monólogos para títeres · cuento& lo& importante.& dios& me& ......

ASOCIACIÓN CRIAR

Serie de tres Historias

bíblicas y una del espíritu de profecía recreadas

para monólogo.

Guiones para utilizar con

títeres o personajes

reales

POR:

M A I J O R O T H

M a d r i dD i c . 2 0 1 4

Monólogos para títeres

Inspirados en la promesa bíblica: “Yo estaré contigo donde quiera que vayas” Génesis 28:15

CUATRO VIAJES MARAVILLOSOS! PÁGINA1

Por Maijo Roth para Asociación Criar | Dic. 2014 | www.blogasociacioncriar.wordpress.com

Hola! Soy Ti+ la Ti+ritera, me podéis llamar Ti+na, o Ti+ Ri+, O Tiri Ti8.

Vengo a visitaros porque me han dicho que aquí se harán muchos viajes, y yo soy faná+ca de los v ia jes. Me encanta v ia jar . Colecciono brújulas, mapas, maletas, cometas. Bueno, eso por si un día quiero salir volando.

Dejadme que me ubique por aquí. Cerca de esta máquina (guiñol). Y así os voy a contar un s e c r e t o . Q u e e s s u p e r secre8simo. Bueno, en realidad no es tan secreto, lo saben algunos…la señora Marta, mi vecino don Fermín, mi mamá, mi papá…bueno, en verdad no es tan secreto.

¿Queré is saber lo vosotros también?

Este ar+lugio es una máquina para viajar a lugares asombrosos. Y si sois muy valientes muy valientes, yo me subo y luego os cuento lo que veo. Bueno, o no les cuento nada…¿Queréis que os cuente?

Me voy a preparar para entrar. A este viaje debo llevar (abrir

maleta) Calce+nes de invierno, sombrero de playa, bufanda y guantes, crema de sol….eh? qué lista más rara me han dado.

Adiooos!!!

Se oyen golpes de caída detrás del guiñol – Aparece el 8tere Noé

Oi! Pero quién se ha +rado encima de mi! Estaba tomando sol en mi preciosa +enda de campaña.

Disculpad! No me he presentado, soy Noé. Me llamo Noé ¿Habéis oído de mi? ¿Queréis que os cuente mi viaje?

Mi viaje fue un día gris topo. ¿Sabéis como es un topo? ¿No? Pues un día gris de nubes con lluvia. ¿Habéis visto alguna vez las nubes regordetas, llenitas de agua, listas para estrujarse y secarse encima de nosotros?

Pues así comenzó mi viaje. Algo que no podéis olvidar antes de viajar es mirar las rutas que vais a recorrer. El mapa. Si váis en metro tenéis que mirar las estaciones! Mirar las paradas de autobús. Mirar algo no?!!!! Sino cómo sabéis dónde bajar???!!!.

Bueno, pues yo no miré nada. Solo miré el cielo, primero por que estaba gris topo, o gris nubes con agua. Y segundo, porque en el cielo tenía mi propio GPS. ¿Habéis oído alguna vez como habla el GPS de vuestros papás? “En 100 metros gira a la derecha” “Mantente a la izquierda” “mejor a la derecha. No a la izquierda!!! CUIDADO!...

Que no!!!, eso no hace el GPS ve rdad? E l GPS nunca se equivoca. Tal vez se equivocan vuestros papás al coger el camino. Pero no el GPS.

Pues bien, mi GPS era Dios mismo. Yo sé que tuve mucha suerte, en aquella época todavía se oía la voz de Dios en la +erra. Hablaba sí, como oímos hablar a nuestros padres, o a los yayos por t e l é fono . Fue r t e y c l a ro , clarísimo. Pero eso era en otra época. Ahora ya no le podemos oír.

Vale, no me pondré triste. Os cuento lo importante. Dios me dijo que me suba a aquel gran barco. El viaje comenzaba en 10…9…8…7…

Corrí a buscar a mi esposa y mis

Noé. Un viaje de descubrimientoGÉNESIS 6 - 9

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hijos que estaban recogiendo su ropa, sus gafas de sol, el paraguas, el chubasquero. Y la compra para toda la semana. Leche, pan, frutas. Lo que no esperábamos era que aquello dure más de una semana. Duró dos, tres y cuatro semanas dentro. Pero fue curioso, porque estábamos dentro del coche, digo, del barco, sin que se mueva. Era un viaje un tanto extraño. Obviamente a los amigos y vecinos les hacía gracia. Qué hacíamos dentro del coche, digo el barco! Perdonadme! ¿Que hacíamos sin comenzar a viajar de una vez?. Pero es que no podíamos movernos. No había agua!

Vosotros diréis. Pero cómo esperabais viajar si no teníais combus+ble! Bueno, Dios me dijo que mi combus+ble sería agua…y que cuando comience a llover me movería con toda seguridad.

4 0 d í a s d e s p u é s . 4 0 . 1 , 2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,12 …bueno basta! Ya me cansé. Os puedo asegurar que sé lo que es 40 días me+dos allí dentro sin movernos.

En esa primera parte del viaje descubrí que a veces los viajes son un poco raros. A veces no son como nos gustaría, o como h a b í amo s p e n s a d o . P e r o entonces hay una sola cosa importante, recordar por qué estamos allí, o aquí. ¿Por qué

estáis aquí en la iglesia? ¿Porqué vais al colegio? ¿Sabíais que vosotros también vais de viaje? Es el viaje del conocimiento y d e s c u b r i m i e n t o . C u a n d o terminéis de viajar sabréis leer, e s c r i b i r , s uma r , r e s t a r y tan8simas cosas más. A veces el viaje del cole y de estudiar no es fácil, ¿verdad?. No nos apetece estar quietos aprendiendo. Puede que no nos apetezcan muchas cosas, pero siempre tenemos que recordar que estamos allí o aquí en la iglesia, porque nuestros padres saben que es lo mejor para nosotros.

Así pasó conmigo y mi familia. ¿Sabéis que toda la carretera se convir+ó en agua? Las casas, los árboles, las montañas. Ya no había ni un solo rincón sin agua. Pero nosotros estuvimos a salvo y abrigaditos allí, un año hasta que salimos del barco. ¿Un qué?! ¿Un año?! ¿Cuántos días +ene un año? 365días!

1,2,3,4,5,6,7,8,9………Stooop! Sé muy bien cuántos son 365 días. En un año podemos aprender muchas cosas. Yo aprendí a cuidar muchos +pos diferentes de animales. Aprendí a tener mucha paciencia hasta que se abrieron las puertas otra vez. Aprendí a comer poquito, porque la compra de toda la semana le debía durar un año! Bueno. Esa es otra historia. Aquello sí que fue mágicamente milagroso, cogía un

trozo de pan y cuando volvía estaba allí. Pero si me lo había comido. No importa, estaba allí otra vez. Las frutas igual, el agua para beber, el aceite, la harina. S i empre e s taba l a m i sma can+dad, aunque cogiera todos los días. Yo tenía que hacer una cosa, no sacar más de lo que necesitaba para un día. Así aprendí a no comer más de lo necesario. A compar+r lo poco que había con mi mujer y mis h i j o s . Y h u b o a l g o m u y importante que aprendí: A confiar en el guía de ruta. En Dios. El le había dicho que mi viaje terminaría bien. Asíque solo me quedaba esperar 1, 2 ,3,4,5,6,7,,8,9,10,11,…….365 días.

Pero un día acabaron esos 365 días. Por que si somos pacientes el +empo siempre pasa. Y entonces pude bajar de mi coche. Digo barco!. Y lo que vi no os lo puedo contar, porque también es un secreto. Sólo os puedo decir que era como ver vuestra casa o habitación después de una tarde de juegos con invitados. Todo absolutamente +rado, mezclado, desparramado, roto (bueno, vosotros no rompéis nada) pero entonces estaba todo roto. Dios tuvo que hacer como hace mamá, esperar a que se duerman y ordenar la casa. El mundo fue dis+nto a lo que era antes de subirse al coche, digo barco!. Ahora ya no sabía donde estaba mi an+gua casa, mis vecinos, mis





árboles. No había nada igual. Y esta es la úl+ma parte del viaje que contaremos hoy. Yo aprendí que a veces los viajes nos llevan a lugares que no nos gustan mucho. A veces puede no gustarnos mucho estar en el cole o venir a la iglesia. O puede no gustarnos mucho vivir en nuestro barrio, o en esta ciudad. Puede no gustarnos mucho nuestra casa. Pero tenemos que recordar que Dios nos ha acompañado en nuestra vida hasta aquí. El es quién nos conduce como un super GPS. Sólo tenemos que confiar y estar atentos para escuchar “en 100 metros, gira a la derecha!”

Dejadme decirle algo a mi amigo: “Señor, al contarles nuestro viaje a estos niños he podido recordar cuánto me quieres y cuánto yo te quiero. Gracias por guiar siempre mis viajes. Mis caminos. Mi vida. Gracias Dios”

Os voy a cantar una canción que Dios me enseñó dentro de mi super barco. Desde entonces no me la he olvidado. Y espero vosotros la aprendáis y siempre la recordéis.

Yo estaré con+go

Donde quiera que vayas

Si vuelas como un ave

Si nadas como un pez

Si te escondes como un ratón

Si el mundo se pone al revés

Yo estaré con+go


Te lo prometo y

Dios nunca falla

Vale vale, ya deja de +ronear mi ropa. Adiós amigos, alguien aquí abajo me está llamando! Creo q u e h o y y a h e h a b l a d o demasiado!

Noé se va cantando la canción.





Ti+na entra toda alborotada.

Alguien me persigue. ¿Me dejáis esconder aquí?

Busca un rincón y otro, pero ninguno le convence, hasta que entra de un salto dentro de la máquina del +empo.

-‐Ei! Donde estoy!? Que alguien encienda la luz?! No veo nada…. dice Ti+na detrás del guiñol y luego ya aparece Jonás también asustado, corriendo y queriendo esconderse!

-‐No, no, no, por aquí no. Me meteré aquí. O aquí mejor. Debajo de estas mantas! O mejor debajo de esta mesa. ¿Dónde me puedo esconder para que no me encuentre mi vecino? Le he roto el recogedor. Pero ha sido sin querer, os lo prometo. Estaba barriendo tan a gusto la acera, y mira que estaba haciéndoles un favor. Por qué tengo que barrer la acera yo! Pues por que no lo hace nadie! El problema es que me dio pereza subir a buscar mi recogedor. Vi que mi vecino tenía la puerta abierta y le cogí el suyo. Es que se veía desde fuera! Os lo prometo! No es nada grave, no pasa nada, sólo es un préstamo.

El problema es que me apoyé en el recogedor y se fas+dió. Pero es que siempre me pasa lo mismo. Siempre que hago algo que no está bien me pillan. ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué +enen que pillarme siempre?! Igual es que no me sé esconder bien. O tal vez porque como me ha dicho siempre mi madre, “esconderse no soluciona los problemas”. al final del texto queda cabizbajo

Mi nombre es Jonás, de niño a veces me comía un trozo de pastel antes de que lleguen los invitados, o me bebía los zumitos que mamá guardaba para la merienda, y salía corriendo a esconderme para que no me pillen. Solo que se me olvidaba un detalle, en casa no había nadie más que yo. Con lo que….o habían sido mis padres o…, igual un gato que entró por la ventana! Eso es, diré que fue un gato. Vaya. Si ya han pasado muchos años. Ya no puedo arreglar aquello. Pero era como decía mi madre . E s conder se nunca solucionaba los problemas.

Vosotros me veis ya un poco mayorcete, es que los años pasan, y para vosotros también,

si si, no os creáis que seréis así de guapos toda la vida, en un suspirar…a ver cómo suspiráis! insiste hasta que se les oye suspirar Pues en un suspirar estaréis con canas y arrugas. A ver otra vez como suspiráis…Ostras! Mirad vuestras canas!!!! Jeje es broma.

Es que soy de buen humor. Me gusta hablar con la gente, tener amigos. ¿Queréis ser mis amigos? ¿A que no es bonito tener enemigos? ¿Tenéis enemigos? ¿Alguien que no os quiera? ¡A que no! Pues yo si.

Sabéis, mi tarea es muy peculiar, o rara, o extraña, o bueno, como la queráis llamar. Mi tarea es escuchar a Dios y hacer de teléfono. Es que ya en mi época la gente no escuchaba a Dios. Así que los pocos que le oíamos teníamos la tarea de pasar las llamada, decir lo que él estaba intentando comunicar, y a quién él quiera. ¿Y sabéis? Un día me d io un mensa je para mi s enemigos . S i . Enc ima que aquellos no me querían mucho, ni yo a ellos por cierto, tuve que ir a decirles algo no muy bonito. ¿Os imagináis que tenéis un

Jonás. Un viaje de huídaJONÁS 1 - 4





día vais a decirle, “Ei, bonito, que la casa se te caerá encima, porque eres muy malo muy malo?” Vaya plan. Si eso es lo que tengo que decirles yo no voy.

Y sí, me dio miedo ir a decirles algo así a mis enemigos. Me iban a perseguir y hacer muchas pupas! Con lo a gus+to que estoy yo en mi casita, comiendo el pan del panadero de enfrente. Pero, cuando uno hace de teléfono de Dios, hombre, +ene que pasar las llamadas. Así que no me quedó otra que… que… Bueno, como siempre existen dos opciones. Si no quiero pasar la llamada y dar el mensaje, también puedo salir corriendo. Y esconderme. ¿Qué decís chicos? ¿Y si me escondo?

Tengo dos opciones. Opción A: Ir a decirle a mis enemigos lo que Dios me ha dicho por teléfono, eso de que sus casas se les caerían encima. Opción B: Esconderme.

¿Qué opción elegís? ¿Opión A u opción B? Bien! Opción B esa elegí yo también! Jeje.

El problema fue que no se me ocurrió donde. Mi casa, Dios la conocía. Mi iglesia, también. La casa de mis padres, la de mis amigos. Conocía a todos. Pues bien, tenía que irme lejos. Irme de viaje. En un barco muy guapo. Hombre, me hubiese ido en avión. Igual ahí sí que no me encontraba, porque al menos iba

más rápido. Pero claro, entonces no había aviones. Solo burros, caballos…no, éstas opciones eran muy lentas, descartadas. Y dije: “Iré en barco. ¿Y a dónde? Pues no lo sé, me enteraré allí. Si lo pienso mucho igual Dios se entera, así que mejor no pensar a dónde ir”. Es que yo sabía que Dios puede oír mis pensamientos. ¿Sabíais chicos que Dios puede oír vuestros pensamientos? Es el único que puede hacerlo. Ni siquiera pueden hacerlo vuestros papás. Pero no os aprovechéis eh?!

El resto de la historia me suena que la conocéis. Bufff, qué historia.

Me subí a un barco. Me escondí entre las maletas por las dudas que alguien le chivase a Dios dónde estaba. Y entonces. Vaya. Entonces me acordé de un detalle. ¡Me había olvidado mi teléfono! Jeje, que no! Es broma. Me acordé que Dios +ene el poder de saberlo todo, de verlo todo, de conocerlo todo, de estar en todos los lugares…madre mía. ¿Quién juega a las escondidas así?! Es trampa. Y sí. Me di cuenta que Dios ya sabía donde me escondía, porque comenzó a mover un poquito mi barco. El sabía que si removía un poco el barco me haría salir de mi escondite. Aguante allí bien cogido sin salirme hasta que no di más. El barco se meneaba

demasiado. Y todos los otros pasajeros estaban l lorando muertos de miedo. Esto me dio mucha pena. Hombre, huyo de mis problemas y me escondo, pero tengo buen corazón. No podía hacer sufrir a esa gente inocente. Así que salí con las manos en alto. ¡“Vale, vale, vale, aquí estoy. Cortemos el juego ya. Me he equivocado Dios. Nunca más me esconderé de +. Menos c u a n d o t e n g a u n a t a r e a pendiente”!.

¿Alguna vez habéis tenido tarea pendiente en casa?

Pedrito, recoge tus juguetes. Y Pedrito mira para otro lado y hace como que no escucha a mamá.

Susanita, ayúdame a poner la mesa. Y Susanita mira para otro lado y con+núa jugando sin hacer caso a mamá.

Esas son tareas pendientes. Vuestra profe os manda unos ejercicios para hacer en casa, y vosotros los metéis bien al fondo de la mochila para que no lo encuentre mamá, así os libráis de hacer tareas en casa. No!!! ¿Vosotros no hacéis eso verdad!?

Pero yo sí. Soy Jonás, y siempre me recordaréis por haber dejado mi tarea y huir a esconderme.





Y entonces ya sabéis como con+núa la historia. Me +raron a la piscina, ¿alguna vez os caíste a la piscina? ¿Sabéis que yo no sé nadar? Me +raron al mar, y no supe ni siquiera hacer el muerto o hacer la plancha. ¿Vosotros sabéis hacer la plancha? Me hundí. Y ya sabéis la mejor parte. Un submarino me cogió. Dios es muy bueno, como vuestros papás. Cuando os equivocáis, tenéis una consecuencia. Pero vues t ros papás os s i guen queriendo igual. A que si! Dios me siguió queriendo aunque colgué el teléfono y ya no le oía, aunque no pasé su llamada, aunque me escondí de él. De spué s de que t u ve m i consecuencia, que fue darme un buen susto, me me+ó en un calen+to submarino con forma, aspecto y… olor a repugnante pez gigante. Esta parte de la historia es buenísima. Dios puede hacer eso con vosotros también ¿sabéis? El +ene mucho poder.

Aunque nos equivoquemos, Dios está con nosotros. Nos protege, nos da un abrazo, nos cambia la ropita mojada y nos pone calen+tos, como un papá. Solo tenemos que confiar en que, aunque no le vemos, Dios está aquí, a tu lado.

Bueno, ¿quién quiere jugar al escondite!??? ¿Eh? Jeje Es broma. Ahora que he recordado esta lección que siempre me

repe8a mi madre y que Dios me enseño dentro de la barriga de un buque pezuno. Me voy a darle el recogedor a mi vecino. Seguro que me perdonará. Y yo me ofreceré a regalarle el mío para que no se quede sin ninguno.

Ti+na! Ti+ri8! Ti+rina! Aquí hay unos niños que te buscan. No te escondas más. Ven sal fuera! Afronta tu error y verás que todo va mejor.

El siguiente diálogo es con la ++ritera detrás, no se ve.

-‐Seguro!?

-‐Si, seguro ++na ++ritera. Sal de una vez. Ven que te ayudo empujándote del culete!

Se pierde Jonás y aparece como empujada desde dentro del guiñol la ++ritera.

-‐Oi! Aquí estoy. ¿Sabéis por qué huía? Por que llegaba tarde y me quer ía esconder para que vosotros no me retéis. Pero ahora entendí que…

Yo estaré con+go,

donde quiera que vayas




Si el mundo se pone al revés.

Yo estaré con+go


Te lo promete y

Dios nunca falla

¿Queréis que le pidamos a Dios que nos ayude a no escondernos de nuestros problemas. Y a contárselos a nuestros papás y a Jesús? ¡E l s iempre es tará dispuesto a ayudarnos!

Oremos.

La ++ritera se va cantando esta canción.





Ti+na la Ti+ritera entra a la clase con un pañuelo en la cabeza y un aspecto 8mido y avergonzado.

-‐Hola!, buenas... Perdonad, me habían dicho que debía venir con la cabeza cubierta. Pero aquí ninguna chica lleva la cabeza cubierta! ¿Tengo que estar así? ¿Me lo puedo quitar?

¿Habéis visto algunas mujeres que van con ves+dos largos y la cabeza cubierta? Pues es gente inmigrante. Se les reconoce fácil. Aún se visten como en los países donde ellos nacieron. ¿Sabéis que yo soy inmigrante? ¿Qué es ser inmigrante?

Hay unas aves que saben mucho de ser inmigrante. Se llaman golondrinas, viven muy arriba en los países fríos, donde nieva mucho. Cuando estamos todos en verano, los países del norte son cálidos, pero sólo un poquito, lo suficiente para que los pajaritos tengan comida y no se mueran de frío. Pero cuando llega el invierno, esos países se ponen tan fríos, que las aves ya no encuentran comida para sus hijitos. Deben huir hacia otros países más cálidos. Como al norte

de Africa o sur de España. ¿Sabéis que noviembre es un mes en el que viajan muchas aves? Los meses previos están todas recog iendo sus ma letas y acelerando las clases de vuelos de sus polluelos para que puedan viajar por largas horas en busca de un lugar mejor para la familia.

Yo creo que si entro una vez más en la máquina del +empo, allí d e b e h a b e r a l g u i e n mu y interesante que nos pueda contar su historia. Que nos puede contar muy bien cómo es ser inmigrante, y cómo es tener que huir para conseguir comida. ¿Os gustaría conocer a una inmigrante?

Voy a buscarla. Esperad aquí.

Contad hasta tres y entraré de un salto. Vamos, ayudadme!

Hacer que los niños cuenten mo+vados uno, dos y tres y mientras moved los brazos y el cuerpo como quién se balancea para coger fuerza.

Hola niños! Soy Noemí y estoy e n c an t a d a d e a c ep t a r l a invitación de Ti+na, ++rina, Ti+++na, o cómo sea que se llame esta Señora tan amable.

Me ha pedido que os cuente cómo fue mi historia como inmigrante.

Hace mucho mucho +empo atrás, vivíamos muy felices con mi marido y mis dos hijos en la +erra de Belén de Judá. Sí, sí. En la misma +erra donde nació Jesús. Fuimos casi vecinos con José y María. Mi marido era un hombre muy valiente y muy apuesto. Se llamaba Elimelec. Nuestros días estaban ocupados de trabajo en el campo y ricas comidas en familia. Asados de patatas, carnitas gigantes, galletas de chocolate de algarroba. Hasta que comenzó a escasear el agua de lluvia. Alguien había cerrado el grifo del cielo. Las nubes estaban siempre secas. No caía ni una go+ta de agua de lluvia. La +erra de los campos comenzó a secarse tanto que parecía mi piel. ¿La podéis ver?. La piel de una abueleta arrugadita. Las plantas en lugar de verdes pasaron a estar marrones, como las hojas de los árboles en otoño. Y luego ya se caían. Las comidas ricas y a b u n d a n t e s e n f a m i l i a comenzaron a ser cada día más jus+tas. Un trozo de pan para cada uno y un poquito de zumo

Noemí. Un viaje de necesidadRUTH 1 - 4





de uva hasta que las uvas guardadas también se acabaron.

E n t on c e s m i s am i g a s l a s golondrinas me llamaron al pa+o detrás de casa. Ellas vivían en un árbol precioso. Tenían allí un nidito de amor para sus hijos las golondrinitas. Como no había agua, y la +erra estaba seca, no encontraban lombrices por ningún lado. Así que me dijeron. Noemí, te hemos llamado por que nos iremos. Sus palabras me dejaron perpleja. Habíamos vivido allí juntos como una misma familia por muchos años. ¿A dónde iréis? No te preocupes, dijo doña golondrina. Nuestras familias nunca han vivido en el mismo lugar mucho +empo. S iempre han v ia jado para encontrar gusanitos. Si no hay aquí, debe haber allí. Y desde los cielos, vamos mirando el campo, y el que se vea más verde y con más gusanitos, se transforma en nuestra nueva casa.

Adiós señora golondrina. Le dije con mucha tristeza. Despedirla significa que yo también debo emprender viaje para buscar g u s an i t o s . A y , q u e d i g o . Gusanitos no. Buscar comidita de la que comemos los humanos.

Entonces decidimos emigrar. E-‐mi-‐grar. ¿A que es una palabra rara? Salir de Belén y viajar a una +erra donde sí lloviese. Nos dijeron que llovía en Moab.

Cogimos el coche. Ah! No! Cierto que no teníamos coche. No exis8an aún. Creo que nos fuimos caminando. Así que no podíamos llevar muchas cosas. Cogimos cada uno una male+ta y me+mos dentro lo que cupiese. Sólo lo que cupiese en esa male+ta podía venir con nosotros. Los niños me+eron sus trenes y pelotas. Así que no tuvieron ropa de cambio en todo el año. Pero bueno, cada uno eligió que llevar. Y así comenzó nuestro viaje como in-‐mi-‐gran-‐tes.

Cuando llegamos a la nueva ciudad la gente nos miraba con cara rara. Ves8amos diferente, y encima estábamos muy sucios por caminar en el desierto. Los niños que jugaban en las plazas d e c í a n . M i r a d , e s o s s o n inmigrantes. “!Ey, inmigrantes!” Nos gritaban y echaban a correr riéndose como si esa palabra fuese fea. Allí entendí que la palabra emigrante no suena muy bonito.

En Moab logramos hacernos una nueva casita. Era muy pequeña, ya no teníamos habitación para los niños, dormíamos todos juntos. Pero eso hizo que aquello sea una fiesta. Todos abrazaditos en la misma cama. Ya no comíamos tantas cosas ricas, pero eso hizo que nuestra salud sea aún más fuerte. No nos sen8amos malitos nunca y los niños jugaban como cabritas

felices desde la mañana hasta la noche. Aquella +erra ahora ya casi olía a nuestra propia +erra. Pasaron tantos años que cuando les preguntaban a mis hijos de dónde eran, ellos ya no decían de Belén de Judea. Decían de ¡España! Ay! Que digo. Decían de ¡Moab!.

¿Al final queréis saber qué pasó con doña golondrina? Me contó otro pajarito amigo que Doña Golondrina y sus hijitos vivían ahora en casa de unos africanos muy majos. Habían aprendido otro idioma y ya no comían gusanitos, ahora comían arroz. Vaya cambio de vida de las go l ond r i na s . T amb ién me contaron que habían visto como los ángeles les acompañaban en el vuelo para que sepan dónde era mejor aterrizar. Dicen que los ángeles vuelan mejor que ellas y que son increíbles. Yo sé que los ángeles también nos cuidaron a nosotros en nuestro viaje. Son invisibles, pero os aseguro que aquí dentro hay alguno. Al menos hay uno, porque sé que hay una madre que todas las mañanas le pide a Jesús que mande un ángel para estar con sus hijos en el cole y en la iglesia. Así que aquí está! ¿Dónde estás Ángel?!!! Ojalá pudiésemos oírle. Hemos perdido esa capacidad hace muchos años.





Pero bueno, ¿Vosotros de dónde sóis? ¿Conocéis gente inmigrante, gente que antes haya vivido en otro país y ahora viva en España?

Necesito que me hagáis una p r o m e s a . ¿ O s g u s t a r í a prometerme algo? Nunca, nunca, nunca trataréis os reiréis o trataréis mal a un inmigrante. De alguien que haya venido de otro país para encontrar aquí trabajo y comida para toda su familia. ¿Sabéis por qué? Porque todas las personas somos como las golondrinas. Nunca sabemos a dónde tendremos que viajar a por gusanitos. Y puede ser que un día seáis vosotros los que tengáis que dejar España en busca de un lugar donde llueva, o donde tengáis trabajo.

¿Estáis listos para la promesa? Levantad vuestra mano derecha en alto. Y repe+d conmigo.

Yo , dec ido en e l mes de noviembre, el mes en que vuelan las golondrinas, que seré siempre libre para volar dónde me lleve el v i e n t o . Dónde en cuen t r e gusanitos para mi familia. Sin importar si es otro país. Y decido también, que nunca me reiré de las personas que vienen de otros países y son diferentes a mí. Ni de su ropa, ni de sus olores, ni de su comida. Así lo decido hoy, en el m e s e n q u e v u e l a n l a s golondrinas. Que Dios me ayude a cumplir mi decisión. Amén.

Noemí se despide y se va cantando. Sale Ti+na.

Gracias Noemí. Gracias por ayudarnos a pensar en los inmigrantes. Y en que todos algún d ía podemos l legar a ser inmigrantes. Bueno, hoy ha sido un día muy importante. Habéis tomado una decisión maravillosa. Os la llevaréis a casa para que vuestros papás os la peguen donde l a podá i s recordar siempre.

Pero ha llegado la hora de marcharme como las golondrinas, a volar por otros campos más verdes. Y Dios me dice:

Yo estaré con+go,

donde quiera que vayas




Si el mundo se pone al revés.

Yo estaré con+go


Te lo promete y

Dios nunca falla





Entra Ti+na la ++ritera super feliz. Es el úl+mo día en que están juntos y está muy contenta por todo lo vivido.

Hola amigos! Hemos llegado al final de este viaje. Ti+na se despedirá de vosotros. Pero no os preocupes. Seguro en algún lugar del camino nos volveremos a encontrar. Hoy tengo una historia increíble para contaros. Una historia verdadera, como todas las que os he contado hasta aquí.

Os dije el primer día que este ar+lugio era una especie de máquina del +empo! . ¿Os acordáis? Con ésta máquina hemos v ia jado a l pasado. Recordamos la historia de Noé, Jonás, Noemí. Pero hoy no tenemos historia del pasado. Oh!!! Que pena! ¿verdad?

Tenemos una historia del futuro. Tengo una señora allí esperando para contarnos algo maravilloso que pasará dentro de unos años. ¿Os gustaría saber que va a pasar dentro de unos años? ¿Os da curiosidad? Dejadme ir a buscar a mi amiga. A ver si está preparada para contarnos lo que sabe del futuro.

-‐Hola niños! Mi nombre es Elena. Me podéis llamar Ellen. Tengo algo maravilloso para contarles. ¡He estado en el cielo! ¡He visto todo lo que ocurrirá de aquí a unos cuantos años!. He visto que cumpliréis un año más dentro de un año! Ah, eso vosotros también lo sabéis vosotros ¿verdad? He visto cosas tan ciertas como eso. ¿Queréis saber lo que vendrá?

Todo comenzó una tarde. Tenía 17 años. Era joven. Aún así, siendo muy joven Dios me eligió a mí como su teléfono. Sé que hace unos días estuvieron aquí Noé y Jonás, y os han contado que como ya nadie oye a Dios, él escoge a algunas personas para que pasen sus llamadas y les den mensaje a las personas buenas. Y de esa manera les puede contar lo que va a ocurrir para que estén preparados. Como hace mami en casa, “hija, lleva el paraguas que hoy lloverá”, “Pero si no está lloviendo mamá” , “ahora no, pero lloverá, ya lo verás”, nos avisa lo que pasará para que estemos preparados. O papi cuando dice, “bajate de allí que te caerás” y vosotros seguís y justo pasa eso…OS CAES! El os lo había dicho!

Dios vive tan pero tan lejos de la +erra que puede ver todo el +empo. Lo que hacíamos ayer, mientras éramos amables en casa; y lo que haremos mañana, aún si es pelear con un hermano o quitarle algo a papá sin permiso.

Así fue. Yo, con 17 años, fui elegida para pasar las llamadas de Dios, para contar lo que él quería decirnos. Había pastores, profesores, médicos, pero no eligió a ninguno de ellos. ¿Sabéis por qué? Porque no importa todo lo que seamos (rubios, gordos, flacos, morenos, ojos azules, ojos marrones) Dios no mira nada de nuestra cara, nuestra inteligencia, nuestras habilidades. El mira nuestro corazón. Si somos amables, felices, sonrientes, alegres, buenos, cariñosos, generosos. Cuando él ve a una p e r s ona c on t o d a s e s t a s cualidades se siente como en casa. Nos había creado a todos así de buenos, pero Satanás nos ha ido volviendo malos. La única solución es pedirle a Jesús que no nos abandone y nos vuelva a hacer buenos, como cuando él nos creo.

Elena G. White. Un viaje a destinos prometidos

PRIMEROS ESCRITOS





Y así lo hice, tenía 17 años, pero oraba siempre en mi habitación, y aunque todos mis vecinitos, mis amigos del barrio, del parque o del cole decían malas palabras, se peleaban, o hacían cosas feas. Yo intentaba mantenerme con mi corazón bueno. Quería que Jesús estuviese contento conmigo.

Y tan contento estuvo Jesús conmigo que un día me llamó por teléfono. Esperó a que me duerma y me llevó de viaje al cielo. Si si…al cielo, allí donde vive Dios. Viajé al futuro. Y aquí es d o n d e v i e n e l a h i s t o r i a impresionante. Os contaré que es lo que ocurrirá de aquí a unos años. Tal vez 10, 20 o 30…de eso no estoy segura. Pero será dentro de unos años.

Haremos un viaje de 7 días, iremos con todos los que se hayan mantenido amigos de Jesús. Viajar por el espacio será tan increíble que aunque sean 7 días hasta llegar al cielo nos parecerá como un día. No e s t a r emo s c a n s a d o s , n o t e n d r emo s h amb r e , s o l o avanzaremos. En el camino iremos viendo el maravilloso espacio, donde están las estrellas, iremos protegidos, como en una nave de cristal, sin paredes, todo ventanas para ver a nuestro a l rededor . Veremos o t ros p lanetas , porque hay más planetas como la +erra, donde vive gente. Aquí les llaman

extraterrestres. Pero no son verdes como los pintan, son como nosotros, pero perfectos. ¿Sabéis que hay un planeta que +ene 7 lunas? SIETE! Y allí viven personas también, pero no se enferman, ni se mueren, ni +enen internet, ni skype para ver a los amigos que están lejos. ¿Sabéis por qué? Por que cierran los ojos y aparecen donde desean estar!. Allí nos detendremos a descansar y charlar con los pobladores. Son personas como nosotros. Pero buenos de corazón. Nos trataran con cariño, nos ofrecerán comida, mantas para descansar. Mientras estuve allí vi a unos niños con sus papás, les pidieron permiso y se fueron solos a jugar a un bosque de árboles frutales, donde las frutas son como gominolas, se llama el bosque dulcifero. Sus papás les dejaron ir, porque estas frutas son dulcísimas, pero son frutas, nunca les harían daño, no son gominolas, allí no existe nada que haga daño. Estos niños felices cerraron sus ojos, y desaparecieron. Sería chulo poder ir con ellos para ver esos árboles, pero lo humanos no podemos volar todavía. Allí hicimos campamento unas horas charlando con estos nuevos amigos. Les sorprendieron mucho todas nuestras historias sobre la +erra. No pueden creer que aquí llueva, allí no existe la lluvia. Ni hace tanto calor que en verano neces i ten abanicos . Hab ía

muchas cosas diferentes. Luego seguimos viajando y paseando por otros planetas, habrá uno con saltos de agua de colores. Sus montañas serán blancas, pero tendrán cascadas de aguas de c o l o r e s , q u e h a c e n u n permanente arcoíris mul+color, hermosísimo a la vista. Cuando sus pobladores beben de aquella agua, según el color pueden hacer cosas increíbles. Con el agua rosa pueden volar en +rabuzón, con la celeste tener la habilidad que te apetezca en el momento, con la verde cantar una sola persona a varias voces. También hay mucha música. De hecho la música nos acompañará todo el viaje. A los ángeles les gusta mucho cantar y tocar instrumentos.

Pronto, en unos años haremos este viaje todos. Yo lo ví, estuve en el futuro! Iremos con nuestros padres hasta el cielo.

¿Os gusta la idea? Para ir al cielo dentro de unos años hace falta algo importante. En realidad no irán todos. Será como ir a un cumpleaños. Si vamos a un cumpleaños es porque el niño que cumple nos conoce ¿verdad? No podemos ir a un cumpleaños sin conocer al cumplañero!. Pues para ir a ver este lugar increíble, el cielo, necesitaremos conocer a Jesús. El que nos hace buenos y perfectos como él.





No os puedo contar muchas cosas más. Hay cosas grandiosas que pasarán dentro de unos años. Solo hay que confiar en Jesús, y creer que él nos ayuda y cuida. Entonces ocurrirá el milagro. Veremos cosas mág i cas y maravillosas. Incluso puede que hasta Dios os elija a vosotros un día como teléfono para pasar sus mensajes. ¡Eso sería un enorme privilegio!

Me tengo que ir, ahora tengo que volver al pasado, porque mi nombre es Elena White, y he vivido hace más de 100 años. Pero he visto lo que pasará en el futuro y os lo cuento hoy para que os ilusionéis un poquito. Será precioso!

Adiós amigos, me voy cantando una canción que me enseñó un pajarito. Es una canción que también es una promesa bíblica y me dijo que vosotros también la sabéis!

Yo estaré con+go





Si el mundo se pone al revés

Yo estaré con+go


Te lo prometo

Dios nunca falla

Ti+na sale cantando y diciendo adiós. Se despide de los niños hasta el próximo viaje.



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