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MANUALES METODOLÓGICOS PARA TRABAJO COMUNITARIO El trabajo comunitario con poblaciones en situación de desarraigo, para la promoción, defensa y exigibilidad de los derechos humanos módulo para líderes comunitarios

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MANUALES METODOLÓGICOS PARA TRABAJO COMUNITARIOEl trabajo comunitario con poblaciones en situación de desarraigo, para la promoción, defensa y exigibilidad de los derechos humanos

módulo para líderes comunitarios

MANUALES METODOLÓGICOS PARA TRABAJO COMUNITARIOEl trabajo comunitario con poblaciones en situación de desarraigo, para la promoción, defensa y exigibilidad de los derechos humanos.

módulo para Líderes comunitarios

© Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana© Universidad de La Salle© Aracely Camelo, Editora

Primera edición 2011Todos los derechos reservados

Revisión: Lic. Rafael Antonio Burgos

Dirección General de Docencia Nacional

Cruz Roja Colombiana

Corrección de estilo: Alexandra Ávila Santana

Diseño de cubierta: Mabel Ayure

Diseño y diagramación de páginas interiores: Mabel Ayure

Manuales Metodológicos para Trabajo ComunitarioSociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana., 2011ISBN 978-958-9462-46-1Formato: 16,5X23,5 cmPáginas: 74

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad, ni parte de ésta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito del autor.

profesionales

Dr. Fernando José Cárdenas GuerreroPresidente Nacional

Sr. Walter Ricardo Cotte WitinganDirector Ejecutivo Nacional

Sr. Cesar Augusto Urueña PulidoDirector General Socorro Nacional

Lic. Rafael Antonio BurgosDirector General Docencia Nacional

Sr. Javier Francisco González Bello.Representante Regional Cruz Roja Holandesa

Hno. Carlos Gabriel Gómez, fsc. Rector

Dr. Luis Fernando Ramírez HernándezDecano Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

Dra. Rosa Margarita Vargas de RoaDirectora Programa de Trabajo Social.

Dra. Aracely CameloCoordinadora Grupo de Investigación Construcción Disciplinar

MANUALES METODOLÓGICOS PARA TRABAJO COMUNITARIOEl trabajo comunitario con poblaciones en situación de desarraigo, para la promoción, defensa y exigibilidad de los derechos humanos.

módulo paraen trabajo social

© Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana© Universidad de La Salle© Aracely Camelo, Editora

Primera edición 2007Todos los derechos reservados

Revisión: Lic. Rafael Antonio Burgos

Dirección General de Docencia Nacional

Cruz Roja Colombiana

Corrección de estilo: Alexandra Ávila Santana

Diseño de cubierta: Luis Carlos Manjarrés Martínez

Diseño y diagramación de páginas interiores: Mabel Ayure

Manual Metodológico para Trabajo ComunitarioSociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana., 2007ISBN 978-958-9462-45-4Formato: 16,5X23,5 cmPáginas: 216

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad, ni parte de ésta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito del autor.

Cruz Roja ColombianaCruz Roja HolandesaCOMISIÓN EUROPEA

Dr. Fernando José Cárdenas GuerreroPresidente Nacional

Sr. Walter Ricardo Cotte WitinganDirector Ejecutivo Nacional

Sr. César Augusto Urueña PulidoDirector General Socorro Nacional

Lic. Rafael Antonio BurgosDirector General Docencia Nacional

Sr. Javier Francisco González Bello.Representante Regional Cruz Roja Holandesa

Hno. Carlos Gabriel Gómez, fsc. Rector

Dr. Luis Fernando Ramírez HernándezDecano Facultad de Ciencias Económicas y Sociales.

Dra. Rosa Margarita Vargas de RoaDirectora Programa de Trabajo Social.

Dra. Aracely CameloCoordinadora Grupo de Investigación Construcción Disciplinar

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CONTENIDO

prólogopresentación

1 ¿Qué significa ser líder comunitario?

2. Identidad personal y proyecto de vida del líder comunitario2.1. IDENTIDAD COMO LÍDER COMUNITARIO

2.2. AUTONOMÍA PERSONAL, COMO CAPACIDAD DE DECIDIR

2.3. COMUNICACIÓN, COMO CAPACIDAD DE RELACIÓN HUMANA

2.4. TRABAJO EN EQUIPOS DE COOPERACIÓN

2.5. SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS

3. ¿Por qué y para qué trabajar comunitariamente?

4. ¿Cómo ejercer ciudadanía y participar en la vida comunitaria?4.1. CONTEXTO: LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE NUESTRO PAÍS

4.2. PARTICIPACIÓN Y MOVILIZACIÓN COMUNITARIA

5. Planeación y gestión del desarrollo comunitario5.1. CONOCER LA REALIDAD: DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO

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5.2. DISEÑAR PARTICIPATIVAMENTE UN PLAN DE DESARROLLO COMUNITARIO (PDC)

5.3. SEGUIMIENTO DEL PDC

6. La organización comunitaria como opción de transformación social y económica 6.1. JUNTAS DE ACCIÓN COMUNAL

6.2. UNIDADES PRODUCTIVAS

6.2.1 Sentido de la unidad productiva

6.2.2 Ruta metodológica para implementar unidades productivas

6.3. REDES COMUNITARIAS

Referencias

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PRÓLOGO

La promoción, defensa y exigibilidad de los Derechos Humanos, no solo es la fundamentación del trabajo social como profesión, sino el horizonte de las acciones comunitarias de la Cruz Roja en Colombia y en el mundo. Ello nos pone de presente el campo de la justicia social, en cuanto concepto que integra las dimensiones jurídicas (el derecho a la igualdad las libertades y oportunidades) éticas – políticas(la equidad)y socio – culturales (la necesidad de eliminar la discriminación, el mal trato y las formas de explotación) conceptos que se han venido trabajando interdisciplinariamente.

Estas pretensiones, solo pueden tener asidero real cuando se generan nuevas prácticas de ciudadanía para afianzar la democracia en contextos regionales y locales donde el Estado, conjuntamente con las ONGS y las comunidades, convergen en acciones desde estas perspectivas.

Los fenómenos de violencia abierta que se han generado en Colombia en los últimos decenios, han incidido en la vida de múltiples poblaciones, que además de la desesperanza y el dolor, viven situaciones de pobreza y desarraigo, cuando no de desplazamiento forzado.

En efecto la ruptura de los vínculos familiares y sociales, la pérdida de los lazos comunitarios y la exclusión política, hacen que sus capacidades de gestión y liderazgo, sean minimizadas por las de sobrevivencia y adaptación a las nuevas condiciones.

Por lo tanto, en los contextos regionales y locales, se han configurado comunidades cuyas particularidades sociales, ambientales, culturales, económicas y políticas, van tomando forma en el territorio, estableciendo formas de relación entre ellos, el Estado y la sociedad civil (representada en organizaciones y movimientos sociales) con estas

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comunidades y con sus líderes. En ellas el trabajador social asume su acción profesional, buscando alternativas de respuesta viables y sostenibles para el desarrollo humano integral de los pobladores, desde la perspectiva multicultural y de género.

Esta es la apuesta de este manual metodológico para el trabajo social comunitario, del cual quisiera resaltar cuatro aspectos:

El primero, la necesidad de fortalecer acciones individuales y colectivas para la inclusión política de las comunidades en sus respectivos municipios o escenarios locales, reconociendo y haciendo uso de los mecanismos de participación y las oportunidades de la política social.

El segundo, la concepción del trabajo comunitario como proceso social, sustentado en los Derechos Humanos,articulado con la acción proactiva de los lideres, las ONGS, las organizaciones económicas y el Estado, para fortalecer la integralidad, la autonomía, la corresponsabilidad y la autogestión, en todas las fases de los planes de desarrollo comunitario y de creación de las unidades productivas.

El tercero, el restablecimiento socioeconómico centrado en unidades productivas, que abren oportunidades de trabajo digno, mejora de los ingresos y fortalecimiento de formas asociativas y alianzas pertinentes socio – económicamente y viables financieramente.

El cuarto aspecto es el relacionado con la forma como se proponen alternativas de resolución de conflictos, trabajo en equipo y en redes y diversas estrategias, para que la acción de los y las profesionales conjuntamente con los líderes, sea en cada etapa fundamentada y reflexiva.

Quiero agradecer especialmente a la Trabajadora Social Aracely Camelo quien lideró con responsabilidad y suficiencia el proyecto y a todos los profesionales de la Universidad de la Salle que participaron en cada uno de los módulos.

Así mismo a los doctores Cristóbal Gámez Payá y Rafael Antonio Burgos quienes desde su conocimiento y experiencia en la Cruz Roja nacional e internacional enriquecieron las discusiones para pensar el trabajo

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social con comunidades y hacer explícitas sus posibilidades de lograr la integración social y el restablecimiento socioeconómico integrando perspectivas teóricas, metodológicas y éticas en las intervenciones profesionales para sistematizar las experiencias y construir nuevos conocimientos que aporten tanto en nuevos contextos y proyectos similares, como en la academia.

Este manual es también una contribución del programa de Trabajo Social de la Universidad de la Salle a la transformación de las condiciones que impiden a muchas de las comunidades tener una vida digna y con justicia social.

Rosa Margarita Vargas de Roa

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PRESENTACIÓN

La Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana como organización humanitaria ha venido desarrollando innumerables acciones que pro-mueven la resiliencia de las comunidades en situación de desarraigo y vulnerabilidad, especialmente en aquellas regiones del país donde por diversos factores socioeconómicos y culturales se nota con mayor énfa-sis el grado de pobreza y desamparo institucional.

Con el apoyo económico y técnico de la Comisión Europea y de la Cruz Roja Holandesa se desarrolló el proyecto “Procesos Comunitarios Parti-cipativos de Restablecimiento Socioeconómico de Comunidades Des-arraigadas y Receptoras de Santander y Cesar” cuyos resultados más importantes fueron lograr una mayor consolidación social y reincorpo-ración de familias desplazadas y comunidades de acogida en áreas de reasentamiento y/o reubicación, mayores posibilidades de participación y concertación social para el desarrollo de las comunidades desplazadas y de las comunidades de acogida, y una mayor visibilización y reconoci-mientos de la población desplazada como sujeto, y beneficiaria de pro-cesos de estabilización socioeconómica de acuerdo con sus característi-cas etáreas, de género y culturales.

A partir de ésta experiencia la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colom-biana se asoció con el Programa de Trabajo Social de la Universidad de La Salle en Bogotá, para que desde el aporte técnico-científico, pedagó-gico y metodológico se elaboraran los “Manuales Metodológicos para Trabajo Comunitario”, que aportan metodologías que facilitan y orien-tan el desarrollo comunitario de poblaciones en situación de desarraigo, promoviendo la defensa y exigibilidad de los Derechos Humanos.

Los “Manuales Metodológicos para Trabajo Comunitario” constan de dos módulos a saber:

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El primero de ellos orientado a servir de soporte académico para profe-sionales de diversas disciplinas que ejercen su labor de trabajo social en comunidades desarraigadas, para lo cual se abordan temas como sen-tidos y horizontes del trabajo comunitario, desarrollo humano, funda-mento del trabajo comunitario, ciudadanía, participación y organización comunitaria, planes de desarrollo comunitario en contextos locales y fortalecimiento e iniciación de unidades productivas urbanas y rurales.

El segundo manual es un documento de consulta y orientación dirigi-do a líderes comunitarios que acompañan y dinamizan procesos con las comunidades que interactúan la Cruz Roja Colombiana, reflejándose la importancia de conocer el significado de ser líder comunitario, la identi-dad personal y proyecto de vida del líder comunitario, el por qué y para qué trabajar comunitariamente, cómo ejercer ciudadanía y participar en la vida comunitaria, la planeación y gestión del desarrollo comunitario y la organización comunitaria como opción de transformación social y económica.

Este material es el producto del esfuerzo que de manera mancomunada instituciones como la Cruz Roja Colombiana, la Cruz Roja Holandesa, la Comisión Europea y la Universidad de La Salle, ponen a disposición de todos aquellos profesionales y líderes comunitarios que con su compro-miso y sentido de pertenencia quieren hacer de Colombia un país que vela por una mejor calidad de vida de sus ciudadanos.

Fernando José Cárdenas GuerreroPresidente Cruz Roja Colombiana

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módulo 1

¿Qué significa ser líder comunitario?

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En los procesos comunitarios se destacan personas que en ciertas si-tuaciones expresan interés en asumir responsabilidades y actividades destacadas, y además cuentan con la aceptación de la mayoría de in-tegrantes del grupo. Este ejercicio de liderazgos, rescata valores per-sonales de hombres y mujeres dispuestos a desarrollar capacidades de análisis, de decisión y de acción, relacionadas con la solución de problemas y necesidades de sus propios entornos comunitarios.

La formación e identidad de las personas líderes, se basan en el re-conocimiento de historias de vida propias, de hombres y mujeres con conocimientos y habilidades para dinamizar participativamente pro-cesos de cambio en ellos mismos, en sus familias, cualquiera que sea el rol que en ellas desempeñen, en sus grupos de relación cercana y en la comunidad en general, lo que les permite concretar proyectos y acciones que beneficien a todas y todos.

De otra parte, desde el ejercicio de liderazgos también se asume la responsabilidad de representar intereses, motivaciones y valores del grupo; esta condición otorga importantes niveles de reconocimiento y prestigio en ámbitos de actuación comunitaria e institucional a partir del compromiso ético con la realización de acciones que beneficien a los miembros de organizaciones y comunidades.

El liderazgo es la capacidad que tiene una persona o

un grupo de personas de pensar y entender los proble-

mas, presentar propuestas e ideas para lograr mejorar

la situación, buscar soluciones, obtener resultados, di-

rigir, planificar, comunicar, tomar decisiones, escuchar

y motivar a los otros.

(González, 1996, p. 106).

En el desempeño de los liderazgos, las personas despliegan capaci-dades que afianzan el desarrollo humano; igualmente asumen las exi-gencias y compromisos para la realización de acciones conjuntas en una permanente búsqueda por mejorar las condiciones de vida de una comunidad, como se detalla a continuación.

Módulo 2

La identidad personal y el proyecto de vida del líder comunitario

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En la construcción del proyecto de vida es importante comprender lo que cada persona significa y el lugar que ocupa en la sociedad, reafir-mar los valores que posee y el respeto por sí mismo, que conlleva al respeto por los demás.

2.1. IDENTIDAD COMO LÍDER COMUNITARIO

La identidad es aquello que le permite a cada ser humano ser sí mismo y no otro. Cada ser humano es original, único e irrepetible y las carac-terísticas que conforman su identidad personal, forman parte de su mundo íntimo, dotado de una profunda significación afectiva; es decir, aquello que cada persona sabe que le es propio y que siempre estará dispuesto a defender o compartir con otros. Esa identidad se construye en los procesos de formación y aprendizajes sociales que suceden en todo el ciclo vital y en los espacios de interacción de cada persona.

De manera que, en la medida en que el líder comunitario se conozca y valore, se sienta como ser único, con fortalezas y debilidades, pue-de actuar y configurar un sinnúmero de relaciones y posibilidades de realización personal, al encontrarse con otros seres que igualmente tienen plena conciencia de sí. Por eso, también es posible darle signi-ficado a la identidad cuando cada persona reconoce su propio sentido de pertenencia a espacios y entornos valiosos para sí, por la posibili-dad de compartir valores e ideales.

Se trata de lograr plena disposición emocional y mental para proyectar condiciones de vida propias y comunitarias con creatividad e integra-ción, en la que se manifieste la capacidad de soñarse, con los suyos y con el mundo, sin abandonar las actividades cotidianas y logrando des-pojarse de la mentalidad rutinaria (Pardo M. y otros, 2008, pp. 74-75).

A partir del reconocimiento propio, es posible que los líderes comu-nitarios proyecten actitudes de convivencia plena y armónica consigo mismos y con los demás, para construir proyectos de vida, y que res-pondan a preguntas como: ¿Quién fui? ¿Quién soy? ¿Cómo he llega-

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do a dónde estoy? ¿Qué espero ser? ¿Qué voy a hacer para lograrlo? ¿Cuándo y dónde espero lograrlo? ¿Dónde vivo? ¿En qué creo?

Pensar un proyecto de vida, es darle horizonte al propio caminar, saber hacia dónde se va, con qué y para qué; el proyecto de vida permite rea-lizar cambios positivos en el desarrollo de las habilidades sociales bá-sicas que todos los seres humanos integran en su trayectoria vital, y en la interacción que tiene en los distintos ambientes en que participan.

Con el proyecto de vida, se logra:

• Aceptación de las diferencias, pues cada persona tiene un proyecto de vida diferente.

• Reconocimiento de las capacidades propias y las de los demás para el trabajo en equipo y el ejer-cicio del liderazgo.

• Promover actitudes de cooperación que armoni-cen las relaciones y la solución de conflictos.

• Comunicación oportuna, reconociendo a los de-más mediante la escucha efectiva.

Es importante considerar que para definir un proyecto de vida hay que conocer las propias posibilidades y limitaciones. Mejor aún, adquirir capacidad de autoestima y de autocrítica. “Sin autoestima, todo lo que nos propongamos nos parecerá secundario, menor, nada importante, poco valioso; sin autocrítica, todo lo que hagamos nos parecerá ex-traordinario, único, inigualable” (Vásquez, 2010, p. 42)

Las habilidades sociales permiten que los líderes comunitarios se rela-cionen y aporten en la familia y la comunidad lo mejor de sí, para gene-rar cambios positivos y renovar sus condiciones de vida colectivamente.

El tema de la autonomía constituye el punto de partida de la reflexión individual, pues permite identificar las capacidades personales con proyección a la comunidad.

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2.2. AUTONOMÍA PERSONAL, COMO CAPACIDAD DE DECIDIR

El concepto de autonomía personal forma parte de las capacidades de un sujeto para hacer uso de su libertad y tomar decisiones sin ayuda de otros; en consecuencia, además de decidir por sí misma, la persona es capaz de hacerse cargo del proceso de desarrollo humano para lle-gar a su independencia. Este proceso es muy importante, depende de la voluntad de la persona para alcanzarlo por medio del conocimiento que aportan la socialización, la convivencia y los valores democráticos para construir formas más amplias de ejercer la ciudadanía.

En la práctica cotidiana, la autonomía de líderes comunitarios se refleja en sus capacidades para:

• Tomar decisiones con libertad y responsabilidad.• Actuar de acuerdo con sus principios y valores. • Aprender constantemente de aciertos o errores.• Pensar antes de actuar y mantener el autocontrol. • Sentirse bien consigo mismo y confiar en los demás.

La autonomía personal se relaciona con la capacidad de ser auténticos, y con la expresión de esa autenticidad en la relación con otros; es una condición de una persona empoderada. Alcanzar estos logros, requie-re un máximo de esfuerzos, entre ellos, conocerse a sí mismo, estar dispuesto siempre a aprender, obrar en forma recta y clara, cumplir los compromisos, expresar gratitud y afecto.

Se dice que una persona es autónoma cuando es capaz de vivir por su cuenta. Eso significa que se ha apropiado de su libertad de manera consciente para afirmar su capacidad de independencia y vida propia, confiando en sí misma para tomar decisiones, luchar y salir adelante.

La sensación de libertad para tomar decisiones responsables, es una clara manifestación de autonomía personal, que también implica con-sideraciones hacia otros seres humanos que conforman los círculos de convivencia y relaciones sociales de cada ser humano.

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2.3. COMUNICACIÓN, COMO CAPACIDAD DE RELACIÓN HUMANA

La comunicación es tan necesaria para la salud, las relaciones

interpersonales satisfactorias y la productividad como la respi-

ración es necesaria para la vida. La comunicación eficaz puede

enseñarse y aprenderse

Virginia Satir1

La comunicación es la base de las relaciones humanas; en el trabajo de líderes y lideresas, interesa recalcar la comunicación interpersonal que se realiza cara a cara, entre personas o en grupos pequeños, sobre pensamientos, sentimientos, percepciones, acciones, vivencias, valo-res y demás asuntos de interés en la vida cotidiana. En otras palabras, las personas comunican lo que piensan, sienten o quieren.

En el trabajo comunitario la comunicación se relaciona con la interacción y los intercambios que afectan los procesos de liderazgo, información, re-laciones grupales, análisis de problemas, toma de decisiones y proyectos comunes; es una puesta en común que promueve experiencias de en-cuentro e integración y busca motivar la acción de diferentes actores.

La comunicación es una capacidad humana que se produce en las rela-ciones sociales y posibilita construir mejores comunidades, por cuanto es un proceso esencial para conocer a otros y darse a conocer, a enten-der con los demás, aprender de otros, satisfacer necesidades, generar confianza y credibilidad.

Mediante la comunicación, además de compartir información, las per-sonas le asignan sentidos a las experiencias de individuos, grupos o comunidades que intercambian y comparten conocimientos, valores, aspiraciones; en ese intercambio, se trasciende la experiencia indivi-dual, para avanzar en la comunitaria, desde la cual se construyen histo-rias de acciones compartidas para alcanzar objetivos comunes.

1 Satir, Virginia. 1991, p. 9

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El liderazgo comunitario participativo en ocasiones, se desarrolla en contextos que se caracterizan por situaciones de aislamiento y ausen-cia de información con respecto a los programas de educación, salud, recreación, entre otros, así como de servicios a los que las familias pueden acceder para su bienestar.

Por esta razón, la comunicación comunitaria se convierte en fuente de información, educación, debate y diálogo, promoción cultural y expre-sión colectiva de la comunidad; permite dinamizar intercambios de interés general para fortalecer la participación en la construcción de acuerdos de beneficio común. Por ello es necesario promover relacio-nes que privilegien actitudes de:

• Respeto, que se construye a partir del reconocimiento de los derechos fundamentales de cada persona y el valor de su dignidad o como ser humano.

• Tolerancia, como valor fundamental para la convivencia pacífica entre las personas a partir del reconocimiento de la individualidad que hace diferentes a todos los se-res humanos.

• Gratitud, con las personas, las experiencias, los bienes recibidos, y una clara disposición de admirar, valorar y corresponder a las calidades humanas de las personas con quienes convivimos.

• Lealtad, como sentimiento de fidelidad y respeto con las personas e ideas en quienes se cree y con quienes se establecen compromisos de pensamiento y acción.

En la comunicación se reconocen como situaciones que facilitan la ca-pacidad para relacionarse con los demás, la expresión clara, honesta y auténtica de los sentimientos y pensamientos, que da como resultado un ambiente de mutua afectividad, solidaridad y colaboración.

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En otras oportunidades se trata de imponer lo que se piensa, siente o cree, buscando el dominio sobre la situación; también se encuentran experiencias en que las personas no expresan claramente sus senti-mientos y opiniones, porque prefieren evitar problemas en sus relacio-nes familiares, de trabajo o comunitarias.

Son muchos los eventos que afectan la comunicación interpersonal, entre ellos: desconfianza, prejuicios sobre lo que los otros son, hacen o piensan; el chisme, el rumor y la crítica sobre las personas mismas. En esos casos, siempre será importante la voluntad que cada persona exprese para que en las comunidades fluya la interacción cotidiana, se den los espacios para resolver estas situaciones y avanzar en los proyectos que las comprometen.

2.4. TRABAJO EN EQUIPOS DE COOPERACIÓN

En el trabajo comunitario y en la acción que desarrollan líderes y lide-resas, se busca promover la conformación de equipos y redes, con el fin de potencializar los aportes de conocimiento, habilidades sociales y capacidades de comunicación individuales, en la creación de espa-cios colectivos para pensar y trabajar por una mejor calidad de vida..

Este planteamiento contradice lo que se vive en las comunidades, cuan-do se asume que el liderazgo se debe concentrar en una o en pocas personas, a las cuales se les reconoce fácilmente por sus capacidades para hablar, decidir y actuar, por razones de edad, de mayor estudio, o trayectoria y experiencia en el conocimiento de la realidad, así como por el manejo de relaciones con instituciones o entidades políticas.

El trabajo en equipo es una capacidad que las personas pueden de-sarrollar para actuar cara a cara con otros y aprender a desempeñar diferentes papeles en escenarios comunitarios. De esta manera, se ex-presa la cooperación, cuando se llega a unir y coordinar los medios, las actividades y los esfuerzos de cada uno, para lograr el apoyo mutuo y asumir responsabilidades individuales frente a un propósito común.

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Para trabajar en equipo es necesario tener en cuenta que la suma de esfuerzos tiene como punto de referencia el objetivo para el cual se ha creado el equipo y que además, como grupo humano, requiere cla-ridad sobre varios asuntos, entre ellos:

• Los acuerdos sobre las reglas de funcionamiento y or-ganización.

• La identificación de los aportes individuales que el equipo necesita.

• Distribución equitativa de actividades y tareas.• Compromiso compartido con las metas del equipo.• Deliberación franca y cordial en la toma de decisiones.• Disponibilidad de recursos necesarios para las acciones.• Formación permanente y reflexión sobre la acción.• Planeación oportuna, coordinación y autogestión.

El trabajo en equipo se convierte en una gran oportunidad para ar-ticular los intereses y acciones de diferentes actores comunitarios; posibilita afianzar procesos de participación democrática y empo-deramiento, que permiten hacer real el ejercicio de la ciudadanía, para el desarrollo comunitario.

Una estrategia útil para coordinar el trabajo en equipo, es la reunión de todos los y las integrantes, a fin de intercambiar información, organizar las tareas y esfuerzos, de conformidad con el desarrollo de los proyectos, evaluar resultados de las acciones y, con alguna frecuencia, desarrollar procesos de formación sobre temáticas de interés o de integración que fortalezca la vida grupal.

2.5. SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS

El conflicto es el resultado de poner en juego un cuerpo, una

conciencia y una libertad. Como quien dice, es de humanos tener

conflictos, crisis, problemas. Pero, de igual manera es de humanos

intentar resolverlos, así sea de manera parcial. Al conflicto, más

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que evitarlo, hay que reconocerlo; y, sobre todo, no hay que tratar

de idealizar una vida sin conflictos. Ese tipo de vida, no existe

Fernando Vásquez2

El conflicto es una realidad presente en la cotidianidad; es un proce-so social en el que dos o más individuos, grupos u organizaciones se reconocen con intereses opuestos; el conflicto se relaciona con situa-ciones de inequidad, injusticia, desigualdad e intolerancia entre dos o más partes que se ven afectadas.

En ese sentido, es muy importante reconocer en las comunidades: ¿Qué conflictos se presentan? ¿Entre quiénes se presentan? ¿Cuáles son las causas? ¿De qué manera se resuelven? ¿Quién colabora en su solución? De ésta forma, se puede empezar a pensar su importancia como proceso social y las alternativas para conocerlos y enfrentarlos de manera constructiva.

El proceso para el manejo del conflicto, es decir, para lograr que las partes puedan encontrar respuesta a sus necesidades e intereses insatisfechos, se lleva a cabo mediante la utilización de varios me-canismos de solución:

• Mediación: Se acude a una tercera persona, quien actúa de forma imparcial, con el fin de ayudar a que las partes por sí mismas y de manera voluntaria, busquen solucio-nes satisfactorias a sus intereses o necesidades.

• Conciliación: Las partes, con ayuda de una tercera per-sona que propone soluciones o vías de arreglo, buscan una solución.

• Negociación: Las partes logran superar responsable-mente el conflicto mediante un acuerdo satisfactorio para ambas, sin la intervención de un tercero.

2 Vásquez, Fernando, 2010, p. 39.

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• Proceso jurisdiccional: Un juez designado por el Estado, asume la responsabilidad de resolver el conflicto, sin que haga falta consentimiento de las partes, quienes intervienen en el proceso a través de sus abogados. El conflicto se resuelve mediante una sentencia del juez.

• Arbitraje: Las partes, de común acuerdo, delegan en una tercera persona (árbitro imparcial) la decisión que se tome pata manejar y resolver el conflicto. Existen dos formas de arbitramento en derecho: si sigue crite-rios legales o en equidad, si sigue criterios propios. Los árbitros elaboran el laudo, que es la solución que se le impone a las partes.

• Proceso de confrontación: Es una negociación en que las personas intentan convencer al otro de que ellas saben cómo darle solución al conflicto, mediante estra-tegias de persuasión, manipulación, presión sin tener en cuenta al otro; por lo general implica imposición de autoridad o fuerza (Posee, 2000, p.11)

De acuerdo con lo expuesto, en el trabajo comunitario es importante aprender a manejar y vivir el conflicto, como un aspecto positivo que permite el crecimiento personal, interpersonal o comunitario, puesto que forma parte de la dinámica e interacción social. Los líderes cuen-tan con capacidades de diálogo y escucha, así como espíritu de coope-ración para orientar hacia el manejo responsable y efectivo.

Módulo 3

¿Por qué y para qué trabajar comunitariamente?

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En primer lugar, es necesario analizar el sentido de la comunidad como espacio vital que se constituye a partir del conjunto de personas que habitan un área geográfica, que tiene unos límites específicos y reco-nocidos por otros. A partir de esta primera idea, se observa cómo los miembros de esa comunidad, interactúan entre sí más intensamente que en otro contexto, porque comparten características comunes y lo-gran identificarse por su sentido de pertenencia, por los valores, las normas y pautas culturales que se expresan, por ejemplo, en costum-bres y símbolos propios.

En las comunidades autónomamente se tejen redes de apoyo mutuo, con el propósito de satisfacer necesidades, resolver problemas o reali-zar acciones valoradas socialmente por su impacto a nivel local. También es importante tener en cuenta que en las comunidades se encuentran diversos significados sobre la comunidad o sobre el hecho de vivir en comunidad para sus integrantes y siempre es importante reconocerlos.

Del concepto comunidad, se desprende el término calificativo de “lo comunitario”, como una cualidad que se le asigna a todas aquellas acciones humanas individuales y grupales que se efectúan en pro-cesos de desarrollo, autogestión, organización, educación y justicia, entre otros, en los cuales los principales actores son los miembros de una comunidad.

Por esto también se usa el concepto de trabajo comunitario, asocia-do al desarrollo comunitario, cuando las acciones de los miembros, se realizan para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales de las comunidades, mediante procesos de organización propia, de in-tegración social y de participación activa de los grupos y personas que las componen. Igualmente lo comunitario pasa a ser un atributo del sujeto que participa más activamente en estos procesos, asumiendo la designación de líder o gestor comunitario.

Ahora bien, existen diferentes concepciones sobre el trabajo comu-nitario: desde las acciones que se realizan desinteresadamente para favorecer a otros, hasta las formas concretas de resolver problemas

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comunes por interés personal, en busca de beneficios mutuos. En otras se asume que el trabajo comunitario sólo compete a personas que tienen cualidades particulares como conocimientos, recursos y poder, o que sólo lo promueven entidades gubernamentales, para cumplir planes de desarrollo.

Sin embargo, sea cual sea la concepción, es claro que el trabajo co-munitario convoca a personas, para solucionar dificultades que se re-suelven con la suma de esfuerzos; en ese propósito, se requiere contar con los diferentes puntos de vista acerca del trabajo comunitario. A continuación, un ejemplo:

Tres hombres y los ladrillos:

Paseando por un camino, me encontré con un hombre

cargado de ladrillos.  «¿Qué hace?» le pregunté. «He

hecho estos ladrillos», me contestó, «y son cuadrados,

suaves y fuertes». 

Poco después me encontré con otro hombre cargado

de ladrillos. «¿Qué hace?» le pregunté. «Nuestra co-

munidad está construyendo una buena estructura»,

contestó. «Será espaciosa, bonita y resistente».

Poco después me crucé con un tercer hombre cargado

de ladrillos. «¿Qué hace?» pregunté otra vez. «Nues-

tra comunidad tendrá la mejor escuela del país», me

contestó. «Vamos a formar a los mejores estudiantes

de la zona».

Phil Bartle, en www.scn.org/cmp/

Este relato muestra diferentes pensamientos de tres hombres, sobre la acción de “cargar ladrillos”, en un trabajo comunitario que se realiza para construir una escuela. Cada uno expresa un interés y diferentes maneras de ver las cosas. También permite plantear que trabajo comu-nitario no quiere decir que todos piensen lo mismo, sino que a pesar de pensar distinto, se comparten acciones de cooperación; cada uno

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puede aportar para alcanzar un objetivo común. De ahí la necesidad de construir un concepto común sobre el trabajo comunitario, a partir de los siguientes interrogantes:

¿Para qué sirve el trabajo comunitario? Para recuperar y potenciar las identidades, la autoconfianza y el em-poderamiento de personas y grupos orientados a contribuir solidaria y activamente al desarrollo humano integral y sustentable de las comuni-dades, mediante la ampliación de capacidades para la puesta en marcha de propuestas ciudadanas, el ejercicio de los Derechos Humanos, la par-ticipación comunitaria, el enfoque de género y la democracia.

¿Cómo se realiza el trabajo comunitario?Por medio de la integración teórico/práctica de procesos relacionados con investigación, formación comunitaria para la participación, planea-ción participativa y ejecución de planes de desarrollo comunitario, or-ganización, coordinación interinstitucional, generación de alianzas, la auto y cogestión que permiten el restablecimiento socioeconómico, articulado a procesos y recursos existentes en los contextos locales.

¿Dónde se realiza el trabajo comunitario?En comunidades vinculadas a territorios, articuladas a contextos lo-cales y entes territoriales definidos, que se caractericen por el reco-nocimiento de sus necesidades y expectativas de mejoramiento de condiciones de vida que así mismo, expresan su interés en el trabajo comunitario.

¿Con quién se realiza el trabajo comunitario?Los actores sociales son los pobladores, líderes reconocidos, organi-zaciones sociales, comunitarias y productivas, las entidades guber-namentales y privadas. En algunos casos, también las organizaciones nacionales o extranjeras vinculadas a tales procesos, como fuente de apoyo técnico o financiero.

En el trabajo comunitario, los líderes conocen los intereses y tienen puntos de vista acerca de lo que necesitan las comunidades, y el pa-

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pel que son capaces de desempeñar mediante el saber, el hacer y el reflexionar sobre estos asuntos. Al pensar más allá de las propias co-munidades, también se encuentran respuestas válidas acerca del por qué y para qué del trabajo comunitario:

Se trabaja comunitariamente porque:• …es urgente fortalecer la acción y autonomía de las organi-

zaciones y movimientos sociales, para que sus demandas y necesidades se conviertan en acciones colectivas interac-tuantes y transformadoras.

• …se necesitan liderazgos democráticos, que emergiendo en la comunidad, impulsen experiencias de desarrollo lo-cal mediante la apropiación de recursos metodológicos, técnicos e instrumentales para dinamizar diagnósticos, di-señar proyectos, ejecutarlos, hacerles seguimiento, control y evaluación.

• …las personas y las comunidades cuentan con capacida-des y potencialidades para conocer y reflexionar sobre sus condiciones, situaciones, expectativas, necesidades e inte-reses, así mismo para aportar en procesos de participación y autogestión propositiva.

Se trabaja comunitariamente para que:• ...las condiciones sociales, económicas y políticas se orien-

ten hacia la distribución equitativa de los recursos y de la información, el incremento de las capacidades para la toma de decisiones, el ejercicio del control ciudadano en la esfera gubernamental, así como la defensa y exigibili-dad de los Derechos Humanos.

• ...la participación, la ciudadanía, la solidaridad y el lideraz-go democrático se reflejen como testimonio y compromi-so con la construcción de saberes, de cultura, de valores relacionados con la defensa de los derechos, bien sea de

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sectores sociales o de los derechos del conjunto de la po-blación.

• ...en el desarrollo de las comunidades se integren las di-mensiones psicosociales, afectivas, políticas, económicas y culturales, en el horizonte de construir democracia.

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Módulo 4

¿Cómo ejercer ciudadanía, y participar en la vida comunitaria?

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En este capítulo se propone reflexionar sobre el trabajo comunitario desde la ciudadanía, participación y organización de las comunidades en situación de desarraigo, contexto que si bien establece condiciones particulares de vulnerabilidad, también convierte a sus integrantes en actores capaces de tomar decisiones que incidan en el bienestar comu-nitario y social, mediante estrategias para movilizar el desarrollo comu-nitario a partir de la vivencia de procesos de participación ciudadana.

Un cuento sin palabrasPhil Bartle, en www.scn.org/cmp/

Se ha señalado que el desarrollo comunitario tiene implícito un carác-ter político que implica el empoderamiento de líderes y comunidades para configurar procesos de cambio y transformaciones en el entorno, generar autonomía, identidad y fortalecimiento de sujetos y actores sociales, como creadores de su destino histórico; ellos y ellas han de reconocerse como protagonistas en la definición de sus prioridades, en la determinación de necesidades y en los cambios deseados como personas y comunidad.

El empoderamiento significa dotar de poder, fortalecer la capacidad de sentirse y ser competentes en los ámbitos de interés para la propia

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vida. Rappaport (1987) citado por Alba Zambrano (2006) refiere que el empoderamiento posee dos dimensiones o componentes comple-mentarios en el desarrollo comunitario: uno se centra en la autode-terminación personal, que sería la capacidad de determinar la propia vida: sentido de competencia personal. El otro, en la determinación social y refiere la posibilidad de participación democrática: sentido de competencia comunitaria.

El concepto de empoderamiento se relaciona con los de ciudadanía, participación y organización comunitaria, por cuanto cada uno se re-fiere a procesos que posibilitan desarrollar capacidades para ejercer derechos, asumir algún tipo de poder y construir proyectos personales, grupales y comunitarios. De ahí la importancia de reflexionar comuni-tariamente sobre el “qué” de tales procesos; es necesario reflexionar también sobre del “por qué” de los mismos.

4.1. CONTEXTO: LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE NUESTRO PAÍS

El concepto de ciudadanía está íntimamente ligado, por un lado,

a la idea de derechos, y por el otro, a la noción de vínculo con

una comunidad particular.

Kimlika y Waire3.

Ciudadano no se refiere sólo a sujeto de derechos que participa

en los espacios institucionales, “también a las prácticas sociales

y culturales que dan sentido de pertenencia y hace sentir dife-

rentes a quien tiene una misma lengua o semejantes formas de

organizarse y satisfacer sus necesidades”…

García Canclini4

En Colombia la Constitución Política de 1991, estableció las normas generales que organizan el Estado y rigen la vida de las y los ciudada-nos; es importante conocerla y comprender sus implicaciones para la

3 Torres, Alfonso, citando a Kimlika y Waire, 2004. p. 20.4 Torres, Alfonso citando a García Canclini, op. cit.

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vida cotidiana en las comunidades. El primer artículo Constitucional indica que:

Colombia es un estado social de derecho, organizado

en forma de república unitaria, descentralizada, con

autonomía de sus entidades territoriales, democrática,

participativa y pluralista, fundada en el respeto de la

dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las

personas que la integran y en la prevalencia del inte-

rés general.

(Constitución Nacional, 1991, artículo 1º).

Con la Constitución de 1991 se ratifica que el Estado es el agente ga-rante de Derechos; tiene como fin, además de controlar el orden so-cial, servir a la comunidad, proteger su riqueza, diversidad e identidad cultural y natural, proteger y garantizar el conjunto de derechos fun-damentales, económicos y sociales de todas las personas que residen en Colombia.

La Constitución amplió la estructura del Estado y reformó la manera de administrar la justicia mediante la creación de la Fiscalía General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, al tiempo que restauró la Contralo-ría y la Procuraduría General de la Nación, para convertirlas en organis-mos de control. Así la organización política del país está constituida a partir de tres ramas del poder: legislativa, ejecutiva y judicial.

Conocer la forma como está organizado el Estado, permite a ciudadanos y ciudadanas, ejercer realmente de sus derechos, para reivindicar los pi-lares de la democracia y el compromiso con la consolidación de socieda-des más justas y equitativas; esto les remite analizar, criticar, fortalecer la vigencia de la Constitución, en la realidad social actual.

Ahora, es importante considerar la relación Estado-sociedad civil des-de la cual se construye la ciudadanía como proceso histórico, político y social, producto de la actividad humana, de las relaciones sociales, de las acciones y los consensos que se estructuran en la sociedad.

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RAMA DEL PODER FUNCIÓNCo

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Rama legislativa

Congreso bicameral: Senado y Cámara de representantes

Redacción de las leyes; expedición de códigos en todas las ramas de la legislación; reforma de las disposiciones a las cuales está sujeta toda la República

Rama ejecutiva

Nacional: Presidente, Vicepresidente, Ministerios, Departamentos administrativos, Superintendencias, establecimientos públicos y empresas industriales o comerciales del Estado

Departamental: Gobernadores y secretarios de gabinete

Municipal: Alcaldes y secretarios de gabinete

Responsable de la gestión diaria del Estado

Interpretación y normatización de las leyes

Rama judicial

Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia, Consejo de Estado, Consejo Superior de la Judicatura, Fiscalía General de la Nación, tribunales y juzgados, jurisdicciones especiales, autoridades indígenas, jueces de paz, auxiliares en la administración de la justicia.

Administración de la justicia

La ciudadanía la ejercen sujetos que luchan y adquieren derechos, parti-cipan en espacios institucionales de representación, toman parte de las prácticas sociales y culturales con las cuales construyen sentidos de per-tenencia e identidad, propenden por formas organizativas para mejorar y/o transformar situaciones que afectan la vida personal y comunitaria.

Son ciudadanos y ciudadanas, quienes aportan y son partícipes de la producción y/o construcción de lo social, de lo público y de la demo-cracia local, proceso en el cual se reconoce el empoderamiento de la ciudadanía en su identidad y autonomía, en sus capacidades para rea-

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lizar valoraciones y emitir juicios para buscar transformaciones en su propia realidad. En este sentido, afirma Elizabeth Martínez (2003, p. 10), se comprende que la ciudadanía y el liderazgo comunitario son ejercidos por los sujetos sociales, es decir, seres humanos, que se ca-racterizan entre otros, por su:

• Compromiso con lo público y con todo aquello que aporte al bienestar individual y colectivo.

• Conciencia de los problemas y construcción de ideas viables para su solución.

• Lucha constante contra la vulneración de los derechos sociales y colectivos.

• Participación activa en actividades económicas, sociales, polí-ticas que buscan el beneficio público.

Líderes y lideresas son ciudadanos, personas comprometidas con su proyecto de vida, empoderadas del futuro personal y colectivo; se for-man y fortalecen como sujetos políticos, con sensibilidad, responsabi-lidad social y compromiso público; como sujetos de desarrollo, cuando se reconocen con capacidad de transformarse y transformar la realidad social: y sujetos democráticos, como aquellos que conocen, ejercen y exigen el cumplimiento de derechos y deberes.

En la vida comunitaria es necesario que la ciudadanía conozca su rea-lidad y comprenda las causas de los sucesos y/o situaciones proble-máticas que afectan sus vidas, pues la realidad no le es ajena. Tomar conciencia significa entre muchas cosas, considerar la construcción de ciudadanía como un ejercicio de derechos, resultado de la lucha por las exigencias y reivindicaciones que promueve la sociedad civil (Chávez, p.11). Esta construcción se da en un contexto caracterizado por exclusión y desigualdad, que hace que las poblaciones emprendan luchas y movilizaciones para ser reconocidas como sujetos de dere-chos que propenden por mejores condiciones de vida.

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4.2. PARTICIPACIÓN Y MOVILIZACIÓN COMUNITARIA

Vivir en comunidad, es una expresión significativa que lleva a la toma de conciencia de las problemáticas comunitarias y a visualizar formas de organización social. Participando, los grupos sociales, es decir, ciu-dadanos y ciudadanas, toman la palabra para denunciar la injusticia social o la vulneración de los derechos, y plantean nuevas agendas con prioridades propias.

La participación es un proceso social eminentemente político, un dere-cho humano a través del cual diferentes sectores intervienen directa-mente en los asuntos que les afectan, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de los sectores vulnerables.

Participar posibilita acceder a los niveles y espacios donde se toman las decisiones que afectan la vida cotidiana. En esta medida, la partici-pación es el soporte y motor de la democracia, como lugar de encuen-tro entre gobernantes y gobernados para reclamar, decidir y proponer sobre lo público (Pérez y otras, 2006, p. 112).

En este sentido, cabe advertir que Colombia tiene una Constitución que reconoce la conformación de organizaciones, movimientos sociales y la participación como un eje central que amplía las prácticas democráticas.

Son mecanismos de participación del pueblo en ejer-

cicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referen-

do, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa

legislativa y la revocatoria del mandato.

El Estado contribuirá a la organización, promoción y capaci-

tación de las asociaciones profesionales, cívicas, sindicales,

comunitarias, juveniles, benéficas o de utilidad común no gu-

bernamentales, sin detrimento de su autonomía con el objeto

de que constituyan mecanismos democráticos de representa-

ción en las diferentes instancias de participación, concertación,

control y vigilancia de la gestión pública que se establezcan.

(Constitución Nacional, 1991, artículo 103).

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Las prácticas participativas relacionadas con el desarrollo comunitario son iniciadas y/o promovidas desde tres sectores:

Estado: convoca por medio de sus instituciones y programas, mediante temas delimitados y concretos. La comunidad puede participar presentando propuestas, calificando y ejecutando las obras, administrando los recursos ejerciendo veeduría.

Múltiples actores: se da cuando se desarrollan proyectos acor-dados entre el sector público, privado y comunitario. Los acto-res en este caso pueden ser funcionarios gubernamentales, de empresas o fundaciones sin ánimo de lucro, las universidades, organizaciones sociales y comunitarias.

Sociedad civil: se conforma por las iniciativas de organizaciones sociales o las comunidades mismas, sin esperar que el Estado convoque o que exista un acuerdo para impulsar la participación sobre un tema. Las comunidades toman la iniciativa de movili-zarse por asuntos de importancia política o social.

En la interacción de estos tres sectores, se gestan varios tipos de parti-cipación, con los cuales la ciudadanía busca alternativas de expresión y acción con respecto a sus aspiraciones de conquista diaria frente a intereses particulares o generales por alcanzar. Así, según Esperanza González (1996), se clasifican los tipos de participación:

La participación social se refiere a los procesos que emprenden gru-pos particulares de población, por ejemplo: jóvenes, mujeres, minorías étnicas, grupos religiosos, entre otros, vinculados a organizaciones sociales para la defensa y representación de sus propios intereses. Mediante ésta, se configura progresivamente un tejido social de orga-nizaciones, que puede ser instrumento clave en el desarrollo de otras formas de participación, especialmente en la esfera pública.

La participación comunitaria alude a las acciones ejecutadas colec-tivamente por ciudadanos y ciudadanas en la búsqueda de solucio-

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nes a las necesidades específicas de su vida cotidiana, en el espacio territorial de su comunidad, vinculadas directamente a obras de in-fraestructura de servicios públicos, de servicios sociales, de medio ambiente u otros relacionados, que se realizan desde las Juntas de Acción Comunal y otras organizaciones comunitarias que se crean con propósitos de desarrollo comunitario.

La participación ciudadana adquiere este carácter cuando ciudadanos y ciudadanas intervienen, con fines de representación, propuesta, de-fensa o reivindicación de los derechos o intereses sociales de carácter particular en escenarios de la esfera pública, creados constitucional-mente con este fin; tal es el caso de las juntas directivas de las em-presas prestadoras de servicios públicos, los comités de veeduría, las juntas administradoras locales.

La participación política se inspira en los intereses generales que des-de una opción política define la intervención de los ciudadanos me-diante los mecanismos de participación para lograr la materialización de tales intereses en la configuración de las relaciones entre la socie-dad civil y el Estado. Los ciudadanos que votan, promueven e intervie-nen en consultas, referendos, cabildos, etc, están participando políti-camente por medio de los mecanismos de participación que, según lo señalan la Ley 134 de 1994 y la Ley 741 de 2002 son:

Referendo: es la convocatoria que se hace al pueblo para que apruebe o rechace un proyecto de norma jurídica (aprobatorio) o derogue o no una norma ya vigente (derogatorio). Puede ser nacional, regional, departamental, distrital o municipal.

Revocatoria del mandato: los ciudadanos expresan su voluntad de dar por terminado el mandato que le han conferido a un go-bernador o a un alcalde.

Plebiscito: es el pronunciamiento del pueblo convocado por el Presidente de la República, mediante el cual apoya o recha-za una determinada decisión del Ejecutivo.

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Consulta popular: se realiza mediante una pregunta de carác-ter general que se somete a consideración del pueblo para que éste se pronuncia formalmente al respecto. El asunto que motiva la consulta puede ser de trascenden-cia nacional, departamental, municipal, distrital o local, y le corresponde convocarla respectivamente al presidente de la República, al gobernador del departamento o al alcalde muni-cipal o distrital, según el caso.

Cabildo abierto: se convoca con el fin de discutir asuntos de interés para la comunidad en una reunión pública de los con-cejos distritales, municipales o de las juntas administradoras locales, en la cual los ciudadanos pueden participar directa-mente con ese fin.

Iniciativa popular: derecho de los ciudadanos u organiza-ciones sociales a presentar actos legislativos o de ley ante el Congreso de la República.

Consulta popular: se realiza mediante una pregunta de carác-ter general que se somete a consideración del pueblo para que éste se pronuncie De otra parte, retomando el tema de la participación, se puede observar también que ese ejercicio puede realizarse de diferentes formas y en diferentes momen-tos del desarrollo comunitario.

También los aportes de Esperanza González (1996) permiten com-prender las diferentes opciones en que las comunidades ejercen su derecho a la participación:

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DATOS, MENSAJES, PROPUESTAS QUE PERMITEN CONOCER, INTERPRETAR Y EXPRESAR JUICIOS DE VALOR SOBRE LOS

MECANISMOS DE PARTICIPACIÓN.

Consulta: se informa a la comunidad sobre una propuesta particular y se solicita su opinión con respecto a sus intereses, aspiraciones y necesidades para ser considerada en la toma de decisiones.

Iniciativa: cuando la comunidad presenta sus propias sugerencias, propuestas y líneas de acción, para aportar a la solución de la situación o problema que la afecta.

Concertación: significa construir acuerdos que definen las alternativas de solución más convenientes, y los medios para ejecutarlas de acuerdo a las posibilidades de acción y los recursos disponibles.

Decisión: consiste en adoptar la alternativa más apropiada para resolver la situación o problemática que los convoca a participar con tal interés.

Gestión: corresponde a la ejecución de las acciones para obtener el resultado propuesto, de acuerdo con las especificaciones técnicas y el manejo responsable de los diferentes recursos.

Fiscalización: como acción autónoma de la comunidad para ejercer control o vigilancia mediante la creación de veedurías sobre los proyectos en desarrollo. Este control social permite prevenir el delito, la violación de los derechos y deberes, en el uso de los recursos públicos y la corrupción.

Ciudadanos y ciudadanas, líderes y lideresas comunitarios, han de co-nocer los derechos y mecanismos de protección existentes para re-querir el cumplimiento de los derechos:

Derecho de petición. (Artículo 23 de la Constitución Nacional) Su finalidad es obtener información directa de las entidades, que permita al peticionario, resolver sus inquietudes acerca de quejas, reclamos y manifestaciones, o peticiones de informa-ción, o consultas, en tiempos precisos y de una forma efectiva.

Acción de tutela. (Artículo 86 de la Constitución Política y De-cretos 2591 de 1991,306 de 1992 y 1382 de 2000). Su finali-dad es reclamar de manera rápida y segura ante los jueces, la

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protección y defensa de los derechos fundamentales, como: A la vida y la salud, la educación, el derecho de petición y cual-quier otro derecho fundamental, cuando éstos se encuentren amenazados o vulnerados por la acción o la omisión de cual-quier autoridad pública o por un particular que está realizando una función pública. La presenta por escrito la persona afecta-da y no requiere de abogado.

Acción de cumplimiento. (Artículo 87 de la Constitución Polí-tica, se desarrolla en la Ley 393 de 1997). No es directamente un mecanismo de protección de derechos, sino del principio de legalidad y eficacia del ordenamiento jurídico. Sirve para hacer efectivo el cumplimiento de una ley o un acto administrativo y la protección de los derechos que en ellas se consagran.

Acción popular. (Artículo 88 de la Constitución Nacional, de-sarrollado en la Ley 472 de 1998). Sirve para evitar, defender y proteger los derechos e intereses públicos o colectivos como el patrimonio público, el espacio, la seguridad y la salubridad públicas, la moral administrativa, la libre competencia económi-ca, y el ambiente. Es una acción pública que puede interponer cualquier persona; no se requiere actuar a través de abogado.

Denuncia. Es la acción de notificar el conocimiento de delitos y comportamientos sospechosos o irregulares a la autoridad pública (Ministerio Público, Policía o Fiscalía), para que sean investigados y se apliquen los correctivos correspondientes.

Así, la finalidad de los procesos de participación, es hacer que las per-sonas y las comunidades logren:

• Mejorar las opciones y condiciones de vida de todas las personas, en especial de quienes viven pobrezas, vulne-rabilidades.

• Construir una sociedad civil crítica, influyente y proposi-tiva.

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• Superar la discriminación, subordinación, y violación de derechos para construir nuevas posibilidades de relación.

• Fortalecer los sujetos y actores sociales como personas empoderadas e influyentes en la formulación, ejecución, fiscalización y evaluación de las políticas públicas.

Alcanzar estos logros implica que las comunidades puedan reflexio-nar colectivamente acerca de: ¿Qué tipo de participación ejerce con respecto a los proyectos sociales que se desarrollan en su territorio? ¿De qué forma, las comunidades, los líderes y lideresas se expresan con respecto a sus saberes, prácticas socio culturales e identidades? ¿Hasta qué punto, se acude a mecanismos de protección y exigencia de los derechos individuales o colectivos, para buscar soluciones a los problemas comunitarios?

El desarrollo comunitario es esencialmente participativo y, como tal, expresa el derecho de todos y todas a incidir en las decisiones que propician el cumplimiento de los derechos civiles, sociales y políti-cos, a nivel individual y colectivo de los sujetos sociales y actores que toman conciencia de los problemas que los afectan y también de sus capacidades y recursos para resolverlos.

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Módulo 5

Planeación y gestión del desarrollo comunitario

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En este capítulo se propone la reflexión metodológica sobre los con-ceptos, las competencias y los procedimientos que se requieren para la construcción participativa de Planes de Desarrollo Comunitario (PDC).

¿Qué es el desarrollo comunitario?

Proceso formativo coordinado y sistemático en el que

partiendo de necesidades, carencias o situaciones de

dificultad, los miembros de una comunidad tratan de

organizar su proceso global, con el fin de mejorar las

condiciones sociales, económicas, políticas y cultura-

les, buscando una transformación de la realidad social.

El desarrollo comunitario busca nivelar de forma di-

námica, interrelacionada y armónica los componen-

tes esenciales del desarrollo de una comunidad con

la finalidad de mejorar la calidad de vida a partir de

potencializar la autosuficiencia local y aprovechar las

ventajas que proporciona el contexto.

(Cruz Roja Colombiana, 2007, p. 1)

¿Qué es un Plan de Desarrollo Comunitario?

Es un instrumento de planeación en el que se esta-

blece el marco del desarrollo de una comunidad con

una visión estratégica compartida y de futuro, siendo

el resultado de un proceso de concertación entre los

diversos actores de planeación local.

(Cruz Roja Colombiana, 2007, p.1)

Un plan de desarrollo comunitario se elabora con comunidades urba-nas o rurales (barrios, urbanizaciones, agrupaciones de vivienda, co-munas o veredas) donde prevalece la relación de vecindad definida por un espacio geográfico y pueden reconocerse por sus característi-cas sociales, económicas y culturales. El proceso de construcción de un plan de desarrollo comunitario se

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realiza mediante el trabajo concertado de instituciones y líderes co-munitarios, en un tiempo y espacio específico, siguiendo una secuen-cia de acciones que conducen de un comienzo y un final. Se define un proceso metodológico que a continuación se describe, como guía para la participación comunitaria.

5.1. CONOCER LA REALIDAD: DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO

El diagnóstico participativo permite conocer la realidad comunitaria mediante la participación de los actores sociales e institucionales. La participación se considera como un derecho, a partir de las siguientes condiciones:

• La capacidad que tienen las comunidades para identificar

sus problemas.

• Su derecho a tomar decisiones y proponer alternativas.

• Su deber de trabajar organizadamente con participación a

nivel individual y colectivo, para actuar sobre el medio que

los rodea, buscando la concertación.

• Los técnicos y profesionales actúan como facilitadores del

proceso (Podion, 1995, p. 8)

Para realizar un diagnóstico comunitario se sigue un proceso de re-colección, procesamiento y socialización de información sobre las características, condiciones y relaciones interpersonales, sociocultu-rales o socioeconómicas que se generan en la comunidad; conlleva tres momentos.

Como se advierte en la descripción del proceso de diagnóstico comuni-tario, se integran dinámicas educativas y organizativas a partir de diálo-gos, saberes, reflexiones e incluso acuerdos sobre la vida comunitaria.

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MOMENTOS ACCIONES

Pre

diag

nóst

ico

Comprende acciones de información a la comunidad, reconocimiento de instituciones, identificación de líderes, para conocer desde los pobladores y los grupos, cómo se entiende y comunica la realidad comunitaria:

Reuniones comunitarias

Encuentros interinstitucionales

Actividades comunitarias de interés general

Uso de medios masivos de comunicación

Dia

gnós

tico

Recolección y procesamiento de información mediante diversas técnicas que además afianzan las relaciones de los y las participantes entre sí y con los equipos institucionales en el contexto local:

Observación participante

Entrevistas a personas, grupos, informantes claves,

Foros, debates, intercambio de experiencias

Grupos focales

Talleres

Mapas de redes o cartografías

Procesamiento de toda la información recolectada para precisar el conocimiento sobre la comunidad y elaborar un informe que permita su divulgación.

Valid

ació

n de

l di

agnó

stic

o

Divulgación de los resultados del diagnóstico en la comunidad e instituciones.

Socialización y priorización de las necesidades comunitarias que demandan alternativas de solución para la comunidad.

Así mismo, es claro que el diagnóstico tiene un valor esencial como soporte para la toma de decisiones, con respecto a la priorización de las necesidades que sustentarán las bases para el plan de desarrollo comunitario.

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5.2. DISEÑAR PARTICIPATIVAMENTE UN PLAN DE DESARROLLO COMUNITARIO (PDC)

En el desarrollo comunitario la planeación participativa se constituye en un proceso técnico, político, descentralizado y democrático, me-diante el cual se propone una estrategia operativa que involucra a la ciudadanía y a los actores sociales e institucionales, de principio a fin en la toma de decisiones. En este proceso también se involucran todas las entidades territoriales con amplia participación comunitaria.

Para que el proceso y el escenario de planeación participativa sean po-sibles, se conforman mesas de trabajo, con líderes y grupos de ciuda-danos para trabajar voluntaria y comprometidamente, con la asesoría del equipo técnico institucional. Estos equipos dinamizan la participa-ción de la comunidad y la concertación con las instituciones y organi-zaciones sociales, en los planes de desarrollo comunitario.

La mesa de trabajo sesiona periódicamente mediante la estrategia di-dáctica de un Taller de Planeación Participativa (TPP). De esta forma se constituye un escenario de trabajo comunitario, donde ciudadanos y lí-deres, asumen el derecho y la responsabilidad de participar en la toma de decisiones para planear el desarrollo integral de su comunidad.

El taller se comprende como un lugar donde varias personas trabajan cooperativamente para hacer algo; también se conoce como una acti-vidad en la cual se aprende junto con otros. Como técnica propia de procesos educativos en comunidad, el taller es:

Un proceso grupal donde se construyen conocimien-

tos, planteamientos, propuestas, respuestas, preguntas

e inquietudes respecto a un tema; es un espacio vital

en el cual cada persona aporta según sus capacidades,

experiencias y particularidades.

(García y otras, 2000, p. 110).

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De acuerdo con lo anterior, el Taller de Planeación Participativa es una reunión de formación y trabajo comunitario, en que las y los participan-tes se reúnen en pequeños grupos para aportar experiencias, expecta-tivas y saberes en la reflexión sobre la vida cotidiana y las posibilidades de cambio personal, de la comunidad y la misma sociedad, en un am-biente democrático, de confianza, creatividad y aprendizaje. En el taller se fortalece el desarrollo de capacidades de los sujetos para relacionar el aprendizaje y las acciones prácticas para el desarrollo comunitario.

A continuación se relacionan los momentos y acciones que concretan la planeación participativa para el diseño del Plan de Desarrollo Co-munitario:

MOMENTOS ACCIONES

Taller de planeación participativa para diseño del plan

Elección de coordinador de cada mesa de trabajo.

Plan de acción: sesión semanal o quincenal de las mesas de trabajo, áreas priorizadas según matriz de planificación y otros instrumentos.

Perfil de microproyectos.

Conformación de Comité de evaluación y seguimiento del plan.

Conformación de red de socios.

Establecimiento de convenios y acuerdos

Formalización de relaciones de cooperación interinstitucional.

Validación del documento PDC

Jornadas de revisión del documento PDC

Participación comunitaria en la toma de decisiones.

Socialización de PDC a nivel institucional

Exposición del PDC en espacios institucionales y comunitarios.

Inscripción del PDC en el Plan de Desarrollo Local (o municipal).

Difusión a nivel de comunidad

Exposición del PDC con grupos poblacionales, juntas de acción comunal y otras organizaciones comunitarias.

La propuesta metodológica para construir planes de desarrollo comu-nitario, se sustenta en tres estrategias de fundamental importancia:

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Participación comunitaria, que posibilita el desarro-llo de capacidades de liderazgo personal para inte-grarse a una mesa de trabajo y aportar a la toma de decisiones sobre los microproyectos, mediante el uso de instrumentos y herramientas propios de la planeación participativa. La información a la comu-nidad en general, también se garantiza por medio de la difusión del PDC. De esta forma, se fortalecen las Juntas de Acción Comunal y otras organizaciones de base comunitaria, que interactúan en los talleres de planeación participativa.

Coordinación interinstitucional con el Estado, las en-tidades privadas, universidades y demás que existan en el territorio o que se relacionen con el plan. Es necesario formalizar estos vínculos mediante conve-nios y acuerdos, para garantizar la sustentabilidad de los microproyectos y en consecuencia, del PDC. Con las instituciones y organizaciones, también se rea-lizan eventos de socialización y de articulación con otros planes de desarrollo.

Intersectorialidad, que apunta a consolidar la pers-pectiva de integralidad en la calidad de vida de las comunidades; esto quiere decir que cada uno de los sectores de educación, salud, vivienda, social, sanea-miento y demás, hace su aporte específico a la reali-zación de los microproyectos.

5.3. SEGUIMIENTO AL PDC

El Plan de Desarrollo Comunitario es el instrumento más significativo con que puede contar una comunidad para potenciar sus recursos y consolidar el tejido social, en la búsqueda de soluciones a sus nece-sidades e intereses colectivos. Así mismo, es pilar fundamental para

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fortalecer las relaciones entre los estamentos gubernamentales, no gubernamentales y la ciudadanía, en ejercicio de sus derechos.

Por esta razón es necesario efectuar un seguimiento para verificar si las actividades se están realizando tal como estaban previstas. Este se realiza por medio de acciones de observación, consultas y registros de la ejecución de las actividades y tareas de un proyecto social, en rela-ción con los recursos utilizados, las metas intermedias cumplidas, así como los tiempos y presupuestos previstos y las estrategias (Quintero, 2000, p. 77).

De acuerdo con este concepto, el seguimiento es un proceso interno que realiza cada grupo de trabajo con alguna responsabilidad, para observar el cumplimiento de las actividades previstas en el plan acor-dado, así como la ejecución de los recursos. Esta información y la re-flexión sobre sus resultados, permite al equipo cualificar y acumular conocimiento y experiencias sobre la gestión de los proyectos.

Ahora, la evaluación de proyectos sociales se comprende como un pro-ceso programado en momentos específicos durante el desarrollo de los proyectos, que se basa en procedimientos sistemáticos de reco-lección, análisis e interpretación de información para formular juicios valorativos fundamentados y comunicables que permitan reorientar la acción para producir los cambios deseados. Es necesario advertir que para realizar seguimiento y evaluación, se requiere especificar unos indicadores, que se convierten en criterios fundamentales (Nirenberg, et. al, 2005, pp. 15-23).

Un indicador es la unidad que permite medir (las can-

tidades) o verificar (las cualidades) para saber, si con el

desarrollo del proyecto, se han logrado los objetivos

propuestos para resolver el problema identificado.

Construir indicadores para el seguimiento y la evaluación, significa te-ner criterios claros para conocer los cambios, en los problemas socia-les que se pueden modificar mediante un proyecto específico.

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Los resultados de la evaluación se presentan en informes parciales o informes finales, en los cuales se incluyen las descripciones y explica-ciones que fundamentan los juicios valorativos y las recomendacio-nes que correspondan en cada momento. También se usan informes ejecutivos que se caracterizan por la síntesis de su contenido en un documento breve.

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Módulo 6

La organización comunitaria como opción de transformación social y económica

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La organización propende por la integración comunitaria, la cual

se entiende como un proceso de cambio social voluntario me-

diante el cual a partir de la existencia de problemas, intereses

y objetivos comunes se adoptan estrategias de acción conjunta

para mejorar las situaciones

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La organización social se opone al aislamiento individual. Las perso-nas se organizan porque ven que los problemas que les afectan, dejan de ser individuales y se convierten en colectivos, que generan conse-cuencias que impiden el bienestar de las comunidades.

De esta manera, las organizaciones se caracterizan por forjar relacio-nes de diálogo entre personas y grupos en la vida cotidiana, dar estabi-lidad a la vida colectiva y pública, fortalecer la solidaridad, la concien-cia crítica, el agrupamiento y la cooperación (Barbero, 2005, p. 137).

Las organizaciones sociales tienen razón de ser en los procesos de de-sarrollo comunitario, pues han sido creadas con los siguientes objetivos:

• Proyectar su acción a la sociedad y generar transformacio-

nes en ella, desarrollando proyectos continuos de concien-

cia política y popular, mediante procesos democráticos.

• Incidir en las políticas públicas, gestar y construir proyectos

alternativos que articulen los intereses colectivos frente a

problemáticas sociales como: salud, educación, cultura, en-

tre otros.

• Empoderar a las personas como sujetos sociales con con-

ciencia crítica y con reconocimiento de sus papeles en la

sociedad (Torres. 2003, p. 115)

Las organizaciones se forman a partir de intereses y necesidades con-cretas que definen la misión y visión de cada una. De ahí que las orga-5 Cruz Roja Colombiana, 2007, p. 1

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nizaciones se clasifiquen así:

Organizaciones territoriales

Juntas de Acción Comunal –JAC–, comités barriales, comités de vecinos, juntas pro-desarrollo, juntas de vivienda.

Organizaciones sustantivas

Comités culturales, organizaciones de mujeres, ecologistas, étnicas, grupos ju-veniles.

Organizaciones funcionales

Asociaciones profesionales, ligas de con-sumidores.

Organizaciones gremiales

Gremios empresariales, asociaciones, sindicatos de trabajadores y empleados, fondos de empleados, asociaciones de microempresarios y artesanos.

Cada una de estas organizaciones busca satisfacer necesidades y en-frentar los problemas sociales que afectan el desarrollo humano de sus integrantes por medio de la suma de esfuerzos y utilizando los recursos que obtienen para ello. En ocasiones, se proponen objetivos de presión social para buscar soluciones; en todos los casos, trabajan a partir de la ayuda mutua, la autogestión y la participación democrática.

Todas las organizaciones establecen una estructura interna que las identifique, diferencie y delimite; acuerdan reglas para definir las rela-ciones entre sus integrantes, entre la organización y las comunidades e instituciones. Esto les permite crear una gestión interna para esta-blecer procesos, estrategias e instrumentos que permitan intervenir en los problemas y retos por los cuales fueron creadas. Así mismo, de-sarrollan una gestión externa que les permite coordinarse con otros y brindar sus servicios, para establecer contactos, aunar esfuerzos, ge-nerar oportunidades de trabajo y canalización de recursos, para contri-buir al desarrollo humano y social de sus comunidades.

A continuación se analizan dos organizaciones que tienen presencia activa en las comunidades por sus aportes en la solución de proble-mas sociales y económicos: las Juntas de Acción Comunal y las Unida-des Productivas.

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6.1. JUNTAS DE ACCIÓN COMUNAL

En primer lugar, es importante retomar los conceptos que explican el sentido y valor de esta organización en la vida de las comunidades y como escenario de desarrollo del liderazgo comunitario.

La Ley 743 de 2002, que desarrolla el artículo de la Constitución Polí-tica de Colombia en lo referente a los organismos de acción comunal, define el desarrollo comunitario como el conjunto de procesos econó-micos, políticos, culturales y sociales, que integran los esfuerzos de la población, sus organizaciones y las del Estado, para mejorar la calidad de vida de las comunidades (artículo 2º, p. 1). Sobre la Junta de Acción Comunal como organización dedicada especialmente al desarrollo co-munitario, se encuentran varias definiciones:

Acción Comunal

Es una expresión social organizada, autónoma y solidaria de la sociedad civil, cuyo propósito es promover un desarrollo integral, sostenible y sustentable construido a partir del ejercicio de la democracia participativa en la gestión del desarrollo de la comunidad. (Constitución Política, artículo 6º).

Juntas de Acción

Comunal (JAC)

Son organizaciones civiles que propenden por la partici-pación ciudadana en el manejo de sus comunidades. Sirven como medio de interlocución con los gobiernos nacional, departamental y municipal y buscan la creación de espa-cios de participación que ayuden al desarrollo en barrios, corregimientos y veredas. Con ellas, los alcaldes también pueden fijar el plan de desarrollo, concertar proyectos y vigilar su ejecución (ver http://www.cali.gov.co/publicacio-nes.php?id=1819).

Son entendidas como una organización cívica, social, co-munitaria de gestión social, sin ánimo de lucro, de natura-leza solidaria, con personaría jurídica y patrimonio propio, integradas voluntariamente por los residentes de un lugar, que aúnan esfuerzos y recursos para procurar un desarrol-lo integral, sostenible y sustentable con fundamento en el ejercicio de la democracia participativa (Cruz Roja Colom-biana, 2007, p. 1).

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Estatutos

Generalidades: denominación, territorio, domicilio,

objetivos, duración;

Afiliados: calidades para afiliarse, impedimentos, dere-

chos y deberes de los afiliados;

Órganos: integración de los órganos, régimen de con-

vocatoria, periodicidad de las reuniones ordinarias,

funciones de cada uno;

Dignatarios: calidades, formas de elección, período y

funciones;

Régimen económico y fiscal: patrimonio, presupuesto,

disolución y liquidación;

Régimen disciplinario;

Composición, competencia, causales de sanción, san-

ciones y procedimientos;

Libros: clases, contenidos, dignatarios encargados de

ellos;

Impugnaciones: causales, procedimientos.

(Artículo 18, de la Ley 743 de 2002)

Las relaciones y valores solidarios son la base de las Juntas de Acción Comunal, porque sus integrantes establecen lazos de colaboración mutua, cooperación en el trabajo, confianza y responsabilidad, esen-ciales para el logro de sus objetivos.

Una Junta de Acción Comunal es una organización territorial, porque desarrolla sus actividades dentro de un territorio delimitado (artículo 12), comprendido como barrio, conjunto residencial, sector o etapa del mismo, corregimiento o inspección de policía, caserío o vereda. A nivel local está constituida por personas mayores de 14 años que residan dentro de su territorio (artículo 16, numeral a).

La conformación y desarrollo de una Junta de Acción Comunal exige consolidar una gestión interna que le permita proyectarse como orga-nización territorial, autónoma de carácter comunitario, para intervenir

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en los problemas y los retos para los cuales sus integrantes la crean. Así lo establece la misma Ley.

En la definición de la gestión interna, se debe hacer mención explícita del tipo de actividades que desarrolla la Junta de Acción Comunal, con respecto a la acción social que va a cumplir y sus aportes a la cons-trucción de lo público, pues esto la distingue de otras organizaciones.

• ¿Cuáles son los valores y creencias de la organización?• ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?• ¿Cuál es la imagen que la organización proyecta?

De otra parte, la gestión externa de una Junta de Acción Comunal se constituye a partir de su participación en el tejido asociativo de los barrios y en el desarrollo de nuevas iniciativas de acción relacionadas con los comités de salud, jardines infantiles, programas culturales, de-portivos y muchos otros que se identifican con la garantía de derechos en cada comunidad.

• ¿Qué es lo que realmente se puede hacer?• ¿Cuál es la capacidad de compromiso?• ¿Qué recursos se tienen?• ¿Con qué actores y tiempo se cuenta?

6.2. UNIDADES PRODUCTIVAS

¿Cómo generar riqueza de forma sostenible

en ambientes de pobreza histórica?

6.2.1. Sentido de la unidad productivaLas unidades productivas corresponden a la clasificación de organi-zaciones económicas; se desarrollan como uno de los objetivos es-tratégicos orientados al restablecimiento socioeconómico dentro de procesos de desarrollo comunitario con poblaciones en situación de desarraigo y vulnerabilidad social.

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Luis Razeto (1997) explica que las unidades productivas se consideran como un fenómeno organizativo de significado unitario, es decir, son asociaciones personalizadas cuyos miembros se reconocen en su indi-vidualidad. Se desarrollan en sectores populares y se reconocen como: talleres laborales, microempresas, pequeños negocios autogestiona-dos, huertos familiares, entre otros.

Estas organizaciones tienen un doble carácter: social y productivo:

Organizaciones sociales

Disponen de una gestión interna que expresa unos objetivos específicos, constituyen racionalmente unos recursos y medios para lograrlos, programan actividades en tiempos precisos, establecen procedimientos para la toma de decisiones y solución de los conflictos.

Organizaciones productivas

Surgen para resolver necesidades económicas, mediante el uso racional de recursos escasos. Para ello, realizan actividades de producción, consumo, gestión de recursos externos y ahorro, que hacen visible su gestión externa.

El proceso de creación y organización de unidades productivas con comunidades en situación de desarraigo, se da en contextos donde se han desarrollado experiencias de participación consciente en el desa-rrollo de la comunidad y es el resultado de agrupar ideas, inquietudes, voluntades y recursos de varias instituciones, cada una con objetivos particulares como se puntualiza enseguida:

1. De carácter humanitario, que desarrollan proyectos de desarro-llo comunitario con el fin de fortalecer a las personas, familias y organizaciones en procesos de formación de capacidades, reivindicación de derechos, empoderamiento, liderazgo y res-tablecimiento socioeconómico, ejemplo Cruz Roja Colombiana.

2. Del sector financiero, con el fin de aportar los recursos que los interesados requieren para pensar proyectos sostenibles me-diante acceso a capital de crédito; es el caso del Fondo Mun-dial de la Mujer.

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3. De índole pedagógica, ya que es radicalmente importante am-pliar conocimientos, capacidades y actitudes en áreas técnicas, administrativas y financieras conforme cada plan de negocios; pueden ser el SENA, las universidades u otras relacionadas.

La intervención de las instituciones tiene sentido siempre y cuando las comunidades, las familias y las personas crean en la propuesta, parti-cipen y se comprometan en todos y cada uno de los momentos que conforman la ruta metodológica para la implementación de este tipo de organización productiva.

¿Cómo generar negocios sin caer en el tradicional paternalismo? Esta pregunta orienta las reflexiones y decisiones, para diseñar criterios y procedimientos metodológicos para consolidar una intervención so-cial, económica y comunitaria desde una estrategia realista que impli-ca un verdadero compromiso por parte de las y los participantes bene-ficiarios y las instituciones de apoyo, factor clave para la sostenibilidad de las unidades productivas.

6.2.2. Ruta metodológica para implementar unidades productivas

Las unidades productivas son organizaciones de producción y trabajo que se plantean como alternativa socioeconómica para que los suje-tos individuales asuman la decisión de participar en proyectos con los cuales buscan superar situaciones de vulnerabilidad, exclusión o vio-lación de derechos. El proceso involucra el trabajo coordinado de ins-tituciones públicas, no gubernamentales y comunitarias que ofrecen servicios de capacitación, asistencia técnica y apoyos financieros, en ámbitos de desarrollo comunitario.

En primer lugar, la institución promotora del restablecimiento socioeco-nómico mediante unidades productivas, realiza procesos de investiga-ción y diagnóstico, que les permita sentar las bases para su desarrollo en las comunidades, acorde con los resultados que arrojen tales estudios.

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La ruta metodológica se estructura a partir de una secuencia de pasos que integran diferentes momentos para lograr el propósito:

FASE ACCIONES

1. Socialización del proyecto

Contactos institucionales y comunitarios.

Difusión y promoción del programa.

Especificación de los requisitos para participar.

Exploración sobre ideas de negocio.

Preparación para la inscripción.

2. Inscripción de interesados

Inscripción formal, en los tiempos y condiciones previstas.

Clasificación de interesados, según información de la inscripción, con respecto al proyecto de unidad productiva: a) de iniciación b) de fortalecimiento.

3. Visita de com-probación económica

Visita domiciliaria con el fin de profundizar el conocimiento en la dimensión familiar y económica.

La implementación empieza con la convocatoria y socialización de in-formación precisa y oportuna acerca de cómo se van a implementar las unidades productivas, como una oportunidad personal de superación. Posteriormente, las personas informadas e interesadas, se inscriben en el proyecto y la información aportada por el participante se verifica mediante una visita domiciliaria.

Enseguida, la intervención del equipo promotor, se concentra en la se-lección de los participantes mediante la estructuración de perfiles e ideas de negocio, con el fin de focalizar los esfuerzos y procedimien-tos para que cada unidad productiva tenga unas bases y orientación específica bien sea:

a) como proyecto de iniciación, cuando existe la idea de nego-cio pero no se ha podido poner en marcha.

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b) como proyecto de fortalecimiento, cuando el negocio lleva mínimo 6 meses de funcionamiento.

FASE ACCIONES

4. Perfil vocacional

a) Taller mediante juego de roles económi-cos, para vivenciar la experiencia de organización y puesta en marcha de un negocio.

b) Entrevista semiestructurada para con-cepto psicosocial.

5. Taller: idea de negocioCada participante formula su plan de negocio.

En segundo lugar, el proceso metodológico de implementación se orien-ta a la sensibilización y desarrollo de capacidades para definir el negocio que se convertirá en unidad productiva, en dos sentidos: en cuanto ex-periencia vivencial de las dinámicas propias de un proceso de produc-ción, trabajo y asuntos organizativos del negocio; así como en asuntos psicosociales de los sujetos sociales responsables del negocio. También en el estudio y definición de cada negocio, estudiando aspectos claves como: el mercado, la viabilidad financiera y los aspectos técnicos de la organización. De esta manera se conforma un Plan de Negocio.

FASE ACCIONES

6. Estudio del crédito

Evaluación financiera de cada plan de negocio.

Estudio de umbral de rentabilidad necesario durante el pago del crédito.

Estudio de capital de inversión.

7. Comité y aprobación de créditos y capital

semilla

Decisión sobre proyectos que cumplen cualidades para recibir el recurso de crédito o capital semilla, así mismo, sobre la cuantía en cada caso.

En este punto, la intervención del equipo técnico se concentra en el estudio de cada uno de los planes de negocio presentados, en aspec-

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tos relacionados con insumos y capital, para definir y aprobar los apo-yos financieros, bien sea en créditos o capital semilla, necesarios para poner en marcha el negocio.

El estudio es realizado por los asesores de crédito, y de este paso los participantes aprenden sobre las posibilidades reales y condiciones para el acceso a capital de crédito en una entidad financiera. El equipo técnico del proyecto estudia y aprueba en cada plan de negocio, el cumplimiento de requisitos para recibir bien sea, el recurso de crédito o de capital semilla, así como la cuantía del mismo.

FASE ACCIONES

8. Capacitación obligatoria

Talleres sobre contenidos y herramientas básicas de mercadeo, contabilidad, finanzas.

Certificación de la capacitación.

Asesoramiento técnico en asuntos financieros y de mercadeo.

Gestión para obtener Registro Único Tributario (RUT).

En este paso, el proceso se orienta al desarrollo de competencias bá-sicas para asumir las unidades productivas, mediante la capacitación con el aporte de entidades especializadas como el SENA; en el proce-so de enseñanza aprendizaje se prepara a las y los participantes para gestionar las unidades productivas mediante sistemas actualizados de contabilidad y mercadeo, que formalizan la existencia legal del negocio.

La vinculación de las y los participantes a los servicios bancarios, im-plica un aprendizaje personal y técnico, con respecto a la existencia de los recursos económicos que se requiere para implementar unidades productivas; igualmente con respecto a los procedimientos y requisi-tos de acceso y la clara manifestación de un compromiso con la adqui-sición de recursos que contribuyen a largo plazo a su estabilización socioeconómica.

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FASE ACCIONES

9. Preparación documentos crédito

Seguimiento de procedimientos acordados en los convenios interinstitucionales, para la aceptación del crédito.

10.Desembolso del crédito y entrega de insumos para

inicio del negocio

Recepción del desembolso del capital de crédito.

Entrega de insumos para inicio del proceso productivo.

La entrega de insumos, maquinaria y herramientas, establece el inicio del proceso productivo previsto en el plan de negocio.

FASE ACCIONES

11.Monitoreo y seguimiento téc-nico y crediticio

Visitas programadas por parte de la entidad crediticia.

Visitas programadas por equipo técnico del proyecto.

Con este paso, se busca apoyar en aspectos técnicos y de manejo finan-ciero el desarrollo de las unidades productivas de manera que en cada caso, se afiancen las competencias personales, técnicas y administrativas de los negocios. El compromiso de los participantes frente a los negocios ha de ir consolidando una evolución positiva y sostenida del negocio.

Hasta aquí la descripción de la ruta metodológica para la implemen-tación de unidades productivas, que puede seguirse con equipos pro-fesionales y técnicos, líderes y lideresas, para incentivar la participa-ción y organización comunitaria en torno a proyectos productivos que aportan al restablecimiento socioeconómico en proyectos de desarro-llo comunitario.

6.3. REDES COMUNITARIAS

En la actualidad existen múltiples redes, entre ellas las redes comuni-tarias constituidas por organizaciones de base comunitarias y las re-

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des institucionales, en las cuales tienen representación el Estado y las ONG; este trabajo en conjunto fortalece la inter institucionalidad, es decir que se aumentan los recursos y se coordinan con mayor cohesión las actividades en beneficio de las poblaciones vulnerables (Cruz Roja Colombiana, 2007, p. 1)

Una red bien sea comunitaria o institucional, es un sistema coordina-do de intercambio de información y acción entre vecinos, amigos, co-nocidos que integran varios comités en diversas organizaciones que actúan en un mismo territorio. Es una posibilidad de interacción con otros, para producir acuerdos, arreglos y consensos alrededor de la so-lución de problemas e intereses sociales comunes.

¿Cómo se conforma una red comunitaria? Pasos para el trabajo en red comunitaria.¿Cómo se conforma una red comunitaria? Pasos para el trabajo en red comunitaria.

1. Reconocimiento deorganizaciones. Propuesta,

diálogos y encuentros de conexión.Organización de una mesa de

coordinación.

6. Liderazgos comunitariosfortalecidos y representación

organizada y concertada.

2. Identificación de problemasde la comunidad.

Diagnóstico participativo.

3. Propuesta de soluciones,discusión en mesas de

coordinación.

5. Autogestión, medianteacciones coordinadas entre

organizaciones y comunidad,según plan acordado.

4. Acción dialógicacon las comunidades

para análisis deproblemas y soluciones.

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El trabajo en red tiene unos principios básicos que permiten conservar la identidad de cada organización: participación plural y diversa, senti-do de pertenencia, organización horizontal y flexible, acción solidaria, empoderamiento, cogestión transparente, democratización del cono-cimiento y del poder.

La importancia de la red, como propuesta organizativa, consiste en ser un medio efectivo para vincular a los miembros de una comunidad en la solución de problemáticas comunes, fortalecer las capacidades de acción, participación y movilización de ciudadanos, líderes e institu-ciones, en torno a causas comunes.

La conformación de una red comunitaria, se logra a partir de las narra-tivas o lenguajes compartidos por los y las participantes, con respecto a intereses y experiencias propias; surge de la voluntad, solidaridad y apoyo mutuo y conlleva varios pasos:

Como se puede observar, en el marco de los proyectos de desarrollo comunitario y restablecimiento socioeconómico, el trabajo en red, es un espacio de vital importancia para el ejercicio del liderazgo en todo el proceso metodológico de identificación de necesidades y propuesta de soluciones a los problemas comunitarios mediante diálogos, discu-siones y acuerdos en mesas de coordinación y finalmente en lo que corresponda a la dinámica de la autogestión y la acción coordinada de organizaciones y comunidades.

Las redes comunitarias tienen significativa incidencia en la vida de las comunidades: representan oportunidades para reconstruir los sentidos de pertenencia, las relaciones de amistad y cooperación, los espacios de trabajo compartido sobre los cuales se pueden con-vertir en oportunidades para la reflexión en torno a los logros y di-ficultades, desde las experiencias cotidianas.

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