 Cf. J. Pe rrot , B. S. L., t. 59, f. 2, p. 20.3 Ib idy p. 13.
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4 Historia de la lingstica
lenguas salvajes'*, ni del del lenguaje de los nios para resolverel problema del origen del lenguaje. Este problema, aade (p-gina 6), no es un problema de lingstica. Lo repetir 28 aos des-
pus en su resea del libro de Rvsz (p. 7). Y Tovar, en su ar-tculo Linguistics and Prehistory, adopta la misma postura:
Desde el punto de vista del lingista, la contemplacin de losmilenios de la prehistoria hace que parezca insoluble el problemadel origen del lenguaje (p. 349).
Los dos lingistas estn de acuerdo en atribuir este problemaa la competencia del psiclogo y del socilogo4, del psiclogo o
del filsofo5. Toda la lingstica actual acepta o profesa este modode ver. Cuando Vendrys, a propsito de la prohibicin emitidapor la Sociedad de Lingstica, aade que
Hoy se sera probablemente menos severo; aunque los motivosque justificaban [esta] prohibicin no hayan dejado de ser vlidos,las personas inteligentes juzgan hoy posible concebir racionalmentelas condiciones en las que el lenguaje humano ha podido surgir
y desarrollarse,
se ve perfectamente, por su misma restriccin, que atribuye a otrasciencias diferentes de la suya la investigacin de estas condiciones.
Una vez planteado esto y admitido sin reserva, se puede pen-
sar que si el origen del lenguaje no es un problema lingstico, la
historia de las especulaciones y de las investigaciones sobre este
origen debe tener cabida en una historia de la lingstica. En pri-
mer lugar, porque frecuentemente son lingistas quienes se han
dedicado a tales especulaciones, entremezcladas con sus preocu-
paciones propiamente lingsticas. Adems, porque la prehistoria
es un perodo en el que ha existido el lenguaje, y porque es nor-
mal hacer el balance de lo que se cree saber o se puede presumir
4 Vendrys, resea de Rvsz, p. 6,9 TQVAR, p. 348.
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La Antigedad
referente a este perodo. Por otra parte, hay aqu dos campos his-tricos bien delimitados: lo que se ha imaginado en las diversas
pocas sobre el origen del lenguaje tendra cabida ms bien enla historia misma de cada poca (sera quiz una especie de psico-anlisis ideolgico de la poca a travs de sus mitologas lings-ticas), en tanto que lo que se puede proponer acerca del lenguajeen los tiempos prehistricos, a la luz de los resultados actualmenteadquiridos por las ciencias competentes, sera lo nico que debafigurar aqu; pero estos dos tipos de investigacin estn demasiadontimamente ligados por su objeto para que sea provechoso sepa-rarlos.
2. Las teoras sobre el origen. No existe ninguna obrapuesta al da sobre esta cuestin. Uhistoire du langage de M. Pei,en sus dos primeros captulos (pp. 726), a propsito de esto sloevoca generalidades, ya caducadas, de su tiempo. La nica obradigna de mencin es la de Rvsz, Origine et prhistoire du lan-
gage, pero es un catlogo de las teoras sobre el lenguaje, unaespecie de bibliografa crtica, aunque til como tal, ms que unestudio moderno. El libro est elaborado sobre una psicologa, unasociologa y una etnologa de los aos 19001930 en lo que stastenan probablemente de ms perecedero. En cuanto a su docu-mentacin lingstica, es disparatada, y la interpretacin, siempreanticuada. Trubetzkoy slo aparece en ella con ocasin de un con-
trasentido (p. 113), y Saussure, a propsito de la onomatopeya
(p. 46). Herder, o Schlegel, o Goethe, Humboldt o Renn pesanms en el pensamiento del autor que lingistas ms recientes, comoJespersen, Schuchardt o Gardiner, por otra parte utilizados ni-camente para cuestiones de detalle. Gracias a Rvsz, se podrsiempre entrar en contacto con antiguas hiptesis, desde la remota
Antigedad hasta fines del siglo xix. Las tesis biolgicas plantea-ban que el lenguaje ha surgido lentamente de la evolucin de losmovimientos y de los sonidos espontneamente expresivos (pooh
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pooh theory) de las emociones que se dan en el animal y en el
hombre; o bien, que es el producto de la imitacin de los gritos
o ruidos animales (bow-wow theory). !,as tesis antropolgicas eranms diversas: se atribua el origen del lenguaje ya a las crrela
ciones simblicas entre el valor impresivo de una emisin sonora
y su sentido (ding-dong theory), ya a las emisiones sonoras qu
acompaan al esfuerzo muscular (yo-he-ho theory), ya al desarrollo
del primer balbuceo infantil, ya al del canto o incluso al de los
gestos expresivos. Algunas tesis han tratado de apoyarse en la
adquisicin del lenguaje por el nio, o en las formas lingsticasobservadas en los pueblos primitivos, o en la patologa del lengua-
je. Las tesis propiamente filosficas han sostenido ya que el len-
guaje es innato, ya que es adquirido; ya que resulta de una inven-
cin voluntaria pero fortuita, ya de un descubrimiento no menos
accidental. Las tesis teolgicas planteaban que el lenguaje es el
don de un dios. Rvsz no examina nunca estas hiptesis desde el
punto de vista de su eventual compatibilidad con las conquistaslingsticas ms seguras en su tiempo, que ignora. Su actitud es
una mezcla de compilacin crtica y de disertacin escolstica, a
veces infantil, desconcertante con frecuencia. A pesar de lo que
sabe de la extraordinaria deformacin lingstica experimentada
por las onomatopeyas, escribe que
si los sonidos de los animales hubieran desempeado un papel en
la formacin del lenguaje, debera esperarse encontrar palabras se-mejantes a algunos de estos sonidos, sobre todo en las lenguas pri-
mitivas (n. 3, p. 38).
Para l, los animales no estn dotados de lenguaje, al parecer,
ya que los sonidos que emiten no pueden transcribirse mediante
nuestros alfabetos:
las consonantes y vocales [d sus emisiones fnicas|no : son las
nuestras (p. 39).
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La Antigedad 27
Y en resumidas cuentas, la existencia del lenguaje se explica, a
su modo de ver, por una propiedad parlante, como las propiedades
del opio por su virtud adormecedora:
Los nios son hijos de hombres, escribe, preparados a hablarpor herencia, y dotados de un sentido intimo del lenguaje (pgi-nas 71 y sig.).
La tesis propia de Rvsz, que se basa en una recomposicin
de la teora de las funciones diferenciadas del lenguaje, expuesta
por Karl Bhler, no es ms que la demostracin laboriosa de una
evidencia admitida implcitamente por todo el mundo: el lenguaje
procede dela tendencia fundamental e innata, observada en los seres que vivenen comunidad, a relacionarse, a simpatizar, a trabajar juntos, a com-prenderse recprocamente (p. 92).^
Evidencia que, por otra parte y esto es lo esencial , no
ayuda en modo alguno a reconstituir los porqu y los cmo de la
evolucin de todas las formas especficas de contacto y de comu-
nicacin; la misma teora explica como punto de partida los fro-tamientos de antenas de las hormigas, el rechinar de los vuelos de
los saltamontes, los bramidos de los rebaos, los gruidos de los
gorilas y las poesas de Paul Eluard, pero no el punto de llegada
de cada uno de estos tipos tan diferentes de contactos". Las re-
seas que Vendrys en el B. S. L. y Tylor en Word han hecho
de Rvsz son demasiado generosas.
Las insuficiencias de Rvsz muestran claramente los peli-
gros de toda investigacin pluridisciplinar sobre el origen del len-
guaje para justificar la actitud negativa de la lingstica. Sin em-
bargo, no es posible contentarse en este aspecto con las tautologas
repetidas de Goethe a Renn, de Humboldt a Mauthner, de Ven-
drys a Rvsz y Tovar, segn las cuales el lenguaje y el hombre
aparecen a la vez. LeroiGourhan ha captado que se trata sim-
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plemente de laicizar por decreto la antigua teora teolgica; y que,adems, es dar al hombre dos definiciones, una puramente zool-
gica, que le inserta en su lugar en la clasificacin de los mam-feros, la otra antropolgica, que le define por un carcter no bio-lgico, exterior a esta clasificacin; falta demostrar la coincidenciade estas dos definiciones. Si se supone por hiptesis que todo ani-
mal que habla es un hombre, y que todo hombre es un animalque habla, no se ha explicado nada.
Se puede pensar que en el da de hoy ciencias diversas permiten
reflexionar sobre el origen del lenguaje de modo ms preciso y,
sin embargo, menos perentorio de lo que lo hada Rvsz hace25 aos. Aun no habindose dejado persuadir por los avances psicoanalticos del autor, Le non et le oui de Ren A. Spitz ilustra un
estado de investigacin al nivel de los conocimientos actuales. En
el campo de la psicologa animal, hoy se est tambin lejos debanalidades con que todava se contentaba Rvsz; los trabajos de
von Frisch sobre las abejas (de los que Rvsz se desembarazaba
con palabras muy superficiales), los de Philippe Gramet sobre lasfunciones de la voz en los cuervos, los de Rmy Chauvin sobre loscomportamientos simblicos en los animales, por ejemplo, merecenpor s mismos mayor atencin que todo lo escrito sobre este tema
durante dos milenios. No es que la interpretacin de los hechos
sea inmediatamente productiva en lo que se refiere al origen del
lenguaje; en las reflexiones de Haldane a propsito de von Frisch
se vea aparecer una sugerencia sobre el rito como etapa inter-
media entre comunicacin animal y lenguaje humano; o en ladiscusin de Benvniste, una argumentacin que mantiene por
completo la separacin entre estos dos mismos trminos. Sea comoquiera, el problema est profundamente renovado en su trata-miento gracias a tales trabajos, aun cuando la solucin parezca
an ms lejana o menos accesible que anteriormente.
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3. De la lingstica a la prehistoria. Paralelamente a estas.
investigaciones, sobre todo filosficas, la lingistica no ha renun-
ciado nunca a remontarse lo ms posible en la prehistoria gracias asus propios mtodos 6. La lingstica histrica, mediante procedi-
mientos cada vez ms rigurosos de reconstruccin, puede recons-
tituir estados de lengua que se remontan mucho ms all que los
primeros textos conocidos. De este modo, las reconstrucciones del
indoeuropeo comn (i.e.) dan el estado hipottico, pero cada vez
ms verosmil, de una. lengua desconocida del tercer milenio a. C.,
atestiguada en formas evolucionadas (snscrito vdico, griego ho-
mrico, etc.) slo alrededor del primer milenio a. C. Como la lin-
gstica histrica ha surgido antes que la investigacin prehist-
rica, hacia 18161820, en una poca en la que una cronologauniversal de esencia teolgica haca aparecer la humanidad hacia el
cuarto milenio a. C., este remontarse hasta el tercer milenio daba
a los lingistas de entonces la impresin de hallarse muy pr-
ximos al origen mismo del lenguaje. Bopp a duras penas ha re-
nunciado formalmente a la idea de que las races i.e. que extraadel snscrito eran formas, cercanas al origen, aun cuando no re-
presentaran las del origen. Pero un erudito tan positivo, tan mo-
derno como Whitney difcilmente resiste, aun en 1876, a esta ten-
tacin. (No olvidemos que las ideas de Boucher de Perthes slo
empiezan a conseguir adeptos del mundo cientfico hacia 18631864.)
Descubrimientos recientes, escribe prudentemente Whitney, nos
muestran que la antigedad de la raza humana sobre la Tierra debeser mucho mayor de lo que generalmente se ha supuesto. Se hanabierto aqu aspectos de gran inters, sobre los cuales slo pode-mos echar una ojeada; pero la relativa brevedad del perodo cu-
bierto por huellas humanas debe hacemos modestos en la preten-sin de poder comprender alguna vez muchas cosas sobre los primersimos comienzos, el origen retrotrado, de las razas7.
6 Cf. el artculo de T o v a r en Word.7 L a n g a g e p. 205.
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3o Historia de la lingstica
No obstante, escribe un poco ms all:
Si las races particulares [i.e.] a las que nos conduce nuestroanlisis no son en todos los casos los , productos de las primerastentativas de nuestros antepasados en direccin a la articulacin,son de todos modos de la misma especie que ellas y representanpara nosotros la etapa inicial del lenguaje8.
O todava:
Que mediante estas races nos aproximbamos mucho, aunque no
lo alcanzramos por completo, al comienzo del lenguaje, nos vieneprobado por otras consideraciones [sobre las inflexiones]9.
Incluso Tovar en 1954 no parece despreciar por completo es-
tos espejismos cuando concluye su artculo del siguiente modo, al
menos ambiguo:
En resumen, en la medida en que la lingstica nos permitesondear las profundidades del espritu humano, nos permite tam-
bin' remontar el curso de la prehistoria hasta alcanzar los orgenesdel hombre mismo 10.
Efectivamente, como instrumento de penetracin en la prehis-
toria, la lingstica puede proponerse nicamente explorar susdintomos con el fin de
proyectar alguna luz sobre las parces de la prehistoria para las quelos textos son escasos, oscuros o ausentes por completo M.
A menudo, todava, no puede ilustrarse ms que a s misma.
En efecto, segn la observacin de Bloomfield, ocurre con frecuen-
cia que las reconstrucciones lingsticas referentes a un perodo an-
8 Op. cit., p. 263.9 Op. cit., p. 265.10 Op. cit., p. 347.11 T o v a r , op. cit., p. 336.
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La Antigedad
tehistrico no pueden ser puestas en relacin ni con vestigios ar-
queolgicos ni con vestigios antropolgicos. Lo mismo que para
el i.e., no se sabe verdaderamente ni en dnde ni por quin hasido hablada la lengua reconstruida12. Las tentativas de localizar la
cuna de los pueblos que han hablado el i.e. comn (gracias a las
races. comunes en las lenguas ms antiguas .que de l han salido
para designar realidades vegetales, animales o sociales) siguen sien-
do siempre conjeturas, y frgiles; estamos hoy lejos de la segu-
ridad con que Adolphe Pictet reconstrua hace 100 aos la civi-
lizacin de los arios primitivos (seguridad muy mitigada en la.
resea que Saussure haca en 1878 de la 2.a edicin de la obra).
En el artculo de Jacqueline Manessy sobre La civilisation vdique
daprs l Rig Veda, o en la obra de Stuart Piggott, se ve cun
dbiles pueden ser los puntos de apoyo slidos para tales investi-
gaciones. Son demasiado infrecuentes los casos anlogos al citado
por Emmanuel Laroche para las lenguas hititas en los que puede
poner en segura correlacin objetos encontrados en las excavacio-
nes con jeroglficos con dibujos reconocibles de estos mismos ob-jetos
Reducida a sus justas proporciones, la lingstica prehistrica no
por eso deja de existir. Para la Europa occidental,, por ejemplo, con-
siste (aparte del perfeccionamiento de las reconstrucciones i.e., y
de todo lo que de ellas puede deducirse) en considerar la cantidad
actual de topnimos, ornimos, hidrnimos, incluso antropnimos,
y despus extraer de ellos todo lo que con seguridad puede atri-
buirse a*etimologas de lenguas histricas atestiguadas: latn, grie-go, i.^e.j etc. Todo el problema consiste luego en trabajar sobre
el residuo toponmico que escapa a toda explicacin por una lenguconocida 14.
i?;, Bloomfield, Language, p. 319.E >,Cf. su artculo, p. 69.14 Rostaing, oms..., p. 25.
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3* Historia de la lingstica
La hiptesis consiste en suponer que los topnimos deben en-cubrir numerosos fsiles lingsticos15, porque la observacin
prueba que los sucesivos ocupantes de un territorio adoptan fre-cuentemente los nombres de los lugares ya en uso a su llegada.Sobre esta hiptesis se ha podido establecer16 la investigacin delas huellas lingsticas llamadas preclticas (iberos, ligures, etc.) qincluso preindoeuropeas. La validez de este ltimo trmino es andiscutida: si Fouch (1938) y Rostaing (1950) lo defienden, Lebel
en su tesis (1949) se mantiene infinitamente prudente, hasta el
punto de juzgar que prgalo incluso es un trmino arriesgado, alque prefiere no-ceta17. Para calibrar el corte completamente super-ficial, por valioso que sea en s, que la lingstica puede efectuaren esta zona de nuestra prehistoria, basta mencionar una de lasconclusiones de Lebel:
Los nombres de los grandes ros [franceses] permanecen [...] [e]ignoramos todo acerca de las lenguas que los han producido18
Otras dos tentativas para superar la superficialidad de esta pe-netracin se han abierto camino con diversa fortuna. Una es la deN. Ja. Marr (18641934). Notable especialista de las lenguas cau-casianas, tardamente adherido al marxismo, imagin demasiadoprematuramente, ms que prob, que ste proporcionaba el instru-mento terico apropiado para justificar las viejas hiptesis de MaxMller sobre las correlaciones entre las lenguas y los estados so-
ciales; y para realizar, aun prematuramente, el programa de lalingstica sociolgica de su contemporneo Meillet, que se pro-pona mostrar
cmo, en general, los cambios de estructura social se traducen' encambios de estructura lingstica.
15 Ibid., p. 6.16 Ibd., P. 112.17 Principes, p. 359.
13 Ibid., p, 355.
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La Antigedad 33
Se olvida con frecuencia, cuando se abruman de sarcasmos lasaventuradas teoras de Marr, hasta qu punto estn ligadas al mun-
do lingstico de su poca. Mediante una llamada teora de estadios,Marr haba planteado que hay una estricta correspondencia entresociedades matriarcales, patriarcales, esclavistas, feudles, capitalis-tas, socialistas, por una parte, y por la otra, la tipologa de las len-guas habladas respectivamente por esas sociedades. Provisto de estateora, de las ms discutibles, llegaba a plantear que el origen del
lenguaje era el siguiente: en un mundo en el que el hombre nohablaba todava ms que mediante gestos, cada tribu originaria
posea una nica palabra, grito de contrasea para reconocerse,nombre, mares tnica y totmica todo a la vez. A medida que lastribus se amalgamaban, sus hechiceros, nicos que posean el pri-
vilegio de la articulacin de la palabra sagrada, iban desarrollandopoco a poco una lengua hablada, por adicin de estas palabras tri-bales. Esta supuesta teora paleontolgica, ms soadora an quela precedente, llevaba a resucitar la lengua primitiva, hecha de cua-tro palabras: sal, ber, jon, ros: era el jaftico; y toda la construc-
cin de Marr era cientficamente ms irrisoria que las fantasascomparatistas leibnizianas que haban creado esta palabra de jaftico dos siglos antes.
La segunda tentativa cientfica seria es la lxicoestadstica, oglotocronologa. La hiptesis bsica es la siguiente: el lxico deuna lengua se renueva con el tiempo; unas palabras desaparecen, yaparecen otras. Observando este movimiento en lenguas de historiaconocida, se cree poder poner en evidencia que los trminos desapa-
recen en largos perodos a velocidad constante: un 20 %cada 800 aos. Es comprensible que sea ste un mtodo seductorpara fechar, por ejemplo (cuando estn emparentadas dos lenguassin historia), el momento de su separacin, cuyo clculo se fundaen el porcentaje de las races de trminos que les son comunes. Enabstracto, conocidas las velocidades de separacin que se han credoconstatar, el ascenso en el tiempo no excedera en ningn caso de
H. DE LA LINGSTICA. 3
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34 Historia de la lingstica
algunos milenios. Pero el mtodo es muy discutible. En primer lu-gar, para eliminar el riesgo de operar con palabras culturalmente
demasiado mviles, que falsearan los clculos, los tericos propo-nen no operar ms que con un lxico limitado, sacado, segn creen,
de los avatares de la evolucin de las culturas: partes del cuerpo,
divisiones del tiempo, fenmenos naturales, nmeros, etc., y esta
lista fundamental de unos 200 trminos : que va a condicionar to-
dos los resultados ulteriores provoca numerosas reservas. Por
otra parte, aplicada a lenguas cuya historia es. muy conocida, la
glotocronologa da resultados aberrantes. Este instrumento de re-
troceso en la prehistoria, si es que es un instrumento, no est an
a punto.
4. De la prehistoria a la lingstica. Los lingistas anterio-
res remontan el curso del tiempo hacia un origen del lenguaje quesaben muy bien que no alcanzarn nunca. Por el contrario, Leroi
Gourhan, paleontlogo, etnlogo y prehistoriador, se propone des-
cender la corriente del tiempo, llevado por la evolucin de losvertebrados; en su camino debe encontrar forzosamente el momen-
to de la aparicin del lenguaje. Antes que l, ya otros, cuyas hip-
tesis evoca Tovar19, haban tratado de localizar esta fecha capital
fundndose en los datos de antropologa prehistrica conocidos en
su poca, ya cramologa, ya presencia del fuego, etc.: Walkhoff y
Heilborn han escogido la edad de Neanderthal (alrededor del
ao 100.000)}. Bklen, slo el musteriense (alrededor del
50.000); Hauser, el auriacense (alrededor, del 30.000).De hecho, con esto slo se obtenan desarrollos muy generales, de
medio siglo de antigedad, cuyo resumen haba hecho Henri Berr
en su prlogo a L humanit prhistorique de Jacques de Morgan
texto al que se limitaba a remitir su prlogo al Lagage 'de
Vendrys i LeroiGourhan presenta una sntesis basada en el
' '* Art. cit., p. 350.
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La Antigedad 35
estado actual adquirido de los hechos. La lingstica encuentra en
l una puesta al da de los problemas planteados, si no por el
origen, al menos por la antigedad del lenguaje. En primer lugar,se siguen en l, desde los primeros peces, las relaciones de depen-
dencia que se manifiestan entre captura mvil del alimento y sime-
tra bilateral en el mundo animal; entre vida terrestre y liberacinde la cabeza con relacin al esqueleto; entre mecanismo de la man-dbula (condicionado por el rgimen alimenticio) y estructura del
crneo; entre posicin vertical, liberacin parcial o total de los
miembros anteriores durante la locomocin, rostro breve y volumen
del crneo cosas todas ellas que sitan la aparicin de las posi-bilidades del lenguaje en una larga cadena biolgica.
Acerca de la antigedad del lenguaje, LeroiGourhan aporta
nuevos puntos de vista. Los descubrimientos de Africa del Sur(Australnthropo, Zinjnthropo) retrotraen la aparicin de la es-
pecie homo en los tiempos geolgicos mucho ms all de lo que
se pensaba hace 30 aos: hacia fines del terciario, hace quiz un
milln de aos, lo cual prolonga considerablemente los tiemposde evolucin de todos los fenmenos propiamente humanos, parti-
cularmente el lenguaje. En lo referente a ste, LeroiGourhan pien-
sa, con mayores precisiones que hace 50 30 aos, poder basarseen dos clases de pruebas indirectas: estructura del cerebro, rela-
ciones entre utensilios tcnicos y lenguaje. En el primer punto, lo
esencial es la observacin en los animales, y luego en el hombre,del desarrollo del crtex delante del surco de Rolando. A partir
del australnthropo, el cerebro humano posee, segn LeroiGourhan,zonas que le son propias al menos por su extensin, y son aquellas
en las que se localizan hoy los centros del lenguaje en tantoque stas faltan en los grandes monos . En segundo lugar, a partir
del austrainthropo hay fabricacin de utensilios. Ahora bien, el
utensilio prehistrico, nunca determinado por el azar de las frac-turas del material, corresponde a un estereotipo funcional atesti-
guado continuamente en millones de ejemplares. LeroiGourhan
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Historia de la lingstica
constata que las zonas cerebrales de la potencia motriz tecnolgica
y las del lenguaje son interdependientes. Constata tambin quetoda la historia conocida establece que, a partir del momento enque hay que escoger entre varios comportamientos de fabricacin,
esta eleccin entre cadenas operatorias que constituyen el apren-
dizaje implica siempre una transmisin por medio del lenguaje.
Las ciencias competentes podrn comprobar estos puntos de vista;pero para el lingista tienen el mrito de sustituir demasiadas hi-
ptesis filosficas bastante gratuitas por datos objetivos configu-
racin del cerebro, utensilios que se tienen a la mano.Junto a esta paleontologa del lenguaje, LeroiGourhan propone
un anlisis casi tan innovador de los orgenes de la escritura (la
cual es la primera prueba arqueolgica directa del lenguaje: casicerteza para el musteriense evolucionado, hacia el 50.000, apartir de las primeras incisiones regularmente espaciadas; certeza
para el auriacense, hacia el 30.000, que proporciona rasgos
indiscutibles, grabados o pintados). Hasta ahora, la prehistoria dela escritura se describa como una bella serie evolutiva, una su-
cesin de tres estadios, de la historia sin palabras a la letra :,
tal es el ttulo de la primera parte de la obra de M. Cohn20.
Primero, un estadio de pictogramas (la Bilderschrift de los alema-
nes), especie de dibujos que cuentan una historia, pero sin relacin
visible con un nico enunciado hablado historia que se inter-
preta o reconstruye como el tema de un cuadro, o de una sucesin
de cuadros (en este ltimo caso hay ya una primera idea de men-saje lineal, pero menos anlogo a la escritura que al cine) . Marcel
Cohn advierte que estos dibujos pueden ya bastarse a s mismos,ya servir de ayuda para el recuerdo de relatos, es decir, de men-
sajes verbales, ms o menos estereotipados. Advierte asimismo, aun-
que haya hablado de estadios, que la escritura propiamente dicha
no ha surgido de un desarrollo o de un perfeccionamiento de la
Grande invention, pp. 27 ss.
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La Antigedad 37
tcnica pictogrfica21. A continuacin, un estadio de ideogramas
o jeroglficos (Wortschrift), dibujos de formas generalmente reco-
nocibles, cada una de las cuales corresponde a una unidad semn-
tica de un enunciado hablado. Finalmente, un estadio de fonogra-mas, o signos escritos, cada uno de los cuales corresponde a un
sonido mnimo del lenguaje, vocal o consonante. La tesis de Le-
roiGourhan, muy notablemente diferente, plantea que los prime-
ros grafismos auriacenses susceptibles de interpretacin no sonpictogramas, sino rasgos convencionales, abstractos, que posible-mente sirven de soporte mnemotcnico a un contexto oral irreme-
diablemente perdido 22, como los churingas de los actuales pobla-dos australianos. Consecuencia importante,
el arte figurativo est ligado en su origen inevitablemente al len-guaje, y mucho ms prximo a la escritura en sentido amplio quea la obra de arte23.
Estos rasgos primitivos, cuyo inventario y repertorio mecano
grfico ha realizado LeroiGourhan para las n o grutas adornadas
que se conocen 63 de las cuales presentan 2.260 figuras lo su-ficientemente bien conservadas para ser legibles , no son picto-gramas, en el sentido de que los dibujos no se leen como la histo-ria contada por un cuadro: habra que conocer su contexto oral
para interpretarlos; son mitogramas en el sentido propio deltrmino24. Las nicas pictografas verdaderas que conocemos (es-quimales, pieles rojas, siberianos) son posteriores, dice, al contacto
de los grupos sin escritura con civilizaciones con escritura; pero
esta afirmacin parece discutible. En efecto, Alfred Mtraux citanumerosos casos en Amrica: los descuentos de los inviernos da
kota en pieles de bisonte, la escritura cuna del Panam, etc., que
21 Ibid., pp. 2733.22 Le geste, I, p. 266.23 Ibid., p. 266.24 R e l ig io n s pp. 8195; Le geste..., I, 268, 275.
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es difcil de clasificar entre las escrituras surgidas por estmulos.
Por otra parte, hay una relacin probable entre el nacimiento de
las primeras escrituras y los procedimientos de inscripcin admi-
nistrativa, que aparecen ms importantes cada vez en la aurorade las civilizaciones con escritura (Sumeria. Creta, Egipto), y estarelacin es quiz capital para el paso del mitograma o del picto
grama a la escritura lineal25, pero este fenmeno es muy posterior
al simbolismo paleoltico de aspecto churinguio . Tambin en
este caso la afirmacin debe ser indudablemente matizada: a par-
tir del paleoltico superior, del que surgen estas civilizaciones, se
encuentran smbolos casi con toda seguridad numricos junto a
mitogramas 26. Sin embargo, es todo el esquema clsico (pietograma > ideograma > fonograma) el que se encuentra en cues-tin, no sin buenas razones. Tambin la historia de la escritura
aparece ms compleja de lo que hasta ahora se haba credo.
II. LOS EGIPCIOS
i. Falta de trabajos histricos. Casi todas las publicacionesreferentes a la historia de la lingstica se conducen como si subs-
cribieran las siguientes afirmaciones de Whitney, formuladas hacecasi un siglo:
[La lingstica] es por completo obra de este siglo [...]. Estasinvestigaciones antiguas [anteriores al siglo xix]... no han tenidopor resultado nada que merezca el nombre de ciencia...i[de este si-glo procede] el verdadero comienzo de una ciencia lingstica27.
25 Le geste, I, p. 220.26 Cf. intervencin de Bourdier, en MTRAUX, pp. 222$,?7 Langmge, pp. 13,
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La Antigedad 39
Como se ha visto, a partir de Whitney, todo lo que se refierea la historia de la lingstica anterior a 1816 ocupa con gran fre-
cuencia algunas pginas, rara vez unas treinta, de toda una obra.Este modo de ver merece ser revisado y matizado. La lingsticano estaUa en el siglo xix como una tempestad en un cielo sereno.
Ha sido preparada por toda la reflexin anterior sobre el lenguaje,
cuya historia slo ha pod do esbozarse, al menos a partir de Egip-to. En lo referente a la reflexin que el Egipto faranico ha podido
orientar sobre los fenmenos del lenguaje, el primer hecho que
hay que subrayar es la insuficiencia de nuestra documentacin
actual, insuficiencia que no debe aceptarse, al menos hoy, comoun dato inmutable, sino constatar como una situacin presente
transitoria, modificable. En efecto, la egiptologa posee fillogos
eminentes, formados por siglo y medio de trabajos cientficos. Hansabido redactar en sus obras de conjunto captulos sustanciosossobre el derecho, la administracin, la astronoma, la medicina, la
economa, la geografa, las matemticas faranicas. Pero consul-
temos Le Nil et la civilisation gyptienne de Moret, los primeros
tomos de la coleccin Clo, o de Pueblos y civilizaciones deHalphen y Sagnac: ni en el ndice ni en el texto se encontrar,
bajo el ttulo escuela o enseanza, nada o casi nada sobre lo que
los egipcios saban o enseaban referente a su lengua. Nada tam-
poco en la Histotre genrale des sciences de Taton, y demasiadopoco todava en el Dictionnaire de la civilisation gyptienne de
Posener, a pesar del artculo langue (de Serge Sauneron).
Una historia de la lingstica slo empezar a ser posible cuan-do los especialistas egiptlogos, pero tambin sumerilogos, asi
rilogos, hinduistas incluso, etc. hayan tomado plenamente con-ciencia de este hecho: la reflexin que una civilizacin presta,
ms o menos explcitamente, a su lenguaje forma parte del ins-
trumento mental de esta civilizacin como lo subraya con fuer-za la coleccin volution de rHumanit (t. III, Le langage),
como lo dice expresamente la Encyclopdie jrangaise (t. I) . La
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40 Historia de la lingistica
civilizacin en cuestin ha tomado conciencia del anlisis de lossonidos lingsticos, y cmo, hasta qu punto? Ha orientado ya,
y hasta dnde, un anlisis de las unidades significativas de su len-gua? Qu nociones ha enseado referentes a las partes de la ora-
cin ? Qu ha conocido de la morfologa, de la sintaxis? Haexperimentado las diferencias dialectales? Se ha interesado porlas lenguas de los dems pueblos? Ha entrevisto hechos de evo-lucin de la lengua? Ha tenido escuelas, una enseanza, tratados?
Qu problemas generales del lenguaje, mticos, filosficos o lin-gsticos se ha planteado?
2. Los documentos y los hechos. En el estado actual de los
conocimientos, qu nos ensea, sin embargo, la egiptologa? Sa-
bemos que desde la poca tinita (tercer milenio antes de nuestra
Era) existe una administracin slidamente organizada, fundada en
una casta de funcionarios, los escribas. La formacin de stos pos-
tula una enseanza, escuelas; y tenemos testimonios de ello. Los
nombres mismos de la escuela indican su importancia en el mundo
faranico: es el lugar de la enseanza de los libros 28, la casade vida 79. A este propsito, Las mximas del escriba Ani evocandel siguiente modo a la madre de ste:
Ella te ha llevado a la escuela cuando aprendas la escritura,y all permaneca cada da, con pan y cerveza de su casa 3.
Adems, sabemos que la actividad diplomtica egipcia llevaconsigo la presencia de traductores y de intrpretes: desde el Egip-
to antiguo, altos funcionarios tienen ya el ttulo de jefes intrpre-
tes, que transmiten de padres a hijos como un cargo unido a su
ttulo de prncipes de Elefantina31. En 1278 antes de nuestra Era,
28 Mobet , p. 312.29 Clio , p. 180.30 Mo r e t , p. 536.5! CARY, p. 132,
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La Antigedad 41
un tratado egipciohitita da lugar a dos traducciones egipcias32. En
la poca de Sesostris I, en el siglo xn antes de nuestra Era, un
escriba se glora de saber leer el cretense: M i clamo coge losHaunebu, escribe33; y le vemos en una oficina de asuntos co-
merciales con Creta, cmo intrprete. El papyrus Anastasi Io nostransmite tambin la carta del escriba Hori al escriba Amenemop,
que participa de una especie de estilo literario: la carta llena depedantera en la que el remitente rivaliza en sabidura con su des-
tinatario mediante la bsqueda y ostentacin de palabras raras:
Acumulaban a placer los nombres geogrficos ms brbaros ylas palabras de ortografa difcil, a gusto trasponan en jeroglficospalabras extranjeras que la mayora del pueblo no comprenda34.
Palabras que hoy nos interesan como un rastro, por dbil quesea, de curiosidad por las lenguas extranjeras.
Finalmente, la larga duracin del rgimen faranico, redoblada
por la gran estabilidad de las estructuras administrativas, tuvo como
resultado la existencia de documentos de archivos, frecuentementemuy antiguos, que plantean a los escribas el problema de la lectura
de una lengua anticuada (pues el egipcio hablado cambi durante
los tres milenios a lo largo de los cuales fue escrito sin interrup-
cin), es decir, el problema de una verdadera filologa 35.
Son otros tantos hechos que testimonian una actividad lin-gstica de la que nos gustara poseer un inventario menos so-
mero. Se han encontrado formularios, tratados, poemas didcticos
pero muy poca cosa, al parecer, referente al lenguaje . A duraspenas se resigna uno a la comprobacin quiz provisional deMarcel Cohn:
32 Clio, p. 411.^ Clio, p. 254.
M Clio, p. 477. Cf. Clio p. 280; Mo r e t , pp. 532542
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42 Historia de la lingstica
La abundante literatura egipcia conservada no ha proporciona-do obras gramaticales. Hasta ahora, se ha encontrado un solo pa-radigma 36.
3. La escritura como anlisis lingstico. Sin embargo, dis-
ponemos de un medio, por muy indirecto que sea, de entrever algo
de las reflexiones por muy empricas que sean que el Egipto
antiguo debi hacer acerca del lenguaje. Meillet es indudablemente
el primero que, en una resea de 13 lneas, ha sugerido esta va
de acceso, capital para la prehistoria de la lingstica:
Los, hombres que han inventado y perfeccionado la' escritura,nos dice (en 1913), han sido grandes lingistas y son ellos quieneshan creado la lingistica37.
Volvi sobre este punto en 1919, en un artculo ya citado de
Scientia, apenas ms largo, pero tambin decisivo. Su tesis sostie-
ne que
es la estructura de la lengua la que ha condicionado cada inven-
cin decisiva en el desarrollo de la escritura38,
lo cual nos permite conocer hoy de rechazo hasta qu punto con-
cretamente, si no ya explcitamente, cada pueblo inventor de una
escritura ha debido tomar conciencia de la estructura de s lengua
para escribirla como la ha escrito.
Meillet parte de los primeros datos proporcionados por los tra-
zados ms antiguos, ya en las civilizaciones prehistricas, ya en las
civilizaciones protohistricas: los pictogramas del captulo prece-dente, primera invencin de los hombres en este punto. La segun-
da invencin, de la que no siempre es fcil saber si es o no dis-
tinta cronolgicamente de la primera, se ha hecho con seguridad
36 La grande inuention, t. I, p. 70.37 Resea de Baudouin de Courtenay, B. S. L, de 19121913.38 Ibid., p. 293.
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La Antigedad 43
de modo independiente en varios puntos del mundo: consiste
(dd que los dibujos estn relacionados de uno u otro modo con
los sonidos de la lengua) en presionar el anlisis del enunciado has-ta el punto en que cada unidad de primera articulacin de este
enunciado se ve dotada de un signo distinto que representa el
significado de esta unidad de modo cada vez ms esquemtico, se-
gn avanza la evolucin de la escritura. Es la escritura ideogr
fica, la de los jeroglficos egipcios, de los primeros signos sumerios,
chinos o mayas, de silueta reconocible. A partir de aqu muestra
Meillet que ningn dibujo, pictograma o ideograma
puede bastar para traducir grficamente una lengua, por simpleque sea la estructura de esta lengua;
y esto sobre todo porque
la estructura misma de esta lengua no se puede expresar median-te dibujos que representan los objetos39.
.Cmo dibujar, dice, un significado que se expresa medianteuna alternancia voclica? En una forma que es la de su poca, en
la que el desarrollo histrico es todava concebido frecuentemente
como un movimiento lineal, que tiene una causalidad interna ab-
soluta, Meillet seala bien los lmites de la invencin de estas
protoescrituras:
La estructura del lenguaje, escribe, conduca, pues, necesaria-mente a anotar los sonidos40.
El historiador de hoy no escribira tan de buena gana ese ne
cesariamente, pero el anlisis subraya bien sobre qu puntos, en la
historia de las escrituras, debe dirigirse la atencin del lingista:
en tanto que ni la historia de los desciframientos ni la historia del
39 Ibid., p. 290.40 Ibid., p'. 291.
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44 Historia de la lingstica
descubrimiento de los documentos, que a menudo ocupan tantoespacio en las obras, son problemas propiamente lingsticos, el
estudio del modo segn el cual la escritura refleja la estructura dela lengua, y del modo segn el cual esta escritura refleja el an-
lisis y el conocimiento de esta estructura, son problemas de lin-
gstica; y son los verdaderos medios de que disponemos para
hallar la conciencia que ha debido tomar de su lenguaje una civi-
lizacin determinada. Se puede calibrar la potente originalidad del
pensamiento lingstico de Meillet en este punto por el hecho deque varias dcadas despus de l los lingistas excepto Pedersen,
del que es difcil decir si debe algo a Meillet en esto se limitana mencionar de pasada que
la invencin de la escritura trajo consigo, como es natural, refle-xiones sobre la naturaleza de la lengua, porque esta tcnica debahacer visibles los elementos de la lengua hablada y luego separar,si no las palabras, al menos las frases41.
4. El anlisis lingstico de los jeroglficos. A la luz de esta
notable enseanza de Meillet qu puede decirse de la lingsticaimplcita de los egipcios?
En primer lugar, segn Moret, el Egipto antiguo habra cono-
cido el estadio de la protoescritura pictogrfica, o pictorial, como
l dice42. Es lo que resultara del examen de la paleta prehistrica
del Louvre, que no presenta ningn rastro de escritura propia-
mente dicha 43, sino dibujos simblicos y estilizados que consti-tuyen una escena. Moret la compara con la paleta de Narmer, an-
terior a la primera dinasta, que presenta un cuadro anlogo a laprecedente, pero en el que se ha utilizado una escritura para
indicar los nombres de los personajes. La misma escena se en-
cuentra en un bajorrelieve de Sahura* hacia el 2600 antes de
41 Ku k e n h e i m, p. 10.42 Ucriture hiroglyphique.. p. 101.43 Ibid., p. 123.
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La Antigedad 45
nuestra Era (V dinasta);5 una leyenda escrita acompaa esta vez
al cuadro. Semejantes documentos materializaran el paso del
pictograma puro (probablemente sin relacin con un enunciado lin-gstico) a la escritura propiamente dicha. Marcel Cohn parece
rechazar este anlisis de Moret:
Nada permite creer que los egipcios hayan pasado, en pocaprehistrica, de un estadio pictogrfico a un estadio pictoideogrficopuro con signospalabras, en el que cada imagen habra represen-tado lina palabra, y en el que cada palabra habra estado represen-tada por una nica imagen44.
Pero no da las razones de esta repulsa.Esta escritura egipcia son los jeroglficos. Desde los ms anti-
guos textos, que se fechan en los alrededores del 3500 antes de
nuestra Era, nos encontramos frente a realizaciones que mezclan
ya signos ideogrficos (o ideogramas, o signospalabras) y signos
fonticos (o fonogramas el trmino se encuentra ya en Moreto signossonidos).
Qu representan lingsticamente los ideogramas? (cuya defi-nicin, propia de los egiptlogos a partir de Champollion que los
llamaba signos figurativos, no hay que olvidar):
signo de escritura [gramma] que recuerda las formas [idea} de losseres o de las cosas45.
La descripcin de su funcionamiento es bastante compleja, y
los resmenes. simplificados que de ella se dan en todas partes la
oscurecen siempre. En este aspecto, nada reemplaza el recurrir al
citado artculo de Moret, verdaderamente claro y completo; ade-
ms, copiosamente provisto de referencias al anlisis de Cham-pollion, que sigue siendo fundamental.
44 La grande invention, p. 65.45 M o r e t , ibid., p. 101.
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46 Historia de la lingstica
Estos signospalabras son primero esencialmente dibujos, que
representan los objetos mismos, ms o menos reconocibles o estili-
zados, objetos a los que significan en sentido propio: una siluetade pjaro para pjaro, de mano para mano, de boca para boca, etc.
Pero las necesidades de comunicacin que corran el riesgo de
desarrollar un sistema antieconmico si hubiera sido preciso un
signo distinto para cada significado especfico hacen que el di-
bujo pase del sentido propio al sentido simblico (Champollion):
el dibujo de una maza, que primero significa maza, luego significa
golpear. Ms adelante, los mismos dibujos adquirieron un sentido
trpico (Champollion), es decir, un valor de tropos: por sinc-doque, metonimia, metfor, un dibujo de una cabeza de buey
significa buey; el creciente de la luna, mes; el cuarto delantero de
un len, preeminencia. El catlogo de los jeroglficos de la Im-
prenta Nacional de Francia los. clasifica, por categoras de dibujos,
del siguiente modo: partes del mundo (cielo, tierra, etc.), hombrey partes del cuerpo, animales, vegetales, construcciones, objetos de
mobiliario, formas geomtricas, formas no identificadas catlogopor el que deberan interesarse los semnticos . En total, 2.743
caracteres diferentes de impresin; el Instituto Francs de Arqueo-
loga Oriental, en el Cairo, cuenta con 3.500. Este tipo de escri-
tura permite decir que los egipcios han alcanzado muy pronto elestadio de descomposicin en unidades de la primera articulacin
estadio en el que se est seguro de que hay tratamiento de un
enunciado propiamente lingstico, separado en palabras dis-
tintas.La descripcin que acaba de hacerse no es un excursus et el
campo de la historia de la escritura. Es necesaria al punto de vista
lingstico, con el fin de tratar de comprender el porqu y el cmo
del paso de los ideogramas a los fonogramas. En efecto, este tipo
de escritura ideogrfica produca espontneamente dos clases deambigedades. Por una parte, un nico dibujo poda corresponder
a varias lecturas fnicas, segn que fuera ledo ideogrficamente
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La Antigedad 47
como si tuviera sentido propio (un crculo con un punto en elcentro: sol = [raj), sentido simblico (el mismo dibujo: da (luz
del da||p|: ,[h.r.wj), diversos sentidos trpicos (el mismo dibujo:da (del mes) = [s.s.wj; momento = [r.k]). Este signo era enton-
ces polfono. La mayora de los jeroglficos, si no todos, eran pol-
fonos, lo cual corresponda a una economa de signos en el cdigo
pero esta economa en la escritura (la codificacin) tena comocontrapartida un "coste ms elevado de la lectura (descodifica-
cin)h Por otra parte, cierto nmero de dibujos totalmente dife-
rentes, por ejemplo los dibujos que representaban el nudo, el al
mocafre, la balanza, el ojo, el rbol, la herramienta, el cuarto de la
luna, tienen la misma lectura fnica (en este caso [m.r]). Estossignos son homfonos.
La historia de la escritura ensea cmo lucharon los egipcios,por medios diversos (y propios de la escritura, no de la lingstica),
contra estas ambigedades. Ya distinguen el sentido propio del
signopalabra polfono de todos sus dems sentidos, sealndolo me-
diante un pequeo rasgo distintivo vertical. Ya acompaan al signopalabra con otro signopalabra que precisa en qu categora semn-
tica debe buscarse la lectura del primero. Champollion los llama
determinativos de especie. No se lean. Funcionaban como las
palabras clave del chino. Hay unos 200; los ms corrientes son
unos 80. Ya por el procedimiento similar de los determinativosde gnero, en fecha ms tarda, se sealaba la pertenencia de un
ideograma a una de las clases siguientes: pueblos, hombres, tr-
minos geogrficos, territorios, ciudades, animales salvajes, pjaros,minerales, plantas, acciones, movimientos, enfermedades. Tampoco
en este caso hay duda alguna de que un estudio moderno de estos
determinativos debe interesar, a los semnticos. Pero se trata de
hechos que difcilmente concerniran a la historia de la lingstica
si, entre estos medios variados de luchar contra las ambigedades
de su escritura, los egipcios no nos ofrecieran el rastro de los pri-
meros anlisis fonticos (conocidos) del lenguaje.
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48 Historia de la lingistica
El procedimiento, completamente diferente de los precedentesen su principio mismo, es el que los egiptlogos denominan com-
plementos fonticos ; interesa primordialmente al lingista.De qu se trata? Para evitar la ambigedad de un signopala
bra polfono, los escribas egipcios recurren al procedimiento deljeroglfico: escriben junto a este signopalabra (ya delante, ya en-cuadrndole) otro u otros varios signospalabras de los cuales noconservan ms que los valores fnicos, que determinan la pronun-ciacin del primero en el enunciado en que se encuentra. Porejemplo, el dibujo de una oreja puede significar oreja u oir. Pero
oreja se pronuncia [m.s\d.r]; oir, [s.d.m]. Para precisar que eldibujo significa oreja, y en consecuencia debe ser pronunciado[m.s.d.r], se aadir (sin su trazo vertical, que indica el sentidopropio) los signospalabras que se leen [m.s*] ( = nacer) y [d.r](= gavilla).
Cualquier, ideograma poda ser transformado en fonograma deeste modo; pero es comprensible que un signosonido de tres s-labas pudiera ser utilizado nicamente para sus raros homfonos
de tres slabas. Por el contrario,Qos signossonidos de dos slabas,y ms an los de una sola, podan ser muy tiles, puesto que per-mitan anotar la pronunciacin de cualquier jeroglfico polislabomediante su simple yuxtaposicin.
5. 1Hay anlisis de la segunda articulacin? Cmo carac-terizar lingsticamente este aspecto fontico de la escritura jero-glfica? En primer lugar, los fonogramas egipcios parecen manifes-
tar la toma de conciencia de la unidad silbica: el signo que re-presenta como ideogrma el perfil de un pan, y significa pan encuanto jeroglfico afectado por su rasgo vertical, se convierte en lanotacin escrita del sonido que tena este jeroglfico: [ta]; pero ex-presa tambin, por aproximacin, las slabas [te], [ti], [to], [tu], y la[t] aislada en final, Se puede ya concluir que la escritura jeroglficarevela una aprehensin de la slaba, realidad siempre pronuncia-
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La Antigedad 49
ble y fcil de aislar, seala Meillet46 a este propsito? La afirmacin demasiado tajante ocultara lo que puede percibirse, la evo-
lucin hacia una toma de conciencia de la slaba. Ahora bien, lautilizacin de complementos fonticos trilteros y bilteros junto aunilteros debe hacer reflexionar.
Estos ejemplos muestran, escribe R. Weill, por la Variedad indi-ferente del nmero de consonantes, que la nocin de slaba estcompletamente ausente47.
(El egipcio no se pregunta en absoluto si el complemento fon-
tico [kh. r. p.] tiene tres, dos o una slaba, sino si puede calcarfonticamente otro homfono [Kh. r. p.]). La advertencia de Weillpermite percibir mejor que ha habido (a la larga) un paso prag-mtico a la nocin emprica de slaba, puesto que este uso de com-plementos fonticos variados ha acabado por desembocar en un usopreferente de los unilteros (monoslabos) ms frecuentes: lo queimpropiamente se denomina el alfabeto egipcio de 24 letras, diceMoret48.
La frmula de Moret muestra que, por encima del problemade la slaba, es legtimo preguntarse si los egipcios han alcanzado,aunque sea empricamente, el estadio de la percepcin de la se-gunda articulacin del lenguaje. Halphen y Sagnac (y muchos otros)han desorientado en este aspecto a sus lectores con toda seguridad,hablando ya de alfabeto, diciendo que los egipcios haban llevadomuy lejos el anlisis de los sonidos, e incluso afirmando que ano-taban cada consonante con un signo nico49.
Han sabido los egipcios analizar esta slaba, que han acabadopor entrever, en fonemas: consonantes y vocales? En esto, el asom-bro ante lo que se descubre no debe tampoco falsear las formula
, 46 Apergu, p. 57.47 La Phnicie, p. 155. 48 Art. cit., p. 109.49 Peupls, t. I.
H. DE LA LINGSTICA. 4
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dones: quemar las etapas que pueden distinguirse hacia el an-
lisis alfabtico sera propiamente matar la historia en lo que tiene
de ms rico. Algunos fonogramas tienen la forma [C.C] (ej. [w.r],[m.n], es decir la forma [consonante (.) consonante], sealando los
puntos de la anterior transcripcin el lugar de la vocal que nunca
se anota; otros tienen la forma [C.]; la forma [.C] no se encuentra,
pues el egipcio no tiene palabras con inicial voclica. No se debe,
pues, hablar aqu de alfabeto, so pena de dar este nombre desde
el momento en que se trata de seguir paso a paso las etapas de la
invencin a realidades muy diferentes, en cuanto al anlisis lin-
gstico, que van a encontrarse desde Egipto hasta Grecia. Si sequiere ver claro, slo hay que hablar de alfabeto a propsito de las
escrituras alfabticas propiamente dichas50: las que anotan me-
diante grafemas distintos todas las unidades fnicas mnimas. La
escritura jeroglfica en sus fonogramas no es alfabtica;
las vocales no se escriben en absoluto. Desde luego, existen y sepronuncian en su lugar en las palabras, [pero] en la escritura se
omiten las vocales por principio razonado, hasta el punto de quese utiliza la misma fontica en las palabras ms diversas nicamen-
te para sus consonantes, y sin preocupacin por las diferentes vo-cales que intercalan estas palabras en el marco de estas mismas con-
sonantesM
La escritura tiene, pues, la forma de una especie de taquigrafa:
en una palabra escrita completamente en fonogramas, por ejemplo
[f.d.w] (cuatro), somos nosotros los que tenemos la impresin
de una escritura consonntica (que habra aislado, por tanto, las
consonantes), ya que no tenemos ningn medio de restituir las vo-
cales pero el egipcio las lea gracias al contexto, del mismo modo
que el taqugrafo actual relee sus notas (en las que tampoco se
transcriben generalmente las vocales): me-re-te se relee en francs,
segn la ocasin, mrit, marrter, mfirritait3 etc.
50 C f. Marouzeau , Lexique de terminologie linguistique, p. 15.s i W ei l l , La Phnicie, p. 156.
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La Antigedad 51
Decir que los egipcios no han alcanzado el estadio del anlisis
lingstico de la segunda articulacin del lenguaje corre todava el
riesgo de ser una afirmacin excesivamente elptica. Histricamentedebemos tambin constatar que Meillet tena razn al subrayar,
con Gardiner, la influencia ejercida por la estructura de una lengua
sobre la creacin de la escritura que la transcribe* En efecto, el
egipcio, por no tener vocales iniciales, ni slabasvocales, no se vea
incitado a inventar letras para anotarlas^ Como esta lengua, al igual
que las dems lenguas semticas, tena palabras de gran estructura
silbica, con declinaciones y conjugaciones basadas en alternan-
cias voclicas regulares que afectaban a races muy estables, la razde una palabra segua siendo siempre identificable (cf. rabe
[K.T.B.] = idea de escribir, a travs de [KuTuB] = los libros,
[KiTaB] = el libro, [KaTaBa] == l escribe, [KaTaBtu] = l ha es-
crito, etc.) y el contexto llevaba a adivinar con bastante facilidad
las vocales necesarias. La lengua, pues, no era arrastrada a proseguir
el anlisis de la slaba en sus componentes.
La idea precisa aqu es, sin duda, la de que esta estructura delas lenguas semticas (que lleva a escrituras que ponan de relieve
lo que Champollion denominaba ya el esqueleto de las palabras,
lo que Moret, Cohn, etc., llaman el esqueleto consonntico) ten-
da con fuerza a hacer tomar cierta conciencia, cada vez ms clara,
de la nocin de fonema a partir de la consonante. El punto de
vista de J. Fvrier pareca a primera vista ms categrico: habla
de la escritura egipcia como de una escritura consonntica:
[El egipcio] proceda, para descomponer una palabra en suselementos fonticos constitutivos, aislando las consonantes y no se-parando las slabas, Es cierto, dice, que el egipcio no ha concebidoprimero la consonante, lo cual habra exigido un esfuerzo de abs-traccin extraordinario [...]. Ha puesto en relacin con el ideo-grama un esqueleto consonntico, del cual, si no ya la concepcinexplcita, al menos un conocimiento emprico le vena impuestopor l uso mismo de la lengua [...]. Cmo va a realizarse el paso
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a la consonante aislada? De una manera muy simple, mediantepalabras que no tienen ms que una slaba52.
Se han visto anteriormente las muy poderosas razones que no
nos permiten ser tan categricos. Y J. Fvrier mismo lo ha notado,
y concluye del siguiente modo:
Conviene adems no exagerar. Nada indica que el egipcio sehaya dado cuenta de la importancia del descubrimiento que acababade hacer, en cierto modo involuntariamente53.
No hay aqu, pues, ni anlisis silbico, ni anlisis consonntico,
ni anlisis alfabtico verdaderos, pero s el punto de partida visiblepara tales anlisis. No se podra afirmar nada ms sin ir ms all delos documentos. Y tan interesante como esta conclusin es obser-
var la detencin, en cierto modo, del desarrollo de una escritura
(y de un anlisis) que quiz haba evolucionado a partir del picto
grama o del mitograma, o de la lista administrativa, al ideograma,
y de ste al fonograma. Los egipcios, que haban inventado unanotacin silbica econmica de 24 caracteres, habran podido es-
cribir fonticamente a partir de ellos todas las palabras de su len-
gua. Ahora ben, no han abandonado nunca ni los signospalabras
(ideogramas) ni las bi o trilteras fonticas (fonogramas comple-jos) 54. La escritura completamente fontica slo se ha implantado
para las formas gramaticales, pronombres, preposiciones, flexiones
verbales o nominales, y los nombres de pases, de pueblos, dehombres extranjeros.
Por qu no ha avanzado este anlisis hasta las ltimas conse-
cuencias de su lgica? Moret pone de relieve que la escritura com-
pletamente fontica habra sido ms econmica para la codificacin,
52 Historia de la lingistica
52 Cf. L lphbet, f. i. 461, i. 4414.53 Ibid.54 Moret, art. cit., p. no.
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La Antigedad 53
pero menos clara para la descodificacin (lectura), tratndose deuna lengua semtica. No obstante, el rabe ha aceptado este riesgo,
aunque, siguiendo a W. M ar^s, el erudito rabedurante toda su vida, ardilla en jaula da vueltas en este crcu-lo vicioso: que hay que restituir las slabas para comprender [lapalabra], y que hay que haber comprendido la palabra para restituir[las slabas con su vocalismo]55.
Cohn y Fvrier, ms plausiblemente, ponen en juego causas
histrica? verificables, con la resistencia de una casta privilegiada
y cerrada, como era la de los escribas. Hacia las pocas ms re-cientes se comprueba incluso una regresin en el uso de los ca-
racteres fonticos. El ejemplo de los actuales debates referentes a
la reforma de la ortografa nos permite imaginar la complejidad de
las motivaciones prcticas, sociolgicas, psicolgicas, que han po-
dido entrar en juego en esta regresin. Esto no es ya un problema
lingstico.
6. La reflexin sobre el lenguaje. En la tradicin de losegipcios se encuentran pocos rastros de problemas lingsticos,
cualquiera sea su forma. El origen de la escritura se atribuye al
dios Thot, que es tambin el de la magia y si las mitologas del
lenguaje encierran rasgos histricos, no poseemos todava un buenmtodo de interpretacin ni trabajos de conjunto sobre este pun-
to . Slo gracias a Herodoto conocemos la leyenda de Psamtico.
Es un verdadero mito, o, por el contrario, un cuento popular
bastante satrico (y que ridiculizara las disputas teolgicas en elpueblo ms antiguo del mundo)? En todo caso, es una primerahuella de toma de conciencia histrica la hipottica experiencia deesos dos nios recin nacidos, educados entre cabras, sin oir nun-
ca la voz humana, y que a la edad de dos aos se pusieron a gritar
bekos, que significa pan en frigio.
55 Enseignement pubc, nra. 12, XII-1930, p, 403*
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54 Historia de la lingistica
111. SUMERIOS Y ACADIOS
1. Falta de trabajos. Acerca de las civilizaciones que hoyse denominan de Sumeria y de Acadia y que hasta hace poco sedenominaban de los Caldeos y de los Asirios, de Babilonia y deNnive habra que repetir en primer lugar lo que se ha dicho
del Egipto faranico a propsito de la insuficiencia de nuestra do-
cumentacin lingstica actual que sea al menos relativamente ac-
cesible al no especialista. Sin embargo, tampoco en este caso por-
que falten documentos arqueolgicos, sino todo lo contrario. Delaporte, ya ciertamente antiguo, resume la situacin del siguiente
modo, quiz sumariamente: Ni un tratado didctico para ningunadisciplina 56. Sin embargo, Pedersen habla, a este propsito, de
tablas de paradigmas, pero sin referencias57. Quedan sin dudabastantes hechos para enriquecer un estudio especfico. No s pue-
de pedir otra cosa sino que un especialista, asirilogo o sumerlogo, d un cuadro de conjunto de lo que se conoce referent a la
lingstica, por rudimentaria que sea, de esta civilizacin.
2. Nacimiento de una filologa. Como en Egipto, estamosen presencia de una forma de cultura que ha durado mucho tiem-
po : cuatro milenios. El sumerio fue una lengua viva desde el cuar-to milenio de nuestra era (con huellas escritas a partir del
3.400) hasta el segundo. Posteriormente ha sobrevivido comolengua sagrada de los acadios. De esta situacin deriva, mucho ms
que en Egipto, una investigacin constante de documentos anti-guos. Los reyes de Asira, como Asurbanipal, cuya coleccin fueimportante, hacen
56 La Msopotamie, p. 262.57 Discovery, p. 161.
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La Antigedad 55
investigar para su biblioteca los textos antiguos, y ms en especiallos referentes a la magia58.
Orden del rey a Shadunu [escribe un rey del siglo vil]. Estoybien; que tu corazn sea feliz! El da en que hayas ledo mitablilla, Shuma, hijo de Shumukn, su hermano Beletr, Apl, hijode Arkatilmi, y los artesanos que conoces, tmalos a tu disposi-cin y todas las tablillas que estn en sus casas y busca todas lastablillas que estn en el Ezida, y las tablillas de los amuletos (?) delrey, de los ros, de los abrazos (?), del mes de nisn, etc.todas las que hay en el palacio, y las tablillas preciosas de vuestrashabitaciones [personales], que no existen en Asira, bsca[las], y
envamelas]59.
Esta situacin de bilingismo, al menos para los letrados, im-
plica el estudio asiduo del sumerio por los escribas acadios, y, en
consecuencia, una instruccin dada en sumerio^ es decir, un ver-
dadero estudio paleogrfico y filolgico del sumerio. Se ha encon-
trado en Ugarit, cerca de Alejandreta, la biblioteca sumeria del
sirio Rapanu (entre los siglos xiv y xn antes de nuestra era); y
la prctica del sumerio est atestiguada hasta el siglo i de nues-tra era.
3. Nacimiento de una lexicografa. Esta enseanza de la lec-
tura, de la escritura, de la gramtica, de la literatura sumerias pre-
cisara de silabarios, de lxicos, que se han encontrado. Su examen
permite cierto nmero de comprobaciones que no carecen de in-
ters.
A partir del 2.600 se encuentran recopilaciones de signos
que funcionan ya parcialmente como diccionarios unilinges: enu-
meran los signos cuneiformes sumerios de varios sentidos (por ej.,
una especie de cuadrado significa boca, palabra, hablar, grito, nariz),
lo mismo que los signos compuestos (con el signo gal, el signo
ka, etc.). La clasificacin de estos signos antepasada de nuestras
58 Cf. D e l a p o r t e , p. 289.59 Cf. D e l a po r t e , pp. 247248.
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56 Historia de la lingstica
clasificaciones alfabticas es la siguiente, semejante a las clasifi-caciones de los caracteres chinos: signos con i , y luego 2, 3,
n ... trazos horizontales; despus, con 1, 2, 3, n trazos oblicuos;despus, con 1, 2, 3, n trazos verticales.
Estas recopilaciones de signos constituyen lo que se denomina
la ciencia de las listas sumeroacadia, que se presenta como unembrin de clasificacin semntica de base lingstica formal. Ca-tlogos de nombres divinos, de nombres de oficios, de ganado ma-
yor, de ganado menor, de objetos determinados por kus (de cuero),za (de piedra), bur (vasos), etc.60; o bien, todos los animales cuyo
nombre deriva del signo perro (len, chacal, zorro, tejn, nutria,leopardo), del signo asno (dromedario, camello,. mulo, onagro, caballo), del signo rata, del signo pez (incluida la tortuga), del signo
pjaro (aqu hay un subgrupo que rene los insectos y algunospjaros), etc. Pero no hay un lxico completo; por otra parte, noaparecen adjetivos ni verbos61.
Hay tambin glosarios bilinges (sumerioacadio). Algunos danel ideograma sumerio, su transcripcin fontica en acadio, su tra-
duccin acadia. A veces incluso, adems de esta traduccin, figurauna explicacin mediante un sinnimo o una definicin. En Ugarit, en la biblioteca de Rapanu, haba un lxico cuadrilinge: sumerioacadiohurritaugartico.
Por otra parte, parece que los sumerios tuvieron conciencia dela existencia de dos variedades de su lengua. Han formado lxicosen los que aparecen registradas, una junto a otra, estas dos formasdistintas, que ellos denominaban la eme-sal y la eme-ku. Pero no
se sabe si se trata de dialectos geogrficos o, por el contrario, si eleme-ku es un dialecto social, usado especficamente en el mbitoreligioso.
60 Cf. Lamber t , 1960.61 Cf. T a t o n , t. I, pp. 8889.
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La Antigedad 57
4. Anlisis de la primera articulacin. Los documentos queposeemos no muestran en absoluto en los sumerios la etapa picto-grfica pura. Los primeros testimonios (ltimo cuarto del IV mi-lenio antes de nuestra era) manifiestan una escritura ideogrfica,con caracteres de dibujos ms o menos reconocibles (un perfil decabeza humana significa cabeza, un pez significa pez, etc.). Se creeque esta escritura es la que, realizada con una caa tallada en
bisel, sobre arcilla tierna, ha hecho evolucionar los caracteres hacialas formas, inidentificables con relacin a los dibujos primitivos, y
se denomina escritura cuneiforme.Este testimonio permite afirmar que los sumerios en esta fecha,
como los egipcios, haban franqueado ya la etapa decisiva: pasardel cuadro complejo que representa un momento o varios en unanarracin (cuadro que se puede interpretar, pero no leer proba-
blemente) a la escritura de una frase determinada mediante unasucesin de signos determinados, correspondientes a las palabrasde esta frase, cuya lectura es unvoca a partir de ese momento:el paso de la Bilderschrift a la Wortschrift. An hay que matizar:hacia el 2.600, en Shuruppak los escribas no saben anotarninguna marca gramatical o sintctica. Frente a una tablilla quelleva un nombre de hombre y cierto nmero de unidades de cobre,no se sabe si se trata de una deuda, de un recibo, de un depsito.Tocamos aqu con la mano el nacimiento azaroso de una escrituraa travs de procedimientos administrativos. Se ve nacer en Shu-
ruppak un sufijo: el ideograma pronunciado gam 7 (una hoz) acabapor anotar el sonido kam, que sirve para formar los ordinales sobrelos cardinales (en una tablilla, 3 hoces = 3.0).
Esta lengua dispona de 943 signos (conocidos) en Uruk, 814
en Shuruppak, 200 en Lagash, en donde hacia 2450 se fijla escritura de las marcas gramaticales, caracteres o signospalabras.El conjunto era insuficiente para denotar todas las palabras de la
lengua. Ha aumentado, segn las necesidades, por diversos proce-dimientos, muy parecidos a los que se encuentran en Egipto. Ya
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58 Historia de la lingstica
la marca de un carcter se transfiere a un significado nuevo me-diante la adyuncin de pequeos rasgos suplementarios (hom
bre > rey), o por yuxtaposicin de un carcter a otro (pjaro 4 huevo > dar a luz, mujer + montaa > esclavo): este lti-mo procedimiento se parece a los determinativos de especie de
Champollion: Ya la presencia de un carcter (que no se lee) delante de otro carcter indica la categora semntica a la que per-tenece este ltimo: los caracteres dios, montaa, pas, ciudad, ro,
rbol, metal, pez, pjaro, utensilio, hombre, etc., desempean de
este modo el papel de los determinativos de gnero de Cham-pollion. Estos diversos procedimientos de escritura pura no aa-
den nada al anlisis lingstico referente a las unidades significati-
vas (excepto un documento interesante acerca de las clasificaciones
semnticas arcaicas: por la presencia de un determinativo de g-
nero, el campo semntico es una estructura completamente for-
mal). Debe sealarse, todo lo ms, que el dual y el plural se ano-
tan por tanto, se perciben lingsticamente mediante deter-minativos que significan dualidad y pluralidad.
5. El anlisis fnico. Esta notacin ideogrfica, como la es
critura jeroglfica, produca caracteres homfonos (17 dibujos se
leen si) y caracteres polfonos (un mismo dibujo tiene hasta 20 lec-turas fonticas diferentes). La lucha contra las ambigedades li-gadas a la lectura de estos caracteres es tambin aqu la que condu-
cir a la lengua a la notacin fontica.El testimonio de la escritura en los documentos ms antiguos
describe el modo segn el cual los sumerios han franqueado tam-bin ellos la nueva etapa capital que va de la notacin ideogrfica
(semntica) de las unidades significativas en la que el carcterperfila el sentido de la unidad a la notacin fontica en la queel carcter registra los sonidos de la unidad . Ren Labat dice
que no hay an fonogramas en los documentos ms antiguos, cadasigno designa un objeto, un estado o una accin, y que los ele-
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La Antigedad 59
mentos abstractos del lenguaje (pronombres, preposiciones, etc.)quedan sobreentendidos 62, Lambert (1960) habla, sin embargo,
basndose en los hallazgos de Shuruppak, de una tablilla de ejer-cicio fontico63. Con tales detalles, apenas evocados, se siente la
necesidad de un panorama de conjunto y detallado sobre la refle-xin lingstica de Sumeria. En el primer caso (ideogramas) no se
puede pronunciar el carcter, es decir, leer el texto, si no se sabe
la lengua; en el segundo caso (fonogramas) se pueden leer los
signos sin comprenderlos. Este paso se efecta, como en Egipto, en
China o en las civilizaciones precolombinas, por el procedimiento
del acertijo64. La invencin s hace cierta cuando una palabra,cuyo significado se revela como imposible de dibujar, se ve escrita,
como en Egipto, mediante la sucesin de caracteres dibujados exis-
tentes, cuyo sentido no se retiene, pero cuyas pronunciaciones seyuxtaponen para constituir la de la palabra que hay que transcribir,
mediante un acertijo sustitutivo : el nombre del dios Assur se
escribe as mediante la yuxtaposicin de los caracteres [a] 4 [sur]
privados de su sentido ideogrfico y precedidos del determinativo
dios. En este caso, la separacin se ha hecho completa entre la re-presentacin del sentido y la del sonido, lo cual es condicin fun-
damental para una toma de conciencia de las unidades puramentefnicas.
Junto a los signospalabras (ideogramas), estos acertijos sus
titutivos aportan, pues,' al sumerio signospalabras o fonogramas.Como las palabras, sumerias son generalmente monoslabas y a
veces bislabas , suministraban en abundancia signossonidos que
representaban slabas enteras. Los asirilogos sealan unos cien.Estos fonogramas transcriben, mediante un nico carcter cu-
neiforme, ya una slaba compleja, slaba cerrada del tipo gal, kus,kur, etc., ya una slaba simple, slaba abierta del tipo ba3 be, bi
62 Art. cit., p. 74.63 Art. cit., p. 6.64 Cf. Labat, p. 76.
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6 Historia de la lingstica
(pero tambin una silaba cerrada del tipo ob, ub, etc.), ya una slaba
voclica a, e, i, o, etc. Algunas slabas complejas pueden estar es-
critas con dos caracteres: la slaba dur mediante los caracteresdu + ury por ejemplo.
Estos signossonidos se utilizan de una manera bastante dife-
rente a la que se ha descrito para los complementos fonticos egip-
cios. IJn primer lugar pueden ser ms estrictamente y ms real-
mente complementos en la medida en que, situados detrs del
ideograma, ayudan a identificar su pronunciacin exacta, y consi-
guientemente su sentido, precisando l valor fontico de la slaba
final nicamente; ms o menos, dice Pedersen, como nuestra grafa[40o] est formada por un ideograma y por un fonograma65. Pero
su uso real es mucho ms complicado, debido a un hecho absolu-
tamente desconocido en Egipto: los caracteres sumerios han sido
tomados desde el segundo milenio de nuestra era para transcribir
la lengua acadia. A sta, de la familia semtica (en tanto que el su-
merio no), con muchas palabras de tres slabas, le venan bien los
caracteres monosilbicos sumerios. Pero los acadios han tomado
este material del modo ms emprico; el mismo carcter cuneiforme
sumerio ha sido utilizado ya como ideograma, ya como fonograma,
y esto en las dos lenguas. As, el ideograma que significa grande
en sumerio, pasa en acadio con el valor ideogrfico grande (valor
para el cual se pronuncia en acadio rabu); pero pasa tambin en
acadio con el valor fontico de la slaba gal, que tena en sumerio.
Adems, el mismo carcter cuneiforme ideogrfico puede tener tan-
tos valores fonticos diferentes en acadio como lecturas tena ensumerio cuando era polfono: as, un carcter puede transcribir
como fonograma las slabas tar, kud, Sil o has.
6. IHacia una conciencia de la segunda articulacin? Cmo
caracterizar este anlisis fnico en cuanto a su lugar en la larga
cadena de tanteos que llevarn un da a la invencin del alfabeto?
65 o p . ci t ., p. 151.
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La Antigedad 61
En primer lugar, lo mismo que la egipcia y mucho ms indiscu-
tiblemente que ella, es una escritura basada en la aprehensin em-
prica de la slaba. Pero tampoco hay aqu toma de conciencia dela existencia de las unidades de segunda articulacin. Recordemos
que la ausencia de slabas iniciales puramente voclicas en egipcio
incita a algunos tericos de la escritura a pensar que esto explica
la ausencia de caracteres grficos voclicos; y que este simple
hecho ha debido retrasar la posible toma de conciencia de un an-
lisis de la slaba en consonante y vocal. Ahora bien, en sumerio
existen tales slabas y tales caracteres grficos voclicos. Pero esta
existencia de hecho no ha bastado para poner en marcha el an-
lisis de modo que hoy nos sea perceptible. Quiz hay, segn Ren
Labat, un comienzo de tal toma de conciencia; puesto que los aca-
dios clasifican sistemticamente sus slabas en un orden siempre
invariable, mil, ma, mi; ku, ka, ki; ur, ar, ir3 etc., es preciso que
hayan percibido la vocal conceptualmente. Sobre todo, dice Labat,
uno de> sus signos originales representaba vocal + h3 es decir, se
lea ya uh3ya ah, ya ih;ahora bien, los gramticos acadios resolvieron la dificultad escri-biendo uh con un signo raro qe no tena ms que este valor; ah,mediante el signo comn; e iH, mediante hi
Pedersen piensa que la situacin de bilingismo sumerioacadio
constitua un factor importante por s mismo para una toma de
conciencia ms clara de las realidades fonticas. En efecto, dice,
la falta de. conexin entre valor silbico y valor semntico en asirioera de hecho un paso hacia adelante con relacin a la situacin ensumerio; y debe haber contribuido necesariamente a asegurar la
ventaja al mtodo de escritura ideogrfica: la conciencia de la dife-rencia entre los dos principios se hace necesariamente ms clara67.
66 Art. cit., p. 85.67 Disco'very, p. 152.
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62 Historia de la lingstica
Efectivamente, no se constata nada semejante, al menos en elmarco de la civilizacin sumerioacadia. Hasta su trmino, es decir,
hasta el siglo i antes de nuestra era, esta escritura, que poda anotartodo a partir de un centenar de caracteres fonticos silbicos, ha
seguido sirvindose a la vez de stos, de 500 600 ideogramas, y
del modo muy complicado de combinarlos entre s que hemos
descrito anteriormente. Los fonogramas anotan siempre (lo mismoque en egipcio) las flexiones verbales y nominales, los pronombres,
los adverbios, las preposiciones. Pero aunque en los textos haya
variado segn las pocas el reparto estadstico entre ideogramas y
fonogramas slo poseemos muy escasos textos escritos comple-
tamente en fonogramas. Hecho muy digno de meditacin es que
se trata de textos especiales de carcter mgico, escritos por es
cribas extranjeros. Los mercaderes asirios de Capadocia haban pues-to a punto un silabario simplificado, menos de cien signos, muy
pocos ideogramas, casi sin homfonos ni polfonos: la tentativa,
dice Labat, no tuvo continuadores. Incluso despus del triunfo de
la notacin fenicia, los asirios siguieron an fieles durante siglos asu antigua escritura probablemente, dice Pedersen, porque se
puede leer un texto en escritua acdia sin saber la lengua que
transcribe (es decir, sin comprender el texto), en tanto que no sepuede leerun texto en escritura fenicia si no se pueden restituir
las vocales (es decir, si no se sabe hablar la lengua que transcri-
be) . Efectivamente, tambin aqu el conservadurismo espont-
neo de toda institucin ha debido desempear un papel impor-
tante.Por una paradoja histrica que slo es aparente paradoja, esta
evolucin hacia un anlisis ms fino de la realidad histrica atravs de una simplificacin de la escritura , que los sumeroaca
dibs no han conocido, se ha encontrado realizada por Persia en el
siglo vil antes de nuestra era. Sin influencia del alfabeto fenicio
(al parecer), la dinasta que comienza con Ciro ha formado una
notacin de su lengua tomando su escritura a los acadios. Pero el
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antiguo persa rechaza entonces todos los signospalabras, excepto
cuatro; no mantiene ms que 36 fonogramas simples, de los cuales
22 anotan slabas abiertas en a: ba, da, etc. Adems, la escrituraevoluciona hacia un uso en el que pi, por ejemplo, se escribe
pa + i, di: da + i, etc. Los valores de los caracteres pa, da, etc.,
evolucionan, pues, hacia p, d, etc., es decir, hacia un anlisis de la
slaba en consonante + vocal, y, por tanto, a un anlisis real de la
segunda artic ilacin. Aunque se trate en este caso de un desarrollo
que no ha enido continuacin, el ejemplo es interesante por lo
que sugiere: ha habido aqu probablemente evolucin de una tc-
nica, ya que ha habido prstamo, es decir, paso de esta tcnicafuera del marco de civilizacin que detena su dinamismo: fuera
del mundo de creencias y ritos, de privilegios y de costumbres, deprejuicios y de rutinas que la bloqueaban.
7. Mitos y reflexin lingstica. El origen de la escritura se
atribuye, segn un mito acadio, al hombrepez Os, u Oanns, ve-nido a la tierra para ensear a los hombres las artes, las ciencias
y las tcnicas. Por el contrario, una carta de Sardanpalo atribuyesu mrito a un hijo del dios Marduk.
IV. LA CHINA ANTIGUA
1. Los orgenes. pp.La China antigua exige, ms que Egipto y
Sumeria, en lo referente a la conciencia que los hombres han ido
tomando poco a poco de su lengua, un examen basado sobre todoen el uso de la escritura. Pero este examen debe tratar, con ms
cuidado que para Egipto y Sumeria, de no confundir historia de la
escritura con historia de la reflexin sobre la lengua porque loshechos chinos recuerdan a menudo hechos sumerios o egipcios, y
a la vez porque se trata, no obstante, de una direccin en realidad
completamente diferente de la experiencia que el hombre ha reci-
bido de su lenguaje.
La Antigedad 63
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64 Historia de la lingstica
Tambin la sinologa abunda en estudios, algunos de los cuales
son bastante antiguos. Ya desde el siglo xvm, un tal Joseph de
Guigues (17211800), secretariointrprete de la Biblioteca real,discpulo de Fourmont (titular del mismo cargo antes que l), estu-
dia tan de cerca el chino, .que su anlisis de los determinativos,
de los signosclaves, sirve a Champollion. Posteriormente, Rmusat
(17881832), profesor de chino en el Colegio de Francia a partir
de 1814, est en relacin con Humboldt y discute con l la estruc-
tura del chino. La inmensa cantidad de las publicaciones sinolgi-
cas contienen indudablemente los elementos que permitiran, reu-
nidos y considerados desde un punto de vista lingstico actual,
describir la reflexin lingstica china; pero los que en nuestros
das describen la cultura china, por ejemplo un M. Granet o los
autores de Studies in Chnese Thought, apenas se detienen en esteaspecto de esta cultura.
Es probable que la escritura haya aparecido en China hacia el
ao 2850 con un sistema llamado pa-kwa, que se inspiraba en
un sistema mnemotcnico anterior de cuerdas con nudos. En la for-
ma de la que ha salido la escritura actual, aparece probablementehacia el ao 2500 (M. Cohn). Pero los documentos ms anti-guos conservados datan del perodo comprendido entre el 1500
y el 1000 ( 1400, segn Gernet). La invencin de la escritura.
pa-kwa se atribuye al emperador fabuloso Fuhi; la de la escritura
propiamente dicha, a ministros secretarios, transformados posterior-mente en divinidades menores.
2. Un camino aparte, No se encuentra ninguna manifesta-
cin de escritura jeroglfica con dibujos realistas de objetos recono-
cibles, pero se trata, no obstante, de escritura ideogrfica, de una
Wortschriftj cuyos caracteres ms antiguos permiten ver todava
(escorpin, montaa, tigre, luna, sol) o entrever (trpode adivina-
torio, rbol, dios antropomorfo del cielo, planta de cereal, puer-
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La Antigedad
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66 Historia de la lingstica
tes de 6 a 8.000 caracteres. Pero ya un diccionario del siglo 1 an-
tes de nuestra era registra 9.000 signos; otro del siglo vi, 24.000
signos; un tercero del siglo xviii, 50.000 signos; los diccionarioshistricos y eruditos llegan hasta los 80.000 signos; y se cree que
el P. Tsuchihashi (18661965) conoci 60.000 caracteres. (En la
actualidad se ensean en las escuelas menos de 1.000 caracteres, y
en las publicaciones populares se usan unos 2.000 caracteres). A
partir de signos ideogrficos, cuando las necesidades hacen aumen-
tar el nmero de las palabras de una lengua, y, en consecuencia,
los signos de escritura, no hay ms que tres caminos posibles:
aumentar el nmero de los signos escritos; reducirlos mediante
procedimientos ideogrficos; o reducirlos mediante la notacin
fontica. El chino presenta la primera variante, que se habra podi-
do creer impensable en abstracto. Cuando busca cierta economa
grfica, se dirige por el segundo camino: como Egipto y Sumeria,
recurre al acertijo, al agregado lgico, a los determinativos de g-
nero pero menos econmicamente: con relacin a los 20 carac-
teresclaves egipcios o sumerios, los ideogramas de categoras ocaracteresclaves chinos no son menos de 214 % Se puede decir
que no ha utilizado prcticamente para la escritura la forma de
economa mxima que consiste en anotar las unidades de la se-gunda articulacin.
Estamos, pues, frente a una civilizacin que no ha tomado
conciencia, del modo que sea, de esta segunda articulacin del len-
guaje? Parece que s. Esto hasta el punto de que ha usado el
mismo carcter para palabras cuya enunciacin silbica se hacacon sonidos prximos, pero cuyas consonantes, as como las vocales
y los tonos, no eran semejantes por necesidad: la palabraclavebastaba para evitar la cuasihomofona. Pedersen describe del si-
guiente modo esta aproximacin o esta proximidad a una toma de
conciencia fontica:
Por ejemplo, en el carcter [que significa ro = kiang1], elelemento fontico en combinacin con la clave dice: pensad en
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La Antigedad 67
algo que se pronuncia ms o menos como kung, y que tiene ciertarelacin con el agua ; y la solucin .de esta adivinanza es kiang1ro
El nico recurso a la fontica no aproximtivo es probablemen-
te el uso del fan-k*ie o disminucin, usado desde los primeros
siglos de nuestra era: para ensear la pronunciacin de un carcter
desconocido x (y nicamente para este fin pedaggico), se sirve de
dos caracteres conocidos, de los