monografia resiliencia 2010 i

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INTRODUCCION La realidad psicosocial actual señala una serie de problemáticas socioculturales, tales como la delincuencia, el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, la violencia intrafamiliar, la prostitución adulta e infantil, crisis y confusión de identidad tanto personal, nacional como religiosa en la juventud peruana, embarazos no deseados, condiciones laborales injustas, la pobreza extrema, el escaso acceso de la mayoría de la población a una educación adecuada, entre otros. En la actualidad existen más de 15 millones de niños en Latino América, que están obligados a trabajar por sus condiciones económicas y sociales (OIT, 1997). Todo ello genera un ambiente poco propicio para el desarrollo de la persona, puesto que resultan innumerables los factores de riesgo que la rodean a lo largo de su vida, condicionando de este modo el logro de sus metas y objetivos, y delimitando, de alguna manera, su futuro. El interés en el estudio de la resiliencia surge cuando se percibe que estos factores no tienen porque limitar a la persona y determinar su desarrollo físico, emocional y social futuro, sino que esta puede desarrollar ciertas capacidades que le permitan enfrentar satisfactoriamente las condiciones adversas que a lo largo de la vida se le presenten. Al respecto, Cyrulnik et al. (2004) señalan que, por ejemplo, luego de una catástrofe, entre un 40 y 60% de la población desarrolla un trauma psicológico, sin embargo, si reciben

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Page 1: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

INTRODUCCION

La realidad psicosocial actual señala una serie de problemáticas socioculturales, tales

como la delincuencia, el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, la violencia

intrafamiliar, la prostitución adulta e infantil, crisis y confusión de identidad tanto personal,

nacional como religiosa en la juventud peruana, embarazos no deseados, condiciones

laborales injustas, la pobreza extrema, el escaso acceso de la mayoría de la población a una

educación adecuada, entre otros. En la actualidad existen más de 15 millones de niños en

Latino América, que están obligados a trabajar por sus condiciones económicas y sociales

(OIT, 1997). Todo ello genera un ambiente poco propicio para el desarrollo de la persona,

puesto que resultan innumerables los factores de riesgo que la rodean a lo largo de su vida,

condicionando de este modo el logro de sus metas y objetivos, y delimitando, de alguna

manera, su futuro.

El interés en el estudio de la resiliencia surge cuando se percibe que estos factores no

tienen porque limitar a la persona y determinar su desarrollo físico, emocional y social futuro,

sino que esta puede desarrollar ciertas capacidades que le permitan enfrentar

satisfactoriamente las condiciones adversas que a lo largo de la vida se le presenten. Al

respecto, Cyrulnik et al. (2004) señalan que, por ejemplo, luego de una catástrofe, entre un 40

y 60% de la población desarrolla un trauma psicológico, sin embargo, si reciben ayuda para

recuperar su estado de bienestar en menos de dos o tres años ya no experimentarán efectos

postraumáticos, por el contrario, el daño se agrava considerablemente si las personas

permanecen en el abandono.

A pesar de que nuestro país se encuentra en el grupo de países latinoamericanos, junto

con Chile, Argentina y Colombia, que más han desarrollado importantes líneas de

investigación dentro del área de la resiliencia, aún se requiere de trabajos que ayuden no solo

a terminar de definir este concepto, sino a identificar aspectos de la persona que se necesitan

fomentar a fin de lograr una sociedad compuesta por personas resilientes.

Para la presente monografía se ha realizado una exhaustiva revisión teórica,

analizándose en un primer capitulo los orígenes y antecedentes en el estudio de la resiliencia,

sus definiciones y su deslinde conceptual entre otras definiciones con las que se le ha

relacionado como invulnerabilidad - vulnerabilidad, competencia y robustez. De la misma

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manera, se han examinado las diversas teorías que la explican, así como, sus factores

protectores y de riesgo, y aquellos mecanismos mediadores entre ambos. Además, se hace

referencia a la manera en que se desarrolla la resiliencia desde el nacimiento y durante todo el

proceso evolutivo de la persona hasta la adolescencia. Por otro lado, se han descrito las

características resilientes propias tanto de niños, como de jóvenes y adultos. Finalmente, se

menciona ciertas características de la cultura de la pobreza y su relación con la resiliencia.

En un segundo capitulo se realiza un análisis sobre el modelo peruano de promoción

de resiliencia, enfatizándose en la iniciativa de INAPRO para la promoción de resiliencia en

niños de la zona andina.

Finalmente, el tercer capitulo se orienta a señalar aquellas conclusiones que se infieren

a partir de la discusión del presente tema, así como las sugerencias que de este se desprenden.

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Capítulo I

ASPECTOS BASICOS DE LA RESILIENCIA

1.1 Antecedentes y Etimología del término Resiliencia

Lara, Martínez & Otros (2000) señalan que el concepto de resiliencia se origina en un

término proveniente de la metalurgia, el cual hace referencia a la capacidad que poseen los

metales para resistir los impactos y reestructurarse, después de ser comprimido o

doblados. Este término es utilizado también en la medicina, en la que la osteología hace

uso de este concepto para referirse a la capacidad de los huesos para crecer en el sentido

correcto luego de una fractura.

Según Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, (1997) el vocablo resiliencia se origina en el

término latín resilio, es decir, volver atrás, resaltar o rebotar.

La Real Academia de la Lengua Española define a la resiliencia como “la resistencia

de un cuerpo a una rotura o golpe” (Citado por Salgado, 2005a: 11).

En la Enciclopedia Hispánica se afirma que tanto en francés como en español se hace

uso del término de resiliencia para señalar la capacidad de un material de recobrar su

estado original luego de haber sido deformado. Constituye, además, una castellanización

de la palabra inglesa resilience o resiliency, la cual sirve para definir ciertas cualidades

humanas que cumplen con esta definición propia de la ingeniería (Citado por Kotliarenco,

Cáceres & Fontecilla, 1997).

Un antecedente en el estudio de la resiliencia lo constituye el aporte de la reconocida

psicóloga, norteamericana, Emy Werner quien en 1954 en la isla de Kauai en Hawai,

llevo a cabo un estudio longitudinal desde el nacimiento hasta los cuarenta años a más de

quinientos niños nacidos en situación de pobreza. El objetivo de este estudio era conocer

las consecuencias a largo plazo del estrés prenatal y perinatal, y los efectos de ambientes

tempranos adversos en el desarrollo psicológico de los niños. Esta autora encontró que

muchos niños nacidos en familias disfuncionales en esta isla, lograban convertirse en

adultos productivos y felices, logrando una vida plena, estos niños fueron definidos como

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resilientes. Caracterizando a aquellos sujetos que a pesar, de nacer y vivir en condiciones

de alto riego, se desarrollan psicológicamente sanos (Citado por Borbaran, Contreras &

Otros, 2005).

Kalawaski & Haz (2003) propugnan que en el campo de la Psiquiatría y la Psicología,

este término se presentó por primera vez en el artículo de Scoville en 1942. En este trabajo

la autora empleó este concepto para señalar como las situaciones peligrosas de la vida no

afectaban a los niños y niñas, mientras que el desarraigo familiar si lo hacia. Para estos

autores, es recién en la década de los setenta que este término comienza a ser más

estudiado. En un principio los investigadores utilizaron el término de invulnerabilidad,

niños invulnerables, para referirse a la capacidad de algunos niños para resistir y superarse

frente a condiciones adversas, resistir el estrés.

Kotliarenco, Cáceres, & Álvarez (1996) señalan que adecuando, posteriormente, este

término a las ciencias sociales, para estas, la resiliencia atañería a la capacidad humana

para enfrentar y sobreponerse a las adversidades y construir sobre ellas, resurgir

fortalecido y transformado de estas, y acceder a una vida significativa y productiva.

Por otro lado, Rutter (1985) partió de un término empleado en la física, de resiliencia

como capacidad de un cuerpo para resistir, y lo adaptó al ser humano, resiliencia como

capacidad del hombre para ser fuerte y triunfar frente a las adversidades (Citado por

Salgado, 2005a).

A decir de este psiquiatra inglés, son personas resilientes aquellas que a pesar de

nacer y desarrollarse en situaciones de riesgo, evolucionan como individuos

psicológicamente sanos y exitosos.

Actualmente, existen diversas definiciones del termino resiliencia, que dependen de

cada autor y su enfoque teórico.

Para Gonzales, (2005), Resiliencia significa rebotar de las experiencias difíciles. Esta

no es algo que se adopte o no sino que cada individuo va desarrollándola de acuerdo a sus

necesidades. El concepto de la resiliencia o facultad de recuperación implica dos factores:

a) la resiliencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la vida propia y

la integridad ante las presiones deformantes, y b) la capacidad para construir conductas

vitales positivas pese a las circunstancias difíciles.

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Finalmente cabe destacar, que en un inicio se consideraba a las respuestas de

resiliencia como inusuales y hasta patológicas, puesto que se afirmaba que no era normal

que una persona frente a una situación traumática no evidencia síntomas de estrés post

traumático, actualmente se conoce a la resiliencia como un fenómeno común entre las

personas que se enfrentan a situaciones adversas y su aparición no indica patología alguna

sino por el contrario un ajuste saludable a la adversidad.

1.2 Definición

Luego de haber detallado brevemente los orígenes y antecedentes en el estudio de la

resiliencia, es preciso revisar algunas de las definiciones que a lo largo de las últimas

décadas han ido brindando los autores respecto a esta variable.

Rutter (1992) define a la resiliencia como un conjunto de procesos intrapsíquicos y

sociales que permiten al individuo disfrutar de una vida sana dentro de un ambiente

insano. Señala además, que la resiliencia no constituye una cualidad con que el ser

humano nace, por el contrario esta se va adquiriendo a lo largo del desarrollo, mediante un

proceso interactivo del niño con su medio ambiente familiar, social y cultural (Citado por

Salgado, 2005a).

Vanistendael (1994) brinda una definición de resiliencia más amplia, señalándola

como la capacidad del ser humano para realizar las cosas bien pese a las dificultades que

se le puedan presentar (Citado por Lara, Martínez & Otros, 2000).

Este autor distingue dos componentes dentro de esta definición. La resistencia ante la

destrucción, la capacidad para proteger nuestra integridad; y la capacidad para construir

un comportamiento vital positivo más allá de las circunstancias desfavorables o adversas.

Vanistendael (1994) refiere además, que este concepto de resiliencia incluye la

capacidad del individuo o sistema social para enfrentar de una forma socialmente

aceptable las adversidades (Citado por Escobar, Gaviria & Velásquez, 2007).

Otra definición de resiliencia importante la constituye la esbozada por Grotberg (2001)

como aquella capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida,

aprender de ellas, superarlas y salir transformado de estas. Recalca que esta implica un

proceso en el cual intervienen factores, comportamientos y resultados resilientes. Al ser

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un proceso involucra la promoción de factores resilientes, así como la interacción de estos

factores, la identificación de la adversidad, la selección de la clave de respuesta resiliente

y la valoración de los resultados que conllevan a un sentido de bienestar y al

mejoramiento de la calidad de vida. Señala además que la resiliencia forma parte del

proceso evolutivo, por lo que debe ser promovida desde la niñez (Citado por Lara,

Martínez & Otros, 2000).

Por otro lado, Harvey (1997) la define como la capacidad mediante la cual un

sobreviviente de un trauma se adapta o enfrenta positivamente un acontecimiento

traumático (Citado por Kalawaski & Haz, 2003).

Luthar (2000) considera a la resiliencia como un proceso dinámico que resulta en la

adaptación positiva dentro de contextos de adversidad. Se distinguen tres componentes

dentro de esta definición de resiliencia como proceso. La noción de adversidad, la

adaptación positiva o superación de la adversidad y el proceso dinámico entre

mecanismos emocionales, cognitivos y socioculturales que intervienen en el desarrollo

humano (Citado por Salgado, 2005a).

El primer componte, adversidad, constituye un sinónimo de riesgo, trauma o amenaza

del desarrollo humano. Concibe a la resiliencia como capacidad del ser humano para

enfrentar la adversidad. El segundo componente de adaptación positiva, proviene del

equilibrio entre la capacidad de afrontamiento, de la disponibilidad de recursos sociales y

del grado de amenaza de la situación ambiental. El último componente, la noción de

proceso, es el que permite entender la adaptación resiliente en función a la interacción

dinámica entre los factores de riesgo y los protectores.

Para Kalawaski & Haz (2003) en la actualidad este concepto es entendido como la

capacidad de una persona, grupo o sistema social, para salir adelante a pesar de las

adversidades.

Desde el punto de vista de la psicología Positivista, la resiliencia es la capacidad de

una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos

desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. La

resiliencia se sitúa en una corriente de psicología positiva y dinámica de fomento de la

salud mental y parece una realidad confirmada por el testimonio de muchísimas personas

que, aún habiendo vivido una situación traumática, han conseguido encajarla y seguir

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desenvolviéndose y viviendo, incluso, en un nivel superior, como si el trauma vivido y

asumido hubiera desarrollado en ellos recursos latentes e insospechados. Aunque durante

mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas como inusuales e

incluso patológicas por los expertos, la literatura científica actual demuestra de forma

contundente que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología,

sino un ajuste saludable a la adversidad.

1.3 Deslinde conceptual con otros términos

Una vez desarrollado las definiciones que a lo largo de los años se han dado acerca de

resiliencia, es preciso establecer una diferenciación entre ésta y otros tres términos con los

que se le ha vinculado como la invulnerabilidad - vulnerabilidad, competencia y robustez.

Invulnerabilidad -Vulnerabilidad

Sobre el concepto de invulnerabilidad y su asociación con la resiliencia, es pertinente

destacar que en la década de los setenta adquirió renombre el concepto de niño

invulnerable. Este aludía a niños con una constitución física tan fuerte que eran capaces de

resistir el estrés y la adversidad.

Sin embargo, este concepto, según afirma Rutter (1985) resulta erróneo debido a las

siguientes tres razones. Primeramente, la resistencia de un individuo al estrés es relativa,

no es absoluta, varia acorde a la etapa de desarrollo del niño y no es estable en el tiempo.

Además, las raíces de la resistencia se originan en el ambiente y en lo constitucional.

Finalmente, el grado de resistencia es inestable, varia en el tiempo y según las

circunstancias que se presenten (Citado por Salgado, 2005a).

El concepto de vulnerabilidad, se distingue del de desadaptación. Ser desadaptado se

refiere a un desvío del comportamiento en relación al promedio.

Por todo lo expuesto, en la actualidad se emplea el término de resiliencia, y si bien en

un principio distintos autores lo utilizaron como equivalente al de invulnerabilidad, las

diferencias encontradas entre estos han permitido que el término de invulnerabilidad se

oriente al campo de la psicopatología.

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Competencia

Otro concepto importante y que ha sido asociado con la resiliencia es el de

competencia.

Competencias son aquellas habilidades y conductas medibles que son fuente de

excelencia y diferenciación, una de ellas, la capacidad de recuperación, entendida como

la capacidad de recuperarse rápidamente ante frustraciones o fracasos, se relaciona de

alguna manera con el concepto de resiliencia ya que una persona resiliente tendrá una

mayor capacidad de recuperación. Además, muchos de las características de la resiliencia

pueden ser utilizados como competencias.

Por otro lado, Luthar (1993) señala que comúnmente se centra la atención en el

desarrollo de la capacidad de competencia social, debido a que se afirma que esta posee

habilidades de afrontamiento. Esto queda desacreditado por algunos estudios que

muestran personas que si bien se comportan de manera competente frente a situaciones

riesgosas y son capaces de afrontarlas con éxito, pueden presentar vulnerabilidad al estrés,

frente a problemas físicos y mentales (Citado por Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla,

1997).

Robustez

Finalmente, al aludir al término robustez, tal y como lo señala Levav (1995), puede

considerarse como análogo al de resiliencia. Este término se ha definido como una

característica de personalidad que en algunas personas puede reforzar la resistencia al

estrés (Citado por Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, 1997).

El concepto de robustez hace referencia a una serie de rasgos personales combinados

de carácter adaptativo, entre estos se incluye el sentido de compromiso, del desafío y la

oportunidad, así como, el control interno, todos los cuales se presentan ante situaciones

difíciles.

Kobasa (1979) muestra evidencias de personas que a pesar de haber estado sometidas

a situaciones estresantes han desarrollado escasos síntomas de enfermedad (Citado por

Salgado, 2005a). El autor afirma que estas personas tienden a presentar mayores niveles

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de compromiso, control interno y desafío que sus pares que sí presentan síntomas de

enfermedad y estrés.

Este autor, Kobasa (1982), alega también que esta capacidad de robustez influye

significativamente en la forma en que la persona interpreta los acontecimientos que

suceden en su vida (Citado por Salgado, 2005a).

1.4 Teorías sobre la Resiliencia

Seguidamente, luego de haber conceptualizado y distinguido la resiliencia de otros

términos con los que se le asocia. Es fundamental, exponer detalladamente las diferentes

teorías que se han encargado de explicarla para lo cual se hará referencia a Del Aguila

(2003).

1.4.1 Teoría de Edith Grotberg

En primer lugar Edith Grotberg ( 2001) propone su Teoría del Desarrollo Psicosocial,

en la cual añade el término resiliencia dentro de la Teoría del Desarrollo de Erickson y

agrega un componente dinámico. Realiza un exhaustivo análisis de los factores propios de

la resiliencia y afirma que la interacción de estos permite la conducta resiliente, para

Grotberg ser resiliente o no serlo va a depender de la interacción que se produzca entre

los factores y el papel de cada factor en los distintos ámbitos en que el individuo se

desenvuelva.

Plantea tres fuentes fundamentales agrupadas en base a características genéticas y

temperamentales del sujeto. Estas características reúnen aspectos tales como la fisiología

y la neuroquímica, los cuales van a influir en la vulnerabilidad del niño frente a los

desafíos que enfrente, a la ansiedad y al estrés.

Grotberg enfatiza también otros aspectos que intervienen en las características

genéticas. (Ver Figura 1)

La intervención del ambiente favorable, el cual lo define como una fuente externa de

defensa que envuelve las respuestas a las características del individuo, como la familia, la

comunidad y la nación. De la misma manera, señala la fortaleza intrapsíquica, como una

fuente interna, de la personalidad del niño, que se compone por el sentido de autonomía,

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la autoestima, el control de impulsos, los sentimientos de afecto y de empatía. Finalmente,

destaca las habilidades adquiridas y orientadas a la acción, las cuales las considera como

conductas adecuadas a la interacción social, como lo son la capacidad de resolución de

problemas, la expresividad social, el manejo de estrés, entre otros.

De esta manera, Grotberg, plantea que un niño resiliente se caracteriza por gozar de

ciertos factores o fuentes de resiliencia: El soporte externo, las Fortalezas Intrapsíquicas y

Condiciones Personales y las habilidades interpersonales, los cuales se expresan en los

siguientes verbos: Yo tengo, Yo soy/ Yo estoy, Yo puedo.

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Figura 1. Teoria de Edith Grotberg.

Fuente: Del Águila. (2003)

A continuación se pasará a describir cada uno de los factores.

El Factor de Soporte Externo (“Yo tengo”) hace referencia al apoyo que el niño recibe

antes de que tome conciencia de quien es y de lo que es capaz de hacer, y que van a

continuar siendo significativos a los largo de su infancia. Este soporte le permite

desarrollar sentimientos de seguridad, los cuales van a conformar el núcleo central para el

desarrollo de la resiliencia. La autora menciona como soportes externos lo cinco

siguientes:

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Adquisición de habilidades

Atención ConfianzaHabilidades Sociales AutocontrolApreciación de la realidad AutonomíaMantenimiento del Control de ImpulsosConcentración AutoestimaAnticipación del futuro Ser queribleExpresión social Respuesta a las EmpatíaAtención emocional características propias AltruismoUso adaptado de la fantasía de niño Control internalizadoConducta pro – social Relaciones cariñosas FlexibilidadResolución de problemas Comunicación pre – verbal EsperanzaManejo de estrés Sensibilidad simbólica OptimismoExpresión creativa Aliento y entusiasmo Decisión ante riesgosSoluciones alternativas Exposición controlada a la Iniciativa

adversidad EnergíaAyudas requeridas ValentíaDar oportunidadesRitos/ tradicionesDisciplina

Ambiente

FuerzasIntrapsíquicas

Características genéticas

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a. Relaciones estables, referido a la presencia tanto de los padres como de otros

adultos, ya sea amigos, profesores u otros familiares que compensan la falta del

amor de los padres, que aman y aceptan al niño de manera incondicional. Este

soporte se expresa en la verbalización: “Yo tengo personas alrededor en quienes

confió y que me quieren incondicionalmente”.

b. Estructura y reglas de la casa, destaca a los padres como los encargados de

establecer y promover estructuras y normas claras que el niño debe seguir, de

delimitar claramente los limites y consecuencias, con el fin que el niño los

comprenda y aprenda. Al violar una regla al niño se le castiga (sin infringir daño)

siempre y cuando este entienda la razón por la que esta siendo castigado, del

mismo modo, cuando sigue las reglas se le elogia. Este soporte se visualiza en la

expresión: “Yo tengo personas que me ponen limites para que aprenda a evitar

peligros o problemas”.

c. Modelos, es decir de los padres, pares u otros adultos que a través de su

comportamiento le muestran al niño conductas deseables y aceptables, y lo

motivan a que las imite. Se expresa en la frase: “Yo tengo personas que me

muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder”.

d. Personas que animan al niño a ser autónomo, señala la presencia de adultos (en

especial los padres) que animan al niño a hacer las cosas por si mismo y a actuar

con iniciativa propia y autonomía, elogiándolo cada vez que esto sucede. Se

observa este soporte en el enunciado: “Yo tengo personas que quieren que aprenda

a desenvolverme solo”.

e. Acceso a la salud, educación, bienestar y servicios de seguridad, la presencia

de personas que le brinden al niño acceso inmediato a la salud, educación y

seguridad. La expresión “Yo tengo personas que me ayudan cuando estoy

enfermo, en peligro o cuando necesito aprender”, refleja este soporte.

Otro factor lo constituye el de las Fortalezas Intrapsíquicas y Condiciones Personales

o Internas (“Yo soy / Yo estoy”), se encuentra referido a las actitudes, creencias y

sentimientos que posee el niño resiliente. Dentro de estos factores internos se puede

encontrar los cinco que se describirán a continuación:

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a. Ser una persona amada, es decir, el niño se percibe a si mismo como una

persona a la que otros aman, por ello realiza conductas para hacerse querer, el niño

sabe que esperar de los demás y es capaz de encontrar un balance entre la

exaltación y la quietud cuando responde a otros. Esta fortaleza interna se visualiza

en la expresión: “Yo soy una persona por la que otros sienten aprecio y cariño”.

b. Capacidad del niño de amar y ser altruista, el niño es capaz de amar a otras

personas y de expresar su amor, se preocupa por los otros y expresa esta

preocupación actuando de manera altruista. Percibe el sufrimiento de otros y busca

compartir su dicha. El enunciado: “Yo soy feliz cuando hago algo bueno por los

demás” esquematiza esta fortaleza.

c. Estar orgullosos de sí mismo, muestra como el niño se auto percibe como una

persona importante y se siente orgulloso de si mismo y de lo que puede lograr. El

niño goza de una sólida confianza en si mismo y autoestima, no permite que otros

lo degraden o humillen. Esta fortaleza se observa en la frase: “Yo soy respetuoso

de mi mismo y del prójimo”.

d. Ser autónomo y responsable, el niño es conciente de su capacidad para actuar y

tomar decisiones por si mismo y asume las consecuencias de su acciones.

Reconoce y admite los límites que posee sobre el control de los eventos y sabe

distinguir cuando otros son responsables. Esta fortaleza interna se manifiesta en la

expresión verbal: “Yo estoy dispuesto a responsabilizarme de mis actos”.

e. Capacidad del niño de tener esperanza, fe y confianza, el niño logra diferenciar

lo correcto de lo incorrecto, cree fielmente que lo correcto siempre vencerá y se

dedica a ello. Tiene confianza plena en la moralidad y la bondad, lo cual

usualmente lo expresa como una creencia en Dios. Esta última fortaleza persona se

expresa en la siguiente verbalización: “Yo estoy seguro que todo saldrá bien”.

Un último factor que plantea Grotberg es el de las Habilidades Interpersonales (“Yo

puedo”), conformado por cinco distintas habilidades las cuales son principalmente

adquiridas de los padres y de quienes brindan la educación, estos incluyen:

a. Capacidad de comunicarse, mediante esta el niño puede expresar abiertamente lo

que piensa y siente, así como puede escuchar lo que otros dicen y percibir lo que

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Page 14: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

sienten. Se visualiza esta habilidad social en la expresión verbal: “Yo puedo

hablar sobre cosas que me asustan o me inquietan”.

b. Capacidad del niño para solucionar problemas, de analizar la naturaleza de un

problema, pensar en las formas de solucionarlo y darse cuenta si requiere o no de

la ayuda de otros para su solución. El niño es capaz negociar con otros, así como

de encontrar soluciones nuevas y creativas al problema, siendo persistente hasta

llegar a la solución. Esta habilidad interpersonal se manifiesta en la verbalización:

“Yo puedo buscar la manera de resolver mis problemas”.

c. Controlar los sentimientos e impulsos, demuestra como el niño puede no solo

reconocer sus propias emociones sino darles nombre y expresarlas adecuadamente,

de manera controlado y cuidando que no atropelle los derechos de los demás. El

niño es capaz de controlar los impulsos referidos a golpear, huir, o a infringir daño

a la propiedad ajena. Esta habilidad se expresa en la frase: “Yo puedo controlarme

cuando tengo ganas de hacer algo que no este bien”.

d. Capacidad del niño para reconocer su propio temperamento, es decir, de

poseer insight, lo cual lo va ayudar a tomar conciencia de cuan rápido debe actuar

o de cuanto tiempo va a requerir para comunicarse. Esta habilidad interpersonal se

esquematiza en el enunciado: “Yo puedo buscar el momento apropiado para hablar

con alguien o actuar”.

e. Capacidad de buscar relaciones confiables, el niño es lo suficientemente

competente como para encontrar personas que lo ayuden y con quienes pueda

compartir sus sentimientos y preocupaciones. Además, puede explorar maneras

novedosas de resolver conflictos intrapersonales o familiares. Esta habilidad se

observa en la verbalización: “Yo puedo encontrar a alguien que me quiera cuando

lo necesito”.

En cuanto a estos tres factores, Grotberg (1996) sostiene que las primeras fuentes

adquiridas son los factores de soporte externo (incluso antes de tener conciencia) y que

conforme van creciendo estos van disminuyendo y los cambian por Fortalezas

Intrapsíquicas y Condiciones Personales, para finalmente adquirir habilidades para

relacionarse en la etapa adolescente. Es decir, se produce una transición en la que van

abandonando el apoyo del entorno social (Yo tengo) para adquirir habilidades

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interpersonales (Yo puedo), y en paralelo, va formando y fortaleciendo sus fortalezas

internas (Yo soy).

Cabe destacar que un niño resiliente no ostenta necesariamente de todas estas

características así como tampoco el poseer solo una característica va a ser suficiente para

que sea considerado resiliente. No obstante, mientras más de estas características posea el

niño gozará de mayor flexibilidad al seleccionar una respuesta resiliente.

1.4.2 Teoría del Modelo del Desafío de Wolin & Wolin

Otra teoría la constituye el Modelo del Desafío de Steven Wolin & Sybil Wolin

(1993). Esta teoría explica que frente a ciertas fuerzas negativas o daños, surgen las

resiliencias o escudos del niño o la comunidad. Las cuales van a modificar estas fuerzas

negativas en un desafío, un factor de superación.

Para explicar su teoría, los autores, se han apoyado en la creación de una figura, la

cual llaman “Mandala de las resiliencias”.

La palabra Mandala, es utilizada por esta pareja de autores para referirse a las fuerzas

que permiten que el individuo use su resistencia interna para recuperarse de una

enfermedad. Estas fuerzas vendrían a ser los pilares de la resiliencia, las cuales se

subdividen según etapas de ciclo vital. Un primer círculo de la resiliencia se centra en la

infancia o niñez, otro en la adolescencia y un tercero en la adultez (Citado por Salgado,

2005a).

Los pilares de la resiliencia lo constituyen la noción de “siete resiliencias”, las cuales

son: Introspección (insight), independencia, interacción, iniciativa, creatividad, humor y

moral. Estas evolucionan progresivamente a través de cada una de las etapas del

desarrollo de la persona, adoptando diferentes manifestaciones en cada una de ellas.

En los niños, aparecen todavía sin formar, sin estar orientadas; son comportamientos

motivados intuitivamente. En la adolescencia, estos comportamientos se agudizan y llegan

a ser deliberados. En la edad adulta, se ensanchan y ahondan, hasta llegar a ser una parte

perdurable de la personalidad.

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A continuación se detallará brevemente cada una de estas siete resiliencias y como se

expresa en cada etapa del ciclo vital.

La introspección, es entendida como la capacidad para autoexaminarse internamente

de manera honesta. Durante la etapa de la niñez, esta se expresa por la capacidad para

intuir cuando algo no se encuentra bien dentro de la familia. Mientras que en la

adolescencia, esta capacidad se manifiesta mediante la capacidad de conocer, saber y

comprender las situaciones que suceden a su alrededor, a fin de adaptarse a estas.

Finalmente, durante al adultez, la introspección es visible a través de la sabiduría y la

comprensión tanto de si mismo como de los demás.

La independencia, es la capacidad de instituir límites entre uno mismo y los

ambientes nocivos, de conservar una distancia emocional y física, sin necesidad de

aislarse. En la niñez, esta capacidad se refleja cuando el niño se mantiene alejado de

situaciones conflictivas dentro de su familia. Durante la adolescencia, se expresa en el

hecho de no involucrarse en situaciones problemáticas. Y durante la adultez, se

manifiesta a través de la capacidad del individuo para vivir autónomamente y tomar sus

propias decisiones.

La interacción, concebida como la capacidad para entablar lazos íntimos y

satisfactorios con los otros. En el niño, se observa en el ser adorable, querido y conectarse

con los demás. En el adolescente, se da por medio de la capacidad para reclutar a sus

pares, para edificar su propia red de apoyo y soporte social, más allá de la familia. En el

adulto, la interacción se expresa en la capacidad de intimar y de atracción, es decir, de

atraer a las personas en relaciones interpersonales gratificantes y reciprocas.

La iniciativa o el placer de auto exigirse y probarse en tareas gradualmente más

difíciles, se refiere a la capacidad para encargarse y ejercer control sobre los problemas.

En los niños, la iniciativa se manifiesta en la exploración. En el adolescente se refleja en

la preferencia por el estudio, participación en deportes y otras actividades extraescolares.

Y en el adulto a través de la generatividad, la cual alude a lo sentimientos de

autorrealización, el liderazgo, la capacidad para hacerle frente a los desafíos y la

participación en proyectos comunitarios.

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Page 17: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

El humor se refiere a la capacidad para hallar lo cómico o lo positivo en la tragedia,

la cual permite alejarse de la tensión. En la niñez, se realiza a través del juego. En la

adolescencia, se refleja en la capacidad para reír y jugar. En la adultez, en la capacidad

para reconocer el aspecto divertido y alegre de una situación.

La creatividad, alude a la capacidad para crear belleza y orden partiendo del

desorden, imponer un propósito y un orden a lo caótico. En el infante, se expresa mediante

la creación de juegos, lo cual le facilita revertir sentimientos negativos como la rabia, la

desesperanza, la soledad y el miedo. En el adolescente, se observa en el moldeamiento,

uso de la disciplina para producir arte, con el desarrollo de habilidades artísticas hacia la

pintura, el baile, etc. Y en el adulto, se manifiesta en su capacidad para componer y

reconstruir.

Por último, la moralidad o conciencia moral. Entendida como la capacidad para

comprometerse con ciertos valores. En la infancia, se hace notoria en la capacidad para

hacer juicios morales, discriminar entre lo bueno y lo malo. En la adolescencia, se

evidencia en el desarrollo de los propios valores y en la capacidad para realizar juicios

morales independientemente de los padres, así como en el desarrollo de la lealtad y la

compasión. En la adultez, la moralidad la constituye la capacidad para entregarse y servir

a los otros.

1.4.3 Teoría del Vinculo Ainsworth

Finalmente, la Teoría del Vínculo, la cual se basa en los estudios de Ainsworth

(1978). Esta autora hace uso de una técnica de laboratorio a la que nombró la situación de

desconocimiento, en la que se separa a los niños de sus padres por un periodo de tiempo y

posteriormente se observa las respuestas de los niños al regreso de sus padres. El vínculo

inseguro se ha asociado entre niños y padres como una señal de negligencia, maltrato y/o

privación psicosocial.

Esta teoría propone que los niños que cuentan con un vínculo seguro a lo largo de sus

dos primeros años de vida, muestran atributos propios de niños resilientes. Los cuales se

caracterizan por presentar un adecuado comportamiento social, regulación afectiva,

capacidad para resistir desafíos, habilidades cognitivas de ingenio y/o creatividad, y

además, se encuentran orientados hacia los recursos sociales (Citado por Reyes, 2006).

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Page 18: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

1.5 Factores que intervienen en la Resiliencia

Inmediatamente después de haber explicado las principales teorías que sobre la

resiliencia existen, es pertinente describir los factores vinculados a los comportamientos

resilientes.

La resiliencia, como concepto multidimensional, implica una serie de factores

personales, familiares y socio culturales, estos se sintetizan en dos grandes grupos:

factores protectores y factores de riesgo. Estos conceptos se encuentran siempre presenten

en el establecimiento de la resiliencia, interactuando permanentemente en el individuo.

1.5.1 Factores Protectores

A continuación, en primer lugar se esbozaran aspectos principales sobre los factores

protectores.

Como ya se mencionó, el concepto de resiliencia no implica ninguna invulnerabilidad,

sino una inmunidad frente a las presiones que surgen en la vida cotidiana; inmunidad que

se relaciona con ciertos factores protectores que derivan de recursos personales

(autoestima, resistencia a la frustración, etc.) y sociales (estructura y dinámica familiar

adecuadas, etc.).

En este sentido, los factores protectores son características del individuo o del

ambiente que van a mitigar el impacto negativo de las situaciones estresantes. Rutter

(1991) señala que son aquellas influencias que modifican o mejoran la respuesta del

individuo frente al peligro, el cual puede conducir a un resultado no adaptativo (Citado

por Salgado, 2005a).

Un factor protector se halla compuesto por tres aspectos. Puede o no ser un suceso

agradable. Incluye un componente de interacción. Y no necesariamente tiene que ser una

experiencia, puede ser una cualidad o una característica del individuo. (Citado por Del

Aguila, 2003). Por ejemplo las niñas parecen ser menos vulnerables que los niños frente a

los diversos riesgos psicosociales (Citado por Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, 1997).

Según Silva (1999) los factores protectores se pueden agrupar en internos y externos.

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Page 19: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Internos, son todos aquellos atributos que posee la persona. Estos son la autoestima,

la seguridad, la confianza en si mismo, la empatía, la facilidad para comunicarse, el

autoconcepto, la creatividad, la autonomía, la autoeficacia, el humor, la identidad cultural,

entre otros.

Los factores protectores externos se refieren a las condiciones del medio donde se

desarrolla el individuo, las cuales van a reducir las probabilidades de daño. Estos son la

familia y los lazos afectivos que se establece dentro de ella, la socialización y los sistemas

de apoyo externo a la familia como los amigos y la comunidad (Citado por Reyes, 2006).

Por otro lado, Kotliarenco & Dueñas (1992) establecen una clasificación de los

factores protectores en tres categorías: Personales, psicosociales de la familia y factores

socioculturales (Citado por Lamas, 2000).

Los factores personales incluyen:

o Mayor coeficiente intelectual, verbal y matemático.

o Una aproximación activa hacia la resolución de los problemas de la vida.

o Humor positivo.

o Ritmicidad biológica estable, es decir, control de esfínteres, patrones

regulares de sueño y de alimentación.

o Mayor empatía, autoestima e independencia.

o Menor tendencia a sentimientos de desesperanza y al fatalismo en

situaciones difíciles.

o Satisfacción vital y en el hogar.

o Atribuciones de control sobre el ambiente (locus de control).

o Expectativas acerca del futuro.

o Sentido de la vida.

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Page 20: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Los factores Psicosociales de la Familia involucran:

o Ambiente cálido.

o Presencia de la madre o sustituta protectora.

o Comunicación abierta al interior de la familia.

o Estructura familiar sin disfuncionalidades.

o Padres estimuladores.

o Adecuadas relaciones con los padres.

o Mayor soporte social (emocional, informativo, material, entrega de

valores).

o Pautas de crianza.

Los factores Socioculturales implican:

o Sistemas de creencias y de valores.

o Sistemas de relaciones sociales (espacios privados y públicos).

o Sistema político – económico.

o Sistemas educativos y de salud.

o Competencias comunicacionales.

o Manejo de redes.

o Ejercicio de influencias (liderazgo).

1.5 .2 Factores de Riesgo

Los factores de riesgo son aquellas circunstancias que van a ocasionar problemas en el

desarrollo del individuo.

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Page 21: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Grotberg (2006) afirma que un factor de riesgo lo constituye cualquier cualidad de una

persona o comunidad que se relaciona con una posibilidad de afectar la salud.

Para Panez (1997) estos son variables que denotan un riesgo biológico o psicosocial, y

aumentan el riesgo de la presencia de una consecuencia negativa en el desarrollo.

Lamas (2000) señala que es posible que una condición de riesgo afecte la estabilidad y

el óptimo desarrollo de las relaciones familiares, esto va a depender de variables como la

exposición al trauma, la clase social, la expansión y la calidad de la red de apoyo social,

las pérdidas sufridas.

Según Salgado et al. (2001) son factores adversos que constituyen un riesgo para la

integridad física y psicológica de la persona, y provocan problemas psicológicos y

psicosociales que afectan la interacción del individuo a su entorno (Citado por Del

Águila, 2003).

La población infantil, al ser la más vulnerable, es la que puede verse mucho más

afectada por situaciones riesgosas.

Al respecto, PROMUDEH (2001) propone que los factores de riesgo vendrían a ser las

amenazas biológicas (muertes, enfermedades), naturales (desastres naturales) o sociales

(pobreza, violencia y maltrato infantil, familia desintegrada o discriminación dentro de la

escuela) que acrecientan las probabilidades de que se produzca un resultado negativo en

el desarrollo infantil (Citado por Reyes, 2006).

1.5.3 Mecanismos mediadores entre los factores de protección y los de riesgo

Finalmente, cabe mencionar el planteamiento de Rutter (1990) sobre la existencia de

mecanismos mediadores entre las variables de protección y las de riesgo.

La autora destaca cuatro de estos mecanismos (Citado por Kotliarenco, Cáceres &

Fontecilla, 1997).

Estos son, primeramente aquellos que reducen el impacto del riesgo, por medio de dos

formas: Modificando el significado que este posee para el niño, o alterando su

participación en la situación de riesgo.

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Page 22: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

En segundo lugar, los que reducen la posibilidad de las reacciones negativas en

cadena, es decir, que ocurren luego de haber estado expuesto a la situación de riesgo.

Luego están los mecanismos que promueven la autoestima y la autoeficacia; y

finalmente, aquellos considerados como experiencias y momentos claves en la vida de la

persona (Citado por Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, 1997).

1.6 Desarrollo de la Resiliencia

La resiliencia no es una capacidad fija o absoluta, esta es el resultado de un proceso

dinámico y evolutivo. Dinámico, porque es producto de la interacción del individuo con

su medio ambiente. Evolutivo porque deviene a lo largo de todo el desarrollo evolutivo

del ser humano, en función de cada etapa de desarrollo del hombre desde el embarazo

hasta la adultez. En definitiva, la resiliencia varia constantemente en base tanto a la etapa

de ciclo vital en que se ubica la persona, la cual le permite desarrollar ciertas

potencialidades, así como en función a los factores medioambientales que van influir de

una u otra manera en la adquisición de respuestas resilientes por parte de la persona.

A continuación se hará hincapié en la promoción de la resiliencia a través del

desarrollo psicosocial en el niño y el adolescente:

Embarazo y parto: Se ha logrado reconocer las múltiples capacidades del cerebro

fetal y las adquisiciones fundamentales en esta etapa, que vienen a ser de gran

importancia. Durante el desarrollo fetal de los 9 meses hay una unidad simbiótica niño-

madre, en donde el bebé para su desarrollo encuentra respuestas importantes del medio

como una buena aceptación familiar, espera afecto de parte de sus padres; es decir, la

estimulación es una necesidad que no debe dejar de atenderse, porque es importante para

que el cerebro continúe su proceso de desarrollo, el nacimiento es una verdadera prueba

de resiliencia biológica y psicológica acumulada hasta el momento del parto, porque esos

primeros momentos de la vida extrauterina son de gran influencia en su futura

personalidad y en el establecimiento del apego.

Algo a resaltar es el rítmico sonido familiar de los latidos de la madre al aproximarlo

al pecho materno, experimentando una sensación de seguridad en medio de la convulsión

que significa nacer, marcando un cambio, más lento, que se producirá en la relación

emocional entre ambos. La primera figura significativa en la vida afectiva es la madre, o

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Page 23: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

quien ejerza su función, fuente de afecto y cuidados para que la criatura pueda subsistir

biológicamente, desarrollarse psicológicamente e integrarse socialmente, siendo de

importante relevancia la figura del padre asignados por cada cultura.

El niño de 0 a 3 años de edad: Con el nacimiento se inicia un camino de

descubrimiento del medio que lo rodea y de sí mismo, a partir de una relación de

simbiosis se va definiendo gradualmente como individuo, este vínculo se fortalece con la

lactancia materna manteniéndola hasta los 4 o 6 meses de vida porque recibe el afecto

materno que se observa a través del lenguaje no verbal de la madre. A medida que crece

el niño desarrolla cariño, aprende a responder a las expresiones de la madre, la busca con

la mirada, pide una proximidad física, le dirige sonrisas y aprende a abrazarla y besarla.

Más adelante el lenguaje oral le permite intercambiar afectos y poder expresarlos de

distintas formas porque sentirse querido, para cualquier niño, es sentirse aceptado y

valorado debido a que puede intentar resolver o superar situaciones difíciles apoyándose

en la seguridad afectiva de ser aceptado, lo que llamamos el afecto incondicional, que es

aquel que perdura sin exigencias, y que no depende de su comportamiento. Este tipo de

amor muestra la valía del niño a pesar de que cometa errores y desobedezca, pero sin

perder el afecto. Es una fuente de tranquilidad, seguridad y autoestima, siendo

posiblemente, el pilar fundamental de la resiliencia.

Durante sus primeros años, adquiere destrezas y habilidades que le permiten mejorar

el manejo de su cuerpo y de los desplazamientos por el medio, afirmando el lenguaje

articulado lo cual amplía su posibilidad de comunicarse con los demás, y desarrollar la

sensación de confianza básica, como sentimiento positivo hacia el mundo, reconociendo

sensaciones de bienestar y asociándolas con la presencia de la madre o de sus cuidadores.

La confianza básica permite que surja también la confianza en sí mismo, con

posibilidades para hacer y transformar a partir de una sensación optimista esencial para la

formación de la resiliencia. La familia viene a ser orientadora de los primeros

aprendizajes, estimulando aciertos, marcando aquellos errores cuyas soluciones están al

alcance del niño, brindándole la confianza para que logre profundizarlo lo cual permite

tolerar frustraciones aceptando los límites y las prohibiciones que los adultos le colocan.

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Page 24: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

El proceso de crecimiento y desarrollo conduce al niño a un aumento gradual de

independencia, el que cometa errores no debe ser motivo para avergonzarlo y humillarlo,

al lograr rectificar sus equivocaciones, podrá volver más sólida su vinculación afectiva si

éste es incondicional y no depende de sus éxitos, algo a tomar en cuenta es el adecuado

manejo de las reacciones ante el fracaso como elemento para la formación de la

resiliencia.

El niño de 4 a 7 años de edad: En esta etapa el niño es un ser muy activo donde el

juego viene a ser el centro de sus actividades, del juego solitario pasa al juego con los

pares, y luego al juego de roles que permite revivir situaciones, resolver conflictos,

anticipar conductas. Este juego de dramatismo nos permite que el niño ensaye y elabore

interacciones con la realidad. En esta etapa de la vida hay una identificación con el padre

del mismo sexo, porque hay un deseo de parecerse a ellos, imitarlos y trabajar con ellos.

Las relaciones de vínculo afectivo los refuerza positivamente, los ayuda a resolver

conflictos y a compensar carencias, los maestros juegan vital importancia en la vida del

niño precisando un afecto que no esté condicionado por sus logros escolares, la

tranquilidad de ser querido y aceptado les sirve como apoyo para intentar una superación.

El afecto con los pares está más condicionado a la presencia de características

valoradas por el grupo porque se aprende a intercambiar afectos condicionados, de modo

que la corriente afectiva tiene momentos positivos y negativos, precisando que cada niño

necesita ocupar un lugar en el grupo, al ser aceptado y querido por alguna de sus

condiciones.

La afirmación de la confianza básica se ajusta al confiar en el mundo externo,

reconociendo los peligros que tiene que atender, y a medida que sus contactos se amplían

aprende a diferenciar las situaciones, conteniendo o no los riesgos, aprendiendo que hay

hechos y circunstancias de la realidad que no pueden cambiar porque estén más allá de su

voluntad. Esta perspectiva es vista de forma positiva en la medida que permite que la

confianza básica se instaure como un sentimiento de optimismo frente al mundo y a uno

mismo, condicionado por una realidad que marca límites. Es necesario que los límites

sean razonables y no dependan de la arbitrariedad del adulto, los adultos deben estar muy

atentos a las prohibiciones que colocan y acepten explicar a los niños las razones de

dichas prohibiciones, al ser bien fundamentadas y explicadas.

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Page 25: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Como la escuela refuerza o mengüa la confianza básica del niño, este puede sentirse

protegido al ofrecerle la escuela ser un medio de tranquilidad, rescatándose que tanto

aprender a superar dificultades, como encontrar que se dispone de habilidades no

reconocidas hasta el momento, incentiva los sentimientos de confianza, ayudando a

construir la resiliencia.

La integración en el grupo de pares implica el reconocimiento y valoración de cada

uno de sus miembros, y si la interacción es apropiada, la confianza en la capacidad de

respuesta facilita tal integración grupal reforzando los lazos de unión, retroalimentando la

confianza.

El ingreso del niño a la escuela es de vital importancia para la adquisición de

independencia y autonomía, sin dejar de mencionar que para adquirir estas capacidades el

niño se apoyará en un sentimiento de confianza básica el cual le permita afrontar un

medio nuevo para poder adaptarse. Una vez lograda una relativa independencia producto

del reconocimiento social de actividades propias, el nino podrá conducirse en situaciones

en las que requiera manejarse de forma autónoma, con necesidad de ayuda y en donde

pueda ofrecer su ayuda.

El niño de 8 a 11 años de edad: Etapa del niño productor, destacándose por el

aprendizaje de habilidades de la vida diaria, especialmente de la vida escolar en donde se

visualiza: tener éxito en su aprendizaje proyectando una imagen positiva y de triunfo, el

anhelo por tener amigos íntimos y ser correspondido con aceptación y aprobación de sus

pares al desarrollar tareas individuales y colectivas. Si se le demuestra incapacidad se

sentirá inseguro y comenzará a dudar sobre sus merecimientos de afecto y sobre las

posibilidades de tener éxito en la vida; si llega a ser sobrevalorado afectará su autoestima

aminorando el deseo de avanzar y encontrar la plenitud vital.

Durante los cambios púberes aumentan los conflictos trastocando la estabilidad

alcanzada, al aparecer los rasgos sexuales secundarios surgen nuevas emociones e

intereses observándose cambios emocionales rápidos, se inicia entonces la etapa púbera.

Esas conductas expresan un conflicto que llevará unos años resolver logrando la

propia identidad, para lo cual necesita desligarse afectivamente de las figuras paternales

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Page 26: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

para ser una persona autónoma, con deseos, emociones y criterios propios para que a lo

largo de la adolescencia vayan modificándose.

La confianza alcanzada que le permitía una buena adaptación empieza a entrar en

inseguridad notando cambios afectivos que no puede explicar y un entorno que espera la

maduración creándole climas de inseguridad e incertidumbre por la crisis vital que

atraviesa. Para que la confianza se retroalimente es de gran ayuda que el púber conozca

los cambios que se producen en él y que comprenda que son parte de un proceso

maduracional.

Se llega a incrementar la independencia por el proceso de aprendizaje que se realizó en

la infancia, apoyándose en los sentimientos de confianza básica de sí mismo y en la

posibilidad de sobreponerse a las adversidades de la vida. El logro de independencia de la

infancia, de los adultos padres y cuidadores y la afirmación de la misma para la

integración laboral, afectiva y social, se encuentra con múltiples obstáculos debido a los

mecanismos complejos de la sociedad.

El ejercicio del criterio propio es importante para la toma de decisiones, permitiendo

que se desarrolle con plenitud, al abandonarlo se queda sin orientación en su aprendizaje

lo que lo conduce a sentirse desprotegido, prolongando su dependencia e interfiriendo en

su desarrollo de forma negativa.

Los pares juegan un rol importante pues son los anclajes sociales que le permiten

enfrentar los conflictos y la soledad que le acompañan, en situaciones de separación de

los seres queridos.

El adolescente de 12 a 16 años: Esta etapa incluye la adolescencia temprana y tardía.

Se caracteriza porque continúa la crisis de identidad y los cambios púberos. El

adolescente percibe la pérdida de su infancia cambiando la relación con sus padres para

transformarse al final en una relación de adultos buscando una identidad propia que lo

distinga de sus figuras paternales, al cuestionar las normas paternas buscan la diferencia

para llegar a la afirmación de lo propio esteriotipando una rebeldía que genera

dificultades en la vida cotidiana destacando la presencia del grupo de pares al cobrar

significado particular persistiendo tendencias a agruparse por sexo y en donde al amigo

idealizado es compañía inseparable, de apoyo y confidencia.

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Page 27: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

El contexto influye en las características de cada etapa, los problemas económicos

contribuyen en la adolescencia que se transforma en una etapa cada vez más compleja y

difícil de resolver, planteando la mayor contradicción entre necesidad psicológica de

independencia y dificultades para incrementar conductas en el medio social.

La afectividad familiar sigue siendo un apoyo para el adolescente en esta etapa, el cual

expperimenta una culpa por su conflicto familiar; frente a ello los padres deben responder

con afecto incondicional, más allá de los enfrentamientos que se produzcan reiterando su

amor por sus hijos, a pesar de no estar de acuerdo con ellos, los padres deben comprender

que el conflicto está dirigido a minimizar la imagen paterna.

Es necesario encontrar figuras de adultos que sirvan de puente para la salida del

círculo familiar, porque la presencia de un adulto significativo se considera como un

componente esencial de la resiliencia y cuando los adultos logran comprender los

conflictos del joven, y no se distancian de él, logran establecer vínculos afectivos de

necesidad.

El enamoramiento también constituye un vital lazo afectivo con personas ajenas al

círculo familiar, es necesaria la información sexual para que pueda optar por decisiones

responsables.

Por otro lado, el logro de la autonomía a través del progreso constituye un avance

importante porque se propone metas trazando el camino para alcanzarlas, para la mayoría

de decisiones se precisa tener un adulto que lo aconseje o buscar a una persona que haya

estado en situaciones similares; es posible que al joven le sirvan los criterios para decidir

algo distinto a lo que el adulto espera. Esto le permite una integración institucional y

cumplir con las tareas a las cuales se ha comprometido, sin necesidad de un control

externo, pero con la orientación de los adultos de su entorno.

1.7 Características de una persona resiliente

Después de haber esquematizado detalladamente los factores de riesgo y de protección

es pertinente explicar las cualidades y habilidades que caracterizan a los individuos

resilientes, según las diferentes etapas del ciclo vital: niñez, juventud y adultez, en base a

lo detallado por Grotberg et al. (1998). Tomando en cuenta que muchas de las

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Page 28: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

características que se van a detallar forman parte de las siete resiliencias propuestas por

Wolin & Wolin en su teoría acerca de la “Mandala de las resiliencias”.

Una persona resiliente puede contar con fortaleza intrapsíquica y habilidades sociales,

sin embargo, si el entorno no le brinda la oportunidad de educarse o trabajar para

desenvolverse exitosamente en su medio ambiente, estos recursos se verán limitados

(Citado por Lara, Martínez & Otros, 2000).

Características resilientes en los niños:

o La capacidad de hacer frente a las demandas del ajuste de su medio

inmediato, debe ser estimulada a nivel familiar, contextual y por grupos

pares, el medio es un influyente básico.

o Adecuada autoestima y autoeficacia.

o Mayor capacidad para enfrentar de manera constructiva la competencia y

aprender de los propios errores.

o Adecuados estilos de afrontamiento.

o Capacidad de recurrir al apoyo de los adultos cuando sea necesario.

o Actitud orientada al futuro.

o Optimismo y mayor tendencia a manifestar sentimientos de esperanza.

o Capacidad empática.

o Accesibilidad y buen sentido del humor.

o Una familia y entorno social estables.

o Generalmente tranquilo.

o Responsable de sus propias acciones.

o Capacidad de intuir que alguien o algo no anda bien en su familia.

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Page 29: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Características resilientes en los jóvenes:

o Adecuado control de emociones en situaciones difíciles o de riesgo,

demostrando optimismo y persistencia ante el fracaso.

o Habilidad para manejar activamente los problemas cotidianos.

o Capacidad para obtener la atención positiva y el apoyo de los demás,

estableciendo amistades duraderas basadas en el cuidado y apoyo mutuo.

o Competencia en el área social, escolar y cognitiva, los cuales les permita

resolver creativamente los problemas.

o Mayor autonomía y capacidad de auto observación.

o Gran confianza en una vida futura significativa y positiva, con capacidad

de resistir y liberarse de estigmas negativos.

o Sentido del humor, flexibilidad y tolerancia.

o Capacidad de resolver conflictos.

o Pide ayuda cuando lo necesite.

o Expresa sus sentimientos y pensamientos en su comunicación con los

demás.

o Controla su comportamiento, sentimientos, impulsos al demostrar lo que

quieren buscar.

o Capacidad de conocer, saber lo que sucede en su entorno que le permite

comprender las situaciones y poder adaptarse a ellas.

Características resilientes en los adultos:

o Logra comprenderse a sí mismo

o Acepta sus limitaciones y dificultades sin culpar a los demás.

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Page 30: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

o Es independiente, vive de manera autónoma.

o Se plantea metas objetivas, claras.

o Toma sus propias decisiones.

o Valora las relaciones interpersonales.

o Capacidad de iniciativa; participar en proyectos comunitarios.

o Posee sentimientos de autorrealización.

o Capacidad de liderazgo.

o Capacidad de creatividad que se ve reflejada en su habilidad para

comprender y reconstruir.

o Cuanta con un espíritu alegre, es divertido, se aleja de la fuente de tensión,

relativiza, reflexiona.

o Elabora acciones lúdicas para no sentirse tensionado, ya que cuenta con un

buen sentido del humor.

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Page 31: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Capitulo II

RESILIENCIA EN EL PERU

2.1 Análisis de la Resiliencia en la Realidad Psicosocial Peruana

Las personas se unen en comunidades y fomentan el desarrollo, al hacer esto fomentan

no solo su propio desarrollo sino el de otros más, esto debido a que las personas no

satisfacen sus necesidades aisladas sino que necesitan de otros para juntos satisfacerlas.

2.1.1 Análisis desde la Cultura de la Pobreza

Según Gissi, entre las características psicológicas de las personas pertenecientes a una

cultura de la pobreza se observa:

Actitud fatalista, este grupo supone que su vida esta determinada

necesariamente por el destino siendo imposible cambiarlo. Define al destino

como una “especie de suerte” por la cual la persona es propensa a creer que

fuerzas extrínsecas controlan sus recompensas.

Orientación al tiempo presente, lo que produce que las personas pobres se

alejen de sus aspiraciones, sus propósitos a mediano plazo a comparación con

otros grupos que planifican su futuro.

Reaccionan haciendo uso de la compensación, agresión y resignación ante

la frustración. Estas personas presentan una desesperanza aprendida, se ven

envueltas en un sentimiento de impotencia que provoca su baja motivación

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Page 32: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

para lograr ciertos objetivos, emocionalmente se encuentran en un estado

depresivo y capacidad mínima para afrontar las frustraciones y solucionar sus

problemas.

La pobreza por lo general ejerce una influencia negativa en el desarrollo psicológico

de los niños que viven en sectores desfavorecidos, puesto que variables como el

desempleo, la desnutrición, las carencias materiales y culturales, los cuidados maternos

insuficientes, y el bajo nivel de educación, se encuentran íntimamente ligados y

determinan las capacidades ulteriores de las personas afectadas.

Sin embargo, la relación entre pobreza y resiliencia no es determinante ya que todo

ser humano cuenta con potencial de recursos latentes y/o manifiestos para vivir y

desarrollarse aún en la adversidad. Es así que la pobreza no es sinónimo de limitación

personal, dado que las personas que viven en situación de extrema pobreza, podrían

desarrollar la resiliencia.

La relación entre pobreza y resiliencia se evidencia a nivel de: Falta de oportunidades

y falta de redes de apoyo, más allá de su vínculo cercano.

En conclusión, es una realidad en nuestra sociedad que las condiciones ambientales de

la gran mayoría de los niños peruanos, por ser de riesgo, afectan de manera irreversible

sus posibilidades de desarrollo sano y de una inteligencia cabal, sobre todo en los

primeros años de vida, sin embargo, existen personas que dentro de un ambiente de

pobreza extrema evidencian características resilientes, así como otras que no siendo

pobres no presentan estas características.

2.1.2 Análisis a Nivel Educativo

El sistema educativo en el Perú genera jóvenes de pensamiento rígido con un pobre

nivel de análisis, crítica y autocrítica. Esta educación memorística y no razonada les

dificulta pensar fuera de los paradigmas tradicionales, reduciendo así la posibilidad de

buscar soluciones más adecuadas para una situación adversa. Por lo tanto éstos jóvenes se

ven despojados de recursos de afrontamiento ante las diversas situaciones en las que se

encuentran y lamentablemente fracasan.

2.1.3 Análisis a Nivel Psicológico

32

Page 33: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

En el Perú muchas de las personas que viven en situación de extrema pobreza

presentan dificultades para manejar correctamente aquellas situaciones generadoras de

ansiedad o estrés, eso sumado a la presencia de una inadecuada autoestima y autocontrol

tiende a incentivar aquellos sentimientos de culpa y frustración que presentan producto de

su escasez de recursos económicos, educativos y de entretenimiento. Todo lo cual termina

por ser el origen de problemas sociales que aquejan a nuestro País, como el pandillaje,

crímenes pasionales, violaciones, violencia familiar, suicidios, etc.

En nuestra realidad psicosocial el joven peruano ve su desarrollo personal limitado

muchas veces por un ambiente familiar represor, un sistema educativo autoritario y/o un

Estado que no les brinda las condiciones económicas necesarias para fortalecer el

crecimiento de su calidad de vida. Todas estas condiciones impiden que el peruano cuente

con los mecanismos de afrontamiento necesarios frente a las adversidades que se le

puedan presentar. Sin embargo, es posible fomentar en los peruanos factores protectores y

características resilientes que le permiten un mejor manejo de la frustración y de las

situaciones estresantes.

2.1.4 Análisis Político

Las diferentes ONG que existen actualmente en el país y el Estado implementan

programas de desarrollo específico (vivienda, derechos humanos, etc) sin embargo no

demuestran resultados a nivel macro, por lo que se requiere trabajar en estructuras

esenciales de la sociedad como la escuela y la familia.

Estos dos núcleos indispensables para la transmisión de valores, el aprendizaje de

conductas de afrontamiento, el desarrollo de una adecuada autoestima, auto eficacia,

autonomía tolerancia a frustración, etc. no pueden ser menospreciados ya que de ellos

depende la adquisición de estas conductas y otras que influyen de una otro manera en el

desarrollo de la resiliencia.

2.2 Bases teóricas del modelo peruano de promoción de Resiliencia

2.2.1 Principios Teóricos

El modelo peruano de promoción de resiliencia se sustenta en los siguientes principios

teóricos: El Enfoque Transcultural y la Teoría Funcionalista.

Enfoque Transcultural

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Page 34: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

El Enfoque Transcultural parte del principio de la unicidad de las diferentes culturas

que demanda un acercamiento respetuoso al organismo social, puesto que se sabe que

dicha “unicidad” responde a complejos factores geográficos, sociales que se han ido

conformando en el proceso histórico. Esta es una capacidad humana sofisticada que

supone ponerse en el lugar “del otro”, comprender y respetar su carácter diferente e

individual. En ese sentido, es una forma de “vivencia empática” con las colectividades.

Los proyectos que parten de un enfoque transcultural tienen como finalidad intervenir

en una cultura particular, que no es la occidental, donde se forman los investigadores o

agentes interventores, para generar cambios en algún área del comportamiento de la

población blanco.

Teoría Funcionalista

La Teoría Funcionalista plantea que una cultura produce y cumple una función de

soporte para los miembros de la colectividad que los ha creado y para la supervivencia del

organismo social. La cultura es considerada como una superestructura, producto de una

antigua y permanente interrelación entre el sistema social, el eco-sistema y las vicisitudes

históricas por las que ha atravesado; por tanto, refleja la identidad del grupo social.

Asimismo, ambos enfoques integran dos aspectos fundamentales; el espacio donde se

desarrolla la comunidad y el tiempo con su particular acontecer histórico.

El espacio es más bien estable y, por lo tanto, ejerce una influencia permanente en el

grupo social y en su cultura. La ubicación y accidentes geográficas, el tipo de suelo, el

clima, la altitud determinan las formas de producción y recursos, y ello condiciona la

alimentación, las características de la vivienda, así como muchos de sus usos y costumbre.

Es así que es importante mencionar que el enfoque transcultural asociado al enfoque

funcionalista, considera la mutua interacción entre los diferentes componentes del sistema

social: niño, familia y comunidad, así como el ecosistema y el tiempo histórico. En el caso

de los proyectos sociales de intervención transcultural, con niños, debe tenerse en cuenta

que ellos se desarrollan dentro del “sistema familiar” que tiene un contexto comunal, el

mismo que ha producido una cultura propia, y que se quiere generar cambios en el sistema

niño todos estos sistemas deben ser considerados.

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Page 35: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

2.2.2 Otros factores que intervienen en el desarrollo de la resiliencia

Cultura e identidad

La cultura es como la superestructura que crea un grupo social en interrelación con su

articular ecosistema, a lo largo de su proceso histórico. Esta se manifiesta en:

o Usos

o Costumbres

o Expresiones artísticas

o Recreacionales

La cultura, por lo tanto, es una creación colectiva, un sistema orgánico y coherente que

expresa a una sociedad y le otorga identidad. Esta abarca diversas dimensiones de la

expresión humana, particularmente, aquellas que son más permanentes como los usos,

costumbres, religión, lengua y sus expresiones artísticas o recreacionales.

Sistema de creencias

Es el conjunto de creencias religiosas, míticas que ha producido o incorporado en su

evolución, un colectivo. Ellas tienen influencia en:

o Conducta moral

o Ritos

o Costumbres

o Festividades

o Filosofía de vida

o Sentido de trascendencia

Sistema de comunicación

Es la lengua y forma de expresión que los miembros de una colectividad utilizan para

comunicarse. Ella es una producción social que nos habla de los orígenes y particular

evolución del grupo humano. Por otro lado, la lengua tiene estrecha relación con el

pensamiento, por ello, ésta nos permite conocer aspectos básicos de la mentalidad del

hombre de la región.

Sistema de usos y costumbres

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Page 36: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Formas de comportamientos estables y propios de un colectivo, que se han establecido

a través del tiempo y que se transmiten de generación en generación, de tal modo, que

pueden ser consideradas como una herencia cultural. Estos usos y costumbres son

funcionales al grupo que también reflejan aspectos esenciales de su identidad.

Sistema recreacional

Son el conjunto homogéneo y coherente de producciones creativas y auto-expresivas

de un colectivo que expresa diferentes dimensiones del mismo, y tiene como finalidad el

divertimiento y esparcimiento de sus miembros, algunas expresiones de la cultura

recreacional: la música, la danza, la literatura, el juego y otros divertimientos.

2.2.3 Cultura y estrategias de intervención

Antes de abordar este tema resulta necesario definir algunos conceptos:

Estrategia: el arte de dirigir una acción para el logro de un objetivo, es decir son las

acciones que nos permitirán logar el objetivo.

Proyecto de intervención Social: Conjunto orgánico de acciones cuyo objetivo es

generar cambio en la población o al menos en un grupo de ella. Para lograr esto utiliza

estrategias que estén en función de los objetivos, respondiendo a las características de la

población a intervenir.

Estrategias de Intervención Transcultural: Son líneas de acción que se derivan de un

marco teórico transcultural y funcionalista.

Estas deben ajustarse a los objetivos del proyecto, a las características de la población

objetivo y ser pertinentes a la cultura en la que se opera.

Proyectos de intervención financiados por la Fundación Bernard van Leer

en Perú

Los proyectos financiados por la Fundación Bernard van Leer que operan en Perú, en

comunidades rurales de los departamentos de Huancavelica, Ayacucho y Abancay

ubicados en los andes centrales, tiene como objetivo lograr cambios intrapsíquicos, en

poblaciones de niños de 0 a 7 años, desde la perspectiva de la resiliencia.

Estrategias transculturales de los proyectos

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Page 37: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Por lo mencionado anteriormente, sus estrategias deben ser de naturaleza transcultural,

aplicando estos principios a los interventores, a la cultura intervenida y a la población

blanca. En base a estos aspectos las estrategias transculturales se clasifican de la siguiente

manera:

a. Estrategias de selección del equipo interventor

b. Estrategias de intervención en la cultura andina

c. Estrategias de participación de la comunidad

d. Estrategias de intervención en niños

e. Estrategias de intervenciones con padres, abuelos y hermanos

Proyectos

Proyecto “El Niño Emprendedor” (2005 - 2009)

Se trata de un proyecto financiado por la Fundación Bernard van Leer y la Fundación

Strømme que busca el desarrollo integral de niños rurales de 0 a 5 años de edad,

orientado a la promoción del “emprendimiento” a través de las variables: curiosidad,

creatividad, autonomía, autoestima, afán de logro y perseverancia, dentro del marco de la

propia cultura de los niños.

Como proyecto de desarrollo integral, busca promover el cambio en las diferentes

esferas vinculadas al desarrollo infantil: promoción de capacidades tempranas, nutrición,

salud y buen trato, dentro de un modelo participativo que involucra a la familia, la

comunidad, los profesionales de campo, los consultores, la universidad y las entidades

estatales del entorno.

Proyecto “Los Derechos del Niño desde la producción creativa infantil”

(2003 - 2004)

Se trató de un proyecto financiado por la Fundación Bernard van Leer y “Ayuda en

Acción” que tuvo como objetivo difundir “Los Derechos del Niño” en una población

infantil de 5 a 15 años de edad y auscultar el modo como los niños los habían incorporado

en su imaginario a través de su producción creativa: dibujos, pinturas y otras expresiones.

Programme Support Project “PSP” (1999 - 2000)

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Page 38: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Se trató de un programa financiado por la Fundación Bernard van Leer que tuvo como

objetivo monitorear diez proyectos de investigación sobre aspectos conceptuales,

metodológicos y técnicos relacionados con Resiliencia.

Proyecto Antena de Capacitación (1999 - 2000)

Proyecto financiado por la Fundación Bernard van Leer que tuvo como objetivo la

capacitación de equipos de campo que ejecutaban programas de intervención infantil en

el Ande en base al marco teórico de Resiliencia.

2.3 Enfoque de INAPRO

2.3.1 Naturaleza y objetivos del Instituto para la Acción y el Progreso en los

Andes de Perú (INAPRO)

Organización comunitaria sin fines de lucro fundada en 1992 en Huancavelica. Esta se

encuentra conformada por un equipo multidisciplinario de profesionales que comparten el

objetivo común de abordar en forma conjunta las evidentes necesidades de las

comunidades alrededor de Huancavelica.

Al inicio INAPRO se enfocó en el desarrollo de una economía rural auto-suficiente y

en la construcción de infraestructura comunitaria. Después de los primeros seis años de su

trabajo, los fundadores de la organización se dieron cuenta que los objetivos de

crecimiento económico e infraestructura social eran tan solo una parte de las necesidades

de desarrollo expresadas por estas comunidades. En 1998 reformaron su estrategia y

objetivos hacia una definición más integral incluyendo todos los cuadrantes de “resiliencia

comunitaria”. Entendiendo a la resiliencia comunitaria como la capacidad emocional,

cognitiva y socio-cultural de personas y grupos, la cual les permite reconocer, enfrentar y

transformar de manera constructiva las situaciones que causan el sufrimiento y/o daños

que amenazan su desarrollo.

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Page 39: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Hoy día el abordaje de INAPRO se enfoca en construir una capacidad mental y

emocional de las personas para ser capaces como un todo. Plantea un enfoque de

construcción de la capacidad, mediante el cual busca promover la auto-suficiencia y el

empoderamiento en estas comunidades, en lugar de inculcar una dependencia pasiva de la

ayuda. Este enfoque evidencia una mayor capacidad para impulsar la resiliencia

comunitaria.

Implementación del Programa

Hoy día la misión de INAPRO como organización es:

Trabajar en las zonas de extrema pobreza, estimulando las capacidades innovadoras,

creativas y emprendedoras, fomentando el desarrollo autosuficiente, sostenible e integral

y la igualdad de los niños y niñas, familias y comunidades en las zonas andinas y en las

áreas urbanas marginales de la región.

Un Enfoque a la Niñez

INAPRO se enfoca principalmente en el desarrollo de la salud psico-emocional,

cognitiva y socio-cultural de la niñez quechua, orientando su labor hacia la resiliencia

comunitaria a largo plazo. El programa se denomina Wawanchick Allin Kausanampaq,

en idioma quechua, que significa “Hagamos que nuestros niños vivan una vida mejor”.

El programa, que inició en 1999 busca ayudar a la niñez a desarrollar sus capacidades

básicas, tales como auto-estima, autonomía, creatividad, humor correspondiente a su edad,

identidad cultural y habilidades de socialización, todas las cuales ayuden a forman una

base para el desarrollo psico-emocional saludable. Al construir sobre esta base, INAPRO

entonces, crea condiciones que favorecen el desarrollo de la capacidad de los niños y

niñas para participar responsablemente como ciudadanos en una democracia. INAPRO en

particular usa estrategias que son empíricas y enfocadas sobre juegos, tales como música,

danza, arte, drama y títeres, a fin de comprometer la inteligencia cognitiva, emocional y

para promover el auto-estima, creatividad, humor e identidad cultural.

Trabajando con Adultos

Aunque el enfoque principal es sobre la niñez, INAPRO reconoce que la viabilidad del

cambio requiere que su trabajo incluya a los padres y a la comunidad como un todo. Este

trabajo con adultos es también importante para la comunidad, para aceptar y creer en el

trabajo que INAPRO realiza con la niñez.

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Page 40: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

INAPRO utiliza varias metodologías para motivar a los padres a reflexionar acerca de

sus propios patrones de conducta y tendencia con relación al abuso infantil, y para

fomentar las habilidades sociales saludables yendo más allá de estos patrones destructivos.

Promueve la introspección e incrementa la conciencia sobre estos temas por medio de la

utilización de videos y socio-dramas sobre el ciclo de violencia y los impactos del abuso

infantil, con actores quechua tomados del contexto local.

Trabajando con la Comunidad

INAPRO trabaja también a nivel comunitario, para promover el bienestar y la

identidad cultural. Esta entidad organiza un intercambio intercultural entre las

comunidades, realizando juegos, danzas y canciones tradicionales y exhibiendo artesanías

locales.

Se esfuerza por abordar las necesidades sociales, económicas y medioambientales, a

través de los esquemas de micro-crédito, proyectos medioambientales y de red social. Por

ejemplo en la actualidad, INAPRO tiene un proyecto comunitario en el que las personas

de la comunidad construyen invernaderos (hechos de adobe con una cubierta de plástico

transparente) para poder cosechar una serie de vegetales. Esto no solamente ayuda a

mitigar la desnutrición en la región, sino que también se enfoca en la capacitación de

habilidades, no solamente sobre cómo cuidar estos cultivos y guardar las semillas para la

siguiente cosecha, sino también sobre cómo cosechar lo suficiente para una familia, con

bastante excedente para venderla en el mercado.

2.3.2 La Interioridad de la Resiliencia Comunitaria

El enfoque de INAPRO promueve la resiliencia comunitaria, abordando ambas

necesidades de bienestar comunitario, la interna y la externa. En términos de necesidades

externas, sus intervenciones abordan temas tales como desnutrición y pobreza. En

términos de necesidades internas, su trabajo se enfoca en la construcción de la capacidad

emocional y mental y en promover la identidad cultural. Todos estos esfuerzos están

dirigidos a reducir la violencia y fomentar la resiliencia.

2.4 EVERYCHILD (2010: “Paz y Esperanza”)

2.4.1 Naturaleza de la Organización

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Page 41: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Organización Internacional no gubernamental con sede en Inglaterra que trabaja en 17

países de América Latina, África, Asia y Europa del Este, incluido el Perú. En el Perú,

desde 1993 inicio su labor por la promoción y defensa de los derechos de la infancia, en

las zonas rurales y urbanas más excluidas, mediante proyectos que buscan asegurar la

protección de los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia física, psicológica,

sexual y por negligencia, bajo un enfoque de atención integral y de desarrollo basado en

derechos.

Tiene como misión trabajar para que los niños, niñas y adolescentes más vulnerables,

separados de su familia o en riesgo de serlo, crezcan y se desarrollen plenamente en un

ambiente familiar sano y seguro, sobre la base del fortalecimiento de sí mismos, sus

familias, comunidades, gobiernos locales y regionales, responsables de implementar

programas que protejan a la infancia.

En el Perú, trabajan para que los niños, niñas y adolescentes puedan ejercer sus

derechos, específicamente, aquellos que son o están en alto riesgo de ser victimas de

violencia física, psicológica, sexual o por negligencia, así busca:

Desarrollar capacidades en los niños, en sus familias y en las comunidades.

Promover procesos de participación activa de los niños, niñas y adolescentes.

Proteger a los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia, discriminación

y explotación.

Promover acciones preventivas desde su realidad y contexto.

Incidir ante las autoridades y los actores claves para que contribuyan con el

mejoramiento de las políticas y prácticas públicas en concordancia con el

principio del interés superior del niño, asegurando su involucramiento y

participación.

Generar oportunidades para que crezcan dentro de sus familias y comunidades,

en un ambiente sano y seguro, disfrutando de una mejor calidad de vida.

Trabajar innovadoramente y con pericia para promover cambios sustanciales,

positivos y sostenibles, en alianza con las comunidades y gobiernos.

2. 4.1 EVERY CHILD en Pisco

Proceso participativo para Módulos de Desarrollo de Resiliencia

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Page 42: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

El 3 de julio de 2008 en la ciudad de Pisco, EveryChild inició el proceso participativo

para el diseño de Módulos de Desarrollo de Capacidades de Resiliencia con la finalidad de

plantear con los docentes de inicial, primaria y secundaria las herramientas que permitan

el desarrollo de capacidades de niños, niñas y adolescentes para la afrontar la adversidad,

así como que sean incorporados en los planes de trabajo que éstos vienen ejecutando.

Este proceso se realiza en alianza con la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL)

de Pisco y con la colaboración de los Centros de Desarrollo Integral de la Familia

(DEMUNA) Túpac Amaru Inca, a fin de visibilizar el rol que tienen las docentes en el

aprendizaje para la vida de los niños, niñas y adolescentes del distrito.

Se contó con la participación de 74 docentes de los niveles de inicial, primaria y

secundaria a fin de generar módulos acordes con la realidad en que viven los niños.

Pasacalle a favor de la resiliencia

En el mes de Junio 2008 Everychild organizó un pasacalle con la temática de

resiliencia en el distrito de Túpac Amaru. Este evento tuvo por finalidad el

reconocimiento de los Niños, Niñas y Adolescentes con su entorno y el desarrollo de

capacidades y de participación ciudadana.

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Page 43: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Capitulo III

CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS

3.1 Conclusiones

Es posible hallar manifestaciones de personas y grupos resilientes en diferentes

culturas y disciplinas a lo largo de la historia.

La resiliencia es la capacidad de afrontar adecuadamente las situaciones

adversas, de forma tal que la persona se convierte en un adecuado modelo para

la sociedad.

Implica dos aspectos: la capacidad de resistir y la facultad de transformar su

realidad en la opuesta.

La resiliencia se sitúa en una corriente de psicología positiva y dinámica de

fomento de la salud mental.

La resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino

un ajuste saludable a la adversidad.

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Page 44: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

La familia como institución social es un sistema de fuerzas, constituye un

núcleo de soporte y apoyo para sus miembros y la comunidad.

La resiliencia es un fenómeno común entre personas que se enfrentan a

experiencias adversas, no indica patología.

La resiliencia está referida a la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones.

No es algo estático, sino que forma parte del devenir de la propia persona, de

su propio desarrollo.

La resiliencia no esta considerada como una capacidad fija, sino que puede

variar a través del tiempo y las circunstancias.

Es la resultante de un balance sensible entre el riesgo y los factores protectores.

Estos factores protectores pueden no solamente ser inherentes al individuo

(recursos personales), sino que pueden brotar y desarrollarse (del medio que lo

rodea (factores sociales).

Las condiciones ambientales de la gran mayoría de niños peruanos, por ser de

riesgo, afectan de manera irreversible sus posibilidades de desarrollo sano y de

una inteligencia cabal, sobre todo en los primeros años de vida.

Personas resilientes que enfrentadas a un suceso traumático no experimentan

síntomas disfuncionales ni ven interrumpido su funcionamiento normal, sino

que consiguen mantener un equilibrio estable sin que afecte a su rendimiento y

a su vida cotidiana. A diferencia de aquellos que se recuperan de forma natural

tras un periodo de disfuncionalidad, los individuos resilientes no pasan por este

periodo, sino que permanecen en niveles funcionales a pesar de la experiencia

traumática.

La resiliencia se presenta de manera potencial en los seres humanos. Sin

embargo no todas las personas reaccionan igual en las mismas situaciones, es

por eso que no se puede entender como una regla universal.

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Page 45: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Es el resultado de la interacción del individuo y su medio ambiente, por lo

tanto es un proceso dinámico, en tiempo y espacio.

Se puede fomentar en niños por medio de la estimulación de las áreas: afectiva,

cognitiva y conductual.

La resiliencia se puede abordar desde una perspectiva preventiva, de

rehabilitación y de promoción, tanto en ambientes educativos como familiares

y sociales.

Los proyectos sociales de intervención transcultural ayudan a generar cambios

en algún área del comportamiento de una población blanco, haciendo uso de

un marco teórico ajustado a sus fines y objetivos.

Para generar cambios utilizando estos proyectos sociales, se debe tener en

cuenta: la cultura a la que pertenecen, su identidad, sistema de creencias,

sistema de comunicación, sistema de usos y costumbres, sistema recreacional;

todo ello para poder diseñar las líneas de acción para lograr una intervención

adecuada.

La educación es también un factor para la promoción de la resiliencia, pues por

las funciones que cumple, brinda herramientas que facilitan la solución de

problemas.

Finalmente, Promover la resiliencia apunta a mejorar la calidad de vida de las

personas a partir de sus propios significados, de los modos cómo perciben y

enfrentan el mundo. Entonces la primera tarea de todo intento por promover la

resiliencia se orienta a reconocer aquellas cualidades y fortalezas que han

permitido a las personas enfrentar positivamente experiencias estresantes

asociadas a la situación de pobreza. Estimular una actitud resiliente implica

potenciar estos atributos involucrando a todos los miembros de la comunidad

en el desarrollo, la implementación y la evaluación de los programas de acción.

3.2 Sugerencias

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Page 46: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

Se recomienda en primer lugar, incorporar dentro de la enseñanza educativa el

conocimiento de la resiliencia tanto en los educadores como en los educandos.

Si consideramos que una de las tareas pendientes en el Perú es el

enfrentamiento y superación de la pobreza, resulta indispensable dirigir los

esfuerzos hacia la comprensión de aquellas variables que se relacionan con la

resiliencia y que van a ayudar a fomentar el desarrollo de fortalezas resilientes

frente a la adversidad.

La resiliencia se encuentra ligada estrechamente con la identidad cultural, la

cual implica conocer, reconocer y valorar la cultura y la historia del grupo o de

la comunidad donde se vive, todo ello genera en la persona un sentido de

pertenencia que contribuye al desarrollo de la propia identidad individual y

otorga seguridad. Esto posee una relación bidireccional con la resiliencia, ya

que sin lazos interpersonales no hay resiliencia y sin una identidad cultural y

sin pertenencia no existen lazos sociales. Por todo ello se sugiere realizar

investigaciones respecto a si esta variable influye significativamente en el

desarrollo de la resiliencia.

Por otro lado, la resiliencia esta ligada con la religión puesto que esta actúa

como un lugar de orientación, sentido de vida, seguridad y fortaleza. Además,

la Asociación Americana de Psicología piensa que la interacción con personas

que comparten las mismas creencias, ofrece apoyo social y fortalece la

resiliencia. Así mismo, autores como Baldwin (1995) han demostrado que

hogares que se desarrollan en ambientes de alto riesgo, mejoran su condición

cuando participan en un grupo religioso, ya que se refuerzan las políticas

parentales de la crianza y se incrementa la riqueza interna de la persona. Por

esta razón se sugiere conducir investigaciones a fin de determinar si la religión

influye significativamente en el desarrollo de la resiliencia a fin de que forme

parte de nuevos programas de promoción de resiliencia.

Se recomienda realizar estudios de resiliencia con muestras de niños víctimas

de desastres naturales, como es el caso de los niños que se vieron afectados por

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Page 47: MONOGRAFIA RESILIENCIA  2010 I

el terremoto de Pisco en el 2007, con el objetivo de identificar el impacto que

dicho evento traumático ha podido generar en su nivel de resiliencia.

Así mismo, resulta recomendable llevar a cabo estudios de resiliencia en

muestras de niños que han sido víctimas del terrorismo en el Perú, ello debido

a que son las personas que cuentan con esta capacidad las que van a poder

enfrentar y superar con éxito el trauma generado por estos hechos, por ello a

partir de los resultados obtenidos de estos estudios se podrían implementar

programas para promover conductas resilientes en la muestra señalada.

Del mismo modo, se considera apropiado conducir investigaciones en niños

menores de 9 años ya que es a esta edad en que el niño va ir fortaleciendo sus

condiciones personales, en base al apoyo que le brinde su entorno social ; de

tal manera que en función de los hallazgos a los que se llegue se podrán

establecer programas para promover o reforzar capacidades y conductas

resilientes desde temprana edad a fin de que al llegar a la adolescencia cuenten

con las armas necesarias para enfrentar con éxito las adversidades de la vida.

Finalmente, los niños victimas de abuso sexual o maltrato infantil constituyen

una población en alto riesgo de desarrollar patologías del comportamiento en

el futuro. Por ello, resulta fundamental llevar a cabo investigaciones que

permiten identificar la manera de promover factores y conductas resilientes

dentro de este grupo a fin de que el maltrato del que han sido víctimas no

delimite negativamente su vida.

Los resultados obtenidos de todas estas investigaciones deberán servir para

elaborar programas de intervención en comunidades lejanas del Perú.

Contar con un mayor y más efectivo apoyo del Gobierno, para poder financiar

proyectos de intervención transcultural y estrategias socioeducativas eficaces y

de acciones propias a la sociedad frente a la crisis de valores que no solo

abarquen la sierra central de nuestro país sino todos los departamentos.

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