modelo de ensayo el activismo de la escuela nueva
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UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
ESCUELA DE POSTGRADO
EL ACTIVISMO DE LA ESCUELA NUEVA: Un Modelo Pedagógico en confrontación con
la Sociedad del Conocimiento.
CURSO : Teorías Educativas y Modelos Curriculares.
TEMA : Ensayo
Javier Orlando Rodas Huertas
TRUJILLO – PERÚ
2008
EL ACTIVISMO DE LA ESCUELA NUEVA: Un Modelo
pedagógico en confrontación con la sociedad del
conocimiento.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene por objetivo resaltar la importancia de los principios en
los que se basa el Derecho Laboral, el cual obedece a la justicia social, es por
eso que la idea central de ellos es en favor del trabajador.
Estos principios son de orden público e irrenunciable para el trabajador, y se
otorgan como una garantía mínima.
Manuel Alonso García define los principios del derecho laboral, como:
“Aquellos postulados que inspiran el sentido de las normas laborales y
configuran la regulación de las relaciones de trabajo con arreglo a criterios
distintos de los que pueden darse en otras ramas del derecho”.
La situación que planteamos líneas arriba me lleva a formularme la siguiente
interrogante: ¿Será posible que el activismo de la Escuela Nueva permita
desarrollar el pensamiento y por ende el conocimiento en la sociedad del
siglo XXI? Por nuestra parte creemos que no, puesto que la actividad de la
Escuela Nueva se enmarca en la espontaneidad de la experiencia inmediata
del alumno, que no ayuda en el desarrollo de abstracciones, condición
necesaria para lograr un pensamiento abstracto propio del conocimiento
científico y que debería desarrollar todo modelo educativo, acorde con las
exigencias de la nueva sociedad del conocimiento.
Nuestra disertación busca demostrar que el activismo de la Escuela Nueva, no
contribuye al desarrollo del pensamiento abstracto, porque no reserva
espacios especiales orientados a favorecer o potenciar habilidades intelectivas,
sino que por el contrario, cree que el pensamiento se desarrolla a través de las
diferentes actividades que realiza el alumno en el proceso de enseñanza –
aprendizaje.
1. La Actividad en la Escuela Nueva:
La Escuela Nueva aparece a fines del siglo XXI y se extiende hasta
mediados del siglo XX, surgiendo como una reacción contra viejos sistemas
educativos. Este modelo cambia el rumbo de la educación tradicional que
era intelectualista y libresca por la actividad que realiza el estudiante,
apoyado en el principio de la necesidad, condición que conduce a la acción
y por consiguiente al aprendizaje, situando al alumno en una posición activa
frente al aprendizaje. Si esto es así, es de suponer que los procesos de
pensamiento se desarrollarán a partir de las actividades ejecutadas en la
institución educativa. Al respecto, no podemos negar que las diferentes
actividades requieren determinadas operaciones intelectuales, las mismas
que se ejercitan y desarrollan, pero debemos anotar que ello ocurre de
manera desorganizada y esporádica, lo que no permite al alumno entender
los conceptos ni mucho menos tener capacidad de abstracción necesaria
para lograr un pensamiento científico generadora de otros conocimientos.
Peñaloza (2003) señala que: “Lo que es caótico o transitorio no da lugar a
conocimiento.
En la Escuela Nueva “se aprende haciendo”, mediante la experiencia y el
contacto directo con las cosas mismas, es por eso que el activismo se
identifica con lo concreto y la espontaneidad que puede permitir el
aprendizaje, privilegiando el conocimiento de lo más cercano e inmediato;
sin embargo, el pensamiento general y abstracto no se desarrolla de
manera espontánea, ni mucho menos el niño tiene la capacidad de
descubrir e inventar el conocimiento. Al respecto, Vigotsky (1992) sostiene
que al individuo se le presentan dificultades para lograr un pensamiento
abstracto y formal propio de la ciencia fuera de la Escuela, lo que conduciría
a encasillarlo en conceptos cotidianos y empíricas.
El activismo privilegia la vivencia frente al análisis y lo concreto frente a lo
abstracto. El pensamiento abstracto implica la
comprensión de las leyes, y la explicación y previsión de los hechos o
fenómenos de la realidad natural, social y del pensamiento, situación que no
puede generar el activismo de la Escuela nueva con solo la experiencia, no
queremos negar los logros de la actividad en individuos menores, pero de
ninguna manera se puede aplicar con jóvenes, puesto que su pensamiento
ha evolucionado por los caminos de la generalización y abstracción.
2. La Sociedad del conocimiento y la necesidad de un Nuevo modelo
Educativo.
Es indudable que en las últimas décadas se están produciendo cambios
vertiginosos en los aspectos económico, social, político y especialmente en
las comunicaciones, pero sin lugar a dudas el cambio más grande es lo
relativo a la creación y gestión del conocimiento, a tal punto que quien lo
posee es un factor que determina mayor y mejor ejercicios del poder, así
como la resolución de dificultades y conflictos de la manera más adecuada;
y porque no decirlo, la fuente de riqueza.
Los modelos educativos tienen que tomar en cuenta la situación de cambio
y las exigencias sociales, poniéndose a tono con la época. Le corresponde
a la escuela del siglo XXI, la creación y divulgación del conocimiento
reorientando la actividad educativa e investigativa, que se conviertan en
alternativas asumiendo retos que le presenta al tercer milenio.
Debido a la renovación constante del conocimiento, es absurdo pretender
que la escuela siga concentrado en aprendizajes específicos que no
permiten desarrollar la capacidad de abstraer.
Zubiria (2001) sostiene que “La verdadera esencia del trabajo simbólico es
la capacidad de abstracción. Gracias a ella, la realidad puede ser
simplificada de modo que sea comprensible para la mente humana.”
El activismo de la Escuela nueva pone al individuo en contacto con la
realidad mediante la experiencia, pero ella se presenta como un conjunto de
datos desordenados carentes de sentido, y sólo se le encuentra sentido y
significancia cuando se abstrae, tarea que implica procesar símbolos,
encontrar regularidades, identificar oportunidades y en generar modelos.
Esto obliga a la escuela a brindar contenidos esenciales y mínimos en cada
una de las áreas, que garanticen una comprensión básica del mundo y que
a su vez le permita estar capacitado para distinguir lo esencial de lo
necesario, por lo que requiere tener un marco de referencia para que pueda
hacer tal discriminación.
3. Nuevos requerimientos en la era del conocimiento.
En la era del conocimiento se exige la fijación de habilidades cognitivas
nuevas que deben ser forjadas desde la educación, como por el ejemplo, el
pensamiento conceptual con raciocinio abstracto que permite analizar
instrucciones complejas y hacer inferencias de procesos figurados no
vividos empíricamente. Por otro lado, la creatividad debe constituirse en una
habilidad que posibilite reorganizar el conocimiento como producción, lo que
da la posibilidad de la creación de nuevos procesos, sin olvidar que el éxito
se encuentra en la innovación, colocando su potencial cognitivo al servicio
de los cambios permanentes, forjando cualidades personales de tipo
psicocultural para la rápida adaptación al cambio, favoreciendo el interés
por el conocimiento como eje central de todo proceso intelectual.
El interés por el conocimiento requiere que en la escuela se lo cultive,
creando las condiciones necesarias con la intervención activa del adulto,
situación que no se ha dado en la Escuela Nueva.
Zubiría (2003) dice: “Precisamente porque todas las áreas requieren de
alumnos que dominen los procesos inductivos y deductivos, de
ejemplificaciones, proposicionalizaciones y argumentaciones, es que se
necesita un área de pensamiento que garantice que cuando el alumno
requiera utilizar sus procesos intelectuales esté en capacidad de hacerlo.
CONCLUSIONES
1. La Escuela nueva es un modelo pedagógico que no responde a las
exigencias de la sociedad del conocimiento, por el hecho que las
actividades que realiza el alumno no permite el desarrollo de un
pensamiento sistemático, analítico – simbólico para identificar y resolver
diferentes problemas, toda vez que no se ejercita la capacidad de abstraer,
dado a que no se necesita para aprendizajes específicos resultado de la
actividad.
2. El activismo de la Escuela Nueva se dirige al aprendizaje de informaciones
particulares, que si bien es cierto requieren de determinadas operaciones
intelectuales, estas ocurren de manera desorganizada que no inciden en la
formación del pensamiento formal, presupuesto necesario para lograr un
pensamiento científico.
3. Los conocimientos generales y abstractos son inherentes a las disciplinas
científicas y tecnológicas, indispensables en la sociedad del conocimiento;
preocupación que le es ajena a la Escuela Nueva.
4. El activismo de la Escuela Nueva busca que el estudiante aprenda
haciendo, y lo que el mundo de hoy necesita es ante todo comprender y
luego crear. En la sociedad del conocimiento ya no es posible defender un
aprendizaje vivencial, puesto que estos no conducen a un aprendizaje
científico.
5. El modelo de la Escuela Nueva y su activismo no le corresponde a la
Sociedad actual, por el hecho que conduce al conocimiento cotidiano,
espontáneo y simple de hechos, aspectos y procesos muy específicos; en
cambio, el conocimiento científico – necesario en la sociedad del
conocimiento – es general y sistemático.
BIBLIOGRAFÍA
1. Barriga Hernandez, Carlos (1997). Teorías contemporáneas de la
Educación. Primera Edición, Edit. Tarea Gráfica, Lima – Perú.
2. De Zubiria, Julian (2001). De la Escuela Nueva al Constructivismo. Primea
Edición, Edit. Colección Aula Abierta, Bogotá – Colombia.
3. Mejía, Marco Raúl (1995). Educación y Escuela en el fin de siglo. Edit.
Tarea – MEPB – CEBIAE, La Paz – Bolivia.
4. Peñaloza Ramella, Walter (2003). Los Propósitos de la Educación. Primera
Edición, Edit. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos, Lima – Perú.
5. Sarramona, Jaume (1994). Fundamentos de Educación. Tercera Edición.
Edit. CEAC S.A., Barcelona – España.
6. Universidad de la Habana (1996). Tendencias Pedagógicas
contemporáneas. Primera Edición, Edit. Corporación Universitaria de
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